Chateaubriand Francois - Memorias De Ultratumba - Vol I.rtf

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Memorias de ultratumba Tomo I

MEMORIAS DE ULTRATUMBA TOMO I

FRANCOIS-REN DE CHATEAUBRIAND

Ttulo Original: Mmoires d'outre-tombe1841, Chateaubrian, Francois-Ren1849, Mellado, EditorISBN: 5705547533428Generado con: QualityEbook v0.65

CONDICIONES DE SUBSCRIPCIN.Todos los das se publican dos pliegos, uno de cada una de las dos secciones en que est dividida la Biblioteca, y cada pliego cuesta dos cuartos en Madrid y diez maravedes en provincia, siendo de cuenta de la empresa el porte hasta llegar los tomos a poder de sus corresponsales. Las remesas de provincias se hacen por tomos; en Madrid puede recibir el suscriptor las obras por pliegos o por tomos, a su voluntad. Para ser suscriptor en provincia basta tener depositados 12 rs. en poder del corresponsal.Traducida al castellanoMADRID, 1849MELLADO, EDITORCalle de Sta. Teresa, n 6 PRLOGO

PARS 14 de abril de 1846.Revisado en 28 de julio de 1846.Sicut nubes... quasinaves... velut umbra...Job.Como no es posible prever el momento de mi fin, y como los das concedidos a personas de mi edad, son das de favor, o ms bien de castigo, debo ya explicarme.El 4 de setiembre prximo cumplir setenta y ocho aos: tiempo es de que deje a un mundo que me deja, y del cual me separo sin pesar.Las Memorias, a cuya cabeza ha de leerse este prlogo, siguen en sus divisiones las divisiones naturales de mis diferentes vicisitudes.La triste necesidad, cuyo pie ha oprimido constantemente mi garganta, me ha obligado a vender estas Memorias. Nadie puede comprender el dolor que me ha causado la precisin de hipotecar mi tumba; pero mis juramentos, y la unidad de mi conducta, exigan de m este supremo sacrificio. Un cario pusilnime tal vez, me hacia considerar mis Memorias como unos confidentes, de los cuales no hubiera querido separarme jams. Mi intencin era legarlas a Mme.de Chateaubriand, para que las diese al pblico, si as era su voluntad, o para que las conservase inditas, que es lo que yo deseara hoy ms que nunca.Oh! si me fuera posible, antes de dejar el mundo, hallar una persona suficientemente rica, y que hubiera en mi la confianza bastante para rescatar las ficciones de la sociedad; una persona que no tuviera como esa sociedad, la precisin de dar mi obra a la prensa, en el instante que doblen por m las campanas! Algunos accionistas son amigos mos, y otros personas serviciales que solo han querido serme tiles; pero las acciones al fin, pueden haber pasado a manos de gente que no conozco, y para lo cual lo mas importante es el buen xito de los negocios de su casa. Natural es que la prolongacin de mi vida cause a estas personas, sino disgusto, perjuicio al menos. En fin, si todava fuese yo dueo de estas Memorias, las conservara manuscritas o retardara cincuenta aos su publicacin.He compuesto estas Memorias en diferentes pocas y en diferentes pases: esto ha dado ocasin a prlogos que descubren los sitios en que a la sazn me hallaba, y los sentimientos de que estaba animado, cada vez que se reanuda el hilo de mi narracin. As so han enlazado unas con otras las diferentes fases de mi vida, vindome precisado a hablar de mis periodos de prosperidad, de mis, tiempos de miseria, y a trazar mis das felices en mis das de tribulacin. Mi juventud ha penetrado en mi vejez; la gravedad de mis aos de experiencia, ha entristecido mis aos de frivolidad; hanse cruzado y confundido los rayos de mi sol desde la aurora hasta el poniente, y esto ha producido en mi relato una especie de confusin, o si se quiere, de unidad indefinible; en mi cuna hay algo de mi tumba, y en mi tumba algo de mi cuna; mis padecimientos se convierten en placeres, mis placeres en pesares, y al acabar de leer estas Memorias, no s si son obra de un joven de cabellos negros o de una cabeza cana.Ignoro si agradar o si disgustar esta mezcla, que no est en mi mano remediar; es fruto de la inconstancia de mi suerte; las tempestades no me han dejado muchas veces otra mesa para escribir que el escollo de mi naufragio.Me han instado para que publique antes de morir algunos fragmentos de estas Memorias: pero prefiero hablar desde el atad: entonces acompaarn a mi narracin esas voces que tienen algo de sagradas, porque salen del sepulcro. Si he padecido en este mundo lo bastante para ser una sombra feliz en el otro, algn destello de los Campos Elseos derramar su luz protectora sobre mis ltimos cuadros: la vida me cae mal; acaso la muerte me estar mejor.Estas Memorias han sido objeto de mi predileccin: San Buenaventura obtuvo del cielo permiso para continuarlas suyas despus de su muerte: no espero yo el mismo favor; pero deseara resucitar en la hora de las fantasmas para corregir al menos las pruebas. Pero al fin, cuando la eternidad me haya tapado los odos con sus dos manos, nada oir de la tierra, confundido entre la pulverizada familia de los sordos.Si alguna parte de este trabaj ha obtenido mi preferencia, es la que se refiere a mi juventud, poca la mas ignorada de mi vida. Al hablar de ella, he tenido que revelar un mundo nicamente conocido de m; solo he encontrado recuerdos y silencio al transitar por entre aquella multitud que ya se ha desvanecido; cuntas personas existen hoy de las que he tratado en el discurso de mi vida?Los habitantes de Saint-Malo se dirigieron a m en 25 de agosto de 1828, por conducto del maire, con motivo de cierta presa que deseaban construir para, aquel puerto. Secund sus deseos, solicitando como una seal recproca de benevolencia, algunos pies de terreno para mi sepulcro en el Grand B 1. La oposicin del cuerpo militar de ingenieros suscit algunas dificultades. En 27 de octubre de 1831 recib por fin una carta del maire Mr. Hovius, que me deca: La piedad filial de los naturales de Saint-Malo preparar el lugar de descanso que deseis, a orillas del mar, y a algunos pasos de distancia de vuestra cuna. Un triste pensamiento acompaar a este acto. Ah! Plegue a Dios que el monumento permanezca vaco muchos aos! Pero el honor y la gloria sobreviven a todo lo que pasa sobre la tierra. Cito con reconocimiento estas hermosas palabras de Mr. Hovius; solo sobra en ellas la de gloria.Descansar, pues, a orillas de ese mar que tanto he querido. Si muero lejos de Francia, deseo que no se traslade mi cuerpo a mi patria hasta que hayan pasado cincuenta aos desde su primera inhumacin. Slvese a mis restos de una autopsia sacrlega: omtase el buscar en mi cerebro helado y en mi apagado corazn el misterio de mi existencia. La muerte no revela los secretos de la vida. Un cadver viajando en posta me horroriza; pero los huesos blancos ya y ligeros se trasportan fcilmente: menos se cansarn en est postrer viaje que cuando yo los arrastraba a la ventura cargado con el peso de mis enojos. MEMORIAS PRIMERA PARTE

Sicut nubes... quasi naves... velut umbra.Job.La Valle-aux-Loups, cerca de Aulnay 4 de octubre de 1811.HACE cuatro aos, que al regresar de la Tierra Santa, compr junto a la aldea de Aulnay, y a las inmediaciones de Sceaux y Chatenay, una casa de recreo, escondida entre algunas colinas cubiertas de rboles. El terreno desigual y arenoso, que de esta casa dependa, era solo un vergel inculto, terminado por un barranco y un bosque de castaos. Aquel estrecho recinto me pareci capaz de albergar mis dilatadas esperanzas; spatio brevi spem longam reseces. Los rboles que en l he plantado, prosperan; pero son aun tan pequeos, que cuando me interpongo entre ellos y el sol les doy sombra. Algn da devolvindome esa sombra, protegern mi ancianidad, como yo he protegido su juventud. Los he escogido con todo el cuidado, que me ha sido posible en los diversos climas por los que he andado errante: ellos me recuerdan mis viajes, y alimentan en mi corazn otras ilusiones.Si los Borbones ascienden algn da al trono, solo les pedir en premio de mi fidelidad, que me den la riqueza necesaria para aadir a mi posesin los estrechos bosques con que confina. He principiado a ser ambicioso: quisiera prolongar mis paseos a algunas, aranzadas mas de tierra, porque, a pesar de ser un caballero andante, siento las inclinaciones sedentarias de un monje; y desde que habito este retiro no creo haber puesto tres veces los pies fuera de mis dominios. Si alguna vez cumplen mis pinos, mis abetos, y mis cedros todo lo que prometen, la Vale-aux-Loups ser una verdadera cartuja. Cuando naci Voltaire en Chatenay el 20 de febrero de 1694, cul era el aspecto del collado adonde deba retirarse en 1807 el autor del Genio del Cristianismo?Este sitio me agrada; ha reemplazado para m los campos que hered de mis padres: lo he pagado con el producto de mis meditaciones y mis vigilias; al gran desierto de Atala debo el pequeo desierto de Aulnay, y para crearme este asilo, no he necesitado despojar, como, el colono americano, al indio de las Floridas. Amo a mis rboles, les compongo elegas, sonetos y odas, no hay entre ellos uno solo a quien no haya unido con mis propias manos, a quien no haya libertado del pulgn adherido a su raz, o de la oruga pegada a su hojas: a lodos los conozco por su nombre como a mis hijos, ellos son mi familia, no tengo otra, y espero morir a su lado.Aqu he escrito los Mrtires, los Abencerrajes, el Itinerario, y el Moiss: que har ahora durante las veladas del otoo? Este 4 de octubre de 1811, da de mi cumpleaos, y aniversario de mi entrada en Jerusaln, me infunde la idea de dar comienzo a la historia de mi vida. El hombre que hoy da a la Francia el imperio del mundo, solo para mejor hollarlo bajo sus pies, ese hombre cuyo genio admiro, y cuyo despotismo aborrezco, me rodea con su tirana, como con una segunda soledad; pero s oprime a lo presente lo pasado desafa su poder; y yo conservo mi libertad en todo lo que ha precedido a su gloria.La mayor parte de mis sentimientos yacen todava en lo ntimo de mi alma, o solo se han revelado en mis obras como aplicados a seres imaginarios; hoy que tengo todava apego a mis ensueos sin perseguirlos ya, quiero volver a subir por la pendiente de mis mejores aos; estas memorias sern un templo de la muerte alzado a la luz de mis recuerdos.Del nacimiento de mi padre y de los padecimientos de su posicin primera se form en l uno de los caracteres mas extraos que han existido; carcter que ha influido en mis ideas, sobrecogindome en mi infancia, contristando mi juventud; y decidiendo el gnero de mi educacin.Nac noble: en mi sentir he aprovechado esta casualidad de mi cuna, conservando el firme amor a la libertad, que principalmente distingue a la aristocracia, cuya ltima hora ha sonado. La aristocracia tiene tres edades sucesivas; la de las superioridades, la de los privilegios y la de las vanidades; sale de la primera, para degenerar en la segunda y extinguirse en la ltima.Si alguno tiene el capricho de buscar informes acerca de mi familia, puede hacerlo en el diccionario de Moren, en las diversas historias de Bretaa, escritas por dArgentr, el padre Lobineau y el padre Morice, en la Historia genealgica de varias casas ilustres de Bretaa, por el padre Dupaz, en Toussaint Saint-Luc, Le Borgne, y por ltimo en la Historia de los grandes oficiales de la corona, por el padre Anselmo 2.Las pruebas de mi nobleza se presentaron en manos de Cherin para la admisin de mi hermana