Comentario Bc3adblico de William Mcdonald Tomo 3 at y Nt

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  • 8/17/2019 Comentario Bc3adblico de William Mcdonald Tomo 3 at y Nt

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    II.  TRANSICIÓN HISTÓRICA: EL LIBRO DE EZEQUÍAS(Caps. 36 – 39) 

    Los capítulos 36 – 39, que en ocasiones son llamados «El Libro de Ezequías», forman la

    sección histórica del libro de Isaías. Excepto el el capítulo 38, versículos 9 al 20, son casiuna repetición exacta de 2 Reyes 18:13, 17 – 20:19.

    A.  Ezequías es Librado de Asiria (Caps. 36 – 37) 

    1.   Asiria Desafía a Dios (Cap. 36) 36:1 – 3 En el capítulo 36, el Rabsaces (lit. principal servidor de vino, pero usado para

    un gobernador o jefe de personal), un embajador del rey de Asiria, se reúne con tresdelegados de Ezequías junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de laheredad del Lavador. Este es el mismo lugar en el que estuvo Acaz cuando se inclinó aconfiar en Asiria en vez de confiar en que JEHOVÁ podía librarle de la alianza de Siria y

    Efraín (7:3).36:4 – 10 El Rabsaces  les advierte que es una necedad confiar en las promesas deEgipto ya que ese reino frágil defraudará a todo aquel que se apoyare en él. Y en caso deque confiasen en JEHOVÁ, les dice que Ezequías ha quitado los lugares altos y altares deJehová. Esto era ignorancia o interpretación deliberadamente mala; Ezequías había quitadolos lugares altos  de los ídolos y había fortalecido la adoración a JEHOVÁ  en el templo.Además, el Rabsaces le echa en cara al rey de Judá que no dispondría de suficientes jinetes si Senaquerib le donase dos mil caballos. Ya que Judá no está bien equipado, ¿cómo esperavencer a los asirios, ni con la ayuda de Egipto? Finalmente alega falsamente que JEHOVÁ ha ordenado a los asirios que destruyan Judá.

    36:11 – 20 Los embajadores de Ezequías temen que las amenazas y jactancias insolentesdel Rabsaces, dichas en hebreo, socaven la moral de los hombres de Judá, y le piden que

    hable en arameo. Él no sólo se niega, sino que además comienza otra arenga gritando,diciendo que Ezequías  está engañando al pueblo con falsa seguridad. Promete a loshombres de Judá abundancia de alimentos si se rinden a él, además de situarles en unatierra igual de fértil. Enumera una serie de ciudades conquistadas (incluyendo Samaria)cuyos dioses  no han podido salvarles de los poderosos asirios, e intencionadamente pregunta qué posibilidades tiene Jerusalén. Con arrogancia, el Rabsaces decide que el pueblo de Dios debe rendirse.

    36:21 – 22  Siguiendo el mandato del rey, los hombres de Ezequías no intentanresponderle, sino que van y cuentan sus palabras al rey.

     2.   La Destrucción de Dios sobre Asiri (Cap. 37) 37:1 – 4 Cuando el rey Ezequías oye lo que el Rabsaces ha dicho, se sume en tristeza.

    Después de ir al templo, manda una delegación a Isaías diciendo: «los hijos han llegadohasta el punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas» . Como señala J. A.Alexander, esta metáfora: «expresa dolor intenso, peligro inminente, emergencia crítica,completa debilidad, y total dependencia del socorro de otros». Con timidez que sobrepasala fe, Ezequías sugiere que tal vez JEHOVÁ habrá oído las palabras burlonas del Rabsaces y le castigará.

  • 8/17/2019 Comentario Bc3adblico de William Mcdonald Tomo 3 at y Nt

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    37:5 – 7 Entonces JEHOVÁ, por medio de Isaías, asegura al rey que no hay razón por laque temer a Asiria. El Señor pondrá un espíritu (quizás de aprensión) en Senaquerib demanera que, oyendo un rumor, se volverá a su tierra, donde le matarán.

    37:8 – 13 Cuando el Rabsaces deja Jerusalén para volver a encontrarse con Senaquerib,

    se encuentra con que éste ha remitido el combate de Laquis a Libna, dieciséis kilómetrosal noroeste. Otra parte del ejército, por supuesto, se encuentra sitiando Jerusalén. Entonces,frustrado por un rumor de que Tirhaca, un etíope que gobernaba en Egipto, ha salido paraatacarle, Senaquerib manda embajadores a Ezequías  con una carta llena de blasfemias,similar al discurso que les había dado el Rabsaces. Citando las victorias históricas de losreyes asirios, y advierte que es necedad confiar en JEHOVÁ.

    37:14 – 20 Ezequías es sabio y lleva las cartas al templo, extendiéndolas delante delSeñor. En una oración, corta pero conmovedora, que demuestra la gran fe del rey, él pide aDios que salve a Judá del rey de Asiria: «para que todos los reinos de la tierra conozcanque sólo tú eres JEHOVÁ».

    37:21 – 29 JEHOVÁ responde por Isaías en un poema que primero muestra a Jerusalén como una virgen que menosprecia a Senaquerib al tiempo que éste es derrotado. Entonces

    JEHOVÁ castiga a los asirios por haberse burlado de Él mismo y por jactarse como si yahubiese conquistado Judá y Egipto. Dios le dice a Senaquerib que él tan sólo es uninstrumento en la mano de JEHOVÁ, haciendo lo que Él ya había planeado hacía mucho. Elmismo Señor que conoce todo acerca de este rey malvado, le hará volver a Asiria como unanimal con un garfio en la nariz. 

    37:30 – 32  Entonces, volviéndose a Ezequías, el Señor le asegura que aunque elabastecimiento de alimentos será limitado este año y el siguiente a causa de la incursiónasiria, las cosechas volverán a la normalidad el año tercero. Los que hayan quedado enJerusalén  para la siega saldrán y llevarán una vida normal. El celo  de JEHOVÁ  por Su pueblo lo garantiza.

    37:33 – 35 JEHOVÁ asegura a Ezequías que el rey de Asiria no entrará en Jerusalén ni seacercará lo suficiente como para atacarla. Dios amparará la ciudad y hará que el invasor se

    vuelva por el camino que vino.37:36  Y así fue. El ángel de JEHOVÁ  mató ciento ochenta y cinco mil  soldados

    asirios durante la noche.Hay una poesía, escrita en 1815, que dramatiza este evento. Fue originalmente escrita

    en inglés, y aunque al traducirla pierde un poco la rima y el estilo, la reproducimos entera:

    LA DESTRUCCIÓN DE SENAQUERIB 

    «Descendió el asirio como lobo rapaz sobre el rebaño,Y sus bandas de gala en púrpura y oro brillando;Y el resplandor de sus lanzas como astros reflejados en el mar,

    Cuando de noche en Galilea las olas se mecen sin cesar.Como hojas del bosque cuando es verde y luciente el verano,Se vio la bandera del cruel enemigo al atardecer;Como hojas del bosque cuando el otoño frío ha soplado,Yacía marchito y tirado el día siguiente al amanecer.El Ángel de la Muerte abrió sus alas en vuelo fatal,Y sobre el enemigo sopló su aliento mortal;