Crónicas de Fray Alonso Ponce en su recorrido por Centro América

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Reseña de los eventos que acontecieron durante el viaje de Fray Alonso Ponce durante su viaje por Centro América

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  • COLECCIN

    DE mmmm iiditosPARA LA HISTORIA DE ESPAA.

  • COLECCINDC

    N

    PARA LA HISTORIA DE ESPAA.

    POR

    LOS SECRLS D. MIGUEL SALVA, Individuo de la Academia de

    la Uistoria, y el MAROIES DE LA FUENSANTA DEL VALLE.

    TOMO LVII.

    ITp^f

    MADRID:

    IMPRENIA DE LA VIUDA DE CALEROCalle de Santa Isabel, nm. 26.

    1872.

  • D?3

    t.5l

  • RELACIN BREVE \ MUMUDE ALGUNAS COSAS DE LAS MUCHAS QUE SUCEDIERON

    AL PADRE

    FRAY ALONSO PONCEMI las provincias de la Kii 'va Rspaia^

    SIKMIO COMISAIIIO GESSiL DE ,\0UF1L\S PiRTES.

    TUATANSE ALGUNAS PARTICULARIDADES DE AQUELLA TIERRA^ Y DICESESU IDA ELLA Y VUELTA ESPAA, CON ALGO DE LO QUE EN EL VIAJE

    LE ACONTECI HASTA VOLVER SU PROVINCIA DE CASTILLA.

    ESCRITA POR DOS RELIGIOSOS.

    sus compaieros,

    EL UNO DE LOS CUALES LE ACOMPA DESDE ESPAi^A A MXICO,Y EL OTUO EN TODOS LOS DEMS CAMINOS QUE HIZO Y THABAJOS

    QUE PAS.

  • 'f i^

  • ADVERTENCIA

    De ninguna de las visitas hechas por los once (1) Comisarios^encrales de la orden de San Francisco, que , en las provincias dela Nueva Espaa, precedieron al padre fray Alonso Ponce, existe,que sepamos, relacin tan detallada como de la de este ltimo que

    hoy damos luz. Es un verdadero intinerario descriptivo de masde dos mil leguas, importantsimo nuestro parecer; pues en l,con gran sencillez y sin pretensiones de ningn gnero, se descri-ben las costumbres, trage y lengua de sus habitantes, se marca ladistancia de unos pueblos coaventos otros, con indicacin delos ros, arroyos, puentes, llanos y cerros por donde se pasa, yse dan curiosas noticias de algunas de las antigedades de aquellascomarcas, as como de sus diferentes climas y cosechas.

    Del padre Ponce y de su visita dice fray Agustn de Velancuren su Chnmica de la provincia del Santo Evangelio, impresa enMjico en 1697, lo que sigue:

    ))E1 M. R. P. fray Alonso Ponce, de la provincia de Castilla,ao 1584; tuvo algunos trabajos de destierros del Principe que lagobernaba.

    En cuanto los dos religiosos, sus compaeros, que se dicenautores de la relacin, el que fn con l desde Espaa Mjico

    (1) Estos fueron desde 1531 hasta ^584: Fr. Alonso de Rosas,Fr. Juan de Granada, Fr. .lacobo de Testera, Fr. Martin Saraiien-to y Hojacastro, r F'rancisco de Bustaiuanle, Fr. Francisco de iMe-na, Fr Francisco deBustamanle, (segunda vez], Fr. Diego de 0!ar-le,Fr. Francisco do Rudera, Fr. Miguel Navarra, Yv Rodrigo de Se-

    quera y Fr. Pedro de Oro.

  • pudo ser, aunque no lo aseguramos, fray Alonso de San Juan. El

    olro que le acompa cu todos los dems caminos que hizo, ytrabajos que pas, nos parece indudable que fu fray Antonio deCibdad-Real

    .

    El MS. que nos sirve para la impresin es un tomo en folio, de

    26 hojas, de la propiedad de nuestro querido amigo el Sr. D. Ma-riano de Zabalburu, quien nos le ha franqueado generosamente

    no bien le manifestamos nuestros deseos de publicarle. Si no es el

    original es por lo menos una copia contempornea, y perteneci enel siglo XVl la librera de San Diego de Alcal, segn una notaque se lee en la primera hoja; las ltimas estn desgraciadamentetan estropeadas, que nos veremos en la precisin de dejar de im-primir algunas, si bien procuraremos que sean las menos posible.

  • RELACIN

    DE LAS COSAS QUE SUCEDIERON

    AL PADRE

    FRAY ALONSO PUNCEEN LAS PROVINCIAS DE Ll NUEVA ESPASA.

    Do como fu electo el padre fray Alonso Ponce en Comisa-

    rio general de Nueva Espaa, y en cumplimiento de esta

    comisin fu Sevilla y de all San Liicar.

    En el ao de nuestra redempcion de mil y quinientos

    y ochenta y cuatro aos, siendo el padre fray Alonso

    Ponce, confesor y predicador de la provincia de Castilla,

    guardin del convento de Nuestra Seora del Caslaar,casa recolecta de aquella provincia, fu llamado Ma-

    drid por nuestro padre fray Francisco Gonzaga, ministro

    general de nuestra orden, que estaba de partida para

    Italia, y llegado su presencia le mand venir por Co-misario general de la Nueva Espaa, dndole para ello

    patente muy cumplida, honrosa y muy favorable, cualsu persona, letras y valor lo merecan, porque habia si-

    ToMO LVIL i

  • (lo (lefinulor de aquella provincia y guardin en orosmunchos convenios, y cual el mismo oficio la pedia. Des-pachse esta patente primero de Mayo de aquel aocon otra al mismo tono del padre fray Gernimo de Guz-man, que la sazn era Comisario general de todas lasIndias y resida en aquella Corte, y los cuatro del mis-

    mo mes fueron coladas y pasadas la una y la otra por

    el Real Consejo de las Indias, y en conformidad de ellasdio el Rey nuestro seor sus Reales cdulas para que

    todas las justicias de la Nueva Espaa le diesen favor yayuda para hacer su oficio. Recebidos estos despachos yla bendicin de sus prelados, sali de aquella villa, yhabiendo ido Gifuentes, Guadalajara, Toledo y otrospueblos encomendar su viage en las oraciones de losreligiosos y religiosas que en ellos moraban , dio vuel-ta al Castaar, y dada cuenta de su casa y convento,

    parti de l para Talavera de la Reina; de all pas

    Oropesa, donde hizo lo mismo que en los otros lugares.De Oropesa sac un corista, con el cual, finalmente,

    lleg Sevilla primero de Junio. Cobrada all de la

    Contratacin la limosna que el Rey mandaba dar para suviage, y de los frailes y mozos que haba de traer consi-

    go, y dejando el cargo de comprar el matalotage y ropa un fraile de la provincia del Santo Evangelio llamado

    fray Alonso de San Juan, que la sazn estaba en Sevilla

    y vino en su compaa en aquella flota, parti de aque-lla ciudad los cuatro de Junio para San Lcar de Rar-

    rameda, donde lleg los seis, y concert la cmara de

    popa de un buen navio llamado Santa Catalina, en que

    l y sus compaeros pasasen estas partes.

    A 4os doce de Junio de ochenta y cuatro, comenzla flota salir del puerto de San Lcar, y por haberse

  • hecho la vela y salido fuera de la harra el dicho dia la

    sobredicha nao Santa Catalina, fu forzoso al padre Co-

    misario y sus compaeros, que eran cuatro y dos mo-

    zos para el servicio de todos, salir en un pequeo barco

    una legua fuera de la barra, donde la nao estaba surta,en el cual, despus de haber padecido muncha tormentade la mar y del viento, llegaron la nao con tanto m-petu y furia de las olas, que los mandadores y el pilototuvieron por muy peligrosa la llegada, porque de losgolpes que daba el barco en la nao reciba muncho dao,y de las munchas y grandes olas le entraba tanta aguaque pareca milagro no hundirse all pique de la mis-

    ma nao. Dur esto hasta que dentro de la nao dieron vo-ces los barqueros que se pasasen la popa de la nao,

    porque all estaba el batel , al cual podran amarrarse ypasar poco poco la gente que en el barco traan con

    la ropa, porque en l se iban todos fondo, porque con

    esta diligencia con ms seguridad y facilidad pudiesenpasar desde el batel la nao por la parte que estaba

    abrigada del viento; lo cual se hizo ayudndolos Dios ylos hombres mas diestros de la nao, los cuales unos en-traron dentro del barco y otros se colgaron de sogas del

    navio, para poder subirlos l como lo hicieron.

    Entrado pues dentro el padre Comisario con sus com-

    paeros fueron muy bien recibidos de los seores dela nao, los cuales decan que segn los haban visto nopensaron que escaparan con las vidas , sino que all pe-

    recieran sin poder ser socorridos. Aquel da, cuandoanocheci, abonanz el tiempo y dur esta bonanzahasta el jueves siguiente catorce del dicho, que estan-do surtos en el propio lugar, las tres de la tarde se des-

    amarr la nao ron la fuerza del viento de la mar v es-

  • tuvo en trmino de perderse con toda la gente y hacien-da que llevaban, porque si no se acudiera con mun-

    clia diligencia al socorro, alargando mas el cable ma-

    roma con que estaba amarrada, en breve tiempo die-

    ra la costa donde con la muncha mar y olas que ha-ba se perdiera: no dur muncho este reparo, porque co-mo el viento y con l las olas de la mar se iban embra-vesciendo y su fuerza era tanta, fcilmente hizo pedazos

    la amarra en que se sustentaba la nao, no obstante que

    era nueva y tan gruesa como la pierna de un hombre.

    Perdida esta amarra y ncora dieron fondo otra mejor,viendo que la necesidad iba aumentndose y la tormen-ta creciendo, y desde esta hora hasta las ocho de la no-

    che se rompi aquella segunda y se perdi , y otras dosque fueron echando sucesivamente, una tras otra. Per-

    dido pues este reparo concibi el seor de la nao un te-

    mor cierto de que se habia de perder, no obstante que

    era animoso y criado en semejantes peligros, porque lvio tan cruel y bravo el viento que echaba su nao la

    costa, y las olas de la mar tan levantadas y la noche cer-

    rarse tanto con oscuridad, que por entonces se conten-

    tara con que l y los de dentro de su nao escaparan con

    las vidas, aunque todo lo dems se perdiera. Los reli-giosos y pasageros se ocupaban en prepararse para dar

    Dios cuenta de las suyas (teniendo por cierto, viendo

    lo que pasaba, ser imposible amanecer vivos) y en hacer

    oraciones y derramar lgrimas Dios pidindole mise-

    ricordia de sus culpas. Era gran lstima y dolor ver

    tantas mugeres y nios pequeitos estar esperando que

    se los tragase la mar en medio de las tinieblas de la no-che, la cual se gast y pas en esta forma.

