De por qué no se puede traducir en femenino

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  • 8/6/2019 De por qu no se puede traducir en femenino

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    E TRADUCIR ENFEMENINO

    Af1 CARMEN FRICA VIDAL CLARAMONTEUniversidad de Salamanca

    .-. En el umbral del tercer milenio, hablar de la liberacin de la mujer es ya casi un tpi-co. La situacin de las mujeres a finales de este siglo es, evidentemente, mucho mejor quehace aos, Igracias a las luchas feministas que en todos los mbitos de la vida han venidoactuando -a veces de forma radical- especialmente a lo largo del presente siglo, aun-que cabra recordar a otras muchas mujeres que, incluso con su propia vida contribuyeroncon anterioridad a que los cambios acaecidos en el siglo :J:X fueran posibles (Mary, Wpllstonecraft, Olympia de Gouges, la Primera Convencin sobre los derechos de laMujer en Seneca Falls en 1848 o la fundacin de la National Women Suffrage Associa-tio n en 1868)?Sin querer extenderme en este punto de las luchas feministas, pues no es ste ni elmomento ni el lugar y porque, adems, es algo ya bastante conocido por todos y biendocumentado en una ingente bibliografia, dir que esos cambios sociales se han rnanifes-jado en todos los mbitos de la vida, entre ellos la literatura (donde algunas estudiosascomo Elaine Showalter han querido hacer una historia de la literatura exclusivamente demujeres), la filosofia, la historia, el arte y un largo etctera. En todos esos campos de lashuwanidades se ha intentado ir poco a poco recuperando a las mujeres que quedaroneclipsadas por la obra de los varones. Se ha elaborado un arte, una literatura, una historiaalejadas de lo que Audre Lorde ha llamado la "norma mtica" (la del varn blanco occi-dental joven, heterosexual y bien situado econmica y socialmente). En suma, el feminis-mo ha conseguido que la mujer deje de ser una,presencia esttica para convertirse en un agentesocial; ha puesto en litigio las normas tradicionales y ha socavado, as, el fa.logocentrismo.A 'esta situacin ha contribuido, evidentemente, el ambiente cultural de la segundamitaddel siglo XX. En efecto, con el paso del Estructuralismo al Post-estructuralisrno seprodujeron muchos cambios en la forma de concebir conceptos tan importantes para las

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    (N~obstante, es obvio que todava queda mucho por hacer: "Como seala la eurodiputada AntoinetteFouque, en referencia a los datos expuestos en la Cumbre Social de Copenhague, el 70% de los ms pobresenel'rnundo son mujeres. En Europa la proporcin es la misma. La pobreza se feminiza; incorporadas rnasr-vamen!een el mundo del trabajo, las mujeres ocupan sobre todo empleos precarios o a un tiempo parcial yrep:esenan el 55% de los parados de larga duracin y un 90% de los cabezas de familia monoparentales. LasmUjeresson, pues, las excluidas entre los excluidos. Un largo camino que requiere de acciones polticas,.gtobalesy consensuadas". Rosa Mara Rodrguez Magda, "Introduccin. El umbral de un nuevo milenio",enRornn lvarez y_Wendy Stokes (eds.): La mujer ante el Tercer Milenio: arte, literatura, transformacio-nessocitiles, Salamanca- Valencia, Plaza Universitaria-The British Council -Funddcin Valencia III Milenio-1 JNESCO, 1997, p . 14.

    , 2 Vase Rosa Mara Rodrguez Magda, "Mujer y transmodemidad", en Romn lvarez (ed.): La pre-senciaausente: perspectivas interdisciplinares de la posmodernidad, Cceres, Universidad de Extremadura,1994, pp. 41-60 . .

