Ciudadania Cvil y Ecleciastica

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  • 7/22/2019 Ciudadania Cvil y Ecleciastica

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    UNIVERSIDAD CENTROAMERICANAJOS SIMEN CAAS

    DEL CIUDADANO CATLICO AL CIUDADANO LAICO.LA ESCUELA PBLICA PRIMARIA Y LA FORMACINDE LOS FUTUROS CIUDADANOS. EL SALVADOR 1824-1890.

    TESIS PREPARADA PARA LAFACULTAD DE POSTGRADOS

    PARA OPTAR AL GRADO DEDOCTOR EN FILOSOFA IBEROAMERICANA

    POR

    JULIN GONZLEZ TORRES

    OCTUBRE DE 2012 ANTIGUO CUSCATLN, EL SALVADOR, C. A.

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    Rector Andreu Oliva De la Esperanza, S. J.

    Secretaria GeneralCelina Prez Rivera

    Decana de la Facultad de PosgradosNelly Arely Chvez Reynosa

    Director del Doctorado en Filosofa IberoamericanaSajid Alfredo Herrera Mena

    Director de TesisSajid Alfredo Herrera Mena

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    A mi hermano Benjamn, in memoriam

    A Elvita

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    Desde que nuestra Constitucion poltica consigna la libertad absoluta de cultos,

    la enseanza religiosa debe ser tambien libre en absolu y privativa de las familias y de los ministros de la Iglesi

    Por consecuencia,la mente del Gobierno, al ordenar la circular referida

    ha sido solamente que la instruccion primariaen las escuelas del Estado sea esencialmente lica

    Circular Ripalda, Diario Oficial , 172, Viernes 23 de Julio de 1880, p. 602.

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    INDICE

    Introduccin .....1Del objeto de la investigacin.....1Sobre el marco terico que sustenta la investigacin..3

    Acerca del estado de la cuestin ..6Estructura del trabajo ..11Sobre las fuentes de estudio..13Importancia, pertinencia y limitantes de la investigaci n..16

    Captulo IEducacin y ciudadana en la era de las revoluciones atlnticas: 1776-1812 ..191. El ciudadano moderno en la revolucin norteameri cana, francesa y espaola..20

    1.1. La independencia de los Estados Unidos..201.2. La revolucin f rancesa..221.3. La rev olucin espaola..26

    2. El ciudadano moderno en Hi spanoamrica..293. El ciudadano moderno: cmo definir a este nuevo actor poltico?.....34

    3.1. Una ciudadana rest ringida..343.2. El concepto de ciudadano moderno ..403.3. Del ciudadano antiguo al c iudadano moderno..43

    4. La nueva misin de los Estados: ed ucar al futuro ciudadano..455. Conclusio nes..55

    Anexo I ..57Cuadro 1: El ciudadano en las primeras const ituciones de Hispanoamrica..57

    Captulo IIEl ciudadano catlico en El Salvador: 1824-1880 ..611. El ciudadano catlico en la Carta gaditana..642. El ciudadano catlico en las Repblicas Cat licas de Hispanoamrica..673. El ciudadano catlico en el Estado del Salvador: 1824- 1880..72

    3.1. La enseanza de Moral. Una moral catlica?.....743.2. Un breve parntesis: algunos problemas en la educacin pbli ca primaria..833.3. La importancia de la educacin catlica e n la Repblica del Salvador..883.4. La enseanza de la Doctr ina Cristiana..983.5. La enseanza de la Cartilla del Ciudadano. Hacia un ciudadano laico?.....110

    3.6. La enseanza segn el mto do lancasteriano..1184. Conclusiones ..123 Anexo II ..125

    Cuadro 2: Las primeras Repblicas Catlicas en Hispanoamrica ..125Cuadro 3: El ciudadano salvadoreo segn las Constituciones del siglo XIX..127Cuadro 4: Aos, departamentos y nmero de nios que aprenden DoctrinaCristiana..129Cuadro 5: Aos, departamentos y m aterias que se ensean..130

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    Captulo IIILa reforma educativa zaldivariana-menendista: 1883-1890 .....1321. La bsqueda de una nueva educacin pblica primaria.....133

    1.1. Un concurso de obras de pedagoga..134 1.2. La necesidad de una reforma amplia y eficaz..137 1.3. El proyecto de reforma de Rafael Reyes..141 2. Radiograf a de una reforma educativa..146 2.1. Llegada de Francisco Menndez al poder y lanzamiento de la reformaeducativa..147

    2.1.1. Escuelas, matrcula y asistencia. El diagnstico del Ministro BaltasarEstupinin.....1472.1.2. El decreto que dio vida a la reforma: 23 de diciembre de 1886.....152

    2.2. La reforma del sistema de educacin pblica primaria..154 2.2.1. El sistema de grados progresivos.....1572.2.2. Un nuevo currculo en las escuelas de la Repblica..160 2.2.3. Hacia una mejor inspeccin de las escuelas..165 2.2.4. tiles y textos escolares para las escuelas..170 2.2.5. Revista La Nueva Enseanza : promotora de la nueva educacin..172

    a) El valor de la prensa pedaggica durante el siglo XIX..172 b) La Nueva Enseanza ..174

    2.2.6. Hacia un nuevo mtodo de enseanza.....1752.2.7. Una nueva visin antropolgica..182

    3. Matrcula, asistencia y financiamiento en el contexto de la reforma educativa..189 3.1. Matrcula y asistencia..189 3.2. La cuestin del financiamiento..193

    4. Conclusiones..199

    Captulo IV El ciudadano laico: 1880-1890 ..202 1. Una batalla liberal: de la Repblica Catlica a la Repblica Laica..204

    1.1. El temor a una sociedad plural..204 1.2. La oposicin a la escuela laica..213

    1.2.1. Prohibido ensear el Catecismode Ripalda..213 1.2.2. La oposicin del peridico El Catlico..220

    1.3. Lucha de principios, valores e imaginarios..222 1.3.1. La importancia de una moral catlica..223

    1.3.2. La religin catlica como fundamento de la sociedad..225 2. La bsqueda del f uturo ciudadano laico..229 3. La educacin del futuro ciudadano laico..236

    3.1. La formacin de un individuo al servicio de la patria..2363.1.1. El papel de la Historia y la Geografa en la construccin de la patria..237 3.1.2. Ejercicios militares: forjar cuerpos sanos y hbiles para defender lapatria..244 3.1.3. Estudiar para que la patria progrese ..248

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    3.2. El aprendizaje de la autonoma.....2533.3. Autonoma y bien pblico..263

    4. Conclusiones..269

    Conclusiones finales ..271

    Bibliografa ..281

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    IntroduccinDel objeto de la investigacin

    Esta investigacin tiene como objetivo esencial realizar un anlisis lo ms exhaustivoposible del nuevo perfil o modelo del futuro ciudadano laico que el Estado salvadoreo se

    propuso formar en las escuelas pblicas primarias, a raz de la reforma educativa anunciada

    durante el segundo mandato presidencial de Rafael Zaldvar, pero ejecutada, finalmente, por

    el Gobierno de Francisco Menndez, entre los aos 1887-1890. Aquella reforma tuvo como

    causa inmediata y obligante la Constitucin aprobada en agosto de 1886, la cual ratific, entre

    otras cosas, la libertad de culto y la educacin laica, principios constitucionales que al da de

    hoy permanecen inclumes. Esa Carta Magna sell, al menos en trminos jurdicos, el EstadoLaico en El Salvador.1 De manera que la reforma educativa se propuso, entre otros fines,

    implementar en forma definitiva la escuela pblica laica en toda la Repblica. Desde

    entonces, el nuevo modelo de futuro ciudadano que se aspir a formar en las escuelas

    estatales fue el ciudadano laico, modelo que deba sustituir al ciudadano catlico, el cual se

    vena formando, aproximadamente, desde 1824. Por supuesto, para captar el sentido preciso

    de ese nuevo ideal de ciudadana laica es condicin indispensable precisar en qu consisti,

    previamente, la educacin del futuro ciudadano catlico, educacin que tuvo su momento,aproximadamente, entre los aos 1824 y 1880. De manera que el anlisis de la formacin del

    futuro ciudadano catlico ocupar una parte considerable de la investigacin. Slo as

    lograremos comprender la radicalidad del nuevo modelo de ciudadana laica.

    El cambio en cuanto al modelo de futuro ciudadano que se esperaba formar desde la

    educacin pblica primaria hay que comprenderlo en el contexto de las reformas

    secularizantes que entraron con fuerza en El Salvador a partir de 1871, bajo la Presidencia del

    Mariscal Santiago Gonzlez. El avance y la consolidacin de la escuela laica no secomprenderan sin la promulgacin del carcter uniforme, gratuito y obligatorio de la

    1 Un anlisis detallado de las Constituyentes de 1885 y 1886 se encuentra en: Roberto Armando Valds Valle, Masones, liberales y ultramontanos salvadoreos: debate poltico y constitucional en algunas publicaetapa final del proceso de secularizacin del Estado salvadoreo (1885-1886), Tesis presentada para optar al grado deDoctor en Filosofa Iberoamericana, Universidad Centroamericana Jos Simen Caas, San Salvador, 2010.

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    educacin pblica primaria, obra de las Constituyentes de 1871 y 1872; tampoco sin la

    Constitucin de 1880, la cual garantiz el libre ejercicio de todas las religiones; y la de 1883,

    que aprob por primera vez la educacin laica.

    En trminos generales, aquellos Gobernantes Santiago Gonzlez, Rafael Zaldvar y

    Francisco Menndez , optaron por refundar las bases de lo que hoy nosotros llamamos

    Estado salvadoreo. Seguidores del liberalismo poltico secularizante que se extenda por

    Europa y Amrica Latina,2 y que se radicalizaba a causa de la tambin radicalizada lucha

    ultramontana, emprendieron una batalla que sera decisiva para la historia de la nacin: la

    laicizacin del Estado, la separacin del poder poltico y el religioso. Evidentemente, en esto

    no fueron apoyados por la Iglesia Catlica salvadorea; de ah que la lucha dio muestras de

    violencia. Mientras la Iglesia exiga la conservacin del Estado catlico, herencia del

    constitucionalismo gaditano, aquellos gobernantes le apostaban a un Estado laico; mientras la

    Iglesia denunciaba que era un grave error eliminar la enseanza de la doctrina catlica de las

    escuelas pblicas primarias, funcionarios como Antonio J. Castro y David J. Guzmn

    reclamaban que deba ensearse una moral laica, sustentada en la sola razn, facultad

    universal de los hombres. De tal manera que una vez asegurada formalmente la laicidad del

    Estado, uno de los siguientes pasos fue, igualmente, laicizar la escuela pblica primaria. Los

    Gobernantes Zaldvar y Menndez se encaminaron, en forma decisiva, hacia la construccinde un nuevo ciudadano. Nuevos tiempos soplaban para la Repblica del Salvador, y esos

    tiempos decan que la modernizacin y el progreso de la nacin dependan, en buena medida,

    de la educacin de un futuro ciudadano laico. La era del ciudadano catlico, crean, haba

    llegado a su fin. En su vida privada el ciudadano profesara la religin que quisiese, pero su

    praxis poltica o pblica, su nuevo ethos , en principio, no deba obedecer a ninguna religin.El presente trabajo de investigacin debe enmarcarse tambin en el contexto poltico-

    ideolgico de la independencia de los Estados Unidos (1776), la revolucin francesa (1789) y la revolucin espaola (1812). En ese amplio y rico contexto histrico la voz ciudadano

    sufri una mutacin sustancial respecto de lo que haba venido significando desde el mundo

    2 Ivn Jaksi, Eduardo Posada Carb (Eds.), Liberalismo y poder. Latinoamrica en el siglo XIX , Fondo de CulturaEconmica, Chile, 2011; Roberto Blancarte, Laicidad y laicismo en Amrica Latina, Estudios Sociolgicos , 1,Enero-Abril 2008, pp. 139-164.

