22
CONSTRUCCIÓN DEL NACIONALISMO EN A NINGUNA DE LAS TRES DE FERNANDO CALDERÓN DANIELA IVETTE AGUILAR SANTANA El siglo XIX trajo consigo la independencia de México y, por lo tanto, el proyecto de construcción de la nación recién nacida. Los habitantes del país vieron pasar frente a sus ojos una serie casi interminable de acontecimientos que se sucedían en tropel, unos tras otros, modificando constantemente el entorno en todos los ámbitos: social, político y económico. Los intelectuales no fueron ajenos a todos estos procesos de cambio. Participaron simultáneamente en la política, el periodismo y la literatura. Tomaron en sus manos el devenir del país desde múltiples trincheras: algunos incluso parecieron retomar aquello del “hombre de armas y de letras” del Medioevo. Tal es el caso de Fernando Calderón. Nació en el año de 1809; es decir, nació en la Colonia y creció en el México independiente. Fue liberal y romántico; incluso luchó contra el régimen de Santa Anna en la batalla de Guadalupe. Diría Francisco Monterde: Lo único que sabemos con certeza es que vivió Calderón intensamente, como correspondía a un romántico una existencia que abunda en contrastes: el buen camarada, 1

Construcción Del Nacionalismo en a Ninguna de Las Tres de Fernando Calderón

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Análisis literario

Citation preview

CONSTRUCCIN DEL NACIONALISMO EN A NINGUNA DE LAS TRES DE FERNANDO CALDERNDaniela Ivette Aguilar SantanaEl siglo XIX trajo consigo la independencia de Mxico y, por lo tanto, el proyecto de construccin de la nacin recin nacida. Los habitantes del pas vieron pasar frente a sus ojos una serie casi interminable de acontecimientos que se sucedan en tropel, unos tras otros, modificando constantemente el entorno en todos los mbitos: social, poltico y econmico. Los intelectuales no fueron ajenos a todos estos procesos de cambio. Participaron simultneamente en la poltica, el periodismo y la literatura. Tomaron en sus manos el devenir del pas desde mltiples trincheras: algunos incluso parecieron retomar aquello del hombre de armas y de letras del Medioevo. Tal es el caso de Fernando Caldern. Naci en el ao de 1809; es decir, naci en la Colonia y creci en el Mxico independiente. Fue liberal y romntico; incluso luch contra el rgimen de Santa Anna en la batalla de Guadalupe. Dira Francisco Monterde: Lo nico que sabemos con certeza es que vivi Caldern intensamente, como corresponda a un romntico una existencia que abunda en contrastes: el buen camarada, que prodiga su ingenio en agudezas y sus recursos pecuniarios en obsequios; el valiente voluntario que se muestra generoso de su sangre al defender la tierra de los mayores, como dramaturgo parece ajeno a las preocupaciones de la gente con quien alterna, ya que sita la accin de casi todas sus obras de teatro, en tierras extraas y pocas remotas.[footnoteRef:1] [1: En Una evasin romntica de Caldern, Revista Iberoamericana, Vol. XVII, Nm. 33, 1951, p. 81. ]

Precisamente Caldern era conocido por situar sus comedias en la Edad Media o retomar historias extranjeras, como buen romntico. Esto contrasta con la obra que es mi objeto de estudio: A ninguna de las tres. A diferencia de otros dramas, esta comedia se burla del romanticismo y se postula en contra de aquellos que desechando de facto los productos culturales de Mxico, y en ocasiones su nacin misma, vuelcan toda su atencin en el extranjero imitando sobre todo a los franceses. Por ello, se considera que esta comedia retoma algunos elementos neoclsicos; por ejemplo, podra considerarse que se exalta el justo medio aunque no lo haga explcitamente al sancionar las extremosas actitudes de las seoritas. La obra est escrita, adems, en verso, la mayor parte en octoslabos que le proporcionan al habla de los personajes el dinamismo necesario, y utiliza palabras esdrjulas para aadir comicidad a los dilogos cuando es necesario[footnoteRef:2]. [2: Cf. la introduccin que hace Francisco Monterde a su edicin de la obra A ninguna de las tres, UNAM, Mxico, 1943/1978, p. XVIII.]

