16
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=50902405 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Gavin Fridell Comercio justo, neoliberalismo y desarrollo rural: una evaluación histórica Iconos. Revista de Ciencias Sociales, núm. 24, enero, 2006, pp. 43-57, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Ecuador ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Iconos. Revista de Ciencias Sociales, ISSN (Versión impresa): 1390-1249 [email protected] Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Ecuador www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Comercio Justo, Neoliberalismo y Desarrollo Rural

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Comercio justosneoliberalismodesarrolloeconomia social y solidaria

Citation preview

  • Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=50902405

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Sistema de Informacin Cientfica

    Gavin Fridell

    Comercio justo, neoliberalismo y desarrollo rural: una evaluacin histrica

    Iconos. Revista de Ciencias Sociales, nm. 24, enero, 2006, pp. 43-57,

    Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

    Ecuador

    Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Iconos. Revista de Ciencias Sociales,

    ISSN (Versin impresa): 1390-1249

    [email protected]

    Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

    Ecuador

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.orghttp://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=50902405http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=509&numero=3296http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=50902405http://www.redalyc.org/revista.oa?id=509http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=50902405http://www.redalyc.org/revista.oa?id=509http://www.redalyc.org/revista.oa?id=509http://www.redalyc.orghttp://www.redalyc.org/revista.oa?id=509
  • Comercio justo, neoliberalismo y desarrollo rural: una evaluacin histrica

    Gavin FridellPhD. en Ciencias Polticas. Investigador Asociado al Center for Research on Latin America and the Caribbean-CERLAC , Universidad de York,Toronto

    Email: [email protected]

    Fecha de recepcin: agosto 2005Fecha de aceptacin y versin final: diciembre 2005

    Traduccin del ingls: Roco CazarRevisin: Jeannette Snchez

    ResumenEste artculo examina la red de comercio justo dentro del contexto del rgimen internacionalde desarrollo de la posguerra. En aos recientes, la venta de productos bsicos agrcolas decomercio justo ha crecido rpidamente en el norte y la red de comercio justo ha sido relativa-mente exitosa en ganar el apoyo de instituciones pblicas y corporaciones transnacionales. Elartculo argumenta que este xito, cuando es visto histricamente, slo puede ser adecuada-mente entendido como la otra cara de la derrota del movimiento ms general de comerciojusto, que busc la regulacin del mercado nacional e internacional y es, de hecho, un indica-dor del actual triunfo de la globalizacin neoliberal.

    Palabras clave: comercio justo, comercio tico, justicia social, desarrollo internacional

    AbstractThis paper examines the fair trade network within the context of the post-war internationaldevelopment regime. In recent years, the sale of fair trade agricultural commodities in theNorth has grown rapidly and the fair trade network has been relatively successful at gaining thesupport of public institutions and transnational corporations. The paper argues that this suc-cess, when viewed historically, can only be properly understood as the flip-side of the defeat ofthe broader fair trade movement which sought national and international market regulationand is in fact indicative of the current triumph of neoliberal globalization.

    Keywords: fair trade, ethical trade, social justice, international development

    Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 24, Quito, enero 2006, pp. 43-57 Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Acadmica de Ecuador.

    ISSN: 1390-1249

  • En las ltimas dcadas, la red de comer-cio justo ha emergido como una signi-f i c a t i va iniciativa de desarrollo quebusca confrontar al subdesarrollo en el sur,desafiando los desiguales trminos de inter-cambio para los productos bsicos agrcolas.En general, las mercancas son certificadas porlas organizaciones paraguas si son interc a m-biadas bajo trminos de un precio mnimogarantizado y si son producidas siguiendo losprincipios de las organizaciones democrticas:no utilizacin de trabajo infantil, sindicatosde trabajadores rurales reconocidos y sustenta-bilidad ambiental. Aunque hay poco trabajoemprico sistemtico sobre el comercio justo,la evidencia que existe re vela que la red tieneel potencial de proveer mayo res ingresos ru r a-les, servicios de extensin agrcola e infraes-t ructura social y fsica para cientos de miles depequeos agricultores y trabajadores ru r a l e sen todo el sur. En aos recientes, ha emergidouna pequea pero creciente literatura sobre elc o m e rcio justo, la cual ha empezado a va l o r a rel potencial de la red para el alivio de la pobre-za rural y la construccin de capacidades loca-les (LeClair 2002, Raynold 2002, Wa r i d e l2002, Va n d e r Hoff 2001, Simpson y Rapone2000, Re n a rd 1999).

    La mayora de los autores, en diferentesgrados, describen a la red de comercio justocomo un reto innovador frente a la globaliza-cin neoliberal, y miran al crecimiento de lasventas de comercio justo como una pequeapero importante victoria en la lucha contra laliberalizacin de los mercados, los recortes delgasto social y el ataque a los derechos labora-les impuestos por las reformas neoliberales.En este artculo se discute, sin embargo, queesta representacin falla en situar histrica-mente a la red dentro del contexto msamplio del desarrollo en la posguerra. Unaperspectiva histrica revela que el crecimien-to de la red de comercio justo ha sido, dehecho, un indicio del actual triunfo de la glo-balizacin neoliberal, la cual ha impuesto en

    la red una estrategia de desarrollo voluntaris-ta no estatista pero que, al mismo tiempo,rechaza demandas ms generales por un mer-cado internacional regulado con una fuerteintervencin estatal.

    El anlisis histrico que se presenta a con-tinuacin hace una distincin entre la red decomercio justo y el movimiento de comer-cio justo. La categora de red se usa para refe-rirse a una red formal de organizaciones nogubernamentales (ONG) que conecta a cam-pesinos y trabajadores del sur con socios delnorte a travs de un sistema de reglas decomercio justo. En contraste, el movimientode comercio justo se usa para referirse a unmovimiento ms general e informal que hatenido una influencia significativa en los cr-culos internacionales del desarrollo desdefinales de la Segunda Guerra Mundial. Estemovimiento no tiene existencia oficial, peroaqu es usado para englobar a una variedad deiniciativas dirigidas por gobiernos del sur,organizaciones internacionales y ONG con elpropsito de usar la regulacin del mercadopara proteger a los agricultores pobres y tra-bajadores del sur de los caprichos del merca-do internacional y del descontrolado poderde las naciones ricas y grandes corporacionestransnacionales (CTN) del norte. La red decomercio justo histricamente ha sido slouna de muchas iniciativas dentro del msamplio movimiento de comercio justo, el cualincluye elementos como acuerdos internacio-nales de productos primarios, esquemas deestabilizacin de precios, y apela a foros inter-nacionales para reglas de comercio ms justas.Durante el apogeo del movimiento de comer-cio justo, la red estuvo en su primera fase(1940-1980) y tom del movimiento lavisin de un sistema internacional de comer-cio alternativo con una fuerte regulacin almercado internacional. Cuando colaps elproyecto estatista del movimiento, bajo elpeso de las reformas neoliberales, la red atra-ves su segunda etapa (1980 hasta el presen-

    44CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Gavin Fridell

  • te) y se reorient hacia ganar compromisosvoluntarios de las CTN, desatndose unperiodo de crecimiento de las ventas sin pre-cedente. As, desde una perspectiva histrica,mientras la mayora de los proyectos delmovimiento de comercio justo caan en dete-rioro, la red de comercio justo estaba en auge,siendo as una de las pocas iniciativas delmovimiento en sobrevivir y crecer con fuerzaen la era de la globalizacin neoliberal. Estorevela que la expansin de la red ha sido noun indicador de la victoria del comerciojusto, en su definicin ms amplia, sino delactual triunfo de la globalizacin neoliberal.