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    Introduccin 3

    grecorromano; al mismo tiempo, los revolucionarios estadounidenses, franceses y espaoles

    plantearon, en forma decidida, que en adelante las escuelas pblicas o estatales forjaran a los

    futuros ciudadanos que las naciones necesitaran. Por su parte, los pueblos de

    Hispanoamrica asumieron el nuevo significado de dicho concepto y el principio de que la

    escuela pblica sera la institucin encargada de formar a los nuevos ciudadanos. Pero,

    respondamos dos preguntas: qu signific para el mundo moderno la voz ciudadano?, y,

    qu signific en la prctica el principio de que la escuela formara a aquel tipo de individuo?

    Ambas interrogantes nos remiten al marco terico que ha iluminado el planteamiento de la

    investigacin.

    Sobre el marco terico que sustenta la investigacin

    La gran transformacin moderna de la voz ciudadano consisti en que a partir de las

    revoluciones atlnticas (estadounidense, francesa y espaola) se conceptu como tal a aquel

    individuo investido de un poder poltico y poseedor de un conjunto de derechos y deberes

    respecto de la comunidad poltica soberana a la que pertenece y representa. El ciudadano

    encarna la soberana de su nacin, de ah que dispone de plena legitimidad para tomar

    decisiones en nombre de ella. En tal sentido, el ciudadano se erigi como una figuraesencialmente poltica, es decir, como aquel individuo que goza del respaldo jurdico,

    entindase constitucional, para ocuparse de los asuntos del gobierno poltico, ya sea (1) a

    travs del sufragio, actualizacin de la soberana popular y el acto ciudadano por excelencia, o

    (2) como funcionario pblico, elegido para un perodo determinado, en el rea municipal,

    legislativa, judicial o ejecutiva.

    Respecto a la segunda pregunta, los representantes polticos de aquellas tres naciones

    (Estados Unidos, Francia y Espaa) declararon que en las escuelas pblicas los futurosciudadanos deban aprender las habilidades mnimas para desempear satisfactoriamente

    todo trabajo o profesin que la nacin en el futuro les demandase. Al ser el ciudadano el

    representante legtimo del pueblo soberano, lo menos que podan hacer los Estados era

    proveerle de unos conocimientos esenciales para efectos de un buen desempeo en sus

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    futuras responsabilidades cvicas.3 Considero que la investigadora espaola Mara Luz Morn

    sintetiza en forma excelente el rol que desde entonces ha jugado la educacin primaria y

    pblica al respecto. Para dicha autora, la escuela es

    el espacio por excelencia en donde se lleva a cabo la educacin formal de los futurosciudadanos; diseada y controlada por el Estado para la transmisin de aquellos contenidosbsicos de las identidades ciudadanas y de las capacidades que permitirn la implicacin en la

    vida en comn.4

    El socilogo ingls Thomas Humphrey Marshall ha contribuido tambin a delinear y

    clarificar mi objeto de estudio, principalmente a partir de la siguiente afirmacin:

    La educacin de los nios tiene implicaciones inmediatas para la ciudadana, y cuando el Estadogarantiza que todos los nios recibirn educacin, tiene en mente todos los requisitos y lanaturaleza de la ciudadana. Trata de estimular el crecimiento de ciudadanos en potencia. Elderecho a la educacin es un genuino derecho social de ciudadana, porque el objetivo ltimode la educacin en la infancia es crear al futuro adulto. Debe considerarse esencialmente no elderecho del nio a ir a la escuela, sino el derecho del ciudadano adulto a recibir educacin.5

    Por otro lado, el destacado historiador americanista Franois-Xavier Guerra ha

    inspirado este trabajo de investigacin, ya que segn l:

    para estudiar al ciudadano hay que colocarse en un doble registro: el cultural, para descifrar estafigura compleja, y el histrico, para asistir a su gnesis y a sus avatares. Del ciudadano

    3 En este trabajo de investigacin entender por Estadoun entramado de relaciones sociales de dominacinsobre un territorio determinado y un tipo de poblacin en particular. Vase: Juan Carlos Garavaglia, Construir el estado e inventar la nacin. El Ro de La Plata, siglos XVIII-XIX , Prometeo Libros, 2007, pp. 227-231.

    4 Mara Luz Morn, Espacios y ciudadanos: los lugares de la narracin clsica de la ciudadana, Revista Espaola de Investigaciones Sociolgicas , 119, 2007, p. 14.

    5 Thomas H. Marshall, Ciudadana y clase social, Revista Espaola de Investigaciones Sociolgicas , 79, 1997, pp.310-311. Ciudadana y clase social recoge un conjunto de conferencias que Marshall dio en la Universidadde Cambridge en 1949. Adems de la publicacin por parte de la Revista Espaola de Investigaciones Sociol,hay otra versin publicada por Alianza Editorial: T. H. Marshall, T. Bottomore, Ciudadana y clase social ,

    Alianza, Madrid, 1998. En esa misma lnea interpretativa, el francs Franois Dubet seala que la formacinde ciudadana no es slo cuestin de principios y valores, se inscribe tambin en la misma forma de laescolarizacin, en el modo como se realizan los aprendizajes, en un sistema de disciplina, en un conjunto denormas. Nace sobre todo de una forma escolar . Franois Dubet, Mutaciones cruzadas: la ciudadana y laescuela, en Jorge Benedicto, Mara Luz Morn, Aprendiendo a ser ciudadanos. Experiencias sociales y constrciudadana entre los jvenes , Instituto de la Juventud, Madrid, 2003, p. 222.

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    Introduccin 5

    podramos decir lo que Tertuliano deca del cristiano: no nace, se hace. Ser y sentirseciudadano no es algo natural, sino el resultado de un proceso cultural en la historia personalde cada uno y en la colectiva de una sociedad.6

    De manera que el ser ciudadanoobedece a una compleja construccin histrica, social,cultural y poltica. En esa formacin convergen diversas ideologas, distintos actores,

    escenarios y prcticas, y determinadas relaciones de poder. En ese sentido, la escuela es un

    escenario ms donde se dan cita, segn los perodos histricos que se estudien, las ms

    variadas ideologas polticas y educativas; donde distintos actores (padres de familia,

    profesores, directores, ministros, etc.) trabajan con el fin de formar un tipo de hombre y de

    mujer; donde se forjan saberes, valores, hbitos y costumbres un ethos medianteinfinidad de prcticas (sanciones disciplinarias, enseanza del buen hablar y la correcta

    escritura, modelacin de una idea de patria o nacin, etc.). En definitiva, el futuro ciudadano

    se teje en esas intrincadas relaciones de poder. 7 Por lo tanto, es indiscutiblemente legtimo

    preguntarse qu tipo de modelo o perfil de futuro ciudadano los Estados-Nacin aspiran o

    aspiraron a formar en las escuelas estatales, en un perodo determinado de tiempo o en un

    momento histrico especfico donde aconteci una ruptura significativa. En mi caso

    particular, todo el anlisis gira justamente en torno al momento en el que el Estado

    salvadoreo oficializ la escuela pblica laica; evidentemente, para poder comprender qu es

    eso del ciudadano laico, tendremos que desplazarnos hacia atrs y comprender primero cmo

    era antes la formacin del futuro ciudadano catlico. Por lo tanto, en este trabajo de

    investigacin se constatar que entre los aos 1824-1880, El Salvador vivi una especie de

    modernidad catlica; mientras que a la altura de la dcada de 1880, el Estado salvadoreo

    6 Franois-Xavier Guerra, El soberano y su reino. Reflexiones sobre la gnesis del ciudad ano en AmricaLatina, en Hilda Sabato (Coord.), Ciudadana poltica y formacin de las naciones. Perspectivas histricLatina , El Colegio de Mxico, Fideicomiso Historia de las Amricas y Fondo de Cultura Econmica, Mxico,D. F., 1999, p. 33.

    7 Otros autores que trabajan el tema de la ciudadana como construccin socio-histrica: Marta Irurozqui,Los mil y un senderos de la ciudadana. Reflexiones y propuestas historiogrficas sobre el desarrollo de laciudadana en Amrica Latina, en Pilar Garca Jordn (Ed.), Estado, regin y poder local en Amrica latina, XIX-XX. Algunas miradas sobre el estado, el poder y la participacin poltica,Publicacions i edicions de la Universitatde Barcelona, Taller de Estudios e Investigaciones Andino-Amaznicos, Barcelona, 2007, pp. 81-114; RosarioGonzlez, La ciudadana como construccin sociocultural, Sinctica. Revista electrnica de educacin , 18, Enero-

    Junio 2001, pp. 89-104; Henry A. Giroux, La escuela y la lucha por la ciudadana. Pedagoga crtica de la p,Siglo XXI, Mxico, 1993.

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    trabaj por instaurar una modernidad de corte laico y secular. La primera modernidad estara

    caracterizada por la fuerte presencia de la religin catlica en la esfera poltica, mientras que

    la segunda estara definida por la formal separacin de los poderes religioso y poltico.8 En el

    siguiente apartado analizar cul es el estado de la cuestin respecto del tema que me he

    propuesto investigar.

    Acerca del estado de la cuestin

    En El Salvador existen importantes investigaciones que desde su particular

    especificidad conectan con el tema de la ciudadana en el transcurso del siglo XIX. As, por

    ejemplo, el estudio de Sajid Herrera, La herencia gaditana. Bases tardo-coloniales municipalidades salvadoreas. 1808-1823,permite comprender cmo se vivi en las prcticaselectorales de la Intendencia de San Salvador el concepto de ciudadano moderno introducido

    por la Constitucin gaditana.9 Del mismo autor, tenemos trabajos a partir de los cuales se

    puede apreciar la participacin ciudadana decimonnica en la prensa moderna

    centroamericana y salvadorea.10 Siempre de Sajid Herrera, otro trabajo destaca el anlisis de

    8 Juan Maiguashca ha trabajado el concepto de modernidad poltica para el Ecuador de los aos 1830 -1875. Vase al respecto: El proyecto garciano de modernidad catlica republicana en Ecuador, 1830 -1875, enMarta Irurozqui (Ed.), La mirada esquiva. Reflexiones histricas sobre la interaccin del Estado y la c Andes (Bolivia, Ecuador y Per), Siglo XIX , Consejo Superior de Investigaciones Cientficas, Madrid, 2005, pp.233-259. A grandes rasgos, dos cualidades caracterizaran a esa modernidad catlicaecuatoriana : (1) rechazo alrostro laicizante de la modernidad francesa y, por tanto, (2) defensa de la religin catlica como fundamentomoral de la Repblica.