Lucila, como canonesa del captulo de lArgentiere, desde el cual deba pasar al de Remiremont; se reprodujeron para mi presentacin a Luis XVl, y para mi afiliacin en la orden de Malta; posteriormente fueron tambin aducidas cuando mi hermano fue presentado al mismo infortunado Luis XVl.Mi nombre, que al principio se escribi Brien, se convirti con la invasin de la ortografia francesa, en Briant y Briand. Guillermo el Bretn, llamado Castrum Briani. No hay un solo nombre en Francia que no ofrezca estas variaciones en las letras. Cul es la ortografia de Duguesclln?Al principio del siglo XI, comunicaron los Brien su nombre a un castillo considerable de Bretaa, el cual fue desde entonces cabeza de la barona de Chateaubriand. Las armas de los Chateaubriand consistieron primeramente en pias con este mote: Siembro el oro. Gofredo, barn de Chateaubriand, pas con San Luis a la Tierra Santa y fue hecho prisionero en la batalla de la Masura. Cuando regres, su esposa Sibila muri de jbilo y sorpresa al verle. En recompensa de sus servicios y a cambio de sus antiguas armas le concedi San Luis para s y sus herederos un escudo de gules, flordelisado de oro: Cuy et ejus hoeredibus, dice un cartulario del priorato de Berea, sanctus Ludovicus tum Francurum rex, propter eius probitatem in armis, flores lilii auri loco pomorum pini auri, contulit.Desde su origen se dividieron los Chateaubriand en tres ramas: la primera llamada barons de Chateaubriand, y tronco de las otras dos, comenz el ao de 1000 en la persona de Thiern, hijo de Brien, y nieto de Alain III, conde o jefe de Bretaa; la segunda se apellid seores de Roches Baritaut o del Len dl Angers; la tercera aparece con el ttulo de seores de Beaufort.Cuando se extingui la lnea de los seores de Beaufort en la persona de doa Renata, correspondieron a un Cristbal II de la rama colateral de esta lnea, las tierras de la Guerande en el Morbihan. Suceda esto a mediados de siglo XVII, poca en que se haba introducido gran confusin en el orden de nobleza y se usurpaban ttulos y nombres. Luis XIV mand se hiciesen averiguaciones a fin de conservar a cada uno su derecho. Habiendo probado Cristbal su nobleza de antigua extraccin, se le confirm en su ttulo y en la posesin de sus armas por decreto del tribunal establecido en Rennes, para formar la nobleza de Bretaa. Lleva este decreto la fecha de 16 de setiembre de 1669, y es como sigue:Decreto del tribunal establecido por el rey (Luis XIV) para reformar la nobleza en la provincia de Bretaa a 16 de setiembre de 1669. Entre el fiscal del rey y Mr. Cristbal de Chateaubriand, seor de la Guerande, el cual declara a dicho Cristbal noble de antigua alcurnia; le permite tomar el carcter de caballero, y le confirma en el derecho de llevar por armas: campo de gules sembrado de lises de oro, todo despus de haber presentado el interesado sus ttulos autnticos, a los cuales se refiere etc., etc. Firmado el decreto, Malescot.De este document aparece que Cristbal de Chateaubriand de la Guerande, descenda directamente de los Chateaubriand, seores de Beaufort; y estos se enlazan por medio de otros documentos histricos a los primeros barones de Chateaubriand. Los Chateaubriand de Villeneuve del Plessis, y del Combourg, eran segundones de los Chateaubriand de la Guerande, como se prueba con la descendencia de Amaury, hermano de Miguel, el cual Miguel era hijo de este Cristbal de la Guerande, confirmado en su abolengo por el citado decreto de la reforma de la nobleza de 16 de setiembre de 1669.Despus de mi presentacin a Luis XVl, pens mi hermano en aumentar mis bienes de segundn proporcionndome alguna de las gracias llamadas beneficios simples. Siendo yo seglar y soldado, solo un medio practicable haba de conseguirlo, y era el incorporarme a la orden de Malta. Envi mi hermano las pruebas a esta ciudad, y poco despus present una instancia a nombre mo el captulo del gran priorato de Aquitania, reunido en Poitiers, a fin de que se nombrasen con urgencia comisarios para dar su fallo. Mr. Pontois era a la sazn archivero, vice-canciller y genealogista de la orden de Malta en el priorato.El presidente del captulo era Luis Jos de Escotais, bailo y gran prior de Aquitania, y adems le componan el bailo de Freslon, el caballero de la Laurencie, el caballero de Murat, el caballero de Lanjamet, el caballero de la Bourdonnaye-Montluc, y el caballero Bouetiez. La instancia fue admitida en los das 10 y 11 de setiembre de 1789. En el decreto de admisin del memorial se dice, que yo mereca por mas de un ttulo la gracia que solicitaba, y que consideraciones de gran pes me hacan digno de la satisfaccin que reclamaba.Ocurra todo esto despus de la toma de la Bastilla, y en vsperas ya de las escenas del 6 de octubre de 1789 y de la traslacin de la real familia a Pars. Y en la sesin del 7 de agosto del mismo ao haba la Asamblea nacional abolido los ttulos de nobleza! En qu se fundaran los caballeros de Malta y los examinadores de mis pruebas para decir que yo mereca por mas de un titulo la gracia que solicitaba etc., yo que no era ms que un triste subteniente de infantera, un desconocido, sin crdito, sin favor y sin dinero?El hijo mayor de mi hermano (esto lo aado en 1834 a mi testo primitivo escrito en 1841) el conde Luis de Chateaubriand, cas con la seorita de Orglandes, de la cual ha tenido cinco hijas y un hijo llamado Gofredo Cristian, hermano menor de Luis, bisnieto y ahijado de Mr. Malesherbes, a quien se parece de un modo extraordinario; sirvi con distincin en Espaa en 1823 de capitn de dragones de la guardia, y luego se hizo jesuita en Roma. Los jesuitas suplen a la soledad, segn va esta desapareciendo de la tierra. Cristian acaba de morir en Chieri, cerca de Turn; yo deb precederle, que soy viejo y estoy enfermo; pero sus virtudes le llamaban al cielo antes que a m, que todava tengo muchas faltas que llorar.En la divisin del patrimonio de la familia tocaron a Cristian las tierras de Malesherbes, y a Luis las de Combourg. No pareciendo legtima al primero esta divisin por partes iguales, quiso al salir del mundo, despojarse de bienes que no le pertenecan, y devolvrselos a su hermano mayor.Al examinar mis pergaminos, solo de m dependera, si hubiese heredado la infatuacin de mi padre y de mi hermano, el creerme descendiente de la rama menor de los duques de Borgoa, o sea de Thiern, nieto de Alain III.Dos veces han mezclado estos Chateaubriand su sangre a la de los soberanos de Inglaterra: primera por el matrimonio en segundas nupcias de Gofredo IV de Chateaubriand con Ins de Laval nieta del conde de Anjou y de Matilde, hija de Enrique I: segunda, por el de Margarita de Lusignan, viuda del rey de Inglaterra, y nieta de Luis el Gordo con Gofredo V, duodcimo barn de Chateaubriand. En las familias reales de Espaa se encuentra a Brien, hermano menor del noveno barn de Chateaubriand, enlazado con Juana, hija de Alfonso, rey de Aragn. Se ve tambin, por lo que hace a las grandes familias de Francia, que Eduardo de Rohan, tom por esposa a Margarita de Chateaubriand, y adems que un Crol cas con Carlota de Chateaubriand. Tinteniac, vencedor en el combate de los Treinta, y Duguesclln el condestable, han tenido alianzas con nosotros en cada una de las tres ramas. Tiphaina Duguesclln, nieta de Beltrn, cedi a Brien de Chateaubriand, su primo y heredero, la posesin de Plessis- Beltrn. En varios tratados se dieron en rehenes de la paz algunos individuos de la familia de Chateaubriand a los reyes de Francia, a Clisson y al barn de Vitr. Los duques de Bretaa enviaron a la familia de Chateaubriand, copia de acuerdos suyos. En la corte de Nantes vemos figurar a los Chateaubriand como ilustres y grandes oficiales de la corona, obteniendo comisiones para cuidar de la seguridad de su provincia contra los ingleses. Brien I se hall en la batalla de Hastings; era hijo de Eudon, conde de Penthievre. Guy de Chateaubriand fue uno de los seores que Arturo de Bretaa dio por compaeros a su hijo en la embajada que envi al Papa en 1309.Nunca concluira, si quisiera completar este corto resumen: la nota 3 que me he decidido por fin a redactar por consideracin a mis dos sobrinos, los cuates no mirarn sin duda con tanta indiferencia como yo semejantes miserias, reemplazar lo que omito en el presente testo. Hoy, sin embargo, se traspasan algn tanto los lmites: se ha hecho costumbre declarar que pertenece uno a la raza pechera, que tiene el honor de ser hijo de un hombre dependiente del suelo que labra. Son semejantes declaraciones tan allaneras como filosficas? No es esto alistarse en el partido del ms fuerte? Pueden inspirar algn temor los marqueses, los condes y los barones actuales, que ni tienen privilegios ni haciendas, cuyas tres cuartas partes se mueren de hambre, que se denigran unos a otros, que no quieren reconocerse, que se disputan mutuamente su cuna; esos nobles, a quienes se niega su propio nombre, o a quienes solo se les concede por va de inventario? Perdneseme, por otra parte, haber tenido que rebajarme hasta hacer una pueril enumeracion con el objeto de darme cuenta de la pasin dominante de mi padre, pasin que form el nudo del drama de mi juventud. Yo por m ni me enaltezco, ni me quejo de la nueva sociedad. Si en la primera fui el caballero o el vizconde de Chateaubriand, en la segunda, soy Francisco de Chateaubriand; prefiero mi nombre a mi titulo.Mi padre hubiera llamado a Dios de buena gana el caballero del Cielo, como un gran propietario de la edad media; y apellidado a Nicodemus (el Nicodemus del Evangelio) un santo caballero. Vengamos ahora (pasando por mi padre) desde Cristbal, seor absoluto de la Guerande, y descendiente en lnea recta de los barones de Chateaubriand, hasta m, Francisco, seor sin vasallos y sin dinero, de la Valle-aux-Loups.Siguiendo hacia arriba la lnea de los Chateaubriand, compuesta de tres ramas, se ve que habindose perdido las dos primeras, la tercera, que es la de los seores de Beaufort, prolongada por otra rama colateral (la de los Chateaubriand de la Guerande), se empobrece por un efecto inevitable de la ley del pas; parque llevndose los primognitos las dos terceras partes de los bienes, segn es costumbre en Bretaa, los segundones se repartan entre todos un solo tercio de la herencia paterna. La descomposicin de la corta hijuela de estos se verificaba con mayor facilidad, segn se iban casando, pues como exista tambin para sus hijos la misma distribucin de los dos tercios y el tercio, los segundones de estos segundones se vean al fin, en el caso de repartirse un pichn, un conejo, un criadero de patos, y un perro de caza, sin que por eso dejasen de ser altos caballeros y poderosos seores de un palomar, un vivero, y de un lodazal lleno de sapos. En las antiguas familias nobles se hallan una infinidad de estos segundones, que, despus de continuar hasta la tercera generacin, desaparecen, por haberse perdido en las clases obreras sin que se sepa lo que ha sido de ellos.Al comenzar el siglo XVIII era jefe del nombre y armas de mi familia el seor de la Guerande, Alejo de Chateaubriand, hijo de Miguel, cuyo Miguel tena un hermano llamado Amaury, y era hijo de Cristbal, confirmado en su origen de los seores de Beaufort y de los barones de Chateaubriand por el decreto antes sancionado. Alejo de la Guerande era viudo, y