    El seor de la nao no tenindose por seguro si diese

  • fondo, atrevise la buena ventura y mand echar lasvelas para andarse barloventeando como lo hizo hasta

    que se puso la luna, dando vueltas entre la punta de Sal-niedina y las Arenas Gordas, que es espacio de una legua

    poco mas. La luna se puso en punto de media noche, ycomo por su ausencia comenzase hacer guerra la oscu-

    ridad, con la cual se pudiera la nao perder muy fcilmen-te, el piloto, temiendo dar en un bajo peasco dondese perdiera y todos se ahogaran, hizo dar fondo con un

    anclote que le quedaba y esperar all la misericordia deDios; la cual se descubri en este paso muy clara y ma-nifiesta por los mritos de la Virgen Santsima, su ma-dre, y de las gloriosas vrgenes y mrtires Santa Cata-

    hna y Santa Ins, las cuales, por ser abogadas delpadre Comisario comenzaron l y sus frailes invocar

    desde el principio de aquel trabajo, prometiendo de cele-brarlas una solemne fiesta cada una, como en efecto

    se hizo despus que llegaron Nueva Espaa. Demsdesto se hicieron otros votos y promesas secretas por

    los mesmos religiosos, y confiando todos en los mere-

    cimientos de tan Soberana Seora como es la Vjgenmadre de Nuestro Salvador, y de estas dos gloriosasSantas, y en las oraciones de munchos siervos y siervasde Dios, cuyo favor y ayuda se tuvo por cierto que noles falt en aquella hora, nunca el padre Comisario perdi

    el nimo ni del todo crey que haban de perecer, y aslo prometi todos los de la nao de parte de Dios, si sedoliesen de veras de sus pecados con propsito de los

    confesar y satisfacer por ellos, y de no volver ellos ni

    otros. Aunque les quitaba toda esperanza humana verque la nao capitana, que andaba por el mismo camino,haba dado en un bajo y se haba perdido, y dems desto

  • los mcsiuos seores y mandadores de la nao vio a es-ta hora muy desconfiados de poder escapar de aquel pe-ligro, aunque no por eso dejaban de hacer sus dihgen-cias como buenos marineros y gente diestra. Verdad esque si el Seor miraculosamcnte no los favoreciera, des-

    de esta hora que se dio fondo, fuera imposible poder

    escapar, pues desta manera esperaron la luz del dia pa-

    ra que ayudados de ella entrasen en el puerto y barra de

    San Lcar de Barrameda, de donde hablan salido; y pa-ra esto, de aquella nao y de las dems que andaban co-mo ella, se tiraron muchos tiros de artillera pidiendosocorro la tierra

    ,para que los pilotos de la barra los

    viniesen meter dentro luego en amaneciendo: y as

    fu que en comenzando esclarecer vino de tierra unbarco con gente para socorro de las naos, y llegndose

    la nao Santa Catalina pregunt un buen piloto de barraque cuntos codos de agua pedia, y respondi que once

    y medio, replic que no podia entrar hasta la tarde

    porque ya no habia tanta agua sobre los bancos de la

    barra, y que si luego por la maana porfiasen querer-la meter no entrara, sino que se quedara all perdida.

    A lo cual dijo el seor de la nao que en todo caso habiade entrar luego aunque se quedase en la mesma barra,

    porque ms quera perderse all, donde la gente se sal-vase, que fuera de la barra (donde estaba) donde se aho-gase toda y pereciese, afirmando que si luego no entra-

    ban dentro de la barra se haban de perder; y fuera as

    porque otra nao de aquel tamao que no pudo entrar

    por entonces, cuando llegaron las diez del dia quince

    del dicho mes se habia ya perdido. Pues con esta deter-

    minacin entr en la nao el piloto de la barra y man-

    dando levantar el ancla sobre que habia estado la nao

  • amarrada desde media noche, hallaron que por milagrohabia estado todo aquel tiempo, porque el ancla no ha-

    bia asido en la tierra sino queddose en vago, y ascuando subida arriba vio esto el seor de la nao, diogracias Dios, y conoci, y lo dijo todos, que milagro-samente hablan estado en aquel puesto, y cuando fuera loque l y todos tenian entendido, que estaban amarrados la tierra, no era menor el milagro, pues en cuatro ho-

    ras de la tarde, con menos tormenta que la que tuvie-

    ron en estas seis despus de media noche, les rompila tormenta cuatro amarras nuevas y gruesas, y agora

    estuvieron mas tiempo y con mayor tormenta sobre unaharto pequea. No menor fu otro que luego sucedi yfu que en levantndose de aquel lugar dieron las velas

    y caminaron derechos al puerto en el cual entraron sinlesin ni dao ninguno, aunque la nao toc tres vecesen el bajo de la barra, pasando raspando por las peas;lo cual se atribuy merced soberana que Dios les hizopara darnos entender que la diligencia humana no esbastante cuando su ayuda nos falta, y que cuando SuMagostad quiere, la mar, y vientos y tormenta no bas-tan vencernos aunque nos hagan guerra. Pues destamanera entr la nao en el puerto y la dieron fondo, don-

    de qued con toda seguridad. El padre Comisario salt entierra con sus compaeros y dieron gracias Dios porlas misericordias que les habia hecho. De las otras naos

    de la flota, las que pudieron se fueron Cdiz, otrasque eran pequeas y demandaban poca agua, se hablanentrado en el puerto de San Lcar la tarde antes cuan-do comenz la tormenta, y otras entraron con la naoSanta Catalina; solas dos, que por ser grandes no pudie-ron entrar con ellas ni ir Cdiz, se perdieron all jun-

  • lo tierra, aunque se salv la gente y parte de la mer-

    cadera; donde se puede colegir haber sido particularmerced de Nuestro Seor haber escapado la nao en queiba el padre Comisario, libre y sin perderse.

    Desde este dia, que fueron quince de Junio, hasta losveinte y tres que volvieron las naos salir fuera de la bar-ra, se ocuparon los seores de la Contratacin en aviarde nuevo otra capitana con toda la brevedad posible, por-que estaban ciertos, por larga esperiencia, que mientrasmas tarde saliese la ilota de Espaa, mas cierto tendria elpeligro en la costa de las Indias, y para que con todabrevedad se hiciese la vela arbolaron la bandera de lacapitana en la nao que iba por el almiranta, y la bande-ra de la almiranta arbolronla en un galen del mar-qus de Santa Cruz que venia de merchantera. Con esteacuerdo y orden se mand pregonar los veintids del di-cho, que toda la gente se embarcase porque otro dia habiade sahr la ilota fuera de la barra. El padre Comisario no seembarc aquel dia sino el siguiente

    ,

    porque no se hall

    barco en que ir la nao, y el hallar la chalupa de ella este tiempo, fu misericordia de Dios; en esta se meticon sus compaeros y mozos y el piloto de la mismanao las dos de la tarde, vspera de San Juan, y fu enseguimiento de la nao que iba ya la vela. No la pudie-ron alcanzar hasta que mas de dos leguas de la barratom las velas y dio fondo; all la alcanzaron, no con po-co trabajo ni pequeo pehgro, porque con el munchoviento y olas grandes que habia, y por ir metida debajodel agua cuasi toda la chalupilla, que era pequea, estu-

    vieron pique de perderse, pero el Seor los hbr yellos se metieron dentro de la nao.

    A veintitrs de Junio volvieron salir del puerto de

  • San Lcar las naos de la ilota y con vlenlo brisa llegaron ponerse en fondo de treinta brazas, para esperaren

    aquel puesto la capitana y alniiranta y las dems que es-taban en Cdiz, pero venida la noche, fu tanta la fuerza

    del viento de la mar, que fu forzoso levarse de aquel lu-

    gar y andarse barloventeando y dando vueltas por toda

    aquella noche. El dia siguiente, que fu dia de San Juan,

    estuvo la flota, que habia salido de San Lcar, de mar en

    travs sobre Cdiz hasta el dia siguiente veinticinco del

    mismo, que entonces saliendo de la baha de Cdiz lasnaos que dentro esta*ban y juntndose con las otras deSan Lcar, se hicieron todas la vela con buen tiempo;

    pero no durando este mas de un dia, quedaron en calma,

    la cual dur hasta el dia de San Pedro y San Pablo, vein-

    tinueve del dicho que ese dia vino viento brisa con tanta

    fuerza y tan buenas seales, que toda la flota alegr. An-

    tes de salir de los cabos se descubrieron navios que de

    lejos parecan de moros, los cuales pusieron la flota en

    cuidado y hicieron que se parase. La nao en que iba el

    padre Comisario se puso punto de guerra, que fu pla-

    cer verlo, pero conocido despus no ser naos de ene-

    migos, se quiet todo. Tambin atemoriz muncho losde la nao Santa Catalina una landre que pareci tener un

    marinero, el cual, con frenes, despus de ser sacado dela nao y puesto en la chalupa con hombres que de l cu-rasen, se ech una noche en la mar y se ahog sin po-derlo remediar. El dia siguiente, ltimo de Junio las

    tres de la tarde, se volvi el viento brisa en un vendabal

    viento de la mar que toda la flota puso en gran tri-

    bulacin; amain la capitana todas las velas y dejse estarde mar en travs, la cual siguieron todas las demsnaos, y de esta suerte estuvieron hasta otro dia primero

  • \0

    de Julio que calm aquel viento y volvi brisa , la cualno fall hasta llegar la Gran Canaria, que fu los

    siete del mesnio mes de Julio, en que tom el puerto laIlota las doce del medioda: fule muy bien al padreComisario general en aquella ciudad, por que el guar-

    din y religiosos de nuestro convento de San Francisco lo

    hicieron muncho regalo y caridad.Lunes siguiente nueve de Julio se hizo toda la flota

    la vela con tanto viento que, aunque era favorable, se

    tuvo por no pequea tormenta por ser recia su furia; per-

    dironse con este viento cuatro bateles de la flota y en

    uno de ellos cuatro hombres. Pero mientras mas iban lasnaos alejando del puerto, ms iba abonanzando la mar ysosegndose las olas y asegurndose el buen viento quehaban sacado; con el cual naveg la flota desde el dichoda nueve de Julio hasta los cuatro de Agosto que descu-

    bri la Deseada, que es la primera de las islas de las In-

    dias, y llmase as por ser tan deseada de los que vie-

    nen en demanda de ella. Fu tan buena esta navegacinque hasta all trujo la flota, que los antiguos y cursadosen aquella carrera decan no haber visto tan buen viagedespus que andaban en la mar. Siguiendo la flota su der-

    rota cuasi cada da vista de tierra, fu en demanda delpuerto de Ocoa, que es en la isla Espaola de Santo Do-

    mingo, en el cual es costumbre y aun hay cuasi siemprenecesidad de parar tomar refresco y aparejar las naos.Entr la flota en aquel puerto los catorce das del

    dicho mes y detvose en l hasta los diez y ocho: en este

    tiempo se aprest y tom refresco de agua, carnes, fruta

    y conservas, que de todo esto abunda mucho aquellatierra.

    A los diez y ocho de Agosto sali la flota del puerto

  • 1^

    de Ocoa (oii muy buen viento, aunque tan reeio que pu-so algn temor de tormenta los pilotos, pero NuestroSeor los asegur del peligro que se temia , abonanzan-do la mar y el viento y dejando solo lo que era menes-ter para que fuese prspera la navegacin

    ,siendo ms

    ordinario desde all basta la Nueva Espaa haber ruinesvientos y buracanes que viento prspero y favorable;pero Dios que no est obligado los vientos ni los

    tiempos bizo aquella ola tan sealada merced, que pa-s por todo sin peligro ninguno basta ver la tierra de laNueva Espaa, la cual se descubri nueve de Setiembre,domingo al amanecer. Toda la flota se alegr y regocijcon su vista, pero por ser y estar esta tierra que se des-

    cubri, que se llama las Sierras de San Martin, treinta

    leguas del puerto de San Juan de Ulua, donde hablan desurgir y desembarcar, no le pudieron tomar aquel dia,

    y as gastaron lo restante del hasta la noche en irse

    acercando al puerto. Cuando anocheci se hall la flotasobre el rio de Alvarado, catorce leguas antes de dicho

    puerto, y prosigui su viage caminando con poca vela

    ,

    para que cuando amaneciese estuviese sobre el puerto

    y entrase luego dar fondo: pero no quiso Nuestro Seor

    que fuese as, porque para este lugar estaba guardado

    un tan gran pehgro que munchas naos estuvieron pun-to de perderse, como se perdi una muy buena, y fue-ra de esta la que ms peligro estuvo fu la nao en queiba el padre Comisario, lo cual pas desta manera.

