Embed Size (px)
Citation preview
Uno no termina de sorprenderse de las incoherencias, en el ámbito educativo, de los responsables políticos en cuyas manos está el dirigir la política educativa de España. ¿Cómo entender la preocupación obsesiva del Ministerio de Educación
en la anterior legislatura por lograr la objeción a la clase de Religión a aquellos padres o alumnos, una minoría, que no querían que sus hijos aprendiesen nada que tuviera que ver con la Religión? Esa obsesión se plasmó en la legislación vigente por medio de la opción de “la debida atención educativa”. Una opción que vulnera el Acuerdo de la Santa Sede con el Estado español que dice muy claro que: "el hecho de recibir o no enseñanza de la religión no puede suponer discriminación ni para unos ni para otros". Así pues, para el redu-cido porcentaje de alumnos que no optaban por recibir enseñanza de la religión con la LOE se les abría las puertas de la objeción. La enseñanza de la religión es de oferta obligatoria para los centros, pero voluntaria para los alumnos. Frente a los argumentos para defender la opción voluntaria de la materia, y que todos los años cuenta con el refrendo mayoritario al ser elegida por padres y alumnos, nos encontramos con una materia que aparece en la LOE, en contra de muchos padres, titulares y profesores, como obligatoria: Educación para la Ciudadanía. Y en este caso el Ministerio se rebela con uñas y dientes frente a todo atisbo de objeción. La actual Ministra de Educación, nombrada al día siguiente de ser aprobada la LOE, tras ser defenestrada M.ª Jesús Sansegundo, que la había elaborado —¡toda una paradoja!— acaba de amenazar de nuevo a los padres y alumnos que pretendan objetar: la objeción tendrá consecuencias. El “talante” (¿recuerdan?) de quien ostenta la cartera de Educación deja mucho que desear. Me viene a la memoria lo que no hace mucho afirma-ban desde el MEC ¿tan poca confianza tienen los Obispos en los padres y los alumnos de que si la asignatura de Religión carece de alternativa estos dejarán de elegirla? Ahora podemos preguntarles a ellos: ¿Tan poca fe tienen en las bondades de la Educación para la Ciudadanía, tal como está plasmada en el BOE, como para pensar que si la dejan como optativa pocos serán quienes la elijan? La incoherencia es evidente. A menudo han afirmado que desde la clase de Religión adoctrinamos, hacemos catequesis. Lo cual es totalmente falso. La Educación para la Ciudadanía ¿no puede adoctrinar a los niños y jóvenes en cues-tiones sumamente sensibles para su formación? Es preocupante, aunque sea sólo en pocos cursos y pocas horas. El daño puede ser de difícil reparación. Estoy convencido de que, de no objetar, la tranquilidad a los padres sólo vendrá dada por los principios que inspiren el centro educativo (ideario o proyecto educativo) en el que llevamos a nuestros hijos, por el proyecto curricular concreto, por los profesores que la vayan a impartir y, también, por los libros de texto que elijan en el centro. No estaría mal que la voz del profesorado de Religión pudiera ser escuchada cuando se aborde la línea a seguir en esta materia: con qué proyecto curricular, quién la va a impartir y con qué recursos. Nos va mucho en ello, pues podemos encontrarnos con serios conflictos cuando de la enseñanza y el aprendizaje de determinados contenidos se deriven serias discrepancias. Estemos pues vigilantes como docentes y como padres. Optamos por una educación integral, creemos en ella, pero no en cualquier edu-cación. Deseamos personas con criterio desde unos valores que humanizan, que liberan, que nos hacen ser mejores personas y más solidarios. Es tiempo de hablar sobre ello en los Claustros, en las Comisiones de Coordinación Pedagógica. Hagamos que nuestra voz y nuestro criterio no sólo se oiga sino que se escuche.
Mayo, 20085.ª época, número 9REVISTA ALDEBARÁNes una publicación de
GRUPO EVERESTCENTRAL Y EXPORTACIÓN
Ctra. León-A Coruña, km. 5 Apartado 339 24080 LEÓN Teléfono: 987 844 200 - Fax: 987 844 202
Contestador automático - 24 horas: 987 844 209e-mail: [email protected]
Everest de Ediciones y Distribución, S.L.Servicio de Atención al Cliente: 902 123 400
Fax: 902 180 870e-mail: [email protected]
e-mail: [email protected]
1 - LEÓN (Central)Ctra. León-A Coruña, km. 5 Apdo. 339 - 24080 LEÓN
Teléfono: 987 844 200 - Fax: 987 844 201Servicio 24 horas: 987 844 209
Atiende: A Coruña, Asturias, Badajoz, Burgos, Cáceres, León, Lugo, Ourense, Palencia, Pontevedra, Salamanca, Valladolid y Zamora
2 - ZONA NORTENavarra 6 - 5º Dpto. 3 - 48001 BILBAO
Atiende: Álava, Cantabria, Guipúzcoa, Huesca, La Rioja, Soria, Teruel, Navarra, Vizcaya y Zaragoza
3 - CATALUÑAConcepción Arenal, 144-146 - 08027 BARCELONA
Atiende: Barcelona, Girona, Lleida, Tarragona y Principado de Andorra
4 - MADRIDManuel Tovar, 8 - 28034 MADRID
Atiende: Madrid, Ávila, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Segovia y Toledo
5 - ALICANTEAvenida Mare Nostrum, 22 - 03007 ALICANTE
Atiende: Alicante y Murcia
6 - ANDALUCÍAParque Industrial P.I.S.A. - Lonja,17 - 41927
MAIRENA DE ALJARAFE (Sevilla)Atiende: Almería, Cádiz, Ceuta, Córdoba, Granada,
Huelva, Jaén, Málaga, Melilla y Sevilla
7 - CANARIASUrbanización Industrial Maipez - Jinamar Los Cascajos
35200 TELDE (Gran Canaria)Atiende: Las Palmas y Tenerife
8 - VALENCIA/BALEARESBélgica, 22 - 46021 VALENCIA
Atiende: Albacete, Castellón, Valencia y Baleares
Consejo Editorial:Juan Carlos Carrascosa Calpena
Fernando Rodríguez Pereyra y Nuria Mayoral del Barrio
Dirección:Antonio Salas Ximelis
Consejo de Redacción:José F. Blanco
Desiderio Ferrer DelgadoJosé Luis García Peña
Javier GarralónFrancisco González Arranz
Nuria MayoralLuci Ortega
Marifé Ramos
Diseño y Maquetación:Carlos Méndez
Esther García de la Rubia
Fotomecánica e Impresión:Evergráficas S. L.