    Historia del movimiento de comercio justo1

    Los orgenes del movimiento de comerciojusto pueden encontrarse en varios acuerdosde control de mercancas desarrollados porlos poderes coloniales en el periodo de entreguerras, 1918 a 1939. Estos acuerdos se con-centraron en productos bsicos -cobre, esta-o, caucho, caf, trigo, azcar y algodn- ybuscaron combatir la cada de los precios res-tringiendo la produccin, por tanto, bajandola oferta y forzando la subida de los precios.Gran parte de esta estrategia fall porque losprecios, apenas ms altos, fomentaron a nue-vos productores a entrar en el mercado o con-dujeron a intensificar los esfuerzos para desa-rrollar ms substitutos en el norte (ver BarrattBrown 1993:79-87, Furtado 1976:50-57).La Segunda Guerra Mundial (1939-1944),provoc, por otro lado, un incremento tem-poral en los precios de productos bsicos agr-colas, lo que condujo a la suspensin de lamayora de estos acuerdos iniciales.

    Luego de la guerra, las fuerzas aliadas fir-maron una serie de acuerdos que formaron labase para el comercio internacional y el rgi-men de desarrollo de la posguerra, el cual seconcentr en atender dos objetivos claves: unsistema monetario internacional establedominado por los Estados Unidos (que invo-lucraba un sistema de cambio anclado aldlar americano, una convertibilidad dlar-oro fija y la cooperacin internacional paracontrolar flujos financieros de corto plazo) yun rgimen de apertura comercial. El FondoMonetario Internacional (FMI) y el BancoInternacional para la Reconstruccin y elDesarrollo (Banco Mundial) se formaron conel objeto de supervisar el sistema y proveerfinanciamientos de corto y largo plazo a losestados participantes. Igualmente, el AcuerdoGeneral sobre Aranceles y Comercio (GATT)fue establecido para lograr la reduccin de lasbarreras de comercio a travs de una serie derondas de negociacin.

    A pesar del enfoque en la apertura comer-cial, se adoptaron algunos mecanismos pararegular el comercio protegiendo a las nacio-nes del sur, entre los cuales se incluye la adop-cin de la Carta de la Habana en 1947, lacual sent las bases para los acuerdos de con-trol de mercancas a ser conducidos bajo elauspicio de las Naciones Unidas. Al contrariode los esquemas anteriores, que se enfocaronen restringir la produccin, la Carta de laHabana propuso el uso interventor de stocksde regulacin (buffer stocks), que pueden acu-mularse cuando hay excedentes de produc-cin o reducirse en tiempos de escasez. En ladcada de 1950, con los precios de los pro-ductos primarios otra vez en cada, nuevosacuerdos internacionales bajo los trminos dela Carta fueron firmados para casi todos losproductos bsicos ms importantes. Con eltiempo, la mayora de ellos colapsaron debi-do a una variedad de razones poltico-econ-micas. Por ejemplo, un acuerdo para el azcarfracas en la dcada de 1960 luego de que los

    45CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Comercio justo, neoliberalismo y desarollo rural: una evaluacin histrica

    1 Una versin anterior y ms extensa de la narrativa his-trica presentada en esta y la siguiente seccin apare-ci en ingls en la Canadian Journal of DevelopmentStudies, ver Fridell (2004a).

  • Estados Unidos unilateralmente boicotearanel azcar de Cuba; y un acuerdo para el esta-o se derrumb en la dcada de 1980 debidoa una cada global en la demanda de estao( Barratt Brown 1993:87-92, Fu rt a d o1976:215-218).

    El extensamente sentido fracaso de losesquemas de productos bsicos result, en1964, en la primera Conferencia de lasNaciones Unidas sobre Comercio yDe s a r rollo (UNCTAD, por sus siglas eningls). En la conferencia, varias resolucionesse aprobaron a favor de una mayor transfe-rencia de riqueza del norte al sur, a travs deayudas, compensaciones y, lo ms importan-te, de un comercio ms justo. Para que secumpla este objetivo, las naciones del surdemandaron a los estados del norte que debi-liten sus polticas proteccionistas hacia losproductos agrcolas procedentes del sur yremplacen la provisin de ayudas financieraspor un sistema de subsidios para productoresdel sur, apoyndose en la concepcin deComercio, No Ayuda. Al final, nada sus-tancial fue logrado ya que los representantesdel norte votaron en contra o se abstuvieronde cualquier resolucin clave. Sin embargo, laUNCTAD en s misma fue establecida comoun foro y cuerpo de investigacin importantepara la informacin e ideas sobre el comerciojusto (Barratt Brown 1993:92, Fu rt a d o1976:221-224).

    Un concepto clave, donde la UNCTADjug un papel central en su promocin, fue elde intercambio desigual, cuyos fundamen-tos tericos fueron primero trazados por elfundador y Secretario General de la UNC-TAD, Ral Prebisch. Prebisch afirm que elsubdesarrollo en el sur se deba, primeramen-te, a un intercambio desigual causado por eldeterioro relativo de los precios de los pro-ductos primarios producidos en el sur en rela-cin a los productos manufacturados produ-cidos en el norte. Sus conceptos se difundie-ron en las dcadas de 1960 y 1970 por los

    tericos de la dependencia, quienes aadieronque desde el siglo XVI estas desigualdadeshan sido centrales para el sistema mundialcapitalista y son un legado del colonialismo,el cual ha obligado al sur a volverse depen-diente del norte en cuanto a mercados, tec-nologa y capital. La mayora de los tericosde la dependencia miraron la brecha entre elnorte y el sur, bajo los trminos de comercioexistentes, como insuperable y argumentaronque los estados del sur necesitan ya sea apoyaruna fuerte intervencin estatal en los merca-dos o, segn los crculos ms radicales, des-vincularse por completo del sistema capitalis-ta mundial.2

    En la dcada de los 1970s, las ideas impul-sadas por Prebisch y los tericos de la depen-dencia tuvieron una influencia significativaen los gobiernos del sur, muchos de los cualesejercieron polticas basadas en el nacionalis-mo econmico y presionaron por cambios enel rgimen internacional de comercio. Ennumerosos foros de negociacin las nacionesdel sur demandaron precios ms seguros parala agricultura y otros productos primarios,acceso preferencial a los mercados del nortepara industrias nacientes del sur, reformas alsistema monetario internacional, nuevos ygenerosos flujos de ayuda y cdigos de con-ducta para las CTN. Estas demandas llegarona ser consagradas en 1974 en el Programa deAccin sobre el Establecimiento de un NuevoOrden Econmico Internacional de lasNaciones Unidas. En 1976, una propuestapara un fondo comn que financie esquemasinternacionales de productos bsicos, parte deun Programa Integrado para Pro d u c t o sBsicos, fue aceptada en principio por losmiembros de la UNCTAD. La UNCTADtambin promovi el desarrollo de esquemascompensatorios de financiacin en donde los

    46CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Gavin Fridell

    2 Este corto prrafo no hace justicia a la riqueza y diver-sidad de la literatura sobre la teora de la dependencia.Para un resumen y evaluacin de los pensadores clave,ver Hunt (1989:121-223).

