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Metodología de la investigación

Cómo hacerse antropólogo en la Ciudad de México. Autoanálisis de un proyecto de trabajo de campo

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Ángela Giglia

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  • Metodologade la investigacin

  • ALTERIDADES, 200313 (26): Pgs. 87-102

    Cmo hacerse antroplogo en la Ciudad de Mxico.Autoanlisis de un proyecto de trabajo de campo*

    ANGELA GIGLIA**

    El artculo reflexiona crticamente sobre una experiencia de enseanza de la investigacin emprica de campo conestudiantes de antropologa social en la Ciudad de Mxico, a partir de la adopcin de una postura terico metodol-gica reflexiva, que se propone objetivar de manera sistemtica tanto el papel que juega el sujeto en la produccindel conocimiento como las condiciones objetivas de produccin del saber antropolgico. Mediante el relato minu-cioso de los diferentes aspectos del proyecto, se resaltan la importancia del aprendizaje mediante la prctica (yno slo mediante la teora) para la adquisicin de un habitus de investigacin antropolgico; y la importancia detomar en cuenta las condiciones especficas de produccin de la investigacin, en particular aquellas que se refierenal contexto contemporneo de una megaciudad como la de Mxico.Palabras clave: reflexividad, antropologa urbana, habitus, trabajo de campo.

    El trabajo de campo desdeuna perspectiva reflexiva

    En este ensayo me propongo reflexionar en torno auna experiencia de formacin a la investigacin emp-rica de campo con un grupo de estudiantes de la licen-ciatura en Antropologa Social de la Universidad Aut-noma Metropolitana, plantel Iztapalapa.1 A partir deuna experiencia de enseanza de la investigacin, in-tento plantear, y empezar a responder, una serie de inte-rrogantes cuya relevancia para la antropologa actual

    me parece indiscutible, ya que tienen que ver con elpropio modus operandi del antroplogo y sus mltiplescondicionantes.

    Quisiera hacer explcitas las razones que me llevana abordar esta problemtica. En primer lugar, consideroque la reflexin sobre cmo hacemos investigacin ycmo la enseamos es fundamental en un momentoen el que la universidad pblica se encuentra fuerte-mente cuestionada en cuanto a su eficacia y su raznde ser. La posibilidad de hacer investigacin se vinculacada vez ms a la formacin de recursos humanos y,

    * Artculo recibido el 13/11/03 y aceptado el 11/12/03.** Profesora investigadora del Departamento de Antropologa de la Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa.

    San Rafael Atlixco nm. 186, col. Vicentina, 09340, Mxico, D. F. Correo electrnico: [email protected] En la versin preparada para ser sometida a dictamen se ocultaron los datos sobre la carrera y la universidad, ya que hubie-

    ran hecho fcilmente reconocible a la autora de estas pginas. Los estudiantes que participaron en el proyecto fueron Mar-tha rika Cardoso lvarez, Mara del Roco Echeverra Gonzlez, Guillermo Gonzlez Hernndez, Edgar Antonio GutirrezSalgado, Alejandra Lara Jurez, Manuel Loria Caballero, Armando Ramrez del Pino, Mara del Carmen Rodrguez Snchez,Hugo Soto Escutia, Carlos Oliver Valencia Villafae. A ellos hay que aadir Bruno Sabatier, doctorante en Geografa de laUniversidad de Toulouse, quien se acerc a nuestro grupo para trabajar sobre un tema de tesis muy cercano a los nuestros.A todos les agradezco su confianza y su deseo de aprender a lo largo del camino que compartimos.

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    por lo tanto, a una forma de productividad de la ense-anza que se mide estrictamente con base en la eficienciaterminal. Dadas estas condiciones, es indispensablecomenzar a pensar en cmo enseamos nuestro oficioy cules son las dificultades que encontramos en laformacin de jvenes antroplogos.2

    En segundo lugar, considero que existe una vincu-lacin muy estrecha entre los contenidos del conoci-miento, las modalidades de su transmisin y sus con-diciones de produccin. Estas ltimas incluyen desdela estructura de los planes y programas de estudioshasta los recursos didcticos y la formacin y condi-cin sociocultural de los estudiantes, y de los maestros;y lo mismo vale para la enseanza de la investigacinantropolgica. Los contenidos de la investigacin, lasmodalidades de realizacin de la misma y las formasde transmisin del saber sobre la prctica etnogr-fica se encuentran estrictamente vinculados unos conotros y no pueden considerarse de forma separada. Enlas pginas que siguen intento justamente explicitarpor lo menos algunos de tales vnculos a partir de unaexperiencia concreta de investigacin.

    Finalmente, pero no menos importante, esta refle-xin sobre la prctica de la investigacin etnogrficaparte de considerar el auge de los llamados mtodoscualitativos en los ltimos treinta aos. En este periodo,el trabajo de campo se ha vuelto una herramienta in-dispensable para todas las disciplinas humansticas ytambin para otras, que no lo son tanto. No solamentelos socilogos, sino los psiclogos, los politlogos, los pe-dagogos, los lingistas, los comuniclogos, los gegra-fos, los arquitectos, los juristas y los bilogos, suelenhacer trabajo de campo como una rutina normal en suforma de produccin del conocimiento. Paralelamen-te hemos asistido a una proliferacin de manuales o delibros colectivos encaminados a presentar los diferentesenfoques cualitativos hoy disponibles (Tarrs, 2001;Velasco y Daz de Rada, 1997; Hammersley y Atkinson,1994). El desarrollo en este campo ha llegado a gradosmuy altos de sofisticacin. Basta decir que ya no es tanfcil distinguir entre mtodos cualitativos y cuantitati-vos. Si nos preguntamos por qu el trabajo de campose ha vuelto tan importante, la respuesta se encuen-tra en la prolongada crisis de representacin de lasciencias, a partir del cuestionamiento y agotamientode los llamados paradigmas fuertes. Frente a la insu-

    ficiencia de las explicaciones tericas generales, seimponen miradas que buscan explorar la realidad conojos renovados, esforzndose por acercarse a la com-prensin de lo que comnmente se denomina el puntode vista del actor.

    Frente a este escenario, los antroplogos no podemosdejar de pensar reflexivamente en cmo hacemos tra-bajo de campo, puesto que somos los descendientesms directos de quienes inventaron este mtodo,3 comouna forma especfica de conocimiento, basada en la in-sercin paulatina del investigador en el mundo sociala estudiar y en la construccin de una relacin con susinterlocutores que le permita aprender una determi-nada cultura desde adentro. Uno de los rasgos quedistinguen a la antropologa de las otras ciencias so-ciales es el haber hecho de la investigacin etnogrficaun requisito casi imprescindible de la formacin disci-plinaria, casi un rito de paso, para poder considerarseantroplogo. Si es cierto que el trabajo de campo an-tropolgico difiere en su conceptualizacin y, en esencia,tambin en la prctica de otras clases de investigacinde campo, debido a su epistemologa, su historia, y suprctica de socializacin (Jackson, 2000: 516-518),vale la pena empezar a preguntarse cules son suscaractersticas especficas, en una fase en la que el usono siempre correcto de este recurso puede llevar a deno-minar con la misma etiqueta de trabajo de campo o deetnografa, a experiencias muy dismiles las unas de lasotras.

    El haber practicado desde siempre el trabajo decampo es probablemente una de las razones que hancontribuido a colocar a la antropologa en una posicinmuy particular algo desfasada en el reciente deba-te metodolgico de las ciencias sociales. Mientrasotras disciplinas se abocaban a una utilizacin cadavez ms amplia e intensa de los mtodos cualitativos,en el afn de llegar a comprender el punto de vista delactor, la antropologa disciplina por definicin desti-nada a comprender ese punto de vista se vea sacudidapor la discusin inaugurada por el movimiento posmo-derno estadounidense, cuyos exponentes proponanrepensar radicalmente su modus operandi preguntn-dose sobre la legitimidad de su propia mirada y la va-lidez de sus procedimientos de produccin del saber.Como es conocido, la reflexin de los posmodernos hallegado a cuestionar radicalmente la autoridad et-

    2 Basta recordar que un requisito indispensable de todos los proyectos de investigacin financiados por el Consejo Nacionalde Ciencia y Tecnologa es formar jvenes investigadores que comprueben su nivel de maduracin y el xito de su procesoeducativo saliendo titulados de la universidad que los form.

    3 Me refiero a Boas, el primero en reconocer la importancia de recoger materiales de primera mano, y obviamente a Malinowski,a quien debemos la experiencia prototpica del trabajo de campo llevado a cabo mediante la observacin participante.