    Yendo como dicho es toda la flota navegando acer-cndose al puerto, aquella noche en la nao Santa Cata-lina hubo y haba todo cuidado y diligencia posible, mi-rando si pareca algn bajo arrecife de los munchosque hay en aquella costa donde se pudiese perder; y no

  • 12

    solo eslu, pero el maestre y pilulo nunca dejabau lassondas de las manos, mirando si hallaban ondoquelospudiese daar; y no solo ellos pero todos los frailes fue-

    ron velando aquella noche con el padre Comisario, el cualles dijo que el corazn le daba y decia lo que habia desuceder, y no sosegando en la cmara de popa, que erasu aposento, se levant y fu hacer compaia al pilo-to y maestre que velaban. Cuando fueron las once de lanoche hallaron fondo de sesmta brazas, y poco tiem-po que volvieron echar el plomo de la sonda en elagua no hallaron mas que treinta y siete, cosa que puso

    en grande admiracin y espanto todos, ver que en unpunto hubiesen disminuido tantas brazas, y con este so-bresalto mandaron largar las velas de gabia para vol-verse la mar: y este punto uno de los que hablan

    ido largarlas comenz decir voces que habia bajospor la proa, que era hacia donde iba la nao, lo cual pusoen tanta turbacin todos que cuasi nadie sabia que se

    hacer, teniendo por cierta su total perdicin. Solo hubo lugar de corlar con hachas las sogas con que estaban

    amarradas las ncoras, que iban aprestadas para surgiren el puerto, y dando fondo la una de ellas se tomaronlas velas con que iba navegando la nao, y con esto parde andar tan cerca del bajo y arrecife donde iba dar,llamado las Cabezas, que con un cuerpo de nao que an-

    duviera ms, se quedara all perdida, como se quedotra que venia all cuasi junto con ella; la cual no ha-ciendo las diligencias necesarias y caminando mas queconvenia y con ms descuido del que en tal sazn eramenester, se perdi sin poder ser remediada. Los de la

    nao en que iba el padre Comisario sacaron en la chalupa

    otra amarra y otra ancla, con lo que la amarraron y for-

  • ir*

    liruaron I( nuevo, y aforrando por de dentro los eal)les

    por que no se les cortasen se aseguraron algn tanto.A este tiempo venan sin saber el peligro algunas naosde la flota perderse

    ,particularmente un galen del

    marqus de Santa Cruz , en que iban los padres de laCompaa y su Provincial. Este galen se lleg tan cer-ca del navio Santa Catalina, que con un tiro de ballestase alcanzara de uno otro; disele aviso l y toda la

    flota con una pieza de bronce que de Santa Catalina se

    tir, avisndoles con esto el peligro en que estaban: toda

    la flota con este aviso pudo hacerse fuera y volverse la mar, por cogerla de la banda de fuera del bajo, peroel galen no pudo hacer esto sino solo dar fondo y es-tarse quedo; y no fu poco, porque con hacerlo tan

    tiempo, toc cinco veces con lo bajo del timn en lo fon-do de la mar, que fu maravilla no abrirse. El padreComisario con sus frailes gast lo que quedaba de la no-che (que les pareca mili aos) en oraciones y nuevaspromesas, pidiendo Nuestio Seor los librase de aquel

    peligro, del cual nunca tuvieron tanto espanto como

    cuando fu de da, que vieron el pehgro grande en quehaban estado toda la noche, porque los peascos delfondo eran tan grandes y se van tan claros que causa-ban horror. All esper su nao con algn consuelo, hastaque las dos de la tarde del mesmo da, que fueron diezde Septiembre, vino la brisa, viento favorable, con quese fu llegando al puerto, en el cual no pudo entraraquel da porque desde el arrecife de las Cabezas hastallegar l hay cinco leguas, y estas no se pudieron an-dar tiempo que pudiese entrar surgir de da; lo cuales esencialmente necesario, por ser la entrada peligro-ssima y tal que aun entrando de da suelen peligrar

  • 14

    munclias naos y perderse en ella: y esta causa, casi en

    su paraje, un poco fuera la mar, dieron fondo con unabuena amarra que el maestre sac de la nao que la no-che antes se liabia perdido, para que les amaneciesefrontero del puerto y entrasen luego en l; mas no les

    sucedi conforme su pensamiento, porque la corriente

    de el agua era tanta, y una turbonada de viento y agua-

    cero que vino tan grande, que se llev la nao garrando

    y arrastrando ms de ocho leguas abajo del puerto, donde se hallaron cuando amaneci. Donde fu NuestroSeor servido de proveerles despus de medioda, de unviento favorable con que en cuatro cinco horas entrla nao en salvamento dar fondo en el puerto de San

    Juan de Ulna , martes infraoctava de la Natividad de

    Nuestra Seora, once de Septiembre de ochenta y cua-tro y no sin peligro porque tres veces toc el timn enlas peas de la canal del puerto; pero fu Dios servido

    que no recibiese dao la nao.Cuando lleg al puerto la ilota, que fu un dia antes,

    lleg tambin all el guardin de la Veracruz y otro frai-le honrado con l, enviados por parte de la provincia delSanto Evangelio, que comunmente se dice de Mxico, recebir al padre Comisario, y sabiendo que la nao en que

    venia se quedaba atrs por la causa sobredicha, espera-ron hasta el dia siguiente que vindola entrar , salieron

    buen trecho fuera del puerto, y entrados en ella dieronal padre Comisario el parabin de su venida y llegada porparte de la misma provincia. Luego que entr la nao surgir, dijeron al padre Comisario de parte de los oicia-les reales, que eran ya llegados visitar la ilota, que no

    embargante que la nao en que venia no estaba visitada,

    pudiese salir tierra con sus frailes, y subir arriba hacia

  • i5

    Mxico con su ropa y halo, cosa que el padre Comisarioagradeci miiiicho. Otro da, mircoles doce de Septiem-

    bre, sali tierra la isla de San Juan de Ulna, donde dijo

    misa, y agradeci los olciales reales la cortesa que

    le haciaa, pero dijoles que no se aprovecharia de aque-lla merced, sino que la nao se visitase primero, porque

    as recibiesen los que en ella iban este beneficio de salir

    en breve de aquella crcel y prisin; ellos lo hicieron lue-

    go as, porque el padre Comisario se despachase, y es-

    lando con esto despachado, el mesmo dia por la tarde

    se pas con los religiosos la banda de tierra firme, dedonde tom el camino para la Yeracruz, y de all paraMxico, como agora se dir.

    En una venta que est all en la banda de tierra fir-me, tenia el guardin del convento de la Veracruz lasbestias necesarias, para que el padre Comisario y sus

    compaeros, y l y el suyo, fuesen aquella cibdad, que

    est cinco leguas del puerto. Anduvironlas estas con latria de la tarde y entraron el dicho dia doce de Septiem-

    ])re en la cibdad de la Yeracruz, primer puel)lo de laNueva Espaa, y fueron derechos nuestro convento,

    donde descansaron hasta otro dia por la tarde.Jueves trece de Septiembre sali el padre Comisario

    las tres, despus de medioda, de la Veracruz, y pasadasmunchas ventas y andadas quince leguas, lleg otro diapor la tarde Xalapa, primer pueblo de indios (porquela Yeracruz es de espaoles), los cuales le salieron re-cebir con tanta devocin, contento, fiesta y alegra,como si en aquella tierra entrara uno de los apstoles.Dos leguas antes tenan lleno el camino trechos de ar-cos hechos de ramas y ojas de rboles, al modo de lostriunfales que hacen en Espaa, y en cada uno munclias

  • ir

    (lirereiicias de msica de lrompet:)s, lautas, chirimas yoros inslrumeiilos, liasta llegar su pueblo, donde me-dia legua antes fu cosa para loar al Seor, ver salir en

    procesin toda la gente, hombres y mujeres, chicos ygrandes, y hincarse de rodillas solo pedir la bendicin

    al padre Comisario, y aunque los atropellaban los caballos

    de los espaoles, que le haban salido recibir una legua

    antes, no por eso se volvan airas hasta haber besado el

    hbito siquiera tocdole con la mano. En este puebloestuvo desde el jueves hasta el domingo en la tarde, diezy seis del dicho, y entonces sali dormir una ventaseis leguas de all, llamada de las Vigas, donde por or-den del guardin de Xalapa haba tan copioso aderezo decamas y de cenar para doce personas que iban, que so-

    br para munchos pasageros espaoles que all habanllegado.

    Otro da diez y siete de Septiembre, da de las Llagas

    de nuestro padre San Francisco, tom la maana el pa-dre Comisario y fu decir misa un hospital que lla-man dePerote, tres leguas de all, el cual est en el ca-

    mino para todos los pobres enfermos que van en las flotas la Nueva Espaa. All hall tanto regalo y recibimiento

    hecho por los indios de un pueblo llamado Tecamachal-co, catorce leguas de aquel hospital, como se le pudiera

    hacer cualquier Grande de Espaa en su tierra, porquecon llegar al salir del sol este sitio, ya tenan el cami-

    no lleno de arcos triunfales de los sobredichos, y mun-

    chas diferencias de msicas y danzas de nios, y en elhospital munchos regalos de aves, cabritos, cameros,pan y vino, frutas y conservas y confitura en tanta

    abundancia, que aunque llegaran cincuenta personas

    haba para todos y sobral)a. All hablaron al padre Com-

  • 17

    sario general el Gobernador, Alcaldes y Regidores deTecamaclialco por medio de un intrprete, dndole elparabin de su venida y agradecindole los trabajos detan larga jornada por su amor, diciendo que estabanciertos que no iba por oro ni por piala, sino por la sal-

    vacin de sus almas. Razones que enternecian el cora-

    zn los oyentes, y especial al padre Comisario, al cual

    otros mucbos le dijeron despus otro tanto. Despus conmucha devocin y humildad le pidieron que pasase porsu pueblo , inducindole esto con decir que pues Diosle habia traido aquella tierra por sucesor de los pri-

    meros padres que hablan sido su consuelo, y con cuya

    doctrina habian salido sus mayores de la servidumbredel demonio, no haba de ser l menos, sino que losconsolase en lo que de presente le pedian y los ayuda-

    se en lo espiritual para lo de adelante. Agradeciselo elpadre Comisario y animlos prometindoles su ayuda pa-ra todo su consuelo, pero el pasage por su pueblo no pu-

    do haber efecto, porque llevaba muy contados y tasadoslos dias que eran menester para llegar Mxico por cami-no derecho y para visitar en aquella cibdad las personas

    de obligacin antes de la fiesta de nuestro Padre San

    Francisco, en la cual habia de predicar; y por esta causa

    luego, en diciendo misa y almorzando, se parti de all

    para ir dormir una venta siete leguas mas adelante,en la cual hall el mesmo regalo y tan cumplido comoen las dems, porque el guardin de laguardiana mascercana, que es en un pueblo llamado Guamantla, te-

    nia provedo todo lo necesario. All durmi el padre Co-misario aquella noche, y otro da martes diez y ochde Septiembre lleg Guamantla, que es cuatro leguas

    de la venta sobredicha, donde fueron verle los Go-

    ToMO LYI. 2

  • i8

    bernadores y principales de Tlaxcalla , y pedirle lo

    que por carta ya le haban por el camino pedido, y eraque no dejase de ir por su cibdad y descansar en ella,

    y no se despidieron del hasta que lo concedi y les se-

    al el dia que habia de llegar. En Guamantla estaba

    el Provincial de aquella provincia, que con la nueva

    de la venida del padre Comisario, habia salido aquel

    pueblo recebirle; los indios asimismo deste pueblo

    le recibieron con las ceremonias acostumbradas en los

    dems pueblos , de bailes , danzas y msicas de todognero de instrumentos.

