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Declive y caída del sloanismo de Kevin Carson Traducción de Joaquín Padilla Rivero,“Libertista([email protected] ) Artículo original en el C4SS: Este texto está sujeto a una licencia Creative Commons 3.0 Atribución . Además de los derechos y obligaciones que dicha licencia establece, se ruega enlazar, siempre que sea posible, al original del contenido cuando éste se cita, se reproduce o se distribuye; esto no es obligatorio, simplemente forma parte de las normas de educación y cortesía en Internet, denominadas “netiqueta”.

Declive y caída del Sloanismo (Kevin Carson)

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En este texto Kevin Carson comenta las posibles causas de la caída del sistema industrial existente, el llamado "sloanismo", en vista de diversas crisis que lo pueden azotar.

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Declive y caída del sloanismo

de Kevin Carson

Traducción de Joaquín Padilla Rivero,“Libertista” ([email protected])

Artículo original en el C4SS:

Este texto está sujeto a una licencia Creative Commons 3.0 Atribución. Además de los derechos y obligaciones que dicha licencia establece, se ruega enlazar, siempre que sea posible, al original del contenido cuando éste se cita, se reproduce o se distribuye; esto no es obligatorio, simplemente forma parte de las normas de educación y cortesía en Internet, denominadas “netiqueta”.

Índice de contenidoIntroducción.....................................................................................................................................2La caída de Babilonia .....................................................................................................................3

Permanencia de la crisis de sobreacumulación ..........................................................................3Crisis de recursos: el Pico de Petróleo........................................................................................9La crisis de ingresos del Estado ...............................................................................................12Decadencia del seudomorfo cultural ........................................................................................15Cómo (no) parar la crisis de valor: expropiar bienes digitales libres........................................19

Relocalización de las manufacturas...............................................................................................25Conclusión ....................................................................................................................................32

Introducción

En el último documento del C4SS vimos que la producción masiva sloanista, como sistema creado por la mano del Estado, desvió el curso del desarrollo industrial durante un siglo. En éste veremos cómo lo insostenible de dicho modelo sloanista llevará a continuar con el curso descentralizador de dicho desarrollo1.

Si uno ve las noticias y programas de análisis de la tele por cable, sin duda habrá encontrado que los diferentes tertulianos arquean las cejas despectivamente ante cualquier propuesta de reforma radical, que se aleje demasiado de la estructura institucional existente hoy en la sociedad. Tal reforma sería totalmente irreal, según dicen, no sólo porque sería una arrogante imposición sobre la gente normal y con sentido común que prefiere las cosas tal como están, sino porque «las cosas tal como están» lo están de forma natural, porque es la forma más eficiente de hacer las cosas.

No obstante, el actual sistema actual es producto de una reforma así. La economía corporativa se creó como un cambio radical con respecto a lo que había antes, y no lo hizo por medios de evolución, ni ocurrió tal cual: este sistema no son «las cosas tal como están». Fue una imposición desde arriba como parte de un esfuerzo de ingeniería social consciente, deliberado y radical, sin ningún aporte democrático desde abajo.

Todos los sistemas sociales tienen aparatos de reproducción social cuyo propósito es producir una población que acepte «las cosas tal como están» como el único statu quo posible, natural e inevitable. Así el actual sistema, una vez establecido, creó su propio aparato (la educación primaria, secundaria y superior, los medios de comunicación, etc.) que gestiona gente con la misma idiosincrasia y proveniente de la misma clase dirigente que lleva las grandes empresas y agencias estatales.

Todas las propuestas de «reforma» dentro del sistema actual están diseñadas para ser implementadas por las estructuras institucionales actuales, y dirigidas por el tipo de gente que controla las instituciones dominantes hoy en día. Cualquier elemento que debilitase o alterase sustancialmente el patrón de dominación estatal-corporativo, o exija eliminar el poder de las elites que dominan las instituciones es, por definición,

1 Este documento es la continuación del Documento nº3 del C4SS (“Moloch: Mass-Production Industry as a Statist Construct” <http://c4ss.org/wp-content/uploads/2009/08/moloch.pdf>), y la serie es una ampliación de temas mencionados en el primero: “Industrial Policy: New Wine in Old Bottles” <http://c4ss.org/wp-content/uploads/2009/01/industrialpolicycarson0109.pdf>.

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«demasiado radical».

El sistema de poder sólo puede ser zapado por fuerzas que estén más allá de su control. Afortunadamente, hoy afronta una serie de crisis terminales que crecen sin cesar y se retroalimentan unas a otras, volviendo al sistema insostenible. Su aparato de legitimación funciona de modo automático para convencernos de lo inevitable de su carácter, y para eliminar cualquier idea de que «otros tipos de mundo son posibles». Pero no sólo es que otro mundo sea posible: las actuales crisis que el actual sistema afronta implican que este mundo se está volviendo imposible, cada día en mayor medida.

La caída de Babilonia

Permanencia de la crisis de sobreacumulación

Paul Baran y Paul Sweezy describieron la Gran Depresión como «la consecuencia lógica del funcionamiento del sistema económico estadounidense». Era la culminación de las «tendencias al estancamiento inherentes al capitalismo monopolista» y lejos de ser una desviación de la normalidad económica era «la constatación práctica del patrón hacia el que el sistema tiende en la teoría»2.

Afortunadamente para el capitalismo corporativo, la Segunda Guerra Mundial pospuso esas crisis durante una generación al destruir la mayoría de plantas y bienes de equipo fuera de los Estados Unidos. William Waddell y Norman Boden describen, en The Rebirth of Americn Industry, cómo esto significaba campo libre para el modelo de producción masiva.

General Motors, Ford, General Electric y el resto empezaron a hacer producción para la guerra y se mantuvieron funcionando, con cierta prosperidad, durante los siguientes cuatro años. Cuando terminó la guerra, también tenían mucho dinero, o al menos un montón de pagarés del estado. Y lo más importante, tenían todo el mercado mundial a su alcance: los fabricantes de coches, creadores de productos eléctricos, bienes de consumo e industria pesada de Europa y Asia eran escombros.3

Tal destrucción de capital pospuso la crisis de sobreacumulación de capital hasta aproximadamente 1970, cuando la capacidad industrial de Europa y Japón se hubo reconstruido. Según Piore y Sabel, los mercados domésticos de bienes industriales en los Estados Unidos se empezaron a saturar4.

Según Walden Bello, el estado capitalista intentó afrontar la vuelta de la sobreproducción mediante una larga serie de actuaciones: una combinación de reestructuraciones de plantilla neoliberales, la globalización, la creación del sector de

2 Paul Baran and Paul Sweezy, Monopoly Capitalism: An Essay in the American Economic and Social Order (New York: Monthly Review Press, 1966), p. 240. Algunos partidarios del libre mercado sentirán repulsa a mi apoyo en las teorías de sobreproducción de los críticos izquierdistas del capitalismo. «El libre mercado no tiene tales tendencias a la superproducción, ni al exceso de inversión y la escasez de consumo», dirán indignados. Sin embargo, las tendencias que habría en un «libre mercado» no son relevantes en el mundo real en que vivimos: no ertamos en un libre mercado. Las teorías del estancamiento, desde las hipótesis del infraconsumo keynesiana hasta las de sobreacumulación de capital de los neomarxistas, son muy útiles para explicar el actual capitalismo corporativo.

3 William H. Waddell and Norman Bodek, Rebirth of American Industry: A Study of Lean Management (Vancouver, Washington: PCS Press, 2005), pág. 94.

4 Michael J. Piore and Charles F. Sabel, The Second Industrial Divide: Possibilities for Prosperity (New York: HarperCollins, 1984), pág. 184.

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alta tecnología, las burbujas inmobiliarias y pelotazos, y la expansión de la economía FIRE [en inglés es la economía del sector financiero, seguros y sector inmobiliario] como sucesivas esponjas absorbedadoras de capital5.

Desafortunadamente para los capitalistas de Estado, el modelo neoliberal basado en exportar capital ha alcanzado su límite, ya que la misma China está saturada de inversión industrial6. El modelo de industrialización orientada a exportaciones de los países asiáticos está alcanzado los topes que le fija el Pico de Petróleo y la saturación de capital. Bello señala que el 75% de los industriales chinos estaban quejándose de exceso de exceso de capacidad y estancamiento de demanda, incluso antes de que colapsara la demanda basada en deuda7. Ahora, cuando «los bienes se acumulan en los muelles desde Bangkok a Shangai, la gente del Extremo Oriente empieza a darse cuenta de que no están ante una simple desaceleración económica sino ante el fin de una era».

La lección evidente es que el modelo industrial orientado a exportaciones es muy vulnerable a los altos costes de envío y la reducción en el poder adquisitivo de los países occidentales: esta lección ha «eliminado toda la parla de desacoplar» la economía asiática creciente del Occidente estancado. El sector manufacturero asiático está «vinculado al gasto financiado por deuda de la clase media estadounidense, que se ha hundido»8. La economía de exportación de Asia, por tanto, está bajo mínimos.

A nivel mundial, la producción industrial se ha estancado. Los bienes se acumulan sin que nadie los compre: el Washington Post informa de que «el mundo, de repente, está inundado de televisores, bulldozers, centros comerciales y tiendas de Burberry». Un broker de arbitraje contó a The Telegraph que su empresa había visto «precipitarse su actividad comercial». The Economist mencionó que uno puede enviar un contenedor desde China a Europa gratuitamente, pagando sólo los costes de combustible y manipulación, pero los contenedores medio vacíos son lo más normal hoy en día en las rutas de envíos más transitadas. El transporte aéreo de mercancías cayó casi una cuarta parte sólo en diciembre; Giovanni Bisignani, que encabeza una patronal de empresas del sector, definió la «caída libre» de los envíos globales como algo «chocante y sin precedentes».9

Después de la burbuja de las puntocom, los procesos de financierización económica, esto es, los derivados y el surgimiento de productos financieros alrededor de la deuda privada tomaron el relevo de dicha absorción. Según Joshua Holland, en la mayoría de recesiones el sector financiero se contrae: sin embargo, tras la burbuja puntocom que estalló en 2000 dicho sector se expandió de forma incontenible, llegando a suponer el 10 por ciento de la economía estadounidense10. Ahora podemos ver con claridad los resultados de dicho proceso.

La financierización era una forma de afrontar el exceso de capacidad productiva

5 Walden Bello, "A Primer on Wall Street Meltdown", MR Zine, 3 de octubre de 2008 <http://mrzine.monthlyreview.org/bello031008.html>.

6 Ibídem.7 Walden Bello, “Can China Save the World from Depression?” Counterpunch, 27 de mayo de 2009

<http://www.counterpunch.org/bello05272009.html>. 8 Walden Bello, “Asia: The Coming Fury”, Asia Times Online, 11 de febrero de 2009

<http://www.atimes.com/atimes/Asian_Economy/KB11Dk01.html>. 9 Joshua Holland, “The Spectacular, Sudden Crash of the Global Economy”, Alternet, 24 de febrero de 2009

<http://www.alternet.org/module/printversion/128412/the_spectacular%2C_sudden_crash_of_the_global_economy/>.

10 Joshua Holland, "Let the Banks Fail: Why a Few of the Financial Giants Should Crash", Alternet, 15 de diciembre de 2008.<http://www.alternet.org/workplace/112166/let_the_banks_fail%3A_why_a_few_of_the_financial_giants_should_crash_/>

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cuyo producto no podía ser absorbido por la falta de poder adquisitivo de la población, dado que los incrementos en productividad se destinaban a hacer más rica aún a la clase alta. Con los nuevos instrumentos financieros, dicha clase alta podía prestar su riqueza al resto de la población con intereses, de forma que pudieran comprar el producto sobrante. Sin embargo, la burbuja de activos inmuebles estalló, el gobierno es incapaz de reanimar el sector y devolver valor a la economía aún con rescates de billones de dólares, y una porción bastante alarmante de la población se ve incapaz de pagar la deuda acumulada en los «buenos tiempos». No sólo no hay activos sobrevalorados contra los que endeudarse para estimular la demanda, sino que muchos de los participantes de la orgía de gasto patrocinada por Ditech* se encuentran hoy en día sin empleo y hasta sin casa en este Gran Desapalancamiento que estamos viendo11.

El problema es que apenas había suficiente demanda para mantener el sistema funcionando y absorber el producto completo de una industria excesivamente desarrollada, incluso cuando todo el mundo tiraba de tarjeta de crédito y se hipotecaba para reemplazar todo lo que tenían cada cinco años. Nunca volveremos a ver ese tipo de demanda desaforada otra vez, así que no hay forma de evitar el hecho de que buena parte de la planta industrial y bienes de equipo serán inútiles en pocos años.

El capitalismo de Estado se está quedando sin válvulas de seguridad. Barry Eichengreen y Kevin O'Rourke sugieren que, dada la escala del declive de la producción industrial y el comercio global, el término «Gran Recesión» puede ser excesivamente optimista. Con gráficas sobre la tasa de reducción de la producción y el comercio entre las primaveras de 2008 y 2009, han visto que dicho decremento ha sido proporcionalmente mayor en esta «recesión» que en la depresión de hace ochenta años. En resumen, es «un evento del tamaño de la Gran Depresión» y el mundo «está sufriendo un shock económico igual de grande que el de la Gran Depresión de 1929 y 1930»12.

Paul Krugman, un keynesiano de izquierdas, aventuraba que la economía escapó por poco de una nueva Gran Depresión a principios de 2009.

Hace unos meses, la posibilidad de caer al abismo parecía demasiado real. El pánico financiero de finales de 2008 fue tan grave, en algunos aspectos, como el de principios de la década de los 30, y algunos indicadores clave como el comercio mundial, la producción industrial global y los precios de inventario, cayeron tan rápido o más que entre 1929 y 1930.

Sin embargo, en los años 30 dichos indicadores siguieron cayendo. En esta ocasión la caída libre se ha detenido tras un solo año de terror.

¿Qué es lo que nos salvó de una repetición total de la Gran Depresión? La respuesta seguramente la tenemos en el papel jugado por el gobierno, muy distinto en ambos casos.

Probablemente lo más importante de la intervención estatal en la crisis no es lo que se ha hecho, sino lo que no se ha hecho: a diferencia del sector privado, el gobierno no ha reducido el gasto aún cuando los ingresos cayeron.13

Esto no quiere decir que el estado keynesiano sea un modelo deseable. Más bien es

* Ditech es una empresa de márketing directo, encargada de miles de call centers en Estados Unidos (N. del T.).11 Charles Hugh Smith, “Globalization and China: Neoliberal Capitalism's Last 'Fix'”, Of Two Minds, 29 de junio de

2009 <http://www.oftwominds.com/blogjune09/globalization06-09.html>. 12 Barry Eichengreen and Kevin H. O’Rourke, “A Tale of Two Depressions”, VoxEU.Org, 4 de junio de 2009

<http://www.voxeu.org/index.php?q=node/3421>. 13 Paul Krugman, “Averting the Worst”, New York Times, 9 de agosto de 2009

<http://www.nytimes.com/2009/08/10/opinion/10krugman.html>.