Grupo Everest no se hace responsable de la opinión de sus colaboradores y lectores en los trabajos publicados, no identificándose necesariamente con la opinión de los mismos.
Depósito Legal: LE - 1030 - 2004
Fotografía de cubierta: Laura Salas Justicia
Antonio Salas Ximelis
864
101213141618
Diario de abordo
la brújula • La gran aparición (M.ª Amparo García de la Herrera / M.ª de los Ángeles Díez Adrián)
el cuento • Caja gris o caja verde (Julia González Blanco)
la parábola • El árbol perdido (José Julián Martín de Rojas)
sugerencias • Llamadas y respuestas (José Luis García Peña)
el póster • 3, 2, 1... ¡Se rueda! (Ramiro Undabeytia)
claves para entender • Evangelios apócrifos (Chema Pérez-Soba)
en la red • Entrevista con DIOS (Miguel Ángel Majo)
para pensar • Il faut que la vérité soit reçue d'un homme vivant (Jorge Sans Vila)
procedimientos • Juego de cartas: El mono Luis (Sara Rodríguez)
iconografía religiosa • La escalera al cielo: la mezquita de Samarra (Silvia Martínez Cano)
Sumario n.º9
7
Que nuestra voz se escuche respecto a Educación para la Ciudadanía
(c. 8
1241
1020
4)
Fotografías: Antonio Salas Ximelis
Introducción: M.ª Amparo García de la Herrera, coordinadora de Religión de la Vicaría VIII de MadridTexto: M.ª de los Ángeles Díez Adrián, co-coordinadora de Religión de la Vicaría VII de Madrid
La gran aparición
4
la brújula
El pasado día 12 de marzo, partía para la casa del Padre nuestra amiga y compañera, M.ªÁngeles. Escribir estas líneas es hacer presente la nostalgia de su ausencia. Compartí con ella muchas cosas: ilusiones, trabajo, enfermedad... y de todo íbamos saliendo, pero los pla-nes de Dios eran otros, y Él la preparaba para ese gran paso Pascual, de la muerte a la Vida. Percibo su presencia, por eso quiero compartir y expresar sus sentimientos, los que ella vivió a través de su enfermedad, para que nos motive ante las dificultades y contrariedades que la vida nos depara, si sabemos confiar en el Señor. Sí, Él siempre camina a nuestro lado; es necesario saberlo descubrir... porque nos ha prometido que Él vino para darnos VIDA y Vida en abundancia. Con cariño.
M ª Amparo.
Mi proceso es largo por las metás-tasis… no estoy curada; a Bonifacio acudo siempre, sé que me mira con amor y eso para mí es más que sufi-ciente; sé también que los tres (Jesús, María y José) no me abandonan. ¿Qué más puedo pedir? Estamos de paso y el reencuentro con el Señor al que desde bien joven entregué mi vida, me llena de gozo. Podéis pensar que no es muy normal decir esto; os confieso que no tengo miedo al encuentro con mi Padre Dios, sé que el abrazo que me dará será misericordioso. Él sabe que no he sido lo que Él
esperaba de mí, pero es tan inmen-sa e infinita su misericordia que no se me ocurre dudar de ella.Sigo ofreciendo todo lo que me pasa por la Iglesia, por la querida congregación y por tantas y tan-tas necesidades que hay en este mundo que nos toca vivir. No me gusta ver la cara amarga del cán-cer, porque me paralizaría, ni me gusta mirar hacia atrás; el presente es lo que tenemos y es presente, don, gracia que el Señor nos concede, por eso os puedo decir desde esta experiencia que lo viva-mos intensamente, es lo único que tenemos en nuestras manos.
Con todo esto que me atrevo a comu-nicar, no pretendo dar “consejos”, sólo deseo compartir mi experiencia y pediros que sigáis ayudándome a dar gracias y bendecir al Señor en todo momento. Rezad conmigo: “no abandones, Señor, la obra de tus manos”. GRACIAS
Las apariciones son extra-ñas... Una aparición es algo que sorprende y
sobrecoge... Nuestra vida está llena de "apariciones". Sí, esas apariciones cotidianas que a través de distintos acontecimientos nos manifiestan “algo”.En mi vida ha sido sorprendente esta aparición, no de la Virgen, ni de San José, ni siquiera de Bonifacio, pero sí la de un cáncer a mis 55 años.No sé si fue oportuno o inoportu-no… pero cuando llega el sufri-miento o la falta de salud y tienes o debes asumirlo… algo empieza a “suceder” en ti. Creo que es algo que Dios, mi Padre, ni me lo envía, ni lo quiere, pero ha hecho presen-cia en mi vida y Él está conmigo ahora, de una manera especial, cuando necesito aceptarlo, afron-tarlo, convivir con él, y… si me es posible, amarlo y sentir que el Señor me acompaña y da fuerzas en la lucha diaria y dura para hacer todo lo posible para combatirlo.
Junto a la aparición está “el mila-gro”. Sí, el milagro de la vida, ese don tan exquisito que Dios nos rega-la cada despertar; esa vida en la que Dios se hace presente, cercano, renovándolo todo, dando fuerza y sentido para lograr que la vida surja y resurja, para que brote con más dinamismo y vitalidad.
La vida ante tal acontecimiento te cambia: reordenas tu escala de valores, miras y ves todo de distin-ta manera, minimizas, relativizas situaciones, problemas, cosas… asumes las debilidades sin miedos, se potencia el amor, el respeto al otro, la paz interior penetra en el corazón, y desde ahí sonríes a la vida y la acoges con un Amén, con un Fiat, con un Hágase tu voluntad a todo lo que se presenta, a todo aquello que la enfermedad te va deparando: operación, hospitales, punciones, pruebas, quimiotera-pias, crueles tratamientos, inyec-ciones, malestares,… Y un amén
de circunstancias que no faltan.He aprendido a confiar en los médicos poniéndome en sus manos con docilidad, en silencio, dejando hacer y haciendo lo que me van diciendo, procurando facilitar su labor. Y, sobre todo, he aprendido a confiar plenamente y sin dudas en el Señor. Desde el primer momento me he puesto en sus manos y tengo que decir que no me ha abandonado, que siento su presencia muy cercana y cálida en todo este proceso que estoy viviendo.Para aceptar y amar esta situación no he estado sola, creo mucho en
el poder de la oración y lo he sentido fuertemente, también he sentido vues-tra cercanía, cariño, acompañamien-to… una manifestación clara del amor de Dios que a través vuestro me decía que me amaba, por eso me brota a cada momento un GRACIAS hermana, un gracias que renuevo cada día y os lo devuelvo también cada día con mis pobres oraciones. En ellas estáis todas, seguid pidiendo para que no decaiga y siga el Señor dándome fuerzas para luchar por mi vida mien-tras me quede aliento de vida.Puedo deciros que este cáncer está siendo para mí una gracia de Dios, no me creáis valiente, quien me conoce sabe de mis debilidades y cobardías ante el dolor. Ponerme totalmente en las manos de Dios me ha dado una paz y alegría nunca antes experimentada; en Él me acu-rruco en todo momento y, aunque acaricia y aprieta, como buen Padre sabemos que nunca nos deja; permi-te estas situaciones para un mayor desprendimiento, liberación, vacío personal y no dudo que para una mayor identificación con Él.