    All en Guamantla descans dos das el padre Comisa-rio y los 20 de Septiembre parti para Tlaxcalla, que estseis leguas ms adelante

    , y con el Provincial y otros

    religiosos lleg aquella cibdad medioda, y en ella

    vio tanta devocin en los indios, que dio por bien em-pleados los trabajos padecidos por mar y por tierra,viendo en aquellos pobrecitos la devocin tan inflamadacomo en los verdaderos cristianos de la primitiva Igle-

    sia, y era cosa para alabar Dios verlos salir en procesin

    y hincados de rodillas y llorando pedir la bendicin ofre-ciendo muchos ramilletes y guirnaldas hechas de floresodorferas, y pan y fruta, huevos y galhnas, conforme

    su posibilidad y pobreza. Para el dia en que entr elpadre Comisario en Tlaxcalla, estaba junta toda la cib-dad, esperando solo su llegada, y fu recebido con tanta

    alegra de su parte de ellos, cuanta alegre su vista para

    l. Los principales saheron una legua antes de llegar al

    pueblo, y ellos y muchos espaoles nobles y tratantesque all viven, le fueron acompaando caballo hastaentrar en la cibdad. El camino estaba lleno de gente,hombres y mugeres, hincados de rodillas, y trechos

  • 19

    haba de aquellos arcos triunfales y en ellos diferencias

    de msicas. A la entrada del pueblo dems de la mul-titud de gente que habia con muchos instrumentos mu-sicales, salieron doce cuadrillas de indios que cada una

    traia su diferencia de baile su modo antiguo, vestidostodos segn lo soban hacer en dias de grande alegraen tiempo de su gentibdad. Con este acompaamientolleg al convento, donde estaban los religiosos que en l

    moraban y otros muchos de la comarca, puestos todosen procesin fuera del comps de la Iglesia, la cual lellevaron cantndole los cantores el Te Deiim laiidamiis, ylos unos y los otros se regocijaron muncho con su veni-da. All en aquel convento recibieron al padre Comisario

    fray Alonso Ponce, el padre Provincial y difinidores de

    aquella provincia, y el padre fray Pedro Oroz, su antece-

    sor, el cual le entreg luego el sello del oficio. Descansall tres cuatro dias, en los cuales as los indios como

    los espaoles del pueblo le hicieron mucho regalo y lasfiestas que pudieron, porque el domingo en la tarde hi-cieron los indios muchos bailes y danzas, y los espao-les corrieron caballos y despidieron la fiesta con un to-

    ro, que la regocij dando dos tres vueltas y matndo-le luego. A la noche encendieron por toda la cibdad mu-chas luminarias en lo alto de las casas, corriendo caba-llos gran parte de la noche, vestidos de blanco, con ha-chas encendidas en las manos, todo con una devocin

    y alegra estraa.

    A los veinticuatro de Septiembre parti de Tlaxcalael padre Comisario para la cibdad de la Puebla de los An-geles, que est de aU cinco leguas; lleg all las diezdel dia, y fu recebido con mucha solemnidad de los re-ligiosos de nuestro convento. Visit al Obispo de Tlaxca-

  • 20

    Jia que reside en aquella ejdiul, y no se deluvo all

    ms de aquel dia.Otro dia siguiente veinticinco del dicho, lleg la cib-

    dad de Cholula, dos leguas de la Puebla. Es aquel pueblo

    de los indios mas devotos que hay en la Nueva Espaa, los

    cuales por no haber sabido con tiempo la da del padre

    Comisario para poderla solemnizar, se mostraron tan

    corridos que fu necesario que ei guardin del conventolos consolase dicindoles que presto volverla por all

    recebir su regalo; y aunque fu tan de prisa y de ma-

    ana esta llegada a Cholula, porque lleg cuando saliael sol, todava tenan enramadas las entradas y callesdel pueblo y los cantores aprestados que salieron al ca-

    mino darle msica y regocijarle, y dems desto le hi-cieron los principales un muy solemne presente en quellevaron quince diferencias de comidas.

    Este mesmo dia fu dormir un pueblo llama-

    do los Ranchos, cuatro leguas de Cholula, visita de

    un convento nuestro, donde el Guardian y los indios le

    enian aderezado de cenar y camas en que durmiesen

    los que con l iban. Otro dia veinte y seis de Septiem-

    bre, pas el padre Comisario el puerto y fu un pueblo

    llamado Tlalmanalco, seis leguas de los Ranchos, don-

    de hay un convento de nuestra orden, en el cual y por

    los indios de aquel pueblo se le hizo muncha fiesta yregalo; saliendo siempre aquella pobrecita gente los

    caminos recebirle y pedirle la bendicin, cosa quemuy de veras le hizo aficionarse ellos.

    Otro dia veintisiete de Septiembre, fu dormir un

    muy Hndo y devoto pueblo llamado Xuchimilco, seis le-guas de Tlalmanalco, habiendo comido las dos leguasen otro llamado Ghalcoatengo, y en el uno y en el otro

  • 2i

    fu recebido con muiieho contento de los religiosos y fies-

    tas de los indios, hallando siempre en los caminos niun-chos de aquellos arcos triunfales, y presentes de frutas

    y ramilletes y guirnaldas de flores que suelen ellos usar

    en sus fiestas y dias solemnes.

    Viernes veintiocho de Septiembre, vspera de San Mi-

    guel, andadas desde el puerto all ms de setenta leguas,con los recebimientos sobredichos y con otros munchosque por evitar prolijidad no se dicen, entre los cuales sehicieron algunos que tenan apercibidos para el Virrey

    que se esperaba y no vino en aquella ilota, entr el

    padre Comisario general en la cibdad de Mxico, que estcuatro leguas de Xuchimilco. Lleg nuestro conventotan de maana, que hall los frailes muy descuida-dos, porque no le aguardaban tan temprano, de lo cualse afligieron muncho los indios, porque quisieran so-lemnizar su llegada y entrada, y con el mismo descui-do no hubo lugar. Llegado el padre Comisario Mxico,visit al Arzobispo, que era Visitador de la Audiencia yGobernador de la Nueva Espaa, y hizo las dems vi-sitas forzosas y de obligacin. Present sus recabdos los dos de Octubre en la Real Audiencia que reside enaquella cibdad, y vistos, los dieron por buenos y se losvolvieron para que usase de ellos. A los catorce de Oc-tubre, da de nuestro Padre San Francisco, predic alpueblo en la capilla de San Jos, que est en el patiode nuestro convento; oylo el Arzobispo y toda la Au-diencia y lo ms granado de aquella cibdad con mu-cho gusto y contento de todos, y con ms aplauso quese pudiera esperar aunque no viniera cansado y ho-biera tenido muncho tiempo para el estudio; peroDios provee al tiempo de la mayor necesidad v comu-

  • 22

    nica su gracia sus siervos y amigos para el bien de

    las almas.

    Otro (lia despus de la fiesta de nuestro Padre SauFrancisco, fu el padre Comisario otro convento de

    nuestra orden que est en aquella cibdad, llamado San-

    tiago Tlatilulco, donde se le hizo mucho regalo y fu re-cebido y regocijado por los indios de su juridicion, y})rincipalmente por los indios estudiantes colegiales de

    un colegio que est fundado dentro el comps de aquelconvento, debajo de la proteccin y gobierno de los re-ligiosos del; y para que se vea la pia aficin y deseo des-

    los pobrecitos se pone aqu una oracin que en latin yen romance castellano hicieron al padre Comisario cuan-

    do alh lleg, la cual es la que sigue.

    Uumiliter redt gratias Domino Deo nostro universumhujus collegii sodalitium quia incolumen te hahemus / ohprcestantisime Pater! in hac nostra tam longinqua regione

    eo qiiod tam misericorditer protexit te Deiis Omnipotens tantis periculis tam prolixi maris et distantissimce terree

    uberimos fruclus nobis a futuros espectamus ex tam deside-

    rato vestrce paternitatis adventu. Dixi/'''Todos los estudiantes de este colegio hacemos mu-

    chas gracias Nuestro Seor Dios, por la prspera veni-

    da de V. Paternidad estas provincias tan remotas, ha-

    bindole librado de tantos peligros, de tan prolijo y pe-ligroso mar y tanta distancia de tierra. Esperamos gran

    fruto de la venida tan deseada de V. Paternidad."

    Aqu dijo su maestro al padre Comisario que los per-

    donase, que no eran ms que papagayos urracas quedecian lo que hablan aprendido sin entenderlo. Y luego

    dijo otro estudiante de ellos en latin.

    Ita res habet ad omnem veritatem, Reverende admo-

  • '23

    dum Pater, qtiia a non paucis estimemur tanquam picce etpsittac qui laboriose docentur et cito oblibisctintur , et hoc

    non gratis, quia cert tenuissima habilitate dotati sumus,

    sed ob is egemus magno et continuo auxilio.

    Despus dijo este mismo en romance.*'Es muy gran verdad, muy reverendo Padre

    ,que

    cerca de la opinin de muchos, nosotros los indios deesta Nueva Espaa somos como pegas urracas y como

    papagayos, las cuales aves con trabajo se ensean ha-blar, y muy presto olvidan lo que se les ense; y estono se dice en balde, porque la verdad, nuestra habi-

    lidad es muy flaca, y por tanto tenemos necesidad gran-de de ser ayudados para que vengamos ser hombrescabales/'

    A esto sali un indio grande, vestido como espaol,

    y hablando en espaol comenz decir por via de mofay escarnio, que bien merecan ser ayudados para que secriasen en ellos otros borrachos y desagradecidos como

    los dems. A esto dijo el maestro: miente el vellaco,que por cierto que son buenos hijos y cuidadosos de lavirtud y de su estudio, sino que vosotros nunca sa-

    bis abrir la boca sino para decir mal de ellos, y cuales-

    quiera cosa que les es prspera os llega al corazn,

    que

    no querriades sino que siempre anduviesen cargadoscon la carga cuestas, ocupados en vuestro servicio.

    Pues mirad que Dios es justo, el cual dice: Beatusqui intelligit super egenum et pauperem. Y con esto seacab la fiesta; y el padre Comisario se detuvo all en

    aquel convento hasta el domingo siguiente en la tar-de, que se volvi al de San Francisco, donde fu visita-do, as de la gente espaola y principal, como de los re-

    ligiosos y prelados de las dems Ordenes, y ms de los

  • 24

    guardianes comarcanos, no le faltando negocios de suoficio que acudir entonces y despus, como adelantese ir refiriendo.