  • productores rurales reciben una compensa-cin financiera cuando los precios de los pro-ductos bsicos bajan por debajo de los nivelesacordados. El ejemplo ms notable de esto esel acuerdo STABEX adoptado por laComunidad Europea a principios de la dca-da de los 1970s, para compensar a sus anti-guas colonias bajo los trminos de laConvencin Lom (LeClair 2002).

    Mientras la dcada de los 1970s fue lacima del movimiento de comercio justo, losochenta vieron su descarrilamiento, cuandolos estados y organismos financieros interna-cionales rechazaron las polticas de interven-cin gubernamentales y las regulaciones delmercado, y se orientaron hacia polticas neo-liberales volcadas a la reduccin del tamaodel estado y la eliminacin de los controles alcapital nacional e internacional. Bajo el pesode las reformas neoliberales, el consenso pol-tico sobre el cual el Nuevo Orden EconmicoInternacional fue construido se disolvi y sevolvi caduco. Tom 13 aos ganar el apoyofinanciero para iniciar el fondo comn delPrograma Integrado para Productos Bsicos,para entonces pocos acuerdos internacionalesde productos bsicos estaban todava en ope-racin (Barratt Brown 1993:93-95). A finesde 1994, los acuerdos del GATT fueron rati-ficados en la Ronda de Uruguay y se cre laOrganizacin Mundial del Comercio (OMC)para vigilar y promover la desregulacin yliberalizacin de los mercados entre sus msde 120 estados miembros. En 1997, la OMCdetermin que el STABEX violaba sus clu-sulas de tratamiento y, por tanto, estaba des-tinado a ser reemplazado por un sistema decrditos directos (LeClair 2002). Sin embar-go, si bien los 1980s y 1990s fueron dcadasde decadencia para el movimiento de comer-cio justo en general, tambin fueron dcadasde rpida expansin para la red de comerciojusto. Luego de aos de un lento pero cons-tante crecimiento, desde los 1950s hasta1970s, la red de comercio justo entr en apo-

    geo a fines de los 1980s y ha alcanzado ven-tas sin precedentes en la era de la globaliza-cin neoliberal.

    La red de comercio justo:primera fase, 1940-1988

    Como hemos dicho, durante la primera fasede su historia, la red de comercio justo estu-vo significativamente influenciada por elmovimiento ms general de comercio justo,de donde tom el enfoque de combatir losprecios injustos a los productos bsicos ylograr comercio, no ayuda. Adems, la redestuvo influenciada por la teora de la depen-dencia y su crtica a las desigualdades inhe-rentes al sistema capitalista mundial. Comoresultado, originalmente los promotores delcomercio justo buscaron desarrollar un siste-ma alternativo de comercio donde los preciosno estuvieran determinados por los caprichosde un sistema mundial inherentemente injus-to, sino a travs de negociaciones entre losinteresados sobre la base de justicia para todaslas partes.

    Los mltiples orgenes de la red de comer-cio justo pueden ser rastreados entre los1940s y 1950s, cuando ONG cristianas deEuropa y Norte Amrica empezaron a vender,en proyectos de adquisicin directa, artesan-as producidas por artesanos del sur en des-ventaja. En las dcadas de los 1950s y 1960sestas ONG desarro l l a ron organizacionesalternativas de comercio (OAC) e iniciaron laimportacin y venta de artesanas de comer-cio justo a travs de pedidos por correo, gru-pos solidarios de iglesias y tiendas de comer-cio justo. En las dcadas de los 1970s y1980s, el caf y otros productos bsicos agr-colas fueron introducidos en los mercados decomercio justo y su facturacin pronto exce-di la de artesanas y desat el crecimiento dela red. Para la dcada de los 1990s, en Europay Norte Amrica existan docenas de OAC

    47CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Comercio justo, neoliberalismo y desarollo rural: una evaluacin histrica

  • dedicadas al comercio justo, las ms grandescon millones de dlares en ventas anuales.Por ejemplo, Fair Trade Organisatie, unaOAC pionera en el comercio justo y la msgrande de los Pases Bajos, tena una factura-cin por sobre los $15.6 millones en 1999-2000 (EFTA 2001a, 2001b).

    Las OAC que desarrollaron la red decomercio justo estuvieron motivadas por eldeseo de ayudar en sus necesidades inmedia-tas a sus socios del sur y en sentar las basespara trabajar por un nuevo sistema interna-cional de comercio. Uno de los ms clarosejemplos de las ideas que fueron importantespara la red durante sus dcadas de formacines el proporcionado por el trabajo de MichaelBarrat Brown, el Presidente Fundador yAdministrador de TWIN (T h i rd Wo r l dInformation Network) y Twin Trading en elReino Unido. En su trabajo Barratt Brownrecurre explcitamente a los conceptos de lateora de la dependencia y argumenta a favorde la necesidad de expandir la red de comer-cio justo para combatir el subdesarrollo en elsur, el cual afirma se deriva del intercambiodesigual (Barratt Brown 1993:23-43).Argumenta que el comercio justo puede pro-veer a los productores rurales del sur del tannecesitado acceso a tecnologa, educacin,crdito y facilidades con valor agregado parael procesamiento y almacenamiento y, almismo tiempo, protegerlos de los caprichosdel mercado global a travs de precios garan-tizados, estrictos estndares laborales y vncu-los de solidaridad entre productores y consu-midores.

    Adicionalmente, Barrat Brown describe ala red de comercio justo como parte de unaestrategia ms amplia para desarrollar un sis-tema alternativo de comercio basado en laregulacin del mercado internacional. Sin laregulacin del mercado las grandes CTN delnorte continuarn monopolizando los merca-dos internacionales y los beneficios, a travsde la especulacin y manipulacin, y las

    ganancias de los comerciantes justos seguirnsiendo limitadas e insostenibles en el largoplazo. En consecuencia, Barratt Brown afir-ma que el comercio justo tiene que atender,en ltima instancia, a la construccin de unnuevo orden econmico internacional, basa-do en consejos de comercializacin estatalescontrolados democrticamente y en vnculosdirectos entre consumidores y productores atravs de proyectos como la red de comerciojusto, consumismo verde y sindicatos de pro-d u c t o re s - c o n s u m i d o res. El resultado finalsera una economa descentralizada basada enun sistema de comercio paralelo y una red decomercio alternativa dentro de este sistema,creciendo a la par con la actual organizacinde comercio mundial de las grandes compa-as (Barratt Brown 1993:134).