5
“El presente es lo que tenemos y es presente, don, gracia que el Señor nos concede, por eso os puedo decir desde esta experiencia que lo vivamos inten-samente; es lo único que tenemos en nuestras manos”.
la brújula
según avanzaban las palabras y los silencios. Llegó la noche.Al amanecer, el joven partió de la fuente con una caja desbordante de colores: verde esperanza, amarillo calidez, rojo vitalidad, azul infini-to, violeta interioridad,… Mientras, la caja de la anciana se convertía en marrón tierra, y ella, en el blan-co puro y feliz de quien pasa por la vida construyendo un mundo mejor y alcanzando la esperanza de una nueva vida aún mejor.
6
Cuentos de las cajas de la vida 5
Caja gris o caja verde
Aquí terminó la conversación. El joven comprendió que no debía preguntar a alguien que tuviese la misma caja que la suya. Pero, ¿en cuál fijarse?
No lejos de allí, una anciana se dis-ponía a beber agua en una fuente. La anciana sacó de su caja verde un cuenco y lo llenó de agua. Al incor-porarse, vio al joven junto al caño de la fuente y le ofreció de beber. El jo-ven de la caja gris tomó el vaso y, sin beber, le preguntó: –Abuela, ¿cómo su caja es verde?La anciana, que había visto sus ojos verdes como la hierba empapada de rocío, le respondió: –Mi caja es verde, el verde de una vida que ven-go renovando desde hace miles de días y que espero renovar también mañana, cuando amanezca. Es ver-de esperanza, porque si mañana no pudiese renovar esta vida sé que otra vida mejor alcanzaré… Tú también llevas el verde en ti. Tus ojos hablan de esperanza en un mundo mejor.El joven notó que su sentido de la vis-ta percibía la vida de otra forma y su caja de la vida se inundó de verde.El diálogo prosiguió y la caja de la vida del joven fue añadiendo colores
Érase un joven triste y pasivo que, por fin, una vez se pregun-tó: "¿Por qué mi caja de la vida
es gris?" Estaba sorprendido; se había hecho una pregunta. Era la primera vez que sentía deseos de interrogarse y de hallar respuestas. Casi sin darse cuenta tomó su caja de la vida, la escudriño por fuera y por dentro y, no hallando más color que el gris, salió a la calle con ella en busca de una contestación.
La calle parecía un río multicolor: gentes con cajas azules, amarillas, verdes, naranjas,… Por primera vez advirtió la sana envidia de quien añora algo mejor. Entre la marea multicolor, ¡una caja gris! Nuestro joven se apresuró tras su portador. Seguro que él tendría contestación a su duda. Una vez alcanzado, se tomó el atrevimiento de interrogarle: –Buen hombre, ¿podría usted decir-me por qué su caja es gris?Pero el buen hombre, de rostro me-lancólico, le respondió entre dientes: –Y yo que sé. – Se hizo un silencio y, como si el buen hombre se hubie-se quedado sin energía añadió tras una cansina inspiración: –Jamás… me… lo… he… preguntado.
Pistas para trabajar:• ¿Qué crees que significa tener
una caja de la vida gris?
• ¿De qué colores te gustaría que fuese tu caja de la vida? ¿Cómo conseguirlo?
• ¿Qué es la esperanza? ¿Qué aporta la anciana al joven?
• ¿Qué significa pasar por lavida construyendo un mundomejor?
el cuento
Texto: Julia González Blanco • Ilustración: Ramiro Undabeytia
Un bosque, su árbol estaba allí, en aquel pequeño bosque que le hizo recordar los días de su infancia.
7
lugar sombrío y triste. Donde antes cre-cían hermosos árboles y bellas flores, ahora se erguían grandes bloques de hormigón, llamados edificios. ¡Cuántos árboles perdidos!Las gentes del lugar corrían presurosas, sin mirarse…¡Qué tristeza! ¿Dónde estaba su árbol? ¿Dónde jugaban los niños?
Finalmente decidió huir de su ciudad en busca de su árbol. Recorrió muchos y muchos kilómetros. De repente, a lo lejos vio un pequeño bosquecillo y se preguntó:—¿Estará ahí mi árbol?Gritó:—Árbol, ¿dónde estás?—Sí, sí, exclamó, ahí está mi árbol.Su preciado árbol estaba allí, escon-dido, pequeño, pero creciendo con fuerza y pensó:—¡Qué mejor sitito para esconderse un árbol!
Érase un hombre que había per-dido un árbol. Subió monta-ñas, bajó a los grandes valles,
exploró ciudades y ciudades buscando su preciado árbol. Gritó al viento:—Árbol, ¿dónde estás?Nadie le contestaba, sólo el eco de su voz. Volvió a gritar:—Árbol, ¿dónde estás?
Nadie le contestó.Siguió y siguió buscando.De pronto recordó que en la ciudad donde vivía y donde había crecido, muy cerca de la Puerta de Alcalá, cuando era pequeño existía o existió un bello jardín, donde sus padres le llevaban a jugar.Allí estaría su árbol. Corrió por las calles de la ciudad buscando el bello jardín. Cuando llegó vio una gran puerta, "la Puerta de Alcalá”, pero no reconoció el jardín. Donde en otro tiempo los niños jugaban, se había convertido en un
El árbol perdido
Texto: José Julián Martín de Rojas, profesor del Colegio Sagrada Familia (Moratalaz, Madrid) • Ilustración: Ramiro Undabeytia
Cuestionario1. ¿Qué ha perdido nuestro
protagonista?
2. ¿Dónde fue a buscarlo?
3. ¿Qué significa explorar?
4. Explica en qué consiste el eco.
5. ¿Qué “árbol” hemos perdido y estamos buscando en nuestra vida?
6. ¿Dónde podemos encontrar ese “árbol” perdido?
7. ¿Quiénes nos pueden ayudar a encontrarlo? ¿Por qué?
8. ¿Qué crees que podemos sentir al encontrar ese “árbol”?