borracho; pasaba el da bebiendo; viva desordenadamente con sus criadas, y destinaba los mejores ttulos de su casa a tapar tarros de manteca.Al mismo tiempo que este jefe de nombre y armas, exista su primo Francisco, hijo de Amaury (segundo hijo de Miguel). Francisco, que haba nacido el 19 de febrero de 1683, posea los cortos seoros de Touches, y de la Villeneuve. Cas en 27 de agosto de 1713 con Petronila Claudia Lamour, seora de Lanjegu, de quien tuvo cuatro hijos: Francisco Enrique Renato (mi padre), Pedro, seor de Plessis, y Jos, seor de Parc. Mi abuelo Francisco muri en 28 de marzo de 1729; mi abuela, a quien conoc en mi infancia, conservaba todava un modo de mirar noble, que pareca sonrerse en medio de la sombra de sus aos. En la poca del fallecimiento de su esposo resida mi abuela en el castillo de la Villeneuve, a las cercanas de Dinan. Todos sus bienes consistan en 5.000 libras de renta, de las cuales correspondan al hijo mayor las dos terceras partes, o sean 3.333 libras; quedaban 1.666 para los tres hermanos menores, y de esta cantidad aun deba el primognito cercenar una manda especial.Para colmo de desgracia, mi abuela vio frustrados sus proyectos por el carcter de sus hijos: el mayor, Francisco Enrique, a quien se cedi el magnifico seoro de Villeneuve, no quiso casarse, y adopt la carrera eclesistica, pero en vez de solicitar los beneficios que su nombre hubiera podido proporcionarle, y con los cuales habra podido sostener a sus hermanos, nada pidi por orgullo o por indolencia. Sepultose en un curato de aldea, y fue sucesivamente prroco de Saint Launeuc, y de Merdrignac en la dicesis de Saint-Malo. Tena pasin por la poesa: yo he visto una considerable cantidad de versos suyos. El carcter jovial de esta especie de Rabelais noble, y el culto que aquel sacerdote cristiano tributaba a las musas en un presbiterio, excitaban la curiosidad; dio cuanto posea y muri pobre.Jos, el cuarto hermano de mi padre, pas a Pars y se encerr en una biblioteca, adonde se le enviaban todos los aos las 416 libras, que constituan su parte. Vivi desconocido en medio de los libros, ocupado en investigaciones histricas. El primer da del ao, durante toda su vida, que fue corla, escriba a su madre, y esta es la nica noticia que daba de su existencia. Singular destino! He tenido un to erudito, y Otro poeta; mi hermano mayor hacia bonitos versos; mi hermana Mme. de Farcy tena un verdadero talento para la poesa. Otra de mis hermanas, la condesa y baronesa Lucila, pudiera ser conocida por algunas pginas admirables; yo he emborronado bastante papel. Mi hermano ha muerto en el cadalso; mis dos hermanas han abandonado una vida de dolor, despus de consumirse en las crceles, mis dos tos no dejaron con que pagar las cuatro tablas de su atad; las letras han constituido mis goces y mis pesares; y aun no desespero, Dios mediante, de morir en el hospital.Habiendo agotado mi abuela todos sus recursos para sacar adelante a sus dos primeros hijos, nada poda hacer por los otros dos, Renato y Pedro. Aquella familia, que haba sembrado el oro, segn el mote de sus armas, vea desde su casa solariega las ricas abadas que haba fundado; y que contenan los sepulcros de sus abuelos. Despus de haber presidido los estados de Bretaa, como propietaria de una de las nueve baronas, despus de firmar tratados con soberanos, y de servir de rehenes a Clisson, careca del crdito necesario para obtener una subtenencia en favor del heredero de su nombre.Quedaba a la pobre nobleza bretona un solo recurso; la marina real. Mi padre quiso probar fortuna, pero ante todo era precis ir a Brest, vivir all, pagar maestros y comprar el uniforme, las armas, los libros, los instrumentos de matemticas. Cmo subvenir a tantos gastos? El ttulo de oficial, pedido al ministro de Marina, no se expidi por falta de un protector, que solicitase su despacho: la castellana de Villeneuve cay enferma de pesadumbre.Entonces dio mi padre la primera muestra de aquel carcter resuelto, que luego he conocido en l.Tendra cerca de quince aos, cuando notando la inquietud de su madre, se acerc a su lecho y le dijo; No quiero, de hoy en adelante, ser una carga para usted, Mi abuela comenz a llorar (veinte veces he odo a mi padre referir esta escena) y respondi: Qu quieres hacer, Renato? cultiva tus tierras. No bastan para alimentarnos; djeme usted marchar Pues bien, dijo la madre, vete a donde Dios quiere que vayas. Y abraz a su hijo sollozando. Aquella misma noche sali mi padre de la rasa materna, y lleg a Dinan, en donde una parienta nuestra le dio una carta de recomendacin para un habitante de Saint-Malo, El hurfano aventurero se embarc como voluntario en una goleta armada, que pocos das despus sali del puerto.La pequea repblica de Saint-Malo era la nica que entonces sostena en la mar el honor del pabelln francs. Reuniose la goleta a la escuadra enviada por el cardenal de Fleury en auxilio de Estanislao, sitiado en Dantzick por los rusos; mi padre salt en tierra, y se hall en aquella memorable batalla, que 1,500 franceses mandados por el valiente bretn de Brehan, conde de Pllo, dieron en 29 de mayo de 1734 a 40,000 moscovitas mandados por Mnich. De Brehan, que era a la par diplomtico, guerrero y poeta, muri en aquel combate. Mi padre recibi dos heridas, regres a Francia, y volvi a embarcarse. Naufrag en las costas de Espaa, fue atacado y despojado por unos ladrones en la Galicia. Tom pasaje en un barco para Bayona, y volvi al techo paterno. Su valor y su espritu de orden eran ya conocidos; pas a las colonias se enriqueci y ech los cimientos de la nueva fortuna de su familia.M abuela confi al cuidado de su hijo Renato a su hijo Pedro, Mr., de Chateaubriand de Plessis, cuyo hijo Armando de Chateaubriand fue fusilado por orden de Bonaparte, el Viernes Santo de 1840. Fue este uno de los ltimos caballeros franceses muertos por la causa de la monarqua 4. Mi padre se encarg de la suerte de su hermano, aunque la costumbre de padecer haba dado a su carcter una actitud que conserv toda su vida. No siempre es verdad el Non ignora mali. La desgracia hace duros a unos y sensibles a otros.Mr., de Chateaubriand, era alto y de pocas carnes; tena la nariz aguilea, los labios delgados y plidos, los ojos hundidos, pequeos y garzos, o hundidos como los de los leones, o los de los antiguos brbaros. No he visto jams una mirada semejante: cuando se encolerizaba, su brillante pupila pareca querer salirse de su rbita, y penetrar en aquel a quien se diriga como una bala.Una sola pasin dominaba a mi padre; la de su nombre. Su estado habitual era una profunda tristeza, que la edad aument, y un silencio que no abandonaba jams, sino cuando, estallaba su clera. Avaro, nicamente por devolver a su familia su primitivo esplendor, altanero en los estados de Bretaa con los nobles, duro con sus vasallos de Combourg, taciturno, desptico y amenazador en el hogar domstico, la primera impresin que causaba al verle era de temor.Si hubiese alcanzado la poca de la revolucin, y hubiese sido mas joven, indudablemente hubiera representado en ella un papel importante, o se hubiera hecho degollar en su castillo. No careca de cierto, genio, y estoy seguro de que, colocado al frente de administracin o de un ejrcito, hubiera sido un hombre extraordinario.Cuando regres de Amrica, se le ocurri el pensamiento de casarse. Naci en 23 de setiembre de 1718, y contrajo matrimonio el 3 de julio de 1753, a los 35 aos, con Paulina-Juana-Susana de Bede, que naci el 7 de abril de 1726, hija de Angel-Annibal, conde de Bede, seor de la Bouetardais. Estableciose con ella en Saint-Malo, y como no distaba mas que siete a ocho leguas el lugar donde ambos haban nacido, vean perfectamente desde su habitacin el horizonte bajo el cual vinieron al mundo. Mi abuela materna, Maria-Ana de Ravenel de Boisteilleul, seora de Bede; naci en Rennes el 16 de octubre de 1698, y fue educada en Saint-Cyr durante los ltimos aos de Mme. Maintenon: su educacin se transmiti despus a sus hijas.Mi madre, dotada de un gran talento y de una imaginacin prodigiosa, se form con la lectura de. Fenelon, de Racine, de Mme. Sevign, y con las ancdotas de la corte de Luis XIV: sabia de memoria todo el Ciro. Paulina de Bede, de facciones pronunciadas, era morena, de baj estatura y fea; la elegancia de sus modales y la viveza de su genio contrastaban con la rigidez y la calma de mi padre. Aficionada al bullicio del mundo, tanto como lo era mi padre a la soledad, y vivaracha e impetuosa tanto como frio e inmvil era este, todos sus gustos eran diametralmente opuestos a los de su marido. Esta contrariedad de genios convirti su alegra y atolondramiento en una profunda melancola. Precisada a guardar silencio cuando tena deseos de hablar se desquitaba de esta privacin entregndose a una especie de tristeza estrepitosa, que la hacia exhalar hondos suspiros, los cuales eran los nicos que interrumpan la tristeza, muda de mi padre. Respecto a sentimientos de piedad: mi madre era un ngel.La Valle-aux-Loups 31 de diciembre de 1811.Nacimiento de mis hermanos y hermanas. Mi venida al mundo.Mi madre dio a luz en Saint-Malo el primer hijo, que muri en la cuna, y el cual se llam Gofredo, como casi todos los primognitos de nuestra estirpe. A este siguieron otro varn y dos hijas que solo vivieron algunos meses.Estos cuatro hijos murieron de un derrame de sangre en el cerebro. En fin, mi madre ech despus al mundo un tercer hijo varn, al que pusieron por nombre Juan Bautista: este fue el que lleg a ser ms tarde yerno de Mr. de Malesherbes. Despus de Juan Bautista nacieron cuatro hijas: Maria-Ana, Benigna, Julia y Lucila, todas de una singular belleza, y de las cuales solo las dos mayores sobrevivieron a las borrascas de la revolucin. La belleza, grave frivolidad, subsiste cuando todas las dems han desaparecido. Yo he sido el ltimo de estos diez hijos. Es muy probable que mis cuatro hermanas debieran su existencia al deseo que tena mi padre de ver asegurado su nombre con el advenimiento de un segundo varn; yo me resista a secundar estos deseos; tena aversin a la vida.He aqu mi fe de bautismo:Extracto de los registros del estado civil de la jurisdiccin de Saint-Malo, para el ao 1768.Francisco Renato de Chateaubriand, hijo de Renato de Chateaubriand y de Paulina Juana Susana de Bede, su esposa; naci el 4 de setiembre de 1768 y fue bautizado al siguiente da por nos Pedro Enrique Nouail, gran vicario del obispado de Saint-Malo. Fue su padrino Juan Bautista de Chateaubriand, su herman, y su madrina Francisca Gertrudis de Contados, que firman en unin con el padre. As consta en el registro: Contades de PIour; Juan Bautista de Chateaubriand; Brignon de Chateaubriand, de Chateaubriand, y Nouail, vicario general.Por este documento se ve que he padecido una equivocacin al consignar en mis obras que haba nacido el 14 de octubre en lugar del 4 de setiembre: mis nombres son Francisco Renato y no Francisco Augusto5.La casa que habitaban mis padres en aquella poca se halla situada en una angosta y sombra calle de Saint-Malo, llamada calle de los Judos: actualmente es una posada. La habitacin en que mi madre me dio a luz, domina una parte desierta de los muros de la ciudad, y desde sus ventanas se percibe, hasta perderse de vista, el mar que se estrella contra los escollos. Como