    Desde finales de la dcada de los 1980s, lared de comercio justo ha experimentado unareorientacin significativa y la mayora de lospromotores del comercio justo, en distintosniveles, se han desviado considerablementede la visin de Barratt Brown acerca de unnuevo orden econmico. Dos aspectos clavesde su trabajo se han dejado atrs. Primero, lamayora de los promotores del comercio justohan abandonado el enfoque de Barratt Browndel estado-nacin como primer agente dedesarrollo. Para Barratt Brown, se requiere unestado democrtico intervencionista pararegular la economa, tanto a nivel internacio-nal como local, proveer a los productoresagrcolas de infraestructura, crdito y tecno-loga, y coordinar varios sectores de una eco-noma nacional para asegurar la diversifica-cin y un grado de autoconfianza. Al contra-rio de esto, en diferente niveles, la mayora delos promotores del comercio justo ya no bus-can una estrategia nacional e internacionalcoordinada como algo central para el desarro-llo, sino que se concentra en las ONG y suhabilidad para promover el desarrollo envarias cadenas de productos bsicos dentro dela economa global.

    48CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Gavin Fridell

  • El segundo aspecto del trabajo de BarrattBrown que han dejado de lado la mayora delos analistas es su enfoque de creacin de unared paralela de comercio que se plantee a smisma como una alternativa diferente al sis-tema capitalista mundial. Aunque opuesto ala nocin de la teora de la dependencia dedesvincularse, por su creencia de que lospases del sur requieren de la tecnologa delnorte, Barratt Brown apoya fuertemente lanecesidad de romper un tanto con el actualsistema y apuntar a uno nuevo que, en ellargo plazo, aspire a estar libre de las presio-nes impuestas por las CTN orientadas allucro. Al contrario de esto, a lo largo de lasdos dcadas pasadas, la mayora de los comer-ciantes justos han abandonado la visin de unsistema alternativo de comercio para estar afavor de reformar el existente.

    La reorientacin de la red de comerciojusto desde finales de la dcada de los 1980sse deriva de dos factores claves. Primero, lascondiciones polticas, econmicas e ideolgi-cas bajo las cuales el comercio justo fue origi-nalmente construido han cambiado dramti-camente con el ascenso de la globalizacinneoliberal. Los pro m o t o res del comerc i ojusto han seguido, en parte, tendencias msamplias en la economa poltica internacionalmientras los estados se han alejado sustancial-mente de las regulaciones nacionales e inter-nacionales del mercado bajo la carga de lasreformas neoliberales. Segundo, la reorienta-cin de la red de comercio justo tambin sederiva de los imperativos del mercado capita-lista. Limitados por la falta de acceso a con-sumidores y recursos para la comercializa-cin, los mercados de comercio justo se hanmantenido demasiado pequeos para proveera sus socios del sur de las ventas que necesitanpara sobrevivir. En respuesta, las organizacio-nes de comercio justo se reorientaron a smismas en direccin a ganar acceso a los mer-cados dominantes, a los cuales tenan la espe-ranza de reformar (Renard 1999, Waridel

    2002). Para lograrlo, intensificaron suse s f u e rzos de comercializacin y, lo msimportante, iniciaron sellos de comercio justopara ganar el apoyo de las CTN convencio-nales.

    La red de comercio justo:segunda fase, 1988 - presente

    La primera iniciativa de sellos de comerc i ojusto, de la Fundacin Max Ha ve l a a r, fue fun-dada en los Pases Bajos en 1988 en re s p u e s t aa los argumentos hechos por pequeos campe-sinos del sur acerca de la necesidad de ganaracceso a los m e rcados re a l e s (Bolscher 2002).El objetivo era pro m over el sello de comerc i ojusto y ofrecerlo a las CTN conve n c i o n a l e sque cumplan con los estndares de Ma xHa velaar a cambio de una cuota de cert i f i c a-cin. Los import a d o res convencionales seranm o t i vados a participar en el comercio justop o rque el sello les dara un valor agregado enel merc a d o. Desde su formacin, los sellos dec o m e rcio justo se difundieron rpidamente;actualmente hay diecisiete iniciativas naciona-les -bajo los nombres de Max Ha ve l a a r,Tr a n s Fair o Fair Trade Foundation- coord i n a-das por Fa i rtrade Lavelling Or g a n i z a t i o n sInternational (FLO), con sede en Bonn,Alemania. FLO tiene estndares de comerc i ojusto internacionales para una variedad de pro-ductos agrcolas primarios, incluyendo caf, t,cacao, pltano, miel, caa de azcar, naranjas,mangos, pias y jugos de fru t a s .

    Los productos certificados por FLO soni n t e rcambiados bajo trminos de un pre c i omnimo garantizado e incluyen primas socia-l e s pagadas por el comprador a las comuni-dades productoras para el desarrollo de infra-e s t ructura como hospitales, escuelas, caminosy facilidades para el pro c e s a m i e n t o. FLO tieneestrictos estndares laborales y ambientales alos cuales sus socios del sur deben adherirse,i n c l u yendo la negativa al trabajo infantil y for-

    49CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Comercio justo, neoliberalismo y desarollo rural: una evaluacin histrica

  • zado, libertad de asociacin para los trabaja-d o res y sustentabilidad ambiental. Ad i c i o n a l -mente, las cooperativas de los pequeos agri-c u l t o res deben estar dirigidas por una asam-blea general con derecho al voto para todas lasfamilias miembro y tener una junta democr-ticamente elegida que determine el uso de laprima social (FLO 2003).

    Desde su creacin, los sellos de comerciojusto han ganado no slo el apoyo crecientede los consumidores sino de las CTN con-vencionales. La venta de mercancas certifica-das por FLO creci en un 35% desde 1997 al2000, cuando la facturacin total estuvosobre los $196 millones. De stos, ms de$49 millones fueron directamente a los pro-ductores, cerca de 40% ms de lo que hubie-ra sido justificado por los precios convencio-nales. Consumidores de Suiza han compradola mayor cantidad de los productos certifica-dos por FLO (34.8% del total de 1997-2000), seguido por los Pases Bajos (24.7%),Alemania (17.6%), el Reino Unido (9.8%) yel resto de pases con comercio justo (13.1%).Los Estados Unidos y Canad, cada uno,contabilizaron slo el 0.2% del total duranteeste perodo; sin embargo, las cifras de ventasde estos dos pases recientemente aumentarony podran, en los prximos aos, alcanzarniveles ms apropiados para su peso econ-mico (FLO 2001, Waridel 2002, 99-100).

    A pesar del crecimiento de la red comoresultado de su reorientacin, las ventas porcomercio justo todava no han logrado suplirlas necesidades de los socios del sur, muchosde los cuales slo puede vender una pequeaproporcin de su produccin total en losmercados de comercio justo. Por ejemplo, lascooperativas de comercio justo de caf actual-mente pueden vender en promedio slo el20% de su produccin (Raynold 2002). Almismo tiempo, hay indicadores de lmitessignificativos para las perspectivas de creci-miento a largo plazo de los mercados decomercio justo. De acuerdo a la Asociacin

    Europea de Comercio Justo (EFTA por sussiglas en ingls), mientras mercados relativa-mente no explotados han mostrado un creci-miento sustancial en aos recientes, los bienestablecidos mercados de comercio justo,como los de los Pases Bajos y Alemania, hanregistrado un crecimiento lento o incluso unacada, reflejando haber alcanzado un ciertonivel de umbral de ventas o cuotas de merca-do que parecen muy difciles de superar(EFTA 2001a:33-36).

