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Contradicciones legales afectan a los derechos comunitarios Europa avanzó sobre un río helado En este número: Haití, los pintores de la esperanza Vol. VI, número 59, 1 de abril de 2010. CEDICULT Director: Leonel Durán Solís Mural de la iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán que muestra el nacimiento de Jesucristo [email protected] Anubis en Nueva York
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Mural de la iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán que muestra el nacimiento de Jesucristo
d e l a s C u l t u r a s d e l M u n d o
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Vol. VI, número 59, 1 de abril de 2010. CEDICULT Director: Leonel Durán Solís
En este número:
Tutankamon y la edad de oro de los faraones
Europa avanzó sobre un río helado
Descubren expertos alemanes otra posible especie humana
Contradicciones legales afectan a los derechos comunitarios
Haití, los pintores de la esperanza
Anubis en Nueva York
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Tutankamon y la edad de oro de los faraones
Exposición
Como adelanto de la apertura de la exposición Tutankamon y la edad de oro de los faraones, una réplica del dios egipcio Anubis, de cinco metros de altura, permanece en un muelle, con todo y su maleta de viaje, cerca de la estatua de la libertad, en Nueva York. La muestra abrirá sus puertas el 23 de abril en la sala de exposiciones Discovery, ubicada en Times Square.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Europa avanzó sobre un río heladoUna muestra y un ensayo de Ruiz-Domènec
revisan el proceso de construcción del continente
por J.M. Martí Font
En medio de una de las peores crisis financieras y económicas de los últimos
100 años, nos disponemos a atravesar el ecuador de la presidencia española
de la Unión Europea, la primera desde que se pasó de 15 a 27 miembros, y la
pregunta ya no es ¿para qué sirve Europa?, sino ¿qué es Europa? Una exposi-
ción en la Biblioteca Nacional, Europa en papel, y un ensayo del historiador
José Enrique Ruiz-Domènec: Europa. Las claves de su historia (RBA), intentan,
cada una a su modo, responder a esta pregunta.
Lo primero que resulta obvio cuando cae el muro de Berlín y se cierra el
despropósito de la guerra fría -aunque muchos se resistan todavía a recono-
cerlo sin tapujos- es que Europa no es Occidente. También, que hay periferias
y periferias. Varsovia, por ejemplo, está más cerca de Bruselas que Madrid, y
eso es algo que algunos eurócratas tardaron en asimilar.
“Europa no es Occidente”, confirma Ruiz-Domènec, “puede ser occidental
o no, pero su destino no puede ser occidental”. La unificación de Alemania,
añade, fue la unificación de Europa, en tanto que la guerra fría fue un periodo
de excepción “porque fue diseñada por dos personas que, por razones obvia-
mente diferentes, no querían que existiera Europa: Roosevelt y Stalin”.
La exposición de la Biblioteca Nacional hace hincapié en la herencia de
la Grecia clásica y sitúa en el Imperio Romano el punto de partida del sueño
europeo. En los sistemas sociales, en el arte, en el derecho, en la literatura,
en la filosofía, en la arquitectura o en los mosaicos de Pompeya. Una edad
dorada que, de golpe, en el siglo V se precipita por un agujero negro —la
edad oscura— que se prolonga hasta el mundo carolingio e incluso hasta bien
Geografía histórica
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entrado el segundo milenio, ya cerca del Renacimiento. Según esta teoría, el
continente se recompone con la Ilustración.
Ruiz-Domènec, un medievalista, lo ve de otra manera. “No es Roma la que
configura Europa. Uno de los prejuicios que más cuesta cambiar es la creencia
de que Roma es un imperio europeo. Es un imperio panmediterráneo que
perdura 10 siglos cuando en Occidente ya ha desaparecido”.
¿Entonces, cuándo nace Europa? Cuando arranca la edad oscura con la
caída del Imperio Romano (de Occidente). El historiador lamenta que nuestro
sistema formativo no dé a ese periodo la importancia que tiene. Pocos saben
quiénes fueron Boecio –un Émile Zola avant la lettre–, Gregorio de Tours, Beda
el Venerable o Alcuino de York, entre otros pensadores de aquel momento
crucial de la historia. Y en su libro relata cómo la multitud de pueblos que
se movían del otro lado del límite que formaban el Rin y el Danubio, y cómo
conocían perfectamente las ventajas de ser romanos, decidieron serlo. “La
miseria no impulsa a un pueblo a emigrar lejos de su hogar, sino el deseo de
imitar el mundo de los ricos”, escribe. “La noche de san Silvestre del año 406
el Rin se heló. Miles de hombres, mujeres y niños lanzaron los carromatos
sobre el río, y el hielo aguantó. No necesitaron puentes para atravesarlo. Las
tropas imperiales quedaron desbordadas por la avalancha; pero nunca sos-
pecharon el papel que les reservaba la historia. Con ese gesto comenzaron
las invasiones bárbaras en Occidente. La muralla se agrietó. Nunca volvería a
restaurarse”.
