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Capítulo IV DE LA RETÓRICA A LA TEORÍA DE LA LITERATURA A finales del siglo XVIII y durante todo el XIX asistimos a una reformulación de la retórica tradicional, tanto en lo que respecta a su configuración global corno a la de sus distintas partes, que pierden progresivamente la estructura anterior, tal y corno hemos comprobado. La apertura de la retórica a otras disciplinas propicia la incorporación de unas zonas comunes que, a través de sus distintas fases históricas, darán lugar a la moderna concepción de la teoría de la literatura. Es lo que ocurre con la estética, la filosofía, la lingüística, la poética, o la historia literaria, por ejemplo, que entran a formar parte en determinados momentos de la disposición habitual de las preceptivas. Veámoslo con más detalle. IV.l. LAS BASES ESTÉTICAS Y FILOSÓFICAS Con la difusión española de la obra de Blair a través de la traducción de Munárriz (1781-1801) se puede decir que se inaugura de forma general la incorporación de una parte de estética en los tratados de teoría literaria, en la mayoría de las ocasiones a modo de preámbulo. Será a partir de entonces cuando se convierta en punto de casi obligada referencia en la inmensa mayoría de las preceptivas. Sin embargo, los antecedentes de este <<filosofismo» se sitúan mucho antes 1 En el XVIII es frecuente encontrar reivindicaciones de un método racional de acercamiento a la literatura y al No nos referimos ahora a las implicaciones que retórica y íilosofía tuvieron en el plano conceptual desde sus mismos orígenes, en que ambas disciplinas estaban unidas (caso de Sócrates), ni a su posterior conciliación en la figura de Cicerón, tras las duras críticas que hiciera Platón a la retórica y a los sofistas. Véase al respecto V. FLORESCU, La retorica nel suo sviluppo storico, op. cit., capítulo quinto: «ll conflitto retorica-fi1osofia», pp. 45-57, y PIER LUIGI CERISOLA, Trattato di Retorica e Semiotica letteraria, Brescia, Editrice La Scu'ola, 1983, p. 102. 135

De La Retórica a La Teoría de La Literatura 2

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Capítulo IV

DE LA RETÓRICA A LA TEORÍA DE LA LITERATURA

A finales del siglo XVIII y durante todo el XIX asistimos a una reformulación de la retórica tradicional, tanto en lo que respecta a su configuración global corno a la de sus distintas partes, que pierden progresivamente la estructura anterior, tal y corno hemos comprobado. La apertura de la retórica a otras disciplinas propicia la incorporación de unas zonas comunes que, a través de sus distintas fases históricas, darán lugar a la moderna concepción de la teoría de la literatura. Es lo que ocurre con la estética, la filosofía, la lingüística, la poética, o la historia literaria, por ejemplo, que entran a formar parte en determinados momentos de la disposición habitual de las preceptivas. Veámoslo con más detalle.

IV.l. LAS BASES ESTÉTICAS Y FILOSÓFICAS

Con la difusión española de la obra de Blair a través de la traducción de Munárriz (1781-1801) se puede decir que se inaugura de forma general la incorporación de una parte de estética en los tratados de teoría literaria, en la mayoría de las ocasiones a modo de preámbulo. Será a partir de entonces cuando se convierta en punto de casi obligada referencia en la inmensa mayoría de las preceptivas. Sin embargo, los antecedentes de este <<filosofismo» se sitúan mucho antes 1• En el XVIII es frecuente encontrar reivindicaciones de un método racional de acercamiento a la literatura y al

No nos referimos ahora a las implicaciones que retórica y íilosofía tuvieron en el plano conceptual desde sus mismos orígenes, en que ambas disciplinas estaban unidas (caso de Sócrates), ni a su posterior conciliación en la figura de Cicerón, tras las duras críticas que hiciera Platón a la retórica y a los sofistas. Véase al respecto V. FLORESCU, La retorica nel suo sviluppo storico, op. cit., capítulo quinto: «ll conflitto retorica-fi1osofia», pp. 45-57, y PIER LUIGI CERISOLA, Trattato di Retorica e Semiotica letteraria, Brescia, Editrice La Scu'ola, 1983, p. 102.

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arte en general, a pesar de que sus ideas no lleguen a materializarse formalmente en los tratados con la nitidez posterior,

Entre los determinantes de estos cambios se ha destacado la decisiva influencia de Descartes en el ámbito de la estética, al trasladarse al arte la idea de que la natur~leza se halla sometida a principios fijos y a leyes inmutables2 La atención que de ahí se denva hacia lo general y hacia lo abstracto, potenciada por los avances matemáticos y científicos de finales del siglo XVII y principios del XVIII (Descar­tes, Leibniz, Newton ... )', sustenta también la idea del conocimiento total preconiza­do por la Enciclopedia, de remontarse al conjunto para conocer las partes4

En el contexto de la crisis de la conciencia europea y del revisionismo a que se somete todo lipa de saberes, las frecuentes alusiones que ya desde la Ilustración temprana se registran sobre un método de explicación inciden en esa necesidad de una ordenación razonada y fiable del conocimiento que redundará en una orienta­ción científica de las bellas letras5 La obra de los enciclopedistas, las Investigacio­nes filosóficas sobre la belleza ideal, de Arteaga, o Las bellas artes reducidas a un principio, de Batteux, son algunos de los ejemplos más significativos de la extrapolación del método científico y experimental a la esfera artística por medio de la filosofía, como han señalado algunos críticos6• También el P. Jnan Andrés se muestra partidario por las mismas fechas de los avances que la fundamentación filosófica estaba propiciando en las ciencias y las artes, pese a los peligros que los excesos conllevaban ya entonces. Dice sobre sus ventajas:

En efecto ahora cornunmente reyna en todos los escritos un método mas exácto, y

un orden mas justo en explicar las materias, que se tratan; se abandona cierta confusion de palabras faltas de sentido, que en los siglos pasados se adoptaban

. z_ Cf. ERNEST CASSIRER, La filosofía de la Ilustración, México, F.C.E., 1981, p. 309. La edicwn que utilizamos es la 2a reimpresión de la Y ed. de 1972. La primera edición alemana es de 1932.

3 Cf. lbíd, p. 318.

. 4 . A~ílo r~coge también MANUEL GARRIDO PALAZÓN, La filosofía de las Bellas Letras y la Hrstona hterana en España (1777-1844), Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 1992, p. 21 y SS.

5 Véase al respecto nuestro estudio «Crítica y método en la ilustración temprana», en J.M. PAZ GAGO (ed.), Semiótica y Modernidad. Actas del V Congreso Internacional de la A.E.S. A Coruña Servici~ ~e Publica~ión~ Univers~dade da Coruña, 1994, vol. II, pp. 331-339. Allí aludim~s al concep~ to de cntica, sus denvac10nes raciOnalistas hacia la validez e importancia de un método como modo de acceso al texto literario, y al papel desempeñado por la retórica, tomando como referencia el dictamen del P .. ~uan de. Aravaca que sirve de prólogo a las Memorias literarias de París, de Ignacio de Luzán. Tarnb1en aludimos a otros textos (Fuente y Valdés, Luzán, Mayans ... ), que ya en la primera mitad del XVIII Y antes de la ~ublicación d·e~ la obra del ~ar?adiño Verdadeiro metodo de estudiar (1746-47), mostraban una especml preocupacwn por el segunmento de un método en el sentido de ordenación del saber, .qu.e reglamentara y organizara no sólo la aprehensión, sino también la exposición y crítica de los conocuruentos.

6 Cf. GARRIDO PALAZÓN, Lafilosofia de las Bellas Letras .. , op. cit., p. 36 y ss.

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con mucha facilidad; no se permiten mas que ideas claras y distintas; se quiere sugetar á rigoroso exflmen todas las cosas; y en suma se hace conocer aquel espíritu filosófico, que forma las obras mas sólidas, mas exactas, mas precisas y mas concluyentes[ ... ] se desea mas enérgica y christiana eloqüencia; un ajustado y rigoroso razonamiento; en suma se desea fi1osofía7•

Por otra parte, es en el XVill cuando asistimos al nacimiento del concepto moderno de Estética, cuando Baumgarten y otros autores mdagan sobre las especia-

. . 8 les características del arte como conocimiento .

Uno de los acercamientos más explícitos de la teoría literaria española dieciochesca a esta inclinación filosófica se halla precisamente en la Filosofía de la elocuencia (1 777) de Capmany, concebida como una superación de los preceptos de corte escolástico hacia los principios esenciales de la razón y del sen!Jm1ento:

El alma debe considerar en las cosas que la deleytan la razon O causa del placer que siente; y entonces los progresos de este examen purifican y perfeccionan los del gusto. Hasta aquí la eloquencia se ha tratado entre nosotros, por preceptos ~as que por principios; por definiciones mas que por egemplos; y mas por especulacton que con sentimiento; O diciendolo de otra manera: quando muchachos ten~mos elementos clasicos para trabajar la memoria, y despues ninguna luz para gmar el talento quando hombres. A este último fin una rhetórica filosófica; que es decir, la que diere la razon de sus proposiciones, analizase los egemplos, combínase el origen de las idéas con el de los afectos; en una palabra, que egercitáse el entendimiento y corazon de los lectores, es sin duda la mas necesaria, y la unica que nos falta9

y a continuación inicia su tratado con el esrudio de las calidades del talento oratorio: sabiduría, gusto, ingenio, imaginación y sentimiento, claramente influido por la Encyclopédie francesa10

7 Cf. JUAN ANDRÉS Y MORELL, Origen, progresos y estado actual de toda la literatura, op. cit., vol. Il, pp. 367~68. . , .

8 Vid. MENÉNDEZ PELA YO, «Reseña histórica del desarrollo de las doctnnas estetlcas duran­te el ~iglo XVIII», en Historia de las ideas estéticas ... , op. cit., vol. 1, pp. 985-~077; FRANCISCO DE P. IviiRABENT VILAPLANA, La estética inglesa del siglo XVIII (memona doctor~), Barcelona, Editorial Cervantes, 1927; la clara síntesis de SERGIO GIVONE, Storia dell'e~te~ica, Gms, Laterza & Fig1i Spa, 1988 (existe traducción español~ de Mar García Lozano, con a~en_d1ces ~e MAUR!ZIO FERRARIS y FERNANDO CASTRO FLOREZ, sobre <<Estética, HermeneutJ.ca, Ep1stemologta». y <<La estética española en el siglo XX», más una detallada y actualizada bibliografía modema, Madrid, Tecnos, 1990), etc.

9 CAP:MANY, Filosofía de la eloquencia, op. cit., pp. VIII-IX. . . 10 Vid. JOSÉ CHECA BELTRÁN, «Una retórica enciclopedista del siglo XVIII ... », op. c1t.,

especialmente p. 71 y ss., en las que demuestra la procedencia en~i~l?pedista de la mayor parte de las ideas de Capmany sobre la importancia del sentimiento frente al JUICio, de la naturaleza frente al arte, el relativismo estético, etc.

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Similares intenciones animan la Rhetórica filosófica de Joaquín Traggia, publi­cada dos décadas después (1793), que acentúa esta fase que podríamos llamar de transición entre estos planteamientos metodológicos de tipo filosófico y su concre­ción posterior en una parte independiente. Aunque Traggia considere más propias de la retórica la elocución y la pronunciación y asigne a la Lógica la invención y la disposición, las acaba estudiando todas siguiendo el orden de: elocución, invención, disposición, memoria y pronunciación. Después introduce unas breves nociones de poética a modo de complemento para ilustrar las teorías horacianas. La peculiaridad de esta organización reside en su interés por la elocución y la invención, que ordena y desarrolla sobre bases filosóficas. En el caso de la invención se apoya en una previa exposición de teoría del conocimiento, de la teoría de los errores de Malebranche y de los tipos de ideas de Leibniz. Tal fundamentación le lleva a plantear la necesaria vinculación del orador y del filósofo, en tanto que buscan la verdad, así como la inutilidad de los tópicos retóricos, aunque acabe dando una lista completa con una breve explicación.

Pero será, como hemos adelantado antes, a partir de la traducción y divulgación de las Lecciones sobre la Retórica y las Bellas Letras (1798-1801) de Hugh Blair, cuando se advierta una separación-reformulación más clara de estos presupuestos filosóficos y estéticos. Si recordamos la estructura general de las famosas Lecciones del autor escocés, vemos cómo de las cinco partes en que organiza su tratado (disertaciones preliminares sobre el gusto y fuentes de los placeres, lenguaje, estilo, elocuencia y géneros en prosa y en verso), las tres primeras sirven de introducción a la explicación posterior más detallada de la elocuencia y de los géneros. En ellas trata del gusto, la crítica, el genio, la sublimidad, la belleza, el origen, progresos y estructura del lenguaje, las cláusulas, las sentencias, el lenguaje figurado y el estilo.

Algo parecido se puede decir de la también contemporánea traducción de los Principios filosóficos de la Literatura (1797-1805) de Charles Batteux, hecha por Agustín García de Arrieta. El Tratado de las Bellas Letras reducidas a un principio, que antecede a la teoría general de Batteux sobre poética y retórica, condensa su teoría de la imitación artística y sus ideas sobre el gusto y sus leyes 11 La base empírica de este tratado se refleja ya en el título de la primera parte: «En la que se establece la naturaleza de las at1es por la del ingenio que las ha creadO>>. Partiendo de supuestos como éstos declara el abate francés que:

[ ... ] El objeto de la presente es disipar todas estas tinieblas, establecer los verda­deros principios de las Artes y fixar en ellos las nociones con la mayor precision posible12

1 J Sobre este texto se pronuncia duramente Menéndez Pela yo, diciendo: «Nunca se ha visto construcción más endeble, a pesar de su apariencia de solidez, ni nunca se ha fabricado una teoría con menos elementos. Su especiosa facilidad seduce: una vez aprendida, no se va nunca de la memoria, y el siglo XVIII la aprendió en seguida, sin perjuicio de olvidar pronto a quién la debía». Cf. MENÉNDEZ PELA YO, Historia de las ideas estéticas ... , op, cit., vol I, p. 1013.

12 BATTEUX, Principios filosóficos ... , op. cit., trad. de García de Arrieta, vol I, p. 3.

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Sin embargo, las matizaciones del traductor español serán muy significativas, hasta el punto de defender posturas totalmente contrarias, como cuando de forma más o menos velada sostiene la imposibilidad de la estética y, en consecuencia, de la sistematización de lo que atañe a los sentimientos13

Uno de los aspectos relacionados con este interés por mostrar en primer lugar los fundamentos estéticos del gusto y de la belleza reside en el perceptible cambio que se produce en la concepción de la retórica, que deja de ser creativa y se hace crítica. Si Blair afirmaba que «aplicar los principios del buen sentido á la composicion, y al discurso; exáminar lo que es bello, y por qué es bello; emplearnos en distinguir lo especioso de lo sólido, los adornos afectados de los naturales»14 eran algunas de las ventajas que proporcionaban estos estudios en el conocimiento de la filosofía huma­na, por su parte, el traductor de Batteux especifica que:

No se trata de enseñar á moler y emplastar los colores, ni á llebar el pincel; si no á ver, á juzgar, á sentir el efecto y la expresion del quadro y el mérito del pintor. En quanto á los medios que el artista emplea, y los principios que debe seguir, basta que no nos sean desconocidos; á él sólo toca estudiarlos a fondo y practicar­los15.

La misma utilización del término «principios» que hacen Capmany, Munárriz y Arrieta, delata esta inclinación hacia una retórica y, por extensión, hacia una crítica literaria basada más en el análisis de sus principios generales que en la enumeración de preceptos compositivos. Tal orientación, afianzada desde diversos flancos duran­te las primeras décadas del siglo pasado, irá marcando progresivamente las distan­cias entre la retórica y la poética prescriptiva de espíritu clasicista y de índole escolar, y la moderna concepción de los estudios literarios. El mismo Blair, tan difundido en las primeras décadas del XIX y a lo largo de la centuria a través de otros autores, exponía claramente la insuficiencia compositiva de la retórica, que ya desde el siglo anterior venía ofreciendo un método razonado de aproximación crítica a los textos 16

:

13 Cf. Ihíd., vol. 1, n., pp. 80-81. 14 BLAIR, Lecciones sobre la Retórica ... , traducción de MUNÁRRIZ, op. cit., vol I, p. 12. 15 BATTEUX, Principios filosóficos de la Literatura ... , traducción de GARCÍA DE ARRIETA,

op. cit., vol VI, p. XIV. 16 Pensemos, por ejemplo, en la temprana adopción de los materiales de la retórica por Mayans

cuando teoriza sobre el método crítico que adopta al anahzar el Quzjote de Cervantes. Dice concreta­mente: «En tres cosas consiste la perfeccion de un Libro: en la buena Invencion, devida Disposicion, i Lenguage proporcionado al assunto que se trata[ ... ]». Cf. G. MAYANS Y SISCAR, Vida de Miguel de Cervantes, Londres, J. y R. Tonson, 1737 [4 hs.+ 103 pp.], p. 18. Esta Vida acompañó la famosa edición inglesa de la obra de Cervantes hecha por J. y R. Tonson y ha sido el trabajo de Mayans que más ediciones ha tenido. Cf. A MESTRE, prólogo que sirve de introducción a su edición de esta obra, Madrid, Espasa-Calpe (Clásicos Castellanos), 1972, p. XCIII, donde afirma que no cree que en cuanto al número de ediciones «haya sido superado durante el siglo XVill por obra literaria alguna de la ilustración española». Cf. ibíd. Para más datos sobre este terna vid. los apuntados en nuestro trabajo ya citado <<Crítica y método en la Ilustración temprana».

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Pero como hay muchos que no tratan de componer, ni de hablar en público, consideramos qué ventajas pueden sacar de los estudios, que son el objeto de estas lecciones. Para estos la Retórica no tanto es un arte práctico, como una ciencia especula ti va: y las mismas instrucciones que sirvan á otros para compo­ner, servirán á estos para juzgar de las bellezas de la composicion, y saborearlas. Todo lo que ayuda al genio para executar bien, ayudará al gusto para criticar con exilctitud17•

Pero lo que en principio supone esta idea en la estructuración de los tratados es el afianzamiento de un método de exposición-indagación, que va de lo general a lo particular, partiendo de la propia individualidad y de la subjetividad razonada del crítico. Los pasos se suceden por este orden -dependiendo de la extensión y del nivel de la obra en cuestión-: observaciones iniciales sobre el arte en general y su relación con la sensibilidad humana, el arte de la palabra, el análisis del lenguaje como manifestación del pensamiento, la palabra y sus distintos niveles (fónicos, léxicos, sintácticos .. .) y, por último sus géneros, tanto en prosa como en verso. Este es el esquema que, mucho más claro en la obra de Blair, será adoptado por multitud de autores durante el siglo XIX con algunas variantes.

Los textos que se publicaron en estos años iniciales del XIX no escaparon de este enfoque en el aspecto conceptual y estructural. Los Principios de Retórica y Poética (1805) de Francisco Sánchez Barbero demuestran también un interés por una base filosófico-estética, evidente no sólo en sus reiteradas críticas al escolasticismo y a la reglamentación literaria al uso18

, sino también en la inclusión de un apéndice final sobre lo bello y el gusto con las opiniones de Arteaga y Filangieri. Y semejante disposición y actitud filosófica encontrarnos en el Arte de hablar en prosa y verso (1826) de Gómez Hermosilla, que acaba añadiendo unos apéndices finales sobre las reglas literarias y el buen o mal gusto, pese a haberse pronunciado contra las incursiones de otras materias en las preceptivas, corno la historia de los géneros, teorías sobre la formación de lenguas, principios de gramática general, etc.19 Su propósito -confiesa-

[ ... ] no ha sido añadir á tantas como existen una Retorica y una Poetica mas, repitiendo bien ó mal lo que otros han dicho y hacinando sin discernimiento fruslerías escolásticas que nada enseñan. Mi objeto ha sido entresacar de los innumerables volúmenes que se han escrito sobre la materia desde Aristoteles acá las pocas observaciones que merecen el nombre de reglas, presentarlas con cierta novedad, hacerlas inteligibles á todos, y fundarlas en principios incontestables: en suma, componer una obra mas completa, metódica, clara y filosófica que las

17 BLAIR, Lecciones sobre la Retórica ... , traducción de Munárriz, op. cit., voL I, p. 10. 18 Cf. S~CHEZ BARBERO, Principios de Retórica y Poética ... , o p. cit., p. 4. 19 Cf. GOMEZ HERMOSILLA, Arte de hablar enprosa y verso, op. cit., voL I, p. VIII.

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publicadas hasta el dia, la cual baste ella sola para guiar á los escritores en sus composiciones y á todos los lectores en el examen y juicio de las agenas20•

La influencia estructural que los textos de Sánchez Barbero Y de Herrnosilla

tu · eron en la producción posterior --,-a lo que contribuyó no poco su reconocirnien-Vl d 1 "d . to oficial- se refleja en cierta tendencia a la disposición final e as cons1 erac!O-

nes estéticas. Así lo encontrarnos en el Arte de hablar en prosa y verso (1837) de Moragues, que pone en último lugar un apéndice sobre el romanticismo y el clas!-

·srno·los Elementos de Literatura o Arte de componer en prosa y verso (1842), de ~~dro,Felipe Monlau, o el tardío Compendio de Literatura (1892), dePla y Badía, que concibe expresamente la Estética corno una rama de la Literatura, JUnto a las de

la Retórica y la Poética21• . . , , .

Fuera de estos casos, hacia el ecuador de la centuria la atenc10n a la estetlca en los tratados de preceptiva literaria se hace si cabe más p~tente. Por estas fechas aparecen algunos textos difusores de las nuevas 1~eas filo~oflcas. Pense~os en la~ Lecciones de filosofía ecléctica (1843) de Garcm Luna', el Compendw de las Lecciones de Filosófía (1844) de Arbolí23

, la Teoría del discurso (1848) d~~as1ho García24, 0 los Elementos filosóficos de la Literatura (1858) de Nunez de

20 Cf. Ibíd., p. l. 21 Cf. J. PLAY BADÍA, Compendio de Literatura ... , op. cit., p. V. 22 Cf. TOMÁS GARCÍA LUNA, Lecciones de filosofía ecléctica pronunciadas en e~ A:eneo de