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    Humanidades (aunque tambin para las Ciencias) como los de Sujeto , Verdad, Repre.sentacin , Progreso, Lenguaje, Epistemologa, y otros muchos. Aparecen nociones nue:vas como las de pensamiento "dbil", que explica Vatt im o; la filosof a "anormal"',deRorty; la muerte de los grandes relatos de Lyotard;los juegos del lenguaje de W ittgens.te in , la escritu ra del desastre de B lanchot; la muerte del autor de Barthes y la preguntasobre el m ism o de Foucault; la cultura como simulacro de Baudrillard ; la era del vaco deLip ovestky; la literatura exhausta de Barth ; la para taxis de Barth elm e; la cultura de laqueja de Hughes; la tentacin de la inocencia de Bru ckner.Podramos seguir, pero todos estos nombres, ta n distintos entre s, nos dan una idea decmo han cambiado las cosas, de cmo se ha ido configurando un ambiente de apertura,,heterogeneidad, multiplic id ad y antijerarqua . La teora de la traduccin no poda perm a,necer aje na a e stas metamorfosis. Y , as, como ya es de sobra conocido, durante la seg6.da m itad del presente siglo se pas de la definicin de Catford de la traduccin como u~aactividad cuyo fin ltim o deba ser encontrar la equivalencia absolu ta a la definicir{deToury , segn la cual traduccin es cualquier cosa que la c ultu ra receptora consid ere traduccihy, si queremos ir todava ms lejo s, podramos mencionar la teora de la "radical tr anslation"'if~Qui~e o el concepto de "transform aci n" --que no de traduccin- de Derrida. ,'~ ~Este es el ambiente, pues, que a fin ales de lo s setenta y princip io s de los ochenta ncontraron una serie de tericas fem inis tas canadienses en un pas especialm ente sensib ili-zado con lo s problemas de traduccin por la situacin poltica, social y cultu ral de Cana-d. Tomando como punto de partida el post-estructurali smo, surgie ron una serie de 'tt~ .ductoras como Susanne de Lotbinire-Harwood , B arbara G odard, Suzanne Jill Levine,Carol M aier y otr as, que se negaban a seguir viviendo una doble m arginalidad, la de[ermuje r y adems dedicarse a una actividad largam ente consid erada secundaria.' Para e'!'o

    ,fr- ,desean acabar con un lenguaje sexista y con la larga lista de conceptos que relegan 'alamujer ya la traduccin tanto en el mbito social como en el literario: las traducciones'yano son las bellas infieles (que, como la mujer, deban ser o bellas o fieles) ni tam pototraducir es una actividad pasiva (entendid a tradicionalmente como un sim ple modo:'de. . .transmisin equivalente ) que contrasta con la actividad creadora del te xto o rig inal. '. '::Todo lo contrario. En sinton a con la s te ora s hennenuticas de la traduccin (me~~s.'to y refi riendo a un Gadamer, por ejemplo) y post-estructuralistas (c oncretamente di~ri-deanas), las fem inistas canadienses aseguran que la tr aductora debe ser creadora, d~gbque las oposiciones binarias y jerrquicas entre orig in al/traduccin, bueno/malo, pri irf~-rio/secundario, etc., deben desaparecer. La traductora reescribe, manipula, interviene er\1pl

    J Va nse lo s siguientes libros y artculos: Susan ne De Lotbin iere-H arwood : Re-be/le et Infidele. La p ; . 'duction comme pratique de rcriture au fminin. The Body Bilingual. Translation as a Rewriting i,!.heFeminine, Montreal, Women 's Press -I es ditions du remue-mnage, 1991; B arb ara G od ard : ''T ra nsl!\ tingand Sexual D ifference", Resources for Feminist Research (1984), 13, 3, pp, 13-16; Barbara G09i!fd:"Translating (W ith) the Speculum", Traduction, Terminologie, Rdaction (1991), 4, 2, pp. 85-121; D~vid .Homel y Sherry Sim on (eds) : Mapping Literature. The Art and Po/itics of Translaon, Montrea l, Vhi9,ule,1988; Suzanne Ji ll Levine: "Translation as (Sub)Version: On Translat ing Infante's lnferno", Sub-stqnce .(1983), 42, pp. 85-94; '- Nikolaidou y M . Lpez Villalb a: "R-belle et infidle o el papel de la traductoa",en Esth er Morillas y Juan Pablo Arias (eds.): E/ papel de/ traductor, Salam anca, Colegio de Espaa, 19?,7;Sherr y Sim on: Gender in Translation. Cultural Identity and the Politics of Transmission, Londres, Rout-ledge, 1996; Luise von Flotow : "Feminist Tra nslation: Contexts, Practices an d T heo ries", Traduction. .Ter:minologie, Rdaction (1991),4, 2, pp. 69-84. '-