    A esta sazn que el padre Comisario llego Mxico,estaba en Tezcuco, siete leguas de aquella cibdad, unfraile llamado fray Antonio de Cibdad Real, cuartanariode casi tres aos, que habia ido de la provincia de Yu-catn curarse, y teniendo de l noticia el padre Comisa-rio, le envi llamar mandndole por obediencia quefuese su presencia Mxico. Hzolo as el fray Antonio,y llegado all le mand por la misma obediencia quele acompaase y fuese su secretario, y luego le entregel sello de su oficio, no obstante que fray Alonso de SanJuan, el que habia ido de Espaa con el padre Comisa-rio, pretenda con todas sus fuerzas serlo, y que l se

    le diera; y porque esto no se hizo, se desgraci tanto

    y se mostr siempre tan contrario al padre Comisario y sus cosas, que no par en prosecucin desto, hasta quemuri en la demanda, como adelante se dir. Por el se-cretario sobredicho despach el padre Comisario sus pa-tentes y recabdos todas las provincias de su districto,

    que dems de la del Santo Evangeho de Mxico, erantambin la de Yucatn, la de Guatemala, la de Michoa-can y la de Nicaragua, y las custodias de Zacatecas yTampico, en todas las cuales fueron bien recebidos y sinrplica obedecidos. Este tambin le acompa en la visi-ta de todas estas provincias, y en todos sus caminos,

    destierros y peregrinaciones, as por mar como por

    tierra, fu su compaero ad-ltere, participando de todos

    sus trabajos y persecuciones sin dejarle un punto hastavolver con l Espaa, como adelante se dir.

    A este mesmo tiempo estaba un poco inquieta la

  • provincia de Yucatn, arriba dicha, y el Provincial de

    ella renunciaba muy prisa, y habia enviado un frailecon recabdos pidiendo comisario que la visitase y tuvie-

    se en ella captulo provincial, y queriendo el padre Comi-

    sario general ir esto en persona, se lo estorbaron y le

    fueron la mano el provincial y dilinidores de la pro-

    vincia de Mxico, representndole que dems de que eraponerse en manifiesto peligro de la vida, por ser como

    era recien llegado de Espaa y haberse luego de tornar

    embarcar, no convenia hacer en aquella coyuntura

    absencia de Mxico donde comenzaban ya juntarse losObispos sufragneos de aquel arzobispado para el sno-

    do provincial que se habia de tener y celebrar en aque-

    lla cibdad, porque decian que importaba mucho queasistiese l y volviese y abogase por sus provincias

    como prelado general y pastor de todas; teniendo por

    cierto que habia de tener voto en aquel concilio como

    lo tienen los Generales de las ordenes en los con-

    cilios generales, pues en toda la Nueva Espaa te-

    nia las veces de nuestro padre General. Estas razones

    daban para que el padre Comisario general no fuese Yu-

    catn, sino que se quedase all en Mxico. Pero quien

    tanto pugn despus para echalle no solo de aquellacibdad, mas aun de toda la provincia (como adelante sedir) pudese presumir que en pretender entonces queno hiciese absencia de ella, pretenda algn particular

    inters y, segn algunos dijeron, era que enviase porcomisario Yucatn uno de sus amigos, para los fines

    que ellos se saben. Pero el padre Comisario, teniendo por

    entonces atencin ms las razones que le daban, y pa-recindole bastantes, dej la ida de Yucatn, y enviall por su comisario fray Alonso Urbano, fraile prin-

  • 2ft

    cipal de la provincia del Santo Evangelio, y Guardian delconvento de Tlaxcalla, predicador en nuestra lengua yen otras dos de las de Nueva Espaa, que son la mexica-na y la otom, el cual visit aquella provincia y tuvo enella captulo provincial y la dej muy quieta y pacfica.

    Asimesmo luego como el padre Comisario general lle-g Mxico, comenzaron venir cartas y avisos y aunquejas de los frailes de la provincia de Michoacan

    ,pi-

    dindole los fuese visitar y consolar, y que en ningu-

    na manera dejase de hallarse en su captulo intermedio,que le haban de tener el da de San Sebastian del aosiguiente de occhenta y cinco. Por otra parte los de la

    Custodia de Zacatecas estaban sin Custodio, y pedan visi-ta y que se les diese prelado; y aunque el padre Comisarioquera acudir lo uno y lo otro y remediar todas estasnecesidades, y lo pretendi y hizo sus diligencias para

    hacerlo, nunca el Arzobispo de Mxico, que (como quedadicho) gobernaba la tierra, le quiso dar licencia para sa-

    lir de aquella cibdad, sino que se estuviese en ella, por-

    que le comunicaba mucho y gustaba de su conversaciny letras. Viendo esto el padre Comisario envi Zaca-

    tecas fray Cristbal de Cea, fraile docto y principal de

    aquella provincia y que haba sido difinidor della , para

    que tuviese captulo en la Custodia sobredicha, dndole

    asimismo comisin para que de camino visitase tres con-ventos de la provincia de Michoacan, y l se qued enel de San Francisco de Mxico, en el cual y en el de San-

    tiago de Tlatilulco se detuvo tres meses , al cabo de los

    cuales, importunado del Arzobispo y persuadido que asconvenia, le concedi licencia para poder ir Michoa-

    can, donde cada da venan nuevas cartas pidiendo con

    muncha instancia que se hallase n su captulo, y dando

  • 27

    euleutler que estaba la provincia inquieta y que si all

    no iba babria en el captulo alguna turbacin. Alcanza-

    do este beneplcito y licencia, sali el padre Comisario dela cibdad de Mxico para la provincia de Michoacan, lle-vando en su compaa su secretario y fray Juan deCastaeda, difinidor y hijo de la provincia del Santo

    Evangelio, Guardian que la sazn era de Santiago de

    Tlatilulco, y fray Juan Cano, lego, hijo de la mesmaprovincia, y al corista que haba sacado de Oropesa. Paseste camino como aqu se dir, aunque con breve ymuy sumaria relacin.

    Mircoles dos de Enero de mil quinientos ochenta ycinco aos, sah el padre Comisario entre las ocho ylas nueve de la maana, del convento de San Francis-

    co de Mxico, camino de Michoacan, y andada una llegal convento y pueblo de Tlacuba, donde le estaba aguar-dando el provincial y los otros difinidores y otros frai-les, con los cuales comi y todos se regocijaron en elSeor, mostrando en lo esterior pesar y tristeza de quest les absentase y rogndole diese presto la vuelta.

    La legua que hay de Mxico Tlacuba, es de cami-no ameno y muy deleitoso, por una calzada hecha manos. Por la una parte y por la otra hay huertas y ca-sas de recreacin, y munchos prados y lagunillas y ace-(juiasde agua, donde se coge muncha fruta, muncha rosacastellana, y hay gran suma de trbol de Castilla. A labanda del medioda viene por la orilla de el mismo ca-mino la media legua hasta entrar en Mxico, una fuenteencaada que lleva medio buey de agua muy buena^ deque se provee la mitad de la cibdad. Nace esta fuenteen un pueblo llamado Santa F, dos leguas de Mxico,como despus se dir; y media legua antes de llegar

  • 8la cibdad, pasa raz de una casita de (railes descalzosde nuestra orden que est en el mesmo camino, loscuales no eran entonces de la jurisdiccin del padre Co-misario, pero furonle despus, como adelante se dir su tiempo.

    Aquel mesmo dia dos de Enero sali de Tlacuba el

    padre Comisario con determinacin de ir dormir uupueblo de indios otomes llamado San Antonio, visitade clrigos, y estando ya de camino la puerta del con-vento, lleg un religioso, hijo de aquella provincia lla-mado fray Pedro de Zarate, que venia de la de Guatema-la, para la cual habia traido en aquella flota frailes de

    Espaa y venido por su Comisario, y queriendo dar al

    padre Comisario general las cartas y recabdos que llevaba,

    no los hall en la manga, y as se volvi Mxico don-de entendi que se le hablan olvidado. El padre Comisario

    comenz su viaje sin llevar indio ninguno ni otra per-sona que le guiase, porque ni se le dieron, ni l ni

    sus compaeros se les acord de pedirla, y caminandopor un camino ancho y al parecer muy usado, cabode un rato tom l y el difmidor (con quien iba hablan-do) otro muy diferente; los compaeros que iban delan-te advirtieron esto y enviaron de presto decirles con

    el fraile lego que no iban bien por all, que volviesen al

    camino ancho, y creyendo que presto los alcanzara si-guieron ellos aquel carril ancho, el cual los llev por

    unos altos que llaman de Tlacuba, en que se coge mun-

    cho y muy buen trigo; y caminando poco poco yendosiempre aguardando al padre Comisario y los dems, pa-sadas muchas barrancas y algunos arroyos, llegaron yamuy de noche al dicho pueblo San Antonio, tres leguasgrandes de Tlacuba, y cabo de rato lleg el fraile lego

  • solo, el cual les dijo que por uo haber podido alcanzaral padre Comisario y al dilinidor, se habia vuelto, cre-

    yendo que iban por algn atajo, de que no poca pena ypesadumbre recibieron todos. Hicieron luego que los in-dios estuviesen tocndolas campanas y que otros all fue-

    ra del pueblo taesen las trompetas, para que si los per-

    didos (que por tales los tenian ya) las oyesen pudiesen ati-

    nar con el pueblo; porque hacia una noche muy oscuray eran muchas las barrancas que por alli hay, en quefcilmente podian caer y despearse. Fu Nuestro Se-or servido que entre las nueve y las diez de aquella no-

    che, llegaron con una oscuridad muy grande, mojadaslas piernas y muy quebrantados del mucho andar per-didos atravesando acequias y barrancas; porque segnparece, cuando saheron de Tlacuba comenzaron par-lar, y embebecidos en su pltica sin mirar por dondeiban, dejaron ir las cabalgaduras por donde los qnisie^ron llevar, y advirtiendo despus que iban perdidos, ro-

    garon un indio que acaso encontraron, que los guiase

    San Antonio, pero el indio los llev otro San Anto-

    nio que llaman de las Huertas, junto Mxico, yechando entonces mas de ver cuan perdidos iban, dieronla vuelta, y andando cruzando acequias de agua sin ati-nar con el camino, llegaron una algo honda, y que-rindola vadearel padre Comisario, se hundi la bestiaen que iba hasta que se le cubri el anca, y l se mojhasta encima de las rodillas: el difinidor no se atre-viendo pasar por all, dise buscar otro paso y hall

    un madero atravesado, por el cual pas pi, dando subestia al indio, el cual la pas por otra parte y se mojaun ms que el padre Comisario. Fu Dios servido que esta sazn lleg alli un espaol y busc otro indio y le

  • pag porque los guiase al dicho pueblo San Antonio delos Otomies. El dilinidor viendo al padre Comisario cuanmojadas tenia las calcillas, quitse las suyas que esta-ban secas y diselas porque no le hiciese mal, y lo mis-mo hizo con las suelas, y l le at el espaol los piesunos pauelos de lana que le sirvieron de peales y za-patos, y desta manera llegaron todos tres la hora di^cha San Antonio, donde los estaban los dems aguar-dando. Con su llegada se holgaron todos y recibieronmuncho consuelo, aunque les hizo lstima ver cuan maltratados iban, y oirls contar lo que hablan pasado. Elsecretario que iba cuartanario, tuvo aquella noche ca-lentura, y al difinidor le dio un desmayo tan grandeque estuvo un rato muy fatigado y casi sin habla, aun-que luego volvi en si. Finalmente, todos pasaron lorestante de la noche con mucho trabajo y no menosrio, que le hace en aquellos altos muy fino. A la maa-na cuando se levantaron, poco antes que amaneciese,hallaron que habia llegado fray Pedro de Zarate con lascartas y recados que se le haban olvidado en Mxico,el cual por hallarlos y traerlos de presto al padre Comisa-

    rio, habia andado la mayor parte de aquella noche, yde alli fu en su compaa hasta la cibdad de Valladolid.Todos estos infortunios sucedieron en aquella primerajornada, y por ventura era todo industria y traza del de-monio, para que no pasase adelante el padre Comisario, yse dejase de hacer el bien que en aquel viage se hizo,que no fu pequeo.