    Quiz el indicador ms alarmante de loslmites del mercado de comercio justo ha sidola cada de las tasas de crecimiento del caf decomercio justo, tradicionalmente el sectorms grande y de rpida expansin. En el2000 FLO indic que estaba reticente a regis-trar cualquier nueva cooperativa debido alestancamiento de las ventas de caf (FLO2001). Esto se ha originado principalmentepor la cada de los precios de las exportacio-nes para granos de caf convencionales, loque ha daado la competitividad del comer-cio justo. Desde 2000, los precios de lasexportaciones mundiales para caf especiali-zado han experimentado un descenso sin pre-cedentes, desde alrededor de $1 hasta un pre-cio tan bajo como $0.41 por libra en 2003.La causa primaria para esto ha sido la sobreo-f e rta global tras el colapso del Ac u e rd oInternacional de Caf (AIC) en 1989, unesquema de control para productos bsicosque haba provisto de alguna estabilidad a losprecios. Esto se ha combinado con la apari-cin de nuevos recin llegados a la industriadel caf, especialmente Vietnam, que hansido obligados por el Banco Mundial y elFondo Monetario Internacional a aumentarsus exportaciones de productos bsicos a finde ganar divisas para cumplir con el pago dela deuda. Durante la crisis, el precio del cafde comercio justo se ha mantenido en $1.26por libra, lo que ha daado la competitividaddel comercio justo pero tambin ha salvado amuchos comerciantes justos de la quiebra,

    50CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Gavin Fridell

  • migracin en masa y hambre experimentadapor miles de pequeos agricultores a nivelmundial (Oxfam International 2002a).

    En respuesta a estas presiones del mercadomundial, los promotores del comercio justohan buscado escalar sus esfuerzos para expan-dir el mercado de este tipo de comercio, espe-cialmente en Norte Amrica. La principalestrategia empleada por los activistas ha sidolas campaas de buycotting, donde en lugarde boicotear corporaciones para forzarlas aadoptar estndares de comercio justo, buscancrear una demanda de estos productos entrelos consumidores y luego obligar a las corpo-raciones a suplir esta demanda, a travs decampaas de envo de cartas y protestas.Quiz una de las ms notables campaas debuycotting fue obligar a Starbucks Coffee,la compaa ms grande de caf especializa-do, a empezar a ofrecer cantidades limitadasde caf de comercio justo en sus tiendas enEstados Unidos en el 2000 (Waridel 2002:107-109). Desde entonces, otras CTN hanhecho lo mismo y han empezado a vendercantidades limitadas procedentes del comer-cio justo, incluyendo Procter & Gamble ySara Lee, dos de las ms grandes tostadoras decaf del mundo.

    La creciente participacin de las grandesCTN en la red de comercio justo, general-mente celebrada por los activistas del comer-cio justo (Wardidel 2002: 105-106), provocaserias preocupaciones acerca de la futuradireccin de la red. Por realizar un compro-miso relativamente menor con el comerciojusto (Starbucks slo vende alrededor del 1 al2 por ciento de sus granos certificados por elcomercio justo), las CTN logran publicidadpositiva que enmascara su devocin al pro-yecto neoliberal ms amplio. Procter &Gamble y Sara Lee, por ejemplo, lograronexitosamente que el gobierno de los EstadosUnidos abandone el AIC en 1989 y actual-mente hacen grandes ganancias como resulta-do de la crisis global del caf, mientras al

    mismo tiempo muestran un creciente apoyoal caf de comercio justo. Estas CTN buscanproteger su imagen pblica por el bien de surentabilidad y evitar la amenaza de regulacio-nes estatales ms fuertes por las actividadescorporativas, las cuales se supervisaban msestrictamente por polticas nacionales e inter-nacionales previo a las reformas neoliberales.El impacto negativo de estas reformas hadado impulso a crecientes perc e p c i o n e spblicas sobre las dificultades de las activida-des corporativas no reguladas, a las cuales lasCTN han buscado contrarrestar con progra-mas de responsabilidad social corporativa,lo que incluye apoyo al comercio justo (Reed2002, Klein 2000).

    Por otro lado, el compromiso relativamen-te menor de las CTN con el comercio justo esuno mayor para la red -Starbucks es ahora lamayor tostadora de caf de comercio justo deNorte Amrica-. Esto promete dar a las CTNuna gran influencia en la direccin futura dela red. Adicionalmente, las CTN tambinpodran representar una seria amenaza para laviabilidad de pequeas OAC cien por cientode comercio justo, que carecen de los recursosfinancieros y de comercializacin que poseenlas anteriores. Esta realidad ha dado pie a cre-cientes controversias dentro de la red. Unpuado de pequeos tostadores de caf decomercio justo en los Estados Unidos recien-temente ha roto con FLO y aspiran formaruna nueva asociacin compuesta enteramen-te por tostadoras cien por ciento de comerciojusto (Rogers 2004).

    Adems de las campaas de buycotting,los comerciantes justos tambin han buscadoexpandir su mercado ganndose el apoyo delas instituciones pblicas, cuyas polticas decompras pueden ser un camino significativopara incrementar las ventas. Este es el caso deEuropa, donde el caf y el t de comerciojusto son usados en una variedad de institu-ciones regionales, nacionales y locales, inclu-yendo la Unin Europea, la Presidencia de la

    51CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Comercio justo, neoliberalismo y desarollo rural: una evaluacin histrica

  • Repblica y el Parlamento Nacional deAlemania y el Parlamento Escocs y laCmara de los Comunes del Reino Unido(EFTA 2001a, 2001b). En Norte Amrica elapoyo de las instituciones pblicas para elcomercio justo ha sido relativamente insigni-ficante. Sin embargo, recientemente las cam-paas de estudiantes activistas han logradoganar el apoyo de cientos de proveedores deservicios de alimentos de los campos univer-sitarios a lo largo del continente, aunque slounas pocas universidades han adoptado pol-ticas oficiales de comercio justo para sus com-pras (Fridell 2004b).