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que el capitalismo de Estado lo hace necesario. Pero no se equivoquen: mientras exista dicho sistema, con el estímulo a la sobreacumulación y a la distribución no equitativa del poder adquisitivo que resulta de que existan clases privilegiadas por el Estado, su intervención para gestionar la demanda agregada es necesaria para evitar las depresiones. Dado el funcionamiento del capitalismo estatal, sólo caben dos opciones:

1) eliminar los privilegios y subvenciones a la sobreacumulación que dan lugar a la tendencia crónica a las crisis,

2) acudir al Keynesianismo, programas de crédito social, etc.

Y deberíamos tener en cuenta que no está nada claro que lo peor haya pasado realmente. Karl Denninger comenta que la razón principal por la que el PIB cayó un 1% en el segundo trimestre de 2009 en vez de un 6% como en el primero fue el incremento del gasto público. Según señala, las inversiones cayeron de forma más moderada en dicho segundo trimestre: sin embargo, dado que ya se habían reducido a la mitad, no había una gran capacidad de reducirlas. Las exportaciones «sólo» cayeron un 7% y las importaciones se redujeron un 15,1%: pero considerando que ya habían caído un 29,9% y un 36,4% respectivamente, esto quiere decir que siguieron «hundiéndose». El gasto de los consumidores se redujo más en el segundo trimestre que en el primero, con un incremento en la tasa de «ahorro» (más bien en la de reducción de deuda). Según Denninger, «la recesión no está “amainando”, está EMPEORANDO»14.

En cualquier caso, si bien el keynesianismo se manifiesta como necesario para la supervivencia del capitalismo de estado, estamos llegando a un punto en el cual es suficiente. Aun si la gente como Denninger puede estar equivocada y las políticas keynesianas pueden haber reducido la caída libre a un descenso moderado, el hecho es que no son suficientes para restaurar la «normalidad» porque dicha normalidad ya es inalcanzable. El keynesianismo bastaba durante el «capitalismo consensuado» de después de la IIGM porque la destrucción de las plantas y equipos alrededor del mundo permitió posponer la crisis de sobreacumulación durante una generación.

Bello incide acertadamente en que el keynesianismo no es una solución a largo plazo para las dificultades económicas presentes porque no lo era desde el principio.

El estado capitalista intervencionista, inspirado por Keynes, que surgió en el periodo posbélico pareció ser capaz de afrontar la crisis de sobreproducción a través de permitir salarios relativamente altos y la gestión tecnocrática de las relaciones entre capital y trabajo. Sin embargo, la adición de capacidad productiva adicional desde Japón, Alemania y los nuevos países industrializados en las décadas de 1960 y 70 puso en tela de juicio dicha capacidad. La estanflación (estancamiento e inflación que suceden simultáneamente) fue una clara realidad en el mundo industrializado a finales de la década de los 70.15

Los economistas keynesianos de izquierdas parecen incapaces de imaginar la base para restablecer una economía tras la gran burbuja, manteniendo los niveles actuales de producción y empleo. Esto es particularmente desafortunado dado que las políticas de las Administraciones Bush y Obama se centran en restaurar los precios de los activos bancarios a valores similares a los previos al colapso, y en reinflar la economía

14 Karl Denninger, “GDP: Uuuuggghhhh – UPDATED”, The Market Ticker, 31 de julio de 2009 <http://market-ticker.denninger.net/archives/1276-GDP-Uuuuggghhhh.html>.

15 Walden Bello, “Keynes: A Man for This Season?” Share the World's Resources, 9 de julio de 2009 <http://www.stwr.org/globalization/keynes-a-man-for-this-season.html>.

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de la burbuja como fuente de poder adquisitivo, de forma que, como escribe de forma elocuente James Kunstler,

los ciudadanos americanos puedan seguir con un estilo de vida basado en el crédito y una economía dedicada a construir más casas en los suburbios, vendiendo todos los accesorios desde coches «familiares» sobredimensionados hasta máquinas de capuchino. Esto permitiría mantener a la gente trabajando en aquello para lo que se cualificaron: ebanistas, agentes inmobiliarios, operarios de piscinas, ejecutivos de marketing, demostradores de productos de Williams-Sonoma, agentes de ventas, cirujanos plásticos para liposucciones, etc.16

El problema es que los niveles de producto previos a la quiebra sólo pueden lograrse mediante un poder adquisitivo inflado por una burbuja de activos y financiado mediante deuda, y tal burbuja, en la escala que alcanzaron la puntocom y la inmobiliaria, no va a llegar17.

El keynesianismo podría ser viable a largo plazo si los estímulos de gasto público contra el déficit fuesen una simple forma de puentear las reducciones de demanda hasta que el gasto privado aumentase a niveles normales, después de lo cual se podría subir los impuestos en épocas mejores para pagar la deuda pública. Pero si esos niveles «normales» de consumo privado no vuelven, el gobierno tendrá que pedir dos billones de dólares este año para mantener el consumo este año, y el consumo privado caerá a niveles de la Gran Depresión el próximo año si no se vuelven a meter otros dos billones de dólares más. O sea, el capitalismo puede ser sostenible, en términos de permitir esa caída en la demanda, si el gobierno de los Estados Unidos es capaz de mantener un déficit de dos billones de dólares al año de forma indefinida. El problema es que no habrá una base imponible que pueda pagar esos excesos, porque (como veremos abajo) la implosión de los costes de producción provocada por la producción de bienes digitales y las manufacturas a pequeña escala están erosionando dicha base imponible.

Podría sostenerse tal gasto de forma permanente mediante ideas como el «crédito social» sugerido por el mayor Douglas* hace ochenta años (imprimir billetes en vez de pedir prestado dinero o cobrar más impuestos, y depositar ese poder adquisitivo adicional sin intereses en las cuentas corrientes de cada ciudadano cada mes). Sin embargo, eso atenta contra la lógica del capitalismo, eliminando el incentivo de aceptar trabajos asalariados en términos dados, y sacando a millones de personas para que cobren una pensión de subsistencia del Estado mientras participan en las economías sin moneda del regalo o de los pares. Ítem más, sería un desastre similar al que los teólogos cristianos piensan que hubiera sido si Adán y Eva hubiesen comido el fruto del árbol de la vida una vez estaban fuera de la gracia divina: permitiría al modelo de capitalismo de producción en masa, basado en la distribución por empuje y

16 James Kunstler, “Note: Hope = Truth”, Clusterfuck Nation, 20 de abril de 2009 <http://jameshowardkunstler.typepad.com/clusterfuck_nation/2009/04/note-hope-truth.html>.

17 Michael Hudson, “What Wall Street Wants”, Counterpunch, 11 de febrero de 2009 <http://www.counterpunch.org/hudson02112009.html> (ver también la versión expandida, “Obama's Awful Financial Recovery Plan”, Counterpunch, 12 de febrero de 2009 <http://www.counterpunch.org/hudson02122009.html>). Los planes del fondo de recuperación TARP de Paulson y de Geithner plantean el mismo tejemaneje financiero a lo Alexander Hamilton: pedir prestado dinero, que pagarán los contribuyentes con intereses, para comprar activos malos de los bancos a precios mucho más cercanos a su valor nominal que al valor actual de mercado, para incrementar la liquidez de los bancos hasta el punto en el que puedan prestar al público con intereses, si es que les apetece prestar el dinero. O como lo describe Hudson, el TARP «busca generar suficiente capacidad de préstamo bancario para que los precios del crédito se vuelvan a inflar otra vez».

* Se refiere a Clifford Hugh Douglas, un ingeniero militar inglés que propuso esa idea del crédito social para que «la gente pudiese comprar lo que producía» (N. del T.).

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la obsolescencia planificada, mantener su funcionamiento indefinidamente (funcionando a capacidad plena para producir bienes para el vertedero) hasta consumir la biosfera.

Aquellos que tiñen su keynesianismo con ideas «verdes» suelen tener problemas para reconciliar la contradicción fundamental que significan los dos lados del «progresismo» moderno. Tenemos el ejemplo de Paul Krugman:

Soy bastante optimista sobre 2010.

¿Qué vendrá después? Ahora todo el mundo habla de, por ejemplo, dos años de estímulo económico, lo cual tiene sentido como un horizonte de planificación. No obstante, gran parte de los comentarios sobre economía que he estado leyendo parecen asumir que eso es todo lo que hace falta: una vez el déficit público alivie la economía podremos volver a lo de antes.

Sin embargo, las cosas no pueden volver al estado anterior a la crisis actual, y espero que la gente de Obama entienda eso.

La prosperidad de hace un par de años, siendo como era (pingües beneficios, pero los salarios no tanto) dependía de una gran burbuja en el sector inmobiliario, que reemplazó a otra burbuja especulativa en Bolsa. Y dado que la burbuja inmobiliaria no va a volver, tampoco lo hará el gasto que sostuvo la economía en los años previos a la crisis.

Para ser más específico: el fuerte terremoto en el sector de la construcción que estamos experimentando acabará algún día, pero el boom de la era Bush no se repetirá. La gente volverá a tener un poco de confianza en la economía, pero no volverán a gastar como entre 2005 y 2007, cuando la gente usaba su casa como un cajero automático y la tasa de ahorro cayó casi a cero ¿Qué aguantará la economía si los consumidores precavidos y los constructores escarmentados no están por la labor?18

(Yo añadiría que, sea cual sea la «normalidad» post-burbuja que veamos, en la era del Pico de Petróleo y en ausencia de los patológicos niveles previos de consumo, es improbable que los Estados Unidos vuelvan a ver ventas de coches de 18 millones de unidades al año. Si acaso, la producción de más de diez millones de unidades actual sigue estando muy por encima de lo sostenible).

El propio Krugman aparentemente no es inmune a esa creencia de que un nivel de estímulo keynesiano «suficiente» restaurará los niveles de consumo a una cierta «normalidad». Krugman compara la mayor duración y gravedad de las depresiones sin gasto gubernamental contracíclico con las que sí lo tuvieron, y luego cita a Keynes como autoridad a la hora de estimar la duración de la Gran Recesión actual de no haber habido políticas contracíclicas: «la recesión hubiera durado hasta que “la escasez de capital a través de su uso, amortización y obsolescencia causara una privación tan obvia como para aumentar la eficiencia marginal [de introducir nuevas unidades de capital]»19.

No obstante, como él mismo apunta en su columna anterior, la economía post-estímulo podría tener niveles «normales» de demanda muy inferiores a la economía anterior, en cuyo caso el efecto del estímulo será simplemente inflar artificialmente la demanda mientras el dinero de dicho estímulo se gaste. En tal caso, según John Robb, la economía llegará a un nivel de equilibrio con niveles de demanda mucho menores.

El axioma es que se tendrán que construir nuevas casas para absorber el crecimiento de población y que se venderán coches nuevos para sustituir a los antiguos. Sin embargo, ¿qué pasa si existe un aumento

18 Paul Krugman, “Life Without Bubbles”, New York Times, 6 de enero de 2009 <http://www.nytimes.com/2008/12/22/opinion/22krugman.html?ref=opinion>.

19 Paul Krugman, “Use, Delay, and Obsolescence”, The Conscience of a Liberal, 13 de febrero de 2009 <http://krugman.blogs.nytimes.com/2009/02/13/use-delay-and-obsolescence/>.

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de la compartición de vivienda entre distintas generaciones (que existe) y la gente empieza a conducir menos (ya lo están haciendo) o mantienen sus coches actuales todo lo posible (el caso de la mayoría de gente que conozco)? Si eso ocurre, hay que revisar el axioma sobre los niveles de sustitución y rebajar las expectativas a un nivel muy inferior al del principio de la crisis ¿Cuál es ese nivel? Sospecho que está muy por debajo aun de los niveles actuales, por lo que existe todavía gran espacio para caídas de producción.20

La realidad es que la crisis económica actual no es cíclica, sino estructural. Estamos ante un exceso de capacidad industrial que se tendrá que desmontar en pocos años, dado que estamos ante un periodo de menor demanda de bienes de consumo. Como escribe Peter Kirwan en Wired, los tertulianos del mainstream están confundiendo una caída cíclica con «un cambio estructural permanente» y «un colapso industrial»21.

Mientras Krugman hace sugerencias sin sustancia, como reducir el déficit comercial de Estados Unidos para solventar el problema de la caída de la demanda, el blogger progresista Matthew Yglesias tiene una idea más realista de lo que podría suponer un modelo económico sostenible tras la burbuja.

Yo diría que parte de la respuesta sería convertir una mayor parte de nuestras ganancias de productividad en tiempo de ocio en vez de mayor producción y salarios […] Un cambio estructural a una dinámica de menos trabajo y menos producción sería desastrosa si lleva a una alta tasa de paro, pero si significa un cambio hacia vacaciones de seis semanas y menos jornadas de 60 horas semanales podría ser algo bueno.22

Efectivamente. Sin embargo, una manera más precisa de ver esa modificación sería como «un cambio estructural hacia una dinámica de menos trabajo, menos producción, menos obsolescencia planeada, y menos rentas de propiedad intelectual y conceptos sin sustancia», sin reducción del estándar material de vida. Una dinámica estructural que conlleve trabajar menos horas para producir menos porque lo que producimos dura mucho tiempo en vez de ir a la basura tras un breve paso por nuestros hogares sería, sin duda, algo magnífico.

Michel Bauwens aventura un análisis con ciertos paralelismos pero desde otra perspectiva, la de las ondas largas de Kondratiev. Según Bauwens, en 1929 se produjo el último shock del sistema anterior, y de él surgió el actual, basado en la producción masiva fordista y el contrato social del New Deal entre sindicatos y patronal, además de una sociedad sobre ruedas y combustibles fósiles baratos... ya la conocen. La edad de oro del sistema duró desde la Segunda Guerra Mundial hasta principios de la década de 1970, cuando su propia serie de shocks sistémicos comenzó: el embargo petrolero de la OPEP, la saturación de capital industrial a nivel global, y todas las crisis sistémicas que estamos considerando en este capítulo. Según Bauwens, cada onda larga de Kondratiev se caracteriza por una nueva fuente de energía, una serie de innovaciones tecnológicas («innovaciones que marcan época» según los neomarxistas), un nuevo tipo de sistema financiero y un nuevo contrato social. De forma particularmente interesante aquí, cada onda larga presenta «un nuevo modo “hiperproductivo” de “explotar el territorio”», con lo cual existe paralelismo entre el análisis, que veremos en capítulos posteriores, de los señoríos como una forma de

20 John Robb, “Below Replacement Level”, Global Guerrillas, 20 de febrero de 2009 <http://globalguerrillas.typepad.com/johnrobb/2009/02/below-replacement-level.html>.