    Jueves tres de Enero sali al amanecer de aquel pue-

    blo, y acabados de subir y bajar los altos sobredichos,con los puertos que hay entre Mxico y Toluca, y pasa-das subida y bajada muchas barrancas con un fri

  • muy recio, lleg como las diez del dia al Rio Grande,que por otro nombre se llama de Toluca, porque correpor aquel valle, no lejos de aquella villa. Psase por unapuente de madera, junto la cual estaban munchos in-dios indias de un pueblecito no lejos de all , llamadoSan Mateo, puestos en procesin aguardando al padre Co-misario con cruz y pendones, pretendiendo llevarle co-mer su pueblo; agradeciles su devocin y buena vo-luntad, pero no accedi loque pretendan, porque im-portaba muncho llegar presto Michoacan, y no conve-nia detenerse. Pas, pues, adelante y andadas dos leguasde camino tan llano que aun los muy descansados can-sa y muele, lleg medioda la villa y convento deToluca, cinco leguas largas de San Antonio, dos del RioGrande y nueve de Mxico. Hicironle los indios de aque-lla villa muy solemne recebimiento, con muestras y sea-les de mucha devocin, lo mesmo mostraron los espa-oles que all residen, que son muchos. Los indios deaquel pueblo y los dems de aquella Guardiania , partede ellos son mexicanos, parte otomies, parte matalrin-gas y parte maraguas, que son diferentes naciones y di-

    ferentes lenguas , aunque los maraguas hablan la len-gua otom corrupta; todos caen en el Arzobispado deMxico. El convento es bueno y bien edificado, est aca-bado, con su claustro alto y bajo, Iglesia, dormitorios yhuerta, en la cual se hace muy buena hortaliza y se danduraznos y tunas de maravilloso sabor. Habia la saznen aquel convento estudio de Teologa y muchos estu-diantes; cuando no le hay moran en l de ordinario cua-tro religiosos.

    Est aquel convento con otros tres fundado en unvalle muy grande que llaman de Toluca, muy frtil de

  • niaiz y de pastos para gaaailo mayor y menor, y as hayfn l munchas estancias, cranse munchos puercos y h-cense maravillosos pemiles que tienen fama en toda laNueva Espaa. En Toluca hacen los indios de yerhas dela tierra, cuerdas para mugeres, muy blancas y delica-das, y tan curiosas como se pueden hacer en Castilla:es pueblo de grande vecindad y en l y en todo aquelvalle hace muy recio fri y se dan muy buenas tunas yen mucha abundancia.

    Despus de haber comido el padre Comisario all enToluca, descans hasta la tarde, que parti de aquelpueblo y convento y fu dormir otro llamado Zina-cantepec, una legua mas adelante de camino llano. E^^^taban los frailes y los indios muy descuidados, no pen-sando que llegara tan presto, y as los unos y los otrosquedaron corridos por no haber solemnizado su llegada.Los indios de aquella Guardiana son otomes, esceptounos pocos Mexicanos que hay entre ellos, y todos caenen el mesmo Arzobispado de Mxico. El convento es unode los cuatro del valle de Toluca, no estiba acabado,pero va bien hecho y lleva buen edificio; residen de or-dinario en l dos religiosos. All descans el padre Co-misario aquella noche, y estuvo muy malo de una manoel difinidor, que del sol y calor de aquel dia y del tra-bajo del dia antes, junto con su muncha edad se le hin-ch y tuvo que curar algunos das; hace por all finsi-mo fro.

    Los otros dos conventos del valle de Toluca sobredi-

    cho, son el de Calimaya y el de Metepec. El de Metepeces pequeo y antiguo, y est acabado, con su claustro

    alto y bajo, dormitorios. Iglesia y huerta , en la cual sedan munchos v mu v buenos duraznos v otras frutas, v de

  • 33

    casi todas las horlalizas y legumbres de Castilla. Riga-se todo con una poca de agua que viene de una fonteci-11a de all cerca. Est fundado aquel pueblo en el rallesobredicho, muy cerca de un cerro llamado Metepec,que quiere decir cerro de maguis

    ,

    que son unas plan-

    tas de quien adelante se dir, y de all toma el nombre;moran en el convento de ordinario dos religiosos, los in-

    dios que tienen cargo unos son mataltzingas, otros mat-

    zaguas y otros mexicanos, y otros otomes, aunque po-cos; todos caen en el Arzobispado de Mxico. Calimayaest dos leguas de Metepec, en el mismo valle, masapartado de Toluca. El convento es viejo y pequeo co-mo el de Metepec, residen en l dos religiosos: los in-

    dios del pueblo y de los dems de la guardiana son co-mo los de Metepec y caen ansi mesmo en el Arzobispa-do de Mxico. Cerca de aquel convento est una sierramuy alta, y en la cumbre de ella hay dos lagunas muygrandes y muy hondas, un poco apartada la una de laotra; en la una de ellas, considerando los indios deaquella comarca en su infidelidad, alguna deidad porverla en tal sitio, echaban dentro en el agua por sacri-ficio mucho copal, que es incienso de aquella tierra, yaun el da de hoy dicen que se saca della mucho des-to. Hay tambin all cerca otra sierra muy mas alta, quetiene en su cumbre nieve lo mas del ao; llmase lasierra nevada de Toluca de Cahmaya. Hcese en estelugar mencin de estos dos conventos Metepec y Cah-maya, juntamente con el de Toluca y Cinacantepec, porque cuando el padre Comisario general visit la provin-cia de Mxico no le dieron lugar para visitar estos cua-tro, como entonces se dir, y estarse h dicho de ellospara cuando se tratare de los dems.

    Tomo LVI. 5

  • 34

    Volviendo pues nuestro camino, viernes cuatro de

    Enero sali el padre Comisario de madrugada de Cina-cantepec, y pasado un riachuelo y algunos arroyos y un

    poblezuelo de indios otomies, y munchas cuestas y al-gunas barrancas y dos estancias de ganado mayor, y pa-sado finalmente otro riachuelo, y habiendo andado un

    rato perdido por otras barranquillas y cinagas secas,

    lleg muy cansado y fatigado del sol otra estancia lla-mada de Olmos , cuatro leguas de Cinacantepec , dondeun religioso de aquel convento le estaba aguardando conla comida, aunque no comi bocado por ir como ibamuy fatigado indispuesto ; comieron los dems frailes,aunque mal y de mala gana por la mesma ocasin , pe-ro descansaron los unos y los otros como dos horas.

    Despus de medioda sali de aquella estancia el padreComisario con la fuerza del sol, y caminando por unascinagas secas y por entre unos largos y muy espesospinares, pasadas unas sabanas y dehesas llenas de agua,

    lleg una mala y pestilencial barranca, llamada de Ma-

    lacatepec; bajla con grandsimo trabajo por que esmuy larga y penosa y se siente muncho su bajada. Fi-nalmente, ya puesto el sol, lleg un poblecito llamado

    Malacatepec , de donde toma nombre la barranca sobredicha, de indios otomies, del Arzobispado .de Mxico,

    visita de clrigos, cuatro leguas largas de la estancia de

    Olmos, y ocho de Cinacantepec. Dironle colacin dos

    frailes que estaban all del convento de Toluca, y por no

    haber comido bocado en todo el dia comi entoncesunos huevos: hace en aquel pueblo mucho fri y sinti-se mucho aquella noche por tener poco abrigo y reparo.Corre all junto un arroyo con que se riegan unas la-branzas de tierra, y no muchas leguas de aquel lugar

  • I35

    hay unas minas de plata llamadas en lengua mexicana

    Tematzcallepec.

    Sbado cinco de Enero sali el padre Comisario muyde maana de aquel pueblo, y pasado all junio las ca-sas, por una puente de madera, un rio y despus algunas

    barranquillas y malos pasos, y muchos pinares, lleg alsalir del sol una barranca muy profunda, malsima debajar y peor de subir. Por lo hondo de esta barrancacorre un riachuelo, pasle por el vado, por que una

    puente que haba en l de madera , estaba la sazn

    quebrada , fu menester que se apease de la bestia en

    que iba para bajar y subir aquella mala barranca, por-que estaba muy empinado el camino y ndase mal y conmucho peligro caballo; lo mesmo se hizo en algunasotras por todo aquel viage. Pasada aquella barranca yandadas en todo dos leguas largas de camino llano entre

    pinares y montaas de altos rboles, y pasado un arroyo

    lleg emparejar con un poblecito de indios otomes,visita tambin de clrigos y del mesmo Arzobispado, lla-mado San Juanico: no se detuvo all ni entr dentro elpadre Comisario, porque est un poco apartado del ca-

    mino y no se ofreci necesidad de ir all. Pas de largo,

    y pasados otros dos tres arroyos y un rio y algunas

    cuestas y barranquillas, entre montaas de pinos y otros

    rboles muy altos, lleg finalmente, poco antes de me-dioda al pueblo y convento de San Juan Citacuaro, cua-

    tro leguas pequeas de San Juanico , donde fu recebi-

    do con mucho contento, devocin y alegra , as de losindios como de los frailes.

    Es aquel pueblo del Obispado de Michoacan, y el

    convento el primero de los de aquella provincia , de la

    cual y de sus conventos y frailes y de cosas de aquella

  • 56

    tierra, as en comn como en particular, no se dice alpresente nada, que la prisa que el padre Comisario lle-

    va no da lugar que de esto se trate, tratarse li ade-

    lante, cuando se refiera la visita que en ella se hizo dosaos despus, cuando volvi de Guatemala, como adelan-te se dir; solamente por agora se llevar dicho y sabi-

    do que en aquella guardiania hay indios tarascos, queson los de michoacan y otomes y matzaguas, y aun ma-taltzingas.

    Despus de haber comido en San Juan Citacuaro ydescansado un rato, parti el padre Comisario el mes-

    mo dia de aquel pueblo, y andada media legua de ca-mino llano, lleg una mala barranca por cuya hondu-ra corre un riachuelo que se pasa por una puente de

    madera. La bajada de esta barranca, aunque tenia el ca-mino muy empinado, passe bien porque le habian ade-rezado los indios, pero para subir fu forzoso apearse

    el padre Comisario,porque fuera temeridad otra cosa

    segn estaba de malo y empinado el camino, hecho manera de escalera que iba culebrando. Por no hacer

    otro tanto un espaol, en aquel mesmo paso, rod consu caballo, pocos dias antes, aquella barranca abajo yquedando l sin lesin alguna muri luego la cabalga-dura, lo cual se tuvo milagro. Subida aquella barran-

    ca camin por entre unas montaas de quejigales, y pa-sadas otras barranquillas y algunos arroyuelos y andadauna legua, lleg otro pueblo pequeo de indios oto-

    mies llamado San Felipe, visita de San Juan Citacuaro.Pas de largo y andadas otras dos leguas en que se pa-san dos arroyos y ltimamente se baja una larga y pe-nosa cuesta, lleg ya noche muy cansado otro pueblode indios tarascos llamado Santiago, visita del conven-

  • 37

    to de Tlaximaloya: all est un fraile que le dio de cenar

    y hizo mucha caridad, y aunque est el pueblo en lobajo de la cuesta sobredicha, por estar descubierto alNorte, hace en l muy recio fri, y tal le tuvo aquellanoche el padre Comisario y sus compaeros.

