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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR FACULTAD DE COMUNICAIÓN, LINGÜÍSTICA Y LITERATURA Análisis de la obra Corazón tan blanco de Javier Marías Andrea Carrillo Andrade

Corazón tan blanco de Javier Marías

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Page 1: Corazón tan blanco de Javier Marías

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

FACULTAD DE COMUNICAIÓN, LINGÜÍSTICA Y LITERATURA

Análisis de la obra Corazón tan blanco de Javier Marías

Andrea Carrillo Andrade

Quito

2012

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¿Y ahora qué?

“La gente miente lo mismo muere,

parece increíble, pero nada puede

saberse nunca.”

JAVIER MARÍAS, Corazón tan blanco

Corazón tan blanco de Javier Marías es el arte del ocultamiento en sí, es la metonimia de

un relato: muestra apenas el final de una muerte para hacer que el lector quiera descubrir la

razón de ella. ¿Ocultar un secreto puede cambiar la vida de una persona? ¿Acaso guardar

una confesión es lo que hace que esta historia viva o es el dar a conocer la historia lo que

crea Corazón tan blanco?

Javier Marías nace el de 20 de septiembre de 1951 en Madrid; en 2006 fue elegido

miembro de la Real Academia Española y es un influyente articulista de España y América

Latina gracias a sus trabajos periodísticos en periódicos españoles como El País. Acerca de

sus primeros años de vida, su infancia la pasó en Estados Unidos para huir de la

persecución franquista en España de la época; en 1968 estudia Filosofía y Letras en la

Universidad Complutense; sin embargo, su primer dinero lo recibió como traductor.

Gracias a la mediación de Benet, publicó su primera novela, Los dominios del lobo1, antes

de los 20 años; con esta obra, Javier Marías sitúa “su propia filiación cultural fuera del

ámbito ibérico, oponiéndose de forma directa al pomposo amor por la patria que predicaba

el franquismo”2. Después escribió las novelas El monarca del tiempo (1978), El siglo

(1983), El hombre sentimental (1986) y Todas las almas (1989).

En 1992, Javier Marías publica su novela Corazón tan blanco, por la cual obtiene gran

éxito entre la crítica española, tanto así que en 1993 gana el Premio de la Crítica y el Prix

L’Oeil et la Lettre3; sin embargo, es en 1996 cuando, al ser publicada en Alemania,

Corazón tan blanco, da a su autor la crítica de Reich-Ranicki de ser "uno de los mayores

autores vivos del mundo", y de estar "a la altura de G. García Márquez y su nivel literario

no tiene comparación actualmente con otros autores contemporáneos"4.

1 Adaptado de http://www.javiermarias.es/biografia/nuevabiografia.html, 16 de mayo de 20122 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marias_javier.htm, 16 de mayo de 20123 http://www.javiermarias.es/biografia/nuevabiografia.html, 13 de mayo de 20124 http://www.javiermarias.es/biografia/nuevabiografia.html, 13 de mayo de 2012

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En 1995, Javier Marías gana el premio Rómulo Gallegos por Mañana en la batalla piensa

en mí y pronuncia el discurso Lo que sucede y no sucede, donde dice:

Las personas tal vez consistimos, en suma, tanto en lo que somos como en lo que no hemos sido, tanto en lo comprobable y cuantificable y recordable como en lo más incierto, indeciso y difuminado, quizá estamos hechos en igual medida de lo que fue y de lo que pudo ser5

Así que tal vez lo importante de este autor no es solo lo que escribió o vivió, sino lo que

imaginó que podría haber sido su vida si tal vez, en lugar de ser Javier fuera Juan y su padre

en lugar de llamarse Julián Marías Aguilera, se llamara Ranz. En este intento de descubrir

una posible vida paralela, nace Corazón tan blanco.

