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Hay momentos en que nos quedamos ausentes
a mitad de una caricia,
un paso,
en medio de una línea de lectura sosegada
con la mente como un charco de agua que se escurre.
Es que alguien nos recuerda con tal fuerza
que nos arranca un poco la conciencia.
Tal vez el sueño y la muerte
sean recuerdos aún más fuertes
de Otro
(De Instrucciones para blindar un corazón y Fe de erratas)
Más fiel que los amigos
y que los enemigos
perro transparente
que nunca te abandona.
Mírate en ella tan vacío como eres
sin gesto, sin coartada.
Eres la llama
de su ceniza
tú que eres de hielo.
Sois el día y la noche de un mismo planeta
frente a frente o de espaldas,
tú decides.
Si las hieres te hiere,
si la niegas te niega.
Más fiel que los amigos
y que los enemigos.
Más fiel que tú
contigo.
(ESTE SE ELIMINÓ)
hay cinco formas de destino:
forma de anillo, de planta occidental,
de umbral, de agua quieta, de brasa.
el primero es el que corresponde a los príncipes
y hombres de gobierno,
el segundo lo padecen aquellos que viven sin orden,
los que escuchan ruidos en la niebla,
los que mueren de cuchillo o mordedura.
el tercero se representa con una mujer
tatuada sobre un hombre y sobre su corazón
una corona
y simboliza a aquel que conoce
su verdadero ser.
el cuarto es mi destino
y nada de él me ha sido revelado.
el quinto fuerza
a que otro sea tu ley,
como los enamorados
y las sombras.
(De El Ciclo de Hafn, Corpus Poeticum Boreales)
Mi padre y el padre de mi padre
labraron ciudades a imagen de los sueños
de tus padres y de los padres de los suyos.
Yo he alzado palacios
a imagen de tus poemas:
tus palabras fueron estancias desparejas
o simétricas, jardines repetidos
tus estrofas y albercas tu silencio.
Levantamos cúpulas de agradables ecos,
con agua se recubrió la piedra y sabemos
que lejos, en esta madrugada,
la nieve está cubriendo tus metáforas.
Hoy he aquí mi obra, Padre de los Creyentes,
estás ante las puertas –que Alá ha abierto
para socorro de los oprimidos,
para consuelo de los cuitados,
para el conocimiento de la Verdad–
de un edificio
trazado a imagen de tu arrepentimiento
y que sólo tú
mereces recorrer.
En su disposición sabrás reconocer
la forma de tus vicios.
En su mármol
el rosa de tus labios y la dureza de tu corazón.
En el centro está el patio
de tu Mayor Dolor y la torre delgada
que sobre sí sostiene
Lo Que No Quieres Ver.
Que según tus deseos
lo habites en paz
y lo recorras como una oración,
hasta que la que separa a los juntos,
y aniquila todo placer
y arruina lo construido,
te abra sus puertas.
(Inscripción en las ruinas de Kharan Qualaf. âkistán, x X d.C.)
(De Libro de las Sombras y Fe de erratas)
haikus & aicus
medianoche
mis sueños
no me dejan dormir
moneda en el fondo de un charco
este trozo de luna
sobre el desfiladero
amapola que tiemblas
también durará poco
el que te mira
íbamos pink floyd ciento cuarenta
camino del verano,
dentro del cuerpo todo
lo que uno piensa,
si es que sigue pensando,
que puede resistir
sin que estalle la nuca
y pierda el mundo
su escasa consistencia.
personalmente iba también ciento y bastantes
latidos por minuto,
cada vez más lejos del edén,
en digna caída libre
hacia mi keli,
como nos dijo él
y hacia el futuro,
lugar que a estas alturas
uno conoce más o menos por postales
y más valdría quedarnos donde estamos.
tenía los labios
secos de fumar
y en la cabeza como la explosión
de los archivos de una filmoteca,
es decir: nada de ver la calle arturo soria
sino viejas
ciudades de europa con parterres
de hierro, automóviles
de motor venenoso, chóferes giacometti,
y en una de esas supe que después
de todo
y de tanto
y de pasar muchas noches en vela
buscando una palabra
y de padecer de arritmia, de almorranas y de psicoanalista
y de haber visto a la muerte, tronco,
como a ti, paseando por un bosque
en el verano del setenta y seis
y después de la cábala el zen y stanislavski
y de haber gritado
con todos en las plazas
y de haber sentido cómo te sube
cómo te enciende
cómo te aprieta
cómo te asombra, cómo te arquea
y cómo te borra
todo eso que uno toma
o mejor, que se mete
y después de haber hecho el amor
sobre tres continentes, dos islas y a una estatua,
en fin, no ha habido cuelgue
éxtasis o amor que ablandara ese largo
hueso transparente
y raro de roer
que es esta vida.