    9 Sajid Alfredo Herrera Mena, La herencia gaditana. Bases tardo-coloniales de las municipalidades salva1823, Tesis presentada para optar al grado de Doctor en Historia de Amrica, Universidad Pablo de Olavide,Sevilla, 2005, pp. 64-100.

    10 Sajid Alfredo Herrera Mena, La opinin pblica como ficcin moderna: breves notas sobre el casoCentroamericano, 1810-1824, Revista Iberoamericana de Derechos y Libertades Civiles , 0, 2010, pp. 103-109; Sajid

    Alfredo Herrera, La desacralizacin del rey en la prensa guatemalteca de 1821: El Editor Constitucional y ElGenio de la Libertad, en Alberto Ramos Santana, Alberto Romero Ferrer (Eds.), Liberty, Libert, Libertad. El mundo hispnico en la era de las revoluciones , Universidad de Cdiz, Servicio de Publicaciones, Cdiz, 2010, pp. 678-692; Sajid Alfredo Herrera, Prensa y formacin de un espacio pblico moderno: la Provincia/Estado delSalvador, 1810-1890, en Carlos Gregorio Lpez Bernal (Comp.), Poder, actores sociales y conflictividad. El Sa1786-1972 , Direccin Nacional de Investigaciones en Cultura y Arte, Secretara de Cultura de la Presidencia,San Salvador, 2011, pp. 101-130.

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    Introduccin 7

    la prctica electoral en la Provincia/Estado de El Salvador, durante los aos 1821-1839. 11 Por

    su parte, el estudio de Sonia Alda Mejas demuestra que a pesar de las diferencias entre los

    llamados conservadores y liberales, durante el perodo 1821-1900 centroamericano, en

    realidad ambos bandos creyeron que slo mediante la educacin se civilizara a la poblacin

    en general y, por supuesto, a los ciudadanos. 12 Por otro lado, los trabajos de Roberto Valds

    nos dan importantes pistas sobre la prctica ciudadana en el contexto de las elecciones de

    diputados para las Asambleas Constituyentes de los aos 1885 y 1886. Valds pone al

    descubierto el rol que jugaron los ciudadanos masones en la frrea batalla al interior del

    Poder Legislativo entre ultraliberales y ultramontanos.13 Por supuesto, en los estudios de

    Valds puede rastrearse tambin el decisivo papel de la participacin ciudadana a travs de

    diferentes medios impresos (peridicos, revistas, etc.). A propsito, creo que el estudio de la

    construccin de ciudadana desde la participacin/intervencin en la prensa, durante el siglo

    XIX, es an una tarea pendiente en El Salvador. Por su parte, Mario Oliva ha realizado una

    importante investigacin en torno al carcter excluyente del concepto de ciudadana en el

    contexto de las reformas liberales que se ejecutaron en el ltimo tercio del siglo XIX; de

    manera especial, Oliva hace un anlisis crtico del discurso de corte higienista.14

    No obstante, son dos los trabajos que por su temtica de estudio se acercan ms al

    objeto de investigacin que he propuesto. Me refiero, en primer lugar, a un trabajo de mi

    11 Sajid Alfredo Herrera Mena, La prctica electoral en la Provincia/Estado de El Salvador, 1821 -1839, en Juan Ortiz, Ivana Frasquet (Eds.), Jaque a la Corona. La cuestin poltica en las Independencias Iber,Publicacions de la Universitat Jaume, Castell de la Plana, 2010, pp. 251-272.

    12 Sonia Alda Mejas, El debate entre liberales y conservadores en Centroamrica. Distintos medios para unobjetivo comn, la construccin de una repblica de ciudadanos (1821- 1900), Espacio, Tiempo y Forma, Serie VHistoria Contempornea , t. 13, 2000, pp. 271-311.

    13 Roberto Armando Valds Valle, Masones, liberales y ultramontanos salvadoreos; Roberto Valds Valle,Elecciones para una Constituyente: radiografa de un conflicto entre ultraliberales y ultramontanos en ElSalvador, 1885, en Xiomara Avendao Rojas (Coord.), Historia electoral en Centroamrica. Elecciones, organ polticas y ciudadana (Siglos XIX y XX), Lea Grupo Editorial, Managua, 2011, pp. 103-139.

    14 Mario D. Ernesto Oliva, Ciudadana e higienismo social en El Salvador, 1880-1932 , Tesis presentada para optar algrado de Doctor en Filosofa Iberoamericana, Universidad Ce ntroamericana Jos Simen Caas, SanSalvador, 2011.

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    autora,15 el cual no es ms que un avance de la investigacin que ahora presento en forma

    definitiva. En ese estudio esboc por primera vez la idea segn la cual con la reforma

    educativa implementada durante el Gobierno de Francisco Menndez, el Estado salvadoreo

    se dispona a formar en las escuelas pblicas ya no futuros ciudadanos catlicos, sino futuros

    ciudadanos laicos. El lector advertir que hoy aquella idea se presenta ya en una forma ms

    madura o, al menos, esa es mi pretensin. En segundo lugar, no puedo dejar de mencionar el

    importante aporte de Mara Julia Flores Montalvo, quien formalmente se plantea el mismo

    problema de investigacin que yo he formulado, con la diferencia de que ella trabaja el

    perodo 1894-1924.16 No obstante, he de advertir que en el perodo que ella estudia no hubo

    cambios sustanciales, en lo que a la educacin de los futuros ciudadanos se refera, respecto

    del perodo educativo reformista impulsado por el Gobierno de Francisco Menndez, el cual

    analizo en el captulo 3. Ahora bien, en este punto es conveniente que nos hagamos la

    siguiente pregunta: qu avances se han dado en otros pases de Amrica Latina, tanto en el

    modo aqu propuesto para estudiar la construccin de ciudadana, como en otro tipo de

    enfoques? Respondamos en forma breve a esta pregunta.

    De manera especial, quisiera mencionar el volumen coordinado por Hilda Sabato 17 y el

    que ha sido editado por Marta Irurozqui. 18 Ambas obras cobran significativa relevancia desde

    el momento en que todos los trabajos en ellas reunidos giran en torno a laparticipacin/construccin de ciudadana a lo largo del siglo XIX y principios del XX. No

    obstante, la temtica que predomina en ambos volmenes es la participacin ciudadana en las

    elecciones . Por otro lado, sobresalen tambin estudios en torno al ciudadano armado o elderecho a la ciudadana por la va de las armas. Adicionalmente, en el libro de Marta

    Irurozqui encontramos dos trabajos de relativa importancia para el objeto de estudio que he

    15 Julin Gonzlez Torres , El sueo de una Repblica Laica: la escuela y la formacin de los futurosciudadanos. Reforma educativa en El Salvador (1883-1889), Cultura. Revista de la Secretara de Cultura dPresidencia , 105, Enero-Marzo 2011, pp. 113-148.

    16 Mara Julia Flores Montalvo, Educacin primaria y formacin ciudadana en El Salvador 1894-19, Tesispresentada para optar al grado de Licenciada en Historia, Universidad de El Salvador, San Salvador, 2011.

    17 Hilda Sabato (Coord.), Ciudadana poltica y formacin de las naciones

    18 Marta Irurozqui Victoriano (Ed.), La mira da esquiva

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    Introduccin 9

    propuesto en esta investigacin. Me refiero a los textos La formacin de lo s primeros

    ciudadanos ecuatorianos. Poltica y educacin en Ecuador, 1835- 1845, cuya autora es

    Guadalupe Soasti Toscano; y Los orgenes del caos educativo: el desarrollo del sistema

    educativo y el papel de las comunidades indgenas en la construccin del Estado-Nacin

    boliviano, 1825-1920, escrito por Marten Brienen. Ambos ensayos demuestran que el

    inters por civilizar a travs de la escuela, tanto a la poblacin ecuatoriana como a la

    boliviana, estuvo presente desde las primeras dcadas del siglo XIX, cosa para nada extraa al

    resto de comunidades polticas hispanoamericanas que surgieron a raz de las independencias.

    Pero ninguno de esos trabajos se ha propuesto resolver una pregunta similar a la que yo

    tratar de dar respuesta en este trabajo.

    En realidad, mi proyecto de investigacin tiene una deuda impagable con la

    investigadora Luca Lionetti. Esta historiadora argentina ha trazado las lneas fundamentales

    del enfoque de trabajo que aqu yo he adoptado. En concreto, Lionetti ha analizado la escuela

    pblica argentina de fines del siglo XIX en tanto que institucin cuya funcin fue forjar a los

    futuros ciudadanos de aquella Repblica sudamericana.19 Dentro de esa misma perspectiva de

    trabajo, y siempre en la Argentina de fines del siglo XIX, Lilia Ana Bertoni ha estudiado la

    formacin de los futuros ciudadanos desde el cultivo del amor a la patria y las fiestas cvicas

    que rememoraban la independencia de la corona espaola.20

    Por ltimo, si tuvisemos queexpresar en binomios conceptuales aquellos mbitos de la construccin/participacin

    ciudadana a lo largo del siglo XIX que de manera directa o indirecta han sido ms estudiados

    en Hispanoamrica, entonces tendramos los siguientes pares conceptuales: ciudadana-

    constitucionalismo,21 ciudadana-nacin ,22 ciudadana-elecciones ,23 ciudadana-sociedad civil ,24

    19 Luca Lionetti, La misin poltica de la escuela pblica: Formar a los ciudadanos de la repblica, (187, Mio y Dvila, Buenos Aires, 2007; Luca Lionetti, La funcin republicana de la escuela pblica. La formacin delciudadano en Argentina a fines del siglo XIX, Revista Mexicana de Investigacin Educativa , 027, Octubre-Diciembre 2005, pp. 1225-1255.

    20 Lilia Ana Bertoni, Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas , Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, 2001.

    21 Graciela Velsquez Delgado, La ciudadana en las Constituciones mexicanas del siglo XIX: inclusin y exclusin poltico-social en la Democracia mexicana, Acta universitaria , Nmero especial, Septiembre 2008,pp. 41-49; Belin Vzquez, Textos y contextos del ciudadano moderno en los orgenes de la nacin en

    Venezuela, 1811-1830, Procesos Histricos,011, Enero 2007, pp. 1-26; Dilian Ferrer, Manu el Suzzarini, Laciudadana restringida y la igualdad ausente durante el proceso de construccin de la nacin venezolana (siglo

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    ciudadana-escuela 25 y la dupla ciudadana-milicia / militarismo .26 Pasemos ahora a exponer culser la estructura del trabajo.

    XIX), Revista de Artes y Humanidades,18, Enero-Abril 2007, pp. 149-165; Sonia Alda Mejas, El debate entreliberales y conservadores en Centroamrica.