21 Peter Kirwan, “Bad News: What if the money's not coming back?” Wired.Co.Uk, 7 de agosto de 2009 <http://www.wired.co.uk/news/archive/2009-08/07/bad-news-what-if-the-money%27s-not-coming-back.aspx>.

22 Matthew Yglesias, “The Elusive Post-Bubble Economy”, Yglesias/ThinkProgress.Org, 22 de diciembre de 2008 <http://yglesias.thinkprogress.org/archives/2008/12/the_elusive_post_bubble_economy.php>.

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desarrollo intensivo al alcanzar la economía esclavista sus límites de expansión, y el “capitalismo netárquico” como un modo de extraer valor de forma intensiva cuando la adición extensiva de insumos de capital deja de ser viable.

Según Bauwens, la onda larga de Kondratiev que sucederá a la actual se caracterizará por las energías renovables y tecnologías verdes, crédito financiero p2p y micropréstamos, manufacturas en red relocalizadas, agricultura orgánica a pequeña escala que aplique los últimos descubrimientos biológicos, y un modo de organización económica basado en la sociedad civil y las redes de pares23. En la medida en que la captura de valor a través de la «propiedad intelectual» deje de ser posible (como veremos abajo), parece improbable que ese paradigma pueda funcionar bajo el actual modelo de capitalismo corporativo.

Crisis de recursos: el Pico de Petróleo

Desde el comienzo de la industrialización en EE.UU, la política del gobierno se ha centrado en proveer energía abundante y barata a la economía corporativa. Las cadenas de suministros de Walmart, el desarrollo de suburbios y todo el entramado se ha apoyado en el crudo barato de Texas, Oklahoma y Arabia Saudita. Sin embargo, esta política está alcanzando sus límites.

La idea básica del Pico de Petróleo es que la tasa de extracción de crudo ha llegado a su límite superior, o está muy cerca. Una vez se alcance dicho pico, la oferta de crudo se reducirá año tras año. Aunque los recursos petrolíferos que quedan en la tierra sean aproximadamente similares a los que se han extraído hasta la fecha, serán de peor calidad, y más costosos de extraer financiera y técnicamente.

Todos los supuestos sustitutos para combatir dicho Pico de Petróleo, como han sido la pizarra bituminosa, las arenas aceiteras o los pozos submarinos, resultan haber sido sueños de una noche de verano. El problema no es la cantidad de combustible presente en ellas, sino el coste de extraerlo y la tasa máxima de extracción posible. En términos del excedente neto de energía que resta después del coste energético de extracción (la llamada tasa de retorno energético o TRE), todos esos supuestos combustibles para «taladrar sin parar» tienen un coste en BTU* mucho mayor que la ganancia en BTU de extraerlos en comparación con el coste-beneficio energético del petróleo. La tasa máxima de extracción de todos esos pozos submarinos ingentes de los que informa la prensa, y de los combustibles no convencionales como las arenas de nafta, no compensa la producción de los pozos antiguos del Golfo Pérsico que dejarán de funcionar en los próximos años. Además, como ya se ha dicho, el petróleo de dichas fuentes es más caro de extraer, con un menor excedente de energía24. Los partidarios más entusiastas de alternativas como las algas también tienden a sobrestimar la TRE e infravalorar los costes de producción de la alternativa que defienden25.

Los escépticos del Pico de Petróleo suelen comentar que un aumento del precio del petróleo como el de 2008 no está causado por dicho pico, sino, «en lugar de eso» por

23 Michel Bauwens, “Conditions for the Next Long Wave”, P2P Foundation Blog, 28 de mayo de 2009 <http://blog.p2pfoundation.net/conditions-for-the-next-long-wave/2009/05/28>.

* La BTU es una unidad de medida de energía del sistema británico, equivalente a unos 1.055 kilojulios (N.del T.)24 Rob Hopkins, The Transition Handbook: From Oil Dependency to Local Resilience (Totnes: Green Books, 2008),

pág.23. 25 “Has the Algae Cavalry Arrived?” The Oil Drum, 11 de mayo de 2007 <http://www.theoildrum.com/node/2531>.

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una circunstancia específica como una interrupción de suministros o una burbuja especulativa. Eso, lamentablemente, no tiene mucho que ver.

El mero hecho de que la oferta ha llegado a su pico, y que el precio lo determina enteramente la demanda que puja por una oferta fija, implica que la dinámica que gobierna el precio del crudo es el mismo ciclo especulativo de expansión-contracción que Henry George observaba en la tierra. Dadas las perspectivas de una oferta de tierra o petróleo fijas, el interés racional del sector petrolífero o los especuladores inmobiliarios les llevará a acaparar cantidades mayores o menores de producto, o liberarlas al mercado, según su estimación del movimiento futuro de los precios. Por ello se recalcó, durante la campaña del ticket presidencial McCain-Palin y su ofensiva para «taladrar sin parar», que las compañías petrolíferas ya tienen pozos petrolíferos de gran magnitud bajo su control, y que estaban esperando a poder obtener mayores precios antes de empezar a explotarlos. Por otro lado, dada la perspectiva de una oferta fija de petróleo, la expectativa futura del valor de dicho petróleo escaso se llevará al alza, y el incentivo de los terroristas para ejercer su poder mediante atentados para interrumpir la demanda será también mayor.

La infraestructura de extracción y distribución de petróleo es más frágil que nunca, debido justamente a la reducción de la capacidad productiva excedente: entre 1985 y 2001, dicha capacidad se redujo del 25% al 2% en los países de la OPEP. En 2003, la Agencia Internacional de la Energía estimaba que estaba en su nivel más bajo de los últimos treinta años26.

Según Jeff Vail, el acaparamiento especulativo de petróleo y las acciones terroristas contra las tuberías petrolíferas no son explicaciones alternativas al Pico de Petróleo, sino los resultados de un proceso de retroalimentación creado por éste.

Es bastante común escuchar a los «expertos» explicar que las estrecheces de los mercados de crudo actuales se deben a «factores encima del suelo» y no por un pico de producción a nivel global. Parece más probable que sea esa limitación geológica la que esté moviendo los eventos «por encima del suelo» como el caos de Irak y Nigeria, las nacionalizaciones de Venezuela y Bolivia, etc. La limitación geológica genera ciclos de retroalimentación en el sistema geopolítico. Estos ciclos no son en ningún caso separables de los eventos geológicos: sin parte del «sistema» más amplio del Pico de Petróleo.

Los actuales modelos sobre límites superiores se basan en las curvas de logística demostradas en anteriores llegadas al límite en campos de petróleo individuales o regiones específicas. La limitación global es un fenómeno radicalmente distinto: las curvas de logística seguirán la misma lógica de la geología, pero los efectos geopolíticos de una limitación global serán mucho mayores, aun en las regiones que individualmente mantengan una producción de crudo estable o creciente. Como resultado, estos efectos secundarios acelerarán la tasa de reducción de la producción y, simultáneamente, incrementarán su impacto al aumentar las presiones de la demanda marginal. En resumen: el lado derecho de la curva de producción de crudo a escala global no será simétrico al izquierdo […] Sea cual sea la curva de logística que se adecúe a la parte izquierda, los descensos futuros serán más fuertes de lo que la mera imagen especular de dicha curva pueda predecir.

Otro ciclo de retroalimentación positiva es que los estados que hoy exportan petróleo llevarán mayores cantidades de excedentes que hoy exportan a su propio desarrollo económico interno. El control de las reservas de crudo será un objetivo primario de la política exterior, y los estados que puedan asegurar dicho control priorizarán sus propias necesidades económicas27.

26 Richard Heinberg, Powerdown (Gabriola Island, British Columbia: New Society Publishers, 2004), págs. 27-28. 27 Jeff Vail, “Five Geopolitical Feedback-Loops in Peak Oil”, JeffVail.Net, 23 de abril de 2007

<http://www.jeffvail.net/2007/04/five-geopolitical-feedback-loops-in.html>

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Está demostrado que el precio del crudo está gobernado por la fluctuación de la demanda, y que la oferta, al menos en la parte superior, es tremendamente inelástica. Considérese los movimientos de la oferta de petróleo que sucedieron a los shocks de precios de finales de los 70 y principios de los 80 con los sucedidos en los últimos años. Como apunta el fundador de los «pueblos de transición» Rob Hopkins, la oferta de crudo apenas ha subido desde 2005, fluctuando entre los 84 y los 87 millones de barriles de petróleo por día a pesar de los niveles de precios récord28.

El Pico de Petróleo probablemente acogotará el motor del modelo chino de capitalismo estatal. China da fuertes subsidios a la energía y el transporte, fijando precios artificialmente bajos para los consumidores industriales domésticos, tal como hacía la URSS. Este truco contable no funcionará a nivel externo: los saudíes cobran el precio que ellos fijan por barril, y la demanda cada vez mayor de insumos energéticos subvencionados por parte de los productores chinos derrochadores causará una bancarrota de China a base de comprar petróleo fuera.

En general, el efecto del Pico de Petróleo será una reducción radical de las cadenas de suministro y distribución de las empresas, una resurrección de la manufactura local a pequeña escala, y una reorientación de las instalaciones industriales de China y otros productores offshore hacia la producción para el mercado doméstico. Esto era un tema bastante común durante los shocks petrolíferos de los 70, y ha resurgido en los últimos años. En los 70 Warren Johnson decía, de forma prematura, que los incrementos de los precios de los combustibles llevarían a una relocalización de la economía y a una descentralización de la industria29.

El mismo tema ha resurgido con el interés actual en el tema del Pico de Petróleo. Los escenarios de colapso pintados por James Kunstler se sitúan en la parte apocalíptica del espectro30. Brian Kaller presenta un escenario más optimista, en el cual se produzca un descenso controlado del consumo de petróleo hacia niveles de un tercio de los actuales, reduciendo el tráfico aéreo en un 90%: en otras palabras, un consumo a la escala de la década de 1950. La «Mayberry» que plantea Kaller puede tomarse como un modelo de la calidad de vida post-Pico31. De manera similar a Kaller, Jeff Rubin presenta dicho mundo posterior al Pico de Petróleo como un «retorno al pasado […] en términos del resurgimiento de las economías locales»32.

Si el Pico de Petróleo no se ve alimentado por una «tormenta perfecta» de otras crisis como la desertificación generada por el cambio climático, mi visión se acerca-más a la de Kaller y Rubin. La gente es mucho más adaptable que lo que plantea Kunstler.

A pesar de las diferencias en optimismo o pesimismo relativos entre los pensadores que analizan el Pico de Petróleo, sus posturas tienen un nexo común en el acortamiento de las cadenas de suministros y distribución industrial, y el fin de la

28 Hopkins, The Transition Handbook, pág. 22. 29 Warren Johnson, Muddling Toward Frugality: A Blueprint for Survival in the 1980s (San Francisco: Sierra Club

Books, 1978). 30 Ver el blog Clusterfuck Nation <http://jameshowardkunstler.typepad.com/>. 31 Brian Kaller, “Future Perfect: Stop Worrying and Learn to Love Expensive Oil”, American Conservative, 25 de

agosto de 2008.32 David Parkinson, “A coming world that's 'a whole lot smaller'”, The Globe and Mail, 19 de mayo de 2009

<http://docs.google.com/Doc?id=dg5dgmrv_79hjb66vc3>.

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globalización basada en la exportación de los procesos de fabricación a países-taller con bajos salarios como China.

Citando un artículo de Rubin de mayo de 2008, dos meses antes de que los precios de petróleo llegaran a máximos históricos, los costes de transporte habían ya contrarrestado el ahorro generado por la diferencia de salarios en china. El coste de transportar un contenedor de cuarenta pies se había triplicado desde 2000, y podía esperarse que se volviera a duplicar si los precios del crudo se aproximaban a los 200 dólares por barril33. Ítem más, «la explosión de los costes globales de transporte ha contrarrestado todos los esfuerzos de liberalización de comercio de las últimas tres décadas. Un incremento del precio del barril de 20 a 150 dólares por barril tiene el mismo efecto en el comercio internacional que subir el nivel medio de aranceles del 3 al 11 por ciento, lo que incidentalmente era el nivel existente en la década de los 70 34. Según Richard Milne,

Los fabricantes están sustituyendo cadenas de suministros a escala global por otras regionales en un gran cambio motivado por la crisis financiera y los problemas derivados del cambio climático, según informan algunos analistas y ejecutivos.

Las empresas están buscando más cerca de su sede para encontrar piezas, de forma que para sus operaciones en Estados Unidos y Europa están acudiendo más a México y al Este de Europa que a China como hacían hasta ahora.35

La crisis de ingresos del Estado

El origen del capitalismo corporativo y la economía de producción en masa se asocian con enormes subvenciones estatales: desde entonces, la tendencia del capital corporativo a socializar sus costes operativos nunca ha parado. La economía básica nos dice que si se subsidia un producto y se pone a disposición del usuario por debajo del coste, la demanda de ese producto aumentará. El capitalismo americano, por tanto, ha seguido un patrón de expansión basado en añadir cada vez más insumos subvencionados, en vez de hacer un uso intensivo de los ya existentes. Según la descripción del proceso que realiza James O'Connor,

Los costes de transporte y por ende el impacto en las cuentas del Estado no sólo son altos, sino que crecen sin pausa. Hoy en día existe la queja de que la expansión de las instalaciones de transporte por carretera intensifica los atascos. La razón básica es que el uso de vehículos a motor está subvencionado y por tanto el crecimiento de los sistemas de autopistas y carreteras lleva al incremento en la demanda para usarlos.36

Hay otra razón por la que se debe esperar que las necesidades (y presupuestos) de transporte sigan creciendo. El desarrollo del transporte rápido y la modernización del ferrocarril, además de la extensión de dicho sistema ferroviario, llevará los suburbios aún más lejos de los centros urbanos que hoy en día, aumentando todavía más la distancia entre los lugares de trabajo, residencia y ocio. En lugar de contribuir a un entorno que libre a los habitantes de dichos suburbios de la polución y los atascos, los transportes rápidos los extenderán a los actuales perímetros, con lo que se requerirá construir más carreteras y se fomentará la venta de coches.37

33 Jeffrey Rubin, “The New Inflation”, StrategEcon (CIBC World Markets), 27 de mayo de 2008 <http://research.cibcwm.com/economic_public/download/smay08pdf>.

34 Jeffrey Rubin and Benjamin Tal, “Will Soaring Transport Costs Reverse Globalization?” StrategEcon, 27 de mayo de 2008, pág. 4.

