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CAPÍTULO VI CRONOLOGíA DE LA RíA DE HUELVA EN EL MARCO DEL BRONCE FINAL DE EUROPA OCCIDENTAL Marisa Ruiz-Gálvez Priego* ABSTRA CT.—Prasen¡ation of ¡he cai/bra¡/ons of absoluta datings known. using tite Radiocarbo,t calibration contputar pro gram 3.03. 1993. Af¡er analysi’tg titase, and daspite ¡ha amplitude of saíne dates, cena/it con- clusions ca,t be reached: Chroaological precision is lackittgfor par/uds earlier ¡haít Late Bronze Aga ¡ and it According tu absoluta citronologias basad oit a conmpar/son of deítdrochronological series aítd radiocarbon citroííologias. ¡ha aná of tite Mid—Bronze Age and tite beginning of time Late Bro¡tza Aga are dafiítad as occurritlg itt ¡ha course of ¡ha 13¡it cen¡urv. Tite Late Broaze Age of tha west of ¡he ¡herían Peninsuiafalis vary roughiy betwaen tite 13dm and time Sth centurias and time lasm’phase of ¡he Lj-zte BronzeAge, orLate BronzeAga 111. wouidbedafi. ¡ted as occurring batwae,t ¡ha iOtit and tija 8th centurias B. C. (Ría da Huelva pitase). ¡it titis citronological conten sigas of citan ge can be sean itt agricultural practicas aítd pattents of settiantent of tite ¡arritan-, po/itt/ng ¡o tite idea ¡ita¡ iít tite ¡bar/aa Peit ínsula ¡itis tra,tsforínation occurs ¡he bagiítniag of tite Late Bro,mze Age, when it bega,t ¡o befrequented by Medite rraaean sailors. Aftar toting ¡ita¡ tite cal/brated dates pía’ tha bag/naing of tite Pizcan/cian colonisation in ¡he 9¡h—early Sdt ce,tturies B.C., time mos¡ probable dates for tite hoard are put betweea ¡ha 2nd half of tite IIth and tite btu ca¡tturies SC. ter iterpart, ¡ita autitor suggas¡s, on the basis of ¡he analvsis of ¡he co¡ttex¡ of Ría de Huelva /tself timat it occurred in ¡ita 1O¡h centurv SC. He “calibrado” las dataciones absolutas de Ría de Huelva (Almagro Gorbea 1978), así como de otros yacimientos o depósitos del Bronce Final peninsular. He usado para ello el programa de calibración de Radiocarbon 3.0.3. 1993 de Stuiver & Reimer (archi- vo INTCAL93. 14C) y las curvas de Stuiver & Pearson 1993, Radiocarbon 35, 1—23 y de Pearson & Stuiver 1993, Radiocarbon 35, 25—33. Las dataciones de la Ría (ñg. 15), arrojan intervalos de calibración de más de 300 años. Ello es debido, de una parle, a su alta desviación estándar —70 años—. De otra, a que coincide con un tramo horizontal de la curva de calibración. Con todo, las fechas más proba- bles se sitúan entre 2a mitad a fines del s. XI e inicios a la mitad del s. IX para las muestras CSIC 202, 203, 206 y 207 y fines del s. XI, s. X y mediados del s. IX a.C. para la muestra CSIC 205 y s. X a. C. para la muestra CSIC 204. Por ello, y por razones de contex- to arqueológico, creo que la datación aceptable para la Ría es s. X a.C. más aún teniendo en cuenta que las dataciones radiocarbónicas procedentes de factorías fenicias de Andalucía Oriental calibradas por el mismo programa, sitúan los inicios de la colonización fenicia hacia mediados del s. IX a;C. (Aubet 1994:317—323). Para mayor seguridad, Angel Luis Rodriguez Alcalde, del Departamento de Prehistoria del C.S.I.C. realizó un test de igualdad de medios, a fin de averi- guar si las fechas de la Ría pueden tener o no la misma distribución. El resultado, (fig. 16) fue que las fechas * Deparsamenmo de Prehismoria. Universidad complutense. 28040 Madrid.

