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España es un país con tradición cinegética y especialmente de caza menor. La afición por cazar tórtolas, perdiz están muy arraigadas en España desde hace varios años, sin olvidarnos de los zorzales, las torcaces, y el gusto por cazar codornices, etc.
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Caza menor: Hablemos sobre cartuchos
España es un país con tradición cinegética y especialmente de caza menor. La afición por
cazar tórtolas, perdiz están muy arraigadas en España desde hace varios años, sin
olvidarnos de los zorzales, las torcaces, y el gusto por cazar codornices, etc.
A parte de las preferencias de cada cazador, debemos saber que para cada tipo de caza
hay un cartucho y un diámetro de perdigón.
En este artículo definiremos los conceptos de velocidad, presión y retroceso
Velocidad: De los perdigones en metros por segundo. Mientras más velocidad tiene un
cartucho, más rápido llega al objetivo y, por lo tanto, menos hay que adelantar la mano y
con más fuerza llegarán los perdigones. Genéricamente un cartucho tiene que ser rápido.
Mientras más rápido sea un cartucho, más se dispersarán los perdigones, más retroceso
habrá y el hombro sufrirá un mayor golpeo, pura ley física. Los cartuchos a demasiada
velocidad pierden sus características balísticas, quedando su plomeo totalmente
desvirtuado. Los cartuchos deben ser rápidos, pero con límites.
Presión: Es la que soporta el arma, no el cazador. Una presión excesiva puede romper el
arma en ciertos puntos, pudiendo causar heridas, que en ocasiones pueden resultar
graves. Hoy en día es casi imposible, que un arma explote por excesiva presión. Las
pólvoras del mercado son generalmente óptimas en este aspecto y sólo las cargas
desproporcionadas pueden causar accidentes. El ejemplo más extremo sería cargar un
cartucho de 36 gramos con pólvora para cartuchos de 24 gramos. Para 24 gramos se
necesita una pólvora viva de rápida combustión y para 36 gramos una pólvora mucho más
lenta, es decir de combustión más progresiva. Pólvora viva con carga excesiva =
sobrepresión.
Retroceso: Es lo que nota el cazador en el hombro. De forma genérica el retroceso va en
relación directa a la velocidad y los gramos del cartucho que disparamos y más en las
escopetas que son armas de ánima lisa y no tiene factores externos, como el estriado de
los rifles, que puedan modificar esa relación.
A mayor cantidad de gramos en los cartuchos, más retroceso tendrán. A mayor velocidad
de los cartuchos, más retroceso tendrán. Y mientras más retroceso tengan los cartuchos,
la sensación de golpe en el hombro será mayor. Cartuchos rápidos y de alto peso sin
retroceso no sólo es mentira, sino que es imposible.
Que la escopeta sea semiautomática, superpuesta o paralela afecta directamente al
retroceso. En las escopetas semiautomáticas los gases absorben una parte importante del
retroceso y el peso del arma también absorbe el retroceso, así un arma ligera pegará más
que una más pesada.
El diseño del arma también afectará ya que la escopeta según tenga un movimiento más
horizontal (superpuestas) tendrá menos sensación de retroceso que otra con un
movimiento más vertical (paralelas). La culata, la forma de encarar y disparar también
afecta, pero estos tres factores ya si son modificables.
Luciano Martinez
Apasionado por la naturaleza y defensor de la actividad cinegética controlada como
garantía de su conservación.
Twitter @lu_cazador