En primer lugar, acerca del nombre de la novela, se puede relacionar directamente con

Macbeth, de Shakespeare, que es citado en Corazón tan blanco gracias a un pensamiento

del adalid británica tomado de esta obra; si bien la mujer no menciona lo de “corazón tan

blanco”, Juan investiga la obra gracias a su participación y en un capítulo dedicado a

recordar a Macbeth, cita: ““Mis manos son de tu color”, le anuncia a Macbeth (Lady

Macbeth); “pero me avergüenzo de llevar un corazón tan blanco””6. Ahora bien, ambas

obras literarias tienen una relación puesto que en Javier Marías, Ranz mantiene un corazón

blanco frente a todos aquellos que desconocen su secreto, pero el arrepentimiento y la culpa

es una carga que deberá llevar solo, mientras que en Shakespeare, si bien Macbeth confiesa

su crimen frente a su esposa, tras asesinar a Banquo, la culpa es personal, no es transferible.

Del mismo modo, ambas obras giran en torno a una muerte y ambas son producidas por la

codicia de un futuro mejor e incitadas por una mujer: Lady Macbeth excita la ambición en

Macbeth por el reinado y Teresa da la idea a Ranz de asesinar a Gloria.

En segundo lugar, Corazón tan blanco mantiene una política de ocultamiento a lo largo de

toda la obra; “[e]l olvido deliberado y el ocultamiento desesperado cuando ya no se puede

olvidar (…) ocupan todo el relato temática y narrativamente”7: comienza con el final

suicida de Teresa, segunda esposa de Ranz, pero la razón de este auto-asesinato se revelará

por partes, solo al final se conocerá el secreto. Es más, en un inicio no se conoce siquiera

que Ranz había estado casado previamente y mucho menos que su primera mujer sería la

5 http://barracucha.blogspot.com/2011/12/lo-que-no-sucede-y-sucede-discurso-de.html, 13 de mayo de 20126 Marías, Javier, Corazón tan blanco, Alfaguara, Buenos Aires, 2007, pág. 1037 http://redalyc.uaemex.mx/pdf/602/60251205.pdf, 13 de mayo de 2012

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razón de la infelicidad de la segunda. Pues bien, la historia del suicidio funciona tan bien

como inicio por dos razones: primera, porque ella se dispara justo después de llegar de su

viaje de bodas y segunda, porque su esposo todavía vive y si alguien conoce la razón del

suicidio sería él, Ranz, quien se casa por tercera vez con Juana, hermana de Teresa y tiene

como hijo al narrador de la novela sobre el que me referiré después.

Sin embargo, algo que vale la pena notar en este punto es la construcción que Javier Marías

hace del personaje de Ranz, un hombre que si bien el lector descubre al final, es un asesino,

jamás deja de ser agradable. Los lectores nos convertimos en especies de Luisa, esposa de

Juan, que si bien se sorprende con la confesión de Ranz, jamás lo juzga, finge que no ha

descubierto nada y seguramente esto se logra con el lector porque lo importante no es quién

mató a la primera esposa de Ranz, sino por qué murió la segunda. Solamente en el capítulo

final cuando el narrador describe a Ranz, su imagen física cambia:

“Lo único nuevo es que ahora lo veo más viejo y menos irónico, casi un viejo, lo que nunca ha sido. Anda con algo más de titubeo, sus ojos resultan menos móviles y centellantes, menos fervorosos cuando me miran o miran (…), su boca de mujer ten semejante a la mía se le está desdibujando por las arrugas”8

Pero no se lo hace ver como un asesino, sino como un hombre que ha sufrido, que tiene

más inseguridad o los mismos “ojos menos centellantes” delatan el dolor no de contar un

secreto ni de guardarlo, sino de tenerlo.

Ahora, si bien es cierto que se maneja una política de ocultamiento evidente a lo largo de la

obra, el autor también cuenta historias alternas a la realidad de la principal, como especies

de pistas, sin ser evidentes; así, por ejemplo, está la historia de Guillermo, de gran parecido

a la de Ranz, quien tiene esposa española y amante cubana (inversamente al padre de Juan)

y que, según amenazas de Miriam (amante), tendrá una muerta (“Si no la matas me mato

yo. Tendrás una muerta, o ella o yo”9); pues bien, la muerte se presentó frente a Ranz, la

diferencia es que él tuvo dos muertas.

En tercer lugar, el ocultamiento no sería posible sin el rechazo a la memoria que se maneja

en esta novela y es que justamente este rechazo se logra gracias a que ni el mismo narrador

sabe con exactitud lo que sucede; es decir, el narrador juega a ser omnisciente, sin serlo:

No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró al cuarto de baño, se puso

8 Ibid., pág. 3829 Ibid., pág. 64

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frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados10

El simple hecho de advertir que ha sabido, delata que no presenció la escena, sino que le

fue contada, entonces no todo lo que él pueda decir es cierto, tampoco se puede decir que

sea falso, pero sí es evidente que el narrador solo juega a presenciar los hechos. No

obstante, esto no resta relevancia o veracidad a los hechos puesto que el mismo autor

advierte al lector:

Contar deforma, contar los hechos deforma los hechos y los tergiversa y casi los niega, todo lo que se cuenta pasa a ser irreal y aproximativo aunque sea verídico, la verdad no depende de que las cosas fueran o sucedieran, sino de que permanezcan ocultas y se desconozcan y no se cuenten11

En este sentido entonces, cualquier novela es irreal, entonces que el narrador juegue a ser

omnisciente pierde importancia porque así lo fuera, la historia no sería verdad.

Es más, Marías no solo pone en duda la veracidad de los hechos al ser contados, sino que

propone la idea de que el cómo se cuenta dependerá también del idioma en el que se lo

haga:

Lady Macbeth (…) entre otras cosas le dice que no debe pensar “so brainsickly of things”, de difícil traducción, pues la palabra “brain” significa “cerebro” y la palabra “sickly” quiere decir adverbio (…) no sé bien cómo repetirlo en mi lengua12

Entonces, se debe suponer que no existe traducción precisa de una obra porque las construcciones

son diferentes. “En alemán ya se han vendido más de 900.000 ejemplares de Corazón tan

blanco, y sus obras se traducen a 25 idiomas y se distribuyen en 30 países.”13, pero

seguramente ninguna traducción representará verdaderamente lo que Marías escribió en

español.

Ahora bien, algo aún más ingenioso en esta obra es la manera de narrar los hechos, como si

se lo hiciera “entre paréntesis”, es decir, se combina la historia con los pensamientos a

través del uso de paréntesis: “Ya te dije que trabajo en una arena muy visible.” (“A very

visible arena”, decía otra vez, (…). Me eché hacia atrás. Se me arrugó la gabardina.)”14.En

10 Ibid., pág. 1111 Ibid., pág. 25912 Ibid., pág. 10113 http://www.javiermarias.es/biografia/nuevabiografia.html, 14 de mayo de 201214 Marías, op. cit., pág. 228

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este ejemplo, también se hace evidente que emplea los paréntesis para narrar una acción

secundaria dentro de otra principal: el diálogo de “Bill” es lo principal, pero que se le

arruga la gabardina por ver el video es la acción secundaria. Sin embargo, los paréntesis

pueden además emplearse para “hablar entre dientes”, con ironía; cuando se refiere a los

intérpretes, dice: “En todo caso es innegable que pueden ser divisados por los rectores del

mundo, lo cual los lleva a ir siempre muy arreglados (…) (todos siempre con el espejito a

mano)”15

Esta manera de narrar, con jerarquías entre hechos más relevantes que otros que son

escritos entre paréntesis, halla su justificación en la misma obra: “hablaba, por tanto, como

en un paréntesis, es decir, sin querer decir tanto”16 (refiriéndose a Berta)

Entonces, hasta este punto se puede afirmar que cada parte del estilo narrativo de Marías,

encuentra su propia justificación en el texto. Ahora es momento de analizar la estructura de

la novela de este autor español, que se caracteriza principalmente por dos razones:

combinar historias y emplear analepsis.

Por un lado, la combinación de historias se hace mediante dos recursos; se pueden emplear

objetos que transportan a otras historias, como cuando en la cena de Luisa y Juan con el

profesor Villalobos, por el final de la novela, se hace referencia a uno los primeros

capítulos que narraban la enfermedad de Luisa en la luna de miel, a través de una servilleta:

“Luisa mojó la punta (de la servilleta) como yo había mojado la de una toalla en el cuarto

de baño del hotel de La Habana para refrescarle a ella la cara, el cuello, la nuca” 17 u, otra es

mediante la narración de historias donde se emplea los personajes como eslabones para

cambiar de historia; así, por ejemplo: se empieza a hablar del empleo de Ranz como

experto en arte y esto hace que se comience a contar la historia de Custardoy el viejo,

copista de cuadros, y posteriormente de Custardoy el joven, hijo de Custardoy el viejo,

quien por fin revelará parte de la historia de Teresa; entonces, para llegar a la historia de

Teresa, primero se debió pasar por Ranz, para luego conocer quiénes son los Custardoy.

Por otro lado, sobre el uso de las analepsis, estas son muy comunes y permiten que el lector

no olvide ninguna de las pequeñas historias que le son contadas antes de llegar a la

respuesta de la muerte de Teresa:

15 Ibid., pág. 8016 Ibid., pág.. 22117 Ibid., pág. 323

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[M]ientras pasaba a inglés y a los auriculares mundiales su prosopopeya española y sus conceptos divagatorios y erróneos, me acordé por fuerza de aquella otra vez, y con viveza de lo que en ella se había dicho por mi mediación, mientras Luisa respiraba a mi espalda (…)18

Aquí, por ejemplo, mientras se narran los días de trabajo del protagonista en las Naciones

Unidas, se recuerda la situación en la que Juan y Luisa se conocieron, la misma que había

sido narrada anteriormente.

En cuarto lugar, hay dos recursos literarios que destacan en esta novela de Marías: los

símiles, principalmente al momento de describir un acto: “Miraba hacia afuera como quien

llega a una fiesta en la que sabe que no estará la única persona que le interesa, que se quedó

en casa con su marido”19, aunque también son empleados para describir rasgos de los

personajes:

El otro rasgo llamativo de la cara de Ranz y el único que yo he heredado era su boca, carnosa y demasiado delineada, como si hubiera sido añadida en el último instante y perteneciera a otra persona20

Pero además, los símiles permiten hacer referencias a historias antes contadas: “víctima de

la aprensión que asalta siempre a quienes esperan en vano(…) como sin duda le ocurrió a la

mulata Miriam aquella tarde de calor en La Habana”.21

Las metonimias, por su parte, son usadas para las descripciones de los personajes y sus

estados de ánimo; Marías dice: “Los ojos guiñados de la mujer me parecieron claros (…)

Tenía las aletas de la nariz vehementes, ensanchadas por la ira”22, al momento de describir a

Miriam cuando se enoja al confundir a Juan con su amante español; pero se puede además

decir que en el momento en que se habla de los videos de Berta que ella graba o que le

envían son una metonimia; cuando “Bill” envía su cuerpo sin su rostro o cuando Berta solo

graba el suyo; los videos son metonímicos en la medida en la que enfocan solo una parte

del todo: la parte elegida por quien los graba.

Sin embargo, en Corazón tan blanco también se pueden encontrar metáforas, por ejemplo

las canciones cubanas que se cantan: “Mamita mamita, yen yen yen, serpiente me traga,

yen yen yen”23 puesto que la serpiente puede ser entendida por el fuego que consumió a

Gloria y en complicidad con el esposo, quien no hizo nada para salvarla (Ranz no pidió 18 Ibid., pág. 24519 Ibid., pág. 2520 Ibid., pág.. 11221 Ibid., pág. 23522 Ibid., pág. 3123 Ibid., pág.. 69

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hacer la autopsia de Gloria, por obvias razones), y la única que en verdad sintió la muerte

de la mujer es su propia madre que a la final sí tiene la culpa de ignorar a su hija, tal como

la suegra de Ranz que aprobó el casamiento sobre todo por conveniencia.