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CAPÍTULO VI

CRONOLOGíA DE LA RíA DE HUELVA EN EL MARCO

DEL BRONCE FINAL DE EUROPA OCCIDENTAL

Marisa Ruiz-GálvezPriego*

ABSTRA CT.—Prasen¡ation of ¡he cai/bra¡/ons ofabsoluta datings known. using tite Radiocarbo,t calibrationcontputar program 3.03. 1993. Af¡er analysi’tg titase, and daspite ¡ha amplitude of saíne dates, cena/it con-clusions ca,t be reached:

Chroaological precision is lackittgfor par/uds earlier ¡haít Late Bronze Aga ¡ and it According tu absolutacitronologias basad oit a conmpar/son ofdeítdrochronological series aítd radiocarbon citroííologias. ¡ha anáof tite Mid—Bronze Age and tite beginning of time Late Bro¡tza Aga are dafiítad as occurritlg itt ¡ha course of¡ha 13¡it cen¡urv. Tite Late Broaze Age of tha west of ¡he ¡herían Peninsuiafalis vary roughiy betwaen tite13dm and time Sth centurias and time lasm’phase of ¡he Lj-zte BronzeAge, orLate BronzeAga 111. wouidbedafi.¡ted as occurring batwae,t ¡ha iOtit and tija 8th centurias B. C. (Ría da Huelva pitase).

¡it titis citronological conten sigas of citan ge can be sean itt agricultural practicas aítd pattents of settiantentof tite ¡arritan-, po/itt/ng ¡o tite idea ¡ita¡ iít tite ¡bar/aa Peit ínsula ¡itis tra,tsforínation occurs a¡ ¡he bagiítniagof tite Late Bro,mze Age, when it bega,t ¡o befrequented by Mediterraaean sailors.

Aftar toting ¡ita¡ tite cal/brated dates pía’ tha bag/naing of tite Pizcan/cian colonisation in ¡he 9¡h—early Sdtce,tturies B.C., time mos¡probable dates for tite hoard are put betweea ¡ha 2nd half of tite IIth and tite btuca¡tturies SC. ter iterpart, ¡ita autitor suggas¡s, on the basis of ¡he analvsis of ¡he co¡ttex¡ of Ría de Huelva/tself timat it occurred in ¡ita 1O¡h centurv SC.

He “calibrado” las datacionesabsolutasde Ría deHuelva (Almagro Gorbea 1978), así como de otrosyacimientoso depósitosdel BronceFinal peninsular.He usado para ello el programa de calibración deRadiocarbon3.0.3. 1993 de Stuiver& Reimer (archi-vo INTCAL93. 14C) y las curvas de Stuiver &Pearson1993, Radiocarbon35, 1—23 y de Pearson&Stuiver 1993,Radiocarbon35, 25—33.

Las datacionesde la Ría(ñg. 15), arrojanintervalosde calibraciónde másde 300 años.Ello es debido,deunaparle,a su altadesviaciónestándar—70 años—.Deotra, a que coincide con un tramo horizontal de lacurva de calibración.Con todo, las fechasmásproba-bles se sitúanentre

2a mitad a finesdel s. XI e iniciosa la mitad del s. IX paralas muestrasCSIC 202, 203,

206 y 207 y fines del s. XI, s. X y mediadosdel s. IXa.C. para la muestraCSIC 205 y s. X a. C. para lamuestraCSIC 204. Porello, y por razonesde contex-to arqueológico,creo quela dataciónaceptableparalaRíaes s. X a.C. más aún teniendoen cuentaque lasdatacionesradiocarbónicasprocedentesde factoríasfenicias de Andalucía Oriental calibradas por elmismo programa,sitúanlos inicios de la colonizaciónfenicia hacia mediados del s. IX a;C. (Aubet1994:317—323).

Para mayor seguridad, Angel Luis RodriguezAlcalde, del Departamentode Prehistoriadel C.S.I.C.realizó un test de igualdadde medios, a fin de averi-guarsi las fechasdela Ríapuedentenero no la mismadistribución.El resultado, (fig. 16) fue que las fechas

* Deparsamenmo de Prehismoria. Universidad complutense. 28040 Madrid.

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Fig. 16.—Tes¡ de igualdad de atedias sobre las fechas C—)4 de la Ría de Vuelta.

eran bastantehomogéneasentresí. Además, realizóun testde varianza,abarcandola varianzaintragrupose intergrupos.El resultadofuecoincidenteconel ante-rior al señalarla homogeneidadde las fechas.