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    nogrfica4 y a proponer formas de escritura y de auto-ra mltiples, en las que el antroplogo ya no detentala ltima palabra sobre qu pas all y qu hace o qupiensa el grupo X. En suma, mientras las otras cien-cias sociales se acercaban de forma cada vez ms sis-temtica al punto de vista del actor, la antropologaposmoderna llegaba a proclamarse incapaz o hasta in-digna de llevar a cabo semejante operacin cognoscitiva.5

    Sin embargo, en las ltimas dcadas, la reflexin sobrela epistemologa de la prctica etnogrfica y la legiti-midad de la mirada antropolgica en el mundo con-temporneo no se limita a las operaciones tpicamenteposmodernas de deconstruccin de conceptos. Con-sidero que la postura reflexiva (Bourdieu y Wacquant,1995), entendida como una atencin metdica haciael papel que juega el sujeto en la produccin del co-nocimiento y hacia las condiciones de produccin delsaber antropolgico, permite renovar nuestro modusoperandi, manteniendo el trabajo de campo como unaexperiencia central para la antropologa del mundocontemporneo.

    En las pginas que siguen expondr los conceptosen los cuales se fundament la experiencia de inves-tigacin que voy a relatar. Se trata por una parte delconcepto de oficio en cuanto habitus, propuesto porPierre Bourdieu en el marco de su reflexin en torno ala ciencia de la ciencia. Y por la otra, del anlisis lle-vado a cabo por Grard Althabe acerca de las condicio-nes de produccin del saber antropolgico en el contextode las sociedades occidentales contemporneas,6 unaperspectiva que, por brevedad, llamar antropologa delo contemporneo. El autoanlisis de la experienciade enseanza e investigacin que relatar parte de re-conocer:

    - la importancia del aprendizaje mediante la prc-tica como una herramienta clave para la consti-tucin de un habitus antropolgico; y

    - la importancia de tomar en cuenta las condicio-nes especficas de produccin de la investigacin,en particular en lo referente al contexto contem-porneo de una megaciudad como la de Mxico.7

    El quehacer del antroplogo como habitus

    Parto de asumir, con Bourdieu, que el trabajo de inves-tigacin como todo trabajo cientfico es un habitus,una subjetividad socializada, es decir un conjunto dedisposiciones vinculadas a la posicin ocupada por elsujeto en un determinado campo social. Estas disposi-ciones, fuertemente interiorizadas, se vuelven autom-ticas, en el sentido de que el sujeto no es consciente deellas, a menos que realice un acto explcito (reflexivo)de objetivacin. Si se asume que el oficio del antroplogoes un habitus adquirido con la prctica (y no slo me-diante la transmisin oral o la lectura), entonces cualquierpretensin de ensear cmo se hace la investigacinantropolgica debe tomar en cuenta el peso de todoaquello que del oficio queda implcito (en cuanto in-corporado en la prctica), y que no puede ser dichosino al precio de un esfuerzo consciente de objetivacin,posible nicamente a partir de adoptar una posturareflexiva. Por eso Bourdieu considera de fundamentalimportancia construir una teora de la prctica cien-tfica, es decir, una reflexin terica sobre el modo detrabajar del cientfico social.8 En cuanto prctica, laproduccin del saber cientfico se acerca por un ladoal arte y, por el otro, a la idea de saber incorporado,

    4 Aludo sobre todo a la llamada antropologa dialgica. Vase al respecto Preguntas concernientes a la antropologa dialgica,de Tedlock, en Reynoso (1996) y Acerca de la descripcin/desescritura como un hablar por, de Tyler, en Reynoso (1996).

    5 Entre los efectos de la oleada posmoderna en antropologa hay que mencionar lo que Kuper define como un verdadero efectoparalizante, visible en el desaliento de los jvenes estudiantes con respecto del trabajo de campo, que empieza a ser vistocomo una tarea titnica, demasiado difcil o simplemente inconsistente, desprovista de sentido (Kuper, 2001).

    6 Grard Althabe ha sido alumno de George Balandier y es considerado uno de los iniciadores de la antropologa urbana enFrancia. Oponindose abiertamente al veto levistraussiano acerca de la posibilidad de una antropologa de lo cercano, funden los aos setenta el Equipe de Recherche en Anthropologie Urbaine et Industrielle (ERAUI) en la Escuela de EstudiosSuperiores en Ciencias Sociales de Pars. Es uno de los fundadores, junto con Marc Aug y Emmanuel Terray, del Centrode Investigacin sobre los Mundos Contemporneos, de la misma escuela.

    7 Al hablar de megaciudades me refiero a la definicin que propone Castells: aglomeraciones de ms de 10 millones de ha-bitantes, algunas de las cuales estn destinadas a crecer por arriba de los 20 millones en el 2010. Este autor subraya queel tamao no es la cualidad que las define. Son los nodos de la economa global y concentran las funciones de direccin,produccin y gestin en todo el planeta; el control de los medios de comunicacin; el poder de la poltica real; y la capacidadsimblica de crear y difundir mensajes (Castells, 1999: 437).

    8 La prctica es siempre subestimada y subanalizada, mientras que para comprenderla habra que tener mucha competen-cia terica, paradjicamente mucha ms que para comprender una teora. Hay que evitar reducir las prcticas a la ideaque tenemos de ellas cuando nuestra experiencia de ellas es puramente lgica. Ahora bien, los estudiosos no saben nece-sariamente, a menos que tengan una teora adecuada de la prctica, conferir a las descripciones de sus prcticas la teoraque les permitira darse y dar un verdadero conocimiento de esas prcticas (2001: 81).

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    saber hacer, en el sentido literal de saber con el cuer-po, es decir, como un conjunto de habilidades incons-cientes que pasan por y se inscriben en el cuerpo.9

    Me parece que el concepto de habitus como sabercon el cuerpo ilustra de manera excelente el trabajo decampo antropolgico con sus situaciones cannicas(por ejemplo, la presentacin frente a los miembros deun grupo, la explicacin del trabajo que se va a hacer,el pedido de permisos, la instalacin en el lugar, labsqueda de informantes, la observacin participanteen momentos de la vida cotidiana) y sus diferentes tc-nicas (entrevistas, genealogas, mapas mentales, an-lisis situacional). Si bien es cierto, como podemos leeren prestigiosos diccionarios de antropologa que msall de los aspectos tericos de carcter general, no exis-ten frmulas que aplicar en la investigacin de campo(Fabietti y Remotti, 1997), el aprendizaje meramenteterico de cmo hacerlo e incluso los ejercicios en auladestinados a aplicar tal o cual tcnica no llevan por ssolos al dominio de ese conjunto de conocimientos y ha-bilidades disposiciones segn el lxico de Bourdieu,al mismo tiempo tericas y prcticas, que son necesa-rias para llevar a cabo, de principio a fin, una investi-gacin etnogrfica.10 Los buenos manuales de etnografay las lecturas de los recuentos de terrenos famosos (es-tilo Tristes Trpicos) sin duda sirven mucho, pero nologran agotar el tema, ya que la mayora de las cosasque hay que hacer o que se encuentran en el terrenonecesitan una reflexin muy especfica, referida a loscasos concretos. Por lo tanto, buena parte de las du-das y las interrogantes hay que resolverlas conformese presentan sobre la marcha. El haber resuelto estasdudas e interrogantes puntuales durante el proyec-to de investigacin es justamente lo que hace que alfinal el aprendiz antroplogo haya efectivamente apren-dido a investigar, al llevar a cabo de principio a fin unaexperiencia de investigacin concreta. De all la impor-tancia de las prcticas de campo guiadas por el docente,en las que los alumnos se enfrentan a los muchos im-ponderables e imprevistos que sistemticamente elcampo presenta a quien hace investigacin de campo,por el hecho de ser justamente campo y no labora-torio, si por laboratorio se entiende una situacin deinvestigacin en la que el cientfico define y controlacada una de las variables en juego. De all tambinla trascendencia de un proceso de aprendizaje mediante

    9 Nadie confiara en un cocinero que solamente haya estudiado en teora cmo se hace la lasaa. Lo nico que confirmaque de verdad la sabe preparar es el hecho de hacerla. El saber se encuentra incorporado en el hacer justamente porqueconsiste en saber hacer y no en otra cosa.

    10 Los aspectos prcticos del quehacer del antroplogo han adquirido cierta importancia en la reflexin terico-metodolgicaslo en tiempos recientes, despus de haber sido tradicionalmente descuidados en la prctica ortodoxa de la antropologade las grandes escuelas.

    sucesivos ensayos y errores, en el que los errores co-metidos se convierten en enseanzas para la siguientevez. En este proceso de aprendizaje el papel del docen-te consiste, entre otras cosas, en tratar de compartirsu experiencia con los alumnos de una manera reflexi-va, haciendo juntos las mismas cosas y razonando sis-temticamente sobre cmo se hace lo que se hace.

    Que el oficio del antroplogo sea un saber con el cuer-po lo podemos ver claramente en la manera cmo eluso de ciertas herramientas tcnicas se transforma,conforme va aumentando nuestra experiencia con ellas.