35 Richard Milne, “Crisis and climate force supply chain shift”, Financial Times, 9 de agosto de 2009 <http://www.ft.com/cms/s/0/65a709ec-850b-11de-9a64-00144feabdc0.html>.

36 James O’Connor, Fiscal Crisis of the State (New York: St. Martin's Press, 1973), pág. 106. 37 Ibídem, págs. 109-110.

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La tendencia del capitalismo monopolista a generar excesos de capital y producción también lleva a incrementar la cantidad de dinero que el Estado debe destinar a absorber el excedente. Según O'Connor, el capitalismo monopolista está amenazado por una «crisis fiscal del estado». «[...] La socialización de los costes de capital inversión social y consumo social aumenta a lo largo del tiempo, y se necesita de forma más urgente cada vez para que el capital monopolista pueda generar una acumulación rentable»38.

Aun cuando el estado ha socializado más y más costes de capital, el excedente social (incluidos los beneficios) se sigue enajenando hacia manos privadas […] La socialización de costes y la privatización de beneficios crea una crisis fiscal, o un «hueco estructural» entre los gastos e ingresos estatales. El resultado es una tendencia de crecimiento de los gastos más rápida de la generación de medios para financiarlos.39

En resumen, el Estado está acercándose a la bancarrota proporcionando insumos subvencionados a las grandes empresas, mientras que la demanda de éstas crece a un ritmo mayor de lo que el Estado les puede suministrar. Como lo exponía Iván Ilich,

las colas y esperas acabarán parando cualquier sistema que produzca necesidades de forma más rápida que el bien que las satisfaga […]40

[…] [Las instituciones] generan necesidades de forma más rápida de la que crean su satisfacción, y en el proceso de satisfacer las necesidades que crean, consumen el planeta entero.41

La distorsión del sistema de precios, que vincula la cantidad ofrecida a la demandada en un sistema de libre mercado, lleva a demandas cada vez mayores de servicios del Estado. Normalmente los precios son un mecanismo de retroalimentación homeostático, como el de un termostato. Poner una vela bajó un termostato provoca que se desregule y la casa se enfríe mucho. De la misma forma, si el consumo de un factor está subvencionado, sus usuarios no afrontan el coste real de ofrecerlo, y son incapaces de hacer decisiones racionales sobre cuánto usar. El sector capitalista de Estado tiende a añadir insumos de producción de forma extensiva, no intensiva: usa más factores en lugar de usar racionalmente aquéllos de los que dispone. El sector corporativo demanda nuevos factores subsidiados en progresión exponencial, mientras el Estado sólo puede añadir nuevos factores de forma lineal. El resultado es un proceso de irracionalidad creciente, en el que las intervenciones del Estado desestabilizan el sistema, requiriendo más intervención, hasta que los requisitos del sistema sobrepasan los recursos del Estado. En ese punto, el sistema corporativo-estatal alcanza un punto crítico.

Por ello, el capitalismo de Estado llega a una frontera tras la cual el Estado no puede afrontar el coste de suministrar más insumos subvencionados, y se acerca al fenómeno descrito por John Robb como «estado vacío»:

El estado vacío tiene todas las formalidades de un Estado-nación moderno («líderes», participación en organizaciones internacionales, leyes, burocracia) pero carece de la legitimidad, la capacidad de ofrecer servicios y el control del territorio de su contraparte histórica. Es simplemente una cáscara que

38 Ibídem, pág. 8.39 Ibídem, pág. 9.40 Illich, Disabling Professions (Nueva York y Londres: Marion Boyars, 1977), pág. 30. 41 Illich, Deschooling Society (Nueva York, Evanston, San Francisco, Londres: Harper & Row, Publishers, 1970,

1971), págs. 109-110.

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tiene cierta influencia sobre los restos de la economía.42

[…] Un estado vacío se diferencia de uno fallido en que continúa existiendo a ojos de la escena internacional, con todas las instituciones normales de gobernanza, aunque muchas estarán corruptas y vendidas a las élites corporativas y ricas. Dicho estado continúa sirviendo bienes y servicios políticos (aunque a un grupo mucho menor de personas, normalmente conectadas con los capitales) y mantiene un ejército. Además, en buena parte del país se mantiene la apariencia de una vida normal.

Sin embargo, esta fachada no esconde que el estado vacío ha renunciado al control de grandes secciones de territorio, como podemos ver explícitamente en el Líbano o de facto en México, y las ha entregado a tribus interconectadas (guerrillas globales). Dichos grupos mantienen una apariencia de orden, como las milicias de Sâo Paulo o la sharia aplicada por los talibanes.

Si bien estos grupos controlan la actividad económica explícitamente y dominan el territorio en la aplicación de violencia a nivel local, estos grupos suelen tener un efecto positivo en la economía local ¿Cómo? Conectando sus zonas a las cadenas de suministro de bienes ilegales, ya sean drogas, armas, delitos de copia o lavado de dinero.

Cuanto más tiempo dure este estado de cosas, más difícil será erradicarlo. La variedad de bienes políticos alternativos generados por estos grupos no estatales contrasta con la ineficacia del gobierno central, y da paso a un cambio en la legitimidad y en las lealtades, ya sea por la adscripción a esas redes tribales, o por el simple reconocimiento de su primacía en la vida diaria.43

La alianza de las fuerzas gubernamentales iraquíes y estadounidenses, por un lado, y las milicias suníes en la provincia de Al Anbar por otro, son ejemplos recientes de un estado vaciado llegando a acuerdos con las redes de «Guerra de IV Generación» para dar estatus de gobierno de hecho a dichas redes. Un ejemplo histórico lo tenemos en el Imperio Romano en el siglo V, que delegaba el control territorial real a redes tribales germánicas que de iure juraban lealtad a Roma.

Aunque el Estado no se vacíe por completo según los criterios de Robb, se debe retirar en cualquier caso de una parte cada vez mayor de sus funciones anteriores, dada la reducción de sus recursos por una caída del valor de la moneda oficial y un descenso catastrófico de sus ingresos impositivos. El Estado delega cada vez más funciones en entidades privadas que nominalmente se adhieren a la política estatal pero funcionan principalmente para su propio crecimiento, y se vuelve presa de cleptócratas, deja de aplicar leyes que están aprobadas y en último lugar cede cada vez más partes de su territorio a los mercados negros y las mafias.

Esto es positivo en varios sentidos. Los agentes del orden locales pueden decidir que echar a desahuciados hipotecarios y okupas, aplicar los códigos legales contra la microempresa y perseguir el consumo de droga tienen una baja prioridad con respecto a enfrentarse a los asesinatos y robos. Los gobiernos pueden encontrarse incapaces de financiar sus programas de bienestar corporativo. Sin embargo, en la medida en que la estructura económica de hoy depende en gran medida de la actividad del Estado, y el ajuste a las condiciones de retirada de subsidios a la infraestructura y servicios llevaría mucho tiempo, un colapso brusco de la actividad estatal puede resultar en que dicho periodo de ajuste sea catastrófico.

La crisis fiscal se complementa con el Pico de Petróleo y otras crisis de recursos de forma mutua. El imperativo de asegurar el acceso estratégico a las reservas de crudo y mantener las zonas marítimas abiertas lleva a costosas guerras exteriores. El coste

42 John Robb, “Onward to a Hollow State”, Global Guerrillas, 22 de septiembre de 2009 <http://globalguerrillas.typepad.com/globalguerrillas/2008/09/onward-to-a-hol.html>.

43 Robb, “HOLLOW STATES vs. FAILED STATES”, Global Guerrillas, 24 de marzo de 2009 <http://globalguerrillas.typepad.com/globalguerrillas/2009/03/hollow-states-vs-failed-states.html>.

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creciente del asfalto intensifica la tendencia a demandar subsidios a la infraestructura de transporte más allá de la capacidad del sector público. A medida que el «hueco estructural» aumenta, el periodo entre el deterioro de las carreteras y la obtención del dinero para repararlas se hace más largo. La cantidad de trazado que el Estado puede mantener en condiciones disminuye cada año, y el Estado debe retirarse, reagruparse y dejar cada vez más autopistas en un segundo nivel de prioridades. Como escribe James Kunstler, si una autopista no se mantiene continuamente en reparaciones, se deteriora con rapidez.

Otra consecuencia del problema de deuda es que no podremos mantener la red de autopistas de primera y carreteras secundarias que hace tanta falta como los propios coches para mantener en funcionamiento la industria del motor. Hay que seguir asegurando que la carretera es de primera año tras año. Los ingenieros de tráfico lo denominan «nivel de servicio». Han visto que si el nivel de servicio de dichas autopistas no es perfecto, éstas se desintegran rápidamente. De hecho, la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles informaba que la condición de muchos puentes y túneles de autopistas era «D-Minus»*, con lo que ya habríamos superado nuestra capacidad de mantener un sistema de autopistas que había crecido demasiado incluso cuando pensábamos que teníamos los recursos para continuar así.44

No pasarían muchos años antes de que el deterioro y los baches impidan el uso de la autopistas para grandes camiones, de forma que una parte creciente del sistema de autopistas quedaría, de hecho, abandonado45.

Decadencia del seudomorfo cultural

Lo que Mumford denominó el «seudomorfo cultural» como lo vimos descrito en el documento anterior, era sólo la primera etapa. Desde entonces ha decaído a otra etapa, más débil y que Mumford no predijo, y presenta signos de su caída total. En la primera etapa, como observó Mumford, los métodos neotécnicos (básicamente la maquinaria eléctrica) se integró en un marco productivo opuesto al potencial real de la tecnología. Sin embargo, esta etapa terminó en la década de 1970. En la segunda etapa, la producción masiva taylorista-sloanista se ha visto reemplazada por una producción flexible y reticular realizada con maquinaria no especializada, y los procesos productivos son más acordes al ideal neotécnico original.

Piore y Sabel describen la revolución de la producción lean o ajustada como el descubrimiento, después de un largo impasse de producción masiva, de cómo organizar correctamente la economía industrial: «El paradigma de producción en masa tuvo consecuencias impredecibles: llevó casi un siglo (desde 1870 hasta 1960) descubrir cómo organizar una economía para aprovechar los beneficios de la nueva tecnología»46.

Según estos autores, el cambio a la producción lean en Estados Unidos operado desde la década de los 80 en adelante fue en gran medida una respuesta a la creciente incertidumbre del entorno macroeconómico que resultó tras la continuación de la crisis de sobreacumulación y los shocks petrolíferos de la década anterior. La industria de producción masiva es extremadamente frágil, esto es, «no se ajusta fácilmente ante

* El sistema americano de notas va de la A a la F, y se matiza con pluses y minuses, siendo la A+ o A* la matrícula de honor. Una nota de D sería un aprobado raspado, con lo que el D- sería ya un suspenso (N. del T.).

44 James Howard Kunstler, “Lagging Recognition”, Clusterfuck Nation, 8 de junio de 2009 <http://kunstler.com/blog/2009/06/lagging-recognition.html>

45 James Howard Kunstler, The Long Emergency: Surviving the Converging Catastrophes of the Twenty-First Century (Nueva York: Atlantic Monthly Press, 2005), págs. 264-265.

46 Piore y Sabel, Second Industrial Divide, pág. 48

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cambios importantes en su entorno». La cuestión no es cómo reaccionará ante la escasez de recursos, sino ante precios fluctuantes y suministros erráticos47. Como hemos visto, la inversión de capital a largo plazo en tecnologías costosas requiere un entorno predecible, y el entorno asociado al Pico de Petróleo y otras crisis cíclicas y de insumos es todo lo contrario a la estabilidad que le hace falta para prosperar.

Por contra, el sistema de distritos industriales como Emilia-Romagna se llama «fabricación flexible» por algo. Es capaz de readecuar sus redes de capital y relaciones contractuales de forma rápida ante los cambios súbitos del entorno. A pesar de que la producción artesana siempre ha tendido a la expansión con respecto a la industria de producción masiva durante las recesiones, fue sólo durante el estancamiento prolongado de los años 70 y 80 que empezó a salir de la periferia.

Desde la segunda revolución industrial a finales del siglo XIX hasta hoy, las recesiones económicas han provocado la expansión de la periferia de producción a pequeña escala con respecto al núcleo de producción masiva, pero sin alterar dicha relación centro-periferia. Las ralentizaciones del crecimiento generan dudas sobre la expansión consiguiente: en un entorno con incertidumbre, las empresas retrasarán sus inversiones en gran maquinaria o bien cambiarán a formas de producción de escala más pequeña, que permiten una entrada rápida en los mercados que se abren. El ejemplo más claro es el cambio a una economía de subsistencia industrial, o de reparación: al estancarse los mercados, el intervalo para sustituir los bienes ya vendidos aumenta. Dicho intervalo mayor aumenta la demanda de partes de repuesto y servicios de mantenimiento que sólo pueden dar empresas organizadas de forma flexible con equipo genérico. El obrero de los años 30 que iba puerta por puerta con una caja de herramientas buscando trabajo de lo que fuese simboliza la reducción de la división del trabajo que acompaña al retroceso económico: la vuelta a métodos manuales.

Lo que hace particular a esta crisis es que el cambio hacia una mayor flexibilidad está provocando una mayor sofisticación tecnológica, en vez de una regresión hacia la simplicidad. Las empresas que afrontan la necesidad de rediseñar sus métodos y sus productos para enfrentarse a los costes y competencia crecientes han ido encontrando nuevos modos de reducir el coste de los productos personalizados […] En resumen, los lotes pequeños han desafiado a la producción en masa como paradigma productivo.48

Se observa este patrón en las pequeñas empresas japonesas de trabajo del metal, los «mini-molinos» estadounidenses y la industria textil de Prato en la Toscana. Las pequeñas firmas vinculadas a los grandes fabricantes por subcontratas «sintieron la mayor volatilidad en los mercados de sus clientes: como respuesta adoptaron técnicas que reducían los costes de tiempo y dinero para cambiar de producto en producto, y que hacían sus productos más sofisticados y de mayor calidad»49.

En la Tercera Italia en particular, las grandes empresas con métodos de producción masiva externalizaron cada vez más componentes a redes flexibles de pequeños fabricantes. Las pequeñas empresas mostraban al principio gran dependencia de las grandes firmas como salidas. Sin embargo, las nuevas técnicas y diseños de maquinaria hicieron cada vez más eficientes a las pequeñas firmas.

En algunos casos […] los grandes equipos se miniaturizaron. En otros, las técnicas artesanas de fundición, esmaltado, tejido, corte y moldeado de metal se integran para crear nuevas máquinas, algunas de las cuales son controladas por microprocesadores altamente sofisticados.