Menosorientativassonlas dosdatacionesabsolutasde Cotoda Penaque, igualmente,poseenunaaltísimadesviaciónestándarpor lo que sus intervalosde cali-bración son aún más altos que los de Ría: más demedio milenio. Con todo, las fechasmásprobablessesitúanentremediadosdel s. XIII y mediadosdel s. Xa.C. Aquí, como recientementeseñalabaFábregas(1992), es precisoacudir a la tipología paratratar deajustarla datación.La metalurgiapresenteen Coto daPenaes similara la fundidaen el tallerde PeñaNegra(Ruiz—Gálvez1990) y estáasimismorepresentadaenel castrode Baióes,en la Ríade Huelva, asícomo endepósitosdel BronceFinal III de EuropaOccidental,desdela costainglesaa Cerdeña(Ruiz—Gálvez 1984:

ínapa26 y 1993:53).Del propio castrode Baióespro-cede una datación radiocarbónicaobtenida sobremadera del astil conservadoen una lanza de tiposemejantea los fundidos en Coto da Penay PeñaNegra (Kalb 1974—77).Lamentablementela dataciónposeeunadesviaciónestándarde 1 30 añospor lo queel intervalo de calibraciónde la fechaes de más de700 años. Ello ha movido a Carballo & Fábregas(1991) a rechazarlacomo inválida. Con todo, lasfechas Inás probablestienden a concentrarseentrefines del s. X y primeramitad del s. VIII a.C.

Sobre tal base,me atreveríaa situar,tentativainen-te, la última fasedel BronceFinalo BronceFinal III ala que tanto la Ríacomo Cotoda Penay Baióesperte-necen,entreloss. X—ViII a. C. lo cual, repito, coinci-de con la cronologíacalibradapara los inicios de lacolonización fenicia, la cual se iniciaria hacía elmediadosdel s. IV inicios del s. VIII a.C. en la costa

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de AndalucíaOriental y a inicios de ésteúltimo sigloen las costasportuguesay levantina,asícomo en cier-tas zonasdel interior (Aubet 1994:323).

A favor de estacronologíaestaríanademásde unaparte, las datacionesde losconjuntosmetálicosdeSanJuandel Río y dePenha(AlmagroGorbea1978),tipo-lógicamentepertenecientesal Bronce Final JI y portanto, anterioresa la Ría de Huelva . Estasse sitúan,calibradas,entremediadosdel s. XIII y mediadosdels. IX a.C. la primera y entremediadosdel s. XIII yfines del s. X a.C. la segunda,aunquelas fechasmásfiablesseconcentranentresegundamitad del s. XII ymediadosdel s. X a.C.

Porotra, las datacionesde unaseriede yacimientosdel Norte de Portugal,MesetaOccidentalo Galicia,consideradosrepresentativosdel final de la Edad delBronceo de la transiciónde éstea la Edaddel Hierroy los inicios del mismo puedenayudarnosa fijar allimite cronológicoinferior del BronceFinal III. Son,por ejemplolas seis datacionesdel castroportuguésdeSAo JuliAo que,de acuerdocon su excavadora,repre-sentaríaun momentofinal de la Edaddel Bronce. Deestasseis,cuatrocorrespondena un momentoanterioral comienzode las obrasdefensivasy a la ocupacióndel poblado (1) en tanto que las dos restantescorres-pondena un momentode la ocupacióndel mismo. Lacronologíamás fiable para las primerasmuestrassesitúaentrelos siglosXl y X a.C., entantoque las pro-cedentesde la ocupación,se centrana lo largodel s. IXa. C., por lo que la habitacióndel sitio podríahaberseproducidoa partir de algún momentodel s. X¡IX a.C.Otros castrosde la región presentanuna cronologíacoincidente.Es, por ejemplo,el casodel de Barbudo,del que se poseentres datacionesprocedentesde unamismaocupación del Bronce Final. De ellas dos sesitúanentrefines del s. XI y fines del s. IX a.C. conkchasmásprobablesa lo largode ésteúltimo y la ter-cera,en el s. IX con los márgenesmásfiablesal inicioy final de éstesiglo (Carballo& Fábregas1991:258).Muy parecidacronologíapresentanlosnivelesdefina-les de laEdaddel BroncedeCastelodeMatos,con tresdatacionesentrefines del s. XI y fines del IX o inicioss. VIII a.C. aunquelas fechasmás probablesse con-centranen el s. IX a.C. (Hedgeset al. 1990:225—226).IdénticasdatacionesresultanaceptablesparaBou~adoFrade(Jorge,5. 1988),un yacimientoconsideradotar-dio dentrodel BronceFinal queposeetres fechascohe-rentesentresí y con su contextoy con intervalos decalibraciónde menosde 100 anos.

