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Cómo Ganar Una Discusión Siempre
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Cómo ganar una discusión siempre4 partes:
Elige tu argumento
Estructura tu argumento
Ataca el argumento de tu oponente
Diseña tu argumento
El arte retórico de la persuasión es un conjunto de habilidades útiles y sutiles que tienes que dominar. Las pautas siguientes te ayudarán a tratar una cuestión y a convencer a tu oponente, ya sea que te guste discutir por diversión o si constantemente te ves involucrado en debates complicados. Comienza con el primer paso o encuentra consejos más específicos en las secciones que aparecen arriba.
Parte 1 de 4: Elige tu argumento
1.
1Piensa en muchas razones por las que un enunciado particular pueda ser falso o verdadero.[1] Piensa en todos los argumentos posibles a favor y en contra para
justificar un tema en particular, ya sea que lo elegiste, te lo asignaron o si simplemente
quieres discutir sobre el asunto por ninguna razón en particular. Al final deberás tener
un argumento complejo y matizado sobre el tema. Sin embargo, antes de hacer esto
deberás tener una noción del ámbito lógico del tema.
Imagina que estás discutiendo con alguien la cuestión general del control de armas. El
nivel básico de la discusión es si estás a "favor" o en "contra" del control de armas
como política gubernamental, aunque en realidad la cuestión es mucho más
complicada. Antes de que elijas un "punto de vista", comienza a pensar en algunas
preguntas de exploración que delimitarán la cuestión y te obligarán a definir algunas
condiciones.
¿Qué significa el "control de armas"? ¿Cuál es el alcance de la discusión a nivel legal
y geográfico? ¿Qué significa "estar a favor"? ¿Qué significa "estar en contra"? ¿Por
qué motivos una persona estaría a favor? ¿Por qué alguien estaría en contra?
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2.
2
Comienza a respaldar estas razones con evidencia. Quizás te preguntes: "¿por qué
debería buscar evidencia para respaldar enunciados que no he hecho?". Buscar
evidencia para todos los puntos de vista de una cuestión será una parte integral de la
comprensión, la estructuración y la creación del argumento, sin importar cuál
"perspectiva" vayas a defender. En este punto, piensa que este ejercicio se trata de
investigar el tema en vez de discutirlo.
Imagina que discutes con tus padres sobre el hecho de que no te permiten salir por la
noche y uno de los argumentos que pensaste a favor es que si te quedas en casa por
la noche, podrás descansar mejor. Tus padres creen que necesitas descansar bien
todas las noches para que estés físicamente sano y que si no sales por la noche,
conseguirás el descanso suficiente. En ese caso, es buena idea que busques
estadísticas sobre las horas de sueño necesarias para las personas en tu grupo de
edad junto con otra información que recopiles sobre los efectos sociales y psicológicos
de no salir por la noche.
Si estás discutiendo formalmente, puedes usar fichas que te ayuden en este proceso.
En la cara de la ficha, escribe cada razonamiento en forma de enunciado. Por ejemplo,
escribe: "quedarse en casa en la noche asegura un descanso apropiado". En el
reverso de la ficha, anota las referencias a la evidencia que recopilaste.
3.
3Aprende a preguntar "¿por qué" y "¿cómo". Califica cada enunciado que generes
preguntando el cómo funciona y el por qué lo hace. ¿Por qué aparece una referencia
al control de armas en la constitución nacional? ¿Cómo funciona dicha referencia al
día de hoy? ¿Por qué esta consideración es importante?
Utiliza las respuestas a estas preguntas para añadirle complejidad a tu argumento. En
el ejemplo anterior, puedes decir: "aunque se trate de garantizar el descanso
adecuado de una persona impidiendo que salga por la noche, se debe saber que el
impacto negativo en su desarrollo social supera en importancia al impacto físico del
sueño".
4.
4Evalúa las razones. Algunas razones serán "mejores" que otras. Por ejemplo, afirmar
algo como: "el control de armas infringe el artículo en la constitución que habla sobre
el derecho a portar armas" es un razonamiento más lógico que decir "el control de
armas impide que me divierta con mi rifle automático". En este caso, la primera
afirmación se estructuró en el lenguaje de los derechos universales que emanan de un
documento legal, mientras que la segunda es imposible de cuantificar o de evaluar
objetivamente. Siguiendo el ejemplo anterior, es difícil que le añadas complejidad a tu
argumento preguntando el "por qué" de la segunda afirmación, lo cual invalida el
enunciado.
Ordena las fichas en orden de calidad de razonamiento. Pon los razonamientos más
fuertes al principio y deja los más débiles al final. ¿Cuántas razones "buenas" tienes?
¿Cuántas razones débiles tienes?
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Parte 2 de 4: Estructura tu argumento
1.