    Domingo seis de Enero, dia de los Reyes, sali elpadre Comisario antes que amaneciese de aquel pue-

    blo, llevando por guia al fraile que all estaba, y pa-

    sado por junto las casas de un rio por una puente demadera, comenz ventar un Norte tan recio y frique todos hizo notable dao, en especial al padre Co

    misario como mas viejo. Hacia una noche tan oscura

    que no se via el camino , ni aun bastaba la guia paraque ella el primero no le perdiese, sahndose delmuchas veces. Pero amaneciles

    , y con esto huy laoscuridad y ces la ocasin de perderse: volvise la

    guia desde lo alto de una cuesta junto al rio sobredicho,que se pasa por all otra vez por otra puente de ma-

    dera. Baj la cuesta el padre Comisario y pas el rio,y no habiendo bien entendido al fraile que desde lo alto

    le habia mostrado el camino que habia de tomar en pa-sando la puente, le err luego y anduvo perdido un ratocon sus compaeros hasta que llegados unas caseras

    de indios sali uno de ellos y los torn poner en el

    camino; finalmente lleg temprano decir misa al pue-blo y convento de Tlaximaloya, dos leguas mortales de

    Santiago. Hicironle los indios muy buen recebimiento,y ellos y los frailes se holgaron mucho con su llega-da. Son aquellos indios tarascos y del Obispado de M-

    choacan.

    De Tlaximaloya sali el padre Comisario despus decomer, y pasados tres riachuelos y andadas tres leguas

  • 58

    lleg un pueblo pequeo de aquellos indios y guar-

    diana, llamado San Andrs, donde fu muy bien rece-bido y descans aquella noche. Provey la cena un frai-le de Tlaximaloya , acudiendo tambin los indios ha-cerle fiesta y caridad con mucha devocin.

    Lunes siete de Enero sali de San Andrs el padreComisario, muy de madrugada, y camin hasta salido elsol por una abra valle muy espeso de pinos y roblesmuy altos, por el cual habia tanta helada y escarchapor el suelo y por los mesmos rboles , que iba tem-

    blando de fri, deseando que el sol saliese para calen-

    tar, pero sali tarde por ser all valle y entre rboles

    tan altos y espesos, y as dur mas el fri. Antes de sa-lir de aquella abra se pasan tres cuatro arroyos gran-

    des, despus, bajada una larga ladera de un montecillode rboles bajos, se pasa otro, donde descans un ratoel padre Comisario con sus compaeros

    , y tomaron to-

    dos una poca de refeccin, y su secretario se le despi-

    di la cuartana,que como dicho es habia mas de tres

    aos que le persegua. De all pas el padre Comisariomas adelante con un sol que abrasaba

    , y pasada una

    casa y estancia donde habia munchos naranjos (que ya esaquella tierra un poco templada), y junto la estanciaun arroyo, lleg como medioda un bonito pueblo,visita de clrigos, llamado Hindaparapeo , de los mes-

    mos indios tarascos y Obispado de Michoacan , cinco le-

    guas de San Andrs. All comi y tuvo la siesta, des-pus prosigui su viage, y pasados dos tres arroyos yalgunas estancias y labranzas de trigo, y andadas tres

    leguas y media , lleg cuando el sol se ponia un pue-blo de espaoles llamado Valladolid y en lengua taras-

    ca Guayangareo: sah la justicia y todos los principales

  • Igran trecho de la cibdad recebii le, y acomparonle

    hasta dejarle en nuestro convento, donde asiniesmo fubien recebido y se le hizo caridad y descanso aquella

    noche.

    Martes ocho de Enero, dejando recabdo fray Pedrode Zarate para que se volviese Mxico , sali el padreComisario de dia claro de Valladolid, y pasado all juntoal pueblo un arroyo y poco mas adelante, por una calza-

    da de piedra y puente de madera, un rio que parece mu-

    cho al de Guadiana de Espaa, en cuya ribera, as como

    en l, se apacienta mucho ganado mayor, y pasada des-pus una puente de muy buena agua y andadas tresleguas, pas por entre dos pueblos, visitas de clrigos,

    un poco apartados del camino, el uno la banda delNorte y el otro la del Sur; luego la subida de una

    cuesta, junto los mesmos pueblos, encontr dos guar-dianes de aquella provincia

    ,que por orden del provin-

    cial iban recebirle y acompaarle. Recibilos muybien y con ellos pas adelante otro poblecito llamadoSan Francisco, visita tambin de clrigos y de aquelObispado. All le dieron de comer y descans la siesta;

    despus parti de aquel lugar, y andada una legua casitoda de cuesta abajo, lleg una bonita fuente que esten el mesmo camino, junto un pueblo despoblado, ysin detenerse nada pas adelante

    , y andadas otras dosleguas de camino llano , dejando algunos poblezuelos la una banda y la otra, lleg antes que el sol se pusie-se al pueblo y convento de Patzquaro, donde fu recebi-do con mucha fiesta y solemnidad, as por los indios co-mo por los frailes. Detvose all aquella noche, en queestuvo muy indispuesto.

    Mircoles nueve de Enero sali muy de madrugada

  • 40

    el padre Comisario de aquel pueblo,'y pasado otro pe-

    queo llamado Axuno, visita de clrigos, de los mes-

    mos indios tarascos, y andadas tres leguas entre cues-

    tas por unos pinares, lleg poco despus de salido elsol otro poblecito llamado Pechataro , de los mesmosindios, donde hay un conventico nuestro. No entr nise detuvo en l por poder andar la jornada de la maa-na antes que el sol entrase con su furia

    , y as pasandode largo y andadas dos leguas largas, casi todas de cues-ta arriba no empinada, todo asimismo por entre pina-res, lleg comer otro pueblo grande de los mesmosindios, visita de clrigos, llamado Sivina, y corrupto elvocablo, Sabina. Hubo all muy ruin recabdo y passetrabajosamente, por descuido y ruin maa de las guias.De all sali el padre Comisario despus de comer, y pa-sado un gran trecho de camino muy polvoroso, y anda-das cuatro leguas por montaas de pinares, dejando al-gunos pueblos no lejos del camino la banda del Norte,lleg puesto ya el sol un poblecito de los mesmos in-

    dios llamado Santa Cruz Tanaco, visita de un convento

    nuestro llamado Tzacapo. All estaba el guardin de Pe-chataro aguardndole con la cena, y tuvo recabdo paralodos, las indias asimesmo le trujeron colacin de vani-ta, que es cierto gnero de maz tostado manera deconfites, muy sabroso, que e lengua mexicana llamancacalotl. Est aquel pueblo en una ladera de un cerro yhace en l muy recio fro y tal se pas aquella noche.

    Jueves diez de Enero, dejando all al guardin dePechataro, que tambin iba captulo, aunque con me-nos prisa, sali el padre Comisario de Tanaco de madru-gada, con una maana muy fra, y pasado antes que fue-se de dia un pueblecito de los mesmos indios, llamado

  • 41

    San Mi^mel Zapilzirapo , visita de clrigos, encontr ya

    salido el sol al guardin de Tarecuato que salla en su

    busca, prosigui con l su camino por unas malas cues-

    tas entre pinares, y pasado un mal pas, lleg un pue-

    blo pequeo de los mesmos indios, llamado Vcumicho,

    de la guardiana de Tarecuato, tres leguas de Tanaco:

    pasado de largo y pasadas unas barrancas y andada una

    legua, lleg otro razonable pueblo de los mesmos in-

    dios y guardana llamado Patamba, donde le regal

    el guardin y le liizo mucha caridad, y los indios mos-traron bien la devocin que tienen nuestro estado. Ala tarde fu dormir al mesmo pueblo y convento de

    Tarecuato, tres leguas y media mas adelante de razona-ble camino: lleg all temprano y hicironle los indios

    (que tambin son tarascos) un solemne recebimiento

    con muchas danzas y juegos, y corriendo sus caballoscon mucho contento y alegra, haciendo tambin un es-cuadrn de chichimecas contrahechos, que son los in-dios de guerra que hay en la Nueva Espaa, con quien la

    traen de ordinario los espaoles. All en Tarecuato des-

    cans el padre Comisario aquella noche.

    Viernes once de Enero sali de madrugada de aquel

    lugar y pasado un arroyo por junto aun pueblo, visita deaquel convento, llamado S. ngel, que est un pocoapartado del camino la banda del Sur, y mas adelanteuna fuente que nace en el mismo camino, en la laderade un cerro, y luego unas cinagas y otro arroyo, lleg

    antes que el sol saliese, otro bonito pueblo de los mes-

    mos indios llamado Xaripu, visita de los padres augus-

    tinos, tres leguas de Tarequato: pas de largo sin dete-

    nerse, y pasado un poco mas adelante otro arroyo gran-

    de y despus unos manantiales de agua y unas cina-

  • 42

    gas fjuo en lieiiipu de aguas se pasan mal, y andadaslinalniente otras tres leguas, lleg ya tarde un bonitopueblo llamado Vanimba en lengua tarasca y Xiquilpaen la mexicana, donde bay un convento nuestro, y sedetuvo basta la tarde. Aquella maana antes que ama-neciese, pasando uno de los frailes que guiaban al pa-dre Comisario un arroyo seco por una pontezuela demadera , cay all abajo la bestia en que iba, pero qui-so Dios que ni ella ni el fraile recibieron dao ninguno.Una legua antes de llegar Xiquilpa est un pueblecitoalgo apartado del camino la banda de Medioda, delcual salieron los indios, y heclia una ramada por don-de el padre Comisario habia de pasar, y colgada en ellauna campana, le recibieron con mucba devocin ha-ciendo mili repiquetes. En Xiquilpa hubo mayor recebi-miento y de all salieron recebirle tres espaoles.

    All estaban ya algunos de los frailes capitulares que

    se iban acercando la cibdad de Guadalajara, donde sehabia de tener el captulo, y con parecer de algunos de-

    llos, determin el padre Comisario de partirse aquellatarde por el camino que llaman de abajo, que va por jun-to una laguna llamada de Chpala, dejando el de arri-ba que pasa por Matzamitlan, el cual (segn la vuel-ta pareci) era el mejor, y as despus de haber comidoy descansado un rato, sali de Xiquilpa, y pasado un

    bonito pueblo de indios tarascos, visita de clrigos, lla-

    mado Cuexomatlan, lleg ya de noche otro de los mes-mos indios y visita llamado Xochillan, tres leguas de

    Xiquilpa, no lejos de la laguna sobredicha, donde aque-lla noche se alberg con ruin cmodo y poco abrigo. Enaquellas tres leguas se pasan unas muy malas cuestas yladeras de camino muy estrecho y tan lleno de piedras

  • A7>

    ^M*aiides y pequeas, ludas movedizas, que no dejabanandar las bestias, por no haber donde poner los pies

    sino sobre las niesnias piedras; fu maravilla nmy gran-

    de como el padre Comisario las pudo pasar sin caer. Fi-

    nalmente lleg lo llano, la orilla de la laguna, donde

    el difinidor y otro fraile, no pudiendo ya sufrir la sed que

    llevaban del sol y cansancio de aquel dia, bebieron muydespacio, con el sombrero de un indio, del agua que es

    dulce y muy delicada. De esta laguna se dir adelante.Sbado doce de Enero sali el padre Comisario de

    aquel poblecito ya que amaneca, y atravesada una sa-

    bana dehesa, subi unas cuestas de camino muy sa-broso, despus las baj por otro peor, y subi y baj otraslan malas como las de la tarde antes y aun peores, y como

    iba alto el sol y picaba mucho, ni bestias ni hombres sepodian menear de calor, sed y cansancio, especialmente

    cuando bajaban junto la laguna, donde no habia vien-to que los pudiese favorecer y refrescar. Al lin, all cer-

    ca del medioda, lleg el padre Comisario atigadsimo

    un poblecito pequeo, llamado San Bartolom Tezcueca,

    puesto en un alto cerca de la mesma laguna, seis leguas

    del otro donde aquella noche habia dormido, y tan des-

    mayado y quebrantado del sol y camino tan spero, queaunque los indios le hicieron caridad y dieron vagres yotros pescados frescos, ni l ni nadie pudo comer sino de

    mala gana y casi por fuerza. Cae aquel pueblo en el Obis-

    pado de Xalisco, que por otro nombre se llama del Nue-vo reino de Galicia y de Guadalajara , en una provinciaque llaman de Avales: era entonces visita de una presi-

    dencia llamada Teucuytlatlan: hablan los indios de aquel

    pueblo, y de otros que vimos aquel dia, la lengua mexi-cana corrupta, y son de la jurisdiccin tenjporal de M-