“Donde antes crecían hermosos árboles y bellas flores, ahora se erguían grandes blo-ques de hormigón, llamados edificios”.
•
•
•
•
•
•
•
•
la parábola
Dedicado a Ana, Laura y Sergio.
3. DesarrolloSe divide la clase en pequeños gru-pos (no más de cuatro personas), y cada uno de ellos trabaja sobre dos de los personajes propuestos. Puede seguirse el siguiente proceso:
3.1. Cada miembro del grupo realizauna encuesta a diez personas (pre-feriblemente de edades diferentes:niños, adolescentes, jóvenes, matri-monios, ancianos). La pregunta querealizar es la siguiente: ¿Qué necesi-tas para ser feliz? (Cuando anoten la?respuesta, anotan la edad).
3.2. Una vez realizadas las encues-tas, los miembros del grupo exponenlos resultados y elaboran una escala(de lo más repetido a lo menos).Elaboran unas conclusiones.
3.3. Lectura de los dos textosbíblicos seleccionados y elabora-ción de una pequeña narración (amodo de resumen).
3.4. Responder a las dos partes delesquema que se propone a conti-nuación. Es importante que sean capaces de descubrir lo que Dios les ofrece, y el proceso seguido por cada uno de los personajes hasta que aceptan lo que Dios les pide.
3.5. Puesta en común de cada uno de los grupos al resto de los grupos. Presentan las conclusiones de la encuesta y el contenido que se les ha pedido acerca de cada uno de los personajes bíblicos.
siones incomodan, a las que se les pone impedimentos, dudas, inquie-tud, rechazo,… pero que en defi-nitiva, llevan a un replanteamiento de la propia vida y a una respuesta y compromiso total ante la llamada que Dios propone.Hoy en día nuestros alumnos y nuestrasalumnas también buscan sentido, bus-can felicidad, buscan responderse asus grandes preguntas. Esta actividades una aproximación a las propuestasque Dios hace a personas determina-das, y el camino que siguen hasta daruna respuesta afirmativa. Respuesta queles pone en el camino de ser felices.
1. JustificaciónPropio de los seres humanos es labúsqueda de la felicidad, la búsque-da de sentido a nuestra vida. Por ellonos interrogamos sobre la propia exis-tencia, haciéndonos preguntas queson muy importantes. Las respuestasa dichas preguntas nos orientan enla toma de decisiones y en el sentidoque damos a nuestra vida.Introducirse en la Historia de laSalvación lleva a encontrarnos conpersonas que, haciendo “su vida”, descubren nuevas oportunidades.Oportunidades que, en muchas oca-
8
Llamadas y respuestas
“S“U
“P
sugerenciasCI
TAS
2. Objetivos• Conocer algunos textos bíblicosrreferidos a la llamada de Dios.• Profundizar en dichos textos para rextraer el proceso vocacional y la respuesta dada por las personas elegidas por Dios.• Valorar la respuesta dada y el comr -promiso que dicha respuesta exige.• Comprender que la personahumana tiene la tarea de dar senti-do a su vida, y de llegar a ser ellamisma orientándose esencialmentehacia los otros.
9
4. Otras propuestas• Investigar y realizar una biografía de un santo o una santa. Puede ser el del nombre que tienen, el del patrono
de la localidad, el de alguien por el que sienten una curiosidad especial. Pueden consultar en: http://www.churchforum.org.mx/santoral/indicalfa.htm
• Realizar un cómic/mural sobre el personaje bíblico trabajado.
ESQUEM
ASsugerencias
1.
2. ¿A QUIÉNES LLAMARÍA DIOS HOY? ¿PARA QUÉ?
PERSONAJEBÍBLICO
REFERENCIABÍBLICA
PROPUESTATT /A PETICIÓN /PROMESA QUE DIOS
LE HACE
EVOLUCIÓN DELA RESPUESTATT
(proceso)
RESPUESTATTFINAL
ABRAHAM Gen 12, 1-9
MOISÉS Ex 3, 1-15
GEDEÓN Jue 6, 1-24; 36-40
SAMUEL Sam 3
ISAÍAS Is 1, 24…6, 1-9
JEREMÍAS Jer 1, 4-12; 20, 14-18
JONÁS Jon 1, 1-16; 4
ENVÍO DE LOS 12 Mt 10, 5-15
MARÍA Lc 1, 26-38
ANDRÉS Jn 1, 35-42
PABLO Hch 9, 1-19
(...) (...)
10
el póster
Ilust
raci
ón: R
amiro
Und
abey
tia (
3, 2
, 1...
¡Se
rued
a!).
Ilust
raci
ón e
xtra
ída
del l
ibro
de
Rel
igió
n: P
roye
cto
Alde
bará
n XX
I, 6.
º de
Prim
aria
. Edi
toria
l Eve
rest
11
el póster
Foto
graf
ía: A
rchi
vo E
vere
st
12
Texto: Chema Pérez-Soba
"Apócrifo" es un término griego que significa "oculto". Hoy están muy
de moda los llamados "evangelios apócrifos" esto es, "ocultos", como posibles fuentes para conocer mejor al Jesús histórico. El último ejemplo fue el evangelio de Judas, que NationalGeographic divulgó el año pasado. Que estos evangelios (como los canó-nicos) se pusieran bajo el nombre de personajes importantes de los prime-ros tiempos del cristianismo (aunque ellos no los escribieran), todavía ha alimentado más el interés.
¿Es cierto lo que dicen? ¿guardan los apócrifos datos "ocultos" sobre el Jesús histórico? Algunos investigadores creen que sí, pero la mayoría no. Veamos.
Bajo el epígrafe de "evangelios apó-crifos" se colocan muchos tipos de escritos. Algunos son (por lo menos como los conservamos) relatos de la pasión con rasgos muy legendarios, como el posible "evangelio de Pedro",donde Jesús resucita como un gigante, seguido por una cruz parlante. O el "evangelio de Nicodemo"; que con-serva la descripción del descenso de Jesús a los infiernos tras su muerte.
Otros son relatos sobre la infancia, de la que se cuenta muy poco en los evangelios canónicos. Son ejercicios de piedad popular bajo el signo de la leyenda y el milagro portentoso. Así, en el llamado "protoevangelio de
Santiago", una mujer que quiere com-probar la virginidad de María tras el parto, queda con la mano abrasada; en el "evangelio de la infancia de Tomás", Jesús niño mata sin tocarle a un chico que le rompe un juego; en el "evangelio de Pseudo Mateo", Jesús calma a unos dragones que habitan la cueva donde descansa la sagrada familia en su camino a Egipto… Por supuesto, tras estas demostraciones populares de devoción, que resultan a nuestra mentalidad bastante escanda-losas, no hay base histórica alguna ni son modelo para la fe.