1
Convierte tus razones en un argumento. [2] En primer lugar debes crear una buena
lista de razonamientos y evidencias. Después tienes que usar la evidencia para
calificar tus enunciados y al final debes delimitar estos últimos para formar una
discusión. Cuando termines este proceso podrás comenzar a seleccionar las razones
más fuertes para convertirlas en un argumento.
Por regla general se establecen tres puntos principales, aunque en realidad no hay
una "ley" que asegure que estos tres puntos forman un argumento sólido. Elige los
razonamientos más fuertes que tengas. Si tienes cinco razonamientos, elígelos. De
esa manera fortalecerás tu argumento.
2.
2Califica cada enunciado con evidencias, garantías y respaldo. El filósofo británico
Stephen Toulmin dijo que en todas las discusiones buenas se ofrecían evidencias
objetivas que soportaban cada uno de los enunciados hechos por las partes. Un
ejemplo de evidencia es: "los adolescentes de entre 16 y 18 años solo necesitan
dormir 6 horas para mantener un estado de salud óptimo".
La "garantía" es la conexión lógica entre la evidencia y el enunciado (también conocido
como tesis). Un ejemplo de garantía es: "como puedes ver, una restricción para salir
temprano en la noche impide innecesariamente el desarrollo social". Se deben detallar
las garantías para cada uno de los enunciados.
El "respaldo" en este caso hace referencia a la suposición que plantea la garantía. Por
ejemplo: "fijar la restricción de salir por la noche a una hora más alta asegurará el
desarrollo social".
3.
3Discute los contraargumentos y las refutaciones. Familiarízate con todos los
argumentos de la discusión para que tengas la oportunidad de presentar toda la
información que investigaste. Si investigaste todas las perspectivas de la discusión,
podrás presentar el punto de vista de tu oponente antes de que él lo haga. De esa
manera fortalecerás eficazmente tu argumento al evitar que tu oponente tome la
ventaja.
Siguiendo el ejemplo anterior, puedes decir: "quizás afirmes que las interacciones
sociales no son tan importantes como el descanso adecuado y que todo el contacto
social que necesito lo encuentro en la escuela. Pero como puedes ver, los hechos
simplemente no concuerdan".
4.
4Concluye tu argumento señalando las consecuencias de poner en acción tu razonamiento. A medida de que cuestionas tus propias razones, te acercarás a crear
un argumento manejable que podrás resumir luego de presentar tu evidencia y tus
razonamientos. Un ejemplo sería: "es cierto que necesito descansar lo suficiente. Sin
embargo, la cantidad de descanso no corresponde en lo absoluto a las restricciones
injustas y a las limitaciones sociales que resultan de quedarme en casa temprano en la
noche.
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Parte 3 de 4: Ataca el argumento de tu oponente
1.
1Identifica las falacias lógicas en el argumento de tu oponente.[3] Las falacias
lógicas son fallas en el razonamiento que se usan generalmente para hacer que un
argumento débil parezca más sólido. Estudia las falacias lógicas y aprende a
reconocerlas rápidamente para que puedas refutar sin problemas los argumentos
débiles. También debes aprender a evitar las falacias lógicas que pueden debilitar tus
propios argumentos. Estos son algunos ejemplos de falacias lógicas comunes:
La falacia del "hombre de paja" involucra tergiversar el argumento del oponente para
hacerlo parecer más débil. Un ejemplo de esta falacia es: "si apoyas las restricciones a
salir de casa por la noche, supongo que también quieres quitarme todos mis
videojuegos y enviarme a un campamento de educación liberal fascista".
La falacia "ad hominen" involucra atacar de manera personal al oponente como una
manera de socavar su argumento. Por ejemplo: "papá es un tonto. ¿Por qué tenemos
que escuchar lo que tiene que decir sobre mi vida social?".
En la falacia de la "pendiente resbaladiza" se trata de presentar como evidencia una
relación falsa de causa y efecto. Por ejemplo: "si tengo que estar en casa a las nueve
de la noche, lo que sigue es que tampoco podré comer hamburguesas en un
restaurante".
En la falacia "anecdótica" se utiliza una sola anécdota como evidencia para una
política universal. Por ejemplo: "José puede quedarse afuera hasta media noche".
2.
2
Ataca el razonamiento del oponente. Ahora que planeaste y presentaste tu caso,
también puedes encontrar las fallas en el argumento de tu oponente. Recuerda lo que
aplicaste cuando tratabas de desarrollar tu propio argumento. Preguntar "¿cómo?" y
"¿por qué?" es la manera más efectiva de identificar rápidamente las fallas en un
enunciado particular. Aplica lo mismo al argumento de tu oponente. Tendrás una
ventaja si tu oponente no analizó cuidadosamente su argumento, tal como tú lo hiciste
de antemano.
3.