es decir:
he dado muchas vueltas
y las cosas siguen como estaban.
y lo de ahora mismo, por ejemplo,
no es siquiera
que haya conseguido que la tristeza se me haga el harakiri:
es un dolor de vientre mío personal
a la altura o abismo de las circunstancias.
así que
entre tú y yo,
tengo que decirte
que a veces me asusta este camino
cada semana menos transitado
y transitable
de buscarlo todo en todas direcciones
para encontrarme a mí,
y me asusta
todavía más pensar que a lo mejor
ni siquiera es camino
sino una vida entera
de martillarse el dedo
en vez del clavo,
con la cabeza alta y el gesto
del que sabe.
pero si resultara
que este siroco lleva a alguna parte
créeme que las dudas
y lo arriba descrito puntualmente
y la felicidad sin padre conocido que a veces me protege
no son más que el principio.
platón asegura que el tiempo es circular
que volverá a afirmarlo que esto mismo
ya lo ha repetido
san agustín refuta esta doctrina
en su civitas deimas yo la creo
yo quiero creerla
porque aunque sea precisa mi vejez
y otra vez
los océanos hirviendo bajo un sol inminente
la plegaria ante el fuego
platón y la escolástica la muerte de mi padre
con el asombro de la primera vez
te besaré en los labios
(De Las reglas del fuego y Fe de erratas)
claudia olía tu cuerpo
tenso
a canela y a pólvora
bajo la luna
torrencial de abril
durante diez minutos
tuvimos en la mano
los billetes
para no regresar
a nuestras vidas
claudia mientras viva
no lo olvidaré:
había tormenta estábamos
tendidos frente a frente
bruñidos como armas
no partimos
a gestos como éste
debo todo:
mi tranquilidad mi familia mis libros
y a ti gatita rusa
la oportunidad de demostrar
que soy hombre de orden
una cosa sé:
no estamos aquí para sobrevivir
ni para vivir sólo
seamos dignos de un inmundo
que ha engendrado la música
la amistas
y la nieve
nos trajo la lujuria
de especies y de generaciones
la galaxia nos protege en su puño
templado y verdeazul
el mundo nos precisa
para ser
una mota
significante
las hojas para caer
el hombre para saberse
las hojas para caer
como el hombre para saberse
en las generaciones de los árboles
también
los hay platónicos
los hay
aristotélicos
convencidos de ser o pura sombra
o solo narración de la llovizna
hay almendros que son
sonrisa en ramas
cipreses como grietas de verdor
álamos atónitos
y letras de corteza
y hay árboles que han dado mango al hacha
con que los cortarán
para enseguida ser
brillo y calor
paraser luego
azul en el azul
de esta madera
yo
(ESTE SE ELIMINÓ)
en cada llamarada llama un hada
las cosas por su nombre:
león al que lee mucho
tartamudo
al goloso de silencio
higuera a un fuego verde
cuyos hijos
son blandos
dulces
nudos
de luz
el hada inmóvil me llama perverso
me recita:
la pantera era pan
que se comió al hambriento
la rosa risa
de olor
o loor callado
que el hada pálida
abra cada palabra
como la nuez que no es
me de a sufrir su fruto
a comer comas
y ya sólo sintaxis si amigos
sin señas sin dinero
me conceda
el poema
me lavaron con tinta los ojos
me los secaron con hormigas vivas
el trozo de claridad
de la ventana
era mi sudario
lo colocaron sobre mis hombros
y me abandonó toda inquietud
por las cosas del mundo
la vida de mi alma
se medía en un centímetro
mientras sonaba mozart
me empujaron a nido de la peste
donde un bosque de arañas
se frotaba las patas
tuve otras alucinaciones
pero la verdad es que estaba solo
sentado
ante lo único que es
y supe que tenía sin remedio
que abrirle el corazón.