Pero los que más revuelo han suscitado han sido, sobre todo, los llamados "evangelios gnósticos". Estos fueron escritos por cristianos que vivieron su experiencia religiosa en el marco inte-lectual de la filosofía del platonismo medio, a partir de la segunda mitad del siglo II. Hay decenas de sistemas gnósticos, pero se pueden señalar ras-gos comunes: para ellos Dios es un dios "extraño", "oculto", alejado de este mundo. De Él, suprema perfección, han emanado una serie de potencias buenas y otras que, por ignorancia, por maldad o por error, se han convertido en malas o "caídas". Una de estas potencias es
la que ha creado el mundo. Por tanto, este mundo es malo, erróneo, alejado absolutamente de Dios. Y nosotros (por lo menos algunos de nosotros), somos criaturas caídas en este mundo ajeno. Por tanto, para muchos de ellos, todo lo corporal, lo material, lo profano es malo o induce al mal. Necesitamos un Salvador que se "viste" de ropas huma-nas (nunca se "encarna", puesto que la carne es mala) y presenta a algunos que pueden entenderle (los "gnósticos",los ‘que conocen’), y sólo a ellos, el secreto de la existencia y el camino del conocimiento que les salvará. Como se aprecia, los gnósticos no tienen interés alguno en la "humanidad" de Jesús, que de hecho niegan.
Desde estos planteamientos se escriben el evangelio de María Magdalena, el evangelio de Felipe, el famoso evangelio de Judas y, muy probablemente, como uno de los primeros, el evangelio de Tomás.
Así pues, los evangelios apócrifos son fuente fundamental para comprender los primeros siglos del cristianismo, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo II… pero transmiten muy poco, y muy poco significativo, del Jesús de la Historia.
Para Leer os recomiendo:Hans-Joseph Klauck, Los evange-lios apócrifos; Una introducción, SalTerrae y Craig A. Evans, El Jesús deformado.
Evangelios apócrifos
“Son fuente fundamen-tal para comprender los primeros siglos del cris-tianismo”.
claves para entender
Foto
graf
ía: A
rchi
vo E
vere
st (
© P
atric
k Sh
eánd
ell /
Pho
toal
to)
13
ti, y al que le gustas tal como eres. Que aprendáis que no es suficiente ser perdonado, sino lograr perdonar-nos a nosotros mismos.
Por un momento, permanecí sentada, disfrutando de aquel momento. Le agradecí su dedicación y todas las cosas que Él ha hecho por nosotros, a lo que responde sonriente:—Estoy siempre aquí, 24 horas al día. Todo lo que tenéis que hacer es llamarme y yo vendré. Podréis olvidar lo que os he dicho o lo que he hecho por vosotros, pero... jamás olvidaréis CÓMO os hice sentir con estas palabras.
Entonces, en agradecimiento a DIOS por el tiempo que Él nos ha dedi-cado, me tomo unos minutos para decirle:—Padre Bueno, ¡nosotros también te queremos!
(Cosas que te encuentras navegando por la Red).
Que aprendáis que lo más valioso no es lo que se tiene en la vida, sino a quién tenemos.Que aprendáis que no es bueno compararse con los otros. Todos serán juzgados, individualmente, por sus propios méritos.Que aprendáis que una persona rica no es la que tiene más, sino la que necesita menos.Que aprendáis que sólo se nece-sitan algunos segundos para abrir profundas heridas en las personas amadas, y que es necesario muchos años para curarlas.Que aprendáis a perdonar, practi-cando el perdón.Que aprendáis que hay personas a las que se ama mucho, pero simple-mente no saben como expresar o demostrar sus sentimientos.Que aprendáis que el dinero puede comprar todo, excepto la felicidad.Que aprendáis que dos personas pueden mirar para la misma cosa y verla... totalmente diferente.Que aprendáis que un amigo verda-dero es alguien que sabe todo sobre
Dios nos está esperando, cuando llegamos. Con una sonrisa, nos invita a pasar
y a sentarnos, antes de dirigirse a nosotros con amabilidad:
—Poneos cómodos, por favor. –dice Dios—¿Entonces, a vosotros os gus-taría entrevistarme?
—Si usted tiene tiempo.—le dije yo.
Dios asintió antes de hablar:—Por el tiempo no os preocupéis, para mí es eterno. Suficiente para hacer todas las cosas. Pero no me tratéis de usted, que hay confianza. —nos sonríe—¿Qué preguntas tenéis en mente?
Emocianada por las circunstancias, formulé mi primera pregunta:—¿Qué es lo que más te sorprende de la humanidad?
Dios respondió:—Que los hombres, o sea, vosotros, os aburráis de ser niños y queráis crecer rápido, para después desear ser niños otra vez.Que desperdiciéis la salud para hacer dinero y, luego, perdáis el dinero para recuperar la salud.Que penséis ansiosamente sobre el futu-ro, olvidando el presente y, de esa forma, no viváis ni el presente ni el futuro.Que viváis como si nunca fueseis a morir y que muráis como si nunca hubieseis vivido.
Dios nos mira. Parece algo triste y pensativo, y por un instante nos quedamos en silencio... Entonces le preguntamos:—Padre bueno, ¿cuáles son las lec-ciones de vida que deseas que tus hijos... todos nosotros, aprendamos?
Con una sonrisa, Dios nos responde:—Que aprendáis que no podéis hacer que nadie os ame. Lo que podéis hacer es dejaros amar.
Entrevista con DIOS
Texto: Miguel Ángel Majo
en la red
Foto
graf
ía: A
rchi
vo E
vere
st
—Dis-nous comment il se fait qu’il soit besoin d’un maître. —Il faut que la vérité soit reçue d'un homme vivant. C’est un grand mystère que l'homme vivant. Qui dira ce qui rayonne de lui?
