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CAPÍTULO VII. MEjORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES. Para que la tierra vegetal desempeñe cumplidamente la gran mision que le está confiada, conviene, segun queda ya dicho, que se halle dotada de determinadas condiciones físicas y de una composicion mineral y or- gánica que, armonizando con los factores climatéricos, cuya influencia se deja sentir en la vegetacion de un modo muy directo, contribuyan al perfecto desarrollo de los vegetales. Cuando todos estos importantes ele- mentos concurren en una tierra dada, sálo cumple al hombre saberla explotar convenientemente, haciendo que no se agote su reconocida fertilidad; para lo cual es de todo punto indispensable darle, en su debido tiempo y sazon, aquellas sustancias que el incesante consu- mo de las plantas extrae del sttelo, sin olvidar tampo- co, por supuesto, el darle agua, pues ésta, sobre cons- tituir su primer alimento, es necesaria para que las ^ demas sustancias nutritivas de las plantas puedan disol- verse y penetrar hasta lo más recóndito de su organis- mo. Por desgracia, este caso no constituye la regla ge- neral; antes bien es la excepcion, ora por carecer la tierra de alguna de sus condiciones esenciales, G por resentirse su cotnposicion de escasez de esta ó aquella sttstancia indispensable al desarrollo del vegetal, qui- zás por el incesante consumo que éste hace, en cuyo

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CAPÍTULO VII.

MEjORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES.

Para que la tierra vegetal desempeñe cumplidamente

la gran mision que le está confiada, conviene, segun

queda ya dicho, que se halle dotada de determinadas

condiciones físicas y de una composicion mineral y or-

gánica que, armonizando con los factores climatéricos,

cuya influencia se deja sentir en la vegetacion de un

modo muy directo, contribuyan al perfecto desarrollo

de los vegetales. Cuando todos estos importantes ele-

mentos concurren en una tierra dada, sálo cumple al

hombre saberla explotar convenientemente, haciendo

que no se agote su reconocida fertilidad; para lo cual es

de todo punto indispensable darle, en su debido tiempo

y sazon, aquellas sustancias que el incesante consu-

mo de las plantas extrae del sttelo, sin olvidar tampo-

co, por supuesto, el darle agua, pues ésta, sobre cons-

tituir su primer alimento, es necesaria para que las ^

demas sustancias nutritivas de las plantas puedan disol-

verse y penetrar hasta lo más recóndito de su organis-

mo. Por desgracia, este caso no constituye la regla ge-

neral; antes bien es la excepcion, ora por carecer la

tierra de alguna de sus condiciones esenciales, G por

resentirse su cotnposicion de escasez de esta ó aquella

sttstancia indispensable al desarrollo del vegetal, qui-

zás por el incesante consumo que éste hace, en cuyo

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3a6 GEOLOGÍA AGRÍCOLA

caso es preciso que el agricultor sepa de qué medios

babrá de servirse para restituir al campo que cultiva lafertilidad de que antes gozaba. Y si bien es cierto que

la vida de las pllntas no depende tan solo de las condi-

ciones físicas, ni de la compusicion química de la tier-ra y del subsuelo, contribuyendo á ello tambien y muy

eficazmente el clima; y siquiera en la mayoría de los ca-

s^s el hombre sea impotente para modificar su accion,

debe por lo ménos centrarestar en lo posible la que eneste concepto pueda ser perjudiĉial, modificando, oralas propie3ades físicas y mecánicas, ó la composícion

mineral y orgánica de la tierra, para que ésta dé la ma-

yor suma posible de productos.

En rigor las operaciones que se practican, ó que porlo ménos pueden y deben proponerse para conseguirtan plausible resultado, son tres, á saber: las que tie-

nen por objeto modificar favorablemente las condicio-nes físicas de la tierra; las que tienden á mejorar las

circunstancias mecánicas; y por último, aquellas que se

relacionan con la composicion química del suelo; y de

aquí los tres órdenes de lo que, en tésis general y en

sentido lato, se Ilaman mejoramientos, los cuales pue-

den ser ffsicos, mecánicos y químicos. Domina, por

ejemplo, en la tierra el elemento arenáceo 6 el arcillo-

so, resintiéndose por esta circunstancia su fertilidad;