Fue entonces cuando nació Europa, asegura Ruiz Domènec. Y sólo un
medievalista como él es capaz de explicarlo, porque trabaja con los orígenes
y las raíces de forma interdisciplinaria: usando la antropología, la arqueología
o la sociología.
“Europa es un juego de espacios políticos muy diversos en la que inter-
vienen múltiples tradiciones, incluida la bizantina, que no podemos olvidar
porque forma parte de un núcleo duro de Europa, que llega hasta Rusia”. La
historia del continente está hecha de contrapuntos y si no puede prescindir de
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Bizancio, menos aún de Occidente y de las dos grandes potencias marítimas
periféricas: las islas Británicas y la península Ibérica. “Europa necesita seducir y
evitar el aislamiento de Gran Bretaña y su escoramiento hacia Estados Unidos
y también a España, que como a Inglaterra, le ha costado mucho integrarse”.
¿Y la Ilustración? ¿No es ése el elemento definitorio de las sociedades
europeas que nos lleva hasta el presente? Tampoco comulga del todo con
esa idea. Europa sería más romántica que ilustrada. “La Ilustración francesa y
alemana no se pusieron de acuerdo. El mundo de Goethe no logró establecer
contacto con Les Lumières y la Revolución Francesa puso fin a los posibles
contactos”, explica. “De ese fracaso, el Romanticismo forma la síntesis. El
Romanticismo se apropia de los valores de la Ilustración pero los subvierte.
Y hoy en día el Romanticismo está en plena vigencia, lo que prueba que la
Ilustración no cristalizó como los ilustrados hubieran deseado”.
De ese Romanticismo salen algunos de los peores demonios de Europa.
“Los fascismos son románticos, en buena parte, al menos en su caldo de cul-
tivo: es la idea de la tierra, del sueño como terror. Todo esto no era pensable
por la Ilustración, que hubiera creado otro tipo de Estados autoritarios, otro
tipo de desastres si se quiere, pero no la locura del nazismo”.
El Romanticismo sería el ideal sobre el que hemos construido la Europa
actual. “Nos gusta el lugar que ocupa la tierra y la lengua de cada uno dentro
de un cosmos más o menos ordenado; nos gustan las viejas ciudades recons-
truidas, nos gusta Rotemburgo, Carcasona o el barrio gótico de Barcelona. El
europeo ha creado su patrimonio cultural y nadie lo discute, pero esa recons-
trucción, esa restauración de un pasado, es la antítesis del pensamiento ilustra-
do, que lo que proponía era deshacerse de un pasado oscurantista y construir
encima de él, aun destruyéndolo. Y con el Romanticismo se cuela también la
religión, el hecho religioso, que tiene ahora, en pleno siglo XXI una presencia
extraordinaria. Si Jean-Paul Sartre levantara la cabeza nos tomaría por locos”.
Europa, más que los Estados y los imperios, más que las religiones, son las
ciudades. Y eso es algo que se ve con extraordinaria claridad en la muestra de
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
la Biblioteca Nacional. Y Europa está construida sobre el sentido moral de los
artesanos, de los constructores de catedrales, que no es una moral religiosa,
sino un sentido del trabajo, de la relación humana, del imperativo categórico
kantiano y del liderazgo moral de Max Weber.
“Los españoles no creemos”
Europa siempre ha funcionado a base de contrapuntos. No son los imperios
los que la componen, ni Carlos V ni Napoleón, sino un mosaico complejo,
contradictorio y complicado de gestionar, empezando por el hecho de la mul-
tiplicidad de lenguas. Ruiz-Domènec considera que el único sistema para que
funcione es el de la música polifónica, que, “como es un invento medieval, es
la armonía de lo diverso”. Si tiene éxito, “Europa puede generar en el mundo
la percepción de la armonía del universo”.
