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Cuentos con moraleja, alumnos de 1º de bachillerato
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LUCHA POR TUS SUEÑOS
Una buena mañana dos chicas adolescentes, Alicia y María, conversaban sobre lo que
les depararían sus futuros. María quería ser periodista, pero no una periodista cualquiera,
quería ser la mejor. Soñaba con estar en lo más alto, presentar el telediario. Desde pequeña
lo deseaba y tenía la oportunidad de comenzar su camino, pero el miedo al fracaso le
impedía hacerlo. Así pues le preguntó a Alicia.
Alicia, tú que me conoces, dame tu opinión, sin miedo, ¿crees que llegaré a donde
quiero?
Ella extrañada por la pregunta contestó:
Tú te conoces como nadie, eres tú quien debe saber eso.
María, muy insegura de sí misma, se confesó:
Tengo miedo a fallar. Es muy difícil llegar a donde yo quiero. Solo lo consiguen
uno de cada mil y yo no quiero formar parte de los miles que se quedan fuera; sin embargo,
es donde más posibilidades tengo de acabar.
María, escúchame bien, ¿recuerdas cuando yo volví a nadar? Hacía diez meses del
accidente y aún seguía sin saber manejarme completamente bien con la silla de ruedas. Me
llevó meses hacerme a ello. Cuando le dije a mi madre que quería volver a nadar se quedó
atónita. No podía creer lo que oía. Yo, su hija que hacía diez meses se había quedado
inválida en una silla de ruedas, quería volver al agua. Eso iba a ser todo un reto. Y lo fue. Mi
familia me apoyó por completo, al igual que mis amigos y mi entrenador. Cuando volví a
tocar aquella agua fría de la piscina con mis manos fue... fue algo que jamás olvidaré. Esa
sensación me recordó quién era yo. El agua es mi medio. Nadando me sentía libre, era otra,
con la mente en blanco y dejándome llevar. Eso era el verdadero placer. Era mi vía de
escape: nadar. Y lo había perdido, pero no estaba dispuesta a renunciar tan fácilmente a ello.
El cambio fue muy duro, sí. Estar en el agua sin sentir mis piernas era la peor
sensación que había experimentado. Me llevó mucho tiempo acostumbrarme, pero lo
conseguí. Conseguí volver a nadar. Y, ¿cómo lo hice? Confiando en mí. Nadie más podía
sentir lo que yo sentía. Todos me podían ayudar desde fuera, pero la única capaz de hacerlo
era yo.
Me propuse volver a nadar y lo logré. Me esforcé, sufrí y lloré como nadie lo había
hecho. Sin embargo, era lo que yo quería, porque ¿sabes?, al final del camino la luz era
preciosa. Llegué a donde yo quería, y no solo eso, sino que fue más. Mírame ahora,
nadadora paralímpica. Y es así, si luchas y confías en ti puedes llegar a donde quieras. Eso
es exclusivamente decisión tuya. Tú decides si conformarte y ser mediocre o ser excelente y
llegar a lo más alto. Lucha por lo que deseas, el futuro está en tus manos y solo tú puedes
llegar a él.
María no pudo evitar emocionarse. Su amiga era todo un ejemplo de superación,
valentía y sacrificio. Tomó su consejo y decidió seguir hacia adelante con su objetivo. Ella
era la persona a la que tenía que mirar cada vez que sintiese que no lo lograría, porque
“no hace más el que más puede, sino el que más quiere”.
Sofía Pérez Conesa, B1AC
Bruna y Eustaquia
Bruna y Eustaquia eran amigas desde la infancia, juntas habían
superado todo tipo de obstáculos, se habían graduado y ambas
habían rehecho sus vidas en localidades muy alejadas donde
estudiaban excelentes carreras universitarias. Un día decidieron
reencontrarse en una cafetería para dialogar sobre sus nuevas
vidas. Bruna había aprobado todos los exámenes de su carrera,
mientras que Eust iba no demasiado bien.
