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    SEMINARIO: Teora de la democracia

    PROFESORA: GRACIELA VIDIELLA

    CLASE N 6: L A DEMOCRACIA PLURALISTA

    En las dcadas de los cincuenta y sesenta adquiere predominio en el mundo angloparlante la

    concepcin pluralista. Hija directa de Schumpeter -y, por tanto, nieta de Weber- el pluralismo

    adhiere a la idea de que la democracia es fundamentalmente un mtodo de seleccin de lderes

    polticos; tambin hereda cierta cuota de escepticismo respecto a las posibilidades que tienen los

    ciudadanos de influir en la poltica; asimismo comparte ciertos supuestos de la teora econmica

    bienestarista: los individuos somos agentes auto-interesados y buscamos maximizar nuestras

    preferencias, actitud que ponemos de manifiesto al interactuar tanto en el mercado econmico como

    en el mercado poltico. Sin embargo, a diferencia del pensador austraco, los autores pluralistas no pretenden limitar la democracia slo a los expertos polticos. En las sociedades capitalistas juegan un

    papel preponderante las asociaciones que actan en la sociedad civil (sindicatos, comunidades

    religiosas, vecinales, entidades empresarias, etc.); stas son las encargadas de articular y promover

    los reclamos y preferencias de los ciudadanos. Este pluralismo propio de las democracias

    occidentales contribuye a que el poder est distribuido de manera dispersa y heterognea (Weber), de

    modo que es errneo suponerlo concentrado en una clase dominante o grupo hegemnico. Esta

    caracterstica impide que los polticos concentren cuotas excesivas y pongan en peligro las

    instituciones democrticas; como a la competencia de los polticos entre s se aaden las

    asociaciones, los pluralistas otorgan un peso mayor a la influencia de los ciudadanos en las

    cuestiones polticas, de modo que tienen una visin menos pesimista de la poltica que la de su

    maestro.

    Antes de empezar a considerar los aspectos bsicos de la teora de Robert Dahl, el autor ms

    importante de esta corriente, conviene aclarar que sta no es homognea; esto se debe principalmente

    a que contina activa el propio Dahl sigue produciendo- (aunque con menor influencia que en sus aos de esplendor) y, por tanto, va modificndose al calor de las crticas y de los cambios ocurridos

    en las sociedades. En este sentido, Held distingue entre un pluralismo clsico, en el que incluye a la

    produccin de Dahl hasta principios de los 70, y un pluralismo crtico o neopluralismo, en el que tambin incluye a Dahl a partir de Prefacio a la democracia econmica (1985). Nosotros nos

    concentraremos sobre todo en el Dahl clsico.

    La Poliarqua

    1. La democracia como poliarqua

    Dahl denomina poliarqua a una forma especfica de la democracia. Segn l mismo refiere (Dahl, R. & Bosetti, G. Entrevista sobre el pluralismo), utiliz esta denominacin por primera vez en

    Politics, Economics and Welfare, obra que escribi junto con su colega Lindblom en 1953.

    Por qu poliarqua y no democracia a secas? Porque, segn Dahl, la poliarqua constituye la

    forma que adquiere la democracia en las sociedades capitalistas desarrolladas. El trmino tambin

    proviene del griego: polys= mucho; arch= gobierno; en tanto gobierno de muchos la poliarqua se distingue de la oligarqua (gobierno de pocos) y de la monarqua (gobierno de uno):

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    Lo que queramos poner en evidencia con esa palabra era el hecho de que en un pas democrtico

    moderno el gobierno, en efecto, es una compleja combinacin de elementos democrticos, de

    jerarquas, de contratacin en una estructura poltica de tipo representativo muy distinta de

    cualquier otra conocida antes del siglo XIX. (Dahl, R. y Bosetti, G. Op.cit., p.22).

