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Nuestra propuesta es que nos centremos, este año, en la búsqueda y confrontación con la Buena Nueva, concretamente en lo que se refiere a nuestra vida relacional, con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con el Dios que nos manifiesta Jesús… CUARESMA 2012 ¿VIVIMOS NUESTRAS RELACIONES DESDE LA FE?

Cuaresma

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Para celebrar la cuaresma

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Nuestra propuesta es que nos

centremos, este año, en la búsqueda y confrontación con la Buena Nueva, concretamente en lo que se refiere a nuestra vida relacional, con nosotros

mismos, con los demás, con la naturaleza y con el Dios que nos

manifiesta Jesús…

CUARESMA

2012

¿VIVIMOS NUESTRAS RELACIONES

DESDE LA FE?

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Presentación:

A la vuelta de cuarenta días nos espera la Pascua, para los creyentes cristianos la fiesta más importante del año. Y, antes, se abre para nosotros un tiempo precioso que, por los días que dura, llamamos “la Cuaresma”. Es probable que para algunos oídos esta palabra les resulte arcaica y desfasada, porque sólo les evoca costumbres y contenidos impropios de la modernidad. Pero se equivocan. La Cuaresma cristiana es algo rigurosamente moderno y actual, hasta el punto de que, si no existiera, habría que inventarla, si es que no queremos perder calidad humana y cristiana. Cuaresma es tiempo de conversión, de cambio. Conversión (“metanoia”) significa, de hecho, cambio de rumbo, cambio de mentalidad; no significa hacer penitencia, ni torturarse el espíritu por descubrir que hemos mantenido actitudes que nos deterioran como seres humanos. Aquí debemos hacer todos, un serio examen de conciencia. Cuántas veces hemos descubierto nuestros fallos y nos hemos conformado con ir a confesarlos, incluso cumpliendo una “penitencia”, pero no hemos cambiado el rumbo. No es extraño de que hayamos acabado por perder el sentido de la Cuaresma. Nuestra propuesta es que nos centremos, este año, en la búsqueda y confrontación con la Buena Nueva, concretamente en lo que se refiere a nuestra vida relacional, con nosotros mismos/as, con los demás, con la naturaleza y con Dios: son las cuatro relaciones constitutivas del ser humano, que abarca una auténtica Espiritualidad y que nosotros estamos llamados a vivir desde la actitud cristiana de la fe… Creemos que es una clave que puede ayudarnos mucho a vivir mejor esta dimensión determinante de nuestra vida. ¡Qué bien si creciéramos en nuestra vida de relación, según el Espíritu de Jesús!

La oración, la limosna y el ayuno Se puede decir que toda nuestra existencia queda enmarcada en el espacio comprendido entre estas tres grandes realidades: Dios, el prójimo y las cosas. Jesús, partiendo de los pilares básicos de la religiosidad judía, reivindica la validez permanente de ciertas actitudes, pero actualizando los antiguos signos emblemáticos para que respondan a las esperanzas y angustias de los hombres y mujeres de hoy: - La “oración”, entendida como experiencia de Dios, como intento de vivir, desde la

cercanía y la presencia, del aliento y el estilo de Dios, dejándonos revisar y transformar en nuestra relación con Dios Padre, Hijo y Espíritu…A esta luz, ofrecemos una guía para realizar una Vigilia de oración un día a la semana, el más oportuno...

- La “limosna”, entendida como relación con los demás y que hoy puede revestir muchas formas; como por ejemplo: solidaridad con los más necesitados, compromiso con los últimos y silenciados, compañía con los solitarios, distintas formas de voluntariado, irse dando a los demás en mil formas de compartir…A esta luz, sugerimos preparar un Proyecto de solidaridad con los parados, con los más necesitados de la parroquia y presentar la ofrenda en la Eucaristía del Jueves Santo u otro día del Triduo Pascual.

- El “ayuno”, entendido como relación con nosotros mismos, como toda forma de interiorización, de búsqueda de coherencia en la propia vida, de crecimiento en austeridad… Una de las formas modernas y creativas del ayuno debe ser la disponibilidad de uno mismo, que ‘pone en ayuno’ a su propio egoísmo y lo transforma en alimento para los demás. A esta luz, se ofrecen ejercicios de interiorización para realizar en la Vigilia de oración semanal.

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En el marco y horizonte del “AÑO DE LA FE”

Benedicto XVI, al proponer a toda la Iglesia el Año de la fe, desea que “sea una ocasión propicia para que todos los fieles comprendan con mayor profundidad que el fundamento de la fe cristiana es el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva…Tratando de percibir los signos de los tiempos en la historia actual, la fe nos compromete a cada uno a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo. La Cuaresma es un tiempo muy propicio para “volver a descubrir, cultivar y testimoniar el don de la fe…La fe es un acto personal y comunitario: es un don de Dios, para vivirlo en la gran comunión de la Iglesia y comunicarlo al mundo. Cada iniciativa del Año de la fe busca favorecer el gozoso redescubrimiento y el renovado testimonio de la fe… En una actitud de relación mutua y de diálogo: “Todos los fieles, llamados a reavivar el don de la fe, tratarán de comunicar su propia experiencia de fe y caridad, dialogando con sus hermanos y hermanas, incluso de otras confesiones cristianas, sin dejar de lado a los creyentes de otras religiones y a los que no creen o son indiferentes. Así se espera que todo el pueblo cristiano comience una especie de misión entre las personas con quienes viven y trabajan, conscientes de haber recibido la Buena Nueva de la salvación para comunicarla a todos”

Posible dinámica para la Vigilia de oración semanal

1) Primera parte: Ejercicio de relajación e interiorización 2) Segunda parte: Escucha de la palabra de Dios

Nota: Quienes estén interesados pueden pedir ‘un proceso’ para vivirlo en las cinco Vigilias para el tiempo de Cuaresma. [email protected]

Para las Eucaristías de los Domingos Se invita a seguir el camino iniciado hace algún tiempo. Recordar a los animadores de la pastoral (los equipos de liturgia) que aprovechemos la oportunidad que nos brindan las CELEBRACIONES para recuperar los elementos esenciales, es decir, las tres dimensiones que iban tan unidas en la Primitivas Comunidades, y que sin duda deben constituir ahora un referente para nosotros: La Asamblea - la Eucaristía - el Domingo. La Asamblea (pueblo convocado por Dios en medio de las naciones), la Eucaristía (para dar gracias en Cristo por el Espíritu) y el Domingo (a la espera del regreso del Señor, al fin de los tiempos).