Para dar una lección a su amiga, Bruna decidió contarle un breve
ejemplo que la haría reflexionar y dedicar tiempo a estudiar. El
ejemplo decía así:
“Dos chicas jóvenes hablaban de sus estudios y el examen de
selectividad. La mayor, comentaba cómo tarde tras tarde iba
organizando y estudiando cada materia: Biología, Química,
Filosofía… Mientras que la pequeña, prefería disfrutar de tardes
libres y estudiar el día antes del examen. Ambas fueron
estudiando según su plan establecido, con una diferencia de nota
bastante notable aprobaban sus exámenes, hasta que un día el
profesor de Biología formuló un examen sorpresa a sus alumnos,
de forma que la mayor no solo aprobó el examen sino que obtuvo
la más alta calificación de la clase; sin embargo la menor
suspendió el examen, perdiendo así la evaluación y el tiempo.”
Apenas hubo terminado el relato, Eust miró a los ojos de su amiga
y se sorprendió al ver las lágrimas cayendo de su rostro. Bruna
había aprendido una valiosa lección, mas para entonces, era
demasiado tarde…
Belén Galindo Baños, B1AC
El tiempo, nuestro mayor enemigo
Pocos días antes de la ceremonia, Roberto realizó un pequeño viaje hasta
Granada para pedirle consejo a un gran amigo suyo, Eugenio. Apenas
quedaban escasos minutos para llegar y Roberto le dijo a aquel granadino
tan especial que se apresurase a la estación del tren, que el trayecto había
sido más corto de lo que esperaba. Una vez sentados ante la chimenea, con
una taza de café en las manos, se dispuso a desahogarse.
No estoy seguro de lo que estoy haciendo, Eugenio. ¿Y si no es la mujer
indicada? ¿Y si luego me doy cuenta de que no funciona? No quiero
cometer un gran error... ¡Y menos ahora!
Estoy seguro de que te hará feliz. De todas formas, antes de una boda es
normal que surjan dudas en los últimos días. Sin embargo, y si me lo
permites, voy a contarte un pequeño secreto a través de un relato.
¡Adelante! -respondió intrigado.
Está bien, presta mucha atención...
Esto era un niño llamado Gustavo, pero adoraba que lo llamasen Gus. Era
un chaval caprichoso e impulsivo que no paraba quieto ni dos
segundos.Un día, en la escuela, vio a un niño rellenito comerse un
bocadillo de chorizo bien grande, y no se le ocurrió otra cosa que
acercarse a él y llamarlo gordo. Pero no sólo lo llamó gordo, sino que hizo
venir a todos sus amigos para reírse de él. Gus fue castigado por
semejante grosería durante tres recreos seguidos. Tras cumplir su castigo,
se mostró muy arrepentido ante su madre, la cual tenía una sorpresa para
él por ser su cumpleaños, pero decidió reservársela hasta la hora de la
cena para ver si la actitud de Gus había cambiado.
El niño estuvo ayudando a preparar la cena toda la tarde, comportándose
como un caballero. Ya eran las nueve, y toda su familia se hallaba sentada
alrededor de la mesa, a excepción de su abuelo, que estaba enfermo.
El abuelito no ha podido venir...-decía la abuela.
No pasa nada, ya lo veré otro día -contestaba Gus.
Al finalizar la cena, le entregaron a Gus dos pases para ir a un famoso
parque de atracciones que había en el centro de la ciudad. El primer pase
era para dentro de dos semanas y, el segundo, para dentro de un mes. Al
día siguiente, Gus se llevó a la escuela sus pases para enseñárselos a sus
amigos y regresar satisfecho a casa, con la mala suerte de que su madre le
estaba esperando con una horrible noticia: su abuelo había sido
ingresado. Al parecer, a Gus no le afectó mucho, y siguió pensando en
cuando llegase el gran día. No fue ni una sola vez a visitar a su abuelo al
hospital y, llegado el día de ir al parque de atracciones, los médicos
anunciaron que a Felipe, el abuelo, le quedaban pocas horas de vida.
Nada más llegar, comenzó a llover y a tronar desmesuradamente y no pudo
disfrutar de aquel día tanto como él había imaginado.