Al mismo tiempo, las empresas pequeñas que se habían limitado a proporcionar

47 Ibídem, pág. 192.48 Ibídem, pág. 207.49 Ibídem, pág. 218.

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componentes según los diseños de las grandes empezaron a crear los suyos propios50.

En efecto ha habido un cambio: el trabajo que antes hacían las empresas integradas verticalmente se ha externalizado a redes de pequeños fabricantes, y las funciones del núcleo de producción masiva cada vez son menos. La forma física de producción, en el Sistema de Producción de Toyota y el modelo de Emilia-Romagna de redes de fabricantes locales, empieza, tras un largo interludio de producción taylorista, a acercarse a la premisa original de la neotécnica de integrar maquinaria motorizada en la producción artesana. Sin embargo, la neotécnica, aun cuando ha empezado a emerger con una base productiva coherente gobernada por sus propias leyes, se ve aún contaminada por el seudomorfo de una forma más sutil: las nuevas formas de producción siguen realizándose en un marco corporativo de márketing, banca y «propiedad intelectual».

Andy Robinson, un miembro de la lista de correo electrónico de la sección de Investigación de la Fundación P2P, trazó de forma brillante el paralelismo entre le decadencia del seudomorfo por sus alas política e industrial:

Creo que parte de la crisis de los 70 tiene que ver con redes y jerarquías. El sistema «antiguo» era muy jerárquico, pero tenía problemas con ciertos tipos de debilidades estructurales relacionadas con redes; la derrota americana en Vietnam fue particularmente importante […] Y desde los 70 el sistema ha intentado encontrar híbridos entre redes y jerarquía que contengan y capturen el poder de las redes sin caer en el «caos» o la destrucción del sistema. Vemos esto en muchos campos: producción just-in-time, externalizaciones, uso de subsidiarias locales, fabricaciones por contrato, Revolución en los Asuntos Militares, la doctrina del control del espectro entero, gobierno indirecto a través de agencias gubernamentales, la Doctrina Nixon, la co-gobernanza, la importancia creciente de grupos como el G8 y el G20, las redes de negocios, la formación continua, las ciudades globales, y por supuesto el desarrollo de nuevas tecnologías como Internet […]

A medio plazo, la pérdida de poder en favor de las redes es probablemente irreversible, y el capital y el estado o bien morirán matando o bien crearán formas intermedias más o menos estables que les den oportunidad de sobrevivir durante un tiempo. Ya estamos viendo los comienzos de lo segundo, pero lo primero es más predominante La forma en que veo que la crisis se agravará será en que cada vez más áreas saldrán del control del capital y el estado, integrándose marginalmente o no integrándose en absoluto (como está pasando en Afganistán, la NWFP*, los Andes, Somalia, etc. y de modo local en las shanty-towns [favelas] y centros autónomos). También imagino que las áreas desterritorializadas se expandirán como resultado de la concentración de recursos en las ciudades globales, los efectos ecológicos de la extracción, el cierre por parte de los neoliberales de instituciones de mediación que generaban cohesión antes, y el creciente estrato de gente excluida por culpa del bajo número de empleos o los mayores requisitos para poder entrar. Eventualmente estas zonas darán paso a la proliferación de nuevos modos de vida que sean un polo de atracción en comparación al núcleo coercitivo, dirigista y homogéneo.51

Mientras el Estado logre mantener la respiración asistida el orden económico corporativo, las tecnologías y modos organizativos libertarios y descentralizadores se seguirán colando dentro del marco centralizado jerárquico. A medida que el sistema se acerque a sus límites de sostenibilidad, estos elementos se convertirán en fuerzas desestabilizadores cada vez más importantes dentro del sistema actual, y darán forma al sistema que lo suceda. Cuando el actual llegue a su límite, estos elementos romperán su tegumento capitalista de Estado (parafraseando a Marx) y crearán los cimientos de una sociedad fundamentalmente diferente. En resumen, estamos creando

50 Piore y Sabel, “Italian Small Business Development”, págs. 397-398. * North West Frontier Province: una antigua provincia de la India colonial, que hoy «pertenece» a Pakistán y que es

de mayoría pashtún. Su nombre actual es Khyber Pakhtunkhwa (N. del T.)51 Andy Robinson, “[p2p research] Berardi essay”, lista de correos de P2P Research, 25 de mayo de 2009

<http://listcultures.org/pipermail/p2presearch_listcultures.org/2009-May/003079.html>.

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las bases de la nueva sociedad dentro de la cáscara de la vieja.

No obstante, la segunda etapa del seudomorfo se está debilitando. Por ejemplo, si bien el modelo de Nike de «descentralizar todo» y mantener el control corporativo sobre un archipiélago de pequeños fabricantes sigue siendo prevaleciente en muchas empresas estadounidenses, muchas pequeñas subcontratas se han rebelado contra la hegemonía de sus grandes clientes. En Italia y Japón estas firmas se han coaligado, creando redes de manufacturas flexibles y reduciendo la dependencia de una sola salida para sus productos52. El resultado es que las sedes corporativas son, cada vez más, un nodo redundante de la red, que se puede sortear.

El modelo de Nike es muy vulnerable a dicho puenteo. Según observa David Pollard:

En su famoso tratado sobre el fenómeno de Internet, Doc Searls, Dave Weinberger et al. Dijeron que lo que hace a Internet tan poderosa y resiliente es que no tiene un «centro» de control ni una jerarquía: todo el valor es añadido por millones de personas situadas en los extremos. Si alguien tratara de interrumpirlo, esos millones de usuarios rodearían el obstáculo. Existe evidencia creciente de que el mismo fenómeno está pasando en las empresas, que llevan mucho tiempo sufriendo deseconomías de escala y problemas de burocratización que reducen su capacidad de innovación y respuesta. Piensen en esto como «externalizarlo todo» (parodiado en la viñeta de arriba. Las compañías como Levi Strauss ya no «hacen» nada: simplemente añaden su etiqueta a cosas que hacen otras compañías, y lo distribuyen a través de empresas independientes que tampoco poseen.53

Si la gente que produce y distribuye esas cosas deciden que pueden hacer el mismo producto y pasar del hecho de que Levi Strauss «posee» la marca, Levi's estará jodida*.

Como fenómeno general, la transición del capital físico al humano como la fuente principal de capacidad productiva en tantos sectores, junto a las caídas de precios y la dispersión de la propiedad de capital, significan que los empleadores corporativos están cada vez más vaciados y sólo mantienen el control del proceso físico de producción mediante ficciones legales. Cuando tanta parte física de la producción se externaliza al taller semiesclavista o a la producción casera, la corporación se convierte en un nodo redundante que se puede rodear: los trabajadores pueden pasar a producir de forma independiente, eliminar al intermediario, y tratar directamente con los proveedores y clientes.

Un ejemplo de la debilidad de esta segunda etapa del seudomorfo es la relación de los grandes conglomerados automovilísticos con sus proveedores de piezas hoy en día, en comparación con la época en la que Galbraith escribió El Nuevo Estado Industrial cuarenta años atrás. Según escribía Galbraith, la relación entre los fabricantes y sus proveedores era de control unilateral del mercado. Hoy en día, General Motors y Toyota probablemente tienen muchos proveedores en común. Refiriéndonos solamente a las capacidades técnicas de dichos proveedores, es bastante factible que puedan producir piezas genéricas en competencia con las de los gigantes del motor, producir componentes modulares diseñados para una plataforma de GM o Toyota, o incluso aliarse para producir diseños de coches basados en los chasis y bloques de motor de GM o Toyota. Lo único que les impide hacerlo son las leyes de marcas y patentes.

52 Piore and Sabel, Second Industrial Divide, págs. 226-227. 53 David Pollard, “Ten Important Business Trends”, How to Save the World, 12 de mayo de 2009

<http://blogs.salon.com/0002007/2009/05/12.html#a2377>. * «To be screwed» no tiene otra traducción precisa, me temo (N. del T.)

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Cómo (no) parar la crisis de valor: expropiar bienes digitales libres

Tal como comenta Michel Bauwens, cada vez es más difícil capturar valor de la propiedad de ideas, diseños y tecnologías (todo lo que Tom Peters mencionaba como los «conceptos» e «intelecto» y forma parte del precio de los bienes de consumo) lo que lleva a una crisis de sostenibilidad del capitalismo.

El «capitalismo cognitivo» es el intento del capital de pasar del capital físico al humano, y capturar valor del reino inmaterial. Bauwens cita la teoría de McKenzie Wark del surgimiento «de una nueva clase “vectorialista” que controla los vectores de información, esto es, los medios por los cuales deben pasar los productos creativos y de información para obtener su valor de cambio». Esto describe «los procesos de los últimos cuarenta años, en el periodo posterior a 1968, que vio una furiosa competencia a través de los activos de conocimiento y su adquisición, que llevó al debilitamiento de los bienes comunes científicos y técnicos. Y lo hacen bastante bien»54.

El capitalismo cognitivo surgió como solución a la insostenibilidad del patrón anterior de crecimiento, basado en la agregación de factores físicos y la expansión hacia nuevas áreas geográficas. Bauwens usa la analogía de la antigua economía esclavista, que dependía de la expansión militar y la adquisición de nuevas fuentes de esclavos para compensar el estancamiento interno y la falta de productividad del sistema. Cuando éste alcanzó sus límites de expansión externa, trató de alcanzar un desarrollo mayor a través del sistema de señoríos, que convertía al esclavo en un siervo que tenía mayor incentivo a trabajar la tierra con eficiencia.

La alternativa al desarrollo extensivo es la intensificación, como pasó en la transición de esclavismo a feudalismo. Pero hay que notar que al hacerlo el sistema cambió, la lógica principal no era la misma. La visión de nuestra economía actual es por ello una de desarrollo intensivo, el crecimiento en el campo inmaterial, y a eso apunta la economía de experiencias. La esperanza que hay es que los negocios simplemente se expandan al campo inmaterial de las experiencias.55

El Estado, como garante de la sociedad de observación continua y los bloqueos de copyright, es parte central de este modelo de negocio. Soderberg vincula la crisis de realización de valor bajo el capitalismo de Estado a la dependencia que presenta el capital con respecto a dicho Estado para capturar el valor que hay en la producción social y redistribuirlo a los dueños de las grandes empresas. Esto se expresa en forma de la ley de «propiedad intelectual», además de subvenciones directas del contribuyente a las corporaciones. Bauwens compara, específicamente, la vigilancia de las fotocopiadoras en la URSS para proteger el poder de las elites de allí con la vigilancia que se realiza en este país [Estados Unidos] sobre los medios de

54 Michel Bauwens, P2P and Human Evolution. Borrador de 1.994 (Foundation for P2P Alternatives, June 15, 2005) <http://integralvisioning.org/article.php?story=p2ptheory1>.

55 Michel Bauwens, "Can the experience economy be capitalist?" P2P Foundation Blog, 27 de septiembre de 2007 <http://blog.p2pfoundation.net/can-the-experience-economy-be-capitalist/2007/09/27>. La tesis de Joseph Tainter sobre que el colapso de las sociedades complejas es resultado de la productividad marginal decreciente al incrementarse su complejidad o expandirse, tiene relevancia en este caso, y se presenta en The Collapse of Complex Societies (Cambridge, Nueva York, New Rochelle, Melbourne, Sydney: Cambridge University Press, 1988). En particular, Bauwens se refiere a él en la tesis por la cual la civilización romana fracasó como resultado de su incapacidad para añadir nuevos insumos de forma extensivo a través de la expansión territorial. Como veremos en breve más abajo, es la incapacidad del sistema económico actual para capturar suficientes ingresos marginales de las nuevas inversiones e innovaciones lo que lo está destruyendo.

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reproducción digital para proteger el poder de las grandes empresas56. El tema de O'Connor, o sea, la expansión de la parte de los costes operativos del capital que cubre el Estado, también tiene relevancia aquí, habida cuenta de que gran parte de los requisitos previos de la revolución digital se desarrollaron con los dineros públicos57.

El economista Paul Romer, el postulador de la llamada «Teoría del Nuevo Crecimiento», es una suerte de profeta del capitalismo cognitivo. Para Romer, alabado predeciblemente por Ron Bailey, escritor en la publicación Reason, como un «profeta de la post-escasez» la tecnología de dicha etapa generará incrementos en el PIB y la renta per cápita58. Por supuesto, esto no tiene sentido, dado que la tendencia de la innovación post-escasez es reducir el PIB. La razón es que el PIB refleja el coste de los insumos de producción, por lo que cualquier innovación que reduzca los costes generales y de capital, el tiempo de trabajo y los recursos producidos para producir una unidad de bien de consumo provocará la caída del PIB. El modelo de «capitalismo cognitivo» que defienden Romer y gente como Bill Gates, Richard Florida y William McDonough, depende de permitir a una clase rentista de dueños de «propiedad intelectual» convertir los ahorros de costes de producción en beneficios, en lugar de permitir que se difundan al consumidor a través de la competencia de mercado.

En verdad, el enfoque del capitalismo cognitivo está fallando al comprobar que cada vez es más difícil extraer valor de la esfera inmaterial. La estrategia de cargar al Estado con el coste de realizarlo es insostenible. Las potentes encriptaciones disponibles hoy en día, junto con la proliferación de los torrents y el episodio del levantamiento del DeCSS han mostrado que no se puede aplicar la «propiedad intelectual». J. A. Pouwelse y sus coautores estiman que el avance exponencial de la tecnología de compartición de archivos hará que el copyright «deje de poder imponerse en 2010»59. Concretamente mencionan

las descargas y cargas anónimas, y la inyección de contenidos usando una darknet. Dicha darknet impide la censura de internet y la aplicación de la ley de copyright. El proyecto freenetproject.org generó ya una, pero era difícil de usar, lenta y con poco contenido. Las darknets están en conflicto con la segunda característica definitoria de las plataformas P2P. El anonimato completo cuesta ancho de banda adicional y es difícil de juntar con la necesidad de contribuir recursos. Para 2010 las darknets deberían ser capaces de ofrecer el mismo rendimiento que el software P2P tradicional a través de la explotación de las redes sociales. No hay hoy por hoy un método técnico o legal seguro para detenerlas, salvo prohibir el uso de ordenadores en general. Existen razones de peso para pensar que la «computación segura» y el DRM no parecen poder detener las darknets.60

La proliferación de la producción entre pares y el modelo open-source y la imposibilidad de aplicar la legislación de «propiedad intelectual» de la que depende la

56 Johan Soderberg, Hacking Capitalism: The Free and Open Source Software Movement (New York and London: Routledge, 2008), págs. 144-145.