esta Corte, Madrid, 1. Boix, 1843, 2 vals. [vol.!, 378 pp.+ 2 hs.], [vol. II, 543 pp.].DISC!pulo de Bartolomé José Gallardo, Garda Luna (Cádiz, ?-1880) explicó en la Soc1e~ad E~ononnca de ~umgo,s del País de Cádiz, y después en el Ateneo de Madrid, estos cursos ~e fllosoha. ahora publicados. Siguiendo el eclecticismo de Víctor Cousin en el primer vo;umen .atl~~de a la ~dea general. de_ ;a filosofía, critica el sensualismo y defiende el eclectismo y el metodo h1stonco a partir de. la descnpcwn de las funciones de los sentidos y de la sensibilidad. Acaba con algunas ~bser~~c1ones sobre. ;a memoria y la imaginación artística. El segundo expone con más detalle su teon~ estetica ~on a~encwn al aspecto moral e ideal del proceso artístico. El sublime e~ el arte, la defornudad, la diversidad de objetos que excitan la inspiración ... , son algunas de las cuestto~es ~ue pl~tea, y que s~ comp~e~~ con un análisis psicológico de la sensibilidad, la actividad, la mt~~gen.c1a, la memona, el JUlCJO, la imaginación, etc., para acabar con una enérgica defensa del espmtualismo, como hace a lo largo de

~~~ ' -23 Cf. JUAN JOSÉ ARBOLÍ, Compendio de las Lecciones de Filosofra qu~ se en:e.nan en el

Colegio de Humanidades de San Felipe Nery de Cádiz, Cádiz, Imp. de la Revista Medica, 1~44, 2 vals., [vol. I, XI+452 pp.+ 2 hs.], [vol. II, 224 pp.]. El compendio que pu~hca e~~e c~nómgo, miembro de la Universidad de Sevilla y de su Academia de Buenas Letras, asprra a difu~du en los niveles elementales las doctrinas de Laromiguiere y Condillac. Escrito en diálogo, se or~~za. en tr~s partes: una de Psicología, otra de Lógica, ~ u?a última de Gramática general, con especial mststencia en la observación, la sensibilidad y el sentmuento. .- , . , .

24 Cf. BASILIO GARCÍA, Teoría del discurso, ó Elementos de I~eolopa, Gr~matlc~, Log~c~ Y Retórica, op. cit. Con la idea de exponer el arte de diri~ir la razón, y baJ? la mfluenc~~ sensista: ~vid~ su estudio en varias partes estrechamente interrelactonadas: Ideologia o __ ~ormac10n. ~e l~s Ideas, Gramática 0 expresión de las ideas, Lógica o deducción de las ideas, y Reto~ca o Cualtflca~~ones. del discurso. De este modo sus observaciones retóricas proceden de una previa fundamentacton psico­filosófica que articula todo el tratado.

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Arenas25

. Además~ desde ~~s órganos _de poder se habla del estudio de los <<princi­ptos>> de nuestra hter~tura- . Gil de Zarate denomma la parte estética de su precep­tiva <<pnncrpws frlosofrcos comunes á todas las composiciones literarias>>27 · L · S . S' h . • urs

ergto anc ez titula su obra Esposición filosófico-crítica de los principios de ¡ Literatura (1847). con la intención de «buscar el orígen y razon de los principio~ generales de la literatura e~ el corazon del hombre mismo>>28 ; y Femández Espino co~templa nna <<parte frlosoftca>> en el Curso de Literatura general (1847). mucho mas extensa que la parte preceptiva.

Sin embargo, e~ta apoyat~ra estética_ no ~s exclusiva de obras con títulos del tipo <<Pnncrpws de Retonca y Poetica>>, o mas aun, «Pnncrpws de Literatura o Literatura general>> y <<Literatura general», prescritos desde el gobierno como denominación de l_a asrgnatura: smo que se generaliza a la inmensa mayoría de los textos aunque su caracter sea emmentemente prescnptivo. Muchas son las obras de la segunda mitad del XIX que incorporan capítulos sobre estética a modo de introducción. Así ocurre con las de Miguel y Navas (1857), Filio! (1861), Álvarez Espino y Góngora Femández (1870), Campillo (1872), Milá (1873), Cano (1875), Mudarra (1876), López Basta­rán (1879), Muñoz Peña (1881), Sánchez de Castro (1887), Garza y Martínez (1888), Cortejón (1890), Loscertales (1891), García y Romero (ed. de 1891), Surroca (1891), Garriga y Palau (1894), etc., etc. Lo que demuestra la perfecta aclimatación que consrgmeron en las preceptivas estas nociones sobre la belleza, lo sublime ¡0 feo, lo cómico, el gusto, la crítica ... , y cuestiones similares. Incluso en las de nivel más elemental se incluía el correspondiente capítulo. Dice sobre la estética y ]a literatura Mil á en 18 7 3:

Considerada ésta en todo su rigor, más corresponde al filósofo que al literato y debe ser consecuencia y complemento de un sistema filosófico. Mas, por otro

----

25 Cf. ISAAC NÚÑEZ DE ARENAS, Elementos filosóficos de la Literatura. Esthética ·Madrid Imp. d,e_D. F. Sánchez á cargo .de Aeustín Espinosa, 1858, [XV+ 164 pp.]. Este texto del ~ue fuer~ catedr~tlco de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central, fue aprobado por el Real Consejo de Instrucción Pública para Literatura General y en particular de España. Se trata de un ~epas.o p~~ el concepto de belleza, sus condiciones objetivas y subjetivas, la sublimidad, el arte, la Imagmacwn, el gusto, el genio, las condiciones del objeto del arte, etc., etc., con particular atención a la literatura.

. 26_ Gil de Zárate apuesta en 1842 por enseñar a los estudiantes «á discurrir, iniciándoles en los rrustenos de mas altas doctrinas: por e_sta razon, pasando rápidamente sobre ciertos puntos, nos dete~ernos_ ~lgo en los _que creernos mas nnportantes, ya porque encierran principios sobre los cuales conviene ÜJar la atenc1on, ya porque dan á conocer mejor la indole de nuestra literatura». De modo que su plan es of~ecer «los principios y reglas generales para la composicion; y una guia que les conduzca por el mmenso campo de nuestra literatura, para saberla apreciar suficientemente y con_o~er lo que _deben huir ó estu~ar en ella». Cf. GIL DE ZÁRATE, Principios de Retóric~ y Poeflca ... , op. czt., pp. 4 y S respectivamente.

27 Aq~í aparece desp~és de tratar las reglas comunes a toda clase de escritos y de las particulares de los escntos en verso, y JUSto antes de las composiciones en prosa.

28 Cf. LillS SERGIO SÁNCHEZ, Esposición filosófico-crítica de los principios de fa Literatura op. cit., p. 4. '

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lado, desde el punto en que se han podido fijar algunos principios fundamentales acerca de la belleza, éstos deben servir á los estudios artísticos y literarios, aún cuando como nosotros nos proponemos, se trate de exponerlos con la mayor sencillez posible y de comunicar el espíritu literario (científico y estético) y no el

metafísico29•

Mas la simplificación que provocó tal orientación quedaría muy lejos, en la

n, a de los tratados de enseñanza secundaria, de los pnmttrvos fmes con que el mayo . . . , · · 1 · tratamiento filosófico pretendía suphr la memonzacwn, el mecamcrsm_o y e atonusmo

1 S estudios literarios si no fundamentaban la propra concepcwn de la obra Y en o . _.. , . dejaban de aparecer como indicaciones aisladas y externas ala construccwn t~onca. Aunque se reconoce su valor, de nada servían, como denunCla Gmer de los Rws, las ideas preliminares sobre estética (arte, belleza, palabra, gusto, etc.) cuando «no se

sentan habitualmente como principios para los géneros mrsmos y sus leyes, smo ~~~o indicaciones aisladas, meramente exteriores y añadidas al verdadero asunto

. . . 30 de la obra, que en nada se perjudica con su onuswn>> . .

De ahí las acusaciones que se vierten durante los últimos años de la centuna ntra esta tendencia filosófica mal entendida y esta retórica <<híbrida y monstruosa,

co . -- - 1 b e . , 31 e t ni ciertamente práctica, ni en verdad f!losoflca>>, como sena a a . orte]on . on an-do con la influyente obra de Núñez de Arenas, referenc1a obligada para much~s autores, se puede decir que sólo en las obras dirigidas a ni~eles supenore_s se ofrecra una atención más pormenorizada a esta parte y una explrcrta teonzacwn so~re su conveniencia32, aunque a veces no se siguieran del todo los objetivos programat1cos iniciales. El mismo Núñez de Arenas colocaba el acercamiento frlosofrco a la literatura en ]a cúspide de sus estudios en tanto superación de las leyes particulares de la retórica y la poética33

.

Pero además de estas claras consecuencias estructurales, ¿qué otras consecuen­cias tuv~ esta fundamentación filosófica de los estudios literarios? ¿de qué manera afectó a la reestructuración general de la retórica y a su ubicación con respecto a las materias colindantes? Situar el espacio de estas cuestiones nos lleva a tratar vanos

29 MILÁ y FONTANALS, Principios de Literatura general y española, op. ~it., P· 17. 30 F. GINER DE LOS RÍOS, «Sobre el estudio de la Retórica y la Poética en la segunda

enseñanza» en Estudios de Literatura y Arte, op. cit., p. 132. 31 Cf. 'coRTEJÓN, Nuevo curso de Retórica y Poética, op. cit., p. VIII. . . 32 Tal es e1 caso de la obra de Álvarez Espino y Góngora Fernández, para qmenes: «Sm duda

alguna la parte filosófica, á mas de prestar ~olid_ez á la reglamentaria, eleva e_l arte hasta hacerla participar de la universalidad y solidez de la ctenCia: y esto ?fr~c~ la dob~e ventaja ~e engra~decer el

tud" de la literatura sacándole de la rutina de un aprendizaJe mconsctente y casi mecáruco, Y de es 10 d ll d 1 · ¡· · · le hacerle más racional y por tanto mas propio para contribuir al esarro o, e a mte tJencia, q~e sue descuidarse con los estudios de memoria». Cf. ÁLV AREZ ESPINO Y GONGORA Y FERNANDEZ, Elementos de literatura filosófica, preceptiva e histórico-crítica ... , ?P· cit., pp. V-VI.. .

33 Cf. NÚÑEZ DE ARENAS, Elementos filosóficos de la Literatura ... , op. at., El Autor, sm

numerar.

143

, . 1

Page 6: De La Retórica a La Teoría de La Literatura 2

aspectos: 1 ", la nueva configuración de las partes tradicionales de la retórica; 2", los presupuestos de la nueva Ciencia de la Literatura, y 3", el panorama resultante de los estudios literarios.

IV,2, LA REORGANIZACIÓN DE LOS COMPONENTES RETÓRICOS, LA CONJUNCIÓN DE RETÓRICA Y POÉTICA

Ya hemos visto cómo en el transcurso del siglo XVIII se alzaron voces diversas sobre la necesaria reforma de la retórica escolástica. En los tempranos escritos de Mayans advertíamos sobre estas reivindicaciones, aunque en la práctica siguiera todavía fuerte el peso de la retórica antigua. Sin embargo, su renovación estaba ya en marcha, impulsada por el profundo debate que se da entonces acerca de la utilidad de la retórica como reglamentación de la actividad oratoria y literaria en general.

La claridad con la que exponía Feijoo la inutilidad de las reglas en la creación34

favoreció una amplia polémica en la que se pronunciarán multitud de teóricos en el XVIII y en el XIX con parecidos argumentos a favor o en contra, hasta el punto de convertirse en un lugar común tratar al principio de los tratados de la utilidad de la retórica y de los estudios literarios. Remitimos tan solo ahora a las defensas de Andrés Piquer, Mayans, Francisco Borrull, Pérez Valderrábano o Soler de Cornellá, que delatan la efervescencia de estas cuestiones35 •

Por otra parte, la mencionada tendencia a la eliminación de la reglamentación memorística y superflua que se desarrolló a la par, contó además con aquella otra línea reduccionista de la retórica a la elocutio encabezada por Capmany y secunda-

34 Cf. FEIJOO, «La Elocuencia es Naturaleza y no Arte», op. cit. 35 Las palabras de Piquer, que critica el dictamen de Feijoo por considerarlo parcial y fruto de su

desconocimiento del verdadero arte de la retórica, reflejan ya en 1747 un ambiente muy crítico hacia la retórica. Por estos años no son raras las quejas «por algunos Modernos ponderando, que debia la Retórica desterrarse del pulpito». Pero matiza Piquer que la mayoría de los eruditos sólo censura el abuso de sus recursos. Cf. A. PIQUER, Lógica moderna ... , o p. cit., pp. 92-93. Borrull, «Canónigo de la Santa Metropolitana Iglesia de Valencia, y Doctor en ambos Derechos», en su Aprobación a la traducción de Cesena realizada por REBOLLIDA, Compendio de Rhetórica, op. cit., pp. X-XVI, se muestra asimismo preocupado ante la posibilidad de que la autoridad de Feijoo extienda la idea de la inutilidad de la retórica, y se enfrenta a sus argumentos apoyándose en los que le proporciona la razón, la autoridad de los innumerables autores que perfeccionaron este arte, y la experiencia de su enseñan­za, extedida por todas las universidades europeas. Sostiene que la escasa capacidad y estudio del orador o el ánimo de los oyentes, no son elementos apropiados para hacer extensivo el juicio negativo a la disciplina. Manuel Pérez Valderrábano, profesor moralista en Palencia, antepuso a su traducción de El Sublime de Longino una extensa «Defensa de la retórica» (27 hs.) a modo de prólogo, en la que subraya la importancia de estos estudios frente a la escasa atención que se le presta en su tiempo. Cf. PÉREZ V ALDERRÁBANO, «Defensa de la retórica», en El Sublime de Longino, traducido por_, Madrid, 1770 (prólogo sin paginar). En cuanto a Soler hay que decir que su convencimiento de la importancia de la retórica le lleva a considerar enerrjgos de la Religión a quienes no crean en su utilidad. Cf. SOLER DE CORNELLÁ, Aparato de eloquencia ... , op. cit., p. 251.

144

1 XVIII La reorganización que sufrieron los T ia y Madramany en e . . . . . da por ra~g . . lantación de concepcrones snmlares petenera­estudios retoncos_ con la m~~;:s ':: Blair y Batteux pasó por una ampliación del das por la drfusron de las , . tr dicional centrada en la persuasión oratoria. campo de referencra de la retonlca a ara el retórico francés la retórica no sólo Tengamos en cuenta, por eJemp -~ ~~e i~mente dicha, sino que se ocupaba también abarcaba el campo de la persuasro p pt d un modo elegante y sólido, sobre todo

medios para tratar cualqmer asun o e de Jos Las siguientes palabras no ofrecen lugar a dudas: en prosa.

torica sea única y esencialmente el arte de persuadir. Es un error creer que la Re . de los randes efectos de la Elocucion; No hay duda en que la persuas:~:~~n~s igual;ente el arte de instruír, exponer, pero tampoco la hay en ~ue la e labra el arte de tratar un asunto, sea el que

d b · discutu· en una pa , . contar, escu nr, ' "l'd . Acaso no cabe y hay elocuencta en las fu d modo elegante y so 1 o. e , .

ere, e un . . éticas en las memorias acadenncas, narraciones históricas, en las descnpcwnes po "' . ?36

en los discursos filosóficos, en los políticos, econonncos, &e. .

, . . . erario se manifestaría también en la diferente Tal apertura explícita hacra 1~ li~ la retórica en la que destaca sobremanera el

atención prestada a los componen es e:Ción a la disposición, como hemos destacado. reducido espacro que concede a la m: a lo ¡~ o del XIX esta ampliación referencral

Otros muchos autores secundard t "gfilosófica de sus constituyentes tradi-, . ar1:1· d de la fun amen acwn

de la retonca p en o t . mero limitándose a las obras en prosa, y cionales, que se adaptan a_otrols tex os;a~~n verso Dice Fernández Espino en 1847: luego extendiéndose tambren a as escn .

. . ision solamente á la elocuencia. En cualquiera Pero no es aphcable esta m; " " la prosa deberá tener el mismo

. . ertenezca a la poesia, ya a ' . composiclOn, ya p . . a una tragedia ó una historia sin medttar lugar. ¿Pueden escnbuse una epop~yl, 'deas que deben darle vida y elevacion?

. · t 1 unto para reumr as 1 con detemrme~ o e as t uarden una colocacion natural y ordenada que las ¿sin ~ue s~s. diferenltesd~~ e:~dad necesaria, y sin un estilo correspondiente á su haga mtelig!bles y es e a género?37

. fl nación en la disposición interna de muchos de y a nos hemos refendo a la uct . d tacr· ón de sus mecanismos a cualquier

d , 0 a la progresrva a ap . , ¡ estos trata os, asr com t 's llamativos de esta adaptacron sea a . " Q · , 0 de Jos aspec os ma . . . composrcwn. mza un 1 t m' dos de la inventio y de la d¡sposazo, . , d' d de interés por os con e , . . . mencronada per r a d 1 . iamente textual de la retonca: mventzo, 1 , propensas -dentro e eJe prop . . as partes mas¡ . 1 cuestionamiento de su validez prescnptrva. disposztzo y e ocutzo- a

d · ' de García de Arrieta 36 BATTEUX, Principios filosóficos de la literatura ... , op. cit., tra uccton ,

vol. 3~·JE:~NDEZ ESPINO, Curso de Literatura general ... , op. cit., p. 168.

145

'

''

Page 7: De La Retórica a La Teoría de La Literatura 2

Además de estos ajustes estructurales la r . , en el terreno de la teoría !iteran· a d ' epercuswn de los avances . •··

que a patente de fo ¡ algunos de los contenidos tradicionales de 1 !' . rma e ara en la asimilación d dos del XIX López de Verga f. a re anca a otras disCiplinas A e ra con Irma la i fl · . · mecti moderna en la reestructuración de 1 n uenCia de la filosofía y de la 1, . a­así: os contemdos de la confirmación t, . og¡ca

re anca n· · ICe

Los retóricos hasta ahora habían d aparato de la dialectica y de la tulsa o en esta parte del discurso de todo 1

di su 1 eza del escoi f · e me o el buen exito de la elocuencia M as ICis~o, y alejando por este los verdaderos principios para la d · .. as, desde que la filosofía ha demostrad

. a qmsiclün de la d d o aquel sistema cayó y el IenguaJ·e a d" . . ver a y su demostracion· todo di . ca emico triunV d 1 '

alecticos. No reprobamos los ·¡ . o e ergo, tan usado de lo . d . Sl ogzsmos entü . s m UCClOnes, ejemplos, como argum t " ' nemas, epiqueremas, dilemas

l . enosomanerasd ·· , y e mtolerable artificio con que s 1 e racwcmar, sino su abuso

al . e es presentaba 1 para ucmar con las fónnulas b _,. b por os oradores escolástico hnia la verdad: y que desapareci~;onarda cdelarem baraliton, y otros térm_ inos de qu:

· · · es e que Descart L k prmCiplOs de la buena 1ógica38. es Y oc demostraron los

La ·' . . . , expanswn de estas posturas llevar, diVIS!On de la Oratoria en invención d. a a p;ofesores como Filio! a rechazar la Zárate, pero que -según él rt ' Isposicwn y elocución, aceptada por GI·¡ d

h -<<pe eneceá!a ti d . . . e se alla desechada por completo com an cua a div!S!on de la Retorica que

Mirmaciones como éstas m· .d' olen extremo defectuosa>>39. CI en en a ampr · , d 1 puramente oratorio de forma 1 nacwn e a retórica fuera del am' b.t

' que a extensi' d ¡ . . I o mentalmente elocutivos a toda e . . on e os prmCipios retóricos funda

· ' omposrcrón · ' -generalizada a mediados del XIX d s~ convierte en una reivindicació los demás géneros en prosa. Asf ~::s~ la retonca oratoria ya se ha extendido ~ muchos, para quienes la Oratoria pasa a s~:nen F;llo!, L~verde, Canalejas y otros literatura en generaJ40. Col! y V hí un genero mas de la elocución o de 1

t' · e expone de f a re ?nca es <<Teoría de la oratoria ó de la orma muy clara en 1856 que la poetica es la teoría de la poesía>>, y continú:locucwn, de la misma manera que la

146

Ciceron y Quintiliano dividieron la retorica en cinco partes: invencion, disposícion, elocucion, menwria y pronunciacion. Esta division es sumamente filosófica y aplicable, en cuanto á sus tres primeros miembros, á todos los géneros literarios, puesto que para componer una obra es preciso reunir antes que todo los materia­les, disponer luego el plan, y cuidar, por último, de embellecer convenientemente

la expresion41•

Pero a la misma vez la retórica ofrece un conjunto de reglas para hablar y escribir correctamente, de tal manera que se hace sinónima de teoría del estilo, porque

como las obras literarias ó científicas consisten todas en una ordenada série de pensamientos, expresados por medio del lenguaje, el tratamiento de la elocucion debe considerarse como un tratado general, aplicable, como la gramática, á todo género de composiciones, así como á la clasificacion mas fanrilia02

.

Autores posteriores reducirán aún más la retórica a la elocución y a todo lo relativo a la composición, como el caso de Holgado y Toledo43

, Laverde (para quien el estudio de la elocución es el objetivo capital de la retórica44

), Álvarez Espino y Góngora Femández45

, etc. Ante este panorama tan diverso resulta difícil hablar de corrientes homogéneas

de pensamiento sobre la retórica y su ubicación en el estudio de la literatura, si bien cada vez es más evidente el ascenso de la elocución a una nueva categoría general y común a todos los géneros literarios, y por ende, tratada en situación preferente en los tratados. Pero detengámonos en los pasos de esta contaminación.

Desde la antigüedad clásica las conexiones entre retórica y poética, o literatura en general, son evidentes tanto en la práctica literaria como en su teorización46 En

41 COLL Y VEHI, Elementos de Literatura ... , op. cit., p. 325. 42 Ibíd., p. 13. Y antes habla establecido la vinculación de retórica, en tanto teoría del estilo, y

gramática como las partes mecánicas de la literatura. Cf. Ibíd., p. 3. 43 En las páginas iniciales de su tratado, donde plantea las diferencias conceptuales entre Elo­

cuencia, Retórica y Oratoria, sostiene la utilidad del estudio de la retórica como arte de hablar y escribir con perfeccion. Cf. HOLGADO Y TOLEDO, Literatura elemental..., op. cit., p. 11. Y tras aludir, como Coll y Vehí, a la división de Cicerón y Quintiliano en cinco partes, sigue planteando la invabdez de esta division y la reducción de la retórica a la elocución. Cf. Ibíd., p. 12.

44 Cf. G. LA VERDE, ~~La asignatura de Retórica y Poética», en Ensayos críticos ... , op. cit.,

pp. 90-106, p. 91. 45 Cf. ÁLVAREZ ESPINO Y GÓNGORA FERNÁNDEZ, Elementos de literaturafilos~fica ... ,

op. cit., vol. ll, pp. 72-3. 46 Kennedy ha señalado la presencia de una conciencia retórica previa a la formulación escrita de

los primeros textos que conservamos de retórica en el análisis que hace de obras de Homero, Esquilo, Herodoto o Tucídides, cf GEORGE A KENNEDY, The Ai1 of Persuasion in Greece, op. cit., pp. 35-51. A conclusiones parecidas llega también JAMES J. :MURPHY, en «Orígenes y primer desarrollo de la retórica», en JAMES J. MURPHY (ed.), Sinopsis histórica de la Retórica clásica, Madrid, Gredos, 1989 [ed. orig. 1983], pp. 9-33, pp. 11-13. Se ha hablado también de la influencia que tuvo en los

147

Page 8: De La Retórica a La Teoría de La Literatura 2

la época clásica ya se advirtió este trasvase de in . de decadenCia de la retórica al ocu d tereses, e mcluso se llegó a hab¡ mentales del lenguaje y descuidar elarr set e manera especial de los recursos oma~

A . es o . . p~ del Renacimiento sus límites empezaron a co .

retonzo y se literaturizó la retórica47 La co . , nflutr, cuando la poética se será uno de los puntos que sirva d . 1 ncepcwn persuasiva del hecho liter>"' d . e en ace entre las dos di . r . ~·o

a VIerte una peculiar relación de continuidad , . . SCip mas, en las que se la Imitación y la persuasl·o'n y d d , mas cuantJtatJva que cualitativa entr · es e este punto d · t h · · ' e tes etapas en relación con esta contaminación e VIS a se , an dlstmguido diferen-segund~ gran crisis de la retórica (de 1730 a Is~~)l ~bstcwn de mtereses, hasta la una retonca caracterizada por una com leta a e a que habla Todorov. Ante de los tropos y figuras, es entonces cJand, unque poco ongmal,. Sistematización reglamentación de los discursos". o se cuestwna su propia validez como

Saltando a nuestro siglo, con el nuevo rena , . la centuria aproximadamente y en . 1 cer de la retonca desde mediados de

, especia en las últi d, d el ~provecharniento de las posibilidades metod 1, . mas e~a as, se ha pretendido retoncos que ofrecen amplias perspectivas de o ~gJCas y teo~cas de unos estudios

Sirvan estos ejemplos, aducidos en nin a~ ISIS textual . exhaustividad para ilustrar o al d gun momento con pretensiones de

' · ' menos estacar brev t ¡ · tos de contacto de estas materias a 1 1 , d emen e, os Importantes pun-des de estudio y aplicación que f 0 argo¡ e la _historia Y las inmensas posibilida­

D recen a a leona literaria actual.

orígenes_ de la reflexión retórica la particular a titud n . relevancia que tenía la oralidad en todos los , pd datural d.el pueblo gnego, así como la peculiar 1't · or enes e la socted· d · ~ . 1 erano, ya que toda la literatura que se producía ~ a gnega: pohtlco, judicial, incluso

en voz alta. Cf. JOSÉ OROZ RETA El t d 1 en esta epoca estaba concebida para ser oída o leíd

5 78 ,« are e apalabraenl f ·· d a

pp. - ,p.lO,yGEORGESAKENNEDY TheArt aa.n¡g.ue ad»,enHelmantica,21, 1970, te el capítulo primero. , of Persuaswn m Greece ... , op. cil., especialmen-

. 47 Así lo ha destacado Francisco Abad al pi t d ,. , . tmdo, «aunque de diferente manera y en distint: :a~ e qu: mane~a Poetica y Retórica han consti­~CISCO ABAD NEBOT, «Retórica Poética g ~: s/~gun las ~pocas», la Teoría Literaria. Cf. Luts Ru~io, Murcia, Universidad de Murcia 1987-8~ ~nt de la Literatura», en Homenaje al prof de la asmrilación de determinados aspecto~ . d_vo. V, ,P~· 27-36, p. 28. Abundantes ejemplos obras de teoría poética, como en el caso d 1 pr~ptos e la. retonca a la reflexión e interpretación de los Pisones de Horacio durante el siglo ~~ I~terpretacwnes españolas e italianas de la Epistola a BERRIO, Formación de la Teoría L't . , os tenemos en el estudio de ANTONIO GARCI'A

48 t e rana modema O'P e ·1 ¡ 1 L , .

Cf. TZVETAN TODOROV r, , d ~ ' · l., vo · , a toptca horaciana

4 .-d~ . .

9 José Ma Pozuelo por citar ah '1 . o, op. clt., p. 78 y ss. · ·f· . ' ora so o un eJemplo h

stgn_t ~catrvas de diversos planteamientos de la teoría liter .' a repas~do algunas de las deudas más ~radtcton~. Entre ellos, el interés de la retórica or elle ana ~e e~te St~lo con el pensamiento retórico ImportanCia de la noción de desvío Cf JOSÉ MÁR.í nguaje hterano sobre bases lingüísticas o la lite!~rio, Madrid, Cátedra, 1988,. pp.· 16-17. Tam~é~Oh:~LO .YV ANCOS, L~ teoría dellenguaje ret?nca y los gérmenes en ella contenidos de 't . est~dtado en esta drrección la narratio que manera su originaria formulación clásl·ca pdoes Arien~rt~s elstudws narratológicos, y ha destacado de

Pre · t · · ' s ote es y Quinfli · · vts as onentacwnes no sólo retóri, . . ,. " . 1 ano pnnctpalmente terúa ya " . cas, smo tambten arttstJco I't · ...., '

neorretonca, op. cit., especialmente el capítulo V R t" . - 1 er~as. ~..-J. Del formalismo a la , « e anca y Narrativa: la Narratio», pp. 143-65. ·-

148

Con respecto a la época que estudiamos nos interesa analizar de qué manera en ámbito retórico español se aúnan retórica y poética a partir de la segunda mitad

siglo XVIII y durante el XIX, hasta su simbiosis en la llamada preceptiva

literaria o teoría de la literatura. Ya hemos visto cómo la articulación clásica del eje central de la retórica -inventio,

dispositio y elocutio- se diluye con sn literaturización bajo el predominio casi absoluto de la elocución. La reorganización de esta configuración en los dos gran­des bloques que el XIX llama ya explícitamente <<fondo» y «forma» se produce bajo la influencia de los mencionados condicionantes estéticos y filosóficos, que se concretaron en capítulos iniciales sobre estética en la mayoría de las preceptivas.

Si seguimos la ordenación interna de estos tratados, notaremos cómo la aparición conjunta de retórica y poética como parte nuclear surge en los últimos estadios del XVIII y se consolida de forma generalizada durante todo el siglo siguiente. De este modo asistimos a la más explícita contaminación de estas disciplinas a partir de la confluencia de su ubicación. Lo que en un principio se configura como parte especial, dedicada al análisis de los géneros en prosa y verso, de la retórica y la poética respectivamente, con los cambios conceptuales operados en el terreno de la literatura alterará su contenido. Adquiere entonces la retórica un carácter teórico general sobre la elocución literaria, mientras que la poética se centra en la teoría de los géneros. Así, la larga convivencia de retórica y poética durante prácticamente todo el siglo XIX acaba resolviéndose en una progresiva contaminación estructural­

conceptual. Pero acudamos a los textos. En las publicaciones dieciochistas previas a esta conjunción explícita podemos

apreciar un trasvase de intereses cada vez más evidente. La Rhetórica (1757) de Mayans, por ejemplo, delata bajo una estructuración clásica una importante amplia­ción conceptual, perceptible en la cantidad de ejemplos literarios y en su articula­ción interna. Para el erudito valenciano la ficción no es exclusiva de la Poética, es más, <<Si bien se observa, la Poetica es parte de la Rhetorica: i por esso Aristoteles trato de ella, i de los Poetas en sns Libros Rhetoricos, i se valio de sus egemplos»

50

A partir de estas palabras no extraña que desarrolle en la parte dedicada a la disposición géneros como la epopeya, la bucólica, la égloga, la comedia, e! diálogo, la sátira, el entremés, el apólogo y la historia jzngida, al hablar del componente ficcional de la narración retórica, como hemos apuntado antes.

Más tarde encontramos en la Rhetórica filosófica (1793) de Joaquín Traggia la incorporación de una Explicación de los preceptos de la Poética «para que nada se eche de menos en esta nueva Coleccion» y «que pueden conducir a facilitar la inteligencia de la Poética de Horacio>>51 • Por las mismas fechas Jovellanos también presentó en sn Curso de Humanidades castellanas unas -ahora sí explícitamen­te- Lecciones de Retórica y Poética. El conocimiento que el autor asturiano manifestó del original de la obra de Blair, publicada en 1783 y todavía no traducida

50 MAY ANS, Rhetórica, op. cit., edición príncipe, vol. I, p. 286. 51 Cf. TRAGGIA, Rhetóricafilosófica ... , op. cit., p. 167.

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al castellano, influyó sobremanera en la ideas allí contenidas y en su estructuración cuando contempla los géneros en verso junto a los prosísticos".

Esta organización en el tratamiento de los géneros, que responde al carácter de compendio de la mayoría de estas obras de orientación escolar, se consolidará en España a partir de la difusión de las Lecciones sobre la Retórica y las Bellas Letras de Blair, en la que tienen cabida los distintos géneros orales y escritos, y tanto en prosa corno en verso. Más clara se presenta la bipartición en la traducción de García de Arrieta de los Principios filosóficos de la Literatura (1797-1805) de Batteux, en la que cuatro volúmenes se dedican a la poética (estudio del apólogo y la bucólica la poesía dramática, comedia y tragedia, la poesía épica, la lírica, didáctica, epigra~ ma y géneros menores), y otros cuatro a la retórica (tras la presentación de las partes tradicionales de la retórica analiza los géneros literarios en prosa).

Desde entonces los tratados publicados en España se verán inevitablemente influidos por esta disposición, desde los Principios de Retórica y Poética (1805) de Sánchez Barbero al Arte de hablar en prosa y verso (1826) de Górnez Hermosil!a y sus múltiples seguidores. Pensemos en este sentido en la frecuencia de títulos que plantean en la primera mitad del XIX este paralelismo entre prosa y verso y retórica y poética, en el vacilante terreno de la <<literatura>>, que empieza entonces a aparecer como superación de estas distinciones53 .

La retórica y la poética constituyen en estos momentos la parte preceptiva de la composición y de teoría sobre los géneros literarios. Perdida la orientación oral de la retórica, en el momento en que los principios de la oratoria se extienden a la prosa y ésta al campo de la literatura -sobre la que ejercía su hegemonía la poética-, ambas disciplinas se unirán de forma ya inseparable.

Entre los pasos que se dan en la progresiva superación de la dicotomía entre los géneros en prosa y los géneros en verso encontramos aportaciones destacadas. La insuficiencia del verso corno factor poético le hace a Filio! considerar más acertada la división de «composiciones prosaicas>> y «composiciones poéticas» que la habi­tual de «composiciones en prosa y en verso>>, <<porque este último no forma ningun limite de distincion pues muchas de ellas, no porque las falte la versificacion dejan de ser esencialmente poeticas>>54

. Tales ideas fueron suscritas por numerosos

52 Sobre la influencia de Blair en la obra de Jovelianos, vid. DON PAUL ABBOTT, ''The Iníluence of Blair's Lectures in Spain», op. cit., pp. 279-280, que llega incluso a afirmar que el Curso de humanidades castellanas de Jovellanos contiene la primera versión española de la obra de B1air, cf. ibíd .• p. 280.

53 Así se presentan las obras de Moragues, Compendio del arte de hablar y componer en prosa y verso (1837); Gil de Zárate, Manual de Literatura o Arte de hablar y escribir en prosa y verso (1842); Monlau, Elementos de Literatura o Arte de componer en prosa y verso (1842), etc.

54 Cf. FILLOL, Sumario de las lecciones ... , op. cit., p. 79. Sobre la cuestión de si el verso es constitutivo esencial de la poesía en este período, vid. JOSÉ DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, Contribu­ción a La historia de las teorías métricas en los siglos XVIII y XIX, op. cit., pp. 56-59, así como las notas que recoge para el XVIII CHECA BELTRÁN en su artículo «"Acción humana", "prosa frente a verso" y "retractatio": tres tópicos sobre la imitación en las poéticas españolas del siglo XVIII», en Castilla. Estudios de Literatura, 15, 1990, pp. 53-67, en especial pp. 58-62.

!50

1 . d 1 XIX que convirtieron en un lugar común la observación Preceptistas a lo dargo e, ·n'ver·so siguiendo a los principales teóricos del siglo,

·b'lidad e poesJa s1 , · il' ¡ de la pos! ' 1 . fl ,·a hegeliana que pesaba sobre Canalejas o M a es dequeamuenc ., ,. Y a pesar elemento esencial en su concepcwn orgamca , tos el metro corno un . . hiciera ver a ess p f de las consecuencias de estas actitudes para la histona

lit atura ' ero uera , 1 t de la er · ' . . t de tma cierta <<poesJa>> en os tex os en .d '!ricas el reconocnmen o .. de las ' eas me .', ue en el XVIII retóricos como Homero hicwron de verso prosa, la desvmculac:on;; ran medida -además de otros factores- al crecimiento Y Poesía ... , contrJbmna e g , la novela y abriría un espacio importante

. t , · hacm generas como . . , d ¡ de la esl!rna. eonca, , . . t desde el otro lado, para la sus!Jtucwn e a

su consideracwn poetica, o, VlS o ~ . para . 1 entido moderno del ternuno. . poética por la hteratura ;; e Gs de los Ríos consciente de la errónea y radical

También Hermeneg o mer . t la en~eñanza de su época bajo el título de . . , o y prosa que persJs e en 1 p 't.

divJsJOn en vers , D tro de la Retórica engloba a a oe Jea Retórica y Poética, abordara este terna. en en estos términos:

. corriente en los tratadistas de la materia, que se [ ... ] se ha estable~l~O comollcosa . ~ de nuestro estudio en que se conocen todos entienda por Retorzca aque a seccwn . . . . ~ . a sean

1 t constitutivos de la composlclOn hterana, oral o escn~'. y los e emen os f versificada ó en prosa. Entendiéndose por Poetlca, sola­desenvueltos en arma analiza lo que es la versificaciOn como forma que mente, el capítulo en que se . h rvido para la poesía; y en realidad, la h. , · ente y por antonomasia, a se . . , 1stoncam d 1 Retórica ó de la composiClon Poética no es más, como se ve, que una parte e a '

en general56.

. , , a or sofisticación en el análisis de los géneros Esta superacwn ofrecera una m y . 1 lantean la existencia de géneros de

literarios, regidos por otros criteno~ que me uso¡ p Coll y V ehí hablará de géneros transición entre unos y otros. ¿,si, p;~~~e~p ~~chos otros. Por otra parte, aunque poéticos, oratonos y do~tnnales , '!• 1 d l~s obras su campo de referencia va persiste dicha dJcotomJa en los !Jtu ods e vi· os co~ la nueva conceptualización

. d cto a sus contem os pre . d cambian o con respe . , . o de elocuencia en general, y poéi:J.ca e . ¡· · R tórica se hace smomrn , retónco- 1terar1a. e . . . 1 lusivisrno que a ésta le confena con teoría de los géneros hterarws, pero sm e exc anterioridad la métrica.

e d l'teratura general..., op. cit., p. 217 y p. 224 y SS., y J\1ILÁ.Y 55 Vid. CANALEJAS, urso e r ·¡ 84 y Principios de literatura general..., op. crt.,

FONTANALS, Principios de Estética .. , op. el., p.

p. 1~~· Cf. H. GINER DE LOS RÍOS, Prin~ipios de Literat~l.ra .. , op. cit., p. 30. 57 Cf. COLL y VEHÍ, Elementos de Lzteratura ... , op. ut.

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IV.3. LA CIENCIA DE LA LITERATURA Y EL PANORAMA GENERAL DE LOS ESTUDIOS LITERARIOS

Uno de los aspectos más trascendentales de la consideración filosófica de los estudios literarios se materializó en un considerable aumento de la reflexión teórica sobre la retórica y la literatura en general, de tal modo que se hace habitual encon­trar en la segunda mitad del XIX observaciones preliminares sobre la literatura, su concepto, división, etc., previas incluso a los capítulos sobre estética. El desplaza­miento referencial de la retórica determinará esta profusión de explicaciones sobre su contenido.

Por otra parte, la superación de la sinonimia retórica-obras en prosa plantea los nuevos límites de la teoría de la literatura o los llamados <<principios de la literatu­ra», de carácter científico. A mediados del XIX Filio! mostraba esta confluencia conceptual cuando reclamaba la necesidad de distinguir dos tipos de retórica: una como teoría de la elocución, y otra, como teoría de la composición literaria. Dice:

[ ... ] es para lo que hemos creido conveniente, ó por mejor decir, necesariO el que

se formen, de lo que algunos modernos llaman primera y segunda parte de la retórica, dos artes distintas, á saber: el uno conservando su nombre de retórica,

para la primera parte de esta ó sea todo lo relativo á la elocucion y buena formacion del estilo propio y figurado; y el otro con el nombre de Arte de composicion literaria, para la segunda parte de aquella, esto es, la inteligencia filosófica de todos los géneros de dicha composicion. De lo contrario el arte siempre seguirá separado de la ciencia, y es indudable que mientras no se apoye radicalmente en esta, el buen gusto no podrá establecerse sobre sólidos cimientos, y con la mayor facilidad aquel solo producirá deformidades y aún monstruos verdaderos5g.

También Terradillos refleja esta vacilación al organizar sus Lecciones elementa­les de Retórica y Poética en retórica general y retórica particular (más una parte de poética), tratando en la primera de los pensamientos, lenguaje, estilo ... , y en la segunda del análisis de los géneros en prosa, tanto oratorios como literarios59

Ante esta confluencia terminológica pronto se pronuncian autores que reclaman un cambio de denominación de la retórica entendida como estudio de la elocución general por <<principios de literatura>>, de tal modo que triunfa casi definitivamente la opción moderna defendida por Bacon y Kant de limitar la retórica a la elocución o teoría del estilo. El concepto de literatura abraza así los parciales contenidos de la retórica y poética como teoría de los géneros. Con particular énfasis lo reivindica Gumersindo Laverde en 1868 citando la opinión de Quintana, y contra la separación

58 FILLOL, Sumario de las lecciones ... , op. cit., p. 16. 59 Cf. A. W TERRADILLOS, Lecciones elementales de Retórica y Poética, op. cit.

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Diego Manuel de los Ríos. Las conclusiones a de retórica y literatura que propugna

e llega se resumen en. las qu

. - . demas partes de la filosofía debe preceder al de lo. Que el estudw de la Logzca! . tura caracter realmente científico, sm

~ · d ~ ndose a esta asigna la Retórica y Poetzca, a . alít' cas acerca de la elocucion y del arte . . d t. . ar algunas nocwnes an 1 . perjUicio e an IClp ~ C ll 2o Que la asignatura en cuestwn deLatmy aste ano. · métrica ~n el tercer curso . . . d L'teratura comprendiendo la teoría de . . 1 b de Prmczpws e l , debe reCibir e nom re 1 . os en con]' unto ora en lo que es

~ d 'bir ora os m1rem ' todos los gene ros e escrz ' . or principal objeto la expresion de . _ d d llos segun que tienen P peculiar a ca a uno e~ ~, ~ . d 1 b. n ó la exposicion y desarrollo de la la belleza, ó la persuaswn a la practica e ze '

verdad60•

._ habitual en el terreno retórico, se . · do una comparacron _ . De esta forma, srgmen . . d la Literatura con raíz estetrca, tronco

habla del árbol general de la Crencra eoe'tr· cas que s~ corresponden con las tres d. d cálicas oratonas Y P • . · 61

retórico y ramas I as , - . fines de las composiciones literanas . facultades capitales del alma, ternnnosRy ·¡¡ González Garbín constatan en sus

M nuel de la evr a o , - . 1 Otros autores, como a . al d la ¡¡· teratura sobre la retonca en os

d 1 · cipws gener es e . obras el ascenso e os pnn 1 ignientes palabras de Revrlla: centros de enseñanza. Sirvan de muestra as s

a es tiempo de que se enseñen en ellos' Es necesario para los Institu~os porque .Y . . s generales de la Literatura, en vez

- d · tíftcos los prrncrpw con sentido y meto o cien , ~ . d 1 R torica á no ser que se pretenda

d dasyempmcas e a e , A' de las reglas escarna d -anza de todos los grados. SI . t d' s de segun a ensen mantener divorciados los es u 10 1 ba el segundo de los métodos por

. 1 1 · 1 dor corno o prue lo ha comprendido e e gis. a ' 1 1 fi rala enseñanza de Principios de

di 1 Bachillerato en e cua gu , . que hoy se estu a e . - l [ l Además. sábese de publico . d z Lzteratura espano a ··· Literatura é Historza e a . d d 1 s años á esta parte en los estudios

f han mtenta o e a guno ~ que cuantas re armas se . . 11 1 d la Retórica y Poética reemplazan-- se ehnuna de e os e e

62 de segunda ensenanza, . l é Historia de la española . dolo por el de los Principios de Literatura genera

60 • · op cit pp. 90-106, , . Poética» en Ensayos crztzcos ... , · ., LA VERDE, «La asjgnatura de Retan ca y ,

p 1% ü 61 Cf Jbíd p 452 t pp IX-X En esta linea dice Gonz ez 62 REVILLA, Prmczpws de Ltteratura gener~~~·J:-fa:;a~ura.precepttva ., op clt, p 16. «En la

Garbín en las págmas mciales de su Cuno el~=:~ra en todos sus géneros y de su estudl~ mediante actualtdad, la tmportancta creciente de la ~~ umversahdad de los preceptos aplicables a todos }os pnnclptos ctentíficos, ha hecho necesana t ue la Retónca ó Arte general hterano no lmnta ya s~ géneros, como en tiempo de la Grecia Por .o q ue la hace extenstva á toda composlcton oral o campo á la preceptiVa sobre la elocuencta, smo q

literaria».

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El hecho de que Manuel de la Revilla, por ejemplo, centrara su manual en la Filosofía de la Literatura, es decir, en <<el concepto, elementos esenciales y leyes fundamentales del Arte literario y de los diferentes géneros que en él se contie­nen>>63, contribuiría a la fijación de los límites y cometidos de la <<preceptiva litera­ria>> o <<retórica y poética>> y de la <<literatura general>>, ya que sus propuestas ejercieron bastante influencia en tratadistas contemporáneos que publicaron en fe­chas inmediatas, Estos dos objetivos, teoría general del arte literario y teoría especí­fica de sus géneros, venían siendo una constante en las preceptivas, pero ahora se enfocan desde el rigor de un método científico al que se alude expresamente, Es frecuente incidir en las diferencias entre literatura general, que es <<una verdadera Ciencia, constituida sólidamente segúu principios racionales que nada tienen que ver con los preceptos retóricos>> y la preceptiva (retórica y poética), que <<no es una Ciencia, sino un Arte que debe fundarse eu los principios mostrados por la Literatu­ra y cuyo objeto es enseñar la parte técnica y mecánica de la composicion litera­ria»64.

La parte general adquiere en Revilla la estructura semiótica del esquema general de la comunicación artistica: Artista, Obra y Público, novedosa con respecto a la producción española anterior, y a la que se ajustan los materiales retóricos desde la nueva perspectiva, Esta organización participa de los requerimientos del método científico del que habla poco después Arpa y López (187 4) cuando distribuye el estudio de la literatura en una parte especial, basada en los elementos que constitu­yen la obra literaria (fondo, forma y estilo); y una parte constructiva o de composi­ción literaria, que trata de quien produce la obra (artista), del material artístico (ejecución) y del resultado (obra literaria)65 , Más claramente Francisco Giner de los Ríos da la clave de la urgencia de este cambio en los siguientes términos:

Ahora bien: una teoría no es más que un conjunto de ideas. Si estas ideas son inexactas y se hallan desordenadas y confundidas, no representan un estudio sério, ni sirven para nada; si son reales y están ordenadas debidamente, constitu­yen una doctrina científica. No hay medio, pues: ó la Retórica y la Poética se organizan científicamente bajo el plan general de la Literatura, ó debe renunciarse á ellas por completo. De hecho se muestra que, entendidas como hasta aquí, son por lo menos inútiles, más frecuentemente perjudiciales, y sólo propias para formar copleros y pedantes. Las máximas rutinarias, las clasificaciones arbitrarias y abstractas, y la insoportable balumba de pormenores y nimiedades que com-

63 Cf . .MANUEL DE LA REVJLLA, Principios de Literatura general..., op. cit., p. 20. 64 Ibíd., p. 2L

65 Vid. el plan que propone en gráficos ARPA Y LÓPEZ, Principios de Literatura general ... , o p. cit., p. 27. Antes había sostenido que el estudio de la literatura se había de apoyar en un conocimiento científico caracterizado por «verdad en la conformidad de los términos del conocimiento; reflexion, de parte del que conoce; evidencia, en la relacion misma del conocimiento, y sistema, como forma del conocimiento análoga á la del objeto[ ... ]». Cf. Ihíd., p. 23.

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. nlazan con ninguna clase de ulteriores estudios, ni con el sentido prende, n~ s~oe dominante en la manera de considerar las letras: y no s_on sino general y 1 y e endurecen la razon y el sentimiento, y que deben mas tarde, ·cesymaezasqu · d d 1 rar . b . ncar el profesor universitario en algunos y la socte a y e y no sm tra aJo, arra movimiento de las opiniones en todos66.

, . idad de dotar a los estudios literarios de un carácter Estas Ideas sobre la neces 1' d a la fundamentación lógica, razonada o

T arrancan de mucho antes, Iga as , 1 XVIII cienti ICO 11 d 1 ciencias experimentales durante los sig os y filosóflca que el desarro ~ e :~1 XIX una de las propuestas más influyentes parte XIX traslada a las letras, a e L' t ue había hablado de la importancia del de la orientactón sensist~ de Alb;~o ~~~ ¿ontrolar los posibles excesos del genio, estudio filosófico de las umamda es. para dotar a la poesía de un carácter ara situarlas en su justa consi eracion: o. 67

p • , . d la teoría de los sentmuentos , , , cientifJco a partir e 1 f entamiento teórico entre románticos y clasicistas

La polémtca suscllad~ p~r era:n ~edida el relativismo temporal del romanticismo y el reaJuste que propiciO e g también un factor importante en tanto que deman­con respecto a las autoudades, esal'd d del arte literario fuera de modas y reglas

, miento de la esenci I a • , , 1 da un conoci • L. t G'J de Zárate Alvarez Espmo, e me uso

arbitrarias, Así lo habmn destacado JS a,¡¡· ~. e o por la historia de los estudios d 1 R' os qmen en su repaso !S on d 1 Art

Giner e os I , i ad de fundar la Literatura como «Ciencia e e Iiterarws, resalta la neces d , al d éste independientemente de toda expe-literario», «sobre la naturaleza esenCI e '

riencia y tiempo>>", 1 . d el peso de los avances científicos del Por otra parte, no podernos tampoco o Vlt ar les que favoreció en gran medida la

d b e todo de las CJencms na ura , , , siglo pasa o, so r • , tre los procedimientos de las Cienc1as , • etodológica y rnetateonca en , 'd 1 comparacwn m • , La Ciencia de la Literatura estará constllm a por e naturales y las humams!Jcas,, , , 1 formas de la literatura <<á la manera estudio sistemático de los pnncipws, ¿~s y do físico constituye la Ciencia de la que el de los princrpws, leyes y formas e mun Naturaleza» 69

·

~--F-G_INE_ R DE LOS RÍOS, «Sobre los estudios de Retórica y Poética en la segunda enseñan-66 . . L' . t , y Arte op cit. pp. 140-4!, . d

za>7 en Estudws de ztew ura , . , . d 1 tudr·o fi'losófico de las humamda es», en ' GÓN D la importancta e es . 67 Cf. A. ~ISTA ~ ¿R-A .: « e 1 1 1-3. En este artículo explica los excesos gongonnos

Ensayos literanos y cnttcos, op. ut., :o. , pp. . .. s Vid también ibíd., vol. II, pp. 20-26, por el desconocimiento filosófico de la literatura y de sus ptmctpto . .

p. 26, y vol. I, p. 165. GINER DE LOS RÍOS, «Sobre los estudios de Retórica y Poética en la 68 Cf. FRANCISCO . Literatura y Arte op, cit., pp. 131-46, pp. 135-36.

segunda enseñanza» l1866], en Estudws dde R t' . l Poétic~ op cit pp. 121-22. En la misma .. IL DE zA' RATE Principios e e once y ' . ., J . "1i

Vid. tambten G ' , 1 Estética un medio para reconocer a umversa -, . G, gora Fernandez ven en a . , línea Alvarez Espmo y. ~n. lar las arbitrariedades injustificables de las dtferentes epocas y dad de determinados pnnc1p10s Y contro

0• NGORA FERNÁNDEZ Elementos de literatura

. Cf R A'LVAREZ ESPINO Y A. G ' naciOnes. . ·

filosófica ... , op. cit., p. 28. . , d Retórica y Poética>\ op. cit., pp. 505-06. 69 Cf. LA VERDE, <<La astgnatura e

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Así, pues, a partir de estos años del último tercio del XIX se hicieron frecuentes las alusiones al rango científico de la literatura y se acentuaron las diferencias entre «arte» y «ciencia», «retórica y poética» y «literatura», territorios fronterizos inmersos en continuas vacilaciones terminológicas, incluso en los títulos de las obras y en las propias denominaciones de las asignaturas, en el camino que va de la usual «retórica y poética>> a la «literatura preceptiva>>70 y a la <<literatura general»71 ,

No extrañan las palabras de García Álvarez, cuando habla de la <<indigesta confusión>> de la Retórica y la Poética, únicamente solventable en el dominio de la ciencia de la literatura, y de la necesidad de devolver su sentido etimológico a la retórica limitándola a la teoría oratoria72 Aunque siempre mantuvo la retórica su vinculación a la originaria teoría oratoria, no es ésta la más frecuente reivindicación en el contexto teórico de los años finales de la centuria, Entonces se debate más entre la disolución de la retórica en los tratados de literatura general, o, lo que era más factible, su renovación desde un enfoque eminentemente práctico, que es lo que propugna Hermenegildo Giner de los Ríos:

Desde el momento en que se marca el círculo dentro del cual gira nuestra asigna­tura, aparece como consecuencia ineludible que se trata de una enseñanza emi­nentemente práctica. Y así debiera ser, aunque en realidad no lo sea. Si en el uso general de las relaciones sociales exigimos de toda persona que sea dueña de su palabra para expresar su pensamiento, tanto oralmente en la conversacion familiar

70 Aunque ya se había hablado mucho antes del cambio de denominación de <-<Retórica y Poética» por «Preceptiva literaria», Callejón y Asme, recoge la convenciencia de esta modificación alegando el trasfondo científico de los nuevos estudios: «Si basta aquí ha venido conservándose, quizás más bien por tradición que por otra causa, las exigencias de la ciencia hacen que este título sea reemplazado por el de Literatura preceptiva, que, además de expresar con más propiedad el concepto total del arte literario, indica el lugar que estos conocimientos ocupan en el hermoso árbol del saber humano>>. Cf. CALLEJÓN Y ASME, Elementos de Literatura preceptiva ... , op. cit., p. 41.

71 La urgencia de la segunda modificación la señaló también HERMENEGILDO GINER DE LOS RÍOS en 1891, cuando sostenía en el prólogo de sus Principios de Literatura, op. cit., p. 7, que su libro no representaba sino «una tentativa hacia la urgente reforma que debe introducirse en la enseñanza de la Retórica y Poética en los Institutos. Convertir la asignatura poco á poco desde el sentido de la preceptiva literaria en unos Elementos de Literatura general, es la tendencia que se observa dentro y fuera de España>>.

72 El contexto de estas palabras es e1 siguiente: «Así, bajo el nombre de Retórica y Poética, se enseña hoy y se escribe lo que no es Poética ni Retórica, sino que excediendo la esfera de su conocimiento es del dominio de la ciencia de la literatura, donde únicamente puede aclararse tan indigesta confusión. Para remediar las necesidades de la antigua Retórica y la antigua Poética, respecto á elementos, géneros y especies de combinaciones literarias en que estas artes no conocían ni podían conocer, los escritores modernos han zurcido en sus tratados de Retórica y Poética pedazos de Estética, de Gramática, de teoría del arte y aún de lógica. Tal es el estado de esta enseñanza y de los textos en que se expone en nuestros días». Cf. GARCÍA ÁLV AREZ, Nociones razonadas ... , op. cit., p. 7. Y sigue después: «La Retórica, por su sentido etimológico, por su origen, por su historia y por el concepto que de ella tiene el pensamiento común, no debe ni puede extenderse á más que á ser la Teoría de la Oratoria ó de la elocución; ni puede comprender más que lo relativo al asunto, al orador y al discurso oratorio». Cf. ibíd., p. 8.

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, inf es notas memorias y demás fórmulas corrientes d. ante cartas o orm ' ' 1 , en cuanto me

1 ~ 1 segunda enseñanza debiera obligarse a JOV 1 .d dicho se esta que en a f Td d or

en a VI a, 1 In ftutos á saber expresarse con actl a , ya p que frecuenta las aulas de os s 1 '

escrito, ya verbahnente73.

, d , quien más abunde en esta vinculación ' e t ' ' poco tlempo espues ' Pero sera or eJon , , el instrumento necesano para una 1 t, . ca a la gramatlca, como d , . da

práctica de a re,on . critos desabridos, llenos de enre os, tmpropte -adecuada expreswn escnta, Los e'sdicos abogados ingenieros, arqmtectos, notanos, des y barbarismos de no pocos me l ' uía lit~raria de la época y le llevan a la funcionarios y maestros, muestran ~ a;aar:;o se convierta en el estudio práct~co de convicción de que «mtentras la Ret~~~nura de estilo, nuestra asignatura sera letra escribir con purez':: correccwn y g los adultos á quienes se explica elocucwn y

uerta entre los mnos que la cursan y hi , 1 p Muñoz Capilla, la contmua y m t fi propone como Clera e . , h b án oratoria»'', Con es e m ' d 11 aJ,e>>" porque tales estudios se a r , , , , en el «taller e engu ' laboriosa eJercttacwn ti!" dad práctica, Dice al respecto: de justificar principalmente por su u 1

tros ue los jóvenes estudiosos que acuden al [ l mas hoy, lo mismo los maes q . d que no basta trazar las líneas ... . · s á cátedras, entlen en . . . torneo de las opostcwne . .. , d 1 s diversos géneros hteranos; m

1 il ta como Sl dtJeramos, e o .1 generales y a s ue , . . d 1 tropos de las figuras y del estl o, ya 1 al el andanuaJe e os ' presentar ante e ~ umno . ción de estas abstracciones y teorías el qu~ .no que nunca debera hac~r aplica 'd nte la necesidad de que la Retonca

f ., d 1 terato Es pues evi e , , abrace la pro eswn e 1 . , ' . 1 acertó á hacer la gramatlca

d lleve á la prácttca o que no enseñe á escribir, e que . rados platónicamente de nuestra

, , ron acometer preceptistas enamo y lo que qulSle asignatura76

al es básica la orientación estético-h . na literatura gener , En la otra apuesta acta u , , . h cia la retórica y la literatura en su

1 acercarmento teonco a , . , filosófica que renueva e , , ti os encaminados a la compostcwn conjunto, Lejos quedan los propósttos prescnp t:rés por la comprensión del hecho de textos literarios, sustituidos por un mayor trtn d la Retórica como teoría de la

istamos a la mue e e literario, lo que hac~ que as do de hacer poesía77. Oratoria, y de la Poetlca como mo

3 H GINER DE LOS RÍOS, Principios de Literatura ... , o p. ci~ .. 't pp. 2~. Estas mismas afirma-7 · - d en prosa castellana, op. cr ., · 74 Cf. CORTEJON, Arte e componer de Retórica y Poética, op. cit., p. IX.

ciones estaban ya presentes en su Nuevo curso

75 Cf. lbíd., p, XI. , . Poética op. cít,, pp, VIII-IX, L 76 CORTEJÓN Nuevo curso de Retortca y . ,d 1 bras de Reus y Babamonde: « a

' · d 1 clanfica oras pa a · " 77 Ténganse en cuenta en es~e sentt o ~s como ha muerto la Poética en el concepto de ~rte o

Retórica como teoría de la Oratona ha muert d al hombre medios para tanto; pero, en camb10, ha modo de hacer poesía: la ciencia moderna no e:tudian críticamente, no modos y recetas de hac~r.lo hecho aparecer la Filosofía del Arte ~~ que se comprender la obra producida y analizar sus condlClO-. 'bl . le es dadas por la Estetlca, para . nnposl e, smo y AMONDE La oratoria ... , op. crt., p. 21. nes». Cf. REUS y BAH ,

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1 ; 1

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La indagación teórica que desde mediados del XIX se registra de manera más explícita sobre el estudio de la literatura, pronto plantea una delimitación de intere­ses en varios frentes, básica para la moderna configuración de estos estudios, Además de la parte preceptiva en sí misma (retórica y poética) y de la reflexión general sobre el hecho literario, la historia de la literatura se empieza a presentar de forma independiente,

Fue en el último tercio del XVIII, en tomo a 1786, cuando se creó en los Reales Estudios de San Isidro de Madrid la primera cátedra de historia de la literatura española, que todavía tenía carácter enciclopédicon Pero antes, en el terreno estric­tamente literario, cuando aún no se había consolidado una teoría específica de los géneros, la preceptiva retórico-poética recurrió a la memoria histórica tr~s la des­cripción de las características fundamentales de cada uno de ellos a la búsqueda de modelos fiables para su época, Es otra de las aportaciones de las Oraciones que escribe Mayaus en su juventud79

, o de su magna Rhetórica, que potencia en extremo esta utilización de la historia literaria, no sólo como ejemplo concreto de tropos y figuras retóricas, sino también de lenguaje, sintaxis, estilos, ete,, en verso y prosa, con modelos sobre todo de los Siglos de Oro,

De forma similar se presenta la Filosofía de la elocuencia de Capmany, Su segunda edición, que aparece con muchos más ejemplos que la primera, pretende contribuir al conocimiento de la <<buena frase castellana>> frente a la creciente influencia francesa

80 Pero, tal vez lo que más llame la atención sea la incorpora­

ción de un apéndice, al final de esta edición ampliada, dedicado a los <<Autores españoles, de cuyas obras se han trasladado exemplos de eloqüencia, con una noticia de la época en que escribieron>>, Y a continuación los presenta agrupados por reinados, sirviéndose de los materiales con los que había confeccionado años antes su Teatro histórico-crítico de la elocuencia española (elaborado entre la primera edición de su Filosofía de la elocuencia y esta segunda) 81 Escrito a fin de suplir el vacío crítico sobre la prosa, cuando lo más atendido entonces era la lírica

78 Para más información sobre este tema, vid. JOSÉ SIMÓN DÍAZ, «La Biblioteca, el Archivo y la cátedra de Historia literaria de los estudios de San Isidro, de Madrid (1767-1820)», en Revista Bibliográfica y Documental, t. I, 1947, pp. 395-423, donde se reproduce íntegramente la memoria para la cátedra sobre el método de enseñanza, redactada por Francisco Meseguer y Arrufat y Miguel de Manuel. Sobre los distintos empleos y aplicaciones del sintagma «historia literaria» en el siglo XVIII (general, corno historia de las obras escritas, de los conocimientos especulativos, de una ciencia o arte, de un autor o tema concreto, de una persona, corporación, obra, actualidad ... , vid. el completo articulo de INMACULADA URZAINQUI, «El concepto de historia literaria en el siglo XVIII», en Homenaje a Álvaro Galmés de Fuentes, t. III, Madrid, 1987, pp. 565-89.

79 Nos referimos a su Oración en alabanza de las eloquentíssimas Obras de Don Diego Saavedra Fajardo (1725) y a su Oración en que se exhorta a seguir la verdadera idea de la Eloquencia E,paño/a (1727),

80 Cf. CAPMANY, FiLosofía de la elocuencia, ed. de 1812, op. cit., p. XV. 81 Cf. CAPMANY, Teatro histórico-crítico de la elocuencia española, Madrid, Sancha, 1786-94,

5 vols, [vol. I (1786): CCXXIII + 224 pp.; vol. TI (1786): XV+ 447 pp,; vol. lll (1787): XV+ 59! pp.; vol. IV (1788): Xill + 510 pp.; vol. V (1794): XXVI+ 482 pp.],

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, , , 82 or aniza su antología también cronológicamente según los y la poes!a dramal!ca ,1 g ue selecciona casi los mismos autores, salvo alguna distintos remado~, de ostq onolo'gico en la ordenación de los textos y de los . , y sera este en eno cr li , excepcwn, . , , al uso en la que los ejemplos terarws se lo ue lo separe de una retonca , , autores q , dis osición interna de la matena, , subordman a la propm , p los modelos y las propias necesidades docentes

La importancm ad¿~~~~aa~t~ogías, que empiezan a proliferar a partir ?e este propiciaran la aparre! 1 textos teóricos, Las coleccwnes de Sanchez, momento como complem~~l~ ~e~scitado Capmany, Garrido, Quintana, Silvela­López Sedano, Pedro Es ; 1 s de las más significativas, A éstas se han de Mendívil, Marchena, etc,, ,seran a;~~~ de autores españoles como latinos, muchas sumar otras con fmes d!dacl!cos, sectores oficiales en las décadas centrales del de ellas Impulsadas por los mismo~ h por Lista Paluzie Cantalozella, Alfredo XIX Pensemos e~ las ~leccio~:rr:~ill~s o en la de los escolapios, la que se hizo Adolfo Camus, Gomez ~ne:de 1845, las ~tilizadas por los jesuitas, etc:, etc,,", sigmendo el plan de estu o , d también fue frecuente la pubhcacwn de

En el ámbito de la orat:l: ~:fe:ia~ religioso que ayudara y sirviera de modelo antologías de sermonels y ded' 'ón durante los dos siglos que nos ocupans4, a los prinCipiantes en a pre !cae!

~ . / . . «A fin de desengañar á los estrangeros preocupados, y 82 Declara en estos tenmnos su proposlt7. d les pretexto alguno de disculpa de haber

á muchos españoles mas preoc~pados que el os, y to g :x:or ,falta de modelos de una pura y noble

descuidado el estúdlo de los pnmores de n~es--~~c~nu:a coleccion completa y general de fragmentos elocucion; he entrado en la empresa de dar a X·u d , su lenguage desde la fonnacion del romance escogidos de prosa de los escntores mas acre ltaD?s por preli.mt"nar» a su Teatro histórico-crítico ... ,

. l Cf CAPMANY « tscurso castellano hasta este s1g 0>'. · '

, 't lll . ·d ANDRE' s SORIA «La utiliza-op. Cl ., P· · . .- al as de estas colecciOnes, VI · ' . 83 Para más informaciOn sobre gun , . 1 t- , 'a (Bosque¡· o de una aproximación)», - ecmlmente en a re onc

ción de los clásicos en la ensenanza y esp A t ·a Marín Ocete Granada, II, 1974, pp. 1037-en Miscelánea de estudios dedicados a~ profe~or n onll s sobre la utilización de algunas de estas.

las disposiciones rea e b , 1063 Este mismo autor recoge , b d 1854 en la que se aprueban los tra aJOS

· alüd del13deoctu re e , · antologías, en concreto una Re. r en "b'd 1043. Más datos acerca de las resomendaciOnes de los escolapios y de Terradillos. :f. : l ., . p. 1 plan de 1845 en GIL DE ZARA TE, De la gubernamentales sobre estas antologtas llteranas en e ,

. E - cit vol n p 38 y SS. - HERRE Jnstntcción Púbhca en spana, op. ., · ' b.li aciones la podernos encontrar en FELIX -84 Una información detallada sobre estas pu e . , d añola op. cit. En este sentido

., b·b¡· ~.¡:;·a a fa oratorza sagra a esp , , . 1 RO SALGADO, Aportacwn l wgraJ.c e· as or Don Abbott en su relación bibliografica de a

hemos de señalar que algu~as de las obras~ Jd A ~ibliography of Eighteenth -and Nine~eenth­retórica española de los siglos XVIII y , << "do localizar son meras colecciOnes de

, ·1 que hemos consegm ~ ' , 1 Century Spanish Treatises», o p. cz ., , .... como se puede dedudr por los tltu os . , r · sos y no obras teoncas AN sermones o recopilacwn de textos re 1~10. , b d las que damos la ficha completa: FR. m abreviados. Es lo que ocurre con las stgmentes do rAas, e_ o en la Quaresma que con su admirable

, d. d S Thomás e cquzn , , VILLALVA, El angel pre tea or . ¡· 1 .-F.- • a todos Zaragoza, Pascual Bueno,

S D t . y con su Ange zca uz oJ' ece _. doctrina consagra al anta oc m, l . , de vei.ntisiete sermones de Cuaresma y sus

5 h 1 q e es una coeccton l 1710 [12 hs.+ 232 pp.+ s. , u ás· F PRADEL y ALARCÓN, Manual predicable para os Jue festividades, tomados. de Santo !o/ m , - . , d práctica y buenos libros, Madrid, Imp. de D. Jose C. entran en ellvfinisteno parroquw y cmezcan .e

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Aunque muchas de estas colecciones siguieran el mencionado método cronológico son bastantes las que agruparon autores y textos por géneros literarios o tipos d~ estilo~ Es el caso de las obras casi simu!táneas de Me~cHbil-Silvela y Marchena, que acentuan de este modo su vmculacmn con la retonca y la preceptiva literaria imperante85

• Así, la Biblioteca selecta de Mendíbil-Silvela se organiza en distiutos géneros, correspondientes a los estilos templado, llano y grave. Y algo parecido sucede en las Lecciones del abate Marchena.

Independientemente de las motivaciones y criterios concretos que animan la selección de autores y textos, lo cierto es que de la aplicación didáctica de sus obras no ofrecen duda las propias palabras de los autores, que se proponen con su publi­cación «que nada le falte para poder servir de preparacion y texto á un curso de Retorica y de Literatura Española>>"6

Por otra parte, esta producción plantea la interesantísima relación existente entre la retórica y el canon literario sobre el que se apoya, y que en estos casos se fue separando de las preceptivas en libros aparte; pero en otros muchos lo siguió sustentando la preceptiva en tanto que, como tal, implicaba un marco de referencia sobre el que fundamentar modelos de lengua, reglas y criterios composicionaless'. Tal vez una de las ubicaciones más habituales de la historia literaria en los tratados sea la de los géneros literarios. Cuando aún no estaba consolidada una teoría específica de los géneros, es frecuente, hasta convertirse en cosa habitual, que su análisis se base en gran medida en una relación histórica de los principales autores y obras más representativas y, a partir de ahí, en señalar cualidades, méritos y errores. Pensemos, por ejemplo, en los apéndices con que García de Arrieta comple­ta la exposición de los distintos géneros poéticos señalados por Batteux, o las observaciones finales en el análisis de los mismos que incorporan también el traduc­tor de Blair y sus colaboradores.

Estos apuntes sobre la evolución de nuestra literatura y sus principales represen­tantes incidían en el carácter de compendio de muchos de estos manuales de retórica

de la Peña, 1854, una colección de sermones en ayuda de los predicadores que no disponen de buenos libros, tal Y como reza el título; MARIANO Y AGÜE, La cátedra sagrada, obra predicable, Madrid, 1875-76, que es también una colección de sermones, y como las demás, de escaso interés teórico.

85 Cf. PABLO DE MENDÍBIL y M. SIL VERLA, Biblioteca selecta de literatura española, 0

modelos de Elocuencia y Poesía, Tomados de los escritores más célebres desde el siglo XIV hasta nuestros días, y que pueden servir de lecciones prácticas a los que se dedican al conocimiento y estudio de esta lengua, Burdeos, Imp. de Lawalle Joven y Sobrino, 1819,4 vals., y JOSÉ MARCHEN A Y RUIZ DE CUETO, Lecciones de Filosofía Moral y Elocuencia; o Colección de los trozos más selectos de Poesía, Elocuencia, Historia, Religión, y Filosofía Moral y política, de los mejores Autores Castellanos; puesta en orden por_. Antecede un Discurso preliminar acerca de la Historia literaria de España, y de la relación de sus vicisitudes con las vicisitudes políticas, Burdeos, Pedro Beaume, 1820, 2 vols.

86 :MENDÍBIL y SIL VELA, Biblioteca selecta de literatura española, op. cit., vol. I, p. XIII. 87 Así lo hemos estudiado en un trabajo sobre la recepción literaria en las preceptivas de este

período, que esperarnos vea próximamente la luz.

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poética, que pretendían cubrir un mínimo de conocimientos teórico-prácticos al y ue pudieran acceder los resentidos bolsillos de los estud,iantes. Es:o hace pensar ~ on independencia de las consabidas mterrelacwnes teoncas- como, pese a la

e iente especialización y desvinculación de la historia de la literatura de las cree . d bl h. , .

eptivas todavía a finales del XIX se Siguen dan o estas sem anzas IStoncas prec • . , ,. , , la exposición de las pnncipales caractenstlcas de un genero. Su estudm se

tras . ._ Id , Ya en la prescripción de sus reglas de composiclOn, en e esmenuzamwnto

apo "d d 'hi'. umental de Jos principales modelos, y en la relac10n e su evemr stonco, y arg 'al · b. · obre esto último se basan clasificaciones y subgéneros en una especi· sim lOSIS ~ntre el estudio descriptivo y el análisis-aprendizaje práctico de unos detenmnados tipos de composición literaria. La separación de ambos campos, cuando los manua­les de historia de la literatura asuman --como afirma Genette- el estud10 descnp­tivo liberado de toda aplicación, supondrá un cambio decisivo en el estatuto de la

/ . 88 retonca . . Algunos de los pasos más significativos que se di?ron en la separación de

preceptiva e historia los encontramos en el Manual de Literatura (1842) de Gil de Zárate, en el que se distancian en volúmenes diferentes. Pero las relaciones entre teoría de Jos géneros e historia se mantienen intencional y estructrualmente, ya que -confiesa- <<nO solamente haremos aquellas reflexiones generales que creamos oportunas para delinear con exactitud el caracter que ha tomado entre nos~tros cada género de literatura, sino que tambien nos detendremos en anahz~ la mdole de nuestros principales poetas y prosistas, citando trozos de cada uno, a fm de que se admiren sus bellezas y se eviten sus defectos>>89

• Al principio de cada capítulo dedicado a un género distinto da unas breves nociones generales sobre su estado en Ja época y hace una presentación biográfica del autor c~n comentarios a l_os textos presentados. Además, en la parte preceptlva, tras especificar las caractensticas de cada género, ofrece una pequeña muestra de sus principales representantes a lo largo de la historia.

Las repercusiones que tuvieron, tanto la obra de Gil de Zárate como el plan de estudios que inspiró, serían determinantes en la configuración posterior de estos estudios, porque fue entonces cuando el Gobierno incentivó la historia literaria con la creación en la facultad de filosofía de un curso de literatura castellana90 La especialización que ya había conseguido la literatura al restringir su radio de acción a las creaciones estéticas, así como el propio decurso de los estudms literanos

88 Cf. G. GENETTE, «Rhétorique et enseignemenb>, en Figures II, París, Seuil, 1969, pp. 23-42,

pp, 29-30. 89 GIL DE ZÁRATE, Resumen histórico de la Literatura Española, op. cit., p. 4. 90 Dice Gil de Zárate: ~<Recomendó el Gobierno con particular empeño que se hiciera aprender á

los alumnos los mejores trozos en el arte de escribir; y para complemento de esta enseñanza, creóse en la facultad de filosofía un curso de literatura castellana, cosa que jamas se babia visto en nuestras escuelas de donde estaba prescrito el idioma nativo». GIL DE ZÁRATE, De la Instrucción Pública en

España ... , op. cit., voL 11, pp. 38-9.

161

'i,

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hacían hablar a Coll y Vehí en 1856 de una parte h. t' · , · U 1 , . . rs onco-cnl!ca de la

unto a a estel!co-fllosófica y la preceptiva) en auge d t - uLeral!Jro·· ' t b., · · d. , , uran e estos anos'I sena am ren rervm rcada por Alvarez Espr.no G, F , · 't h . Y ongora ernandez y 1 ·

etce era, asta convertirse en un tópico de la e tru t . , un argo l"t . I s e uracwn general de lo . r eranos. ncluso en los títulos se advierte esta . s estndlos

ejempl d . . . presencia cuando se habl o, e «pnnClpiOs de literatura general y literatUI·a esp - 1 a, por

<<literal!tra general>> se hace sinónimo de teoría de la literatn a~o a>>, en los que la>>, de historia de la literatura. Las obras de Filio! 186~a, y<< Jteratura españo­(1872), Milá (1873), Cano (1875), Polo (1877) o Mud;ra (1~7~evllla y Alcántara ellas, con una !Itulacrón casi idéntica, una parte claramente difer~~~~~mplau todas de la hteratura en lecciones o tomos aparte" a de hrstoria

Además, sabemos que, como recoge Mudarra en la introducción de sus . nes, fue en 1880 cuando un real decreto del 16 d , . . Lecczo-

est~dio de la ~teratura general de la literatura espa~o~:%:~t~:'fa~~e~!~~)t:Uente el

de ~~d:c~~n 1~~ l~~:!n~;d~:~ad~e~: Historiadcrítica de la Literatura e~pañola literatura española desde dentro y fuera de an~:~:as ~r~cercar;;'entos hi~tóricos a la formulaciones, de modo que no resulta infrecuente enc~~ras , potencw todas estas ren su propla síntesis con fines didácticos Es el cas d Far p~ecdepl!stas que elabo-1871 bl. e · 0 e ernan ez Espmo que e pu rca su urso histórico-crítico de Literatura - ¡ ' n

espano a, con una defensa del

91 Él mismo dice: <~En nuestros tiempos ha tomad . . . de la literatura que además de la vi·d d 1 o mucha liilportanCia el estudto histórico-crítico

' ' a e os autores del conocimi t · t · ... obras, comprende el examen de la influenci·a :b. en o, m erpretacwn y JlllCto de sus

· . que recr Ieron de las ép b ejercieron en su época y en las posteriores tant , . ocas Y ~ ras precedentes, la que recibieron ó ejercieron con relacion á la cienciao ~~:: :a:tria como e~ las ~acwnes extrangeras; la que y del humano linaje». Cf. COLL y VEHÍ El , ~bres y a la VIda completa de los pueblos

92 Cf JOSÉ V F . , ementos de Llleratura ... , op. cit., p. 5. · · ILLOL, Sumarw de las lecciones d e d L.

m.ente española, op. cit.; M. DE LA REVILLA p D~u~ur~o e tteratura g;neraly especial-Lzteratura general é historia de fa literatura esp - ~ . .· . ~ANT~RA GARCIA, Principios de de Literatura general y española op ,.,·

1 Est ano a, ~f!· Clf., · "MILA Y FONTANALS, Principios

. ' · · a separac10n de teoría h · t ·, - . particular atención a la historia literaria en su Com endio : . lS ona vema precedida de una presentación de los géneros principales ha , l'P de ~rte Poetlca, de 1844. Alli, después de la

~ . , Cla en etra pequena una b hi t · d mas Importantes hechas al género por di. sttn' t t

1 re ve s o na e las aportaciones

d . os au ores a o largo de la h' t · . R CAN . e Literatura general y española, op. cit.; POLO y ASTUDIL l,S ?na, . ~ . ~· Leccwnes

Preceptiva y Resumen histórico de la L ·¡ 1 - LO, Retonca y Poetica o Literatura • 1 era .ura espanola op cit. MUDARRA ,

Leccwnes de Literatura general y española, op. cit. ' · ·' Y Y PARRAGA, 93 Cf. Ibíd.~ prólogo sin paginar. 94 Cf. JOSE AMADOR DE LOS RÍOS H' t · , · .

de José Rodríguez, 1861-1865, 7 vals. , ts orza cntlca de la Lzteratura Española, Madrid, Imp.

. , 95. ~ensemos en las historias de la Literatura es añal d . . . . . cron, mtciada por José Lorenzo de FI.gu .P ~a e Tick:nor, la de Sismondl, cuya traduc-. eroa contmuana Amado d 1 Rí 1 .

llteratura y del arte dramático en España (1845 trad cast r e os os; a Hzs!oria de la la Primavera y flor de romances (1856) d F 'yd · ' ., 1885-87), de Adolfo Fedenco Schack

,eemanoWolfüenl'b· · ' General (1846 y ss.) de Agustín Durán o la aste . D l . , , e a~ Ito nacronal, el Romancero de Milá y Fontanals, etc. p nor e a poesw heroico-popular castellana (1874),

162

histórico-crítico96, de Arpa y López, e incluso de Muñoz Peña. Otros auto­

se pronunciaron igualmente sobre este método a la hora de enfocar la literatura na<:IOJJal, trasladando al terreno histórico la visión filosófica que desde hacía tiempo

reivindicaba para la preceptiva literaria. Milego e Inglada confiesa que

La forma de nuestro trabajo ha de ser eminentemente filosófica; de otro modo no se hará, no se podrá hacer, una historia crítica de la literatura como nos propone­mos. El elemento crítico es el que ha de dar á nuestra historia carácter de tal; sin él la historia deja de ser ciencia, está incompleta. Incompleto y á veces tambien falso es, por esta razon, el sistema de estudios biográficos para la literatura; porque estudia los ingénios arrancándolos violentamente del cuadro de la época en que florecen, haciéndolos perder su significacion y oscureciendo las influen­cias de la sociedad en que vivieron; con lo cual se extravían nuestros juicios y el error es el término de nuestro trabajo97

La importancia del método histórico en literatura fortalecerá las conexiOnes entre uno y otro campo. Canalejas, por ejemplo, siguiendo las teorías hegelianas, defenderá la necesidad del estudio comparado de los géneros para comprender mejor su esencia, así como las sólidas relaciones existentes entre teoría e historia, cada una determinada por la otra98

A este respecto no podemos tampoco dejar de mencionar la claridad con que a finales del XIX Sánchez de Castro reflexionaba sobre las diversas acepciones y sentidos, no siempre deslindables con facilidad, de la literatura como arte, ciencia y conjunto de obras. Se preguntaba si la Literatura general se funda en principios universales, conocidos a priori, o se deriva del estudio de los hechos, es decir, si es ciencia racional o experimental99 . Para él tiene, como casi todas las cwnc1as, ese doble carácter:

96 Cf. JOSÉ Ma FERNÁNDEZ ESPINO, Curso histórico-crítico de Literatltra española, Sevilla, Imp. y Libr. calle de las Sierpes, 35, 1871, [XVI+ 788 pp.+ XX]. La obra, de menos altura que la de Amador de los Ríos, pretende ser un complemento-superación de la Historia de la Literatura Española de Ticknor, traducida y adicionada por Pascual Gayangos y Enrique Vedia, sobre todo en la parte crítica. Cf. Ibíd., pp. III-N. Sobre la utilización del método histórico-crítico se pronuncia favorable­mente -contra el empleado por Gil de Zárate y Ticknor-. Cf. ibíd., pp. VII-VIII. Vid. también SALVADOR ARPA Y LÓPEZ, Historia compendiada de la Literatura española, Madrid, Victoriano Suárez, 1889 [VIII+ 332 pp.]. En ella sigue el método mixto, el filosófico que organiza la materia en géneros y el cronológico, ante las dificultades de seguir en nuestra literatura solamente el primero. Vid. también PEDRO MUÑOZ PEÑA, Compendio de Historia general de la Literatura y especialmente de la española, Valladolid, J. Montero, 1902 [408 pp.].

97 Cf. S. J\1ILEGO E INGLADA, «La Historia de la Literatura Española», Discurso pronunciado en la Asociación de Conferencias Cient(fico-Literarias de Toledo, el día 13 de diciembre de 1878, y recogido en MILEGO E INGLADA, Estudios, disertaciones y ensayos filosófico-literarios, Toledo, ltnp. y Libr. de Fando e Hijo, 1880. pp. 159-179, p. 164.

98 Cf. F. CANALEJAS Y CASAS, Curso de Literatura ... , op. cit., vol. !, p. 37 y pp. 10-11. 99 F. SÁNCHEZ DE CASTRO, Lecciones de Literatura general y española, op. cit., voL I, p. 9.

163

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Los hechos literarios dan la materia de observación y el entendimiento,

nando sobre ellos, indaga su naturaleza y los principios á que deben >umete¡¡

así como en los hechos, busca y halla la aplicación y prueba de sus principios.

experiencia ofrece á la razón lo mudable, relativo y contingente; y el rar;10

,cini

construye la ciencia, que ha de elevarse á lo permanente y necesario: Scientia datur de contingentibus. Sin el conocimiento de obras literarias, apenas

m os formar idea de lo que podrían ó debían ser; pero con el solo conocimiento esas obras, tampoco llegaríamos siquiera á tener base para juzgarlas 10o.

Como vemos, las relaciones entre preceptiva, teoría e historia participan en el siglo del historicismo de una especial relevancia, de tal modo que no qu~dan lejos las afirmaciones de Wellek sobre la insoslayable vinculación de estas áreas ante algunas propuestas desvinculantes de la crítica del siglo XX101 . El auge que experj, mentó la consideración científica de los estudios literarios acentuó la especia­lización de sus distintas categorías, pero sin perder en ningún momento la conexión -al menos conceptual- con el resto. La organización de los tratados de retórica y poética, receptiva a las trasformaciones teóricas que se imponen progresivamente, se resuelve en muchas de las obras analizadas en las mismas tres partes (estética, preceptiva e histórica), que consolidan ya entonces una visión asimismo tripartita e interrelaciona! del conocimiento teórico de la literatura.

Entre los teóricos que adoptaron esta triple división hemos de mencionar a Pillo!, que en 1861 veía tres partes en la asignatura: estética, preceptiva (retórica y poética) y parte analítico-crítica de los principales modelos (literatura general y literatura española)

102

. Este esquema básico se repetirá de forma semejante en posteriores tratados con leves variantes: Álvarez Espino y Góngora Femández (1870) hablan de literatura filosófica, preceptiva e histórico crítica10'; Manuel de la Revilla (1872), de filosofía de la literatura, historia de la literatura y filosofía de la historia, aunque sólo trate de la primera

104; Mudarra (1876), de literatura general (caleología y

preceptiva) y literatura española; Callejón y Asme (1888), de Caleología (literatura filosófica), Preceptiva (literatura preceptiva) y Crítica (literatura crítica); García Álvarez (1892), de Literatura técnica (compuesta por Preceptiva y Filosofía del

lOO !bid.

101 Cf. R. \VELLEK y A WARREN, Teoría literaria, op. cit., p. 49. 102 Cf. FILLOL, Sumario de las lecciones de un curso de Literatura general..., op. cit., p. 13. 103 La filosófica «tiene por objeto la explicacion de la estética, que no es otra cosa que la ciencia

de la belleza, y por consiguiente la filosofía de las bellas artes»; la preceptiva, se ocupa de «dictar las reglas convenientes para toda clase de composiciones, ya estén escritas en prosa, ya en verso»; y la histórico-crítica, de «damos á conocer el orígen y progresos de la literatura en general, la influencia que ha egercido en la sociedad en sus diversas épocas y el mérito de los escritores por medio de análisis filosóficos}>. Tal es el cometido de cada una de estas partes según FERNÁNDEZ ESPINO, Curso de Literatura general, op. cit., pp. 24-25.

104 Este mismo esquema es también seguido por González Garbín (1872), Hipólito Casas (1880), Loscertales (1891) y Hermenegildo Giner de los Ríos (1891).

164

, . . . (e uivalente a la historia de la literatu-y Literatura crítica o cnllca ~tt~r~~pl.!tación del esquema tripartito, (litera­

De ahí se llega a la cast o a t . de secundariaw6, muy proxrmo a etc. . ¡¡· tónca) en los tex os . ro7 '. sófica, precepttva e , ts . i lo sobre los estudios literanos . f¡lo tendida clasificacton de nuestro salg 1 el concepto mismo de literatura, ex , rtura par e a en

Esta división supondra una ap~e ciencia o conjunto de obras. y en consecuen-que se puede constderar como ,

ti la fundamental y la propia-. . t del arte literario (la precep v~, . . . del arte 105 Las tres esferas de con~cllll1Al/ en o diciendo sobre la Literatura tecmca: «es la ~Jen~m del arte

, . ) las resuelve GaJna varez , ocimiento en tres ramas: Ciencia , :Eilente. ar~stl~al á su vez puede distinguirse P?r raz.~n d~ c::a literatura ó de las obras escritas, como Hterano, a e rinci ios, leyes ó reglas mducr as e Prece tiva; ciencia del arte corm corno con¡';;'t~l!e: circ~nstanciales del arte, que suele l:;ar~~versal~s, vistas por intuición racro-

. mu a 'nci ios, leyes ó reglas permanentes, ese;rci la naturaleza, que podemos denommar conJUDtO de _pn / 1 esencial é inmutable en el esp~tu y ... " de ambos conocirmentos en nal 6 deducidos e "o Arte Literario fundamental; y 1~ co.mposi~Ion literario ó Literatura técnica. Filosofía del ~~:ia~ente científica bajo el título de ~ren:Ia ád~~ :~~ca, preceptiva¿ fundamental, construccwn p . . hi tórica de la Literatura con re aclo~. . . Cf GARCIA AL V AREZ, Finalmente, la Ciencia s L"teratura crítica ó CntJ.ca hterana». .

s la que debe llamarse I

parécenos qu::adas ... , op. cit., p. 11. " Es antaleón y Carrillo (1881), Pons y Nocwnes raz b'én esta organizacwn Cano (1875), . p p Gallarza sobre este punto.

106 Adoptan tam .l Cardona (1891), entre otros. Dtce ~ns y f ndamento en la Estética, Gallarza (1889) y ~ubw 1 científica llamada Literatura, estab~e~Jdo s:fic~ en la composición de las «Deslindada ahora .a ~~m . a y distinguido el carácter artístico e=~ n la nomenclatura técnica completada la histona I er:conocer que existe de hecho y deb.e a , tlfse ~ adas á la bella expresión

obras d~ letras: e~:~:~~;~~e contiene la preceptiva y observ~c~~~ej~:~~:~e literatura, así prosáicas un arte lte~arw 1 alabra oral ó escrita, y á la compostcwn . t' a constituye con la literatura del pensanuento por a p 1 os nombran ya Literatura prece_p zv , , . ti mpos. Para no

com~ poétic~: ~~~~~~: ;;;~:nf:to de los ,conocimie~~:a lite;; o~ ~e a~~;~~~~a :n solo nombre

~~~t:;~ ~ sentido usual de las v?ces ~~~~~c:d¿p~ el de ~lementos de literatura, supu~i~adu~t;: com~rensivo de ~u :~~¿ed~~~::~~=o~r:ajo los títulos de Retór:sa ~s~~::~~a,é n~i~;ó~~c:~, contiene ensenanza que s . . lemental que con hgeras nocwn 'ó d todo género de obras

ue una Llteratuw e . 1 ara la comprenst n e . 12 cosa q tos generales y especia es p . p "'tica op crt pp. 11- .

sustan_ciahnente los precciALLARZA, Tratado elemental de R:tó'"!ca y. o~ríti~a li.teraria e historia literariaS>>. Cf. PONS y . lo en la distinción entre teona literana, 1 tudio de los principios

107 Pensemos, por eJemp , califican de teoría literana ~~e es t d arte W 11 k y W arren, que d · d obras concre as e

literaria formul~das~~rcat=g~rías criterios, etc., y diferencia_ndo l~s :~~o~~~)~ de historia literaria». de la hte;atura, e .;ítica litera;ia (fundarnentahnente estahca e 1981 W reimpr. de la 4" ed. de con el tenmno de cA WARREN Teoría Uterarza, Madnd, Gredas, / 'tica e historia literariaS», Cf. R. WELLEKl~e i948), p. 48. Vid. en general todo el cab n:• ~~~~:e~r~ incide en esta clasifica-1966; ed. ongm~ién recientemente, por citar otr~ eJemplo, ~~tear la necesaria conjunción de una pp. 47-56. Tam , d la Ciencia de la Literatura, al p , . . . Literatura comparada, ción de los componentes e " . a y en esta segunda de Cntlca, Histona y ¡· do Cf DARÍO

. / · y de otra empmc , e estamos ana Izan · · perspectiva teo~ca todavía no se haya planteado en los textos qu " en El polen de ideas. Teoría, aun cuando la ultima "bT d des y límites de los estudios hter~nos , p bl' caciones Universitanas, VILLANUEV A, «Posi li a d Barcelona, PromociOnes y u t Crítica, Historia y Literatura compara a, 1991, pp. 15-46, p. 15.