Pasados varios años, la vida de Gus no había sido muy diferente a su
infancia, ya que seguía siendo igual de egoísta y adelantándose y
apresurando los hechos, siendo luego estos diferentes a lo que él esperaba,
como lo del parque de atracciones, que podrías haber ido otro día y haber
estado apoyando a su familia en aquellos duros momentos. El 1 de marzo
de 1999, Gus perdió su trabajo y gran parte de su dinero... Se había
quedado en la ruina, no tenía amigos, no sabía dónde dormir aquella
noche... Entonces, sin pensárselo dos veces, fue al cementerio en el que se
encontraba su abuelo... Una vez allí, se sentó ante los pies de la tumba y
comenzó a llorar, era ahora cuando realmente echaba de menos esos
abrazos que sólo su abuelo le daba, esas sonrisas de complicidad
acompañadas de caramelos para que no estuviese triste, esa sensación de
sentirse protegido... Era ahora realmente cuando se daba cuenta de que
desear el futuro, tan sólo es darte cuenta después de que lo mejor era el
momento que estabas viviendo en aquel instante, de que pedir perdón,
decir que extrañas o decir que necesitas ante una tumba... ya no tiene
ningún sentido...
Amigo, me he extendido demasiado pero, con todo esto, intento decirte
que el hombre se hace viejo muy pronto y sabio muy tarde, justo cuando ya
no queda tiempo... Y espero que saques la conclusión del relato y que
pongas en una balanza tus deseos, tus prioridades y tus necesidades. Y si
ella está en el brazo de la balanza más inclinado, adelante, hazte suyo hasta
la eternidad y sé sabio antes de darte cuenta más tarde de que esto no es lo
que querías, porque vida sólo hay una, y hay que vivirla tal y como
deseamos.
Muchas gracias, Eugenio. Voy a tomarme esta noche como tiempo de
reflexión para darme cuenta de lo que quiero realmente. Pero, ¿sabes? Creo
que ya lo tengo claro -dijo Roberto con una sonrisa de oreja a oreja.
Días después, la ceremonia fue celebrada.
CRISTINA LÓPEZ-ALEMÁN RUIZ, B1AH
¡¡Corazón sin saber qué hacer!!
Un día Adam estaba hablando con su amiga María y le estaba contando que estaba enamorado de una chica que solo le
estaba haciendo daño.
María, espero que puedas ayudarme, todo el mundo me está diciendo que no debo estar con Alejandra, que merezco algo
mejor. Pero estoy enamorado de ella, aunque con todo lo que hace solo me hace sentir como si fuera mi culpa y que no debería estar
herido ya que ella es la que debe estar herida.
Pues te voy a contar un cuento para ver si encuentras solución a tus problemas contestó María.
Una vez una chica llamado Paula estaba saliendo con su mejor amigo, Javier. Desde la primera vez que lo vio ella estaba
pillada por él y no podía parar de pensar en otra cosa que no fuera él. Un día Javier se fue a hablar con Paula y le contó cómo se
sentía, que estaba muy enamorado de ella pero cada vez que iba a hablar con ella se ponía nervioso y no podía decir nada. Estos
decidieron empezar a salir pero que no querían que nadie se enterase hasta más tarde. Después de unas dos semanas juntos Javier le
regaló un anillo de oro que llevaba sus nombres grabados.
Muchas gracias, Javier, pero no puedo aceptar, solo hemos estado juntos dos semanas y esto debe de haberte costado
mucho Dijo Paula.
El dinero no me importa, lo que me importa es que tengas el anillo porque es mi manera de expresar lo mucho que te
amo contestó.
Paula aceptó aunque de verdad no quería, ya que pensaba que solo le estaba dando regalos para comprar su amor, ya que él
no la amaba tanto como ella a él. Unos días después intentó devolver el anillo. Ella terminó diciéndole que si la única manera de
enseñarle su amor era a través de regalos no quería estar con él, lo que quería era su amor. Durante un mes Paula y Javier no se
vieron pero ella no podía parar de pensar en él y un día decidieron volver. Pero ella estaba celosa porque él estaba lejos trabajando y
ella pensaba que estaba saliendo con otras. Un día ella le preguntó si había estado con otras y si de verdad la amaba, pero la única
respuesta que dio era que Paula era tonta por pensar eso, ya que él la amaba mucho. Paula se sentía tan mal por dudar de él y decidió
dejarle otra vez porque ella no se fiaba de sí misma, que le iba a hacer daño cuando lo que quería era estar con Javier el resto de su
vida. Visto que de Paula no podía fiarse ya que ella al día siguiente de que había dejado a Javier ya estaba con otro, Javier se fue con
otra. Un día después de un tiempo sin verse Javier llamó a Paula y pidió que fuese a hablar con él. Paula fue y Javier la convenció de
que Paula merecía alguien mejor que él, otro alguien que la podía amar de verdad y Paula al ver cómo la amaba Javier decidió volver
con él. Pero después de poco tiempo empezaron a discutir todos los días y les estaba afectando mucho.