La música es, en realidad, el lenguaje común de los europeos, el que
no necesita traducción y se mueve por el continente, como el gran tejido
con el que todo el mundo se entiende por encima de localismos y lenguas,
y de religiones y clases. “Nadie pregunta cuando escucha una misa o una
pasión de Bach si la escribió para una Iglesia pietista o católica, ni tiene
otro interés que el anecdótico hecho de que Mozart fuera un niño católico
que se hizo masón”.
Pero Europa, el sueño europeo, pasa en estos momentos por el valle de
las dudas. Nada es irreversible. La muestra de la Biblioteca Nacional enseña
que al igual que ha construido espacios de libertad y sociedades justas –o que
pretendían serlo–, ese aprendiz de continente –en realidad no más que un
apéndice asiático– ha sido capaz de destruirlo todo. Por ejemplo, su esencia
transversal todavía no se ha repuesto del práctico exterminio de las comunida-
des judías por los nazis, que hicieron desaparecer uno de los elementos claves
de las sociedades europeas que actuaban como transmisores en el comercio,
las finanzas, la cultura e incluso entre clases sociales y territorios. “Lo que se
explica porque a los nazis les sobraba Europa”.
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Ahora se enfrenta a una gran ola migratoria, “un problema que viene del
futuro y no del pasado, aunque tenga sus orígenes en él”, explica, y lamenta
la actitud de España “porque no está entendiendo los mensajes que lanza la
comunidad islámica”.
La presidencia española de la UE no ha generado más que el libro de Ruiz-
Domènec y la exposición de la Biblioteca Nacional. En cualquier otro país las
librerías dedicarían escaparates enteros para mostrar la avalancha de títulos
que un acontecimiento similar hubiera generado. “Los españoles no nos
creemos Europa, lo cual es muy peligroso porque la mayoría de las decisiones
que afectan a nuestras vidas se toman allí”.
Fuente: www.elpais.com/articulo/cultura/ editado por el Correo
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Leipzig/Dresde, 24 de marzo.
Científicos alemanes descubrieron
lo que posiblemente otra especie
humana, que vivió hace más de 30 mil
años en las montañas de Altai, en el
centro de Asia, y es probable que haya
sido contemporánea de los hombres
de Neandertal y del moderno, según
un artículo publicado en la revista
británica Nature, en su edición online.
Los investigadores del Instituto Max
Planck de Antropología Evolutiva,
en la ciudad alemana de Leipzig,
compararon material genético del
hueso de un dedo de la mano de
restos fósiles hallados en Siberia con
los de un hombre de Neandertal y del
moderno, informó hoy la institución.
El descubrimiento indica que se produjo otra ola de inmigración procedente
de África, que se diferencia de las migraciones del Homo erectus, así como de
los antepasados de los hombres de Neandertal y del moderno.
Los huesos fueron encontrados en 2008 en una cueva de 33 metros de
largo en las montañas de Altai, en el sur de Siberia.
Descubren expertos alemanesotra posible especie humana
Antropología
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Un antepasado común de las tres especies humanas vivió hace alrededor
de un millón de años, indicaron los especialistas en Nature. Según los
conocimientos actuales, el Homo erectus abandonó África hace 1.9 millones
de años, los antepasados del hombre de Neandertal migraron hace entre 500
mil y 300 mil años; y los del hombre moderno hace unos 50 mil años.
ADN mitocondrial
Para su estudio, el equipo de investigadores, encabezado por Johannes Krause
y Svante Pääho, analizó el ADN mitocondrial, que es heredado sólo por vía
materna.
El descubrimiento es novedoso, debido a que por primera vez se halló una
especie humana distinta a partir del análisis del genoma y no de los fósiles.
En la cueva, que posiblemente estuvo habitada por humanos desde hace
125 mil años, se encontró gran cantidad de fósiles, pero en su mayoría
fragmentos y no huesos enteros, explicó Terence Brown, de la Universidad de
Manchester, en el Reino Unido, en un comentario publicado en Nature.
La capa del suelo en la que se encontraron los huesos del dedo tiene una
antigüedad de entre 30 mil y 48 mil años.
El ADN mitocondrial ofrece más posibilidades de éxito en el análisis de
fósiles que el material genético que se encuentra en los núcleos de las células,
debido a que en una célula hay unas 8 mil copias del mismo, mientras del
ADN nuclear sólo hay dos, explicó Brown.
Fuente: Dpa/La Jornada/ciencias
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Legislación
“¿Dónde están las políticas para ayudarle al campesino, al indígena en el
campo, en el lugar donde vive, donde está su tierra, donde están sus recursos?
Esto es algo que debatí con mis colegas hace 40 años y no había esas políticas
entonces, como no las hay tampoco ahora. Entonces vivimos una crisis desde
hace mucho tiempo”, afirma Rodolfo Stavenhagen, ex relator especial de
la Organización de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos y las
Libertades Fundamentales de los Pueblos Indígenas.
“Es una crisis tremenda que vive el país, donde hay un síndrome de la
pobreza, de la desigualdad (...) en el campo se han perdido suelos, la sequía
avanza, la desertificación crece y los bosques y recursos bióticos desaparecen
incluso de los parques nacionales y zonas protegidas porque no hay
instituciones que los manejen bien, no hay presupuestos para mantenerlos,
no hay voluntad política, hay corrupción, hay impunidad y violación de leyes
y claro que se acaban los bosques”.
El académico de El Colegio de México habla así en una charla a propósito
de la reciente publicación del primer informe de la ONU sobre La situación de
los pueblos indígenas del mundo.
Comenta que en el país hay una gran incomprensión hacia el campesino,
al indígena. “Todavía se apunta: ‘pobres indígenas; lo mejor sería que se vayan
a la ciudad‘, sin considerar que allí irían a sufrir desigualdad, porque en las
Deben resolverse las contradicciones legales que afectan a los derechos comunitarios
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ciudades están tan mal distribuidos la riqueza y el bienestar, que los índices
promedio son altos porque algunos tienen cien veces más que los otros que
no tienen nada”.
Rodolfo Stavenhagen aboga por lo que los propios indígenas llaman “los
diseños del buen vivir, que es lo que en algunas partes se llama el desarrollo
con identidad, no el desarrollo que nos quieren imponer los organismos
financieros multinacionales, los Estados, las trasnacionales, que sólo ven
por su propio bienestar y sus bolsillos y están atentos a que si la bolsa sube
o si baja”. Los pueblos indígenas de México y de otras muchas partes del
mundo viven un proceso de pérdida de recursos naturales y comunitarios –que
se privatizan, en el caso de nuestro país en el marco de leyes contradictorias
que por un lado defienden los derechos de las comunidades y por otro
privatizan la tierra–, de pérdida de cultura, de identidad, de lenguas. Hay
políticas y esfuerzos, sí, que tratan de frenar este proceso, pero no reciben la
suficiente atención ni presupuesto. Son entre otros la educación intercultural,
las radios comunitarias –muy hostigadas precisamente porque cuestionan el
modelo dominante de explotación– y alternativas de la sociedad civil y las
organizaciones como la autonomía de municipios zapatistas
“Uno puede evaluar si tienen o no resultados en los términos como
la economía nacional se mide, por ejemplo en productividad y eficiencia,
pero hay muchas otras cosas, sobre todo el sentirse bien de la gente y
sentirse partícipes de la sociedad y saber que toman sus propias decisiones
sin interferencia de otros. Eso es lo importante y es el primer paso de los
indígenas para asumir, concebir estos conceptos del buen vivir”.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
El investigador hace énfasis en la ausencia de políticas públicas en pro de
los indígenas y en general de los campesinos. “Definitivamente sí hay racismo
en la sociedad mexicana; no quiero decir que cada política del gobierno sea
racista, pero los esquemas de apoyo al campo están diseñados para apoyar
al agricultor entre comillas moderno, al agricultor comercial, al agroindustrial
vinculado con el mundo exterior, con la globalización y no para los que están
allí al lado, que, se dice, ‘son pobretones, no saben leer ni escribir, y a lo mejor
hablan mal el idioma y no están organizados‘. Claro que hay desigualdades
discriminatorias muy fuertes en la aplicación y el diseño de política pública.
“En México se ha olvidado, se ha descartado la economía campesina.
Se cree que es tradicional, regresiva, que no produce, que no es productiva,
etcétera, que genera pobreza y que hay que apostar todo a las grandes
extensiones, a la tecnificación, a la producción en gran escala, lo cual en el
papel suena muy bien pero en la realidad no es exactamente así, porque lo
que pasa con la pequeña agricultura campesina es que da empleo, trabajo,
ingreso, sobrevivencia a mucha más gente, con muy poco capital, y muy poca
tecnología, muchas veces ineficiente porque no ha recibido el apoyo que
requiere en estudios, investigación, de crédito, de tecnología adecuada, para
ser altamente productiva, incluso la producción de los cerros y los montes. No
las grandes extensiones irrigadas del noroeste, sino la que hay en buena parte
de tierras de temporal en muchas partes del país y no estoy inventando algo
muy romántico e idealizado, como a veces se dice.
