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Cerlalc Politica Lectura

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    Agenda de polticaspblicas de lectura

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    Organizacin de Estados Iberoamericanos para la Educacin, la Ciencia y la Cultura -OEI-

    FRANCISCO PINSecretario General

    NGEL ALTISENTRepresentante Regional para Colombia, Ecuador y Venezuela

    FERNANDO RUEDACoordinador, rea de Cooperacin CulturalOficina Madrid

    OLGA LUCA TURBAYDirectora de Programas y Proyectos,Oficina Regional Bogot

    CAROLINA SERRANOCoordinadora Programas y Proyectos,Oficina Regional Bogot

    Plan Iberoamericano de Lectura -ILMITA-

    LILIANA PULIDOGerente

    MARINA VALENCIAAsesora Comunicaciones

    Centro Regional para el Fomento del Libro en Amrica Latina y el Caribe - CERLALC-

    ADELAIDA NIETODirectora

    JOS LUIS ACOSTASecretario General

    LUIS FERNANDO SARMIENTOSecretario Tcnico

    LUIS BERNARDO PEASubdirector de Lectura y Escritura

    BEATRIZ HELENA ROBLEDORelatora

    Con el apoyo de:

    La Agencia Espaola de Cooperacin Internacional -AECI- y el Ministerio de Educacin y Ciencia de Espaa

    ISBN 958-671-092-0

    2004, Plan Iberoamericano de Lectura -ILMITA-

    Diseo y diagramacin: GLORIA CONTRERAS B. cmfsCorreccin de estilo: HENRY ALEJANDRO MOLANOImpreso por: ANDAQU IMPRESORESTraduo: Rosemery Silva Leo - Lina OliveiraImpreso en ColombiaImpresso na ColmbiaPrinted in Colombia

    DIANA MARCELA REY

    JUAN CARLOS FERNNDEZ

    LILLYAM R. GONZLEZAsistentes

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    ndice

    PRESENTACIN

    POR UNA AGENDA DEPOLTICAS PBLICAS DE LECTURAConclusiones y recomendaciones a losGobiernos de Iberoamrica

    CONFERENCIAS CENTRALES

    Qu significa pensar la lecturacomo un asunto de poltica pblica?

    Bruno Revesz

    Las polticas pblicas de lectura:una visin desde sus actores

    Luis Bernardo PeaPedro Len Corts

    APNDICE

    Participantes en la Reunin deexpertos para la formulacin deuna Agenda de polticas pblicas de lectura

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    PRESENTACIN

    El Plan Iberoamericano de Lectura - ILMITA, programa de laCumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, es una iniciativa que trabajapor la articulacin entre los gobiernos, el sector privado y la sociedadcivil para que, en la regin, se emprendan o se continen accionesinmediatas y con proyeccin a largo plazo, en favor de la lectura.

    Una de las principales lneas de accin de ILMITA es convertirel fomento de la lectura en un tema de poltica pblica, por lo cual, laOrganizacin de Estados Iberoamericanos para la Educacin, la Cienciay la Cultura, OEI, y el Centro Regional para el Fomento del Libro enAmrica Latina y el Caribe, Cerlalc instituciones encargadas del diseoy la ejecucin del Plan en los veintin pases de Iberoamricaconvocaron una jornada regional de reflexin en torno a la lectura, conel apoyo de la Agencia Espaola de Cooperacin Internacional, Aeci,y el Ministerio de Educacin y Ciencia de Espaa.

    Del 13 al 15 de septiembre de 2004, en Cartagena de Indias,Colombia, se realiz la Reunin para la formulacin de una agenda de polticaspblicas de lectura, con la participacin de dieciocho expertos del sistemade la lectura y el libro, provenientes de diez pases. Se elabor, enconjunto, un documento gua, con el propsito de recomendar objetivos,acciones y medios para trabajar por el fomento de la lectura desde unaperspectiva integral que involucra la voluntad estatal y la articulacin delos diversos sectores interesados en la materia.

    Es as como el primer texto del presente libro, Por una agendade polticas pblicas de lectura, desarrolla en una fase inicial diezprioridades que hacen un recorrido por propuestas sobre elfortalecimiento de las bibliotecas pblicas, la integracin de este temaen las polticas educativas, la promocin de la lectura en la primerainfancia, la participacin activa de la sociedad civil en la construccinde las polticas referidas y la formacin de mediadores, entre otroscampos de accin centrales.

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    Todo ello desde una definicin estratgica de poltica pblica comoproceso de construccin social que enmarca el papel de las institucionesgubernamentales y las acciones de concertacin requeridas para laformulacin de planes nacionales de lectura, leyes del libro y, en general,proyectos de fomento de la lectura. Esta aproximacin se registra en lasconferencias que sirvieron de marco conceptual a la reunin y queconstituyen el segundo aparte del presente libro.

    Qu significa pensar la lectura como un asunto de polticapblica? y Las polticas pblicas de lectura: una visin desde sus actoresnos entregan herramientas tanto desde la formulacin terica como desdela exploracin de diversos proyectos de fomento a la lectura, paraestablecer la relacin directa entre el desarrollo de conductas lectoras ylos elementos del entorno sociocultural. Diversos conceptos nos remitenentonces a los presupuestos bsicos sobre los que se desarroll el trabajode los expertos para la elaboracin de la Agenda.

    Cabe destacar uno de los efectos inmediatos de la reflexin y de lapuesta en circulacin del documento preliminar, producto de dichareunin: la solicitud, por parte de algunos gobiernos, de asesora tcnicapara la formulacin de planes nacionales de lectura, con base en eldesarrollo de las recomendaciones consignadas. Esta labor se sumar alproceso iniciado por nueve pases de la comunidad iberoamericana quehan declarado su voluntad, al ms alto nivel poltico, de concebir elfomento de la lectura como una actividad transversal y prioritaria parala sociedad.

    La Agenda de polticas pblicas de lectura que presentamos acontinuacin ha sido reconocida por la Reunin de Altos Funcionarosde Asuntos Culturales (San Jos, Costa Rica, 22 y 23 de octubre de2004), preparatoria de la XIV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estadoy de Gobierno. Este reconocimiento impulsar y fortalecer el estatusque los gobiernos han decidido otorgar al tema de la lectura en el marcode las polticas culturales y educativas de nuestros pases.

    Esperamos que este documento cumpla con su propsito deaportar a la consolidacin de un mapa tcnico que contemple a todos

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    los actores comprometidos con la lectura, entendida como herramientade inclusin social y desarrollo; y se conciba como la primera etapa deuna labor integrada entre la sociedad civil, la academia, la empresa privaday los gobiernos de Iberoamrica.

    Plan Iberoamericano de Lectura

    ILMITA

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    POR UNA AGENDA DE POLTICAPOR UNA AGENDA DE POLTICAPOR UNA AGENDA DE POLTICAPOR UNA AGENDA DE POLTICAPOR UNA AGENDA DE POLTICAS PBLICAS PBLICAS PBLICAS PBLICAS PBLICASSSSSDE LECTURADE LECTURADE LECTURADE LECTURADE LECTURA

    Seremos capaces de darnos una polticadel acceso al libro que incida sobre lasuperacin de esta creciente desigualdad?

    Emilia Ferreiro

    La elaboracin del documento Por una agenda de polticas pblicas delectura es el resultado del consenso al que llegaron los dieciocho expertosinvitados al proceso de discusin, suscitado durante los tres das en losque se llev a cabo, en la ciudad de Cartagena de Indias, la Reunin parala Formulacin de una Agenda de Polticas Pblicas de Lectura,convocada por el Cerlalc y la OEI en el marco del Plan Iberoamericanode Lectura ILMITA, programa de la Cumbre de Jefes de Estado y deGobierno.

    Su proceso se inici en un foro virtual cuyos resultadosconformaron uno de los documentos de base para la reflexin conjuntay presencial que se hizo durante la Reunin. Esta Agenda se expuso a losrepresentantes de los gobiernos de los veintin pases de la regin, en elEncuentro Iberoamericano de Responsables de Planes Nacionales deLectura, realizado los das 15, 16 y 17 de septiembre, en la misma ciudad.

    El documento de la Agenda se inicia haciendo explcitos lospresupuestos que sirvieron de marco conceptual para la Reunin,seguidos de las diez grandes prioridades para el desarrollo de la lectura yla escritura en la regin. Estas prioridades se traducen, luego, en unaserie de propuestas operativas que orientan sobre la responsabilidad y lagestin, los beneficiarios, los objetivos y las acciones recomendadas,todas dirigidas a lograr que las prioridades encuentren su realizacin enla prctica.

    Conclusiones y recomendaciones a los Gobiernos de Iberoamrica

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    PRESUPUESTOS

    La lectura y la escritura son condiciones para que todas las perso-nas puedan alcanzar un nivel bsico de educacin y continuar su procesode aprendizaje durante toda la vida; una va para asegurar la librecirculacin y apropiacin social del conocimiento, una herramientaintelectual indispensable en la construccin de la propia identidad, lacapacidad reflexiva, el juicio crtico y el desarrollo de las competenciaslaborales que les permitan desempearse profesionalmente y ejercer untrabajo digno.

    La capacidad para utilizar el lenguaje escrito en diferentes contextosy situaciones es, adems, una condicin necesaria para que las personaspuedan hacer valer sus derechos y participar activamente en la sociedadmediante el ejercicio de una ciudadana responsable.

    Estas fueron las razones que tuvieron los Jefes de Estado yde Gobierno reunidos en la XIII Cumbre Iberoamericana (SantaCruz de la Sierra, 2003) para reconocer, en el texto de su declaracin, laimportancia que tiene la lectura como un instrumento real parala inclusin social y un factor bsico para el desarrollo social, cultural yeconmico de nuestros pases1.

    Sin embargo, para que se conviertan en un instrumento real deinclusin, es necesario que la lectura y la escritura se asuman como unasunto prioritario que concierne a toda la sociedad y como un tema quedebe entrar a formar parte de las agendas de poltica pblica.Abandonarlas a la libre iniciativa de los particulares o a los intereses delmercado significara que continuaran siendo el privilegio de unos cuantos.

    Pensar la lectura y la escritura como un asunto de poltica pblicaimplica reconocer que stas no tienen un valor neutral, sino que estnligadas a procesos sociales que las convierten en una poderosaherramienta para la democratizacin y la participacin social.