No se por qué siempre te pones a discutir conmigo cuando soy el único que te ama, hasta tus padres no soportan verte
después de lo que hiciste le gritó Javier.
Aun así por lo menos se lo que ellos sienten hacia mí, lo único que sé es que me llamas tonta por pensar que no eres fiel.
¿Cómo esperas que crea que no estás haciendo nada con tus amigas a las cuales ves casi siempre? respondió Paula.
¡¡¡PORQUE SOY FIEL, NO COMO TÚ!!! Tú te tiraste a otro nada más dejarme porque estaba cerca y pensabas que yo
estaba liándome con otras cuando fuiste TÚ.
Sí, fui tonta; pero eso es el pasado, deja que se quede en el pasado de una vez. Terminó llorando Paula.
Finalmente decidieron dejar el pasado en el pasado. Unos meses después de llevar un año juntos, Javier se encontró con
una vieja amiga que le pidió salir y le dijo
Salimos, pero si después decidimos seguir dejamos a nuestras parejas.
Después de un día Javier se dio cuenta de lo que él estaba haciendo, era lo mismo que Paula y que solo estaba con la amiga
para que Paula sintiera lo que él sintió el año anterior.
Espero que esto te haya ayudado, Adam.
Gracias, María, esto me ha hecho ver lo que debo hacer. Necesito hablar con Alejandra para que ella pare de hacerme
sentir tan mal; aunque va a ser difícil, ya que la amo tanto y es la única que me saca una sonrisa cuando estoy mal y lo primero en lo
que pienso por la mañana y lo último por la noche dijo Adam después de un rato.
Escucha a tu corazón no a tu mente. Si tu corazón te dice que debes estar con ella es donde debes estar. Si Paula hubiera
seguido su mente y a todos los que decían que merecía mejor ella no hubiera quedado con Javier, pero Paula escuchó su corazón y
está con él.
Vale, muchas gracias, María, ya sé lo que tengo que hacer; voy a hablar con Alejandra y a pedirle perdón por ser tan
tonto terminó Adam.
La moraleja del cuento es “sigue a tu corazón aunque te hayan hecho daño; si le quieres, tu corazón te lo dirá”.
Danielle Sykes B1AC
TRAICIÓN DE NERVIOS
Recuerdo que la semana pasada, justo después del almuerzo, me encontré a
Claire con ánimos muy bajos. Me acerqué y le pregunté:
¿Y esa cara tan larga, a qué viene?
Pues nada, que las notas de los últimos exámenes han bajado en picado.
Y creo que es un problema de nervios porque unos meses antes no me
pasaba.
¿Los nervios? Intenta relajarte antes de un examen, tómate una tila, no le
des tanta importancia.
Ya lo sé, si sólo son exámenes y me he enfrentado a ellos durante mucho
tiempo, pero me pongo nerviosísima. ¿Acaso crees que yo quiero ponerme
así?
Mmm…entiendo, pero para que entiendas que los nervios lo único que te
hacen es pasarlo mal te voy a contar una pequeña historia:
No hace mucho tiempo, hubo un músico al que los nervios traicionaron
muchas veces haciéndole perder el control. Él era muy bueno, tocaba como
nadie siempre que no hubiese público. Cuando iba a tocar en algún
concierto, los nervios tomaban el control y el resultado era un desastre. La
gente que realmente le conocía sí confiaba en él y en sus posibilidades
pero fueron muchas las oportunidades que se le escaparon por traición de
los nervios. Con sólo pensar que saldría al escenario y estaría tocando su
querido instrumento mientras cien ojos fijaban la vista en él, analizando
cada detalle…le podía.