3
Juega a ser Sócrates. Sócrates era un experto en llevar una conversación desde
algunas afirmaciones sencillas hasta temas complejos y ambiguos mediante el uso de
preguntas agudas. Hacer preguntas capciosas cuyas respuestas ya conoces puede
ser una manera excelente de llevar la ventaja en una discusión. Por ejemplo, puedes
decir: "¿así que afirmas que si no salgo de casa por la noche me iré a dormir
temprano? ¿Por qué? ¿Estar en casa significa que tengo sueño?".
4.
4Identifica los puntos débiles del argumento del oponente y hazte el ignorante para pedir explicaciones. Si parece que tu oponente no tiene estadísticas que
respalden una cuestión en particular, pregúntale si tiene evidencia que soporte su
enunciado.
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Parte 4 de 4: Diseña tu argumento
1.
1Elige un estilo de presentación apropiado para tu argumento y para tu público.[4] En el escrito antiguo de Aristóteles conocido como "Retórica" se señalan 3 tipos
básicos de persuasión retórica: el "pathos", el "ethos" y el "logos".
Un argumento persuasivo basado en el "pathos" va dirigido a las emociones. Un
argumento de este tipo puede ser una herramienta muy efectiva para destruir la
confianza de tu oponente en su propio argumento y hacer que empatice con tu punto
de vista.
Un argumento persuasivo basado en el "logos" va dirigido a la lógica y a los hechos. Si
estás discutiendo sobre asuntos cuantificables (tales como el "mejor" bateador de
jonrones de la historia), el uso de estadísticas será una parte importante de tu
argumento. En este caso, los argumentos emocionales no parecen razonables. Por
ejemplo, afirmar que alguien fue el mejor bateador solo porque fue un padre excelente
o porque donó mucho dinero a la caridad no tiene mucho sentido.
Un argumento basado en el "ethos" involucra la persuasión desde una posición de
experiencia o de simple credibilidad. La palabra "ethos" significa "carácter". Aunque
una persona con tatuajes no se convierte necesariamente en un experto en el tema,
en realidad está más "calificado" para dar consejos sobre este arte que una persona
sin tatuajes. Puedes usar esto a tu favor si te conectas a un argumento. Por ejemplo:
"como veterano de guerra y experto certificado en el manejo de armas, puedo afirmar
que la seguridad con las armas es una habilidad que cualquier persona puede
aprender".
2.
2Mantén la calma. Cuando discutas, mantén la calma y presenta tu punto de vista de
una manera organizada. Cuando tu oponente plantee un punto, refútalo siempre que
tengas algo relevante que te respalde.
3.
3Evita la condescendencia. Asegúrate de permitir que tu oponente termine sus frases
y hazle saber que escuchas lo que dice. Si estás hablando y tu oponente trata de
interrumpirte, trata de terminar tu frase sin alzar la voz ni hablar más rápidamente,
pero siendo firme.
Si tu oponente no deja de hablar y sigue tratando de interrumpirte, indica
calmadamente que tuviste la cortesía de dejarlo terminar sus frases y que te gustaría
que te tratara de la misma manera. Evidentemente parecerás ser más cortés y
maduro, lo cual a menudo ayuda a ganar las discusiones.
4.
4Pierde con gracia. Acepta rápidamente las fallas en tu razonamiento o los puntos
débiles de tu argumento y sigue con otros asuntos. Aprende a identificar rápidamente
los puntos que te hacen perder la discusión y muévete a otros argumentos más
fuertes. Concéntrate en el marco general y no te dejes involucrar en trivialidades.
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Consejos Las tácticas 'infantiles' (tales como gritar "¡cállate!") solo reducirán la credibilidad de tu
argumento y seguramente irán en contra de tu causa.
En ocasiones es útil estar de acuerdo parcialmente con tu oponente. Encuentra un
punto en el que concuerden tu oponente y tú. Por ejemplo, puedes decir: "concuerdo
con tu postura en este asunto, sin embargo, creo que no entiendas esta otra cuestión".
Este proceso hace que tu oponente sea más fácil de convencer. Sin embargo, no
caigas en el error de estar de acuerdo con tu oponente en demasiadas cosas.
Trata de no usar "palabras ambiguas" tales como: puede, podría, debería, entre otras.
Estas palabras hacen que tus argumentos sean vulnerables. Otros ejemplos incluyen
frases como: "hay un gran número de evidencias que demuestran..." (esta frase no
demuestra nada), "los críticos afirman que..."(¿quiénes son los críticos? ¿Cuáles son
sus credenciales?) o "escuché que..." (¿quién te lo dijo? ¿Dónde está la fuente?).
Aunque en algunos casos estas palabras son inevitables, siempre trata de especificar.
Si tienes que irte, haz una pregunta profunda antes de partir para hacer que tu
oponente piense sobre el tema y decida si está equivocado o si quiere discutir contigo
en otra oportunidad.