Menosindicativasdebido,bien a su alta desviaciónestándaro a problemnasen el tramode la curvadecali-bración son las fechas del yacimientogranadinodeZafayona(Carrascoct al. 1987)del que,supuestamen-

tI) Son lasdamacionesiCEN 27 y 28 y GIF6993. Hayquesuponerque idénmico momnenmorepresenmala datación CSIC 734. pues procededei maismo comímexbo que las anmeriomes (Carbailo& Fábregas 1991:259).

te, procedeunaespada“en lenguade carpa” en muybuenestadodeconservación;las dosdeSan RomándeHornija (Delibes 1978) y la del castroportuguésdeRomariz(Carballo& Fábregas199 1:260). La granadi-na presentaun intervalo de calibraciónde casí seís-cientosañosy aunquelas mayoresprobabilidadessesitúanentrefines del s. XV y fines del s. XIII a.C. lasfechassiguensiendoexcesivamentealtasparael con-texto de BronceFinal III que se le atribuye. De otrolado, no quedaclaroen la publicaciónde Carrascoetal. el contextoarqueológicoexacto y los materialesquese asociabana la espada,razónpor la quecreoquedebeguardarsetodo tipo dereservas.

En cuantoal casode San Román,los intervalosdecalibraciónparaaínbasfechasson de 510 y 636 añosrespectivamente.Dada la presenciade una fíbula decodo como en Ría de Huelva, cabe suponer unambientecronológicosimilar, en tornoal s. X—IX a.C.

Porúltimo, enel casodel castrode Romariz,sólo secuentacon unadatacióny estaesaceptada— con reser-vas — para el origen del castro(Carballo& Fábregas1991:260). Este se sitúa entre inicios del s. VIII ymediadosdel s. VI a.C.con las zonasde la curva másfiables a comienzosde s. VIII y a fines del s. VII a.C.

Para precisarmás los márgenescronológicosdelfinal de la Edaddel Bronce,contamos,por último, contoda unaseriededatacionesprocedentesde yacimien-tos consideradospor sus materiales,bien pertenecien-tes a los inicios de la Edaddel Hierro o a la transicióndel Bronce al Hierro.

De ellas, comenzarépor comentar las del yaci-mientosalmantinode Martinamor(Benet 1990). Lasdatacionesse obtuvieronen el nivel VI de un sondeode lo quepareceserun hábitatprehistórico,asociadasa abundantefauna,cerámicaa mano,adobesy cera-micaspintadasdel tipo que,tradicionalmente,secon-siderarepresentativode la fase “Soto 1” o PrimeraEdaddel Hierro en la MesetaOccidental.De las tresínuestrasdatadasuna (GrN 13969),se obtuvo sobrehuesoy procededel nivel V, mientrasque las otrasdos, sobremuestrasde carbón, procedende la basedel nivel VI. Estas últimas me parecenaceptablespues soncoherentesentresíy con su contextoarque-ológico y porque presentanuna desviaciónestándaraceptable,de 30 años.Porel contrario la tercera,meparecerechazablepor su alta desviaciónestándar—140 años — y porquees incoherentecon lo esperablea tenor de las fechas anterioresy de su contextoarqueológico.Lo interesantede las dosfechas“acep-tables”es su alta cronología,puessesitúanen el s. IXa.C., fechas antiguasen comparacióncon las tradi-cionalmenteatribuidas a estascerámicas,incluso siconsideramoscomo cronología más probable lasegundamitad de éstesiglo. Cabebuscarunaproba-ble explicación en la situación del sitio en relacióncon la vía naturalde comunicaciónentreel Suroestey la MesetaOccidentalque forma el “Camino de la