    1 Declaracin de la XIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, Santa Cruz de la Sierra, 2003.

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    Con todo, resulta imperativo superar la idea segn la cual elproblema consiste en formular la poltica correcta y luego convocar alos distintos actores sociales, cuyo papel consistira nicamente en poneren marcha la ejecucin de aquella. Esta concepcin limitada de laspolticas pblicas ha llevado a disear polticas en abstracto, como si setratara solamente de un ejercicio intelectual, y a olvidar que ladeterminacin acerca de la relevancia y el inters pblico de un problema y su consecuente inclusin en el campo de las polticas es el resultadode un proceso complejo, en el que entran en competencia diversasrepresentaciones e intereses.

    En este sentido, es necesario adoptar una perspectiva mucho msamplia de la poltica pblica, que d cuenta del carcter dinmico yconflictivo del proceso mediante el cual se configura una accin pblicafrente a una situacin social que se pretende transformar. Desde unaperspectiva de este tipo, el proceso debe estar orientado hacia la creacinde condiciones que garanticen la participacin, la confrontacin y lanegociacin de las representaciones e intereses de los actores implicadosen todas las etapas de gestin de la poltica, ms que en la imposicin dela poltica correcta por parte de algunos de los actores implicados.Este fue precisamente el espritu que inspir la Reunin de Cartagena.

    La formulacin de una poltica pblica contempla dos dimensionesfundamentales: por un lado, una representacin o imagen social de larealidad sobre la cual se desea intervenir y unos principios quefundamentan la accin; por otro, un conjunto de medios y procesosorganizativos, financieros, administrativos, jurdicos y humanos, quehacen que una poltica no se quede solamente en el plano intelectual,sino que tome forma en procesos sociales concretos. Estas dosdimensiones tambin deben estar presentes en la formulacin de unapoltica de lectura y escritura.

    Leer y escribir son prcticas culturales que, como tales, estnatravesadas por procesos histricos y sociales que las hacennecesariamente cambiantes y diversas; prcticas que se encuentran enun proceso de mutacin, como consecuencia de los cambios en el sistema

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    de valores y en las nuevas dinmicas sociales asociadas con laglobalizacin, as como por las transformaciones que se estn dando enla esfera simblica debido a la accin de las nuevas tecnologasde la informacin y de la comunicacin. Desde una perspectiva de polticapblica, la lectura y la escritura deben considerarse no sloun problema pedaggico o una prctica individual, sino, ante todo, unaprctica profundamente socializada.

    Como tantas otras prcticas culturales, los actos de leer y escribirestn atravesados por motivaciones y representaciones sociales, noescapan a los determinantes econmicos, tecnolgicos o institucionalesy se traducen en un amplio repertorio de prcticas y modalidades diversas.Una poltica pblica de lectura y escritura, que pretenda servir comoinstrumento de inclusin social, no puede adoptar una concepcinunvoca y excluyente de estas prcticas. Por el contrario, debe estar abiertaa reconocer que no existe una forma privilegiada de leer y de escribircomn a todos, puesto que el dismil universo de actores sociales poneen prctica distintas formas de leer y escribir lecturas y escrituras convaloraciones, finalidades y expectativas muy diferentes.

    Si es cierto que una poltica pblica de lectura y escritura no podraconcebirse sin un liderazgo decidido de parte del Estado, tambin lo esque ni su formulacin ni su gestin pueden ser una responsabilidadexclusivamente estatal. Si entendemos lo pblico como el punto deencuentro de los intereses colectivos, las polticas pblicas deben entendersecomo toda forma de accin organizada que persigue objetivos de interscomn, ms que como el conjunto de las acciones estatales. Las polticasde lectura deben reconocer el papel clave que han tenido y debenseguir teniendo las instituciones, las fundaciones, los organismosinternacionales y las organizaciones de la sociedad civil en el desarrollode una cultura escrita en la regin.

    Una leccin que se desprende de los intentos por incluir la lectura enlas agendas de poltica pblica y del anlisis de algunas experienciasrepresentativas especialmente los planes nacionales de lectura es laimportancia de la gestin como elemento crtico para que las polticasno se queden en el plano discursivo o normativo nicamente, sino que

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    su formulacin vaya acompaada de procesos y mecanismos concretospara acortar la brecha entre lo deseable y lo posible.

    La construccin de la Agenda se concibi como un ejercicioeminentemente participativo y democrtico, al cual fue invitado un grupoplural de actores comprometidos con el desarrollo de la cultura escritaen diferentes pases de Iberoamrica, para que discutieran abiertamentesus diferentes expectativas, intereses y puntos de vista, y pudieran llegara unos acuerdos bsicos sobre lo que debera incluir una Agenda de polticaspblicas de lectura para Iberoamrica.

    La finalidad principal de cualquier agenda de poltica pblicaconsiste en establecer una geografa de lo posible, un mapa que permitaprecisar y ubicar las medidas concretas consideradas viables, prioritarias,que respondan a expectativas, refuercen prcticas y desarrollenpotencialidades. Por esa razn, la presente propuesta de Agenda de polticaspblicas de lectura, a la vez que plantea un conjunto de prioridades paraorientar las acciones de los gobiernos y de la sociedad civil, intenta hacerexplcitas las condiciones, las rutas de accin, los procesos y losmecanismos institucionales que permitan convertir estas prioridades enrealidades.

    PRIORIDADES

    1. Las polticas pblicas de lectura y escritura deben formar parte integralde las polticas de Estado. Adems de quedar consignadas en leyes ynormas jurdicas, deben ir acompaadas de mecanismos de financiaciny estructuras organizacionales que permitan articular los distintos nivelesde gobierno y los sectores que trabajan por la promocin de la lectura.

    2. Garantizar el acceso de toda la poblacin a la cultura escrita (libros yotros materiales de lectura) es una responsabilidad de toda la sociedady una tarea prioritaria de la accin del Estado, como va de inclusinsocial y de desarrollo de la ciudadana.

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    3. Establecer mecanismos de participacin ciudadana organizada a nivellocal, regional y nacional, para la construccin de una poltica pblicade lectura y escritura.

    4. Reconocer a la educacin pblica como el espacio privilegiado parahacer efectivo el derecho que tiene la poblacin a la lectura y la escritura.

    5. Crear y actualizar las bibliotecas escolares y otros espacios de lecturaen las escuelas pblicas para que sirvan de herramienta en la formacinde alumnos y maestros como lectores y escritores.

    6. Fomentar la creacin y actualizacin de las bibliotecas pblicas, con elfin de que stas puedan atender las necesidades de lectura de lacomunidad, con una oferta plural y pertinente de libros y otros soportesde informacin; as mismo, reconocer el papel fundamental que tienela biblioteca en la formacin de lectores y escritores.

    7. Crear, fortalecer y cualificar programas de formacin inicial y continuapara que docentes, bibliotecarios y otros actores se conviertan enmediadores de lectura y escritura.

    8. Reconocer y apoyar, tcnica y financieramente, iniciativas de la sociedadcivil y espacios alternativos para la formacin de lectores, tales comocrceles, hospitales, medios masivos de transporte, albergues, bibliotecascomunitarias y populares, entre otros.

    9. Implementar programas de promocin de lectura y escritura dirigidosa la primera infancia y a la familia.

    10. Desarrollar estrategias que contribuyan a preservar la cultura y latradicin oral, as como su fijacin en lengua escrita, y poner en prcticaacciones que promuevan la produccin de textos en las lenguasoriginarias de Amrica2.

    2 Esta prioridad fue propuesta por los gobiernos de la regin en el marco del Encuentro Iberoamericano deResponsables de Planes Nacionales de Lectura realizado en Cartagena de Indias, Colombia, del 15 al 17 deseptiembre de 2004.

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    ESTRATEGIAS PARAIMPLEMENTAR LAS PRIORIDADES

    LAS POLTICAS PBLICAS DE LECTURA Y ESCRITURADEBEN FORMAR PARTE INTEGRAL DE LAS POLTICASDE ESTADO. ADEMS DE QUEDAR CONSIGNADAS ENLEYES Y NORMAS JURDICAS, DEBEN IR ACOMPAADASDE MECANISMOS DE FINANCIACIN Y ESTRUCTURASORGANIZACIONALES QUE PERMITAN ARTICULAR LOSDISTINTOS NIVELES DE GOBIERNO Y LOS SECTORESQUE TRABAJAN POR LA PROMOCIN DE LA LECTURA.

    Gestores y responsables

    Los responsables de la convocatoria y la coordinacin de laspolticas de lectura son, principalmente, los ministerios de cultura y deeducacin en el nivel central, y sus organismos a nivel regional y local.

    Sus gestores son los altos funcionarios de los despachos de losministros, y dirigentes de institutos, fundaciones pblicas ydepartamentos de la administracin pblica del libro y la lectura en todoslos niveles.

    Beneficiarios

    La poblacin en general.

    Objetivos

    Para que las polticas pblicas se conviertan en polticas de Estadoes indispensable garantizar su continuidad, crear o consolidar estructurascon efectiva capacidad de accin y asegurar la participacin ciudadana.

    Acciones recomendadas

    - Disear y promulgar legislaciones que comprometan a los tresniveles de gobierno (nacional, regional, local) para que estosgaranticen la existencia de estructuras permanentes, con

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    presupuesto propio y financiamiento pblico, tales como institutosde promocin del libro y la lectura. As mismo, promover laorganizacin de espacios de participacin ciudadana, concertaciny articulacin interinstitucional.

    - Realizar encuentros, seminarios y foros con la participacin de todoslos actores.

    - Realizar estudios sobre polticas pblicas de lectura en los diferentes pases.

    - Hacer una amplia consulta que incluya a todos los actores socialesdurante las distintas etapas del proceso, y aprovechar lasposibilidades de Internet para democratizar las polticas.

    - Elaborar leyes en torno al libro y la lectura que involucren todoslos mbitos del gobierno, comprometiendo los diferentes nivelesde la administracin.

    - Propiciar el surgimiento y fortalecimiento de instituciones yorganismos tales como institutos del libro y la lectura, fundacionesy otras instancias de gobierno dedicadas a la ejecucin de polticasde lectura.

    - Crear fondos pblicos de fomento a la lectura con recursos pblicosy con la participacin de sectores econmicos interesados en sudesarrollo.

    - Para la ejecucin de polticas incluyentes y con gran coberturaterritorial, es indispensable crear sistemas nacionales, regionales ymunicipales de bibliotecas pblicas y establecer una red debibliotecas que funcione como parte de la estructura nacional.

    Medios

    Es necesario apropiar recursos de los tres niveles de gobierno(nacional, regional y local), de fondos pblicos para el fomento de lalectura, de otras instancias gubernamentales pertenecientes a las reasde cultura y educacin, de empresas que hagan parte de la cadenaproductiva del libro y la lectura, de organizaciones no gubernamentalesy de la cooperacin internacional.