consta en mi fe de bautismo, fue mi padrino mi hermano, y mi madrina la condesa de Plour, hija del mariscal Contades. Cuando vine al mundo, daba muy pocas esperanzas de vida. El bramido de las olas encrespadas por una borrasca que anunciaba el equinoccio del otoo, impeda or mis gritos; muchas veces me han referido estos pormenores, cuya tristeza no se ha borrado jams de mi memoria. No se ha pasado un solo da, en qu meditando en lo que he sido, haya dejado de recordar en mi imaginacin la roca sobre la cual nac, la habitacin en que me impuso mi madre la pesadumbre de la vida, la tempestad cuyo bramido arrull mi primer sueo, y el infortunado hermano a quien debo un nombre que he arrastrado casi siempre en la desgracia. No parece sino que el cielo reuni todas estas diferentes circunstancias, para colocar en mi cuna una imagen de mis destinos.Valle-aux-Loups enero de 1812.Plancout. Voto. Combourg. Plan de mi padre para mi educacin. La Villeneuve. Lucila. Las seoritas Couppart. Soy mal estudiante.No bien sal del seno de mi madre, cuando ya sufr mi primer destierro; environme a Plancout, bonita aldea que se halla situada entre Dinan, Saint-Malo y Lamballe. El conde de Bede, nico hermano de mi madre, haba construido junto a esta aldea el castillo de Monchoix. Las tierras de mi abuela materna se extendan hasta el lugar de Corseul, que eran los Curiosolites de los Comentarios de Csar. Mi abuela, viuda hacia mucho tiempo, viva con su hermana la seorita de Boisteilleul en una granja separada de Plancout por un puente, y que tom el nombre de La Abada de un convenio de benedictinos consagrado a Nuestra Seora de Nazareth.El pecho de mi nodriza se agol al poco tiempo, y me confiaron al cuidado de otra pobre cristiana, la cual me ofreci a la patrona de la granja, Nuestra Seora de Nazareth, haciendo voto de ponerme hasta la edad de siete aos el hbito de benedictino. Todava no contaba ms que algunas horas de vida, y ya se vea impresa en mi frente la pesadumbre del tiempo. Por qu no me dejaron morir? Entraba acaso en las miras de Dios el conceder al voto de la oscuridad y de la inocencia la conservacin de los das que amenazaba extinguir una vana reputacin?El voto de la aldeana bretona no se prctica ya en este siglo: y sin embargo haba un no s qu de tierno y de sublime en la intervencin de una madre divina, que hacia de medianera entre el nio y el cielo, y que reparta con la madre terrenal los cuidados que consagraba a la criatura.A los tres aos me llevaron a Saint-Malo, y ya hacia siete que haba recobrado mi padre las posesiones de Combourg. Sus mas ardientes deseos consistan en volver a poseer los bienes que pertenecieron a sus antepasados; pero no pudiendo entrar en trato sobre el seoro de Beaufort, que haba refluido en la familia de Goyon, ni sobre la barona de Chateaubriand, refundida en la casa de Cond, dirigi sus miras sobre Combourg, que Froissart escribi Combour, y que haban posedo ya varios descendientes del tronco de mi familia, en virtud de enlaces contrados con los Cotquen. Combourg defenda a la Bretaa contra las invasiones normandas e inglesas; Junken, obispo de Dol, lo mand construir en 1016: la torre grande dala desde 1100. El mariscal de Duras, que posea a Combourg, porque se lo haba trado en dote su mujer Maclovia de Cotquen oriunda de una Chateaubriand, se arregl con mi padre. El marqus du Hallay, oficial de granaderos de caballera e la guardia real, demasiado conocido quizs por su bravura, es el ltimo vstago de los Cotquen Chateaubriand: Mr. de Hallay tiene un hermano. El mismo mariscal de Duras, pariente nuestro fue el que nos present despus a mi hermano y a m a Luis XVl.Yo fui destinado a la marina real: la antipata a la corte era muy natural en todo bretn, y en mi padre particularmente. La aristocracia de nuestros estados fortificaba en l este sentimiento.Cuando me llevaron a Saint-Malo, mi padre se hartaba en Combourg, y mi hermano en el colegio, de Saint-Brieuc; mis cuatro hermanas al lado de mi madre.Todas las afecciones de esta se haban concentrado en su hijo mayor; y aun cuando esto no quiere decir, que dejase de amar a sus otros hijos, manifestaba sin embargo una ciega preferencia al joven conde de Combourg. Es cierto, que yo tambin gozaba de algunos privilegios ms que mis hermanas, merced a mi calidad de varn, de hijo ltimo, porque era el caballero (as me llamaban), pero el resultado es, que viva entregado a manos extraas. Mi madre, por otro lado, que como ya llevo dicho, era mujer de talento y de virtudes, dedicaba todo su tiempo a los cuidados de la sociedad, y a los deberes de la religin. La condesa de Plour, mi madrina, era ntima amiga suya, y visitaba tambin a los parientes de Maupertuis, y del cura Trublet. Era aficionada a la poltica, y gustaba del bullicio del mundo; lo cual no tiene nada de extrao, porque en Saint-Malo, as como en el monasterio de Saba, situado en el barranco del Cedrn, se hablaba igualmente de poltica: tom parte con un ardor vehemente en el asunto La Chalotais. El humor regan que gastaba en casa, su distrada imaginacin, y su espritu de parsimonia nos impidieron conocer al pronto sus admirables cualidades. A pesar de su adhesin al orden, no se vea este nunca en sus hijos; era generosa, y pareca avara; su alma estaba dotada de una dulzura infinita, y sin embargo, estaba regaando constantemente: mi padre era el terror de los de casa; mi madre era el azote.Los primeros sentimientos de mi vida son un reflejo de este carcter de mis padres. Conceb un entraable afecto hacia la mujer que me cuidada, excelente criatura a quien llamaban la Villeneuve, y cuyo nombre escribo ahora con un movimiento de gratitud, y con lagrimas en los ojos. La Villeneuve era una especie de mayordomo de casa, que me llevaba en sus brazos, que me daba a hurtadillas todo cuanto encontraba, que enjugaba mi llanto, que me dejaba en un rincn, para volver a cogerme en seguida, y que me llenaba de besos, murmurando. Este no ser orgulloso! tendr buen corazn! y no tratar mal a las pobres gentes! Toma, chiquitn, toma! y me daba vino y azcar.A mis simpatas de nio hacia la Villeneuve, sucedi despus una amistad mas digna.Lucila, la cuarta de mis hermanas, tena dos aos ms que yo. Como segundona desamparada, se vesta con los despojos de las dems. Forjaos en vuestra mente una muchacha flaca, demasiado alta para su edad, con los brazos cados, aire tmido, que habla con dificultad y que no consigue aprender nada: vestidla con un traje cortado para otra: ajustad su talle dentro de un corpio, cuyas ballenas le llaguen los costados; sostened su cuello con un collar, guarnecido de terciopelo negro recoged sus cabellos en la parte superior de su cabeza; atadlos con una cinta de tela negra, y conoceris a la miserable criatura que llam mi atencin al entrar en el techo paterno. Nadie hubiera podido descubrir entonces en la raqutica Lucila, la belleza y talento que deban brillar en ella algn da.Entregronmela como un juguete; pero yo no abus nunca de mi superioridad; en lugar de querer tenerla sumisa a mi voluntad, me constitu en su defensor. Todas las maanas nos llevaban juntos a casa de las hermanas Couppart, dos viejas jorobadas, vestidas de negro, que enseaban a leer a los nios. Lucila lea muy mal, pero yo Ilia peor. Las hermanas la reprendan; yo araaba a las hermanas, y estas acudan a mi madre con amargas quejas. Comenzbase a creer que yo era un bribn, un revoltoso, un holgazn, y en una palabra, un borrico. Todos los de casa participaban de esta idea; mi padre deca que todos los caballeros de Chateaubriand haban sido destrozadores de libros, borrachos y pendencieros. Mi madre suspiraba y renegaba a las mil maravillas al ver el desorden de mi vestido. An cundo yo era todava demasiado nio, no poda sufrir con resignacin los impulsos de mi padre: cuando mi madre acuda a completarlos, elogiando a mi hermano, a quien apellidaba un Catn, un hroe, me senta dispuesto a hacer todo el mal de que me crean capaz.Mi maestro de escribir, Mr. Desprs, el cual gastaba peluca a lo marinero, estaba tan descontento de m como mis padres: hacame copiar eternamente los dos siguientes versos, escritos de su letra, a los cuales cobr un horror invencible, que no proceda de la falta gramatical que se nota en ellos:C est a vous, mon sprit, a qui de veux parter;Vous avez des defauts que de ne puis celer.Sus reprimendas iban acompaadas las ms veces de algunos golpes que me aplicaba a la parte posterior del cuello, llamndome cabeza de achocre, quera decir achore? 6. Ignoro lo que quiere decir cabeza de achocre; pero tengo para m que ha de ser una cosa horrible.Saint-Malo no es ms que una roca. Edificado en otro tiempo en medio de un pantano salobre, lleg a ser una isla por la irrupcin del mar, que en 709 socav el golfo, dej el monte de San Miguel circundado por las olas. Hoy la roca de Saint-Malo nicamente se comunica con la tierra firme por una calzada, a la cual se le da el poetice nombre de Surco. Invade este Surco por un lado la plena mar, y la marea que va de rechazo para entrar en el puerto, le lava por el otro. En 1730 lo destruy casi completamente una tempestad. Cuando baj la marea, el puerto queda en seco, y se ven en la orilla Este y Norte del mar, montones de hermossima arena. Entonces se puede dar la vuelta completa a mi nido paterno. Vense sembradas aqu y all infinidad de rocas, una porcin de fuertes y algunos islotes inhabitados; el Fort-Royal, la Concha, Cezembre y el Grand-B, que ser mi tumba; sin saberlo haba escogido bien: b, en idioma bretn significa tumba.Al extremo del Surco, donde hay un calvario, se ve un promontorio de arena en la misma orilla del Ocano. Este promontorio se llama la Hoguette, y sobre se ostenta una horca, cuyos pilares nos servan para jugar a las cuatro esquinas, disputndoselos a las aves acuticas. Con todo tenamos mucho miedo, siempre que nos detenamos en aquel sitio.Se encuentran all tambin los Mils, especie de mganos donde pastaban los carneros; a la derecha praderas en la parte baja del Param, el camino real de Saint-Servan, el cementerio nuevo, un calvario y molinos sobre montecitos, como los que se elevan en la tumba de Aquiles a la entrada del Helesponto.Vida de mi abuela materna y de su hermana, en Plancouet. Mi to y el conde de Bede en Monchoix. Relevacin del voto de mi nodriza.Hallbame prximo a cumplir los siete aos; mi madre me llev a Plancout para que me relevaran del voto de mi nodriza, y nos alojamos en casa de mi abuela. Si alguna vez conoc la felicidad, fue sin duda en esta casa.La que mi abuela ocupaba en la calle du Hameau de lAbbaye, tena unos jardines que descendan formando terrados hasta un valle, en el cual se vea una fuente circundada de sauces. Mme. de Bede no poda moverse; pero a excepcin de este achaque no tena ningn otro de los peculiares a su edad; era una anciana de agradable presencia, gruesa, blanca, limpia, de noble aspecto, de modales distinguidos, y que vesta un traje de pliegues a la antigua, y una escofieta negra de encajes, que sujetaba formando un lazo con sus cintas debajo de la barba. Tena un talento cultivado, un carcter reflexivo, y era circunspecta en su conversacin. Prodigbala sus cuidados la seora de Boisteilleul su hermana, que se le pareca en lo bondadosa, y la cual era una personita flaca, enjuta, habladora