D.R. © 2007 César Augusto Guerrero Rodríguez y Carlos Raúl Flores LealD.R. © 2007 Fondo Editorial de Nuevo León e Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey

CooRDINACIóN EDIToRIAL

Dominica Martínez

DISEño EDIToRIAL

stación-ARquitectura

CIuDADo EDIToRIAL

Mario Cantú Toscano

ISBN 978-970-9715-43-9

IMpRESo EN MéxICo

Fondo Editorial dE nuEvo lEón

Edificio KalosZaragoza 1300 despacho 202Centro, Monterrey, Nuevo León,C.p. 64000(81) 8344-2970 y 71www.fondoeditorialnl.gob.mx

César Augusto Guerrero RodríguezCarlos Raúl Flores Leal

stación-ARquitectura

PANTONE 194 C PANTONE BLACK 25%PANTONE BLACK

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www.stacion-arquitectura.com

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CATÁLoGo VIVEx

INTRoDuCCIóNTEMÁTICApRoYECToS

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BAMBox 01BAMBox 02

CASA 8MóDuLo 10x10METRoCASA

M4CASA NARANJoS

MoD 10CASAS BLoCK

AuToRES

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CATÁLoGo VIVExpRoYECToS DE VIVENDA EMERGENTE

A. INTRoDuCCIóN

un ejemplo de cómo abordar el problema de la vivienda precaria de manera inteligente y creativa

por los ojos, el bien y el mal nos llegan,ojos que nada ven

almas que nada esperan

Carlos pellicer

No cabe duda: la vivienda es, y seguirá siendo, una de las posesiones humanas más apreciadas. Sirve como carta de presentación de una sociedad, ya que, a través de la calidad de sus viviendas, es posible ver la capacidad creativa, téc-nica, económica y cultural que ésta tiene. Además proporciona un sitio propicio a la intimidad y la reflexión necesarias para que los seres humanos tengan una vida feliz y en armonía. Se trata, pues, de un bien fundamental. por ello es preciso que estemos atentos tanto a los problemas que existen en torno a ella como a sus posibles soluciones.

México cuenta con un rezago considerable en lo que respecta a vivienda de calidad, no sólo porque la clase baja no tiene acceso a ella –en un país donde la mitad de la población vive en la pobreza–, sino también a causa de que las construcciones, desde las conocidas como de interés social hasta algunas destinadas a gente de estratos acomodados, se llevan a cabo con criterios de especulación económica, sin tomar en cuenta el sitio donde se fincan, y aun menos las necesidades individuales de quienes habrán de habitarlas. No obstante, la tarea más acuciante es solucionar la situación para la población de menos recursos.

La demanda de viviendas por año en nuestro país se acerca a la cifra de 700 mil unidades, y el límite máximo que se ha logrado cubrir hasta ahora

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–en relativos tiempos de bonanza para la construcción–, es de 300 mil. Desde hace más de treinta años el crecimiento económico ha sido bajo, por ello no se ha logrado disminuir el déficit, mientras que, por el contrario, la población que necesita una nueva vivienda, o mejorar la que ya posee, se mantiene en aumento. Sin embargo, la disminución de la tasa de nacimiento, que ha pasado de 3.6 por ciento en los años setenta a poco más del uno por ciento actual-mente, es un aliciente que representa cierto alivio para la presión económica, e incluso brinda la oportunidad a quienes ahora se van sumando a la población económicamente activa, con menos dependientes económicos, para que puedan hacerse de un techo propio.

otro problema es que los sistemas y materiales empleados en el diseño y la construcción de las viviendas son todo, menos sustentables, por lo que re-sultan más caros y poco adecuados al clima, a los hábitos y a las capacidades económicas de sus destinatarios finales. La insensibilidad y la preocupación desmedida por obtener ganancias de forma inmediata han provocado que sea precisamente la construcción –y el posterior mantenimiento de los espacios que habita el ser humano–, lo que provoca el mayor consumo de energía, colocando al planeta en riesgo de sufrir desastres medioambientales.

A los esfuerzos, hasta ahora insuficientes, de los gobiernos para paliar el problema de la vivienda en su construcción y dotación, se deben sumar las iniciativas integrales de organismos no gubernamentales, empresas, universi-dades, y de la comunidad en general, para realizar el sueño de proveer de casa habitación a quien no la tiene y hacer posible que quienes hasta ayer vivían en chozas de cartón tengan hoy un techo digno y seguro, estéticamente agradable, que los haga sentirse protegidos, estables y, por qué no, también orgullosos.

por esta razón es una excelente noticia que arquitectos jóvenes y creati-vos, como los que conforman stación-_ARquitectura, dediquen buena parte de su tiempo y atención a ayudar a resolver tales problemas. Estos profesionales no se conformaron con ver los problemas y lamentarse. Han decidido ir más allá y hacer algo realmente significativo.

En un tiempo dominado por el materialismo y la consecución del éxito y for-tuna de la manera más fácil y rápida posible, que arquitectos que se inician en esta profesión decidan encarar la situación de la vivienda para los que menos tienen, y además lo hagan de una manera ejemplar, con soluciones prácticas, es realmente sorprendente. Demuestra madurez y, lo mejor de todo, habla de su generosa manera de ver las cosas.

Quienes forman parte de stación_ARquitectura tienen experiencia y conoci-miento en los casos mencionados. Y en ellos su participación ha sido exitosa, pues han buscado intervenir en zonas deprimidas social y económicamente con

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el objetivo de encontrar soluciones reales. Su interés es genuino y nunca han dejado de informarse acerca del tema.

Los trabajos que se presentan en esta muestra son el producto de años de investigación y esfuerzo para ubicar los cauces convenientes para cons-truir casas, o conjuntos habitacionales, con los materiales más adecuados y los diseños más creativos. La difusión de estos trabajos será de mucha utilidad para quienes deseen ver una sociedad más justa, con viviendas dignas y estéticamente bellas. Será también un ejemplo de cómo una problemática que compete a todos puede resolverse con la participación conjunta de los principales actores sociales.

por eso mismo es necesario el impulso a este tipo de publicaciones, que promueven y difunden la dignificación del último refugio que nos queda para reflexionar, para estar en la intimidad y para confirmar, con razón, que a esta vida hemos venido para ser felices.

Antonio Garza SastreDirector del Departamento de Arquitectura

del Tecnológico de Monterrey.