    Una caracterstica esencial de la democracia actual que es una democracia a gran escala, y por ello, necesariamente representativa, -es la institucin de los partidos polticos, de aquellas

    facciones contra las que haba alertado, entre otros, Rousseau y que tanto haban preocupado a Madison

    1. A diferencia de lo que ocurra en la Grecia clsica o en las repblicas renacentistas, los

    partidos polticos constituyen uno de los pilares del sistema democrtico porque permiten canalizar

    institucionalmente una caracterstica inseparable del capitalismo: la competencia de intereses de los

    diversos sectores y grupos de la sociedad civil; pero, como ya sealamos, stos no se canalizan slo a

    travs de los partidos sino a travs de las asociaciones, tambin factores decisivos en la lucha por el

    poder. As, el temor expresado por Stuart Mill y por Tocqueville concerniente al peligro de la tirana

    de las mayoras no tendra fundamentos slidos:

    () si hay algo que decir acerca de los procesos que realmente distinguen a la poliarqua de la dictadura, la diferencia estara en la que existe entre el gobierno de una minora y el gobierno de

    minoras. En comparacin con los procesos polticos de una dictadura, las caractersticas de la

    poliarqua amplan enormemente el nmero, tamao y diversidad de las minoras cuyas preferencias

    influyen en el resultado de las decisiones gubernamentales. (Dahl, R. A preface to Democratic

    Theory, Pg. 133).

    Es interesante este cambio de foco: la democracia entendida como poliarqua aventa el peligro de la dictadura de las mayoras porque las luchas por el poder se juegan entre mltiples grupos de

    intereses que pugnan para imponerse, pero justamente esta multiplicidad asegura el fracaso.

    Parafraseando a A. Smith, la mano invisible del mercado poltico hara posible un estado de

    equilibrio ms all de las voluntades hegemnicas de los partidos y asociaciones en disputa.

    2. La poliarqua como tipo ideal

    Para concluir por hoy podramos plantearnos la siguiente pregunta:

    La teora de Dahl se limita a describir las caractersticas de las democracias actuales o

    tambin propone un ncleo normativo?

    No estamos an en condiciones de responder a este interrogante, pero es interesante advertir que

    Dahl elabora el significado del trmino poliarqua teniendo muy presente la teora weberiana de los

    tipos ideales.

    Cuando Weber elabora su concepcin de los tres tipos de autoridad legtima: la tradicional, la

    carismtica y la legal, cada una con sus caractersticas especficas, las describe en estado puro; sin

    embargo, en el mundo real se presentan mezcladas, en todo caso, con predominio de las

    1 Madison, sustentado en los supuestos hobbesianos sobre nuestra naturaleza egosta, pensaba que el desacuerdo y los

    conflictos de intereses son inevitables y consideraba muy peligrosas a las democracias puras (la democracia ateniense, el modelo de Rousseau, cuya esencia consiste en el autogobierno: el poder lo ejerce la asamblea de ciudadanos); las

    facciones son ineludibles, y el problema fundamental de la poltica consiste en cmo contenerlas para posibilitar la gobernabilidad. Madison fue uno de los pensadores de mayor influencia en el pensamiento pluralistas.

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    caractersticas de una sobre las otras. Justamente lo que permite reconocer qu forma de autoridad es

    la dominante en determinada formacin social es esta construccin terica, el tipo ideal.

    Dahl realiza un trabajo similar con el significado de democracia: construye un tipo ideal que tiene la pretensin de recoger el significado histrico del concepto y tambin la de recoger los cambios

    producidos en el significado original, as como servir para diferenciar en el mundo real los sistemas

    democrticos de los que no lo son. Y este tipo ideal posee tambin una funcin normativa:

    Conocer en qu medida en un sistema existente falta el ideal, dado que ninguno lo realiza jams

    por completo, puede ayudarnos a determinar los cambios que se pueden y se deben hacer para

    llevar el sistema de gobierno ms cerca del ideal. Definir la democracia como tipo ideal no es

    entonces una actividad puramente terica (R. Dahl y G. Bosetti, Op. Cit. p. 17).

    Dahl est interesado en indagar las condiciones sociales bajo las cuales algunos ideales de la

    democracia (por ejemplo, la igualdad y la libertad) pueden desarrollarse en las sociedades

    industriales; para ello construye el tipo ideal poliarqua; esto es, una teora que posee poder explicativo ninguna utilidad tendra una teora que no lo tuviera - y tambin componentes normativos.

    Nos concentraremos en los dos captulos del libro de Dahl, La Poliarqua, participacin y

    oposicin especialmente en el primero, porque all presenta los conceptos bsicos de su teora. Este

    libro fue publicado en 1971, mientras que A Preface to Democratic Theory que es la principal referencia que toma Held en los pargrafos dedicados a este autor (cap. 6) es de 1956; tengan en cuenta que el tiempo transcurrido entre la publicacin de ambas obras es largo y que Dahl fue

    realizando algunos ajustes y modificando ciertas ideas; de todas maneras, el ncleo de la teora

    permanece.

    El libro est destinado a examinar las condiciones que favorecen el trnsito de un rgimen

    hegemnico a la poliarqua; si prestan atencin al subtitulo: oposicin y participacin, encontraran

    las dos caractersticas esenciales de aquella, y, por ende, los dos ejes sobre los que se pone atencin

    para evaluar cuan cerca o lejos esta un rgimen de la poliarqua:

    Dado un rgimen donde la oposicin al gobierno no puede organizarse abierta y legalmente en

    partidos polticos ni enfrentarse a el en elecciones libres e imparciales, Qu condiciones favorecen

    o estorban su transformacin en otro rgimen que lo permita?

    En el captulo primero se presenta el concepto de aquella y los criterios propuestos para clasificar

    los distintos regmenes polticos. En el captulo segundo se defiende la superioridad moral de la

    poliarqua- Dahl no utiliza el termino moral, pero, como ya veremos, esta es la cuestin que tiene en

    mente- y en el resto del libro se examinan las siete condiciones que mayor incidencia poseen para

    favorecer o entorpecer- el transito a la poliarqua. Nosotros solo nos centraremos en los dos primeros captulos.

    I. La democracia como tipo ideal

    Si recuerdan lo que dijimos la clase pasada respecto al modo en que Dahl echa mano de la teora de

    los tipos ideales de M.Weber, pueden comprender cabalmente el

    Significado de democracia

    () el gobierno democrtico se caracteriza fundamentalmente por su continua aptitud para responder a las preferencias de sus ciudadanos, sin establecer diferencias polticas entre ellos. () sin importarme, por el momento, si ese sistema existe hoy da, ha existido alguna vez, o puede darse

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    en el futuro. Hipotticamente es posible concebirlo, y como tal ha llenado plena o parcialmente el

    ideal de muchos. Como sistema hipottico, en el extremo de la escala, o en el lmite de un estado de

    cosas, puede servir como el vaco absoluto a modo de fiel contraste para valorar el grado de aproximacin de los distintos sistemas al ideal terico.

    La esencia de la democracia esta dada por el tratamiento igualitario de todas las preferencias. Como habamos sealado en la clase anterior, esta definicin de democracia presupone las tesis

    bsicas del utilitarismo:

    1. Los seres humanos perseguimos el placer y nos apartamos del dolor. 2. El placer constituye un bien y el dolor un mal. 3. Satisfacer nuestros deseos (preferencias), nos da placer. 4. las personas buscamos maximizar nuestras preferencias. 5. cada uno cuenta por uno y por nadie ms que uno (principio de igualdad, formulado por

    Bentham), por tanto, todas las preferencias tienen el mismo valor).2

    Para que exista la democracia todos los ciudadanos deben tener iguales oportunidades para:

    I. Formular sus preferencias II. Manifestar pblicamente dichas preferencias entre sus partidarios y ante el gobierno,

    individual y colectivamente.

    III. Recibir por parte del gobierno igualdad de trato, es decir, ste no debe hacer discriminacin alguna por causa del contenido o del origen de tales preferencias.

    Finalmente:

    Para que se cumplan estas tres condiciones, deben darse ocho garantas institucionales; son las

    que se ofrecen en el Cuadro 1.1; adviertan que expresan las libertades civiles y polticas tradicionales

    y que tienen el nfasis puesto en asegurar las condiciones para la competencia poltica.