lo saqué de la túnica enseguida
leve y gris
como ovillo de angora
lo averigüé
hasta desmenuzarlo y estaba vacío
la tristeza rancia de los días de mi vida
me alcanzó
y aún tuve nostalgia de mis desventuras
porque supuse lo que iba a pasar
sopló sobre mí no me miró
con la mano
borró mi sitio
(De Las Guerras Civiles y Llanto Bailable)
llévate tus ojos de ágata empañada
tus labios lentos
en que me dormí tantas veces
y tus pasitos zambos que hicieron circunflejo
el camino
que a tu lado seguí
he bajado hasta los corredores
más hondos de esta cárcel
a borrar con un mazo de horror
tus inscripciones
nuevos tiranos y distintos dioses
van a merecer en adelante
mi odio y mi fervor
sal de mi vida
quédate de otro modo
llévate los fantasmas
que fueron mi familia
y el libro de cocina
con que harás feliz a otro marido
no me despiertes más con tus manos ausentes
en la grisura insípida de cada amanecer
rescata cuanto puedas del naufragio
y déjame nadar
sal de mi vida
que hiciste apetecible tantos años
sal de mi vida
pero quédate
(ESTE SE ELIMINÓ)
(De Las Guerras Civiles y de Poemas de amor y no (1981-2005)
donde dice dólar
debe decir dolor
donde dice tener
debe decir temor
donde dice patria
debe decir tripa
donde dice querida
debe decir herida
donde dice locura
debe decir lo cura
donde dice a venecia
debe decir ave necia
donde dice creer
debe decir crear
donde dice timón
debe decir motón
donde dice nada
debe decir nido
donde dice josé
debe decir no sé
(De Las Guerras Civiles y Llanto Bailable)
Han fundido las estatuas
para acuñar moneda.
Han separado a la anciana
de su compañero.
Han dado a los calígrafos escobas
para que limpien las letrinas.
Han convertido al pastor en matarife,
en maestros de escuela
a los perjuros.
A martillazos borran las inscripciones.
A martillazos cumplen sus sentencias.
Está prohibida cualquier canción,
cualquier libro,
cualquier plegaria
que no les justifique.
Cuando la beso
pienso en otra mujer,
no soy mejor que ellos.
(De Viajes de un antipático y de Poemas de amor y no (1981-2005)
Estética y Estática
Es domingo y verano.
En el vestíbulo del Museo Whitney,
sentado, hambriento,
miro las piernas de una rubia en shorts
y, en su vitrina, el circo que hizo Calder.
Vuelvo la cabeza
de uno
a otra.
No sé qué elegir.
Hace dos meses que no veo a mi novia
y años una obra que me gustara más.
La mayoría de las americanas
creen firmemente
que las piernas sirven para andar.
Que son huesos y músculos,
vasos sanguíneos, reebok o niké
(victoria, en griego, Niké de Samotracia).
También la mayoría de los adultos,
si lo son,
utilizan los corchos para tapar botellas,
alambre para las composturas
y tela para cuanto
tiene que tapar el ser humano.
La rubia y Calder no.
Ella camina hacia el mostrador
Con la indolencia radiante
de un antílope
al sol de la sabana.
Calder armó el Circo de Kolynos
(el Menor Espectáculo del Mundo)
Para que equilibristas y payasos,
Perros y tragasables
Hicieran una gira por su imaginación
Junto a la vitrina
toma notas.
Lucen irresistibles y contiguas,
tan distintas las dos
Nada me gustaría más
que presentarle mis piernas a las suyas
aunque dudo
que mi inglés
fuera convincente.
Además,
no es mas que un anuncio
del cuerpo de baile de la especie,
que recluta parejas
para que siga la música,
siga y siga la música
y no acabe.
En cambio viendo el Circo
no quiero conocer al empresario,
ni comprar el perrito,
ni llevarme a la cama a la vedette
-del tamaño de un hámster-.
Miro cómo lo inútil
se ha vuelto imprescindible.
Lo sé sin entenderlo,
como una herida que escucharan mis manos
o una frase
que leyera al beber.
Al sentarse,
la rubia pone todo en su sitio:
a mí, perentorio, idéntico a millones,
asombrado
como la primera vez que vi unas piernas.
Y aprecié que el deseo es cartilaginoso
y une el cuerpo al amor,
y maldije mi suerte.
El arte desenrosca estas rutinas
que definitivamente nos definen.
Así, el poema.
Que se escribe liberando al deseo de su noria.
Dejando que nos lleve,
ciego todavía,
a lo que no conoce, ni nadie más, ni yo.
Y allí,
como ahora a mí,
nos deja solos.