Y yo te pregunto, ¿realmente crees que merecía eso? Tras no sé cuantas
horas de preparación, echarlo todo a perder en cinco minutos. Ya sé que
mal ajeno, consuelo de tontos, pero ¿no crees que merecía controlarse?
Pues la verdad es que sí…
Y lo peor de todo es que los nervios no le servían para nada ¡sólo para
pasarlo muy mal! Puedes ponerte nervioso pero que no te controle porque
echará a perder todo el trabajo previo.
Sí, tienes razón, voy a intentar controlarme. No puedo echarme a perder
de esta manera.
Y así, intentando controlar sus nervios, Claire consiguió subir sus notas y
sacar lo que realmente merecía su trabajo. Todavía tenía algunas
mariposillas en el estómago, pero poco a poco fueron desapareciendo.
Esther Martínez Moreno, B1AC
LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
En un pueblo en el que la mayoría de la población era gente
mayor, vivía un joven de unos 16 años llamado Amador. Un día
iba caminando por la calle con sus amigos y vieron cómo
llegaban unos nuevos vecinos al pueblo entre los que había un
niño de su edad que tenía pinta de solitario. Amador intentó
acercarse para saludarlo, pero sus amigos le dijeron que no se
acercara, que tenía pinta de no poder ser amigo suyo. Pasó el
tiempo y seguían sin acercarse al niño a pesar de tener ganas, pero
no lo hacían por “el qué dirán”. Un vez que Amador quiso
acercarse, sus amigos se cabrearon y le dijeron que si quería que
se acercara pero que si lo hacia, con ellos no volvería a ir nunca y,
claro, él no quería perder a sus amigos por alguien que a lo mejor
no valía la pena; sin embargo no podía quedarse con las ganas.
Un día, sin que nadie se enterase, fue a presentarse y a
conocerlo. Al paso de las horas se dio cuenta de que era igual que
él y sus amigos, así que decidió presentárselo a los demás. Sus
amigos al conocerlo se dieron cuenta de que lo habían juzgado
mal y no era lo que aparentaba.
A partir de entonces fueron todos amigos y se dieron cuenta
de que no había que juzgar a la gente por las apariencias, sino que
había que conocerlas primero para hacerlo.
Eddy Andrade Vacacela, B1AH
EL DILEMA
Un día iba una chica con su mejor amiga que era su mayor
confidente. Esta tenía una gran duda que no era capaz de resolver.
Le contó su dilema a su amiga.
Querida amiga, no sé cómo actuar ante la situación que
me acontece.
Dime de qué se trata y haré todo lo que esté en mi mano
para ayudarte.
Pues verás, sé de buena mano que una amiga de mi
hermana anda contando malas cosas de ella, y no sé qué hacer,
¿qué me aconsejas tú?
Pues esta situación me recuerda mucho a una historia que
me contaron hace tiempo.
Dime, ¿de qué trata la historia?
Trata de que una chica tenía dos amigas: una de verdad,
que le ayudaba cuando lo necesitaba y otra falsa que no le hacía
ningún bien. Un día la buena amiga descubrió que la otra amiga
iba diciendo mentiras sobre ella y decidió que debía decírselo a la
chica, a sabiendas de que le dolería saber que su falsa amiga la
había traicionado, pero pensó que era más importante decirle la
verdad para que pudiera tomar cartas en el asunto e hiciera lo que
tuviera que hacer al respecto.
¿Con eso me quieres decir que es mejor decir la verdad,
aunque esta sea dolorosa, a seguir ocultándola, ya que así sólo
conseguiría parecerme más al autor de la maldad?
Tú misma lo has dicho.
MARTA SÁNCHEZ LEÓN, B1AC
EL TROVADOR Y LA DAMA
Estaba un día el Conde Gabriel, pensando en su amada, en cómo
decirle que le amaba y fuera correspondido, así que le pidió consejo
a un buen amigo suyo llamado Javier Ortuño, este le contó una
historia para que le ayudara:
Estás en el baile de máscaras y ves, por primera vez, a una dama
que te llena de verdad el alma, al ser tan humilde no te permiten
acercarte a ella, la dama se oculta bajo su antifaz de plumas, se
estremece y ruboriza bajo tu mirada, entonces te arrinconas y
empiezas a componer una canción sobre ella y tu futuro.