“Hay lugares en el mundo, como el sureste asiático, donde hay una
agricultura muy próspera de arroz, por ejemplo, y de otros muchos
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productos tanto para la subsistencia como para la comercialización, incluso la
exportación, pero en pequeña escala, con uso intensivo de mano de obra y
con alta productividad y tecnología adecuada a las necesidades, con pequeños
tractores móviles, que se mueven a mano, que bajan y suben los cerros, que
hacen un trabajo formidable, con bombas de agua pequeñas y móviles que
se ponen en el pozo y sale el agua.
“No se necesitan grandes presas, ni muchos millones de dólares de inversión,
cuando se puede distribuir el costo entre la gente, generando productividad,
ingresos y resultados inmediatos pero con una política planificada.
“Aquí se podría hacer con una vieja tradición, invento mexicano
antiquísimo, que es la milpa. Tiene grandes potenciales de diversidad
agrícola, productiva, de producción de alimentos para el consumo local, de
preservación de la tierra, del uso adecuado del agua, pero no ha recibido
atención, ni apoyo. ¿Dónde están los centros de estudio, de investigación
sobre la economía de la milpa?, ¿dónde están los proyectos del gobierno?,
¿dónde los apoyos bancarios y crediticios para la producción de la milpa?. Se
dice mucho que los mexicanos se van al extranjero. Tal vez se irían menos si
tuvieran aquí su agricultura de milpa apoyada y funcionando perfectamente
bien. Allí es donde las políticas públicas han fallado y buena parte de esta
población campesina milpera es indígena y ha perdido y está perdiendo a gran
velocidad aquello que la sostenía durante tantos siglos.”
Rodolfo Stavenhagen considera que el informe sobre pueblos indígenas
de la ONU –el cual, espera, sea anual y logre fuerte influencia en la opinión
pública como ocurre con otros reportes periódicos de la ONU, como el de la
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
condición de los derechos humanos– debe abrir una discusión vasta, profunda
y responsable sobre las políticas públicas que requieren los Estados para
cerrar la brecha entre la legislación que protege los derechos indígenas y su
implementación. Y debe ser considerado por los responsables de desarrollar
y llevar adelante las políticas de Estado, “pues muchas veces entre ellos es
donde está la falla”.
Esto, agrega, “lo vemos claramente aquí. En México hubo una reforma
constitucional en materia indígena en 2001, la famosa de la Ley Cocopa.
Salió un nuevo artículo 2 constitucional. En su apartado “A” se habla de
los derechos de los pueblos indígenas y en el “B” de las obligaciones del
Estado. ¿Quiénes se han puesto a analizar y estudiar si realmente se están
cumpliendo estas obligaciones constitucionales que el propio país se ha dado?
También tenemos desde hace 20 años el Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales, del cual México
fue el segundo país que lo ratificó y por lo tanto tiene la obligación de cumplir
sus principios. Y la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas aprobada en 2007, la cual fue promovida por la diplomacia de
México en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Con todos estos instrumentos nacionales e internacionales que resguardan
los derechos de las comunidades y pueblos originarios, “la situación de los
indígenas en México deja mucho por desear. Así lo hablé yo en los informes
que hice como relator especial de la ONU (...) No bastan los instrumentos
jurídicos si no existen los mecanismos para su implementación, para que el
Estado realmente cumpla con sus obligaciones”.
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Por otra parte está el hecho de que la “contra-reforma” al 27 Constitucional
en 1992, impulsada por Carlos Salinas induce la privatización de las tierras
ejidales y comunales y a que se disgreguen las comunidades, lo cual contradice
los otros instrumentos legales mencionados, y “nadie ha dicho que debemos
armonizar estas diferentes leyes”.