Al mismo tiempo, se trata de seguir potenciando estas otras dos dimensiones (acogida-despedida y acogida de la Buena Nueva), que sin duda nos ayudarán a seguir creciendo como comunidad cristiana, además de los gestos y símbolos que se indican para cada domingo. Es importante cuidar de forma especial los momentos de silencio, que tanto favorecen la dimensión personal para renovar nuestra relación con Jesús y su Espíritu. Destacar el Salmo como texto de oración; para ello, se propone entregarlo en una “Hoja”, para recitarlo en formas diversas. Seguir poniendo en la misma Hoja el evangelio y un breve comentario, seguido de un momento de silencio (2’ o 3’), invitando, si se cree oportuno, a comentarlo brevemente con las dos o tres personas cercanas…

Al final de la Misa se propone entregar medio folio con: el eslogan del domingo correspondiente, un gráfico en una cara y en la otra una plegaria para la reflexión y oración personal…

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Miércoles de Ceniza: NOS PONEMOS EN CAMINO Sugerencias para la celebración Acogida - Canto entrada - Saludo celebrante PRESENTACIÓN Lector 1 Seguramente no hay mejor imagen o parábola que la del camino para expresar lo que es la vida, lo que es la experiencia creyente cristiana y también lo que es la misma Cuaresma. Delante de nosotros se abre un itinerario hacia la Pascua, que cada uno debe recorrer con nuestros propios pasos, junto a los demás miembros de nuestra comunidad cristiana y en comunión con los millones de creyentes que hoy formamos la Iglesia. Nos animamos unos a otros a ‘salir’, con decisión, de donde cada uno estemos y a recorrer con intensidad ese camino que con pasos claros nos irá proponiendo, domingo tras domingo, la Palabra. LITURGIA DE LA PALABRA RITO IMPOSICIÓN DE LA CENIZA: Lector 2

Desde el origen de la humanidad hasta hoy, los seres humanos hemos ido inventando muchas cosas buenas y útiles para él y para el mundo entero. Desde el comienzo también inventó cosas muy malas y perjudiciales, como la guerra y las armas, con la intención de ser más grande y más fuerte que otros. En este mundo globalizado una de las dimensiones de la vida que más tenemos que cuidar es “el bien relacional”: somos, de hecho, según son nuestras relaciones. El bien relacional es la experiencia de ser reconocido y ser querido y de

reconocer y querer. Se trata de un bien que el individuo por sí solo no está en grado de “producir” y que puede ser “encontrado” exclusivamente en la relación. Es lo que nos dice claramente el Concilio: “El hombre (ser humano) es por su íntima naturaleza, un ser social, y no

puede vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás” (GS 12).

Lector 1 Sin embargo aunque el valor del bien relacional aparece en seguida como algo precioso e inestimable, el mundo actual anda más interesado y preocupado por otros “bienes”, quizá más concretos, más visibles y, por esto, más tranquilizantes. La relación, es verdad, es algo inmaterial, indefinible y costoso, pero sabemos que constituye la “dimensión” indispensable que permite a los seres humanos ponerse en relación, ponerse en contacto y ‘unirse’ los unos con los otros y también unirnos con Dios de modo vital. Proponemos, pues, en este ejercicio de cuarenta días, prestar atención a las diferentes dimensiones del bien relacional: consigo mismo/a, con las personas - especialmente los más ‘próximos’ -, con la naturaleza, guiados y animados por Cristo y su Espíritu. Presentamos estos signos de nuestro caminar:

� Una Cruz, signo y horizonte de nuestras relaciones � La mochila del peregrino, donde llevamos lo necesario e imprescindible… � Un bastón, signo del apoyo de Dios y de los demás… � Una vasija con ceniza, signo de la sencillez y humildad que nos invita a abrirnos a

la relación

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BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DE LA CENIZA Lector/a: (Después de la imposición de la ceniza) Para estar contigo, hay que tomar la mochila y andar. Tú siempre estás andando. El que se sienta te pierde. No hay más remedio que levantarse. ¿Dónde tienes la mochila? ¿Has recogido la tienda? ¡Vamos! Tu voz es caliente y segura. Otra vez andando campo a través. Atrás aquel lugar tranquilo donde pusimos la tienda ayer. Hoy la pondremos en otro lugar que mañana quedará atrás.

Tú en cabeza, más cargado que nadie, ladeando piedras y saltando arroyos. Hay que seguirte. Casa, seguridad, verdad eterna, bondad absoluta... Estas palabras no están en tu diccionario. Tú usas otras palabras. Mañana, Tierra prometida, desierto, andar, pobres, tiendas de campaña... ¿Hacia dónde salimos mañana?

Despedida: ¡Pongámonos en camino! La fiesta de la Pascua empieza a despuntar en nuestro horizonte con fecha concreta, el día 8 de abril. Animémonos unos a otros a sacudirnos la rutina y la pereza. Secundemos las voces profundas del corazón que nos están incitando a buscar a Dios. Alegrémonos ante el tiempo de gracia que hoy inauguramos. Y no echemos en saco roto esta preciosa oportunidad. Plegaria final (Puede ser leída por un lector/a o se entrega una copia a todas las personas) Padre misericordioso: Nos disponemos a vivir la Cuaresma: tiempo que nos prepara para la celebración de la Pascua. Tú, resucitado, ya vives la plenitud del Reino: nosotros peregrinamos hacia dicha plenitud; nos has dado tu mismo Espíritu, que alienta y sostiene. Confiados en tu Espíritu queremos: Pararnos para adentrarnos en nosotros mismos, para aceptarnos y reconocernos en lo que somos y tenemos para desde ahí salir a tu encuentro y de las demás personas… Ponernos en camino hacia los demás para acoger y recibir sus dones, ofrecimientos, reconocer sus cualidades; para proponer, ofrecer y compartir cuanto somos y tenemos…

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Respetar la madre tierra y cuantos bienes y creaturas hay en el mundo, conviviendo en una relación de respeto y de reconocimiento que no destruya la armonía y el equilibrio esencial para que el mundo sea habitable. Acoger en nuestras vidas el don que nos has ofrecido en Jesús, tu Hijo. Él es para nosotros el Camino, la vida y la Verdad, Su Espíritu es aliento, coraje y fuerza para seguir caminando creciendo en el Amor-relación, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. Nota: Si se cree conveniente se puede informar en la Hoja Parroquial del plan que se va a seguir en la Cuaresma o se entrega una Hoja informativa…

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Domingo 1º: TODA RELACIÓN COMIENZA EN UNO/A MISMO/A Acogida - Canto entrada - Saludo celebrante

Lector/a: Hemos comenzado la Cuaresma. Son cuarenta días privilegiados para ver y juzgar nuestra vida, para caer en la cuenta dónde estamos, para tomar conciencia de nuestro bien y de nuestro mal, para aparcar lo secundario y preguntarnos por lo esencial, para reorientar el rumbo de nuestra vida..., en definitiva, para ganar en humanidad y fraternidad. Gesto: Se presentan dos recipientes grandes con arena y cenizas Prestamos atención, en la celebración de hoy, a nuestra relación con nosotros/as mismos/as. Es el tiempo de la responsabilidad personal, de la confrontación con lo que somos, insustituible en la vida y ante la vida. Toda persona está llamada a afrontar la soledad del ‘desierto’, en momentos de sufrimiento, de inquietud, de sentimientos, de decisiones… Son míos ¿qué hago? ¿cómo lo vivo? (Silencio 1’) Acto penitencial:

1. Es el tiempo de hacerse preguntas para la travesía: ¿Dónde está el desierto para mi hoy? ¿Dónde me encuentro yo ahora? ¿Me dejo lleva por lo inmediato o pienso y discierno las cosas? (Silencio) SEÑOR, TEN PIEDAD

2. Dos tentaciones del ser humano: una es la de no reconocer y aceptar sus propios límites y la otra, la dejarse llevar por lo que piensan y hacen los demás. ¿cómo lo vivo yo? (Silencio) CRISTO, TEN PIEDAD

3. ¿Vivo el presente, o vivo en el pasado que ya no está o soñando en el futuro que no está? ¿Dedico tiempo y atención a reflexionar, a discernir lo que siento y pienso, a la oración como encuentro con el Señor… ¿Qué aspecto de mi vida necesito iluminar con la Buena Noticia de Jesús?... (Silencio) SEÑOR, TEN PIEDAD

Colecta-plegaria:

Dios, Padre nuestro: al comenzar esta Cuaresma te pedimos nos ayudes a empeñarnos en una auténtica conversión de nuestros corazones y de nuestra vida personal y comunitaria, a la vez que nos esforzamos por transformar nuestra familia, nuestra sociedad, ‘nuestro’ mundo. Así lo confiamos, guiados por el mismo Espíritu de Jesús que está en nosotros y que vive y reina por los siglos de los siglos.

Salmo 24. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad por los que guardan tu alianza. Introducción: (Lector/a). En medio de la soledad y la aflicción, el salmista apela confiadamente a la misericordia divina. Su petición se fundamenta en una serie de reflexiones sobre la bondad del Señor, que enseña su camino a los pecadores y a los humildes…

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(Proclama el salmo un lector/a: Recitarlo pausadamente, repitiendo la antífona al principio y al final. Luego se deja un momento de silenció/oración personal) Evangelio: Marcos1, 12-15 Comentario: Constituye un hecho incuestionable que Jesús fue tentado en su realidad humana. Así lo afirma sin paliativos el texto que comentamos y que no deja lugar a dudas. No fue aparentemente tentado -como mantienen algunos-, sino de verdad y repetidamente en distintos momentos de su vida, empezando por el tiempo, que estuvo en el desierto. Para el evangelista, el desierto es el lugar de la prueba, pero sobre todo del encuentro con Dios y de la decisión en momentos trascendentales de la vida. La escueta narración concluye con una enigmática constatación, que sólo aparece en Marcos y que necesita aclaración: “vivía entre alimañas (en convivencia pacífica) y los ángeles le servían”. Según la interpretación más acorde con la cristología del evangelista, se trata de una referencia implícita a Adán que, antes de pecar, vivía entre los animales, en comunión con la creación entera y sin temer sus dentelladas (Gn 2,20). Jesús, inaugurador de los tiempos mesiánicos, restablece la armonía perdida por la primera pareja humana con su pecado. Con el Nazareno llega un tiempo nuevo, cargado de esperanza y paz, en que se planta cara al mal y se le vence con todas las consecuencias, constituyéndose un hombre nuevo, que cuenta con el amor de Dios. De ahí que los ángeles le sirvan; que es tanto como afirmar que cuenta con la complacencia, la protección y el beneplácito divinos. Jesús, el Hombre Nuevo, vence la tentación y vive en armonía consigo mismo, con la creación, con su Padre-Dios, dejándonos así un ejemplo a todos nosotros. Puntos para la reflexión-oración personal (2’): Las verdaderas tentaciones no se buscan, vienen como consecuencia de tener que vivir la vida y afrontarla con responsabilidad personal:

∗ En los momentos significativos de mi vida: tengo que tomar decisiones, me encuentro con dificultades, contratiempos, tengo que vivir nuevas etapas… ¿qué es lo que me guía realmente en esos momentos de mi vida…?

∗ ¿Qué buena nueva encuentro yo para mí en este evangelio? (Si es posible, breve comentario con las dos personas vecinas (3’)) Plegaria (Puede recitarse después de la Comunión y de un tiempo de silencio de oración)

LIBRANOS, SEÑOR, DE LAS TENTACIONES... � Líbranos, Señor, de la tentación de querer llegar a la “meta final” sin hacer el camino; de

querer la victoria sin la lucha, la felicidad sin la fidelidad diaria, el éxito sin el esfuerzo. � Líbranos, Señor, de la tentación de querer hacer el camino con el aplauso y la admiración de

los demás; de hacerlo sólo cuando los demás nos ven, nos aplauden, reconocen quiénes somos y qué hacemos, nos felicitan o nos los agradecen.

� Líbranos, Señor, de la tentación de hacer el camino amoldado a los demás, de quererlo recorrer “como” la mayoría, de no saber ir contra corriente, obedeciendo, sin sentido crítico, las voces exteriores de modas y propagandas...

� Líbranos, Señor, de la tentación de querer hacer el camino sin contar con los demás, sin mirarles, sin echarles una mano cuando vemos que lo necesitan.

� Líbranos, Señor, de la tentación de coger atajos, de dar un rodeo cuando en el camino nos encontramos con el hermano herido, desnudo, abandonado.

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� Líbranos, Señor, de la tentación de querer hacer el camino cargados de cosas y más cosas, incapaces de andar “ligeros de equipaje”, o viviendo de las apariencias.

� Líbranos, Señor, de la tentación de querer hacer el camino a costa de los demás, dominándoles.

� Líbranos, Señor, de la tentación de la superficialidad, como quien ve la vida desde la ventanilla, como espectadores, sin profundizar, sin implicarse en ella.

� Líbranos, Señor, de la tentación del pesimismo, la de quien todo lo ve negro, sin esperanza, sin horizontes, sin futuro; la del que se hunde tras la derrota.

� Líbranos, Señor, de la tentación de abandonar cuando surgen las dificultades, de dar marcha atrás cuando las cosas no salen según nuestros cálculos, de retroceder al punto de partida por miedo o por añoranza de tiempos pasados...

Gesto: El celebrante y las personas que ayudan salen a la puerta del templo, saludan y entregan la Hoja con el gráfico y la plegaria.

QUERERSE Y ALABAR DIOS Señor, yo, como persona humana, soy digno de amor incondicional y, además, soy hijo de Dios. (Todos los días, al levantarme, mirarme al espejo y soltar una gran sonrisa): Señor, gracias por mi mismo. (Y repetirlo una o dos veces). (No compararme con otros, sino conmigo mismo): Soy mejor que antes, Señor: estoy contento. He retrocedido, Señor, pero es que tengo una mala racha. (Cuando me elogian por algo): Estupendo, muchas gracias. Me encanta que le haya gustado. (Y en mi interior): Señor, gracias por este elogio. (Cuando un amigo me elogia por varias cosas): Gracias; sigue diciéndome cosas buenas, que me encantan.