pues bien, será mejoramiento físico la incorporacion desustancias que restablezcan el oportuno equilibrio y las

uperaciones que lo determinan. El suelo necesita ven-

tilarse y gozar de cierto grado de humedad indispensa-

ble para ta vida del vegetat; luego serán mejor,zmientos

mecánicos las labores que realicen lo primero, lo mis-

mo que el riego qtie proporciona lo segundo: por últi-

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^tEJORAMIENTOS, ABONOS 1 ESTIMULANTES 32ry

mo, llamaremos mejoramiento químico á todo aquello

que modifica la composicion del suelo en lo referente á

sustancias alimenticias. Háse convenido, sin embargo,

en llamar abonos propiamente dichos á los que deter-

minan esta accion química en las tierras, reservando elnombre de mejoramientos á los que obran física ó me-cánicamente.

Pero aparte de los mejoramientos y abonos, importa

conocer ciertos agentes qlle por razon de su especial

modo de obrar en la vegetacion se llaman estimulan-tes. Trataremos, pues, sucesivamente, • y en tres ar-

tículas distintos, de los mejoramientos, de los abonosy de los estimulantes.

ARTÍCULO PRIMERO.

MEJORAMIENTOS.

Bajo el nombre de mejoramientos se comprenden

todas las operaciones que practica •el agricultor con

el fin de modificar favorablemente las propiedades fí-

sicas y mecánicas de las tierras, y tambien las sustan-cias que para ello emplea.

Las tierras pueden pecar por exceso ó por falta de

humedad, y los medios que se ponen en práctica paramejorar estas malas condiciones reciben el nombre de

saneamientos el primero y de riegos el segundo.

Otras veces el suelo es sobrado duro y consistente, y

se llamarán mejoramientos, siquiera en sentido algo

más lato, á las labores que tienden á modificar en sen-

tido favorable aquella mala cualidad.

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31H GSOLOGiA AGRICOLA

Por último, cuando la tierra se resiente de falta de

equilibrio entre sus elementos componentes, las sus-

tancias que cornigen cualquiera de dichos defectos, tam-

bien son mejoramientos.

Cada una de estas materias se tratará en párrafo

aparte.

§ I ^o

SR^EGLYiLZE11tOS.

Cuando un campo tiene sobra de agua ó ésta ofrece

malas condiciones para el cultivo, se hace de todo pun-

to preciso descartar el exceso de líquído b quítarle

aquellas sustancias que Io hacen impropio para el ser-

vicio de la agricultura.

Sean las que se quieran las causas que determinan elencharque de un terreno, pues esto es de la especial

incumbencia del Ingeniero, eficazmente auxiliado de las

luces de la Geologíá, si el suelo llega hasta el punto de

hacerse pantanoso ó de hallarse convertido en un lago,

el medio Gnico es te^raplenarle, valiéndose para ello de

la fuerza de acarreo de aguas corrientes, si las hay cer-

ca, ó de los diferentes medios de trasporte hoy en uso.

Pero estas operaciones, que en algunos países como

Holanda se han realizado en vasta escala, exigen gran-

des sacrificios, que no siempre es dado al propietario

hacer, si no viene en su ayuda una administracion ce-

losa ó los poderosos recursos de la asociacion.

Como ejemplo, por más de un concepto notable, de

saneamientos en vasta escala en nuestro país llevados

á feliz término, debe citarse el debido al célebre carde-

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 329

nal Belluga, de feliz memoria, en el territorio llamado

1?ías fundaciones, entre la huerta de Elche y la de Ori-

huela, cuya extension es como de dos leguas de N.O.

á S.E., entre el saladar de Albatera y la revuelta que

el rio Segura hace al recorrer el trayecto que media

entre Guardamar y su embocadura en el Mediterráneo.