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    La acumulacin de ensayos, errores y nuevos ensayoshace que la grabadora o la cmara fotogrfica se vuel-van algo parecido a una prolongacin de nuestro pro-pio cuerpo, que no necesitamos guiar mediante unesfuerzo consciente.11 En cambio, cuando empezamosa usarlas, parecan ms bien una prtesis mecnica,cuyo funcionamiento necesitbamos controlar obsesi-vamente, sin que por ello se garantizara que funcio-naran bien. Todos seguramente recordamos aquellalejana entrevista tan importante en la que la inexpe-riencia y la emocin hicieron que no encendiramos lagrabadora, o aquella foto irremplazable tomada con elobjetivo de la cmara tapado. Cuntas fotos hay quetomar para aprender a fotografiar? Cuntas entrevis-tas hay que hacer para volverse un buen entrevistador?Cuntos informantes hay que escuchar para aprendera escuchar? Si es cierto que hacer una entrevista o to-mar una foto se aprenden sobre todo mediante la ex-periencia, entonces la pedagoga de la investigacinantropolgica debe incluir a la prctica de campo comoun elemento imprescindible, en el que los estudiantespuedan ejercitarse hasta dominar las diferentes tcni-cas y al mismo tiempo puedan aprender a asumir unavigilancia metdica sobre su propia prctica, comouna forma de hacer explcito lo implcito y ser conscien-tes de los lmites incorporados en su nivel de dominiodel proceso de conocimiento.

    La investigacin antropolgicaen el mundo contemporneo

    Adoptar una postura reflexiva implica nunca perderde vista que la investigacin se desarrolla en un espa-cio y tiempo concretos, que definen una coyuntura es-pecfica, la cual es determinante en la produccin delos materiales de investigacin y en los resultados de lamisma. Las condiciones del trabajo de campo propiasdel mundo contemporneo se caracterizan por la se-paracin y la fragmentacin de las esferas de actividad.Los sujetos trabajan, estudian, habitan y se diviertenen otros tantos lugares diferentes, y el antroplogo nosuele tener acceso al conjunto de estos espacios. Al con-trario, en general aborda a sus interlocutores en unoslo de estos mbitos. Nuestros interlocutores se nospresentan por lo menos al principio como los ha-bitantes de tal conjunto o los usuarios de tal centrocomercial, los frecuentadores de tal lugar, o sea, me-

    diante una de sus facetas (habitantes, consumidores,etctera), entre muchas otras. Es decir, el antroplo-go es llevado a trabajar sobre un mbito microsocialdelimitado (la vivienda, el consumo, el trabajo, el ocio,por ejemplo) y generalmente vinculado con una problem-tica de investigacin especfica. Por lo tanto, de ningunamanera debe pensarse en el mbito microsocial elegidocomo en un universo holstico que contenga dentro des la esencia de su propia naturaleza y que pueda seraprehendido por s slo, desvinculado del resto de la so-ciedad. Hay que evitar conferir a este mbito unaautonoma ampliamente ficticia que no hara ms quereforzar as la representacin de un mundo socialdesmenuzado en una pluralidad infinita de microsocie-dades (Althabe y Slim, 1998). La lgica local solamenteadquiere sentido si se le vincula con el plano de los fe-nmenos macrosociales pertinentes para entenderla.

    A partir de concebir la investigacin como un en-cuentro con sujetos considerados actores sociales (yno slo como encuestados o testigos calificados), Althabesostiene la necesidad de manejar una utilera concep-tual especfica para interpretar lo que sucede en elcampo. La investigacin antropolgica se caracterizapor producir el conocimiento a partir de la comunica-cin entre seres humanos, concretamente mediante lainteraccin entre el investigador y los sujetos socialesque son objeto de su inters. Siempre que investiga encampo, el antroplogo se inserta en un mundo social,en un microcosmos en donde se encuentra jugando unpapel que no puede elegir, sino es que muy parcialmen-te. Al tiempo que se presenta como antroplogo, es a suvez interpretado por los sujetos. El investigador esperapoder hacer todo un conjunto de cosas encaminadasa realizar su investigacin, pero puede lograrlo slo sillega a darse a entender y a ser aceptado por diferentespersonas. A su vez, estas personas lo interpretan y loubican en el seno de su mundo de una forma tal queal investigador le puede ms o menos gustar, puedems o menos reconocerse en ella. Esa imagen y ese pa-pel le son dados por los sujetos, a partir de determinadacoyuntura de investigacin. Por lo tanto, el trabajo decampo puede ser ledo como el teatro de una puesta enescena de la que el etngrafo no es el director, menosan el autor del guin. Es necesario mantener unapostura reflexiva en torno a la relacin que se desarrollacon los sujetos dentro del dispositivo de conocimien-to que es la investigacin. Slo as el antroplogo podrentender el sentido de su propia posicin en el campo,

    11 Es sabido que muchos fotgrafos de profesin conocen tan bien su cmara, los resultados que puede ofrecer y las condicio-nes en la que una foto puede ser tomada, que no necesitan mirar en el objetivo para hacer clic y obtener una buena fotogra-fa. Uno de stos es Joseph Kudelka, famoso entre otras cosas por sus imgenes de aspectos muy ntimos de la vida socialy familiar de los gitanos europeos.

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    y dar cuenta de los discursos y de los comportamien-tos de los sujetos hacia l y entre ellos mismos, a lolargo de su permanencia en el terreno de investigacin.Vista as, la investigacin de campo y su desarrollo for-man parte central del objeto por investigar. Buenaparte de lo que sucede entre el antroplogo y los acto-res incluida la comunicacin entre ellos debe serexplicado como resultado de la lgica propia de la in-vestigacin.12 Cabe destacar una de las ventajas indu-dables de esta postura: si se hacen as las cosas, nohay materiales que no sirvan a lo largo de la investiga-cin, no existen tiempos muertos u ocasiones perdidas,porque todo lo que pasa o no pasa en el campo se con-vierte en un dato til para ser sometido a interpretacin.Aun las entrevistas negadas y los desencuentros cons-tituyen materiales para interpretarse porque nos permi-ten descubrir aspectos importantes sobre la relacindel investigador con los sujetos y sobre las dinmicasque rigen el mbito local. En un segundo momento, lalgica del mbito microlocal estudiado debe relacionar-se con los elementos del contexto macrosocial tilespara su interpretacin. En ese sentido, el contexto dela investigacin como mbito til para entender qupasa en el microcosmos por investigar debe ser en-tendido como contexto pertinente a la comprensinde lo local.

    En conclusin, la experiencia de investigacin hayque considerarla como un dispositivo socioculturalespecfico, en el que la adopcin de una postura refle-xiva sobre la construccin del objeto y las condicionesde produccin de los datos son imprescindibles paraentender el desarrollo mismo de la investigacin y susresultados.

    Autoanlisis de una experienciade formacin a la investigacin

    En las pginas que siguen voy a relatar una experienciaconcreta de formacin a la investigacin antropolgicaen un mbito urbano, para mostrar que:

    a) el trabajo de investigacin es el resultado de uncomplejo proceso de aprendizaje que slo pue-de realizarse plenamente mediante la prctica decampo prolongada y repetida;

    b) la adopcin de una postura reflexiva como la queacabo de ilustrar, puede ser de gran utilidad parahacer ms fluido y efectivo el proceso de apren-dizaje del oficio de antroplogo.

    Se trata de un proyecto de investigacin del que fuiresponsable de enero de 2002 a julio de 2003 con ungrupo de diez estudiantes, seis hombres y cuatro mu-jeres. El proyecto tuvo la finalidad de ofrecer a los estu-diantes una formacin en el trabajo de campo mediantela realizacin de una investigacin etnogrfica y laredaccin de un trabajo terminal. Por lo regular, esteperiodo de formacin a la investigacin incluye en to-tal cinco trimestres, as distribuidos: un trimestre depreparacin, dos trimestres de campo, separados poruno de reflexin y recopilacin del material, y un tri-mestre final para la redaccin del trabajo. El docentepropone un tema general, dentro del cual los estudian-tes desarrollan sus investigaciones particulares, y losacompaa en la realizacin de su investigacin super-visando desde la formulacin del proyecto individualhasta la entrega final. Por lo tanto, se trata al mismotiempo de una experiencia de investigacin y de docencia-aprendizaje, en la que los estudiantes aprenden a in-vestigar de la nica forma en la que esto es posible, esdecir, haciendo investigacin. Y lo hacen bajo ciertascondiciones concretas que incluyen la organizacindel proyecto y la dinmica propia de la investigacin enrelacin con el terreno elegido; las formas de financia-miento del mismo en la universidad y la temporalidadprevista para su realizacin. Vale la pena destacar queen las condiciones de trabajo propias de la universi-dad en cuestin, estos proyectos de trabajo de campoconstituyen para los docentes una oportunidad im-portante para llevar a cabo su propia investigacin decampo. Esto implica que los maestros tengan todo elinters en que los estudiantes aprendan de verdad a

    12 Althabe habla al respecto del modo de comunicacin para indicar la lgica especfica de los intercambios en el contextoinvestigado. Un ejemplo de un modo de comunicacin propio de cierto mbito microsocial lo encontramos en la investigacinsobre vivienda de inters social. Cuando el investigador pregunta sobre las relaciones de vecindad escucha invariable-mente que aqu la gente no se lleva con nadie, slo buenos das y buenas tardes, cada quien en su casa, nadie se metecon nadie, etctera. Estas frases convencionales, que intentan pintar un cuadro de ausencia de relaciones, suelen no tenernada que ver con la realidad, ms bien esconden un conjunto de relaciones que s existen y que casi siempre son de tensin,por no decir de conflicto abierto, entre los habitantes. Sin embargo, la llegada del investigador, con su pretensin de estu-diar la sociabilidad local, desencadena una reaccin defensiva que consiste entre otras cosas, en negar que existan proble-mas con los vecinos. Slo mediante la observacin participante, al evitar limitarse a las puras entrevistas, donde cada quiense presenta de la forma que considera ms pertinente, se pueden abrir pistas para llegar a entender la lgica de las relacionesy lo que los sujetos quieren (o intentan) decir detrs de lo que aparentemente dicen. Es posible encontrar estas reaccio-nes, sin grandes cambios, en Francia, en Italia y en Mxico, sin importar las diferencias de situacin entre los tres pases.Vase al respecto Althabe, Lg y Slim (1984) y Giglia (2000).