El marido no se dará cuenta de que la canción va dirigida a la dama
y no creerá que tú lo traicionarás con ella, cuando la gente se
entere, te condenaran a la horca y tú no lo negarás, así te apresarán
y te colocarán la soga al cuello, y tu querrás seguir en el baile de las
máscaras abrazándola como la luna a la noche. En ese momento, la
dama gritará para que puedas huir pero tú no podrás escapar y ella
se clavará una daga en el pecho cuando te vea muerto…
Gabriel Chicano Martínez, B1AH
La reina y su disfraz
Hablaba un día María con su amiga Elena y le dijo:
Elena, tengo un problema y es que he conocido a un chico
nuevo que me gusta mucho pero no sé cómo hablar con él para
gustarle y entiendo que tú me puedes ayudar.
Mira, María, yo entiendo lo que me quieres decir y por eso
quiero que me escuches muy bien lo que te voy a decir.
¿Qué es eso, Elena?
Hubo un día en una ciudad muy lejana una reina la cual
pensaba que tenía todo lo que ella quería hasta que llegó un día
en que se enamoró de un joven que trabajaba en el pueblo. Ese
día ella decidió hablar con él para presentarse, pero pensó que
según iba vestida el joven no querría saber de ella, pues sería
evidente que eran de distintas clases sociales. Entonces cambió
todo de sí misma: su ropa, forma de ser y hablar, para poder
acercarse a él. Y todo fue bien hasta unos días después en que el
joven enamorado de ella la descubrió en su ropa verdadera
siendo quien de verdad era y no quiso saber nada más de ella.
Entonces, mi querida María, tú debes hacer lo contrario de la
reina y ser tú misma, no cambiar por nada; porque si este chico
quiere estar contigo de verdad le gustarías tal y como eres.
A María le encantó el cuento de Elena y entendió muy bien lo
que tenía que hacer. Se lo agradeció a Elena y al cabo de los días
le contó cómo todo había ido genial por el consejo de ella.
La moraleja de este cuento es que hay que ser uno mismo en
todo momento, no cambiar para nada.
GEMMA LOUISE SYKES B1AC
CÓGEME SIEMPRE LA MANO
Marisol se encontraba con su amiga Rosa en “Café La Esquina”
tomando un café como cada jueves; era el momento de intercambiar
confesiones: Marisol comentaba a su amiga lo repetitiva que se había
vuelto su madre y que no le apetecía nada visitarla, a lo que Rosa le
respondió con esta historia:
“En un país no muy lejano sucedió un día que un joven esposo que
dedicaba más tiempo a sus hijos que a sus padres decidió ir a visitar a
éstos junto con su familia; ya allí, su madre le pidió a él que la
acompañara al supermercado a comprar los ingredientes que le eran
necesarios para hacer un bizcocho. Tanto su mujer como él le dijeron que
no se molestara, pero ella insistió en que quería invitarles a merendar.
Por el camino la anciana no cesaba de contarle cosas sobre la vida y la
familia, y él la escuchaba con paciencia sin prestarle mucha atención
aunque hacia como que la oía.
A la hora de cruzar la calle para llegar al supermercado, la mujer le
tendió la mano de forma instintiva, lo que le recordó a su infancia,
cuando ella lo acompañaba al colegio por aquel mismo lugar agarrada a
su mano, y el joven no solo le dio la mano, además le cogió la cesta que
tanto trabajo le estaba costando llevar recordando esa sensación de
protección y la necesidad de compensarla de alguna manera. Él dijo:
<Mamá, lleva cuidado cada vez que vayas a cruzar la calle>”
Y así Rosa hizo caer a Marisol en la cuenta de que:
“Deberíamos estar agradecidos
a la persona que siempre te ha querido.”
Pilar García Marín, B1AC
El consejo de Paula
Como casi siempre en el recreo, Ana fue a pedirle a Paula un consejo y le dijo:
Paula, esta mañana hemos hecho grupos para realizar un trabajo de
música, pero hay un compañero que no sé si ayudará mucho o si simplemente
dejará que todos los demás hagamos todo el trabajo.