El uso de todos estos recursos no es gratuito. Precisamente la obra fue diseada para entretener al pblico con fines didcticos: en este caso los temas principales son la educacin de las mujeres y el desdeo a la patria por parte de los burgueses. El objetivo de mi trabajo es analizar este ltimo. Como se puede ver, todos los personajes de la obra estn caricaturizados excepto dos: don Antonio y don Juan. En boca de estos personajes, Caldern coloca sus propios postulados que censuran o aprueban la conducta del resto; no slo de los personajes, tambin de los miembros de la sociedad mexicana. As pues, sus dilogos deben analizarse en oposicin a las actitudes de las tres hermanas y sobre todo frente a los dilogos de don Carlos. Este producto cultural debe entenderse en su contexto. El teatro en Mxico jug un papel importantsimo desde la evangelizacin de los indios en el siglo XVI y en el XIX no haba perdido importancia. Jaime Chabaud afirma: El romanticismo inund sin hallar casi resistencia a las plumas mexicanas con su exaltada tinta primordialmente por el sentimiento nacionalista de que emana.[footnoteRef:3]. Precisamente, si no se encuentran rasgos romnticos en A ninguna de las tres por su ubicacin temporal y espacial, s los delata el discurso nacionalista que subyace a la trama. [3: En Teatro e identidad nacional, Casa del Tiempo, Vol. IV, Nm. 25, 2009, p. 114. ]

En las siguientes pginas me propongo desentraar cmo se desarrolla el discurso nacionalista en esta comedia y de qu recursos se vale para transmitirlo al pblico decimonnico.

1. El nacionalismo en MxicoAunque existe una gran cantidad de teoras que buscan definir el nacionalismo o por lo menos rastrear su origen, la mayora coincide en que esta nocin surge a finales del siglo XVIII, ligada intrnsecamente con el concepto de nacin. Esto no significa que la realidad del nacionalismo no haya existido desde tiempos inmemorables, como afirma Hern Prez Martnez[footnoteRef:4]. [4: En Nacionalismo: gnesis, uso y abuso en El nacionalismo en Mxico, Cecilia Noriega Elo (ed.), El Colegio de Michoacn, Mxico, 1992, p. 27. ]

El nacionalismo ha sido analizado desde diversas pticas. Prez Martnez elabora un amplio recorrido por las diferentes definiciones que le han asignado a este vocablo. Helmut Schoeck por ejemplo lo relaciona con el sentimiento de superioridad de una nacin frente a las otras. En este sentido el nacionalismo sera visto como un sentimiento exacerbado y negativo[footnoteRef:5]. Max Weber, por otra parte, al hablar de nacionalismo en relacin con el concepto de nacin afirma: [5: Citado por Hern Prez Martnez, op. cit. p. 40. ]

Por una parte, la nacin est constituida por un sentimiento de solidaridad grupal. Es, por tanto, un tipo de identidad que proyecta al individuo hacia el interior del grupo y lo hace aliarse para enfrentar las empresas hacia el exterior sean ellas defensivas, sean ofensivas.[footnoteRef:6] [6: Ibd., p. 44.]

La solidaridad al interior de una nacin con el fin de enfrentar exitosamente las empresas que se le presenten es medular en una nacin en crecimiento. El nacionalismo pierde su connotacin negativa cuando est justificado por situaciones lmites, de desequilibrio o de vulnerabilidad. Hira de Gortari dice: El nacionalismo como realidad es ms fcilmente aprehensible y ntida durante el surgimiento de los estados nacionales o en periodos en que las amenazas externas o internas hagan peligrar su existencia[footnoteRef:7]. El siglo XIX es un ejemplo paradigmtico de lo anterior: por una parte, al interior del pas, hay una serie de facciones polticas que se oponen unas a otras y por otra, al exterior, las grandes naciones en progreso son una amenaza inminente para la autonoma de la nacin. [7: En Realidad econmica y proyectos polticos: los primeros aos del Mxico independiente en El nacionalismo en Mxico, op. cit., p. 163. De Gortari retoma a David A. Branding en Los orgenes del nacionalismo mexicano, SEP, Mxico, 1973, p. 9. ]