57 O’Connor, Fiscal Crisis of the State. 58 Ronald Bailey, “Post-Scarcity Prophet: Economist Paul Romer on growth, technological change, and an unlimited

human future,” Reason, Diciembre de 2001 <http://www.reason.com/news/show/28243.html>. 59 J.A. Pouwelse, P. Garbacki, D.H.J. Epema, and H.J. Sips, “Pirates and Samaritans: a Decade of Measurements on

Peer Production and their Implications for Net Neutrality and Copyright” (Países Bajos: Escuela Técnica de Delft, 2008) <http://www.tribler.org/trac/wiki/PiratesSamaritans>., pág. 20.

60 Ibídem, pág. 15.

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extracción de valor, está creando un «nuevo gran fondo de información común […] que queda fuera del alcance del capitalismo cognitivo»61. Como resultado, el capital tampoco es capaz de lograr retornos de su propiedad en el reino cognitivo. Según explica Bauwens:

1) El valor no monetario crece de forma exponencial.

2) La monetización de ese valor sólo se puede hacer de forma lineal.

En otras palabras, existe una discrepancia creciente entre la creación directa de valor generado por las relaciones sociales y la “inteligencia colectiva”[...] pero sólo una parte de ese valor se puede capturar con fines monetarios y mercantiles. La innovación se convierte[...] en una propiedad emergente de las redes sociales más que algo que suceda en los departamentos de I+D de las grandes corporaciones: el capital está convirtiéndose en una fuerza que interviene a posteriori de la creación de innovación, antes que una condición sine qua non para esa creación.

Lo que esto anuncia es una crisis de valor[...] pero esencialmente una crisis de acumulación de capital. Ítem más, carecemos de un mecanismo que fuerce a las instituciones a reintegrar el valor que capturan de la sociedad. Ergo, encima de todo ello tenemos una crisis de reproducción social[...]

Así, si bien seguirán existiendo mercados y propiedad privada del capital físico, «la lógica central de la naciente economía de experiencias, al operar en el intercambio de bienes no rivales, probablemente no tendrá el capitalismo como pilar básico»62.

Esto se refleja, en los periodos de estancamiento económico, en que la oferta de trabajo asalariado se reduce, pasando a buscar el autoempleo y la producción de utilidad en la economía informal. Tal fue el caso del estancamiento de la década de los 70 y 80, como describe James O'Connor: «la acumulación de stocks de medios y objetos de reproducción dentro del ámbito doméstico y la comunidad redujo la necesidad de alienarse en el trabajo».

Se acaparaba fuerza de trabajo con el absentismo laboral, las bajas por enfermedad, la jubilación anticipada, la lucha para reducir el número de días trabajado por año, además de otros modos. Esa fuerza de trabajo se utilizaba en la producción de subsistencia […] La economía viva basada en conceptos de tiempo y espacio no capitalistas o enfrentados al sistema se hizo discretamente; en la producción doméstica, la comuna, las cooperativas, las organizaciones de un solo propósito, la clínica de auto-ayuda, el grupo de solidaridad. Paralelo al desarrollo de las economías alternativas y underground se sigue el crecimiento del subempleo […] y el desempleo masivo asociado con la crisis de los 80. El empleo «regular» y sindicado se redujo, lo que se convirtió en un incentivo para desarrollar modos alternativos de producción local […]

[…] Las nuevas relaciones sociales de producción y empleo alternativo, incluyendo las economías informal y underground, amenazaban no ya la disciplina de la fuerza de trabajo, sino también los mercados capitalistas […] Las tecnologías alternativas amenazaban el monopolio capitalista del desarrollo tecnológico[...] El acaparamiento de la fuerza de trabajo amenazó el dominio de la producción por el capital. La retirada de la fuerza de trabajo debilitaba los mecanismos básicos de disciplina social [...]63

Esto se reflejó en el cambio de la innovación a la esfera social, con el surgimiento de la Web 2.0 tras el colapso de la burbuja de las puntocom. Michel Bauwens describió la forma en que dicha innovación ha transicionado al reino de la sociedad y se ha hecho independiente del capital.

Para entender la lógica de esta promesa, podemos ver una crisis seria, aunque menos grave: el colapso de la burbuja de internet en 2000-2001. Como empresario de internet, yo viví personalmente la fase de locura, y la caída, y la experiencia fue un punto clave en la vida porque yo y otros hicimos un

61 Bauwens, P2P and Human Evolution. 62 Bauwens, “Can the experience economy be capitalist?” 63 James O'Connor, Accumulation Crisis (Nueva York: Basil Blackwell, 1984), págs. 184-186.

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importante descubrimiento. Todos los observadores predecían que, sin capital, la innovación se detendría, y que la era del crecimiento rápido de internet se había acabado durante bastante tiempo. Pero en verdad, la realidad fue justo la contraria, y sucedió algo muy raro en apariencia. En verdad, casi todo lo que conocemos, la Web 2.0, el surgimiento de medios sociales y de participación, nació en medio de ese declive. En otras palabras, la innovación no se detuvo, sino que aumentó durante la caída de las inversiones. Esto marcaba una nueva tendencia: el capitalismo y la emprendeduría cada vez estaban más separados, y ésta se convierte en una actividad en red mediante plataformas de colaboración abiertas.

La razón es que la tecnología de internet cambia de forma fundamental las relaciones entre innovación y capital. Antes de internet, en el mundo schumpeteriano, las innovaciones requerían capital para la investigación, investigación que se protegía con copyright y patentes, y hacían falta más fondos para crear las fábricas necesarias. En el mundo post-schumpeteriano, la gente creativa se une a través de internet, crea nuevo software u otro tipo de conocimiento, crean plataformas de colaboración exitosas casi sin dinero, y paradójicamente, sólo necesitan capital cuando tienen éxito y los servidores amenazan con hundirse por la sobrecarga de tráfico. Pensemos por ejemplo en Bittorrent, uno de los programas más importantes de intercambio multimedia, que fue creado por un solo programador, sobreviviendo financieramente a través del uso creativo de unas pocas tarjetas de crédito, y sin fondos externos. Pero internet no es sólo para gente creativa en solitario, sino que permite que grandes comunidades colaboren a través de plataformas. De forma muy importante, no se limita al conocimiento y al software, sino a todo lo que éstos permiten, que incluye la fabricación de bienes. Todo lo que puede ser producido físicamente debe ser «diseñado virtualmente» en primer lugar.

Este fenómeno se llama innovación social o producción social, y cada vez es responsable de más innovaciones[...]

¿Qué tiene esto que ver con la crisis económica en Asia y la situación apremiante de los jóvenes a la que nos referíamos al principio? La buena noticia es esta: en primer lugar, la distinción entre trabajar de forma productiva por un salario y estar en paro está desvaneciéndose. Todas las herramientas técnicas e intelectuales están al alcance de los jóvenes (y de gente más mayor) para continuar involucrados en la producción de valor, y con ello aumentar su experiencia (capital de conocimiento), su vida social (capital de relaciones) y su reputación. Esos tres factores serán básicos para mantenerse no ya elegible para un empleo, sino para mejorar su potencial y sus capacidades.

El papel de las empresas debe estar claro: ellas pueden crear servicios necesarios con valor añadido apoyándose en los bienes comunes de conocimiento, software y diseño creados por la producción social, servicios que sean demandados por los usuarios de dichos productos (como por ejemplo otras empresas) y pueden a su vez contribuir a los bienes comunes de los que toman sus activos, manteniendo una ecología sostenible. Mientras la comunidad de desarrolladores crea valor para que las empresas lo usen, éstas pueden sostener la infraestructura de cooperación que permite el desarrollo continuado-64

Un buen ejemplo de esto es el modo en el que la cultura digital destruyó la economía de California, según Douglas Rushkoff:

El hecho es que la mayoría de negocios de Internet no requieren capital-riesgo. Lo más bello de estas tecnologías es que descentralizan la creación de valor. Cualquier persona con un PC y ancho de banda suficiente puede programar el siguiente gran plug-in de Twitter o Facebook, el siguiente éxito de ventas para iPhone, o la siguiente red social masiva. Si bien unos cuantos miles de dólares ayudan, los cientos de millones que los capitalistas quieren/necesitan invertir simplemente no hacen falta […]

La crisis bancaria empezó con la burbuja puntocom, puesto que aquí había un sector que no necesitaba enormes inversiones de capital para crecer. (Estuve toda la noche al teléfono con un joven emprendedor que había logrado garantizar 20 millones de dólares de fondos de una empresa de capital riesgo. Estábamos buscando modos de poder invertir todo eso, y sólo pudimos imaginar 2 millones como posibles gastos). ¿Qué hace un banco cuando ya no hace falta su dinero?

Así que caen, la base imponible se reduce, las empresas basadas más en su estructura de deuda que en su producción caen con los bancos, y nos comemos una crisis económica. Sí, la culpa es de internet que hizo todo esto.

Pero justo eso por lo que debería verse esta crisis como una oportunidad para celebrarlo: Internet hizo lo que se esperaba de ella, descentralizar la capacidad de crear e intercambiar valor.

64 Michel Bauwens, “Asia needs a Social Innovation Stimulus plan”, P2P Foundation Blog, 23 de marzo de 2009 <http://blog.p2pfoundation.net/asia-needs-a-social-innovation-stimulus-plan/2009/03/23>.

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Ese era el sueño, después de todo. No se trataba simplemente de mandarse mensajitos, sino de eliminar intermediarios de nuestros intercambios. Quitar intermediarios de en medio y permitir a la gente relacionarse y hacer transacciones de forma directa.

Esto es, simplemente, más barato. No hay tanto dinero en ello, quizá no en nuestro caso, en el de la gente que intercambia, pero sí para las instituciones que normalmente extraían valor de nuestras actividades. Si yo puedo crear una aplicación o una página web como esta sin pedir una morterada de dinero al banco, también estoy socavando el sector más grande de los Estados Unidos: el sector financiero.

Si bien hacemos bien en lamentarnos de la caída de la economía de un estado, y de los que vengan posteriormente, debemos (como mínimo) reconocer al auténtico culpable. La tecnología digital no sólo liquidó la economía especulativa, sino que también está preparada para construirnos una economía real.65

Las inversiones en capital físico requeridas para la creación digital simplemente no pueden absorber los excedentes de capital que pululan buscando una salida rentable, a menos que los derechos artificiales de propiedad y las escaseces artificiales puedan usarse para excluir de la producción independiente a todo el mundo menos a los dueños empresariales de la «propiedad intelectual» y fuercen por ley a desembolsar sumas sin relación alguna con los requisitos reales de capital físico para la producción. Dado que tales derechos artificiales son cada vez menos imponibles, el capital de inversión será o bien incapaz de combatir su carácter innecesario ante la producción de bajos costes, o bien de capturar valor eliminando a su competencia.

La transición de la creación de valor fuera del nexo del dinero en efectivo generó una reciente e interesante discusión en la blogosfera entre Tyler Cowen y John Quiggin. Cowen sugería la posibilidad de que buena parte del crecimiento de la productividad de los últimos años se haya hecho «fuera del nexo normal de dinero y generación de ingresos»66. Quiggin, en un artículo justamente llamado «El fin del nexo del dinero» cogió la idea y la desarrolló:

Se ha operado un enorme cambio en la localización de la innovación, y gran parte de ésta se deriva ahora, o depende de bienes públicos producidos fuera de los sectores de mercado y público, en lo que podría denominarse producción social […]

Si las mejoras en el bienestar son cada vez menos dependientes del mercado, tiene sentido reducir la participación en él, por ejemplo trabajando menos horas. La crisis financiera probablemente genere una reducción temporal en la jornada media de trabajo, pero la experiencia de la Depresión y la recesión japonesa de la década de 1990 sugieren que el efecto puede ser permanente [...]67

Si las recesiones económicas, como vimos antes, tienden a expandir la periferia industrial artesana a expensas del núcleo de producción masiva, también aceleran la transición del trabajo asalariado al autoempleo o la producción informal fuera del nexo del dinero en efectivo. La causa principal de la aparente estabilidad en el nivel de desempleo, a pesar de que la población empleada disminuye, es que hay un sector de población «desanimado» que ya no aparece en las listas de empleo. Al mismo tiempo las cifras de autónomos siguen creciendo.

Nosotros [en Canadá] perdimos otros 45.000 trabajos en julio, pero si lo vemos más

65 Douglas Rushkoff, “How the Tech Boom Terminated California's Economy”, Fast Company, 10 de julio de 2009 <http://www.fastcompany.com/article/how-tech-boom-terminated-californias-economy?page=0%2C1>.

66 Tyler Cowen, “Was recent productivity growth an illusion?” Marginal Revolution, 3 de marzo de 2009 <http://www.marginalrevolution.com/marginalrevolution/2009/03/was-recent-productivity-growth-an-illusion.html>.

67 John Quiggin, “The End of the Cash Nexus,” Crooked Timber, 5 de marzo de 2009 <http://crookedtimber.org/2009/03/05/the-end-of-the-cash-nexus>.

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de cerca, la cosa es peor. Había 79.000 trabajadores por cuenta ajena en comparación con las cifras de junio, mientras que el autoempleo creció en 35.000 personas, que se suman a otro gran salto de autoempleo del mes anterior con 37.000 más.

Si juntamos todo vemos un cuadro de grandes pérdidas en trabajos por cuenta ajena, con los titulares de prensa sobre el paro ablandados por el efecto de los trabajadores que o bien dejan de buscar trabajo o se hacen autónomos.68

La referencia de Rushkoff a la base imponible decreciente es particularmente llamativa. Hemos visto antes que en una economía de insumos subvencionados, la demanda de dichos insumos crece de forma exponencial, a un ritmo mayor del cual puede suministrarlos el Estado. El capitalismo estatal llegará a un punto en el cual, con la reducción de las rentas artificiales de propiedad, la base de valor imponible se reduzca justo cuando las grandes empresas requieren de más subvenciones para seguir funcionando. En palabras de Charles Hughes Smith,

¿qué pasaría si el «final del trabajo asalariado» derriba la economía basada en el crédito y el consumo y también al gobierno federal que depende de los impuestos sobre ese compadreo financiero?[...]

¿Qué pasaría si la Web, que está ocupada destruyendo (mediante su creatividad) la prensa escrita, la industria musical y cinematográfica, a Microsoft y otras empresas con modelos de negocio rentistas, acaba destruyendo también los ingresos fiscales basados en los impuestos a salarios y beneficios? ¿Cómo aguantará el gobierno un statu quo basado en endeudarse por dos billones de dólares cada año simplemente para evitar que esas empresas caigan? ¿Qué pasa si esa deuda se manifiesta insostenible?69

La crisis fiscal del estado es acelerada no sólo por el Pico de Petróleo, sino por la desvalorización de la información como fuente de valor. La crisis de retornos del capital de inversión y el colapso de la base imponible en un entorno de crecimiento de la fabricación de bienes con estructuras de bajo coste es el telón de fondo del próximo [a fecha de escribir este documento] libro de Cory Doctorow, Makers70.

