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COWORKING: NO TODO VALE El otro día sufrí una experiencia paranormal y necesito compartirla. Tenía una cita con un posible coworker. Le enseño el espacio, le explico como funcionamos en el CREC y respondo a sus preguntas (ya conocía su proyecto por lo que no tuve que preguntar por eso). Hasta aquí todo normal pero fue entonces cuando con una educación exquisita, todo hay que decirlo, me pidió si podía “probar la WiFi”. Yo, un poco sorprendido, le dije que por supuesto. Unos cinco minutos más tarde, y después de haberse paseado por gran parte de la zona de coworking mientras hacia una videollamada de Skype me pide si me importa repetir el ejercicio en una sala de reunión. Le dije que por supuesto. Pasamos el test. Quizá pensáis que, aunque fuera educado, su petición estaba fuera de lugar: hay cosas que se presuponen. Pero la verdad es que entiendo su postura. La historia es algo más compleja de lo que parece. Después de una breve experiencia en un espacio de coworking que fue de todo menos placentera: cortes constantes en las llamadas de Skype, ausencia de aire acondicionado, ambiente poco adecuado para el trabajo,… Sinceramente, yo también habría querido comprobar la WiFi. Me encanta la diversidad del coworking pienso que es un factor clave para la salud del ecosistema. Hay espacios, aproximaciones y filosofías para todos los gustos, pero hay unos mínimos, hay unas barreras que, al menos en mi opinión, no deberíamos cruzar, porque coworking son personas y como tal debemos tratarlas. ¿Estoy diciendo que una aproximación low cost sea mala? En absoluto. Si analizas tu entorno, tus posibilidades, tu filosofía y decides que una aproximación low cost es lo mejor adelante con ello, se sincero, comunícalo y úsalo como baza, pero ten en cuenta que “esto” va de personas, que hay unos mínimos que debemos observar. No se trata de ser perfectos, se trata de escuchar a las personas de tu comunidad y tratar de dar solución a aquellas situaciones que puedan surgir. Evidentemente no todo se puede solucionar de inmediato, en esos casos pienso que deberíamos hacer gala de una claridad meridiana. Seguro que para la gran mayoría de vosotros este artículo no es más que una obviedad, porqué preocuparnos por las personas que forman parte de la comunidad, hablar claro con ellos no sólo cuando puedes solucionar sus problemas sino especialmente cuando no puedes, forma parte de nuestro ADN. Y si esto suele dar mejores resultados es porque las personas suelen ser comprensivas con los fallos pero no con la desidia o con aquellos que ignoran deliberadamente sus problemas. ZONA COWORKING , 15 SEP 2014 DE 1 1 Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional

Coworking | No todo vale

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COWORKING: NO TODO VALE

El otro día sufrí una experiencia paranormal y necesito compartirla. Tenía una cita con

un posible coworker. Le enseño el espacio, le explico como funcionamos en el CREC y

respondo a sus preguntas (ya conocía su proyecto por lo que no tuve que preguntar

por eso). Hasta aquí todo normal pero fue entonces cuando con una educación

exquisita, todo hay que decirlo, me pidió si podía “probar la WiFi”. Yo, un poco

sorprendido, le dije que por supuesto. Unos cinco minutos más tarde, y después de

haberse paseado por gran parte de la zona de coworking mientras hacia una

videollamada de Skype me pide si me importa repetir el ejercicio en una sala de

reunión. Le dije que por supuesto. Pasamos el test.

Quizá pensáis que, aunque fuera educado, su petición estaba fuera de lugar: hay

cosas que se presuponen. Pero la verdad es que entiendo su postura. La historia es

algo más compleja de lo que parece.

Después de una breve experiencia en un espacio de coworking que fue de todo

menos placentera: cortes constantes en las llamadas de Skype, ausencia de aire

acondicionado, ambiente poco adecuado para el trabajo,… Sinceramente, yo también

habría querido comprobar la WiFi.

Me encanta la diversidad del coworking pienso que es un factor clave para la salud del

ecosistema. Hay espacios, aproximaciones y filosofías para todos los gustos, pero hay

unos mínimos, hay unas barreras que, al menos en mi opinión, no deberíamos cruzar,

porque coworking son personas y como tal debemos tratarlas.

¿Estoy diciendo que una aproximación low cost sea mala? En absoluto. Si analizas tu

entorno, tus posibilidades, tu filosofía y decides que una aproximación low cost es lo

mejor adelante con ello, se sincero, comunícalo y úsalo como baza, pero ten en

cuenta que “esto” va de personas, que hay unos mínimos que debemos observar.

No se trata de ser perfectos, se trata de escuchar a las personas de tu comunidad y

tratar de dar solución a aquellas situaciones que puedan surgir. Evidentemente no

todo se puede solucionar de inmediato, en esos casos pienso que deberíamos hacer

gala de una claridad meridiana.

Seguro que para la gran mayoría de vosotros este artículo no es más que una

obviedad, porqué preocuparnos por las personas que forman parte de la comunidad,

hablar claro con ellos no sólo cuando puedes solucionar sus problemas sino

especialmente cuando no puedes, forma parte de nuestro ADN. Y si esto suele dar

mejores resultados es porque las personas suelen ser comprensivas con los fallos

pero no con la desidia o con aquellos que ignoran deliberadamente sus problemas.

ZONA COWORKING , 15 SEP 2014 DE 1 1

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional