CONUCOS, HATOS Y HABITACIONES- Francisco Espinal -

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    Conucos, hatos y habitacionesen Santo Domingo, 1764-1827

    Por Francisco Bernardo Regino y Espinal*

    Tomando como punto de partida las observaciones quepresenta Moreau de Saint-Mry en su obra Descripcinde la parte espaola de Santo Domingo,1abordamos el temade este ensayo con la finalidad de agrupar algunas de

    las ms socorridas definiciones sobre lo que es el co-nuco y el hato. Por la influencia francesa en la parteeste de la isla, primero por el establecimiento de lacolonia de Saint-Domingue en el oeste y luego por eltraspaso a Francia de la parte espaola a finales delsiglo XVIII, consideramos las que seran las institucio-nes paralelas en la parte oeste, es decir, el lacou y lahabitacin. Este es un ejercicio de sntesis de opinio-

    nes sobre el tema por viajeros franceses, historiadorese investigadores, cubriendo algunas publicaciones ydocumentos comprendidos entre los aos 1764 y 1827.

    1 Moreau de Saint-Mry, M. L. E. Descripcin de la parte espaola deSanto Domingo. [Description Topographique Et Politique De LaPartie Espagnole De L Isle Saint-Domingue]. 1a. ed. Coleccin deCultura Dominicana, traductor C. Armando Rodrguez, 15. SantoDomingo: Editora de Santo Domingo, 1976.

    * Profesor de la Pontificia Universidad Catlica Madre y Maestra(PUCMM), del Instituto Tecnolgico de Santo Domingo (INTEC) ymiembro colaborador de la Academia Dominicana de la Historia.

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    1. El conuco en Santo Domingo

    1.1. Concepto

    El conuco es una institucin agrcola encontrada porlos espaoles en el siglo XV al momento del descubri-miento de la isla que denominaron Hispaniola y que semantiene hasta la actualidad cumpliendo un rol im-portante como medio para el abastecimiento de bienes

    bsicos empleados en la alimentacin de las familiasrurales. La importancia del conuco se hace presenteen todas las pocas histricas de la isla desde el des-cubrimiento, habiendo sobrevivido a pesar de la extin-cin de los indgenas.

    1.2. Elementos del conuco

    - El espacio fsico de terreno relativamente pequeodedicado a la produccin de vveres.

    - Productos del conuco: viandas (yuca, batata, auyama, yauta, ame), pltanos, vegetales (tomates, ajes),granos (man, maz, frijoles), etc.

    - Tecnologa de siembra tradicional, aprendida por cos-tumbres y transmitidas de generacin a generacin.

    - Objetivo principalmente para la subsistencia de lafamilia y los excedentes para la disposicin de otrasfamilias, el trueque o la venta en el mercado localpara producir ingresos marginales para consumo de

    otros bienes (locales e importados) y el ahorro paraeventualidades (enfermedades, muertes, viajes).

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    1.3. El conuco indgena

    La palabra conuco es de origen indgena, empleada porlos tainos para referirse al terreno o lugar dedicadopara la produccin de productos agrcolas que eran b-sicos en su dieta: yuca, batata (ajes), maz, man, etc.

    Los productos de la tierra que alimentaban a los ind-genas de la isla de Hait, Quisqueya o Boho, y que

    eran compartidos entre los miembros de la familia y latribu, sirvieron tambin para alimentar a los espaolesque se adaptaron al parecer sin grandes inconvenien-tes a la dieta taina.

    Emiliano Tejera,2 en su obra Indigenismos, nos refierela palabra conuco con los siguientes significados y or-genes: labranza, huerto. Algunos autores creen que

    la voz viene de cono por la forma cnica de los monto-nes de tierra donde los indgenas sembraban la yuca,pero Las Casas y Oviedo escriben claramente que espalabra de Santo Domingo, y ms adelante sealan:Conuco es voz tana de pleno derecho, pues que seencuentra literalmente en el aruaco genrico, con elsentido de selva, maleza=conoko, kunnuku.3

    Otras interpretaciones de la palabra conuco que pre-senta Tejera asociadas con el concepto de terreno de-dicado al cultivo de productos alimenticios son las si-guientes:

    Casa de labranza con tierras para sembrar el maz,alubias, etc.

    2 Tejera, Emiliano. Indigenismos, tomo I. 1a. ed. Espaa: Editora deSanto Domingo, 1977. pp. 461-464.

    3 Ibidem.

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    La tierra en que se siembran los granos y legum-

    bres con que se mantiene la gente de una casa decampo.

    Parcela de tierra que concedan en Cuba los due-os a sus esclavos para que stos la cultivasen porsu cuenta.4

    Sembrado rstico de plantas alimenticias tropicales.

    Resumiendo el significado de la voz conuco y su uso enla isla de Santo Domingo, Tejera apunta que: En San-to Domingo se da el nombre de conuco a las pequeaslabranzas de frutos menores, sin tener en cuenta loque se cultive en ellas. En esos conucos se siembramaz, yuca, batatas, arroz, frijoles, etc..5

    Este es el significado ms reconocido en Santo Domin-go y el que se mantiene hasta nuestros das.

    1.4. El conuco para fray Bartolom de las Casas

    El conuco de los indios pas a ser fuente de alimentospara los espaoles conquistadores. El conuco de la fa-milia, de los clanes y las aldeas, cultivado para tomarde l lo necesario sin afn de acumular excedentes niriquezas, pas a ser entre los indios un elemento detormento en el que fueron obligados a trabajar.

    Fray Bartolom de las Casas deja rastro de las instruc-ciones a los frailes jernimos para evitar los maltratos a

    los indios por los encomenderos, donde se seala:

    4 Ibidem.5 Ibidem.

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    que los han maltratado y hecho muchos males,

    matando a muchos dellos sin causa y sin razn,tomndoles sus mujeres e hijas y haciendo de-llas lo que han querido, hacindolos trabajar de-masiadamente y dndoles poco mantenimiento,compeliendo a las mujeres y a los nios a quetrabajasen, y haciendo a las mujeres malparir, yno dejndolas criar sus criaturas.6

    Para los ms dbiles tales como los enfermos, ancia-nos, mujeres y nios, la carga de trabajo impuesta de-ba cumplirse en el conuco: Los indios que quedarenen el pueblo sean compelidos a trabajar lo quejustofuere en los conucos y en sus hacienda, y tambin lasmujeres y los nios.7

    Estos indios pertenecan al mismo grupo humano de

    los que dieron cuenta los espaoles de su bondad ydesprendimiento para con el extrao que llegaba:

    Dijeron aquellos que el Almirante envi, que,despus que perdieron el miedo, iban todos a suscasas y cada uno los traa de lo que tenan decomer, pan de unas races que siembran, de quehacen pan, de las cuales se dir adelante, pes-cado y otras cosas cuantas de comer tenan.8

    El conuco del indio fue til para sostener la conquista y la colonizacin de las tierras descubiertas, y sirvide base para montar el sistema de explotacin colonialcomo elemento primario de subsistencia.

    6 Las Casas, fray Bartolom de. Historia de Las Indias, tomo III.Santo Domingo: Ediciones del Continente S. A. (Editora Alfa yOmega), 1985. p. 121.

    7 Ibid., p. 128.8 Ibid., tomo I. p. 259.

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    1.5. El conuco para Girolamo Benzoni

    Para este autor milans que dice haber estado en SantoDomingo, se supone que hacia 1544-45,9 la descrip-cin del conuco est asociada a la siembra de la yuca,que luego es empleada en la produccin del cazabe:10

    Hacen tambin otra clase de pan, llamado caza-be, con una raz a la que llaman yuca, del grueso

    de un nabo. Esta raz no produce ninguna semi-lla, sino unas caas nudosas y macizas; las ho-

    jas son verdes y parecidas a las del camo. Enla estacin propicia cortan las caas en trozos dedos palmos de largo, que, plantados en montonesde tierra llamados conucos, al cabo de dos aosforman gruesas races. Cada vez que quierenhacer esta clase de pan las arrancan del suelo,

    pero pocas a la vez porque se daan pronto; lasmondan y cortan con unas piedras afiladas querecogen en la playa, las colocan en un trapo yexprimen de ellas el zumo, que produciraa quienlo tomara el efecto de un veneno; luego extien-den la pasta en forma de tortas sobre un gran

    9 Benzoni, M. Girolamo. La historia del Nuevo Mundo. [La HistoriaDel Mondo Nuovo]. Coleccin Quinto Centenario. Santo Domin-go, Rep. Dom. Sociedad Dominicana de Biblifilos, Inc. 1992. p.vii. Nota (BR): como prueba de su estada en Santo Domingo,Benzoni relata: Nosotros descansamos algunos das en la isla (PuertoRico) y luego seguimos el viaje hacia La Espaola a la cual llegamosrpidamente. Entramos en la ciudad de Santo Domingo, la primera

    fundada por los espaoles. (p. 31).10 Casabe o Cazabe: ambas formas de escritura de la palabra se

    consideran correctas. La preferencia del uso depende del autorque las emplea. Hemos respetado la forma empleada por los au-tores citados en cada caso. (BR). Vase: Garca-Pelayo y Gross,Ramn. Pequeo Larousse Ilustrado1991. 15a./5a. impresin ed.Mxico: Ediciones Larousse, 1991. p. 204 (casabe) y 214 (Cazabe).

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    tiesto, las mantienen al fuego hasta que se en-

    durecen, y por ltimo las hacen secar al sol.

    11

    Benzoni describe la tecnologapara el cultivo de la yucay la produccin del pan llamado cazabe por parte de losindgenas, poniendo de manifiesto las habilidades re-queridas para el cultivo y la tcnica necesaria para latransformacin de la materia prima en un producto ter-minado nuevo.

    1.6. El conuco segn Antonio Snchez Valverde

    En nota al pie en el libro Idea del valor de la isla Espaola,de Antonio Snchez Valverde (1729-1790), encontramoslo que se entiende por conuco en Santo Domingo.

    Conucos se llaman en Santo Domingolas labran-zas de frutos del pas, que en cierto nmero devaras de terreno hacen regularmente los negroslibres, etc., o los esclavos jornaleros, a quieneslo conceden los propietarios que no pueden culti-var el rea de su pertenencia, por el precio decinco pesos al ao. Pasado ste, o quando msdos, le abandona el arrendatario y pasa a des-montar y sembrar otro pedazo por igual pensin.12

    Es de notar que Snchez Valverde enlaza la existenciadel conuco o las labranzas de frutos delpas enpri-mer lugar al color de la piel, asocindolo primero conlos negros libres o los esclavos jornaleros, y deja ensegundo trmino su cultivo a los propietarios (impli-

    11 Benzoni, M. Girolamo. Ob. Cit., pp. 100-102.12 Snchez Valverde, Antonio. Idea del valor de la isla Espaola. s/n Ano-

    taciones de Emilio Rodrguez Demorizi. Editora Nacional, 1971. p. 147.

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    cando a los blancos) que no pueden cultivar el rea de su

    pertenencia.

    1.7. El conuco segn Bernardo Vega

    Al referirse al conuco (ubicndolo en el siglo XX), eleconomista e historiador Bernardo Vega seala que:

    El conuco (palabra tana), a su vez, se caracteri-za, por el cultivo simultneo de varios productosen una misma zona, lo que disminuye el comer-cio, al hacer al agricultor ms auto-suficiente, mscuando la siembre se efecta en forma tal que losdiferentes plantos maduran uno tras el otro y asse cosechan alimentos el ao entero. 13

    Para acercar la lejana de la palabra conuco en el m-bito dominicano, Vega cita al cronista Oviedo quien es-cribi que los tanos junto a sus lugares tenan suslabranzas e conucos que as llamaban sus heredamien-tos de mahizales e yuca e arboledas de fructales.14

    Destaca el hecho de que la yuca y su industrializa-cin va el casabe, representa el aporte ms importan-te de la agricultura tana a la dieta dominicana.15

    El uso de la yuca para la elaboracin del cazabe sededuce que era la que denominamos hoy en da guyi-

    13 Vega, Bernardo. La herencia indgena en la cultura dominicanade hoy. En Ensayos sobre cultura dominicana. 6ta. ed. Santo Do-mingo: Fundacin Cultural Dominicana, 2001. p. 13. Nota: Estetrabajo de Bernardo Vega es un aporte de gran valor para enten-

    der la prctica del cultivo de roza o la agricultura de tumba yquema (p. 12) para producir los alimentos de la dieta diaria delos tanos de ayer y de los campesinos dominicanos de hoy.

    14 Ibidem.15 Ibid., p. 14.

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    ga o yuca amarga , por el detalle de que el zumo de

    la misma era txico. Vega nos refiere al padre Las Ca-sas quien sealaba que: En la costa de la provincia deHigey se cran unas races que no las hai en todaesta isla; estas races se llaman guayagas i hacen de-llas el pan que coman por toda esta provincias los in-dios.16 La otra yuca, la yuca dulce, es la que se con-sume de manera regular sin riesgos para la salud.

    1.8. El conuco segn Marcio Veloz Maggiolo

    El arquelogo, historiador y literato dominicano MarcioVeloz Maggiolo, al referirse al conuco seala conucoscolectivos, producto de la actividad agrcola de varias fa-milias o que el conuco fue launidad bsica de produc-cinaborigen durante el perodo agrcola, pero es evidente

    que no constituy una forma aislada de autosubsisten-cia. Su diferencia con el conuco actual debe ser remar-cada, ya que en el caso del aborigen la produccin fami-liar era colectivizaday redistribuida, y hay evidencias deque tambin estaban presentes los clanesque contribuanpor la va de cierto modelo de tributo a un acumulo defondos en especie para uso general.17

    Veloz Maggiolo destaca el origen aborigen del conuco ysu funcin social para la familia o el clan, y deja entre-ver el uso del excedente al que denomina un acumulode fondos en especie para el para uso general delresto de la tribu o de la sociedad.

    16 Ibid., p. 21.17 Veloz Maggiolo, Marcio. Comentarios a La herencia indgena en la

    cultura dominicana de hoy. En Ensayos sobre cultura dominicana. 6ta.

    ed. Santo Domingo: Fundacin Cultural Dominicana, 2001. p. 56.

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    1.9. El conuco y el hato segn Rubn Sili

    El historiador dominicano Rubn Sili adopta la siguien-te definicin de lo que es un hato:

    El hato era una posesin que comprenda el te-rreno correspondiente a las acciones que se ob-tenan llamados derechos de tierra, en las cua-les estaba el dueo facultado a criar cuantos

    animales quisiera y a apoderarse de los bravos oalzados.18

    Para Sili los hatos eran grandes extensiones de tie-rra sin cercas ni linderos fijos, que pudieran interferirel paso de las reses; eso poda darse debido a que laeconoma ganadera no choca con otra de plantacin ode grandes cultivos para la exportacin. Era una poca

    en la cualpredominaba la oferta ilimitada de tierras yen la cual suvalor era de muy poca consideracin.19

    Una diferencia entre el conuco y el hato que sealaSili era la cerca de proteccin, aunque sabemos queparte de las reses se mantenan en corrales (resescorraleras) al igual que los puercos, los cuales se en-cerraban dentro de los predios cercados llamados co-rrales para evitar que terminaran como montaraces ocimarrones.

    El conuco, a diferencia del hato, estaba en mu-chos casos cercado para protegerse de la embes-tida de las reses y de los cerdos que solan ata-car estos sembrados. Esos ataques llegaron a

    18 Sili, Rubn. El hato y el conuco: contexto para el surgimientode la cultura criolla. En Ensayos sobre cultura dominicana. 6ta. ed.Santo Domingo: Fundacin Cultural Dominicana, 2001. p. 145.

    19 Ibidem.

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    alcanzar gran regularidad, al extremo que los

    habitantes se quejaban constantemente a lasautoridades para que impusieran ciertas medi-das que pudieran preservar sus siembras.20

    1.10 El conuco de los negros

    Los primero negros importados como esclavos desde fri-

    ca encontraron en la isla Hispaniola el conuco cultiva-do por los indgenas como unidad de produccin queaportaba los vveres para la alimentacin de los indios

    y espaoles. El conuco era una institucin que for-maba parte de la realidad cotidiana del indgena y tan-to el espaol como el negro lo aprovecharon como unafuente de alimentos para subsistir. El conuco cultivadopor los negros, esclavos o libertos, poda estar localiza-

    do dentro de laspropiedades de los amos (hatos y habi-taciones), en propiedades de terceros en casos de arren-damiento o aparceras de negros ganadores o jornaleros,como tambin en terrenos propios de los libertos.

    El conuco dentro del hato es el medio para que el ne-gro esclavo se proporcione la mayor cantidad de susalimentos, y es permitido por el amo por razones entera-mente econmicas: en la medida que el esclavo producapara su subsistencia y poda recuperar las energas em-pleadas en el trabajo esclavista, el amo incrementabasu productividad sobre el uso del recurso esclavo, dadoque su gasto en mantenimiento era menor. En adicina su alimentacin el esclavo poda producir algn ex-cedente que vendido poda permitirle con la autoriza-

    cin del amo, ahorrar con el propsito de comprar al-gn da su libertad.

    20 Ibid., p. 158.

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    El conuco dentro de la habitacin o propiedad rural

    dedicada a la produccin que establecieron los france-ses en la parte oeste de la isla que denominaron Saint-Domingue y que a partir de 1804 devino en repblicacon el nombre de Hait, tena al igual que en el hatoespaol el propsito de reducir el costo de manteni-miento de los esclavos permitindoles que produjeranalimentos para su uso en los momentos previstos parasu descanso, es decir, en das feriados y despus de

    finalizadas las jornadas de trabajo.

    El conuco del amo y el conuco del esclavo podan ser dis-tintos en cuanto al destino de la produccin. El conuco delamo poda estar orientado a la produccin para el mercadopasando el autoconsumo a un plano secundario; el conucodel esclavoestaba orientado en primer lugar al autocon-sumo, en segundo lugar poda contribuir a la alimentacin

    del amo, y en tercer lugar los excedentes podan dirigirsehacia el mercado local. Los conucos del amo y el de losesclavos podan convivir dentro de la misma propiedad,bajo la vigilancia del amo o de su delegado.

    Despus de la abolicin oficial de la esclavitud el 9 defebrero de 1821 en el Santo Domingo espaol, con laocupacin haitiana encabezada por Boyer, el conucocontinu jugando su papel de subsistencia y creacinde riquezas tanto para los antiguos amos como para losex esclavos. Slo el nombre dado a las partes cambi:los amos hateros pasaron a ser los habitantes o due-os de las habitaciones y los esclavos pasaron a serlos cultivadores, estando obligados por el Cdigo Ru-ral puesto en vigencia por Boyer a mantenerse dentro

    de las habitaciones sin posibilidad de mudarse duran-te un tiempo definido contractualmente, en una con-dicin cuasi proletarizada definida por una formal re-lacin econmica de aparcera.

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    Esta forma de feudalismo o de neoesclavitud, caracte-

    rizada por la sujecin obligada de los cultivadores a lapropiedad de la tierra, dio a los propietarios de la tie-rra (habitantes) el poder de mantener su control eco-nmico sobre la mano de obra confinada (cultivadores).Ya Toussaint Louverture haba ensayado esta modali-dad en Saint-Domingue, la cual fue mantenida por losfranceses enviados por Napolen en 1802 con el gene-ral Leclerc a la cabeza, y declarada la independencia

    de Saint-Domingue por Dessalines en 1804 erigindo-se en Repblica de Hait. Este sistema se conserv apartir de la divisin de la nueva Repblica en 1807 enel norte monrquico de Hait bajo la direccin de Cris-tbal, quien mantuvo la gran propiedad (la grande cultu-re), en franca oposicin al camino emprendido por Pe-tin en el sur republicano de Hait donde realiz unareforma agraria fragmentando la gran propiedad, esti-

    mulando con la reparticin de la tierra la produccinminifundista (la petite culture).

    En la parte del este de la isla, la institucin del conucoha sobrevivido hasta nuestros das. El conuco del cam-pesino actual mantiene la funcin primaria de subsis-tencia que lo caracteriz desde que los europeos lo en-contraron al llegar a la isla, y tambin cumple unafuncin econmica orientada hacia el mercado con ladisposicin de los excedentes de laproduccinque sonvendidos para producir ingresos que permiten satisfa-cer otras necesidades del campesinado.

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    1.11. Lacou: el conuco de la parte oeste

    La isla de Santo Domingo tiene oficialmente una histo-ria comn hasta el 1697 cuando se produce el Tratadode Ryswick. A partir de ese momento se bifurca la histo-ria como la historia de Saint-Domingue o de la parte deloeste, y la historia de Santo Domingo o de la parte deleste, ambas historias corriendo paralelas bajo las tute-las coloniales de Francia y Espaa. Estas historias vuel-

    ven a desembocar en el mismo cause un siglo ms tar-de, cuando en 1795 por el Tratado de Basilea, el ro dela parte del este se adhiere como un tributario a Fran-cia, siendo oficialmente toda la isla una sola como pose-sin francesa. Esa unidad oficial dur hasta el 1 de enerode 1804 en que Jean-Jacques Dessalines proclam laindependencia de Saint-Domingue estableciendo la Re-pblica de Hait. En ese momento, la parte del este que-

    daba sola como colonia francesa, situacin que finalizcon la reincorporacin de este territorio a Espaa en

    julio de 1809 como consecuencia de la denominada Gue-rra de la Reconquista iniciada en 1808, y que tuvo suprimer momento de gloria en noviembre de 1808 con laderrota de las tropas francesas en la batalla de PaloHincado, prximo a la villa de El Seibo, y que origin elsuicidio del general en jefe de las tropas, Louis Ferrand.

    Tanto en la colonia de Saint-Domingue como en la nuevaRepblica de Hait, primero los negros esclavos y luego

    ya libertos, disponan al igual que en el Santo Domingoespaol de espacios fsicos de terrenos para la produc-cin de alimentos para el autoconsumo, que les permitasubsistir. Esta disponibilidad como hemos sealado ayu-

    daba a reducir el costo de mantenimiento de la mano deobra esclava durante la vigencia del sistema esclavista, yabolida la esclavitud permita a los nuevos libres sobrevi-vir en condiciones de menor esfuerzo.

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    Lacou21 (o lakou) es el nombre dado a estos espacios

    para el cultivo de productos agrcolas destinados a lasubsistencia. El lacou de la parte oeste de la isla tenala misma funcin que el conuco de la parte del este.

    Tomando la descripcin que hace el historiador haitia-no Bastien Rmy, veamos los diferentes significadosque adopta la palabra lacouen francs y en creole hai-tiano, para llegar al significado que nos interesa y queest relacionado con el de conuco en la parte este de

    la isla de Santo Domingo.

    Lacou es la contraccin de las palabras francesas lacour (el patio). Por otra parte lacouconserv tambin encriollo el sentido de el patio. En Hait, sin embargo,esta palabra lacouse utiliza en varias acepciones. Cadacasa, por ejemplo, tiene su lacou, ya que est situadaen la ciudad o el campo. En este ltimo caso, el lacou

    designa la porcin de terreno que ha permanecido noconstruido despus de la construccin de la casa. Enlas ciudades, se tiende a llamar jardn la parte que seextiende entre la casa y la calle, y lacou la parte situa-da detrs de la casa, all donde se encuentran la coci-na, las habitaciones de los criados y otras dependen-cias. En el medio rural, lacou tiene un sentido msgeneral, y jardn toma ms bien el sentido de campocultivado. Por otra parte, y es en este sentido que nosinteresa aqu, la palabra lacou sirve para designar unconjunto de viviendas ocupadas, por regla general, poruna nica familia. No debemos olvidar que en las ciu-

    21 Garca-Pelayo y Gross, Ramn y Jean Testas. Larousse diccionariogeneral espaol-francs, francais-espagnol. Espaa: Ediciones

    Larousse, 1992. Definiciones: Cour. F. Patio de una casa (dunemaison). Corral: de una hacienda (dune farme), p. 186. Jardn: jardn de flores, huerto (potager); jardin frutier ou verger es elhuerto o vergel; jardin potager es el huerto o la huerta, p. 411.Patio: tiene el mismo significado que en espaol, p. 511.

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    dades significa an la misma cosa: en los barrios po-

    bres, casuchas agrupadas pertenecientes a un mismopropietario son designadas por el trmino lacou.22

    Analicemos los diversos significados dados a la palabralacouen la parte oeste de la isla, tanto en el campo comoen las ciudades, en la actualidad y en sus orgenes.

    En primer lugar, el significado general de la palabra

    lacou es el de patio, lo cual nos trae la idea de laparte trasera de la vivienda, diferenciada de la partedelantera o frente de la casa denominada jardn. Elconcepto de jardn hasta nuestros das tiene una fi-nalidad esttica, donde suele cultivarse flores y colo-car adornos que embellecen y hacen agradable la en-trada de la casa. El patio, la parte localizada detrs

    22 Bastien, Rmy. Le Paysan Haitien Et Sa Famille. [El campesinohaitiano y su familia]. 1re. ed., Presentation Andr-Marcel dAns.Paris: Karthala, 1985. p. 44. Vase el Cap. 2, El habitat rural: ellacou, pp. 43-54. Nota: De esta obra, publicada originalmente enespaol (dition originale: La familia rural haitiana, Valle de Marbial,ditions Libra, Mxico, 1951), hemos tenido acceso a su traduc-cin en la lengua francesa. La traduccin es nuestra (BR). El textooriginal es el siguiente: Lacouest la contraction des mots franaisla cour. Dailleurs lacou a galement conserv en crole le sensde cour. En Hati, cependant, ce mot lacouest utilis dans plusieursacceptions. Chaque maison, par exemple, a son lacou, quelle soitsitue en ville ou la campagne. Dans ce dernier cas, le lacoudsigne la portion de terrain rest non bti aprs la constructionde la maison. Dans les villes, on a tendance appeler jardin lapartie qui stend entre la maison et la rue, et lacou la partiesitue derrire la maison, l o se trouvent la cousine, leschambres des domestiques et autres dpendances. En milieu ru-ral, lacoua un sens plus gnral, et jardin prend plutt le sens dechamp cultiv. Par ailleurs, et cest dans ce sens quil nous

    intresse ici, le mot lacousert dsigner un ensemble dhabitationsoccupes, en rgle gnrale, par une seule famille. Nous ne devonspas oublier que dans les villes il signifie encore la mme chose:dans les quartiers pauvres, des cahutes groups appartenant unmme propritaire son dsignes par le terme lacou.

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    de la casa, suele utilizarse para plantar frutales y

    vegetales que son empleados para la alimentacin dela familia.

    En segundo lugar, la palabra lacou designa la porcinde terreno que ha permanecido no construido despusde la construccin de la casa , lo cual implica que tan-to el jardn (la parte delantera) como el patio (laparte trasera) estn incluidas en la palabra.

    En tercer lugar, en el medio rural, lacou tiene un sen-tido ms general, y jardn toma ms bien el sentido decampo cultivado, es decir, el sentido de conuco de laparte este de la isla, dado que no se trata de una plan-tacin que implica una extensa superficie de tierra,sino que est restringido a un rea relativamente pe-quea para el cultivo de bienes de subsistencia.

    En cuarto lugar, la palabra lacousirve para designar unconjunto de viviendas ocupadas, por regla general, poruna nica familia. Este significado se explica a partirde la poca en que se encontraba vigente en la partedel oeste el sistema esclavista, donde la dotacin deesclavos era considerada por el propietario de esclavos

    y los gerentes de las plantaciones como una sola cosa,como instrumentos o utensilios que se empleaban parala produccin, al igual que una piara de cerdos, unamanada de caballos o ganado vacuno. En las plantacio-nes de Saint Domingue exista una parte del campo delas plantaciones que era cultivado para producir ali-mentos bsicos para la dotacin, es decir, para toda lafamilia de la plantacin que viva en el casero y en

    los barracones que alojaban a los esclavos.

    En quinto lugar, como una extensin del uso dado a lapalabra lacouen los tiempos del esclavismo, no debemos

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    olvidar que en las ciudades significa an la misma cosa:

    en los barrios pobres, casuchas agrupadas pertenecien-tes a un mismo propietario son designadas por el trmi-no lacou, con lo cual se perpeta de manera sutil unaimagen del agrupamiento humano que signific el case-ro y los barracones de las plantaciones esclavistas.

    2. Hato y habitacin

    2.1. El hato

    Cmo interpretaron o definieron lo que era un hatolos que vivieron en Santo Domingo espaol hasta elsiglo XIX? La construccin de una definicin a partirde las observaciones que se hacen de las caractersti-cas de esa unidad de produccin resulta importante

    para entender la lgica de la mentalidad de los espa-oles de la parte del este y de los franceses de la partedel oeste de la isla de Santo Domingo, principalmenteen los siglos XVIII y XIX.

    En la historia colonial de la isla Hispaniola aparececon una alta frecuencia el nombre de hato para refe-rirse a una unidad productiva que serva como base dela economa insular y que era fuente importante parala produccin de bienes para consumo ofertados tantoen el mercado internocomo para el mercado de expor-tacin. Las exportaciones permitan generar los ingre-sos para poder consumir los bienes manufacturadosimportados desde las metrpolis europeas. Los propie-tarios de los hatos eran conocidos con el nombre de

    hateros.

    En la colonia espaola de Santo Domingo, las hacien-das denominadas hatos eran propiedades dedicadas

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    principalmente a la produccin de ganado (con prepon-

    derancia del vacuno) y productos agrcolas.

    Los antroplogos J. Geffroy y Margaret Vsquez Geffroy,nos resumen el origen del hato en Santo Domingo:

    Brevemente, el sistema del hato naci del tipode uso y repartimiento de tierras promovido porla Corona espaola como se refleja en las cdu-

    las del siglo XVI relativas al uso y tenencia de latierra en las nuevas colonias y que en sentidogeneral estimulaba la colonizacin de las pose-siones espaolas en Amrica (Alburquerque,1961:13). Los colonizadores solicitaron el uso degrandes extensiones de tierra no poblada (rea-lenga). Bajo esta concesin el uso continuadode la tierra era lo que daba derecho al usuario.

    Las bases del sistema de explotacin desarrolla-do para estas grandes extensiones de tierra fue-ron la formacin de hatos o manadas de resesvacunas o de otro tipo y el cultivo de subsistenciade ciertos productos agrcolas bsicos que el pro-pietario del hato y su ayudante (esclavo o libre)mantenan diseminados en su posesin (Del Mon-te y Tejada, 1890, vol. 3: caps. I y II; pp. 96, 97,100 et Passim; Alburquerque, 1961: 12 ff.).23

    Ntese que el concepto de hato est asociado desdesus inicios en primer lugar por la existencia de gran-des extensiones de tierra no poblada en las que sedesarrollaban las manadas de reses vacunas o de otrotipo, y en segundo lugar por el cultivo de subsistencia

    23 Geffroy, John y Margaret. Influencia del sistema del hato en laorganizacin familiar del campesinado dominicano. EME-EME,Vol. III, No. 18. Mayo-Junio 1975. pp. 107-108.

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    de ciertos productos agrcolas bsicos que tanto el

    propietario del hato y su ayudante (esclavo o libre) man-tenan diseminados en su posesin.

    El conuco y el hato forman una pareja inseparable enla historia dominicana, hasta el punto que en los docu-mentos notariales de los siglos XVIII y XIX juegan unpapel de importancia en los inventarios y las cuentasde bienes que se realizaban con fines de herencias. De

    la existencia del conuco y su importancia nos dan cuen-ta John y Margaret Geffroy, cuando resaltan que:

    Los primeros documentos histricos de Santo Do-mingo indican que donde haba hatos se desarro-llaba una agricultura de subsistencia en pequeaescala mientras que la crianza de animales eracualquier cosa menos en pequea escala.24

    El historiador dominicano Fernando Prez Memn, unestudioso del tema de la esclavitud en Santo Domingo,nos refiere el hato dentro del contexto de las relacio-nes de produccin amo-esclavo, y tomando como refe-rencia a otros historiadores dominicanos (Roberto Cas-s, Rubn Sili) apunta lo siguiente:

    La estructura econmica del pas influy muchoen la configuracin de las relaciones esclavistasque llevaron a la dulzura del trato. En efecto, lanaturaleza de los hatos (amplias extensiones detierras), el trote del ganado en busca de agua ycomida, y las limitaciones de agotar las poten-cialidades productivas llev al amo a dar ciertas

    libertades al esclavo. As despus de terminadasus tareas ste se dedicaba a labores agrcolas

    24 Ibidem.

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    en terrenos del amo, el cual tambin permita

    que aquel trabajase en haciendas vecinas a cam-bio de una renta diaria. En las ciudades sus due-os les permitan realizar labores para otros acambio de un jornal. Pagadas sus rentas los es-clavos ahorraban con la finalidad de comprar sulibertad, ahorro denominadopeculio. Despus devarios aos de trabajo lograban al fin obtener,por el referido medio, su libertad.25

    Las tierras, el ganado y los conucos eran los elemen-tos del hato, los cuales eran trabajados por los escla-vos y el amo cuando ste estaba presente.

    2.2. La habitacin

    Como consecuencia de las llamadas devastaciones de1605 y 1606 de las partes norte, noroeste y oeste de laisla que fueron dirigidas por el gobernador Osorio, enla parte noroeste se fueron formando unidades produc-tivas dedicadas a obtener frutos de la tierra, as comopieles y carnes del ganado que vagaba en los montescon relativa abundancia. Estos asentamientos con ca-rcter de permanencia, eran llamados por los france-ses habitaciones y sus propietarios habitantes. De modo,que tanto el hato como la habitacin tenan una finali-dad comn: primero producir para el autoconsumo y elmercado interno, y en segundo lugar producir exce-dentes para el comercio exterior y obtener los recursospara adquirir las manufacturas importadas que se re-queran en el mercado interno.

    25 Prez Memn, Fernando. La iglesia y el negro esclavo. AnuarioAcademia de Ciencias de la Repblica Dominicana. No. 6, ao 1982.p. 219.

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    En la colonia francesa de Saint-Domingue las hacien-

    das denominadas habitaciones fueron propiedades de-dicadas principalmente a la produccin agrcola, demanera particular a la caa de azcar, el aguardientede caa llamado tafi o guildiverie,26 caf, cacao, ail,algodn y bija. Desde el punto de vista econmico, elmodo de operacin de las habitaciones puede definirsecomo una explotacin intensiva, donde el uso de susprincipales recursos (tierras y esclavos) estaba orien-

    tado hacia la produccin para la exportacin, maneja-dos con criterios capitalistas y racionales, por lo que larentabilidad de la explotacin era el norte que definasu funcionamiento.

    2.3. Hatos como habitaciones

    Puede establecerse que el nombre que adquiran lashaciendas dedicadas a la produccin entre los espao-les era el de hato y entre los franceses el de habita-cin. En las posesiones francesas del Caribe comoMartinica y Guadalupe, el nombre de las haciendas estambin el de habitacin. En las posesiones espaolasocurre lo mismo con respecto al hato. En los documen-tos coloniales relacionados con la isla de Santo Domin-go, el nombre de habitacin para referirse a la hacien-da o propiedad rural dedicada a la produccin, apareceen los perodos en que los franceses empiezan a esta-

    26 Moreau de Saint-Mry, M. L. E. Descripcin de la parte espaolade Santo Domingo. p. 407. El traductor C. Armando Rodrguezseala la siguiente nota: La guildiviere es la industria para fabricar

    el tafi, el clairen, el ron, el aguardiante extrados del jugo de la caa.Es lo mismo que decir alambique. El tafi es un alcohol producido por

    destilacin de las melazas, las heces del azcar. El tafi rectificado

    se convierte en ron. El clairen, es el mismo alcohol de menor gradua-

    cin. El arac, arak, arach, arack es el mismo aguardiente.

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    blecerse en las posesiones espaolas. Los hatos y las

    habitaciones solan identificarse generalmente con elnombre del propietario o del lugar donde estaba locali-zado como una manera de individualizarlos.

    En los protocolos notariales de los archivos colonialesde Santo Domingo (por ejemplo en el Archivo Real delSeibo) el nombre de habitacin y habitantes para refe-rirse a la propiedad y a los propietarios, aparece en

    documentos que fueron hechos a partir de la llamadaEra de Francia (1795-1809) por causa del Tratado deBasilea en 1795, pasando por el perodo de la ocupa-cin haitiana (1822-1844) hasta aos despus de laIndependencia de la Repblica Dominicana.

    2.4. El hato segn Daniel Lescallier en 1764

    Los viajeros que pasaron por Santo Domingo espaolen los siglos XVIII y XIX dejaron descripciones intere-santes sobre los hatos y la vida que llevaban los hate-ros, sus relaciones con los esclavos y los ajuares queposean. Daniel Lescallier, un ingeniero francs quevisit la parte este de la colonia de Santo Domingo en1764 nos da una descripcin de los hatos:

    Los habitantes de la ciudad de Santo Domingono se dedican al comercio ni conocen la agricul-tura. Sin embargo, todos tienen viviendas. Lamayora de sus tierras est compuesta de hatosdonde mantienen muchos bueyes, pltanos y al-gn cacao, de los cuales cada particular apenas

    saca lo necesario para su propio consumo. Encuanto a los bueyes, no rinden mucho en SantoDomingo. Se puede adquirir el buey ms hermosopor 4 piastras. Apenas los ricos comen pan. La

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    mayor parte de ellos se alimentan de cazabe, pl-

    tanos y carne. En los alrededores se encuentranalgunos ingenios languidecientes y de los cualessalen muy pocas exportaciones.27

    A partir de las observaciones hechas por Lescallier enel ao 1764, el hato queda definido como las tierrasdonde se mantienen muchos bueyes, y se cultivan pro-ductos agrcolas para el autoconsumo tales como pl-

    tanos y algn cacao. De modo que el principal productodel hato es el ganado, principalmente vacuno y comoproductos secundarios algunos productos agrcolas parala dieta diaria.

    El concepto de hato de Lescallier puede extenderse atoda la parte este de la isla de Santo Domingo, ya queeste viajero francs recorri gran parte del territorio

    reconocindolo con detalles de lugares y distancias,segn sus informes. En su reporte Itinerario desde San-to Domingo a Cap-Franais y desde esta ciudad hasta el l-

    mite de San Rafael pasando por Azua y San Juan, 75

    leguas(1764),28 narra da por da como en diez jornadasrealiz en el ao 1764, el viaje desde Santo Domingoen la parte este hasta la ciudad de Cabo Francs, cru-zando ros, arroyos, montaas, sabanas, pernoctandoen hatos, y contemplando la naturaleza y las propieda-des de los hateros.

    Lescallier da cuenta de otro viaje en su reporte titula-do Itinerario desde el ro Masacre a Santo Domingo por San-

    27 Lescallier, Daniel. Nociones sobre los principales lugares de la

    colonia espaola por un ingeniero francs que la visit en 1764.En Rodrguez Demorizi, Emilio. Viajeros de Francia en Santo Domin-go. 1ra. ed., XIV. Santo Domingo: Sociedad Dominicana de Geo-grafa, 1979. p. 15.

    28 Ibid., pp. 47-59.

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    tiago, La Vega y Cotu, 64 leguas (1764),29 en el cual

    detalla el camino seguido durante siete jornadas, re-corriendo entre 7 y 8 leguas por jornada (entre 28 y 32kilmetros diarios) para un total de 64 leguas en lassiete jornadas (unos 258 kilmetros en una semana).Entre otros hatos, pasa por el hato de don Luis de Ten-de, por la Sabana de Jcuba (p. 61), hato de Renchade-ro, a una legua del ro Guayubn (p. 63), Hato Mayoren Santiago (p. 66), Hato de Cevicos (p. 69), Hato Saba-

    na de Don Juan (p. 70); Hato de San Pedro, Hato de laGuita y Hato de la Luisa (p. 71).

    Al sealar Lescallier que no se dedican al comercio niconocen la agricultura queda claro que no se explota-ba la tierra en la parte del Santo Domingo espaol queobservaba, de la misma manera que los franceses lohacan en la parte oeste, es decir, no exista una agri-

    cultura organizada, orientada hacia los mercados deexportacin como la tena Saint-Domingue. La produc-cin agrcola del hato estaba limitada a algunos pro-ductos, tales como pltanos y algn cacao, de los cua-les cada particular apenas saca lo necesario para supropio consumo. La confirmacin de la produccin ha-tera se manifiesta con el detalle de los principales pro-ductos que servan para la alimentacin de la mayorparte de la poblacin: cazabe, pltanos y carne. Deestos productos de la dieta diaria, slo el cazabe reque-ra de un proceso de produccin que resultaba bastanteartesanal y que era una herencia de los indgenas quepoblaron la isla cuando los espaoles la descubrieron.

    La observacin sobre los habitantes de la ciudad que

    no se dedican al comercio significa en este contextoque al no tener excedentes importantes en la produc-

    29 Ibid., pp. 61-75.

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    cin de los hatos, el volumen del intercambio en el

    mercado era poco significativo. El escaso o casi nulointercambio con el exterior queda manifiesto cuandoLescallier observa que en los alrededores se encuen-tran algunos ingenios languidecientes y de los cualessalen muy pocas exportaciones, lo que confirma el ais-lamiento de la parte este de Santo Domingo con losmercados internacionales.

    Se ven tambin varias plantaciones de cacao bas-tante hermosas y recientemente establecidas poralgunos fugitivos franceses. El terreno de toda lallanura de Santo Domingo es, por lo general, bue-no, pero le hacen falta hombres e industrias. To-dava todo es aqu bosque o sabana hasta el piede las murallas de la ciudad, sin un jardn ni lamenor legumbre. No hay ni siquiera un mercado

    en esta ciudad, la capital ms antigua de Amri-ca. Las pocas caas que se ven en las viviendasson muy lozanas y llenas de jugo. El cacao estambin muy bello y de la mejor calidad, dndo-se todo casi sin cultivo, prueba cierta de la granfertilidad del terreno.30

    Lescallier seala como las plantaciones de cacao que

    observa son bastante hermosas y recientemente esta-blecidas por algunos fugitivos franceses. Este detallesirve para diferenciar la laboriosidad, dedicacin e in-genio de los franceses con respecto a los espaoles, locual es comn entre los viajeros y cronistas franceses(v. gr. Lemonnier-Delafosse, Moreau de Saint-Mry),quienes destacan la dejadez, vagancia e indiferenciade los residentes en el lado este de la isla de Santo

    Domingo versus la capacidad de trabajo e iniciativa delos colonos franceses.

    30 Ibid., pp. 15-16.

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    Las notas de Lescallier revelan a un hombre con una

    visin de negocios clara para cualquier poca, al ponerde manifiesto en su anlisis los recursos existentes:del terreno dice que es bueno y de gran fertilidad; delpotencial de explotacin dice que todo es aqu bosqueo sabana hasta el pie de las murallas de la ciudad, sinun jardn ni la menor legumbre, indicando que no hasido cultivado y que an son vrgenes, desaprovechn-dose el recurso tierra donde no se cultiva un jardn ni

    la menor legumbre. Slo trabajo y voluntad faltaba enla visin de Daniel Lescallier para hacer prosperar laparte este de la isla de Santo Domingo, porque la natu-raleza aportaba generosamente su parte, en una tierradonde las pocas caas que se ven en las viviendas sonmuy lozanas y llenas de jugo y donde el cacao estambin muy bello y de la mejor calidad, dndose todocasi sin cultivo, prueba cierta de la gran fertilidad del

    terreno. La diferencia entre la miseria de la parteeste y la prosperidad de la parte oeste estaba dada porel hombre y sus ambiciones, por su iniciativa y capaci-dad para explotar la tierra y a los esclavos que la tra-bajaban, por el deseo de generar las ganancias y au-mentar el capital.

    La falta de dinmica del comercio la deja clara cuandoseala que no hay ni siquiera un mercado en estaciudad, la capital ms antigua de Amrica, como quienle enrostra la vergenza de no haber sabido mantenercon el trabajo, la produccin y el comercio la primacacomo ciudad del Nuevo Mundo.

    2.5. El hato segn Albert en 1795

    Otro de los viajeros que pas por la parte este de SantoDomingo y report su viaje es Albert, quien en su Rese-

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    a topogrfica de la parte de la isla de Santo Domingo habi-

    tada por los espaoles,

    31

    escrito por el ao 1795, da cuen-ta de la razn de su reporte:

    Puesto que un verdadero ciudadano nunca esindiferente a los intereses de su Patria, heaprovechado el tiempo de mi estada en Fort-Dau-phin para recabar de los espaoles cultos algunosinformes tocantes a la parte de Santo Domingo

    que el Rey de Espaa acaba de ceder a la Rep-blica.32

    Este informe est basado en opiniones de espaolescultos, por lo que no se trata de un viaje realizado poreste viajero hacia la parte del este, como Lescallier oMoreau de Saint-Mry (quien public en 1796 su obrasobre la parte este de la isla). Este informe tiene vali-

    dez como encuesta informal hecha por Albert, y comoelemento de referencia para comparar con otras fuen-tes documentadas formalmente en la poca. La pobla-cin la establece entre 100,000 y 125,000 almas decla-rando que toma la referencia Snchez Valverde yanotando que los africanos hasta ahora esclavos, ycasi constituyen la sptima parte del total,33 de lo quese deduce que la poblacin esclava estaba entre 14,000

    y 18,800 individuos. Aunque el enfoque del reporte estorientado a los aspectos militares, la referencia al hatocomo sustento de la economa de la parte este sale arelucir.

    31 Albert, D. M. M. Resea topogrfica de la parte de la isla deSanto Domingo habitada por los espaoles. En Rodrguez

    Demorizi, Emilio. Viajeros de Francia en Santo Domingo. 1ra.

    ed.,XIV. Santo Domingo: Sociedad Dominicana de Geografa, 1979.pp. 77-87.

    32 Ibid., pp. 77.33 Ibid., pp. 78.

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    Toda la esplndida llanura de Santo Domingo,

    en vez de ser aprovechada para la agricultura,est cubierta en gran parte por hatos, que, des-de hace cuatro o cinco aos, es decir, desde lasdesgracias de la parte francesa de Santo Domin-go, han propiciado algunas plantaciones de az-car, caf y cacao, pero en mdica cantidad, porser la tierra de esta zona surea poco frtil, ge-neralmente hablando.34

    Deja ver claro esta cita la preferencia del hato sobrelas plantaciones, es decir del ganado sobre la agricul-tura. Los emigrantes franceses de Saint-Domingue porcausa de las desgracias de la parte francesa de SantoDomingo, es decir, por las revueltas de los negros es-clavos que se dieron a partir del ao 1791, son los quea partir de su experiencia como colonos han propicia-

    do algunas plantaciones de azcar, caf y cacao, tra-tando de implantar el modelo de explotacin francsusado en la agricultura de Saint-Domingue. Estos co-lonos refugiados de la parte oeste no compitieron conlos hateros que se mantenan enfocados en el ganado,actividad principal de la parte del este, en todos loslugares importantes.

    Refirindose a Azua seala: Su poblacin es exigua ymuy pobre, teniendo como nico bien y ocupacin elcuidado de ganados que cra tierra adentro.35 Con res-pecto a Puerto Plata escribe: Puerto Plata es una pe-quea ciudad en la parte Norte. Sus cultivos redcen-se a algunos vveres; su comercio a ganado.36 Conrespecto a Cotu seala: Cotu es un pequeo poblado

    sumamente pobre, aunque colinda con el feraz territo-34 Ibid., p. 79.35 Ibid., pp. 79-80.36 Ibid., p. 81.

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    rio de La Vega. Tiene abandonada la agricultura, dedi-

    cndose por entero al comercio de animales.

    37

    Llama la atencin el contraste que presenta sobre lospueblos del sureste de la parte de habla espaola conrespecto a los de la parte suroeste en lo que se relacio-na con la abundancia del ganado.

    Para los pueblos del sureste seala: Al este de Santo

    Domingo se encuentran los pequeos pueblos de Mon-te Plata, Higey, Boy, Bayaguana y El Seibo, todosmuy pobres. Las inmensas sabanas que los rodean noson tan abundantes en ganado como las otras.38

    Para los pueblos del suroeste dice:

    Muy en el interior de la tierra se encuentra San

    Juan de la Maguana, ciudad bastante importan-te. Sus llanuras son las ms abundosas de todala Isla en animales, como bueyes, caballos, mu-los, etc. Las parroquias de Neyba, Bnica e Hin-cha son de menos importancia y muy poco pobla-das. La agricultura es casi nula en ellas.39

    La abundancia de ganado en el suroeste le daba unamayor importancia econmica a la zona por su cerca-na con el mercado natural del este de Santo Domingoque era Saint-Domingue. San Juan de la Maguana erael camino obligado de la carne que serva de alimentoa la poblacin negra que trabajaba en las plantacionesde Saint-Domingue, y no solo serva como centro deproduccin de ganado sino tambin como centro de aco-

    37 Ibid., p. 84.38 Ibid., p. 82.39 Ibid., pp. 82-83.

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    pio del ganado que provena del suroeste y sureste de

    la parte espaola de la isla. De nuevo la preponderan-cia del ganado y la casi nulidad de la agricultura serepeta como en casi toda la parte del este.

    Albert, a diferencia de otros viajeros y autores france-ses, resalta los aspectos positivos de los colonos espa-oles y el rol negativo jugado por la corona espaolacargando a sus colonos con impuestos, imponindoles

    su monopolio e impidindoles el comercio libre.

    El carcter de los colonos espaoles es, gene-ralmente, bueno. Son sobrios, pacientes, hospi-talarios, y, ms que nada, muy devotos; tambinaguerridos y valientes cuando se trata de defen-der su pas. Si no son ingeniosos, es por falta deacicate o por tantas trabas y vejaciones como el

    gobierno espaol les ha puesto, cuya poltica hasido siempre la de mantenerlos en un estado deindigencia y miseria, al parecer hecho a propsi-to, para alejar de sus puertos a las naciones co-merciantes.40

    Albert hace referencia, aunque con fecha errnea, alas devastaciones del gobernador Osorio ocurridas enlos aos 1605-1606, como extremo a que lleg esteespritu infernal de la Corte de Madrid para arrasarlas ciudades del norte slo porque su comercio, comoel oficio y actividad de sus habitantes atraan a losvecinos, provocando en ellos la codicia de un pas que,efectivamente, hoy sera preferible al Per, si hubiesepertenecido desde mucho tiempo atrs a la Nacin fran-

    cesa.41

    40 Ibid., p. 84.41 Ibid., p. 84.

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    Los espaoles cultos que sirvieron como informantes

    al francs Albert, le revelaron la verdad histrica quean hoy sigue vigente con respecto a la avaricia, aban-dono e indiferencia de la corona espaola con respectoal Santo Domingo espaol desde el siglo XVII.

    2.6. El hato segn Moreau de Saint-Mry en 1796

    Moreau de Saint-Mry escribe con respecto a los hatosque son una clase de establecimientos que es al mis-mo tiempo de lo ms comn, lo ms til y lo ms anlo-go con la costumbre y con el carcter de esos mismoscolonos: me refiero a los hatos.42

    De inmediato pasa a definir ese establecimiento lla-mado hato, refiriendo caractersticas que le son pro-

    pias y que le proporcionan una identidad particular.

    El hato es una especie de yeguada, destinadapara la cra de los animales, y se distinguen enla parte espaola con el epteto o sobrenombresacado de la especie animal que es el objeto prin-cipal del hato. Y as se dice una hato de bestiascaballares, un hato de reses vacunas, y por fin,se llama corral, palabra que significa cercado,parque, el lugar destinado a la crianza exclusivade los cerdos.43

    Veamos en detalles las caractersticas que seala Mo-reau de Saint-Mry en los prrafos citados. Qu signi-fica el hato es una especie de yeguada?. Una yeguada

    42 Moreau de Saint-Mry, M. L. E. Descripcin de la parte espaola deSanto Domingo. p. 99.

    43 Ibidem.

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    se define como una piara o manada de caballos,44 y

    piara a su vez se define como manada de cerdos o deotros animales.45 En principio el hato es un estable-cimiento, es decir, una empresa o lugar donde seejerce un comercio o profesin,46 relacionado con ani-males en sentido general, y en particular con bestiascaballares (caballos y yeguas, burros y burras, mulos ymulas), reses vacunas (vacas, toros, bueyes), caprinos(chivos y chivas), ovejuno (ovejas y ovejos) y cerdos. De

    donde se desprende que el concepto del lugar llamadohato est asociado en principio con la crianza de ani-males.

    En Santo Domingo, como seala Moreau de Saint-Mry,lo comn era el hato y se reservaba el nombre de co-rral para el lugar destinado a la crianza exclusiva delos cerdos, con lo cual se deja claro que no se denomi-

    naba hato al lugar donde se criaba exclusivamente cer-dos sino que reciba el nombre de corral. La palabracorral se define como sitio cerrado y descubierto en lascasas o en el campo y en Cuba se entiende que es unahacienda pequea.47 En Santo Domingo, como sealaMoreau de Saint-Mry, lo comn era el hato y dentro deeste poda tenerse un corral para la crianza de cerdos.

    La justificacin del hato como unidad productiva tieneconforme a Moreau de Saint-Mry al menos dos ver-tientes importantes: una de subsistencia o consumodel hatero y sus dependientes (carne y cueros), y laotra econmica o de negocios (venta de animales, sucarne o su cuero).

    44 Garca-Pelayo y Gross, R. (1991). Pequeo Larousse Ilustrado1991(15a./5a. Impresin ed.). Mxico: Ediciones Larousse. p. 1079.45 Ibid., p. 801.46 Ibid., p. 454.47 Ibid., p. 278.

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    Qu sera, pues, si esos infortunados colonos (ha-

    teros) no tuvieran en la crianza de sus animales,por muy penosa que sea, la fuente menos precariapara su subsistencia? Esta crianza es el objeto casinico de su comercio, porque la parte francesa con-sume una gran cantidad de animales que ella saca,casi en su totalidad, de la parte espaola.48

    La especializacin de Santo Domingo este en la pro-

    duccin de animales para la venta a la parte del oeste,Saint-Domingue, es reconocida como una realidad his-trica por Moreau de Saint-Mry:

    Por una negligencia inexcusable y que se hahecho casi imposible de reparar, la colonia france-sa nunca ha tenido sino algunos hatos pequeos, ydesde hace ms de un siglo, que se encuentra

    bajo una dependencia absoluta de sus vecinos, alo menos en lo que se refiere a sus carniceras,que son provistas de bueyes espaoles. Por esoes que la vista de los colonos, nuestros vecinos,est siempre dirigida hacia este trfico tan lu-crativo para ellos.49

    Ms de un siglo de produccin en las habitaciones deloeste de la isla por colonos franceses haban hecho deSaint-Domingue la colonia que en el mundo aportabamayor riqueza a su metrpoli, y la parte del este sehaba especializado en suministrar la carne que ali-mentaba a los negros que aportaban su fuerza de tra-bajo para la produccin esclavista. Los negros mante-nan la produccin en movimiento para enriquecer a

    los capitalistas de la metrpoli y la carne del este era

    48 Moreau de Saint-Mry, M. L. E., Ob. Cit., p. 105.49 Ibidem.

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    parte del alimento que permita que los negros se man-

    tuvieran vivos para soportar la carga del trabajo de unaproduccin continua.

    Moreau de Saint-Mry, quien public su Descripcin to-pogrfica y poltica de la parte espaola de la isla de Santo

    Domingo50 en 1796, al ao siguiente del Tratado de Ba-silea, sealaba con respecto al cuidado de los hatos ysus deficiencias como unidades de produccin en ma-

    nos de los propietarios espaoles (criollos o peninsula-res) lo siguiente:

    Actualmente casi todos los hatos se confa alcuidado de un negro condecorado con el ttulo deMayoral y todo el mundo sabe que su nico cui-dado es ganar lo suficiente para comprarse, yque otros dos o tres esclavos colocados a sus r-

    denes, son insuficientes para que la crianza delos animales sea verdaderamente provechosa.51

    En Moreau de Saint-Mry podemos encontrar explica-ciones sobre el origen de los hatos en la colonia espa-ola, del rol que jugaron en el mantenimiento de lashabitaciones de la colonia francesa y de la relacinsimbitica entre el hato y la habitacin. Escribe Mo-reau de Saint-Mry: La relacin mayor que subsisteentre las dos colonias, la que sirve ms tilmente tan-to a una como a otra, es el comercio de ganado.52

    El ganado existente en la parte oeste se fue agotandocomo consecuencia del aumento del nmero de habi-

    50 Ibidem. Vase en esta traduccin de C. Armando Rodrguez lareproduccin del facsmile de la hoja de presentacin de la pri-mera edicin en francs de 1796. (BR).

    51 Ibid., p. 405.52 Ibid., p. 360.

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    taciones en la colonia francesa que producan bienes

    agrcolas para la exportacin. La produccin agrcolapara exportacin era ms rentable que la produccinde carnes y pieles, y teniendo un abastecedor de car-nes en la parte del este con precios relativos muchomenores que los que produca la tasa de ganancia delos productos agrcolas de las habitaciones, era lgicopues que la salida fuera la compra de ganado del este,la importacin de este bien relativamente ms barato.

    Se fueron consolidando pequeas habitaciones en ha-bitaciones ms grandes, y los pequeos propietarios quevendan sus propiedades se fueron internando hacia elinterior, en un desplazamiento continuo desde las cos-tas de la colonia francesa hacia su interior, en un pro-ceso que se inici en el siglo XVII. Moreau de Saint-Mry nos ayuda a entender el proceso:

    Se vio varias pequeas propiedades reunirse enuna sola mano para formar esas industrias; y elcultivador que haba vendido su terreno, llev suindustria a la segunda, a la tercera, a la cuartafaja o piso, y as sucesivamente hasta los puntosms interiores de la colonia. En este detalle, enel que comprendo rpidamente los progresos dela colonia francesa hasta el final del siglo XVII,debo agregar que la necesidad de vveres para sumantenimiento se haca sentir. Haba todavaanimales salvajes, pero stos se alejaban tantoms cuanto el hombre invada mayor cantidadde terrenos, y se cazaban tanto menos cuanto elnmero de cazadores iba disminuyendo.53

    Una razn econmica es la raz de lo que podramosdenominar la especializacin de las colonias, incli-

    53 Ibid., pp. 361-362.

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    nndose la balanza de la parte francesa hacia la pro-

    duccin agrcola para la exportacin, y la de la parteespaola hacia la produccin para satisfacer la necesi-dad de vveres de la parte francesa, y de modo particu-lar la produccin de carne para la mano de obra quemova las habitaciones de la colonia francesa.

    En fin, en 1685 se recurra ya a los espaoles,quienes, convertidos en pastores por necesidad y

    por una fuerte indolencia de carcter, tenanhatos, cuyos productos venan a vender a los fran-ceses. Se comprendi naturalmente que si lacrianza de animales era lucrativa para los espa-oles, los franceses podran ocuparse tambinen ella con provecho; se comenz, pues, a formarhatos, con tanto mayor motivo, cuanto que losespaoles mismos exterminaban los animales de

    nuestras cercanas para alejar a los cazadores.54

    La razn por la cual a pesar de las diferencias entrefranceses y espaoles en las colonias de la isla de SantoDomingo se mantiene una relacin continua subyaceen motivaciones econmicas: el intercambio se da por-que las ganancias marginales que da la especializa-cin a los propietarios de la colonia francesa los favo-rece, y porque la incapacidad de los propietarios de laparte espaola para vincularse con el mercado mun-dial en gran escala encuentra solucin en el inter-cambio con sus vecinos. Una ventaja mutua justifica laespecializacin y el comercio.

    Para abstenerse de la ayuda de los espaoles,

    hubiera sido necesario multiplicar los hatos, peropara resistir a los espaoles era necesario mul-

    54 Ibid., p. 362.

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    tiplicar los habitantes, lo que no se conciliaba

    con el sistema de los hatos que supone grandessuperficies de terreno donde slo hay ganados.Los hatos fueron casi sacrificados con el partidoque se tom, cuando, por una ordenanza del 21de junio de 1711, los administradores concedie-ron para la agricultura, todos los terrenos desdela Limonada hasta el ro del Rebouc. En verdadlas sabanas fueron reservadas para los hatos, pero

    esta reserva anunciaba que ellos no tenan lapreferencia, y ya he dicho que entonces la com-paracin con los productos de una fbrica de az-car o de una plantacin de ail no excitaba adarle la preferencia a los productos de las piarasde ganado caballar.55

    La vocacin por el monopolio que mostraba Espaa es-

    taba entre las causas del atraso de su colonia. La faltade apertura hacia el libre comercio estimulaba el con-trabando y la prdida de control sobre las actividadesde negocios de los pobladores de la colonia espaola.

    Ninguna potencia fue nunca tan celosa comoEspaa, de conservar su propio comercio y poreso hago ver que jams hubo ninguna que llevaratan lejos las precauciones contra todo comercioextranjero en las colonias. Casi en el momentodel descubrimiento de Amrica, Espaa se apre-sur a concentrar el comercio en un solo lugar yese fue el origen de la casa de contratacin deSevilla, porque fue esta ciudad la que obtuvo esainmensa ventaja.56

    55 Ibid., pp. 366-367.56 Ibid., pp. 380-381.

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    Pero las necesidades individuales sumadas resultan ser

    una parte importante de las necesidades colectivas, ylos pobladores de la colonia espaola necesitaban demanufacturas que Espaa no poda proporcionarle en elmomento que las requeran, a precios adecuados y enlas cantidades y calidades deseadas. El intercambio conla colonia francesa facilitaba esas particularidades dela demanda potencial de la colonia espaola. Es, sobretodo, de la colonia francesa limtrofe, de donde los colo-

    nos recibieron la mayor parte de lo que les era necesa-rio, y el abasto de los ganados era un medio de cambioasegurado y muy conveniente a las dos partes.57

    De tal modo, el ganado se convirti en el medio paraobtener los pobladores del Santo Domingo espaol losproductos que requeran para subsistir y mejorar suscondiciones de vida, a travs del intercambio con los

    pobladores del Santo Domingo francs. Moreau de Saint-Mry refiere que:

    Santo Domingo continu languideciendo, cuan-do en 1771, el seor conde de Solano, entoncescapitn general de Caracas fue nombrado presi-dente de Santo Domingo. Slo exista un medio yera impedir que los espaoles empleasen (comose vena haciendo desde haca casi un siglo) enla parte francesa, el producto de los animalesque se vendan all, en mercancas de Europa,tales como telas de lana o seda, o de hilo y algo-dn, vino, harina, merceras, sombreros, sede-ras y otros objetos tiles, sea como alimentos ocomo vestidos; y el seor Solano resolvi publicar

    una prohibicin a todos los espaoles, so pena deprisin, de llevar a la parte francesa animales y

    57 Moreau de Saint-Mry, M. L. E. Ob. Cit., p. 381.

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    de traer de all mercancas. Impuso a los colonos

    la ley de obtener de l un permiso para venderesos animales, lo que no podra efectuarse sinoen la colonia espaola, adonde el comprador ven-dra con dinero efectivo nicamente.58

    Pero una ley no poda cortar de tajo una prctica con-solidada a lo largo de muchas dcadas, y el comerciolegitimado por la prctica consuetudinaria se transfor-

    ma por efecto de una ley en un comercio intrlope,ilegal pero legitimado en la conciencia de los hateros.

    2.7. El hato segn Vincent en 1797

    Vincent, un militar francs, en un informe denomina-do Reconocimiento militar de las cuatro comunes de Daja-

    bn, Santiago, Puerto Plata y Monte Christi, se refiere adetalles asociados con la vida del hato, el hatero y susesclavos, que vale la pena citar, reflexionar y analizaren sus componentes claves.

    La mayora de los habitantes de la parte espa-ola son, en efecto, hateros o propietarios pocoricos, los cuales no tienen ms que un pequeonmero de negros con quienes comparten penas

    y alegras en sus trabajos comunes. Es sobradaverdad decir que ya slo queda entre ellos la pa-labra esclavitud. Pero esta palabra representatodava un peso enorme a los ojos tanto del amocomo del esclavo. Ello hace que este ltimo, im-pulsado y constreido al hbito de la labor coti-

    diana, ejecute con precisin y aparente buenavoluntad lo que su amo, hombre sumamente bru-

    58 Moreau de Saint-Mry, M. L. E. Ob. Cit., p. 382.

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    tal, no dejara de exigirle por la fuerza, si dudase

    un instante de su sumisin. Este celo del siervoen toda ocasin hace que el salvaje hatero que legobierna, comparta con l sus trabajos. Ms tam-bin se los hara ejecutar, hierro en mano, siviese disminuir su imperio sobre un ser que sloacept en razn de la mayor utilidad de sus ser-vicios, y sobre el cual no vacila que tiene dere-cho a disponer lo mismo que de otro cualquier

    animal de su hato que l un da compr.59

    El hato como unidad de produccin era la forma predo-minante en el Santo Domingo espaol al final del sigloXVIII, y esta forma de organizacin de la produccin semantuvo hasta el final de los perodos coloniales (Es-paa Boba) y gran parte del siglo XIX. En sentido am-plio, los hateros eran propietarios poco ricos, disper-

    sos en un extenso territorio con una baja densidadpoblacional.

    En general, los hateros tenan un pequeo nmero denegros con quienes comparten penas y alegras en sustrabajos comunes. Esta afirmacin es vlida para mu-chos de los propietarios de hatos que vivan en ellos,pero para los que se encontraban ausentes porque es-taban en las ciudades o en otros pases esta no era larealidad vivida. El hatero promedio que resida en elhato s comparta con sus esclavos las penas y ale-gras en sus trabajos comunes en la vida diaria.

    Ante los ojos de un francs, colono o militar, acostum-brado a presenciar la crudeza de la esclavitud que se

    viva en la colonia francesa de Saint-Domingue, indu-dablemente que la forma de esclavitud en Santo Do-

    59 Ibid., p. 116.

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    mingo espaol resultaba una caricatura, por lo que re-

    sulta razonable que el militar Vincent concluyera queen el lado este de la isla, entre los espaoles y susesclavos, ya slo queda entre ellos la palabra esclavi-tud. En la parte del este la actividad hatera no de-mandaba la intensidad de explotacin de la mano deobra esclava que requera la plantacin francesa en laparte oeste, donde la vida media de un esclavo lleg aestimarse en no ms de siete aos en los momentos

    ms intensos de la explotacin esclavista.60

    Con una mayor o menor carga de trabajo, en el SantoDomingo espaol el esclavo segua siendo esclavo y sucondicin quedaba claramente establecida, sin dudas.Esta era la razn por la cual esta palabra representatodava un peso enorme a los ojos tanto del amo comodel esclavo, y con el apoyo de un marco legal que no

    dejaba lugar a dudas sobre las posiciones de amos yesclavos en la sociedad. La existencia de leyes, de unaparato represivo oficial y de la autoridad con que lasleyes investan al amo para preservar la propiedad de lacosa denominada esclavo, eran motivos suficientes parael respeto de las reglas de las relaciones esclavistas.

    Los castigos para el esclavo que se rebelaba tenan unpoder de persuasin determinante. El temor a la rudezadel amo y la gravedad de enfrentar a la justicia tenanun poder disuasivo abrumador; estas razones explicanporqu el esclavo impulsado y constreido al hbito dela labor cotidiana, estaba condicionado a ejecutar conprecisin y aparente buena voluntad lo que su amo, hom-bre sumamente brutal, no dejara de exigirle por la fuer-

    za, si dudase un instante de su sumisin.60 Cordero Michel, Emilio. La Revolucin Haitiana y Santo Domingo. 4ta.

    ed. Educacin y Sociedad, 2. Santo Domingo: Ediciones UAPA, 2000.p. 38. Citando a Frank Tannenbaum. Slave and Citizen, p. 36.

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    El amo y el esclavo estaban juntos, compartan las difi-

    cultades del trabajo diario, pero cada uno jugando supapel: el amo ordenaba, el esclavo obedeca. Juntospero separados; juntos por la utilidad que representa-ba el esclavo, separados por la distancia de la supe-rioridad y la subordinacin, porque si el esclavo no cum-pla los trabajos encomendados, el amo hatero tambinse los hara ejecutar, hierro en mano, si viese dismi-nuir su imperio sobre un ser que slo acept en razn

    de la mayor utilidad de sus servicios, y sobre el cual novacila que tiene derecho a disponer lo mismo que deotro cualquier animal de su hato que l un da compr.

    Vincent, quien era director de las fortificaciones delas islas de Sotavento,61 observ la parte del este conun criterio militar, pensando en consideraciones es-tratgicas de defensa y ataque para los lugares que

    visitaba, pero dej unas notables descripciones de larealidad social, econmica, poltica y religiosa de lapoca, as como de elementos que caracterizaban lapsicologa del dominicano, sus actitudes y conductas.

    El final del siglo XVII debi ser de puras angustias paralos pobladores de Santo Domingo espaol por la incer-tidumbre del cambio de manos de la colonia. Para 1797,los negros de Saint-Domingue ya disfrutaban de la li-bertad como consecuencia de la Revolucin Francesade 1789 y de las rebeliones de los negros que a partirde 1791 se iniciaron en Bois Caiman en el norte deSaint-Domingue y que se extendieron como plvora en-cendida en toda la colonia francesa del oeste. Vincentseala: Los hateros, aterrados al principio con el pro-

    yecto de unin, buscaron emigrar y vender incluso abajo precio lo que constitua toda su fortuna.62

    61 Vincent. En Rodrguez Demorizi, Emilio. Ob. Cit., pp. 135 y 160.62 Ibid., p. 125.

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    La incertidumbre provoc confusin y desesperacin

    entre los pobladores del este que buscaron emigrar yvender sus propiedades, y de esta situacin algunostomaron ventajas, entre ellos los ingleses, que conjun-tamente con Francia y Espaa estaban en el juego co-lonial. Vincent seala:

    Los ingleses, que han experimentado tanto, du-rante el presente conflicto blico, que el pueblo

    que tiene mucho dinero puede hacer la guerrapor medio de la corrupcin y convenir esta en unaprofesin para perjudicar a sus enemigos, no handejado de pagar a numerosos agentes secretos, alos cuales encargaban la misin de alarmar a losespaoles, obteniendo as la venta, a costo nfi-mo, de una gran cantidad de ganado, que ellostransportaban a sus posesiones, con grave detri-

    mento de esta Colonia de Santo Domingo.63

    El conocimiento del Tratado de Basilea en Santo Do-mingo espaol inaugura un perodo de desconcierto quese manifest con el deseo de liquidar los bienes que seposean y emigrar a otros lugares bajo la corona espa-ola como Cuba, Puerto Rico y Maracaibo en Tierra Fir-me. Este hecho contribuy a desarticular la economadel este ocasionando el descuido, venta y abandono delos hatos. Dice Vincent:

    Sea lo que sea, por encima de las diferentes cau-sas destructoras que han disminuido los hatos dela parte espaola, es natural que estos vayan pau-latinamente despoblndose, y que su estado haya

    venido a parar en tan poco hoy en da, que resulta

    63 Ibidem

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    imposible hacer transportamientos de alguna con-

    sideracin desde Dajabn a Santiago.

    64

    Es evidente que el nmero de hatos se haba reducido y que las diferentes causas destructoras a que serefiere fueron principalmente la rebelin de los negrosen Saint Domingue, el Tratado de Basilea y las gue-rras entre las potencias que tuvieron su escenario enla isla (Inglaterra, Espaa y Francia). Las monedas de

    oro y plata que circulaban en la parte del este eranguardadas por sus poseedores para llevarlas consigo alemigrar, lo que disminua la cantidad en circulacin yal escasear, dificultaban el intercambio comercial ams de incrementar su valor relativo.

    La suspensin del comercio de animales al reti-rar de la circulacin un numerario que era ex-

    traordinariamente precioso para todos, ha dadolugar a una molestia infinita para cualesquieraoperaciones mercantiles, entre individuo e indi-viduo. Todo est paralizado, y, en estos momen-tos, no se hace ningn tipo de negocio.65

    A ms de los fenmenos polticos y sociales que ocu-rrieron en el ltimo lustro del siglo XVIII en Santo Do-mingo espaol, Vincent nos da cuenta de un fenmenonatural que azot tambin la parte del este: la sequa.

    Debe aadirse, sin duda, a lo que hasta aquhemos dicho como contrario a una fcil unin(de las partes del este y oeste. BR), el obstculoresultante del estado de abatimiento del pas,

    que, esencialmente pobre, tanto por razn de lamala calidad del suelo, como por lo poco que se

    64 Ibidem.65 Ibidem.

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    le puede trabajar, ha visto perecer, merced a la

    sequa ms horrorosa, su principal rama de co-mercio, consistente en ganados, sobre todo asta-do. A tal punto llega esto, que el arrendamientodel diezmo de los animales, el cual se elev en1786 y 87 a 17.000 gourdes para las cuatro juris-dicciones de Monte Christi, Santiago, La Vega yPuerto Plata, es hoy reputado como uno de losingresos ms insignificantes. Esta sequa, pues,

    ha contribuido grandemente a la disminucin delos hatos.66

    Escasez de monedas (oro y plata) en circulacin, se-qua que mataba el ganado, rebeliones de los negros,huida de colonos blancos desde el oeste, guerras y tra-tados que alteraban la vida cotidiana, cambios de auto-ridades, temores, inseguridades, tal era la realidad

    imperante hacia el cierre del siglo XVIII en Santo Do-mingo espaol. El hato y la habitacin estaban conmo-cionados; las colonias francesas y espaolas estabanen crisis.

    En la sociedad hatera el derecho de propiedad sobre latierra de los lugares denominados sitios se expresa-ba en acciones valoradas en pesos fuertes. Vincentnos da una idea del tamao de las extensiones de loshatos cuando escribe lo siguiente:

    Mas para que los animales de un hato se multi-pliquen y prosperen, preciso es que estos salva-

    jes y tmidos habitantes que ocupan las sabanas,sean vistos e inquietados lo menos posible por

    sus terribles enemigos, los hombres y los perros.Para este fin, es necesario que el hatero propie-

    66 Ibid., pp. 124-125.

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    tario, retirado en un rincn de su hato, que en la

    regin se estima debe tener doce caballeras,

    67

    viva confiado de que su ganadera no sea nuncaespantada ms que por l o por los perros quelleva consigo.68

    Si el tamao promedio estimado por Vincent para loshatos de la regin que comprenda a Monte Cristi, San-tiago y Puerto Plata era de 12 caballeras, y cada caba-

    llera era equivalente a 1.200 tareas de tierras, la ex-tensin media del hato era de unas 14,400 tareas sobrelas cuales tenan sus derechos o acciones los propie-tarios que compartan los sitios.

    En medio de la pobreza de Santo Domingo los francesesvean oportunidades para su explotacin econmica y unasociedad menos compleja que la de Saint Domingue, con

    menos prejuicios y menos estamentos sociales.

    Por otro lado, los desrdenes interminables deaquella sociedad (Saint Domingue. BR) compelanfcilmente a muchos franceses venir a buscar for-

    67 Rodrguez, C. Armando. Geografa de la isla de Santro Domingo yresea de las dems Antillas. 2da. ed. Biblioteca Dominicana deGeografa y Viajes, XI. Santo Domingo: Sociedad Dominicana deGeografa, 1976. p. 113. En esta obra encontramos las siguientesexplicaciones: En la Repblica Dominicana se emple mucho, yan sigue usndose, una medida agraria llamada caballera, queconsta de 1.200 tareas (1); la tarea tiene 100 varas conuquerascuadradas, 900 varas castellanas cuadradas; 6 reas 28 me-tros cuadrados, 86 decmetros cuadrados, 34 centmetros cua-drados y 52 milmetros cuadrados. Luego dice: La caballera tie-ne 120.000 varas conuqueras cuadradas; 1.080.000 varascastellanas cuadradas; 75 hectreas, 46 reas, 36 metros cua-

    drados, 14 decmetros, 25 centmetros, 47 milmetros cuadrados, sean 75.643.614 metros cuadrados. En la nota (1) al pie se lee:En Cuba se usa tambin la caballera, pero mide 1,343 reas; enPuerto Rico la caballera vale 7,858 reas.

    68 Vincent. Ob. Cit., p. 126.

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    tuna y ms igualdad en Santo Domingo, donde los

    hombres slo estaban divididos en dos castas: losblancos, iguales todos, y los esclavos.69

    La simpleza de la sociedad hatera es puesta en eviden-cia por Vincent cuando escribe sobre la sobriedad yavaricia de los hateros, sobre sus viviendas definidascomo cabaas malas, abiertas a la intemperie, y delas cuales, las mejores no le cuestan ms que un poco

    de trabajo fabricarlas, y de la ventaja de no tener quehacer ningn gasto para su vestuario.70

    Una imagen detallada de la calidad de vida del hateropromedio se deduce del boho que habita y los enseresque en l tena:

    sus bohos, sin puertas ni ventanas, son una

    semejanza de nogales alineados, sembrados ver-ticalmente en la tierra y sujetos juntamente enmedio de otros horizontales, a los cuales los ver-ticales son atados con la til liana de los bos-ques; la bella y amplia yagua forma su tejadoimpermeable al agua.71

    Del lecho en que descansa el hatero, de su cama ysu hamaca, nos llega una imagen clara y simple:

    El lecho ordinario del hatero es un simple cuerode vaca, lecho sobremanera sano en un pas tanclido. Algunos lo forman con una especie de en-caizado en palos soportado por algunas estacas(o pilotes). De este modo se procuran una cama

    69 Ibid., p. 129.70 Ibid., p. 138.71 Ibidem.

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    sobre la cual se tienden envueltos con un pedazo

    de tela; pero esta tela est escrupulosamentedoblada durante el da y es en la hamaca tejidaen forma de red y con camo proveniente depita, cabuya especie de madero que recogen ellosmismos, donde ellos reposan durante los muchosmomentos que ellos conceden cada da a la pere-za y al ocio, en buena parte legitimados por elardiente calor del suelo que ellos habitan.72

    Del ajuar de los bohos, simple y tosco, nos da referen-cia Vincent, confirmando las relaciones que se encuen-tran en muchas testamentarias de la poca:

    Y si despus de haber hablado de su lecho, bus-camos cuales son los dems muebles de su uso,se encontrarn en gran nmero todos los tama-

    os de calabazas, coconnes y otros frutos del paslos cuales le procuran en todas sus formas todossus vasijas y muebles indispensables para susnecesidades diarias, la menor tabla, frecuente-mente un largo tronco de rbol les sirve de mesa,en torno a la cual se sientan pocas veces, pues lomas frecuente es hacerlo sobre la osamenta blan-ca y descarnada de una cabeza de res, animalque nos brinda abundante amparo.73

    Y para completar el cuadro de la vida del hatero, Vin-cent resea el aspecto alimentario: La naturaleza leprodiga por s misma y sin esfuerzo alguno alimenta-cin abundante, entre la cual l prefiere el pltano, labatata, la leche y la carne secada al sol de ciertos

    animales salvajes o de los de su mismo rebao.74

    72 Ibidem.73 Ibidem.74 Ibidem.

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    Trozos y tajo, como popularmente dice an el campe-

    sino dominicano era la dieta bsica del hatero, es de-cir, vveres y carnes. Para alumbrarse en las noches,haca uso de la antorcha que la naturaleza le sumi-nistraba abundantemente en la planta desecada delloe, la cual se quema esparciendo en torno de s unagradable perfume y la ms alegre claridad.75 Ade-ms, un leo encendido, palos de cuaba y velas de cerade abejas eran medios para alumbrarse en las noches

    oscuras, cuando la luna no era suficiente para ilumi-nar el ambiente.

    Y este mundo del hatero era complementado por otrasde sus posesiones ms valiosas: los esclavos y los pe-rros. Los esclavos para realizar el trabajo y los perrospara ayudarles en la bsqueda de sus animales.76

    El historiador Roberto Cass nos ayuda a interpretarel pensamiento de Vincent, poniendo en un marco dereferencia macroeconmico el tamao del sector quemayor contribucin aportaba a la economa a finalesdel siglo XVIII, cuando seala:

    Los hatos albergaban la principal riqueza delpas, ascendente a unas 300 mil reses mansasen las ltimas dcadas del siglo XVIII y estabanhabitados por al menos 15,000 personas libres yentre 2,500 y 3,000 esclavas, contingentes que,en conjunto, conformaban la poblacin activa quegeneraba el principal aporte de bienes de la eco-noma colonial.77

    75 Ibid., pp. 139-140.76 Ibidem. Nota: En las pginas 137-141, Vincent da una descrip-cin detallada de los hateros y su sistema de vida. (BR).

    77 Cass, Roberto. Historia social y econmica de la Repblica Domini-cana, tomo I. 6ta. ed. Santo Domingo: Alfa & Omega, 2003. p. 255.

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    Llevado al contexto macroeconmico, y para entender

    la lgica de la unidad de produccin denominada hato,Cass seala lo siguiente:

    A pesar de contar con extensiones de miles detareas, la tipologa prevaleciente de los hatos erade explotaciones medianas, con un nmero dereses mansas normalmente oscilante entre 100 300. Muchos hatos incluso tenan menores can-

    tidades de reses, por lo que caan en una dimen-sin pequea, cuya renta era insignificante. Elpropietario raramente tena ms de tres escla-vos trabajando en la explotacin, siendo lo msfrecuente que dispusiese de uno a dos esclavos.Esto significa que el hato se sustentaba en lacooperacin en el trabajo entre el esclavo y elpropietario y su familia. 78

    Las descripciones de Vincent y las explicaciones deCass nos ayudan a entender a los hateros y su formade vida, y nos conducen por un camino que rompe conel estereotipo de creerlos hacendados prsperos, de vidacmoda, propietarios ricos por la abundancia del gana-do, de hombres que gobernaban sus esclavos con lamisma mano frrea de los colonos y gerentes de lasplantaciones esclavistas que se fundaron en la coloniafrancesa de Saint Domingue.

    3. El hato: del periodo colonial al republicano

    Puede afirmarse que el hato como unidad de produc-

    cin no sufri cambios notables en su estructura y for-ma de organizacin desde mediado del siglo XVIII hasta

    78 Ibid., p. 256.

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    el final de la ocupacin haitiana en la parte este de la

    isla de Santo Domingo. Los esclavos que estaban alservicio de los hateros permanecieron atados a la tie-rra despus de 1822 cuando se declar su emancipa-cin, lo cual limitaba la libertad de movimiento quedebieron disfrutar como hombres libres. El caso delHato Los Palitos, localizado en la regin este de San-to Domingo espaol, sirve para ilustrar las mltiplescontratas de cultivadores que bajo el Cdigo Rural de

    Hait se realizaron entre los aos del inicio de la ocu-pacin haitiana hasta la declaracin de la Indepen-dencia de la Repblica Dominicana en 1844.

    3.1. Hato Los Palitos:esclavitud bajo otro nombre

    El acto de contrato de trabajo en el hato Los Palitos de1827,79 es un documento que permite demostrar quedespus de la abolicin de la esclavitud por parte deBoyer en el inicio de la ocupacin haitiana del territo-rio de Santo Domingo, la aplicacin del Cdigo RuralHaitiano obligaba a los ex esclavos a permanecer vin-culados a la tierra de los hatos en los cuales habanservido en el perodo en que oficialmente la esclavitudera aceptada.

    Familias enteras, la dotacin esclava anterior, perma-necan ahora oficialmente atadas a la propiedad de losantiguos amos, protegidos estos por el nuevo orden ju-rdico. Ya Toussaint Louverture haba aplicado el mis-mo principio en la colonia francesa de Saint Domingue,

    79 Archivo General de la Nacin (AGN), Fondo Archivo Real del Sei