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cia, se abre también un import t d b rti t an e e ate sobre el , ve Ae~ es, que perdurará a principios del siglo xxwscaracter de cada una de

SI, pues, durante parte del siglo XVIII , . de estas disciplinas desde sus ,·n . y en el XIX asistimos a la tu · , curswnes en la r t, · convive.,.

cwn en partes definidas de 1 . e onca tradicional hast e· , a preceptiva retóri a su Ion, pese a las huellas de la contami . , . ~a y, por último, a su lÚtida

y necesaria colaboración entre las ~acwnfllosofica en todas ellas. La propugnada desde la teoría literaria ac~~~~~,nas constitutivas de la cien lcniltearre_lacié

nalizada en métodos como el filosófico-m ~a fue entonces reivindicada u o -. La trascendencia de 1 . . , stonco de Canalejas 111 y

1 . fl a mcorporaciOn de la t, !" . . . . a m uencia de la filosofía en la confi es, e Jea a los tratados de retórica rmportancia de esta parte no sólo en 1 guracwn general de los textos resa/ terreno de las ideas. Además 1 e aspecto puramente estructrual sin a la de este nuevo enfoque en 1 ' os propws autores son conscientes de la i o en el enfatizando el papel detern:a~ttu~wls hte~arios y son ellos mismos los mq~~rtancia ra Así e e a estetJca en la m d . Siguen M. - oc.:'rre con López Bastarán (1879) C o ?ma Ciencia de la literatu-

unoz Pena (1881), etc. m ' asas Y Gomez de Andino (l8SO),

1~08 En _el primer tercio del si lo XX . . . Teona de la literatura» que conecta g ~aliamos reiVmdicaciones similares de ~ . 1933 cuando defiend . con la «literatura comparada» A .- 1 una «Estehca y por otra del tipo de e.¿~~t~encido la sustitución de la asignatura Pre;~p~· expL~ne Entrambasaguas en . e zca y Teoría de ¡ L. zva lferaria y Co . llli~r~scindible en la preceptiva. Se tr t / a zteratura, que aporta el sentido t , . . mp_os~c:'ón estetlcos que la motivaron y el b. a a~a de «conocer, no solo la obra literaria . eo7co. e histonco y época, a vista de los rece . arn lente mte.lectual en que se concibió , smo os Imperativos y seguidas por los es~ritor~~~ta:~~a~ ten?e~Cias y la técnica literarias, pre~~~i;:d:~robar, en cada caso Literatura». Cf. J. DE ENT¿ Jamas JUZgarla como una disciplina u , por los ~receptistas, enseñanza en Es añ N,IBASAGUAS y PEÑA, <<La ll q, e pued~ ensenar a hacer Instituto Nacion~ d a»,aConfe:encm pronunciada el4 de Ma o de amada Prec:pttva literaria' y su después sobre sus e e 2 ~nsenanza de. Castellón, vol. I, fase: V 191~33, C~steilon, Publicaciones del fructífera en estos ~:r:~wnes ~on la literatura comparada: <<[ ... j Mas , ~P· -2~, p. 1 ?· y añade poco estética y la teoría lite s ~ru.dt~os y m~nográficos de extensión uni:un.~o?Da realizarse otra labor corrientes m d. rarms. ~u estudio comparativo co . ersi ana en lo que afecta a la países». Cf. ;::í:a~s ~;pensamiento literario y sus fenómennoso:~~~~~ura~; 1~ ~vestigación de las

109 p ., . . . s y SllllU taneos en los diversos . or seguu con los críticos t . .

na, op. cit., p. 49 y D VIL an es menciOnados, vid. WELLEK y p. 31. ' · LANUEVA, <<Posibilidades y límites de lo· ,W~~N, ~eoríaLitera-

110 Cf. REVIL . . . s estudiOs hterartos», op. cit., LA, Pnnczpws de Literatur .

1_1 1 Sobre la necesidad de este eW , a general, op. Clt., pp. 22-3. o p. Clt. oque vease la Advertencia a su C .

112 Cf. LÓPEZ BASTARÁN , . , ursa de Literatura general ... ,

aboga por la necesari . . . ~ Re tonca y Poética ... , o p. cit 14 . , . producción literaria i a Im,corporacwn de nociones de Lógica, Gr~;ti . ~~p~~Ito Casas también Retórica y Poética , nc us~ en los tratados más elementales. Cf CAS~;~ s!etica y Teoría de la método razonado e~·J::~t~:~·~ p. 6. y .otr~ tanto se puede decir de Muñoz p G_OMEZ DE ANDINO, de «arte» y no d d d . a y a Ia justificación filosófica de . en a, que no renuncia al pp. 20-21 e ver a era Ciencia. Cf. MUÑOZ PEÑA El sus precept_os, a pesar de su carácter

. , ementos de Retorica y p 'n" . oe ca ... , op. czt.,

166

alturas del último tercio del XlX el desprestigio en el que ha ido cayendo en algunos sectores no puede ser más evidente si la vemos, con los ojos

:ronpomrnc•r, como «el peso de esa montaña de Sísifo de las reglas convenciona­que abruma la inteligencia, o como «esa vieja remilgada y presumida», o esa

en cuyos pechos tantos jóvenes se amamantan hasta la tisis intelectuaJl13

embargo, y como apuntáramos antes, el auge que experimenta el oe¡;cc•la

1;tic:isirno en estas fechas propicia en este terreno una ajustada valoración

las aportaciones de todo este saber a las nuevas necesidades. Así, para González (1872), Espantaleón (1891) o Baquero Almansa (1897), por ejemplo, las

de la Invención, Disposición y Elocución, son aprovechables desde el mo­en que están fundadas <<en la esencia subjetiva y objetiva de la Inteligencia»

y 1nu1~stJran la relación natural que existe entre el arte de la expresión y las facultades ~r1~acloras: la invención se relaciona con la memoria, la Disposición con el juicio y laEl<~Cticióncon la imaginación114• Y, como Baquero, antes García Álvarez también se había mostrado contrario al olvido de la invención retórica, apoyándose en las obras de autores franceses como Baron y Le Clerc, y en las leyes objetivas del pensamiento de las modernas escuelas krausistas

115•

Decir que estarnos ante una temprana recuperación de la retórica tradicional a estas alturas del siglo XIX resulta a todas luces excesivo, si bien es cierto que la nueva mentalidad histórica observa de manera más comprensiva, racional, y si se

quiere, científica, el legado de la antigua retórica.

IVA. DE LAS <<BELLAS LETRAS>> A LA «LITERATURA>>

Íntimamente relacionada con esta evolución teórica se encuentra la que experi­menta el propio objeto de estudio. Como colofón a este apretado repaso por las cuestiones que hemos considerado más relevantes en la retórica de las dos últimas centurias, veamos algunas notas sobre el resbaladizo concepto de lo literario a través del amplio período que nos ocupa. Como en otros tantos aspectos, esta época aportará el interés añadido de configurar el moderno concepto de literatura, desde la nítida separación de retórica y poética en los primeros estadios del XVIII, a la posterior conjunción de retórica y poética y la definitiva unificación de ambas en la literatura. La incorporación de conceptos como el de <<bellas letras>> marcará las lineas del paulatino protagonismo de la belleza como criterio delimitador del arte de

la palabra. Durante el siglo XVIII el témiino <<literatura>> se caracteriza por la amplitud

referencial de conocimientos varios de ciencias y letras, en el sentido general en que

113 Cf. RAMÓN DE CAMPOAMOR, Poética, op. cit., pp. 99-102. 114 Cf. GONZÁLEZ GARBÍN, Curso elemental de literatura preceptiva ... , op. cit., p. 17;

ESPANTALEÓN Y CARRILLO, Trotado de Retórica y Poética ... , op. cit., p. 12 y BAQUERO

ALMANSA, Lecciones de Retórica y Poética ... , op. cit., p. 11 y ss. 115 Cf. GARCÍA ÁLVAREZ, Nociones razonadas ... , op. cit., pp. 178-79.

167

Page 18: De La Retórica a La Teoría de La Literatura 2

se escriben las grandes historias literarias d 1 ~ Mohedano o la de Juan Andrés. Así se refle e¡aaepenocla, cdomfio Jade los PP. Rodríguez

d. · as e mcwnes de 1 di ·

e !ClOnes del Diccionario de Autoridades, según reco e Urzai '116 as stintas na redactada por Mesegner y Manuel sobre la nu g, nqw , o en la memo­los Reales Estudios de San Isidro en 1786 Allí see~a ~atedra de Hlstona Literaria de campo vastísimo que <<se extiende a t;dos 1 ec¡t que la h!stona literaria es un comprende todos los conocimientos humanos· t~~ s¡gl os,. a todas las Naciones; y arte y d 1 1 , as as c¡enCJas, todas las obras d

' e a natwa eza, todos los seres existentes pos¡'bles y · · bl e Los t ·d • aun Imagma es> m con em os modernos asignados al te~ . l. ' . · al . nn1no -<< Iteratura» se ceñían 1 .

cwn denommación de <<Poesía>>, objeto de la poética. Quedab fu a a~ trad¡­en prosa, matena exclusiva de la retóri·ca A 1 an era los generas . · unque nunca os límites t b ~ampofs se mostraron perfectamente nítidos, las zonas de estudio sí l~n r~, arn os

asta. males de la centuria, en que empiezan a confluir es uvwron Mientras tanto, sintagmas como «letras humanas>> . <<b

letras», ofrecen un referente similar aunqu l ' . uenas letras>> y <<bellas punto de vista que implicaban sus' adjetiv~~-o~~:~ao~~f~Ie~te~ diferlencias~ en el tenemos en las Reales Academias de B L exi o e ta es lexias lo mediados del XVIII118 <<B 1 uenas etras de Barcelona y de Sevilla a hacen sinónimos cuando o~:::~a~~:s>> y literatura, corno <<totalidad del saben>, se mentalmente a la historia y a la arqueol~u~, p;se a su nombre, se dedicaron funda­la influyente Academia de Letras H g a. arnd poco podemos deJar de mencionar

umanas e Sevill ~ , · moderno de la literatura ya que allí se lt. l a, mas proxima al sentido

· . ' cu Ivaron a poesía lí · d' difundieron textos críticos como los de Vives A dr~ F nca y se estu Iaron y Fleury, Batteux y Blair119 ' n e, ormey, Muratori, Rollin,

Aunque el sintagma <<bonnes lettres>> cale d d 1 l ~ litterae>>, entra en desuso en Francia e 1 ' ~l . a o e atm renacentista <<bonae hasta el d n os u timos cuarenta años del siglo XVII

punto e quedar muy pocas muestras a partir de 170Q12o E - ' , en spana no

ll6 Cf. INMACULADA URZAINQUI «El . . . . op. cit., pp. 466-67. Un detenido estudio del ~o ~on~ep~o de histona hterana en el siglo XVIII», licenciatura de GUILLERMO DIAMANTE CO ncep o e.literatura lo encontramos en la memoria de (estudio semántico), Madrid, Universidad Com ~~0, Lueratu~a- Y_ conceptos afines en el siglo XVIII

117 MESEGUER y MANUEL M't dp ense, 198~, dmgida por Fernando Lázaro Carreter.

S , , , « e o o para la ensenanza d ¡ H' · · ,

IMON DIAZ, ~~La Biblioteca el Arch· 1 C' d e a tstona Literaria», en JOSE . , lVO Y a ate ra de Hist · L. ·

Isidro, de Madrid (1767-1820)» . 415

. ona Iterana de los estudios de San :MARÍA TRIGUEROS su Discu~::~;¿tr.,e pe/. e"tu·d~n estt~d~sma línea, en 1790 publica CÁNDIDO · d ·, ,, w me o 1co de la H' t · ¡· · mt:o ~cCl_on a los primeros Exercicios Públicos de ell . lS o~l~ .lterana para servir de «htstona literaria» participa asimismo d t , a, op. czt. La defmiCIÓn que aquí se da de

d 1 e es e caracter general· «narr · , .

e os progresos del entendimiento humano d d 1 . . . · acwn Y examen de la aplicacion y 118 V-' es e e prmcip!O hasta nuestr d. f 'b,

ease al respecto la obra de FRANCISCO AGUILAR - os tas», e ·. l ld., p. 13. Buenas Letras en el siglo XVIII, Madrid, C.S.LC., 1966. PINAL, Real Academw Sevillana de

119 Sobre las vicisitudes e influencia de esta Academia 'd -' de las ideas estéticas ... , op. cit., voL II 1415 . 'VI · MENENDEZ PELA YO, Historia

120 Cf PH . p. y SS. . . . ILIPPE CARO N, Des «Belles Lettres» a la «L. , , .

szgnes du savozr profane en langue franc;aise (1680-1760) p , l.ttera_ture». Une archeologze des ' ans, Diffuswn Peaters, 1992, p. 150. .

168

sucede lo mismo. Además del citado y significativo ejemplo de la Academia Sevi­llana, a lo largo del xvrn cuenta con una gran aceptación por parte de los teóricos, pese a la creciente difusión desde mediados de siglo de la adjetivación <<bello>> por

influencia francesa 121•

La tintura moral del calificativo «bueno>>, tan querido a la mentalidad ilustrada y acompañado de vocablos como <<letras>> o <<gusto>>, se manifestará, por ejemplo, en la predilección con que lo utiliza Jovellanos al hablar de la conveniencia en la fonnación de los jóvenes de los estudios literarios (o de las <<buenas letras>>) aliado de los científicos. El estudio de las lenguas vivas, el sentido crítico hacia los autores antiguos, la poesía, la elocuencia, la filosofía, la ética ... , se cuentan entre los cono­cimientos necesarios y complementarios de los estudiantes

122

Por otra parte, el hecho de que todavía en 1820 se publicara un programa para la enseñanza de las <<letras humanas>> del tipo del que escribe Braulio Fox, remarcará, además de la herencia de la latinidad clásica y la originaria contraposición de este sintagma a las «letras divinas o sagradas>>, la vigencia de esta denominación para aludir a una fonnación general de carácter humanístico que abarcara materias como la gramática, latín, retórica y poética, mitología, geografía e historia, religión,

etc.l23. Parecido sentido aglutinante tendrá la expresión <<bellas letras», que reforzaba la

orientación estética de sus contenidos y que viene a representar el último eslabón antes de su sustitución por el definitivo de <<literatwa>>. Philippe Caron ha señalado la fluctuación que se produce en Francia hasta mediados del XVIII en las materias que abarca la expresión «Belles-Lettres>>. La Elocuencia y la Poesía antiguas están presentes en la mayoría de las acepciones. La Gramática y la Historia antiguas, más la Filosofía, Gramática, Elocuencia, Poesía, Historia en lengua vulgar, Erudición, Crítica y Pintura, representrarán los extremos concéntricos de su ámbito referencial

124.

En España se sigue la misma atención preferente hacia la elocuencia y la poesía, hasta el punto de convertirse casi en sinónimos, como apreciamos en el texto de Reino so (1816) sobre la influencia de las bellas letras en el entendimiento, en el que alternan los sintagmas «letras humanas>>, <<bellas letras>>, <<elocuencia» y <<poe­sía» 125.

Las traducciones al español de textos franceses como el de Rollin La maniere

121 Cf. ÁL V AREZ DE MIRANDA, Palabras e ideas .... op. cit., p. 453. 122 Cf. JOVELLANOS, «Oración sobre la necesidad de unir el estudio de la literatura al de las

ciencias>>, op. cit. Dice JoveUanos: «Mas no porque las ciencias sean el primero, deben ser el único objeto de vuestro estudio; el de las buenas letras será para vosotros no menos útil, y aun me atrevo a

decir no menos necesario». Cf. ibíd., p. 125. 123 Cf. BRAULlO FOZ, Plan y método para la enseñanza de las letras humanas ... , op. cit. 124 Cf. PH. CARON, Des «Belles Lettres» a la «Litterature» ... , op. cit., p. 114. 125 Cf. FÉLIX JOSÉ REINOSO, Sobre la influencia de las Bellas Letras en la mejora del

entendimiento y rectificación de las pasiones, op. cit.

169

Page 19: De La Retórica a La Teoría de La Literatura 2

d' ensegner et d' étudier les E elles Lettres, en 1755126 , o la difusión posterior de las Lectures on Rhetoric and Belles Lettres (1798-1801) de Blair y los Príncipes de la Littérature ou Cours de Belles Lettres (1797-1805), de Batteux, por citar algunos de ' los ejemplos más significativos, divulgarían el concepto de «bellas letras» en nues­tro país,

El éxito de su difusión en Francia ha sido explicado por los cambios que se producen hacia una cultura mundana y académica que tiende al agrado y al orna­mento, y que lleva al progresivo abandono del sintagma «letras hurnanas»127 , Dicha transformación se ha de contextualizar, según ha estudiado Furnaroli, en la con­fluencia del auge del parlamentarismo, de Jos grandes del reino, de los jesuitas y del poder real128 La lexía <<belles lettres» apelaba al nacimiento y valoración de obras en lengua vulgar, análogo a las de las lenguas clásicas tal y corno reclamaban Jos nuevos condicionamientos socioculturales, Pero pronto se producirá una identifica­ción entre «bellas letras>> y «literatura>>, término este último que el país vecino generaliza a partir de 1735, Hacia mediados del XVIII se impone prácticamente y, aunque arrastra todavía cierta fluctuación (competencia limitada solamente a las bellas letras o extendida a todo saber profano), va restringiendo su significado hasta finales del XVIII, La Revolución francesa actúa corno límite histórico entre la época de las bellas letras y la de la literatura129

Pero, ¿qué pasa en España? Ante los breves pero elocuentes datos cronológicos aportados sobre esta evolución conceptual en Francia no podernos sino resaltar el evidente retraso de la terminología y, en consecuencia, de su organización concep­tual en los textos españoles de este período, Pero no se trata sólo de un retraso por las restricciones inquisitoriales de los libros vecinos y por el sentido predominante­mente práctico-científico de la tardía ilustración española130 , En España no se des­conocía la evolución que estaban experimentando estos conceptos más allá de nuestras fronteras; es más, algunos autores muestran una consciente voluntad de mantener un sentido amplio de la literatura corno venía siendo habitual y contra las modernas restricciones referenciales de este término, Dice Lampillas en 1782:

126 Se trata de la traducción de la obra original francesa (París, 1726) realizada por MARÍA CATHALINA DE CASO, Modo de enseñar y estudiar las Bellas Letras, para ilustrar el entendimien­to, y rectificar el corazón, Escrito en idioma francés por Mons. Rollin, op. cit.

127 Entre las razones aducidas para explicar esta sustitución se halla la de las renllniscencias latinas que tenía la lexía «letras humanas» frente a «bellas letras», que resultaba más corto, más idiomático, y favorecía la colocación posterior de un adjetivo. Por otra parte, «bel1as letras» carecía de la restricción de significado de «letras humanas» hacia las obras canónicas de la antigüedad. Cf. CARO N, Des «Belles Lettres» a la «Littérature» ... , op. cit., pp. 158-59.

128 Cf. FUMAROLI, L'age de l'eloquence ... , op. cit. y CARON, Des <<Belles Lettres» a la «Littérature>> ... , op. cit., p. 260.

129 Cf Ibíd,, p, 271. 130 Así lo intenta justificar GUILLERMO DIAMANTE COLADO, Literatura y conceptos

afines en el siglo XVIII, op. cit., p. 159.

170

[,,] Este modo de pensar y de escribir del Abate Tiraboschi, se funda, si no me engaño, en una falsa inteligencia que dan estos escritores á la palabra literatura, limitandola solamente á significar la poesía y la eloqüencia. De aqui es, que llaman entera decadencia de la literatura á la corrupcion del lenguage: como si los estudios graves, que son la parte mas noble de aquella, no pudieran cultivarse con buen gusto, al mismo tiempo en que esté extragado el de la eloqüencia131

.

Tal limitación de la literatura a la poesía y a la elocuencia, después admitida, cuenta en nuestro país con una importante resistencia en la centuria ilustrada, que se aferra a un sentido enciclopédico del saber, a la vez que se muestra cauta en todo momento ante las innovaciones foráneas, Es lo que ocurre también con García de Arrieta, cuando asume los postulados del antiguo enciclopedista discípulo de Voltaire, La Harpe, frente a la actitud anterior y más moderna de Batteux, D1ce el traductor

español:

[ ... ] Por estas mismas razones, he juzgado necesario completarla de varios artícu­los que le faltan, y no debieron omitirse en un Curso de Literatura. Es bien sabido que Mr. Batteux solo comprehende en su obra bajo el nombre de Literatura, la Poesia y la Elocuencia, y que en los de mas ramos que aquella comprehende está, ó absolutamente falto, ó muy diminuto; pues parece se limitó á tratar con prefe­rencia de estas dos artes, que, aunque muy importantes, no son las únicas, rri acaso las mas necesarias de quantas comprehende el vasto y ameno campo de la Literatura. Este defecto es casi general á todas las obras que hasta el dia se han

publicado sobre la materia132•

Siguiendo los postulados de La Harpe en su recién publicado Lycée ou Cours de fittérature ancienne et moderne ( 1799-1805), García de Arrieta apuesta por una concepción amplia de literatura, no sólo corno Poesía y Elocuencia, sino corno <<el estudio y conocimiento de todas las bellas letras, de las letras humanas» m, De ahí que complete el texto de Batteux con adiciones s~bre la narr~ción históric,a, co~po­siciones filosóficas, eprstolares, hteratura rmscelanea, gramatrca, erudicwn, cntrca, periodismo, etc,

Sin embargo, la mayor difusión del texto traducido por Munárriz, más avanzado que el de García de Arrieta, y limitado a la Elocuencia y a la Poesía, contribuiría, corno en tantos otros aspectos, a la consolidación de este sentido restrictivo de las bellas letras y de la literatura. Por otra parte, corno ha destacado Escarpit, la elocuencia era la manifestación en prosa más próxima a la excelencia de la poesía Y

131 LAMPILLAS, Ensayo histórico-apologético de la Literatura española ... , op. cit., vol. l,

p. 57, 132 GARCÍA DE ARRIETA, Principios filosóficos de la Literatura . . , op. cit., voL VI, pp. XVII-

XVIII. 133 Cf Ibíd., vol. IX, pp, 1-2.

171

,

Page 20: De La Retórica a La Teoría de La Literatura 2

i,

el término <<literatura>> conservaba también las connotaciones positivas de su senti­do originario, como cualidad, y sinónimo de ilustración o cultura general' 34 •

N o obstante, las oscilaciones terminológicas están presentes en buena parte de las preceptivas del XIX, que empiezan a plantearse, con pretensiones de cierto rigor científico, una delimitación conceptual que se juzga básica para un adecuado desa­rrollo de la disciplina. Así, Gómez Hermosilla, por ejemplo, justifica el título de sn obra Arte de hablar en prosa y verso (1826) después de repasar en qué medida son incompletas denominaciones usuales como <<retórica y poética>>, <<principios de literatura>>, <<bellas letras», «buenas letras», «arte de escribir», etc. 135 •

El relieve que alcanzó el texto de Hermosilla en los ámbitos escolares propició que se extendiera la denominación que da a estos estudios. Publicaciones post,erio­res como las de Mata y Arauja (1839), Monlau (1842), Gil de Zárate (1842) 0 Raimundo Miguel (1857) los agruparían después con el nombre genérico de «litera­tura>>. Dice Monlau en sus Elementos de literatura:

Literatura es el arte de hablar o escribir en prosa y verso. Comprendemos bajo el nombre de Literatura lo mismo que con mas ó menos exactitud y precision se ha llamado Retórica y Poética, Bellas Letras, Buenas Letras, Letras Humanas, Elocuencia, Oratoria, etc. 136 •

Además, la atención que a mediados de siglo se dio en los programas educativos oficiales a la formación humanística impulsó el interés y reconocimiento de estos estudios hasta muy avanzada la centuria. A ello contribuiría no menos el sentido práctico que se impuso a los estudios retóricos como enseñanza del buen hablar. Así, Pillo! denuncia a mediados del XIX la insuficiencia de las letras humanas o <<humanidades>> como concepto opuesto al de letras divinas, y defiende que han de contemplarse en el sentido de cultura general y de conjunto de conocimientos indispensables para vivir en la sociedad de su época (lenguas antiguas y modernas, gramática, retórica, poética, oratoria, geografía, etc.)l 37 .

134 Cf. ROBERT ESCARPIT, <~La definición del término literatura», en ROBERT ESCARPIT y otros, Hacia UJ;a sociología del hecho literario, Madrid, Edicusa, 1974, pp. 257-72, p. 269.

135 Cf. GOMEZ HERMOSILLA, Arte de hablar en prosa y verso, op. cit., vol. I, p. III. 136 MONLAU Y ROCA, Elementos de Literatura ... , op. cit., p. 1. La segunda edición de esta

obra, de 1856, ofrece la particularidad de una alteración terminológica que le hace preferir la denomi­nación de retórica y poética a la de composiciones en prosa y verso. Y lo mismo sucede en la cuarta edición (1862), en la que también se hacen sinónimos retórica y literatura elemental. Así, en la segunda edición, dice: «Adviértase, por último, que los estudios retoricas se denominan muchas veces, aunque harto vagamente, con los nombres de Literatura elemental, Bellas Letras, Buenas Letras, Letras Humanas, Elocuencia, Oratoria, etc.». Cf. ibíd., 2a ed., p. l. Y continúa: «Las reglas de la Retórica, ó sea, de la literatura elemental, deben tenerse presentes hasta cierto punto aun en la conversacion [ ... ]»-, cf. ibíd., p. 3 (cursiva nuestra). Miguel y Navas participará igualmente de esta asimilación de la literatura a los contenidos tradicionales de las bellas letras. Cf. RAIMUNDO 1viiGUEL Y NA V AS Curso elemental teórico-práctico de Retórica y Poética ... , op. cit., p. 2. '

137 Cf. FILLOL, Sumario de las lecciones ... , op. cit., p. 14. También asume literalmente estas ideas MENDOZA Y ROSELLÓ, Retórica y Poética ... , o p. cit., vol II, p. 12.

172

Por estas fechas no se puede hablar de homogenidad en las ideas sobre los contenidos de la literatura. García Luna (1843), Fernández Espino (1847) y Álvarez Espino y Góngora Fernández (1870), seguidores del eclecticismo de Cousin, recha­zaron la inclusión de géneros como la elocuencia, la historia y la filosofía entre las bellas artes, debido a su finalidad persuasiva o didáctica138 Sin embargo, Coll y Vehí (1856) apostó por una agrupación de todos estos géneros bajo el signo formal de lo literario, superando sus diferencias:

La poesía, como arte de lo bello, entra por completo en la esfera de la literatura. La oratoria, las obras morales, las ascéticas, las políticas, los diálogos y cartas, y los mismos tratados puramente didácticos, por lo que respeta á la forma, pertene­cen tarnbien al arte, no obstante que su fin directo sea la investigacion y transrnision de la verdad ó su aplicacion útil á la vida del hombre139

• ,

Ante este panorama, el catedrático valenciano tantas veces citado José Vicente Pillo! (1861) distingue entre <<literatura>>, como <<toda composición dicha o escrita>> y <<bellas letras», en tanto composiciones que no se proponen otro fin que la belleza140 Después de citar a F. Schlegel aporta la siguiente definición:

Así, pues, hemos creido que la definicion mas aceptable de todas era la de que literatura es la ciencia y arte á la vez que nos enseña á formar todo género de composiciones en prosa y verso; á conocer los buenos modelos en cada uno de ellos; y á estimar la influencia que estos han egercido sobre la sociedad141

Y como ya hemos observado antes, a estas alturas del XIX se advierte una clara apreciación positiva de la literatura como superación de las rudimentarias retórica y poética, en tanto ciencia o disciplina con base filosófica que abarca Estética, Pre­ceptiva y Crítica142 Paralelamente se tiende a una definición inicial en los tratados, no sólo de la disciplina en sí, sino de la literatura entendida como producto de una actividad intelectual. De esta forma se convierte en tópico casi obligado la distin-

138 Así se manifiesta García Luna: «La elocuencia, la historia y la filosofía no deben contarse entre las bellas artes. La primera se propone persuadir una verdad de que pende tal vez la fortuna ó }a vida de alguno; su objeto es pues convencer y no deleitar. La segunda se encamina á instruir á los hombres con los desengaños de sus antepasados[ ... ] La tercera, esto es, la filosofía, propende á separar los principios de los fenómenos que los hacen patentes á nuestros ojos. Sigue, pues, rumbo opuesto al de las bellas artes»·. Cf. GARCÍA LUNA, Lecciones de filosofía ecléctica ... , o p. cit., vol. II, pp. 39-40. Palabras casi idénticas leemos en FERNÁNDEZ ESPINO, Curso de literatura general..., op. cit., p. 92. Vid. también ÁL V AREZ ESPINO y GÓNGORA FERNÁNDEZ, Elementos de literatura filosófica ... , op. cit., p. 119.

139 COLL Y VEHÍ, Elementos de Literatura ... , op. cit., p. 187. 140 Cf. FILLOL, Sumario de las lecciones de un Curso de Literatura general, op. cit., p. 11. 141 Ibíd., p. 20. 142 Cf. RÍOS, Instituciones de Retórica y Poética ... , op. cit., p. II y ss.

173

Page 21: De La Retórica a La Teoría de La Literatura 2

ción entre literatura corno arte, ciencia y crítica, en sus vertientes estética o filosófi­ca, preceptiva o histórica, corno apuntarnos en su momento.

Desde el punto de vista exclusivamente artistico Canalejas (1868-69) hace suya la definición, también habitual, de «manifestación artística del pensamiento hurnauo por medio de la palabra hablada o escrita»143

, y opta por un concepto amplio que incluya también géneros oratorios, históricos y didácticos 144 Esta idea de la literatu­ra corno arte de la expresió~ de nuestra esencia mediante la palabra, defendida por Revilla (1872) 145

, o García Alvarez después (1892)146, es constantemente retornada en la segunda mitad del siglo XIX147

Otras veces la vaguedad se hace patente en los intentos de definición de obra literaria que siempre aparecen al principio de los manuales. Es lo que sucede en e]

de Rairnundo Miguel (1857): <<una sucesión de pensamientos manifestados bajo ciertas formas, emmciados por medio de ciertas expresiones, y distribuidos en cláusulas>>148

; o en la de Coll y Vehí (1856), cuando sostenía que una obra literaria es <<Una ordenada série de pensamientos, dirigida á conseguir un fin determinado, qne en su último resultado nnnca debe ser otro que el bien de la especie hurnana>>l49.

Tales vaivenes e indeterminaciones conceptuales favorecen una actitud escéptica ante la delimitación definitiva de la literatura, tal y como encontrarnos en Sánchez de Castro (1887) o Surroca y Grau (1891), para quienes no es posible definir la literatura, ya que todas las definiciones dadas por los preceptistas son ~en su opinión~ necesariamente incornpletas150

143 Idéntica definición da también ESPANTALEÓN Y CARRILLO, Tratado de Retórica y Poética ... , op. cit., p. 7, o MUÑOZ PEÑA, Elementos de de Retórica y Poética ... , op. cit., p. 14, para quien: «el arte literario ó la Retórica y Poética, comprende el estudio de las reglas y su apiicacion oportuna y adecuada á las concepciones bellas de la inteligencia humana, expresadas por medio de la palabra hablada ó escrita». También CALLEJÓN Y ASME, Elementos de Literatura preceptiva ... , op. cit., p. 5, recoge esta definición: «ciencia y arte que se ocupan de la expresion artística del espíritu humano, realizada por medio de la palabra hablada ó escrita.», etc.

144 Cf. CANALEJAS, Curso de Literatura general..., op. cit., p. 10. 145 Cf. REVll.LA, Principios de Literatura general..., op. cit., p. 9. 146 Para él literatura es «toda la manifestacion de la vida del espíritu humano mediante formas de

pensamiento expresado por la palabra~>. Cf. GARCÍA ÁLV AREZ, Nociones razonadas ... , op. cit., p. 9. 147 Pensemos en las definiciones dadas por Arpa y López (1874): «Literatura es la habilidad que

el espíritu alcanza para desarrollar su bella y ~istemática actividad, conforme á la ley y fin del objeto, y mediante artística palabra». Cf. ARPA Y LO PEZ, Principios de Literatura general..., op. cit., p. 21.

148 Cf. MIGUEL Y NAVAS, Curso teórico-práctico de Retórica y Poética ... , op. cit., p. 2. 149 Cf. COLL Y VEHÍ, Elementos de Literatura ... , op. cit., p. l. ÁLVAREZ ESPINO y

GÓNGORA FERNÁNDEZ, Elementos de literatura filosófica ... , op. cit., vol. II, p. 28, copian literal­mente al teórico catalán: «es una ordenada serie de pensamientos dirijida á conseguir un fin determi­nado, que nunca debe ser otro que el bien de la especie humana». Y lo mismo se puede decir de MENDOZA Y ROSELLÓ, Retórica y Poética ... , op. cit., p. 1, cuando equipara retórica y literatura preceptiva de este modo: «Entiéndese por Retórica ó Literatura preceptiva, el arte de bien decir, ars bene dicendi; esto es, el arte de hablar y escribir de una manera bella, propia y conducente á un fin determinado».

150 Cf. SÁNCHEZ DE CASTRO, Lecciones de Literatura general. ., o p. cit., p. 7, y SURROCA Y GRAU, Lecciones de Literatura general..., op. cit., p. 9.

174

RESEÑA DE LAS OBRAS Y PRESENTACIÓN BIO-BffiLIOGRÁFICA DE LOS PRECEPTISTAS

ESPAÑOLES DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX

A continuación ofrecernos una breve presentación de las obras que constituyen el corpus básico sobre el que se ha fundamentado nuestra investigación1 Se trata de dar una idea general de estos textos con relación a su intención, formulación externa, estructura y rasgos más característicos, de manera que permita una rápida idea del carácter y aportaciones de cada obra, sin entrar en mayores detalles o juicios de valor.

Ofrecernos completos los títulos de las obras, ya que resultan muy ilustrativos, no sólo con respecto a los contenidos, sino también en relación con la finalidad o la orientación del texto en cuestión. Hemos modernizado su acentuación para una mayor comodidad de lectma en las referencias a estas obras, aunque respetarnos su ortografía.

También hemos juzgado necesario aportar ~sin ánimo de ser exhaustivos~ los datos que hemos encontrado sobre el número de ediciones de las obras estudiadas, que nos informarán de su éxito y difusión. Igualmente incluirnos una breve reseña bio-bibliográfica de los autores, de ayuda para trazar el perfil del teórico de este período. Dicha reseña sólo aparecerá al hablar de la primera obra que estudiemos de cada autor, remitiendo en su caso a la bibliografía específica que hayamos encontrado.

Las obras están ordenadas cronológicamente según el año de su primera edición, que se antepone al nombre del autor a fin de situarlas en el tiempo de forma más rápida. Cuando de uu autor estudiarnos varias obras, éstas aparecen entonces en su correspondiente año de edición, previa advertencia al tratar la primera, que es en la que darnos la información general sobre la vida y obra de su autor.

De las bibliografías consultadas sólo incluimos las obras que hemos localizado y que hemos podido consultar directamente.

175

Page 22: De La Retórica a La Teoría de La Literatura 2

1716 ASCARGOTA, Fr. Juan de' El nuevo predicador instruido, para seguridad en lo que dize, erudición en lo que habla, y azierto en hazer y predicar los sermones, Granada, Alfonso Fernández, en la hnprenta de Nicolás Prieto. [12 hs.+ 352 pp.]

Este breve libro pretende ser, como reza el título, un medio de instrucción para los nuevos predicadores. Se halla estructurado en tres partes: la primera trata sobre la seguridad del predicador en lo que dice; la segunda, sobre su erudición, y la te1·cera, sobre la construcción y predicación de los sermones. De este modo desarrolla las partes tradicionales de la retórica de forma encubierta, alterando su orden más fre­cuente de presentación y sin los epígrafes con que suele aparecer. Destaca además su preocupación por los sentidos del texto sagrado y su interpretación, así como por la autoridad de los textos y la captación del auditorio.

1724 MEDRANO, Fr. Manuel José' Verdadero méthodo de predicar, según el espíritu de el Evangelio. Donde después de aver supuesto la Rhetórica ordinaria se hazen reflexiones muy útiles para hazer un Sermón juizioso, y christiano, compuesto en francés por el Ilustríssimo, y Reverendíssimo Señor Luis Abelly, Obispo que fue de Rodas, Madrid, Matheo de Bedrnar. [14 hs.+ 340 pp.]

Esta obra es una traducción de la tercera edición francesa del tratado original de Louis Abelli, que hace Medrana movido por su éxito. Su intención es la de completar los preceptos de la retórica tradicional con respecto a la práctica del púlpito, y de este modo influir en la regeneración de la predicación, sumida desde el XVII en excesos formales que la apartan de su verdadera finalidad. Sus pretensiones, por tanto, no son de originalidad, sino de tma orientación provechosa del saber tradicional. El libro está dividido en tres partes y éstas a su vez en pequeños epígrafes sin un plan jerárquico explícito. La primera está dedicada a consideraciones generales sobre la elocución y la oratoria sagrada en particular; la segunda, la más extensa, a todo lo relacionado con la invención; y la tercera, a la elocución, memoria y pronunciación.

2 Por los datos que nos ofrece la obra que analizamos sabemos que perteneció a la orden de N.P.S. Francisco de la Observancia y que cuando la publicó era lector jubilado, noticia importante, ya que informa sobre su edad y permite situar su formación en el siglo XVII. El resto de su producción, según lo que hemos podido averiguar, es de carácter exclusivamente religioso.

3 Perteneció a la Orden de Predicadores, fue lector de Teología, Predicador General y Cronista de su Religión en las fechas de publicación de este libro.

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1727 MAYANS Y SISCAR, Gregorio4 (vid. 1733 y 1757) Oración que exhorta a seguir la verdadera idea de la Eloquencia Española, Valencia, Antonio Bordázar. Otras eds.: 1733, León de Francia (Lyon), Hnos. de Valle (Deville) y Luis Chalmette, 8",

- 1734, en Cartas Morales, Militares, Civiles y Literarias, Madrid, Zúñiga, 8°, 1737, en sus Orígenes de la lengua española, Madrid, Juan de Zúñiga,

- 1739, (ed. enmendada) en sus Ensayos oratorios, Madrid, Juan de Zúñiga, - 1873, en 2" ed. de los Orígenes, con prólogo de J. E. Hartzenbusch,

Madrid, V. Suárez, 4", - 1875, en 3' ed. de los Orígenes, Madrid, Rivadeneyra, 4"5

Se trata de un breve ensayo sobre el estado de la elocuencia en esta época y sus necesidades de renovación. Analiza el concepto vigente de elocuencia y, a la luz de sus defectos, presenta los medios para su refonna. Esto le hace plantear al joven Mayans la validez del sistema de enseñanza de la retórica al uso, su necesaria conexión con otras disciplinas y la importancia de seguir unos buenos modelos. De ahí que rescate del pasado literario español una larga serie de autores de los Siglos de Oro que sintetizan en los diferentes estilos el ideal de elocuencia que defiende, frente a los abusos barrocos de principios de siglo.

4 Mayans (Oliva (Valencia), 1699-1781), cursó estudios de Filosofía y Derecho en Valencia y Salamanca. Se doctoró en Valencia y obtuvo la cátedra de Derecho de Justiniano. Nombrado Bibliote­cario Real en 1733, se marchó a Madrid, donde permanecería hasta 1739, fecha en la que regresa de nuevo a su tierra. Su extensa y variada producción abarca desde la historiografía crítica a la edición de textos antiguos y estudios de autores clave del Renacimiento español: Cervantes, Vives, Nebrija, Fray Luis de León, el Brocense, etc. Intervino en las polémicas de la época y fueron muchos sus contactos con destacados autores del momento. Pese a su relativo aislamiento en Oliva, conoció las publicacio­nes europeas más recientes sobre las más diversas materias, como correspondia a un hombre de destacadas inquietudes intelectuales y activa correspondencia.

Entre las obras que mejor dan idea de su vida y obra destacamos: su biografía Gregorii Maiansii Vita, auctore Ioanne Christoforo Strodtman, Wolfenbuttelae, 1756, disponible en texto latino­castellano con estudio preliminar y traducción de Antonio Mestre en Valencia, Publicaciones del Ayuntamiento de Oliva, 1974; las obras de MESTRE: Ilustración y refonna de la Iglesia. Pensa­miento político-religioso de Don Gregario Mayans y Sisear (1699-1781), Valencia, Publicaciones del Ayuntamiento de Oliva, 1968; Historia, fueros y actitudes políticas. Mayans y la historiografía del siglo XVIII, Valencia, Publicaciones del Ayuntamiento de Oliva, 1970, y El mundo intelectual de Mayans, Valencia, Publicaciones del Ayuntamiento de Oliva, 1978; y de PESET, Gregario Mayans i la cultura de la Ilustració, Barcelona, Curial, 1975. Véase también la bibliografia primaria y secundaria que recoge sobre Mayans PEDRO SAINZ RODRÍGUEZ, Historia de la Crítica Literaria en España, op. cit., pp. 356-59, asi como las notas biográficas y la reciente bibliografía publicada sobre el erudito valenciano por JESÚS PÉREZ MAGALLÓN, en la edición de sus Escritos litera­rios, Madrid, Tauros, 1994, pp. 11-75.

5 Hay edición facsímil moderna preparada por JESÚS GUTIÉRREZ en Dieciocho, 5, no 2, 1982, con paginación independiente.

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Interesa como obra de juventud, reeditada por el propio autor en obras posteriores, que anticipa en fechas tan tempranas ideas y planteamientos que luego desarrollará Mayans con más detalle en El Orador Christiano (1733) y en la Rhetórica (1757)6.

1729 LUZÁN CLARAMUNT DE SUELVES Y GURREA, Ignacio de' Arte de hablar, o sea, Retórica de las conversaciones. Se añaden los Avisos de Isócrates a Demónico traducidos del griego, Edición, introducción y notas de Manuel Béjar Hurtado, Madrid, Gredas, 1991. [230 pp.] '

Se trata de una obra temprana de la que teníamos noticia a través de las Memorias

que hiciera su hijo Juan Ignacio, y que ha sido publicada ahora por primera vez a partir de un manuscrito fechado en 17298

6 Lo mismo se puede decir de su también temprana Oración en alabanza de las eloquentissimas obras de Don Diego Saavedra Fajardo, Valencia, Antonio Bordázar, 1725. El ejemplar que hemos consultado corresponde a la tercera reimpresión, reformada y mejorada por Mayans en sus Ensayos oratorios, Madrid, Juan de Zúñiga, 1739, pp. 103-150. Hay edición facsímil preparada por JESÚS GUTIÉRREZ en Dieciocho, 5, no 2, 1982. Para mayor información sobre estos escritos iniciales de Mayans y las repercusiones de su relación intelectual con el Deán de Alicante Manuel Martí en la adopción y evolución de su actitud hacia los autores españoles, vid. JESÚS GUTIÉRREZ, <~Mayans y sus primeros ensayos crítico-literarios», Dieciocho, 5, no 2, 1982, pp. 100-111. Otra de sus obras juveniles que hemos de señalar es el manuscrito de su Retórica abreviada, que escribió para Medinasidonia, entonces Conde de Niebla, y que después se destinaría a los estudiantes de Oliva. Está fechada en 1734 y consta de 14 hs. Ha sido publicada por A :MESTRE, Mayans y la Ilustración, Valencia, 1981, voL II, pp. 512-18. Cf. AGUILAR PIÑAL, Bibliografía de autores españoles del siglo XVlll, op. cit., vol. V, p. 573.

7 Gran parte de la formación de Luzán (Zaragoza, 1702-Madrid, 1754) tuvo lugar con los jesuitas en Italia, donde cursó estudios de Jurisprudencia. Se doctoró en Derecho en Sicilia. Dominaba el latín, el griego, el italiano, el francés y el alemán, entre otras lenguas. Estudió también diversas materias filológicas, así como la filosofía moderna de Port Royal. Vivió en París durante tres años, a partir de 1747, como Secretario de la Embajada española. Intelectual reconocido en su tiempo, fue miembro de las Academias de la Lengua, de la Historia y de la de San Fernando. Fue un ameno conversador que frecuentó muchas tertulias en Italia y en España, en las que conoció a importantes personalidades de su tiempo (J. de Iriarte, J.M. de Santander, J. Martínez Salafranca, L.J. Velázquez, A. de Montiano y Luyando, E. de Llaguno y Amírola, etc.).

De la abundante bibliografía existente sobre Luzán, seleccionamos, para una introducción general sobre su vida, las Memorias de la vida de D. Ignacio de Luzán, escritas por su hijo JUAN IGNACIO DE LUZÁN, canónigo de la Santa Iglesia de Segovia, Madrid, Antonio Sancha, 1789, incorporadas a la segunda edición de la Poética (Madrid, Imp. de Antonio Sancha, 1789, pp. V -LN), y luego también reproducidas por LEOPOLDO AUGUSTO DE CUETO, en Poetas líricos del siglo XVIII, 1, Madrid, Atlas, 1952, B.A.E., LXI, pp. 95-105. Destacamos también los estudios de GABRIELA MAKOWIECKA, Luzán y su Poética, Barcelona, Planeta, 1973, y de IVY L. McCLELLAND, Ignacio de Luzán, Nueva York, Twayne Publishers, Inc., 1973.

8 Véase el estudio introductorio de MAN1JEL BÉJAR en su edición de la obra de Luzán, pp. 9-62, y su artículo, bastante anterior a dicha edición, «Un manuscrito de Don Ignacio de Luzán: la Retórica de las conversaciones», en Modern Language Notes, 92, 1977, pp. 227-45.

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Su intención al escribirla es la de completar el libro de Fr. Bias Verdú9 sobre la discreción, basándose en la observación directa de la experiencia. De este modo pretende suplir la escasa atención de la retórica antigua a la conversación. La obra se compone de breves capítulos, veintidós en total, sin previa estructuración en partes mayores. El tratamiento que hace de la retórica es bastante ameno y novedoso al liberarla de sus aspectos más descriptivos y orientarla hacia la utilidad de la práctica conversacional, aunque llega a tratar todas sus partes. Examina p1imero en qué consiste hablar bien, explica los principales defectos y errores en los que se suele caer, así como los medios para superarlos, y hace un breve repaso por las materias, modos, personas y circunstancias que pueden concurrir en la conversación. Destaca en el panorama retórico por su interés hacia la improvisación y su intención de formar un perfecto conversador.

1729-30 COMPANY SOLER, Juan Bautista10

Retórica, en Ciencia para las personas de Corte, espada y toga, que escrivió en francés Monsieur de Chevigni. Traducida del idioma italiano en español, y añadida en muchas partes por el Dr. J.B.C.S. Enriquecidas anmas de las adiciones, con dos Tratados de la Física, y Retórica, Valencia, Imprenta de Antonio Baile, VI vols. 4°, vol. V, Valencia, Imprenta de Joseph García, 1730, pp. 22-61. Otras eds.: 1736, Valencia, Antonio Baile.

El conjunto de la obra aparece con el nombre en portada del famoso legista valencia­no José Berni y Catala, y el que nos ocupa es un pequeño tratado elemental, marcado más por la huella de distintas autorías que por la relevancia de contenidos. El tratado de retórica es traducción de un texto original de Monsieur de la Mota Lovanier, según reza en la nota «Al lector», que no es otro que Franyois de La Mothe Le Vagner11 • Fue la formación de] Delfín lo que motivó la aparición de una serie de

9 Se trata de los Avisos de discreción para acertadamente tratar de negocios, publicados por el teólogo dominico Fr. Bias Verdú de Saos, en Engaños y desengaños del tiempo, con un Discurso de la Expulsión de los moriscos de España y unos Avisos de discreción. .. , Barcelona, Sebastián de Mathenad, 1612.

10 Juan Bautista Company (1699-?) cursó estudios de Filosofía y Teología en la Universidad de Valencia, así como de lengua hebrea, Cánones y Leyes, en los que recibió los grados de la Universidad de Ávila. Fue (<Proto Notario ApostólicO>->, y en 1747 ejerció de abogado de los Reales Consejos. También sabemos que fueron anotados muchos pasajes de esta obra en el Novíssimo Expurgatorio de fa Inquisición de España, del mismo año de 1747. Cf. V. XIMENO, Escritores del Reino de Valen­cia ... , op. cit., voL Il, p. 300.

11 Filósofo y escritor francés, Le Vagner (París 1588-1672) destacó por su escepticismo opuesto al racionalismo, sobre todo con sus Quatre dialoguesfaits a l'imitation des anciens, de 1630. Amigo de Gassendi, Diodati y Naudé, estuvo al servicio de Richelieu, fue miembro de la Academia Francesa y recibió el encargo de la educación del duque de Orleans, hermano del rey. Otras obras suyas son Discours de la contrarieté d'humeurs qui se trouve entre certaines nations, et singuliérement la frmu;oise et l' espagnole (1636) y sus Considérations sur l' eloquence franr;oise (1638).

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tratados publicados entre 1651 y 1660: la Géographie, la Rhétorique, la Mora/e, l'Econmnique, la Politique, la Logique y la Physique du Prince, que pronto fueron traducidos al italiano en 1684 por Scipion Alerani. Cuatro años más tarde el P. F. Alonso Manrique, de la orden de predicadores, los vertiría al español con bastalltes adiciones12 (Palerrno, T. Romolo, 1688), con el título de Escuela de príncipes, y cavalleros, esto es la geografía, retórica, moral, economía, política, lógica y física. De este texto se hizo una reimpresión en Barcelona, Imprenta de Caries Sapera y Jaume Osset, 1752, 2 vols. 8°.

La traducción que hace J.B.C.S., y que Vivente Ximeno atribuye a Juan Bautista Cornpany y Soler, no es, pues, la primera que se había hecho del tratado de retórica, aunque aquí no se cite. Aparece incluido en una obra de carácter enciclopédico que abarca múltiples materias (religión, geografía, cronología, historia, lógica, física, intereses de los príncipes, leyes, arte de la jineta, guerra, fortificación, marina, blaso­nes, fábulas y máximas para la Corte), de lo que se deduce el enfoque dado a la retórica como un instmmento necesario para la formación del hombre de la época al que alude en el título. Está organizado en XVII capítulos escritos en forma de preguntas y respuestas (las iniciales delatan su filiación francesa al utilizar la «D» para las preguntas y la ~<R» para las respuestas), lo que remite a su carácter divulgativo y escolar, orientado a la memorización.

1733 MAYANS Y SISCAR, Gregorio (vid. 1727 y 1757) El Orador Christiano, ideado en tres diálogos, V a1encia, Antonio Bordázar.

Otras eds.: 1786 (2" ed.), Valencia, por Joseph i Thomás de Orga. [XV+ 387 pp.]l 3

La obra, como indica su título, se halla escrita en forma de diálogo a partir del artificio novelesco de un librero, Fabio, que una noche recibe en la trastienda a su amigo Lucrecio cuando pensaba en la predicación de San Pablo. Lucrecio empieza entonces a plantearle cuestiones y dudas sobre el tema y el librero crea con sus respuestas el cuerpo de la obra. La materia se distribuye en tres diálogos: el primero está dedicado a la figura del orador y a la predicación en general (vicios, virtudes y propuestas de mejora); el segundo y principal aborda las partes de la la retórica, y el tercero recoge aplicacio­nes prácticas y ejemplos. Su firme defensa del castellano frente al latín, la reivindica­ción de tma solidez argumentativa del discurso, frente a la proliferación de sermones excesivamente adornados y de estilo viciado ... , son algunas de las propuestas que

12 Así lo atestigua EDUART TODA Y GÜEL en su Bibliografia Espanyola D'Italia dels origens de la impremptafins a l'any 1900, Castell de Sant Miquel D'Escornalbon, 1929, vol. III, pp. 14-15, después de detallar la portada de la traducción española.

13 Hemos seguido esta segunda edición, aunque también hay edición moderna preparada por ANTONIO MESTRE, Obras completas de Gregario Mayans y Sisear, Valencia, Ayuntamiento de Oliva, 1984, vol. 11, pp. 13-164.

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presenta, desembarazadas ahora de los ejemplos con que luego ilustrará su Rhetórica, de 1757. Mestre ha destacado la importancia de esta obra, por un lado, como aplicación de las ideas retóricas de Mayans al terreno de la oratoria sagrada y contra la predicación barroca, anticipándose al Fray Gerundio de Isla, y, por otro, por su papel en la evolución del movimiento reformista valenciano del siglo XVIII y su influjo en destacadas personalidades como José Climent o Felipe Bertrán14

1735 OLORIZ, Fr, Juan Crisóstomo de15

Desagravio de la perfecta oratoria, compuesto en cinco dissertaciones apologéticas, para convencer a la malicia, y desengañar a la ignorancia, Zaragoza, Joseph Port. [26 hs.+ 195 pp,]

Las cinco disertaciones que componen este libro se refieren, por este orden, a la eloquencia en general, a la Escritura Sagrada, a la prommciación, a las pinturas o descripciones, y al estilo clausulado. Su finalidad es la de mostrar y rebatir aquellos puntos en los que considera que la oratoria ha sido injustamente tratada, muchas veces por la envidia y la malicia de los críticos. Aunque no destaca por la fuerza y convicción de sus razonamientos, tendentes a la circulmidad y a la repetición, es interesante por lo que supone de enfrentamiento a las críticas más frecuentes de la época y por su orientación, casi feijooniana (los dos son benedictinos), hacia los valores de la originalidad y de la creación personal, si bien con las limitaciones consiguientes a la temática religiosa.