    22 Teresa Garca Girldez, El debate sobre la nacin y sus formas en el pensamiento poltico centroamericanodel siglo XIX, en Marta Elena Casas Arz, Teresa Garca Girldez, Las redes intelectuales centroamericanasiglo de imaginarios nacionales (1820-1920),F y G, Guatemala, 2005, pp. 13-69; Hans-Joachim Knig,Nacionalismo y nacin en la historia de Iberoamrica, en Hans Joachim Knig, Tristan Platt, Colin Lewis(Coords.), Estado-nacin, Comunidad Indgena, Industria , Asociacin de Historiadores LatinoamericanistasEuropeos, 2000, pp. 7- 47; Roland Anrup, Vicente Oieni, Ciudadana y nacin en el proceso deemancipacin, Anales,2, 1999 (Numeracin no disponible).

    23 Franois-Xavier Guerra, El soberano y su reino; Jos Carlos Chiaramonte, Ciudadana, soberana y representacin en la gnesis del Estado argentino (c. 1810-1852); Marcela Ternavasio, Hacia un rgimen deunanimidad. Poltica y elecciones en Buenos Aires, 1828-1850; Pilar Gonzlez Bernaldo, Los clubeselectorales durante la secesin del Estado de Buenos Aires (1852-1861): La articulacin de dos lgicas derepresentacin poltica en el seno de la esfera pblica portea; Eduardo Posada Carb, Alternancia y repblica: Elecciones en la Nueva Granada y Venezuela, 1835-1837; Marta Bonaudo, De representantes y representados: Santa Fe finisecular (1883-1893). Todos en Hilda Sabato (Coord.), Ciudadana poltica y formacide las naciones Adems: Hilda Sabato, La ciudadana en el siglo XIX: nuevas perspectivas para el estudio delpoder poltico en Amrica Latina, en Hans Joachim Knig, Tristan Platt, Colin Lewis (Coords.), Estado-nacin,Comunidad Indgena, Industria , pp. 49-70. A este listado habra que agregar los trabajos publicados en: MartaIrurozqui Victoriano (Ed.), La mirada esquivaEn Centroamrica: Sajid Alfredo Herrera Mena, La prcticaelectoral en la Provincia/ Estado de El Salvador ; Xiomara Avendao Rojas, Elecciones indirectas y disputa poder en Nicaragua: el lento camino hacia la modernidad , Lea Grupo Editorial, Managua, 2007. Adems: RicardoDardn Flores, Modernidad, voto y representacin poltica en la Patria del criollo: la primera experiencia

    constitucional en Guatemala; Xiomara Avendao Rojas, El Imperio del Septentrin: el ecciones para elegirdiputados al primer congreso constituyente mexicano; Roberto Valds Valle, Elecciones para unaconstituyente: radiografa de un conflicto entre liberales y ultramontanos en El Salvador, 1885; Ivn Molina

    Jimnez, Inscripcin electoral y asistencia a las urnas en Costa Rica (1885-1913). Todos en Xiomara Avendao Rojas (Coord.), Historia electoral en Centroamrica

    24 Carlos A. Forment, La sociedad civil en el Per del siglo XIX: democrtica o disciplinaria, en HildaSabato (Coord.), Ciudadana poltic a y formacin de las naciones

    25 Belin Vzquez de Ferrer, Ciudadana e instruccin pblica para el Estado -Nacin en Venezuela, 1811-1920, Revista Historia de la Educacin Latinoamericana,Vol. 12, 2009, pp. 220-246; Luis Alfonso AlarcnMeneses, Catlicos y patriotas: representaciones sobre las virtudes del ciudadano colombiano durante losprimeros dos siglos de vida republicana, Historia Caribe , 15, 2009, pp. 85-103; Daniela Traffano, Educacin,civismo y catecismos polticos. Oaxaca, segunda mitad del siglo XIX, Revista Mexicana de Investigacin Educa 034, Julio-Septiembre 2007, pp. 1043-1063; Luca Lionetti, La misin poltica de la escuela pblica; LucaLionetti, La funcin republicana de la escuela pblica; Juan Raf ael Quesada Camacho, Educacin y ciudadana en Costa Rica de 1810 a 1821: del crepsculo colonial al umbral de la modernidad , EditorialUniversidad de Costa Rica, San Jos, 2007; Sol Serrano, La ciudadana examinada: el control estatal de laeducacin en Chile (1810-1870), en Antonio Annino, Franois -Xavier Guerra (Coords.), Inventando la nacin.Iberoamrica siglo XIX , Fondo de Cultura Econmica, Mxico, D. F., 2003, pp. 550-564; Antonio Padilla

    Arroyo, Secularizacin, educacin y rituales escolares en el siglo XIX, Alteridades , 018, Julio-Diciembre 1999,pp. 101-113.

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    Introduccin 11

    Estructura del trabajo

    En el captulo 1 responder la siguiente pregunta: qu signific ser ciudadano a partir

    de las revoluciones atlnticas del mundo moderno, y, en qu sentido la escuela pblica

    primaria se convirti en la institucin estatal por excelencia para formar a los futuros

    ciudadanos que las naciones necesitaran? La respuesta se dividir en cuatro partes. En primer

    lugar, analizar lo que a partir de las revoluciones norteamericana, francesa y espaola se

    conceptu como ciudadana. En ese sentido, incursionaremos en forma sucinta en aquellas

    revoluciones polticas, pero nicamente con el objetivo de desentraar la mutacin sustancial

    que sufri la voz ciudadano. En segundo lugar, har un breve anlisis de lo que esa categora

    poltica lleg a significar en Hispanoamrica a raz, en buena medida, de la crisis histrica que

    provocara en la Monarqua espaola la invasin napolenica a la pennsula ibrica. En tercer

    lugar, tomando en cuenta la palabra de diversos estudiosos sobre el tema de la ciudadana

    moderna, pasaremos a dar una definicin de dicho concepto. En el ltimo apartado, se

    demostrar cmo los lderes revolucionarios (norteamericanos, franceses y espaoles)

    concibieron que en adelante la escuela pblica primaria deba ser la encargada de educar a los

    futuros ciudadanos que las naciones requeriran. Este modo de entender la construccin de

    futuros ciudadanos fue asumido tambin por los republicanos de las excolonias espaolas.De manera que a lo largo de todo el siglo XIX, una de las funciones primordiales que le

    fueron asignadas a las escuelas pblicas o estatales fue la educacin de los futuros

    ciudadanos.

    En el captulo 2 nos enfrentaremos a la siguiente interrogante: en qu consisti, en El

    Salvador de los aos 1824-1880, la formacin de futuros ciudadanos catlicos desde las

    escuelas primarias pblicas o estatales? A partir de la tradicional influencia de la religin

    26 Marta Irurozqui, Muerte en El Loreto. Ciudadana armada y violencia poltica en Bolivia (1861-1862),Revista de Indias , 246, 2009, pp. 129-158; Marta Irurozqui, Ciudadanos armados o traidores a la patria?Participacin indgena en las revoluciones bolivianas de 1870 y 1889, conos. Revista de Ciencias Sociales , 26,Septiembre 2006, pp. 35-46; Mara Teresa Uribe de Hincapi, El republicanismo patritico y el ciudadanoarmado, Estudios Polticos,24, Enero-Junio 2004, 75-92; Flavia Julieta Macas, Guardia Nacional, ciudadana y poder en Tucumn, Argentina (1850- 1880), Revista Complutense de Historia de Amrica , 27, 2001, pp. 131-161;

    Vctor Peralta Ruiz, El mito del ciudadano armado. La Semana Magna y la elecciones de 1844 en Lima, enHilda Sabato (Coord.), Ciudadana poltica y formacin de las naciones,pp. 231-252.

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    catlica y la impronta poltica de la Carta gaditana, los independentistas de Hispanoamrica

    declararon, a travs de sus respectivas Constituciones, que las nuevas comunidades polticas

    seran esencialmente catlicas, con exclusin de cualquier otro credo religioso; fue as que la

    enseanza del Catecismo de la Iglesia Catlica se convirti en una cuestin de primera

    importancia. De esta manera, la fundacin de las Repblicas Catlicas en las excolonias

    espaolas dio paso a la educacin de los futuros ciudadanos catlicos. Ciudadanos modernos,

    pero catlicos. En El Salvador, aun cuando el primer reglamento de escuelas de primeras

    letras (1832) no contempl la enseanza de la Doctrina Catlica, cosa que s estableci con

    contundencia el reglamento de 1861, lo cierto es que desde 1824 hasta 1880, la educacin

    moral de los futuros ciudadanos estuvo regida por los principios, valores y dogmas del

    catolicismo; y el Estado salvadoreo aval ese tipo de educacin, es decir, la formacin de

    futuros ciudadanos catlicos. No ser sino a partir del reglamento de 1873, sancionado por el

    Presidente Santiago Gonzlez, que se empezar a visualizar un tenue proceso de laicizacin

    escolar, puesto que aquella nueva normativa escolar introdujo la enseanza de la materia

    Cartilla del Ciudadano. En dicha asignatura, los nios aprenderan cules seran sus derechos

    y deberes como futuros ciudadanos. El captulo se cerrar con una breve explicacin en

    torno al mtodo lancasteriano de enseanza, el cual predomin en las escuelas prcticamente

    desde 1832 hasta que la reforma educativa del Gobierno de Francisco Menndez lo suplantpor otro.

    En el captulo 3 har un anlisis del significado de la reforma educativa implementada

    durante la Presidencia de Francisco Menndez, especficamente entre los aos 1887-1890. El

    captulo en su conjunto se dividir en tres grandes partes. En la primera, estudiaremos los

    hechos relevantes que precedieron a la implementacin definitiva de dicha reforma. En la

    segunda, la ms extensa, abordaremos lo que, a mi criterio, constituyeron los principales

    logros educativos de la reforma. En la tercera y ltima parte, har una reflexin sobre lamatrcula, asistencia y financiamiento de las escuelas pblicas en el contexto reformista

    zaldivariano-menendista.

    El objetivo esencial del captulo 4 consistir en analizar cul era el perfil del futuro

    ciudadano laico que con la implementacin de la reforma educativa se esperaba formar. El

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    Introduccin 13

    anlisis en su conjunto se dividir en tres apartados principales. En primer lugar, ser

    necesario enmarcar la conquista de la escuela laica, por parte de aquel reformismo liberal del

    ltimo cuarto del siglo XIX, en el proyecto ms amplio y complejo que consisti en

    transformar la Repblica Catlica de El Salvador en una Repblica Laica; por lo tanto,

    adems de la escuela aconfesional, tendremos que estudiar el tema de la libertad de culto y la

    secularizacin de los cementerios como momentos decisivos para el proyecto poltico-

    educativo de forjar una ciudadana laica. En segundo lugar, tendremos que precisar qu se

    entendi por ciudadano laico a partir del nuevo proyecto educativo que surgi con la

    reforma, al mismo tiempo haremos una breve mencin de cmo ese nuevo modelo de

    ciudadana se hizo presente tambin en otros pases de Hispanoamrica. Por ltimo, en tercer

    lugar, estudiaremos cules fueron aquellos contenidos y/o materias de enseanza a partir de

    los cuales se procur educar a los nuevos futuros ciudadanos laicos, finalizando el captulo

    con la indicacin de que para aquellos reformadores de la escuela pblica primaria el

    aprendizaje de la autonoma individual no se opona a la enseanza de servir a la patria, al

    bien comn, ms bien se necesitaban mutuamente, tanto para la felicidad del individuo como

    para el bien del pas.