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    investigar, ms all de los conteos institucionales enmateria de tesis dirigidas y de alumnos recibidos.

    El proyecto de investigacin estaba enfocado a es-tudiar los procesos de segregacin y exclusin propiosde algunos espacios de la ciudad para entender culesson y cmo se conforman las prcticas sociales espec-ficas de los lugares cerrados, tanto residenciales comopblicos (o de uso pblico) en una zona de la capitalmexicana. Este proyecto fue ofertado simultneamen-te con otros cuatro a una poblacin total de alrededor decincuenta estudiantes. Todos los otros proyectos im-plicaban una estancia fuera de la Ciudad de Mxico.El proyecto que yo propuse, por estar dirigido a la Ciu-dad de Mxico, fue el nico que no obligaba a trasladarsefuera del rea metropolitana.

    Como lugar de investigacin del proyecto propuseun rea de la ciudad que conozco relativamente bieny que posee las caractersticas de segregacin y divisindel espacio que me interesaba investigar. Se trata dela zona que se encuentra alrededor del cruce entre laAvenida de los Insurgentes y el Perifrico Sur, porquees un rea donde existen casi slo lugares cerrados, yasea privados (las oficinas de Electra por ejemplo), p-blicos (el parque ecolgico de Cuicuilco), o residenciales(la Villa Olmpica, los condominios cerrados de la calleAiles), conectados entre s por vialidades rpidas ypequeos residuos de espacio pblico-pblico slo enlos semforos y en algunos otros cruces. Al proponera los estudiantes que investigaran un rea relativamen-te delimitada no me movan slo razones tericas, sinotambin prcticas. Mi aspiracin era que pudieran ira establecerse all y trabajar todos juntos en lugarescercanos a la zona o ah mismo, ayudndose mutua-mente en las cuestiones prcticas cotidianas y apro-vechando los unos las informaciones recabadas porlos otros. En otras palabras, al proponer un espaciorelativamente circunscrito intentaba yo reproducir lascondiciones de facilidad de acceso a los lugares de in-vestigacin de las que goza el antroplogo cuando tra-baja en una comunidad pequea, en donde simplemen-

    te al salir del lugar donde se hospeda ya se encuentrainmerso en la cultura local que pretende estudiar. Ha-bida cuenta de las enormes diferencias que conlleva eltrabajo en el mbito urbano, delimitar el espacio porinvestigar simplifica la accesibilidad a los lugares ypermite una ms efectiva acumulacin de informacin,al tener a diez personas trabajando en los mismos si-tios o en sus cercanas.

    Este tipo de acomodo pudo realizarse slo en parte,por diferentes razones. Por un lado, el tipo de estudian-tes, mismo que a su vez fue resultado en buena medidade la clase de propuesta. Por ser el nico proyecto decampo localizado en la Ciudad de Mxico, adherirse al no se debi slo al inters por la problemtica o a lapreferencia hacia m con respecto a otros maestros. Elque no fuera necesario salir de la ciudad contribuy adefinir el perfil de los estudiantes que se inscribieron.13

    Los diez alumnos y alumnas tenan las siguientes ca-ractersticas: nueve de diez trabajan de forma regularpara mantenerse, adems de estudiar; dos de las mu-jeres tienen hijos en edad preescolar; dos de los hombrestuvieron su primer hijo justo a mediados entre los dosperiodos de trabajo de campo. Todos ellos, salvo tres,provienen de la periferia oriental, en particular de losmunicipios conurbados de Nezahualcyotl, Chalco, Ix-tapaluca y Tlalmanalco. En suma, si se inscribieronen ese proyecto se debi en buena parte a que no es-taban en condicin de costear una estancia fuera desu casa o no podan alejarse de sus responsabilidadesfamiliares y laborales.14 Por otra parte, en la medida enque cada uno fue averiguando la viabilidad de llevara cabo una investigacin sobre el objeto individuado alprincipio y conforme las unidades de investigacin15

    se fueron definiendo para cada quien, en ms de uncaso, el terreno de investigacin se fue ampliando yen parte se fue alejando de los lugares propuestos alcomienzo, como veremos mejor ms adelante.16

    Por lo tanto, desde la propuesta inicial de una etno-grafa concentrada en una rea relativamente definida,pasamos a una localizacin ms bien dispersa de los

    13 Cuatro de ellos ya haban decidido hacer su trabajo de campo conmigo a lo largo del trimestre anterior, cuando tomaronun curso que versaba sobre una problemtica cercana a la del proyecto.

    14 Los fondos de que dispone la universidad para costear los proyectos de trabajo de campo son absolutamente insuficientespara este objetivo. Se trata de diez mil pesos por etapa de trabajo, que se repartieron equitativamente entre los diez estu-diantes.

    15 Distinguimos el objeto de la investigacin, que no necesariamente coincide con un espacio delimitado (por ejemplo la so-ciabilidad en los centros comerciales), de las unidades de investigacin que tienden a ser espacios delimitados (por ejemploel rea de comida rpida en Perisur), en funcin de la problemtica de investigacin, de las hiptesis y de la viabilidad paraser investigadas.

    16 Los lugares investigados fueron la Plaza Inbursa (ex Cuicuilco); el centro comercial Perisur; el Parque Ecolgico Loreto yPea Pobre; la unidad habitacional Villa Olmpica; el mercado de muebles artesanales Vasco de Quiroga; la unidad habita-cional Villa Panamericana; el centro comercial Gran Sur; la colonia Isidro Fabela. A esto lugares hay que aadir otros quese introdujeron por razones comparativas: la Plaza Chalco, el parque ecolgico de Xochimilco; las colonias Reforma y SanAgustn en Ciudad Nezahualcyotl; y la Comercial Mexicana de Ixtapaluca.

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    terrenos por investigar y a una relacin espacial conel campo de tipo predominantemente pendular. Cadaquien se organiz como pudo para ir y venir de su casaa los sitios elegidos. Debo decir que mi intento para quevivieran en los lugares seleccionados para la investiga-cin, fracas rotundamente, en parte porque no insistlo suficiente para que lo hicieran pues me di cuentade que se trataba de estudiantes cuyas disponibilidadeseconmicas y de tiempo eran muy limitadas. Slo enun caso en el que haba cierta ayuda por parte de lafamilia se logr rentar un pequeo departamento pr-ximo al lugar que se tena planeado estudiar.

    En el periodo de preparacin del trabajo de campose abordaron los temas de la segregacin urbana y delos espacios cerrados mediante lecturas dirigidas aconstruir una problemtica comn, compartir y discu-tir cierta informacin, ir esbozando mbitos especficosde anlisis, tales como las prcticas de consumo en loscentros comerciales, los procesos de exclusin y autose-gregacin residencial en diferentes contextos habitados.Al final del periodo cada alumno entreg una suerte deanteproyecto individual, donde se intentaba extraerdel marco de la propuesta general un objeto de intersespecfico. Como veremos, casi todos los proyectos su-frieron cambios importantes a partir de la realizacin dela primera etapa de trabajo de campo y fueron redefinidos.

    En los primeros das de trabajo de campo nos reu-namos a las diez de la maana en el Sanborns de Pla-za Inbursa o en el rea de comida de Gran Sur, y desa-yunbamos platicando sobre las cosas por hacer. Luego,cada quien se diriga a los lugares elegidos. Cabe des-tacar que llegar cada da del oriente de la ciudad hastael cruce de Insurgentes y Perifrico Sur no es pocacosa, ya que significaba emprender un largo viaje endiferentes medios de transporte, casi siempre atasca-dos. Debido a mi punto de vista de habitante de unazona muy cntrica de la ciudad, hasta entonces com-prend que, para quien viene pongamos de Chalco,llegar a la UAM-Iztapalapa es ya llegar a un centro, a unnodo urbano, en suma, por lo menos a un punto de lle-gada y de encuentro. La policentricidad de la ciudadse haca patente en la prctica de la investigacin. De

    Iztapalapa a Perisur era otro viaje, hacia un centroulterior, y hacia una parte de la ciudad donde se si-tan algunos de sus espacios ms modernos y globa-lizados, porque en ellos se hace especialmente evidentela insercin de Mxico dentro de procesos socioecon-micos y culturales de alcance global.