Sealado lo anterior, el presente trabajo retoma la nocin del nacionalismo relacionada con la primera definicin que da el DRAE: Apego de los naturales de una nacin a ella y a cuanto le pertenece[footnoteRef:8]. Esto en consonancia con el sentimiento de solidaridad grupal del que hablaba Weber y contextualizndolo en una situacin propensa al desequilibrio de Mxico durante sus primeras dcadas como nacin independiente. Retomo adems a Hira de Gortari cuando seala que, si bien el nacionalismo es un fenmeno socialmente delimitado, trasciende las conciencias de sus productores para formar parte la conciencia nacional de toda una colectividad[footnoteRef:9]. [8: S.v. nacionalismo, 22 edicin, Espasa-Calpe, 2001. Claro que no olvido la enorme diversidad social que constitua el Mxico independiente, pero considerando que los personajes de la obra que analizo son mexicanos de la clase de la burguesa no pretendo aqu abordar la dificultad que supone que los criollos tuvieran que desarrollar un sentimiento nacionalista una vez que Mxico logr su autonoma (ste entre muchos otros asuntos).] [9: Op. cit., p. 164.]

Al ser una manifestacin tan compleja, el nacionalismo como fenmeno intelectual de una nacin en crecimiento es heterogneo. Es decir, est compuesto por una gran cantidad de elementos diversos que atienden a todos los mbitos de la sociedad. Cuando Fernando Caldern escribe y pone en escena A ninguna de las tres, es absolutamente consciente de la situacin vulnerable de Mxico frente a la ambicin de las potencias extranjeras y de los propios conflictos internos. Sabe tambin que la sociedad mexicana est demasiado fragmentada, que carece de ese sentimiento de solidaridad que proporciona cohesin a una nacin. En la comedia, Caldern insta a los mexicanos a quitar los ojos de Francia y ponerlos en Mxico, a valorar las manifestaciones culturales de su patria y a los creadores que las producen, a involucrarse (como stos) en un proyecto de nacin que la consolide como tal. Para ello Caldern apela a mltiples mbitos de la vida cotidiana de los mexicanos, mismos que nombraremos ms adelante.

2. El teatro en Mxico en el siglo XIXMe detengo un momento para sealar algunos aspectos que incidieron en la produccin y representacin de A ninguna de las tres. Para el siglo XIX las ciudades ms o menos grandes contaban con recintos para la representacin de obras teatrales. En el caso de la ciudad de Mxico, se tena el Nuevo Coliseo, que sirvi para las presentaciones hasta que se inaugur el Teatro Nacional en 1844. Las obras de Fernando Caldern se representaron en diversos estados, en la ciudad de Mxico y hasta en Madrid. El teatro como actividad cultural fue bastante prolfico. Se calcula que la capacidad del Coliseo era de entre 800 y 1500 espectadores. Estaba dividido en diferentes pisos y los asistentes se acomodaban en funcin del precio de los asientos. Por lo anterior, se puede afirmar que el pblico que asista a las representaciones era bastante heterogneo, an cuando los ms pobres difcilmente podan costear la entrada al teatro[footnoteRef:10]. Las diferentes funciones eran promocionadas por medio de carteles y de pequeos folletos. [10: Cf. Entre murmullos y penurias: el teatro novohispano del siglo XIX, Susana Delgado en Historia de la vida cotidiana en Mxico, Tomo IV: Bienes y vivencias. El siglo XIX, Anne Staples (coord.), El Colegio de Mxico/Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 2005, pp. 367-396.]