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    GARANTIZAR EL ACCESO DE TODA LAPOBLACIN A LA CULTURA ESCRITA (LIBROS YOTROS MATERIALES DE LECTURA) ES UNARESPONSABILIDAD DE TODA LA SOCIEDAD Y UNATAREA PRIORITARIA DE LA ACCIN DEL ESTADO,COMO VA DE INCLUSIN SOCIAL Y DEDESARROLLO DE LA CIUDADANA.

    Gestores y responsables

    Puesto que el Estado es el principal responsable de las garantasde acceso de la poblacin a la cultura escrita, esta prioridad concierne alos gobiernos centrales, regionales y locales, en las distintas instanciasde la educacin y de la cultura. Pero como la promocin de la lectura yla escritura es una tarea que atae tambin a toda la sociedad, es prioritarioque el Estado interacte con asociaciones de profesionales, sindicatos,medios de comunicacin, editores, empresarios, padres de familia y todaslas organizaciones e instituciones de la sociedad civil.

    Beneficiarios

    Toda la sociedad, de manera especial los grupos marginados so-cial, econmica y territorialmente.

    Objetivos

    Fortalecer la democracia y la inclusin social y garantizar el accesoa la informacin, al conocimiento y a la formacin permanente.

    Acciones recomendadas

    - Propiciar la creacin de consejos nacionales del libro y la lectura,como espacios privilegiados de concertacin entre los sectorescomprometidos con la lectura.

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    - Formular planes nacionales de alfabetizacin y de fomento del libro,la lectura y las bibliotecas, que desarrollen programas especficospara atender a las distintas poblaciones, de manera especial a lastradicionalmente excluidas de la cultura escrita.

    Medios

    Los medios para concretar estas acciones debern formar parte integral delos planes de desarrollo de los gobiernos centrales, regionales y locales, yse deben complementar con los aportes del sector privado.

    ESTABLECER MECANISMOS DE PARTICIPACINCIUDADANA ORGANIZADA A NIVEL LOCAL,REGIONAL Y NACIONAL, PARA LA CONSTRUCCINDE UNA POLTICA PBLICA DE LECTURA.

    Gestores y responsables

    La gestin de esta prioridad es una tarea de las organizaciones demaestros y bibliotecarios, junto con las organizaciones comunitarias. Laresponsabilidad ser de los gestores y directores de los programas delectura en los distintos niveles de gobierno.

    Beneficiarios

    Las organizaciones de la sociedad civil y la poblacin en general, haciendonfasis en aquellos sectores que estn excluidos de la cultura escrita.

    Objetivos

    Para lograr la participacin ciudadana en la construccin de una polticapblica es indispensable fomentar la organizacin de la sociedad civil entorno a la lectura; apoyar iniciativas de organizacin y democratizar ladiscusin y formulacin de polticas.

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    Acciones recomendadas

    - Propiciar cambios en las concepciones que obstaculizan elsurgimiento de iniciativas de organizacin de la sociedad en favorde la lectura y la escritura.

    - Organizar y apoyar encuentros ciudadanos amplios y por sectores,en los niveles nacional, regional y local.

    - Realizar consultas a los diferentes actores, a travs de Internet yotros medios de comunicacin masivos.

    - Impulsar la conformacin de consejos locales y regionales.

    - Impulsar y apoyar la construccin de redes de consejos localesy regionales que permitan el intercambio de experienciasde participacin y el fortalecimiento de los mecanismos derepresentacin ciudadana.

    - Alimentar las redes y los consejos con materiales tericos y tcnicosque contribuyan a enriquecer la reflexin y la gestin.

    - Establecer programas de formacin y participacin de lacomunidad, y de grupos organizados, capaces de ejercer una efectivaauditora social de los planes y programas de lectura.

    Medios

    Para lograr la participacin de la poblacin es necesario contar con el apoyoinstitucional de los diversos niveles de gobierno y de las organizacionesde la sociedad civil, las organizaciones internacionales y los medios decomunicacin a nivel nacional y local.

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    RECONOCER A LA EDUCACIN PBLICA COMO ELESPACIO PRIVILEGIADO PARA HACER EFECTIVOEL DERECHO QUE TIENE LA POBLACIN A LALECTURA Y LA ESCRITURA.

    Gestores y responsables

    Para hacer efectivo este derecho, se requiere del concurso de todoslos actores comprometidos con la gestin de la educacin pblica, formaly no formal, tales como los ministerios y secretaras de educacin, losncleos educativos, las autoridades directivas de los establecimientos,los educadores, los consejos escolares, los coordinadores pedaggicosy los gestores culturales.

    Beneficiarios

    Las acciones que se derivan de esta prioridad benefician a alumnos,docentes, padres de familia y comunidad educativa.

    Objetivos

    Las prcticas significativas de lectura y escritura que se realizan en elespacio escolar posibilitan el acceso al conocimiento, favorecen el desarrollodel pensamiento crtico y reflexivo y enriquecen la capacidad creativa,esttica y simblica de los nios. El logro de este objetivo contribuye amejorar la calidad del aprendizaje y a disminuir la desercin escolar.

    Acciones recomendadas

    - Realizar diagnsticos que brinden elementos para fijar las metasy definir las acciones necesarias que permitan alcanzarlas.

    - Crear experiencias significativas de lectura y escritura que promuevanel uso de diversos materiales de lectura de calidad, en diferentesgneros y formatos.

    - Formar a los docentes y a los bibliotecarios como autnticos lectoresy escritores, de modo que puedan ser mediadores efectivos de lalectura y la escritura.

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    - Fortalecer los vnculos de la escuela con otras expresiones culturales,como el museo, el teatro, el cine, la msica y la tradicin oral.

    - Ampliar los servicios y las colecciones de las bibliotecas escolares ala comunidad, en aquellas localidades donde no hay bibliotecaspblicas, entendiendo que, tanto la biblioteca escolar comola pblica, son de naturaleza distinta.

    - Ampliar los alcances de los programas de educacin interculturalbilinge.

    - Hacer valer el derecho a la lectura y la escritura de los nios, lasnias y los jvenes afectados por algn tipo de discapacidad.

    - Formular polticas institucionales de lectura y escritura mediantelas cuales se establezca un compromiso institucional, paratransformar el uso de la biblioteca escolar y crear espacios deformacin de docentes en las selecciones de los materiales para lasescuelas, entre otras.

    MediosEs recomendable tener en cuenta los resultados de las

    investigaciones que se llevan a cabo en las universidades y otros centrosde estudio, la sistematizacin de las experiencias valiosas que realizanotros actores en diversos pases de la regin, los mecanismos decooperacin internacional existentes y el intercambio de experienciasen el interior de cada pas.

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    5 CREAR Y ACTUALIZAR LAS BIBLIOTECASESCOLARES Y OTROS ESPACIOS DE LECTURAEN LAS ESCUELAS PBLICAS, PARA QUE SIRVANDE INSTRUMENTO INDISPENSABLE EN LAFORMACIN DE ALUMNOS Y MAESTROS COMOLECTORES Y PRODUCTORES DE TEXTO.

    Gestores y responsables

    Los principales gestores y responsables son los ministerios osecretaras de educacin en los diferentes niveles de gobierno, as comolos maestros y las autoridades educativas.

    Beneficiarios

    Los estudiantes y toda la comunidad educativa.

    Objetivos

    Se sugiere prestar una atencin especial a las recomendacionesdel Manifiesto de la Unesco sobre la biblioteca escolar, que hace nfasis en lanecesidad de implementar polticas para que la biblioteca escolar seconvierta en un espacio de formacin de lectores y escritores. El Manifiestorecomienda, as mismo, propiciar prcticas sociales significativas delectura y escritura en la biblioteca escolar; implementar elaprovechamiento y uso de los diversos recursos existentes en el mbitoescolar; considerar la apertura de las bibliotecas escolares a lascomunidades, y articular el trabajo de las bibliotecas y de otros espaciosde lectura de las escuelas con los movimientos de la comunidad quepromuevan la formacin de lectores.

    Acciones recomendadas

    - Realizar estudios y diagnsticos sobre la situacin de las bibliotecasescolares.

    - Realizar un programa de atencin a las bibliotecas escolares queincorpore su financiamiento y apoyo tcnico.

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    - Dotar a las bibliotecas escolares con materiales de lectura adecuadosque sirvan como apoyo a los programas de vinculacin con lacomunidad.

    - Crear y fortalecer programas de formacin de alumnos y docentes,como lectores y escritores.

    - Crear y apoyar redes nacionales de bibliotecas escolares integradasa los sistemas nacionales de bibliotecas.

    - Formular proyectos de promocin de lectura en el mbito escolar.

    - Seleccionar textos para las escuelas y bibliotecas de acuerdo conlos criterios de calidad y pertinencia de los mismos.

    Medios

    Se debe contar con instrumentos que propicien la reflexin sobrelectura y escritura.

    FOMENTAR LA CREACIN Y ACTUALIZACIN DELAS BIBLIOTECAS PBLICAS, CON EL FIN DE QUEESTAS PUEDAN ATENDER A LAS NECESIDADES DELECTURA DE LA COMUNIDAD, CON UNA OFERTAPLURAL Y PERTINENTE DE LIBROS Y OTROSSOPORTES DE INFORMACIN; AS MISMO,RECONOCER EL PAPEL FUNDAMENTAL QUETIENE LA BIBLIOTECA EN LA FORMACIN DELECTORES Y ESCRITORES.

    Gestores y responsables

    La afirmacin del valor de las bibliotecas pblicas como servicioesencial para la comunidad slo ser posible mediante la accinconcertada de los ministerios de cultura y educacin, las secretaras decultura, los gobiernos locales, los organismos no gubernamentales, laempresa privada, la sociedad civil, la industria editorial y las libreras.

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    Beneficiarios

    La poblacin beneficiaria comprende a los usuarios individuales einstitucionales, las organizaciones de alcance regional y local, las poblacionesmarginadas de la cultura escrita, y la comunidad escolar, de manera especial,los nios que ya han concluido la etapa de escolarizacin y requierenmantener las competencias bsicas adquiridas en la educacin formal.

    Objetivos

    Se prestar especial atencin a los lineamientos del Manifiesto de la Unesco enlos que se propone que la biblioteca pblica debe funcionar como centrode informacin local, constituir un espacio abierto de informacin,expresin y participacin, preservar y difundir las culturas tradicionales,recuperar la dimensin creativa y esttica asociada con el lenguaje escrito ypromover el aprendizaje de las competencias relacionadas con la bsqueda,recuperacin y organizacin de la informacin.

    Acciones recomendadas

    - Reconocer el contexto sociocultural y las necesidades e interesesde la comunidad en la cual funciona la biblioteca.