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Plata”, lo que justificaría la tempranallegada deinfluenciasmediterráneasprecoloniales.Ello, juntocon el tipo de metalurgiadel BronceFinal que se aso-cia a los yacimientosmeseteñostipo “Soto” (Fernán-dezManzanol986),me confirma en la ideade queesmás la transformaciónen las basesde su tecnologíaagrariaque un cambioen la metalurgiao la llegadadeetnias foráneasa la región, lo quehaceque consI-deremosa la faseSoto 1 o post—Cogotas,como perte-necientea la PrimeraEdaddel Hierro y no al BronceFinal, si bien, estrictamentesu tecnologíaes propiadel BronceFinal y la poblaciónes la mismaquela deCogotas 1. (Delibes & Romero 1992; Romero &Jimeno 1993).

En tal sentidohablaría la cronologíade otro yaci-mientotipo “Soto 1” de recientepublicación,el valle-soletanode La Mota (Seco& Treceño1993), el cualpresentauna serie de cinco datacionespara variasfasesde la ocupación del yacimientoen la PrimeraEdad del Hierro. Las fechasposeen,por lo general,desviacionesestándaraceptablesaunque, según lostrámosde la curva,los intervalosdecalibraciónsondemenosdecienañoso de varioscientos.Las datacionesmásantiguasse sitúanentrefines del s. IX/comienzosdel s. VIII a.C. y s. VI a.C.,con los tramosmásfiablesen la primeramitad del s. VIII y s. VII a.C. Apoyán-dome en la tipología, me inclino a considerarválidaslas fechasde s. VIII a.C. y su cronologíaestaríaenconsonanciacon la de Martinamor

Contamos por último, con la serie de fechas deTorroso, el castro gallego de cronología, hasta elmomento,másantigua(de la Peña1992).De laampliaserie de fechas procedentesdel sitio, Carballo &Fábregasaceptanseis, por considerarlascoherentescon su contexto.Todas poseendesvíacíonesestándarinferiores a 40 añosaunquesusintervalosdecalibra-ción son,salvo unaexcepción,elevados.Su excavadorconsideraque la ocupacióndel castrose producea lolargo de un períodotemporalrelativamentebreve, sibien no todos los especialistasgallegosen mundocas-treñocompartenesaopinión (Carballo1993). Lasdata-cionesse sitúanentrela segundamitad del s. IX y finesdel s. V a.C. con tramosmásfiablesentrefines del s.IX/comienzosdel s. VIII y mediadosdel s.VII/comien-zos del s. VI a.C. Estasfechas son consideradastam-bién aceptablespor Carballo & Fábregas(1991:262),paralos inicios y el final dela ocupacióndel sitio.

Ensamblandotodosestosdatos,podríamossituar elcomienzodela Edaddel Hierro a partirdel s. VIII a.C.La fasede BronceFinal III a la que correspondeRíade Huelva, entre los siglos X/VIII a.C. Paralas fasesanteriores,las denominadasen tipología “atlántica”BronceFinal 1 y II (Briard 1965),carecemosde preci-sionescronológicas.Apenas,para BronceFinal II, lasdos datacionesantes comentadas,de San EstebandeRío Sil y Penha.Ningunapara la faseprecedente.

Las cronologíasabsolutasbasadasen la contrasta-ción de las seriesdendrocronológicasy de cronologíaradiocarbónica,como las de Harding 1980,Beckeretal. 1989,Barfield 1991,Ransborg19920Gonzalezetal 1992,coincidenen situar el final del BronceMedioy el comienzodel BronceFinal a lo largo del s. XIIIa.C. Y, desdeluego,hay clarossíntomasde cambioenprácticas agrícolas y en patronesde ocupación delterritorio quesonperceptiblesen EuropaCentral y enalgunazonade la Occidental,a partir de esasfechas(Ruiz—Gálvez 1992 y 1993). Menos claras resultanestastransformacionesen el occidentede la PenínsulaIbérica, al menosen estosmomentos.Por el contrarioen la parte mediterráneade España, las ceramicasmicénicasdeMontoro,Purullenao Gatas(Martín de laCruz & Pertines1994) o el hierro de Villena (Ruiz-Gálvez 1992 y 1993), parecenseñalaruna temprana“frecuentación”de nuestracostapor partede nave-gantesmediterráneos.Ello va a provocartransforma-ciones en las poblaciones“indígenas” lo suficiente-menteacusadascomoparaque,a partirdeesemomen-to hablemosya de unanuevafase,bien de comíenzosde Bronce Final o, como prefierendenominarlolosarqueólogosandaluces(Molina & Arteaga 1976),“Bronce Tardío”.