1737 ROS Y HEBREA, Carlos16

Norma breve, de cultura y política de hablar, para el idioma Castellano; aunque servirá también para el Valenciano, y otros, Valencia, en la oficina de Joseph García. [105 pp.]

14 Cf. ANTONIO MESTRE, Ilustración y refonna ... , op. cit., p. 85 y ss., y Obras completas de Mayans ... , op. cit., vol. II, pp. 15-16.

15 Oloriz (Zaragoza, 1711-1783) fue un monje benedictino de la congregación cisterciense, catedrático de Prima y maestro de Justicia en la Universidad de Huesca, que en 1737 fue admitido en la Real Academia de la Lengua y nombrado en 1739 calificador de la Santa Inquisición. Se dice que ya desde muy joven destacó por su agudo ingenio y por su capacidad para las letras humanas. Sobre sus aptitudes personales dice Latassa: «La Congregación Cisterciense de Aragón, y de Navarra, ~arios Prelados, Cavildos, y un gran numero de Literatos, y Personas ilustres apreciaron su agudo ingemo, su gran capacidad, y extraordinaria vivacidad y aplicacion a las humanas, y Divinas Letras, su erudi~ion Teologica, su admirable comprension de las Escrituras, Concilios, y Santos Padres, y su ameni~1mo trato por su vasta literatura, y sabios conocimientos de todo genero de bellas Artes, como se an~ncu) en los Papeles públicos, y particularmente en la Oratoria Evangelica, en que fue famoso en su tiempo». Cf. LATASSA, Bibl. Nueva., ap. cit., t. V, pp. 351-55, p. 352.

16 Ros fue un destacado notario y escribano público muy preocupado por los temas gramaticales y lingüísticos. Escribió diversas obras relacionadas con el valenciano: Práctica de Ortographla, Castellana, y Valenciana (1732); Tratado de adagios, y Refranes Valencianos (1733); Epítome del

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Se trata de un pequeño tratado que apareció al principio de un libro que contenía además, un Compendio de la orthographía castellana de Juan González de Dios catedrático de la Universidad de Salamanca; el Epítome de la Ortografía latinr;t, ' castellana, de Bartolomé Jiménez Patón, de 1614, y las Instituciones de la Gramátic~ española, del mismo autor. Acaba con una Apología de Jiménez Patón hecha por Diego Tornel Mexia, discípulo suyo. La obra no está dividida en capítulos, ni sigue una estructuración previamente delimi~ tada de acuerdo con las partes tradicionales de la retórica. Aunque tiene más de manual de conversación que de retórica al uso, toma de ésta los materiales necesarios para dibujar el perfil de un hombre culto y político de hablar que sepa desenvolverse en sociedad. Esto explica su carácter aglutinador de cuestiones generales de gramáti­ca, ortografía, prosodia y retórica, así como su interés por la pronunciación y la acción.

1739 CAMPILLO Y MARCO, Antonio17

Arte de eloquencia, oratoria, poética, y civil. Donde sale a luz el concepto, hijo de el Arte, y pasto de la mente. Enséñase el méthodo de hablar con elegancia, frasear con gusto, discurrir con alma, y persuadir con acierto. Obra útil y necesaria a todos los curiosos, Zaragoza, Juan Malo. [8 hs.+ 142 pp.]

Pequeño tratado dedicado en su totalidad al estudio de la agudeza y del ingenio, considerados la verdadera fuente de todo discurso. Está organizado según las causas aristotélicas y ofrece de manera esquemática un breve cuadro de lo que es la causa instrumental, eficiente, formal y material de la agudeza, partiendo de una concepción amplia de este concepto, pero resaltando el papel del ingenio y de la novedad en la elocución retórica.

origen, Y grandezas del idioma Valenciano (1734), y Norma breve, por la que los Valencianos (sin hazer estudio particular en la Ortographía) sabriln escrivir medianamente la lengua castellana (guiándose por la Valenciana) según el uso mas recto, conforme de los Erudltos, y ajustado a los fundamentos de los Antiguos (1735). También alude Ximeno a unas Reglas de Retórica para la lengua Castellana. Las que servirán también para otros Idiomas, todavía manuscrita en 1749, que no hemos podido localizar. Cf. XIMENO, Escritores del Reino de Valencia ... , op. cit., vol. Il, pp. 291-2. Fuster añade, por su parte, una Corrección de voces y frases que el vulgo ó común de Valencia usa ó ha introducido hablando (ú queriendo hablar) en su materno idioma (1771) y un Diccionario valenciano­castellano, único y singular de voces monosilábicas, cf. FUSTER, Biblioteca Valenciana ... , op. cit., vol. JI, p. 70.

17 De origen aragonés, Campillo nació a finales del siglo XVTI y cursó estudios en la Universidad de Zaragoza. Poseía abundantes conocimientos en las Bellas Letras, Farmacia, Química y Botánica, de que se dice fue un sabio profesor. Fue también miembro de la Sociedad Médico Matritense y un gran promotor de la ciencia en el siglo XVIII. En su variada producción, además de obras de carácter c~entífico, destaca su tendencia hacia lo poético~ literario, al incluir en el1as poemas propios, descrip­ciOnes, alabanzas, etc.

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Se basa en el Cannochiale de Tesauro18, del que hace una adaptación condensada y

sumamente abreviada, y del que suprime las partes más accesorias y los tratados finales sobre lo ridículo, las inscripciones, emblemas, medallas, etc. Y lo que sor­prende es que ni siquiera cite expresamente al autor italiano ni una sola vez19

1740 CODORNIU, Antonio20

El Predicador Evangélico, breve méthodo de predicar la palabra de Dios en arte y espíritu, Gerona, Jayme Bró. [12 hs. + 251 pp.] Otras eds.: 1847, Vich, Imp. de José Trullás",

- 1858, Vich, Soler Hermanos.

Texto escrito en forma de diálogo entre dos personajes, Pablo y Antonio22, y estruc­

turado en treinta y cinco capítulos sueltos, sin previa agrupación temática. En ellos se tratan aspectos generales de la retórica, con especial hincapié en la construcción

argumental de Jos sermones.

18 El Cannochiale Aristotélico de EmmanueUe Tesauro (1591-1677), que data de 1654 (en la versión aumentada, de 1670), fue traducido al español por el agustino R.P.M. Fr. Miguel de Sequeyros en 1741, en Madrid, por Antonio Marín, tan sólo dos años después de la aparición de la obra de Campi11o, lo que muestra el conocimiento que éste tenía ya de la obra italiana antes de dicha traducción, así como su éxito.

19 Sólo hemos encontrado una referencia al autor original cuando, en las páginas iniciales, dice: «Aqul esta, pues, la pecunia in ore sacculi; si no es todo nuevo, es al menos diferente, en el methodo, claridad, arte, aplicacion, y explicacion. Sobre rasgos filosóficos, y thesauricos, buela mi pluma al racional Ether [ ... ]>> (cursiva nuestra).

20 El jesuita Antonio Codorniu (Barcelona, 1699-Ferrara, 1770) enseñó Filosofía en Barcelona y Teología en Gerona y gozó de enorme popularidad como predicador. Recibió encargos de Fernando VI para recoger documentación sobre la historia civil y religiosa de las diócesis de Gerona, y otros similares, en Toledo. Fue miembro honorario de la Academia del Buen Gusto de Zaragoza. Aunque en su bibliografía predomina la temática religiosa, se pueden destacar algunos escritos que nos muestran también a un hombre receptivo ante los cambios y novedades que se van produciendo por estos años en el ámbito intelectual. Entre ellos: Dolencias de la crítica que, para precaución de la estudiosa juventud, expone a la docta madura edad y dirige al muy ilustre Sr. D. fray Benito Jerónimo Feijoo, &c., Gerona, Antonio Oliva, 1760 [7 hs.+ 230 pp.], y Desagravio de los autores, y facultades, que ofende el Barbadiño en su obra: Verdadero méthodo de estudiar, etc. según la traducción castellana en todo conforme al original portugués. Dedicado a las Universidades y Literatos de España, por el P._, Barcelona, Imprenta de María Ángela Marti viuda, 1764 [16 hs.+ 236 pp.]. Su Práctica de la Palabra de Dios en varios sermones panegyricos, con doctrinas correspondientes, Barcelona, Pablo Nadal Impressor, 1756 (reeditada en Gerona, 1753), es una colección de sermones sin observaciones

teóricas. 21 Cf. PALAU, Manual del Librero ... , op. cit., voL III, p. 534. 22 Pablo representa la parte sabia que resuelve las cuestiones y Antonio, trasunto del propio autor,

es el que suscita las dudas y el que se sitúa, por tanto, más cerca del lector. La denominación de Pablo hace pensar en un posible correlato de San Pablo, uno de los primeros y más destacados predicadores cristianos, al que se suele aludir al hablar de la oratoria sagrada.

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,

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! !

i

La intención de Codomiu es la de promover un modo de predicar sólido, práctico fervoroso y acomodado en asuntos y estilo a la capacidad de los oyentes. Para ell~ parte de una voluntad reformista de la predicación basándose en los materiales que le ofrece la retórica. Así, trata de los asuntos, materias y argumentos tópicos de la predicación, de las autoridades, de las distintas partes del sermón, del estilo, y, con mayor atención, de la pronunciación y de la acción ante el auditorio, seleccionando siempre aquellos puntos de máximo interés para la oratoria sagrada.

1748-49 REBOLLIDA, Raimundo Joseph23

Compendio de la Rhétorica, en el qua! se da un nuevo, fácil, y utilíssimo méthodo de enseñar el Arte Oratoria; y en el que se hallan juntas, y ordena­das las doctrinas más principales, y más prácticas de ésta Arte, traducida al español por Fr. Raymundo Joseph Rebollida~ Obra original italiana de JUAN ÁNGEL DE CESEN A, Valencia, Imp. Vda. de Gerónimo Conejos. 2 vals., 8" [vol. I: XXXII+ 8 hs. + 486 pp. +IV+ 96 pp.] [vol. II: XXVII+ 526 pp.] Otras eds.: 1776 (2" ed.), Barcelona, C. Gi!bert y Tutó,

- 1784, Va1encia24

Se trata de nna traducción que hace Rebol!ida de la obra homónima del italiano Giovanni Angelo Serra25

• Los dos tomos que componen esta obra de orientación escolar, se imprimieron por primera vez en italiano en 1737 y en 1741 respectiva­mente, y gozaron de una amplia aceptación en Italia, dado el número de veces que

23 Rebollida (Villanueva de Aleo lea, Castellón, 1691-1 779) fue un fraile mercedario que cursó estudios de Gramática, Filosofía y Teología en Salamanca. Fue lector de Artes en el convento de Puig, y de Teología en el de Valencia. Se ocupó de la regencia de los estudios del convento de San Adrián de Roma y ejerció como Secretario General de Italia y Sicilia durante seis años. Allí recibió las alabanzas del Papa Benedicto XIII por un argumento que presentó en su favor. Su estancia en Roma le puso en contacto con la lengua y los escritos italianos del momento, y propició sin duda su traducción de la obra de Serra. En enero de 1734 obtuvo en la Universidad de Valencia la cátedra de Poética y Retórica, que ocupó hasta 1741, cuando las aulas se encomendaron a los jesuitas. Cf. XIMENO, Escritores del Reino de Valencia ... , op. cit., vol. il, p. 337. Según FUSTER, Biblioteca valenciana ... , op. cit., vol. II, p. 91, fue nombrado en dos ocasiones Provincial y, pese a este cargo, continuó sus tareas literarias sin dejar de escribir. Entre sus obras se encuentra una Prosodia latina (Valencia, Hermanos de Orga, 1771) y un curso de filosofía tomística y aristotélica en latín, junto a otras publicaciones de carácter religioso.

24 Cf. PALAU, Manual del Librero ... , op. cit., voL VI, p. 139. 25 Noble capuchino de Cesena que ejerció de predicador y llegó a ser un célebre lector de Sagrada

Elocuencia en los Seminarios de Rávena y Forli. También destacó como retórico y jurista. Murió en Forli en 1766.

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fueron impresos26. Hay que tener en cuenta el corto espacio de tiempo que transcurrió

desde la primera edición italiana, de 1737-1741. a la española, de 1748-49, corno índice de la contemporaneidad de 1a obra. La obra cuenta con un tratado, al fmal del volumen primero, titulado De las contro­versias oratorias que miran más de cerca las Materias legales27

, con paginación

diferente. La Retórica que traduce Rebollida es una obra bastante voluminosa. El primero de Jos dos volúmenes de que consta está dedicado a la invención y disposición, y el segundo a la elocución, memoria, pronunciación y acción. Ofrece un cuadro comple­to y sistemático de los contenidos de 1a retórica clásica, siguiendo sobre todo a

Cicerón. En cuanto a la traducción, hay que destacar su fidelidad con respecto al original, como ya hemos apreciado en el título. Únicamente en las advertencias al segundo volumen anuncia Rebollida que ha modificado todas las erratas observadas y que ha especificado las citas de todos los autores, cosa que no había hecho Serra; ad~más, ha tenido más en cuenta los originales latinos de que se vale el autor que su propw texto, por la mayor semejanza del casteiiano con el latín que con el toscano2~.

1752 GONZÁLEZ FABRO Y BAYGORRI, Pablo Antonio29

Divertimento rhetórico ciceroniano, o erudita diadema orato_ria. Vistosa-

26 Se trata del Compendio della Rettorica, N el quale si dil un nuovo, facile, e utilissimo metodo d'insegnare l'Arte Oratoria; e nel quale si trovano raccolti, e compilati i piU principali, ~ i pi U p~atici insegnamenti di quest' arte, Dato alle stampe per uso delle scuole da. Gaetano Maradl Canomco e patrizio faentino. Como prueba de su difusión diremos que fue publicado a lo largo _del XVIII en repetidas ocasiones: en 1744, 1748, 1756, 1760, 1762, 1770, 1776, 1777 y 1789. Asr lo recoge el P. DO NATO DA S. GIOV ANNI en su Biblioteca dei Frai Minori Cappuchrm de !la Provmcza d1 Bologna (1735-1946), Budrio, Montanari Editori, 1949, p. 228 y ss.

27 El título completo es el que sigue: De las controversias oratorias, que miran más de cerca las Materias legales. Tratado único de Fr. luan Ángel Ce sena, capuchino lector de Sagrada _Eloquencia; Dado a la Estampa para el uso de las Escuelas, y traducido de Lengua Toscana en Espanola, por Fr. Raymundo Joseph Rebollida_, Valencia, Imp. de Gerónimo Conejos, 1748.

28 Cf. REBOLLIDA, Compendio de Rhetórica ... , op. cit., vol. ll, p. XVIII. 29 «Matritense, Preceptor de Grammática, Latinidad, y Eloquencia en esta Corte, de los nombra­

dos por el Supremo, y Real Consejo de Castilla, y Professor de Artes>> segú~ reza en la. portada. de la obra que estudiamos. Fue uno de Jos fundadores de la Real Acadenua Matntense, reVIsor de libros_, examinador, diputado y subsecretario, y contó en sus clases con destacados alumnos. Cf. JOSE ANTONIO ÁL V AREZ DE BAENA, Hijos de Madrid, Ilustres en Santidad, Dignidad~s, Armas, Ciencias y Artes, Madrid, 1789-91, 4 vols., vol. IV, pp. 294-95. Entre sus obras, según Alvarez de Baena, hay que citar el Palacio de la eloqüencia, y explic~ción d.el ci"!iento ~e la et:~ancia, adornado de 15 Hymnos construidos, &c., un tomo en 4o que tema las hcenc1as de nnpre~I?n des.de antes de 1767, y del que no hemos podido encontrar ningún ejemplar impreso. So~re gr.~atlca Jatma tenem~s noticia de un Breve Comentario de la Sintaxis con su texto, que tuvo vanas ed1c10nes; un Compendw de todo género de Oraciones Gramaticales, según el orden de las c~atro clases de Latinidad, en. estilo de lecciones; Plan del nuevo método y práctica en orden á constru1r de repente los Autores Latmos, Y una breve exposición latina de la Dialéctica, según fa doctrina de Santo Tomás (Madrid, 1 767), Y una Escuela de Erudición y c~ave de la lengua latina, &c.

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mente texida de las mas selectas Orthográphicas Flores Latinas del ameno pensil de la Rhetórica, y Grammática, con primor adornada de preciosas, y ricas joyas de Tropos, y Figuras de la Sagrada Eloquencia en ambas Len­guas, Hespañola, y Latina: el libro IV en exposición métrica, según los PP. MM. Álvarez, y Vargas, Jesuitas: Una nueva idea de la suave, y fácil construcción legal: Un breve compendio de la Doctrina Christiana, para total alivio de los rudos, atractivo embeleso de los Críticos Sabios, y gustoso recreo de los aplicados. Obra muy útil para toda clase de personas, y en especial para Grammáticos, Theóricos, y Evangélicos Oradores, Madrid, Juan de Zúñiga. [34 hs.+ 276 pp.+ 4 hs.] Otras eds.: ?, 2a ed. aum. 30

En cuanto a la variedad de los contenidos y partes de esta obra, ya reflejados en su título, diremos que aúna en preguntas y respuestas de manera escolar, cuestiones gramaticales sobre sintaxis latina y ortografía castellana, con las materias y discursos propios del predicador evangélico y con tropos y figuras convenientes al Grammático Rhetórico, sin importarle introducir textos de otros autores.

1752 PEÑA, Andrés31

Retórica para los que breve y fácilmente quisieren saber hablar con elegan­cia, y Retoricar con inteligencia: y un méthodo fácil de construir, y colocar Latín con acierto, Valladolid, Alonso del Riego. [47 pp.]

Breve texto en verso octosílabo y de reducidísimo formato, que da cuenta de todas las partes de la retórica de forma lineal y sistemática. Lo más destacable, además de la forma utilizada, que convierte el compendio casi en una mera enumeración de nom­bres, es la preponderancia que da a la elocución, de tal manera que la presentación de los tropos y figuras ocupa la mayor Parte del texto.

1757 MAYANS Y SISCAR, Gregorio (vid. 1727 y 1733) Rhetórica, Valencia, Herederos de Gerónimo Conejos, 2 vols. [vol. I: 64 hs. +XXXIV+ 373 pp.] [vol. II: 532 pp.] Otras eds.: 1786 (2' ed.), Valencia, Josefy Thomas de Orga, 2 vols. 32

30 Aunque no hemos averiguado nada más sobre esta segunda edición, LUIS BALLESTEROS ROBLES en su Diccionario Biográfico Matritense, Madrid, Imp. Municipal, 1912, p. 206, dice que este texto fue aumentado para la segunda edición.

31 Poco sabemos de este preceptor de Gramática, Latinidad y Retórica que ejerció en el Semina­rio del Burgo de Osma, y que mencionamos más por la curiosidad de su pequeño tratado que por su importancia.

3~2 Hay ta;nbién edición moderna preparada por ANTONIO MESTRE SANCHÍS y prologada por JESUS GUTIERREZ, voL III de sus Obras completas, Valencia, Publicaciones del Ayuntamiento de Oliva, 1984.

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Es, sin duda, la retórica más importante y completa de la centuria. Se halla organiza­da en cinco libros: sobre la invención, la disposición, la elocución, el decir agraciado y los razonamientos y oración persuasiva. A esta especial configuración de los materiales tradicionales de la retórica se une un análisis detallado de todas las cuestiones, con ánimo recopilatorio, tanto de las obras de teoría clásica como de los preceptistas españoles más significativos, y todo ello con un importante aparato literario, fundamentalmente español, que va ilustrando la doctrina retórica, sobre todo en el terreno de la elocución33

.

1757 CASALBÓN Y GELÍ, Rafael34

Demostración, que harán de sus progresos en Rhetórica, Poesía, y Bellas Letras los Cavalleros Alumnos assí Seminaristas, como los que cursan estas Regio-Públicas Escuelas de Calatayud, Zaragoza, Joseph Fort35

• [31 pp.]

Es una especie de programa escolar muy breve en el que se hace balance de los progresos de los estudiantes en determinados ejercicios retóricos, composición de figuras, distintos tipos de verso y de géneros menores. También aporta interesantes noticias sobre los autores clásicos que se estudiaban y traducían, y observaciones programáticas de otras materias corno Blasón, Medallas, Geographía, Chronología y

Danza.

1764 PABÓN GUERRERO, Alonso36

Rhetórica castellana, en la cual se enseña el modo de hablar bien, y formar

33 Entre los más recientes estudios que tratan de esta obra se encuentran los de: PAUL DON ABBOTT, «Mayans and tbe Emergence of a Modem Rhetoric», en Dieciocho, 4, no 2, 1981, pp. 155-63, y «Mayans' Rhetórica and tbe Search for a Spanish Rhetoric», en Rhetorica, XI, no 2, 1993, pp. 157-79; JESÚS GUTIÉRREZ, «Tradición y actualidad en la Rhetórica de Mayans», en vol III de las Obras completas de Gregario Mayans, ed. de Antonio Mestre Sanchís, Valencia, Publicaciones del Ayunta­miento de Oliva, 1984, pp. VII-XXV; HELENA BERISTÁIN, ~~La Rhetórica de Gregori~ May,ans y Sisear», en Anuario de Letras, XXV, 1987, pp. 91-113 y el completo libro de JESUS PEREZ MAGALLÓN, En torno a las ideas literarias de Mayans, op. cit.

34 Este jesuita (Zaragoza, 1729-Madrid, 1787) estudió Filosofía, Teología y Cánones en la Universidad de Zaragoza y en la de Toulouse, en la que obtuvo el grado de doctor en estas Facultades en 1758. Fue maestro de Humanidad y Retórica. En 1772 sucedió a Juan de Iriarte como director de la Biblioteca Real, cargo que desempeñó hasta su muerte. Entre sus obras destaca la continuación de la Biblioteca Griega de su antecesor. Escribió numerosas memorias y publicó las Actas de San Cosme y San Damián, médicos árabes, y pruebas de la inverosimilitud con que se ha pretendido introducir otros santos con este nombre (1785), así como versiones latinas de diversos opúsculos griegos inéditos. Véase LATASSA, Biblioteca nueva ... , op. cit., t. V, pp. 448-450.

35 Aunque la edición manejada no tiene fecha de publicación, la deducimos por la referencia a una función de teatro que hace en la última página.

36 De él sólo sabemos que fue presbítero, maestro de los Caballeros Pages de Carlos III, y Abad de San Salvador de Palencia. Publicó también un Sennón de S. Francisco de Paula en 1777. Cf. AGUILAR PIÑAL, Bibliografía de autores del siglo XVIII, op. cit., vol. VI, p. 241.

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una oracwn, o discurso coordinado, sobre qualquiera assumpto. Obra utilíssima para toda classe de personas, y estados, especialmente para los Jóvenes Españoles, que hallarán en ella un méthodo seguro para saber hablar acertada, elegante, y copiosamente; como assimismo una puntual geográphica, e histórica noticia de todos los Personajes, Autores ilustres, Reynos, Ciudades, y Ríos, que se citan en ella, y que pueden contribuir a su utilidad, gusto, y recreo, Madrid, Oficina de Joachin Ibarra. [16 hs.+ 366 pp.]

La retórica, que sólo ocupa la mitad de la extensión total del libro, tiene carácter escolar, como lo confirma el extenso índice explicativo de nombres propios de personajes, autores, ciudades, etc., que la completa, así como la sencillez y brevedad de las explicaciones. Es básicamente una traducción del De arte rhetorica del padre Colonia, texto oficial en la enseñanza de los jesuitas durante el siglo XVIII. Aunque pronto recibió críticas de plagio, esto no afectó mucho a su difusión37

Está compuesta por cinco capítulos: uno introductorio, sobre lo que se debe saber sobre la retórica castellana, y los habituales sobre la elocución, invención, disposi­ción, pronunciación y acción, por este orden. Las fuentes, tanto teóricas como litera­rias, las toma de los clásicos grecolatinos, a los que cita en muchas ocasiones textualmente. Constituye así un compendio de la teoría retórica clásica a la manera escolástica, con un tratamiento breve, pero pormenorizado, de los conceptos y figuras tradicionales.

1764 DÍAZ DE LA TORRE Y QUEVEDO, Francisco Xavier3"

Nuevas observaciones sobre el método de predicar, traducidas del.francés, añadidas y acomodadas al uso de los predicadores españoles, Madrid, Imprenta de Don Gabriel Ramírez. [141 pp.]

De cada uno de los tres libros que componen el original francés, del que no se da en ningún momento el nombre del autor, Díaz de la Torre hace un tomo ante el elevado número de notas añadidas, aunque sólo hemos podido consultar el primero. El plan general de la obra comprende una pequeña historia de los métodos para predicar, desde principios del siglo XVII a su tiempo, una descripción de los géneros discursivos más importantes, y una presentación de las principales reglas de la elocuencia cristiana.

37 Vid. a este respecto las observaciones que recoge Franr.;ois Etienvre sobre las denuncias de plagio que se hicieron desde la Aduana Crítica y el significado general de esta obra como representa­ción de los antiguos métodos didácticos. Prueba de la vigencia en el XVIII de este tipo de enseñanza es la reimpresión conjunta en 1796 del Arte de Colonia y de las Institutiones de Jouveancy, que se seguirá editando durante el siglo XIX. Cf. FRAN<;OIS ETIENVRE, «Antigua y nueva retórica en tiempos de Carlos III», op. cit., p. 168.

38 Según los datos que sobre el autor vienen en la portada sabemos que perteneció al claustro de la Universidad de Alcalá y que fue Capellán de Honor, Predicador de S.M. y Magistral de su Real

Capilla.

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Las adiciones al primer libro se centran en la idea general de la elocuencia sagrada y del estado de la predicación. Destaca la manifestación espontánea y abierta de sus ideas en defensa de los predicadores modernos, frente a los antiguos, así como sus ideas sobre la traducción y la importancia de la recepción en la elaboración de los sermones.

1765 IBÁÑEZ DE JESÚS MARÍA, Joaquín39

Academia Literaria de Humanidad, que presentan al público, y dedican al Príncipe Nuestro Señor Don Carlos de Borbón (que Dios guarde) los discí­pulos de las Escuelas Pías de Lavapiés de esta corte: la presidirá en su real nombre el Excmo. Señor Conde de Aguilar, su gentilhombre de Cámara, bajo la dirección del Padre Phelipe Scio de San Miguel, Maestro de Humanidad en dichas Escuelas, en la Iglesia Colegio de Sto. Thomás de esta Corte, los días treinta de Junio, y primero de Julio; por la tarde a las quatro y media, Madrid, Antonio Marín. [4 hs.+ 35 pp.]

Breve relación de las actividades retóricas de los escolares, en la que se detallan los ejercicios que han de hacer, así como los textos que tienen que traducir y las pregun­tas deben de responder públicamente sobre figuras, géneros, partes de la retórica, historia, poesía, etc. Da una idea de la práctica escolar de la retórica y de qué aspectos de ésta primaban en la enseñanza.

1766 SAIZ, Manuel Cecilio40

Eloquencia castellana, y latina, o Explicación castellana de la eloquencia latina, que comprehende los preceptos, y primores del Arte Oratoria, sacada

39 Este escolapio (Fuentes Claras, Teruel, 1738-Zaragoza, 1809) fue un gran maestro de retórica Y lector de filosofía y teología de reconocido prestigio. Enseñó en el colegio de San Fernando basta 1779. Desempeñó los rectorados de Peralta (1782-84), Tamarite (1784-87) y Zaragoza (1787-90) y, después, el de Provincial de su Orden en Aragón (1794-97). Fue también un excelente orador. Entre su numerosa producción destacamos: Palestra literaria de humanidad, retórica y poética (Zaragoza, 1770); ~xveterum recentiorumque Philosophia adsertiones selectae ... , (Zaragoza, 1773); Ejercicios de traducClón y ntdimentos de retórica y poética, por los colegiales de Lavapiés (Madrid, 1777); De mira rhetorices. Poeticesque coniunctione in prima solemni studiorum renovatione (Madrid, 1781); Reglas de la poética, escogidas de las que escribieron los mejores maestros, y reducidas a romances endecasüabos para mayor comodidad de sus discípulos (Zaragoza, Francisco Magallón, 1795); De Unguis patriae et latine conjungendis; De neccesitate memoriae ad eloquentiam; De imitationis ad eloquentiae laudem ~eccesit~te, etc. Para más datos sobre este escolapio, vid. JOSÉ LÓPEZ-NA VÍO, en CLAUDIO VILA PALA (coord.), Diccionario enciclopédico escolapio, voL II, Biografía de escolapios, Salamanca, Ediciones Calasancias, 1983, p. 293, y AGUILAR PIÑAL, Bibliografia de los autores del siglo XVIII. .. , o p. cit., vol. N, p. 504.

40 Fue preceptor de Latinidad y Retórica por privilegio de Su Magestad, así como secretario de la Real Academia Latina Matritense y examinador del Tribunal de la Nunciatura, según aparece en la portada. Además de la obra que estudiamos escribió también un Méthodo castellano para aprender el idioma latino, adornado con todas las noticias necessarias y confirmado en la mayor pane con las autoridades de los más cl4sicos autores, Madrid, Imp. de ]a Gaceta (s.a.).

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de los más escogidos Autores, que en tan útil, y loable estudio han florecido, para la mejor, y mas fácil instrucción de los Estudiantes, y estudiosos de todas clases, que reducida a un breve méthodo, ofrece á el común aprovecha­miento, Madrid, Imprenta de Don Gabriel Ramírez. [4 hs.+ 283 pp.+ 2 hs.]

La obra se divide en setenta y un capítulos breves: del I al XII, dedicados a conside­raciones generales sobre la retórica y los distintos géneros de elocución; del xm al XXX, a la invención, la parte más extensa; del XXXI al XLIV, a las partes de la oración; del XL V al LIX, a la elocución; el LX, a la memoria; el LXI, a la pronuncia­ción y a la acción, y, el resto, a ejercicios retóricos. En todo el texto predomina la orientación latina en los modelos de estilo, con un tratamiento escolástico y enumerativo de las partes y fuentes de la elocución. Para ilustrar la teoría utiliza dos ejemplos: uno sagrado y otro profano, más un tercero poético sacado del famoso Epítome de la Eloquencia Española de Artiga.

1771 SALAS, Francisco Gregorio de41

Compendio práctico del púlpito, que contiene tres pequeños modelos, ó exemplares, formados sobre los tres estilos, Sublime, Medio y Familiar; con unas breves advertencias de las cosas más precisas para el uso del alto Ministerio de la Predicación Apostólica, Madrid, Imprenta de Francisco Xavier García. [131 pp.] Otras ediciones: 1786 (2" ed.), Madrid, Joseph Otero, [107 pp.].

Se trata de una serie de breves advertencias o consejos prácticos sobre la predicación, sin mayor profundidad ni orden, que insisten sobre todo en aspectos relacionados con la acción, la pronunciación y la actitud del predicador ante el auditorio.

41 Entre los, pocos datos que sabemos sobre este sacerdote extremeño (Jaraicejo, 1729?-1808) figura el de que fue Capellán Confesor de la Real Casa de Santa María Magdalena de Arrepentidas o de las Recogidas de Madrid, y un poeta apreciado en su tiempo, sobre todo por sus cualidades humanas. Su obra comprende textos de carácter religioso, poesía profana, epigramática y satírica. Destacamos, además de la obra que nos ocupa, su Observatorio rústico, en donde se hace una descripción de la vida del campo y sus ventajas (Madrid, Antonio S ancha, 1772), sus Elogios poéticos dirigidos a varios héroes ... (Madrid, Andrés Ramírez, 1773, reprod. fase. en Cáceres, Universidad de Extremadura, 1994), y sus Poesías, que tuvieron, como estas obras, diversas ediciones a finales del XVIII y principios del XIX. Para una información bio-bibliográfica más completa sobre este autor, vid. los recientes estudios de VICENTE SABIDO, Un poema olvidado del siglo XVIII: el «Obse11!a­torio rústico» de Francisco Gregario de Salas, Granada, Universidad de Granada, 1987, especiahnen­te pp. 10-17 y 65-72, y de Ma Luisa García-Nieto en F" GREGORIO DE SALAS, Poesías, Edición, Introducción y Notas de Ma Luisa García-Nieto Onrubia, Badajoz, Diputación Provincial de Badajoz,

1992, pp. 15-45.

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1775 MURUZÁBAL, Josef de42 (vid. 1781) Explicación de las reglas de Rhetórica de la Oración de Cicerón en defensa de la ley de C. Manilio, Madrid, Joachin !barra. [1 h.+ 260 pp.]

Siguiendo el ejemplo de Rollin, que ilustró las reglas de este arte con el análisis del Cántico de Moisés, expone Muruzáballos preceptos retóricos sobre la famosa Ora­

ción de Cicerón. Interesa su obra como ejemplo práctico de análisis detallado de un

discurso desde el punto de vista retórico, y por su divulgación de Cicerón. Son

escasas las apoyaturas teóricas y las opiniones personales sobre la materia. Sus

explicaciones pormenmizadas ilustran el discurso ciceroniano a modo de comentario

retórico. Seis años más tarde, en 1781, publicaría su Compendio de Rhetórica, sistematizando

las enseñanzas que durante este tiempo impartiera en los Reales Estudios de San

Isidro de Madrid.

1775 MERINO, Manuel43

Tratado de Rhetórica, para uso de las escuelas, Madrid, Juan Antonio Lozano. [5 hs.+ 134 pp.+ 2 hs.] Otras ediciones: s.f., Valencia, Burguete44

.

42 Ejerció como maestro de Retórica y Latinidad en Calatayud, puesto que dejó para opositar en los Reales Estudios de _Madrid, junto a Juan Baranchán y Guerra, entre otros, y con Iriarte, Verdejo, Cerdá y Valcárcel en el tribunal. Allí ocupó la cátedra de Retórica hasta 1792, cuando le es concedida una canongía en Tarazana. Cf. JOSÉ SIMÓN DÍAZ, Historia del Colegio Imperial de Madrid. (Del estudio de la Villa al Instituto de San Isidro: Años 1346-1955), Madrid, Instituto de Estudios Madrile­ños, 1992, dos tomos en un volumen (2a ed. actualizada; la ed. de 1952-59), p. 323 y 331. Para más información sobre este literato, vid. AGUILAR PIÑAL, Bibliografía de los autores del siglo XVIIL op. cit., voL V, p. 898, y en especial su manuscrito de 1776, Relación de títulos, méritos y exercicios literarios de D. Joseph Muruzabal.

43 Fue profesor de Letras Humanas, según reza en la portada de su retórica. AGUILAR PIÑAL, Bibliografía de Autores Españoles del siglo XVIII, op. cit., vol. V, p. 676, sostiene que es más que probable la atribución del tratado que estudiamos al P. Andrés Merino de Jesucristo, escolapio (1730-1787), que usó el pseudónimo de «El filósofo incógnito», y que publicó además una traducción de Oraciones selectas de Cicerón (1776-81), Noticia de un Diccionario árabe-latino, y otro árabe­castellano (1784), y un Breve tratado de poesía latina y castellana, dispuesto para uso del Real Seminario de Escuelas Pías de San Antonio Abad de esta Corte, por el P._, de 1781, que fue reeditado en 1818 en Madrid, Imp. de Repullés [63 pp.]. Se trata de un pequeño catecismo que recoge en preguntas y respuestas cuestiones esenciales sobre la poética y sus géneros, con clara influencia horaciana y aristotélica. Publicó también algunas novelas, como La mujer feliz dependiente del mundo y de la fortuna (1786), y el Tratado sobre la Monarquía Columbina, de carácter alegórico.

44 El ejemplar consultado de esta edición en la Biblioteca Nacional de Madrid carece de índice y prólogo, así como de las «Reglas sobre las elegancias latinaS>> que inician la edición de 1775. Aunque tampoco tiene fecha, la evolución que presenta en las formas lingüísticas hace pensar que se trata de una edición posterior. La variación más significativa reside en la incorporación de una breve parte de poética que incluye consideraciones generales sobre la Poesía y los géneros épico, dramático y lírico, y sus distintas especies:

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,

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Catecismo retórico escrito con el fin de ahorrarles a los niños copiar las lecciones en clase. Es una compilación de Heinecio y Colonia, autores de gran aceptación en su

tiempo en el ámbito escolar. A las definiciones detalladas de las partes y conceptos

retóricos más usuales se añade una segunda parte dedicada a la práctica de la compo­sición con la descripción de los tradicionales progimnasmas.

1777 CAPMANY SURÍS Y DE MONTPALAU, Antonio45

Filosofía de la eloquencia, Madrid, Imprenta de Don Antonio Sancha. [2 hs.+ XXIII + 232 pp.+ 3 hs.] Otras eds.: 1812, Londres, publicado por Longman, Hurst, Rees, Orme y Brown.

[XXVIII+ 678 pp.] 46,

1822, 1826 y 1836, Gerona, Antonio Oliva (siguen la edición de 1812)47

45 Capmany (Barcelona, 1742-Cádiz, 1813) briiló como político, historiador y filólogo. CurSó con los jesuitas estudios de lógica y humanidades en el Colegio Episcopal de Barcelona. Siguió la carrera militar hasta 1770. Participó en los intentos de colonización de Sierra Morena con Olavide, por lo que permaneció en La Carolina un año. Académico de la de la Historia y de las de Bellas Letras de Barcelona y Sevilla. Desempeñó distintas ocupaciones de relevancia: miembro de la Junta para el fomento de Ibiza, colector y editor de tratados de paz de Felipe V, Fernando VI, Carlos III y Carlos IV, censor de los periódicos de la corte ... etc. Su negativa a reconocer el nuevo gobierno tras la invasión napoleónica le hace huir de la corte para refugiarse en Sevilla y en Cádiz, donde destacó como orador liberal y como uno de los organizadores de las Cortes en 1812. Fue director de la Gaceta de la Regencia de España é Indias. De su numerosa produción destacamos: Memorias históricas sobre la marina, comercio y artes de la antigua ciudad de Barcelona (1779), Epítome de las vidas de varones ilustres de España, Centinela contra franceses (1808), Arte de traducir del idioma francés al castella­no (1776), Discursos analíticos sobre lafonnación y perfección de las lenguas y sobre la castellana en particular (1776), además de numerosas obras que permanecieron inéditas. ·

46 Como se puede apreciar por el número de páginas, se trata de una edición considerablemente ampliada, que apareció treinta y cinco años después. Esta edición «nueva en todo menos en la forma» pretende hacer frente a la cantidad de cursos y lecciones de retórica traducidas del francés o del inglés que tiene que estudiar la juventud. De ahí que una de las innovaciones más llamativas sea el enrique­cimiento del texto con multitud de citas y ejemplos de autores españoles, fundamentalmente de los siglos de oro. En cuanto a las diferencias entre las dos ediciones, que han llevado a críticos como Menéndez Pelayo a sostener el radical conservadurismo del Capmany de 1812, Checa Beltrán sostie­ne, con Juretschke, que continúa siendo esencialmente el mismo libro, aunque con las consiguientes modificaciones impuestas por las circunstancias históricas y los efectos de la invasión napoleónica, que le hacen declararse en el prólogo contra su fama de «filósofo» y ~<galófilo». Por otra parte, los cambios operados se fundamentan sobre todo en razones filológicas, al considerar más efectivo el estudio de los modelos de la literatura patria de lÜs siglos de oro, que ya había seleccionado en su Teatro histórico-crítico de la elocuencia española, publicado en Madrid por Antonio Sancha en 5 vals., de 1786 a 1794. Cf. CHECA BELTRÁN, «Una retórica enciclopedista del siglo XVIII: la Filosofía de la eloquencia de Capmany», en Revista de Literatura, 99, 1988, pp. 61-89, p. 83 y ss.

47 En la portada de la edición de 1826 reza: Nueva edición. Confonne á la de Londres impresa en 1812. Adicionada y corregida con esmero por D. J.M.P y C., Gerona, Por Antonio Oliva Impresor de S. M., 1826, Con las licencias necesarias. [XXVIII+ 552 pp.+ 3 hs. de índice y 1 h. con la relación de autores citados]. En las notas previas del editor se insiste en el escrupuloso cuidado de los aspectos formales del texto y en las mejoras de esta edición con respecto a las anteriores. Cf. Ibíd., p. vi.

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- s.a. Barcelona, Juan Francisco Piferrer, [2 hs.+ XVII+ 250 pp. + 3 hs.] 45

- 1826, Barcelona, Sierra y Martí (sigue redacción miginal), [XXX+ 304 pp.]

- 1826, Barcelona, Juan Francisco Piferrer (sigue 1' ed.), [1 h. +XXIII+ 3 hs. + 304 pp.]

- 1842, Madrid, Sancha, [XVI+ 4 hs.+ 416 pp.] 49

- 1903, Dublín, James Duffy and Co., (en inglés, trad. Rev. W. McLoughlin, sigue ed. original)

- 1942, Buenos Aires, Joaquin Gil (está prologada por Pedro B. Franco y reproduce también la de 1812)"'

Es uno de los principales textos de teoría retórica del siglo XVIII, centrado exclusi­

vamente en la elocución oratoria. En la introducción se tratan las calidades del talento

oratorio (sabiduría, gusto, ingenio, imaginación y sentimiento), y en el resto de la obra, la dicción, el estilo y los tropos y figuras.

La idea que anima su composición es la de superar la aridez, la monotonía y la

superficialidad de las retóricas destinadas a los niños. El medio que propone Capmany

es el análisis de los rasgos sublimes de la elocuencia desde un punto de vista

filosófico, que explique y justifique los principios retóricos a través de la razón y del

sentimiento, y con especial atención a Jos ejemplos51 •

48 Cf. PALA U, Manual del Librero Hispano-Americano, op. cit., vol. III, p. 141. 49 Hay edición facsímil reciente publicada en Va11adolid, Ed. Lex Nova, 1994 [XVI+ 416 pp.+

4 hs. de apéndice], y presentada por Antonio Agúndez Femández, que hace al principio una pequeña introducción sobre su vida y obra. Allí alude a dos ediciones anteriores, Madrid, 1793 y Barcelona, 1800, que no hemos localizado.

50 Pocos años después sería también extractada y editada en Chile con textos de Gómez Hermosilla y Gil de Zárate. Nos referimos a los Principios de Retórica o Elocuencia estraidos de Capmani, Hermosilla, i Gil de Zarate, para el uso de los Relijiosos de la Provincia franciscana de la Santisima Trinidad de Chile, por uno de sus alumnos, Santiago de Chile, Imp. de la Soc~edad, 1850.,

51 Véase sobre Capmany y su obra la selección bibliográfica que aporta SAINZ RODRIGUEZ en su Historia de la Crítica Literaria en España, op. cit., pp. 340-41. Destacamos además como acercamientos de conjunto el texto de MANUEL DE MONTOLÍU, Homenaje a Capmany en el II Centenario de su nacimiento (1742-1942), Barcelona, 1945; la tesis doctoral de CHARLES LIONEL WlLBANKS, Filosofía de la Elocuencia: A Rhetoric of the Spanish Enlightenment, The University of Nebraska-Lincoln, 1983, que estudia la naturaleza y alcance de la retórica de Capmany con frecuentes comparaciones con la tradición preceptiva británica, y la de JOSÉ CHECA BELTRÁN, dedicada a la vida y obra del teórico catalán, así como su completo artículo, ya citado: «Una retórica enciclopedista ... », op. cit. Otros aspectos de esta obra, como el prerromanticismo y la modernidad de sus plantemientos, serán analizados por MARIANO BAQUERO GOY ANES, «Prerromanticismo y retórica: Antonio de Capmany», en Studia Philologica. Homenaje a Dcímaso Alonso, Madrid, Gredos, 1960, I, pp. 171-89, y DON PAUL ABBOTT, «Antonio de Capmany and the New Rhetoric», en Dieciocho, 7, no 2, 1984, pp. 146-59.

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1.

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1777 HORNERO DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR, Calixto52

Elementos de Retórica con egemplos latinos de Cicerón i castellanos de Frai Luis de Granada para uso de las escuelas, Valencia, Benito Monfort. [5 hs.+ 286 pp. + 1 h.] Otras eds.: 1781, Madrid, P. Marín,

1791, Madrid, G. Ortega e Hijos de Ibarra, 1802, Madrid, Benito Cano, 1815, Madrid, Imprenta de D. José del Collado, 1820, 1828 y 1833 (8" ed.), Madrid, Ibarra, También fue difundido de forma resumida por otros maestros escolapioss3:

- 1786 ó 1787, ¿Barcelona?, - s.a., (2" ed.), Vich, J. Tolosa, y Barcelona, Brusi y Ferrer, - s.a., (3' ed.), Barcelona, Brusi y Ferrer, y 1823, Barcelona, Hnos. Gaspar, - 1856 (5' ed.), Barcelona, J. Gaspa.r.

Tenemos noticia asimismo de su divulgación, a partir de 1828, a través del texto de M. MORENO Y JOVE, Catecismo de Retórica, sacado de la del P. Calixto Hornero, México, Imp. de Galván54.

Es uno de los textos retóricos que más popularidad alcanzó en su tiempo, como atestigua el elevado número de reimpresiones y adaptaciones que se hicieron del

52 Hornero (Pozuelo de Calatrava, 1742-Madrid, 1797) fue un gran orador, retórico y poeta, así como un profundo conocedor del latín, griego y hebreo (hizo correcciones a la traducción bíblica del P. Scío a petición de su autor). Trabajó como maestro en las Escuelas Pías de Madrid, en el Colegio de San Fernando, del que llegó a ser rector. Fue también Consultor Provincial y Procurador de la Provincia. Su Arte de Gramática Latina gozó de numerosas ediciones (1769, 1784, 1792, 1799, 1815, 1818, 1825, 1833, 1843, 1852, 1858, 1867, 1889 ... ). Publicó, además, un Examen de latinidad a que se presentaran los discípulos de la aula publica, y suprema de Gramatica de las Escuelas Pías de Lavapiés ... (Madrid, 1774) y unos Exercitia litteraria linguae Latinae, Hispanicae et Rhetoricae (Ma­drid, 1776). Para más datos véase la semblanza que traza de él Antonio Valverde en VILÁ PALA (coord.), Diccionario enciclopédico escolapio, op. cit., pp. 290-91, y la completa bibliografía de este autor preparada por LUIS DE CAÑIGRAL, «Bibliografía de un humanista olvidado: el P. Calixto Hornero, escolapio>>, en Analecta Calasanctiana. Revista del Colegio-Teologado «P. Felipe Scio>>, XXXI, 61, 1989, pp. 61-77.

53 Su título era Arte de Retórica para uso de las Escuelas, regulada por la que escribió el P. Calixto Homero de la Resurrección del Señor, que han resumido en unas partes, y en otras añadiendo é ilustrando dos Maestros de Retórica de las Escuelas Pías de Cataluña. Ofrece algunas alteraciones en el orden de los capítulos y presta más atención a los «progimnasmas». Sus adaptadores remiten a otro libro como complemento, titulado Modelos de retórica. Vid. una referencia completa y detallada de estas ediciones en LUIS DE CAÑIGRAL, «Bibliografía de un humanista olvidado ... », op. cit., pp. 63-70.

54 También en 1831 encontramos una adaptación simplificada de sus Elementos en forma de catecismo escolar, centrado solamente en las definiciones retórica. Vid. en el corpus González y García (1831).

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mismo, no sólo durante el siglo XVIII, sino también durante las primeras décadas del XIX y en pleno siglo XX, ya que en 1923 apareció un Hornero refonnado55 •

Hornero, especialmente preocupado por la claridad y la sencillez en la exposición de

la retórica, introduce también en su libro una serie de preceptos de carácter religioso­moral, como son las Frases sacadas de autores de pura latinidad destinadas a la

memorización, en latín y castellano, y el apéndice que cierra el libro con sentencias

de la Sagrada Escritura. A la exposición de los preceptos de la retórica, basados

asimismo en la elocución y en los tropos y figuras, preceden también unas páginas sobre la Syntaxis elegante, así como unos comentarios sobre los progimnasmas y los

ejercicios de composición.

1778 SÁNCHEZ, Pedro Antonio56

Discurso sobre la eloqüencia sagrada en España, Madrid, Imp. de Bias Román. [4 hs.+ 214 pp. en 16'] Otras eds.: 1858 (2" ed.)57

Sernpere y Guarinos sintetiza el contenido de este discurso en los siguientes térmi­nos: «Precede una breve historia de la Eloqüencia Sagrada de los españoles. Se

señalan las épocas, y varios estados de ella en diferentes siglos. Se nombran los

autores que mas han sobresalido, y que pueden servir de modelo en el estilo; y por el

contrario los vicios, y defectos de otros, que se deben evitar. Se trata de la restauracion

de la Eloqüencia Sagrada en estos últimos tiempos, debida por la mayor parte á los

franceses. De las ventajas que han producido las traducciones de sus sermonarios, y de algunos vicios que han ocasionado. Y finalmente se dan buenas reglas para la

imitacion, y progresos de la Eloqüencia Sagrada en España»58.

A partir de una somera descripción de la historia de la elocuencia sagrada introduce

sus ideas cliticas sobre los distintos estilos y las revisiones que cree más necesarias

en la elocuencia contemporánea. De todo su programa tal vez lo más destacable sea

55 Se trata del Hornero reformado. Reglas de prosodia, Cuenca, Imp. del S. Conciliar, 1923 l34 pp.]. Lo componen unas brevísimas reglas de prosodia latina en forma de verso. No hay observaciones sobre su autor ni sobre su finalidad, y acaba con las iniciales A.M.D.G.

56 Destacado sacerdote, bibliotecario y bibliófilo de mentalidad ilustrada (Arzúa, La Coruña, 1749-1806). Llegó a ser catedrático de Retórica y de Teología, y después, Juez Eclesiástico del Arzobispado de Santiago. Su interés por la difusión de la cultura y de los conocimientos útiles le llevaron a la creación de diversas academias y de una biblioteca pública en La Coruña con sus propios fondos. Fue autor de numerosos trabajos sobre economía política relacionada con Galicia (industrias de curtidos, navegación, ganados, abastos ... ), recogidos hace unos años en el volumen La economía gallega en los escritos de Pedro Antonio Sánchez (Vigo, Galaxia, 1972).

57 En esta segunda edición, idéntica a la príncipe, se añade una reseña biografía de Sánchez, de autor desconocido, y que recoge JESÚS GUTIÉRREZ en ]a edición moderna que hace del Discurso en Dieciocho, 14, Nos. 1-2, 1991, pp. 12-49, y a la que precede una breve presentación del mismo editor: «Pedro Antonio Sánchez, ilustración y elocuencia sagrada», en ibíd., pp. 1-11.

58 Cf. SEMPERE Y GUARJNOS, Ensayo de una biblioteca ... , op. cit., vol. 3°, t. V, pp. 88-94,

p. 88.

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su atención a la cita y a la autoridad como soporte persuasivo, su descripción de los distintos campos de imitación, y su denuncia de los graves efectos lingüísticos de la imitación de la oratoria francesa.

1780 CONCEPCIÓN, José de la59

Instrucción a los nuevos predicadores, Valencia, Benito Monfort. [2 hs.+ 142 pp.+ 1 h.]

Breve y sencillo tratado de predicación de orientación práctica, dividido en cuatro partes: sobre las disposiciones especiales del predicador, la formación de los sermo­nes (en la que incluye la retórica de la composición y de la elocución), el modo de decirlos (memoria, pronunciación y acción), y algunos consejos para el rápido per­feccionamiento del predicador. Lo que más ha llamado nuestra atención ha sido su visión general de la retórica y de la oratoria sagrada, orientada a la medianía y a la instrucción de predicadores útiles, aunque no sublimes.

1781 OBREGÓN, Ignacio de60

Práctica del Púlpito, para instrucción de un principiante. Manifestada según el estado presente de la oratoria, en los tres discursos, panegírico, moral y doctrinal, con una Disertación preliminar sobre toda la obra y su inteligen­cia, Madrid, Josef Doblado. [ 4 hs.+ 228 pp.] Otras eds.: 1784, Madrid, Pedro Marín [6 hs. + 286 pp.]"

- 1791 62•

Comienza con unas observaciones generales sobre la retórica, las formas de argu­mentar, la invención, ampliación, elocución y estilo, y continúa con el análisis pormenorizado de las particularidades de los tres géneros más importantes de la oratoria sagrada: el panegírico, el moral y el doctrinal, que define, explica e ilustra

59 Fue sacerdote profeso de las Escuelas Pías. 60 Clérigo Menor, fue lector jubilado en Sagrada Teología y Secretario provinciaL Dio a la

imprenta algunas obras de carácter religioso, una or~ación fúnebre y una colección de sermones. Vid. la reseña completa de estas obras en AGUILAR PINAL, Bibliografía de Autores Españoles del siglo XVIII, op. cit., vol. VI, p. 11 O.

61 Es la 2a ed., aumentada con un nuevo tratado sobre el sermón de Misterio. Su título: Práctica del púlpito, para instrucción de los nuevos predicadores, manifestada según el estado presente de la Oratoria, en los tres discursos Panegírico, Moral y Doctrinal: Ahora nuevamente aumentada con un tratado sobre el Sermón de Misterio y varias reflexiones críticas. Para cuya obra y su inteligencia se pone una Disertación preliminar.

62 Cf. PALA U, Manual del librero hispano-americano .. , o p. cit., voL XI, p. 286, no recogida por AguiJar Piñal.

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con sus correspondientes ejemplos. La parte de la retórica, basada en la del P. Colonia, enumera tópicos y figuras sin apenas profundizar en su significado.

1781 BARBERA Y SÁNCHEZ, Juan63

Reglas ordinarias de Retórica, ilustradas con ejemplos de oradores y poetas del Siglo de Oro, para uso de las escuelas, Valencia, Francisco Burguete. [5 hs.+ 142 pp.+ 4 hs.] 8°.

Según referencia de Palau, esta obra es traducción de su Per valgata praecepta retorices exemplis oratorium et poetarum altatis aureae, publicada por el mismo impresor64

• Se trata de un breve manual escolar escrito en forma de catecismo, con preguntas y respuestas, la mayor parte centrado en las definiciones de los tropos y figuras, de las que va dando a la misma vez la denominación original en griego y latín. A las cuestiones habituales acerca de los géneros oratorios siguen distintas observaciones sobre los tradicionales ejercicios retóricos.

1781 MURUZÁBAL, Joseph de (vid. 1775) Compendio de Rhetórica latina y castellana, ilustrado con Exemplos selec­tos, y algunas reflexiones sobre la Oratoria del púlpito, en los tres géneros de Causas, Demostrativo, Deliberativo, y Judicial, Madrid, Manuel Martín. [6 hs.+ XIII+ 2 hs.+ 414 pp.] Otras eds.: 1789 (2' ed. con. y aum.), Madrid, Plácido Barco López. [2 hs.+ 491 pp.] 65

Tratado dedicado a la enseñanza, que presta especial atención a la oratoria del púlpito y a la ejemplificación de los preceptos retóricos, tomados en su mayoría de Cicerón y de los textos sagrados. Aunque presenta una actitud c1itica con respecto a los procedimientos usuales en la enseñanza de la retórica y de las autoridades, sigue el

63 Barbera y Sánchez (Valencia, ?-1824) obtuvo la cátedra de Elocuencia en la villa de Oliva, en la que fue censor don Gregorio Mayans por comisión del Real y Supremo Consejo de Castilla. Enseñó durante bastante tiempo en Gandía y en el Real Seminario de Educandos de Valencia. Se sabe que, a pesar de haber perdido la vista, siguió instruyendo en su casa a grupos de jóvenes. Fuster nos habla de su admirable memoria, que le permitía en su estado corregir y enseñar a sacar las partes de la oración a los que empezaban a traducir. Cf. FUSTER, Biblioteca valenciana de los escritores que florecieron hasta nuestros días ... , op. cit., vol. II, pp. 435-36. Además de la obra que estudiamos, en sus versiones castellana y latina, publicó Noticia del método que se ha de observar en la enseñanza de la Gramática que nuevamente se establece en la Ciudad de Gandía (Valencia, Burguete, 1791) y Sintaxis sobre las ocho partes de la oración para uso de las escuelas (Valencia, Burguete, 1794).