“Se habla por una parte de los derechos que tienen los pueblos indígenas
a sus propias tierras colectivas, tradicionales (y en muchas partes del mundo
hay el reclamo de ‘nos han quitado la tierra, queremos conservar nuestro
territorio‘) pero por otro lado el 27 constitucional modificado abre la puerta a
la privatización, a la individualización de la propiedad –con el argumento de
que esto es necesario pues si el campesino no se siente dueño de su tierra,
©María Luisa Severiano
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
no va a asumir riesgos, no la va a hacer producir–. En los hechos lo que se
ha visto mucho en el país, sobre todo en zonas de desarrollo económico
y de agricultura desarrollada y en lugares turísticos, por ejemplo las costas
en Yucatán y Quintana Roo, es que hay muchos intereses y entonces el
ejidatario está feliz recibiendo su parcela pero de aquí a pocos años la vende
porque tiene necesidad; claro, es un derecho pero la comunidad pierde sus
tierras. Con el proceso de la individualización, toda la propiedad colectiva, la
propiedad de la comunidad que era ejidal, puede pasar a manos de grandes
compañías, extranjeras incluso, y puede cambiar de uso de suelo, y ya para
los hijos de los campesinos y próximas generaciones ya no queda nada.
“Este asunto se discutió mucho en el 1992 y no se ha vuelto a hablar
tanto de eso, pero el proceso sigue; uno va a cualquier parte del país y donde
antes era ejido y comunidad ahora ya son empresas algunas muy exitosas, no
digo que no, pero a costa de la pobreza, el desplazamiento y las migraciones
forzadas de los que no han tenido éxito, de los que han perdido en ese juego.
Es un desarrollo contradictorio.
“Así, el desarrollo e interés económico de unos cuantos prevalece sobre
los derechos humanos de la mayoría y eso no debería ser. Debería ser al revés.
Son los derechos humanos del pueblo, de la mayoría, que deben siempre
prevalecer sobre los intereses de unos cuantos y eso no se está resolviendo en
el país ni en otros muchos países”.
Fuente: La Jornada/Nota de Lourdes Edith Rudiño
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Arte
Haití, los pintores de la esperanzapor Annick Cojean
Es sin duda el primer cuadro haitiano del post-terremoto. Un cuadro inspirado,
destinado a hacer historia. Un cuadro magnético, pintado en la fiebre, el dolor,
impresionante para una noche de locura, en una tierra de caos.
Jean Henri-Louis, de 54 años. En Musseau, donde quedó destruido su barrio por el terremoto del 12 de enero, en un campo de refugiados el artista pinta un lienzo con los exuberantes paisajes naturales de Haití.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
El pintor acaba de enseñárselo a su galerista de Petionville, en las colinas
de Puerto Príncipe. Él entró, le estrechó la mano y, sin decir palabra, puso la
tela en un rincón. Helo ahí, dijo con la mirada encendida. Eso es lo que hice,
eso es lo que yo experimenté, eso es lo que pienso. Michel Monnin, el dueño
de la galería, se acercó al lienzo, miró en silencio, sonrió y asintió. “Así que
ya has pintado ...” El artista se rió esta vez. ¡No es sólo un cuadro! ¡Muchos!
Cinco o seis se encuentran en preparación. “¿De qué otra manera? Sólo
puedo pensar en eso. El temblor. Camino por las calles devastadas, bebo,
pienso, y regreso a pintar. No duermo. Pinto. Pinto como respiro. ¡Y cómo
bebo!“
N. del E.: “Haití, 500 años de historia.” El Musée du Montparnasse dispone de 70 pinturas de artistas haitianos que describen la historia de la isla. 21, avenue du Maine, París-15e. Obras de los artistas mencionados en este artículo y las de otros pintores haitianos son visibles en el sitio de la Galería Monnin.
El cuadro nos mira. Está lleno de ojos. Ojos de animales, caballos, cebras,
jirafas, pájaros. Ojos de sirenas, fantasmas y criaturas aladas. Todos estos seres,
como los espíritus del vudú, pintor y representante de los dioses, se enrollan,
se mezclan, se entrelazan en una espiral extraña en un magma enorme. En
el centro, una escena de horror, donde decenas de manos emergen de un
mar de sangre, como para pedir ayuda, las casas saqueadas, formando un
segundo plano. Una pancarta pequeña blandida por una mano, proclama:
“Haití Will Reborn” (Haití renacerá), mientras que en el borde de la tela,
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también pintó dos ojos que nos miran fijamente. Ojos vivos, pero enterrados
bajo los escombros.
Como una descarga eléctrica
Frantz Zephirin parece contento con su lienzo. Liberado. “Veo ahí cosas que
usted no entendería, por supuesto. Porque yo también soy un sacerdote
vudú. Y el aspecto mitológico me apasiona. Digamos, por descifrar el lienzo,
asomados al desastre, los espíritus y los dioses, atónitos, se encuentran,
se conectan y se unen para encontrar una solución al problema de Haití“.