y burlona. En sus tiempos haba amado al conde de Tremigon, cuyo conde la dio palabra de casamiento, y falt despus a su promesa. Mi ta se consol cantando sus amores, porque era poetisa. Recuerdo haberla odo tararear muchas veces con voz nasal, con los espejuelos colocados sobre la nariz, y mientras bordaba los vuelos para las camisas de su hermana, un aplogo que principiaba as:Un opervier aimait une fauvette.Et, ce dit-on, il en tait aim7.lo cual me ha parecido siempre muy singular tratndose de un milano. La cancin terminaba con est estribillo:Ah! Tremigon, la fable est-elle obscure?Ture lure 8.Cuntas cosas concluyen en el mundo como los amores de mi ta ture lure!Mi abuela confiaba a su hermana los cuidados de la casa. Coma a las once de la maana, y dorma siesta: se despertaba a la una y la llevaban al pie de los terrados del jardn, bajo los sauces de la fuente, donde hacia calceta, rodeada de su hermana, sus hijos y sus nietos. En aquella poca, la vejez era una dignidad, hoy es una carga. A las cuatro volvan a conducir a mi abuela a un saln, y Pedro, su criado, traa una mesa de juego. La seorita de Boisteilleul golpeaba con las tenazas en la plancha de la chimenea, y algunos instantes despus se vean entrar otras tres viejas solteronas, que Vivian en la casa contigua y que acudan a la seal de mi ta. Estas tres hermanas se llamaban las seoritas Vildeneux: hijas de un pobre hidalgo que les haba dejado una corta herencia, prefirieron disfrutarla juntas a dividirla, y no se haban separado jams, ni salido nunca de su aldea. Unidas a mi abuela desde la infancia con los vnculos de la amistad, Vivian pared por medio; y al or en la chimenea la seal concertada, pasaban diariamente a hacer la partida a su amiga. Principiaba el juego; las buenas seoras rean y disputaban mucho; este era el nico acontecimiento de su vida, el nico instante en que la igualdad de su humor se alteraba. A las ocho vena la cena a restablecer la tranquilidad. Mi to Bede asista muchas veces con su hijo y sus tres hijas a la cena de mi abuela, la cual contaba mil ancdotas antiguas: mi to refera a la vez la batalla de Fontenoy, en la cual se haba encontrado; y despus de ponderar sus brillantes hazaas, conclua por contar cuentos un tanto licenciosos, que hacan rer mucho a aquellas honestas seoritas. A las nueve despus de terminada la cena, entraban los criados, se ponan todos de rodillas, y la seorita de Bosteilleul rezaba el rosario en voz alta. A las diez, todas las gentes de la casa dorman, menos mi abuela y su doncella, a la cual hacia leer hasta la una de la maana.Esta sociedad, la primera a que asist en mi vida, ha sido la primera tambin que ha desaparecido a mis ojos. Yo he visto a la muerte entrar bajo aquel techo de paz y de bendicin, dejarlo solitario poco a poco, y cerrar una, tras otra todas sus habitaciones para no volver a abrirlas jams. He visto a mi abuela precisada a renunciar a su partida de juego, porque haban ido faltando todas sus tertulianas; he visto disminuirse el nmero de sus amigas, hasta que le toc la vez: mi abuela fue la ltima de todas. Su hermana y ella se haban prometido llamarse desde la otra vida, en el instante mismo en que faltase una de las dos: cumplieron fielmente su palabra; y la seora de Bede sobrevivi tan solo poco ms de un mes a la seorita Boisteilleul. Quizs soy el nico hombre en el mundo que sepa que han existido todas estas personas. Veinte veces he hecho esta observacin desde aquella poca, y otras tantas he visto: formarse y disolverse sociedades en derredor mo. Esa imposibilidad de duracin y consistencia en: los vnculos, humanos, ese olvido profundo que viene en pos de nosotros, ese invencible silencia que se apodera de nuestra tumba y que se hace extensivo hasta nuestra casa y me impele constantemente a la necesidad del aislamiento. Cualquiera mano es buena para darnos el vaso de agua que podamos necesitar, cuando nos veamos postrados por la fiebre de la muerte. Ah! plegue al cielo que no sea para nosotros demasiado cara! Porque, cmo abandonar sin desconsuelo la mano que hemos cubierto de besos, y que quisiramos tener posada eternamente sobre nuestro corazn?El castillo del conde de Bede se hallaba situado a una legua de Plancouet, y en una altura desde la cual se descubra un delicioso paisaje. Todo respiraba en l felicidad y regocijo. El buen humor de mi to no tena fin. Sus tres hijas, Carolina, Maria y Flora, y su hijo el conde de la Boutardais, consejero en el parlamento, participaban igualmente de la ternura de su corazn. Un sin nmero de primos que Vivian en las inmediaciones, invadan con frecuencia a Monchoix, donde se tocaba, se bailaba, se emprendan caceras y se bromeaba desde la maana asta la noche. Mi ta, la seora de Bede, a la cual no se le ocultaba que mi to iba consumiendo alegremente sus fondos y su renta, se incomodaba con sobrada razn; pero no se le hacia caso, y su atrabiliario genio aumentaba el buen humor de su familia; verdad es que ella era tambin un tanto manitica, y entre otras rarezas tena la de dejar que se acostase en su falda un enorme perro de caza muy arisco, y la de que fuese en su seguimiento un jabal domesticado, cuyos gruidos atronaban el castillo. Cuando yo iba desde la casa paterna, tan sombra y silenciosa, a esta casa de bullicio y de diversiones, me hallaba en un verdadero paraso. Este contraste lleg a ser para m mucho mayor, cuando mi familia se fue a vivir al campo. Pasar de Combourg a Monchoix era pasar del desierto al mundo, del castillo de un barn de la edad media, a la casa de recreo de un prncipe romano.El da de la Ascensin del ao de 1775 part para nuestra seora de Nazareth en compaa de mi abuela, mi madre, mi ta de Boisteilleul, mi to de Bede y sus hijos, y de m nodriza y mi hermano de leche. Tena una levita blanca, zapatos, guantes, un sombrero blanco, y un cinturn de seda azul. Llegamos a la Abada a las diez de la maana. Una calle de olmos del tiempo de Juan V de Bretaa envejeca el convento que se halla situado al lado del camino. Esta calle conduca al cementerio; para entrar en la iglesia, el cristiano tena que atravesar la regin de los sepulcros: la muerte conduce a la presencia de los religiosos ocupaban ya en el coro sus respectivas sillas; ardan en el altar multitud de cirios, y de las diferentes bvedas pendan una porcin de lmparas; en los edificios gticos hay lontananzas, y descubre la vista una especie de horizontes sucesivos. Los maceros salieron a recibirme a la puerta, vestidos de ceremonia, y me condujeron al coro, donde estaban preparados tres asientos; yo me coloqu en el del medio: mi nodriza se sent a mi izquierda, y mi hermano de leche a mi derecha.Empez la misa: en el ofertorio se volvi hacia m el celebrante, y ley algunas oraciones; despus de lo cual me desnudaron de mis hbitos blancos, que quedaron colgados en ex-voto encima de una imagen de la Virgen. Revistironme en seguir a con un hbito morado, y el prior pronunci un discurso sobre la eficacia de los votos: record la historia del barn de Chateaubriand, que acompa a San Luis al Oriente; y me dijo que acaso visitara yo tambin en la Palestina a aquella Virgen de Nazareth, a quien deba la vida por la intercesin de las plegarias del pobre, agradables siempre a los ojos de Dios. Aquel monje, que me contaba la historia de mi familia, como el abuelo del Dante le contaba la de sus abuelos, hubiera podido aadir tambin, como Cacciaguida, la prediccin de mi destierro.Tu proverai si come s disaleIl pane altrui, e com' e duro calleLo scendere e'l salir por l ltrui scale.E quel che pi ti gravera le spalle,Sar la compagnia malvagia e scompia,Con la qual tu cadrai in questa valle;Che tutta ingrata, tutta matta ed empia Si far contra teDi sua bestialitate il suo processoSar la praova: si ch a te fia belloAverti fatta parte, per te stesso.T aprenders lo salado que sabe el pan ajeno, y lo duro que es el subir y bajar las escaleras de otros. Pero lo que ha de pesar mas sobre tus hombros, ser la compaa depravada e insensata que te arrastrar en su cada, y la que se volver contra ti, haciendo alarde de ingratitud, de locura e impiedad.Su conducta ser la mejor prueba de su estupidez, en tu mano est por lo tanto adoptar el mejor camino.Desde la exhortacin del monje, he estado soando siempre con la peregrinacin a Jerusaln, hasta que al fin me decid a emprenderla.Fui consagrado a la religin y los despojos de mi inocencia quedaron sobre sus altares; en la actualidad no son mis vestidos los que habrn de suspenderse en los templos, sino mis miserias.Volvieron a conducirme a Saint-Malo, que no es seguramente el Aleth de la notitia imperii: los romanos fundaron un Aleth, pero no en el barrio de Saint-Servand, sino en el puerto militar llamado Solidor a la embocadura del Rance. Enfrente de Aleth hacia una roca, est in conspectu Tenedos, la cual no era el refugio de los prfidos griegos, sino l retiro del ermitao Aaron, que fij su residencia en esta isla el ao 507: de esta misma fecha data la victoria de Clovis sobre Alarico: el uno fund mi reducido convento y el otro una vasta monarqua; ambos edificios se han desplomado a un tiempo.Malo, en latn Maclovius, Macutus, Machutes, fue hecho obispo de Aleth en 541, y visit a Aaron atrado por su fama. Despus de la muerte del santo, fue capelln del oratorio de esta ermita, y se erigi una iglesia cenobita in proedio Machutis. Dio su nombre a la isla primeramente, y despus lo tom tambin la ciudad Maclovium Maclopolis.Desde Saint-Malo, primer obispo de Aleth, hasta el beato Juan, llamado de la Parrilla, que fue consagrado en 1140, y que hizo edificar la catedral, ocuparon la silla cuarenta y cinco obispos. Habiendo quedado Aleth casi enteramente abandonado, Juan de la Parrilla traslad la silla episcopal de la ciudad romana, a la ciudad bretona, que iba extendindose sobre la roca Aaron.Saint-Malo sufri mucho en las guerras que sobrevinieron entre los reyes de Francia e Inglaterra.El conde de Richemont, despus Enrique VII de Inglaterra, en cuyo reinado terminaron los partidos de la Rosa blanca y de la Rosa encarnada, fue conducido a Saint-Malo. El duque de Bretaa lo entreg a los embajadores de Ricardo, y estos lo iban a llevar a Londres para darle all la muerte; pero consigui escaparte, burlando la vigilancia de sus guardas, y se refugi en la catedral, Asylum quod in ed urbe est inviolatissimum: este derecho de asilo se remontaba hasta los druidas, primeros sacerdotes de la isla de Aaron.Un obispo de Saint-Malo fue uno de los tres favoritos, (los otros dos eran Arturo de Montauban y Juan Hingaut) que perdieron al infortunado Gil de Bretaa: as consta en la historia lastimosa de Gil, seor de Chateaubriand y de Chantoc, prncipe de la sangre de Francia y Bretaa, estrangulado en la prisin por los ministros del favorito el 24 de abril de 1450.Existe una capitulacin magnfica entre Enrique IV y Saint-Malo: la ciudad trat de potencia a potencia; protegi a los refugiados dentro de sus muros, y obtuvo, en virtud de una cdula de Filiberto de la Guiche, gran maestre de la artillera de Francia, autorizacin para fundir cien caones. Nada se pareca tanto a Venecia (exceptuando el sol y las artes) por su religin, sus riquezas, y su orden de caballera martima, como la pequea repblica de Saint-Malo, la cual apoy la expedicin de Carlos