El teatro constitua un centro social importantsimo. Los concurrentes aprovechaban para tratar negocios, platicar, entablar relaciones y hasta coquetear. Claro que a veces esto generaba cierto desorden. De hecho, era un recinto invadido por gente en movimiento: los asistentes entraban y salan y los vendedores ambulantes paseaban por los pasillos. Precisamente por su gran concurrencia, el teatro era un vehculo perfecto para difundir ideas y para censurar o aprobar conductas. De hecho, si nos remontramos al teatro de evangelizacin advertiramos que el fin didctico siempre estuvo presente en el teatro, desde sus inicios en el siglo XVI, y el siglo XIX no fue la excepcin. Considerando que el teatro durante la Colonia ya adoleca de varios males, relativos sobre todo a la organizacin y el control de los asistentes y actores, la transicin a la Repblica y las primeras dcadas del Mxico independiente representaron todo un desafo. El teatro sufri diversas modificaciones para mejorar su funcionamiento y con ello, a pesar de todo, sobrevivi. Una vez que Mxico consum su independencia y ya que los intelectuales asumieron el proyecto de nacin que corresponda con su horizonte histrico y cultural, el teatro se aprovech al mximo como un medio de educacin. Se pusieron en escena obras de los creadores mexicanos (ya no slo las provenientes del extranjero, sobre todo las espaolas), muchas de ellas con buena acogida del pblico, como sucedi con varias de Caldern. Todo lo anterior justifica el vehculo de expresin del discurso nacionalista de este autor. Fernando Caldern era tambin poeta, reconocido por sus compaeros de la Academia de Letrn, pero eligi el teatro para transmitir especficamente la urgencia de este sentimiento de solidaridad, de cohesin social. Tambin justifica el tipo de personajes que aparecen en la comedia: todos ellos pertenecen a la burguesa, esto es, a una buena parte del pblico del teatro decimonnico. Adems, era precisamente este grupo social el que ms adoleca de las prcticas caricaturizadas en la comedia. Una vez determinado el contexto histrico y cultural de la comedia y definida la nocin de nacionalismo, paso al anlisis de la obra.

3. A ninguna de las tres y el discurso nacionalista de Fernando Caldern3.1 Leonor, Clara, Mara: lo que no contribuye al nacionalismo.Como ya se mencion en la introduccin, la mayora de los personajes de la comedia son tipos caricaturizados. Las tres hijas son paradigmticas al respecto: cada una de ellas representa un modelo distinto de seorita decimonnica consagrada a un tipo distinto de literatura en funcin de su personalidad; as son caracterizadas. Pablo vila en su artculo Influjo de escritores europeos, en la comedia de Fernando Caldern A ninguna de las tres[footnoteRef:11] seala entre las fuentes de la comedia Marcela de Bretn de los Herreros (sta es la ms importante evidentemente), artculos y peridicos espaoles, el Werther de Goethe, Julia o la nueva Elosa de Rousseau, entre otras. Me interesan sobre todo estas ltimas dos porque constituyen una buena parte del personaje de Leonor. Ella se dedica a leer a los romnticos; detesta el espritu clsico. Sufre de hipersensibilidad y se dedica la mitad de la vida a llorar los infortunios de los personajes o a entretenerse en largos lapsus de melancola. Como toda romntica cree que todo tiempo pasado fue mejor que el suyo. Es una mujer absolutamente desinteresada en los asuntos de su patria, no se entera de nada. [11: En Revista Iberoamericana, Vol. XV, Nm. 29, 1949, pp. 63-69. ]

Clara, su hermana, est situada en el lado opuesto de la balanza. Se dedica a leer a los clsicos (Ovidio, Cicern, Virgilio), los peridicos nacionales, libros de historia, etc. Sin embargo, al carecer de instruccin adecuada para asimilar y sacar provecho de sus lecturas, slo es una joven que intenta pasar por erudita sin serlo. A pesar de ello, Caldern usa este personaje para poner en su boca algunos postulados importantes:Clara: Don Carlitos, buenos das:sabe usted algo de nuevo?Qu noticias corren hoy?Se ha ocupado el ministerio?Esa pauta de comisosse aprob ya?Don Carlos: Nunca leoperidicos mexicanos.Clara: Pues, amigo, muy mal hecho, que todo buen ciudadanodebiera casi saberlosde memoria[footnoteRef:12] [12: Para las citas textuales de la obra uso la edicin que se incluye en Teatro mexicano decimonnico, seleccin y prlogo de Eduardo Contreras Soto, Cal y arena, Mxico, 2006/2009, p. 233. En adelante colocar entre parntesis los nmeros de los versos a los que se hace referencia). ]