    La funcin de este tipo-ideal (significado + condiciones+garantias) consiste en evaluar los regmenes polticos para determinar que distancia los separa del ideal. Esta evaluacin deber

    realizarse en funcin de los dos ejes que, para Dahl, caracterizan el rgimen democrtico: (1) el

    debate pblico (calidad/amplitud) y (2) la participacin.

    1. Un rgimen ser ms o menos democrtico segn la cantidad (y calidad) de garantas que asegure a sus opositores; por ejemplo, un gobierno puede cumplir con la igualdad de

    oportunidades en la Manifestacin de preferencias brindando todas las garantas excepto la

    2 (libertad de expresin) porque existe censura en los medios de comunicacin, o, si bien no

    hay censura explcita, el gobierno ejerce distintos modos de presin sobre los medios. En este

    caso, la evaluacin se realiza en funcin del debate pblico.

    2. Un rgimen ser ms o menos democrtico segn el nmero de personas que estn facultadas para participar, en un plano de mayor o menor igualdad, en el control y discusin de la poltica del gobierno. Por ejemplo, un rgimen puede garantizar las 8 garantas slo a los varones mayores de 21 aos, o slo a las personas de raza blanca. (Participacin o

    representacin)

    Ambos ejes deben evaluarse en forma independiente porque, segn Dahl, varan de manera

    independiente; para mostrarlo menciona el caso de Suiza, cuyo sistema de debate pblico es de alta

    2 Estas tesis pueden sufrir algunas variaciones segn distintas variantes del utilitarismo; creo que la formulacin que

    presente es la que mejor refleja los supuestos del significado de democracia de Dahl.

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    calidad, pero excluye a las mujeres (supongo que esto habr cambiado, no pude cotejar el dato) y el

    de la URSS, donde no exista debate alguno, haba un nico partido pero el sufragio era universal.

    En la Figura 1.1 las coordenadas representan ambos ejes y las direcciones de su evolucin; en la

    Figura 1.2 se clasifican los regmenes en funcin de su ubicacin respecto a cada uno de los ejes. En

    el ngulo inferior izquierdo se ubica la hegemona cerrada, (no se cumple ninguna garanta en

    ninguno de los dos ejes); de dicho ngulo nacen tres flechas con tres direcciones, hacia oligarqua

    competitiva (I), hacia hegemona representativa (II) y hacia poliarqua (III). Noten que en el

    ngulo superior derecho no dice democracia sino poliarqua; esto se debe a que el cuadro pretende representar los regmenes polticos realmente existentes: () no hay, en la realidad, ningn rgimen, de dimensin considerable, totalmente democratizado

    3; las poliarquas son las que ms se

    aproximan porque son las que mayor cantidad y calidad de garantas (de ambos ejes) aseguran.

    Fjense que la mayora del cuadrado est en blanco: en ese espacio habra que ubicar a los regmenes

    existentes en la actualidad, ms cerca o lejos de los cuatro ngulos segn las condiciones del debate

    pblico y de la representacin.

    II. Razones para preferir la poliarqua

    El segundo captulo se propone mostrar que la poliarqua es preferible a cualquier otro rgimen.

    Qu la hace preferible? Hay distintos tipos de razones que pueden esgrimirse para mostrar la

    superioridad de un sistema poltico: la eficacia econmica, la cohesin interna, la prosecucin de

    determinados fines, y dems. Las razones provistas por Dahl son morales aunque l no utiliza este calificativo. En tal sentido, creo que el argumento implcito del captulo puede sintetizarse as: la

    poliarqua es un rgimen valioso porque conlleva consecuencias que son moralmente valiosas; lo

    moralmente valioso es una combinacin de los derechos individuales bsicos (civiles y polticos)

    (tradicin liberal) y del principio utilitarista de satisfaccin de las preferencias. Las seis

    consecuencias que, segn Dahl, se producen cuando un rgimen hegemnico se transforma en una

    poliarqua permiten, a mi juicio, esta interpretacin. A continuacin las encontrarn resumidas:

    1. Se instauran o se incrementan las libertades civiles y polticas que permiten tanto el debate pblico como la participacin.