    Al empezar la prctica de campo, nos abocamos ahacer observacin, tratando de tener en mente la li-teratura discutida en la etapa de preparacin. Fue f-cil descubrir que la realidad observable era ms com-pleja que las representaciones que de ella se tenan.Siempre hay cosas imprevistas que rebasan lo que seha ledo sobre cierto tema. Nos pareci que los textosque conocamos sobre segregacin, centros comercia-les y espacios cerrados tendan a exagerar el alcancedel encierro, y no daban cuenta de manera satisfacto-ria de la complejidad de las situaciones concretas. Lasprimeras observaciones en el campo tanto en espaciosresidenciales como en centros comerciales indicaronque no siempre la segregacin y la exclusin logran ser100% efectivas. Lo que pareca un punto de partidadado por sentado (la existencia de espacios segregadosy excluyentes) se convirti en un problema a investigar:qu tan segregados y excluyentes logran ser los espa-cios que as pretenden ser?

    Desde los primeros das el acercamiento a los luga-res de estudio intent ser selectivo, esto es, un acerca-miento dirigido a responder preguntas especficas que,a su vez, implicaban hiptesis bastante delimitadas.17

    De ninguna manera respondi a la preocupacin de ira ver todo lo que hay. Observar todo lo que pasa esuna tarea imposible e inconmensurable. Se puede ob-servar slo algo delimitado por una pregunta previa,algo que posiblemente podamos reconocer como obje-to de observacin y que podamos interrogar, con algunahiptesis en mente. Adems, para formarnos una re-presentacin de lo observado, no basta con observaralgo una sola vez, hace falta practicar la observacincomo una actividad sistemtica y repetitiva para llegara conocer lo que se est observando. La observacinparticipante se dividi en etapas para permitir un acerca-miento progresivo y gradual a los objetos por estudiar.18

    17 Las preguntas versaban acerca de la eficacia de los mecanismos de cierre, la accesibilidad de los lugares para diferentestipos de sujetos, el anlisis de los espacios fronterizos (puertas, entradas y salidas) y las prcticas al interior de los espaciosen cuanto prcticas sometidas a cierto tipo de reglamentacin y a ciertas restricciones.

    18 En la primera etapa (semana 1) se hizo observacin preliminar en diferentes horarios y lugares para determinar los lugaresespecficos para los objetivos de la investigacin (dnde?); los tiempos especficos para los objetivos de la investigacin(cundo?); y los actores especficos para los objetivos de la investigacin (quien?). En la segunda etapa (semanas 2 a 5)se hizo observacin pautada, esto es, sobre lugares, tiempos y actores especficos (por ejemplo: el rea de comida de 15 a17 durante cinco das a la semana, los que se sientan a consumir). Cito de las indicaciones del proyecto: Aun estando pau-tada, la observacin puede resultar una tarea demasiado vasta, y dejar la sensacin de que no es posible abarcar todo loque sucede. En este caso conviene subdividir las unidades de observacin. Por ejemplo si la unidad es el rea de comidase puede dedicar la mitad del tiempo a observar un lado de la sala y la otra mitad el otro lado. En la tercera etapa (semana

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    Al mismo tiempo que se empezaban a formular laspreguntas comunes, cada uno iba explorando lo quehaba establecido en la fase preliminar como objeto desu inters. Se busc definir actividades similares paratodos y criterios homogneos para calificar los resulta-dos de cada uno. Cada quien tuvo que realizar: diario decampo, observacin participante y entrevistas. Ade-ms se tenan que acatar indicaciones detalladas parallevar a cabo cada una de esas actividades.

    El diario de campo se defini como el recuento detodo lo que pasa desde que salen de su casa hasta queregresan despus de su jornada de campo. Opt poruna acepcin amplia de diario de campo, incluyendoen l todas las reflexiones, comentarios, desahogosrelativos al desarrollo de su investigacin, precisionesy dudas sobre el rumbo que va tomando la investiga-cin y reflexiones sobre sus propias actitudes, deseos,temores acerca de la investigacin misma.19 Estable-cimos reuniones semanales para asesora y revisinde los materiales recogidos. En estas reuniones losalumnos deban entregar el diario de campo redactadoen la semana, como una forma de comprobar el trabajorealizado y discutirlo a partir de un texto que pudieraconstituir una base para retrabajar posteriormente,en vista del trabajo terminal. Esta entrega del diariotena tambin el sentido de hacer un ejercicio per-manente de escritura con el propsito de no llegar a laltima etapa poco entrenados frente a la tarea de es-cribir. Al mismo tiempo estos materiales fueron tratadoscomo primeras redacciones de etnografas por discutiren grupo, como un medio para fomentar una posturareflexiva. La nica desventaja que puedo encontrar eneste procedimiento, y que decid asumir como tal, esla de inducir cierta dosis de autocensura en el diario,visto que tena que ser entregado al docente. Conside-rando estas especficas condiciones de produccin deldiario, quise subrayar que el diario de campo no seescribe para dejar una buena imagen de lo que se esthaciendo. No debe forzosamente ser coherente, nisistemtico, pero si debe esforzarse por ser fiel a lo queest sucediendo. Es un texto que debe hacer ver la co-cina de la investigacin (cmo pasan las cosas concreta-mente).20 La consigna de entregar tal cual el recuentodel trabajo hecho no fue fcil de cumplir, ya que latendencia a producir reportes con carcter de acabado

    es muy fuerte. Aunque tambin hubo quienes aprove-charon esta modalidad de escritura en sus posibilida-des expresivas y retricas, como cuando el diario asu-me la forma de un relato abiertamente dirigido a sudestinatario para el cual se puede escribir y luego su-cedi tal cosa, aunque usted no lo crea.

    6 en adelante) se hizo observacin de situaciones o secuencias de prcticas concretas, entendiendo con eso el registrode operaciones especficas por sujetos especficos en los lugares elegidos (por ejemplo, una pareja con su beb viendo losaparadores, luego sentados en el Mc Donalds; ms tarde, pidiendo informes para subscribirse a Sky o para comprar uncoche, etctera).

    19 Memorndum del Proyecto de Trabajo de Campo, 2001.20 Ibdem.

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    Condiciones especficas del trabajode campo en la Ciudad de Mxico

    La separacin entre el lugar de residencia y el lugar deestudio fue un rasgo caracterstico de la relacin quetanto los alumnos como el docente establecieron conel objeto de investigacin. Se puede pensar que estohaya sido una desventaja con respecto a las condicionesque se consideran ptimas para llevar a cabo una in-vestigacin de campo, ya que casi nadie pudo realizaruna autntica full immersion y casi todos tuvieron quedesplazarse diariamente para alcanzar sus unidades deinvestigacin. La experiencia de terreno se estructurentonces como un ir y venir entre diferentes lugares,un desplazamiento cotidiano de un espacio conocidoa uno por conocer: desde la casa, el barrio y las callestransitadas todos los das hacia los lugares de la inves-tigacin. As, el recorrido de largas distancias urbanasse volvi un elemento constitutivo de la prctica de cam-po. Esto trajo consecuencias importantes sobre el tipode materiales recogidos. Por ejemplo, se trabaj princi-palmente en los horarios diurnos y mucho menos enlas tardes y noches. Para aprovechar el largo recorridoentre la casa y el terreno de investigacin propuse queobservaran el transporte pblico en las rutas que usa-ran habitualmente para ir y venir de la casa a los luga-res de investigacin, con base en una problemtica quese fue construyendo a lo largo del trabajo de campo yque, en parte, ya habamos abordado en el trimestre depreparacin. De esa forma, a la etnografa de los lugarespblicos cerrados se aadi la del transporte pblico.21

    Pero, por otro lado, hace falta destacar que esta im-posibilidad de llevar a cabo una full immersion en elcampo no es inusual en el mbito urbano, donde el in-vestigador no puede aprehender la totalidad de la vidasocial de sus informantes, sino que se ve obligado amoverse entre diferentes fragmentos y mbitos de ex-periencia especficos. En el caso en cuestin, inclu-so si los estudiantes hubieran efectivamente habitadoen los lugares de investigacin, difcilmente hubieranpodido aprehender la totalidad de la experiencia urbanade los sujetos que pretendan estudiar. De all que, enuna megaciudad como la de Mxico, la cercana espacialcon el mbito por investigar responde ms a razonesde orden prctico (ahorrarse la fatiga de tener que re-correr grandes distancias) que a la ambicin, muy pocorealista, de aprehender una totalidad social a nivel

    local, lo cual no quiere decir que la cercana con los lu-gares de estudio no deba ser buscada a cada nuevointento, porque sin duda ayuda a mejorar nuestra com-prensin de la realidad que se investiga, aunque estarealidad no se deje asir como una totalidad.