La creciente importancia del capital humano con respecto al físico, que es otro efecto de la reducción de requisitos de capital y gastos de gestión para producir, también genera problemas de gobernabilidad para la gran corporación jerárquica y de propietarios ausentes. Al mismo tiempo existe una menor capacidad para imponer los límites corporativos al capital humano por la no aplicación de la «propiedad intelectual». Hace cincuenta años, las grandes inversiones de capital físico servían a la gran empresa como base estructural localizada para controlar los activos físicos. Hoy en día en cada vez más sectores los requisitos de capital para entrar el mercado son considerablemente inferiores. La fuente principal de valor de la corporación es el fondo de comercio y el capital humano, y la «propiedad intelectual» funciona como el soporte

68 Andrew Jackson, “Recession Far From Over,” The Progressive Economics Forum, 7 de agosto de 2009 <http://www.progressive-economics.ca/2009/08/07/recession-far-from-over/>.

69 Charles Hugh Smith, “What if the (Debt Based) Economy Never Comes Back?” Of Two Minds, 2 de julio de 2009 <http://www.oftwominds.com/blogjuly09/what-if07-09.html>.

70 [En la fecha en que se publicó este documento] La primera parte de un manuscrito anterior del libro se serializó como Themepunks en Salon <http://dir.salon.com/story/tech/feature/2005/09/12/themepunks_1/index.html>; la versión impresa final será [fue] publicada por Tor Books en octubre, y está siendo [fue] serializada online por Tor<http://www.tor.com/index.php?option=com_content&view=blog&id=35734>.

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principal de las restricciones de dichas corporaciones, tal como vimos en el segundo documento del C4SS.

En este entorno, lo único que se interpone entre los antiguos dinosaurios mediáticos y la ruina son los derechos de «propiedad intelectual» en la medida en que se puedan seguir aplicando. La propiedad de estos «activos» se convierte en el nuevo fundamento del poder para las jerarquías institucionales y el alcázar de defensa de las lealtades corporativas. Sin eso, en cualquier industria donde se pueda conseguir el equipo básico de producción de forma asequible a todo el mundo y las redes de abajo-arriba desplacen al management como lo conocemos hoy, es probable que las redes cooperativas y autogestionadas también acaben con las jerarquías en la empresa. Si el potencial de la revolución de las redes se sublima,

estaremos ante una redistribución del poder y el dinero acumulados por los gigantes productores de información, cultura y comunicación del pasado siglo (Hollywood, la industria discográfica y las grandes emisoras y gigantes de telecomunicaciones) en favor de un conglomerado difuso de gentes alrededor del mundo, y de los actores económicos que construyan las herramientas que permitan que estas gentes puedan producir su propio entorno de información en vez de tener que comprar uno.71

Relocalización de las manufacturas

Con el declive del «seudomorfo cultural» descrito por Mumford, vemos la resurrección de formas alternativas de producción como respuesta a las crisis sistémicas discutidas anteriormente. Hoy en día, tanto en el sistema SMED [Single Minute Exchange of Dies]* de Toyota como en la producción flexible de las fábricas de la Tercera Italia, la producción fabril se acerca más a un ideal de producción personalizada. Usando componentes modulares y estandarizados y pudiendo intercambiar diversas combinaciones de características, la producción se acerca a un estado en el cual casi cualquier objeto que sale es único. Un pequeño taller puede obtener las economías de uniformidad de la producción en masa, aun cambiando frecuentemente de productos, mediante el simple proceso del diseño modular. La producción lean combina las ventajas de la producción en masa y el sistema artesano. Dicha producción ha tomado dos formas: el Sistema de Producción de Toyota y Emilia-Romagna.

Robert Begg et al. los caracterizan como dos modos de organizar la especialización flexible de forma global: cadenas de producción por iniciativa del productor y por iniciativa del consumidor respectivamente. El primer modelo, del cual casi todos los fabricantes globales son un ejemplo además de la propia Toyota, externaliza su producción a pequeñas redes de proveedores. Tales empresas se llevan la peor parte de las recesiones, y tienen poco poder de negociación contra las empresas grandes que compran su producción dada su dependencia de este patrocinio. El segundo modelo conlleva redes cooperativas de pequeñas empresas que probablemente ni siquiera tengan un gran cliente principal, y la producción se lleva a cabo por tirón de la demanda72. (Por supuesto las grandes empresas, en el primer modelo, son más

71 James C. Bennett, «The End of Capitalism and the Triumph of the Market Economy» de Network Commonwealth: The Future of Nations in the Internet Era (1998, 1999) <http://www.pattern.com/bennettj-endcap.html>.

* Contra la costumbre, el artículo de la Wikipedia en español sobre el concepto es bastante bueno: (N. del T.)72 Robert Begg, Poli Roukova, John Pickles, y Adrian Smith, “Industrial Districts and Commodity Chains: The Garage

Firms of Emilia-Romagna (Italy) and Haskovo (Bulgaria),” Problems of Geography (Sofia, Bulgarian Academy of Sciences), 1-2 (2005), pág. 162. La distinción original fue tomada de G. Gereffi, “International Trade and Industrial Upgrading in the Apparel Commodity Chain,” Journal of International Economics 48:1 (1999), págs. 37-70.

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vulnerables a un eventual puenteo por parte de sus proveedores en red de lo que la descripción de los autores hace pensar).

La parte interesante del Sistema Toyota es que se parece más al sistema de producción a pequeña escala que al fordismo. En muchos aspectos es la Artesanía 2.0.

La producción artesana, como la describe James Womack en The Machine that Changed the World, se caracteriza por

• Una fuerza de trabajo altamente cualificada en el diseño, la operación de máquinas y el encajado […]

• Organizaciones altamente descentralizadas, aunque se concentran en una sola ciudad. La mayoría de las partes y de los diseños de los vehículos venían de los pequeños talleres. El sistema se coordinaba mediante un propietario/empresario en contacto directo con todos los involucrados: clientes, empleadores y proveedores.

• El uso de maquinaria de propósito general para perforar, raspar y realizar distintas operaciones en metal y madera.

• Un volumen de producción muy bajo [...]73

Esa última característica, el volumen de producción bajo (la fábrica de automóviles artesana Panhard et Levassor fabricaba menos de mil vehículos al año) es el resultado de la imposibilidad de hacer partes estándar, que derivaba de la incapacidad de las herramientas de entonces para cortar el acero endurecido. Antes de lograr esta capacidad, hubiera sido una pérdida de tiempo tratar de producir bajo una medida estándar: las partes de acero tenían que cortarse y luego endurecerse, por lo que se deformaban y había que montarlas a mano. La gran mayoría del tiempo de producción se empleaba en limar y montar cada parte de acero en las otras partes de, por ejemplo, un coche.

La gran mayoría de las economías de velocidad logradas por Ford eran resultado no de la línea de montaje (aunque pudo ser útil para mantener el flujo productivo) sino de la mayor precisión y la posibilidad de intercambiar las partes. Ford fue el primero en aprovechar los avances en las máquinas-herramientas que les permitían trabajar con metal ya endurecido. Como resultado, podía producir partes bajo un sistema estandarizado que las mantenía constantes a lo largo de todo el proceso de fabricación74. Con ello eliminó el trabajo de los montadores, la principal fuente de coste y de empleo de tiempo en la producción artesana.

Sin embargo, esta innovación de Ford (la introducción de partes intercambiables producidas de forma estándar) podría haberse incluido en la producción artesana, lo que hubiera disparado la productividad y reducido los costes de dicha forma industrial. Ford logró reducir el ciclo de tiempo de tareas de montaje de 514 minutos a 2,3 minutos en agosto de 1913, antes de que introdujese la línea de montaje. Dicha innovación redujo el tiempo «solamente» [comillas del traductor] de 2,3 a 1,2 minutos75.

Con esta innovación, un artesano podría haber seguido usando maquinaria no especializada e ir cambiando entre productos, mientras usaba herramientas de mecanización precisa para producir partes idénticas de un set de diseños modulares

73 James P. Womack, Daniel T. Jones, and Daniel Roos, The Machine That Changed the World (Nueva York, Toronto,Londres, Sydney: The Free Press, 1990 and 2007), pág. 22.

74 Ibídem, págs. 24-25.75 Ibídem, págs. 25-26.

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estandarizados. Al eliminar el coste principal de montaje en la producción personalizada («el limado y el ajuste de partes […] se eliminó»), y reducir el coste de preparación (lo que veremos más abajo), los productores artesanos podrían haber logrado muchas de las economías que genera la producción en masa sin los costes de centralizar todo que estudiamos en el documento anterior.

En una brillante ilustración de la tendencia de la historia a resurgir como una farsa, el sistema de lotes y colas taylorista de General Motors resucitó el antiguo trabajo del montador, que supuestamente había sido desterrado para siempre por la producción estandarizada, por la necesidad de afrontar los enormes lotes defectuosos. En la planta de Framingham, además del inventario de semanas acumulado en las estaciones de trabajo, Waddell et al. encontraron a los trabajadores «pugnando para ajustar partes que no encajaban bien en los modelos de Oldsmobile Ciera que estaban montando»76.

La otra fuente de costes de la producción artesana era el tiempo de preparación: con esto me refiero al tiempo y al costo que conlleva que los operarios de maquinaria reajusten las máquinas para productos distintos. Ford redujo el tiempo de preparación con maquinaria específica al producto, simplificada mediante plantillas y planos para asegurar que funcionaban de forma estándar77. El problema es que este sistema requería la producción por lotes grandes, que genera todas las ineficiencias que vimos en el capítulo segundo del documento anterior.

Esta segunda fuente de costes se superó en el Sistema Toyota con el sistema SMED diseñado por Taichi Ohno, que reducía el tiempo de preparación para cambiar entre productos en varios órdenes de magnitud. En tiempos de la Segunda Guerra Mundial, en la producción americana a gran escala, los fabricantes dedicaban una serie de presas para hacer algunas partes durante meses o años de forma que pudieran minimizar los costes unitarios de parar las máquinas un día o dos para cambiar las herramientas78. Ohno empezó a experimentar con máquinas americanas usadas a finales de los 40, y una década más tarde ya había reducido el cambio de herramientas a tres minutos, Al hacerlo, descubrió que gracias a la eliminación de los inventarios intermedios y a que se podían ver los defectos desde la fuente, «costaba menos hacer pequeños lotes de sellos que lotes enormes»79. Ohno logró transformar la maquinaria de producción masiva en maquinaria de uso general.

Por su parte, en zonas industriales como Emilia-Romagna, el problema de los tiempos de preparación y readecuación se solventó desarrollando máquinas flexibles multipropósito, particularmente las pequeñas máquinas controladas por ordenador que la revolución de los microprocesadores permitió a partir de los años 70. Las innovaciones de Ford en el corte de precisión de metal endurecido, que permitió estandarizar partes, y la eliminación del tiempo de preparación con las máquinas controladas por ordenador, permitieron a la producción artesana capturar las economías de la producción masiva.

Las máquinas-herramientas controladas por computador de la industria masiva estadounidense, reducidas gracias a la revolución de los microprocesadores, se volvieron una forma viable de maquinaria general para los talleres. Tal como lo

76 Ibídem, pág. 78.77 Ibídem, pág. 33.78 Ibídem, pág. 51.79 Ibídem, pág. 52.

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desarrollaron los japoneses, era

una nueva forma de máquina-herramienta: equipos multipropósito controlados por ordenador, apropiados para los miles de pequeños y medianos talleres que producen buena parte de los lotes de producción en la carpintería de metal. Hasta mitad de los años 70, la experiencia en Estados Unidos sugería que esas máquinas-herramientas sólo se podían usar de forma económica en grandes empresas, sobre todo vinculadas a la industria aeroespacial: en esas firmas las herramientas eran programadas por técnicos con gran formación en matemáticas para crear componentes complejos. Sin embargo, los avances de los setenta en la computación y los semiconductores permitieron crear nuevas máquinas controladas de forma numérica y por ordenador. Las máquinas numéricas podían programarse para hacerse cargo de muchas tareas simples que componen la labor de mecanización. Los microprocesadores insertos en los equipos permitían a un trabajador cualificado enseñar una secuencia de cortes a la máquina simplemente haciéndolos una vez, o llevando su conocimiento a un programa a través de órdenes simples introducidas mediante un teclado situado en otra parte del taller.80

El sistema de Ohno era básicamente un retorno a la producción mediante métodos de fabricación artesanal, pero con la velocidad de la línea de montaje de la producción fordista. A través del SMED, las máquinas de la fábrica se asemejaban más a las funciones de la maquinaria general que a la maquinaria especializada e inflexible de General Motors. Sin embargo, con las capacidades de corte de precisión y unos cuantos diseños modulares y estandarizados se podían conseguir las mismas economías de velocidad que en la producción masiva.

Ya describimos, en el documento anterior, cómo las «economías de velocidad» sloanistas son diferentes de las del Sistema Toyota. Irónicamente, según William Waddell y Norman Bodek, los fabricantes lean como Toyota redicen los costes directos de trabajo (la supuesta justificación del sloanismo) «en escalas que dejan muy atrás a las empresas sloanistas».

La tecnología fundamental para reducir los costes laborales directos en más de un cincuenta por ciento tiene más de sesenta años. Los motores eléctricos pequeños con capacidad de mover una máquina-herramienta tuvieron un impacto despreciable en la productividad americana, pero una enorme influencia en Japón.

Cuando se retiraron las correas de las máquinas, y cada máquina pudo moverse con su propio motor eléctrico, se abrió la puerta a incrementos de productividad similares a los que Henry Ford obtuvo con la línea de montaje[...]

[…]Llegó el momento en la evolución de la tecnología eléctrica en el que cada máquina podía llevar su propio motor, Los motores eran suficientemente pequeños, potentes y asequibles para desterrar las correas y los ejes […]

En el pensamiento americano esto no era muy importante. El sistema de Sloan estaba firmemente establecido para el tiempo en que se quitaron las correas y los ejes. La eficiencia se percibía como el resultado de hacer funcionar las máquinas a toda velocidad haciendo grandes lotes. Seguía habiendo un operario por cada máquina, y maximizar el producto del coste laboral de ese operario era el objetivo. Si las máquinas estaban alineadas en filas o distribuidas aleatoriamente por la fábrica no era relevante a efectos de esa ecuación.