En quinto lugar, Corazón tan blanco exhibe una imagen consagrada de mujeres que sufren,

todas están cruzadas por la tragedia: Gloria sufre el desamor de Ranz y muere quemada,

Juana muere por sentirse responsable de la muerte de Gloria, Teresa nunca fue tan amada

como Juana, la abuela de Juan siente la pérdida de sus hijas, Nieves está condenada a ser

vendedora de una papelería desde niña y Berta sufre un accidente de tránsito que la deja

marcada de por vida con una pierna más corta que otra y una cicatriz en el rostro; la única

que no cumple con esta imagen de dolor es Luisa, pero ella se consagra como la mujer

detrás del hombre y su papel de esposa es el mismo que su empleo de “intérprete de

guardia” (“Luisa en su mortificante silla un poco a mi izquierda (…), pero algo

postergada”24). Luisa, a pesar de ser la única persona a quien Ranz vuelve a confiar su

secreto, no tiene protagonismo, es apenas un vehículo para conocer el secreto, incapaz de

delatar a Ranz igual que no delató a Juan cuando este cambió los diálogos entre los

adalides.

Sin embargo, no es solo Luisa quien carece de protagonismo en esta novela, a decir de

Álvaro Fernández, en su artículo Contar para olvidar: la política del olvido en Corazón tan

blanco,

el narrador jerarquiza su figura ante el lector por sobre los demás personajes de la trama a partir de la exhibición sistemática de su capital cultural para interpretar, traducir, contar y narrar. Esta vanidad narcisista se inflama mediante la inclusión de figuras públicas degradadas o puestas por debajo de la crítica mirada del narrador25

El mismo Ranz, protagonista del secreto, se convierte en una figura secundaria puesto que

en Corazón tan blanco no se privilegia el secreto de la muerte de Teresa, sino el secreto

desde la mirada del narrador; es más, la misma confesión del secreto es interrumpida con

pensamientos de Juan:

El que dice es insaciable y es insaciable el que escucha, el que dice quiere mantener la atención del otro infinitamente, quiere penetrar con su lengua hasta el fondo (“La lengua como gota de lluvia, la lengua al oído”, pensé), y el que escucha quiere ser distraído

24 Ibid., pág. 8625 http://redalyc.uaemex.mx/pdf/602/60251205.pdf, 14 de mayo de 2012

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infinitamente26 (discurso de Ranz en plena confesión del crimen, interrumpido por el pensamiento de Juan, entre paréntesis)

y es escuchada desde la alcoba donde él se encuentra.

Por otro lado, la crítica del narrador sobre los demás se emplea también para cuestionar la

institucionalidad, es decir, el hecho de que Juan sea traductor en las Naciones Unidas sirve

además para criticar los discursos y sobre todo los silencios: la conversación entre el

adalides español y británica exhibe la crítica: la británica, preparada y filosófica; el español,

sin ideas propias.

Algo aún más interesante es que el narrador se convierte en un intruso de todas las

historias, un ente que ve la vida desde lejos: cuando ve por primera vez a Miriam, él está en

un balcón y la conversación con Guillermo la escucha desde la otra habitación, lo mismo

que la confesión de Ranz; incluso ve a “Bill” desde lejos, lo sigue como un detective, pero

jamás participa directamente en los acontecimientos, por lo que todos los escenarios están

narrados desde la perspectiva de un intruso.