    Como en el caso de la creciente participa-cin de las CTN, la expansin de las adquisi-ciones pblicas de comercio justo tambinlevanta serias preocupaciones acerca de loslmites de la red. Mientras las institucionespblicas en Europa y Norte Amrica hanmostrado un creciente apoyo a la red dec o m e rcio justo, tambin han continuadorechazando las demandas mayores del movi-miento de comercio justo y, en cambio, hanemprendido reformas neoliberales, emplean-do a la red como hoja de parra para enmas-carar su devocin por una agenda neoliberalms amplia. As, las instituciones pblicas deEuropa apoyan la red de comercio justomientras continan promoviendo polticasneoliberales, negndose a bajar las altas barre-ras arancelarias para los productos bsicosagrcolas, una antigua demanda del movi-miento ms amplio de comercio justo.Igualmente, las universidades de Amrica delNorte han mostrado un creciente apoyo apolticas de compras ms ticas, como elcomercio justo, mientras al mismo tiempoempujan hacia su propia re e s t ru c t u r a c i nneoliberal. Esto ha conllevado a la corporati-vizacin de la universidad, pues los adminis-tradores se han volcado crecientemente hacialas CTN para obtener donaciones, cursosdirectamente financiados, ctedras patrocina-das y centros de investigacin auspiciados,

    todos los cuales representan una seria amena-za para la libertad acadmica. En estas insti-tuciones, la red de comercio justo no estsiendo adoptada como un reto a la globaliza-cin neoliberal sino como una hoja de parratica diseada para enmascarar su impactonegativo (Fridell 2004b).

    Comercio justo a nivel local:el caso de UCIRI

    A pesar de las limitaciones estru c t u r a l e simpuestas por el mercado internacional, lared de comercio justo ha logrado aumentarlas capacidades de desarrollo de aquellos gru-pos locales del sur que han podido tener acce-so a los estndares del comercio justo -en elsector cafetalero, por ejemplo, hubieron msde 670.000 familias campesinas registradasen FLO en el 2003, de un total de cerca de 25millones de familias campesinas cafetaleras anivel mundial-. Donde ha sido ms evidenteel potencial de desarrollo de la red es en elcaso de la Unin de Comunidades Indgenasde la Regin del Istmo (UCIRI), una coope-rativa de caf en Oaxaca, Mxico, con unamembresa de ms de 2.500 familias. UCIRIha jugado un papel clave en la formacin delsello de comercio justo desde 1a dcada de los1980s y es generalmente considerada comouna de las cooperativas de comercio justo msexitosas del mundo.

    A lo largo de su participacin en el comer-cio justo, los miembros de UCIRI han gana-do mayores ingresos y un acceso significativa-mente mejor a los servicios sociales a travs deproyectos cooperativos en salud, educacin ycapacitacin. UCIRI ha construido su propiainfraestructura econmica, as como facilida-des para el procesamiento y transporte delcaf, y ha provisto a sus miembros con mayoracceso a crditos, tecnologa y habilidadespara la comercializacin. Todo esto ha mejo-rado la capacidad de sus miembros para com-

    52CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Gavin Fridell

  • batir la pobreza extrema, la destruccin ydegradacin ambiental y sus habilidades parasobrevivir y competir en el mercado interna-cional (Fridell 2005:248-315, Va n d e r Ho f f2002a y 2002b, Waridel 2002, Simpson yRapone 2000).

    Adicionalmente, los miembros de UCIRItambin han desarrollado importantes lazosde solidaridad con sus socios del norte y hanmejorado su sentido de unidad e identidadcolectiva, dadas las demandas organizativas yadministrativas que se requieren para mante-ner una cooperativa de comercio justo. Estoha fortalecido sus habilidades para apoyar ini-ciativas comunitarias e instar al gobierno adefender sus intereses, as como los de otrospequeos productores rurales de Mxico. Alo largo de los aos, UCIRI ha jugado un rolclave en la formacin de una variedad deorganizaciones locales y regionales, incluyen-do grupos de comercio justo y de certificacio-nes orgnicas, as como organizaciones condemandas ms amplias que apoyan a lospequeos productores en general, como laCoordinadora Estatal de Productores de Cafde Oaxaca (CEPCO) y la Coord i n a d o r aNacional de Organizaciones Cafetaleras(CNOC) (Fridell 2005:248-315,Va n d e r Hoff 2002a y 2002b, Simpson yRapone 2000).

    Mientras UCIRI ha tenido importanteslogros a lo largo de su participacin en elcomercio justo, su proyecto de desarrollo noha estado libre de limitaciones. Un indicadorde estos lmites es la persistencia de la pobre-za entre sus miembros. De acuerdo a uninforme de UCIRI, mientras los mayoresingresos provenientes del comercio justo haneliminado la extrema miseria entre sus miem-bros, no se puede decir que estos ingresosson adecuados para asegurar la supervivenciade las familias de los pro d u c t o re s(VanderHoff 2002b:20). En el 2002, estasituacin oblig a cerca de 150 miembros adejar sus propiedades en busca de un trabajo

    temporal en las ciudades, un estrategia desupervivencia comn entre las comunidadesrurales pobres de la regin (Va n d e r Ho f f2002a).

    Un segundo indicador de las limitacionesdel proyecto de UCIRI ha sido el fracaso desu fbrica de ropa, diseada para proveeri n g resos alternativos a sus miembros. Lafbrica abri en 1997 y luego cerr en 2004debido a problemas con los proveedores, losaltos costos de proporcionar a sus empleadosde un seguro social justo y una intensa com-petencia de las fbricas con salarios bajos deChina, lo que ha afectado a toda la industriatextil mundial. Esto revela la dificultad paraexpandir los principios de comercio justo deUCIRI fuera de sus cadenas establecidas dep roductos bsicos (Fridell 2005:248-315,Roy 2004).

    Finalmente, los lmites del proyecto deUCIRI son evidentes en su necesidad cre-ciente de hacer concesiones significativas consus socios corporativos para expandir el acce-so de sus miembros al mercado. El mayorejemplo de esto ocurri en el 2002 cuandoUCIRI firm un acuerdo con Carrefour, lasegunda cadena mundial de alimentos, paravender una cantidad no especificada de caf aprecios justos pero sin certificacin indepen -diente de FLO. Esta maniobra, manejada pormercados dominantes, es un precedente sig-nificativo para la red que amenaza ms ade-lante con abrir la puerta a corporaciones quedesarrollan sus propias alternativas privadas alcomercio justo. Esto ha sido criticado por losrepresentantes de FLO, por comprometer laintegridad de la certificacin independientela cual es clave para asegurar que los estnda-res del comercio justo se cumplan de unamanera responsable y transparente (Fridell2005: 248-315, VanderHoff 2002a).

    Sin embargo, a pesar de estas limitaciones,el proyecto de UCIRI evidentemente ha deja-do beneficios a sus miembros y revela elpotencial del comercio justo para apoyar al

    53CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Comercio justo, neoliberalismo y desarollo rural: una evaluacin histrica

  • desarrollo rural en el sur. Una consideracinmucho ms importante para la red en generalno son los lmites de desarrollo del modelo deUCIRI, sino la poca probabilidad de poderreplicar sus beneficios a una escala msamplia. UCIRI, por su historia nica comoorganizacin fundadora de los sellos decomercio justo, ha sido una organizacin par-ticularmente exitosa que ha logrado vendercerca del 100% de sus granos de caf en mer-cados de comercio justo. No obstante, con elmercado de caf de comercio justo actual-mente saturado, se est volviendo cada vezms difcil para cooperativas nuevas, menosdesarrolladas, encontrar una porcin del mer-cado, y extremadamente difcil para nuevosgrupos ganar un lugar en el registro de FLO.Bajo estas condiciones, son las cooperativasms fuertes y mejor establecidas, comoUCIRI, las que obtienen los mayores benefi-cios del comercio justo, mientras que los gru-pos ms dbiles quedan excluidos (Fridell2005:248-315, Raynolds, Murray, and Taylor2004, Go n z l ez Cabaas 2002, Ma rt i n ez2002, Mndez 2002, Prez g rovas Ga rz a2002, Taylor 2002:7,25-26). Por ejemplo, ala Cooperativa de Caf Tzotzilotic Tzoboloticde Chiapas, Mxico, certificada por FLO, letom ocho aos encontrar un compradorpara su primera carga de caf de comerciojusto en 2001 (Martnez 2002). En otra ins-tancia, la Cooperativa Unin de la Selva enChiapas, luego de seis aos en el sistemaFLO, perdi la certificacin en el 2000 luegode no poder satisfacer un contrato. Acerca deesto, el asesor de La Selva Jos E. JurezValera afirma:

    La actual estructura del sistema de comerciojusto se presta a s misma para la formacinde lites y caciques entre los productoresPara m, el comercio justo debe promover noslo la participacin de cooperativas bienestablecidas sino tambin de las menos afor-tunadas y menos privilegiadas (citado enGonzlez Cabaas 2002).

    As, las perspectivas de desarrollo del comer-cio justo a nivel local estn, en ltima instan-cia, significativamente forzadas por los mer-cados globales dominantes.

    Conclusin

    El rpido crecimiento de la red de comerciojusto desde fines de la dcada de 1980 puedeser atribuido a su estrategia de desarrollo nogubernamental, la cual se ha enfocado en elvoluntarismo y en sumarse a la corrientedominante. A esta estrategia se debe que lared haya sobrevivido y prosperado mientraslos otros proyectos estatistas del movimientode comercio justo han tambaleado y deterio-rado. Esto ha sido parte de una transforma-cin ms amplia en el rgimen de comerciointernacional y desarrollo, que ha involucra-do el deterioro de la intervencin estatal y delas regulaciones del mercado y el aumento deacuerdos neoliberales poltico-econmicos yproyectos de desarrollo conducidos por lasONG. Durante las dcadas de los 1980s y los1990s, cientos de nuevas ONG emergieronpara llenar el rol de asistencia social y desa-rrollo antes realizado por el estado. Muchasde estas ONG recibieron fondos de institu-ciones oficiales, tales como el Ba n c oMundial, quien vio en ellas una solucin noestatista para las consecuencias sociales yambientales de las reformas neoliberales(Petras 1997). As, en la era de la globaliza-cin neoliberal, la red de comercio justo, consu programa voluntario y no estatista, se des-taca sobre las prescripciones estatistas delmovimiento, tales como esquemas de controlpara productos bsicos y estndares laboralesaplicados por el estado.

    No todas las organizaciones miran a la redde comercio justo como el reemplazo a lasregulaciones de mercado impulsadas por elestado. Oxfam International, por ejemplo,continua promoviendo activamente el objeti-

    54CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Gavin Fridell

  • vo estatista del movimiento de comercio justoas como el objetivo voluntarista de la red decomercio justo, y mira a la red como untrampoln para lograr los propsitos msamplios del movimiento (Oxfam Internatio-nal 2002a). Su visin, sin embargo, no escompartida por todas las corporaciones e ins-tituciones que han aumentado su apoyo a lared de comercio justo en los ltimos aos.Para estas organizaciones, la red representa noun paso hacia un mercado internacional regu-lado sino uno alternativo a l. Recientemente,el Banco Mundial, un arquitecto fundamen-tal del neoliberalismo, ha empezado a pro-mover la red de comercio justo y hasta hacomenzado a servir caf de comercio justo ensu sede en Washington, DC (World Bank2002). Muchos comerciantes justos han res-pondido favorablemente a estos ademanes yalgunos se han sentido obligados a repudiarlos objetivos radicales del Movimiento deJusticia Global, a cuyos participantes se hanreferido peyorativamente como globfobos,en un intento de presentarse a s mismo comopartes responsables que merecen ser conside-radas en futuras reuniones del Ba n c oMundial y de la OMC (Oxfam International2002b, VanderHoff 2002a). El inters delBanco Mundial no refleja un alejamiento delas polticas neoliberales destructivas, sinoms bien un deseo de encontrar solucionesprivadas basadas en el mercado para susimpactos negativos. Para el Banco Mundial,la red de comercio justo es una pldora dige-rible a tragar precisamente porque no es vistacomo un reto para los principios clave de laglobalizacin neoliberal (Bolscher 2002).

    No se necesita romantizar sobre los inten-tos pasados de las regulaciones del mercadointernacional para ver cmo el nfasis cre-ciente en el enfoque voluntarista de la red decomercio justo ha sido parte de un revs totaldel movimiento de comercio justo. Los acuer-dos de productos bsicos, por ejemplo, hanestado sujetos a un colapso eventual y varias

    propuestas para terminar con las barreras pro-teccionistas del norte, reformas al sistemamonetario internacional y estndares interna-cionales regulados por el estado han fracasadoante la emergencia de una fuerte resistenciade los pases ricos del norte. No obstante, apesar de su debilidad, estos proyectos s repre-sentaron un movimiento hacia un modelopara un nuevo orden econmico internacio-nal en donde la estabilidad de los precios, losderechos laborales y una distribucin msequitativa de la riqueza se haran cumplir porel estado y se aplicaran universalmente.

    En contraste con la visin ms amplia delmovimiento de comercio justo, la red decomercio justo representa un modelo que esvoluntarista, dependiente del mercado ymiembro especfico. Los precios para las mer-cancas del comercio justo y el tamao delnicho de mercado del comercio justo (y porextensin del nmero de productores quepueden tener acceso a los estndares delcomercio justo) son totalmente dependientesde los caprichos de los consumidores delnorte. La necesidad de expandir continua-mente el acceso a los mercados ha obligado alos promotores del comercio justo a tratarcada vez ms con instituciones neoliberales yCTN cuyos intereses en el comercio justoestn sujetos a la rentabilidad corporativa.Para ganar su apoyo, los comerciantes justostuvieron que abandonar su visin de un siste-ma alternativo de comercio y restringir sulucha a los nichos de un mercado internacio-nal dirigido por los objetivos neoliberales delBanco Mundial, OMC y FMI. Dentro deestos confines, el activismo por el comerciojusto se ha visto limitado a pelear por unacceso al mercado en un mercado internacio-nal sobresaturado; por ejemplo, como res-puesta a la crisis global del caf, los promoto-res del comercio justo no han tenido otrorecurso que animar a las CTN a comprar mscaf de comercio justo. Esta situacin repre-senta una victoria para los reformistas neoli-

    55CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Comercio justo, neoliberalismo y desarollo rural: una evaluacin histrica

  • berales y revela que el crecimiento de la red decomercio justo slo puede ser correctamenteentendido, desde una perspectiva histrica,como la otra cara del deterioro de los otrosp royectos estatistas del movimiento decomercio justo y sus objetivos ms amplios.As, el futuro del movimiento de comerciojusto, si tiene que ser un reto que confronte alneoliberalismo, no se halla en la direccinvoluntarista de la red de comercio justo -ancuando ha sido importante y beneficiosa parasus miembros- sino en la lucha por recobrarlos triunfos del pasado.