64 Cf. PALAU, Manual del Librero ... , op. cit., vol. VII, p. 60. 65 Las variaciones con respecto a la primera edición residen en un apéndice de ejemplos sacados

del Teatro Histórico-Crítico de la Eloquencia Castellana de Capmany, «á fin de que los jóvenes tengan á la vista los modelos mas excelentes en nuestra lengua>>. Cf. Ibíd., p. 414. En él se incluyen textos de Granada, Estella, Malón de Chaide, Santa Teresa, Mariana y Cervantes. Completa la obra una Oratio infimere Carolii Tertii, del autor.

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esquema tradicional de la división de la retórica sin apenas variaciones, por su mismo carácter de compendio de obras modernas y antiguas66•

1782 SÁNCHEZ VAL VERDE, Antonio (vid. 1787) El Predicador. Tratado dividido en tres partes, al qua/ preceden unas re­flexiones sobre los abusos del púlpito y medios de su reforma, Madrid, Joachin !barra. [ 4 h.+ LV + 152 pp.]

Tras la presentación inicial del estado de la oratoria sagrada da unas breves nociones sobre las reglas y el método necesarios para la construcción del sermón, más unas

observaciones finales acerca de la pronunciación. El texto está orientado hacia la

reforma de la predicación ante los excesos a que había llegado después del barroco. Insiste sobre todo en las partes argumentativas del discurso.

1784 IGUERA Y ALFARO, Miguel de la Tratado de la acción de el orador u de la pronunciación, y del gesto. Obra muy necesaria para todos los que se dedican a hablar en Público; escrita en lengua Francesa por Mr. Conrat, y traducida a la Castellana por_, Madrid, Sancha. [267 pp.]67

La traducción de esta famosa obra, original de Michel Le Faucheur y atribuida erróneamente a Valentín Conrart siguiendo la tendencia general de la época68, preten­

de llenar el vacío existente en la teoría española sobre la voz y el gesto en el terreno de la predicación y la abogacía.

66 Dice SEMPERE Y GUARINOS sobre esta obra, Ensayo de una Biblioteca ... , op. cit., t. IV, pp. 1~3-44: ~~Es apreciable este compendio, y muy á propósito para la enseñanza de la juventud,_ que es el objeto que se ha propuesto su Autor, por la claridad con que están explicados los preceptos principales, omitiéndose los ménos necesarios: y por la eleccion, y competente extension de los exemplos, sin los quales no se puede percibir bien la fuerza de la eloqüencia. El Señor Muruzábal, vie~do que esta no tiene en España campo mas propio para brillar y hacerse conocer, que el púlpito, ha cre1do con mucho fundamento, que no debe omitirse el ramo de la oratoria eclesiástica en los primeros elementos de Rhetorica».

67 El prólogo del traductor comprende las pp. 1-69. Continúa después la misma paginación. 68 Valentín Conrart fue, como detallan las noticias iniciales dadas por el traductor, «Secretario

del Rey de Francia, y venerado como Padre, y Fundador de la Academia Francesa en cuya casa tuvieron principio las juntas de aquel célebre cuerpo». Michel Le Faucheur (Génova, fines s. XVI­París, 1657) fue un clérigo protestante de reconocidos méritos oratorios. Uno de sus escritos más importantes fue precisamente este Traitté de l'action de l'orateur, ou de la Prononciation et du geste, que no llegó a publicar en vida. Sería su amigo V. Conrart el que se encargaría de su publicación el mismo año de la muerte de Le Faucheur. El hecho de que en la primera edición no se citara el nombre de su autor, y el de que la edición de 1686 lo atribuyera a Conrart, propició esta confusión histórica, prolongada durante mucho tiempo incluso fuera de Francia. De ahí que no sea rara la atribución del texto a Conrart por parte del traductor español.

El éxito del tratado es evidente no sólo por su elevado número de ediciones francesas (París 1657 1667, 1676; Lyon, 1676; París, 1686; Leyden, 1686; Amsterdam, 1697), sino por las impo~ante;

198

Los catorce capítulos del original francés, centrados en estos dos ámbitos, ofrecen una reglamentación específica de la pronunciación (sus características particulares

según las pasiones, las partes de la oración, los asuntos, las figuras, etc.), y del gesto, sobre el que se ofrece una detallada descripción de la posición y movimientos de las

distintas partes del cuerpo durante la exposición oratoria. En el extenso prólogo el traductor alude brevemente a la lectura y a la declamación teatral, aprovechando para manifestar sus ideas sobre la importancia de la economía

y de la remuneración de los escritores en el auge del arte. Tales observaciones serán

de utilidad a la hora de trazar los cambios que hacia la profesionalización del escritor

tienen lugar a finales del XVIII.

1787 SÁNCHEZ VAL VERDE, Antonio (vid. 1782) Examen de los sermones del P. Eliseo, con instrucciones utilíssimas a los predicadores. Fundado y autorizado con las Sagradas Escrituras, Concilios, y Santos Padres, Madrid, Imp. de D. Bias Román. 2 tornos en un vol. [t.l: 1 h.+ XIII+ 239 pp. y t.2: 1 h.+ 252 pp.+ 1 h.]

Es un examen pormenorizado de distintos sermones del P. Eliseo, que se muestran

como ejemplo del peor modelo que se puede imitar para la creación de sermones en

los distintos aspectos retóricos de la invención y la doctrina, de la disposición de

partes y del estilo y escritura en general. El propósito general del libro es el de desengañar a los predicadores españoles con respecto a los malos ejemplos que les

vienen del extranjero.

1788 AQUINO, Nicolás69

El púlpito, o reflexiones útiles a los jóvenes eclesiásticos, que se dedican al santo ministerio de la Predicación Evangélica, Madrid, Benito Cano. [XIV + 258 pp.]

repercusiones que tuvo, en cuanto a las traducciones-adaptaciones e influencia en otras obras en el movimiento ~<elocucionarim> británico del siglo XVIII. Para los ingleses este texto fue una de las máximas autoridades junto a las Vacationes Autumnales del jesuita francés Louis de Cressolles. Sobre la problemática textual de esta obra y las vicisitudes de su difusión en Inglaterra, vid. WILBUR SAMUEL HOWELL, Eighteenth-Century British Logic and Rhetoric, Princeton, Princeton University Press, 1971, pp. 162-63, y más específicamente el capítulo «Le Faucheur's Traitté in England», pp. 164-81. Allí destaca la importancia de este texto diciendo, además que: «Le Faucheur's Traitté is one of the most respectable works of scholarship in the whole history of the elocutionary movement and one of the leading treatises on delivery in the history of rhetorical theory». Cf. lb íd. p. 168. Por otra parte, las diferencias en la difusión de la obra en Inglaterra y en España son claras, ya que en Inglaterra durante la primera mitad del XVIII ya había alcanzado su traducción tres ediciones (1702 ?, 1727 y 1750), mientras que en España, ésta de 1784, más de un siglo después de la original, es la primera de la que tenemos noticia.

69 En las fechas de la publicación de esta obra era lector jubilado en Sagrada Teología, examina­dor sinodal del Arzobispado de Granada y calificador del Santo Oficio en el convento de Nuestra Señora de la Victoria de dicha ciudad.

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Con un claro propósito de amenidad, brevedad y utilidad, esclibe Aquino estas veintidós reflexiones a fin de denunciar los defectos más corrientes que tienen lugar en el ejercicio de la predicación. Aunque toma materiales de la retórica y trata del estilo, composición, argumentación, memoria, voz y acción, así como de los diversos géneros, cambia los minuciosos preceptos de muchos tratados de retórica por prácti­cos consejos sueltos. Está convencido de la inutilidad de las reglas si no van dirigidas por el genio, así como de los grandes beneficios que presenta ]a imitación o la lectura de buenos modelos.

1788 MARTÍNEZ JORDÁ, Tomás70

Retórica para uso del Real Seminario de Educandos de la ciudad de Valen­cia, Valencia, Benito Monfort. [332 pp.]

Basándose en Aristóteles y Quintiliano expone con claridad, sencillez y brevedad lo esencial que han de saber los «estudiantes retóricos>>. Los abundantes y extensos ejemplos latinos que ilustran esta obra de pequeño formato son en su mayoría de Cicerón y Virgilio y, en general, de los mismos autores que se traducen en las escuelas de retórica. Consta de siete libros, en los que trata por este orden de la naturaleza, materia, partes y utilidades de la retórica, así como de los medios para conseguir la elocuencia y los fines del orador; de la invención, disposición, elocu­ción, pronunciación, progimnasmas (tomados de Aftonio y de su comentador Reinhardo Loriquio) y, por último, de las varias especies de oraciones. El tratado, de orientación clásica y sin ninguna referencia a autores modernos, tanto españoles como extranjeros, es eminentemente descriptivo y enumerativo (lugares oratorios, tropos y figuras con sus distintas denominaciones, ejercicios de composi­ción de los géneros deliberativo, demostrativo y judicial...), sin planteamientos novedosos.

1788-90 SOLER DE CORNELLÁ, Leonardo71

Aparato de elocuencia para los sagrados oradores, donde juntamente con las reglas fundamentales de la oratoria se enseña prácticamente el uso y aplica-

70 Tomás Martínez (Cocentaina, ?-Valencia, 1796), trabajó como profesor de Retórica y Poesía en el Seminario de Nobles de Valencia. Publicó, además de la obra que estudiamos, una Colección de poemas latinos, escogidos y comentados para uso del Real Seminario de Educandos de la ciudad de Valencia (Valencia, Benito Monfort, 1791, [XXIV + 518 pp.]), y otros textos para uso del referido seminario: Prosodia latina y Arte métrica (Valencia, B. Monfort, 1794); Reglas para formar las oraciones gramaticales pertenecientes á menores (Valencia, B. Monfort, 1796), y Principios de sintaxis hispano-latina (Barcelona, Francisco Sliriá y Burgada, s.a. [39 pp.]).

71 Soler de Corne11á (Elche, 1736-0rihuela, 1796) fue colegial en el colegio de la Concepción de Orihuela, Catedrático de Filosofía y Teología, así como Regente de los estudios de dicho colegio, 11egando a ser Canónigo Magistral de la Catedral de Orihuela. Cf. FUSTER, Biblioteca valenciana ... , op. cit., vol. 1, p. 166.

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ción que de ellas deben hacer los Predicadores Evangelistas, en los diferen­tes géneros de Causas que por su ministerio han de tratar, Valencia, Oficina de D. Benito Monfort. 6 vols. (vols. I-IV, 1788 y vols. V y VI, 1790).

Estos seis volúmenes pretenden condensar lo más significativo del arte de la oratoria sagrada. Su autor insiste sobre todo en la invención y la disposición, que considera partes fundamentales de la retórica frente a la elocución, relegada a un segundo

plano. De este modo, el primer y segundo volumen presentan la parte teólica fundamental: el primero está dedicado a cuestiones generales (el papel de la elocuencia en los tiempos antiguos y modernos, su importancia para la oratoria sagrada, etc.); el segun­do se centra únicamente en el análisis de las controversias oratorias, analizadas con extrema minuciosidad en la misma línea que Serra. Los volúmenes restantes consti­tuyen ejemplos prácticos de aplicación de la teoría sobre las causas oratorias al análisis de diversas oraciones de Cicerón, el gran modelo de toda la obra, y de algunos sermones. El autor justifica esta atención al estudio de los discursos por su desconfianza de la utilidad de las reglas retóricas que memorizan los jóvenes.

1793 ROXO DE FLORES, Felipe" (vid. 1802) Eloquencia Forense, Madrid, Imp. Real. [132 pp.]

Ante la importancia y el escaso estudio que dedican los abogados a esta disciplina, ofrece una se1ie de reflexiones (veintiuna, en concreto) sobre el carácter, vicios y preceptos más significativos de este arte. A esto siguen seis oraciones latinas de Tito Livio que sirven de modelo, traducidas por el autor y presentadas en columnas ~n latin y castellano. En la misma línea escribió su Eloquencia Militar, que publicó nueve años después.

72 Trabajó como Auditor de Guerra y fue fiscal de rentas reales en la provincia de Zamora, asesor de la comisión especial para la venta de bienes raíces de establecimientos piadosos y miembro de mérito de la Real Academia Jurídica de Carlos III, más otros cargos diversos que desempeñó a lo largo de su vida.

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1793 TRAGGIA DE SANTO DOMINGO, Joaquín73

Rhetórica filosófica, o principios de la verdadera Eloquencia, que a uso de los discípulos de las Escuelas Pías disponía~ Zaragoza, V da. de Francisco Moreno. [256 pp.]

Catecismo dirigido a la instrucción de la juventud pero presentado bajo ~<un nuevo aspecto filosófico». Comprende una parte de retórica en cuatro libros y otra de poética, para que nada se eche de menos en esta nueva Coleccion y que ayude a comprender la Poetica de Horacio. Al final incorpora el Tratado de lo sublime, traducido y extractado por el Padre Basilio de Santiago, de las Escuelas Pías. Influido por distintos filósofos (Malebranche, Locke, Leibniz) y autores franceses en su mayor parte (Lamy, Rollin, Rapin, Fénelon, Boileau, etc.), muestra las deficien­cias de los actuales planteamientos de la retórica escolar (memorización de intermi­nables listas de tópicos y figuras) y la necesidad de una fundamentación más razona­da de los principios y reglas que allí se dan, tanto en lo referente al lenguaje y a la palabra en general, como a la fundamentación lógica o psicológica del conocimiento en la parte de la invención.

73 El escolapio Traggia (Zaragoza, 1748-?, 1813) fue un predicador elocuente y erudito, conoce­dor de muchos idiomas, que se doctoró en Teología en Manila, donde residió un tiempo. Enseñó también en Zaragoza, Valencia y Madrid. Sus protestas ante los sectores oficiales le proporcionaron importantes apoyos, como el del Conde de F1oridablanca, que facilitaron sus investigaciones históri­cas. Entre sus obras figuran: Aparato de la Historia eclesiástica de Aragón, Memoria para ilustrar el reinado de Ramiro el Monje, Memoria sobre el origen y antigüedad del reino pirenaico y otras muchas. Cf. ÁNGEL PASTOR BELTRÁN, Los escolapios y los sitios de Zaragoza, op. cit., p. 32. Escribió también una gramática tagala y un poema de tono épico titulado La Sauliada (Madrid, 1812). Gran amigo de Latassa, fue miembro, anticuario y bibliotecario de la Real Academia de la Historia. En 1793 abandonó la orden. Se opuso a Masdeu por sus apreciaciones poco científicas sobre la historia de Aragón. Colaboró con Abella y Martínez Morison en el Diccionario geográfico de España, y con el P. A. Merino en la preparación de su colección de Autores latinos con notas castellanas. Poco antes de morir había sido designado censor, junto a Díez Gónzález, Estala, Morales y Capmany, para unas oposiciones en los Reales Estudios de San Isidro de Madrid, a las que ya no pudo asistir y en las que sería sustituido por Hermosilla. Cf. SIMÓN DÍAZ, Historia del Colegio Imperial de Madrid, op. cit., p. 332. Para aspectos generales de su vida y bibliografía complementaria, véase la semblanza que recoge DIONISO CUEVA, en CLAUDIO VILÁ PALÁ (coord.), Diccionario enciclopédico escola­pio, op. cit., pp. 550-51.

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1794? JOVELLANOS, Gaspar Melchor de74

Lecciones de Retórica y Poética, en su Curso de humanidades castellanas, Madrid, B.A.E., t. XL V1, 1963, pp. 114-46, y Tratado de declamación, en ídem., pp. 146-50. Otras eds.: en las distintas ediciones de sus Obras, en 1839-40, 1845-46, 1846-47,

- 1879, en edición de FRANCISCO JARRIN fueron adicionadas y comen­tadas para que puedan servir de texto en los Institutos y Seminarios, Gijón, Imp. y Lib. de Torre y Comp. [VII + 300 pp.]'1

Se trata de un breve texto escrito para las clases de humanidades que organizó Jovellanos en el Instituto Asturiano. En la parte de retórica trata del estilo, de sus caracteres y del lenguaje figurado, así como de la elocuencia en general, sus partes y especies (del foro y del púlpito). En la parte de poética incluye observaciones sueltas sobre la esencia de la poesía y sobre los géneros, y todo ello con una clara influencia de las Lectures de Blair, que ya conocía antes de la traducción de Munárriz76

----7 4 Jovellanos (Gijón, 17 44-Vega, 1811) desempeñó importantes cargos políticos durante el reinado

de Carlos IIL Su talante reformador y sus ideas liberales en materia económica chocarian con la hostilidad oficial tras la muerte de Carlos III, lo que le provocó su destierro a Gijón y su posterior detención y encien;o en Palma de Ma11orca, donde estuvo un año (1801 ). Participó en las tertulias de Pablo de 01avide, perteneció a la Sociedad Económica de Amigos del País, a las Academias de la Historia, de San Fernando, Española, de Cánones, de Derecho, y a la Real Junta de Comercio, Moneda y :Minas, y mantuvo correspondencia con importantes personalidades de su tiempo. Como educador dejó abundantes escritos y programas de enseñanza, que se materializaron en la creación del Instituto Asturiano, que annonizaba el estudio de las ciencias útiles con las humanidades y el aprendizaje de las lenguas modernas.

75 Francisco Jarrin, presbítero y catedrático de Retórica y Poética en el Instituto de Jovellanos, escribió su tesis doctoral sobre ]avellanos y sus discursos académicos, según propia referencia en la obra citada (nota n° 1, p. 155). La edición que prepara en 1879 supone una adaptación de la obra original de Jovellanos a los programas de segunda enseñanza imperantes en el último tercio del XIX. Aunque el texto primitivo del fundador del Instituto es el que sirve de base, el resultado es un libro mucho más amplio y completo, tanto en aspectos teóricos como en ejemplos literarios, pero con la consiguiente pérdida del espíritu que le confirió su autor. Jarrin matiza, corrige y amplía muchas definiciones y partes de la obra: aumenta y detalla un mayor número de tropos y figuras retóricas; incorpora capítulos nuevos, como el del lenguaje rítmico, dedicado a la métrica; especifica nuevas divisiones y tipos de estilo, y aporta un detallado cuadro de los géneros literarios, incluyendo los escritos en prosa, que Jovellanos no había contemplado. Y todo ello desde una encorsetada perspectiva teórica y un moralismo recalcitrante, que en ningún momento encontramos en e] autor del Curso de humanidades castellanas.

76 La influencia de las Lectures on Rhetoric and Belles Letres de Blair en el texto de Jovellanos ha sido señalada por PAUL DON ABBOTT en «The Influence of Blair's Lectures in Spain», en Rhetorica, VII, 3, 1989, pp. 275-89, p. 279 y ss., donde considera que el Curso de humanidades castellanas de Jovellanos contiene la primera versión española de la obra de Blair. Aspectos concretos corno la definición de la poesía, el origen primero de la poesía, y el posterior de la prosa, el mayor vigor y entusiasmo de la poesía antigua frente a la moderna, las ventajas del verso suelto sobre las ataduras de la rima, la clasificación de Jos géneros (aunque no contemple los escritos en prosa) son sólo algunos de los innumerables puntos de contacto entre ambos textos. Vid. también JEAN-PIERRE CLÉMENT, Las lecturas de ]avellanos (Ensayo de reconstitución de su biblioteca), Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos, 1980, p. 78, donde se confirma que Jovellanos tenía un ejemplar de las Lecturas que había sidO leído ya en 1794, como se desprende de sus diarios.

203

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Dada la brevedad y carácter del texto de Jovellanos, tal vez resida su mayor interés en

lo temprano de su asimilación de la estética del que luego sería punto de obligada

referencia en gran parte de las preceptivas españolas de las primeras décadas del

XIX.

1795 MADRAMANY Y CALATAYUD, Mariano77

Tratado de la Elocución o del perfecto lenguaje y buen estilo respecto al castellano, Valencia, Hermanos Orga. [XXIV + 239 pp.]

Todo el tratado se centra en la descripción de los requisitos de la elocución y del

estilo al contemplar la retórica como instrumento de corrección y de enseñanza de los

buenos modos de decir. A lo largo de diecinueve capítulos explica las bases de la pureza del lenguaje, la claridad, el adorno y el decoro, así como los diversos estilos,

que clasifica según sus adornos, cantidad de palabras, género de decir, temas trata­

dos ... etc., etc. Los ejemplos están tomados sobre todo de los Siglos de Oro, con el propósito de mostrar la riqueza del castellano y sus posibilidades expresivas ante el afrancesamiento de la escdtura y de la elocuencia de finales del xvm.

1798-1801 MUNÁRRIZ, José Luis" Lecciones sobre la Retórica y las Bellas Letras, traducidas y adicionadas a partir del original inglés de Hugo Blair79

, Madrid, Imp. de A. Cruzado y de García y Compañía. 4 vals.

77 Primo de Juan Bautista Madramany y Carbonell (traductor del Ane Poética de Boileau en 1787), Mariano Madramany (Alcudia, 1750-Pahna de Mallorca, 1822) cursó estudios de Filosofía y Jurisprudencia en Valencia. Opositó a una Pavordía de leyes y ejerció la abogacía hasta que en 1807 obtuvo un beneficio eclesiástico en la iglesia de San Bartolomé de esta ciudad. Una vez ordenado presbítero fue secretario de la Inquisición de Valencia, de donde pasó como fiscal a Mallorca, donde acabaría sus días. Escribió varios discursos y oraciones de carácter informal, como la <<Oración en que se persuade que es menor mal sufrir ratones que tener gatos en nuestras casas» (1779), «Oración en defensa de los gatos>>- (s.f.), una novela (El engaño feliz), un Tratado de la Nobleza de la Corona de Aragón, especialmente del reino de Valencia, comparada con la de Castilla, y una Contienda de las annas y las letras en que se disputan la preferencia, y quedan al fin reconciliadas (1790). Cf. FUSTER, Biblioteca valenciana ... , op. cit., vol. II, pp. 423-24.

78 Desempeñó el cargo de Secretario de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Tradujo también Los placeres de la imaginación de Addison, que publicó en la revista de Variedades de ciencias, literatura y artes en 1804. Con respecto a las variantes ideológicas que introduce en su traducción, vid. el prólogo de TONIA RAQUEJO a su reciente edición de «Los placeres de la imaginación» y otros ensayos de «The Spectator», de Joseph Addison, Madrid, Visor, 1991.

79 Blair (1718-1800) fue un destacado escritor y ministro de la Iglesia presbiteriana escocesa, que gozó de gran reputación como profesor y orador sagrado. En 1762 ocupó la cátedra de Retórica y Bellas Letras. Participó activamente en diversas sociedades, en las que cultivó la amistad de importan­tes intelectuales escoceses de su tiempo: Henry Home, Lord Kames, David Hume, Adam Smith, William Robertson, etc. En sus comienzos editó de forma anónima los sermones de Carmichael y los dramas de Shak.espeare. Se encargó también de la sección de filosofía de la Edinburgh Review, que sólo duró un año. Con la publicación en 1763 de su Critica] dissertation on the poems of Ossian, the

Otras eds.: 1S04 (2' ed.), Madlid, Imp. Real, 4 vals. S0,

- 1S16-17 (3" ed.), Madlid, 1barra, 4 vals. S0, 80

Compendio de las lecciones sobre la Retórica y Bellas Letras, Madrid, Imp. de Ibarra, 1Sl5. [VIII+ VI+ 444 pp.j81,

1Sl9, Tolosa, Imp. Garriga, so, y Perpiñán, 12°, 1S22, Madrid, !barra [XX + 439 pp.], 1S24, Santiago de Chile, Imp.de Vallés, por Pérez, S0

,

1S34, Méjico"', 1S40, Tolosa, Imp. Garriga, S0

,

1841, Gerona, Vicente Oliva impresor, 8°,

1S6S, Sevilla, por José M. Geofrin. También gozó de gran difusión a través de la obra de Alfredo Adolfo Camus, Curso elemental de Retórica y Poética. Retórica de Hugo Blair. Poé­

tica de Sánchez, en sus ediciones de 1S47, 1S54, 1S65. (vid. Camus: 1S45).

Es la primera traducción española de la influyente obra de Blairg3• Se organiza en

cinco partes: la primera aborda consideraciones preliminares sobre el gusto y las

fuentes de los placeres, el sublime, la belleza, la imitación, y otras cuestiones de

son of Fingal, alcanzó la mayor popularidad en la Europa del momento, convirtiéndose en un gran defensor de la primitiva poesía épica. En 1777 comenzó la publicación de sus mejores sermones, que continuarían apareciendo en varios volúmenes, en 1780, 1790, 1794. A su muerte dejaba uno en preparación. Sin embargo, serían sus Lectures on rhetoric and belles lettres (1783), fruto de su labor docente, la obra que más influencia tendría en el ámbito literario. Hay edición facsímil de la primera edición preparada por HAROLD F. HARDING [Carbondale, Illinois, 1965], que también presenta un estudio introductorio. Para más datos biográficos sobre Blair, vid. ROBERT MORELL SCHMITH, Hugh Blair, New York, Vail Ballón Press, Binghamton New York, 1948 y ANDRÉS SORIA OLMEDO, «Notas sobre Hugo Blair y la retórica española en el siglo XIX>, en Estudios sobre literatura y arte dedicados al profesor Emilio Orozco Díaz, Granada, Universidad, ID, 1979, pp. 363-88.

80 Incorpora al final un índice general de materias de gran utilidad. 81 Al acabar la segunda edición de las Lecciones de Blair publica Munárriz este compendio, en el

que sintetiza Jo principal de las doctrinas antes expuestas. Además de su brevedad, destaca por una nueva distribución de los contenidos, adaptados a Jos planes vigentes de enseñanza en las cátedras españolas de retórica y poética. Las cinco partes de ]as Lecciones se reducen a tres: en la primera se tratan cuestiones generales sobre la retórica y las bellas letras (incluye las consideraciones anteriores sobre e} gusto, la crítica, el lenguaje y el estilo), en la segunda se habla de la elocuencia y de los géneros en prosa y, finahnente, en la tercera, de los géneros poéticos.

82 Edición del Compendio no recogida por Palau, pero sí por AGUIT...AR PIÑAL, Bibliografía de autores ... , op. cit., vol. V, p. 864.

83 Según especifica el autor en el prefacio, estas lecciones, que fueron leídas en la Universidad de Edimburgo durante veinticuatro años, circularon manuscritas en numerosas copias a partir de las notas de los estudiantes hasta el punto de llegar a venderse y ser citadas en obras impresas. De ahí que Blair las diera a la imprenta en 1783 para evitar su difusión o publicación de forma defectuosa. Es curioso que permanecieran durante tantos años sin apenas variaciones de un curso para otro, y que se conservara esta costumbre por expreso deseo de los estudiantes hasta casi 1900. La traducción francesa de esta obra fue hecha por J. P. Quénot y contaba con la adición de las Opinions de Voltaire, Buffon, Mannontel, La Harpe, etc., sur les principales questions de littérature traitées par H. Blair, 2o ed., París, Ledentu, 1830, 3 vols.

205

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estética general; la segunda está dedicada al lenguaje, su origen, progresos y estruc­tura; la tercera, al estilo, sus cualidades, requisitos, especies y lenguaje figurado; la cuarta, a la elocuencia y a las modernas especies de elocuencia pública: la de las juntas populares, la del foro y la del púlpito; y, por último, estudia los distintos géneros en prosa (historia, escritos filosóficos, diálogos, cartas, historia ficticia) y en verso (poesía lírica, didáctica, descriptiva, épica, dramática ... ). Además de por la influencia que ejerció en el panorama teórico de la época84, destaca por su clitica de la retórica escolástica y su concepción amplia de esta disciplina como instrumento útil, tanto para la composición y la práctica creativa, como para la crítica y apreciación de las bellezas literarias. Dicha concepción lleva a un repaso general y completo por los mecanismos del lenguaje, el estilo, la elocuencia, el verso y la prosa, unificando de forma clara los tradicionales campos de la retórica y la poética. A ello se une una exposición clara, sintética y didáctica de las teorías, aunque no presente gran originalidad en los contenidos, y un enfoque ecléctico y liberalizador de los preceptos inútiles. Las adiciones de Munárriz, y sus juicios críticos sobre los autores españoles con que ilustra las teorías y géneros expuestos por Blair, fueron objeto de sonadas polémicas en su época por su escaso entusiasmo hacia los poetas del Siglo de Oro y su predilección por la poesía francesa del siglo XVIII85

.

1797-1805 GARCÍA DE ARRIETA, Agustín de" Principios filosóficos de la Literatura, o Curso razonado de Bellas Letras y

84 Al trabajo ya citado de ANDRÉS SORIA OLMEDO, ~<Notas sobre Rugo Blair y la retórica española en el siglo XIX», se han de sumar sobre este aspecto el artículo de PAUL DON ABBOTT, «The Influence of Blair's Lectures in Spain», op. cit., y el más reciente de Ma JOSÉ RODRÍGUEZ SÁNCHEZ DE LEÓN, «Batteux y Blair en la vida literaria española a comienzos del siglo XIX», en Entre Siglos, 2, 1993, pp. 227-36.

85 También el tema de la autoría de estas adiciones suscitó diversas opiniones. El mismo Munárriz había confesado en la Advertencia del traductor que tOdo lo que se encontrara en la traducción relativo a nuestros escritores, «aunque en nada ageno al plan del autor, es obra mia ó de mis amigos», cf. MUNÁRRIZ, Lecciones sobre la Retórica ... , op. cit., vol. I, p. XXII, y Moratín atribuiría dicha labor a escritores de su círculo literario como Sánchez Barbero, Cienfuegos o Quintana. Para más informa­ción sobre estos aspectos, vid. las páginas que le dedica MENÉNDEZ PELA YO en su Historia de las ideas estéticas ... , op. cit., II, p. 1383 y ss.

86 De Agustín García Arrieta (?-París, 1835) sabemos que cursó estudios de Medicina, aunque se dedicó principalmente a la literatura. Antes de que llevara a cabo la traducción de Batteux ya había traducido otras: Las leyes eclesiásticas sacadas del Nuevo Testamento (1793), del italiano, y la Introducción a la Sagrada Escritura (1795), del P. Lamy, en latín. También trabajó como traductor y refundidor de comedias de su tiempo (La misantropía y arrepentimiento de Kotzebue, y El conde de Olsbach de Brandes), a partir de traducciones francesas, llegando incluso a escribir alguna comedia propia. Obra suya es asimismo la selección de dichos e ideas destacadas de Fénelon y de Cervantes. Sobre este último publicó El espíritu de Miguel de Cervantes Saavedra o la filosofía de este grande genio (Madrid, Viuda de Vallín, 1814 [XLII+ 228 pp.]. La segunda edición corregida y aumentada salió en París, Imp. Gault:ier-Laguionte, 1827; también hay edición moderna en Madrid, Espasa Calpe, 1933). Preparó, además, una edición de las Obras de Cervantes. Fue bibliotecario de los Reales Estudios durante bastante tiempo, y llegó a ser elegido miembro de la Real Academia Española en 1818. Los acontecimientos políticos le llevaron a marchar a París en 1823, donde residió el resto de su vida.

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de Bellas Artes, Obra escrita en francés por el Señor Abate Batteux; profesor real; de la Academia Francesa y de la de Inscripciones y Bellas Letras. Traducida al castellano, e ilustrada con algunas notas críticas y varios apéndices sobre la literatura espaiiola, Madrid, Imp. de Sancha. 9 vols.

García de Arrieta traduce, amplía y modifica considerablemente la obra del abate Batteux87 , a partir de la última edición francesa. Los Principes de la Littérature aparecieron por primera vez entre 1746 y 174888

. Aunque empezó a publicarse antes que la de Munárriz, se acabó de imprimir cuatro años después, ya que cada año fue apareciendo un único volumen hasta un total de nueve. El primero corresponde al Tratado de las Bellas Artes reducidas a un principio, cuya primera edición francesa data de 1746. En él expone las ideas originales de Batteux sobre el ingenio, el gusto y el principio de imitación de la naturaleza, rector de todas las artes (poesía, pintura, música, baile ... etc.). La materia de los ocho volúmenes restantes, dedicados al análisis pormenorizado de los distintos géneros literarios, se distribuye equitativamente en cuatro tomos dedicados a la poética y cuatro a la retórica. Así, el segundo estudia el apólogo y la bucólica; el tercero, la poesía dramática en general y la comedia; el cuarto, la tragedia y la epopeya; el quinto, la poesía lírica, la didáctica, el epigrama y otros géneros menores. En la parte corres­pondiente a las composiciones en prosa, el volumen sexto se centra en la invención, disposición y elocución; el séptimo, en el estilo y sus especies; el octavo, en la construcción oratoria y en la pronunciación; y el noveno, en los géneros literarios en

prosa. Entre las ampliaciones del traductor hay algunos suplementos, como el del Tratado de la colocación de las palabras de Dionisia de Halicarnaso, que había traducido Batteux y estaba incluido en la última edición francesa, y el del Sublime de Longino,

87 Charles Batteux (Alland'huy, Vouziers, 1713-París, 1780) fue un destacado filósofo y literato francés. Ejerció muy joven (veintidós años) como profesor de retórica en la Universidad de Reims, y después en el Colegio de Lizieux y en el de Navarra. Se movió en círculos próximos al Delfín y, después de estar en palacio por espacio de tres años, se vio obligado a huir a causa de ciertas intrigas. En 1761 es nombrado miembro de la Académie fran~aise. Entre sus obras más significativas se encuentran, además de las aquí estudiadas, su traducción y anotación de las poéticas de Aristóteles, Horado, Vida y Boileau, la traducción del Tratado de la colocación de las palabras de Dionisia de Halicarnaso y de las Poesías de Horacio, La moral de Epicteto (1758) y un Curso de Estudios para el uso de los educandos de la Real Escuela Militar.

88 García de Arrieta sigue la última edición original, correspondiente a la quinta, y que estaba enriquecida con notas de su autor en respuesta a las críticas que le hiciera Schlegel al traducirla al alemán. Sin embargo, el adaptador español suprime dichas notas al considerarlas «poco necesarias y casi embarazosas>>. Cf. op. cit., vol. I., p. XX. La obra francesa gozó de numerosas ediciones: 1763, 1764, 1774, 1775, 1777 y 1800 son sólo algunas de las más próximas a las fechas de la traducción­adaptación española, y lo mismo se puede decir de Les Beaux-Arts réduits a un principe, que fueron también muy editdos en Alemania, Inglaterra, Prusia, Italia y Holanda. Es precisamente la quinta edición de los Principes de la Littérature (París, 1775), la utilizada por el traductor español, la que hemos seguido en su edición facsímil de Geneve, Slatkine Reprints, 1967 [563 pp.].

207

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que incorpora por su cuenta García de Arrieta ante la escasa atención prestada a este tema por el texto original. Aquí se basa en la traducción que hiciera Boileau en 1674, que gozaba de amplia difusión. Otra de las adiciones será la de las precauciones oratorias, de Quintiliano, que hace con el apoyo de los textos de Rollin y Beauzé89. A la nacionalización de la obra, ilustrada con ejemplos y análisis de textos españoles, en la misma línea que la traducción de Munárriz, se han de sumar también algunas matizaciones conceptuales, como la que le lleva, por ejemplo, a observar las obras gramaticales, de erudición, de crítica, periodismo, etc., entre las composiciones en prosa, o a añadir extractos y opiniones de críticos europeos publicados después de la obra francesa, en un intento de actualizar y hacer más completo el texto90•

1801 ?FERRER, Fr. MigueJ91

Suma de Retórica. Palma. [149 pp.+ 3 hs.]

Breve y diminuto texto en el que se condensa a la manera escolástica lo más signifi­cativo de la disciplina, con definiciones numeradas y organizadas en las cinco partes tradicionales. La parte más desarrollada es, con diferencia, la de la elocución, sobre todo en lo relativo a tropos y figuras. Los ejemplos son en su mayoría de la literatura latina.

1802 ROXO DE FLORES, Felipe (vid. 1793) Eloquencia militar: Manifestación de los conocimientos propios para per­suadir e inspirar valor a las Tropas en qualquiera empresa, combate o deliberación guerrera; de instruir a sus individuos en la conveniencia o

89 En este sentido hay que recordar que en 1799, cinco años antes de la aparición del séptimo volumen donde se incluye este suplemento, se publica una traducción española incompleta de las Instituciones Oraü;rias, basada a su vez en la edición de Rollin. Me refiero a la de los escolapios IGNACIO RODRIGUEZ y PEDRO SANDIER, Instituciones oratorias del célebre español M. Fabio Quintiliano, traducidas y anotadas según la edición de Rollin ... , Madrid, Imprenta de la Administra­ción del Real Arbitrio de Beneficencia, 1799, en 2 vals., que fue muy reeditada. De ella hay también una edición moderna argentina de 1944, que es la que hemos utilizado: M. FABIO QUINTILIANO, Instituciones Oratorias. Traducción directa del latín, por los Padres de las Escuelas Pías IGNACIO RODRÍGUEZ y PEDRO SANDIER. Edición completa con 370 notas aclaratorias del texto de la obra, Buenos Aires, Joaquín Gil, editor, Libr. <<El Ateneo», 1944.

90 Sobre las alteraciones fundamentales que supone la traducción española con respecto al origi­nal francés en cuanto a la estructura general de la obra, supresiones, sustituciones y adiciones teóricas y literarias, vid. el minucioso estudio de INJ\.1ACULADA URZAINQill, «Batteux español», en FRANCISCO LAFARGA (ed.), Coloquio «imágenes de Francia en las letras hispánicas», Barcelona, P.U.F., 1989, pp. 239-60. Uno de los puntos más destacables es la importante labor de difusión que supone esta obra de autores que escribieron en la Encyclopédie, como Beauzée, Jaucourt, Du Marsais, Sulzer, Ma11et, Marmontel, Faiguet, Bellin y Grimm, entre otros.

91 Fraile trinitario mallorquín (Palma, 1770-1857) que publicó fundamentalmente libros religio­sos. Fue catedrático de filosofía lulista en la Universidad de Mallorca, y autor de numerosos opúsculos teológicos, ascéticos y morales, poesías satíricas en el dialecto de su tierra, e incluso discursos políticos. Vid. J.M. BOVER, Biblioteca de escritores baleares, Palma, Imp. de P. J. Gelabert, 1868, 2 vols., vol. !, pp. 285-90.

208

desconveniencia de las acciones militares con el ~ficaz y poderoso auxilio de las Arengas, que tanto influyen para el buen éxito. Obra dispuesta sobre las noticias exactas de la historia y exemplares prácticos que en este género nos han dexado los Generales Griegos y Romanos, sin permitir el uso que hicie­ron nuestros Monarcas de tan importantes máximas en tiempos heroycos, Madrid, Imp. Real. [5 hs.+ 216 pp.+ 1 h.]

Es un tratado de oratoria militar en el que se hacen unas consideraciones previas acerca de los caracteres de este tipo de elocuencia deliberativa. Estudia los diferentes mecanismos de suasión (exhortaciones, peticiones ... ) y de disuasión (reprobaciones, reprehensiones ... ), así corno el estado y circunstancias que rodean al auditorio. La segunda parte recoge una selección de oraciones militares con recomendaciones, comen­tarios sobre su estructura y noticias de su éxito. La rnaymia de los ejemplos se refieren a personajes ilustres de la antigüedad: Pericles. Jenofonte, Alejandro Magno, etc.

1803 MARQUÉS Y ESPEJO, Autonio92

Retórica epistolar, o Arte nuevo de escribir todo género de cartas, misivas y familiares, Madrid, Imp. de Cruzado. [3 hs.+ 274 pp.] Otras eds.: 1819, Valencia93

,

- 1821. 1824, 1828. Gerona, A. Oliva94,

También tuvo numerosas ediciones en París, en 1836, 1840. 1857, 1865 (nueva ed. refundida y aumentada), 1866, 1900.

Es un curioso manual que gozó de gran aceptación en su tiempo, en el que se dan breves y sencillas reglas de composición de todo tipo de cartas, especificando el tratamiento que requiere cada destinatario, los tópicos temáticos y el estilo conve­niente a cada género, e incluso las posibles respuestas. Así, habla de cartas de consejo, de pésame, de negocios, de recomendación, de gracias, de enhorabuena, de noticias, de queja, de amor, etc. Los ejemplos son en su mayor parte traducciones de autores franceses: Bussy, Sevigné, Racine, Flechier, etc.

92 Marqués y Espejo (Gárgoles de Abajo, 1762-?), presbítero pensionado por Su Magestad en las fechas de aparición de este libro, en 1780 ya era maestro en Filosofía, y, en 1783, doctor en Teología en Valencia. Fue colector de las Recogidas de Madrid, miembro del gremio de maestros de la Universidad de Alcalá y del claustro de la de Valencia. Entre sus obras destacan también Relación de los títulos, méritos, grados, exercicios literarios y actos positivos (Alcalá, 1785); El perfecto orador;

0 principios de elocuencia sagrada con ejemplos deducidos de los oradores más célebres de Francia, traducidos por_ (Valladolid, Vda. e Hijos de Santander, 1793 [226 pp.]); el Diccionario Feyjoniano, ó compendio metódico de varios conocimientos críticos, eruditos y curiosos, utilfsimos al pueblo (Madrid, 1802), y distintos dramas, comedias y traducciones.

93 Los datos de las ediciones no localizadas proceden de PALAU, Manual del Librero ... , op. cit., vol. VIII, p. 221.

94 Según nota del editor, la 4a ed. de 1828 [4 hs. + 368 pp.] es copia de la 2\ adicionada y corregida por el autor con nuevos modelos originales y diversos capítulos sobre ortografía, tratamien­tos, correspondencia, etC.

209

--- J'!

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1804 BECERRIL, Cándido95

Noticia breve y compendiosa de la Sagrada Escritura, de sus sentidos, y modo de conocerlos, para usarlos en los Sermones, con las reglas de la Retórica, para formarlos como conviene, recopilada de los Autores más clásicos, y puesta con método breve y en idioma castellano para su mayor y más fácil inteligencia, Madrid, Pedro Ma Caballero. [VIII + SO pp. so]

Con ánimo de ser útil a los que no pueden conseguir textos de los autores que tratan de la Sagrada Escritura y de sus sentidos y a los que, poco avezados en retórica, se dedican a construir sermohes, sintetiza de manera sencilla en tan breve espacio los distintos fines, sentidos y causas de la oscuridad de los textos sagrados. A continua­ción expone los requisitos del buen predicador y las reglas retóricas útiles para la práctica del sermón. Insiste en la disposición (exordio, narración, confinnación y

peroración), con reminiscencias escolásticas en algunos puntos. Entre sus referencias teóricas se encuentran el P. Granada y el P. Colonia.

1805 SÁNCHEZ BARBERO, Francisco96

Principios de Retórica y Poética, Madrid, Imp. de la Administración del Real Arbitrio de Beneficencia. [XVI + 312 pp.] Otras eds.: 1813, Madrid, Imp. de Vallin,

- 1825, México, Oficina de la Águila, dirigida por José Ximeno97,

95 Fue abad en el Colegio de San Basilio Magno de Alcalá de Henares, examinador sinodal del Arzobispado de Toledo, y lector jubilado en la.;; fechas de aparición de esta obra.

96 Sánchez Barbero (Moríñigo, Salamanca 1764-Melilla, 1819) deja la práctica eclesiástica para seguir su afición a las letras, alimentada por las numerosas lecturas de los clásicos grecolatinos que realizó en el Seminario. Conoce a Moratín hijo e ingresa, bajo el pseudónimo de Floralbo Corintio, en la famosa A-cademia de los Arcades de Roma, por una elegía a la muerte de la duquesa de Alba. Durante la Guerra de la Independencia sufre distintas persecuciones a raíz de su ideología liberal y sus manifestaciones al respecto en la prensa de la época (El Conciso, El Constitucional...). Trabajó como bibliotecario en los Reales Estudios de San Isidro y como censor de teatros. Cuando llega al poder Fernando VII es de nuevo perseguido y encarcelado en Madrid y en Melilla, donde murió en míseras condiciones. Sus incursiones en la literatura dramática dieron como resultado la tragedia Coriolano, la ópera Un casamiento, el melodrama Saúl, etc. Como poeta lírico se incluye en la linea de Cienfuegos, Moratín padre, y Meléndez Valdés. Destacan títulos como «A la batalla de Trafalgar», «A Ovidio», y las sátiras: «Los gramáticos», «Los viajerillos», etc. También escribió una Gramática latina durante el período que pasó en la cárcel de la corte condenado por la lectura de una oda en la apertura de curso donde era profesor. Para más datos vid. las «Notas biográficas» que presentan MANUEL RA:MAJO y ÁL V ARO GIL SANZ en la Introducción a sus Poesías en la edición de los Poetas líricos del siglo XVII! realizada por el marqués de VALMAR, Biblioteca de Autores Españoles, 63, pp. 551-563, y el artículo de M. J. RODRÍGUEZ SÁNCHEZ DE LEÓN, «Los Principios de Retórica y Poética de Francisco Sánchez Barbero (1764-1819) en el contexto de la preceptiva de su época», en Actas del X Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Barcelona, 1992, t. II, pp. 1439-1450.

97 Cf. PALAU, Manual del Librero ... , op. cit., vol. XIX, p. 283.

210

1834 y 1836, Madrid, Norberto Llorenci, 1S40 (nueva ed.), 1848, Barcelona, Imp. de Tauló,

- 1849, La Habana, -y las adaptaciones, en 1841 de G. F. de P. 98

, y en 1845, 1847 y 1854 de Alfredo Adolfo Camus (vid. Camus: 1845).

Con ánimo compilatorio y original actitud crítica Sánchez Barbero pretende reunir lo más importante de lo escrito por teóricos clasicistas y modernos pensadores europeos

(sobre todo Blair y Marmontel), matizando y rebatiendo los puntos que considera no se ajustan a la razón y que sobrecargan inútilmente la memoria. Su intención es la de

incentivar a los jóvenes al estudio de los modelos y despertar sus sentimientos, su

imaginación y su curiosidad del letargo de las áridas preceptivas al uso, acercando y

actualizando la preceptiva al lector profano. Su concepción de la retórica y de la poética se opone a la escolástica, imperante todavía en muchos tratados, y a su

método deductivo, que prescinde de las pasiones y de la imaginación, y se acerca a

los planteamientos filosóficos reivindicados en fechas muy próximas por los traduc­

tores de Batteux y Blair. Estructura su obra en dos partes claramente diferenciadas: la de retórica, en la que incluye todo lo relacionado con la elocución, los tropos, las figuras, el estilo, y los

géneros en prosa (oratoria, didáctica, historia, romances y novelas), y la de poética,

en la que expone las reglas generales de la poesía y de sus distintas especies (apólo­

go, poesía pastoril, épica, dramática, oda ... ), para finalizar con un capítulo dedicado a

las diferencias entre la poesía y la elocución o prosa, A esto se ha de sumar un apéndice de estética, sobre lo bello y el gusto, en el que extracta las teorías de

Arteaga y Filangieri99•

1817 GARCÍA DE LA MADRID, MigneJl00

Compendio de retórica sacado de los autores de mejor nota, Barcelona, Brusi. [2 hs.+ 167 pp. So]

Típico catecismo de retórica sin división alguna en partes o capítulos. Carece tam­

bién de tabla de contenidos y de prólogo del autor. Se limita sólo al análisis de las

98 Se trata de los Elementos de retórica y poética de D. Franéisco Sánchez, refundidos y adicionados en lo relativo a nuestra historia literaria y a otros puntos importantes, por G.F. de P., profesor de dicha asignatura en el instituto de San Sebastián, San Sebastián, 1841.

99 Gaetano Filangieri (1752-1788) fue un filósofo y jurisconsulto italiano discípulo de Vico, entre cuyas obras destaca La Scienza delta Legislazione, que estuvo prohibida por la Inquisición española incluso para los lectores que poseían una licencia ordinaria. Sin embargo, parece que algunos se pudieron librar de tales restricciones, como el padre de Quintana, profesor de derecho canónico en Salamanca, que en 1790 ya gozaba de un privilegio especial que le permitía el acceso a esta obra. Así lo recoge ALBERT DÉROZJER, Manuel José Quintana y el nacimiento del liberalismo en España, Madrid, Turner, 1978, pp. 28-29.

100 Los datos que aparecen en la portada del libro nos informan que fue profesor de retórica en el establecimiento de lenguas extranjeras y Bellas Letras del Sr. D. Carlos Ernest Cook.

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tradicionales partes de la retórica, sin especificar nada sobre los géneros en prosa, normalmente adscritos a ella. Más de la mitad de la obra se centra en los aspectos generales de la elocución: expone las principales cualidades del orador y detalla los tipos de palabras, cláusulas, tropos y figuras, que acomoda a los diferentes estilos. Hay en todas estas páginas perceptibles ecos de Blair. La parte dedicada a la disposición y a la división del discurso es mucho más breve. En ella se advierte un marcado interés en especificar, como hiciera antes con el estilo, las figuras más convenientes para el exordio, la narración, la argumentación o el epílogo. Acaba con una explicación detallada de los distintos tipos de cartas, fórmu­las, estilo, papel, márgenes ... , y con irrelevantes observaciones sobre la pronuncia­

ción y el gesto.

1818 MATA Y ARAUJO, Luis de101 (vid. 1839) Elementos de retórica y poética, extractados de los autores de mejor nota, Madrid, José Martín Avellano. [3 hs.+ 239 pp.] Otras eds.: 1826, Madrid, Pedro Sanz,

1829 (3" ed.), Madrid, Imp. de N. Llorenci, - 1834 (4" ed.), Madrid, Imp. de Eusebio Aguado, - 1845, Madrid, - 1853 (7" ed.), Madrid, Imp. Llorenci.

Manual escolar escrito en preguntas y respuestas que aprovecha los textos más difundidos del momento como los de Blair, Marmontel y Sánchez, el más citado de los modernos. Está estructurado en dos partes, que corresponden a la retórica y a la poética, a su vez divididas en breves capítulos sin jerarquía de ningún tipo. La parte de retórica explica los mecanismos de invención, disposición, elocución y pronuncia­ción y gesto (falta la memoria), a los que añade unas breves observaciones sobre obras en prosa del tipo de la epístola, la historia, los romances y novelas. La parte de poética analiza los fundamentos del lenguaje y de la composición poética y las distintas clases de poemas. Finaliza con un apéndice de métrica española. La teoría se ilustra con abundantes ejemplos literarios, entre los que predominan autores latinos, franceses y españoles de los Siglos de Oro.

1825 TRATADO DE RETÓRICA Y POÉTICA para uso de las Escuelas Pías de Valencia, Valencia, Benito Monfort. [158 pp.]

Pequeño catecismo sin prólogo ni advertencias previas, que trata los aspectos básicos de la retórica tradicional a la manera escolástica. La parte dedicada a la retórica, más extensa, se divide en cuatro partes iniciales (invención, disposición, elocución, y

---101 Fue catedrático de Latinidad, Retórica y Poética de los Caballeros Pages de S.M., individuo

y examinador de la Real Academia Latina. También llegó a ser catedrático de Literatura en los Reales Estudios de San Isidro de Madrid.

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memoria y pronunciación), más una presentación de los principios elementales de los progimnasmas (amplificación, narración, fábula, cria y panegírico), con especial atención al panegírico. La parte de poética, que ocupa casi un tercio del tratado, plantea en brevísimos capítulos aspectos generales y específicos de estas composiciones. La presentación de conceptos aristotélicos como los de fábula, peripecia, anagnórisis, episodios, costumbres, máquina, etc., está en extremo simplificada. Hace también un somero repaso por sus principales manifestaciones. Aunque mencione a algún autor moderno, la mayor parte de sus escasos ejemplos en latín están tomados de Cicerón y Virgilio, mientras que los castellanos son en su mayoría de Fr. Luis de Granada. Sus recomendaciones teóricas en Poética se basan en Aristóteles, Horacio, Vida, Boileau, Lamy y Luzán.

1826 GÓMEZ HERMOSILLA, José Mamerto102

Arte de hablar en prosa y verso, Madrid, Imp. Real, 2 vols. [vol. I: 4 hs.+ XII+ 400 pp.] [vol. II: 1 h.+ 281 pp.+ CXXIV + 5 hs.] Otras eds.: 1834, Cádiz, Imp. de Hidalgo, 2 vols.,

- 1837, 1842, 1853, 1856, Paris (eds. de Salvá), 1839 (2" ed.), Madrid, Imp. Nacional, 2 vols.,

- 1842, Cádiz, Imp. de Hidalgo, (nueva ed. aum. con importantes notas)103

- 1850, 1854 y 1865, Paris, Bouret, (eds. anotadas por P. Martínez López)104

También se publicaron más ediciones en Paris en 1866, 1869, 1872, 1876, 1883, 1929, y en Buenos Aires en 1943.

102 Formado con los escolapios, Gómez Hermosilla (Madrid, 1771-1837) estudió filosofía, teología, matemáticas y griego, materia que enseñó como catedrático en los Reales Estudios de San Isidro de 1796 a 1800. La cátedra de retórica la ocupó en 1802. A raíz de la invasión napoleónica y de algunas acusaciones de afrancesado tuvo que exiliarse a Francia en 1813, donde permaneció hasta 1820. Al no poder recuperar su plaza se unió a Alberto Lista, que también estaba en parecida situación, y dio clases en el Colegio de San Mateo. Entre sus alumnos de esta época figuran Espronceda y Ventura de la Vega. Sus actividades didácticas se completaron con colaboraciones en El Censor, que fundó con otros compañeros. En 1825, favorecido por la corte, es nombrado secretario de la Inspección General de Estudios, cargo que desempeña hasta 1835. Entre sus obras destaca, además del Arte de hablar, su traducción en verso de La Ilíada (1831) y su Juicio crítico de los principales poetas españoles de la última era, obra póstuma que publicó Viente Salvá (París, 1840). Aunque se atienda sobre todo a las repercusiones de los textos de Gómez Hermosilla en el conde de Lautréamont, otros datos de interés sobre su vida, obra e influencia se pueden encontrar en LEYLA PERRONE-MOISÉS y EMIR RODRÍGUEZ MONEGAL, dsidoro Ducasse et la rhetorigue espagnole»-, en Poetique, v. 14, 55, 1983, pp. 351-77, p. 352 y SS.

103 Edición anotada y aumentada por V. Salvá con un apéndice sobre la pronunciación y la acción y matizaciones diversas a los juicios literarios de Hennosilla.

104 Martínez López defiende a Hermosilla de las críticas de Salvá con ejemplos concretos, aun reconociendo el injustificado desdén del preceptista por algunos poetas y retóricos.