y a frica, y auxili a Luis XIII en el sitio de la Rochela; su pabelln ondeaba sobre todos los mares; tena relaciones con Moka, Surate, Pondichery, y exploraba el mar del Sur una compaa formada en su seno.Mi ciudad natal se distingui desde el reinado de Enrique IV por su adhesin a la Francia. Los ingleses la bombardearon en 1693, y el 29 de noviembre del mismo ao lanzaron sobre ella una mquina infernal, con cuyos restos he jugado muchas veces con mis compaeros de infancia. En 1758 la bombardearon otra vez.Los habitantes de Saint-Malo prestaron a Luis XIV considerables sumas durante la guerra de 1701, y en recompensa de este servicio, les fue confirmado el privilegio de defenderse por s mismos; el rey quiso adems que el primer navo de la marina real fuese tripulado exclusivamente por marineros de Saint-Malo y de su matrcula.En 1771 renovaron su sacrificio e hicieron a Luis XV un emprstito de treinta millones. El famoso almirante Anson desembarc en Cancale en 4758, y quem a Saint-Servan. La Chalotais escribi en el castillo de Saint-Malo sobre un lienzo, con un mondadientes y con holln desledo en agua, las memorias que tanto alborotaron entonces, y de las cuales nadie se acuerda hoy. Los sucesores borran los sucesos; son inscripciones grabadas sobre otras inscripciones, que forman las pginas de la historia de los palimpsestos.Saint-Malo surta a nuestra armada de los mejores marineros; vase, si no, el rol general en el tomo en folio publicado en 1682 bajo este ttulo: Rol general de los oficiales, marineros de guerra y marineros mercantes de Saint-Malo. Hay tambin un tratado titulado Fueros de Saint-Malo, impreso en la coleccin general de los mismos. Los archivos de la ciudad estn riqusimos de datos tiles para la historia y para el derecho martimo.Santiago Cartier, el Cristbal Colon de la Francia, que descubri el Canad, fue hijo de Saint-Malo. Los naturales de esta ciudad sealaron tambin al extremo opuesto de la Amrica, las islas que llevan su nombre: Islas Malvinas.Saint-Malo es la ciudad natal de Duguay-Trouin, uno de los mejores marinos que han existido; en nuestros das ha dado a Surcouf a la Francia. El clebre Mah de la Bourdonnaie, gobernador de la isla de Francia, naci tambin en Saint-Malo, as como Lamettrie, Maupertuis, y el abate Trublet, de quien Voltaire hizo bastante burla: todo lo cual no es poco para un recinto que escasamente iguala al jardn de las Tulleras.El abate Lamennais ha dejado atrs estas escasas celebridades literarias de mi patria: Broussais, y mi noble amigo el conde de La Ferronnays, son igualmente hijos de Saint-Malo.Por ltimo, para no omitir nada, har mencin tambin de los dogos que formaban parte de la guarnicin de Saint-Malo, los cuales descendan de aquellos famosos perros, granujas de los galos, que, segn Estrabn, presentaban a los romanos en unin con sus dueos, batallas campales. Alberto el Grande, religioso de la orden de Santo Domingo, y autor tan grave como el filsofo griego, declara que la custodia de una plaza tan importante como era la de Saint-Malo, estaba confiada a la fidelidad de algunos dogos, que patrullaban todas las noches con una vigilancia y un celo sorprendentes. Mas tarde fueron condenados a pena capital por haber tenido la desgracia de comerse inconsideradamente las piernas de un hidalgo: de aqu debe su origen la cancin compuesta en nuestros das, con el titulo de Buen viaje. De todo se hace burla. Los criminales fueron puestos en prisin; uno de ellos se neg a tomar el alimento de las manos de su guardin, a quien hacan verter lgrimas: el noble animal se dej morir de hambre: los perros, como los hombres, suelen ser castigados por su fidelidad. La custodia del Capitolio, as como la de mi Dlos, estaba confiada tambin a algunos perros, los cuales no ladraban cuando Escipin el Africano iba al despuntar el alba a implorar a los dioses.Circundada de murallas de distintas pocas, que se dividen en pequeas y grandes, y sobre las cuales se han hecho paseos, Saint-Malo est defendida adems por el castillo de que ya hemos hablado, y cuyas fortificaciones aument la duquesa Ana con torres, bastiones y fosos. La ciudad insular, mirada desde fuera, parece una ciudadela de granito.El punto de reunin de los muchachos era la arenosa playa, que queda cuando baja la marea, entre el castillo y el Fort-Royal: all es donde yo me he educado, teniendo por compaeros a los vientos y a las aguas. Uno de mis principales gustos consista en luchar con las tempestades, y en jugar con las olas que huan a mi vista, o que corran en pos de m a ganar la orilla. Otra de mis diversiones era construir con la arena de la playa monumentos, a los cuales daban mis amigos el nombre de hornos. Despus de aquella poca he visto edificar muchos castillos, cuya duracin deba ser tanta como la del mundo, y han venido al suelo antes que mis palacios de arena.Como mi suerte estaba fijada de una manera irrevocable, me entregaron a una infancia ociosa. Algunas nociones de dibujo, de lengua inglesa, hidrografa y de matemticas, se creyeron mas que suficientes para a educacin de un rapaz, destinado de antemano a la trabajosa vida de la marina.Iba creciendo entre mi familia sin estudiar nada: ya no habitbamos la casa en que yo haba nacido; mi madre tom otra, situada en la plaza de San Vicenta, casi en frente de la puerta que da al Surco. Los pilluelos de la ciudad haban llegado a ser mis amigos predilectos, y los traa a jugar al patio y a la escalera de mi casa. Parecame a ellos en un todo; hablaba su mismo lenguaje; tena su mismo modo de andar; vesta como ellos, y como ellos iba desabotonado y desarrapado; mis camisas estaban cayndose siempre a pedazos; jams haba teido un par de medias que no estuviesen llenas puntos; llevaba arrastrando las mas veces unos malditos zapatos cados hacia atrs, que a cada paso se me escapaban de los pies; sola perder con frecuencia el sombrero y algunas veces hasta la casaca. Tena la cara chafarrinada, y llena de araones y cardenales; las manos negras como el carbn. Era tan rara mi cara, que mi madre, a pesar de su clera, no poda menos de rerse y de exclamar: Qu feo es!Y sin embargo me gustaba entonces, y me ha gustado siempre el aseo, y aun la elegancia. Por la noche sola dedicarme a componer mis guiapos; la buena Villenueve y mi Lucila me ayudaban a arreglarlos para ahorrarme castigos y reprimendas; pero sus corcusidos nicamente servan para hacer resaltar mas mi extravagante facha. Lo que mas me hacia sufrir, era el ponerme con mis andrajos al lado de los muchachos que se presentaban orgullosos con su ropa nueva.El carcter y costumbres de mis compatriotas armonizaban hasta cierto punto con las de los habitantes de algunas ciudades de Espaa. Muchas familias de Saint-Malo se hallaban establecidas en Cdiz, y otras muchas de Cdiz residan en Saint-Malo. La posicin insular, la calzada, la arquitectura, las casas, los aljibes y las murallas de granito de Saint-Malo, le dan cierta semejanza a Cdiz; cuando yo vi esta ltima ciudad, no pude menos de recordar a la primera.Encerrados por la noche bajo la misma llave en su ciudad, los habitantes de Saint-Malo no componan mas que una sola familia. Sus costumbres eran tan sencillas y patriarcales, que las jvenes que mandaban traer de Pars cintas y gasas, pasaban plaza de mundanas entre sus compaeras, las cules huan de aquellas por no contaminarse. Una debilidad era cosa tan inaudita, que habindose concebido sospechas de cierta condesa de Abbeville, se hicieron sobr este asunto unas coplas que se cantaban haciendo la seal de la cruz. El poeta, sin embargo, fiel a pesar suyo a las tradiciones de los trovadores, se declar en contra del marido, al cual apellidaba monstruo brbaro.En ciertos das del ao, los habitantes del campo y los de la ciudad se reunan en las ferias, que se llamaban asambleas; y las cuales se verificaban a la sazn en las islas y fuertes, situados alrededor de Saint- Malo: las gentes iban a pie cuando estaba baja la marea y embarcadas cuando aconteca lo contrario. La multitud de marineros y lugareos; los carros entoldados; las recuas de caballos, burros y muletos; la concurrencia de traficantes; las tiendas que se elevaban a la orilla del mar, las procesiones de frailes y de hermandades que serpenteaban entre las turbas con sus pendones y sus cruces; las lanchas de remo y de vela que se vean cruzar de un lado a otro; los Duques que entraban en el puerto, o que se hallaban anclados en la rada; las salvas de artillera; las campanas echadas a vuelo, todo contribua a prestar a aquellas reuniones, animacin, ruido, movimiento y variedad.Yo era el nico testigo de aquellas fiestas sin participar del general regocijo, porque no tena dinero para comprar juguetes y golosinas. Deseando evitar el desprecio, compaero inseparable de la mala fortuna, iba a colocarme lejos de la gente, y junto a charcos de agua que conserva y renueva la mar en las concavidades de las rocas. All me entretena en ver volar las aves acuticas, en mirar con la boca abierta los azulados horizontes, en recoger conchas, y en escuchar los lamentos de las olas al estrellarse contra los escollos. Llegaba la noche, y la suerte no me era propicia. Tena gran repugnancia a ciertos manjares, y sin embargo, me obligaban a comer de ellos. Muchas veces imploraba con la vista la proteccin del criado La-France, el cual me quitaba el plato con una destreza admirable cuando mi padre se descuidaba en volver la cabeza. Respecto a la lumbre, guardaban conmigo el misino rigor: me estaba terminantemente prohibido el aproximarme a la chimenea. De la severidad de los padres de aquel tiempo, a la indulgencia de los padrazos de hoy, hay una gran distancia.Pero si es verdad que yo padeca algunas penas que desconoce la moderna infancia, tambin lo es que disfrutaba en cambio algunos placeres ignorados de ella.Actualmente no es fcil formarse una idea de lo que eran aquellas solemnidades religiosas y de familia, en las cuales pareca que la patria entera y el Dios de esta patria, estaban llenos de regocijo: la Nochebuena, Ao nuevo, los Reyes Pascua florida, Pentecosts y San Juan, eran para m das de prosperidad y de contento. Quiz haya influido algo la roca sobre a cual nac, en mis sentimientos y en mis estudios. Desde el ao 1015, los naturales de Saint-Malo hicieron voto de contribuir con sus recursos y con el trabajo de sus manos a levantar los campanarios de la catedral de Chartres: no he trabajado yo tambin con mis propias manos en alzar del suelo las abatidas cpulas de la vieja baslica cristiana? El sol, dice el padre Maunoir, no ha alumbrado jams cantn alguno donde haya sido venerada la verdadera fe con una fidelidad tan constante e invariable, como en el de Bretaa. Tres siglos hace que no ha manchado infidelidad alguna la lengua que les ha predicado a Jesucristo, y aun est por nacer el hombre que haya odo a un bretn legtimo predicar otra religin que la catlica.Durante los das festivos que acabo de mencionar, me llevaban mis hermanas a recorrer con ellas las estaciones a diferentes santuarios de la ciudad; a la capilla de San Aaron, y al convento de la Victoria; las dulces voces de algunas mugeres invisibles, heran agradablemente mis odos: la armona de sus cnticos se mezclaba con el bramido de las olas. Guando se llenaba de gente en el invierno