Texto: Jorge Sans Vila
Il faut que la vérité soit reçue d'un homme vivant
para pensar
14
prende hasta donde puede, hasta donde es digno. Y quizá el maestro que las profiere no siempre las com-prenda del todo, sino sólo, incluso él, hasta donde es digno. Llega a sorprenderse hoy del sentido de lo que dijo ayer. Y puede suceder que un discípulo, más digno que él, com-prenda palabras suyas concretas mejor que él mismo. Porque sólo se es instrumento sonoro en manos del músico invisible. En cierto sentido, la palabra pronunciada por el maestro tiene vida propia, independiente de él. Ella le precede, y le sigue.Así eran las palabras que Cristóbal solía pronunciar en la balsa. Pero de tales discursos, acogidos con una atención fervorosa, envueltos de gloria, él no estaba del todo satisfe-cho. Llegaba a experimentar incluso malestar, como si fueran tópicos. Porque sólo hay verdad perfecta de hombre a hombre.De repente sentía añoranza de las conversaciones individuales, cara a cara, de otros tiempos, y le gustaba volver a aquello siempre que podía. Y cuando un viajero se presenta-ba solo al vado, sucedía que no esperaba que se juntasen otros, que de ordinario tardaban poco. Y se apresuraba en pasarle a él solo, feliz de entablar con él, en la balsa demasiado grande para ellos, una conversación entre los dos, en la que se va directamente al fondo de la cuestión. Decía:–Nunca se enseña bien a varios. Sólo se enseña a cada uno, y a cada uno hic et nunc, en el punto y momento de la vida en que se encuentra hoy.Porque le sucedía también, después de meses y años, volver a ver a hombres que había pasado ante-riormente. Pero igual que cada uno es un hombre distinto, necesitando palabras diferentes, así el mismo hombre, antes y ahora, era incluso como dos hombres, y las palabras de las que ahora estaba sediento no eran las que le habían apagado la sed anteriormente.Constatándolo con el pasajero, Cristóbal terminaba con esta frase que pronunciara más o menos un sabio antiguo: «Nunca se pasa dos veces por el mismo río».
Un antiguo alumno, hoy cate-drático de Universidad, me ha invitado a compartir
con él un curso de doctorado en una universidad portuguesa, sobre «Valores de eficacia y rendimiento».He aceptado, con una condición: ir como «escudero», como «acólito» con el acetre (caldero pequeño en que se lleva el agua bendita para las aspersiones litúrgicas). Es decir, para insistir, en que, además de medios y métodos, se necesitan maestros. Y les hablaré de Christophe le Passeur. Es el protagonista de un libro escrito por Charles Baudouin, basado en la leyenda de San Cristóbal, un gigan-tón que, tras una vida tumultuosa, intentó servir a Dios. Pero como el Señor Dios es invisible, y como le habían enseñado que el segundo mandamiento, el amor al prójimo, era idéntico al primero, el amor a Dios, se dedicó a servir al prójimo.Vivía en una choza, donde el cami-no quedaba cortado por el río. Y pasaba a la gente de una orilla a la otra, cargando con cada uno. Los transportados solían pagar el servi-cio con la moneda de sus confiden-cias. Fue conociendo a los hombres (pasó a Don Quijote, a Hamlet, a Fausto, a Inés la bella, a Don Juan, al Judío errante, a Mefistófeles, a Zaratustra… hasta pasó al Niño Jesús), convirtiéndose en un maestro de humanidad. Acudían tantos, que se vio obligado a construir una balsa y, mientras eran transportados de orilla a orilla, contestaba sabiamente con el corazón en la mano a las pre-guntas que le hacían. Un día tocó hablar de los maestros. –Cristóbal –decía alguien.– háblanos del maestro. Dinos por qué hace falta un maestro. Las palabras que pronun-cia son conocidas, y sin embargo cuando él las pronuncia son nuevas. Qué poco nos enseñas tú, si se tiene en cuenta la materialidad de tu dis-curso. Pero, ¡qué necesidad tenemos de ti y de tu discurso!–Habéis oído hablar del misterio de la encarnación. Tiene un alcance insos-pechado. Igual que Dios necesita encarnarse en el hombre, así pasa con la verdad. Hay que recibir la verdad a través de un hombre con vida.
Por una parte, puede decirse que todo está en la Ley y en los Profetas; pero, por otra, hay que decir que todo eso no es nada hasta que el maestro con vida no lo ha proferido.No hay que añadir nada a la Ley y a los Profetas. Nada, excepto un misterio, que lo es todo. Lo mismo sucede con la música: todo está en la partitura, pero allí está muda y muerta; hace falta el intérprete, su talento, su amor para conseguir que se desvele, igual que la Bella en el bosque, y que suba y crezca para llenar rápidamente todo el espacio sonoro, y finalmente el espacio del alma, donde la música instala su reino transparente.Sutiles explicaciones pueden tratar en acotar el milagro. Intentos legíti-mos, pero insatisfactorios. Amigos míos, ¡qué gran misterio es el hom-bre con vida! ¿Quién será capaz de decir lo que irradia?El maestro puede estar satisfecho, pero con humildad. Porque es verdad que a través de él se realiza algo maravillo-so. Pero él sólo es un instrumento.–Se dice que los maestros no ense-ñan nada nuevo –objetaba otro.–Pero ¿no cabría decir lo contrario? Me sorprende la infinidad de ense-ñanzas, como si se tratara de un récord a batir, tan contradictorias entre sí, que nos administran, que nos abocan al escepticismo.–Sí –dijo Cristóbal.– lo he sufrido en mi propia carne. ¿Pero se trata de verdaderos maestros? Realmente la verdad es compleja, y son múltiples los caminos que a ella conducen. Pero en muchos casos hay mucho de amor pro-pio y vanidad. Atribuyen a su peque-ña verdad un istmo como banderín de enganche, hinchado, convertido en bandera, que lo estropea todo. Los verdaderos maestros enseñan la clari-dad. Son como el sol.–Los maestros –afirmaba uno.– escon-den sus tesoros. ¿Por qué enseñan con tanta profusión de imágenes? ¿Por qué no designan las cosas cla-ramente? Practican un esoterismo.–Todo lo contrario –decía Cristóbal.–El maestro enseña por medio de imá-genes para que se le comprenda, porque transmite visiones y no razo-nes. Las verdades profundas viven de visiones. Cada uno las com-
15
para pensar
Nada más verlo, Sergio y Timoteo le abrazaron efusivamente y, todavía asustados, le preguntaron: —¿Quéte ha ocurrido?, ¿cómo has llegado a parar aquí? ¡Toda la aldea está buscándote sin cesar y estábamos muy preocupados!Luis, asombrado, les contestó… —¡Pero yo creía que no os impor-rrtaba! Vosotros dijisteis que era unmono tonto, que no era capaz ni de trepar por un árbol!
En ese momento, Sergio y Timoteo se dieron cuenta del daño quehabían hecho a Luis, y de cómo se sentía. Los dos se sentían aver-gonzados por haberse burlado de su amigo, comprendieron que se habían portado mal y que hay que aceptar a todos tal y como son, a pesar de sus defectos, ya que, nos guste o no, ¡todos los tenemos! Por ello le pidieron perdón y él les supo perdonar. Se llevaron a cuestas a Luis hasta la aldea. Fue un camino divertido,pues Luis tenía mucho que contarles sobre su intrépida aventura, y Sergioy Timoteo le escuchaban entusiasma-dos mientras se alegraban de tenerlesano y salvo.