    - Desarrollar colecciones en diferentes gneros y formatos,incluyendo las nuevas tecnologas de informacin y comunicacin,que interpreten las necesidades de la comunidad de acuerdo acriterios de calidad.

    - Establecer mecanismos de divulgacin de los diferentes serviciosy, de esta manera, darle una mayor visibilidad a la biblioteca.

    - Hacer de la biblioteca un centro de la actividad cultural y departicipacin ciudadana, mediante la promocin de serviciosde informacin local.

    - Inscribir las bibliotecas pblicas en los planes de desarrollo localese incorporarlas en la estructura bsica de los entes poltico-administrativos locales.

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    - Ofrecer las condiciones para que las personas con algn tipo dediscapacidad puedan acceder a los servicios de la biblioteca.

    - Buscar mecanismos que garanticen la estabilidad de los bibliotecariosen el cargo.

    - Implementar nuevas formas de gestin de proyectos, conparticipacin comunitaria y de la empresa privada, que permitanla apropiacin de la biblioteca por parte de la comunidad, laconsecucin de recursos y la continuidad de los programas.

    - Disear e implementar, desde las bibliotecas, programaspermanentes de promocin de lectura y escritura dirigidos adistintos grupos de la comunidad.

    - Fortalecer los vnculos de las bibliotecas con otras entidades quepromuevan las diferentes manifestaciones culturales.

    - Garantizar a los usuarios el acceso directo a las colecciones.

    - Revisar la legislacin existente y tomar las medidas necesarias paradetener la penalizacin injusta de los bibliotecarios por el deterioroo prdida de los libros.

    - Llevar a cabo procesos de formacin dirigidos a la preservacin delibros.

    Medios

    La ejecucin de estas acciones presupone el conocimiento yaplicacin de directrices producidas por organismos internacionales, elapoyo de la iniciativa privada y de la cooperacin internacional y el usode sistemas de informacin estandarizados y de redes de informacininterbibliotecarias.

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    CREAR, FORTALECER Y CUALIFICAR PROGRAMASDE FORMACIN INICIAL Y CONTINUA, PARA QUEDOCENTES, BIBLIOTECARIOS Y OTROS ACTORESSE CONVIERTAN EN MEDIADORES DE LECTURAY ESCRITURA.

    Gestores y responsables

    Los gestores y responsables de la creacin, fortalecimiento ycualificacin de estos programas son los ministerios de educacin y decultura, con la participacin de las universidades, centros de investigacin,instancias de la educacin formal y no formal, docentes, bibliotecarios ypromotores de lectura.

    Beneficiarios

    Con la creacin y fortalecimiento de programas de formacin se beneficianlos bibliotecarios, los docentes y los mediadores que trabajan en lapromocin de la lectura; de igual manera los escritores y autores.

    Objetivos

    Desarrollar experiencias de formacin y actualizacin, a travs delas cuales los mediadores continen su proceso de formacin y sereconozcan como lectores y productores de textos.

    Acciones recomendadas

    - Incorporar la promocin de la lectura en los programas deformacin profesional.

    - Crear una oferta educativa formal y no formal, para atender lasnecesidades de formacin.

    - Producir y circular materiales tericos que propicien la reflexin.

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    Medios

    Se deben apropiar presupuestos provenientes de las entidadesresponsables de educacin y de cultura en los niveles nacional, regionaly local, as como gestionar aportes con el sector privado.

    RECONOCER Y APOYAR FINANCIERA YTCNICAMENTE LAS INICIATIVAS DE LASOCIEDAD CIVIL PARA LA FORMACIN DELECTORES EN ESPACIOS ALTERNATIVOS, TALESCOMO CRCELES, HOSPITALES, MEDIOS MASIVOSDE TRANSPORTE, ALBERGUES, BIBLIOTECASCOMUNITARIAS Y POPULARES, ENTRE OTROS.

    Gestores y responsables

    Organizaciones no gubernamentales, organizaciones de la sociedadcivil, promotores y gestores culturales, poder pblico, partidos polticosy empresas.

    Beneficiarios

    Esta prioridad favorece, por una parte, a las poblaciones afectadasen mayor grado por el fenmeno de la exclusin, ya sea por razoneseconmicas, sociales, territoriales o de salud; y por otra, a la comunidaden general, a travs de los servicios de extensin bibliotecariarealizados en ambientes particulares, con pblicos especficos, comolos sistemas de transporte pblico, estadios, parques, entre otros.

    Objetivos

    La atencin a las comunidades marginadas debe contemplarobjetivos definidos, de acuerdo con las necesidades especficas de cadapoblacin. En los espacios alternativos se deben propiciar actividadesgratificantes que estimulen el deseo de leer. De acuerdo con estepropsito, se busca desacralizar los mbitos de encuentro con el libroy propiciar la visibilidad de las bibliotecas.

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    Acciones recomendadas

    - Documentar y sistematizar las experiencias exitosas realizadas endiversos sitios del mundo, a fin de evaluarlas y replicarlas.

    - Generar investigacin y reflexin acerca del impacto de las prcticasalternativas.

    - Fomentar las iniciativas no tradicionales de estmulo a la lectura, atravs de premios y becas.

    - Ofrecer a la empresa privada espacios de concertacin adecuadospara que conozca y apoye las acciones de esta naturaleza.

    - Estimular la formacin de agentes comunitarios de promocin delectura.

    Medios

    En las comunidades marginadas se cuenta con la voluntad y lacreatividad de personas de la misma comunidad, quienes deben serapoyadas y orientadas por bibliotecas, escuelas, organizaciones culturalesy no gubernamentales que trabajan en el rea de la promocin de lalectura. Se deben canalizar hacia este tipo de programas recursos pblicosy privados, a travs de subsidios y prstamos.

    IMPLEMENTAR PROGRAMAS DE PROMOCIN DELECTURA Y ESCRITURA DIRIGIDOS A LA PRIMERAINFANCIA Y A LA FAMILIA.

    Gestores y responsables

    El Estado debe implementar programas de lectura para la primerainfancia y la familia, con el concurso de los ministerios de educacin yde cultura, de los responsables de la atencin y proteccin de menoresen situaciones de riesgo, de fundaciones, asociaciones de padres de familiae institutos pblicos y privados.

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    Beneficiarios

    Esta prioridad est dirigida a nios, nias y jvenes, as como a losadultos que estn a su cargo.

    Objetivos

    Ofrecer a los nios ambientes favorables, en los que tengan uncontacto cercano con la palabra en sus manifestaciones orales y escritas,y que les ayuden a consolidar sus vnculos afectivos con los demsmiembros de la comunidad.

    Acciones recomendadas

    - Promover la creacin y divulgacin de libros y dems materialesadecuados de lectura, para propiciar la interaccin entre los niosy su entorno.

    - Fomentar las prcticas de lectura compartida.

    - Proveer a las bibliotecas pblicas de espacios y libros adecuadospara esta edad, implementando programas en los que interactenlos adultos y los nios, nias y jvenes.

    - Estimular la lectura en voz alta como una estrategia que hademostrado su efectividad en la iniciacin de los procesos lectores.

    - Vincular a otros profesionales, que atienden a la primera infancia,en las prcticas de lectura.

    - Crear campaas de lectura dirigidas a nios, nias y jvenes, y a losadultos que estn a su cargo.

    - Motivar y brindar orientaciones a los jardines infantiles parapropiciar la integracin de la familia en las actividades de lecturacompartida.

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    Medios

    Para generar un mayor impacto y darles visibilidad a estas acciones,conviene hacer uso de los medios masivos de comunicacin, como latelevisin, la radio, las revistas, los peridicos, las vallas publicitarias ytodos los medios que puedan llevar el mensaje sobre la importancia quetiene disfrutar del placer de la lectura desde la primera infancia. De igualmanera, se deben aprovechar los recursos de las entidades especializadasen investigacin y promocin de la lectura en esta edad.

    DESARROLLAR ESTRATEGIAS QUE CONTRIBUYANA PRESERVAR LA CULTURA Y LA TRADICIN ORAL,AS COMO SU FIJACIN EN LA LENGUA ESCRITA,Y PONER EN PRCTICA ACCIONES QUEPROMUEVAN LA PRODUCCIN DE TEXTOS ENLAS LENGUAS ORIGINARIAS DE AMRICA.

    Gestores y responsables

    Para el logro de esta prioridad, es indispensable vincular a losministerios de cultura y educacin, a los organismos especficosrelacionados con las culturas indgenas y con la educacin interculturalbilinge, a las organizaciones no gubernamentales que trabajan en estarea, a los gobiernos nacionales y locales, a las autoridades tradicionalesde las comunidades indgenas y a la misma comunidad.

    Objetivos

    Un objetivo fundamental es construir un espacio de lectura inter-cultural para el conocimiento mutuo, el respeto, la tolerancia y lainclusin. De igual manera se pretende desarrollar la autovaloracin delas comunidades.

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    Acciones recomendadas

    - Formular propuestas especficas sobre prcticas de lectura encontextos de interculturalidad.

    - Fomentar la recuperacin de valores culturales y materiales,histricos y literarios de las comunidades.

    - Registrar y difundir el patrimonio intangible de las diferentes culturasque componen nuestros pases.

    Medios

    Se deben apropiar recursos provenientes de las instancias deeducacin y cultura en los niveles nacional, regional y local, as comode los institutos de antropologa y de estudios lingsticos; de igual manerase deben aprovechar los recursos de las organizaciones nogubernamentales dedicadas a la investigacin y promocin de lascomunidades indgenas.

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    QU SIGNIFICA PENSQU SIGNIFICA PENSQU SIGNIFICA PENSQU SIGNIFICA PENSQU SIGNIFICA PENSAR LA LECTURAAR LA LECTURAAR LA LECTURAAR LA LECTURAAR LA LECTURACOMO UN ACOMO UN ACOMO UN ACOMO UN ACOMO UN ASUNTSUNTSUNTSUNTSUNTO DE POLTICA PBLICA?O DE POLTICA PBLICA?O DE POLTICA PBLICA?O DE POLTICA PBLICA?O DE POLTICA PBLICA?

    Bruno Revesz1

    Si slo se enseara a leer, pensar y hablarse habra dado un paso importante en

    la formacin positiva del hombre.

    Albert Einstein

    Pensar la lectura como un asunto de poltica pblica tal es lapropuesta de la presente reunin de especialistas al iniciar sus debatesnos remite no slo a una reflexin colectiva en torno a las relacionesentre una prctica, cultural y social, plural o sea, una multiplicidad deprcticas que circulan dentro de una determinada sociedad con lasmodalidades de accin e inaccin de un Estado particular, sino alos cambios que afectan a los sistemas de representacin a travs de loscuales aprehendemos estos dos tipos de realidades.