    Sobre las fuentes de estudio

    Las fuentes primarias que documentan esta investigacin son variadas. Van desde

    Constituciones; reglamentos de educacin primaria; discursos presidenciales; memorias,

    informes y decretos de instruccin pblica redactados y publicados por el Poder Ejecutivo;

    peridicos y revistas; y, por supuesto, textos escolares que fueron enviados a las escuelas,

    tanto para uso docente como para el aprendizaje de los nios. Sin embargo, deseo hacer una

    valoracin ms precisa sobre aquellos documentos que por su tipo y contenido han cobradofundamental relevancia para la investigacin.

    En primer lugar, quiero llamar la atencin sobre las Memorias de Instruccin Pblica

    que empezaron a aparecer, al menos eso se colige del anlisis que he hecho del Diario Oficial ,a fines de la dcada de 1870. Por lo general, el Ministerio o Secretara de Instruccin Pblica

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    publicaba cada ao una memoria de labores correspondiente al ao inmediato anterior, cosa

    que tambin hacan los dems Ministerios/Secretaras. Lamentablemente, para el perodo que

    aqu estudiamos se han encontrado ntegras slo las correspondientes a los aos 1883 y 1888.

    No obstante, entre los meses de enero y marzo, los gobiernos solan publicar una sntesis de

    la memoria en el Diario Oficial , texto que muy probablemente era el extracto que los Ministroslean ante el Poder Legislativo al momento de rendir informe. Pues bien, a pesar de cargar

    con el inconveniente de ser la voz oficial, dichas memorias, tanto ntegras como parciales,

    han sido de incalculable valor al momento de reconstruir y comprender el estado de la

    educacin pblica primaria salvadaroa, especialmente durante la dcada de 1880. En el

    trabajo con este tipo de fuentes me ha precedido Mara Julia Flores; 27 con la diferencia de que

    ella estudia el perodo 1894-1924. Su trabajo y el mo son pioneros en cuanto al tratamiento

    de estas fuentes.

    En segundo lugar, quiero destacar la revista La Nueva Enseanza , la cual ha sidoescasamente trabajada hasta el da de hoy.28 Salvo algunas excepciones, la revista se public

    ininterrumpidamente desde el 14 de mayo de 1887 hasta junio de 1890. En el captulo 3 se ha

    recurrido a dicha revista, pero slo en aquello que concierne a la temtica especfica del

    captulo. De ah que La Nueva Enseanza goza de una tremenda riqueza documental, la cual

    tendr que seguir siendo estudiada y analizada con el correr del tiempo. Adems, algo paranada despreciable, desde esa revista se constata que el reformismo educativo salvadoreo de

    la dcada de 1880 tuvo sendos parecidos de familia, por usar un trmino del filsofo

    Ludwing Wittgenstein, con reformas educativas que se estaban llevando a cabo, con ms o

    menos tiempo de diferencia, en Francia, Mxico, Costa Rica, Chile y Argentina.

    En tercer lugar, un valioso papel han jugado algunos de los textos escolares que fueron

    utilizados en las escuelas pblicas del pas, aproximadamente desde fines de la dcada de

    1840 hasta finales de la de 1880. He de aclarar que ni he tenido acceso a todos ellos, como

    27 Mara Julia Flores Montalvo, Educacin primaria y formacin ciudadana en El Salvador 1894-1924.

    28 Julin Gonzlez Torres , Forjando sujetos tiles para la nacin: la instruccin primaria en El Salvador afinales del siglo XIX y principios del XX; Nataly Guzmn Velasco, Laicismo, nuevas pedagogas e inclusinde la mujer. Aspectos de la modernizacin educativa en El Salvador, 1880-1920. Ambos en Estudios Centroamericanos (ECA), 723, Enero-diciembre 2010, pp. 37-50; 51-67.

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    Introduccin 15

    tampoco en este trabajo he procedido a analizar cada uno de los que s he encontrado. En lo

    esencial, la eleccin de los textos escolares que el lector encontrar a lo largo de la

    investigacin obedece a la ruptura que se dio en el momento en que se pas de una escuela

    pblica catlica a una escuela pblica laica. De manera que as como hasta antes de la dcada

    de 1880 la educacin del ciudadano catlico descans, en su aspecto medular, en la

    enseanza del Catecismo del Padre Ripalda; durante la implementacin de la reforma

    tuvimos que buscar aquellos textos escolares que, en franca oposicin a la enseanza de la

    religin catlica en las escuelas estatales, apuntaban o insinuaban la educacin del nuevo

    ciudadano. En este punto, la investigadora colombiana Patricia Cardona fue de mucha ayuda,

    puesto que ella llega a afirmar que las letras de los textos escolares insinan la formacin de

    un ciudadano ideal.29 De manera que si esto es as, entonces aqu hemos hecho agenda de

    trabajo la afirmacin de Cardona y se ha procurado demostrar, a partir de los textos

    escolares, en qu consisti la formacin del futuro ciudadano catlico y qu signific el ideal

    de forjar un nuevo modelo de ciudadana: el ciudadano laico. En una perspectiva similar a la

    nuestra, Luis Alberto Romero ha estudiado la construccin de la idea de nacin argentina en

    los textos escolares, pero durante el siglo XX.30

    Por otro lado, es importante decir que una parte significativa de las fuentes primarias ha

    sido revisada y/o levantada digitalmente de entre los ms importantes centros deinvestigacin que existen en El Salvador. As, por ejemplo, los textos escolares de Rafael

    Reyes ( Miscelnea y Nociones de Historia del Salvador ) y David J. Guzmn ( De la organizacin de lainstruccin primaria en El Salvador ) han podido estudiarse gracias a la conservacin que de elloshace la Biblioteca Nacional Francisco Gavidia. El libro Elementos de pedagoga , junto con larevista La Nueva Enseanza y otra variedad de revistas, peridicos y libros que soncompilaciones han sido consultados en la Biblioteca P. Florentino Idoate, S. J.,

    especficamente en la Seccin Colecciones Especiales, de la Universidad Centroamericana

    29 Alba Patricia Cardona Zuluaga, La nacin de papel: textos escolares, poltica y educacin en el marco de lareforma educativa de 1870, Co-herencia , 006, Enero-Julio 2007 (Numeracin no disponible).Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=77440605

    30 Luis Alberto Romero (Coord.), La Argentina en la escuela. La idea de nacin en los textos escolares , Siglo XXI,Buenos Aires, 2007.

    http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=77440605http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=77440605
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    Jos Simen Caas. En este mismo centr o de investigacin se conservan las Memorias

    completas de Instruccin Pblica, correspondientes a los aos 1883 y 1889. Del Archivo

    General de la Nacin (AGN) se ha levantado digitalmente la obra Cartilla del Ciudadano,escrita en 1825 por el guatemalteco Pedro Molina; as como la Cartilla del CiudadanoqueFrancisco Esteban Galindo public en 1874; el primero de estos textos lamentablemente est

    incompleto, pues est quemado. El Archivo General del Arzobispado ha sido clave en

    cuanto a la consulta del peridico catlico La Verdad . Por otro lado, la digitalizacin que ABANSA hiciera de los primeros cien aos de vida del peridico oficial (1847-1947) fue de

    enorme ayuda, pues facilit y agiliz la bsqueda y anlisis de las fuentes. Finalmente,

    conviene sealar que todo investigador del siglo XXI difcilmente puede llevar a cabo una

    investigacin seria si no navega incasablemente en Internet. En esta fuente maravillosa

    encontr, entre otras cosas, el Catecismodel Padre Ripalda y los tres tomos de la serie Librosde Lectura de Luis Felipe Mantilla. De manera, pues, que este trabajo de investigacin est

    enriquecido con fuentes que provienen de diferentes acervos bibliogrficos. Para terminar,

    slo decir que en el desarrollo de la investigacin se ir proporcionando la referencia

    bibliogrfica completa de cada uno de los documentos aqu mencionados. De cualquier

    forma, al final del documento el lector puede consultar toda la bibliografa que se ha

    utilizado.

    Importancia, pertinencia y limitantes de la investigacin

    Este trabajo de investigacin reviste especial importancia en la medida en que tal y

    como ha sido diseado hace aportes muy significativos a la historia educativa, cultural y

    poltica de El Salvador del siglo XIX. A partir de la categora poltica de ciudadano ha sido

    posible trazar un anlisis en y desde el cual el lector podr constatar cmo los diferentesGobiernos del siglo XIX, en tanto que representantes de eso que hoy llamamos Estado

    salvadoreo, pensaron la educacin de los individuos. A pesar de que nuestro objetivo no ha

    sido elaborar una especie de historia de la educacin, a partir del estudio de la formacin

    tanto del ciudadano catlico como del laico, el interesado en la historia de la educacin

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    Introduccin 17

    encontrar pistas y fuentes muy valiosas que le permitirn acercarse con ms propiedad al

    estudio de la educacin primaria durante aquel siglo; como por ejemplo, la incorporacin de

    un nuevo mtodo pedaggico en las escuelas pblicas a partir de la reforma educativa.

    En segundo lugar, la fuerte pervivencia del imaginario social catlico en la esfera

    pblica, durante buena parte de aquel siglo; la abolicin de la escuela catlica y la instauracin

    de la escuela laica; la secularizacin de los cementerios; la aprobacin de la libertad de culto; y

    la apuesta por la educacin intelectual de la mujer; todo ello implic un cambio de ideas,

    leyes, prcticas y actitudes que reflejan, sin lugar a dudas, un cambio cultural importante que

    se gest en aquel ltimo cuarto del siglo XIX salvadoreo. De tal manera que al seguir

    nuestra investigacin de principio a fin, el lector podr ir advirtiendo algunos de los cambios

    culturales, para efectos de una historia cultural, que se fueron operando durante el largo

    perodo que abarca esta investigacin.

    En tercer lugar, no cabe duda que al ser la voz ciudadano una categora estrictamente

    poltica, este trabajo contribuye a comprender mejor la historia poltica decimonnica de El

    Salvador. Desde nuestro anlisis puede verse que hacia fines de aquel siglo, no slo El

    Salvador sino la mayor parte de Estados hispanoamericanos entraron en un complejo

    proceso de refundacin; fue as que, en oposicin al Estado catlico, se procur construir el

    Estado laico y, en consecuencia, educar a un nuevo tipo de futuro ciudadano: el ciudadanolaico. Cualquier historia poltica de este pas no puede pasar por alto el proceso de laicizacin

    y secularizacin que arranc con el Gobierno del Presidente Santiago Gonzlez. Fue una

    lucha tenaz entre el poder poltico y el religioso. No obstante, a diferencia de lo que pas en

    pases como Colombia y Costa Rica, en El Salvador el poder religioso catlico no pudo

    revertir aquellos procesos secularizantes emanados desde el Estado. De manera que, al final,

    la Iglesia Catlica tuvo que reacomodarse al desplazamiento del que haba sido vctima. En

    nuestro anlisis en especfico, fue desplazada de la escuela estatal; de manera que ella ya noregentara el monopolio religioso-moral de la educacin de los futuros ciudadanos. Y quiz

    aqu radique la mayor importancia de mi trabajo de investigacin: demostrar que con aquel

    reformismo liberal no slo se dio la privatizacin de tierras ejidales y comunales, sino que, al

    mismo tiempo, el Estado salvadoreo le apost a una especie de privatizacin de lo religioso.