Al llegar a Colores, todos se abalan-zaron sobre él y le abrazaron. Estaban felices porque Luis había vuelto.Sergio y Timoteo, para recompen-sarle, ayudaron a Violeta a enseñar a trepar a Luis.Luis se puso muy contento, porque sus amigos confiaban en él y, poco apoco, gracias a la ayuda y al apoyode los demás, consiguió elevarse hasta los árboles más altos de Colores.
Luis se sentía muy orgulloso de tenerunos amigos que le querían y se preo-cupaban por él. Se dio cuenta de lo afortunado que era, ya que no hay mayor tesoro que la amistad, y desde ese momento nunca más se separa-ron, haciendo de Colores una selva feliz, donde sus habitantes se amaban y respetaban los unos a los otros.
16
procedimientos
Juego de cartas: El mono Luis
Texto y diseño de baraja: Sara Rodríguez
no escuchaban la opinión de losdemás; no era importante para ellos.Un día Luis estaba tan triste que se fue a dar un paseo solo. Ni siquiera quería estar con su amiga Violeta, porque creía que ni ella podría esbozarle una sonrisa. Luis pensaba que era un mono tonto. "¿Qué tipo de mono no treparía a un árbol para coger un sabroso plátano?", pensó. A medida que se alejaba de su casay se adentraba en el bosque, seentristecía más y más, y cuando quisodarse cuenta de dónde estaba, yaera demasiado tarde. ¡Había entradoen el poblado de los tigres! Luis seasustó, y despacito comenzó a retro-ceder para regresar a su casa.De repente escuchó un rugido y,cuando miró hacia atrás, vio aun enorme tigre con su mandíbulagigante y abierta, dispuesta a comer-
se lo primero que viese. Fue tan gran-de el susto, que Luis pegó un saltomonumental y apareció en la ramade un árbol. Observó desde arribacon temor al tigre, que permaneciórodeando el árbol durante un buenrato. Luis se quedó dormido y, cuan-do amaneció, el tigre se había ido;pero aun así… ¿cómo iba a volver acasa? No podía bajar por si apare-cía otro tigre, y tampoco sabía treparpor los árboles, así que se entretuvoun buen rato comiendo plátanos.
Pasaron las horas y escuchó unas voces. Al mirar, vio dos lejanas sombras que se movían rápidamen-te entre los árboles. Se dio cuenta de que eran sus amigos Sergio y Timoteo, que desesperados gritaban —Luuuis, ¿dónde estááás?Los ojos de Luis se iluminaron, y una sonrisa de oreja a oreja adcara: —¡Estoy aquí! —exclamóSus amigos le oyeron y corrieron a buscarle. Luis no creía lo que estaba pasando: ¡venían a rescatarle!.
Dicen que los monos hacen loimposible por un buen plátano;y si todavía alguno de vosotros
no se lo creía, os demostraré con estaintrépida historia que es bien cierta.
Hay una selva, un tanto lejana, llamada Colores. Allí, todos los ani-males son muy trabajadores y cada uno tiene una gran habilidad; los leones son muy veloces, las serpien-tes reptan como nadie y los monos son unos grandes saltarines que van de árbol en árbol tras un sabroso plátano. Pero en Colores había un mono, llamado Luis, al que a pesar de encantarle los plátanos no conse-guía trepar por los árboles. Lo había intentado alguna vez, pero siempre acababa en el suelo y no lograba subir a ninguno de ellos.Su amiga Violeta había intentado
ayudarle, pero no lo había conse-guido, así que de vez en cuando tre-paba a por plátanos y los compartía con Luis. Él, se alegraba mucho y p p p y p
siempre se lo agradecía.
Todos los monos de la aldea iban ajugar a un río que les gustaba mucho.Allí se refrescaban en los días caluro-sos y jugaban con el agua.El problema para Luis era cuando sesubían a los árboles. Todos, entusias-mados, corrían y saltaban de árbolen árbol, sus caras se iluminaban yentre juego y juego, picoteaban algúnplátano. Luis esperaba abajo, triste ymirándoles con cara decaída. De vezen cuando, Sergio y Timoteo le tirabanalguna cáscara de plátano y se reíande él diciéndole: –Eh Luis, ¿por qué no subes mono tonto?, ¿no sabes trepar los árboles, miedica?– Luis, avergon?? -zado, agachaba más la cabeza.Violeta les decía que no estaba bienburlarse de los compañeros y proponía bajar, y así jugar con Luis para que nose aburriese, pero Sergio y Timoteo
“Se dio cuenta de lo afortunado que era, ya que no hay mayor tesoro que la amistad”.
CUEN
TO
procedimientos
Tras leer el cuento, podemos dialogar sobre él. Comentaremos con los alumnos las actitudes y los comportamientos de los distintos personajes. Dejaremos que ellos se expresen y nos comenten cuál es su personaje favorito, si alguna vez han mostrado un comportamiento similar al de algún personaje en su vida cotidiana, qué es lo que más y lo que menos les ha gustado del cuento…Sacaremos conclusiones morales de las actitudes de nuestros personajes, hablando de cuáles son positivas y negativas y acerca de qué personaje ha sido el más correcto y el que menos.
Presentación de la actividad
En las cartas aparecen personajes del cuento, ydebajo comportamientos que han realizado enél. Las cartas las dividimos en minimonos, monosy supermonos.Los minimonos son Sergio y Timoteo, ya que sucomportamiento durante el cuento no ha sido eladecuado, aunque al final se arrepientan de él.En el grupo de los monos aparece Luis, que, a pesar de comportarse bien, debería defenderse más; y en el de los supermonos aparece Violeta, que es el comportamiento más adecuado de los tres grupos. Esta división nos ayudará a diferenciar actitudes en la puesta en común, y servirá para motivar y animar a nuestros alumnos a comportarse como supermonos.
Cartas Minimonos: Sergio y Timoteo1. Se burlan de sus compañeros.2. Cuando alguien necesita su ayuda, no se la dan.3. No comparten.4. Mandan y sólo importa su opinión.
Monos: Luis1. No ofenden a nadie; aceptan a todos como son.2. Agachan la cabeza cuando les insultan;
no defienden sus derechos.3. Si alguien les manda, aceptan sus órdenes.4. Dejan que los demás hablen; es más importante
lo que les digan, que lo que piensen ellos.