la catedral al toque de oraciones, cuando se arrodillaban los viejos marineros, y las jvenes lean, sus horas con fervor a la luz de las candelas, cuando al echar la bendicin repeta la multitud, el Tantum ergo, cuando en los intermedios de sus cnticos azotaban las rfagas de viento los vidrios de la baslica y hacan temblar las bvedas de aquella nave, en la que resonaron las voces robustas de Santiago Cartier y de Duguay-Trouin, mi corazn experimentaba un sentimiento extraordinario de fervor religioso. Entonces no tena necesidad de que la Villeneuve me dijese que juntara las manos para invocar a Dios, con todos los nombres que me haba enseado mi madre; vea el cielo abierto, y a los ngeles ofreciendo nuestro incienso y nuestros votos; inclinaba mi frente, la cual no se hallaba agobiada aun bajo el peso de los infortunios que nos afligen de una manera tan horrible, que casi le dan a uno tentacin de no levantar la cabeza, cuando la ha inclinado una vez al pie de los altares.Haba marino que al salir de estos religiosos ejercicios se embarcaba con el espritu fortalecido contra la noche, al mismo tiempo que otros entraban en el puerto guiados por la iluminada cpula de la iglesia: as es que estaba viendo continuamente la religin y los peligros en presencia la una de los otros, y sus imgenes ocupaban a la vez mi imaginacin. Apenas haba nacido, cuando empec a or hablar de la muerte; por la noche recorra un hombre todas las calles tocando una campanilla para oscilar a los cristianos a que rogasen por sus hermanos difuntos. Casi todos los aos vea naufragar y perderse buques a mis ojos; y cuando sala a pasearme a lo largo del arenal, arrojaba el mar a mis pies los cadveres de algunos extranjeros que haban espirado lejos de su patria. Madame de Chateaubriand me deca, como Santa Mnica a su hijo: Nihil longe est a Deo. Nada hay distante de Dios. Mi educacin fue confiada a la Providencia, y a la verdad no me escaseaba sus lecciones.Devoto de la Virgen, a quien me haban ofrecido, conoca y amaba a mi protectora, confundindola con mi ngel de la guarda: a la cabecera de mi cama tena clavada con cuatro alfileres una imagen suya que me compr la Villeneuve por medio sueldo. Yo debiera haber nacido en aquel tiempo en que oraba ante la madre de Dios, dicindola: Dulce seora de cielo y tierra, madre de piedad, fuente de todos los bienes, que habis llevado en vuestro precioso seno a Jesucristo hermosa y dulcsima seora, yo os doy gracias, imploro, vuestro auxilio.Lo primero que aprend de memoria, fue una cancin de marinero que empezaba as:Je mets ma confiance,Vierge, en votre secours,Servez-moi de defense,Prenez soin de mes jours;Et quand ma derniere heureViendra finir mon sort,Obtenez que de meure De la plus sante mort 9.Esta cancin la he odo entonar despus de un naufragio. Hoy repito todava sus versos detestables, con tanto placer como, los de Homero: una imagen de Nuestra Seora, adornada con una corona gtica, y vestida con un manto de seda azul, guarnecido con galn de plata, me inspira mas devocin que una virgen de Rafael.Si aquella pacfica Estrella de los mares se hubiera dignado al menos calmar las tribulaciones de mi vida! Pero yo estaba predestinado a sufrir agitaciones y congojas desde mi infancia; como la palmera del rabe, apenas sali mi tallo de la roca, cuando principi a ser combatido por el viento.La Vale-aux-Loups, junio de 1812Gesril. Hervina Magon. Combate contra dos grumetes.Ya he manifestado que mi prematura rebelda contra las maestras de Lucila fue el fundamento de mi mala reputacin; un camarada vino a completarla.Mi to Mr. de Chateaubriand de Plessis, que se hallaba establecido en Saint-Malo, tena, lo mismo que su hermano, cuatro hijas y dos hijos. De mis dos primos (Pedro y Armando), con los cuales me junt al instante, Pedro lleg a ser page de la reina, y Armando, a quien destinaban a la carrera eclesistica, fue enviado al colegio. Pedro entr en la marina as que sali de la clase de pajes, y se ahog en la costa e frica. Armando, que permaneci en el colegio muchos aos, dej la Francia en 1790, sirvi durante toda la emigracin, hizo con intrepidez mas de veinte viajes a la costa de Bretaa, embarcado en una chalupa, y al fin muri por la causa del rey en las llanuras de Grunelle el Viernes Santo del ao de 1810, como lo he dicho ya y volver a repetir cundo refiera su catstrofe 10.Privado de la compaa de mis dos primos, procur reemplazarla contrayendo nuevos vnculos.En el piso segundo de nuestra casa viva un hidalga llamado Gesril, que tena un hijo y dos hijas. Este hijo estaba educado de muy distinto modo que yo; era un nio mimado a quien alababan todo cuanto hacia, y cuyo placer favorito era el de andar a golpes, y con especialidad el de excitar a sus compaeros a armar camorra para erigirse en juez de la contienda. Hacia a las criadas que llevaban a pasear los nios las mas prfidas jugarretas, y se hablaba muchsimo de sus travesuras, que se trasformaban en negros crmenes. El padre se rea de todo esto, y Pepito continuaba siendo el nio mimado de la casa. Gesril lleg a ser el mas ntimo de mis camaradas, y tom sobre m un ascendiente increble: por mi parte aprovech las lecciones de tan excelente maestro, aun cuando mi carcter era diametralmente opuesto al suyo. Yo prefera los placeres solitarios y no gustaba de armar quimera con nadie. Gesril al contrario, era aficionadsimo a los juegos bulliciosos, y gozaba extraordinariamente cuando se hallaba en medio de las trifulcas de los muchachos. Cuando me hablaba cualquier pillastre, Gesril me deca: Cmo sufres eso? Estas palabras me hacan creer que mi honor estaba comprometido, y saltaba a los ojos del temerario; su edad y su estatura no importaban un bledo. Mi amigo presenciaba el combate; y elogiaba mi valor; pero permaneca impasible, y no acuda jams a prestarme auxilio. Algunas veces levantaba un ejrcito compuesto de todos los pilluelos que encontraba, los divida en dos bandos, y los conduca a la playa, donde armbamos a pedradas frecuentes escaramuzas.Gesril invent otro juego que pareca mucho mas peligroso: cuando suba la marea y el tiempo estaba de borrasca, las olas que iban a estrellarse al pie del castillo por el lado del gran promontorio, saltaban hasta las torres principales. A veinte pies de altura, y sobre la base de una de estas torres, haba un parapeto de piedra, angosto, escurridizo e inclinado, que se comunicaba al revelln que defenda el foso: tratbase, pues, de aprovechar el instante que mediaba entre dos olas para atravesar aquel sitio antes de que se rompiese la segunda y llegara a cubrir la torre. Vease venir una montaa de agua, que avanzaba bramando, la cual poda arrastrarnos consigo o estrellarnos contra la muralla, si nos retardbamos un minuto. No haba uno siquiera de nosotros que se negara a tentar la aventura; pero todos los muchachos palidecan antes de acometerla.La inclinacin que mostraba Gesril de impeler a los otros a trabar pendencias, en las que solo hacia el papel de mero espectador, inducir acaso a pensar que su carcter no seria despus muy generoso, Sin embargo, l fue quien en un teatro mas reducido lleg tal vez a borrar el herosmo de Rgulo: nada mas falt a su gloria, sino que Roma la presenciara y que Tito Livio la cantara. Habiendo llegado a ser oficial de marina, fue hecho prisionero en Quiberon; pero viendo que los ingleses continuaban, bombardeando al ejrcito republicano despus de terminado el combate, se arroj al agua, se aproximo a nado hasta los buques, les dijo a los ingleses que suspendiesen el fuego, y les anunci la desgracia y la capitulacin de los emigrados. Deseando aquellos salvarle la vida, le arrojaron un cable y le invitaron a que subiese a bordo: "Soy prisionero bajo mi palabra, les dijo agitndose entre las olas: y se volvi nadando a tierra: despus fue fusilado con Sombreuil y sus dems compaeros.Gesril fue mi primer amigo; habiendo sido mal juzgados los dos en nuestra infancia, nos uni el instinto de lo que podamos valer algn da.La primera parte de mi historia termin con dos aventuras, que produjeron un notable cambio en el sistema de mi educacin.Un domingo nos fuimos a la playa por el lado del Abanico de la puerta de Santo Toms, y caminando a lo largo del Surco, cuyas murallas protegen contra las olas una porcin de estacas gruesas clavadas en la arena. Como lo tenamos por costumbre, nos encaramamos a lo alto de los maderos para ver pasar debajo de nuestros pies las primeras ondulaciones del flujo de mar. Todos los sitios estaban ocupados como siempre, y haba una porcin de muchachas mezcladas con los muchachos. Yo era el que mas prximo me hallaba al mar, y no tena delante de mi mas que una hermosa nia llamada Hervina Magon, la que se rea de placer, y lloraba de miedo. Gesril estaba al extremo opuesto por el lado de tierra. La marea iba aproximndose ya; hacia bastante viento; y los criados y nieras gritaban: "Baje vd. seorita! baje vd. seorito! Gesril fue alcanzado por una fuerte ola; cuando esta se sumi entre las estacas, y dio un empujn al muchacho que se hallaba a su lado; ste cay sobre el que le segua, y as sucesivamente, hasta que toda la hilera qued derribada, como si hubiera sido de naipes; pero permaneciendo asidos los unos a los otros: nicamente cay al mar la nia que se hallaba al extremo de la lnea, la que no tena donde apoyarse. El flujo la arrastro consigo: se oyeron al momento mil gritos de espanto; todas las nieras se alzaron sus vestidos, entraron en el mar, y fueron apoderndose de sus respectivos muchachos, dndoles de paso unos cuantos cachetes. Hervina fue rescatada tambin; pero dijo que Francisco la haba derribado. Las nieras caen sobre m; logro escaparme de sus manos, y echo a correr con objeto de parapetarme en la bodega de casa, a donde lleg tambin en persecucin ma el ejrcito femenil. Afortunadamente haban salido mi padre y mi madre. La Villeneuve defenda la puerta con un valor heroico, y sopapeaba a la vanguardia enemiga. El verdadero autor del mal acudi tambin en mi auxilio. Gesril subi a su casa, llamo a sus dos hermanos, y los tres principiaron a arrojar jarros de agua, y tronchos de berzas cocidas sobre las sitiadoras. Al aproximarse la noche se levant el sitio; pero se propag por la ciudad este acontecimiento, y el caballero de Chateaubriand, que a la sazn contaba nueve aos, pas por un hombre atroz, por un resto de la banda de piratas que San Aaron haba desterrado de su roca.He aqu la otra aventura.Algunos das despus de lo que acabo de referir, fui con Gesril a Saint-Servan, barrio que se halla separado de Saint-Malo por el puerto mercante. Para llegar a l, cuando est baja la marea, es preciso atravesar unos cuantos puentes angostos; construidos con losas, por debajo de las cuales pasan corrientes de agua; estos puentes quedan de un todo cubiertos con la plenamar. Los criados que nos acompaaban se haban quedado rezagados a bastante distancia de nosotros. Al llegar a uno de los indicados puentes vimos a des grumetes que estaban en el extremo opuesto, y que caminaban en direccin contraria a la nuestra. Gesril me dijo: Dejamos pasar a esos tunos? y en seguida empez a gritar: Al agua, patos! Estos, como buenos grumetes, entendan poco de chanzas, y siguieron avanzando: Gesril retrocedi, nos colocamos a la entrada del puente; cogimos unos cuantos