Shigeo Shingo presentó un documento en una conferencia técnica organizada por la Asociación Japonesa de Management en 1946, titulado “El mecanismo productivo de proceso y operación”. Shingo defendía que optimizar el proceso productivo en su conjunto[...] era clave en la fabricación. Citando a

80 Piore and Sabel, Second Industrial Divide, pág. 218.

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Shingo, «Las mejoras en los procesos se deben efectuar antes de la mejora en las operaciones». Mientras que los americanos veían la fabricación como una serie de operaciones aisladas, los japoneses la entendían como un flujo. La colocación de las máquinas era relevante para un concepto de flujo, mientras que no es importante para quien se preocupaba de las operaciones aisladas. Para Shingo, la flexibilidad para colocar las máquinas donde lo considerara necesario abría el camino para aumentar la productividad de forma fabulosa.81

En otras palabras, la fabricación lean, volviendo a citar a Sabel y Piore, es básicamente el descubrimiento, después de un siglo de errores, de la forma correcta de integrar la energía eléctrica en la creación de bienes.

Emilia-Romagna es parte de un fenómeno mayor, la llamada «Tercera Italia»en contraposición a los viejos triángulos industriales de Milán, Turín y Génova, y la agricultura de plantaciones presente en Nápoles y Sicilia:

una vasta red de pequeñas empresas distribuidas por los pueblos y ciudades pequeñas de Italia central y nororiental, dentro y alrededor de Bolonia, Florencia, Ancona y Venecia […] Estos pequeños talleres abarcan el espectro de toda la estructura industrial moderna, desde zapatos, cerámica, textiles y adornos hasta motocicletas, equipo agrícola, piezas de automóviles y máquinas-herramientas.82

Si bien estos talleres (bastante pequeños, sin que sea raro ver menos de diez trabajadores por taller) «realizan una enorme variedad de operaciones asociadas con la producción en masa», lo hacen usando «técnicas de artesanos más que técnicas industriales de producción»83.

Una fábrica típica se encuentra en el piso a pie de calle de un edificio, con dos o tres pisos de apartamentos para las familias que la poseen.

Las zonas de trabajo son limpias y espaciosas. Hay una serie de operaciones manuales diseminadas junto a las maquinizadas. Por contra, la maquinaria es totalmente moderna en tecnología y diseño: a veces es simplemente una versión a escala menor de lo que se ve en las fábricas modernas, o una versión reducida de una máquina más pequeña. El trabajo se opera de forma racional: las piezas de trabajo se desplazan por pequeñas cintas transportadoras, cuyos giros y quiebros dan la impresión de que se ve una fábrica en una casa de muñecas.84

En la escala de producción más pequeña, «la producción se centra en el garaje[...]». A pesar de la alta productividad, el ritmo de trabajo es relajado, y la producción se detiene cada día para que los trabajadores se retiren a sus aposentos de arriba y se tomen la comida tranquilos o se echen una siesta85.

La producción en el modelo de Emilia-Romagna se regula según la base del «tirón de la demanda»: la maquinaria de uso general permite producir en pequeños lotes y cambiar de una línea de producto a otra rápida y frecuentemente según vienen los pedidos. Además, dado que las etapas de producción están divididas una relación de red entre los productores, se puede lograr cambiar las relaciones contractuales entre

81 Waddell y Bodek, págs. 119-122.82 Piore y Sabel, “Italian Small Business Development: Lessons for U.S. Industrial Policy,” in John Zysman and Laura

Tyson, eds., American Industry in International Competition: Governnment Policies and Corporate Strategies (Ithaca y London: Cornell University Press, 1983).

83 Ibídem, págs. 392-393.84 Ibídem, pág. 394.85 Ibídem, pág. 394.

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productores y clientes de forma relativamente poco costosa86.

Si bien las pequeñas subcontratas de un sector son muy celosas de su independencia y competitivas, también tienden a colaborar a medida que se especializan, «subcontratando cosas a cada una o compartiendo el coste de la innovación en diseño de máquinas que sería demasiado cara para que un productor individual la afronte». Hay una tendencia a cooperar especialmente porque las relaciones de red entre las empresas pueden cambiar rápidamente según la demanda y las empresas acabarán subcontratándose entre sí en algún momento87. Piore y Sabel describen la fluidez de las cadenas de suministro en una zona industrial:

La variabilidad de la demanda implicaba que los patrones de subcontratación cambiaban continuamente. Las empresas que habían infraestimado la demanda de un año podrían subcontratar el exceso con competidores peor situados que estuvieran luchando para adaptarse. Sin embargo, la situación podría ser la contraria el año siguiente, y los ganadores del año pasado tendrían que ceder sus equipos a los perdedores. En esas circunstancias, cualquier empleado podría ser una subcontrata, cualquier subcontrata un fabricante, y cualquier fabricante un empleado.88

Con el declive de la primera etapa del seudomorfo paleotécnico, la fabricación flexible es la tendencia del futuro, aunque aún se encuentra atrapada en un marco corporativo centralizado. Pero mejor aún, la fabricación flexible en red promete romper las cadenas de dicho marco sistémico y convertirse en la base de una sociedad fundamentalmente distinta.

Si decimos que el Sistema Toyota es una mejora de gran magnitud en eficiencia sobre el sistema de producción masiva, H. Thomas Johnson comenta que la producción en el modelo de Emilia-Romagna es la aplicación ideal de los principios de Ohno. Si bien los logros del mánager japonés de Toyota fueron impresionantes, introducir esos métodos de producción en el marco de una corporación transnacional equivalía a poner vino nuevo en odres viejos*. Los métodos lean se ajustan de forma perfecta a una economía manufacturera relocalizada. Esto es otro ejemplo de la decadencia del seudomorfo cultural que vimos en el capítulo anterior: la captura temporal de las técnicas de fabricación ajustada en el encapsulamiento de la corporación centralizada.

En su prólogo a The Rebirth of American Industry, una biblia para los partidarios del Sistema Toyota en Estados Unidos, Johnson escribe:

Algunos ven los métodos lean como la forma de restablecer los enormes fabricantes que han hecho famosa a la economía estadounidense en el último medio siglo.

[…] Las fuentes de energía provenientes de combustibles fósiles que siempre han apoyado esas operaciones productivas ya no se entienden como inagotables. Una propuesta bastante atinada es la de reconstruir nuestra economía alrededor de organizaciones de ámbito local a pequeña escala que provean a la gente del estándar de vida que ya tienen, pero con menor consumo de recursos y energía. Ayudar a crear una economía local sostenible puede ser la frontera más importante para los diseñadores de operaciones de producción ajustada. El tiempo lo dirá.89

El modelo de distribución de «almacenes sobre ruedas» (o barcos de contenedores)

86 Piore and Sabel, Second Industrial Divide, págs. 29-30.87 Piore and Sabel, “Italian Small Business Development,” págs. 400-401.88 Piore and Sabel, Second Industrial Divide, pág. 32.* Esto es una referencia bíblica que ya dio título al primer paper del C4SS de Carson (N. del T.)89 H. Thomas Johnson, "Foreword," William H. Waddell and Norman Bodek, Rebirth of American Industry: A Study

of Lean Management (Vancouver, WA: PCS Press, 2005), p. xxi.

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usado por las corporaciones centralizadas, incluso las que apuestan por métodos lean como es el caso de Toyota, está fundamentalmente en contra de dicho tipo de producción. La producción lean trata de eliminar inventarios ajustando la producción según un modelo de «tirón de demanda». Las largas cadenas de distribución simplemente esconden los grandes inventarios de las fábricas sloanistas. Simplemente los inventarios de bienes terminados se mantienen, sólo que se los mantiene en movimiento.

Eric Husman, que escribe en el blog GrimReader y es un entusiasta defensor de la producción ajustada, ha señalado los «almacenes rodantes» como una versión externalizada de los inventarios sloanistas.

Para otra visión de autosuficiencia (y siento seguir con un tema tan viejo, pero es un paralelismo increíble) tenemos la literatura lean sobre producción local. En Lean Thinking, Womack et al. discuten las complicaciones existentes en una lata de aluminio. De la mina a la fundición, y luego de la laminadora al fabricante de envases hay meses de tiempo entre el almacenaje y el transporte, pero el procesado sólo dura tres horas. Buena parte del laminado de aluminio se hace en Noruega y/o Suecia, donde la energía hidroeléctrica hace que la producción de aluminio desde la alúmina en las piedras de bauxita sea barata y relativamente limpia. A partir de ahí, las latas se envían a un embotellador, que las tendrá un par de días más mientras las llena, para luego enviarlas, y que las guarde el supermercado, y por último que el consumidor las compre, guarde en su despensa, y beba de ellas. En resumen, el proceso dura 319 días desde la mina a sus labios, y usted sólo usa de verdad la lata unos minutos. El proceso produce un 24% de chatarra, la mayoría de la cual se recicla en origen, porque las latas se hacen en un sitio y se envían vacías al embotellador, dañándose por el camino. Es una historia sorprendente conocer el derroche total del proceso, y sin embargo, da como resultado un producto que, fuera de las externalidades, cuesta muy poco al usuario final ¿Podría hacerse esto a escala local? Todos los pueblos están sumergidos en mares de latas de aluminio, y el coste de reprocesar las latas usadas es mayor que el de procesar latas desde bauxita sin usar (que es la razón por la que Reynolds y ALCOA compran aluminio usado).

Llevando el problema a su conclusión lógica, Bill Waddell y otros consultores lean han tratado de convencer a los fabricantes de que si echasen a los chicos con MBA y aprendiesen a fabricar de verdad, podrían hacerlo de forma mucho más barata en casa que deslocalizando su producción. Los costes laborales no son decisivos, da igual lo que diga la escuela sloanista local: los trabajadores americanos son más caros que los extranjeros, pero también son más productivos. Por otro lado, todos los (quiméricos) ahorros que vengan de usar fuerza de trabajo más barata probablemente se pierdan en los costes de transporte. Piensen en la flota de contenedores en buques de carga entre este país y Asia como un enorme almacén oceánico, que no sólo cobra alquiler, sino también cuesta dinero en gasolina. 90

Sobre el ejemplo específico de las latas de aluminio, Womack et al. especulan que la lenta adopción del reciclaje resulta de la evaluación de su eficiencia como un paso aislado y no en términos de sus efectos en la corriente productiva en su conjunto. Si la tasa de reciclaje se aproximase al 100,

surgirían interesantes posibilidades para la corriente de valor entera. Pequeñas fundiciones con mini-laminadores integrados podrían colocarse cerca de los fabricantes de latas en Inglaterra, eliminando gran parte del tiempo, las distancias problemas de espacio que se afrontan en todos los pasos siguientes.91

Una dinámica similar podría surgir de la proliferación de pequeñas plantas adaptadas a las necesidades locales, de forma que la industria a pequeña escala

90 Husman, "Human Scale Part III—Self-Sufficiency", blog GrimReader, 2 de octubre de 2006<http://www.zianet.com/ehusman/weblog/2006/10/human-scale-part-iii-self-sufficiency.html>.91 James P. Womack and Daniel T. Jones, Lean Thinking: Banish Waste and Create Wealth in Your Corporation

(Simon & Schuster, 1996), pág. 43. Además, el lento despegue del reciclaje puede ser el reflejo de la organización burocrática de altos costes que vimos diseccionado por Paul Goodman en el capítulo segundo del documento anterior. Como cuentan Karl Hess y David Morris en Neighborhood Power, un grupo de una iglesia local creó un centro de reciclaje que, llevado por gente de local, lograba afrontar el problema de la basura en la zona y generar entre 20 y 50 dólares (de los años 70) por tonelada. Karl Hess y David Morris, Neighborhood Power: The New Localism (Boston: Beacon Press, 1975), pág. 139.

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obtenga sus insumos de acero del reciclaje de chatarra local.

Como señalan Womack et al., la producción ajustada (bien entendida) no solamente requiere escalar la maquinaria con respecto al flujo de producción dentro de la fábrica: también necesita calibrar el tamaño de la propia fábrica según la demanda local, y colocarla en el lugar más cercano posible al punto de consumo, de forma que se elimine en lo posible el «inventario móvil» en camiones y barcos, Es necesario «ajustar la producción y el diseño en el lugar adecuado para servir a los consumidores».

Del mismo modo en que muchos fabricantes se han concentrado en instalar máquinas más grandes y rápidas para eliminar el coste laboral directo, también se han centrado en crear enormes instalaciones centralizadas para familias de productos […] mientras externalizaban más y más partes de la fabricación de piezas hacia otras fábricas centralizadas que sirven a muchos destinatarios finales. Para empeorar las cosas, éstas suelen estar situadas en la parte equivocada para sus operaciones de ingeniería y sus clientes […] para reducir el coste laboral por hora.

El proceso productivo en estas instalaciones lejanas y de gran tamaño podría adoptar un cierto flujo, pero […] el flujo del producto se para al salir de la planta. En el caso de las bicicletas, se trata de tener el producto terminado esperando mientras se llene el contenedor destinado al almacén de una firma que da los toques finales en Norteamérica, luego enviar los contenedores al puerto, en el que esperarán a la llegada de un enorme buque de transporte de contenedores. Tras unas cuantas semanas en el océano, los contenedores se cargan en camión a uno de los almacenes regionales de la firma, en el cual las bicicletas seguirán esperando hasta que se envíen al almacén de un cliente, y mantenerse ahí. En otras palabras: no hay tal flujo salvo en una pequeña parte de la cadena de valor en una planta aislada.

El resultado son altos costes de logística y grandes inventarios de unidades terminadas, tanto de camino como en los almacenes del vendedor[...] Si se analizan cuidadosamente, estos costes y pérdidas de ingresos superan los ahorros de costes derivados de los salarios bajos, que se pueden obtener en todo casi si se emplazan instalaciones más pequeñas y fluidas que incorporen más pasos del proceso de producción, y mucho más cerca del cliente.92

Para conseguir la escala necesaria para justificar este grado de automatización, normalmente sería necesario servir al mundo entero desde una sola instalación, pero los consumidores querrán tener el producto que desean cuando lo desean […] Se deduce que los océanos y la producción lean no son compatibles. Creemos que, en casi todos los casos, localizar sistemas de producción más pequeños y menos automatizados dentro del mercado donde se vende generará menores costes totales (contando la logística y el coste de bienes rechazados que nadie quiere cuando llegan) y una mayor satisfacción de los consumidores.93

Conclusión

Las recesiones económicas, como vemos, tienden a incrementar la periferia de fabricación individual a costa del núcleo de producción en masa: en la erosión estructural a largo plazo de este modelo, tras las últimas décadas de estancamiento, se está operando un cambio hacia la producción artesana relocalizada.

Del mismo modo, las recesiones económicas históricamente han incrementado la producción en la economía informal a expensas del trabajo asalariado, y los cambios estructurales de los últimos años apuntan a una transición permanente de creación de valor de uso hacia fuera del nexo de dinero, y de la producción desde el sistema asalariado hacia los sectores de economía informal y doméstica. Ese será el tema del siguiente documento del C4SS.

92 Womack, Lean Thinking, pág. 64.93 Ibídem, pág. 244.

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