¿Solución? “El temblor puede actuar como un electroshock. Así lo espero
sinceramente. Necesitamos un cambio de mentalidad. Menos corrupción.
Más educación. Un proyecto real para el pueblo. La descentralización permite
a las personas recuperar la provincia y sirve de anclaje con un trabajo. Todo
debe repensarse en este país. Así que hay mucho que decir en mis cuadros!“
Desde el 12 de enero, entonces, él pinta. Y recuerda el horror. ¡Lo ha
filmado! Sí, gracias a su teléfono celular. “¡Eso te sorprende, eh!” –dice,
riendo y sacando el aparato. Por supuesto, todo el mundo quiere ver.
Entonces él cuenta. “Yo estaba en el barrio de Delmas. Salía de la casa de
una de mis amiguitas y me detuve un momento para beber una cerveza en
un restaurante. Pagué y salí del lugar. Hubo un gran ruido. Me regresé, pero
el restaurante ya no estaba allí, ya no existía. Los edificios adyacente fueron
cayendo uno tras otro. Guardé la calma, pensando que era un acto de guerra,
tal vez bombardeos. Fue cuando vi abrirse la tierra que me di cuenta. Era
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
la tierra misma la que gruñía y se movía. Saqué mi libreta de apuntes. La
gente gritaba, corría en todas direcciones bajo un ruido espantoso. “Vi a una
veintena de motociclistas aplastados por el muro de la Oficina Nacional del
seguro de vejez.”
Trató de ponerse en contacto con familiares. La mayoría estaban muertos.
Madrastra, primos, amigos ... Dos de las casas se han derrumbado. Había
caído la noche, no podía moverse, el teléfono ya no funcionaba. “Me dije:
Está bien, voy a pintar. Y ni hablar de detenerse antes de completar mi lienzo.
Veinticuatro horas más tarde.” Varios otros cuadros están a punto de ser
completados. Uno, una boca gigante coronada por dos ojos fijos, representa
las tumbas de los grandes edificios públicos en Puerto Príncipe. Otro, con
múltiples manos coloreadas y ondeando en la ciudad, ilustra la ayuda
internacional recibida por Haití. Otra, en fin, se llamará El grito de la tierra
para el próximo desastre, predijo Frantz Zephirin. Será ecológico. “¿Ha notado
usted que nuestros árboles han sobrevivido? ¡Gran actuación, eh! Mientras
que nuestras casas se derrumbaban una tras otra, nuestros árboles mantenían
la cabeza en alto. Ellos, a los que deberíamos apreciar, mimar, pero que este
país, ansioso por la deforestación, no ha cesado de masacrar!“
Pero no debemos quedarnos paralizados por el terremoto. Los haitianos,
dijo, nunca han obtenido placer en la desgracia. Los artistas han de transmitir
alegría a fin de hacer olvidar los horrores. “Sus pinturas deben expresar el
optimismo y la fe, a pesar de la falta, a pesar de los huérfanos mutilados que
corrían por las calles ...”
22
Ya no puedo pintar más la indolencia
Henri Jean-Louis también regresó a la galería Monnin. Tenía deseos de hablar,
para compartir su dolor y su angustia. Él trajo una imagen que comenzó
mucho antes del terremoto, una de esas escenas de mercado que amaba.
Y no sabía en lo que se convertiría su pintura de “después”. Tuvo que huir
de Haití, dijo. Con carácter urgente. Al menos durante un par de semanas.
Tenía amigos y familiares en Miami, donde había vivido y ocupado muchos
puestos de trabajo diferentes, inclusive había solicitado asilo político en 2002,
el tiempo de la peor violencia del presidente Aristide. “¡Pero voy a volver!
Amo a mi gente, me encanta este país, como los campesinos que viven en
zonas rurales, estos mercados más pequeños donde venden mangos, papas,
albaricoques, plátanos, estas mujeres que lavan la ropa en el río y trabajan con
una cesta en la cabeza. Siempre pinto con la nostalgia por ese mundo sencillo,
ideal casi. Pero ahora mismo, no puedo. Estoy traumatizado.“
Él se angustia cada vez que la tierra tiembla. Y odia esos rumores de la
ciudad que anuncian fuertes réplicas en un plazo de dos meses. “Dios me
salvó la vida, no tengo derecho a correr nuevos riesgos!” No puedo soportar
la idea de todos los muertos enterrados en los escombros y el olor de las
cenizas de muertos, pudriéndose, y el espectáculo de los sufrimientos de los
heridos y sin hogar, y su búsqueda desesperada de un poco de agua, algo de
comida en el comedor grande de apoyo público. “Todo esto me molesta, me
impide respirar, de sentirme libre como artista. Tengo que partir.”