Con este dilogo, el autor insta a los espectadores a que se interesen por las noticas de su pas de tal forma que no se conviertan en la copia de un modelo de comportamiento tan indeseable (y ridculo) como es el de don Carlos. Un poco ms adelante aprovecha para criticar el contenido usual de las columnas de los diarios, dedicadas sobre todo a frivolidades y no a noticias trascendentales. Finalmente, Clara critica la actitud de los legisladores:Don Carlos: Usted, hermosa Clarita,puede ocupar un asiento,en la cmara.Clara: Mil gracias,algo hiciera de provecho:no estuviera como algunos,no ms calentando el puesto (1177-1182)A simple vista podra parecer contradictorio tomar en serio estos comentarios viniendo de labios de un personaje caricaturizado. Sin embargo, debe considerarse que estas obras pasaban por un proceso de sancin en el cual podan ser censuradas. Cuando estas palabras se ponen en boca de un personaje risible no se corre ningn riesgo.Finalmente est Mara. sta es una mujer completamente frvola preocupada slo por su apariencia fsica y sus conquistas, por ello nicamente lee revistas de moda con estampados de las novedades en el arreglo femenino. Lo nico que puede favorecerla en el drama es que, a diferencia de don Carlos, aprecia su pas y le molesta la actitud desdeosa del joven:Mara: Soy slo una mexicana.Don Carlos: Imposible! No es verdad!Eres francesa, italiana,o siquiera de La Habana;pero no de esta ciudad.Mara: PuesDon Carlos: No me hables en castellano,destruyendo la ilusin;ese rostro soberanono puede ser mexicano,lo dice mi corazn.Mara: (Enfadada) Buen modo de enamorar,despreciar mi patria as! (977-988).Como puede apreciarse, las tres mujeres ostentan graves defectos en su carcter. Leonor se ha desentendido completamente de su nacin, mujeres como ella no pueden de ninguna forma colaborar en la cohesin social todo lo que lee es extranjero! Clara tiene buenas intenciones, quiere ser una mujer educada que se interesa en la poltica y los conflictos sociales que afectan a su patria, pero por falta de gua en el proceso se ha convertido en una falsa erudita que carece de produccin intelectual til que aportar a su sociedad. Mara, por su parte, tiene a su favor el amor a la patria que expresa constantemente, pero su frivolidad la convierte en una mujer hueca. Ninguno de estos modelos es el deseable para una mexicana. En conjunto, ninguno contribuye al proyecto de nacin decimonnico. Por eso estn caricaturizadas, para que, por medio de la exageracin de sus defectos, el espectador perciba y evite esos modelos de comportamiento. 3.2 Carlos o el anti-nacionalismoDon Carlos es el modelo de lo que no debe hacerse como mexicano. Se espera por lo tanto que el espectador obtenga por oposicin lo que s debe hacerse. Por esta razn su discurso es esencial en la definicin de la postura nacionalista de Fernando Caldern. A continuacin sealar las actitudes de don Carlos que no son deseables en un mexicano.Para empezar don Carlos desprecia la lengua castellana, dice: El idioma castellano / es tan helado, tan fro (491-492). De hecho todo su discurso est marcado por la cantidad de vocablos provenientes del francs de hasta molestar, en especial al pobre don Timoteo que no sabe nada de esta lengua. Este joven frvolo y hablador anhela haber nacido en otra nacin: diera un brazo, amigo mo, / por ser francs o britano (493-494). Incluso se lamenta por haber nacido mexicano, se avergenza de su nacin por considerarla atrasada en demasa: Por desgracia / soy mexicano, y lo siento; / vergenza me da decirlo, / porque todo en este suelo / est atrasado. (1231-1235).Don Carlos no concibe que en su patria exista algo digno de reconocimiento. Como ya se mostr anteriormente, elogia la belleza de Mara comparndola con europeas porque no cree que en la suya pueda existir un rostro digno de alabanza. Como desdea las bellezas, desdea la produccin artstica. Esto se ve cuando habla de las comedias escritas por mexicanos:Don Carlos: Es un vodevil?Don Timoteo: Tampoco;no seor, no es nada de eso:es obra de un mexicano.Don Carlos: Puff Qu peste!Don Antonio: (A don Carlos.) Qu tenemos,que hace usted tan mala cara?Don Carlos: Por un mexicano? Ciertoque ser un mamarrachn (1216-1223).Termina quejndose hasta de las calles y de la estulticia de sus habitantes. Se podra cometer el error de pensar que este hombre ha vivido largo tiempo en Francia para hablar de ese modo, pero no es as. Don Carlos apenas ha pisado el extranjero. Caldern agrega algunas caractersticas que lo hacen an ms detestable: fanfarrn, embustero, hipcrita, etc. Con todo, colocar a este personaje en la comedia esperando que el espectador decida no imitarlo no es suficiente. Hay dos fuerzas importantes que contrarrestan a ste, de hecho son los dos nicos personajes que no estn caricaturizados: don Juan y don Antonio. 3.3 Don Juan y don Antonio: en defensa de la patria.Don Juan es un joven en aprietos: tiene que escoger esposa entre tres mujeres insoportables. Es un mexicano que a pesar de haber vivido en Francia ama a su patria; ser mexicano no le representa ningn problema. Si no escoge a alguna de las tres muchachas no es debido a su nacionalidad, sino a la deficiencia de su educacin. En la cuarta escena se sienta a leer el peridico:Don Carlos: Y cul es ese papel?Don Juan: Es el Diario del Gobierno.Don Carlos: Vaya el tan Diario al infierno!Si fuera el Universel.se es bueno: ya se ve (507-511).Le molesta el habla exacerbada de su compaero y su actitud ostentosa. Desaprueba la inconstancia y frivolidad del Mara, la falsa erudicin de Clara y el excesivo sentimentalismo romntico de Leonor. Es un hombre culto y afable. Encuentra la manera adecuada de rechazar el ofrecimiento de don Timoteo sin ser grosero. En fin, es un modelo deseable de caballero. Por qu Caldern no desarroll ms este personaje? Pues, porque los modelos negativos suelen ser ms efectivos. Pintar a don Carlos tan antiptico y grosero hace que resalte incomparablemente la figura de don Juan an cuando ste casi no aparece. Finalmente tenemos a don Antonio. ste junto con el joven don Juan representa el modelo ejemplar de mexicano. Por su edad e instruccin, es una persona madura y juiciosa. Desde el principio de la comedia advierte el problema de la educacin de las hijas de don Timoteo y cuando aconseja a ste lo hace con prudencia y no con altanera o reproches. Su actitud hacia Carlos es completamente distinta debido al comportamiento de ste. Don Antonio simplemente no puede soportar al antinacionalista joven fanfarrn. Con argumentos slidos contesta a los planteamientos del muchacho:Don Antonio: Si no puedoreprimirme; no es posible.Que hable mal un extranjerode algn pas, es muy malo,pero seor, a lo menossi a la poltica falta,no falta al deber ms bellode un hombre, que es procurarla fama, el nombre, el conceptode su patria: yo me voy (1250-1258).Es tambin don Antonio quien defiende a los creadores mexicanos. A lo largo de la comedia se puede observar que evita las rencillas o el enfado que le podra ocasionar hablar con las hijas de su amigo o sobre la educacin de ellas. Defiende a su patria, sin llegar a ser un fantico absurdo, con un discurso sobrio y sustentado.