(Y en mi interior): Gracias, Señor, por todo esto. (Cuando nadie me elogia después de una actuación buena): Señor, el mejor elogio es el que me doy yo a mi mismo: -Me ha salido fenomenal: me felicito. (Cuando he hecho algo bueno o he tenido una victoria): Señor, he estado genial. Como premio, me voy a tomar este dulce. (Cuando me ataca la vanidad, me río de ella y de mí mismo): Señor, esta presumida nos quiere aguar la fiesta. Hemos estado muy bien Tú y yo, ¿verdad? Gracias.

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(Cuando una persona hace algo bueno, elogiaría con discreción):

Me ha gustado lo que usted ha dicho. (Y alabar al Señor por ella)

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Domingo 2º de Cuaresma: MI RELACIÓN CON LOS MÁS PRÓXIMOS Acogida - Canto entrada - Saludo celebrante

Lector/a: En el segundo paso de nuestro camino hacia la Pascua, recordamos hoy la experiencia singular que vivieron, en lo alto de un monte, Jesús y sus discípulos, y que llamamos “la Transfiguración” Y es que, en el fondo, todo el itinerario cuaresmal es “una propuesta de transfiguración”: se trata, en la práctica, de ir transformando la opacidad de nuestra vida de relación en una existencia luminosa y radiante, de forma que lleguemos a la celebración de la Pascua “revestidos de un blanco deslumbrador”. Gesto: Se pone una mesa camilla y tres sillas… El evangelio nos lleva a contemplar nuestras relaciones con los más próximos. Es el tiempo de la epifanía o manifestación de la amistad, de la comunidad, de la relación con los otros, del intercambio, porque el camino se hace en compañía: “Escuchadle a Él”, que nos habla también a través de nuestro ‘prójimo’. Y es el tiempo del descanso, respiro y fortalecimiento, de comunicar, de compartir y de mirar y querer juntos… (Silencio 1’) Acto penitencial:

1. Las relaciones son un camino. Un aspecto importante de las mismas es pasar por dificultades y conflictos ¿cómo lo vivo yo? ¿tiendo a excusarme, a culpabilizarme, a culpabilizar a los demás, o asumo mi responsabilidad? Las personas que me rodean ¿las siento como un espejo y ayuda o como una carga o dificultad que hay que soportar? (Silencio) SEÑOR, TEN PIEDAD

2. La relación con las personas con las que vivo, también con Dios, son un regalo, un don, una oportunidad, ¿Creo que dedico el tiempo y busco las ocasiones para el diálogo, la comunicación y el encuentro…? (Silencio) CRISTO, TEN PIEDAD

3. Las relaciones con las personas que comparto, o con las que deseo vivir… ¿desde qué actitud las vivo? ¿desde la acogida, la escucha, la comprensión, la búsqueda común, el diálogo? ¿Sé respetar mis derechos, sin imponerlos a las otras personas? ¿reconozco sus necesidades, derechos…?. (Silencio) SEÑOR, TEN PIEDAD

Colecta-plegaria:

Dios, Padre nuestro, que nos invitas a "escuchar a tu Hijo muy amado", Jesucristo; abre nuestros corazones para que sepamos acoger su Palabra con cariño y confianza, la pongamos por obra, y así lleguemos a participar un día de la plenitud de su felicidad gloriosa. Confiamos vivirlo por medio del Espíritu de Jesús que está dentro de nosotros y que vive y reina por los siglos de los siglos.

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Salmo 115 Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida. Introducción: (Lector/a). En medio de la soledad y la aflicción, el salmista apela confiadamente a la misericordia divina. Su petición se fundamenta en una serie de reflexiones sobre la bondad del Señor, que enseña su camino a los pecadores y a los humildes…Acojamos y hagamos nuestras, desde lo más profundo de nuestro corazón, todas las ternuras y bondades de Dios… (Proclama el salmo un lector/a - Recitar pausadamente la antífona, proclamarla y repetirla al principio y al final. Luego se deja un momento de silenció/oración personal Evangelio: Marcos 9, 2-10 Comentario: El episodio de la transfiguración, que nos presenta el evangelio, es una invitación a separarse de lo cotidiano para gustar el sentido último de lo que nos traemos entre manos en el seguimiento de Jesús. Los convencimientos iniciales, las ilusiones de los comienzos… se van oscureciendo con la dureza de la realidad, más áspera y menos receptiva de lo que parecería en un principio. Tanto para nuestras mismas relaciones como para la relación con Dios, es importante el “tiempo” que dedicamos a estar juntos, a compartir entre nosotros de manera viva y profunda… En el Monte de la Transfiguración, Jesús es transformado y su figura aparece con los rasgos de lo divino y de lo celeste; y resuenan las mismas palabras del bautismo, entonces dirigidas a Jesús, ahora a los discípulos, con un imperativo final “escuchadle”. ¡Qué importante es la escucha para el encuentro, para vivir a fondo nuestras relaciones, acogiendo la Palabra de Jesús que nos habla de tantas maneras, sobre todo a través de los hermanos más próximos! Revisamos qué aspectos son de verdad importantes en nuestras relaciones con los más próximos: el tiempo que dedicamos y la escucha que nos prestamos. Puntos para la reflexión-oración personal (2’ o 3’): Jesús se manifiesta profundamente a las personas más cercanas, comparte con ellas lo más profundo de su vida, aquello por lo que vive y le da sentido a su vida…:

∗ Sin duda mi vida la vivo en la relación con otras personas, también con Dios, ¿cómo ha resonado en mi corazón la expresión “escuchadle…?

∗ ¿Qué buena nueva encuentro yo para mí en este evangelio? (Si es posible, breve comentario con las dos personas vecinas (3’))

Plegaria (Puede recitarse después de la Comunión y de un tiempo de silencio de oración)

«Nosotros» es la palabra más bella. El «yo» excluye. El «tú» admite a uno, pera excluye a los demás. Y «éI-ella» no es una palabra de amor. Sólo el Tú Eterno no excluye. ‘Nosotros’ somos todos, todos los humanos. ‘Nosotros y vosotros’, no; ‘nosotros y ellos’, tampoco. Nosotros, sólo nosotros, todos nosotros.

Nosotros somos muchísimos y somos uno. Yo soy «Nosotros» o no soy. Tú eres «Nosotros» o no eres. ÉI es «Nosotros» o no es. Hubo Uno que se hizo «Nosotros», el más «Nosotros» de todos los tiempos. Te vaciaste y no quedó nada de Ti. Pero quedó todo, florecido en eterna primavera.

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Ser «Nosotros» es difícil. Hay que vaciarse y hacer sitio a los demás. Me resisto a morir, Jesús. Siempre está mi ‘yo’ en primer plano, como una roca inmensa en medio de la carretera.

Un día seré «Nosotros», cuando haya muerto del todo y me fusione contigo en el infinito embarazado de Dios. ¿Por qué no empezar a serlo desde ahora? Con tu gracia, sí, sólo con tu gracia, Señor.

Gesto: El celebrante y las personas que ayudan salen a la puerta del templo, saludan y entregan la Hoja con el gráfico y la plegaria.

Cuando estamos en los primeros pasos de nuestro itinerario cuaresmal, parece oportuno recordar ésta parábola sencilla: “El discípulo, desde la perplejidad y cierto desconcierto, le preguntó a su maestro: ¿cuál es el verdadero camino? ¿cómo acertar con él en medio de propuestas en direcciones tan distintas? El maestro se le quedó mirando a los ojos y sólo le dijo: - Hijo, el verdadero camino es siempre el que sube...” La Palabra de Dios nos ha recordado este domingo tres montes: Moria, Tabor y Calvario. En la cumbre de cada uno de ellos se vivió una intensa experiencia de encuentro con Dios, de la que salió reafirmada la confianza en Él.. Señor, ¿sabré encontrar los tres montes que me lleven a crecer en mis relaciones con las personas que me rodean? Señor, ayúdame a saber “bajar del monte Tabor para seguir subiendo contigo hacia el monte Calvario”!

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Domingo 3º de Cuaresma: LA RELACIÓN CON EL DIOS DE JESÚS, ILUMINA Y DA VIDA A NUESTRAS RELACIONES Acogida - Canto entrada - Saludo celebrante

Lector/a: En este domingo, el evangelio pone de relieve que Jesús es el único Mediador, es el único lugar sagrado. Él recapitula y asume todo desde el ‘Alfa’ hasta el ‘Omega’ y no hay nadie que pueda salvarnos sino Él. Jesús nos ha dejado su Espíritu para mostrarnos que Dios está ahí, en el hombre y en el mundo, pero no de forma automática ni al azar, sino que está presente allí donde se dan determinadas condiciones de amor y de fe, de memoria fiel y de pan compartido, de llamada y de misión: ¡Ese es el verdadero templo!… Cada día construimos o deshacemos el “templo” de Dios en nosotros, entre nosotros… Gesto: Se presenta un mapa del barrio o del pueblo… Nuestra relación con Dios no se realiza ni en decálogos, ni en sabidurías griegas, ni en templos judíos; es en Jesús, el Cristo, donde se encuentran Dios y el ser humano. Es un cambio de escena y de escenario con un giro total. Las “diez palabras” del decálogo quedan superadas por La Palabra hecha carne, la sabiduría griega queda casi como “necedad ante los sabios y entendidos del Reino”, y el templo de Jerusalén se ve desbordado por Aquél que es templo y presencia de Dios en la humanidad. (Silencio 1’) Acto penitencial:

1. Cuando oigo la palabra “Dios” ¿en qué pienso, qué imagen me viene a la mente? ¿es una imagen de un Dios lejano y distante? ¿Me acuerdo de Dios solamente en los momentos de necesidad y dificultad…? ¿Me siento en deuda con Dios o me siento querido por Dios? (Silencio) SEÑOR, TEN PIEDAD

2. Mi relación con Dios ¿la vivo y la expreso solamente en plegarias, rezos y en el culto litúrgico o es una relación que llena de sentido toda mi vida y todas mis relaciones? ¿En qué medida el evangelio y la Buena Nueva de Jesús me ayuda a vivir la fe como encuentro con Alguien que me ama y quiere mi bien? (Silencio) CRISTO, TEN PIEDAD

3. Según el evangelista Juan: “a Dios nadie lo ha visto”… ¿mi actitud es la de: “si no lo veo no lo creo” o más bien, desde su manifestación en Jesús, es la de verle y amarle en mi cuerpo, que es templo del Espíritu, y en los hermanos con quienes e ha identificado? (Silencio) SEÑOR, TEN PIEDAD

Colecta-plegaria:

Dios de la Vida, Padre de Bondad, que nos has señalado como Ley suprema el Amor: ayúdanos construir la fraternidad universal en Jesús, tu Hijo y nuestro Hermano Mayor, por encima de toda diferencia religiosa o cultural, de modo que todos los hombres te demos siempre culto en espíritu y en verdad. Así lo queremos vivir en el Espíritu de Jesús que está dentro de nosotros y que vive y reina por los siglos de los siglos.

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Salmo 18 Señor, tú tienes palabras de vida eterna. Introducción: Lector/a:: El salmo 18 establece un paralelismo entre las dos manifestaciones de la gloria de Dios: una en la creación y en las perfecciones del universo, y otra en la Revelación concedida a su Pueblo, fuente de felicidad y de vida para los que le aman y aceptan sus exigencias. Unámonos, pues, con un espíritu de agradecimiento y responsabilidad ante el don de lo creado y ante la confianza que Dios ha depositado en nosotros, al regalarnos el mundo y su Amor. (Proclama pausadamente el salmo un lector/a - La antífona se proclama y se repite al principio y al final. Luego se deja un momento de silenció/oración personal) Evangelio: Juan2, 13-25 Comentario: Estamos en los primeros pasos del evangelio, en la presentación de Jesús. Juan nos acaba de contar su manifestación en Caná de Galilea, con su primer signo. Allí, el viejo ritual del agua ha quedado superado y sustituido por el vino de la fiesta, un vino nuevo y mejor. Como resultado creció la fe de sus discípulos. Ahora su aparición es en Jerusalén, ante los judíos, y el signo está en continuidad: la sustitución del templo viejo, el de piedra, por el templo nuevo, su propio cuerpo, su propia vida como entrega a la voluntad de su Padre hasta el final. De un templo de ritos y comercio a un templo como existencia entregada. Más adelante dirá “en espíritu y en verdad”. Jesús, con su vida y sus palabras, nos presenta otro de modo de relacionarnos con Dios, no con alguien lejano, poderoso, ajeno a la vida…, sino con un Dios-Amor que palpita al ritmo del corazón humano. Jesús es su manifestación, la mejor manera de acercarnos a Dios “con Él, por Él y en Él”… Puntos para la reflexión-oración personal (2’ o 3’): Jesús nos invita a pasar de las creencias, prácticas, rezos, devociones, santuarios… a una fe personal y experiencial en Él, que es fiarse, confiar, sentir desde dentro de nosotros, pues cada uno somos templo habitados por Él, por su Espíritu…

∗ ¿Cómo es mi relación con Dios? ¿En qué medida he hecho mía la fe: puedo decir que creo porque he experimentado la presencia y cercanía de Dios, no por lo que me dijeron y enseñaron…? ¿en que medida mi relación con Dios-Amor, manifestado en Jesús, ilumina todas mis relaciones?