    Empezar por una breve evocacin de esta erosin de nuestrosmapeos cognitivos, que preocupaba tanto a Norbert Lechner, uno delos ms eminentes politlogos latinoamericanos, fallecido en febrerodel presente ao en Santiago de Chile2. Fenmenos de convergenciay de divergencia muy dismiles modifican nuestra manera de interpretarla realidad y conforman un nuevo contexto para la accin poltica.Desde la hibridacin cultural vinculada a la globalizacin, hasta latransformacin de los estilos de vida o el redimensionamiento de losespacios de convivencia, y desde el desplazamiento de las expectativasotrora puestas en el Estado como productor de la cohesin social hastala sacralizacin de los valores de mercado, eficiencia, productividad,competitividad, rentabilidad; una multitud de cambios, muchos de ellossigilosos, desplazan nuestros puntos de referencia.

    1 Politlogo, director del Programa de Proyeccin Regional del Cipca, Piura, Per.

    2 Norbert Lechner, Las sombras del maana. La dimensin subjetiva de la poltica, Santiago, LOM, 2002.

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    La sociedad nacional sigue siendo el universo habitual de la vidacotidiana y el Estado mantiene no solo sus atributos de identidad de lanacionalidad y de la ciudadana, sino tambin muchas de sus funcionesde puerta y de puente, de separacin y articulacin, de la sociedadnacional con el resto del mundo. Sin embargo, las fronteras nacionalesse difuminan de muchas maneras mientras que el nuevo entramado glo-bal-local tiende a diluir la antigua congruencia de los espacios de laeconoma y de la poltica.

    En nuestro hemisferio, mediante negociaciones cuyas decisionestienen carcter vinculante se multiplican los procesos de integracineconmicos, multilaterales como Alca, bilaterales como los TLC, ocomunes a un grupo de naciones: Comunidad Andina de Naciones (Can)o Mercado Comn del Sur (Mercosur). Al mismo tiempo, se vieneafirmando la conviccin de que las relaciones entre los Estados no seagotan con los intercambios comerciales y que las dimensiones poltica,social y cultural sean esenciales para que dichas relaciones tengancimientos ms slidos. En este contexto, temas como la democracia ylos derechos humanos, el combate contra la corrupcin, la prevenciny el tratamiento de enfermedades como el VIH-sida, escalan posicionesen la agenda internacional. Se trata, para los Estados, de respondera las necesidades internas de sus respectivas sociedades, aprovechandolas oportunidades externas y las ventajas (economa de escala,financiamiento, intercambio de experiencias y de expertos) que procurala cooperacin.

    Se presenta ahora una oportunidad de otro tipo: el encargo querecibieron la OEI y el Cerlalc, en la IV Conferencia Iberoamericana deCultura, en octubre 2002, de preparar el Plan Iberoamericano de Lectura-ILMITA, que tiene, entre sus lneas de accin, el propsito de convertirel fomento de la lectura en un tema de poltica pblica.

    La preocupacin no es nueva. Ya en la Reunin Internacional dePolticas Nacionales de Lectura para Amrica Latina y el Caribe, realizadaen Ro de Janeiro en octubre de 1992, se abordaron con bastante claridady amplitud los fundamentos posibles, as como la necesidad de dichaspolticas, planteado un lema, La lectura: responsabilidad de todos, y

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    cuatro principios bsicos que guiaran la formulacin de una polticanacional de lectura.

    1. Valoracin de la lectura: Es preciso que los pueblos seanconscientes de que el dominio de la lectura y de lainformacin proporciona los instrumentos necesarios paraalcanzar el desarrollo econmico y favorece la capacidadcrtica de la accin y transformacin de la sociedad.

    2. Democratizacin de la lectura: Posibilidad de acceso libre ygratuito a la lectura y a la informacin.

    3. Diversidad cultural: Heterogeneidad tnica, lingstica ehistrica de los pases latinoamericanos.

    4. Productividad: El libro como instrumento indispensable parala actualizacin y aplicacin de ideas e informacin.

    Por su lado, el Cerlalc resaltaba, en la difusin de la memoria deeste evento, cinco aspectos que le parecan fundamentales para laejecucin de estas polticas.

    1. Institucionalizar dichas polticas a travs de una legislacinque garantice formalmente su aplicacin permanente

    2. Formalizar un espacio de coordinacin interinstitucional quepueda trazar las polticas y las lneas de accin.

    3. Crear un rgano con un alto grado de autonoma que asumala ejecucin de estas polticas.

    4. Incorporar la poltica nacional de lectura a los planes dedesarrollo y, por ltimo,

    5. Garantizar mecanismos de financiacin a travs de lneas decrdito o fuentes alternativas de cooperacin.

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    Estas dos dimensiones, la primera de carcter intelectual, y queenmarca los principios de la accin, y la segunda, de carcter operativo,son de hecho los dos aspectos principales de toda poltica pblica.

    a. Es, en primer lugar, una imagen social; es decir, una representacino referencial de la realidad sobre la cual se desea intervenir. Estadefinicin social de la realidad determina, en gran parte, laconduccin de la poltica pblica y los actores que participan deella o a los cuales se dirige. Los referenciales de las polticas pblicasabarcan tres dimensiones:

    - Una dimensin cognitiva: los referenciales dan los elementosde interpretacin causales de los problemas a solucionar.

    - Una dimensin normativa: los referenciales definen valoresrelacionados con el tratamiento de estos problemas.

    - Una dimensin instrumental: los referenciales determinan losprincipios de accin que han de orientar la accin en funcinde este saber y de estos valores.

    b. Es, luego, un conjunto de medios organizativos, financieros,administrativos, jurdicos y humanos; es decir, una serie deprocedimientos, interacciones, tcnicas, relaciones de poder, quehacen que una poltica no sea solamente un proceso intelectual sinoun proceso social concreto.

    En nuestros pases abundan los problemas sociales, desde ladrogadiccin hasta la violencia familiar. Para que un problema de sociedadse transforme en problema poltico se requieren ciertas condiciones. Enprimer lugar, que haya una distancia entre las realizaciones, los hechos talcomo son percibidos, y las aspiraciones o los hechos que deberan ser paralos que perciben la situacin. Cuanto mayor es la distancia, ms se siente elproblema como inaceptable y, por lo tanto, como motor para la accin.

    En segundo lugar, que el problema sea traducible y traducido enel lenguaje de la accin poltica. En jerga de politlogos, el referencial

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    de una poltica permite operar una decodificacin de lo real gracias ala intervencin de operadores intelectuales que permitan disminuir laopacidad del mundo, definiendo nuevos puntos de apoyo para actuar, yoperar una recodificacin de lo real, a travs de modos operativossusceptibles de definir un programa de accin poltica.

    Dos factores refuerzan la importancia de los referenciales para la accinpblica: la complejidad de los sistemas de accin estatales y la multiplicidadde los actores que intervienen en la conduccin de las polticas pblicas.

    Los gobiernos legtimos no actan directamente. Sus opciones ydecisiones son construidas e implementadas con los servidores delEstado con quienes los gobiernos han de contar. En muchos campos,los gobernantes dependen del saber profesional especializado de lasadministraciones para determinar los costos y las modalidades de suaccin3. Las administraciones no son puros instrumentos entre las manosde los gobernantes. Estn conformadas por grupos humanos. Laimplementacin de una poltica no es nunca una ejecucin mecnica. ElEstado est segmentado en una serie de organismos, y la idea de unfuncionamiento burocrtico donde las inferencias entre administracionesestaran determinadas a priori por la ley pertenece a un mundo kafkiano.Slo la existencia de normas compartidas, de cdigos comunes, permitereducir estas fuentes de incertidumbre.

    La orientacin de las polticas depende tambin de las actitudesy de las estrategias de los que son sus beneficiarios (individuos,grupos y organizaciones) y de importantes mrgenes de accin. La accingubernamental no puede resumirse en la emisin de normas que agentesdel Estado aplicaran de manera casi mecnica en beneficio de unasociedad civil atomizada. La accin gubernamental intentar tenerascendencia sobre las normas y los modelos de referencia quecondicionan las decisiones parciales que toman estos actores. Se tratade influenciar los comportamientos, permeando las representaciones3 Las relaciones entre gobierno democrtico y organismos estatales no agotan las lgicas que intervienenen la definicin y orientacin de las polticas publicas. Tres posiciones tericas existen sobre este punto:- El Pueblo gobierna: los gobiernos son los agentes perfectos del pblico. En su competicin para obtenerun apoyo poltico, los polticos ofrecen las polticas preferidas por los ciudadanos.- El Capital gobierna: el gobierno no puede ni debe emprender acciones contrarias a los intereses de losdueos privados de los recursos productivos. Los Estados son apremiados por la economa.

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    que los organizan, con el fin de hacerlos ms compatibles con lasexigencias de la accin pblica.

    Foros y arenas

    Es metodolgicamente til hacer una distincin analtica entredos tipos de espacios en que intervienen los actores implicados en laconstruccin de un lenguaje comn, de una definicin de la situacinsocial compartida por los protagonistas de la gnesis y de la conduccinde una poltica pblica: los foros, donde predominan los debates ycontroversias en torno al sentido de las polticas, y las arenas (en el sentidode palenque, de redondel), donde se negocian los compromisos ytransacciones institucionalizados y su revisin4.

    Los primeros, son lugares de construccin intelectual de las polticaspblicas, donde se elaboran, entre otras cosas, provisiones de medidas yfrmulas de polticas pblicas; susceptibles de alimentar las decisionespblicas y donde se produce la informacin pertinente para la conduccinde las polticas pblicas. Generalmente se organizan en vista a finalidadesy con reglas de argumentacin especficas: foros cientficos del mundouniversitario, institucionales (comisin de expertos), internacionales y aunprivados (fundaciones y think tanks). Obviamente, no es la denominacinformal que adoptan encuentro, coloquio, seminario, taller o congresolo que es relevante, sino su sustancia.

    Foro, los Encuentros Regionales de Lectura y Escritura, convocadosen 2002 por Asolectura, en Armenia, Bogot, Cali, Medelln y en una ciudadmuy cercana de este claustro, Barranquilla: millares de lderes comunitarios,maestros, bibliotecarios, y tambin expertos que abordaron la lectura y laescritura desde diversos enfoques (pedaggicos, polticos, sociolgicos,

    - El Capital gobierna: el gobierno no puede ni debe emprender acciones contrarias a los intereses de losdueos privados de los recursos productivos. Los Estados son apremiados por la economa.- El Estado gobierna: los gobiernos prosiguen polticas que reflejan los valores y los intereses de los gerentesdel Estado. Los Estados son instituciones autnomas.