4. ConclusionesEn conclusin, el teatro jug un papel importantsimo por lo menos hasta el siglo XX. Igual que en la Colonia, en las primeras dcadas del siglo XIX era un transmisor de cultura importantsimo para la sociedad mexicana. Como ya se mencion, el Coliseo era el punto de reunin de un pblico tan amplio como heterogneo que acuda a ver las comedias como una forma de divertimento. Por medio del teatro se legitimaban o se sancionaban conductas; esto es, tena un fuerte impacto en la sociedad mexicana decimonnica. El teatro se caracterizaba, pues, por su fin didctico. Ahora bien, sabemos que a pesar de la difcil situacin, el teatro sobrevivi a la guerra de Independencia. Durante las primeras dcadas del siglo XIX el pas sufri muchsimos cambios en todos los mbitos y venan siempre unos tras otros. Los intelectuales de la poca estaban comprometidos con el proyecto de la nacin recin nacida y utilizaron todos los medios que tenan a su alcance para promover la educacin. Fernando Caldern no fue una excepcin a este paradigma de intelectual. En sus comedias elabor fuertes crticas a la deficiencias de la nacin valindose no slo de personajes caricaturizados (como en esta obra) sino tambin de un alejamiento espacio temporal de sus tramas situndolas en otros pases o en otras edades. Especficamente en A ninguna de las tres, Fernando Caldern promueve el nacionalismo. Se entiende nacionalismo como la actitud solidaria de un grupo social, como el amor a la nacin, necesaria sobre todo en momentos de crisis o cambio, justamente como toda la primera mitad del siglo XIX y an ms all. Caldern promueve el modelo ideal de mexicano a partir de las caracterizaciones de sus personajes y de las relaciones entre ellos. Oponiendo los vicios de las caricaturas de la comedia a las virtudes de don Antonio y don Juan se concluye que el mexicano debe ser un hombre honrado que se preocupe por los asuntos sociales, polticos y econmicos de su nacin, que la ame y se sienta orgulloso de pertenecer a ella. El mexicano cabal no debe menospreciar lo que se produce en su patria, antes debe integrarse al proyecto de nacin y promover su crecimiento. De ninguna manera debe ser un falso erudito, un frvolo o un romntico aislado de su entorno real. Como se puede ver, el discurso nacionalista construido por Caldern en A ninguna de las tres responde absolutamente a su contexto histrico cultural. No debe percibirse como una postura radical o negativa, antes debe valorarse en funcin de su vocacin como intelectual y educador. Estudiar este tipo de discursos en la literatura de las primeras dcadas del siglo XIX nos puede dar luz sobre el inconsciente colectivo de la poca, puede decirnos qu pensaban los mexicanos, a qu aspiraban, qu buscaban, cmo vivan. Sobra decir que esta obra tiene entre sus diversos mritos divertir mientras educa.