Casi para finalizar, es pertinente formar comparaciones entre Corazón tan blanco y Niebla

de Miguel de Unamuno y Soldados de Salamina de Javier Cercas. Primeramente, la

filosofía que se maneja entre Niebla y Corazón tan blanco, acerca del matrimonio y de la

compañía, es muy similar. Mientras Unamuno dice:

Cuando uno se casa, si lo hace enamorado de veras, al principio no puede tocar el cuerpo de su mujer sin emberrechinarse y encenderse en deseo carnal, pero que pasa el tiempo, se acostumbra, y llega un día en que lo mismo le es tocar con la mano al muslo desnudo de su mujer que al propio muslo suyo, pero también entonces, si tuvieran que cortarle a su mujer el muslo le dolería como si le cortasen el propio.27

Mientras Marías escribe, refiriéndose a Luisa:

Su voz era temerosa, expresaba un temor mezclado, interior y exterior, tenía miedo de lo que le ocurría en el cuerpo, tan lejos de casa, y de lo que no sabía que estaba ocurriendo, allí en el balcón y en la calle, o me estaba ocurriendo a mí y no a ella, los matrimonios se acostumbran en seguida a que todo les pasa a ambos28

Entonces, se puede decir que la complicidad del matrimonio o el abandono del individuo

para formar un nosotros es una filosofía que ambos escritores españoles describen en sus

respectivas obras; sin embargo, la diferencia en estilo es obvia, puesto que mientras

26 Ibid., pág. 34427 Unamuno, Miguel de, Niebla, Cátedra, Madrid, 2009, pág. 23028 Marías, op. cit., pág. 35

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Unamuno privilegia los diálogos, por ejemplo y los soliloquios, Marías apenas emplea estos

recursos; es más, en Corazón tan blanco se prefiere parafrasear lo que alguna vez se dijo

antes de afirmar que es un diálogo propiamente dicho, como en la confesión de Ranz, el

narrador tras transcribir un diálogo, confiesa: “[p]ero ahora yo reproduzco de memoria, es

decir, con mis propias palabras aunque sean las suyas, en origen.”29

En segundo lugar, tanto en Soldados de Salamina como en Corazón tan blanco, la historia

gira en torno a un asesinato, sin embargo:

Corazón tan blanco no habla directamente del pacto de silencio sobre los crímenes franquistas que se consolidó en la transición de la dictadura a la democracia, pero sí lo representa: la trama pone en escena la necesidad de establecer acuerdos entre partes para sostener un presente sumido en el olvido y expone largamente los peligros que se conjuran cuando esos acuerdos no están articulados y el pasado puede resurgir 30

Finalmente, si bien es evidente que el narrador conoce el secreto desde el inicio de la

novela cuando cuenta el suicidio de Teresa y que, a lo largo de toda la novela, se anticipa

que los hechos relatados pueden o no ser modificados por el narrador y, por tanto, pueden o

no ser verídicos, ¿por qué se lee esta novela? Seguramente la respuesta está en la frase del

mismo libro: “La propia vida no depende de los propios hechos, de lo que uno hace sino de

lo que de uno se sabe”31; al final lo importante no es el secreto, sino toda la filosofía que la

obra muestra, los silencios se vuelven eslabones entre los capítulos, los personajes son

meros agentes, Corazón tan blanco engaña al lector desde título, no existe un Corazón

blanco en la novela, solo existe un corazón blanco para quien no deja ver lo que su corazón

guarda; Javier Marías logra hacer distinción entre apariencia y la realidad; memoria y

recuerdos; no importa quién se es, importa lo que los demás saben de la persona.

Bibliografía

Marías, Javier, Corazón tan blanco, Alfaguara, Buenos Aires, 2007 Unamuno, Miguel de, Niebla, Cátedra, Madrid, 2009 http://redalyc.uaemex.mx/pdf/602/60251205.pdf http://javiermariasblog.wordpress.com/ http://www.javiermarias.es/biografia/nuevabiografia.html

29 Ibid., pág. 34930 http://redalyc.uaemex.mx/pdf/602/60251205.pdf, 13 de mayo de 201231 Marías, op. cit., pág. 362

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http://barracucha.blogspot.com/2011/12/lo-que-no-sucede-y-sucede-discurso-de.html

https://www.escritores.org/secure/matricula.htm http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marias_javier.htm http://www.biografiasyvidas.com/monografia/shakespeare/macbeth.htm