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    En la escuela pblica no se enseara ningn tipo de dogma religioso, de esa clase de

    enseanza se encargaran los padres de familia y los curas. He aqu lo que he decidido llamar

    privatizacin de lo religioso. Dios fue desplazado de la esfera estatal hacia el calor del hogar, haciala conciencia de los individuos.

    Por ltimo, una de las principales limitantes de este trabajo es que no estudia

    ciudadanos (catlicos o laicos) histricos concretos. Dicho en otros trminos, bien se me

    podra acusar de haberm e quedado en el anlisis de meros discurso s, puesto que en ningn

    momento estudio ciudadanos concretos. Sin embargo, ya que la nuestra es, en sentido

    estricto, una historia del pensamiento y/o de las ideas, de ello se infiere que ms que estudiar

    la praxis poltica de actores histricos especficos, lo que se busca es comprender cmo

    ciertos agentes histricos conceptuaron, mediante la implementacin de una reforma

    educativa, la formacin de los futuros ciudadanos laicos en las escuelas pblicas del pas, en

    el ltimo cuarto del siglo XIX; por supuesto, ese nuevo ideal de ciudadana no se logra

    explicar sin antes entender cmo fue, previamente, la formacin del ciudadano catlico. De

    suerte que sin este estudio seguiramos siendo ignorantes en cuanto a cmo se pens la

    educacin de los futuros ciudadanos salvadoreos, en el largo perodo que va de 1824 a 1890.

    Tener una idea de este largo y complejo proceso es ya, a mi entender, una enorme ganancia.

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    Captulo I

    Educacin y ciudadana en la era de las revoluciones atlnticas:1776-1812

    La instruccin pues debe ser universal,esto es, extenderse a todos los ciudadanos.1

    El concepto ciudadano no es fcil de aprehender. No slo por la historia q

    contiene, sino tambin por su complejidad intrnseca y porque, en buena medida, posesignificado bastante escurridizo. Sin embargo, en pleno siglo XXI se ha vuelto una vuso comn. En El Salvador, por ejemplo, los medios de comunicacin social recogen a lo que, segn ellos, es la opinin ciudadana o participacin ciudadana. Pertemporalidad que encierra este trabajo de investigacin nos desplaza del presente siglolleva, en forma inevitable, al siglo XIX. Especficamente: hacia fines del XVIII y prindel XIX. En concreto, en este captulo estudiaremos lo que signific la reivindicaci

    vocablo ciudadano tanto en la revolucin norteamericana, como en la francesa y espapor supuesto, se analizar lo que dicho concepto lleg a significar en las posterrevoluciones de Hispanoamrica. Posteriormente, ya en el animo de precisar la mutsustancial de la voz ciudadano en el contexto de aquellas revoluciones, se dar una defide lo que entenderemos por ciudadano moderno a lo largo de toda la investigacFinalmente, se abordar el hecho de que tanto los forjadores de la repblica estadounidcomo los revolucionarios franceses y espaoles, todos ellos concibieron a la escuela p

    primaria como la institucin por excelencia donde se formaran los futuros ciudadanolas naciones modernas necesitaran. La escuela primaria se pens como el laboratorio dse educaran los futuros ciudadanos de la nacin. Pasemos, por tanto, a dicho estudio.

    1 Manuel Jos Quintana,Informe de la Junta creada por la Regencia para proponer los medios de procederarreglo de los diversosramos de instruccin pblica,Cdiz, 9 de setiembre de 1813. Disponible en:http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12604621990155952976846/p0000001.htm#1

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    1. El ciudadano moderno en la revolucin norteamericana, francesa y espaola

    1.1. La independencia de los Estados Unidos

    El 4 de julio de 1776, laDeclaracin de Independencia de los Estados Unidos aprobabacomo evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotadospor su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre stos estn la vida, la libertabsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los homlos gobiernos, que derivansus poderes legtimos del consentimiento de los gobernados Esta declaracin poltica marc, en forma decisiva, el inicio de una era en la que la sobpoltica sera arrebatada a los monarcas y se depositara en el conjunto de individuoconformaran el pueblo o nacin. En otras palabras, los reyes fueron despojados del ppoltico y ste pas a las manos del pueblo. Pero no todas las personas fueron declardepositarias del poder soberano. Gozaran de ese privilegio slo los llamados ciudadano

    La investigadora Erika Pani relata que la Constitucin estadounidense de 1787 dun uso no constatado tiempo atrs del vocablo ciudadano. El trmino, en palabras dautora,se haba convertido en el seudnimo favorito de los escritores pol ticos y en la

    designacin ms comn para el pblico al cual se dirigan. Los estadounidenses continaPani tenan que deshacerse de la compleja jerarqua de categoras que haba caracterizrgimen colonial. Las reemplazaron con una categora nica que implicaba a la vez iguderechos y poder: la de ciudadano.2 Para ejemplificar este hecho histrico, Pani apela a lapalabras del mdico David Ramsay, quien en el ao de 1789 escribi lo siguiente:

    Ser ciudadano de los Estados Unidos significa ser miembro de esta nueva nacin. El prinde gobierno ha sido radicalmente alterado por la revolucin, y el carcter poltico de la

    tambin ha cambiado [] De sbditos a ciudadanos la diferencia es inmensa. Sbditoderiva del latnsub y jacio, y significa aquel que est bajo el poder de otro, pero un ciudadano una unidad de la masa de un pueblo libre que colectivamente posee la soberana []

    2 Erika Pani, La calidad de ciudadano: pasado y presente. Los ritmos del sufragio en Mxico y en los EUnidos: 1776-1912,ISTOR , 15, 2003, p. 73.

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    ciudadano de un Estado libre contiene, dentro de s mismo, por naturaleza y porconstitucin, tanto de la soberana comn como el otro.3

    Qu significado tena en ese discurso el vocablo ciudadano? El texto de Ram

    contiene tres ideas importantes, las cuales debemos empezar a comprender. En primer lciudadano es un individuo que posee un conjunto de derechos inalienables, entre destaca la libertad como derecho fundamental. El hombre, considerado sbdito e Antiguo Rgimen, se ha convertido en un sujeto autnomo, dueo de s mismo. En seglugar, ciudadano es el legtimo representante de un pueblo que es soberano en trmpolticos. La soberana colectiva queda depositada en el conjunto de todos los ciudadPor eso la Constitucin estadounidense de 1787 exigi elstatus de ciudadano como requisito

    indispensable para optar al Senado y a la Cmara de representantes:

    Artculo uno: Segunda seccin: 2. No ser representante ninguna persona que no hcumplido 25 aos de edad y sido ciudadano de los Estados Unidos durante siete aos, y qsea habitante del Estado en el cual se le designe, al tiempo de la eleccin.

    Artculo uno: Tercera Seccin: 3. No ser senador ninguna persona que no haya cumplidaos de edad y sido ciudadano de los Estados Unidos durante nueve aos y que, al tiempla eleccin, no sea habitante del Estado por parte del cual fue designado.

    Los antiguos sbditos de Jorge III (1738-1820) se haban convertido en ciudadanolos Estados Unidos. El carcter poltico de la gente haba cambiado, como muy bienexpresara el mdico David Ramsay. En tercer lugar, ese pueblo soberano es entendido una nacin. Estos tres principios sern reconocidos tanto por los revolucionarios franccomo por los diputados de las Cortes de Cdiz, en Espaa.

    Ahora bien, es importante no perder de vista que la independencia de los EstaUnidos coloc al individuo y sus derechos naturales como el valor esencial de las nsociedades norteamericanas. En trminos formales, todos los hombres nacen libres e igentre s. Lo cual signific que los derechos de sangre y los privilegios corporativos cesu lugar a las aptitudes naturales y los mritos logrados por el individuo. Desde una m

    3 [David Ramsay], A Dissertation on the Manner of Acquiring the character and privileges of a citizen of the United States,s.p., 1789. Fragmento citado por Erika Pani. Ibid., p. 74.

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    sociolgica: la sociedad ya no fue conceptuada como una sociedad de cuerpos o estamsino como una asociacin de individuos cuyo objetivo principal era salvaguardaderechos e intereses. Gordon S. Wood afirma que al espacio dedicado a las artes y las cise le denomin la repblica de las letras, lo cual significaba que para participar enrequera talento, no se ingresaba por derecho hereditario.En palabras de Wood: En unarepblica, los individuos ya no estn predestinados a ser lo que sus padres fueron. Loimportaba era la habilidad, no la cuna o las personas a quienes conocas.4 Las antiguascolonias britnicas haban nacido a la vida republicana. Esta forma de organizacin poaprendida de pensadores ingleses como James Harrington (1611-1677), implicaba la dy puesta en prctica de valores como igualdad poltica, gobierno representativo, divispoderes y virtud ciudadana.5 Valores que, posteriormente, ejercieron una considerablinfluencia en las nacientes repblicas de la Amrica Hispana.6 Pero mientras llegamos a estepunto, es necesario analizar el significado de la ciudadana moderna en la revolucin fra

    1.2. La revolucin francesa

    Similares consecuencias sociales, culturales y polticas generara en Francia y Eu

    Declaracin de los derechos del hombre y del ciudadano(1789). En este apartado estudiaremos slouna pequea parte de esas consecuencias. Pero antes de cualquier cosa, es importante claridad en lo siguiente: laDeclaracin francesa distingui entre ser hombre y serciudadano. Una breve mirada al ttulo nos lo advierte. Al ig ual que los revolucionariosnorteamericanos, los de Francia separaron ambos conceptos. No todos los hombres nacen suelo francs o en el extranjero (pero de padres franceses) ostentaran el derecho dciudadanos. El derecho a la ciudadana fue restringido. No obstante, este tema lo estu

    4 Gordon S. Wood,La revolucin norteamericana , Mondadori, Barcelona, 2003, p. 144.

    5 A. Hamilton, J. Madison, J. Jay, El federalista , Fondo de Cultura Econmica, Mxico, D. F., 1943, pp. 32-41 Adems: Helena Bjar, El corazn de la repblica , Paids, Barcelona, 2000, pp. 57-82;Ramn Ruiz Ruiz, Pasadoy presente del republicanismo cvico,Derechos y Libertades. Revista del Instituto Bartolom de las Casas , 13, 2004,pp. 189-216.

    6 Rafael Rojas,Las repblicas de aire. Utopa y desencanto en la revolucin de Hispanoamrica , Taurus, Mxico, D. F.,2009, pp. 105-140.

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    ms adelante. Por el momento interesa comprender qu signific la irrupcin de laciudadano en la revolucin francesa.