  • 44

    xico. Pasada un poco la lriadel sol, sali el padre Co-misario de aquel pueblo, y caminando orilla de la lagu-na sobredicha por buen camino y llano, lleg a otro po-blecito de los mesmos indios. Obispado, provincia y vi-sita, llamado San Luis, donde los pocos vecinos que enl habia le recibieron con mucha alegra y le ofrecieronun poco de pescado. Diles las gracias y pas adelante, yandadas cinco leguas y pasados en ellas otros dos po-blecitos San Cristbal y San Pedro, lleg muy de noche yno poco cansado otro pueblo mayor, llamado San Mar-tin, de los mesmos indios. Obispado y provincia, visita deuu convento nuestro llamado Axixique. Hubo alli muyruin recado, por mejor decir ninguno, porque ni ha-bia qu comiesen las bestias, ni qu cenar los frailes, nicamas en que durmiesen, que los indios no sabian nadade la ida del padre Comisario, y no entendiendo ni aunimaginado el guardin de Axixique que habia de ser por

    all, estaba mas que descuidado y habia enviado por las

    camas de aquel pueblo para el provincial y susdifinido-

    res, que estaban la sazn en aquel convento: y as na-

    die cen ni durmi, ni aun pudo descansar, y no pocalstima hicieron los dems el padre Comisario generaly el difinidor de Mxico, que eran los mas viejos y masnecesitados, viendo cuan mal recado y albergue tenan.

    Domingo trece de Enero , como nadie poda dormirni sosegar , sali el padre Comisario de aquel pueblo

    la una despus de media noche, y pasados unos arroyue-los, all junto las casas, y despus unas cinagas y tre-madales, con una noche muy oscura, caminando por unvalle abra, lleg ya salido el sol la raiz de un puer-

    to muy alto y no poco spero. Detvose all y descansun rato, y luego prosigui su viage, y subido y bajado

  • 45

    aquel piierLo y andados unos llanos, lleg decir misa

    al pueblo y convento de Tlaxoniulco, cinco leguas de

    San Martin. Salieron los indios y las indias recibirle

    mas de media legua y hicironle mucha fiesta , hechosmuchos arcos por el camino trechos y puestos enellos muchos indios indias que regocijaban la fiesta.Aquella madrugada se qued atrs el lego que iba conel padre Comisario, y con la oscuridad de la noche seperdi y ech por otro camino, pero al fin aport Tlaxomulco. De all sali el padre Comisario aquella tar-de y subida y bajada una razonable cuesta no lejos delpueblo, pasados unos llanos y en ellos unas lagunillas

    y pantanos por alcantarillas de madera , y dejando trespoblezuelos de indios muy cerca del camino, dos labanda del Sur y uno la del Norte, y pasadas finalmen-te unas barranquillas y costezuelas y otro llano de cua-si una legua, lleg al ponerse el sol la cibdad de Gua-dalajara, cuatro leguas no largas de Tlaxomulco. Estnuestro convento la entrada del pueblo y fu en l re-cebido con mucha solemnidad por los religiosos que enl moraban y por otros muchos que hablan all con-currido, entre los cuales estaba el provincial y alguno

    de los difinidores , todos los cuales por una parte reci-

    bieron mucho contento y alegra con su llegada , y porotra quedaron admirados y como atnitos de que hobiesesido tan repentina y accelerada, porque no creyeron que

    llegara en aquellos seis dias, por ms prisa que se qui-siera dar.

    All en aquella cibdad se detuvo hasta los veinticua-tro de Enero, que dio la vuelta para Mxico. Visitle lue-go el Presidente de la Real Aundiencia que all reside; lomismo hicieron los oidores y toda la gente principal,

  • 40

    asi eclosislicos como seglares. Despus l visit algu-nos de ellos, y antes que llegase el dia del capitulo des-pach y concluy algunos negocios que importaban parasu buena expedicin.

    Sbado por la maana, diez y nueve de Enero, setuvo el capitulo intermedio con mucha paz y quietud:eligironse en l cuatro difinidores y un custodio para

    el capitulo general, y hubo asi mesmo eleccin de guar-dianes para los conventos de la provincia; predic el ser-mn del captulo el que sali electo en custodio, y futan necesario importante el asistir y presidir en l elpadre Comisario, que no hacerse as tenia el demonioarmadas tantas redes de discordia y disensin, que fueraimposible dejar de hacer alguna buena presa y sacaralgn buen lance, pero el padre Comisario se las rom-pi y deshizo todas con su discrecin y prudencia y conel cuidado grande y diligencia que puso en allaiLarlo ypacificarlo todo.

    Domingo veinte de Enero, dia de San Sebastian, quefu el dia del captulo ( no obstante que las elecciones

    se haban hecho el dia antes que era la vigilia), predical pueblo all en nuestro convento un difinidor de los

    recien electos: oyle toda la Audiencia y cibdad y mu-

    cha de la clereca. Este mesmo dia se comenz en M-xico el concilio provincial, hzose procesin general ypredic uno de los Obispos, que fu el de Guadalajara:dur este concilio hasta la llegada del Virey, que fu fin de Septiembre del mesmo ao de ochenta y cinco,asistieron en l seis Obispos, que son: el Obispo dicho

    de Guadalajara, el de Michoacan, el de Tlaxcalla, el deYucatn, el de Guaxaca y el de Guatemala, y presidi elArzobispo de Mxico: no se hall en l el Obispo de Cha-

  • 47

    pa, por que vinieiulo ya de camino cay de la bestia enque iba y se quebr una pierna, y as se volvi sutierra.

    Lunes veintiuno de Enero, dia de Santa Ins, predicel padre Comisario general all en Guadalajara en nues-tro convento, al pueblo, y el mircoles siguiente, diade San Ildefonso, predic fray Cristbal de Zea, el quecon comisin del padre Comisario, como queda dicho,habia visitado tres conventos de aquella provincia para

    aquel captulo, y al un sermn y al otro acudi toda laAudiencia, clereca y cibdad, como si fuera Pascua, con

    una devocin estraa. Tambin acudieron al captuloindios sin cuento, as de los de Michoacan como de losde Xalisco, unos con los guardianes viejos, otros lle-var los nuevos que les haban de dar, y otros no ms de ver lo que pasaba, y los unos y los otros se volvieron

    sus pueblos y casas luego como el captulo se acab.

    Concluidas y expedidas las cosas del captulo inter-

    medio sobredicho con la paz y quietud referida , dejan-do all fray Cristbal de Zea aguardando algunos sol-

    dados que fuesen con l Zacatecas,por causa de los

    cbichimecas que suelen salir al camino matar y sal-tear, sali el padre Comisario de Guadalajara la vueltade Mxico, jueves en la larde veinticuatro de Enero, ycaminando por el mesmo camino que la ida habia lle-vado, lleg antes que el sol se pusiese al pueblo y con-

    vento de Tlaxomulco , cuatro leguas de aquella cibdad

    como dicho es: hicironle los indios de aquel pueblo

    nueva tiesta y muy gran recebimiento, y detvose allaquella noche. Al difinidor de Mxico se le hinch aque-lla tarde una mano

    , y se le puso de tal suerte que fu

    necesario dejarle en aquel convento, con un religioso

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    que curase de l y le acompaase, llevndole camino de-recho, porque el padre Comisario habia de ir otros que

    estaban apartados del camino real. No sali el provincialcon el padre Comisario de Guadalajara mas de una legua,porque fu necesario volverse luego un negocio forzo-

    so, pero despus acudi, como adelante se dir.Cuando el padre Comisario general parti de Mxi-

    co para Michoacan, dej recaudo al provincial para quepidiese en el concilio mexicano que se declarase que te-nia voto en l, por tener como tenia las veces y autori-

    dad en estas partes de nuestro padre general,

    por que

    el mesmo provincial y difinidores insistan en esto di-

    ciendo que importaba mucho que asi se hiciese, y quienhaca mas llano este negocio era el doctor Salcedo, cl-

    rigo muy familiar del provincial y con quien el mesmoprovincial comunicaba cosas y casos de la orden, y aundespus comunic tantos y tan pesados, de que no po-cos daos inconvenientes sucedieron aquella provin-^

    cia del Santo Evangelio y aun toda la orden, como ade-

    lante se dir. El padre Comisario aunque dej aquel re-cado al provincial, como no tena mucha gana de aque-lla honrilla ni la apeteca, dej su eleccin y la delos dems difinidores el tratar de esto no, y que hicie-sen en el caso lo que quisiesen; ellos se determinaron,

    partido el padre Comisario, de pedir la dicha declaracin,

    pero el concilio respondi determinando que no tena

    voto en l el dicho padre Comisario general, pero antes

    que esto se determinase, estando en el captulo de Gua-

    dalajara le escribieron que volviese presto Mxico, por-que convenia hacer all presencia, y por esta causa se

    detuvo all tan pocos das despus de celebrado el cap-

    tulo (como queda dicho), y se volvi camino de Mxico:

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    y fu la primera jornada Tlaxomulco, como dicho es.Viernes veinticinco de Enero parti el padre Comi-

    sario muy de madrugada de Tlaxomulco, y luego ensaliendo del pueblo subi y baj una mala cuesta. Alamanecer pas por un poblecito llamado Santa Cruz,

    dos leguas de Tlaxomulco, despus pasados unos llanos

    y dehesas, donde hay infinidad de ganado mayor, y masadelante un riachuelo, por junto unas labranzas de tri-go, baj, ya el sol alto, otra cuesta tan agr y derecha

    y de camino tam angosto, que iba por lo alto y laderade una gran hoya barranca

    ,

    que tuvo necesidad de

    apearse y aun con bajarla pi dio algunas caldas. Fi-nalmente lleg un poblezuelo de seis siete casas,puesto al pi de la cuesta sobredicha, donde descansun rato, y viendo que aun era temprano volvi su ca-

    mino, y pasadas algunas costezuelas y otros dos ria-chuelos, ambos por el vado , el uno de los cuales erapeligroso porque tenia mucho lodo , lleg cerca de me-dioda al pueblo y convento de Cocula , siete leguas de

    Tlaxomulco y cinco de Santa Cruz , muy cansado y nopoco desmayado: hall all muy mal recado, por queaun no habia llegado el guardin recien electo, pero lle-

    g aquel da y detvose el padre Comisario con l y enlos negocios que iba hasta el domingo siguiente. Caeaquel pueblo en la provincia de Avales y en el Obispa-

    do de Guadalajara, pero es dla jurisdiccin de Mxico.Domingo veintisiete de Enero sali de Cocula muy de

    madrugada y llevando un espaol por guia, por unosatajos de razonable camino, andadas cuatro leguas, lle-

    g muy temprano decir misa al pueblo y convento deZacualco, de la mesma provincia. Obispado y jurisdic-cin que Cocula. Sali recebir al padre Comisario el

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    corregidor ile aquella provincia ile Avalos y algunos es-

    [moles que se hallaron con l, y los indios por otra par-le hicieron gran fiesta y recebimiento. Sali despus decomer de a