Bibliografavila, Pedro, Influjo de escritores europeos, en la comedia de Fernando Caldern A ninguna de las tres, Revista Iberoamericana, Vol. XV, Nm. 29, 1949, pp. 63-69.Caldern, Fernando, A ninguna de las tres en Teatro mexicano decimonnico, seleccin y prlogo de Eduardo Contreras Soto, Cal y arena, Mxico, 2006/2009. ----- A ninguna de las tres, estudio preliminar de Francisco Monterde, UNAM, Mxico, 1943/1978.Chabaud, Jaime, Teatro e identidad nacional, Casa del Tiempo, Vol. IV, Nm. 25, 2009, pp. 113-116. De Gortari, Hira, Realidad econmica y proyectos polticos: los primeros aos del Mxico independiente en El nacionalismo en Mxico, Cecilia Noriega Elo (ed.), El Colegio de Michoacn, Mxico, 1992, pp. 163-178.Delgado, Susana, Entre murmullos y penurias: el teatro novohispano del siglo XIX en Historia de la vida cotidiana en Mxico, Tomo IV: Bienes y vivencias. El siglo XIX, Anne Staples (coord.), El Colegio de Mxico/Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 2005, pp. 367-396.Monterde, Francisco, Una evasin romntica de Caldern, Revista Iberoamericana, Vol. XVII, Nm. 33, 1951, pp. 81-89.Prez Martnez, Hern, Nacionalismo: gnesis, uso y abuso en El nacionalismo en Mxico, Cecilia Noriega Elo (ed.), El Colegio de Michoacn, Mxico, 1992, pp. 27-82.

14