    Lo primero que debe quedar claro es que la nocin de ciudadano que irrumpi

    ambas revoluciones, estadounidense y francesa, tuvo un carcter estrictamente polticciudadano fue concebido como aquel sujeto habilitado por la ley para ocuparse deasuntos del gobierno poltico. Para el caso de Francia, el procedimiento, por usar un trmfue el siguiente: la revolucin despoj a Luis XVI (1754-1793) de la soberana polticafue depositada, formalmente hablando, en todos los franceses, quienes en conjuconstituiran la nacin soberana. LaDeclaracin estableci en el artculo primero queloshombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos.El Antiguo Rgimen,

    fundamentado en la relacin social entre un rey y sus sbditos, era ya insostenible. Ptanto: la nica soberana sera la nacin francesa y los ciudadanos cargaran coresponsabilidad poltica de ejecutar esa soberana. Estos dos principios, nacin y ciudaquedaron grabados en los artculos tercero y sexto, respectivamente:

    Artculo 3.- El principio de toda soberana reside esencialmente en la Nacin. Ningn cueningn individuo, pueden ejercer una autoridad que no emane expresamente de ella.

    Artculo 6.- La ley es la expresin de la voluntad general. Todos los ciudadanos tienen derea contribuir a su elaboracin, personalmente o por medio de sus representantes. Debe smisma para todos, ya sea que proteja o que sancione. Como todos los ciudadanos son igante ella, todos son igualmente admisibles en toda dignidad, cargo o empleo pblicos, ssus capacidades y sin otra distincin que la de sus virtudes y sus talentos.

    Segn el artculo 6, los ciudadanos tienen todo el derecho de participar enelaboracin de las leyes de la nacin, ya sea personalmente o por medio de representantes. Enotras palabras, diramos que era obligacin del ciudadano ocuparse

    poder legislativo de la nacin. Adems, el ciudadano poda participar perfectamenteesfera pblica segn sus capacidades y sin otra distincin que la de sus virtudes y talentos. En este punto, laDeclaracin no especifica a qu capacidades, virtudes y talentos srefiere. Pero la Constitucin de 1791 s definir las cualidades necesarias para converticiudadano francs. Lo importante aqu es comprender que ciudadano es, en sentido est

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    un actor poltico. Ms adelante explicar la diferencia entre ciudadana activa y ciudapasiva.

    Ahora bien, la asuncin de la voz ciudadano signific tambin para los revolucionfranceses un rechazo a la sociedad de Antiguo Rgimen? Similar al caso estadouniirrumpi otro concepto de sociedad en la Francia revolucionaria? Para ambas pregunrespuesta es afirmativa. Segn Pierre Rosanvallon, fue la radicalidad del conceptoindividuolaque hizo posible una considerable mutacin semntica de la voz ciudadano. Recurdartculo dos de laDeclaracin de 1789: La finalidad de toda asociacin poltica es laconservacin de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Tales derechos slibertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresin.Esos derechos no fueronpensados para corporaciones o estamentos, sino para individuos, es decir, sujautnomos. Al ser iguales los individuos, todos, en principio, deban tener garantizarespeto a sus derechos naturales e imprescriptibles. Rosanvallon explica esto en los sigutrminos:

    La igualdad poltica marca la entrada definitiva en el mundo de los individuos. Introdupunto de no retorno. Afirma un tipo de equivalencia de calidad entre los hombres, en comruptura con las visiones tradicionales del cuerpo poltico. Slo puede formularse en el mde una visin atomstica y abstracta de la formacin de los lazos sociales. La igualdad poen otros trminos, slo es concebible en la perspectiva de un individualismo radcontrariamente a las otras formas de igualdad que pueden perfectamente acomodarse enorganizacin jerrquica o diferenciada de lo social El derecho al sufragio produce a la propia sociedad ; es la equivalencia entre los individuos lo que constituye la relacin social. Ederechoconstructivo.El sufragio universal logra, en su sentido ms profundo, la laicizacin mundo occidental. Con l se opera la separacin definitiva y completa del organicismo sose abre verdaderamente la era del individuo.7

    El ciudadano, por tanto, se entendi como un individuo ms en una asociaciniguales, donde la supuesta igualdad ya no radicara en la pertenencia a un mismo csocial o gremio, la conservacin de un conjunto de privilegios o en compartir los milazos de sangre. De hecho, el trmino que Rosanvallon utiliza para referirse al ciudamoderno esindividuo-ciudadano. En realidad, ambas revoluciones llevaron a la prctica u

    7 Pierre Rosanvallon,La consagracin del ciudadano. Historia del sufragio universal en Francia , Instituto Mora, Mxico,D. F., 1999, pp. 12-13. Cursivas en el original.

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    orden poltico moderno previamente conceptuado por autores como Hugo Grocio y JLocke (1632-1704).8 En otras palabras, los Estados Unidos y Francia llevaron a cabo institucionalizacin poltica de eso que el filsofo Charles Taylor ha llamado orden

    moderno:

    De acuerdo con esta imagen, la sociedad consiste en un conjunto de individuos que se para formar una entidad poltica sobre la base de un cierto trasfondo moral preexistente, yobjeto de alcanzar ciertos fines. El trasfondo moral son los derechos naturales; las personlas que hablamos tienen ya ciertas obligaciones morales unas con otras. Los fines persegson ciertos beneficios mutuos, entre lo que destaca de un modo especial la seguridad.9

    Por ltimo, as como Wood nos mostr, para el caso estadounidense, el trnsito

    una sociedad de Antiguo Rgimen a una sociedad liberal-republicana; para el caso franel historiador Hobsbawm quien, desde un anlisis socioeconmico, nos ilustra lo qutrminos prcticos significaron tanto la revolucin francesa como la industrial:

    Puede afirmarse que el resultado ms importante de las dos revoluciones [la francesaindustrial] fue, por tanto, el de que abrieran carreras al talento, o por lo menos a la energcapacidad de trabajo y la ambicin. Pero no todas las carreras ni hasta los ltimos peldexcepto quiz en los Estados Unidos. Y, sin embargo, qu extraordinarias fueronoportunidades, qu distantes de los del siglo XIX los estticos ideales jerrquicos del pas

    Con toda probabilidad, en 1750 el hijo de un encuadernador hubiera seguido el negocio padre. Ahora no ocurra as. Ahora se abran ante l cuatro caminos que conducan hastestrellas: negocios, estudios universitarios (que a su vez llevaban a las tres metas administracin pblica, la poltica y las profesiones liberales), arte y milicia.10

    Francia se abra camino hacia la modernidad poltica soada por Rousseau, la diguales que se gobiernan a travs de las leyes que ellos mismos se dan.11 Pero aquella

    8 J. B. Schneewind,La invencin de la autonoma. Una historia de la filosofa moral moderna , Fondo de CulturaEconmica, Mxico, D. F., 2009, pp. 87-210.

    9 Charles Taylor,Imaginarios sociales modernos , Paids, Barcelona, 2006, p. 15.

    10 Eric Hobsbawm,La era de la revolucin, 1789-1848 , Crtica, Grijalbo Mondadori, Barcelona, 1997, pp. 194195.

    11 Jean-Jacques Rousseau,Del contrato social , Alianza, Madrid, 1998; Tzvetan Todorov, El jardn imperfecto. Luces y sombras del pensamiento humanista , Paids, Barcelona, 1999, pp. 88-93.

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    celebrada revolucin devino en imperio y ste en invasiones. En 1808, fuerzas militaNapolen Bonaparte (1769-1821) invadieron a Espaa, provocando as un fuerte terresocio-poltico en la Monarqua espaola, a raz del cual aquel vasto imperio catlico obligado a ingresar en la modernidad poltica anticipada por norteamericanos y francescrisis monrquica desencadenada por la invasin napolenica hizo posible la reivindicde valores como soberana nacional, ciudadana y representacin poltica. En el siguapartado analizar la irrupcin del concepto ciudadano en la Constitucin de Cdiz.

    1.3. La revolucin espaola

    La abdicacin forzada de la familia real espaola, en Bayona, en mayo de 1808, pruna fuerte crisis entre los sbditos de Fernando VII (1784-1833). Como resultado dedescalabro poltico, se cre la Junta Suprema Gubernativa Central. En un hecho inditohistoria de la monarqua espaola, Amrica fue llamada a realizar elecciones para quseguida, enviara los diputados electos a aquella Junta. Pero los representantes de Amrllegaron a tiempo para integrarla. sta se disolvi en 1810 y dio paso al Consejo de RegFinalmente, se abri una nueva convocatoria a elecciones, esta vez para formar parte

    Cortes. Fue as que el 24 de septiembre de 1810 abrieron sesiones las que luego pasarhistoria como las Cortes de Cdiz. Como corolario de todo este proceso, el 19 de marz1812 las Cortes promulgaron la primera Constitucin de la nacin espaola.12

    Ahora bien: En qu sentido la revolucin espaola qued ntimamente vinculadaotras revoluciones atlnticas? Cmo se expres el concepto de nacin y ciudadano Carta gaditana? Comencemos el anlisis con el concepto de nacin. La Constitucin monarqua estableci es sus primeros tres artculos lo siguiente:

    12 Un anlisis pormenorizado de estos acontecimientos se encuentra en: Franois-Xavier Guerra, Modernidad e independencias. Ensayos sobre las revoluciones hispnicas , MAPFRE, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, D. F.,1993. Del mismo autor, pero ms breve:La nacin en Amrica hispnica. El problema de los orgenes, eMarcel Gauchet, Pierre Manent, Pierre Rosanvallon (Dirs.), Nacin y modernidad , Nueva Visin SAIC, Buenos Aires, 1997, pp. 97-120. Vase tambin: Beatriz Rojas, Las ciudades novohispanas ante la crisis: entantigua y la nueva constitucin, 1808-1814,Historia Mexicana , 1, Julio-Septiembre 2008, pp. 287-324.

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    ARTCULO 1. La Nacion espaola es la reunion de todos los espaoles de amhemisferios.

    ART. 2. La Nacin espaola es libre independiente, y no es ni puede ser patrimonininguna familia ni persona.

    ART. 3. La soberana reside esencialmente en la Nacion, y por lo mismo pertenece exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales.13

    La Carta Magna declarque la nacin espaola es la reunion de todos losespaoles. stos, segn el artculo quinto, seran todos los hombres libres nacidavecindados en los dominios de las Espaas, y los hijos de stos. Y as como sucedi conlos Estados Unidos y Francia, Espaa tambin fue declaradacomo una nacin libre independientey esencialmente soberana, siendo de su exclusiva competencia el derechestablecer las leyes que fuesen necesarias. Tenemos, en este sentido, un caso ms en el soberana poltica vuelve a manos del pueblo. Pero la lgica histrica de la revolespaola fue distinta a la que oper en la revolucin francesa. En Francia ningn aforneohaba usurpado la soberana poltica. La revolucin de los iguales quera decualquier asomo de privilegio, puesto que, en principio, todos los hombres nacen libiguales y poseen los mismos derechos. De ah que era insostenible la figura del mo

    como detentador absoluto del poder poltico. Era un imperativo moral y poltico aboabsolutismo monrquico. En Espaa el escenario fue distinto: un intruso, Jos Bonap(1768-1844), haba entrado a la casa real y haba destronado al legtimo rey de los espEspaa estaba frente a un grave problema de soberana. Con el rey cautivo y el intrucasa, la nacin corra serio peligro. Por lo tanto: la recuperacin de la soberana va la nespaola fue para desconocer y rechazar al invasor que haba dejado a los espaoles padre rey.