    La distancia geogrfica habla tambin de una distan-cia cultural. Para muchos de los alumnos esos lugaresde estudio centros comerciales, parques, unidades ha-bitacionales de clase media representaron un mun-do por descubrir, mientras que desde mi punto devista se trataba de sitios supuestamente bien conoci-dos. Sin embargo, como eran lugares muy comunes enel panorama urbano de la ciudad, exista tambin y

    21 Anlogamente a lo que se hizo en los lugares, para la observacin del transporte pblico se elaboraron preguntas que bus-caban investigar en torno a la naturaleza ms o menos pblica del transporte, tales como: Qu tan pblico es el transpor-te pblico? Qu tan homogneo y segregado es el transporte pblico en la Ciudad de Mxico? Existe una sociabilidadespecfica de los medios de transporte? Qu tanto el medio de transporte es vivido como una extensin del espacio privadoy qu tanto es un territorio ajeno?

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    era muy fuerte la tendencia a darlos por descontados,a verlos como lugares donde no haba nada. No ha sidofcil desprenderse de la impresin de conocerlos ya,y por lo tanto de la sensacin de no lograr ver nada quepudiera ser considerado como significativo para lainvestigacin. Adems, casi todos ya habamos sidousuarios de espacios anlogos: al llegar a ellos era muyfuerte la tendencia a usarlos sin ms, sin pensar en elsentido de dichos usos. En particular, tuvimos quedesprendernos en la medida de lo posible de nuestrohabitus de consumidores que visitan estos sitios conla intencin semiconsciente o semiinvoluntaria decomprar algo o simplemente para ver los escaparates.22

    Para volver a encantar nuestro objeto, empezamos aformular preguntas en torno a cuestiones obvias sloen apariencia, que nos permitan poner en tela de jui-cio muchas de las cosas que hubieran podido pasardesapercibidas. La pregunta qu se va a hacer en elcentro comercial? nos llev a concluir que no siemprese va para comprar. La cuestin hasta dnde funcionala vigilancia?23 implic dejar de dar por sentado que setrataba de lugares vigilados y ponerse a observar quinpuede entrar en Villa Olmpica, o en Perisur, y cmo.Aun para los que ya los conocamos, Perisur, la VillaOlmpica, el Parque Ecolgico Loreto y Pea Pobre seconvirtieron en objetos de extraamiento. Vale a estepropsito la frase de Flaubert citada por Bourdieu enLa miseria del mundo: cualquier cosa es interesantesiempre que la miremos el tiempo suficiente (Bourdieu,1999: 544).

    Hacer trabajo de campo dentro de la misma reametropolitana no implica que quede eliminada la ex-periencia de la alteridad cultural, ms bien sta sepropone en los trminos que son propios de una granurbe multicultural. Al llegar por primera vez a Perisuro a Plaza Cuicuilco, al entrar por primera vez en unPalacio de Hierro, algunos de los alumnos no se sen-tan a gusto, porque pensaban que no podran pasardesapercibidos, sino que iban a ser notados por los de-ms frecuentadores. Estos ltimos eran vistos comopersonas de clase alta, puros geros, personasdesinhibidas, gente muy rica. Esta imagen de la po-blacin por estudiar generaba timidez a la hora deabordar el campo, debido sobre todo al temor de nopoder entrar en contacto, de no saber por dnde empe-zar para hacer las entrevistas, sobre todo cuando setrataba de abordar personas de clase media y media

    alta, y de fenotipo blanco. Destaca que esta imagen fuediluyndose y modificndose a lo largo de la investiga-cin, como resultado de la familiarizacin con los luga-res y de la realizacin del proceso mismo de investigacin.Por ejemplo, las primeras descripciones de la clienteladel Wal-Mart de Perisur mencionan nicamente per-sonas de clase muy alta, seoras elegantes que llegabanen camionetas de lujo, jvenes despreocupados que en-traban a medio da para comprar unas botellas de vinoy un queso francs. stos eran los sujetos ajenos quems llamaban la atencin y que quedaban grabadosen los apuntes etnogrficos. Pero luego, una vez afina-da la mirada, una observacin ms sistemtica y msprolongada hizo aparecer una clientela ms diferencia-da y mucho menos homognea. Sin embargo es signifi-cativo que lo primero que saltaba a la vista era la pre-sencia de los ricos y la conciencia y la incomodidadde estar haciendo campo en los lugares para los ricos.

    Cuando se hace campo en el contexto de una mega-ciudad como la de Mxico, las imgenes tradicionalesde la alteridad cultural se vuelven ms complejas. Hayque aprender a sortear los problemas que pone el con-seguir una entrevista con una joven muy guapa quese pasea por Perisur con sus bolsas de las compras, ouna seora bien arreglada que lleva sus nios al par-que Loreto y Pea Pobre, o un seor de traje que dejasu coche ltimo modelo al valet-parking y se dirige r-pidamente a un restaurante, o un grupito de adoles-centes que hablan sin cesar por sus telfonos celulares.Cmo abordar estos sujetos, siendo un estudiante deescasos recursos que procede de la periferia oriental?Lejos de ser puramente retrica, la pregunta alude auna vivencia muy concreta.

    Esta impresin de estar fuera de lugar la discuti-mos en grupo para tratar de objetivarla como un hechoinevitable a la hora de insertarse en el campo. Sin em-bargo, no todos hablaron de su propia experiencia alrespecto y hubo reticencias en reconocer que los obs-tculos para abordar el terreno tenan que ver con unarelacin en la que las posiciones sociales se encontrabande alguna manera invertidas, en la que el investigadortena que relacionarse con gentes ms ricas, con msestatus, con poco tiempo y muchos compromisos. Estasituacin no es inslita en la investigacin urbana,y sobre ello existen excelentes reflexiones basadas enetnografas bien hechas, como la de Beatriz Le Wita(1988) sobre las mujeres de la alta burguesa parisina.

    22 En mi caso, ms de una vez entraba con el objetivo de observar la sociabilidad y sala con mis bolsas de las compras, comouna forma irreflexiva de practicar la observacin participante.

    23 Muy pronto entendimos que la seguridad es un asunto mucho ms difcil de cuidar de lo que los gestores de los centroscomerciales quieren hacer creer. Como cuando uno de estos gestores nos dijo a Guillermo y a m que esto es una bombade tiempo, despus de haber empezado diciendo que todo estaba perfectamente bajo control.

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    Dije que al comienzo se tiene siempre la impresin deque los dems nos estn observando, pero que esto nosiempre es as. Somos ms bien nosotros quienes nosestamos observando: somos conscientes de que esta-mos haciendo una investigacin y no queremos fallar,ello provoca que a menudo nos preocupemos excesi-vamente por lo que estamos haciendo y por lo que losdems puedan pensar sobre nosotros.

    Adems, mientras ms conozcamos el terreno porinvestigar, ms exigentes nos volvemos hacia nosotrosmismos. Esto explica, por lo menos en parte, la facilidadcon la que un investigador extranjero puede insertarseen un terreno ajeno y moverse sin grandes problemas.Una prueba de ello la podamos encontrar comparandolas dificultades de algunos de los estudiantes parapresentarse y abordar a los sujetos, con la casi totaldesenvoltura de Bruno, el estudiante francs que seincorpor a nuestro grupo para estudiar dos centroscomerciales. Desde su posicin de extranjero, y ademsde gerito, Bruno se relacionaba con absoluta faci-lidad con los frecuentadores de Plaza Loreto. Sin em-bargo, no pudo conseguir las entrevistas que queratan fcilmente como pensaba, y nunca nadie de lossujetos que abord en los centros comerciales accedia dejarse entrevistar en su casa. Esta comparacincon un estudiante extranjero ayud a adoptar una pos-tura reflexiva en la medida en que, por contraste, seevidenciaban tanto las diferencias como las seme-janzas. Entre estas ltimas, vale la pena destacar unavez ms el tema de la separacin entre diferentesmbitos de experiencia de los sujetos y la casi imposi-bilidad para el investigador de moverse de uno a otro.Abordar a alguien en un espacio pblico nos permiteaprehender una faceta de su experiencia urbana, perodifcilmente podremos penetrar en otras y conocer aeste mismo sujeto como habitante del lugar X.

    En una gran urbe como la de Mxico y trabajandosobre espacios pblicos y comerciales altamente valori-zados, cerrados y vigilados, las condiciones de accesoal terreno no son fciles. Si en todo terreno el antro-plogo tiene que pedir permisos y ganarse la confianzade diferentes sujetos para poder tener acceso a la in-formacin que busca, en el caso de los lugares elegidosel acceso se halla condicionado por ciertos factores es-pecficos, relacionados con el tipo de espacios y susdueos. Por supuesto que en un centro comercial o enun supermercado se tiene un acceso relativamente f-cil como consumidores. A una unidad habitacional sepuede tener acceso como visitante de algn residente.

