En una entidad bancaria entré por curiosidady no sé cómo ocurrió que se quedaron con to

y no me dejaron na.  

Y lo que vengo a exponer es lo que a mí me ha pasao

que deposité un dinero y he salido entrampao.

Me dirigí a un comercial para que me aconsejara qué hacer con unas pesetas que tengo ahorradas en

casa. 

Me explicó toas las ventajas de sus productos bancarios,

y que eran los mejores de lo que había en el mercado.

 “Lo que le voy a ofrecer es tan seguro y tan bueno que los ahorros de mis padres los tengo invertidos

en ellos”. 

Como ignorante que soy en los temas financieros yo me dejé llevar de la mano del experto.

 “Un fondo en renta fija es lo que haremos primero, que aunque da poco interés, también tiene menos

riesgo.

Otro en renta variable que tiene más rendimiento, y como buen inversor, y es lo que está de moda, le compraremos acciones y jugaremos en bolsa.

Entre otras, las del banco, que van en marcha ascendente

y puede ganar dinero más de lo que usted se piense. Con el resto que le queda, para que viva tranquilo,

y pensando en su familia, le haremos un plan de pensiones

y un seguro de vida”. 

Ante tanta verborrea y yo que soy ignorante le firmé cien mil papeles que me puso por delante.

Antes de firmar pregunto: “¿qué es esta letra menuda que figura en los contratos?”

 “No se preocupe, buen hombre, eso son cosas del banco”.

 Deposité mi dinero y me fui tranquilo a casa,

pensando pa mis adentros, con una entidad tan seria,

no creo que me ocurra nada.

Constantemente recibo información de mi banco y no consigo enterarme. Y el dinero que invertí no está

por ninguna parte.

Me dirijo a la oficina a pedir una explicación. Como han cambiado de empleado me voy a la

dirección, a que me informen qué pasa con lo que tanto trabajo

ahorrarlo me costó. 

“¿Pero usted no está enterado de lo de la Guerra del Golfo?”

“Golfos hay por todas partes”.“¡Oiga, me está usted ofendiendo! Aquí no se engaña

a nadie. Sepa usted que con la guerra, la subida del petróleo, hacen bajar las acciones y por supuesto los fondos.

Las bolsas se han derrumbao, ha cambiao la economía

y, aunque usted no lo comprenda, esto es pura ruina”.

 

“Todo eso está muy bien. ¿Pero, dónde está mi dinero?”

 “Pues como le he dicho antes, su dinero está invertido

y con todo este jaleo, de momento se ha perdido. Tendrá que esperar un tiempo a que esto se

recupere y podamos devolverlo junto con sus intereses.

Todo lo dice el contrato, del cual tiene usted una copia,

creo que lo habrá leído pues en él se explican las normas”.

 Pa hacer la reclamación me pidieron treinta euros pa darme un justificante como que todo era cierto.

“¡Pero oiga!, ¿esto qué es la cueva de Ali-Babá?” 

“Lo sentimos es un trabajo y tenemos que cobrar”. “Lo que tenga que decir expóngalo en el cajero

y se le contestará a la vuelta por correo”.

 También lleva comisión, pues buena estaría la cosa si diésemos información sin cobrar una sola gorda”.

 Si recupero el dinero, aquí lo voy a jurar, por la

gloria de mi madre, que una entidad bancaria no la vuelvo

a pisar más.

  M.L., Cristóbal (Cosas mías,

2009).