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Obra surgida al amparo de los sectores oficiales -está dedicado a la reina-, fue asignada ya como libro de texto para las clases de Humanidades en 1825, un año antes de su edición pública. Estuvo en las aulas durante mucho tiempo como sustituto de las Lecciones de Blair. La intención explícita del autor al escribir esta obra es la de presentar con cierta novedad y de forma completa, metódica, clara y filosófica, las reglas más importan­tes que en materia literaria se habían dado desde Aristóteles hasta sus días. Para eUo excluye, por estar fuera de sus intereses, las habituales disertaciones estéticas, grama­ticales, e incluso históricas, que se solían añadir a trabajos de este tipo. De ahí que también limite el uso de ejemplos a lo estrictamente necesario. Su carácter de com­pendio hace que tenga en cuenta a muchos autores, no siempre citados, entre los que sobresale Blair, al que pretende superar en didactismo y elementalidad. La nitidez y la seguridad con que Gómez Hermosilla acomete este trabajo justifican una tabla de contenidos perfectamente estructurada en los dos volúmenes que lo componen. En el primero detalla minuciosamente los aspectos que intervienen en cualquier composición: las distintas formas de presentar los pensamientos (figuras de descripción, raciocinio, de pasiones, disimulo ... ), las reglas de elección de palabras y de composición de figuras y cláusulas, etc. Acaba esta parte con un breve apéndice sobre el estilo y el tono. El segundo volumen condensa las reglas propias de las composiciones en prosa (oratoria, historia, didáctica, epístolas ... ) y en verso (lírica, dramática, épica, bucólica ... ), para finalizar con otro apéndice y un suplemento. El apéndice atiende a las reglas y al buen gusto, mientras que el suplemento incluye el prólogo de Leandro Femández de Moratín a La comedia nueva y algunas de sus poesías. Y todo ello, con una perfecta organización en secciones, libros, capítulos, artículos, etc.

1826 URCULLU, José de Catecismo de retórica, Londres, R. Ackennann. Otras eds.: 1838, Madrid, Marcelino Calero y Portocarrero, [XIV+ 117 pp.]) 105

1838, Paris, Panckoucke y Lecointe y Laserre, 1858, Paris, Pinard y Rosa, Bouret y e•., 1877, México, París, A. Bouret e hijo106

Este libro pertenece a una serie de catecismos escolares que preparó en Londres el editor Ackermann sobre distintas materias: Geografía universal, Industria rural, His­toria natural, Agricultura, Mitología, etc,, que estaban destinados fundamentalmente a las escuelas de la América hispana, tal y como señala en la Advertencia iniciaL

105 Ésta ha sido la edición consultada. 106 Vid. los datos de estas ediciones en PALAU, Manual del Librero .. , op. cit., vol. XXIV,

p. 380 y JUANA DE JOSÉ PRADES, La Teoría Literaria ... , op. cit., p. 41.

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Se halla dividido en doce capítulos con preguntas y respuestas en los que pretende dar lo más esencial de la retórica, más un apéndice que recoge algunos trozos de la Oración en que se exhorta a seguir la verdadera idea de la elocuencia española de Mayans. Se basa, según él mismo manifiesta, en Capmany, en Sánchez Barbero y en el P. Boggiero, escolapio, además de otros autores franceses e ingleses que no menciona, y entre los que es obvia la presencia de Blair. El tratado presenta una estructura casi idéntica a la obra de Sánchez Barbero, con un acusado dominio de la elocución. Dedica cinco capítulos de los doce a los tropos y figuras y sigue la tendencia de la mayoría de los tratados de la época de incluir al final una breve reseña de los géneros en prosa: epistolar, didáctico, histórico, roman­ces y novelas. No comprende ningún capítulo sobre la memoria, y la parte de la pronunciación y de la acción de la retórica tradicional la trata al hablar de las calidades del orador, siguiendo la tendencia de las modernas retóricas. Por otra parte, y pese a su brevedad, en su concepto de la retórica y de la elocuencia se puede advertir la huella de la mentalidad romántica de su principal modelo, que privilegia la naturaleza y el sentimiento, dentro de los estrechos límites que ofrece un catecismo escolar de este tipo.

1827 HERRERA DÁVILA y D,A, ALVEAR Retórica y Poética, en Colección de tratados breves y metódicos de Ciencias, Literatura y Artes, Sevilla, Imp. de D. Mariano Caro. [132 pp.+ 2 hs,jl07

Pequeño y breve catecismo escolar que dice seguir a los más acreditados retóricos, Blair, Girard y Capmany entre ellos, sin añadir otra cosa que la sencillez y la claridad que proporciona el diálogo. Aunque irrelevante en sus contenidos, resulta de alguna utilidad 'a la hora de trazar la evolución de la retórica y de su difusión escolar. Está dividido en dieciséis capítulos: doce dedicados a la retórica, la mayor parte centrados en la elocución y en la enumeración de tropos y figuras, calco del tratado de Urcullu (1826), y ambos, de los Principios de Retórica y Poética de Sánchez Barbero (1805); y cuatro a la poética, en los que enumera las diferentes clases de versos y tipos de poesía.

1831 GONZÁLEZ Y GARCÍA, Antonio108

Definiciones de Retórica y breve tratado de Poética, Madrid, lmp, de Leonardo Núñez. [56 pp, 15 cm]

107 La portada principal lleva, no obstante, la fecha de 1828. Parece ser que fue publicado también un apéndice, según referencia de HERNÁNDEZ GUERRERO y GARCÍA TEJERA, Historia breve de la retórica, op. cit., p. 161 y 204. Dicen en la bibliografía: «Contiene, además, 'Colección de tratados breves y metódicos de Ciencias, Literatura y Artes. Apéndice al cuaderno de lecciones de Retórica y Poética. Resumen histórico': pp. 133~57, 'Biografía de los autores más acreditados, anti­guos y modernos, que han escrito sobre la Retórica': pp. 190-212, y 'Vocabulario analítico y etimológico de las voces técnicas de Retórica': pp. 190-212 11

108 En la portada sólo se alude a su calidad de presbítero.

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Pequeño y brevísimo catecismo escolar de retórica y poética, que sintetiza en forma de escuetas preguntas y respuestas lo fundamental de la asignatura. Las definiciones retóricas están copiadas en su mayoría al pie de la letra del tratado del P. Hornero, como su mismo autor declara109

. La parte de Poética, que trata por este orden y con igual brevedad de los poemas menores, la poesía dramática, la epopeya, la lírica y los metros castellanos, alude en repetidas ocasiones a Horacio, con citas en latín.

1832 ENCISO CASTRILLÓN, Félixno (vid. 1840) Principios de Literatura, acomodados a la declamación, estractados de va­rios autores españoles y estrangeros, para el uso de los alumnos del Real Conservatorio de Música de María Cristina ... , Madrid, Imp. de Repullés. [XII+ 148 pp.]

Enciso escribe este tratado para sus alumnos de la Escuela de Declamación, ante la falta de libros elementales en las cátedras de literatura. UWiza el diálogo para favore­cer el aprendizaje y la memorización de los preceptos. La materia se reparte en dieciocho breves secciones en las que sobresale su atención al género teatral (caracteres generales, subgéneros y declamación), como muestra también de sus mismas inquietudes creativas en el terreno dramático. Añade algunas consideraciones complementarias sobre el lenguaje poético, el verso y la rima, y los géneros lírico, épico y pastoril. Finaliza con unas esquemáticas nociones acerca de la disposición retórica en el último capítulo, con referencia a la fábula épica y con una

109 Dice en el prólogo:«[ ... ] estas definiciones están por la mayor parte copiadas á la letra de la célebre Retórica que usan en sus aulas los PP. de la Escuela Pía[ ... ] Como Jos elementos de Retórica del P. Calisto Homero son sin duda alguna los mas acomodados al talento de los jóvenes, he preferido por esto el tomar de ellos las definiciones, corrigiendo unas, y añadiendo otras, según los conocimien­tos que nos ha proporcionado la lectura de diferentes tratados de Retórica~~. Cf. GONZÁLEZ Y GARCÍA, Definiciones de Retórica ... , op. cit., pp. 4-5.

110 Profesor en el Seminario de Vergara, en la Escuela de Declamación y en la Universidad literaria de Madrid, alternó la actividad docente y la escritura de libros didácticos sobre literatura con trabajos de traducción y de creación poética, teatral y periodística. Incluso llegó a escribir algunas novelas. Entre esta producción destaca su traducción de 1 promessi sposi, de Manzoni (1833); la de los Elementos de Derecho político de Macarel (1838); una versión de las Ideas napoleónicas, de Napoleón Luis Bonaparte; las Obras selectas, críticas, satíricas y jocosas, de Quevedo; y las novelas: Los manuscritos de Celia o la enciclopedia del amor, que no obtuvo permiso de publicación en 1799, Bruce y Emilia, las Aventuras de Lismor y de su protector incomprensible, y diversas traducciones de novelas de Miss Bennet, publicadas entre 1818 y 1819. Para más información sobre este autor vid. J. ÁLV AREZ BARRIENTOS, «Acercamiento a Félix Enciso Castrillón», en JI Seminario de Historia de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, San Sebastián, 1989, pp. 59-84, y del mismo autor, «La profesionalización del hombre de letras: Félix Enciso Castrillón», en Actas del Congreso «Entre Siglos», 1993, pp. 31-37, en los que Enciso ha sido tomado como paradigma del hombre de letras que vive el proceso de institucionalización del escritor en España a partir del último tercio del siglo XVIII.

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mención de las distintas oraciones retóricas: epinicio, panegírico, oración fúnebre, epitalamio ... , etc. El resultado es un compendio clasicista de materiales diversos extractados de otros autores -sin citarlos-, que amplía, fuera del campo de la poesía dramática, a otras observaciones sobre poética y retórica.

1834 CRESPO Y PAÑAL VER, Manue1111

Nociones de Retórica y Poética necesarias para completar el estudio de la Gramática, acomodadas a la capacidad de los Niños que se dedican a él, Madrid, Ibarra. [72 pp .]

Es un breve resumen de lo más significativo de los manuales de retórica al uso, como los de Mata y Araujo, el P. Carrillo y el P. Alustante, que considera de un nivel superior al que pueden seguir los niños de la última clase de gramática. En la Advertencia ya anuncia que el lector no encontrará nada original, sino el acomodo de las reglas al uso a la mentalidad de los escolares, partiendo de la gran experiencia de su autor en la enseñanza. Su mayor interés se centra en la elocución, <·da parte más interesante de la Retóri­ca»112 y en la descripción de las figuras. A la poética sólo dedica un capítulo, así como al arte métrica.

1834 ELEMENTOS de Retórica para uso de la juventud española, Madrid, Imp. de Tomás Jordán. [52 pp.]

La nota que aparece tras la portada del pequeño tratado justifica de este modo su impresión: <<Estos Elementos de Retórica son una traducción libre y mejorada de los que se hallan adoptados para servír de testo en muchos colegios de Italia. Esta obrita, por su orden, claridad y buenos principios puede servir de agradable instruccion á la juventud española en el principio de su carrera literaria~~. El tratado, de pequeño formato y suma brevedad, carece de índice, está escrito en preguntas y respuestas, y se centra en su totalidad en la presentación, definición y esquemática ejemplificación de los tropos y figuras con autores clásicos griegos y latinos.

111 Fue profesor de Gramática y de Humanidades. En las fechas de publicación de la obra que estudiamos contaba, según dice en la Advertencia, con diecinueve años ininterrumpidos de práctica docente.

112 Cf. CRESPO Y PEÑALVER, Nociones de Retórico ... , op. cit., p. 11.

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1836 LISTA Y ARAGÓN, Alberto113 (vid. 1844) Lecciones de literatura española, explicadas en el Ateneo Científico, Litera­rio y Artútico, Madrid, Imp. de Nicolás Arias. [4 hs.+ 234 pp.] Otras eds.: 1841, 1853, 1863.

Las lecciones que componen este curso impartido en el Ateneo pretenden suplir la poca atención prestada a la poesía dramática española en las lecciones que diera en el mismo centro en 1823, y que fueron interrumpidas por los acontecimientos políticos del momento114 . Son dieciséis lecciones, casi en su totalidad centradas en el análisis de obras y autores concretos: La Celestina, Torres Nahano, Lope de Rueda, Timoneda, Juan de la Cueva, Virués, Cervantes, Lope, Tirso, etc. Su crítica a las concepciones contemporáneas de clásicos y románticos le lleva a defender en las páginas iniciales que no hay arte sin reglas basadas en la naturaleza y los modelos, insistiendo en el carácter moral de la literatura y recomendando a la teoría dramática de Luzán.

113 Alberto Lista (Sevilla, 1775-1848) fue profesor de matemáticas desde los trece años y completó después sus estudios superiores hasta que en 1789 fue bachiller en Filosofía y en 1795 de Teología. Participó activamente en la Academia de Letras Humanas junto a Reinoso, Roldán, Blanco, los hermanos Arjona, etc. En 1804 se ordenó sacerdote y se encargó dos años después de la cátedra de Humanidades de la Sociedad de Amigos del País. Sus actividades políticas tras la invasión francesa le llevaron al exilio en 1814. A su vuelta trabajó en la fundación del colegio privado de San Mateo, en el que Hermosilla se ocupaba de la parte humanística y preceptiva. Este proyecto se completará en años sucesivos con el del Colegio de San Felipe Neri de Cádiz, que funda en 1838, y el de San Diego en Sevilla (1843). En estos colegios, que alcanzaron gran éxito, plasmó su particular programa de enseñanza ante destacados alumnos como Espronceda, Ventura de la Vega, E. de Ochoa, Escosura, Bécquer, Amador de los Ríos, el Duque de Rivas, etc. Su labor de crítico literario se fue perfilando en los numerosos artículos y reseñas literarias que publicó en El Memorial Literario, El Mercurio de España, El Tiempo, etc. :Miembro de la Real Academia Española a partir de 1833, fue nombrado decano y rector interino en 1847, un año antes de su muerte. De los muchos estudios que se han dedicado al análisis de su personalidad y, sobre todo, de sus aportaciones a la crítica del siglo XIX citamos el ya clásico de HANS JURETSCHKE, Vida, obra y pensamiento de Alberto Lista, Madrid, C.S.I.C., 1951, y el más reciente de DIEGO :MARTÍNEZ TORRÓN, Ideología y literatura en Alberto Lista, Sevilla, Alfar, 1993. También sobre Lista y las corrientes críticas del siglo XIX, vid. Ma CARMEN GARCÍA TEJERA, Conceptos y teorías literarias españolas del siglo XIX: Alberto Lista, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1989.

114 Se trata de las Lecciones de literatura española para uso de la clase de Elocuencia y Literatura española del Ateneo Español durante el curso de 1822-23, que sirvieron de base también para sus clases en Cádiz y Sevilla. Los borradores manuscritos de estas lecciones han sido editados por JURETSCHKE, Vida, obra y pensamiento de Alberto Lista, op. cit., Apéndice III, pp. 418-465. Pese a su carácter orientativo y sus frecuentes elipsis, que señalan en muchos casos aspectos a desarrollar después, en ellas se encuentran ideas expuestas con más detalle en escritos posteriores. Entre ellas, su visión de la decadencia del estudio de las bellas letras, lastrado por meras enumeraciones de reglas minuciosas sin fundamentación filosófica, o la orientación de sus clases a la creación, más que hacia la aportación de criterios sólidos para el perfeccionamiento del gusto y la crítica. El resto de las Leccio­nes comprende observaciones diversas sobre la belleza y la sublimidad, el estilo y el lenguaje, la lengua española y la poesía lírica sagrada, a la que presta especial atención a través del análisis de obras y autores concretos.

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1837 RffiOT Y FONTSERÉ, Antonions Emancipación literaria. Didáctica, Barcelona, Oliva. [3 hs.+ 267 pp.+ 2 hs.]

Texto de reducidísimas dimensiones compuesto por cinco lecciones en verso endecasílabo, que completan diversos comentarios en prosa, a los que añade en algunos casos ejemplos de poemas y breves composiciones literarias de autores modernos. Su tono es coloquial y desenfadado, y se dirige a lo largo de la obra a varios interlocutores por su nombre: Pedro, Manuel, Remigio, Roque, Cosme, Leandro, Lorenzo ... La intención que anima la obra es la de enseñar al lector a despreciar todas las didácticas, en un claro cuestionamento romántico de la preceptiva literaria. El contenido de las lecciones va desde las relaciones entre naturaleza y arte a las cualidades del ánimo, la locución poética, la versificación y algunos aspectos del drama, la epopeya y las composiciones poéticas en general. Señala las limitaciones de la imitación de los modelos, el papel del sentimiento como condición indispensa­ble de la creación, la originalidad, los valores de la literatura moderna y la necesaria liberación de los preceptos y reglas en la composición.

1837 MORAGUES PRO, Miguel116

Compendio del arte de hablar y componer en prosa y en verso, Palma, Tip. de J. Guasp y Pascual. [VII + 292 pp., 8°]

115 Ribot (Vich, 1813-Madrid, 1871) fue un activo escritor y político que estudió Medicina en la Universidad de Barcelona. Liberal exaltado, colaboró en diversas publicaciones periódicas: El Vapor, El Constitucional, El Sapo, El Mico, el Diario de Barcelona ... Sus ideas progresistas provocaron su encarcelamiento y deportación a la isla de Pinos (Cuba), en 1837, de donde huyó primero a Estados Unidos y después a Francia. Volvió a España en 1841. Fue diputado por Barcelona en las Constituyen­tes de 1855, dirigió El látigo y fue redactor de El Espectador, La Cotorra, La Península y El Museo Universal. Desempeñó también un activo papel en la Renaixenya catalana. Escribió numerosas obras en géneros diversos: teatrales, como Guillenno Tell ó la independencia de Suiza (1836), Don Sancho el Independiente (1837), Cristóbal Colón (1837), El pw1al (1840), Quiero hacerme bullanguero (1841); poesía: Poesías (1833), Mi deportación (1839), Poesías patrióticas (1841), Romancero del Conde Duque (1842) y su extenso poema narrativo Solimán y Zaida (1849); novela histórica: Juan l de Castilla (1852) y El quemadero de La Cruz (1869). Tradujo también la Jerusalem libertada, de Tasso, y prologó las Poesías (1842) de Arolas.

116 Moragues (Palma, 1798-1860) realizó estudios de humanidades, náutica y matemáticas. En 1814 se dedicó a la Teología y pronto alcanzó el grado de doctor y se ordenará sacerdote. Ejerció como profesor de Lengua y Humanidades Castellanas en la antigua Universidad Literaria de Mallorca y en el Instituto Balear, y de Instituciones Canónicas, Teología pastoral y Catequística en el Seminario Conciliar de San Pedro. Hizo oposiciones a curatos y canongías y en 1852 ganó la magistral de la iglesia de Segorbe, que desempeñó hasta su muerte. Sus grandes aficiones fueron la geografía y la astronomía. En materia de crítica literaria sólo publicó la obra que señalamos. El resto son oraciones, discursos, unas Noticias del país relativas a la nueva Universidad Balear (1841), las Tablas cronológicas de los Emperadores de Roma, Costantinopla y Alemania ... (1841) y un Melodrama sagrado de la Anunciación ... (1845) .. Cf. JOAQUÍN MARÍA BOVER, Biblioteca de escritores baleares, op. cit., vol. II, pp. 516-518.

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Fue escrito por un encargo de la cátedra de Lengua y Humanidades Castellanas de Palma para la enseñanza de los alumnos. La parte de retórica y de prosa se basa casi al pie de la letra en el Arte de hablar de Hermosilla, como bien se podría pensar por el título, y en Capmany, del que toma muchos ejemplos. En la sección dedicada a la poética copia fragmentos en verso de la de Martínez de la Rosa, que añade al fmal de cada capítulo a modo de recapitulación. La obra acaba con un apéndice sobre el clasicismo y el romanticismo en literatura, que tiene previsto ampliar posteriormente. Aquí explica la etimología de los térmi­nos, su evolución y caracteres, y enumera a los autores más significativos de cada escuela desde el siglo XVI hasta sus días, tanto españoles como extranjeros. Su propósito es el de aclarar tan reñida cuestión con una actitud imparcial, lejos de caer en el descrédito apasionado de autores a los que tienden los miembros de estas dos corrientes. Por esto distingue entre <<clásicos>~, «románticos», «clasiquistas» y <<ro­mánticos artificiales». Esta actitud receptiva ante las inquietudes teórico-literarias de su época es quizá la que más contribuye a su visión independiente y ecléctica ante laS reglas y el saber legado por los autores clásicos.

1838 CORTADA Y SALA, Juan117

Compendio dialogístico de los «Principios de Retórica>> para uso de las escuelas, Barcelona, Imp. de Jos Herederos de Roca. [33 pp.]

Breve resumen de retórica escolar en forma de catecismo que presenta esquemática­mente un repaso por las distintas partes de la materia en la línea de Sánchez Barbero. Concibe la elocuencia--Como el lenguaje de las pasiones y de la imaginación y la retórica como guía de las pasiones y de los pensamientos; partidario del seguimiento de los buenos autores y del ejercicio continuado, presta atención a los tropos y figuras, a los diferentes tipos de estilo, etc., y todo ello de manera sucinta y clara para el mejor aprovechamiento de sus alumnos.

1839 MATA Y ARAUJO, Luis de (vid. 1818) Lecciones elementales de Literatura, aplicadas especialmente a la castellana, Madrid, Norberto Llorenci. [2 hs.+ 412 pp.] Otras eds.: 1841 (2' ed.), 1845 (3' ed.), Madrid, Norberto Llorenci.

117 Juan Cortada y Sala (Barcelona, 1805-Sant Gervasi, 1868), destacado representante del romanticismo catalán conservador y nacionalista, fue catedrático de la Universidad de Barcelona y asiduo colaborador de El Diario de Barcelona desde 1838 con el pseudónimo de Abén Abulema. Aunque tradujo al catalán La Fuggitiva de Tomás Grassi en 1833, escribió la mayor parte de su obra en castellano. Es el caso de Las revueltas de Cataluña (1838) y Cataluña y los catalanes (1860), a las que se suman novelas históricas en las que se aprecia gran fidelidad a los hechos y un predominio de la temática catalana, como: Tancredo en el Asia (1833), La heredera de Sangumí(1835), El rapto de doña Almodis (1836), Lorenzo (1837) y El templario y la villana (1840-1841). Algunas notas sobre estas obras se pueden encontrar en RICARDO NA V AS RUIZ, El Romanticismo español, op. cit., pp. 87-88.

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Es una versión más completa de sus Elementos de Retórica y Poética, de 1818, en la que ambas partes se presentan ahora unificadas con la noción de literatura y sin la escolaridad de la edición anterior. Cuatro partes vertebran la obra: una general sobre las reglas de toda composición literaria; las correspondientes a las composiciones en prosa y en verso, en las que incorpora Jos contenidos tradicionales de la retórica y de la poética; y una última, dedicada a la historia de la lengua castellana, con una breve relación de los mejores autores que en ella han escrito. Las explicaciones son más extensas y más numerosas que en su tratado de 1818, pero sigue el mismo esquema y concepción general de la materia de hace veintiún años, tomando muchos párrafos literalmente. En otros casos se advierte cierta evolución en su pensamiento. Así, por ejemplo, si en los Elementos aportaba en la invención una detallada lista de tipos de argumentos, amplificaciones y lugares comunes, en sus Lecciones habla de la inutilidad de los tópicos de la invención, confiando sus resulta­dos al talento, a cierta instrucción general y a la particular exigida por el género en cuestión. En cuanto a sus fuentes, persiste la influencia de Blair, Marmontel, Batteux, L'Harpe y otros autores, a los que en muchos casos había recurrido también antes. Parte de una actitud relativista ante la reglamentación del arte, consciente de las peculiarida­des de cada cultura y civilización en el terreno artístico, y sus juicios sobre el romanticismo, la novela y otros géneros están muy condicionados por su visión moralista de la literatura.

1839 PRONTUARIO de Retórica y Poética, extractado de los mejores autores nacionales y extranjeros, por un antiguo profesor de estos ramos, Madrid, Imp. que fue de Fuentenebro. [96 pp.]

Se trata de un texto de pequeñas dimensiones que recoge las reglas y preceptos que suelen resumir y compilar los alumnos para sus exámenes de retórica y poética, sin otras intenciones, y mucho menos de originalidad. Tal vez lo más llamativo sea la incorporación de un capítulo final, después de hablar de los géneros poéticos, dedica­do al entusiasmo y a la inspiración, como un claro eco, incluso en textos tan elemen­tales como éste, de las inquietudes románticas.

1840 ENCISO CASTRILLÓN, Félix (vid. 1832) Lecciones y Modelos de Elocuencia Sagrada y Forense, obra estractada de los más célebres escritores nacionales y extrangeros, como son: Granada, Bossuet, Bourdaloue, el cardenal Maury, Fenelon, Flechier, Berrié, La Pla­ce, Massillon, Meléndez Valdés, Noel, Sáinz de Andino, Izquierdo, &c., &c., Madrid, Librería de la Viuda de Calleja e Hijos. [t.I: VIII+ 2 hs.+ 323 pp.] 118

118 No hemos podido consultarlos dos tomos de que consta la obra, ya que sólo hemos encontrado el primero, correspondiente a la elocuencia sagrada y localizable en la Biblioteca Nacional de Madrid.

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Es una refundición en breves lecciones de las obras más importantes sobre oratoria sagrada de algunos autores europeos a fin de evitar a los estudiantes apuntes inexac­tos. Los más utilizados son Maury, Bevier, Noel y De la Place, de los que ha copiado -según reconoce el mismo Enciso- las doctrinas que va exponiendo sin ninguna pretensión de originalidad. Las cuarenta y una lecciones que componen el libro se presentan de manera continua­da, sin otra distribución que la que parecen articular unas iniciales nociones generales sobre este tipo de oratoria, seguidas de algunas consideraciones sobre la composición de los sermones, el plan del discurso y las partes del mismo, los principales tipos de sermones (dogmáticos y morales, panegíricos, fúnebres, de rogativa, etc.) y notas sueltas sobre el estilo y los recursos más importantes de que se puede servir el orador , sagrado. La materia retórica queda de este modo dispersa, pero presente bajo el , tratamiento de todos los aspectos que concurren en la realización de un sermón. Los preceptos tienen una clara orientación práctica y propugnan sobre todo la senci­llez y la naturalidad en la expresión. Los textos que ilustran la teoría están tomados muchos de ellos de Bourdaloue, Massillon, Bossuet y Granada.

1842 GIL DE ZÁRATE, Antonio119

Principios generales de Retórica y Poética, primera parte de su Manual de Literatura o Arte de Hablar y Escribir en prosa y verso, Madrid, Boix. [t.I: 238 pp.]l20

119 Gil de Zárate (El Escorial, 1793-Madrid, 1861) se educó en Francia, donde realizó sus primeros estudios hasta que regresa a España en J 811, con importantes conocimientos físicomatemáticos. En 1820 logró un empleo en el ministerio de la Gobernación y tres años después estuvo como miliciano en Cádiz. Durante el absolutismo de Fernando VII sufrió persecuciones a causa de sus ideas liberales, por lo que no pudo volver a Madrid hasta 1826. Después desempeñará destacados puestos públicos, ya que fue Director de Enseñanza y Obras Públicas, Subsecretario del Interior y Consejero de la Corona. Fue miembro de la Real Academia Española y de la de Bellas Artes de San Fernando. Colaboró en el Semanario Pintoresco Español, en el Boletín del Comercio y en El Entreacto. En su producción literaria sobresale como traductor y autor teatraL Sus inicios fueron neoclásicos y moratinianos en comedias como ¡Cuidado con las novias! y Un año después de la boda. También escribió tragedias: Rodrigo, Blanca de Barbón (tragedia clásica que, pese a haber sido escrita en 1829, por problemas de censura no pudo estrenarse hasta 1835, tres meses después de Don Alvaro); el drama romántico Carlos JI el Hechizado, estrenado en 1837; comedias de costumbres, como Don Trifón, dramas históricos: Don Alvaro de Luna, Un monarca y su privado, El gran Capitán, Guillenno Tell y Guzmán el Bueno, entre otras. Su labor crítica le sitúa en un destacado puesto en relación con las polémicas teatrales de la época entre clasicistas y románticos, en las que aporta la moderación de su actitud ecléctica, sobre todo en dos artículos publicados en la Revista de Madrid: Sobre la poesía dramática (1839) y Teatro antiguo y moderno (1841). Como resultado de su labor política en el campo de la enseñanza publicó, después de la aprobación de su proyecto de reforma de 1845, los tres volúmenes de que consta su estudio De la Instrucción Pública en España, Madrid, Imp. del Colegio de Sordomudos, 1855. Cf. WAN LUIS ALBORG, Historia de la literatura española, t. IV: El Romanti­cismo, Madrid, Gredos, 1992 (1' ed. 1980), pp. 627-634.

120 La segunda parte de este Manual es un Resumen histórico de la Literatura Española, que apareció en 1844 junto a la primera en cuatro volúmenes (Madrid, Boix). También se reimprimió después en 1851, edición que hemos manejado.

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Otras eds.: 1844, Madrid, Boix (1" y 2" parte), 4 vals. 1848, Madrid, M. Andrés Díaz (1" parte),

- 1850, Madrid, Martínez Minuesa,

- 1851, Madrid, Imp. y Lib. de Gaspar y Roig, (4" ed. correg. y aum., 2' parte) [Vil+ 640 pp.+ 2 hs.] 1853 (6' ed. corr. y aum.), 1856, Madrid, Gaspar y Roig (1" parte), 1861-62, Madrid, Gas par y Roig, (1" y 2' parte), 2 vols. 1865, París, Gamier, 1867, Madrid"\ 1872-73, Madrid, Gaspar y Roig, Lib. Garnier, 2 vols. (la 1' parte es 12" ed. y la 2" es 5" ed.),

- 1874, 1884, 1889 (10" ed.), s.f. (11" ed.), 1922122 , París, Garnier,

Es una de las obras que más relevancia tuvo en la enseñanza de la literatura durante el período isabelino y gran parte del siglo XIX, ya que fue designado texto oficial poco tiempo después de la aprobación por decreto, en 1845, de la reforma educativa encargada al propio Gil de Zárate, entonces Jefe de la Sección de Instrucción Pnbli­ca123. Esto explica sus muchas ediciones, algunas de las cuales se hicieron sin cono­cimiento del autor. Aunque en el prólogo reconoce el autor que poco nuevo se puede decir sobre este tema, su convencimiento del necesario giro que necesita la enseñanza de los precep­tos literarios le hace presentar algunos planteamientos propios que materializan su oposición al aprendizaje memorístico carente de una fundamentación razonada. Esto es lo que justificará la segunda parte de su obra: un resumen breve pero crítico y razonado de la historia de la literatura española que ilustra la parte teórica. La obra está concebida en seis secciones que se inician con las reglas comunes a toda clase de escritos, que incluyen los aspectos del pensamiento y del lenguaje y estilo asignados en la retórica tradicional a la elocución. Siguen unas nociones generales de métrica y versificación y unos principios filosóficos o estéticos. El resto del tratado lo constituyen las tres secciones restantes, dedicadas a las reglas particulares de las composiciones en prosa, en verso y dramáticas. Después de la explicación de cada subgénero da una relación de los autores que más se han destacado en su cultivo a lo largo de la historia. Es en el seno de las obras oratorias, dentro del marco general de

121 Los datos sobre estas ediciones proceden en su mayor parte de PALAU, Manual del Librero . . , op. cit., vol. VI, p. 188.

122 Esta edición no está recogida por PALAU, pero sí por ABBOTT, «A Bibliography ... »,

op. cit., p. 285. De ella no hemos encontrado otras referencias, ni de una tempranísima y dudosa primera edición que fecha en 1815.

123 En Andalucía, por ejemplo, fue adoptado en todos los centros de enseñanza media para la didáctica de la retórica y la poética. A él se unirá después el de Coll y Vehí, a partir de 1857, y en menor medida el de Monlau. Cf. JOSEFINA REYES SOTO, Segunda enseñanza en Andalucía: orígenes y consolidación, op. cit., p. 100.

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la prosa, donde tratará de la invención, la disposición y la elocución en sus niveles correspondientes. Su actitud ante la reglamentación del arte es la de un término medio que le hace reconocer la necesidad de la preceptiva, pero también criticar cualquier exceso de la misma que la convierta en algo inútil y receptivo ante los cambios que inevitable­mente sufre la literatura y sus géneros a lo largo de la historia. Las condiciones de su didactismo y de su éxito durante tanto tiempo en las aulas responden, además de su eclecticismo, a una exposición sencilla y clara y a su especial sentido de plantear los problemas en su punto justo, provocando la reflexión del lector.

1842 MONLAU Y ROCA, Pedro Felipe124

Elementos de Literatura, o arte de componer en prosa y verso. Para uso de las Universidades e Institutos, Barcelona, Imp. y Lib. de Pablo Riera. [1 h.+ 477 pp.]

124 Destacado médico y cirujano (Barcelona, 1808-Madrid, 1871). Regentó la cátedra de Geo­grafía y Cronología durante tres cursos en la Real Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona. En 1840 recibió la cátedra de Literatura e Historia en la Universidad de Barcelona, de la que se aparta en 1844 por motivos políticos. Cuatro años más tarde se haría cargo de la cátedra de Psicología y Lógica del Instituto de San Isidro de Madrid; en 1850 inicia su labor como profesor de la misma asignatura en la Escuela Normal de Filosofía, hasta 1852; en 1854 es catedrático de Higiene en la Facultad de Medicina de la Universidad Central, aunque por pocos meses, para pasar de nuevo a la de Psicología y Lógica. Trabajó asimismo como profesor de Gramática histórico-comparada de las lenguas romances en la Escuela Superior de Diplomática de Madrid. Fundó y colaboró en diversos periódicos con temas literarios, políticos o técnicos. Perteneció a la Real Academia Española y a la de Ciencias Morales y Políticas, además de a numerosas sociedades científicas tanto nacionales como extranjeras.

De la amplitud de sus conocinrientos en medicina, filosofía, historia, literatura, matemáticas ... , resulta una obra amplia que cuenta con numerosos trabajos sobre higiene y medicina: Higiene del matrimonio, Tablas de Anatomía, Elementos de higiene privada, Elementos de higiene pública (1847), Nociones de higiene doméstica y gobierno de la casa ... ; de ciencias y temas diversos: Elementos de cronología (1830), Geografía Astronómica (1831), Elementos de Botánica (1832), De la Instrucción pública en Francia (1840), Remedios del pauperismo (1846), Manual del ciudadano español (1847), Curso de psicología y lógica (1849); de creación: breves comedias como Una tertulia a la «derniáe» (1828), El heredero y los calaveras parásitos (1830), Lo que es un curandero (1830) ... ; y sobre aspectos lingüísticos y literarios en general: Diccionario etimológico de la lengua castellana (1856), Vocabulario gramatical de la lengua castellana (1870), Novísimo cajón de sastre, ó miscelánea de anécdotas, cuentos chistosos, etc., (1831 y 1835), El libro de los libros o ramillete de máximas, etc., etc. Para más datos sobre su vida y obra, vid. JOSÉ MONLAU, Relación de los estudios, grados, méritos, servicios y obras científicas y literarias del doctor D. Pedro Felipe Monlau, Madrid, 1858, y COLL Y PUJOL, Elogio histórico de Monlau, Barcelona, 1871, o, en relación con su labor docente en el Instituto de Barcelona, GUILLÉNDÍAZ-PLAJA, «Una catedra de RetOrica, 1822-1935», en Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, XXIX, 1961-1962, pp. 47-79.

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Otras eds.: 1856 (2" ed.)"\ 1860 (3' ed.) y 1862 (4' ed.) (eds. rev., corr.jl 26, 1864 (5" ed.), 1866 (6" ed.), 1868 (7" ed.), todas ellas, Madrid, Imp. Rivadeneyra, Libr. de la Publicidad,

- 1871, Madrid"' - 1875 (9" ed.), 1883 (10" ed.), Madrid, Imp. de Arribau y C"., Libr. de

Hernando (eds. rev., corr. y aum.).

Son los apuntes de sus clases de literatura, que publica para los jóvenes a modo de extracto de los principales preceptistas, entre los que él mismo cita a Cicerón, Quintiliano, Pope, Blair, Marmontel, Boileau, Batteux, La Harpe, Granada, Capmany, Martínez de la Rosa, y principalmente a Gómez Hermosilla. Esta condición de compen­dio se advierte además en los apéndices que figuran al final: la Epístola a los Pisones de Horado en verso latino, que ha de ser memorizada por los estudiantes, la Poética de Martínez de la Rosa, de la que recomienda altamente la lectura de las Anotaciones complementarias, y las Fábulas literarias de Iriarte, que servirán de instructivo y eficaz modelo de versificación. Todo ello va completado con una tabla alfabética128

.

125 Ya desde la segunda edición el texto sufrió una pequeña alteración en su denominación, que a partir de ahora será Elementos de Literatura o Tratado de Retórica y Poética, para uso de los Institutos y Colegios de Segunda Enseñanza. Elimina así del título las inevitables reminiscencias de Gómez Hennosilla, aunque las sigue manteniendo en la estructuración general de la obra, y como muestra de una actualización conceptual que prefiere hablar de «retórica y poética>' en vez de «prosa y verso>,, como lo venían haciendo sus contemporáneos. Esta segunda edición presenta, además, la novedad de la reducción de su volumen a fin de que el libro fuese más manejable y más módico su precio. Ahora cuenta con N + 320 pp.

126 Entre las modificaciones más llamativas se encuentra, además del significativo cambio del término «literatura" por el de «retórica'> en las nociones generales del principio, ya anticipado en la segunda edición, la incorporación de una tabla analítica de materias que sirve como programa del curso y de base para el sorteo de las lecciones en los exámenes; la desaparición del apéndice corres­pondiente a la Poética de Martínez de la Rosa, que fue también eliminada de la segunda, y la persistencia de ]a de Horado y de las Fábulas literarias de Iriarte, que vienen completadas con un índice detallado de las mismas con la moralidad o precepto literario que entraña cada una. Modifica­ciones todas ellas que se mantienen en otras ediciones y que refuerzan el grado de difusión acadénrica de que gozaba el texto. Para la Poética de Horado tuvo en cuenta la reciente edición y traducción de la misma en verso castellano que hizo RAIMUNDO DE :MIGUEL Y NAVAS, Exposición gramatical, crítica, filosófica y razonada de la Epístola de Q. Horacio Flaco a los Pisones sobre el Arte poética, y traducción de la misma en verso castellano, para el uso de los jóvenes que se dedican al estudio de las Humanidades, Burgos, Imp. de A Revilla, 1855. Esta traducción tuvo muchas reediciones: 1856 (M., Revilla), 1867 (M., J. Peña), 1890 (M., Sáenz de Jubero), ya que presentaba el sentido literal de las frases, de las que hacía un análisis gramatical de puntos que normalmente ofrecían alguna dificul­tad al alumno de los primeros cursos. Ediciones posteriores del texto de Monlau incorporan un ~<Sumario del Tratado de Retórica y Poética» (sólo de las seis primeras lecciones), como orientación a los estudiantes que han de preparar sus exámenes.

127 Esta edición citada por DON PAUL ABBOTT, «A Bibliography ofEighteenth ... >->, op. cit., p. 289, no la hemos localizado. Palau tampoco la recoge.

128 Esta orientación eminentemente didáctica de la obra se advierte incluso en la presentación de las figuras retóricas, ya que algunas clases, como las de las formas de pensamiento las coloca por orden alfabético.

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El texto se estructura en dos grandes apartados: uno relativo a las reglas comunes a todas las composiciones literarias, sobre la elocución, y otro a las reglas peculiares de las distintas composiciones literarias, con una parte de elocuencia o de obras en prosa, y otra de poética, que incluye unas breves nociones de versificación y los consiguientes apuntes sobre los géneros poéticos. Una última parte de más reducidas dimensiones la constituyen unas notas sobre filosofía de la literatura, en las que trata del buen gusto y de la crítica. Aunque a veces adivinamos pequeños atisbos críticos (como sus dudas sobre la validez de la distribución de los géneros en verso y prosa) que, por otra parte, ya se podían encontrar en autores anteriores, persiste en clasificaciones consensuadas por la tradición escolar en vez de optar por la renovación, en un texto que no nació precisamente con pretensiones de novedad. Esta obra fue declarada útil para las Universidades y demás establecimientos públi­cos de enseñanza por la Dirección General de Estudios en 1843. Fue también incluida en las listas oficiales de textos recomendados para la enseñanza que proporcionaba el gobierno a los distintos centros a partir del Plan de Estudios de 1845, por lo que muchos catedráticos, tanto en España como en América, la utilizaron para sus cla­ses 129

1842 IGARTUBURU, Luis de Dicccionario de tropos y figuras de Retórica, con ejemplos de Cervantes, Madrid, Imp. de Alegría y Charlain. [XIV+ 257 pp.]

Ante la que parece una crisis de superproducción de tratados de gramática, retórica y elocuencia, y ante las consiguientes diferencias de criterios en las clasificaciones de las figuras, opta por la creación de este diccionario que las ordena alfabéticamente para mayor provecho de los jóvenes que se dedican a estos estudios. Y todo ello, pese a considerar la inutilidad de la mayoría de estos nombres. Tal vez sea por eso por lo que parte de las voces castellanas y remite con Su entrada correspondiente a otras acepciones, que ilustra con ejemplos de las obras de Cervantes. El mayor número de citas corresponde a la Galatea, seguida muy de cerca del Quijote, y en menor medida del Persiles y las Novelas ejemplares. Además, introdu­ce otras nociones en la misma ordenación alfabética pensando precisamente en los jóvenes: «estilo», <<belleza», «gustm>, «arcaismo», «retórica» y «discurso» son algu­nas de ellas.

129 Así da fe del éxito de esta obra la Advertencia de la segunda edición.

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1843 CORRADI, Fernando130

Lecciones de Elocuencia forense y parlamentaria, pronunciadas en el Ate-neo, Madrid, Establecimiento Tipográfico. [383 pp.+ 1 h.] 131

Otras eds.: 1882 (2' ed.), Madrid, Eduardo Mengíbar [2 hs. + 364 pp.]

Las nueve lecciones que componen esta obra fueron impartidas en el Ateneo e imprimidas después con los mismos rasgos de oralidad con que fueron divulgadas (frecuentes alusiones al auditorio, lecciones interrumpidas y luego continuadas, etc.). Atiende al concepto de elocuencia, a las facultades oratorias, a la disposición del discurso y a los géneros más importantes de oratoria, aunque con mayor atención a la forense y a la parlamentaria, que destaca por su utilidad pública. A pesar de que sus fuentes son clásicas y modernas (Blair, Condillac y La Harpe, entre otros), también admite haber introducido ideas propias al ser éste un tema sobre el que ha reflexionado bastante. El resultado es el de unas lecciones que destacan por su amenidad y profundidad de planteamientos, así como por su actitud crítica ante las pretensiones de una retórica entendida al modo escolástico, que reglamenta de mane­ra inútil discursos que sólo pueden vivir por el sentimiento de quien los pronuncia. Sin embargo, se vale de algunos aspectos retóricos como el de la invención, la

130 Corradi (Madrid,?-1885) ocupó diversos cargos públicos. Fue elegido diputado a Cortes en 1843. En ] 849 funda El Clamor Público, un periódico de oposición al gobierno, por lo que sufrió persecuciones que le llevaron confinado al castillo de Santa Catalina en Cádiz. En 18~4 ~s elegido nuevamente diputado y vicepresidente de la Junta popular, al destacar en el pronunCJamtento que dirigió O' Donnell aquel año. Su independencia le llevó a rechazar carteras ofrecidas por Espartero y Nárvaez. Fue un asiduo del Ateneo de Madrid, donde ofreció numerosas charlas y cursos, como uno de literatura extranjera (editado en Madrid, Yenes, 1837). Allí también participó en la polémica sobre clásicos y románticos que llega a las aulas en el curso 1838-1839, en la que se ocupó de defender que un empleo de las reglas por parte de los románticos haría sus obras mejores. En la misma línea también se pronunció Antonio María Segovia, mientras que los oradores contrincantes fueron Alcalá Gal~~o y Hartzenbusch, que defendían a los románticos. Cf. RICARDO NA V AS RUIZ, El Romantu;_zsmo español, Madrid, Cátedra, 1990, p. 109. Perteneció además a la Academia de la Historia. Entre sus obras encontramos un drama que gozó de algún éxito, Don García, y otras como La monarquía visigoda según el Fuero Juzgo, Historia que parece novela, etc. . .

131 Aunque en la portada aparece la nota de «Volumen l», que hace pensar en la ex1stenc1a de alguno posterior, todo apunta a que fue el único que apareció, según las comprobaciones que hemos realizado de la segunda edición de 1882, prácticamente idéntica a la primera, salvo la división de algunas lecciones que antes aparecían de forma unitaria y el añadido de las ahora dedicadas a la imaginación en la política, al comunismo, y a los oradores Cicerón, J\II:irabeau y a los españoles más destacados del siglo XIX (Argüelles, Luján, Calatrava, Capmany, Toreno, Gallego, Antillón, etc.). El editor de esta segunda edición así nos lo confirma cuando especifica en la Advertencia que, ante el gran éxito que tuvo la primera, el propio autor «Se ha ofrecido á corregir sus lecciones y adicionar las con nuevos juicios y ejemplos, supliendo las omisiones y rectificando las inexactitudes, padecidas por los taquígrafos que las tomaron en aquella época, y á quienes no era entónces fácil seguir la rápida palabra del profesor, en medio de los frecuentes aplausos y ostensibles demostraci~nes del n~meroso público que acudía á.oírle)). Cf. CORRADI, Advertencia de la 2a ed., ahora con el titulo Leccwnes de Oratoria pronunciadas en el Ateneo Científico y Literario de Madrid.

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disposición, la memoria y la pronunciación a la hora de programar sus clases, pero, eso sí, bajo un enfoque distinto y amplio que hace de la invención y de la memoria, por ejemplo, dos de las cualidades más importantes de la elocución, o de la disposi­ción, un aspecto extensible a cualquier tipo de texto, no solamente oratorio. La orientación sensualista y eminentemente práctica de sus lecciones, que parten de una experiencia y de una inmediata realidad histórico-política favorecedora de dicho pragmatismo, será uno de los elementos que más contribuya a darle esos aires de novedad a su discurso.

1844 LISTA Y ARAGÓN, Alberto (vid. 1836) Ensayos literarios y críticos, con un prólogo por D. José Joaquín de Mora132,

Sevilla, Calvo-Rubio y Compañía, editores, 2 vols. [vol.I: XI+ 172 + 2 hs.] [vol.II: 230 pp.+ 2 hs.]

Son una colección de artículos publicados con anterioridad por Lista en el periódico gaditano El Tiempo, que se ofrecen en 1844 de forma conjunta para rescatarlos del olvido. Se trata de una serie heterogénea de reseñas de libros, crítica y artículos diversos sobre preceptiva, en la que predomina el análisis detenido de numerosas obras del teatro áureo, respecto al que desempeña un importante papel en su renova­ción para las generaciones románticas. Calderón, Moreto, Rojas, Tirso o Ruiz de Alarcón son algunos de los autores estudiados. Además de estas reseñas y análisis concretos de obras literarias encontramos abundantes observaciones sobre cuestiones de estética general (artículos «Del sentimiento de la belleza», «De la sublimidad»), de retórica (bastantes artículos sobre los distintos tipos de figuras133

, sobre los funda­mentos del lenguaje poético ... ), de géneros literarios (dramático, histórico, de oratoria sagrada, epopeya, leyenda, poesía descriptiva, pastoril, etc.), y de literatura contem­poránea, sobre la que se pronuncia en el tema del clasicismo y del romanticismo.

132 José Joaquín de Mora (Cádiz, 1873-Madrid, 1864) fue lill destacado intelectual que participó literaria y pohticamente en importantes acontecimientos de la época en que vivió. Entre los aspectos más sobresalientes de su biografía destaca, aparte de su conocida polémica con BOlh de Faber en defensa del neoclásicismo frente al romanticismo, su prisión en Francia (1809-1814) y su estancia en diversos países europeos y americanos en los que fundó diversas publicaciones periódicas. Así, por ejemplo, escribió en la Crónica Científica y Literaria (1817-20); fundó en Londres durante su exilio el No me olvides (1824-27) y el Museo Universal de Ciencias y Artes (1824-26); en Buenos Aires fue director de la Crónica Política y Literaria y El Conciliador (1827); en Chile, del Mercurio Chileno (1828-29), etc. Países a los que se han de sumar Perú y Bolivia, en Jos que ejerció un destacado papel en sus inicios como repúblicas independientes. En su producción sobresalen sus escritos sobre la enseñanza del Derecho y la Filosofía, una obra poética de corte neoclásico, algunos cuentos, traduccio­nes como la de Jvanhoe (1825), las Leyendas españolas (1840) y la Colección de sinónimos de la lengua castellana (1855). ~

133 En este punto se puede consultar el artículo de Ma CARMEN GARCIA TEJERA, «Las figuras del estilo según la concepción de Alberto Lista», en Archivo Hispalense, 214, 1987, pp. 179-204.

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De todo ello se ha de destacar su desdén por la retórica al uso, excesivamente formalista 134, y su reivindicación de un estudio filosófico de las humanidades y de una ciencia de la poesía, ideas todas estas anticipadas en los manuscritos de sus Lecciones de literatura e~pañola impartidas en el Ateneo, a las que ya hemos aludi­do. Su formación clasicista y sus modelos, fundamentalmente Blair, Condillac, Batteux y los enciclopedistas, refuerzan su atención al gusto y su defensa de las reglas como elemento de creación y de juicio para la crítica, si bien admite la determinante influencia de las convenciones históricas en su utilización. Por otra parte, su modera­da receptividad ante las nuevas actitudes del romanticismo le hace decantarse por su ve1iiente más conservadora y cristiana conforme a su idea de la inseparabilidad de belleza y ética.

1845 CAMUS, Alfredo Adolfo135

Principios de Retórica y Poética escritos por D. Francisco Sánchez, ilustra­dos con notas, y seguidos de un tratado de Arte métrica, Madrid, Imp., Libr. y Fundición de M. Rivadeneyra y Comp. [304 pp.] Otras eds.: 1847, Madrid, Imp. de la Publicidad M. Rivadeneyra, con el título Curso

elemental de Retórica y Poética. Retórica de Hugo Blair. Poética de Sánchez 136

,

1854 (2' ed. del Curso), Madrid, Imp. de Peña, Libr. de D. León Pablo Villaverde [1 h.+ 270 pp.]

- 1865 (3'ed. del Curso), Madrid, Libr. e Imp. de D. León Pablo Villaverde [368 pp.]

134 Juretschke ya advirtió esta actitud de Lista, llamando la atención sobre la escasa mención de este término, pese a ocupar la cátedra de Retórica en Sevilla. Cf. JURETSCHKE, Vida, obra y pensamiento ... , op. cit., p. 253.

135 Destacado profesor de ascendencia francesa (Baena, Córboba, 1797-Leganés, Madrid, 1889). A partir de 1834 comenzó a impartir clases de francés en el Colegio de la Asunción de Córdoba, y en 1846 de literatura griega y latina en la Universidad Centra] de Madrid, de la que sería profesor hasta el final de su vida. Allí tuvo como alumnos a futuras personalidades de la vida cultural Y política posterior, como Cánovas del Castillo, Castelar, Menéndez Pela yo, Canalejas, etc. A su enorme erudi­ción se unió una constante dedicación a la enseñanza, que le llevó a no pertenecer a ninguna sociedad científica ni literaria. Entre sus obras, aparte de las mencionadas, destacan su Manual de historia universal, Análisis razonado de las obras de Cicerón, Séneca, Quintiliano y Horacio y los Comenta­rios a las Lectiones Graecae, de Bardan.

136 Aunque no se trata propiamente de una reedición del texto anterior, el hecho de seguir utilizando el texto de Sánchez -más otros textos-, nos hace considerarlo en este mismo apartado. El título completo de la obra (la tercera edición es la que hemos manejado) es: Curso elemental de Retórica y Poética. Retórica de Rugo Blair. Poética de Sánchez. Textos aprobados por el Real Consejo de Instrucción Pública, ordenados, corregidos y adicionados con un tratado de versificación castellana y latina.

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La que fuera en un principio una especie de reedición de la obra de Sánchez Barbe­ro137, a la que añadió desde el primer momento un apéndice sobre el arte métrica castellana, se convierte en sucesivas ediciones en un compendio de textos del propio Sánchez, Blair y Jovellanos, de gran aceptación en los círculos académicos138

Entre las modificaciones que introduce está la sustitución de la retórica de Sánchez por la de Blair, traducida por Munárriz y designada por el gobierno, que Camus revisa y completa, sobre todo en lo relativo a la historia y a la novela. Otros elemen­tos novedosos residen en la reproducción del «tratado de la declamación» y el «análisis del discurso, considerado lógica y gradualmente», de Jovellanos139

, así como un tratado de versificación latina, todo ello siguiendo el dictamen de los programas oficiales.

1846 CAMUS, Alfredo Adolfo (vid. 1845) Preceptistas latinos para el uso de las clases de Principios de Retórica y

Poética, Madrid, Imprenta, Librería, Fundición y Estereotipia de M. Rivadeneyra y Comp. [369 pp.]

Es una antología de textos clásicos latinos de retórica y poética que incluye fragmen­tos de Cicerón (De oratore, De claris oratoribus, y Orator), de Quintiliano (Institutiones), de Tácito (De causis corruptae eloquentiae), de Séneca (Declamationes) y de Horacio (De arte poetica). Los textos aparecen en latín con fragmentos intercalados en castellano a modo de pequeño resumen. El Arte poética de Horado se presenta bilingüe, en la versión castellana de Martínez de la Rosa, y se completa con las explicaciones del mismo autor. Camus concibe esta obra como complemento de su Curso elemental de Retórica y Poética. Retórica de Hugo Blair. Poética de Sánchez, que se editó en Madrid un año antes. Su intención es ofrecer un texto perfectamente adaptado al reciente plan de estudios publicado en 1845, que fomentaba los estudios clásicos, sirviéndose de un

137 El famoso texto de Francisco Sánchez, entonces ya convertido en singular autoridad en los institutos, proporcionaba a Camus, como él mismo confiesa, un título y unos contenidos iguales a la denominación oficial de su cátedra en el plan de estudios de 1845. Cf. CAMUS, «Prólogo» a su edición de 1845 de los Principios de Retórica y Poética de Francisco Sánchez, op. cit., p. 5.

138 En la recopilación de los prólogos de sus ediciones anteriores que aparece en la de 1865, dice como prueba de su éxito: «[ ... ]Sin embargo, la circunstancia de haberse concluido tan rápidamen­te dos ediciones, el haberse señalado entre las obras de texto por órden superior, y adoptado en varias Universidades é Institutos del reino, me imponía un doble deber de gratitud y de obediencia, deber que me he propuesto cumplir en la presente, según me lo ha sugerido mi buen deseo y lo han alcanzado mis escasas fuerzas». Cf. op. cit., p. 5.

139 Justifica esta última incorporación atendiendo a la demanda oficial de un análisis filosófico contra la explicación aislada de las reglas, y por la escasa atención de los autores al análisis lógico y oratorio. Cf. CANIUS, «Prólogo» a la tercera edición, op. cit., p. 5.

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método explicativo con los textos a la vista, ya utilizado en otros países como Francia. Así lo prueba su discurso preliminar, donde cita las palabras del ministro de instrucción pública francés, Victor Cousin, sobre la nueva concepción de la ense­ñanza de la retórica y la poética que imponen los nuevos tiempos en los centros públicos.

1846 MANUAL DE ELOCUENCIA ESPAÑOLA. Arreglado al espíritu del nue­vo plan de estudios por G.M. C., Madrid, Ignacio Boix. [IV+ 188 pp.+ 3 hs.]