    Pero el acceso como investigadores no es sencillo. Enlos terrenos urbanos como los elegidos, la presenciadel investigador necesita legitimarse formalmente me-diante explicaciones detalladas de su trabajo, cartas depresentacin y pedidos de autorizacin a las autorida-des correspondientes en cada espacio. Si quiere realizarlas actividades propias de su trabajo hacer observa-cin sistemtica, entrevistas, fotografas, cuestiona-rios debe pasar por un trmite que consiste en locali-zar y luego entrevistarse con los responsables del lugar,explicarles qu es lo que se quiere hacer, y casi siem-pre extender una carta formal en la que se pide permi-so para hacer la investigacin. No es tan obvio lograrla apertura de una relacin con actores que representangrandes empresas o conjuntos de empresas el grupoCarso, Wal-Mart, la Comercial Mexicana entre otrascuya polticas en cuanto a relaciones pblicas no sonfcilmente evidentes ni inteligibles.24 Asimismo, no essencillo iniciar y establecer una relacin de confianzacon los representantes y habitantes de los espaciosresidenciales cerrados, para los cuales, justamente, elvivir intramuros implica entre muchas otras cosasel protegerse de todo tipo de invasores extraos, inclui-dos los investigadores. No siempre se da el permiso, ya veces es otorgado sub condicione, es decir, slo porun periodo delimitado o slo en ciertos lugares. Estopone al investigador en la situacin de no poder hacercomo si no estuviera. La carta de presentacin o la au-torizacin que debe exhibir a cada nuevo encuentro lerecuerdan cul es su lugar, qu es lo que est haciendoy los lmites dentro de los cuales puede (y debe) mover-se. Las condiciones de modernidad del terreno promue-ven la reflexividad como conciencia del lugar ocupadoen la situacin de investigacin.

    En las condiciones en las que trabajamos quieneshacemos antropologa en la Ciudad de Mxico, en los es-pacios propios de la globalizacin, se mezclan en formassui gneris el extraamiento y la familiaridad, el libreacceso como citadino y el pedido de acceso como antro-plogo, la observacin irreflexiva como transente oconsumidor y el esfuerzo por observar objetivamentey sobre todo reflexivamente, tomando distancia respec-to a nuestro uso habitual de los lugares, pero asumien-do nuestra ambivalencia en cuanto usuarios y al mis-mo tiempo observadores. Un punto importante sobreel cual es til insistir tiene que ver con la imposibilidadde un enfoque holstico de los lugares investigados, nin-guno de los cuales es un mundo en s mismo, en dondela investigacin pueda agotarse. Para no caer en el do-

    24 Pudimos con relativa facilidad explicar nuestras intenciones al gerente de Gran Sur, quien nos dej llevar a cabo algunasencuestas en sus instalaciones. Lo mismo en el caso del grupo Carso, cuyos representantes permitieron que un estudiantetrabajara dentro de la Plaza Inbursa, pero fue imposible conseguir el permiso para hacer entrevistas en Costco.

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    ble riesgo de encerrarse en los lugares y exotizar losobjetos, se puede recurrir a la comparacin como a unantdoto. Si los centros comerciales son un fenmenoglobal, comparar Perisur con uno de sus homlogos pe-rifricos, la Plaza Chalco, permite demostrar que losprocesos globales no arrasan con la especificidad delos lugares sino que en parte tienen que adecuarse ypactar con ella. Si la bsqueda de lo ecolgico y lo na-tural es igualmente un proceso de alcance global esinteresante ver cmo se concreta en el caso de un par-que ecolgico de tipo comercial (el Loreto y Pea Pobre)y en el de un parque pblico como el de Xochimilco. Engeneral, en la Ciudad de Mxico existen formas muy di-ferenciadas de acceso a ciertos bienes y servicios quese asemejan slo en apariencia. Comparar espaciospblicos semejantes pero situados en distintas reasde la ciudad permite dar cuenta de las viejas y nue-vas desigualdades en las modalidades de la experienciaurbana. sta ha sido una de las formas especficas enla que hemos intentado practicar la etnografa multilocalpropuesta por Marcus como un recurso para adecuarel trabajo de campo a los procesos propios de la globa-lizacin. Otra modalidad, ms general, visible en todoslos proyectos individuales, es la de la etnografa estra-tgicamente situada como un instrumento para tratarde entender, de manera amplia, el sistema en trminosetnogrficos y, al mismo tiempo, a los sujetos locales(Marcus, 2001: 121).

    La construccin del objeto y suredefinicin: un viaje en dos etapas

    La primera fase del trabajo de campo concluy con lanecesidad de replantear el proyecto de investigacinque haba guiado los primeros pasos de cada estudian-te. En la etapa de reflexin entre las dos estancias encampo, seguimos leyendo, se transcribieron al menosen parte las entrevistas y se empez a ordenar el mate-rial recogido. Esta etapa de reflexin llev a replantearel tema por investigar y a un autoanlisis en cuanto ala forma como se haba llevado a cabo la primera etapa.Casi todos cambiaron de tema, por lo menos parcial-mente, en relacin con sus inicios, a partir de considerarque el primer planteamiento era muy general o pocopertinente una vez averiguadas las condiciones parti-culares de la investigacin. La primera etapa sirvipara romper el hielo, entender qu es el campo y cmose hace, y sobre todo para apoderarse en concreto yno slo en teora de un tema de investigacin, esdecir, para definir lo que en realidad interesa hacer ylo que realmente se puede hacer una vez exploradaslas condiciones de posibilidad de determinado estudio.

    Es importante valorar el sentido formativo que tie-nen estas reorientaciones y redefiniciones del objeto,puesto que muy a menudo tratamos de olvidarlas yrara vez aparecen en los reportes finales. Cambiar detema implica haber efectuado una valoracin y undescarte razonado y motivado de un primer proyecto.Frente a los lugares y a los sujetos concretos de la in-vestigacin, cada quien tuvo que evaluar la situacin,preguntarse si poda o no hacer el trabajo, y medir sudisposicin real y sus recursos para efectuar una in-vestigacin sobre un determinado tema. El cambio detema entraa, por lo tanto, la puesta en prctica de unconjunto de operaciones que involucran al mismo tiem-po el conocimiento terico y el sentido prctico, comosntesis de las disposiciones personales y de la valora-cin reflexiva de la posicin de cada quien para poderrealizar el proyecto. Se trata, en suma, de una expe-riencia muy til en cuanto al proceso de aprendizajedel oficio, adems de ser, vindolo bien, una etapa casinormal en el proceso de investigacin. Aun cuando setengan preguntas claras e hiptesis viables, la prcticaetnogrfica se caracteriza por hacernos descubrir cosasimprevistas, que obligan en parte a replantear el pro-blema de investigacin y la estrategia para investigar-lo. La realidad es ms complicada de lo que nuestraimaginacin nos permite prever, y es por eso que exis-te la investigacin emprica. Por ello es muy importanteque el trabajo de campo se desarrolle en dos etapas,ya que la segunda sirve a menudo para profundizar yrectificar la ruta trazada en la primera. Y no porque sehayan cometido errores sino porque estos ajustes for-man parte del proceso de produccin del conocimiento.

    Veamos ahora cmo cambiaron algunos proyectosindividuales. Alejandra quera trabajar sobre el funcio-namiento de la seguridad y la vigilancia en un super-mercado en Ixtapaluca, pero se percat de que no selo iban a permitir. Al frecuentar el supermercado, se in-teresa por la condicin laboral de las mujeres que tra-bajan en l. Se aboca a trabajar sobre las empleadasde la Comercial Mexicana y el sentido que tiene paraellas laborar en un lugar tan moderno y opulento. Car-men pensaba comparar dos parques temticos, el par-que Loreto y Pea Pobre y los Viveros de Coyoacn.Frecuentar los dos le hizo ver que no eran del todo com-parables, ya que uno es un parque ecolgico y el otroes un lugar muy especial, donde en principio se cul-tivan plantas y adicionalmente se utiliza como lugarde esparcimiento y sobre todo para hacer ejercicio. Loque deba comparar era un parque ecolgico con otroanlogo. Va a ver el parque ecolgico de Xochimilco yme lo propone como objeto ms viable para equipararlocon el de Loreto y Pea Pobre. Se plantea as estudiardos parques definidos por el enfoque ecolgico, pero