    4 Segn la terminologa de Bruno Jobert en La rgulatin politique. Le point de vue dun politiste, en JacquesCommaille y Bruno Jobert (dir.), Les mtamorphoses de la rgulation politique, Paris, LGDI, 1998.

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    culturales y bibliotecolgicos) debatieron en torno a la urgencia decomprometer la voluntad y el poder Estatal y la dinmica social en unaaccin progresiva que pueda conducir a la consolidacin de una sociedadlectora en Colombia, como condicin fundamental del desarrollo, y paraque pueda ejercerse una ciudadana informada y responsable5.

    Foro tambin, el Primer Coloquio Latinoamericano y del Caribede Servicio de Informacin a la Comunidad por la creacin de servicios deinformacin local en las bibliotecas pblicas, convocado en septiembre de2001, en Medelln, por Comfenalco Antioquia6, y donde temticasrelacionadas a polticas pblicas y a la promocin de la lectura estaban en elcentro del debate; se inscriba explcitamente en el espritu de la Declaracinde Caracas de 1982 sobre la biblioteca pblica como factor de desarrollo einstrumento de cambio social en Amrica Latina y el Caribe.

    Foro, por supuesto, el Sexto Congreso Nacional de Lectura paraConstruir Nacin, convocado en marzo del presente ao, en Bogot,por Fundalectura, ltimo episodio de una impresionante serie donde,en la pluralidad de sus mesas redondas, talleres y conferencias, seconfrontan imaginacin, experiencias y cientificidad; desde 1993 ycada dos aos estos Congresos diseminan y sedimentan la riquezatextual de sus Memorias.

    Las arenas pueden ser gubernamentales, parlamentarias,administrativas, profesionales, internacionales. Negociaciones yenfrentamientos en torno a los arreglos institucionalizados que regulandurante un tiempo las transacciones entre protagonistas de una polticapblica son el fruto de interacciones complejas entre actores sociales,segmentos del aparato de Estado, expertos y consultores, y determinadospolticos. Sus participantes producen raramente las herramientasintelectuales que movilizan en su confrontacin. Ms bien, seleccionanlos elementos que juzgan pertinentes en los repertorios cognitivos ysimblicos alimentados por otros actores. La batalla de las palabras en5 Documento final, ms., Asolectura y ICBF, 2002. Ver las estrategias propuestas en Didier Alvarez Zapata,Resultados de los Primeros Encuentros Regionales de Lectura y Escritura Colombia 2002, Bogot, Asolectura,2002.

    6 Conjuntamente con Ifla, el Ministerio de Cultura y la Escuela Interamericana de Bibliotecologa.

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    la escena poltica obedece a otras reglas que las que establecen lapertinencia de un saber, pone en juego relaciones de poder, discriminao privilegia intereses, y opera una seleccin entre los problemas a trataren funcin de las repuestas que sus locutores estn en capacidad de darde manera creble y legtima.

    Nuestra reunin, por ser organizada en torno a un encuentro deespecialistas y militantes de la lectura, y profesionales experimentadosen su promocin, tiene de entrada el carcter de foro en el sentido queacabamos de recalcar. Su realizacin implica ausencias, pases menosavanzados en este campo, determinadas profesiones y categoras sociales,ciertos tipos de mediadores de lectura como lo son los maestros en suescuela o los padres en el mbito familiar y, en primer lugar, este otro, lacomunidad annima, oculta y plural de los no lectores o lectores potenciales,objetos y sujetos de nuestra atencin, alteridad que nos cuestiona. Lahomogeneidad de un foro tal como el que nos rene se nutre deuna tecnicidad que permite compartir las observaciones y el anlisis deuna realidad abordada segn diversas perspectivas. No implica, sinembargo, un consenso sobre las medidas a tomar y las estrategias aemprender. Este consenso sera ficticio si no explicitara los presupuestossociopolticos que nos dividen y en funcin de los cuales determinadostemas son priorizados o excluidos. La accin, a diferencia de la observaciny del discurso producido por foros tales como el nuestro, pertenece a losque deciden y a las fuerzas sociales que organizan el pas con base enopciones polticas entre las cuales existen diferencias y conflictos.

    Una tarea parece sin embargo posible y necesaria: plantearhiptesis, cuestionar objetivos que se presentaran como evidentes,explicitar las condiciones sin las cuales el inventario de los problemas asolucionar sera obsoleto, falaz o estrecho. Establecer, como se lopropona Michel de Certeau, una geografa de lo posible, localizando losproblemas considerados como los ms importantes, levantando un mapade los puntos de impacto pertinentes, proyectando hiptesis concretassobre el suelo de la vida social7.

    7 Michel de Certeau, Les limites dune rflexin sur la culture, en Education et Culture, Strasburgo, no. 22,verano de 1973.

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    Nada me autoriza a incursionar en este terreno en nombre deotros que estn ausentes. Nada tampoco me acredita para hablarde cultura y de lectura. Los enfoques y las coordenadas que propondra continuacin estn, por lo tanto y de antemano, abiertos a otrasconvicciones y anlisis.

    Mi punto de partida ser un artculo periodstico, como los que sepublican por doquier en la Amrica Latina de hoy, y cuyo ttulo es Unpas no-lector. Su autor no es un hombre poltico, no tiene cargo electivoni milita en una organizacin partidaria, no es tampoco un especialistade la lectura. Es ingeniero de formacin, director de un colegio privadoen Lima, y ha adquirido cierto prestigio en el campo de la educacin:

    Los peruanos leen menos de un libro al ao. La mayora,porque no sabe leer y tiene dificultades de sostener una lecturafluida que les permita comprender un texto ms all dealgunos titulares y notas periodsticas. Otros, porque sucondicin de pobreza les impide tener acceso a libros. Y otrosms, porque an teniendo acceso a ellos no gozan de leerlosporque nunca aprendieron a encontrarle sentido a la lectura.

    Las estadsticas mundiales de lectura de libros por habitantemuestran de manera irrefutable que las sociedades mslectoras, son a su vez las ms desarrolladas y democrticas.Por lo tanto, que el Per sea un pas masivamente no-lectorconstituye su verdadera emergencia educativa. El enormedficit de lectura convierte a los peruanos en ciudadanosdesinformados e indefensos frente a los procesos histricospredecibles, los populismos y los productos comerciales decalidad o necesidad discutible, pero que estn sostenidos porun fuerte impulso publicitario (como en el caso de los colegiosque compran computadoras sin saber qu uso efectivo ledarn)8.

    8 Leon Trahtemberg, El Tiempo, Piura (Per), marzo de 2003.

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    El punto de apoyo de esta invitacin a actuar (no se precisa en elresto del artculo el cmo ni el dnde) es un hecho respaldado poruna medicin estadstica: el nmero de libros ledos al ao por habitantes.A ttulo comparativo el comportamiento lector medido por el mismo indicadorsera, en Colombia, 2,4 libros al ao, y el promedio internacional estaraentre diez y doce9. Estas cifras, como todo indicador, plantean problemasde definicin, consistencia y cobertura que evocaremos ms adelante.

    Tres tipos de no-lectores son tomados en consideracin y estacategorizacin, como cualquier otra, delimita e identifica lo que losplanificadores definen como poblacin meta o beneficiaria dehipotticas lneas de accin:

    - Analfabetos funcionales: los egresados del sistema educativo queno adquirieron en este las destrezas que le permitan unacomprensin lectora. En nuestros pases, un mayor grado deeducacin (la evolucin positiva del ao promedio de aosde escolaridad) no va a la par por lo menos en cualquier mbitoterritorial o institucional con un incremento de la calidad delaprendizaje requerido para continuar aprendiendo.

    - Excluidos sociales del mercado del libro y del sistema debibliotecas pblicas, en el cual habra que incluir el contingentede nios que abandonan la escuela en tempranos niveles de sueducacin y no encuentran vas alternas para alfabetizarse.

    - Lectores que no gozan del placer de leer, para utilizar la frmulade Roland Barthes a la cual aluda tambin la declaracin de lareunin de Ro de Janeiro de 1992, es decir, que no tienen unacceso fluido a lo que algunos denominan lectura significativa.

    La argumentacin se desarrolla segn dos vertientes: por un lado,una mirada hacia fuera y una comparacin inter-societal; las sociedadeslectoras son ms democrticas y ms desarrolladas, afirmacin que tendra

    9 La lectura nos transforma Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas 2002-2006, presentado en el VI CongresoNacional de Lectura, por Lina Espitaleta de Villegas, Directora de la Biblioteca Nacional de Colombia (fuentemencionada en el plan Hbitos de lectura y consumo de libros en Colombia, Bogot, Fundalectura, 2001).

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    otro significado al ser reformulada en la forma siguiente: En estassociedades la capacidad de leer y escribir ha dejado de ser un privilegiopara convertirse en una necesidad bsica, motivo de atencin privilegiadadel Estado10. Por otro lado, una mirada hacia adentro sobre los efectosnegativos del dficit de lectura en el desempeo del individuo comociudadano y como consumidor.

    A pesar de que este texto se refiere a un pas en que, a diferenciade otros de la regin, los esfuerzos sobresalientes tendientes a mejorarla formacin de lectores y a ampliar las posibilidades de acceso a lacultura escrita, provenientes tanto del sector pblico como del privado,hayan sido relativamente escasos, es probable que sus afirmaciones seanasumidas en otro contexto.

    Sin embargo, la correlacin que establece entre las nociones desociedad lectora y las de desarrollo y de democracia, enunciada enterminos cuantitativos (un menos frente a un ms) no nosproporciona indicacin alguna sobre los caminos de desarrollo a loscuales podran contribuir polticas de lectura ni sobre el estado de lademocracia en la cual se enmarcan.

    Por lo tanto, y antes de abordar algunos puntos concretos relativosal referencial sectorial de posibles polticas de lectura (literacidad y prcticasocial, derechos a la lectura y a la informacin, identificacin yconsistencia de las polticas existentes, incidencia poltica desde lasociedad civil) presentar hipotesis directamente relacionadas con elreferencial global, o sea, el sistema de representaciones en el cual seubica el Estado en accin. En este caso, las visiones cambiantes en torno aldesarrollo y a la democracia.

    10 Declaracin de la Reunin de Ro de Janeiro de 1992.

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    Viejos y nuevos paradigmas del desarrollo:del crecimiento econmico al desarrollo humano

    De qu hablamos cuando decimos que la lectura es causa y efecto del desarrollo?