Breve compendio que reúne y copia ideas de Blair, Condillac, Arauja, Hermosilla y Capmany, evitando toda erudición y redundancia, según el nivel elemental al que va destinado. Se compone de las tres partes habituales en este tipo de tratados: la correspondiente a las reglas generales de la oratoria, que recoge las partes y orden tradicional de la retórica (invención, disposición, elocución y pronunciación, más un apéndice sobre el estilo, lenguaje y tono de las composiciones literarias); la dedicada a las reglas particulares de los géneros oratorios (forense, político, sagrado y demostrativo); y una tercera, con las reglas de las demás composiciones en prosa (historia, didáctica y epístola).

1847 FERNÁNDEZ ESPINO, José María140

Curso de Literatura general, Sevilla, Imp. de J.M. Geofrín. [XV + 444 pp.]

140 Femández Espino (Alanis, Sevilla ?-1875) cursó estudios de humanidades, filosofía y leyes en SeviHa, donde ocupó la cátedra de Literatura general y española desde 1847. En política fue elegido para las Cortes varias veces en el seno del partido moderado. Fue abogado y discípulo de Lista, junto a Pérez de Anaya y E. de Oc boa, director general de Instrucción Pública, censor de teatros, miembro de la Academia Sevillana de Buenas Letras y de la Real Academia Española. En esta misma ciudad publica con su amigo Manuel Cañete la influyente Revista de Ciencias, Literatura y Artes, 1855-1860, en la que escribiría Fernán Caballero. Allí publicó trabajos como <(El origen de la emoción trágica>>, «Sato», <<De las causas que influyen en el origen y progresos de las Ciencias, la literatura y las artes», «Reseña histórica de la elocuencia en general», «El doctor Benito Arias Montano», etc. Además de la producción crítico-literaria que analizamos aquí, realizó diversas incursiones en poesía y en teatro. Su poesía ha sido considerada de transición de la pura escuela sevillana al romanticismo. Su tratamiento de temas patrióticos, sociales, religiosos ... contó con el reconocimiento público de varias composicio­nes que fueron premiadas. Entre ellas destacan: «A la Virgen Santísima», «A Murillo» y «El Sitio de Sevilla». Sus inquietudes teatrales se reflejan en títulos como Estela, Don Fadrique y Don Carlos de Viana.

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Otras eds.: 1871, Sevilla, Imp. calle de las Sierpes, con el título Elementos de Litera­tura general y ensayo sobre la ciencia de la Belleza141

.

El curso se halla estructurado en dos partes claramente diferenciadas: una filosófica, de siete capítulos y otra preceptiva, con cuatro. Responde la priméra a una fundamentación estética de la literatura que le permite tratar con relativa amplitud en los capítulos iniciales cuestiones como el concepto de literatura y sus vertientes filosófica, preceptiva e histórico-crítica, la reglamentación del arte, la imitación, la belleza y sus tipos, el sublime ... , etc. La parte preceptiva indaga en el origen y cualidades de la palabra, las diferencias entre prosa y verso, y termina con un repaso en los dos últimos capítulos por los distintos géneros. Insiste aquí en la prosa, y hace una breve historia de la elocuencia atendiendo principalmente a los oradores y a las peculiares circunstancias de la oratoria griega y romana. Es una obra destinada a la juventud que sigue el método del programa publicado por el gobierno. De ahí que trate con extensión la estética y materias como la elocuencia, historia, novela, etc., y que explique con mayor rapidez otros puntos de menor dificultad, según dice el mismo autor en las páginas iniciales142

.

Las fuentes en las que basa su estética son fundamentalmente Platón, Kant, Hegel, el P. Andrés y V. Cousin, aunque se muestre ecléctico ante los extremos de las teorías realistas e idealistas de lo bello. En la preceptiva sus modelos son su maestro Lista y Reinoso, además de considerar a otros autores de la época como a Blair, Batteux, Lessing y Schlegel, de los que admite y rechaza teorías con marcado sentido crítico. Su concepción amplia de la elocuencia y de su división en invención, disposición y elocución, considerada válida para cualquier tipo de composición, sea en prosa o en verso, supone una generalización del material retórico y un tratamiento homogéneo de los géneros de la elocuencia, historia, novela, didáctica y epístola, bajo el título genérico de Curso de literatura general.

1847 SÁNCHEZ, Luis Sergio143

Esposición filosófico-crítica de los principios de la Literatura, Cáceres, Imp. de Concha y Comp. [304 pp.]

142 Se trata de una versión ampliada de su Curso de Literatura general, en la que algunos capítulos, sobre todo los primeros, dedicados a la literatura, su concepto y división y a la palabra en general, están tomados casi literalmente de dicha edición, aunque con ligeras variaciones de distribu­ción y orden. El resto de los capítulos de estos Elementos, hasta los catorce de que consta, se dedican a ampliar su teoría platónica y espiritualista de la be1Jeza en relación con todas las artes: arquitectura, escultura, pintura, música y poesía. Esta vez no incluye la elocuencia dentro de las bellas artes, como hacen Levéque y la mayor parte de los estéticos, si bien sigue con frecuencia a este fi1ósofo francés en sus Estudios sobre la ciencia de lo bello a la hora de trazar los caracteres de la belleza y de las bellas artes. En el capítulo dedicado a la poesía trata de su objetivo general, encaminado hacia la expresión de la belleza ideal, y de los distintos géneros poéticos: lírica, epopeya, tragedia, sátira, novela, elegía, etc.

143 Cf. op. cit., p. XI. 144 Socio de honor de la Academia Greco-latina, catedrático propietado de Retórica y Poética,

y director del Instituto de segunda enseñanza de Cáceres. Publicó también Poesías en 1858.

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Producto de su larga labor docente publica Sánchez estas lecciones basándose en las que diera a unos jóvenes estudiantes de Jurisprudencia a petición de éstos. Escaso en citas, de estilo ensayfstico y con frecuentes ejemplos literarios, esta obra se centra en el análisis de los pensamientos que concurren en una producción literaria, así como de sus manifestaciones formales, especialmente de las figuras retóricas. El libro parece ser que no tuvo la acogida prevista, ya que el plan de su autor era el de seguir publicando después otros Volúmenes dedicados a la división de géneros, lo que no llegó a suceder según nuestras noticias. Sí publicó años más tarde un Progra­

ma de Retórica y Poética, en el que sigue dando gran importancia a los fundamentos que había desarrollado en sus lecciones anteriores144

1847 GARCÍA MAZO, Santiago José145

Sermones predicados por el licenciado Don~ y un preámbulo de apuntes de Retórica, Valladolid, Imp. de Don Mannel Aparicio. [XXVII+ 352 pp.]

Las brevísimas nociones que anteceden a la colección de sermones --correspondien­tes a la numeración romana- se organizan en cortos epígrafes que se inician con la habitual definición de retórica y la conveniencia de su estudio. El ejemplo práctico de sus sermones, en los que se pueden comprobar los artificios de la invención, disposi­ción y la elocución, le hace deternerse de forma casi exclusiva y elemental en dar unos consejos básicos sobre la pronunciación y del gesto.

1847 DOMÍNGUEZ, Gregorio146

Catecismo de Oratoria Sagrada. Obra póstuma del Rmo. P._. Adicionado y publicado por el Sr. D. Juan del Sol y Serrano, presbítero de la misma congregación y cura ecónomo de Cuevas-bajas, Antequera, Imp. y Libr. de los Sres. Herrero Hermanos. [8 hs.+ 169 pp.]

Esta obra, de pequeño formato y amplios márgenes, nació con el propósito de dar a los jóvenes clérigos los principios fundamentales de la retórica, y en especial de lo referente a la materia sagrada. Las adiciones al manuscrito original con que lo publica póstumamente Juan del Sol y Serrano se basan en autores de oratoria anti­guos y modernos -no mencionados- y aparecen marcadas.

144 El título completo es: Programa de retórica y poética para los alumnos del segundo período de 2a enseñanza, Cáceres, Imp. de Concha y Comp., 1856 [154 pp.+ 4 pp.+ 1 h.]. En él se detalla el contenido de setenta y una lecciones que deben estudiar los jóvenes, a razón de dos lecciones semanales durante tres años. Sus aportaciones son rrúnimas, tan sólo algunas aisladas sobre la disposi­ción o en puntos muy particulares.

145 Según los datos de la portada sabemos que fue Magistral de la Santa Iglesia Catedral de Va11adolid. Publicó además un Catecismo de la doctrina cristiana explicado, que alcanzó numerosas ediciones.

146 Según r.eza en la portada su autor fue prepósito general de la orden de los clérigos menores y predicador de S.M. En fechas anteriores a la aparición de este libro había publicado diversos sermones.

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Los ocho capítulos de que consta hacen un breve repaso en forma de catecismo por los contenidos habituales de los tratados elementales de este tipo: definición y fines del arte oratorio, géneros, partes de la oratoria sagrada, estructura de las sentencias, el estilo y sus vicios, tropos y figuras, y reglas particulares sobre la pronunciación y la acción. Salvo ejemplos de la Biblia, pocas son las referencias literarias a autores profanos y a retóricos destacados, dado el carácter elemental del tratado. Destaca su valoración de la originalidad y del genio individual como uno de los requisitos para adquirir un buen estilo.

1848 GARCÍA, Basilio Teoría del discurso, o Elementos de Ideología, Gramática, Lógica y Retóri­ca, Madrid, Imp. de J. Repullés. [1 h. + 237 pp.]

Se trata de una síntesis escolar que, con ánimo compilatorio y simplificador, pretende exponer los principios fundamentales de las ciencias que dan título al manual. Se basa, pues, en otras publicaciones anteriores sobre las que ha meditado y de las que extrae ideas, directa o indirectamente, con una ordenación nueva y racional. Su contenido comprende lo que es la formación de las ideas (Ideología), su expresión (Gramática), la deducción de las ideas (Lógica) y las «cualificaciones» del discurso (Retórica). Considera que estas materias deben constituir un solo arte, el del discurso, ya que pensar bien y hablar bien son dos cuestiones inseparables. La retórica es concebida en este contexto como el arte de adornar y cualificar los pensamientos y las distintas partes del discurso. Esto explica que haga un repaso por las distintas cualidades que han de tener las expresiones, las palabras, las frases y períodos (claridad, pureza, precisión, unidad, fuerza, armonía, etc.). A ello se suma una explicación filosófica del origen del lenguaje figurado y de las ventajas que proporciona, siempre destacando la conexión entre expresión y pensamiento. El tratamiento de estas disciplinas delata una clara orientación sensista que deriva a una especial valoración de la percepción, la observación y la reflexión individual en la creación crítico-literaria, a la vez que materializa reivindicaciones anteriores sobre la necesaria vinculación de la retórica a la lógica y a la gramática, por ejemplo.

1848-49 PÉREZ DE ANA YA, Francisco147

Lecciones y modelos de elocuencia forense, estractadas las primeras de los

138 El brillante jurisconsulto Pérez de Anaya (Sevilla, 1802 o 1789-Manila, 1865 o 1866), que ya era abogado a los diecinueve años, desempeñó diversos cargos en la magistratura a partir de 1861, como fiscal (1865) y presidente de la Sala 2a de la Audiencia de Manila. Usó también el pseudónimo de ~~Pedro Femández». Entre su producción se incluyen, además: Bellezas de la historia de las Crnzadas y de las diferentes órdenes religiosas y militares que de ellas han salido desde su origen hasta su extincion (1833), Memoria histórica sobre el arreglo de la deuda pública (en 1851, cuando era ministro de Hacienda Juan Bravo Murillo ), De la renta consolidada y diferida examinada compa­rativamente (1859) ... Entre las traducciones que realizó al español destacan: Explicación histórica de

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mejores autores, ordenadas y reducidas a un tratado completo: y escogidas y reunidas las segundas, Madrid, Imp. de D. Baltasar González, 4 vals. en 4°, [vol. I: 6 hs.+ 391 pp.+ 2 hs.; vol. JI: 353 pp.+ 3 hs.; vol. III: 459 pp.+ 2 hs.; vol. IV: 364 pp.+ 1 h.+ XXXII]

Esta obra nace con un doble propósito: proporcionar un tratado completo y útil de oratoria forense a la juventud y ofrecer una muestra de los adelantamientos de la elocuencia en el foro español. Las observaciones teóricas comprenden sólo una parte del volumen primero, mientras que el resto está dedicado a los modelos 14~.

La parte teórica se basa en nueve lecciones, en las que traza los rasgos generales de la elocuencia (idea de la elocuencia y de la oratoria, partes del discurso, estilo, figuras, pronunciación ... ), destacando en las últimas páginas los caracteres específi­cos de la elocuencia forense en la lección sobre las diferencias entre la elocuencia de los antiguos y los modernos. Completan esta preceptiva dos textos traducidos de autores franceses: el Prefacio de las Lecciones y modelos de elocuencia ... , del francés Berryer (sobre la elocuencia judicial en Grecia, Roma, y del Cristianismo), y La

improvisación, de Mr. Gorgias (reglas generales y particulares sobre improvisación, con ejercicios de palabra y de comparaciónw'. Otras fuentes declaradas, además de Berryer, son: Blair, Batteux, Crevier (por su tratado de Elocuencia forense), Francisco Sánchez (en la edición de Camus), Alcalá

las Instituciones del emperador Justiniano, de Ortolan; Colección de fragmentos escogidos, de Fénelon; Del rey y de la institución de la dignidad real, del P. Mariana; Viaje alrededor del mundo, de Byron; Viaje al Congo y al interior del África equinoccial, de J. B. Douville, etc. También escribió una biografía de Alberto Lista, acompañada de una colección de poemas suyos inéditos, más otros no comprendidos en las ediciones de Lista hasta esas fechas (M:adrid, 1848). Su relación con el poeta sevillano viene dada porque le sucedió en la dirección de la Gaceta de Madrid, de la que fue también arrendatario durante algún tiempo. En este sentido hay que decir que fue asimismo redactor de El Amigo del Pueblo. En la portada de la presente obra, junto a su presentación como abogado de los tribunales del reino, figura como asesor de la dirección general de loterías.

148 La parte de teoría abarca las 272 páginas iniciales del volumen primero, de las que de la 161 a la 208 están dedicadas al texto de Berryer, y de la 209 a la 272 al de Gorgias. Esto avala la preocupación del autor por la improvisación, si juzgamos por la extensión material del mismo.

149 «Gorgias» es el pseudónimo que utiliza Eugéne Paignon, destacado jurisconsulto y econo­mista francés, habitual colaborador en la prensa y autor de diversos trabajos sobre economía política y materias legales. La obra que nos interesa aquí es Eloquence et improvisation, de 1845, que Pérez de Ana ya ya conocía antes de la traducción española que realizara en 1865 Manuel Marco a partir de la tercera edición francesa. Cf. MANUEL MARCO, Elocuencia é Improvisación. Arte de la oratoria. Obra escrita en francés por M. Eugenio Paignon (Gorgias). Abogado del Consejo de Estado y del tribunal de Casación. Traducida de la tercera edición .francesa por D. Manuel Marco, Dr. en Derecho y Abogado del Ilustre Colegio de esta Corte, Madrid, Imp. de D. Isidoro Peciña, 1864 (en la portada aparece Madrid, Imp. de Pascual Gracia y Orga, 1865) [479 pp.+ 2 hs.]. El texto se estructura en nueve libros coronados por una conclusión general. En ellos se aborda el tema de la elocución y del arte de la oratoria desde las aportaciones particulares de otras disciplinas anexas como la Poética, Historia, Filosofía, Improvisación, Dialéctica, Ética, Metodología, Analítica, Plástica y Estética, que centran la perspectiva de cada uno de los libros por este mismo orden.

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Galiana (en relación a las lecciones sobre hlstmia de la literatura del siglo XVIII pronunciadas en el Ateneo, y Reinoso (de quien se sirve de sus manuscritos sobre el estilo). Sheridan y Carlos de la Torre serán recomendados en el tema de la pronuncia­ción y de la declamación. En cuanto a la práctica, hay que señalar que parte del volumen primero y los tres restantes en su totalidad se ocupan de la presentación de oradores españoles que han destacado por su elocuencia en el foro, de los que ofrece unas breves notas biográfi­cas iniciales y defensas o discursos diversos de especial importancia. Campomanes, Jovellanos, Meléndez Valdés, Fomer, Cambronera, Reinoso, Pérez Seoane, Cortina, J. M" López, Gómez Parreño, Olózaga, J. M" Sotelo, etc., son algunos de ellos. Además de las aportaciones que supone corno selección antológica de textos de oratoria forense, conlleva un importante cuestionamiento de la influencia real y positiva de las obras de los retóricos en la elocuencia. Solamente considera propias de la retórica la disposición (inseparable de la invención) y la elocución, ya que piensa que sobre la invención no se pueden dar reglas. Junto a éstas destaca la pronunciación y la memoiia, de suma importancia en este tipo de oratoria. El desarro­llo de estas partes no ofrece destacables novedades fuera de un planteamiento espe­cialmente crítico con las clasificaciones a que tienden los retóiicos, tanto en lo relativo al estilo corno a los tropos y figuras, de ahí que recomiende, más que el aprendizaje de reglas retóricas, acudir directamente a los modelos.

1849-50 LÓPEZ, Joaquín María150 (vid. 1856·57) Lecciones de Elocuencia en general, de Elocuencia forense, de Elocuencia parlamentaria y de Improvisación,

150 Destacado orador y político de talante progresista, Joaquín Ma López (Villena, Alicante, 1798-Madrid, 1855) desempeñó varias cátedras como regente y llegó a trabajar en Madrid con el célebre jurisconsulto M. Ma Cambronera. Durante la invasión francesa se alistó en el ejército contra el invasor y tuvo que emigrar a Francia. Después desempeñó ]a abogacía en Alicante, y fue llamado en tres ocasiones para formar parte de] Gabinete de Gobierno, una de ellas como presidente del gobierno provisional. Cf. FRANCISCO PÉREZ DE -ANA YA, Lecciones y modelos de elocuencia forense (vid. corpus 1848-49), t. Ill, pp. 187-89. Su vida parlamentaria fue intensa (ocupó importantes cargos políticos y administrativos), pero breve.

Figura como el prototipo más acabado de orador romántico, efusivo, sublime, anebatador. Según los datos que recoge su íntimo amigo Fermín Caballero en el prólogo a la Colección de discursos parlamentarios, defensas forenses, y producciones literarias de J. Ma López (vid. 1856-57), se sabe que en los momentos de mayor vehemencia ni los mejores taquígrafos eran capaces de seguirle y que era tal el prodigio de su memoria que podía después repetir sus discursos literalmente, aun cuando hubieran sido improvisados, así como los de su adversario Martínez de la Rosa. Su popularidad era enorme: «[ .. . ] Así se explica también, que al mero anuncio de que el señor López iba á pronunciar un discurso, se agolpaba la muchedumbre á asaltar las tribunas de las Cortes; que al día siguiente se devorasen los estractos de las sesiones para admirar su facundia; y que los periódicos ponderasen con entusiasmo las prendas oratorias del mas afamado sostenedor de las modernas libertades». Cf. ibíd., vol. I, p. 10-11. Para más datos sobre su vida, carrera, carácter, fisonomía y obra, véase la completa biografía que hace Fennín Caballero en el vol. VII de esta misma obra, dedicado por completo a ello, con apéndices documentales y otros datos de interés. Vid. también, F.F. CABALERO Y MORGÁEZ, Vida del Excma. Sr. D. J.M" López, Madrid, 1857 [426 pp.].

236

Madrid, Imp. que fue de la Sociedad de Operarios, ahora de D.M. Gabeirós. [t. I: 381 pp., t. II: 380 pp.] 151

Otras eds.: 1851·52, México, Imp. de la Voz de la Religión, 2 vals.

Estas lecciones se empezaron a publicar en el establecimiento científico del Porvenir en 1848, pero su cierre sólo permitió que llegaran a pronunciarse tres. Las demás fueron escritas directamente para su publicación y señaladas después corno libro de texto para la Facultad de Filosofía y propuestas por el gobierno en el Consejo de Instrucción Pública152

.

El volumen primero está formado por veintiséis lecciones, trece sobre la elocuencia en general, el estilo, el lenguaje figurado, la formación del discurso y consejos diversos sobre la exposición del orador, y el resto sobre la elocuencia forense, su historia, carácter, géneros, etc. El volumen segundo dedica diecinueve lecciones a la elocuencia parlamentaria, a sus peculiaridades y tácticas concretas en su tiempo, y a las reglas generales sobre cada una de las partes del discurso parlamentario. Las restantes están dedicadas a la improvisación. Al final de cada lección aptmta en letra pequeña los nombres de los autores en los que presumiblemente se ha basado para la elaboración de la misma: Capmany, Arauja, Mayans, Andino y Castrillón entre los españoles, y Chateaubriand, Droz, Batteux, Dumarsais, Fénelon, etc., entre los extranjeros. El carácter práctico de la obra se advierte en la organización casi ensayística de la materia y en el tono general, arrebatado y apasionado, con que el autor expone sus ideas sobre la elocuencia desde su propia experiencia corno orador parlamentado. Esto le lleva asimismo a desconfiar de las divisiones retóricas, que tan lejos están de cumplirse en la realidad, así como del aprendizaje memorístico del discurso. Valora, con clara influencia romántica, la capacidad de improvisación del orador y todo lo que sea inspiración, sentimiento y viveza en la expresión.

1850 M.M. Manual de Retórica y Poética, Barcelona, Imp. y Fundición de Pons y C'. [55 pp.]

Breve extracto de Blair y Herrnosilla compuesto por diecinueve capítulos agrupados en tres partes: Elocución, Oratoria y Poética, que condensan ideas básicas sobre la expresión y las obras en prosa y en verso, respectivamente. Es otro más de los tratados elementales que continuaron difundiendo a mediados del XIX los p1incipios de estos dos teóricos en el ámbito escolm-153

. Para la pronunciación remite a otro manual monográfico publicado en la misma serie.

151 Aunque hay varios enores en la paginación del ejemplar que hemos consultado en la Biblioteca Nacional de Madrid, la respetaremos en citas sucesivas a fin de evitar posibles confusiones.

152 Así lo recoge Fermín Caballero en la biografía que publica del autor en J. Ma LÓPEZ, Colección de discursos parlamentarios ... , op. cit., (vid. López: 1856-57), vol. VII, p. 246.

153 El anónimo autor reconoce explícitamente sus fuentes cuando dice en nota, p. 38: «Damos la menor estension posible á este tratado [se refiere al de las composiciones prosaicas] ó segunda parte

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¡, 1

1851 IIALAGUER, Víctor154

La Elocuencia al alcance de todos. Conferencias de literatura, Barcelona, Vda. e Hijos de Mayo!, 2 tomos en un volumen [200 pp. + 176 pp.]

La obra se configura corno un tratado divulgativo basado en los más sabios escrito­res, sin pretensiones de originalidad, aunque en algunos momentos el autor introduce consejos que nacen de su misma experiencia y meditación particular sobre los asun­tos tratados. La materia se distribuye en siete partes y dos volúmenes, la mayoría centradas en la elocución. El volumen primero presenta las cualidades generales del estilo y del lenguaje figurado (tropos, figuras y elegancias), con claros ecos de Hermosilla. El segundo añade tma parte sobre lo bello, el gusto, el talento, la imaginación y las imágenes, y analiza los tres géneros de estilo (sencillo, sublime y templado), para acabar con una parte dedicada a la composición. Cierra la obra una relación de ejemplos de distintos tipos de composición y estilo. Y fodo ello con una evidente falta de criterio en la estructuración de las partes más originales, en las que aúna elementos diversos sin especificaciones previas. La influencia de Capmany, al que cita en algunas ocasiones junto a Martínez de la Rosa, se muestra en su concepción elocutiva de la elocuencia. Tan sólo en una de las siete partes estudia la composición y sus géneros: descripción, narración y epístola, para presentar, al hablar de la narración, los restos de una invención y disposición retóricas completamente literaturizadas.

(en la que, como hemos hecho algunas veces en los capítulos anteriores, estractamos á Blair y Hermosilla, no menos que á la tercera parte ó poética, por creer que el principal objeto de la retórica es la adquisicion de un buen estilo».

154 Escritor y político liberal, Balaguer (Barcelona, 1824-Madrid, 1901) ocupó diversos e im­portantes cargos públicos: diputado provfficial en 1861, gobernador civil de Málaga, presidente de la Diputación provincial de Madrid, diputado en las Cortes Constituyentes de 1869, y luego durante doce legislaturas por Villanueva y Geltrú; también fue ministro de Ultramar en el gabinete formado por el duque de la Torre y durante la regencia de Ma Cristina, presidente del Tribunal de Cuentas y del Consejo de Estado en el ministerio de Posada Herrera, y ministro de Fomento y Ultramar, de cuyo trabajo resultó la memoria Mi gestión como ministro en Filipinas (Madrid, 1893).

Colaboró desde joven en diversos periódicos: El Catalán, La Corona de Aragón y Le Conceller. En el terreno literario fue uno de los primeros iniciadores del renacimiento literario catalán, en el que participó activamente. Escribió poesías, discursos, zarzuelas, leyendas, tragedias cultas y dramas románticos. Se le considera uno de los restauradores de los Juegos Florales y un gran difusor de las tradiciones catalanas y provenzales. En el género histórico se ha de señalar su ffilportante Historia de Cataluña y de la Corona de Aragón (1860-63); su Historia política y literaria de los trovadores (1878-80) y numerosos estudios histórico-topográficos, corno sus Calles de Barcelona. Entre su producción literaria se distinguen sus obras dramáticas (W¡fredo el Velloso, Los amantes de Verona, Don Enrique el Dadivoso, Juan de Padilla ... ), así como románticas poesías y tragedias que alcanzaron gran éxito: Esperansas y recorts, Llibre del amor, La noya blanca ... , o las tragedias Coriolá, Las esposallas de la marta, Sajo, La tragedia de Llivia, etc., etc.

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1852 MUÑOZ GARNICA, ManueJI55 (vid. 1868) Estudio sobre la elocuencia sagrada, Jaén, Medina y Compañía. [305 pp.] Otras eds.: 1855 (2' ed. corr. y aum. con notas por el autor), París, Imp. Walder [VIII

+ 279 pp], - 1859, Madrid156

Breve historia de la elocuencia sagrada desde los orígenes del Cristianismo en dieci­siete capítulos, en los que describe la evolución y principales representantes de este tipo de oratoria. Su autor lo publica como una introducción a la colección de sermo~ nes que tiene previsto publicar después. Entre los aspectos más destacables se en­cuentra el capítulo primero sobre el poder de la palabra, su desconfianza hacia las reglas en la oratoria sagrada y su orientación idealista.

1852 RUBIÓ 1 ORS, Joaquín157

Manual de elocuencia sagrada, Barcelona, Imp. de José Rubió. [VIII+ 358 pp.+ 1 h.] Otras eds.: 1858 (2' ed.), Barcelona, hnp. de José Rubió, Libr. Subirana [VIII+ 358

pp. + 1 h.]l58.

Publicado con la intención de suplir parte del vacío existente en el panorama editorial español en materia de oratoria sagrada, su autor reconoce sus deudas con Granada, Blair, Capmany, Hermosilla y otros autores, aunque declara que hay en ella bastante originalidad, más en el punto de vista y en la ordenación de los asuntos que en las ideas mismas. El resultado es el de un manual que presenta una parte introductoria de estética del discurso, completada con otra sobre los caracteres generales de la elo­cuencia sagrada, con especial insistencia en las fuentes, y una última sobre sus

155 Su vida transcurrió entre 1820 y 1876. Según las notas que aparecen en la portada del libro sabemos que fue Predicador de S .M. y director del Instituto de Jaén.

156 Cf. Referencia de ABBOTT, ~<A Bibliography ... », op. cit., p. 290. 157 Rubió i Ors (Barcelona, 1818-1899) fue catedrático de Literatura española en las Universi­

dades de Valladolid y Barcelona (en la primera publicó un Programa de literatura general y española, Va11adolid, Imp. de Manuel Aparicio, 1852, [40 pp.]). Utilizó el pseudónimo de Lo gayter del Llobregat, con el que publicó en El Diario de Barcelona numerosas poesías de tipo intimista, patrió­tico y religioso. Su obra poética, dramática historiográfica y crítica nos lo muestra vinculado al romanticismo católico y conservador. Escribió sobre tema religioso Paralelos entre el catolicismo y las sectas protestantes (1870) y Los supuestos conflictos entre la religión y la ciencia (1878); obras históricas y críticas como: Apuntes para una historia de la sátira en algunos pueblos de la Antigüedad y de la Edad Media (1868), Breve reseña del actual renacimiento de la lengua y literatura catalanas (1877), Ausias March y su época (1882) y Noticia de la vida y escritos de D. Manuel Milá i Fontanals (1887). Ejerció un importante papel en la Renaixem;a catalana. Cf. NAVAS RUIZ, El Romanticismo español, Madrid, Cátedra, 1990, p. 398. ·

158 Antpnio Palau señala también otra edición de 1853, que no hemos localizado. Cf. PALAU, Manual del Librero ... , op. cit., voL XVIII, p. 71.

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1

distintas especies (catecismo, instrucciones, confesión, homilías, sermones, panegíri­cos, oraciones fúnebres, etc.). Su actitud ante las reglas y las clasificaciones retóricas es de un claro escepticismo, que le lleva a utilizar el material retórico a conveniencia. Cuestiona las figuras de pensamiento, el estilo sublime, la distinción entre lenguaje natural y lenguaje figura­do, la conveniencia de los tópicos de la invención, e incluso denuncia la inutilidad de muchas de las reglas que se encuentran en las retóricas. Por otra parte, el romanticis­mo de su producción también se deja ver en el énfasis que pone en la valoración del sentimiento y de la pasión oratoria. Finalmente, señalaremos que, aunque su desconfianza hacia la preceptiva retó1ica en la práctica oratoria se evidencia en varias ocasiones, lo cierto es que en la presenta­ción de algunos contenidos sigue el procedimiento de Blair y de Hermosilla de organizarlos a modo de reglas numeradas, como una muestra más de la fluctuación entre tradición y modernidad.

? A VENDAÑO, Joaquín de159

Elementos de Gramática castellana precedidos de unas ligeras nociones de Lingüística y seguidas de algunas de Literatura, Retórica y Poética, Otras eds.: 1852 (2" ed.), Madrid,

- 1881 (8" ed., aum., corr. y reformada por el autor), Madrid, - 1897 (9" ed. corr. y aum. por D. Eugenio García y Barba.tin), Madrid,

Libr. de Remando y C", [511 pp.]' 60

Manual aprobado por el Consejo de Instrucción Pública para servir de texto en las escuelas normales, según reza la portada de la segunda edición, que resultó premiado en 1882 por el Jurado de la Exposición Pedagógica. Sus numerosas ediciones corro­boran el éxito didáctico de estos Elementos, tanto en España como en Amé1ica, considerados libro clásico de la literatura pedagógica española del siglo XIX161

159 Fue Inspector general de instrucción primaria del reino. Publicó numerosos textos didácticos que alcanzaron un gran número de ediciones. Entre ellos destacamos: Cuadernos de lectura para us~o de las escuelas (ediciones en 1846, 1851, 1869-71, 1907, 1919 ... ), Curso elemental de Pedagogw (3a ed. en 1855 y ediciones también en 1859, 1865, 1878), Elementos de Aritmética (2a ed. de 1852), Elementos de Geografía (íd.), Elementos de Geografía y Física (1847), Lecciones graduadas de Gramática castellana (Madrid, 1871), Manual completo de Instrucción primaria elemental y superior, 3 vols., (Madrid, 1844-46), etc. . .

160 Esta novena edición ha sido la que hemos podido localizar. Las noctones de Ltteratura, Retórica y Poética incluidas en los programas oficiales de las Escuelas Normales, que se habían omitido en la sexta edición, vuelven a figurar en las siguientes. Esta novena edición cuenta, además, con la novedad de haber sido corregida y aumentada por Eugenio García y Barbarín con unos breves apuntes sobre Lingüística. .

161 En la <~Advertencia del editor» se recogen algunas de estas cuestiones. Ya en la octava edición señalaba el editor: «Los Elementos de Gramática Castellana de Don Joaquín de A vendaño, son hoy ya considerados como un libro clásico de nuestra literatura pedagógica; libro que se consulta á la par con Ja Gramática de nuestra Academia de la Lengua[ ... ]».

240

Tras unas breves nociones de Lingüística, que sirven de introducción, la parte estric­tamente gramatical de la obra se articula en torno a la diferenciación entre lenguaje hablado y lenguaje escrito, y a la subsiguiente, de análisis (o descomposición) y síntesis (o recomposición) de palabras, propOsiciones, etc. La parte teórico-literaria, mucho más breve, concentra en cinco capítulos, de extensión variable, nociones generales sobre literatura y géneros, con un resumen histórico de la literatura españo­la que cierra la obra, tomado de Gil de Zara te 162

.

La parte de retórica es un repaso por los contenidos y partes habituales de la retórica de corte escolástico-tradicional La poética, contiene ligerísimos apuntes sobre el lenguaje literario, versificación y géneros, sin mayor originalidad (distingue entre lírica, épica, dramática, didáctica, poesía pastoril, elegíaca y poesías cortas).

1853 FILLOL, José Vicente163 (vid. 1861) Ensayos poéticos sobre la Estética y Oratoria, con un apéndice epistolar sobre varias cuestiones de interés general, Valencia, Imp. de Sebastián de Lope. [XVIII+ 192 pp.]

Como bien indica el título, Estética y Oratoria representan los intereses fundamenta­les del autor a la hora de escribir esta obra. Las dos partes, claramente diferenciadas e iniciadas con sendos prólogos, ofrecen la particularidad de estar esc1itas en verso (la primera en verso suelto y silva, y la segunda en octavas). Sin grandes pretensiones, salvo la claridad, la brevedad y la amenidad, hace un repaso por los conceptos de belleza y sublimidad, para continuar con observaciones poco novedosas sobre la oratoria, el discurso y su pronunciación. A ello sigue un apéndice epistolar, con breves composiciones dedicadas a la amistad, a la moralidad, a la instrucción, contra la ociosidad, etc., etc. Quizá lo más significativo de estos ensayos -además de la forma- sea la decidida reivindicación que hace Fillol del idealismo y del espiritualismo filosófico-literario en la linea de Cousin, así como del móvil moral en la construcción literaria. Entre sus referencias más usuales se hallan las obras del admirado Alberto Lista y de Gil de Zárate.

162 La parte dedicada a estas nociones de retórica y poética comprende las páginas 414-504. 163 Por los datos que aparecen en la portada sabemos que fue «Doctor y Regente de.prilfolera

clase en Letras· doctor en Medicina y en Cirujia; catedrático por oposicion, primero de H1stona Y actualmente [1853] de literatura general y española en Ja facultad de Filosofía de la U~versid~d de Valencia; socio de la de Amigos del país de la misma, é individuo de varias corporac~ones hte.r~­rias». Según referencia de PALAU, Manual del Librero ... , op. ~it., vol. V, p. ~01, pubhcó_tambien una Retórica y poética. Definiciones para los alumnos ... , Valencm, Imp. de Jos e Mateu Garm, 1863, [X+ 204 pp.], que no hemos localizado.

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' ji'

1856 COLL Y VEHÍ, José164 (vid. 1866) Elementos de Literatura, Madrid, M. Rivadeneyra. [2 hs.+ 432 pp.] Otras eds.: 1857, 1859 (3' ed. corr.) y 1868, Madrid, Rivadeneyra,

1868 (4' ed.) y 1873 (Y ed.), Barcelona, Imp. del Diario de Barcelona, - 1885 y 1897 (8' ed.), Barcelona, Barcelonesa.

Es uno de los libros de texto de más amplia difusión durante la segunda mitad del siglo XIX en los centros de segunda enseñanza en España, al ser adoptado como texto oficial por la mayoría de los institutos 165

• Tal orientación didáctica justifica la aparición de un Programa de Retórica y Poética, que en 1878 ya iba por la sexta edición, y en 1898 por la octava166

• Éste recogía en ochenta y seis párrafos los contenidos de las diversas lecciones que componían el libro con un sumario de las mismas para guía de profesores y alumnos en clases y exámenes. Otra muestra del éxito inicial de esta obra es la rápida impresión de una versión abreviada que se presentó con el título de Compendio de Retórica y Poética o Nociones elementales de Literatura, impresa en Barcelona en 1862 167

, y que gozó también de numerosas ediciones hasta bien entrado nuestro siglo168

164 Coll y Vehí (Barcelona, 1823-Gerona, 1876) cursó estudios de humanidades, leyes y filoso­fía. En 1848 ocupó la cátedra de Retórica y Poética en el Instituto de San Isidro de Madrid y en 1861 pidió el traslado al Instituto de Barcelona, en el que ocupó la misma cátedra y del que sería director desde 1871 hasta su muerte. Fue miembro de la Academia de Buenas Letras y de Bellas Artes de Barcelona y de la Real Academia Española. Colaboró en distintos periódicos y tuvo a su cargo las crónicas parlamentadas. Durante algunos años se dedicó a reunir datos para la publicación de un diccionario de la lengua castellana. Realizó varios estudios sobre los poetas españoles anteliores al siglo XN por encargo del editor Rivadeneyra para la Biblioteca de Autores Españoles, pero no llegaron a publicarse. Su labor creativa se centra en la poesía, en la que descolló como imitador de fray Luis de León. También realizó numerosas traducciones del francés: La moral y la ley de la historia, del P. Graty, El cristiano sant~ficado, del P. Grau, Cartas sobre la educación intelectual y El catecis­mo cristiano, de Dupanloup, los Cuentos de hadas de Perrault, etc. Otras obras suyas oliginales, además de las que estudiamos aquí: Elementos de arte métrica latina y castellana (1854), La sátira provenzal (1861), Los trovadores en España (1861), Modelos de latinidad entresacados de las obras de Virgilio y Horado (1868), Modelos de poesía castellana (1871 ), El Anacreonte hispano-revolucio­nario (1873, con el pseudónimo de «Simón Carrasco, músico popular»), Los refranes del Quijote ordenados y glosados (1874). Algunas tuvieron numerosas ediciones en francés, inglés, alemán e italiano.

165 Así ocurre, por ejemplo, en Andalucía tras su publicación. Cf. REYES SOTO, Segunda enseiianza en Andalucía ... , op. cit., p. 100.

166 La edición que hemos consultado ha sido la octava, editada en Barcelona, Imp. Barcelona, 1898, [79 pp.].

167 La primera edición de este Compendio consta de 245 páginas, aproximadamente la mitad de los Elementos de Literatura. Aunque sigue el mismo esquema que éstos, se han simplificado bastante los contenidos y las referencias teórico-literarias de acuerdo con su olientación más elemental.

168 Entre ellas: 1867 (2' ed.), 1869, 1870 (4" ed.), 1875 (6' ed.), Barcelona, Imp. del Diario de Barcelona: 1880 (8' ed.), 1883 (9' ed.), Barcelona, Imp. Barcelonesa; 1886; 1892 (11' ed.), 1897 (13a ed.), Barcelona, Imp. Barcelona; 1899, Lima; 1901 (14a ed.), Barcelona, Imp. Barcelonesa; 1911, 1914, 1926 (20a ed.), Barcelona, Imp. del Diario de Barcelona.

242

La obra comienza con una breve introducción sobre la terminología, la clasificación de las composiciones literarias y la utilidad de las reglas. El resto se reparte en dos grandes apartados: el primero estudia con gran detenimiento la elocución y analiza las cualidades del pensamiento, la estructura y requisitos del lenguaje, las figuras, así como las cualidades esenciales y accidentales de la elocución en los distintos tipos de estilo. El segundo se limita a la descripción de lOs géneros Iitermios: poéticos, oratorios y doctrinales, según la finalidad predominante de cada uno de ellos. La retórica queda reducida al tratado de la elocución y del estilo, a la vez que se amplía a cualquier tipo de texto, literario o científico, mientras que su vasto concepto de literatura permite el tratamiento conjunto de géneros en verso y en prosa (asigna­dos tradicionalmente a la retórica). El resultado es el de un tratado bastante completo que agrupa materiales dispersos en la mayoría de los manuales anteriores, ahora perfectamente estructurados y ajustados a unos criterios previos que racionalizan su acercamiento a lo literario. De ahí, por ejemplo, su defensa de las figuras o sus críticas a la clasificación que de ellas hace Hermosilla. Las polémicas entre clasicistas y románticos provocan en él una actitud ecléctica que valora los elementos que unos y otros han aportado a los estudios literarios, a la vez que la influencia de Kant, Hegel y otros autores, le hacen partícipe de cierto idealis­mo en su concepción de la belleza y de la finalidad de lo literario, que excluye la imitación. Por lo demás, la obra está salpicada de abundantes citas teóricas funda­mentalmente de Blair, Marmontel, Hegel, Villemain, Boileau, Mme. de Stae!, Schelegel, Capmany, Hermosilla, etc., y literarias, que le sirven para ilustrar con gran profusión los diferentes estilos y la evolución de los géneros que analiza.

1856-57 LÓPEZ, Joaquín María (vid. 1849-50) Colección de discursos parlamentarios, defensas forenses, y producciones literarias, Madrid, Imp, de Manuel Minuesa, 7 vols. 169

Feliciano López, hijo del autor y abogado del Ilustre Colegio de Madlid, recoge en esta colección la producción oratoria y creativa de su padre, prologada por el íntimo amigo del autor, Fermín Caballero, que es el que escribe su más completa biografía en el volumen séptimo. Entre los discursos parlamentarios y forenses que ocupan la mayor parte de la obra -y que sirven de admirable ejemplo de la práctica oratoria de la época- destacamos las producciones literarias y unas Lecciones de elocuencia esplicadas en el Ateneo de Madrid en 1852. Se trata de tres lecciones basadas en los materiales que había publicado en sus Lecciones de Elocuencia en general..., que no pudo seguir impar­tiendo ya que la cátedra de elocuencia del Ateneo fue una de las que se cerraron por orden del gobierno en estas fechas.

169 Todos los volúmenes salieron de la imprenta de Manuel JVIinuesa, los cinco primeros en 1856 y los dos restantes en 1857.

243

,

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1

La transcripción de estas breves lecciones, salpicadas de rasgos orales y aplausos, no aporta nada nuevo que no dejara impreso en su obra anterior. Subrayaremos única­mente que la primera insiste en el carácter general de la elocuencia, su relación con la libertad, con la expresión sincera del sentimiento y con la poesía, de la que toma diversos elementos según los géneros y los autores que en ellos han sobresalido. Da también algunas nociones sobre su evolución. Las otras dos lecciones están dedica­das a la presentación de algunas figuras y de recursos, como el sublime, de especial utilidad en la práctica oratoria.

1857 MIGUEL Y NA VAS, Raimundo de170

Curso elemental teórico-práctico de Retórica y Poética acomodado a la índole de los estudios de la segunda enseñanza, conforme con el programa oficial mandado observar por Real orden de 20 de setiembre de 1850171 Burgos, Imp. de Anselmo Revilla. [XII+ 262 pp.] ' Otras eds.: 1863, Madrid, A. Jubera (Imp. de M. Minuesa),

-- 1872, Santiago, -- 1875 (4' ed.), Madrid, A. Jubera (Imp. de M. Minuesa),

1890 (7' ed.), Madrid, Sáenz de Jubera, Tip. Franco Española, -- 1911 (9' ed.), Madrid, Sáenz de Jubera Hnos., Imp. G. López del Horno, -- 1922 (lO' ed.), Madrid, Sáenz de Jubera Hnos.,

Tuvo también ediciones americanas: 1893, TaJea, Imp. de La Libertad, [128 pp.] y 1901 (2' ed.) Santiago [de Chile], Lib. de Artes y Letras172•

Es una obra orientada a la segunda enseñanza que nace sin pretensiones de originali­dad Y con la intención de recoger de manera clara y proporcionada a sus fines lo esencial de la asignatura. Sus fuentes expresas son Cicerón, Quintiliano, Vossio,

170 Profesor de Latinidad y de Retórica en Orduña y Castrojeriz y catedrático del Instituto de Burgos. También fue catedrático de Retórica en el Instituto de San Isidro de Madrid donde disfrutó durante cierto tiempo de un permiso oficial para trasladarse a Leipzig a fin de dirigir 'la impresión de su famoso Diccionario. Otras obras suyas, que le dieron si cabe más fama que a Coll y Vehí, fueron su Gramática hispano-latina, teórico-práctica, cuyos versos mnemotécnicos fueron muy conocidos, y q~e fue ado~tada para 1~ en_s~~anza en un crecido número de seminarios, institutos, colegios, y catedras particulares (12 edic10n en 1857 y 26a ed. en 1890); su Curso práctico de Latinidad, acompañado de un Diccionario para facilitar las traducciones, que contaba ya por estas fechas con seis ediciones y que también se utilizaba como libro de texto una vez aprobado por el Real Consejo de Instrucción púbhca; la Exposición gramatical, crítica, filosófica y razonada de la Epístola de Q. Horacio Flacco á los Pisones sobre el arte poética, y Traducción de la misma en verso castellano; 0

sus Elementos de Mitología, Ritos y costumbres de los antiguos romanos y Nociones elementales de Retórica Y Poéti~a, dispuestas para uso de los jóvenes que estudian el tercer año de latín, Burgos, Imp. de Anselmo Revilla, 1856 [VIII+ 106 pp.], como inmediato antecedente del Curso que estudiamos.

. 171 . Según las notas sobre las obras en venta del mismo autor que aparecen al final del tratado, se mcentlvaba la compra del Curso de Retórica regalando un ejemplar gratis por la compra de una docena.

172 Se trata de un compendio arreglado por el presbítero J[osé] L[uis] E[spinola] C[obo] según PALAU, Manual del Librero ... , op. cit., IX, p. 241. '

244

Blair, Marmontel, Rollin, Hermosilla y otros modernos, de los que extrae las ideas que considera más aceptables. Entre estos últimos resulta obvia la influencia de la obra de Monlau, que tanto éxito tenía por estas fechas y que se basaba prácticamente

en las mismas fuentes. Consta de dos partes claramente delimitadas: una de retórica y otra de poética. La primera, además de incluir las nociones preliminares de estética habituales en estos tratados y de analizar las reglas comunes a toda clase de composiciones en prosa y en verso correspondientes a la elocución y al estilo, se detiene en los distintos géneros en prosa (oratorio, histórico, didáctico y epístolar). La segunda está dedicada exclu­sivamente a los géneros poéticos. Cierran el Curso tres apéndices: un arte métrica caste1lana, la Epístola a los Pisones de Horacio, que según el reglamento vigente debía ser memorizada, y una pequeña colección de poesías escogidas que sirven de modelo a cada una de las principales composiciones poéticas. También se añade al final el Programa general de la asignatura mandado por el Gobierno para desarrollar­se en tres años, al que perfectamente se ajusta el texto de Miguel y Navas. Aparte del enfoque moralista que da a géneros como el dramático, poco es lo que se puede destacar de este tratado, cuyo éxito se justifica por su eficaz síntesis de textos anteriores en un momento de especial demanda de libros para las clases de retórica y

poética.

1858 LÓPEZ DE VERGARA, Juan Neopomuceno173

Curso académico de la Elocuencia Española, Tenerife, Imp. y Libr. de Salvador Vida!. [351 pp.]

Este curso fue una publicación póstuma que llevó a cabo el hijo del autor, el Ldo. D. Fernando López de Lara, a partir de los escritos que su padre dejó incompletos. Del proyecto que presentó en 1848 de la obra didáctica Elementos de Retórica y Poética solamente llegó a terminar el primer tratado, que ya estaba empaquetado en la imprenta cuando murió, y es el que se imprime diez años después con este nuevo título. El libro, pues, que sólo comprende lo relativo a la retórica y a la elocución, se halla perfectamente organizado en partes, secciones y lecciones, a partir de la generalizada división de aspectos generales de la retórica, que sirven de introducción, y los específic,os de la oratoria y sus géneros. Entre estos últimos destaca su completa clasificación de la oratoria contemporánea, enmarcada en la tripartición tradicional. En el género deliberativo, por ejemplo, incluye la elocuencia parlamentaria, popular, de los gobiernos monárquicos, de los Consejos de Estado, de la prensa, académica y militar; en el judicial, los discursos orales y escritos; y en el demostrativo, los

panegíricos, sermones, pastorales, oraciones fúnebres, etc. En las once lecciones que anteceden al cuerpo de la obra trata cuestiones de estética literaria y habla de las reglas, las imágenes, el entusiasmo, la crítica, los placeres de

173 Doctor en Filosofía y Jurisprudencia, fue catedrático de Humanidades, Historia y Literatura de ]a Universidad de San Fernando en Canarias y socio de varias corporaciones científicas y literarias.

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la imaginación, el sublime, la novedad, la imitación y la belleza ideal, el ingenio y el talento, para acabar con algunas observaciones sobre la cuestión del clasicismo y del romanticismo (no olvidemos que se terminó de escribir en 1848). Aquí se muestra defensor de los valores permanentes y morales del clasicismo, frente a la degenera­ción del romanticismo moderno de Rugo y Dumas. Aunque no destaca por la novedad en muchos de sus planteamientos, se agradece su actitud meditada y personal en algunos puntos, como su opinión sobre las causas de la decadencia de la retórica en el siglo XIX, o el hecho de que no considere la invención y la disposición como partes de la oratoria, limitada a la elocución.

1858 SILVIA, Diego174

Tratado de Oratoria y Poética, arreglado en forma de diálogo, Madrid, Establecimiento tipográfico de J. Casas y Díaz. [120 pp.] Otras eds.: 1861, Madrid, Imp. de H. Reneses.

Se trata de un breve y elemental tratado escrito en forma de preguntas y respuestas, la mayoría de las veces en un solo renglón, y compuesto por catorce capítulos dedica­dos principalmente a la elocuencia y a las reglas concernientes a la improvisación

oratoria.

1860 ESPAR, Joaquín175 (vid. 1865) Arte de Retórica para uso de los Seminarios, Barcelona, Imp. Herederos de la Vda. de Pla. [LII+ 247 pp.] Otras eds.: 1877, íd.

- 1912 (4' ed.), Barcelona, Herederos de Juan Gili, notablemente reforma­da por el Ldo. D. Ramón Sinca, Pbro., profesor del Seminario de Urge!, [495 pp.] 176

La intención del autor a la hora de escribir este tratado era la de servir de utilidad, tanto a los jóvenes que cursaban la segunda enseñanza, como a los sacerdotes que desempeñaban el ministerio de la predicación y a los más adelantados en la canera. Hacía frente de esta manera a los inconvenientes de muchas retóricas existentes que

174 Según los datos que aparecen en la portada, sabemos que en 1858 era profesor ayudante de Humanidades.

175 Fue director del Colegio de Humanidades de Urgel. 176 Se trata de una refundición de su Arte de Retórica y de sus Elementos de Poética. Las

reformas del texto, realizadas por el Licenciado D. Ramón S inca, profesor del Seminario de Urgel, las especifica así: «Se proponen, por vía de Introduccion, unas breves nociones sobre el arte, la belleza, las bellas artes y las bellas letras; al capítulo de los pensamientos se añade un artículo sobre los sentimien­tos y otro sobre las imágenes; á este capítulo sigue inmediatamente el que trata del lenguaje; se exponen con alguna extensión las principales clases de estilo y los medios para adquirirlo bueno; explícanse también Jos principales géneros literarios en prosa, y se amplía lo relativo á las composicio­nes épicas y dramáticas [ ... ]». Cf. op. cit., p. 6.

246

no conjugaban los distintos niveles 177• Las fuentes que declara seguir son: Capmany,

Blair, Hermosilla, Colonia, Coll y Vehí, Granada, Rubió y Ors y Codorniu. El texto se inicia con una introducción general que trata brevemente de la definición, origen, utilidad e historia de la retórica, y aborda de manera conjunta las reglas comunes a la retórica sagrada y profana y las particulares que las diferencian. La mayor parte de la obra se centra ~pensemos en la influencia de Capmany- en el análisis de la elocución (tropos, figuras, lenguaje, estilo ... ), con ejemplos tomados en su inmensa mayoria de la Biblia. La disposición retórica, bajo el epígrafe de «el discurso oratorio» ocupa solamente un capítulo, igual que la acción oratoria. En cuanto a los géneros, tratados de manera apresurada al final de la obra, hemos de señalar la distinción que establece en el ámbito sagrado entre sermones y homilías, con sus respectivos subgéneros 178

, y en el profano, entre oratoria política y forense, sin aludir a otros tipos orales o escritos. Texto, pues, orientado directamente a la enseñanza, de corte clasicista y partícipe de los contenidos de la escuela tradicionalista, partidaria del origen divino del lenguaje contra las opiniones de Herder, Hamann y Grimm, que lo consideran invención humana. Para explicar la diversidad de lenguas Es par se apoya en que todas muestran una lógica similar y en el mito de la tone de BabeJ179

Las incursiones de Espar en el ámbito teórico-literario no terminaron aquí, ya que al año siguiente publicó unos breves Elementos de Poética 180

, en los que remite a lo dicho en su Retórica con respecto a los pensamientos, al plan y a la elocución. Aquí brevemente describe los géneros poéticos repartidos en dos grupos: el de la poesía exegética (didáctica, lírica, pastoral y épica) y el de la dramática, ya que considera que el tercer tipo, el mixto, se puede suprimir fácilmente. Este pequeño manual, que carece de prólogo, adve1iencia o declaraciones iniciales de cualquier tipo, se refundiría, junto con la Retórica en su Arte de Retórica y Poética, de cuya primera edición desconocemos la fecha exacta1

H1

• Lo más destacable son algunas modificaciones que la adaptan a los planes docentes de esta asignatura y a las exigencias de la cultura literaria de su tiempo 182

.

177 Cf. ~<Advertencia generah, sin paginar. 178 Éstos recibirán un tratanüento más pormenorizado en su Curso teórico-práctico de Predica­

ción de 1865. 179 Cf. ESP AR, Arte de Retórica ... , o p. cit., p. 140. 180 En Barcelona, Imp. Herederos de la Vda. de Pla, 1861. [2 hs.+ XXXVIII + 115 pp. +

apéndice] 181 Sabemos que fue editada en Barcelona, Editorial Litúrgica Española, s.a. La que nosotros

hemos podido localizar ha sido la cuarta, Barcelona, Herederos de Juan Gili, 1912. Véase 1a relación inicial de ediciones.

182 Entre estas modificaciones, especificadas también en la «<ntroducción», son significativas la adición de unas breves nociones sobre estética; un artículo sobre los sentimientos y las imágenes en el capítulo de los pensamientos; la descripción detallada de las distintas clases de estilo; una explicación de los principios generales de la prosa, de la que carecía su Retórica, etc. Modificaciones todas ellas que muestran el grado de uniformidad de los tratados de retórica y poética. a que se había llegado ya, así como la frecuente práctica de ampliar y modificar textos de otros autores con fines didácticos.

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? FILLOL, José Vicente (vid. 1853) Sumario de las lecciones de un curso de Literatura general y principalmente española, con estricta sujeción al programa mandado observar de Real Orden, Otras eds.: 1861 (2" ed.), Valencia, I. Boix. [VID+ 586 pp.] 18',

1865 (2" ed.), Valencia, Imp. de la Opinión [672 pp. + 6 pp. de índice], 1872 (3" ed.), Valencia, Imp. de José Domenech. [VIII + 655 pp. + 3 hs.]ls4.