Una semana después, el pintor regresó a la galería con dos pinturas “post-
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
terremoto”. Haití y su exuberante paisaje estaban cubiertas con tiendas de
campaña, camillas, pantallas térmicas. Y, de todos los países llegaó la ayuda
a los heridos, así como mensajería instantánea. “Quiero que otros países
miren el abismo en que Haití ha caído. No puedo pintar la indiferencia. Que
las generaciones futuras sepan lo que hemos soportado de explotacionaes y
sufrimientos.”
Taller colapsado
Reynald Joseph, por su parte, ha comenzado un tríptico de gran formato.
Su estudio se desplomó, destruyendo una docena de sus pinturas. Sólo
ha recuperado un cuchillo con el que le gustaba pintar, y algunas fotos de
sus pinturas que son su único archivo. “Habrá un antes y un después del
terremoto. Nada, en mis cuadros, nunca será estable. Todo es precario en
Haití. La vida, los edificios, las instituciones y el poder. La muerte, ese tirano
que nos ha declarado culpables y no perdona a nadie, es nuestro único punto
fijo. Todo lo demás puede colapsar en cualquier momento. “
No va a cambiar sus temas de inspiración, escenas callejeras, de bodas, de
carnavales, de burdeles. Simplemente, todo se mueve en equilibrio, al borde
del caos. “¿Lo ves? Esto es sólo un boceto. Pero esta escena de la calle da fe
de un lío grande: casas en movimiento, puertas azotándose, cortinas volantes,
personajes inconexos, frutas esparcidas en la carretera, postes de luz medio
acostados. En los colores que añadiré después, voy a jugar con los códigos
vudú. Una mujer portará un pantalón rojo, como las mujeres que perdieron
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Frantz Zéphirin representó las tumbas de los grandes edificios públicos de Port-au-Prince. Se trata de una de las primeras pinturas haitianas post-sismo.
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a sus maridos. Los muertos temen el rojo... Los haitianos, sépase, tienen una
dimensión mística profunda. “No hay duda, sin embargo, para pintar a los
muertos o heridos. Una pintura es un objeto de arte. Y el arte no quiere decir
mal. Incluso deprimido, maltratado, uno se encuentra en Haití.” Es muy cierto.
Su mirada, su estoicismo, su dignidad son asombrosos. Nada de lágrimas, en
el centro, o convocatorias de misericordia. No gemidos ni descuido.
Visiones premonitorias
Los pintores encontrados son todos de una elegancia perfecta cuando vienen
a su galería, pese a que la mayoría han perdido todo y pasaron la noche a
la intemperie. LeVoy Exil y Préfète Duffaut, los dos artistas míticos, son de
éstos. Y ambos, curiosamente, tienen la certeza de haber tenido visiones
premonitorias.
El 13 de noviembre, el primero despertó a su esposa prediciéndole una gran
tragedia para la tierra de Haití. “Yo trabajo con el sol, la naturaleza, los
elementos. Y sentí que mi sangre estaba vibrando. Algo trágico iba a pasar
pronto”. El segundo sucedió el 1 de enero, día de su cumpleaños, en un
estado de gran ansiedad. Nubes oscuras se ciernen sobre Haití. Él dedicó una
oración al “Gran Maestro” y el 7 de enero, cinco días antes del terremoto,
pintó un lienzo que representa el hundimiento terrible de Port-au-Prince…
La joven Pascale Monnin nunca vio nada igual, completamente ocupada
en atender a su hijita de dos meses que ella amamantaba. Pero una noche,
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después de una pesadilla que la hacía escuchar los gritos de los haitianos que
seguían enterrados bajo los escombros, comenzó a crear una crónica con
dibujos y textos sobre las personas desaparecidas el 12 de enero de 2010.
“Vamos a tener que ayudar a los artistas a volver a ponerse en pie”, dijo. Haití,
pueblo de creadores, se sobrepondrá de esta manera.“ Llevará meses, quizá
años. En Port-au-Prince, los pintores no acuden a los llamados, y uno no sabe
si están muertos o si se fueron a la provincia.
Fuente: Le Monde/Traducción de Mariano Flores Castro
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EDITORMARIANO FLORES CASTRO
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MÉXICO, D.F., 1o DE ABRIL DE 2010.
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