∗ ¿Qué buena nueva encuentro yo para mí en este evangelio? (Si es posible, breve comentario con las dos personas vecinas (2’ o 3’)) Plegaria (Puede recitarse después de la Comunión y de un tiempo de silencio de oración)

Jesús, ¡vuelve!

Vuelve y dinos lo que es ser mujer, ser hombre: por qué podemos vivir con entereza y exigirla, ser dueños y señores, a pesar de la explotación y la pobreza, encender los ojos y mirar de frente, no al suelo, como esclavos. Jesús, ¡vuelve!

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Vuelve y dinos lo que es ser hermanas y hermanos: por qué podemos amar y construir solidaridad, a pesar del individualismo, la corrupción y la injusticia, abrir la mano y darla, no cerrarla como los bancos. Jesús ¡vuelve!

Vuelve y dinos lo que es tener dignidad como imágenes e hijos de Dios: por qué podemos dar la cara por nuestros derechos, a pesar del paro, el hambre y la manipulación, organizarnos y luchar por nuestros hermanos, como Tú. Jesús, ¡vuelve!

La injusticia nos aprieta el cuello. El desempleo hiere. El hambre mata. La productividad sin respiro dobla las espaldas. Los que valen menos no interesan. Los que no pueden se hunden. El consumo nos tiene presos. Los dioses nos aplastan. Las religiones conservadoras nos apartan de la acción. Estamos sin Dios y sin alma. ¡Vuelve, vuelve, Jesús!,

Tú que eres nuestro molde y sabes lo que es ser dueño, hermano, hijo de Dios, con la frente alta y la cabeza fría, el corazón caliente y las manos a la obra para hacer un mundo distinto, de hijos de Dios y hermanos tuyos. ¡Vuelve, Jesús, vuelve, vuelve!

Gesto: Celebrante y las personas que ayudan salen a la puerta del templo, saludan y entregan los hoja con el gráfico y la plegaria.

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CERCA Tú estás cerca, Jesús (inspirar). Tú estás cerca (inspirar). Tú (inspirar) estás (inspirar) cerca (inspirar). Imposible decírtelo aprisa. Es mucho alimento. Despacio. Masticando las sílabas. ¡Hay que masticarte! Tú

Estás

Cerca.

Estás cerca siempre, seamos conscientes o no, te aceptemos o te rechacemos, te lo digamos o no. Tú

Estás

Cerca.

Cerca en las grandes alamedas de la vida: en el trabajo y en el estudio, en la acción y la diversión. Tú

estás

cerca.

Cerca en los momentos fuertes, cuando la vida galopa con frenesí: en el flechazo del amor, en la emoción de tener un hijo, en el hundimiento de perderlo, en el sosiego del hogar, en la boda de la hija mayor, en la vocación del mediano, en la fecunda soledad del que lo dio todo, en la entrada a la universidad, en el aprobado ansiado, en la victoria deportiva; en el primer contrato de trabajo, en la pérdida de la madre, en la enfermedad que no acaba, en la muerte...

Estás

Cerca.

Cerca en las horas cruciales de la justicia y la libertad: en el clamor de los desempleados, en la agonía de los hambrientos, en la lucha sindical, en la dureza de la huelga, en el horror de la guerra, en la lucha clandestina, en el registro, la cárcel y el interrogatorio, en la angustia de la tortura, en el pelotón de los fusilados, en la palabra amordazada de la falsa democracia, en el combate de las mujeres, en el reto de los marginados, en la oscuridad de los diferentes, en la difícil siembra de la fe... Tú

estás

cerca. Cerca en las horas brillantes, cuando la vida vence y la muerte muere: en el amor, en el perdón, en la generosidad y el sacrificio, en la fidelidad, en el sí a la vocación, en la humildad, en el afrontamiento, en la sinceridad, en el desprendimiento, en el apoyo al débil, en la acción comprometida ... ¡Las horas brillantes en que abro mis puertas a los hermanos y a Ti! Tú

estás

cerca.

Cerca en las horas negras, cuando la muerte vence y la vida muere: en el odio, en la revancha, en el juego sucio,

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en la soberbia, en la dominación, en el derroche, asesino de los pobres, en el mal uso del sexo, en el abuso del débil, en la vida vacía, en el cansancio del bien, en el abandono de la lucha... ¡Las horas negras en que cerramos las puertas al hermano y a Ti! Tú (inspirar) estás (inspirar) cerca.

Cerca en las horas cruciales del combate entre el bien y el mal cuando te digo que sí,

cuando te digo que no, cuando no te digo nada y es que no, cuando cedo a la tentación, cuando no quiero ver, cuando te miro de frente o te doy la espalda, cuando me voy contigo o vuelvo atrás... ¡Las horas decisivas de mi lucha interior! Tú estás

cerca.

¡Cerca!

¡CERCA!

Siempre.

Gratis.

A Ti no te desanima nadie...

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Domingo 4º Cuaresma: TODA RELACIÓN GENERA VIDA Y LIBERTAD Acogida - Canto entrada - Saludo celebrante

Lector/a: El evangelio de hoy nos invita a imitar a Nicodemo. Hay que echarse a la calle en plena noche y buscar la luz, esté donde esté. Dios mandó a su Hijo para que el mundo se salve por Él; no lo envió para condenar, sino para que el mundo se salve por él. Pero, de hecho, muchas veces el hombre, hasta el mismo el cristiano se siente más juzgado que salvado, y siente la moral como un deber exterior e impuesto, como una carga más que como una ayuda... ¿A qué se debe, si el Evangelio es Buena Noticia y Dios es Amor? Nos dejamos iluminar e interpelar en esta Celebración. Gesto: Se presenta una lámpara encendida… Después de tantos siglos de progreso y de tantos años de modernidad vivimos todavía, al menos en cuestiones fundamentales, con no poca oscuridad y bastante desconcierto. Y lo que es sin duda sorprendente, esa franja de sombra en el rostro de cada generación lo abarca todo, desde las ciencias supuestamente exactas o desde la reflexión moral hasta la vida familiar… Y, mientras, seguimos sin considerar y valorar las relaciones, como un bien que produce frutos de vida y libertad… (Silencio 1’) Acto penitencial:

1. En mis relaciones con las personas, con la naturaleza y con Dios ¿busco primero y ante todo mi propio bien, imponer mi punto de vista… o me acerco con actitud abierta, acogedora, dispuesto a reconocer la situación, el ofrecimiento o la necesidad de los otros? (Silencio) SEÑOR, TEN PIEDAD

2. En mis diferentes relaciones - pienso en mi familia, en los amigos, con la naturaleza, con el Dios - qué se nos ha hecho cercanía en Jesús ¿me ayudan a crecer, me animan a la generosidad, a abrirte, a comprometerme por lo demás? (Silencio) CRISTO, TEN PIEDAD

3. En mus diferentes relaciones, pienso un momento en ellas (silencio) ¿soy estímulo de vida y de ganas de vivir, acompaño en los momentos problemáticos, comparto sus alegrías, dedicando tiempo y atención a sus vidas? (Silencio) SEÑOR, TEN PIEDAD

Colecta-plegaria:

Dios misericordioso, que en Jesús has mostrado ante el mundo una y muchas señales, para que todos los hombres y mujeres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad: te expresamos nuestro agradecimiento al descubrir que Tú actúas a favor de toda la Humanidad y a toda ella la conduces, «por caminos sólo por ti conocidos». Ello nos hace sentirnos llenos de una alegría y una confianza, que para nosotros concretamente se apoyan en el Espíritu de Jesús que está dentro de nosotros y que vive y reina por los siglos de los siglos.