    Agradecimientos

    Quisiera agradecer al Social Science andHumanities Research Council de Canad porsus fondos de investigacin. Un especial agra-decimiento a Liisa North por su invaluableapoyo en la produccin de este artculo.Gracias tambin a David Friesen, Ma rkGabbert, Viviana Patroni y, sobre todo, aKate Ervine por su crtica til y su amistad.

    Bibliografa

    Barratt Brown, Michael, 1993, Fair Trade:Reform and Realities in the InternationalTrading System, Zed Books, London.

    Bolscher, Hans, 2002, (ex-Director de MaxHavelaar de Holanda), Entrevista con elautor, Utrecht, the Netherlands.

    European Fair Trade Association (EFTA),2001a, EFTA Yearbook: Challenges of Fair

    Trade 2001-2003, EFTA, Maastricht. , 2001b, Fair Trade in Europe 2001:

    Facts and Figures on the Fair Trade Sector in 18 European Countries, EFTA, Maastricht.Fairtrade Labelling Organisations Internatio-

    nal (FLO), 2003, Fairtrade Standards in General, FLO, Bonn., 2001, Re p o rt 2000-2001:

    De veloping Fa i rt ra d es Labelling, FLO ,Bonn.

    Fridell, Gavin, 2005, Fair Trade in an UnfairWorld?: The Prospects and Limitations of

    Social Justice Coffee, unpublished dissertation,Political Science, Yo rk Un i ve r s i t y,Toronto, Canada.

    , 2004a, The Fair Trade Network inHistorical Pe r s p e c t i ve, en Ca n a d i a nJournal of Development Studies 25 (3), p.411-428.

    , 2004b, The University and theMoral Im p e r a t i ve of Fair Trade, enJournal of Academic Ethics, No. 2 (1), p.141-159.

    Furtado, Celso, 1976, Economic Develop-ment of Latin America, 2n d e d . ,Cambridge University Press, Cambridge.

    Go n z l ez Cabaas, Alma Amalia, 2002,Evaluation of the Current and PotentialPoverty Alleviation Benefits of Participa-tion in the Fair Trade market: The Case ofUnin La Se l va, Chiapas, Me x i c o , w w w. c o l o s t a t e . e d u / De p t s / So c i o l o g y / Fa i rTradeResearchGroup.

    Hunt, Diana, 1989, Economic Theories ofDevelopment: An Analysis of CompetingPa ra d i g m s, Barnes & Noble, Sa va g e ,Maryland.

    Klein, Naomi, 2000, No Logo: Taking Aim atthe Brand Bu l l i e s, Vintage Canada,Toronto.

    LeClair, Mark S., 2002, Fighting the Tide:Alternative Trade Organisations in the Eraof Global Free Trade, en Wo rl dDevelopment, No. 30 (6), p. 949-958.

    Ma rt n ez, Maria Elena, 2002, Pove rt yAlleviation Through Participation in FairTrade Coffee Networks: The Case of theTzotzilotic Tzobolotic Coffee Coop,C h i a p a s , Mexico, w w w. c o l o s t a t e . e d u/ De p t s / So c i o l o g y / Fa i r Tr a d e Re s e a rc h Gro u p

    M n d ez, V. Ernesto, 2002, Fair Tr a d eNe t w o rks in Two Coffee Cooperatives of Western El Sa l vador: An Analysis of

    56CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Gavin Fridell

  • In s e rtion T h rough a Second Leve lOr g a n i z a t i o n , w w w. c o l o s t a t e . e d u / De p t s /So c i o l o g y / Fa i r Tr a d e Re s e a rc h Gro u p

    Oxfam International, 2002a, Mugged: Povertyin Your Cup, Oxfam International, UK.

    , 2002b, Rigged Rules and DoubleSt a n d a rds: Trade, Globalization,and theFight Against Pove rt y. OxfamInternational, UK.

    P rez g rovas Ga rza, Vctor and Ed i t hC e rvantes Trejo, 2002, Pove rt yAlleviation Through Participation in FairTrade Coffee Ne t w o rks: The Case ofUnin Majomut, Chiapas, Me x i c o , w w w. c o l o s t a t e . e d u / De p t s / So c i o l o g y / Fa i rTradeResearchGroup

    Petras, James,1997, Imperialism and NGOsin Latin America, en Monthly Review,No. 49 (7), p. 10-27.

    Roy, Normand (miembro de Eq u i t e r re ,Canada), 2004, Comunicacin personalcon el autor, 5 de marzo.

    Raynolds, Laura T, Douglas Murray, andPeter Leigh Ta y l o r, 2004, Fair Tr a d eCoffee: Building Producer Capacity ViaGlobal Ne t w o rks, en Jo u rnal ofIn t e rnational De ve l o p m e n t, No. 16, p.1109-1121.

    Raynold, Laura T., 2002, Pove rt yAlleviation Through Participation in FairTrade Coffee Networks: Existing Researchand Critical Issues, www. c o l o s t a t e . e d u /De p t s / So c i o l o g y / Fa i r Tr a d e Re s e a rc hGroup

    Reed, Darryl, 2002, Corporate GovernanceReforms in Developing Countries, en

    Journal of Business Ethics, No. 37, p.223-247.

    Re n a rd, Marie Christine, 1999, T h eInterstices of Globalisation: The Exampleof Fair Coffee, en Sociologia Ruralis, No.39 (4), p. 484-500.

    Rogers, Tim, 2004, Small coffee brewers tryto redefine fair trade, en Christian ScienceMonitor, April 13.

    Simpson, Charles R. and Anita Rapone, 2000,Community De velopment From theGround Up: So c i a l - Justice Coffee, enHuman Ec o l o gy Re v i e w, No. 7 (1), p. 46-57.

    Ta y l o r, Peter Leigh, Pove rty AlleviationT h rough Pa rticipation in Fair Tr a d eCoffee Networks: Synthesis of Case StudyRe s e a rch Question Fi n d i n g s , w w w. c o l o s t a t e . e d u / De p t s / So c i o l o g y / Fa i rTradeResearchGroup

    VanderHoff Boersma, Francisco, 2002a, (Co-founder of Max Havelaar), Interview byauthor, San Jos el Paraso, Mexico.

    , 2002b, Pove rty AlleviationT h rough Pa rticipation in Fair Tr a d eCoffee Networks: The Case of UCIRI,Oa x a c a , Me x i c o , w w w. c o l o s t a t e . e d u / De p ts/Sociology/FairTradeResearchGroup.

    , 2001, Economa y Reino de Dios:Neoliberalismo y dignidad opuestos queviven juntos, en Christus No. 732.

    Waridel, Laure, 2002, Coffee With Pleasure:Just Java and World Trade, Black RoseBooks, Montreal.

    World Bank, 2002, Tow a rd Mo reSustainable Coffee, World Bank, NewYork.

    57CONOS 24, 2006, pp. 43-57

    Comercio justo, neoliberalismo y desarollo rural: una evaluacin histrica