Era en otro tiempo aquella vasta extension de terreno

un suelo yermo, salobre, bajo, húmedo y muchas veces

anegado donde, como dice el insigne Cavanilles, de

cuyas Observaciones sobre el reino de Valencia tomo

estos apuntes, crecian salicornias, salsolas y multitud

de plantas que aman la humedad. Con frecuencia, por

efecto de todas estas circunstancias, era aquel un foco

de emanaciones palúdicas, manantial perenne de en-

fermedades rebeldes que degeneraban muchas veces en

epidemias pestilenciales, cuyo contagio se extendia por

la huerta, haciendo estragos y apocando el nGmero de

los vecinos. Deseoso de remediar estos daños, añade eí

citado escritor, el señor cardenal de Belluga, concibió

el proyecto de destruir la verdadera causa, purificando

el suelo que exhalaba miasmas tan perniciosos. Era

preciso secarlo excavando azarbes, y abrir multitud de

canales por donde las aguas corriesen con libertad hácia

el rio y albufera de Elche. Todo se logró en pocas años:

el suelo se levantó á mayor altura con la tierra de las

excavaciones; las aguas, embalsadas antes en la super-

ficie, bajaron en busca de los nuevos canales; los sitios

aguanosos quedaron secos, se convirtieron en huertas,

y fué preciso conducir á ellos porcion del rio; fundá-

ronse tres pueblos, á saber: San Fulgencio en la extre-

midad oriental y cercanías del rio; San Felipe Neri há-

cia el N., contiguo al saladar de Albatera, y Nuestra

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330 GEOLOGÍA AGRfCOLA

Señora de los Dolores en el centro. Merced á tan acer-

tado procedimiento, los campos, antes cenagosos, die-

ron en breve maíz, trigo y hortalízas; los salobres per-

dieron en gran parte su acrimonía con las labores, abo-

nos y riegos; plantáronse moreras, olivos, viñas, friita-

les de toda especie y últimamente naranjos de la China.

Esto decia el insigne Cavanilles en i79q; lo que desde

entonces ha prosperado el territorio de las Pías funda-

ciones por virtud de las obras de saneamiento llevadas

á feliz término porel inmortal Belluga, es incalculable.

Véase de paso la importancia de este mejoramiento

realizado con el acierto é inteligencia que el que acaba-

mos de describir.

Aunque la empresa no revista la magnitud de la que

acaba de relatarse, pueden los pueblos y los particula-

res poner en práctica el procedimiento adoptado por el

celoso Cardenal, b aquel que esté más en armonía con

las circunstancias de la localidad. Con frecuencia bas-

tará abrir una zanja ancha y profunda alrededor de la

posesion para lograr el saneamiento, obligando á las

aguas á buscar su natural declíve, como han hecho Ro-

billard en Valencia, Lopez en Elche y Miralles en la

Condomina de Alicante, cuyas malas condiciones ya

indica Cavanilles en la obra citada, y hoy está en vSas,

la Gltima localidad, de convertirse en un magnífico

vergel.Otras veces no bastará esto por la abundancia de

aguas ó por circunstancias esgeciales del campo en

cuestion, et^ cuyo caso deberán multiplicarse por ejem-

plo las acequias principales y secundarias de des-

agGe, formando una verdadera red, llegando tal vez á

ser necesario intentar pequeños sondeos en el interior

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^fEJORAM[ENTOS, ABONOS Y EST[MULANTES 331

de los canales, ó abrír un verdadero pozo absorbentaen la parte más baja de la posesion, con el fin de que,

descendiendo allí todas las aguas, puedan desapareceren la cavidad abierta. Pero para realizar este poderoso

medio de saneamiento, será preciso qtte preceda un

minuci6so y detenído estudio de la composicion y es-

tructura geológica de la localidad, para lo cual se da-rán m€rs ámplios detalles en el Apéndice destínado á

pozos artesianos.

Sin necesidad de entrar en más pormenores, por no

consentirlo tampoco la índole de la obra, basta lo di-

cho para comprender la trascendencia del asunto, sobre

todo para nuestro país, donde existen aún hoy tantos

terrenos, no sólo incultos por exceso de agua, sino per-

judiciales pat-a la salud, tales como las marismas delGuadalquivir, los almajares de Torreblanca (r), Oro-

pesa y Almenara (provincia de Castellon), los del lito-

ral de Valencia y Alicante y mil otros puntos, todos

los cuales pudieran perfectamente sanearse, contribu-

yendo á enriquecer vaxias comarcas, librándolas al pro-

pio tiempo de las enfermedades pestilenciales que con

sobrada frecuencia suelen asolarlas.Por fortuna no faltau celosos patricios que siguiendo

las huellas del Cardenal Belluga acometen con valor

estas empresas; debiendo entre ellas citar la Sociedad

que hace unos cuantos años redujo á cultivo gran parte

de los alfaques del Ebro, obteniendo pingiies^resulta-

dos del cultivo del arroz, y la poderosa casa de misamigos los Sres. Trenor, de Valencia, que acaban de

ohtener autorizacion del Gobierno de S. 1VI. para sanear

(i) F;n esta localidad íntentó uhos atras una sociedad inglesa sanear los al-

majares, pero sin ésito satisFactorio, pnr causa5 variar.

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332 GEOLOGiA AGRiCOLA

los vastos almajares y lagunas de Jaraco y Jeresa, entre

Cullera y Gandía, con lo cual á la par que realizan unnegocio de primer órden, prestarán á aquellos pueblos

un señalado servício en el doble concepto de la agri-cultura y de la higiene, razon por la cual merecen bien

de la patria, siendo de desear que semejante ejemplo

encuentre muchos imitadores, contando siempre con

el apoyo y estímulo de un Monarca y Gobierno ilustra-

dos y celosos.

Téngase, sin embargo, en cuenta, que el agua, no

solo perjudica á las plantas y á los habitantes en los

easos extremados que acaban de indicarse, sino que

áun sin alcanzar tales proporciones, la humedad puede

ser perniciosa para el cultivo, siempre que exceda de lo

que la vida vegetal exige, y tambien cuando las aguas

llevan sustancías nocívas. En estos casos se abren zan-

jas al exterior, ó se encaña subterráneamente el terreno.

De lo primero los ejemplos más notables que me

ocurre indicar son los de la finca de Robillard, llamada laMalvarosa, ya citada, y de la posesion de D. José Lopez

de Elche. Én ambas se ha rodeado la tierra de una pro-

funda zanja, á la cual acuden las aguas que Ie comuni-

caban malas condiciones, con lo cual no solo se saneó

el suelo, sino que en Elche, sobre todo, se colocb en un

punto de la zanja una rueda que saca continuamente

una gran cantidad de agua, que sirve para el riego de

las ¢.ooó palmeras y de los 28.00o granados que aquel

ínteligente propíetarío sembrb por su propia mano;

plantas que prosperan admirablemente, regadas tan á

m^enudo con aguas algo salobres. D. Clemente Miralles

hace en la huerta de Alicante una cosa igual.

En cuanto al encaño, se emplea y se llama así, y en-

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ME]ORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 333

cañar en Requena, segun mi compañero de cátedra

D. Laureano Perez Arcas, y en Sueca tambien, donde

dan á la operacion el nombre de encaduzar ó alcaduzar,

y á favor de la cual tierras al^tes de escaso valor por lo sa-

litrosas, hoy han cuadruplicado de precio. RedGcese laoperacion á colocar en zanjas de o, qo de fondo, ladrillos

hechos á propósito, formando triángulo con el suelo y

cubriéndolos luego con la tierra misma que se sacó, elagua filtra á través de los ladrillos, y se le da salida con

las sales que lleva disueltas, por boqueras de desagiie,

que reciben las de varias zanjas secundarias, obtenien-

do considerables beneficios. Hemos creido oportuno

hacer estas indicaciones acerca de una práctica por tan-

tos conceptos ventajosa para la tierra, con el fin de

aconsejar su aplicacion á todos aquellos cuyos campos

ofrezcan condiciones análogas.

Xiegos.

La escasez es á todas luces más perjudicial para las

plantas que el exceso mismo de humedad; de consiguien-

te, el agricultor debe contrarestarla suministrando á la

tierra el agua que necesita por medio del riego, valién-

dose para ello de cuantos recursos le proporciona la cien^

cia y el arte combinados, sin que le arrendren las gran-

des dificultades que con frecuencia se atravesarán en su

camino, pues peor que todo es la esterilidad que la ca-

rencia de tan esencial agente determina. Complicado y

harto difícil de resolver es el problema, pues son mu-

chos y de índole muy diversa los factores que en é16gu-

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334 G$OLOGIA AGRICOLA

ran; pero ateniéndonos tan solo á los que más ó ménos

directamente se relacionan con la tendencia de la obra,

dejaodo para otras especiales Ios restantes, tratare-

mos primero, de la naturaleza de las aguas, que segun el

terreno de que proceden convienen más á todas las plan-tas; segundo, de las tierras que geológica ó físicamente

consideradas exigen más el riego, y en tercero y último

lugar, de las condiciones climatéricas que de preferenciareclaman esta práctica.

i.° Todas las aguas no son igualmente buenas ni ápropósito para el riego, variando su bondad á tenor de

los materiales, que segun su procedencia llevan en di-

solucicn 6 arrastran mecánicamente. Así, por ejempla,las que atraviesan ó recorren bosques muy poblados

de monte bajo y terrenos turbosos, son poco favora-

bles en general, por razon de las sustancias ácidas y as-

tringentes de que se hallan impregnadas. Las muy fer-ruginosas tampoco suelen ser eonvenientes, así como

]as que Ilevan mucho bicarbonato ó sílice en disolucion,por cuanto todas estas sustancias llegan á formar alre-

dedór de las raicillas capas más 6 ménos consistentes,

que impiden su desarrollo y la penetracion de las sus-

tancias nutritivas que la tierra puede ofrecerles.

Las que aparecen en los terrenos terciarios, ricos en

yeso y sulfato de magnesia, y las del triásico, sobre

todo si atraviesan las arcillas irisadas, en las cuales, á

más de las anteriores sustancias se encuentra casi siem-

pre. la sal comun, son malas por regla general, como lo

justifica la pobreza de la vegetacion espontánea que en

dicizos horizontes geológicos reviste un carácter espe-cial, segun demostró ei insigne Willkomm en la obra

tituiada «Costas y estepas de la península.. Sin em-

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MEJoRAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 335

bargo, la palmera, el granado y el olivo apetecen estasaguas si no es excesiva la salobrex que las caracteriza,

así como fertilizan á determinadas plantas forrageras

que come bien el ganado por la sal que contienen. Los

manantiales de terrenos antiguos, y en especial los que

nacen en las pizarras, en el gneis, en los granitvs y pór-

fidos, suministran aguas excelentes, tanto por la tempe-

ratura, que frecuentemente acusan, cuanto por la po-

tasa y sosa, por el hierro y demas sustancias que llevan

á la tierra con frecuencia en estado de disolucion.

Las que recorren terrenos calizos si se cargan muchode bicarbonato soluble, son perjudiciales por la razon

ya exptiesta; pero si la cantidad es moderada, suminis-

tra á las plantas el ácido carbónico y la cal, ambas su ĉ-

tancias indispensables para su desarrollo. Tambien se-

rán buenas estas aguas si arrastl•an mecánicamente la

caliza pulverulenta ó en fragmentos no muy grandes, ylos depositan en tierras en que dicha sustancia es-

casea, haciendo entonces las veces de mejoramiento.

En tésis general, puede asegilrarse que las aguas quese destinan al riego son tanto mejores, geológicamente

hablando, cuanto más variada es la composicion de

los terrenos que subterráneamente b por la superficie

recorren, y cuanto más se diferencie su naturaleza quí-

mica de la de las tierras que van á fertilizar, por cuan-

to de este modo auinenta el nGmero y la calidad de las

sustancias que pueden servir para el desarrollo de los

vegetales. Por esta misma razon pueden colocarse en-

tre las de primer órden las que circulan por las princi-

pales arterias t^rrestres, cuya cuenca orográfica sea muy

variada, y sobre todo si Ilegando á desbordarse arras-

tran la parte más sustanciosa de las tierras. Aún sube

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336 GEOLOGiA AGAiCOLA

la cosa de punto en las que atraviesan grandes centrosde poblacion por las materias fecales que arrastran con-

sigo, como sucede en Valencia con las aguas de las

acequias, que van á parar á lo que allí llaman el Vall.,

Cuestion es esta que no interesa sólo á la agricultura;

tambien la higiene toma cartas en el asunto: habiendo

demostrado la experiencia y los ensayos hechos en

Bruselas, Lóndres y París, que la vegetacion, á la par

que recibe de las aguas inmundas un beneficio extraor-

dinario, es el medio más eficaz de cuantos se han in-

tentado para devolver á las aguas su cualidad potable,

evitando que se conviertan en focos de infeccion. Sen-

sible es que en Madrid n^ se utilicen para este fin lasaguas de las alcantarillas, por razones que ignoro.