(Arto de Arte. Galería Utopía Parkway, Madrid 2005)
me fui tras una falda
muy corta
y eras tú
de piernas tostadas como almendras
y así tibias
de niña en niña
acurrucadas
tras tu pelo brillante
como una dinamo
me fui
tras tu boca de flor
que florece entre huesos
me fui detrás de un cuerpo
y era un alma
vestida apenas
de mujer
vestida
de tallo de avena
me fui detrás
y aún no te he alcanzado
eso dices
o parece decir
la grieta
en un jarro de lágrimas
con que me sonríes
sobre la mesa espárragos
fragantes y labradas
columnas de lo umbrío
sobre la mesa espárragos
y rosas
salvajes
a su lado
que has traído
desde su soledad
soleada
donde nadie las mira
tú yendo y viniendo
como esta primavera:
tan indecisas
y espléndidas
las dos
abril henchido de agua
como un párpado
a punto de llorar
y la ola que duda
entre tu melena y tu cadera
siempre preferiste
el drama
al tedio
el error
a la duda
la verdad a la compasión
hoy no es seguro
el amor vive en un lugar estrecho
entre tu destrucción
y mi destrucción
(De Poemas de amor y no (1981-2005)
(con Antonio Gamoneda)
Rosas cabizbajas en un frasco de café, junto a la ventana.
Afuera ondea la telaraña de las constelaciones,
afuera el silencio abrazado a la oscuridad
hasta que les separe la mañana.
Y en una ingle de la sierra, esta casa.
A la luz de una vela coloco una palabra detrás de otra
como pasos de equilibrista, uno tras otro,
procurando no pensar en más.
Pude amar y no amé,
supe cantar y he olvidado cómo.
Ahora ordeno palabras sin música
Ahora acaricio una mano invisible.
La pureza, la certeza, la calma
lo sé ya,
me han sido negadas.
Mi destino más alto será siempre procurar,
ser víspera
ser gris.
Pero ni un grado más de oscuridad.
(Inédito)
Epitafio
Aquí descansa el cuerpo,
su alma no:
transeúnte del aire
sigue en vilo.
Lo enterramos al borde del camino
que lleva de la pureza a la abyección
y vuelta,
su paseo favorito.
Su condena es repetirlo sin descanso
hasta que ambas se confundan
en el barro
de otra Creación.
Tú que pisas
el polvo
de lo que fue sonrisa,
los huesos que abrazaron
cada día
su contradicción,
aviva el paso
y elige mientras puedas:
nunca envidies el destino de un poeta.
(Inédito)
Nací en Madrid en 1958, una fecha que ya se me pierde entre otras. Empecé a escribir poesía a los catorce años y perdí mis obras completas a los diecinueve. Si existe un Más Allá, es una de las cosas que espero encontrar. Me dieron al accésit de Premio Adonais en 1980 con un libro titulado Instrucciones para blindar un corazón. En 1985 el Premio Leonor de Poesía, en Soria, por Libro de las Sombras. Vivía en estado de gracia y los poemas eran mi manera de pensar. La poesía me ha concedido otros muchos regalos: la aventura inmóvil de las páginas, la amistad con personas más extraordinarias que sus versos, la confianza en un saber sin conocimiento, al que a veces me consigo abandonar. Todo poeta tiene una novela en la cabeza. Las Guerras Civiles era una novela, sí, pero en obras: vas a paso de prosa y te metes en un pantano de poemas, tropiezas con recortes de periódico o sales improvisadamente a un dibujo… Había recibido el Premio Torrente Ballester de Narrativa 1995, a pesar de que un miembro del jurado, al parecer, se oponía diciendo: “pero dónde está el hecho bélico”. Ya lo explicaba Antonio Machado: “yo vivo en paz con los hombres y en guerra con mis entrañas”. Viajes de un antipático practica también la mezcla de géneros, aunque de la forma que nos es cotidiana: lo que te pasa, lo que sientes, lo que escuchas o lees, anotado con el humor qu eme gustaría tener siempre. En este periodo de tiempo también han aparecido mis poemas más raros en ediciones tan raras como Telegrama (El Gato Gris, Vellliza, 1995) y Calendario (Ediciones Arte y Naturaleza, Madrid, 2005). Tal y como consta en las referencias bibliográficas de los poemas reproducidos, he publicado una recopilación de mis versos (Fe de Erratas) y un par de selecciones temáticas (Llanto bailable y Poemas de Amor y No). Llevo más de diez años sin publicar un libro de poesía inédita. Ahora estoy acabándolo.