3
EL SUBTE POR LAS NUBES Se ha cumplido la primer semana de la entrada en vigencia del tercer aumento de tarifa aplicado por la gestión de Mauricio Macri desde que asumió el control y fiscalización del servicio de transporte subterráneos. El panorama no puede ser más preocupante para los usuarios del subte. Hasta el 1 de enero de 2012, el transporte subterráneo estuvo bajo la órbita del Gobierno Nacional y el pasaje era subsidiado de tal manera que los porteños pagábamos un costo lógico en relación al salario mínimo vital y móvil, con el objetivo de que el valor del boleto no afectara el poder adquisitivo de los sectores populares de la población del Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Como contrapartida, desde el 1 de enero de 2012, cuando el gobierno porteño asumió el control del servicio, en poco más de 2 años la tarifa aumentó más que en los 18 años anteriores. De esta manera, mientras que en el período 1994-2011 tuvo un crecimiento porcentual acumulado de 144%, entre 2012-2014 alcanzó el 309%, es decir que los porteños sufrimos un incremento mayor del 150% anual. Bajo la gestión PRO, la suba en el boleto del subte se hizo una costumbre para los habitantes que transitan la Ciudad de Buenos Aires y en los dos últimos años no paró de crecer. En 2012 pegó un salto increíble, pasó de $1,10 a $2,50 (127%), al año siguiente, de $2,50 a $3,50 (acumulando un 218%) y ahora, ni bien inicia el 2014, lo llevarán de $3,50 a $4,50 (309% acumulado). TARIFAZO DISFRAZADO. Para justificar el aumento, Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE) propone un nuevo cuadro tarifario que incluye rebajas de acuerdo al número de viajes que el pasajero realice en el mes. De esta manera, el gobierno de la ciudad propone que si el pasajero realiza 20 viajes mensuales abone $90 (antes $70), si hace 30 viajes $ 126 (antes $105), si son 40 viajes, $157,5 (antes $140) y si son 50 viajes, abona $ 184,5 (antes $175); la nueva tarifa representa aumentos del 29%, 20%, 13% y 5% respectivamente. De acuerdo a una encuesta realizada por SBASE, el 53% de los pasajeros (más de la mitad de los usuarios) realizan menos de 20 viajes por mes. Es decir que este porcentaje de usuarios, que constituye la mayoría, sufrirá un aumento del 29%, salvo que decidan aumentar el número de viajes que realizan mensualmente. A su vez, hay un 19% restante que pagará $4,20, lo que equivale a un 20% de aumento. Esto significa que al 72% de los usuarios se le aplica un alza que va del 19% al 29%. Finalmente, la otra trampa a los usuarios es que SBASE presenta un hipotético beneficio de reducción tarifaria a partir de los 40 viajes, cuando si una persona realiza dos viajes diarios, solo podrá

Comunicado Comisión de Transporte Unidos y Organizados sobre tarifazo en el subte

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Comunicado Comisión de Transporte Unidos y Organizados sobre tarifazo en el subte.

Citation preview

Page 1: Comunicado Comisión de Transporte Unidos y Organizados sobre tarifazo en el subte