    El concepto de desarrollo como tal ha tenido una construccinrelativamente reciente. Hasta la posguerra, el enfoque dominante entendao circunscriba la medicin del bienestar al indicador P.B.I. per cpita, locual dejaba el logro de este bienestar en manos del crecimientoeconmico y, en consecuencia, en la esfera de la poltica econmica.

    Luego, el estar bien empieza a ser entendido de una forma mscompleja. Ya no se concibe, tan solo, como resultante de la evolucindel P.B.I. per cpita. Su medicin y visibilidad tendr diferentes indicadores,en contraste con la unidimensionalidad de la concepcin anterior: conel paradigma del Estado de bienestar, las polticas econmicas tienen quecompartir con las polticas sociales, o sea, con la accin redistributiva departe del Estado, el logro del desarrollo. Esto se tradujo en una presenciaimportante del Estado en la orientacin de las actividades econmicassectoriales, mientras que planteamiento que en muchos pases de laregin estara lejos de cumplirse las polticas sociales se conceban bajoel principio de la universalidad, es decir, para todos. Grandes y potentessistemas bibliotecarios, implementados desde el Estado central tanto enMxico como en Venezuela, se dieron en este marco.

    Ahora vivimos todava a la sombra del llamado Consenso deWashington que, desde la economa y el mercado pretenda ordenar,igualmente, la poltica y la sociedad. Un cambio de paradigma que marcun giro sustantivo en la poltica: de una centralidad de la accin estatalhacia una centralidad del mercado.

    En el marco del nuevo paradigma, de las polticas econmicassectoriales se transita a lo que se denomina polticas econmicasgenerales, universales, que no discriminan en pro o en contra de undeterminado sector, mientras que una situacin inversa aconteci conlas polticas sociales: no sern universales, para todos, sino de corteselectivo, por lo tanto discriminador, focalizado, buscando concentrar

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    los recursos del Estado en los denominados grupos vulnerables, es decir,la poblacin localizada bajo la lnea de pobreza o de pobreza extrema.Con ello, tambin, el discurso de la lucha contra la pobreza reemplazarla preocupacin por el desarrollo y la desigualdad social.

    Transcurridos ms de diez aos del dominio del nuevo paradigma,este se encuentra cuestionado tanto por el hecho de que el panorama enla regin no ha cambiado sustantivamente en trminos de la poblacinbajo la lnea de pobreza, como por uno de los cambios ms significativode la ltima dcada: el pleno reconocimiento de que el desarrollo tieneobjetivos ms amplios, cuya principal manifestacin es la difusin gradualde ideas y valores globales, entre ellos los de derechos humanos,desarrollo social, equidad de gnero, respeto de la diversidad tnica ycultural, y proteccin del medio ambiente11.

    En este contexto y frente al enfoque de las polticas socialesfocalizadas aparecer el del desarrollo humano, proceso de expansin decapacidades y derechos de las personas como una va prometedora, parareorientar la teora y la prctica del desarrollo, y cuyo exponente es elPremio Nobel de Economa, Amartya Sen. Bajo estos ltimos conceptosse configur la medicin del ndice del desarrollo humano (IDH), queanualmente publicita el PNUD y que refleja condiciones muy bsicas devida pero que son muy importantes para la constitucin fsica de laspersonas y para el logro de mnimos de comunicabilidad social, en el casode la tasa de analfabetismo adulto, uno de los componentes del IDH.

    El enfoque del desarrollo humano, a diferencia de los enfoques dedesarrollo anti-pobreza, parte de lo que tienen las personas capacidades,capital humano, o potencialidades antes de lo que les falta12.11 La mejor expresin de esta globalizacin de los valores es la serie de declaraciones de las cumbres de lasNaciones Unidas realizadas en los aos noventa, incluida la Declaracin del Milenio. Los valores globales y,sobre todo, los derechos humanos, en su doble dimensin de derechos civiles y polticos, por una parte, y dederechos econmicos, sociales y culturales, por otra, deberan considerarse hoy como el marco tico para laformulacin de las polticas de desarrollo. Cfr. Jos Antonio Ocampo, Retomar la Agenda del desarrollo enRevista de la CEPAL, no. 74, agosto de 2001.

    12 El PNUD lo define como un proceso mediante el cual se amplan las oportunidades de los individuos, las msimportantes de las cuales son una vida prolongada y saludable, acceso a la educacin y el disfrute de un nivel devida decente. Otras oportunidades incluyen la libertad poltica, la garanta de los derechos humanos y el respetoa s mismo, lo que Adam Smith llam la capacidad de interactuar con otros sin sentirse avergonzado de apareceren pblico, PNUD, Informe Mundial 1990, p. 33.

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    El reconocimiento o toma de conciencia de este hecho plantea una enormediferencia para las propuestas de desarrollo, pues se lo presenta como unaactitud de progreso desde lo que se tiene, tratando de valorarlo y valorizarlosocialmente y reconociendo las limitaciones que es necesario vencer paraavanzar desde donde uno est. Por ello, el desarrollo humano se basa enuna cultura de la autoestima, de la bsqueda de reconocimiento social y,sobre todo, de cmo hacer valer lo que se tiene.

    El primer atributo de este paradigma es que pone a las personascomo fin y medio del desarrollo y, el segundo, es que busca igualaroportunidades para todos generando la posibilidad de que todosdisfruten de la libertad de acceder a los bienes y servicios necesariospara vivir y progresar, donde sea que se encuentren: en el campo, en laciudad, en una provincia o una regin. Otro concepto igualmenteimportante en su enfoque es el tema de la libertad de escoger,y esa libertad resulta clave. En la medida en que las personas tenganms opciones, es decir, puedan escoger ms, sern ms libres y, alser ms libres, habr ms desarrollo13.

    Sin tratar de volver a los modelos anteriores ni negar la tendenciaa la globalizacin econmica, estos nuevos planteamientos buscanenfrentar los problemas de equidad, que bajo el marco del Consenso deWashington quedaron subordinados al tema de la eficiencia, y ponende relieve aspectos tales como: polticas sociales incluyentes,institucionalidad, presencia de un Estado con fuerte capacidad deregulacin o de polticas pblicas que hagan suyo el enfoque de derechosen su concepcin, diseo y aplicacin.

    Tienen, en cuanto al escenario que esta reunin establece, dosimplicaciones prcticas y tericas:

    - Tomar como punto de partida de toda accin a favor de la lecturalas potencialidades de las personas y el respeto de su libertad deescoger el tipo de lectura y de soporte o formato de lectura quecorresponde a sus intereses.

    13 A. Sen, Development as Freedom, Nueva York, Alfred Knopf, 1999.

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    - Concebir el mbito de lo pblico como el punto de encuentrode los intereses colectivos, ms que como un sinnimo de lasactividades del Estado, y por lo tanto entender por polticaspblicas toda forma de accin organizada en favor de objetivosde inters comn, ms que acciones estatales exclusivamente.

    Hacia una democracia de ciudadanas y de ciudadanos

    De que ciudadano hablamos cuando decimos que la lectura es una condicin necesariapara el ejercicio ciudadano y cuando hablamos de polticas nacionales de lectura?

    Hace pocos meses el PNUD public un informe sobre la democraciaen Amrica Latina, recogiendo percepciones, compaginando anlisis yproponiendo indicadores, agenda y tesis, sosteniendo entre otras cosasque el estado de la democracia se define por su grado de desarrollocomo organizacin social y la capacidad de esa organizacin paraexpandir la ciudadana, en el contexto singular de las democraciaslatinoamericanas.

    Dicho contexto es desalentador. Cada pas de la regin tiene suspeculiaridades, pero en casi todos hay una amplia proporcin de lapoblacin que se encuentra por debajo de un piso mnimo de desarrollohumano, en trminos no solo de bienes materiales y de acceso a serviciospblicos, sino tambin de derechos civiles bsicos. Los miembros de estapoblacin no son solo pobres materialmente, lo son tambin legalmentecuando les son negados de hecho derechos que les estn formalmenteasignados. Tal situacin es grave por s misma y porque tiende a corroerlas bases de sustentacin del propio rgimen democrtico. Avanzar haciauna democracia de ciudadanas y de ciudadanos requiere, como lo afirmael informe, ampliar la agenda pblica en especial la de polticas pblicasde buena parte de los pases de la regin.

    La OEA se ubica en esta perspectiva, en su Carta DemocrticaInteramericana (2001), donde considera que la promocin y observanciade los derechos econmicos, sociales y culturales son consustnciales aldesarrollo integral, al crecimiento econmico con equidad y a laconsolidacin de la democracia en los Estados del Hemisferio (artculo 13).

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    Presta atencin al analfabetismo como uno de los factores queincide negativamente en la consolidacin de la democracia (artculo 12)y afirma que la educacin es clave para fortalecer las institucionesdemocrticas y promover el desarrollo del potencial humano y que, paralograr estas metas, es esencial que una educacin de calidad est alalcance de todos (artculo 16).

    Hoy en da, el acceso del fomento de la lectura en la agendapoltica especfica de cada Estado se inscribe ipso facto en estosregistros de su actitud proactiva en favor del avance de la democracia:la promocin de los derechos civiles y socio-culturales y la promocin de unaeducacin de calidad para todos. Es un elemento referencial de los cambioseducativos, sociales, econmicos y culturales de muy largo plazo que lapromocin de una sociedad lectora exige.

    Sin embargo, hay una distancia entre las dos caras del fenmenopoltico a tomar en consideracin: la de la lucha por el poder y la de laaccin pblica.

    Por un lado estn el universo de la representacin poltica, elcomportamiento del ciudadano, el desempeo de las institucionesdemocrticas, la organizacin de la escena electoral y todo lo que serefiere a la delegacin de su soberana a sus representantes. La democraciacomo acuerdo sobre los procedimientos pretende responder a un ideal departicipacin igualitaria. El ciudadano de la sociedad poltica es un elec-tor. El Estado se legitima con su voto.

    Por otro lado est la accin de las autoridades pblicas en el senode la sociedad, lo que producen los gobernantes por diferentes mediospara lograr determinados resultados. Es democrtica en el sentido queidealmente responde a un acuerdo sobre los objetivos para construir unfuturo deseable. El ciudadano de las polticas pblicas es un gobernado,un administrado. El Estado se legitima por su eficiencia. La calidad dela democracia se evala no por su tasa de participacin electoral sinopor su capacidad de movilizar y tomar en cuenta, en cada proceso dedecisin, a los ciudadanos efectivamente concernidos.