guijarros y se los tiramos a la cabeza. Los grumetes cayeron entonces sobre nosotros, nos hicieron volver pies atrs, y armndose ellos tambin de piedras, nos llevaron en derrota hasta nuestro cuerpo de reserva, o lo que es lo mismo, hasta que nos incorporamos con nuestros criados. Yo no sal como Horacio, herido de un ojo, si bien recib en la oreja izquierda tan descomunal pedrada, que casi me la arranc, y la traa colgando sobre el hombro.Pero no senta el dao que me haba causado, sino el tener que regresar a casa. Cuando mi amigo venia descalabrado de sus correras, o traa desgarrado el traje, todos se compadecan de l, le mimaban y acariciaban, y le llevaban ropa para que se mudase: en semejante caso, yo no escapaba nunca sin castigo. El golpe que acababa de recibir no dejaba de ser peligroso, pero La France no logr persuadirme a que entrara en su casa. Fui a ocultarme en el piso segundo, a la de Gesril, quien me vend la cabeza con una servilleta. Este vendaje le devolvi su bullicioso humor, y le dio por decir que pareca una mitra; transformome en obispo de buenas a primeras, y me hizo cantar misa mayor con l y sus hermanas hasta la hora de comer. El pontfice se vio precisado entonces a bajar al piso principal: el corazn me lata con violencia. Sorprendido mi padre al ver mi semblante descompuesto y manchado de sangre, no me dijo ni una palabra: mi madre dio un grito; La France refiri el lastimoso caso que me haba sucedido, disculpndome como pudo; a pesar de todo esto, no me libert de la correspondiente tunda. El seor y la seora de Chateaubriand mandaron que me curaran la oreja, y resolvieron separarme de Gesril lo mas pronto posible 11.Yo no s si fue aquel ao cuando vino a Saint- Malo el conde de Artois, a quien obsequiaron con el simulacro de un combate naval. Desde lo mas elevado del bastin de la plvora vi al joven prncipe que estaba mezclado entre la gente, presenciando desde las orillas del mar este espectculo: cuantos destinos desconocidos encerraban su brillo y mi oscuridad! Hasta entonces, sino me engaa la memoria, Saint-Malo no haba visto mas que a los reyes de Francia Carlos IX y Carlos X.He aqu el primer cuadro de mi infancia. Ignoro si la severa educacin que me dieron es buena en principio; pero mis padres la adoptaron sin designio alguno, o por mejor decir, fue una consecuencia natural de su humor; de todos modos, es lo cierto que merced a ella, s han diferenciado bastante mis ideas de los dems hombres, y mucho mas cierto todava, que imprimi en mis sentimientos un carcter melanclico, hijo de la costumbre de padecer en la edad de la debilidad, de la impresin y de los goces.Se dir que semejante sistema de educacin hubiera podido conducirme a detestar los autores de mis das! Pero no fue as: el recuerdo de sus rigores es para m casi agradable: venero y estimo sus grandes prendas. Mis camaradas del regimiento de Navarra fueron testigos de los extremos que hice cuando supe la muerte de mi padre. Soy deudor a mi madre de os consuelos de mi vida, puesto que ella fue quien me imbuy sanos principios de religin: yo recoga las verdades cristianas que salan de su boca como las estudiaba Pedro de Langres por la noche en una iglesia, a la luz de la lmpara que arda ante el Santsimo Sacramento Se hubiera desarrollado mejor mi inteligencia, habindome dedicado al estudio algn tiempo antes? Lo dudo: aquellas olas, aquellos vientos y aquella soledad, que fueron mis primeros maestros, armonizaban mejor acaso con mis disposiciones naturales; tal vez debo a estos salvajes fundadores algunas virtudes que sin ellos hubiera ignorado. Lo cierto es que ningn sistema de educacin es en s preferido a otro: quieren mas los hijos a sus padres, hoy que los tutean y que no les inspiran temor alguno? Gesril era tratado con el mayor mimo, en la misma casa donde me rean constantemente, y ambos hemos sido hombres de bien, y tiernos y respetuosos hijos. Tal cosa que uno cree perjudicial, es a que mas eficazmente contribuye al desarrollo del talento de un muchacho: y tal otra que le parece a uno conveniente, bastara por si sola para enervar sus facultades intelectuales. Lo que Dios hace est bien hecho: cuando la Providencia nos destina a representar un papel en la escena del mundo, reserva para s el cuidado de dirigirnos.Dieppe, setiembre de 1812.Carta de Mr. Pasquier. Dieppe. Cambi de mi educacin. La primavera en Bretaa. Bosque histrico. Campos pelagianos. Ocaso de la luna en el mar.El 4 de setiembre de 1812 me remiti Mr. Pasquier, prefecto de polica, la siguiente carta:Prefectura poltica.El prefecto de polica invita a Mr. de Chateaubriand a que se tome el trabajo de presentarse en su despacho hoy a las cuatro de la tarde, o maana a las nueve de la maana.El seor prefecto de polica me llamaba para intimarme la orden de que saliera de Pars, y me dirig, a Dieppe, cuyo primer nombre fue Bertheville, y la cual tom el de Dieppe, hace mas de 400 aos de la palabra inglesa deep, que significa profundo (surgidero). En 1788 estaba de guarnicin en ella con el segundo batalln de mi regimiento: vivir en aquella ciudad, cuyas casas son de ladrillos y sus tiendas de marfil, en aquella ciudad de aseadas calles y hermoso cielo, era refugiarme al lado de mi juventud. Cuando sala a paseo, me diriga las mas de las veces a las ruinas del castillo de Arques, que estn llenas de histricos recuerdos. Todava existen innumerables personas, que no han olvidado que Dieppe fue la patria de Duquesne. Cuando me quedaba en casa, se ofreca a mi vista el grandioso espectculo del mar; desde la mesa ante la cual sola sentarme, contemplaba a aquel mismo Ocano que me vio nacer, y que baa las costas de la Gran Bretaa, y en donde he sufrido tan largo destierro: mis miradas vagaban sobre las olas que me llevaron a Amrica, me trajeron a Europa, y me volvieron a llevar a las costas de frica y del Asia. Yo te saludo, oh mar, que has sido mi cuna, y el constante objeto de mi admiracin! Quiero contarte la continuacin de mi historia, si falto en ella a la verdad, tus olas, compaeras inseparables de mi vida, me acusarn de impostor ante los hombres en los venideros tiempos.Mi madre manifest siempre grandes deseos de que se me diese una educacin clsica. Deca que la profesin de marino, a la cual me destinaban, no seria acaso de mi gusto, y por lo que pudiera suceder, le pareca muy conveniente darme una educacin aplicable a cualquiera otra carrera. Su piedad la inducia a desear que yo me decidiese por la iglesia. Propuso, pues, que me llevaran a un colegio a estudiar matemticas, dibujo, esgrima y el idioma ingls, y no habl ni una palabra del latn y el griego, temiendo incomodar a mi padre; pero pensaba interiormente dar orden de que me los ensearan, privadamente primero, y en pblico cuando llegara a hacer algunos adelantos. Mi padre accedi a su proposicin, y qued acordado que entrara en el colegio de Dol, cuya ciudad mereci la preferencia por hallarse situada en el camino de Saint-Malo a Combourg.En el crudo invierno que precedi a mi reclusin escolar, se prendi fuego a la casa en que habitbamos; mi hermano mayor me salv entonces la vida casi milagrosamente, sacndome con riesgo de la suya, al travs de las llamas. Mr. de Chateaubriand, que se haba retirado a su castillo, llam a su esposa su lado, y cuando lleg la primavera fue preciso obedecerle.La primavera en Bretaa es mucho mas benigna que en las cercanas de Pars; y florece tres semanas antes. Los cinco pjaros precursores de ella que son: la golondrina, la oropndola, el cuco, la codorniz y el ruiseor, llegan con las brisas que se albergan en los golfos de la pennsula armoricana. La tierra se cubre de margaritas, pensamientos, junquillos, jacintos, renunclos y anamosias, como en los parajes abandonados que circundan a San Juan de Letrn, y a la Santa Cruz de Jerusaln, en Roma. Los claros de los bosques se ven matizados de altos y elegantes helechos; los campos cuajados de gayombas y aliagas, resplandecen con sus flores que parecen mariposas de oro. Los setos, a lo largo de los cuales abundan la fresa, la frambuesa y la violeta, estn decorados con zarzas, madreselvas y espinos elvares, cuyos tallos, negros e inclinados, producen hojas frutos magnficos. Por todas partes se oye el zumbido de las abejas y el cant de las aves: los enjambres y los nidos llaman la atencin de los muchachos a cada paso. En ciertos sitios resguardados del cierzo, crecen como en Grecia, las adelfas y el mirto, sin cultivo alguno; las brevas maduran tan pronto como en la Provenza, cada rbol frutal, con sus flores de carmn, se parece a un gran ramillete de novia de aldea.En el siglo XII el bosque de Brecheliant ocupaba los cantones de Fougres, Rennes, Becherel, Dinat, Saint-Malo y Dol; los francos y los pueblos de la Dommonea lo escogieron para campo de sus batallas. Wace cuenta que se vea en l al hombre salvaje, la fuente de Berenton y un estanque de oro. Un documento histrico del siglo XV, Los usos y costumbres del bosque de Brecilin, confirma el romance de Rou: segn los Usos, el bosque es de grande y espaciosa extensin: hay en l cuatro castillos; un crecido nmero de magnficos estanques; hermosas chozas donde no hay moscas ni bicho alguno venenoso; doscientos criaderos de rboles; otras tantas fuentes, inclusa la de Belentn, junto a la cual vel sus armas el caballero Pontus.Hoy todava conserva el pas algunos vestigios que revelan su origen; cortado en diversas direcciones por zanjas, parece un bosque desde lejos, y tiene analoga con algunas provincias de Inglaterra: en otro tiempo era la mansin de la hadas, y en la continuacin de estas pginas, se ver, que yo encontr all en efecto una slfide. Algunos ros, que no son navegables, riegan aqullos valles angostos, los que estn separados unos de otros por pequeas y arenosas cordilleras, en las cuales se cran acebos y otros arbustos. Por la parte de la costa se suceden los faros, vigas, torres, construcciones romanas, ruinas de castillos de la edad media, y los campanarios de la poca del renacimiento: todo est rodeado por la mar; Plinio llam a la Bretaa Pennsula espectadora del Ocano.Entre el mar y la tierra se extienden los campos pelagianos: fronteras indecisas de ambos elementos; la alondra de tierra y la de mar agitan en ellos sus alas a un mismo tiempo: la barca y el arado, distantes tan solo un tiro de piedra una de otra, van surcando la tierra y el agua. El navegante y el pastor se prestan recprocamente su lenguaje tcnico, el marinero dice, las olas se amontonan, y el pastor, las flotas de carneros 12. Las arenas de diversos colores, las caprichosas labores que forman los mariscos, y las franjas de plateada espuma, guarnecen la orilla amarilla o verde de los sembrados. No recuerdo en cual de las islas del Mediterrneo, he visto un bajo relieve que representaba a las nereidas festonando las guarniciones de la falda de Ceres.Pero lo que hay en Bretaa de mas admirable, es la salida de la luna por la parte de tierra, y su ocaso en el mar.Destinada por Dios a ser aya del abismo, la luna tiene sus nubes, sus vapores, sus rayos y sus sombras especiales como el sol; pero al llegar a su ocaso, no se retira sola como este, sino acompaada de un squito de estrellas. A medida que ya descendiendo sobre mi playa natal hasta los lmites del cielo, comunica al mar su calma sile