    2. Ambos ejes combinados provocan un cambio en la composicin poltica de los dirigentes sobre todo los que acceden a su cargo por va electiva (parlamentarios). Por ejemplo, si accede

    a participar un grupo antes discriminado (los negros) los candidatos que mejor representan los

    intereses de ese nuevo grupo obtienen mayor participacin en los cargos electivos.

    3. A medida que el debate se vuelve ms competitivo o la participacin aumenta (el sufragio se universaliza), los polticos necesitan del apoyo de estos nuevos grupos para ganar votos,

    entonces deben incorporar en sus plataformas los intereses de estos nuevos votantes (por

    ejemplo, si se baja el lmite de edad para votar, se abrir un nuevo espacio de competencia

    entre los partidos y los intereses de esta franja encontrarn representacin), o surgirn nuevos

    partidos polticos (como ocurri en Europa con los partidos socialistas cuando los no

    propietarios accedieron al voto).

    4. En tanto la democracia se define en funcin de la satisfaccin de las preferencias, en una hegemona cerrada la representacin de stas se acercar al mnimo posible (0) y en una

    poliarqua, al mximo.

    5. En los sistemas hegemnicos la probabilidad de que el gobierno viole los derechos humanos bsicos (mediante matanzas, torturas, crcel) es mucho mayor que en las poliarquas. El autor

    3 Dahl examina slo los sistemas polticos de los estados nacionales; reconoce que los resultados pueden variar si se

    consideraran unidades sub-nacionales (municipios, gobiernos provinciales, etc.), pero, por razones de complejidad, no

    tiene en cuenta estas sub.-unidades.

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    da el ejemplo de las purgas efectuadas por Stalin; agrego estas reflexiones de Amartrya Sen

    que apuntan en la misma direccin:

    () la existencia de democracia y de derechos polticos puede contribuir incluso a prevenir las hambrunas y otros desastres econmicos. Los gobernantes autoritarios, a los que

    raras veces afectan las hambrunas (u otras calamidades econmicas de este tipo), tienden a

    carecer de los incentivos necesarios para tomar a tiempo medidas preventivas. Los gobiernos

    democrticos, por el contrario, han de ganar las elecciones y hacer frente a las crticas de la

    opinin pblica, y tienen poderosos incentivos para tomar medidas que impidan las hambrunas y

    otras catstrofes de este tipo., No es sorprendente que en el historia del mundo nunca haya

    habido hambrunas en las democracias, ya sean econmicamente ricas, como las de Europa

    occidental o la de Norteamrica contemporneas) o relativamente pobres, (como las de la India

    tras la independencia, Botswana o Zimbabwe). Por norma, ha habido hambrunas en los

    territorios coloniales regidos por gobernantes de otros lugares (como en la India britnica o en

    la Irlanda administrada por los distantes gobernantes britnicos), en los estados en los que slo

    existe un partido (como en Ucrania durante la dcada del 30, en China durante el perodo 1958-

    1961 o en Camboya durante los aos setenta) o en las dictaduras militares (como en Etiopa,

    Somalia o algunos de los pases del Sahel recientemente). De hecho en el momento de entrar en

    imprenta este libro, los dos pases que parecen encabezar la liga del hambre en el mundo son Corea del Norte y Sudn, destacados ejemplos ambos de regmenes dictatoriales. Aunque la

    prevencin de las hambrunas ilustra con suma claridad y contundencia las ventajas de los

    incentivos, las ventajas del pluralismo democrtico tienen, en realidad, un alcance mucho mayor

    (Sen, A. Desarrollo y libertad, Pg. 33).

    Dahl finaliza el captulo con una advertencia interesante: aunque dedique el libro a analizar las

    condiciones que favorecen la democratizacin de un rgimen, no quiere indicar que el trnsito de la

    hegemona a la poliarqua es histricamente inevitable; esto supondra creer en alguna ley que

    permite explicar la marcha de la historia; histrica.