Salmo 136 Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.

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Introducción: Lector/a: Este es uno de los más bellos poemas de la literatura universal: quizá jamás el amor apasionado por la patria haya sido cantado con acentos de tanta nostalgia y tanta violencia. Este salmo nos desconcierta, a tal punto que quisiéramos suavizarlo y conservar tan sólo las cuatro primeras estrofas… Unámonos, pues, con la nostalgia pero a la vez con la esperanza, sin jamás olvidarse de "Jerusalén". San Juan nos ha revelado que la verdadera Jerusalén es "la de arriba". Jamás debe olvidar el cristiano que vive como un desterrado y que su verdadera patria ha llegado “YA”, pero “TODAVÍA NO” plenamente… (Proclama el salmo un lector/a, pausadamente; la antífona se proclama y se repite al principio y al final. Luego se deja un momento de silenció/oración personal) Evangelio: Juan3, 14-21 Comentario: Frente a la centralidad farisaica de la Ley, el evangelio de Juan propone la dinámica liberadora de la fe en Jesús “levantado” (crucificado), como la serpiente que Moisés levantó en el desierto. Creer es la respuesta al inmenso amor de Dios. Es la reciprocidad del amor. Creer no es un concepto o una doctrina; es un acto de amor – actitud de relación - por el que adviene el Reino de Dios. El juicio sobre la humanidad tiene como criterio la fe como acto de amor recíproco, como relación fraterna, interpersonal. Así, nuevamente llegamos a la insistencia de Juan: Una humanidad con unas relaciones justas y felices sólo es posible sobre el amor, no sobre la Ley. Ésta es la fe que proclama Juan y que nosotros estamos llamados a vivir y testimoniar. Puntos para la reflexión-oración personal (2’ o 3’): Jesús responde a la búsqueda de Nicodemo con una afirmación tan sorprendente, que no terminamos de creer, Dios ofrece su amor y rechaza la venganza… Aparece, desde Jesús que es posible otro tipo de relaciones que fructifiquen en vida y libertad:

∗ ¿Qué me evoca este pasaje del evangelio de Juan? ¿Me doy cuenta que no debo poner sólo mi empeño en que se den las relaciones, sino también en crear las condiciones que las favorezcan y nos ayuden a crecer en amor y libertad?

(Si es posible, breve comentario con las dos personas vecinas (3’) Plegaria (Puede recitarse después de la Comunión y de un tiempo de silencio de oración)

Nicodemo fue a verte de noche, Señor, y su noche es también la nuestra. ¡Cuántas noches en nuestra vida, Jesús, en las que se apagan las bombillas de nuestro corazón y no te vemos a Ti ni vemos nada bueno. La noche del pecado, la noche del desaliento, la noche del miedo. El miedo a seguirte, el miedo al sacrificio, el miedo cobarde al ‘qué dirán’, el miedo a la vocación, el miedo a amarte sin fronteras ni reservas.

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¡La noche de Nicodemo y nuestra noche! Pero él fue a verte, a preguntarte, a encender una luz contigo. Y nosotros quedamos tumbados en la noche, sin capacidad de reacción. Ven Tú adonde nosotros, en nuestras noches, te lo suplicamos, cuando no tengamos valor para ir a Ti. Ven y dinos, como a él, que tenemos que nacer de nuevo, que necesitamos una resurrección total que sólo Tú puedes hacer. Ven y háblanos de tu Espíritu, ese Viento impetuoso que viene como un huracán, que oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde nos llevará... si le dejamos. Tenemos miedo a que nos lleve demasiado lejos... Pero queremos recibir tu Espíritu, para que nos renueve en nuestras relaciones… Gesto: El celebrante y las personas que ayudan salen a la puerta del templo, saludan y entregan los Hoja con el gráfico y la plegaria.

Cómo saber que es Dios quien hoy nos está salvando y liberando…

He aquí unos indicadores por donde podremos reconocer la voz de Dios.

� Si me despierta y saca de la mediocridad, si me compromete y ‘complica’ mi vida, pero la llena y da sentido..., es voz de Dios.

� Si me hace salir de mi tierra, de mi pequeña isla o mar y me lanza al mundo entero... es voz de Dios.

� Si me llama al corazón, al amor, a la generosidad, a la ilusión..., no al miedo ni al temor..., es voz de Dios.

� Si me invita a ser profundamente feliz y a hacer felices a los demás..., si habla el lenguaje de la confianza, del Padre a su hijo..., es voz de Dios.

� Si me hace descubrir la propia realidad de pobreza, pero también lo que puedo hacer con su ayuda..., es voz de Dios.

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� Si me va liberando de cosas, de mi egoísmo, de mi mismo; si rompe mis planes, como se los cambió a María..., es voz de Dios.

� Si no me saca de este mundo, pero me hace estar en él como levadura, sal, luz..., es voz de Dios.

� Si me invita a acercarme, a estar y a sentir a los más pobres, a dar vida, alegría, esperanza, sentido..., es voz de Dios.

� Si no tiene nada que ver con los anuncios televisivos, si no es para hacernos más famoso, ni me va a dar más dinero y poder, ni lo que me ofrece lo pueden robar los ladrones, ni carcomer la polilla..., es voz de Dios.

� Si esa voz va germinando en mí lentamente, como la semilla en el surco, si me invita a centrarme en Jesús, a seguirle, a convivir con Él, a ser su amigo o amiga..., es voz de Dios.

� Si es para extender su Reino, mejorar el mundo, hacerlo más humano, anunciar a Cristo y su Buena Nueva y no para anunciarme a mi mismo..., es voz de Dios.

� Si así también lo siente y lo ve mi familia, mi comunidad…; si cada vez soy más feliz siguiendo con otras personas la llamada..., en voz de Dios.