EL SUBTE POR LAS NUBES

Se ha cumplido la primer semana de la entrada en vigencia del tercer aumento de tarifa aplicado por la gestión de Mauricio Macri desde que asumió el control y fiscalización del servicio de transporte subterráneos. El panorama no puede ser más preocupante para los usuarios del subte. Hasta el 1 de enero de 2012, el transporte subterráneo estuvo bajo la órbita del Gobierno Nacional y el pasaje era subsidiado de tal manera que los porteños pagábamos un costo lógico en relación al salario mínimo vital y móvil, con el objetivo de que el valor del boleto no afectara el poder adquisitivo de los sectores populares de la población del Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Como contrapartida, desde el 1 de enero de 2012, cuando el gobierno porteño asumió el control del servicio, en poco más de 2 años la tarifa aumentó más que en los 18 años anteriores. De esta manera, mientras que en el período 1994-2011 tuvo un crecimiento porcentual acumulado de 144%, entre 2012-2014 alcanzó el 309%, es decir que los porteños sufrimos un incremento mayor del 150% anual. Bajo la gestión PRO, la suba en el boleto del subte se hizo una costumbre para los habitantes que transitan la Ciudad de Buenos Aires y en los dos últimos años no paró de crecer. En 2012 pegó un salto increíble, pasó de $1,10 a $2,50 (127%), al año siguiente, de $2,50 a $3,50 (acumulando un 218%) y ahora, ni bien inicia el 2014, lo llevarán de $3,50 a $4,50 (309% acumulado).TARIFAZO DISFRAZADO. Para justificar el aumento, Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE) propone un nuevo cuadro tarifario que incluye rebajas de acuerdo al número de viajes que el pasajero realice en el mes. De esta manera, el gobierno de la ciudad propone que si el pasajero realiza 20 viajes mensuales abone $90 (antes $70), si hace 30 viajes $ 126 (antes $105), si son 40 viajes, $157,5 (antes $140) y si son 50 viajes, abona $ 184,5 (antes $175); la nueva tarifa representa aumentos del 29%, 20%, 13% y 5% respectivamente.De acuerdo a una encuesta realizada por SBASE, el 53% de los pasajeros (más de la mitad de los usuarios) realizan menos de 20 viajes por mes. Es decir que este porcentaje de usuarios, que constituye la mayoría, sufrirá un aumento del 29%, salvo que decidan aumentar el número de viajes que realizan mensualmente. A su vez, hay un 19% restante que pagará $4,20, lo que equivale a un 20% de aumento. Esto significa que al 72% de los usuarios se le aplica un alza que va del 19% al 29%. Finalmente, la otra trampa a los usuarios es que SBASE presenta un hipotético beneficio de reducción tarifaria a partir de los 40 viajes, cuando si una persona realiza dos viajes diarios, solo podrá contar con tres meses del año que tienen los 20 días hábiles necesarios para lograr ese supuesto “premio”.EXPULSIÓN DE PASAJEROS. Cuanto mayor es el precio del boleto menor será la cantidad de demanda de pasajeros. Esto quedó demostrado cuando se aplicó el primer aumento en 2012 y se produjo una fuga de pasajeros del 24% hacia otros medios de transporte. A su vez, a pesar de haber incorporado cinco estaciones nuevas (iniciadas por la gestión anterior) durante 2013 la cantidad de pasajeros lejos estuvo de recuperar la marca de 2011 y apenas se incrementó en un 5% con respecto al 2012. Un reciente informe de GEENAP demuestra que mientras en 2011 (último año en que el subte estuvo bajo órbita nacional) se podían adquirir 2091 boletos de subte con el Salario Mínimo Vital y Móvil, en 2013 (a 2 años de iniciado el control macrista sobre el servicio) sólo podían adquirirse 941 pasajes. Toda una demostración de la visión del PRO en materia de transporte.MAYORES PRECIOS, PEOR SERVICIO. Estas políticas expulsivas vienen de la mano de una marcada reducción en materia de calidad de servicio. Se borraron las estadísticas de frecuencias, con lo que los pasajeros ignoran cuándo llegará la próxima formación a la estación. Así, el PRO disimula el progresivo retiro de vagones para abaratar los costos del concesionario. Por citar un ejemplo, mientras en 2011 la línea D (Congreso de Tucumán-Catedral) cubría una frecuencia de 65 servicios diarios (cada servicio son 10 viajes; 5 de ida y 5 de vuelta), actualmente solo realiza 49, lo que nos da un faltante de 160 viajes menos solo en una línea.

Page 2: Comunicado Comisión de Transporte Unidos y Organizados sobre tarifazo en el subte

Dicho panorama no puede más que redundar en peores condiciones para los usuarios, lo que causó que en 2013 los reclamos ante el libro de quejas de Metrovías llegaran a 514, más que duplicando los 239 consignados durante 2012, según revela el informe realizado por la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires. La mayoría de estos reclamos apuntan a las bajas frecuencias producto de la falta de formaciones, hacinamiento, demoras y cancelacionesPor otra parte, la promesa del macrismo de construir los 10 kilómetros de subte al año solo puede ser considerada hoy una ironía. Sólo se construyeron las cocheras – taller de la línea A y B - que en ningún caso representan una extensión de la red. En el tramo Norte de la línea H (Córdoba, Santa Fe, Las Heras y Plaza Francia; 2,2 km), sólo están en marcha 3 estaciones y seguramente no se inaugurarán antes de 2015. En el tramo Sur de la Línea H (estaciones Sáenz y Nueva Pompeya) la cosa es peor, sólo se están haciendo la cochera mientras que las estaciones ni se comenzaron. El hecho insoslayable es que en 2015 Mauricio Macri dejará su cargo con un total de 5,3 km inaugurados durante sus períodos, de los cuales sólo 2,2 fueron iniciados por la actual administración, lo que da una media de construcción de 275 metros por año. En contraste, el Gobierno Nacional encara la extensión de la línea E desde Plaza de Mayo a Retiro, en lo que significa una de las obras más complejas por tratarse de tierras ganadas al río. Está línea incorporará 3,1km a la red y 150 mil nuevos pasajeros, potenciando la conexión del sur de la ciudad, que Macri se niega a realizar en la línea H, con uno de los centros de trasbordo más importantes de la ciudad.CONCLUSIONES. El Subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires debe tener una adecuada política tarifaria que asegure la movilidad para todos y contribuya al logro del bienestar general. El nivel tarifario del servicio de subte no debería ser pensado sólo en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sino circunscripto a la Región Metropolitana a los fines de estar acorde con el resto de los medios de transporte público (ferrocarril y colectivo) de manera tal que actúe en forma coordinada y complementaria. Para ello, es necesaria la coordinación con el Ente Metropolitano de Transporte, creado por el Gobierno Nacional luego de 40 años de intentos fallidos de varias administraciones, pero al que la gestión PRO se niega a asistir de manera recurrente para solucionar los problemas de transporte que aquejan a la población. Es fundamental la acción coordinada a través de la aplicación de políticas públicas que garanticen que los casi 3 millones de porteños, pero también los 4 millones de bonaerenses que vienen diariamente a estudiar, trabajar y generar riqueza a nuestra ciudad, tengan garantizado el derecho a una movilidad digna, a un costo que no golpee sus bolsillos ni su poder adquisitivo y que no lo expulse hacia el transporte de superficie colapsando nuestras calles y avenidas.