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    M"CARMENAFRICA VIDAL CLARAMONIE 231, -,texto,con el fin de cambiar determinadas expresiones machistas o de dominacin en ge-neral. Como dice Lotbinire-Harwood, el yo que traduce no es neutral, nunca lo ha sido,es en cambio un cuerpo sexuado. Para estas tericas y traductoras, traducir es una activi-

    dad poltica que se tiene que utilizar para resexualizar el lenguaje, para luchar contra la.::~Qresin, para defender unas determinadas ideas polticas. La traductora deja de estar s~metida al Autor; tiene, en cambio, autonoma gnoseolgica y se la reconoce como'agente poltico y social de cambio ..': Segn Barbara Godard, la traduccin es un proceso de transformacin, entendiendoeste trmino como construccin de significados. Traducir no es re-producir sino producir.'activamente, Y as la diferencia se torna en las traducciones feministas en un conceptop~sitivo. La traduccin feminista es, comenta Barbara Godard, la diferencia a pesar de lasimilitud. La traductora feminista debe afirmar su diferencia crtica, se muestra encantadapoilas interminables relecturas y reescrituras de los textos y por su manipulacin. Lo queQ0dard llama "Womanhandling the text" significa que la traductora se convierte en parti-'" ',~cibanteactiva en la creacin de significado.',}EI resultado prctico de todo esto es que, descarada y conscientemente, se cambian,aquellas frases del texto original que no responden a la ideologa de la traductora: as,Suzanne Jill Levine, en su traduccin al ingls de La habana para un infante diJunto deGuillenno Cabrera Infante, traduce "no one man can rape a woman" por "no wee man

    :: Itan rape a woman" o "fin de siglo" por "gay nineties". Por su parte, Lotbinire-Harwood, al traducir Lettres d'une autre de Lise Gauvin transforma "la victoire de'Fhomme" en "our victo/y", manipula la tipografa para obtener frases del tipo ''from one10 onefrom the other to the other" o entrecomilla aquello con lo que no est de acuerdo,como en la frase en que hay una referencia a las mujeres como "masters ofthe kitchen".

    " T "El problema con este tipo de traducciones tiene que ver con otro que concierne a lateora feminista en general. Se trata de la concepcin del Sujeto, de la identidad, unacuestin que ha trado de cabeza a la filosofa durante este siglo. Con el advenimiento delposrnodernismo, la muerte del autor a manos de Barthes y Foucault, la deslegitimacin delos grandes relatos Iyotardianos y del pensamiento fuerte tradicional o con el triunfo delprincipio de indeterminacin de la Fsica y su influencia en la epistemologa, se lleg a-ngar la existencia de un Sujeto fuerte y con maysculas. El feminismo, los feminismosdiramos mejor, tuvieron reacciones diferentes. Sin querer extenderme en este punto dirsomeramente que, por un lado, el feminismo esencialista no estaba dispuesto a asumir la~erte de un sujeto, el femenino, al que ni siquiera se le haba dado la oportunidad deexistir; por otro, el feminismo que podra denominarse posmoderno o post-estructuralista,aceptaba la crisis del sujeto que se propona en diversos campos del saber en tanto en,cuanto consideraban que insistir en un Sujeto fuerte, aun siendo ste femenino, significa-'ba caer de nuevo en todos los errores de autoritarismo, jerarquizacin y oposiciones bina-ltiasque tanto haban criticado a la cultura falogocntrica ."" "'"Lo curioso es que las traductoras feministas a las que me he estado refiriendo partenexglcitamente de la teora post-estructuralista para justificar su modo de actuacin. Es

    , l' /\4,Cf. Teresa Gmez Reus y M' Carmen frica Vidal (eds.): Abanicos ex-cntricos, Ensayos sobre la'mujden la literatura posmoderna, Alicante-Salamanca, Universidad de Alicante-Anglo-American Studies,1995.