La obra nace a partir de los apuntes manuscritos tomados por un alumno de este profesor en sus clases de la Universidad, corregidos y dados a la imprenta después. Su intención es la de suplir la insuficiencia de los textos existentes, ya que, según el mismo autor dice en las páginas iniciales, incluso el Manual de Gil de Zárate tenía que ser completado por los alumnos 185

En ella se conjugan elementos del más puro corte clasicista, como su insistencia en la utilidad de las reglas y de los modelos como criterio de valoración artística, el enfoque moralista de algunos géneros, etc., con actitudes modernas que le llevan, por ejemplo, a cuestionar la división tradicional de la retórica, a defender una mayor atención de la preceptiva a la novela y al género periodístico, o a señalar la importan­cia del componente ficcional en la poesía. Partiendo de una dura crítica al materialismo-sensualismo de la época, en algunos casos representado por el romanticismo, se mostrará partidario de un espiritualismo que destaca el componente ideal de la belleza literaria que va más a11á del consiguien­te y primigenio elemento real. Destaca en este sentido la marcada influencia de Lista, hacia el que profesa gran admiración, y de otros autores europeos de cuyas obras muestra un conocimiento directo: Chateaubriand, Schlegel, Levéque, Schelling, Hegel, Kant, Cousin, Winckelmann, Burke, Blair, etc. A fin de evitar los extravíos del gusto considera conveniente la formación de dos artes distintas que fundamenten filosóficamente el conocimiento de la literatura: una, con el nombre de «retórica», que recoja todo lo relativo a la elocución y a la buena formación del estilo propio y figurado, y otra, «arte de la composición literaria», que explique todos los géneros (prosaicos y poéticos) según la finalidad predominante. De este modo, rechaza como anticuada y defectuosa la división en invención, dispo-

183 Las referencias bibliográficas de JUANA DE JOSÉ PRADES, La Teoría Literaria ... , op. cit., p. 30, señalan que esta edición de 1861 es la segunda. Sin embargo, la edición con la que hemos trabajado, la de 1872, es la tercera, y entre la de 1861 y ésta hubo otra edición en 1865.

184 Esta tercera edición de 1872 ha sido la utilizada, ya que el único ejemplar de la edición de 1861 que hemos localizado (en la Biblioteca Nacional de Madrid), se halla incompleto y consta únicamente de 40 pp. En la portada de la tercera edición se especifica que fue escrita con sujeción al Programa mandado observar por la Dirección General de Instrucción Pública en ¡o de Agosto de 1846.

185 Cf. FILLOL, Sumario de las lecciones ... , op. cit., p. V.

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sición y elocución -que sigue recogiendo Gil de Zárate-186• Tal concepción se

refleja en la organización de sus lecciones en tres partes: una estética, otra preceptiva y otra de historia de la literatura española. La preceptiva abarca entonces unas nociones generales sobre la elocución y el perfecto arte de hablar y escribir, que recoge la explicación de las partes del discurso, la pronunciación, etc., y que sirven de base razonada para la posterior presentación de los géneros en prosa y en verso. De cualquier manera, y pese al explícito cambio de actitud ante la retórica y a su integración en la incipiente teoría literaria, se observa claramente la fluctuación entre las nuevas necesidades teóricas y un esquema preceptivo que se sigue resistiendo al cambio187

1862 SÁNCHEZ ARCE Y PEÑUELA, Antonio1"

Lecciones de Oratoria Sagrada, Granada, Imp. y Libr. de J. M" Zamora. [326 pp.] Otras eds.: 1889 (3" ed.), Granada, Imp. de lndalecio Ventura. [358 pp.]

El texto se cofigura como una compilación de los autores más destacados en la materia, fundamentalmente de fray Luis de Granada, con alguna que otra aportación personal fruto de la larga experiencia oratoria de su autor. Alude con frecuencia a Quintiliano, Cicerón, San Agustín, Capmany, Blair, Rollin, Fénelon, Fleury, etc. Las lecciones están distribuidas en cuatro libros que siguen el orden y contenidos de la retórica clásica: invención, disposición, elocución y pronunciación, orientadas a la oratoria sagrada. Su decidida defensa de la imitación como elemento de primer orden en el progreso de la elocuencia, así como la configuración general de los contenidos sitúan de lleno a Sánchez Arce en la línea clasicista de décadas anteriores.

1862 GONZALO MORÓN, Fermín189

La Elocuencia antigua y moderna, o sea la Espada y la Palabra, Madrid, Imp. de Miguel Arcas y Sánchez. [96 pp.]

Con la cita en la portada del apotegma griego: «La espada traspasa el cuerpo. La palabra domina y se enseñorea del alma>> y una dedicatoria a la reina Isabel II comienza este escrito. Se halla estructurado en dos capítulos más un tercero, breve

186 Cf. Ibíd .. p. 85. 187 No de otra forma se puede explicar que la parte de retórica incluida al principio de la

preceptiva y que se supone, como él mismo había dicho, fundamento de la elocución y de la buena formación del estilo, se limite prácticamente a la disposición y a la pronunciación, dejando fuera el análisis del estilo y de los recursos expresivos con una clara orientación al discurso oral. La oratoria aparece como un género más en prosa.

188 Canónigo de la Santa Metropolitana Iglesia de Granada y catedrático de oratoria sagrada en el Real Seminario Central de la misma ciudad.

189 Colaborador habitual de la prensa periódica, publicó también una Historia de la civilización de España (6 tomos) y una colección de discursos parlamentarios y artículos periodísticos.

249

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continuación del segundo. La intención inicial del autor era la de hacer un juicio crítico de los discursos parlamentarios de Ríos Rosas, cuya edición se estaba prepa­rando. El retraso de la misma le lleva a publicar por separado este ensayo en tono grandilocuente, como apología de la elocuencia. Los dos capítulos centrales del texto se centran en el análisis de los oradores griegos Pericles y Demóstenes, a los que profesa gran admiración. Dicho análisis se basa en la recopilación de diversos fragmentos de la biografía de Pericles escrita por Plutarco, en el primer caso y, en el segundo, de las Filípicas de Demóstenes, encareciendo el patriotismo, aticismo y naturalidad de sus escritos con perceptible influencia de su

talante político.

1862 RÍOS, Diego Manuel de los190

Instituciones de Retórica y Poética, Otras eds.: 1864 (2' ed.), Madrid, Imp. J. Fernández Cancela. [V + 246 pp.]

1867 (3' ed.), Madrid, Imp. Joaquín Muñoz, 1868 (4' ed.), Madrid, Imp. de Santos Larxé, 1872 (5' ed.), Madrid, Imp. de Manuel Tello, 1875 (6' ed.), 1877 (7' ed.), 1878 (8' ed.), 1879 (9' ed.), Madrid, Remando.

El Gobierno declaró esta obra libro de texto para la segunda enseñanza. Aunque dirigida a las posibilidades de los jóvenes estudiantes, tiene también en cuenta las enseñanzas de literatura que después se imparten en la facultad, a fin de no entrar en contradicciones. De ahí que su contenido sea esencialmente preceptivo y que tenga <<por único y exclusivo objeto la parte rudimental y externa de las letras»191

• El estudio de la literatura, propio de niveles superiores, supone una mayor profundización conducente a una explicación filosófica de las leyes de las composiciones literarias, así como la conjunción de la Estética, la Preceptiva y la Crítica. Ante tal concepción, y teniendo presente la orientación del manual, su contenido ofrece escasas novedades al presentar la preceptiva al uso distribuida en unos ele­mentos comunes sobre el pensamiento, lenguaje, figuras y estilo, y unas nociones especiales de poética (versificación y géneros) y de obras en prosa, en cuya parte de oratoria se tratarán, como en otros textos de la época, las partes del discurso corres­pondientes a la disposición retóti.ca.

190 Doctor en Filosofía y Letras, fue profesor del Seminario de Nobles de Madrid y catedrát:ic6 numerario de Retórica y Poética en el Colegio Real e Instituto de segunda enseñanza de Granada.

191 Cf. RÍOS, Instituciones de Retórica y Poética ... , op. cit., p. II.

250

1863 HOLGADO Y TOLEDO, Francisco192

Literatura elemental (Retórica y Poética)193,

Otras eds.: 1879 (2' ed.), Murcia, Tip. de Antonio Molina. [206 pp.]

La obra se compone de setenta y cinco breves capítulos sin ninguna agrupación en partes, aunque sigue el orden habitual de los tratados de la época: una serie de capítulos introductorios sobre la elocución, el pensamiento y el lenguaje en general, y los correspondientes al análisis de los géneros de la oratoria y de la poesía. El propio Holgado justjfica su atención preferente a la elocución por su concepto de la retórica como arte de hablar y escribir con perfección. Aunque reconoce la fundamentación filosófica de la invención, disposición y elocución, que las hace aplicables a todos los géneros de composición literaria, considera más pertinente el estudio de la invención y de la memoria en el terreno de la Lógica, y el de la disposición y la pronunciación en el de la Oratoria194

.

Por lo demás, nada destacable en este manual escolar, salvo la clara bipolaridad en el estudio de la elocución en pensamiento y lenguaje, que luego derivará en la de fondo y forma, y en el análisis de los géneros literarios, divididos en prosaicos y poéticos, que ya por estas fechas se había empezado a cuestionar.

1864 OLÓZAGA, Salustiano de195

Estudios sobre Elocuencia, Política, Jurisprudencia, Historia y Moral, Madrid, A. de San Martín y A. Jubera. [XVI+ 373 pp.] Otras eds.: 1871 (3' ed.), Madrid, A. de S. Martín y A. Jubera (Imp. de J. Peña)

[XVI+ 470 pp.+ 1 h.] " 6

192 Doctor en las Facultades de Filosofía y Letras y de Derecho, fue catedrático de Literatura en el Instituto de Murcia.

193 Aunque no hemos podido localizar ningún ejemplar de esta primera edición, no contempla­da por ninguna de las bibliografías de retórica del siglo XIX consultadas, sabemos de su existencia al ser mencionada explícitamente en la «Advertencia» a su segunda edición, que es la que hemos seguido.

194 Cf. HOLGADO Y TOLEDO, Literatura elemental ... , op. cit., p. 12. 195 Destacado abogado, orador y político, Olózaga (Oyon, Rioja, 1805-?) fue apresado en 1831

por sus ideas liberales. Consiguió escapar de la cárcel y huyó a Bayona, de donde volvió tras la amnistía, en 1847, para dedicarse de nuevo a la abogacía. Tuvo después diversos cargos administrati­vos relacionados con el comercio, con frecuentes colaboraciones en El Eco del Comercio. Llegó a ser gobernador civil de Madrid, diputado en diversas legislaturas a partir de 1836, ministro fiscal del tribunal especial de Guerra y Marina, presidente del Consejo de Ministros, ministro de Estado, etc. Según Ma CRUZ SEOANE, Oratoria y periodismo en la España del siglo XIX, Madrid, Castalia, 1977, pp. 256-61, su época más brillante como orador correspondió a los años de gobierno del partido progresista (al que pertenecía junto a Joaquín Ma López), y desde el triunfo de la revolución esparterista a su caída como presidente del Consejo de Ministros y el inicio del moderantismo. Su estilo oratorio era sobrio, a la inglesa, más clásico que romántico, atento a la corrección gramatical. Sus característi­cas físicas -figura corpulenta y voz grave-le favorecieron en su habilidad para mantener la atención del auditorio durante todo el discurso.

196 Esta tercera edición ha sido la consultada.

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Compilación de artículos y discursos diversos sobre elocuencia, política, jurispruden­cia, historia y moral, tal y como especifica el título. Entre ellos resulta de interés para nuestro estudio el correspondiente a la elocuencia, que es transcripción del Discurso leído en la sesión inaugural de la Academia Matritense de Jurisprudencia y Legisla­ción, de la que era presidente, y que versaba sobre «El Arte Ora:tpria»197

La brevedad del texto no lo exime de su importancia como testimonio que nace de la experiencia oratoria que cuestiona de manera contundente la utilidad de la retórica en la práctica y remarca la negativa int1uencia de un sistema educativo que encorseta y desnaturaliza. Pone como ejemplo el tono monótono con que se enseña a los niños la lectura desde sus primeros años de aprendizaje. Partiendo de la idea de que todos somos por naturaleza oradores, apuesta por el sentimiento, la observación y el estudio a la hora de llegar a ser un orador elocuente. El perfecto conocimiento de la propia lengua en todos sus niveles será el requisito fundamental para hablar bien.

1864 BADIOLI Y PROTA, Lorenzo19'

Declamación sagrada, forense, académica, popular, militar y teatral, con un apéndice sobre el canto en general, Madrid, Imp. de Manuel Galiana. [126 pp.]

Pequeño libro dedicado por completo al estudio de la elocución en sus distintos campos, sobre los que va dando reglas minuciosas de forma breve y precisa, con mayor insistencia en los aspectos teatrales. El esquema interno de composición obedece a un descriptivo planteamiento inicial de la voz, la pronunciación, la modulación, el énfasis, las pausas, la mímica, etc., que se completa con un análisis más particularizado de las variaciones de la voz y el gesto en la expresión de lo bello, de las pasiones, de los tropos y figuras, de las partes del discurso, y de los géneros de representación199 y declamación que dan título al libro. Todo ello ilustrado con ejemplos teatrales y poéticos de la literatura española (Lope, Calderón, Tirso, Quintana, Balbuena, Cienfuegos ... ), cuya lectura constituye una pequeña serie de ejercicios de declamación.

197 La fecha concreta de dicha sesión fue el día JO de diciembre de 1863. El discurso fue editado ese mismo año en Madrid, Imp. de José M. Ducarzal, 1863 [49 pp.].

198 Sabemos que se trata de un autor extranjero afincado en España, socio honorario de varias academias literarias, filarmónicas y filodramáticas, que confiesa haber cultivado con ardor la declama­ción teatral. Escribió también un Método teórico-práctico-comparativo de las lenguas hermanas, italiana y española, aumentado con un vocabulario poético, y un Método para el estudio del idioma Francés.

199 En este capítulo, por ejemplo, analiza las características particulares de la representación de algunos estados: sonambulismo, embriaguez, ceguera, sordera, imbecilidad, monomanía, demencia, envenenamiento, languidez, delirio y agonía, sobre los que proporciona útiles observaciones relativas a la voz y gesto más convenientes en cada caso.

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1865 ESPAR, Joaquín (vid. 1860) Curso teórico-práctico de Predicación, o sea, explicación de todo género de discursos propios del púlpito, confinnada e ilustrada con modelos escogidos entre los SS. Padres y otros insignes oradores nacionales y extranjeros. La precede un prólogo por un conocido orador sagrado de esta capita/'00 ,

Barcelona, Imp. de los Herederos de la Vda. de P1a. [4 hs.+ XXXIV+ 350 pp.]

Se trata de una ampliación detallada de los contenidos esbozados en su Arte de Retórica en materia de elocuencia sagrada, ilustrados con abundantes ejemplos. Está dividido en tres partes correspondientes a cada uno de los géneros principales: las pláticas o instrucciones, los sermones (dogmáticos, morales y panegíricos), y las homilías o explicaciones del Evangelio. Además del interés relativo que puede tener como tratado de predicación en la configuración de los materiales de la retórica, destaca su explícito apoyo a la imita­ción o apropiación de sermones y de ideas de otros, a tener en cuenta en el estudio del concepto de imitación y de plagio a lo largo de esta época. Por otra parte, su actitud negativa hacia la improvisación contrasta con las ideas defendidas en el campo de la oratoria parlamentaria contemporánea, mucho menos conservadora.

1865 CAMPILLO Y CORREA, Narciso201 (vid. 1872) Del estilo, de sus diversas clases, y de la aplicación de cada una a los diferentes géneros de composición literaria, Cádiz, Tipografía de la Marina. [28 pp.]

Incluimos este texto, pese a su brevedad, como una de las más importantes críticas de la época al tratamiento tradicional del estilo, asumida después por numerosos autores

200 El prologuista al que alude en el título es e] Pbro. J. M" Rodríguez, que insiste en la necesidad de fomentar en la enseñanza eclesiástica asignaturas de predicación. También aconseja un uso prudente del latín, reivindica la predicación en catalán, dependiendo de las circunstancias, y recomienda no utilizar un lenguaje fuerte, con descripciones terroríficas ... , etc.

201 Escritor y poeta de la escuela sevillana, Campillo (Sevilla, 1835 ó 1838-Madrid, 1900) ocupó diversos puestos en la enseñanza. En 1865 ganó por oposición la cátedra de Retórica y Poética y Autores clásicos en el Instituto de Cádiz; en 1869, la cátedra del Instituto del Cardenal Cisneros, de Madrid, que sólo desempeñaría dos años y, después, la plaza de catedrático numerario de la misma asignatura en el Instituto del Noviciado de Madrid. Fue también miembro de la Académie Nationale Agricole et Commercial, de Francia, de la Real Gaditana de Ciencias y Letras, y concejal del Ayunta­miento de Cádiz, del que fue secretario. Colaboró en distintas publicaciones de la prensa periódica de la época (dirigió el Museo Universal, que más tarde se convertiría en La Ilustración Española y Americana) y participó en distintos tribunales de oposición para profesores de instituto, destacando también como orador y conferenciante en el Ateneo. Como poeta oscila entre el clasicismo y el romanticismo y cuenta entre sus modelos tanto a Rioja, Herrera y fray Luis, como a Zorrilla, Espronceda, Hugo y Lamartine. De entre sus amistades literarias andaluzas destaca la que le unió a Bécquer, Rodríguez Correa, Javier de Burgos, etc. A su producción poética y preceptiva se han de unir también sus colecciones de cuentos (Una docena de cuentos, de 1879, Nuevos cuentos, de 1881...), así como una Gimnástica, de la que se dice fue un excelente maestro.

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e incorporada por el mismo Campillo a su Retórica y Poética, de 1872. El discurso fue escrito respondiendo al tema y dimensiones propuestas por la Dirección de Instrucción Pública como ejercicio de oposición para las cátedras de Retórica y Poética vacantes en los Institutos de Cádiz, Canarias y Cabra202

.

En él se insiste, ante la confusión y diversidad que aparece en las retóricas, en la conveniencia de una fundamentación filosófica de la teoría del estilo que distinga su verdadera naturaleza y que diferencie sus caracteres constantes de los variables y accesorios. Entendido como la manera de presentar los pensamientos, cuenta con la cualidad fundamental de la oportunidad y las variables de tono, colorido, adorno, armonía, fuerza, precisión, etc., etc., que conllevan a su vez modificaciones infinitas.

Así pues, tras mostrar la insufiencia de la clasificación tripartita tradicional (sencillo,

medio y grave) y señalar la importancia de la libertad de estilo según los géneros,

ofrece una pequeña relación de los caracteres estilísticos de las principales composi­

ciones literarias, que ilustra brevemente con ejemplos de autores españoles.

1866 COLL Y VEHÍ, José (vid. 1856) Diálogos literarios, Barcelona, Juan Bastino e Hijo [Imp. de Jaime Jepús]. [492 pp.] Otras eds.: 1871, Barcelona, Bastinos e Hijo, editores, [Imp. de Jaime Jepús]

~ 1882, Barcelona, Juan y Antonio Bastinos, con prólogo de Menéndez

Pelayo, [661 pp.]'03 ,

- 1885, 1896, 1907, 1911, 1919, Barcelona.

202 Así se señala en la «Advertencia», op. cit., sin paginar. 203 El título de esta nueva edición que, aunque figura en la portada como segunda, es en realidad

la tercera, se completa brevemente: Diálogos literarios (Retórica y Poética). Se trata de una edición notablemente ampliada y mejorada, que añade un índice -del que carecía la primera edición-, unas breves notas biográficas que le hace al autor Teodoro Baró, y unos apuntes que sintetizan la materia y objeto de cada diálogo, originales de Ramón de Campoamor. Éstos fueron descubiertos por los editores en un ejemplar del famoso poeta y los reproducen aquí con su autorización, «uniendo así á la arneilldad, discreción y provechosa doctrina de la obra, la mayor facilidad en clasificar y distinguir las materias que trata, tanto al hacer su lectura corno al consultar en ella puntos determinados>>. Cf. «Advertencia», p. VI. Tales modificaciones revelan un creciente uso del texto como libro de consulta de utilidad también en la enseñanza, pese a su escritura ensayística y casi literaria.

En el prólogo Menéndez Pela yo destaca la filiación del autor a la escuela catalana, de la que son sus maestros Piferrer y Milá y Fontanals, y de los que se reconoció siempre deudor. En cuanto a los Diálogos, se pronuncia en términos muy positivos, condensando con sus juicios el contenido del libro: «En cierto agradable desórden, como sienta bien á una conversacion familiar; hallará en ella sanos principios estéticos, con notables consideraciones sobre el sonido y el lenguaje en general; el análisis más completo y menudo que hasta ahora se ha hecho de las llamadas figuras de palabra; el mejor estudio sobre nuestras formas de versificacion, y otro tan erudito é ingenioso como único hasta la fecha. Sobre las condiciones de nuestra lengua y poesía para la expresion de los afectos y para la imitacion musical del sonido y del movimiento: corroborado todo con numerosos y selectos ejemplos de prosistas y poetas, en que hallará bien que espigar quien acometa en adelante otras investigaciones no rnénos útiles, v.g. sobre el sentimiento de la naturaleza en nuestros clásicos»-. Cf. !bid., p. 26.

254

Son catorce amenos diálogos que insisten en el aspecto musical y auditivo del

lenguaje, desde un análisis inicial de los sonidos al de la estructura material de las

palabras (acento, tono, duración, intensidad ... ), y los efectos, vistos desde la retórica

de las figuras (sobre todo de las de palabra), de la combinación de sonidos y voca­blos, repeticiones, etc. No deja tampoco fuera la métrica y el estudio del ritmo y de la musicalidad del verso en sus distintas variedades. Todo ello se completa con multitud

de ejemplos que clarifican la teoria y agilizan su lectura.

El encubrimiento literario de los diálogos y el tono familiar de la conversación entre los dos amigos es su peculiaridad formal más característica a la hora de presentar una

docttina que fácilmente puede pecar de árida. De esta manera se consigue también

una mayor conjunción entre la forma expositiva y un pensamiento, en este caso

mucho más reticente ante la utilidad de la retótica y de las reglas. Su apuesta es la de

un acercamiento más personalizado al hecho literario por medio de una mayor educación del sentimiento y del oído, distinguiendo en todo momento lo que es el

goce-de la lectura del trabajo escrutador de la crítica.

1866 GINER DE LOS RÍOS, Francisco204

Estudios literarios, Madrid. Otras eds.: 1876 (2' ed. corr. y aum.), con el título de Estudios de Literatura y Arte.

Segunda edición, corregida y considerablentente aumentada, de los Es­tudios literarios, Madrid, Victmiano Suárez, J.M. Pérez. [XV + 316 pp.+ 1 h.]205

La obra está compuesta por una serie de artículos y ensayos diversos sobre el arte, lo

cómico, la épica, la poesía erudita y vulgar, la música, la literatura moderna, etc. De

especial interés para nuestro estudio es el titulado ~~sobre el estudio de la Retórica y la Poética~en la segunda enseñanza», fechado en 1866206

• En él hace un breve repaso

por la historia de la retórica y de la preceptiva literaria en general, que utiliza como

argumento para su defensa de una ciencia del arte literario que organice de forma

razonada y filosófica los matetiales dispersos en las retóricas, independientemente de

los modelos literarios del pasado. Reconoce los leves progresos de los últimos

204 Francisco Giner de los Ríos (Ronda, Málaga, 1839-Madrid, 1915) cursó estudios en Cádiz y en Alicante. Discípulo de Javier Llorens en la Universidad de Barcelona, terminará, sin embargo, sus estudios de Derecho y Filosofía y Letras en Granada. En 1863 se traslada a Madrid con su tío Ríos Rosas. Ligado desde muy pronto a la enseñanza y vinculado al Ateneo, en 1866 gana por oposición la cátedra de Filosofía del Derecho, a la que renuncia al año siguiente en solidaridad con Sanz del Río y Fernando de Castro en los sucesos que enturbiaron el panorama de la enseñanza española por estos agitados años. En 1875 una segunda persecución lo separará de nuevo de su cátedra. Rechazó entonces la oferta del gobierno inglés de fundar en Gibraltar una universidad española. Es en 1881 cuando regresa a su cátedra gracias al decreto del ministro Albareda. Su labor más destacada en la enseñanza tiene lugar a raíz de su fundación de la Institución Libre de Enseñanza.

205 Esta es la edición utilizada. 206 En esta edición comprende desde la página 131 a la 146.

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tratados publicados, y aunque ve con buenos ojos la incorporación de una parte de estética al principio de los mismos, la considera inútil si queda como algo suelto que no sirve para organizar y fundamentar el resto de la obra. La necesidad de un acercamiento global a estas disciplinas lleva a Giner de los Ríos a reivindicar una concepción unitaria de la retórica y de la poética, en tanto teoría literaria, y a renunciar a lo que hasta ahora tenían de reglamentación de la composi­ción literaria, «sólo propias para formar copleros y pedantes»207 •

Su propuesta es, pues, la de un estudio que potencie la fantasía y los sentimientos del joven hacia el hecho literario y libere al alumno de una acumulación de nombres y saberes que no le han de servir de mucho si no continúa este tipo de estudios.

1866 TRATADO de Declamación oratoria, escrito especialmente para uso de los oradores sagrados, Vich, Imp. de Soler Hnos. [XII+ 248 pp.] Otras eds.: 1907 (2' ed.), Madrid, Toledo, por la redacción de El Seminarista

Español, Libr. Religiosa de la V da. de Rico (F. Serrano, impresor). [XII + 220 pp.]

Este texto anónimo208 supone una pequeña aportación original al panorama retórico español del momento, ya que su autor, consciente de la falta de unos preceptos que sirvan de guía útil para la declamación, fundamentalmente sagrada, sin apenas auto­res a quienes recurrir209

, construye este tratado partiendo de la ineficacia de las reglas tradicionales que se han ido transmitiendo más por rutina que por verdadera utilidad. La obra se basa en el estudio de la pronunciación, movimientos, actitudes y gestos. Está dividida en cuarenta y cinco breves capítulos que prestan gran atención a los ejercicios prácticos: ejemplos concretos de enunciados que el interesado debe repetir y practicar siguiendo un orden marcado, y que van desde la pronunciación de las oraciones interrogativas a los ademanes que deben acompañar a determinado tipo de palabras o ideas. El resultado es el de un tratado especializado en declamación, que armoniza los preceptos clásicos que siguen teniendo validez en su época con las nuevas formas que requiere la cambiante sociedad del XIX.

1866 RUIZ DE LA PEÑA, Francisco210

Rudimentos de Retórica y Poética, redactados para el uso de sus discípulos, Bilbao, Imp. M. de Larnrnbe. [VIl + 138 pp.+ XVI]

207 Sf. GINER DE LOS RÍOS, Estudios de Literatura y Arte, op. cit., p. 141. 208 Unicamente sabemos el origen catalán de su autor, además de por la pista del lugar de

edición, por diversas manifestaciones a lo largo del1ibro, como cuando dice«[ ... ] Y ya que catalanes somos, y en Cataluña escribimos [ ... ]», cf. op. cit., p. 222.

209 Uno de los autores más citados es Bastús, por su Curso de declamación. 21 O Catedrático de Retórica y Poética en el Instituto Provincial de Vizcaya.

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Convencido de la conveniencia de la brevedad que requieren para su eficacia los textos dedicados a la enseñanza elemental y secundaria, Ruiz de la Peña lleva a la práctica tales ideas en sus Rudimentos, en los que condensa a través de párrafos breves con subtítulos en negrita, lo que considera esencial en esta asignatura, sin citas teóricas ni mayores profundizaciones. La materia, con estas condiciOnes, se halla organizada en tres partes correspondientes a la Elocución (análisis de pensamientos, formas, expresiones, cláusulas y estilo), Elocuencia (rápida presentación de géneros en prosa y en verso) y Filosofía de la literatura (brevísimas observaciones finales sobre el gusto y la crítica). En el apéndi­ce final copia el Arte poética de Horado en latín, sin notas ni traducción, sólo con párrafos numerados.

DELAGO Y DAVID, Joaquín"' Lecciones de Retórica y Poética, dispuestas para los estudios de 2" Enseñan­za por_2n, Otras eds.: 1867 (2' ed.), Jaén, Imp. Rubio y Compañía. [VIII+ 218 pp.] 213

Manual que pretende exponer de forma clara y sencil1a los conocimientos básicos que sobre estas materias han de saber los estudiantes, sin ninguna pretensión de originalidad. Está compuesto por cien breves lecciones, con párrafos numerados y un breve suma­rio en letra pequeña tras el título de cada una de las lecciones. Se organiza en tres partes fundamentales, que siguen a seis lecciones preliminares sobre la naturaleza, orige.n, utilidad, etc., de la retórica y las humanidades en general. Estas tres partes se cone'sponden con la Elocución (lecc. 7-49), en la que analiza los pensamientos, el lenguaje, las figuras y el estilo; la Preceptiva literaria (lecc. 50-76), basada en la presentación de la oratoria y sus tipos, así como de los géneros en prosa más significativos (didáctico, epistolar, histórico e historia ficticia); y el Arte Poética (lecc. 77-100), donde se ofrece un panorama general de los recursos méllicos y de los principales géneros poéticos. Los retóricos más modernos que recomienda son Reinoso, Gómez Hermosilla, Gil y

Zárate y Lista, además del P. Andrés, Sismondi, Boileau, Marmontel, Batteux, La Harpe y Blair. Tal selección dice mucho del talante de la obra a estas alturas del XIX.

211 Fue catedrático de Retórica y Poética en el Instituto de segunda enseñanza de Jaén. Publicó también una antología de textos latinos y un libro sobre mitología romana. Cf. PALA U, Manual del Librero ... ; op. cit., vol. IV, p. 343.

212 Este título corresponde a la segunda edición, que es la única que hemos localizado. 213 En el ejemplar consultado en la Biblioteca del Ateneo de Madrid hay una página arrancada

al final de ]a obra que deja inacabado el índice.

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1868 MUÑOZ GARNICA, Manuel (vid. 1852) Retórica Sagrada, Jaén, Imp. de los Sres. Rubio y C'. [VID+ 340 pp.+ 4 h.]

Tras el buen recibimiento de su Estudio sobre la Elocuencia Sagrada, que el Real Consejo de Instrucción pública señaló como texto en los estudios de Sagrada Teolo­gía, Muñoz Gamica se anima a sacar a la luz esta retórica, fruto de su larga experien­cia en las tareas del púlpito y de la cátedra. Al dar explicaciones razonadas, sencillas y claras, con abundantes ejemplos y con un sólido conocimiento de los grandes retóricos antiguos y modernos (Cicerón, Quintiliano, Blair, Capmany, Kleutgen, etc.), pretende facilitar la tarea de profesores y alumnos. La obra se estructura en seis partes a las que anteceden unas nociones preliminares sobre la retórica en general, la elocuencia, el gusto, y las necesidades y requisitos de la oratoria sagrada en particular. De esas seis partes, la primera está dedicada al estilo; las cuatro siguientes, a la invención, disposición, elocución y memoria y pronunciación; y la última, a los géneros de oratoria sagrada. El hecho de anteponer el estudio del estilo a las demás partes de la retórica la explica su autor por la conveniencia de ir de lo fácil a lo difícil, y responde a la sólida orientación neoescolástica de este texto. Así lo corroboran sus muchas deudas con el Ars discendi de Kleutgen -entre las que se encuentra ésta-, o su explícita defensa de las ventajas que el renacer del método escolástico, impulsado por Balmes, Ceferino González, Severino, Prisco y otros, proporcionará a la oratoria sagrada en vigor y en precisión.

1868 LA VERDE RUIZ, Gumersindo214

Ensayos críticos de Filosofía, Literatura e Instrucción Pública Españolas, Lugo, Soto Freire. [XXXI+ 522 pp.+ 2 hs.]

Pese a no ser esta obra un tratado de retórica la incluimos aquí por las importantes observaciones que contiene sobre la matelia, especialmente en su artículo «La asig­natura de Retórica y Poética», fechado en 1865215• El conjunto del libro se compone de una sede de artículos diversos sobre temas generales de crítica literaria, tanto en

214 Doctor en Filosofía y Letras, Laverde (Santander, 1840-1890) fue profesor de Literatura general y española en la Universidad de Santiago y después en la de Valladolid. En 1874 participó en el tribunal que juzgaba a Menéndez Pelayo, de quien fue un gran amigo y sobre el que ejerció marcada influencia, sobre todo en sus primeros ensayos y trabajos. Combatió el krausismo con Campoamor en la Revista· Europea. Destacó también como poeta en la realización de algunas innovaciones métricas. Perteneció a la Real Academia de la Lengua y a la de la Histoli.a. Juan Valera, prologuista de la obra que estudiamos, pp. XIII-XXXI, destaca las cualidades críticas de su amigo Laverde, sobre todo en el terreno de la instrucción pública, así como la oli.ginalidad y profundidad de su talento. El único reparo que pone a su teoría es la falta de sistematicidad. Señala asimismo en el terreno de la crítica literaria su postura conservadora, espiritualista y un tanto ecléctica.

215 En esta antología ocupa las pp. 90-106.

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su aspecto metodológico como específico en forma de reseñas a obras y autores concretos. El mencionado artículo analiza la problemática de esta disciplina en los planes de estudio de su época y apuesta decididamente por la necesidad de un estudio previo de la Lógica que dé consistencia a su conocimiento. También defiende una nueva concepción de estos estudios que sustituya la denominación de «Retórica y Poética» por la de «Plincipios de Literatura», de manera que abarque el análisis de todos los géneros de escribir a partir del tratamiento general de la elocución por parte de la retórica. Y, todo ello, en una clara visión de lo que ha de ser la «Ciencia de la literatura»216

.

Estas ideas se argumentan con observaciones críticas sobre preceptistas y autores contemporáneos que le señalan, en este y otros ensayos, como un perfecto conocedor de la teoría literaria española y de obligada referencia en este período.

1868-69 CANALEJAS Y CASAS, Francisco de Paula217

Curso de Literatura General (2 vols.): vol. I, La Poesía y la Palabra, Madrid, Imp. de <<La Reforma>> a cargo de D. Benito Carranza, 1868. [3 hs.+ 318 pp.], vol. II, La Poesía y sus géneros, Madrid, M. Minuesa, 1869. [416 pp.] Otras eds.: 1888, Madrid, 2 volsm

Canalejas esclibió este Curso para la asignatura de Literatura general en la Universi­dad de Madrid con un perfecto conocimiento de los últimos avances filológicos, críticos y filosóficos desarrollados en Europa durante las últimas décadas.

216 La diferenciación expresa entre «Literatura» y «Ciencia de la literatura» la podemos encon-trar en el apéndice I, p. 505. .

217 Canalejas (Lucena, Córdoba, 1834-Madrid, 1883) fue un des~aca~o abogado, literato Y profesor de la época, nombrado ya en 1857 catedrático a~ar ~e la Uruvers1da~ Central. En 1~6: gana por oposición la cátedra de Literatura Ge~eral de ~a U~tv~rstdad de Vallado~d y en 186~ p~s~ a la de Madrid como catedrático supernumerano. Al ano stgutente obtuvo la catedra de Princtplos generales de literatura e Historia de la literatura española de la misma universidad, que .. cambió en 1874 por la de Historia de la filosofía en e] curso de doctorado. Co~~ orador ~e-staco en las Cortes republicanas de 1873, aunque se negó a aceptar mayores resp~nsabth~ades poh~cas como las qu~ ;e ofreciera su amirro Castelar. Fue miembro de la Real Acadelllla Espanola y prestdente de la Seccton literaria del Ate;eo durante algunos años. En su numerosa producción literaria y crítica encontramos, además de importantes libros, numerosas conferencias y discursos. Del conjunto de su obra d~sta~a­mos: Introducción al estudio de la filosofía platónicq. Leyes de relación intema de l~s c_~~ncws

filosóficas (1858), Del estado actual de la filosofía en las naciones !atin.as (1861~, La poes1~ ep1ca en la antigüedad y en la Edad Media (1869), Las doctrinas del doctor 1lummado Rmmundo L_ulw (1~7?), Teodicea popular (1872), Estudios críticos de filosofía, política y literatura (1872), Doctrmas rehgl~­sas del racionalismo moderno (1874), La voluntad (1874), El carácter de las pasiones en la tragedw y en el drama (1875, discurso), Los autos sacramentales de Calderón (1871, discurso),~ poesía dramática española (1876), La poesía moderna (1877), Los poemas caballe~·escos y los llbros de caballería (1878), así como diversas conferencias sobre la educación de la muJer, etc.

218 Cf. PALAU, Manual del Librero ... , op. cit., vol.III, p. 93.

259

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' ¡1

En el primer volumen, la Poesía y la Palabra, hace un detallado estudio de lo que es la literatura entendida como creación y como acercamiento teórico-crítico a esa creación. Con especial hincapié en la poesía, aborda con criterios expresos de cientificidad el análisis pormenorizado de su componente básico, la palabra, tanto en su aspecto material como espiritual. En el primero estudia la voz, sus órganos, cualidades, etc. en el aspecto oral y la escritura, su origen, tipos, evolución, etc.; y en el segundo, la palabra como expresión del espíritu humano (origen del lenguaje, formación de las lenguas, estructura de las mismas ... ). De la conjunción de ambos aspectos resultará su análisis de la palabra como órgano de la poesía que, combinada con el elemento rítmico-musical, supondrá un tercer estadio del lenguaje. El segundo volumen, La Poesía y sus géneros, aporta una meditada reflexión sobre el problema de los géneros literarios, basándose en el épico, del que presenta sus distintas manifestaciones (poesía épico-heroica, heroi-córrrica, social, filosófica y epopeya) así corno los más irnpmiantes géneros de transición de la poesía épica a la lírica (elegía y sátira) y a la dramática (bucólica). El tratamiento general de los géneros queda, pues, incompleto. La pertenencia de estas dos partes al «Tomo prime­ro)) parece aptmtar la existencia de un proyecto más amplio que atendiera al resto de los géneros y que no Hegó a materializar. Influido por Hegel, su propósito es el de llegar a una comprensión de la esencia del arte a través de un método filosófico-histórico que examine los medios espirituales que intervienen en la manifestación de la be1Ieza, las transformaciones que tienen lugar desde el fondo a la forma, tanto interna como externa. De tales ideas deriva su concepción orgánica y flexible de los géneros que, como el espíritu humano, no puedan verse como taxonomías cerradas al modo clásico; o su reducción de todas las figuras retóricas a los tropos y a su combinación, corno ejemplo de la vitalidad transformadora de las lenguas.

Aunque no alude a la retórica tradicional, salvo en contadas ocasiones, sus aportacio­nes al panorama crítico, independientemente de su mayor o menor originalidad en el contexto de la teoría literaria europea, son de gran importancia en España. Y no sólo en el enfoque de los géneros. También influyó en muchos tratados de retórica y poética o literatura general que empezaron a incorporar capítulos sobre el análisis material de la palabra, de las lenguas o de la escritura.

? SÁNCHEZ Y CASADO, Félix219

Elementos de Retórica y Poética, para uso de los alumnos de los Seminarios, Institutos y Colegios. Método casi geométrico. Caracteres de los diversos géneros. Sinonimia del tecnicismo literario. Reglas razonadas. Ejemplos es-

219 Profesor auxiliar del Instituto del Noviciado en el año de publicación de esta obra, llegó a publicar numerosos textos didácticos para jóvenes de diversas asignaturas. Destacan: Gramática latina, Guía del Bachiller enArtes, Elementos de Geografía, Elementos de Historia universal (alcanzó en 191 O la 20a ed.), Atlas de Geografia histórica para los alumnos de Historia universal, Elementos de Historia natural, Elementos de Historia de Espaíia, Elementos de Física y Química, Geometría y Trigonometría, etc., con sus correspondientes prontuarios.

260

cogidos que son el precepto en acción. Un copioso índice analítico y otro alfabético, que le dan la doble ventaja teórica de un libro sistemático y la práctica de un diccionario, Otras eds.: 1881 (6' ed.), Madrid, Libr. de G. Hemando, [VII+ 227 pp.] 220

,

- 1891, 1896, Madrid, _ 1906 (lO' ed.), Madrid, Imp. Vda. e Hijos de Gómez Fuentenebro [VIII+

319 pp.] 221

- s.a. [1842 ?] (11' ed.), Madrid, Imp. de Galo Sáez (Libr. Hernando) [340 pp.]

Ante el éxito de la obra (la quinta edición se agotó en el plazo de un año), la sexta edición -que es la que hemos consuJtado- amplía considerablemente la parte introductoria y la dedicada a la composición literaria, atendiendo especialmente a los tecnicismos literarios, tal y como señala en el subtítulo, y tomando como referencia los textos teóricos franceses. Más que aportaciones destacables en el plano teórico, lo que ofrece esta obra es una perfecta sistematización de los contenidos con una clara explicación de conceptos y temas, y con la brevedad propia de un texto de estas características. Señal de su orientación didáctica son algunos procedimientos gráficos, corno la alternancia de distintos tamaños de letra, la numeración de párrafos con epígrafes en negrita, o los minuciosos índices analíticos y alfabéticos (con más de quinientos artículos), que resultan de gran utilidad para los estudiantes. Los Elementos se organizan en una reducida introducción general, sobre cuestiones estéticas, más tres apartados: uno sobre la composición (elementos lógicos y grama­ticales de la elocución y lenguaje figurado); otro sobre las obras en prosa o retórica (invención, disposición, elocución y géneros); y el último, sobre obras en verso o poética (nociones preliminares, arte métrica y géneros mayores y menores). Como vemos, pocos aspectos de los tratados al uso quedan fuera en tan reducido espacio. En ¡ 869 publicó Sánchez y Casado una versión abreviada de esta obra, que tituló: Prontuario de Retórica y Poética para uso de los alumnos de los Seminarios, Institu­tos y Colegios222• Este prontuario es un resumen de los Elementos de Retórica Y

220 Esta sexta edición es la que hemos utilizado. La primera edición suponemos que fue anterior a 1869, ya que entonces apareció el Prontuario de Retórica y Poética del mismo autor, que era un resumen de sus Elementos. Véanse al respecto las observaciones que siguen.

221 Edkión corregida detenidamente por D. Enrique Sánchez Rueda. Haciendo frente a las acusaciones de afrancesamiento de ]a teoría expuesta, esta nueva edición pretende darle un carácter más español con una mayor atención a nuestros clásicos. Tanto en esta lOa ed. con:o en la siguien~e, se recomienda la adquisición de la Colección de trozos !iterados y poéticos recopilados por elnnsmo Sánchez Rueda, que fue admitida como texto por numerosos seminarios conciliares e institutos de segunda enseñanza. a .- .

222 Otras eds.: 1876 (5" ed.), Madrid, G. Hernando, [2 hs.+ 110 pp.+ 1 h.]. Esta 5 ed., la umca que hemos podido localizar, contempla en la portada ~ue la ob.r~ fue señ.al.~da como texto para. el ingreso en la Academia de Cadetes del arma de Infantena. Tambwn hay edicJOn de 1886, en Madrid. Cf. PALAU, Manual del Librero ... , op. cit., voL XIX, p. 299.

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Poética publicados antes por el mismo autor. Sigue la misma ordenación temática y

el mismo procedimiento de numeración de párrafos que la obra original, pero varía en la supresión de las ampliaciones y notas etimológicas, ya que su finalidad es la de adaptarse a un nivel de estudios más elemental. Un año más tarde apareció su Guía del bachiller en artes, orientada a los exámenes para el grado de bachiller en Retórica y Poética223

1870 ÁL VAREZ ESPINO, Romualdo224 y Antonio de GÓNGORA Y FERNÁNDEZ225

Elementos de literatura filosófica, preceptiva e histórico-crítica con aplica­ción a la española, Cádiz, Irnp, de la Revista Médica, [VID+ 132 pp,+ 103 pp,]'26

Consta de dos partes con paginación diferente en el mismo volumen, en las que pretenden reunir las reglas literarias de la preceptiva con los principios científicos que las explican y el juicio crítico de las p1incipales obras. Aunque sus fuentes son conocidas (Aristóteles, Boileau, Blair, Cousin, Kant, Marmontel, Voltaire, Winckelmann, Platón, Pascal, Capmany, Hermosilla, Gil de Zárate, Coll y Vehí, Femández Espino, Núñez de Arenas, etc.), la novedad que ofrece en el panorama crítico español es la introducción de una amplia parte filosófica y estética como

223 Cf. Guía del bachiller en artes. Obra utilísima a los alumnos que desean prepararse en poco tiempo para los exámenes de prneba de curso y para el grado de bachiller. Letras: Retórica y Poética, Madrid, Imp. de Federico Escámez, 1870 [28 pp.].

224 «Doctor en Derecho, Licenciado en Administración, Bachiller en Letras, Catedrático de Psicología del Instituto de Cádiz, Secretario de la Real Academia gaditana de Ciencias y Letras, Secretario general de la Sociedad Protectora de los Animales y las Plantas de Cádiz, Académico de la de Bellas Artes de Cádiz, Correspondiente de la de Buenas Letras de Sevilla», es la presentación inicial que hace de este ilustre sevillano MARIO DE MÉNDEZ BEJARANO, Diccionario de Escrito­res, Maestros y Oradores naturales de Sevilla y su actual provincia, Sevilla, Gironés, 1922-25, 3 vals., vol. I, pp. 20-21. Álvarez Espino (Sevilla, 1839-Cádiz, 1895) publicó numerosos artículos en la prensa bajo el pseudónimo de Christian, así como gran cantidad de escritos contra las corridas de toros y memorias para la Sociedad protectora de los animales y plantas, cuyo Boletín dirigió. En filosofía perteneció a la derecha krausista. Entre sus figuran: Miscelánea literaria; Nociones de Lógica (Cádiz, 1867); Ensayo histórico-crítico del teatro español desde su origen hasta nuestros dfas (Cádiz, 1876); Disertaciones y Discursos (Cádiz, s.f.); Elementos de Psicologfa, Lógica y Ética (Cádiz, s.f.); Elemen­tos de Antropología psicológica (Cádiz, 1873); Ensayo de crítica sobre el drama de Sellés «El Nudo Gordiano» (Cádiz, 1879). En el terreno creativo escribió juguetes cómicos en verso y en un acto, como El tira y afloja (Cádiz, 1867); Un ramillete de novios (Cádiz, 1868); La hiena y el borrego, La casa en venta, etc., etc., y los poemas dramáticos: Una Magdalena, La última gota, Justicia popular, etc.

225 Góngora Fernández (Sevilla, 1842-?) cursó estudios de Filosofía y Letras en su ciudad natal. Ingresó en el profesorado oficial en 1867. Sus ideas políticas y su vinculación al alzamiento cantonal de 1873 le hicieron emigrar. A su regreso a España ocupó la cátedra de Geografía e Historia en el Instituto de Jerez, que desempeñó hasta su jubilación. Entre su producción figura: El periodismo jerezano (1900) e Historia de Jerez de la Frontera (1904).

226 Esta numeración responde a que las dos partes de que se compone el libro, la filosófica y la preceptiva, siguen distinta paginación aunque aparezcan en un solo volumen.

262

fundamento científico de la preceptiva. Ésta analiza desde las facultades del espíritu a las cualidades de la belleza y sus grados, lo feo, lo ridículo, lo sublime, etc. 227

La parte preceptiva estudia en primer lugar la elocución (lenguaje, figuras, estilo) y, después, los diversos géneros de composiciones literarias: poéticas, oratorias y

doctrinales. A todo ello se suma un apéndice de poesías escogidas (oda, elegía, letrilla, sátira, epigrama, y demás composiciones simi1ares)228

Su concepción estética se opone de manera tajante al empirismo sensual de décadas anteriores y hace partícipes a sus autores de la idea kantiana del desinterés de lo be11o, armonizando en todo momento su eclecticismo posturas extremas de realismo e idealismo, romanticismo y clasicismo ... , si bien se advierte cierta concesión al elemento espiritualista y moral de la obra literaria. Sus propuestas de cientificidad son, por otro lado, la respuesta necesaria a un cuestionamiento implícito de los procedimientos usuales de la enseñanza basados en la memorización de los contenidos de los libros de texto. Dentro de estas mismas pretensiones se sitúa su defensa -en la linea de Coll y V ehí- del estndio de las figuras retóricas por su contribución al exacto análisis del pensamiento y dellenguaje229

1870 ORTEGA Y FRÍAS, F, La escuela del poeta. Arte elemental teórico-práctica de la poesía lírica, épica y dramática, Badajoz, Imp. de José Santamaría y Navarro. [179 pp.]

Breve tratado divulgativo y elemental que nace con la intención de hacer al poeta natural un poeta ilustrado. Para ello, sin citas ni mayores consideraciones teóricas, hace un somero repaso por los tópicos preceptivos de la época sobre los pensamien­tos, lenguaje, tropos y figuras y versificación, antes de presentar las cualidades, requisitos y divisiones de los tres géneros poéticos principales. La parte práctica es un apéndice de fragmentos teatrales de autores contemporáneos (Gil de Zárate, Zorrilla, García Gutiérrez, Bretón, Asquerino y del propio Ortega y Frías).

1871 ASCASO Y PÉREZ, Andrés230

Lecciones elementales de Retórica y Poética, Pamplona, Imp. y Libr. de R. Bescansa. [3 hs.+ 158 pp.+ 1 h.]

227 En volumen aparte encontramos este trabajo de estética en su obra Lo bello. Principios de Estética con aplicación a la Literatura española, publicada su 2"- ed. en Cádiz, Est. Tip. de José M"­Gá1vez, 1880 [226 pp.].

228 Una presentación más pormenorizada de los contenidos de esta obra se puede encontrar en el artículo de Ma CARMEN GARCÍA TEJERA, «La concepción estética en la teoría de la literatura de Álvarez Espino y Góngora Fernández. Cádíz, 1870>>, en Gades, 15, 1987, pp. 183-204.

229 Cf. lbíd., segunda parte, p. 16. 230 Fue catedrático de Retórica y Poética en el Instituto Provincial de segunda enseñanza de

Pamplona. Escribió también unas Ligeras nociones de Mitología y Ritos de los antiguos romanos y diversas obras didácticas sobre la lengua francesa: un Método progresivo de traducción, un Tratado de pronunciación y un Cuadro sinóptico de la cm~jugación francesa.

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Esta obra, aprobada por la autoridad eclesiástica, es un texto escolar escrito para ser aprendido de memoria por los alurrmos. Aspectos gráficos que refuerzan la orienta­ción de estas lecciones son las notas explicativas a pie de página para los estudiantes más adelantados o la impresión en neglita de sus enunciados y de algunas definicio­nes especialmente importantes. Al final del texto propiamente dicho se añade un apéndice que contiene explicaciones sobre el origen de las palabras, el programa de Retórica y Poética y un índice alfabético de ténninos. Los contenidos, que no presentan novedad alguna, delatan una visión moralista, y hasta patriótica de lo literario. Su distribución sigue la de los tratados de la época, con una parte introductoria sobre los pensamientos y el lenguaje, con insistencia en la descripción de tropos, figuras y elegancias (que denota la influencia de Hermosilla), y la correspondiente agrupación de los géneros en composiciones en prosa y compo­siciones en verso.

? TERRADILLOS, Ángel M•231

Lecciones elementales de Retórica y Poética, o sea de Literatura preceptiva232,

Otras eds.: 1872 (7" ed.), Madrid, Imp. y Libr. de Gregario Remando. [Vlll+l72 pp.+ 2 hs.]

- 1883 (8" ed.), Madrid, Imp. Remando [168 pp.].

Estamos ante un tratado elemental que no ofrece novedades destacables, con ausen­cia casi total de citas o referencias bibliográficas233

• Su nota «A los lectores» delata la

231 Terradillos (?-Madrid, 1879), catedrático de Retórica y Poética de la Universidad de Madrid y abogado del ilustre Colegio de Madrid, impartió sus clases también en el Instituto del Cardenal Cisneros. Fue individuo de número y tesorero de la Academia Grecolatina, así como regente agregado a la Facultad de Filosofía de Madrid. Entre su numerosa producción, la mayor parte de orientación didáctica, encontramos sus famosas Páginas de la infancia, libro sobre los deberes de los niños, que llegó a las setenta ediciones; Prontuario de Historia de España (alcanzó más de veinte ediciones); Geografía de España; El Evangelio para los niños (tuvo hasta treinta ediciones); Curso elemental de Literatura latina (Madrid, 1848), Elementos de Gramática castellana (Segovia, 1845), Manual histó­rico-crítico de literatura latina (Madrid, Imp. de Jordan e Hijos, 1846 y también en Madrid, Sucs. de Hernando, 1905, 1911 y 1926); Colección de Trozos Selectos de Literatura Latina (Madrid, Imp. de José Félix Palacios, 1847), incluida en los programas oficiales de segunda enseñanza por Real Orden de 1854; Colección de trozos y modelos extractados de Autores selectos castellanos sobre Religión, Moral ... y Poesía ... (Madrid, 1855), etc.

232 Según referencia de Antonio Palau, Terradillos publicó un Programa de Retórica y Poética, que para el presente curso de 1847 a 1848 se proponen seguir en sus explicaciones los catedráticos de esta asignatura en la Universidad de Madrid, Madrid, Imp. de La Publicidad, 1847. Cf. PALAU, Manual del Librero Hispano-Americano, op. cit., XXIII, p. 92. Tales datos nos hacen suponer que, próximo a esas fechas, tuvo que publicar el texto íntegro de tal programa, del que no disponemos de más datos. La más antigua de ]as ediciones consultadas de este trabajo es la de 1872.

233 Las palabras con las que inicia el libro son suficientemente explicativas: «Libros, como el presente, no necesitan de prólogo, ni pueden aspirar a elogios, ni a gloria ó reputacion. Escritos para proporcionar a los principiantes el pronto y fácil estudio de nociones elementales, en tanto serán buenos y apreciables, en cuanto, bajo un sencillo y metódico plan, es pongan con la mayor precision y claridad las indispensables teorías sobre que versan». Cf. Ibíd., p. JII.

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confusión y fluctuación terminológica en la época entre <<Retórica>->- y <~Poética>-> y «Oratoria» y «Literatura», y justifican su empleo de la denominación de «Retórica especial» para el tratamiento de los tipos de oratoria y demás géneros en prosa. Las tres partes de que se compone el libro: retórica general, retórica particular y poética se completan con dos apéndices dedicados, uno, a la métrica y a la versificación, y

otro, a las reglas generales de la composición y a las dotes necesarias del escritor.

1872 PALACÍN Y CAMPO, Valero234

El .fondo del orador y el .fondo de la elocuencia, para la época presente y la futura, Madrid, Imp. Fortanet. [266 pp.] Otras eds.: 1886, Huesca.

Escribe Palacín este libro con la aspiración de formar al orador en el fondo de la ciencia necesaria para la práctica oratoria, y de hacerle sentir el espíritu que reclama la época moderna. Está dirigido especialmente a los oradores sagrados, aunque no lo especifique en el título. Su visión desastrosa de la sociedad de su tiempo contribuye a su concepción de la actividad oratoria como una lucha, una batalla que deben ganar los sanos principios de la moral y la razón por medio de la palabra. Cuatro libros divididos en pequeños capítulos constituyen el tratado, correspondien­tes el primero y el segundo respectivamente a la invención (de la que no presenta tópicos ni lugares comunes) y a la disposición (esta última con la denominación de «estructura del discurso»), y los dos últimos, a la elocución oratoria y al lenguaje figurado, acompañados de un cuadro sinóptico de las licencias gramaticales y de los

tropos y figuras. Su concepción entusiasta y altísima de la elocución, último grado de perfección a que puede llegar la inteligencia y la sensibilidad humana, le hace desconfiar de los preceptos que no nacen de la observación directa de la naturaleza e insistir en la sencillez, la magestad y la vehemencia como rasgos más sobresalientes de la oratoria

sagrada.

234 Palacín (Berdún, Huesca, 1827-1895) fue canónigo magistral de Huesca, además de un elocuente orador, como revelan los datos que aparecen en la portada.

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