Así, tentativamente,podríamos situar el BronceFinal del OccidentePeninsularentre los s. XIII/VIIIa.C. (fmg. 17). Estas fechas coinciden en términosgeneralestambién,con las que ha propuestoreciente-menteGómez(1991:372)para la Europaatlántica,apartir de comparacionescon la secuenciadendrocro-nológicaalpina.

Esteautorproponela siguientesecuencia:

BRONCEFINAL 1: = 250/1200A i iOO AC.BRONCE FINAL II. = 1100 A 940 A.C.BRONCE FINAL Iii. = 940A 750 A.C.

Yo carezcode criteriosqu~ mepermitanatinartantola cronologíaperoen términosgenerales,estasfechasme parecen aceptablesy coincidentescon nuestrasdatacionescalibradas.

Estopermite situar también las fasesmás recientesde Cogotas1 en la Meseta, de las que tenemosunaamplia seriede datacionesrecogidaspor Delibes &Fernández—Miranda(1986), a las que he añadido lasdel yacimiento aragonésde Moncín, publicadasconposterioridad (HarrisonfMoreno/Legge 1987).Lamentablemente,las únicasqueprocedende un yaci-miento relacionablecon Ría de Huelva — las de SanRomándeHornija —son, como ya vimos,escasamenteútiles. Cabe resaltarque, salvo las dos fechas antescitadas,sólo una de las diez datacionesrecogidasdeEcce Homo, Los Tolmos, Moncín, la Paúl y LaFábrica,estápor debajodel s. X a.C. Mención apartemerecenlas lechasdel yacimiento madrileñode la

CRONOLOGíA DE LA RíA DE HUELVA EN EL MARCO DEL BRONCE FINAL

BRONCE FINAL II

1100-940 aC. 4! — ——uy

Fig. ¡7.—Cuadro cro~mológico para el Bro,mce Final a partir de las da ¡aciones calibradas

Fábrica(Priego& Quero1983). la primera—1/12863—,debidoa su alta desviaciónestándartieneun periodode calibracióntan amplio — entresegundamitad del s.IX y los inicios del s. IV a.C. — quesirvedebienpoco.Fernández(1994:55)considerarechazableestafechaatenorde otras del sitio obtenidas,bien por C14 o porTL y piensaque la anomalíade la fechapodríadeber-se a contaminaciónpor carbono reciente. Hay otradataciónposteriordel sitio, tambiéncon una desvia-ción estándarconsiderable(Priego 1986)que,calibra-da,sesitúaentremediadosdel s. XIII y fines del s. IX

con intervalosmásfiablesentrela2a mitaddel s.

XII/fines del s. X a.C. y primertercio del s. IX a.C. Si,de nuevo,acudimosa la tipología,creo que las fechasmásprobablesdebenser las de s. X a. C., másporqueel sitio estáen el áreadepenetracióndesdeel SO.,víaafluentesdel Tajo y por ello creo posiblela llegadade

las pintadasa la SubmesetaSuren fechastan tempra-nascomo en Martinamor.

Quisiera,por último, llamar la atenciónsobre lasdos fechas del yacimientoalcarreñode Pico Buitre(Crespo& Cuadrado1991),cuyosexcavadoresconsi-deran que representael comienzo de la Edad delHierro en la MesetaOriental.Las fechas,como puedeverse,no concuerdanen lo absolutocon el ambienteesperado,por lo que seria preciso obtenernuevasmuestras,bien contextualizadas,para su datación.Igualmente,convendríareplantearsequé se entiendepor comienzosde la Edad del Hierro en la Mesetaonentalporquees posibleque,como en la mitadocci-dental,los primerosinflujos del SO. quevan a trans-formarla región, esténllegandoya enel BronceFinalo, para que nos entendamos,antes de o simultánea-mentea losprimerosasentamientosfenícíos.

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