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    La cuestin del ejercicio de la ciudadana en la gnesis y latransformacin de las polticas pblicas es compleja y nunca definida apriori. Hay situaciones en las que el ciudadano aparece como actor, comopor ejemplo en las configuraciones relativamente cerradas donde seelaboran las polticas industriales y que renen altos cuadros del Estado,polticos y representantes del sector privado. As mismo, las polticaseducativas y agrcolas se elaboran generalmente con la participacin obajo la vigilancia activa de los gremios profesionales, maestros yagricultores que la mayora de las veces movilizan a sus afiliados en elespacio pblico. Se trata de sectores organizados en torno a unadeterminada actividad profesional y, por lo tanto, bien delimitados. Sinembargo, a menudo y en particular cuando las fronteras sociales delsector de intervencin son ms difusas, en las polticas culturales, detransporte, de salud, de proteccin social, de seguridad y otras, prevaleceuna concepcin pasiva del ciudadano; no se espera a priori que participeen el proceso de construccin de la accin pblica. El ciudadano aparececomo un destinatario cuyas caractersticas son construidas en funcin delcarcter sectorial de la accin pblica y el rol social tomado enconsideracin en la intervencin del Estado: un ciudadano cuya identidades fragmentada, que toma el bus o el avin, que se siente amenazadopor la delincuencia, que va al teatro o compra libros, que es un estudiante,una mujer, un anciano, est enfermo, desempleado, etc.

    Pensar la lectura como un asunto de poltica pblica democrticay no solo tecnocratica desemboca, por lo tanto, sobre una triple tarea.Colectiva, naturalmente.

    - Preguntarse lo que es un no lector o un lector potencial,cmo las transformaciones en curso o en proyecto de laspolticas de educacin, de bibliotecas y de lectura van amodificar su lugar en el espacio pblico y a permitirle ejercersu ciudadana.

    - Inscribir los programas de fomento de la lectura en proyectospolticos de cambio social, de organizacin y dedemocratizacin, depurndolos de todo lo que les dara uncarcter paternalista o asistencialista.

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    - Reconocer la importancia y buscar los caminos para que los queestn involucrados activamente en la socializacin de la lectura,tales como educadores, bibliotecarios, y ONG especializadas, ascomo organizaciones de la sociedad civil, se constituyan en actoresde polticas pblicas a fin de ejercer su ciudadana y, sobre todo,actores reconocidos por los diferentes foros y arenas que constituyenel espacio de produccin de la accin pblica.

    Literacidad y uso social de la lectura y de la escritura

    De quines hablamos cuando nos referimos a los excluidos de la culturaescrita y por lo tanto del conocimiento, del uso y del acatamiento de losderechos y deberes que ser ciudadanas y ciudadanos conlleva?

    Pedro Gerardo Rodrguez, en el artculo que figura en los textos dereferencia de este foro, menciona la existencia de culturas grafas. Hoy, talcultura no existe en los territorios de Amrica Latina donde se han hechopresentes el mercado y el Estado. De manera general, en cualquier partedel mundo, entre los procesos de colonizacin y los de globalizacin, loescrito se ha extendido entre todos los pueblos y culturas, y aun las perso-nas que son consideradas como analfabetas participan de una culturagrfica, no grafa, ya sea haciendo uso de intermediarios o buscando susformas de negociar con las exigencias letradas de la sociedad.

    Queda abierta, sin embargo, la cuestin de la valorizacin y lavisibilidad de la literacidad realmente existente14. Me limitar a abordarlabrevemente en torno al mundo rural, considerado tradicionalmente ysin mayor sustento emprico como un espacio de escaso uso funcionalde la escritura, apoyndome en los resultados de un investigacin realizadaen un casero mestizo a orillas del ro Ucayali, en la selva peruana, a unascuantas horas de la ciudad de Pucallpa15.14 Sobre la distincin y las relaciones entre letramiento/literacidad/literacy, alfabetizacin y formacin de lectores,consultar la comunicacin de Luiz Percival Leme Brito, Implicaciones ticas y polticas de la enseanza y lapromocin de lectura, en Memorias del V Congreso Nacional de Lectura, Fundalectura, Bogot, 2002, pp.163-169.

    15 Patricia Ames Ramello, La literacidad en un casero mestizo de la Amazona: organizacin local, identidad yestatus, en V. Nio-Murcia Zavala, M y P. Ames (ed.), Escritura y Sociedad: nuevas perspectivas tericas yetnogrficas, Red para el desarrollo de las CCSS peruanas, Lima, 2004.

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    El estudio est organizado en torno al registro y anlisis de loseventos letrados (interacciones en las que la escritura o lectura estnpresentes), las prcticas letradas (la configuracin de significados, valoresy comportamientos sociales asociados a la escritura) y los textos productosde dichas prcticas y eventos. El nutrido panorama de la literacidad, enel campo que presenta, permite rebatir algunas imgenes estereotipadassobre el carcter iletrado de las zonas rurales.

    En primer lugar, la literacidad en el campo aparece omnipresenteen una diversidad de formas y funciones y de procesos de apropiacin dela escritura para satisfacer necesidades y fines de la comunidad en laorganizacin local, la gestin interna de los asuntos comunales, la relacincon las instituciones del Estado, las transacciones comerciales con el exte-rior y, tambin, al interior de los hogares (tanto para fines de organizacindomstica como para el entretenimiento, la comunicacin, el acceso a lainformacin y el apoyo a los hijos e hijas en edad escolar). En el mbito delas organizaciones comunitarias donde juega un papel fundamental, sepuede mencionar como botn de muestra tanto el registro escrito de losacuerdos en los libros de actas que les dan no solo formalidad sino legitimidady que sern ledos en cada nueva sesin, como la multiplicidad de lostextos que circulan: oficios, cartas, solicitudes, citatorios, comunicados,recibos, memoriales, reportes, padrones, etc., cada uno con funciones yformatos especficos. Por otra parte, existen libros en casi todos loshogares en el casero, predominantemente libros escolares y religiosos(82 %) y, en menor proporcin, libros de ficcin (4%).

    En segundo lugar, la mediacin de lo escrito en la relacin con elEstado, exigida por cualquier gestin, trmite u obtencin de documentosde identidad, contribuye a la asociacin de la escritura con el espaciopblico, en el cual esta se convierte en una herramienta necesaria paracumplir los requisitos de la propia posicin en tanto ciudadano,trabajador, consumidor, autoridad local, etc.. Al mismo tiempo existeuna multitud de procesos de apropiacin de la escritura para finesparticulares e internos que hacen que la frontera que se podra establecerentre literacidad impuesta y auto generada sea compleja y difusa.

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    Sin embargo, la escuela, si bien cumple una importante funcinalfabetizadora entre la poblacin infantil, parece desconocer losmltiples usos de la literacidad en el mbito comunal y familiar delos nios y nias. Su visin del fomento del aprendizaje de la literacidadparece decontextualizada en relacin a su entorno social y territorial yconfinada al interior de sus paredes. Esta extendida presencia de laliteracidad en el campo parecera invisible para la escuela que nola incorpora en las estrategias de aprendizaje escolar. Segn la autora delestudio, una de las razones sera la imagen ideal del padre de familiaque tienen los profesores y cuyo modelo sera un sujeto masculino,urbano, profesional, de clase media. En la medida que los pobladoresrurales difieren de este modelo son considerados ignorantes y susprcticas letradas no tomadas en cuenta.

    Desde otra perspectiva, y a pesar de la brillantez y de la consistenciade su argumentacin, Pedro Gerardo Rodrguez emite un juicioigualmente denigrante cuando califica de analfabeto ilustrado o delector unidimensional al que lee para consumir informacin paracumplir las funciones que le marca el reglamento o el manual; descifracheques, redacta memoranda, lloriquea con los best sellers de moda y seentretiene hojeando textos e interpretando imgenes16.

    Su forma de leer, que considera multidimensional (puesto quela opondra a la lectura unidimensional), es solo una forma de usar loescrito, constituida, histrica y socialmente, en la forma ms valorada(hegemnica). Es slo asumiendo un supuesto etnocntrico que se lapuede considerar superior a otras, negndoles su valor intrnseco. Porqu reducir al estatus de analfabeto ilustrado a una persona que leereglamentos o manuales o best sellers? Eso lo hace menos lector? Noest usando la lectura para satisfacer las necesidades sociales que sepresentan en su entorno? No est entonces respondiendo a las mltiplesdimensiones de su ser social en el mundo? Que la lectura culta, la quePedro Rodrguez pone encima de todas no haya estado al alcance deotros o no se relacione con sus necesidades, no constituye una razn

    16 Poltica nacional de lectura? Meditacin en torno a sus lmites y condicionamientos, artculo de PedroGerardo Rodrguez, investigador del Centro de Estudios Educativos, Mxico, s.e.

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    vlida para menospreciar la habilidad de lectura y escritura de stos. Msbien, este afn de jerarquizar a la gente es uno de los obstculos aldesarrollo de una cultura escrita y democrtica en los pases deIberoamrica: si no sabe leer es porque no sabe, y si sabe es porque nolee lo que el autor considera que debera leer.

    Es, literalmente, lo que afirmaba tambin el artculo periodsticosobre Un pas no-lector que hemos mencionado.

    Viene al caso citar una dcima campesina elaborada a partir de lasvivencias de los participantes de la Red de Bibliotecas Rurales deCajamarca en la sierra norte del Per y que dice:

    Se lee, se aprende y se hace;Si resulta, el libro es bueno;Si no resulta, es malo17.

    La literalidad est insertada e imbricada en un determinadocontexto social y cultural. Pensar la lectura como un asunto poltico,implica reconocer que, en nuestras sociedades, la literalidad no tieneun valor neutral, sino que esta ligada a procesos sociales que la conviertenen una herramienta para la democratizacin y la participacin18.

    Derecho a la lectura, derecho a la educacin y derecho a la informacin

    De qu hablamos cuando afirmamos que la lectura es un derecho?

    En primer lugar entendemos que leer y escribir no son privilegiosni obligaciones: son derechos que deben garantizarse. En la DeclaracinUniversal de los Derechos Humanos de 1948 y en la mayora de lasConstituciones Polticas no aparecen como tales sino incluidos en elderecho de toda persona a la educacin. Es un derecho social garantizado por

    17 Tomado de la exposicin de Fabiola Castillo en el VI Congreso Nacional de Lectura, Bogot, 2003. La Redde Bibliotecas Rurales de Cajamarca, fundada en 1971, es un movimiento educativo y cultural, sustentado yconducido por los propios campesinos. En el ao 2003 han sido beneficiadas 160,000 personas de distintascomunidades.

    18 Patricia Ames, op.cit.

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    el Estado. Las Constituciones Polticas establecen y reglamentan lagratuidad y la obligatoriedad de la educacin bsica, encargada de asegurarel aprendizaje de las herramientas indispensables para el acceso alconoci