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Domingo 5º de Cuaresma: TODA RELACIÓN SE VALORA POR LA GRATUIDAD Acogida - Canto entrada - Saludo celebrante Lector/a: En la celebración de hoy vamos a contemplar que el camino de la vida, no son misterio, por la muerte. Es lo que vemos en cada primavera: la vida brota de nuevo y llena nuestra tierra. Y es lo que sucede en cada siembra: de una semilla que se pudre brota una planta nueva… Jesús mismo va a ser protagonista de esa transformación: va a morir, pero cuando sea elevado sobre la tierra atraerá el mundo hacia Él. En ese vaivén de muerte y vida se fragua la nueva alianza anunciada y también toda relación que sea auténtica. Gesto: Se presenta una un plato con semillas y una planta pequeña… El mundo de hoy va abundando, aunque muy silenciosamente y sin reconocimiento publicitario, grupos, asociaciones, personas… que con amor generoso y gratuito, entrega amorosa de mil modos realizada, la defensa y acompañamiento de los que son nada en nuestra sociedad, la dedicación al anuncio de la fe y al servicio de la Iglesia, la renuncia a bienes y ganancias y la austeridad en el uso de las cosas, etc., etc… son formas de perder la vida para ganarla, de morir por el bien relacional. Así lo hizo Jesús cuando llegó su hora y ya es para nosotros la hora de seguir sus pasos. (Silencio 1’) Acto penitencial:

1. ¿Me resisto a dar vida y a dar la vida en las pequeñas cosas de cada día y en los grandes momentos de la vida por el bien de los demás? ¿He captado que la ley evangélica es de dar la vida por amor? ¿Estoy dispuesto a aceptar esa «muerte» para crecer en las relaciones? (Silencio) SEÑOR, TEN PIEDAD

2. ¿Estoy dispuesto a acoger la verdad, venga de donde venga? ¿Se apreciar y estimular los dones y cualidades de cuantos me rodean, o tengo una actitud crítica, que a veces es una defensa; o soy indiferente a lo que viven, sufren, sienten los demás…? (Silencio) CRISTO, TEN PIEDAD

3. ¿Estoy dispuesto a ser solidario, en la medida de mis posibilidades, con toda causa justa que esté a mi alcance? ¿Vivo una fraternidad cerrada a los de mi familia, grupo, asociación, religión, país… o sé reconocer el bien, la entrega, el don de los que no son de los “míos”, de los “nuestros”…? (Silencio) SEÑOR, TEN PIEDAD

Colecta-plegaria:

Dios Todo-bondadoso: en Jesús nuestro Hermano mayor, vemos realizado el ejemplo del grano de trigo que se entregó a sí mismo y supo dar la vida por amor. A nosotros que nos confesamos seguidores de su misma actitud ante la vida y en nuestras relaciones, ayúdanos a reproducir en nuestra existencia su entrega sacrificada, generosa y gratuita. Así lo confiamos por el mismo Espíritu de Jesús que está en nosotros y que vive y reina por los siglos de los siglos.

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Salmo 50 Oh Dios, crea en mí un corazón puro. Introducción: Lector: Este Salmo -designado tradicional-mente con el nombre de ‘Miserere’- es la súplica penitencial por excelencia. Por eso, además de reconocer sus faltas y de implorar el perdón divino, suplica al Señor que lo renueve íntegramente, “creando” en su interior “un corazón puro”. Al proclamarlo, dile al Señor, con sinceridad y sencillez, cómo estás por dentro. Manifiéstale tu deseo de limpieza y de gozo. Acoge a Dios, que te envuelve con su bondad. Ponte ante Él como el barro en manos del alfarero, y pídele que te cree de nuevo, no desde la nada, sino desde ti mismo y que te regale su Espíritu. (Proclama el salmo un lector pausadamente; la antífona se proclama y se repite al principio y al final. Luego se deja un momento de silenció/oración personal) Evangelio: Juan 12, 20-33 Comentario: Jesús acude a una breve parábola. Sólo el grano de trigo que muere de mucho fruto. Esta brevísima parábola presenta una vez más, de otro modo, la lección fundamental de todo el Evangelio, el punto máximo del mensaje de Jesús: el amor oblativo, el amor que se da a sí mismo, el amor sacrificado y que por ese perderse a sí mismo, por ese morir a sí mismo, genera vida. Estamos ante una de las típicas «paradojas» del evangelio: «perder» la vida por amor es la forma de «ganarla» para la vida eterna (o sea, de cara a los valores definitivos); morir a sí mismo es la verdadera manera de vivir, entregar la vida es la mejor forma de retenerla, darla es la mejor forma de recibirla… «Paradoja» es una figura literaria que consiste en una «contradicción aparente»: perder-ganar, morir-vivir, entregar-retener, dar-recibir… Parecen dimensiones o realidades contradictorias, pero no lo son en realidad. Llegar a darse cuenta de que no hay tal contradicción, captar la verdad de la paradoja, es descubrir el evangelio. Puntos para la reflexión-oración personal (2’ o 3’): La propuesta del evangelio es clara, pero difícil de acoger:

∗ En el transcurso de mi vida ¿He vivido, en algún momento, la experiencia de que vale la pena perder para ganar? ¿en qué? ¿cómo?

∗ ¿Qué buena nueva encuentro yo para mí en este evangelio? (Si es posible, breve comentario con las dos personas vecinas (3’))

Plegaria (Puede recitarse después de la Comunión y de un tiempo de silencio de oración Ahora que nadie cree en los grandes ideales, nosotros afirmamos que hay un ideal eterno, que es la persona humana, la mujer y el hombre. Ahora que nadie cree en los grandes proyectos,

nosotros afirmamos que hay un proyecto inextinguible, que son los pobres. Ahora que nadie cree en las grandes utopías, nosotros afirmamos que hay una utopía que no muere, que es la solidaridad y la justicia.

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Y porque así lo afirmamos y creemos, estamos dispuestos a apostar por esos grandes ideales

y llevarlos a la práctica, aunque nos cueste la vida.

Gesto: El celebrante y las personas que ayudan salen a la puerta del templo, saludan y entregan los Hoja con el gráfico y la plegaria.

INSTRUMENTO SOLIDARIO

Señor, haz de mí un instrumento de tu solidaridad. Donde haya hambre, que yo regale tu pan y enseñe a conseguirlo honradamente. Donde haya enfermedad y falta de higiene, que yo promueva la sanidad. Donde haya niños desescolarizados, que yo busque los recursos necesarios. Donde no haya techos o estén rotos, que yo trabaje por viviendas dignas. Donde haya desaliento e inhibición, que yo fomente la participación y la esperanza. Donde haya desunión entre vecinos,

que yo impulse la colaboración comunal. Haz que no busque mi vanidad, sino el bien de mis hermanos; que no trabaje por mi reconocimiento, sino por su desarrollo material y espiritual; que no promueva el agradecimiento hacia mí, sino su dignidad; y que mi satisfacción consista en haber amado con obras. Gracias, Señor, porque cuanto más doy, más recibo; cuanto más trabajo, más ayudo; cuanto menos me busco a mí mismo, más eficaz soy; y cuanto más comparto con los pobres, más resucitas Tú en mí, porque Tú eres... «la Solidaridad».