    III. Algunos problemas

    Sealamos que el pluralismo defiende una concepcin del poder descentrada, recuerden el rol que en este punto desempean las asociaciones - y no monopolizada por los partidos polticos, como

    sostiene el elitismo. A juicio de los pluralistas, entender el poder de este modo ayuda a brindar una

    explicacin del funcionamiento de las democracias occidentales ms ajustada a la realidad. En el

    caso particular de Dahl esta distribucin dispersa del poder y la barrera a la existencia de hegemonas

    que establece, sumado a las garantas institucionales provistas por la poliarqua, constituiran

    condiciones suficientes para asegurar la igualdad poltica, (la nica clase de igualdad que debe

    avalarse).

    Sin embargo, esta idea del poder fue bastante criticada; segn Held (Pg. 241 y SS.) estas crticas

    fueron determinantes para que el pluralismo clsico dejara paso a otras corrientes o se aggiornara en el actual neopluralismo, (en el que habra que incluir a la produccin de Dahl desde mediados de los 80). La objecin fundamental es que el pluralismo no logra explicar las asimetras de poder que existen en las distintas asociaciones y grupos de la sociedad civil; mientras que algunos grupos

    son lobbystas, otros no tienen ninguna posibilidad de que sus intereses sean atendidos ni estn representados porque, por ejemplo, carecen de los recursos necesarios para acceder al mbito

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    poltico. El funcionamiento de las democracias reales muestra a las claras las enormes asimetras en

    la distribucin del poder.

    Una segunda cuestin, tambin referida al poder, es que el pluralismo clsico considera al estado

    como una suerte de rbitro neutral entre los intereses en conflicto que se canalizan a travs de los

    partidos polticos o que nuclean las asociaciones en forma directa; pero esta visin es falsa: las

    corporaciones econmicas ejercen una enorme influencia sobre el aparato del estado, en otras

    palabras, el estado no es neutral.

    En trabajos ms recientes Dahl admite que las grandes desigualdades econmicas atentan contra la

    igualdad poltica porque permiten el control, por parte de los grupos ms favorecidos, de los

    principales resortes de la competencia poltica (informacin, propaganda, acceso a los lderes, trfico

    de influencias). Las diferencias de recursos son tan grandes que es ingenuo suponer, como l mismo

    sostena en los aos 50, que la mayora de los intereses estn representados :

    () Aquello a lo que debemos tender es a la igualdad poltica. El motivo por el que creo fuertemente en este objetivo es que si un grupo de personas son iguales desde el punto de vista

    poltico, entonces pueden tomar decisiones relativas a qu tipo de desigualdades son tolerables, qu

    tipos podran ser promovidas, cunta desigualdad es justa, cunta deseable() () /Pero/las desigualdades no polticas pueden interferir con la igualdad poltica. Tenemos un conjunto verdaderamente complejo de relaciones en las que, por una parte, desde el punto de vista

    poltico, se quiere mantener la capacidad de decidir qu formas de distribucin desigual, incluso en

    los ingresos, son deseables y tolerables, pero, al mismo tiempo, al actuar de este modo, se podran

    distribuir los recursos de manera tal que la igualdad poltica se tornara ms difcil de realizar. No

    hay una solucin obvia o clara a este problema () (Bosetti, G, y Dahl, R., Op.cit., p.135).

    En estas citas parece deslizarse una autocrtica en el sentido que venamos sealando. Dahl reconoce

    que la mano invisible no es suficiente para asegurar igualdad de oportunidades polticas (resguardadas, obviamente, por las ocho garantas institucionales), pero su concepcin no

    proporciona las herramientas normativas que ayudaran a modificar este estado de cosas. En

    definitiva, el pluralismo se limita a explicar cmo funcionan las democracias occidentales; pero nada

    nos dice respecto a cmo podran mejorar. Es esto ltimo tericamente posible, es interesante? Las

    teoras deliberativas de la democracia, que comenzarn a tratar la prxima clase con Mariano Garreta

    Leclercq, tienen estas preguntas en la mira.