Supermonos: Violeta1. No permiten que se burlen de ellos, ni de sus
compañeros.2. No mandan, ni se dejan mandar.3. Expresan su opinión y también saben escuchar las
opiniones de los demás, aunque sean distintas.4. Prestan su ayuda a quien la necesite.
Presentaremos las tarjetas que incluimos, y habla-remos de ellas. Observaremos la clasificación deminimonos, monos y supermonos, y sacaremosconclusiones de la personalidad de cada uno y de cuál es la más adecuada.
1. ¡Exprésate!A cada alumno se le entregará una tarjeta; des-pués el maestro preguntará, uno por uno quétarjeta le ha tocado y qué dice. El alumno tendráque explicar su opinión sobre esa actitud, por quéy las consecuencias que puede causar, ya seanpositivas o negativas.
2. Juego de contrariosEn grupos de cuatro, una pareja deberá escoger una carta y la otra buscará una actitud contraria a la elegida. Por cada acierto se adjudicarán un punto, y ganará la pareja que más puntos haya obtenido.
3. MuralPara finalizar la actividad, realizaremos dos murales entre todos; uno donde se encuentren los buenos actos, y otro donde aparezcan los malos. Los alumnos podrán confeccionar ellos mismos muchas más cartas sobre comportamientos del cuento, ponerlas en común y pegarlas en su mural correspondiente.
Juegos de cartas
BARAJA
17
18
iconografíareligiosa
La escalera al cielo: la mezquita de Samarra
Texto: Silvia Martínez Cano
Fotografías: Reproducción
resuena en el minarete. Se alza al norte; cual aguja que se clava en el cielo y, desde su cúspide, pequeño habitáculo comunicado al exterior mediante ventadas arqueadas, se canta el rezo de la oración. De allí sale la invitación, y con su cadencia recorre la rampa helicoidal que gira alrededor de la torre y que conecta la punta con el espacio sagrado. El canto sosegado, que varía sobre sí mismo, parece que resbalaría por la rampa hacia el interior.
Este inmenso minarete de ladrillo llamado Malawiya, se eleva a 55 metros de altura. Su curiosa forma procede de los monumentos babiló-nicos de Mesopotamia, de los que además hereda sus técnicas de cons-trucción, aun siendo africana. Evoca la imagen de la “torre de Babel” y de los zigurats babilónicos.
Y así, aunque los orantes estén dirigiéndose hacia el este, donde está el muro de la kibla, pueden oír perfectamente el susurro del canto que congrega a la comunidad. Minarete y entrada están alineados de forma majestuosa. El que entra por los pórticos escucha el sonido que le atrae, pero, a la vez, una vez pasada la selva de columnas se pierde como un susurro cuando entra en la inmensidad del ámbi-to sagrado. Este es el objetivo. Conducir al que busca consuelo a los brazos de Dios.
La Gran Mezquita de Samarra es una de las obras cumbres del arte abasí. Recoge además en si misma la esencia del encuentro con Dios a través de la oración. Un material tan pobre como el ladrillo puede alber-gar en su interior la realidad más sublime a la que el ser humano tiene acceso: la misericordia de Dios.
La Gran Mezquita, levantada por el Califa Al-Motawakkil entre el 848 y el 852, está
hecha entera de ladrillo. No es sólo porque sea el material arquitectónico del lugar, sino porque permite hacer muros gruesos y pesados, dobles arcadas potentes y estables, que no han perecido en el tiempo. El ladrillo, levantado en dos grandiosas hileras de arcos rodeando toda la mezquita, separa el recinto sagra-do del clima árido de la zona. El silencio penetra por sus vanos, y a la vez impide el paso del ruido de la ciudad. Una zona de silencio (laziyada) para prepararse, un silencio para comenzar la oración. Protegida por este perímetro de 470 x 400 metros (unas 20 hectáreas), la mez-quita se abre al creyente con una gran sala hipóstila, coronando sus columnas octogonales con arcadas rematadas por anchos pórticos que rodean el patio.
Después se abre el gran espacio para la oración. Parece que el caminar del peregrino, que busca el refugio de Dios tras estos muros, ha llegado al mejor momento. Los techos planos de madera, que pro-bablemente tuviera, marcarían esta sensación de horinzontalidad y sere-nidad. Un gran espacio, que se con-vierte en inmenso, donde encontrar a Dios. Habría que imaginar cómo en este océano de silencios, de repente el “sumiso a Dios” escucha un eco cercano de la llamada al recogi-miento. Es la voz del muecín, que
“Este es el objetivo. Conducir al que busca consuelo a los brazos de Dios”.
EDITORIAL EVEREST, S. A. (con CIF A-28399970 y domicilio social en Madrid, calle Manuel Tovar, 8), le informa de que sus datos serán tratados e incluidos en sus ficheros con fines publicitarios, incluso por correo electrónico, y comerciales, y a tal efecto pueden ser cedidos a EVEREST DE EDICIONES Y DISTRIBUCIÓN, S. L., GRUPO EVEREST DE COMUNICACIÓN, S. L., LA BOUTIQUE DEL LIBRO Y EL OCIO, S. L. así como a otras empresas que integran el Grupo Everest dedicadas a actividades de impresión, encuadernación, edición, publicación, distribución y venta de libros y otra clase de publicaciones, así como a otras entidades en tanto que sea necesario para el desarrollo de la finalidad anteriormente indicada. Comuníquenos cualquier modificación de sus datos. Podrá ejercitar los derechos, de acceso, cancelación y oposición mediante comunicación escrita acompañada de copia del DNI ante EDITORIALEVEREST, S. A., Dpto. de Base de Datos, en León, carretera León- A Coruña, km 5, s/n, código postal 24010. Si no consiente el tratamiento y cesión de sus datos, marque esta casilla .
Cupón de suscripción gratuita
Estimado lector:La revista Aldebarán es una publicación que se distribuye gratuitamente entre sus suscriptores. Si desea que le envíemos esta publicación a su domicilio, simplemente tiene que facilitarnos los siguientes datos y enviarnos este cupón por correo, o por fax al 902 180 870.
Centro escolar:
Nombre y apellidos:
Deseo recibir la revista Aldebarán en la siguiente dirección: Particular Centro Escolar.(Señala con una x la opción elegida)
Dirección:
Localidad:
Provincia:
Teléfono:
Código Postal:
e-mail:
(c)8124110204
A FRANQUEAR
EN DESTINO
NONECESITA
SELLO
APARTADO Nº 28 F.D.24080 LEÓN
F.D. Autorización n.º10070B.O.C. n.º56 (20-VII-90) TARJETA POSTAL