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    decir, parten de unas teoras que asumen la muerte del yo y, al mismo tiempo, exigen. uidentidad femenina fuerte que se transforma en cocreadora, co-autora del texto. E h essentido, cabe recordar a Rosemary Arrojo' una de las autoras que mejor ha sabido cons;,truir una crtica contra las tericas canadienses. Arrojo ataca, por ejemplo, un conocidlartculo ~e. Lori ChamberJ~in por~ue en l la auto~a ad~~ta una actitud claramente sesga.:da y partidista, ChamberJam considera que la manipulacin de los textos durante el prbce';;so de la traduccin ~s p:r~ectamente j~stificabl: .si la t:aduccin la .hace una mujen;(s~;trata entonces de una actividad subversiva y poltica) mientras que SI es un varn Sil ac > 1 .'tuacin se considera violenta y una lucha por el poder. ~

    Algunas de estas traductoras, por ejemplo Levine, justifican sus actuaciones porquehan hablado con el autor o autora del texto y stos se han mostrado de acuerdo con laitraduccin. En otras ocasiones es sencillo porque los textos que eligen para traducir;son~textos experimentales o textos cuya ideologa' est muy prxima a la de la traductol'al;Pero, qu ocurre cuando esto no es as? Es tico entonces deformar el texto para ad~ ~tarJo a nuestra i~eologa? La res~uesta de al~u~as terica.: de la traduccin sera POSiti\(~.en tanto se considera que traducir es una actividad a traves de la cual se puede y se~oel:iereivindicar todo cuanto se ha negado a las mujeres durante demasiado tiempo.'

    Es ms que evidente que no se puede volver a la vieja nocin de equivalencia. Que'ms que claro que los avances que se han logrado gracias al post-estructuralismo no pue.den sino continuar. Se ha conseguido que el traductor tenga un estatus muy importante,que deje de ser invisible, como dira Venuti; se ha eliminado la distancia entre original ytraduccin; se acepta ya, por fin, que la traduccin, como toda reescritura -para decirlcon Lefevere- es un acto de manipulacin y que traducir es una accin comunica ..intercultural. Pero todo ello no justifica ciertas actuaciones. Como dice Sherry Simon; hque volver a evaluar la dialctica entre texto y traductor; tenemos que analizar cmaseel movimiento entre lectura y reescritura, entre recepcin y apropiacin, para poder confFgurarlo de nuevo y evitar as la imposicin de la violencia de la subjetividad. Se necesita,pues, una versin del sujeto femenino que no reintroduzca nuevas dicotomas. C o m omujeres, no podemos caer en la muerte del sujeto posmodemo pero tampoco en la,Cre~cin de un sujeto logocntrico como el que tanto hemos criticado a los varones. ~I t e x tes un lugar para la interpretacin pero debemos evitar que lo sea para lo que UmbertoErllama sobreinterpretacin. Es cierto que la traduccin es un reflejo de las relaciones d.poder presentes en la sociedad, pero no podemos ceder a la tentacin de convertimos ecentros de poder. La pregunta clave sigue siendo la que plantea Linda Alcoff: cmo.damentar un feminismo poltico que al mismo tiempo desconstruya el sujeto-mujer.necesario desmantelar la naturaleza supuestamente universal de algunos conceptoslogocentrismo (sujeto, ciencia, historia, progreso, lenguaje representacin) pero sinpretensiones autonmicas del conocimiento. Tenemos que asegurar la presencia del ge,rico mujer, en tanto las preguntas sobre "Quin traduce?" y "Para quin se traduceson fundamentales. Pero no podemos quedar abocadas a un esencialismo y quedar rcldas en una diferencia que, sin querer, nos autoexcluira en un margen admitido.

    5 Vase "Fidelity and the Gendered Translation", Traduction. Terminologie, Rdaction (1994);,tambin "The Death of the Author and the Limits of the Translator's Visibility", en Mary Snell-HoZuzana Jettmarov y Klaus Kaindl (eds.): Translation as Intercultural Communication. Selected Pfrom the ESTCongress-Prague 1995, Amsterdam, John Benjamins, 1997.