    Por otro lado, el artculo 18 de la Carta gaditana estableci que son ciudadanosaquellos espaoles que por mbas lneas traen su origen de los dominios espaoles de

    13 Constitucion politica de la monarqua espaola. Promulgada en Cdiz 19. de Marzo de 1812 , Quorum Editores,Cdiz, 2009 (Edicin Especial), pp. 4-5.

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    hemisferios y estan avecindados en qualquier pueblo de los mismos dominios.14 De maneraque esta carta magna concedi elstatus de ciudadana a indios, mestizosy a aquellos que porcualquier lnea son habidos y reputados por originarios del frica, siempre y cucumpliesen con algunos requisitos como, por ejemplo,haber hecho servicios calificados a laPatria(Art. 22).

    Ahora bien: este ciudadano proclamado por la Carta gaditana tiene de trasfotambin, la nocin de individuo con sus respectivos derechos inalienables, como sucedlos Estados Unidos y en Francia? Hubo una declaracin de derechos en Espaa, comque se dio en la revolucin francesa? Lo ms parecido a una declaracin de derechos qplasmado en el artculo cuarto de la Constitucin: La Nacion est obligada conserproteger por leyes sabias y justas la libertad civil, la propiedad, y los demas derechos lede todos los individuos que la componen.15 Y es que, como explicbamos en el prrafoanterior, ms que los derechos del individuo, eran los derechos de la colectividad loestaban en juego. En otras palabras, la nocin deindividuo-ciudadanoqued ensombrecida porel concepto de nacin. La revolucin espaola fue una reivindicacin de la nacin, mdel individuo, frente al invasor francs. Lo cual no significa que no se tuviera idea importancia del individuo y sus derechos, ms bien qued supeditada al sujeto cole

    nacin. El investigador Jos Mara Portillo explica esto en los siguientes trminos:

    Lo que interesaba en Cdiz era sobre todo definir el sujeto nacional antes que el individcorrespondientemente, los derechos de aquel antes que los de las personas individualesjunto a otros cuerpos y personas no necesariamente individuales, se entenda componcomunidad nacional No es que el sistema extraara el concepto de derechos del individusino que lo integraba en otra sede diferente de la habitual en la cultura constitucional atlnicamente aqu, en la nacin, se intua que el individuo espaol pudiera realizar sus derEn realidad, el artculo cuarto no procede tanto a declarar derechos de los espaoles cuahabilitar a la nacin para la proteccin y conservacin de esos derechos mediante la oblig

    14 Ibid., pp. 8-9.

    15 Ibid., p. 5.

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    constitucional que contrae con esos derechos legtimos de todos los individuos qucomponen.16

    La crisis espaola generada por la invasin napolenica fue un poderoso deton

    histrico que alcanzara a todos los reinos del imperio espaol. Los principios de sobenacional, ciudadana y representacin poltica sancionados por Cdiz fueron ingredesenciales que contribuyeron a la emancipacin de la monarqua espaola por parte dpueblos hispanoamericanos. En el siguiente apartado analizar qu signific en la AmHispana la reivindicacin de la ciudadana moderna.

    2. El ciudadano moderno en Hispanoamrica

    La mayora de autores que ha estudiado el concepto ciudadano, en el muniberoamericano que va de 1750 a 1850, afirma que hasta antes de 1808 en las socieestamentales de Amricalas nociones de ciudadano y vecino convivan con las sbdito o vasallo.17 En esencia, esto signific dos cosas: (1) que el binomio conceptuciudadano/vecino cobraba su pleno sentido sociopoltico en el mundo local, no gan de un sentido universalista y abstracto, se era ciudadano o vecino de una ciudad, p

    o lugar en particular, no de una nacin; (2) que la relacin del ciudadano/vecino crey o monarca era el equivalente de la relacin padre-hijo: el vasallo deba obediefidelidad a su padre rey, mientras que ste otorgaba seguridad y proteccin a su hijocuanto al primer significado de ese binomio conceptual, Aljovn de Losada nos ofrecimportante acotacin:

    16 Jos M. Portillo Valds, Entre la monarqua y la nacin: cortes y constitucin en el espacio imperialespaol, en A Guerra da Independencia e o primeiro liberalismo en Espaa e Amrica , Universidad de Santiago deCompostela, Servizo de Publicacions e Intercambio Cientfico, Santiago de Compostela, 2009, p. 149.

    17 Cristbal Aljovn de Losada, Ciudadano y vecino en Iberoamrica, 1750-1850: Monarqua oRepblica, en Javier Fernndez Sebastin (Dir.),Diccionario poltico y social del mundo iberoamericano. Iberconceptos Fundacin Carolina, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y Centro de Estudios PoltiConstitucionales, Madrid, 2009, p. 186.

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    El ciudadano/vecino est vinculado necesariamente a una comunidad. Durante la monarabsolutista se es ciudadano/vecino de una comunidad determinada concreta, es decir, dciudad, una villa o un pueblo

    Ciudadano/vecino era el habitante varn de su localidad, usualmente imaginado como pde familia. El ciudadano/vecino ocupaba una posicin social elevada con respecto a la mde los habitantes. Ser vecino era, inequvocamente, una distincin. En ciudades sin notitulada, como fue el caso de las ciudades del Ro de la Plata, los vecinos de mayor preocuparon el lugar de los nobles titulados de ciudades como Lima o Mxico, con gran nde familias con ttulos nobiliarios. Otro factor importante de distincin e imagen deciudadanos/vecinos fue su condicin catlica. Ser ciudadano implicaba ser un buen catlcumplir con el requisito de limpieza de sangre; es decir, que sus antepasados hubierancatlicos y no judos, moros, negros, indgenas ni gitanos.18

    En otras palabras, en el Antiguo Rgimen se era ciudadano/vecino de un mlocal bien acotado (ciudad, villa o pueblo). El sentido de pertenencia sociopoltica qurestringido a un espacio social concreto. Por el contrario, a raz de la proclamacin nacin espaola por parte de la Carta gaditana el concepto de ciudadano cobrar un carms universal y, por tanto, ms abstracto: se era ciudadano de la nacin espaola, lo cuprincipio, borraba los estrechos lmites del mundo local. Evidentemente, contar conacionalidad ser uno de los requisitos fundamentales para obtener la ciudadana modPero el espacio geogrfico de la nacin era mucho ms vasto que el de cualquier ciudad

    o pueblo. Antes de continuar, resolvamos una pregunta: por qu el uso de la duciudadano/vecino en nuestro anlisis? En realidad, la falta de precisin no es mparecer, las nociones de ciudadano y vecino se rozaron, traslaparon, mezclareventualmente, se confundieron durante el Antiguo Rgimen. Esta es la razn principanos lleva a emplear el binomio conceptual ciudadano/vecino, el cual tomamos de Ade Losada:

    A pesar de la confusin entre ciudadano y vecino en el mundo hispano, existdiferencia importante entre ambos trminos. El ciudadano era un vecino de una ciudad poda formar parte de tribunales, ser funcionario real, pertenecer a una corporacin, elegiautoridades locales y estar habilitado para ejercer cargos electivos. En cambio, la condic vecino no slo se aplicaba a los que habitaban en ciudades, sino tambin a los poblador

    18 Ibid., pp. 179, 184-185.

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    Captulo I Educacin y ciudadana en la era de las revoluciones atlnticas: 1776-1812

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    las reas rurales. Ellos no estaban vinculados al complejo mundo corporativo y sus celectivos. Vecino era el que haba establecido su domicilio en algn pueblo con nimpermanecer en l por un determinado tiempo.19

    En todo caso, el ciudadano/vecino es aquel vasallo que, frente al padre rey, ngoza de ciertos privilegios, sino que tiene que cumplir con un conjunto de cargasobstante, con la mutacin del concepto ciudadano a inicios del siglo XIX, no slo la nde vecino ir perdiendo fuerza poltica; los conceptos de cargas y privilegios tambinsustituidos. Se empezar a hablar del ciudadano y sus deberes y derechos, en lugar de caprivilegios, respectivamente. Ahora bien, en qu momento comenzara a romperse aacepcin semntica del ciudadano como sbdito/hijo del padre rey? Veamos.

    Similar a los casos estadounidense, francs y gaditano, los lderes pro-independcomenzaron a apropiarse y a enarbolar principios polticos como soberana popular, divde poderes, gobierno representativo y ciudadana moderna. En esencia, el binoconceptual ciudadano/vecino comenz a ser reivindicado, es decir, mutado, comindividuo con derechos y deberes, representante legtimo del pueblo soberano. El anlisHans-Joachim Knig hace del caso colombiano es bastante ilustrativo y nos proporcionidea de lo que, con ms o menos diferencias, sucedi en otros pueblos hispanoamerican

    Slo a partir de 1808, cuando el proceso de emancipacin poltica alcanz su puculminante, el concepto deciudadanoexperiment un cambio de sentido: el trmino antesreferido a la ciudad se aplic a la organizacin del Estado aadindosele las connotacionigualdad y libertad. Desde entonces el concepto deciudadanoreemplaz tambin al trminovasallosubrayando el aspecto del habitante y miembro del Estado polticamente participaaun cuando el derecho poltico ms importante, el derecho de sufragio electoral, no se apla todos los grupos de la poblacin, sino que estaba reservado a las clases pudientes y cult

    Durante los primeros das de la revolucin, el ttulo de ciudadano apareci muy pronto y vez ms frecuentemente: en los discursos pblicos y las proclamas a la poblacin:

    membrete de cartas como encabezamiento y ttulo; como palabra antepuesta a los nombrlos registros parroquiales; y, naturalmente, tambin en los textos constitucionales. dirigentes polticos de la Nueva Granada usaban el concepto de ciudadano como elemencohesin y de activacin. Se dirigan a los habitantes de Bogot, a los de la Nueva Grande las provincias, no en su calidad de meros habitantes, pueblos, vecinos, sino en aque

    19 Ibid., p. 185.

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    ciudadanos, concedindoles el estatus de individuos libres e iguales: ya no eran sbditotutela, sino miembros iguales del cuerpo estatal.20

    De sbdito o menor de edad a individuo-ciudadano libre y autnomo, de buen vas

    del rey a buen ciudadano de la nacin. Esta es la clave para comprender la mutacindicho concepto sufri en los pueblos de ultramar. Con esa mutacin conceptual,comunidades polticas hispanoamericanas transitaban, poco a poco, de un tipo de socicon carcter corporativo a una sociedad concebida como asociacin de individuos libiguales. Respecto al caso centroamericano, el interesante estudio de Sajid Herrera soperidico El Editor Constitucional posteriormente denominado El Genio de la Libertad demuestra que durante el segundo perodo liberal espaol, especficamente en 182

    desacralizacin del monarca espaol en aquel medio se d