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Como eliminar las secreciones respiratorias de un bebe Nariz: límpiale los moquitos que tenga por fuera con un pañuelo muy suave, para evitar irritaciones, y lávale la nariz a menudo con suero fisiológico nasal. Recuéstalo de lado, para que no se trague las mucosidades, y aplícale el suero en una de las fosas nasales, mientras le presionas la otra ligeramente. Después, repite la operación del otro lado. Las peras de farmacia y los nebulizadores de agua marina también ayudan a despejar la nariz de los bebés. Si optas por la pera, no la emplees más de dos veces al día, para no irritar su naricita. Garganta: los niños muy pequeños no saben expectorar: al toser, las flemas se les quedan en la boca y se las vuelven a tragar. Por ello, cuando tu hijo tosa, debes ayudarle a expulsarlas. No se las quites con el dedo, porque puedes arañarle el paladar. Enrolla una gasita estéril en el dedo índice e introdúcela en su boquita. La flema se pegará a la gasa y te será más fácil quitársela. La congestión nasal y las flemas, que son muy indigestas, pueden causar inapetencia, náuseas y vómitos a tu hijo. Ante esta situación debes tener mucha paciencia, no lo fuerces a comer y, en lugar de ofrecerle cinco comidas a lo largo del día, acostúmbrate a darle siete u ocho, pero más pequeñas. De esta manera no tendrá sensación de ahogo ni sudará tanto al comer y le costará menos esfuerzo terminar con sus raciones.

Como eliminar las secreciones respiratorias de un bebe

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Page 1: Como eliminar las secreciones respiratorias de un bebe

Como eliminar las secreciones respiratorias de un bebe

Nariz: límpiale los moquitos que tenga por fuera con un pañuelo muy suave, para evitar irritaciones, y lávale la nariz a menudo con suero fisiológico nasal. Recuéstalo de lado, para que no se trague las mucosidades, y aplícale el suero en una de las fosas nasales, mientras le presionas la otra ligeramente. Después, repite la operación del otro lado. Las peras de farmacia y los nebulizadores de agua marina también ayudan a despejar la nariz de los bebés. Si optas por la pera, no la emplees más de dos veces al día, para no irritar su naricita.

 

Garganta: los niños muy pequeños no saben expectorar: al toser, las flemas se les quedan en la boca y se las vuelven a tragar. Por ello, cuando tu hijo tosa, debes ayudarle a expulsarlas. No se las quites con el dedo, porque puedes arañarle el paladar. Enrolla una gasita estéril en el dedo índice e introdúcela en su boquita.  La flema se pegará a la gasa y te será más fácil quitársela.

 

La congestión nasal y las flemas, que son muy indigestas, pueden causar inapetencia, náuseas y vómitos a tu hijo. Ante esta situación debes tener mucha paciencia, no lo fuerces a comer y, en lugar de ofrecerle cinco comidas a lo largo del día, acostúmbrate a darle siete u ocho, pero más pequeñas. De esta manera no tendrá sensación de ahogo ni sudará tanto al comer y le costará menos esfuerzo terminar con sus raciones.