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    en un caso orientado segn una lgica comercial, y enel otro ms segn la lgica del bien pblico, o de bajocosto, abierto a todo tipo de frecuentadores. Armandoempez con la problemtica de las artesanas y el estu-dio de la adecuacin a los gustos modernos por partede los fabricantes de muebles tradicionales mexicanosen el mercado Vasco de Quiroga. Durante la primeraetapa de campo se interesa por la procedencia de algu-nos de los trabajadores del mercado y descubre quemuchos de ellos vienen de un mismo pueblo, ademsde ser parientes unos de otros. Decide trabajar sobrela migracin del campo a la ciudad, porque consideraque es un tema relevante sobre el cual no se ha hechomucho en los ltimos aos, pues lo que est de modaes el caso de los migrantes llamados transnacionales.Martha tena un tema muy general al comienzo en tor-no a la presencia de la multiculturalidad en los centroscomerciales. Al frecuentar el centro comercial GranSur decidi abocarse a estudiar el tema fast food y lasdiferentes ofertas de comida extica, y a compararlas reas de comida rpida en un centro comercial gran-de como Gran Sur y uno perifrico, pequeo y de al-cance regional como es la Plaza Chalco (que ademstena la ventaja de estar ms cerca de su casa). Se inte-resa por estudiar modalidades diferentes de consumirla comida y los significados culturales asociados a ellas.Hugo tena al principio un inters por los jvenes quefrecuentan los centros comerciales; quera comparara los geritos de Perisur con los chavos del oriente delrea metropolitana. Luego se apasiona observando loque sucede en el transporte pblico, y muestra una ha-bilidad especial en describir las microtcticas corpo-rales y los conflictos para ganar espacio en el peseroo en el autobs. Poco a poco surge la idea de compararvarios espacios pblicos a lo largo del recorrido en trans-porte pblico de Ciudad Nezahualcyotl hasta Perisur.Carlos se interesa desde el principio por las diferentesmodalidades de consumo en Gran Sur, entre el fashionmall, por una parte, y el service mall, por la otra. Es evi-dente que el mundo de las mercancas lo fascina: escapaz de distinguir y recordar los precios de un mismoproducto en muchos lugares diferentes. Su inters hapermanecido igual, pero ha tenido que acotar sus lu-gares de investigacin, puesto que en Costco fue impo-sible obtener el permiso para llevar a cabo una encuesta.

    Acept estos cambios de tema con la salvedad deque desembocaran en proyectos ms viables y cohe-rentes que los anteriores, y siempre y cuando estuvieraa mi alcance asesorarlos. Sin embargo, hubiera sidomejor insistir para que todos los trabajos tuvieran unfondo comn, porque asesorar tres temas que poco onada tenan que ver con la problemtica general com-plic la dinmica de grupo y no permiti realizar al cien

    por ciento lo que yo tena previsto en cuanto al funcio-namiento del seminario de investigacin, es decir, quecada quien pudiera aprovechar el trabajo de todos losdems para de esa forma multiplicar el rendimientodel conjunto. No obstante, prevaleci el criterio del in-ters personal del alumno sobre el del grupo, porqueno hay nada peor que hacer algo que no se quiere, yhacerlo a regaadientes.

    Regresar al campo despus de una pausa permitiver ms cosas de las que se avistaron en la primera, yse pudo redondear y precisar el problema y las hiptesis.Adems, siendo el conocimiento antropolgico un sa-ber construido a partir de una relacin humana, se ne-cesita cierto tiempo para que esta relacin se construya,cobre vida y adquiera cierta consistencia. Esto explicael por qu a menudo las segundas etapas son ms fruc-tferas que las primeras. Aun cuando la primera etapase acomete con ideas claras e hiptesis razonablementebien planteadas, en la segunda las cosas funcionanmejor porque la relacin con nuestros interlocutoresya no es incipiente, se basa en una mayor confianza y,por ende, permite una mayor posibilidad de penetracinen el medio sociocultural por investigar.

    Algunas reflexiones finales

    Por mucho tiempo se ha considerado al trabajo decampo como algo consustancial a la prctica de la an-tropologa, pero esto no quiere decir que todos lo haga-mos de la misma manera. Estudiantes brillantes en elaula pueden resultar ser etngrafos tmidos y temero-sos, lentos en insertarse en los lugares y en apasionarsepor un tema. Otros, que haban sido estudiantes me-nos atentos en el trabajo de aprendizaje en el aula, ala hora de hacer campo se revelaron sorprendentementems vivaces de lo esperado, capaces de abrirse caminoy moverse por s solos, gustosos en compartir sus des-cubrimientos con el grupo. Para algunos de ellos, eltrabajo de campo ha sido la experiencia a partir de lacual han pensado en convertirse en investigadoresprofesionales. Para otros, el campo puede ser la expe-riencia a partir de la cual escojan no seguir haciendoinvestigacin emprica. Sin querer caer en el estereo-tipo del campo como rito de paso mediante el cual unose forja como antroplogo, s hay que subrayar el pesodeterminante que puede tener esta experiencia encuanto a decidir seguir o no cierta carrera.

    Este proyecto de trabajo de campo estuvo condicio-nado por el estado de necesidad de los estudiantes ypor la escasez de recursos propia de la universidad p-blica, condiciones que hicieron que ninguno pudieradedicarse a la investigacin de tiempo completo. Esto

  • Angela Giglia

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    no les impidi llevar a cabo el trabajo, pero algunos deellos sienten que lo hubieran querido hacer mejor. In-cluso con estos lmites, el trabajo en grupo tiene enor-mes ventajas en la medida en que permite abordar,desde diferentes ngulos, una misma problemtica.As, la interpretacin de los materiales se vuelve unproceso polifnico, en el que se confrontan puntos devista diferentes, que es posible hacer dialogar: el del do-cente, el de los estudiantes y el de los interlocutores,cuyos discursos sobre la ciudad estn impregnados dediferentes representaciones e imaginarios.25 La inter-pretacin debe tambin situarse en un punto de intersec-cin ideal entre los discursos y las prcticas, para reubi-car a ambos dentro del marco situacional que los viogenerarse. De esa forma se evita la falacia de considerara los materiales discursivos producidos como si fueranmero texto, y se los sita en los contextos donde surgie-ron y de donde emana su significado (Althabe, 1990).

    Para terminar, quisiera resaltar la importancia dela relacin pedaggica vinculada con la investigacinen el terreno, como una herramienta imprescindible enla trasmisin del saber antropolgico en cuanto habitusque necesita ser aprehendido mediante la prctica elhacer y el ver hacer y no slo mediante la transmisinde informacin terica. El nfasis sobre la adquisi-cin de un habitus trae consigo reconocer la importanciadel tiempo como un factor indispensable para permitirla acumulacin de experiencias y la asimilacin de lasmismas en tanto base indispensable de dicho habitus.Esto no quiere decir que la investigacin antropolgicarequiera a fuerza de tiempos dilatados. Una vez que sehaya aprendido cmo se hace, se puede hacer inves-tigacin en tiempos relativamente breves. Pero paraaprender a investigar se necesita de tiempos razonable-mente largos y, sobre todo, de etapas intermedias (opausas) en las que sea posible asimilar y elaborar laexperiencia y la informacin recogida.

    Actualmente los estudiantes del proyecto se encuen-tran redactando sus trabajos terminales. Algunos yahan entregado un borrador completo (o casi completo)en el que se refleja no slo la informacin recogida,sino el complejo proceso por el cual se pas para llegara definir y abordar un objeto a partir de preguntas te-ricas delimitadas y de situaciones empricas concretas.Adems, en la exposicin de su investigacin y en laelaboracin de los trabajos finales todos los alumnosen mayor o menor medida han demostrado ser cons-

    cientes de la especificidad de su propia posicin frenteal objeto investigado. En todo caso la reflexividad sir-vi para controlar en una medida ms que satisfactoriala ansiedad que es consustancial a toda relacin con elobjeto de estudio, cuando este objeto es encarnado porseres humanos como nosotros mismos (Devereux,1977). Sin embargo, la adopcin de una postura refle-xiva puede realizarse a niveles de conciencia diferentes,que permiten una menor o mayor profundizacin en elautoanlisis. Lo mismo vale para este ensayo. S quehe limitado mi reflexin slo a ciertos aspectos de laexperiencia, tal vez a aquellos que me parecen mspertinentes para compartir con los colegas antroplo-gos, en aras de promover una reflexin sobre el modusoperandi y las condiciones de posibilidad del trabajode campo en la Ciudad de Mxico. Existen sin dudaotros aspectos, relativos a la dinmica grupal, al fun-cionamiento acadmico y a la relacin pedaggica, queno se mencionan aqu y que podrn ser objeto de otroensayo.

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    25 Las diferencias entre nosotros quedan ejemplificadas con el siguiente episodio. Cuando fuimos juntos a observar el puentepeatonal entre Perifrico y Perisur, vindome tomar fotos Edgar y Hugo, me dijeron con tono de burla que me vea comoturista, ante lo cual manifest en el mismo tono de broma mi ms profunda decepcin, puesto que llevo en Mxico yamuchos aos y esperara por lo tanto poderme confundir con la poblacin que habita la ciudad.

  • Cmo hacerse antroplogo en la Ciudad de Mxico. Autoanlisis de un proyecto de trabajo de campo

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