No sé qué quieres que te diga,-dijo Paula- pero te contaré un cuento que
tal vez te ayude.
A Ana le pareció bien y Paula le relató:
Como todos los días las hormigas salían del hormiguero a buscar comida
pero una de ellas vio caer algo de una hoja, era la oruga que un pájaro había
intentado comerse y sin quererlo había hecho que se cayese. Cuando la hormiga
supo que era una oruga comenzó a tocarla con sus antenas y patas de forma
instintiva; al darse cuenta, la oruga desconfió de ella y sin querer segregó una
gota de una sustancia azucarada que le encantó a la hormiga al absorberla. De
un momento a otro la hormiga se fue para volver con sus hermanas porque pensó
que era una buena idea compartir esa sustancia. Después de absorber la
sustancia dulce, las hormigas se llevaron a la oruga a su hormiguero para poder
tener cerca la sustancia sin que esta se lo impidiese, ya que asumió que no le
harían daño. Ya en el hormiguero, la oruga se sintió muy segura y resguardada
de cualquier animal que quisiera comérsela o hacerle daño, por ello decidió que
se quedaría ahí por un tiempo, pero a cambio de la protección que le ofrecía el
hormiguero, ella debería darles la sustancia azucarada a las hormigas.
Y así convivieron felizmente hasta la primavera en la que la oruga se
convirtió en crisálida y pasó a ser una mariposa que se fue del hormiguero a
poner huevos que se convertirían en orugas.
Al igual que las hormigas, Ana, deberías intentar encontrar cualidades
positivas del compañero que no te agrada para aprovecharlas, ya que podría
ayudarte mucho más que los amigos que sí te agradan y tal vez en un futuro si
volvieseis a trabajar juntos podríais colaborar entre vosotros obteniendo muy
buenos resultados; claro, todo esto si pones de tu parte esforzándote en encontrar
o explotar sus mejores cualidades.
Alejandra García Alvis, B1AC
Ejemplo I
De lo que le ocurrió a la golondrina con el
cuervo y la paloma, y el juicio que el águila
dio sobre esto
En una tarde tibia de un otoño frío fue Samanta a la casa de Cecilia porque
necesitaba su consejo, y era sabido por todos que los consejos de Cecilia
eran los más sabios.
Cecilia, vengo a ti por un gran dilema que me atormenta.
Y dime, Samanta, ¿cuál es el problema que se te presenta?
Mira Ceci, ayer me encontré con Rubén y poco después con Felipe. Y
ambos me regalaron una rosa roja declarándome su amor. Y este es mi
problema. Desde hace tiempo estoy enamorada de Rubén, pero sé por parte
de Ana que a su anterior novia le fue infiel; por otro lado Felipe no me
atrae mucho, pero sé que es muy cariñoso. ¿Qué debo hacer?
Samanta, para darte respuesta te contaré el cuento de la golondrina, el
cuervo y la paloma.
¿Y cómo es este cuento?-dijo Samanta.
“Estaban en una noche de helor tres aves discutiendo pues una vieja
golondrina había encontrado dos huevos en un nido abandonado por un
ave, posiblemente muerta por la mano de un cazador. El problema era que
ella misma no podía hacerse cargo de los huevos porque era ya invierno y
debía irse antes de que el frío la matase. Tras gritar desesperada
acudieron a su llamada una paloma y un cuervo. La golondrina pensó que
estaría en bien dejar los huevos a la paloma, pues ella trajo la paz a Noé
cuando tras encontrar tierra seca volvió y le dio aviso; por otro lado el
cuervo huyó y no avisó del descubrimiento que también él hizo.
En esas estaba el cuervo quejándose del juicio de la golondrina; lleno de
rabia por el trato que siempre había recibido de la paloma; cuando llegó
el águila, reina del cielo tal y como el león es el rey de la sabana.
¿Qué es lo que pasa que atormenta la paz de este bosque?- dijo el
águila-. He recibido una queja de los búhos, pues ahuyentáis a los ratones
y esta noche no podrán cazar.
Mire, Su Majestad -dijo la golondrina-. Estando a punto de iniciar mi
viaje a lugares más cálidos, encontré estos dos huevos y creo adecuado
encomendarlos a la paloma pues bien es sabido que en el cuervo no se
puede confiar.
El águila escuchó lo que tenía que decir la golondrina y tras meditar un
rato dijo:
Tú, golondrina, ya has hecho lo que tenías que hacer. Ahora vete, inicia
tu viaje.
Y tras esto el águila, el cuervo y la paloma vieron cómo se alejaba la
golondrina. Entonces el águila dio su primer juicio.
Puesto que los huevos son dos -empezó el águila-, yo os daré un huevo a
cada uno. Vosotros criareis a lo que nazca de estos. Ahora id y dentro de
un año nos veremos.
Y las aves se despidieron.
Pasado un año las aves se reunieron, y vio el águila cómo las aves habían
criado a lo que salió de los huevos. Y vio que el cuervo había educado a su
hijo en la honestidad y la paloma lo había educado en la avaricia y el arte
de robar. Viendo esto dio su segundo juicio:
Mira -empezó el águila-, golondrina. ¿Ves ahora tu error al pensar que
el cuervo sería malo y la paloma buena? Debes saber que por muy grande
que sea el peso del pasado todas las aves y personas pueden cambiar.
Cierto es, oh, rey águila, y ahora me lamento de mi error.”
Esta es mi respuesta- dijo Cecilia.
Gracias, ahora sé lo que debo hacer.
FIN
Santiago Navarro Alcázar, B1AC
El niño que nunca se dio
por vencido
Un día estaba Juan como siempre en su mesa de trabajo en
el banco. Pero este estaba preocupado, porque se había cabreado
con su hermano hacía dos semanas y no se hablaban. Juan lo
llamaba una y otra vez pero no había manera de contactar con él.
Estaba desesperado, tanto que pensó en olvidarse de su hermano
para siempre. Juan, como de costumbre pidió consejo a su
secretaria y esta le contó una historia que pasó en su pueblo hacía
muchos años…
Un día en Tupilla un grupo de exploradores fueron a una
cueva a ver una serie de minerales muy valiosos. Estos hombres
tuvieron muy mala suerte ya que hubo un terremoto. Aquellos se
quedaron encerrados en la cueva sin que nadie lo supiese.
Al cabo de unos días todos los daban por muertos, pero el hijo de
uno de los exploradores tenía la esperanza de que su padre
siguiera vivo. Por eso fue a la cueva y una vez allí escuchó unas
voces de socorro. Entonces el niño fue en busca de ayuda y al
final todo quedó en un susto y no hubo heridos.
La secretaria le dijo a Juan que no podía olvidarse de su
hermano, ya que los hermanos son para toda la vida y que debería
seguir insistiendo porque si de verdad se querían al final volverían
a estar como antes. Por tanto la moraleja de este cuento es
“Nunca hay que dar nada por perdido”
Ramón Lozano Martínez, B1AH
LLAA CCOOMMPPEETTEENNCCIIAA
Hace muchos años, en una pequeña aldea llamada San Cayetano, vivían varias personas entre las que se encontraban dos panaderos.
En el pueblo había trabajo de todos los oficios, pero existía un problema con el pan, ya que había dos panaderías de dos vecinos diferentes. El vecindario iba casi siempre a la panadería Castillo, pues Sergio, su jefe, era muy amable y tenía el pan mas barato y traía mejores productos. Sin embargo, la panadería Lozano no triunfaba tanto; su dueño, Ramón era una persona arisca y antipática, e intentaba copiar las ofertas de Sergio, pero no conseguía ni la mitad de clientes.
Un día Ramón se dio cuenta de que el negocio no le daba ganancias y pensó en fusionar su panadería con la de Sergio. Ramón se lo comentó, y Sergio, después de darle muchas vueltas, aceptó.
Pasados unos meses, la fusión triunfó y juntos lograron hacer una gran panadería y confitería llamada "Castizano". Hicieron una gran amistad.
Moraleja: Si no puedes con el enemigo, únete a él.
Sergio Castillo Garre, B1AH