A falta de otros datos, el agricultor tendrá siempre

un buen indicio respecto á la calidad de las aguas cor-

rientes, en las plañtas que espontáneamente se crian

en las laderas de los rios ó en los alrededores de los

manantiales. '

A veces las aguas, sin aparecer al exterior, producen

singulares beneficios á la agricultura, constituyendo el

riego dicho de filtracion, como sucede en los famosos

savazos de SanlGcar de Barrameda, cuya tierra, no obs-

tante su naturaleza y estado arenoso, adquiere notable

fertilidad, merced al agua del Guadalquivir que porcapi-

laridad llega casi á la superficie en grandes extensiones

de aquel territorio convertido en un delicioso vergel.

Otras veces el hombre produce los mismos efectos

aunque por medios diametralmente opuestos, como su-

cede en el riego que se ltama de ó por cimas, del que

tenemos un ejemplo notable en Bombaron (Granada).

La temperatura favorece ]a benéfica accion de las

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ASEjORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULAN?ES 337

aguas; la loxanía que se advierte en la vegetacion delos establecimientos balnearios justifica este aserto,sobre todo, en los termales.

2.° Respecto á las circunstancias y terrenos, puede^,decirse que los más permeables y absorbentes del ca-

^,. l^rĉolar, tales como los arenosos y calizos, son losquemás necesitan el agua, sobre todo, cuando se da enellos un cultivo que, como el del naranjo, la palmera yotros se complacen en la humedad.

Por el contrario, los que por ser arcillosos se hacenfuertes y apelmazados y son de sllyó húmedos y frios,

no necesitan tanto el riego, y á veces hasta lIega á serlesperjudicial, razon que aconseja darle corto y de tardeen tarde. Pero á pesar de esto, y para que se vea la in-fluencia que en estas prácticas agrícolas tiene el sub-suelo, puede decirse que si éste es permeable, el riegoes ménos perjudicial en un suelo arcilloso, que en unatierra arenosa pero de subsuelo impermeable. Si el ter-reno turboso se seca por completo, el riego no sólo esmás necesario, sino que debe darse á menudo, corto ycomunicando á la corriente la mayor fuerza posible,para que las aguas arrastren las sustancias ácidas, siem-pre perjudiciales al desarrollo de los vegetales.

g.° Tocante á las condiciones climatéricas y á la in-fluencia que pueden ejerceren la calidad de las aguasy en las exigencias del suelo para el riego, debe adver-tirse que, por regla general, en los países meridionales

las aguas apenas suministran á la tierra materias útiles,limitándose su accion á refrescar el suelo, á favorecerla absorcion y evaporacion indispensable para la vida

vegetal, y quizas tambíen, á facilitar las reacciones que

determinan la fijacion del nitrógeno atmosférico en la22

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338 GEOLOGiA AGRiCOLA

tierra. Por el contrario, las aguas de riego en los pafses

frios pueden considerarse como verdaderas materiasferti^izantes necesarias á las cosechas y al aumento pro-

gresivo de la feracidad del suelo, resultando de las nu-

ymerosas observaciones y análisis practicados, quaguas llevan a11í cantidades considerables de nitr

no. Sabido es que la nieve contiene una proporcion^éamoniaco bastante más considerable que el agua de llu-

via, siendo esta la causa de ser aquella más beneficiosa

á la agricultura que ésta.Pero áun prescindiendo de esta circunstancia, el rie-

go es tanto más necesario, cuanto mayor sea la accion

de la luz y del calor, entre otras cosas para compensar

los efectos de la evaporacion y exhalacion; sin embar-go, no debe darse eii lo fuerte del dia, sobre todo el de

ll^ivia, para evitar que se quemen las hojas por la ac-

cion de la luz á través de las gotas que se depo^itan en1^ superficie.

En el apéndice destinado á pozos tubulares y artesia-

nos, se darán los detalles oportunos acerca de los dife-rentes medios de que el hombre puede valerse para pro-

curarse agua, sin la cual no hay agricultura posible.

5 3•^

Labores agrícolas.

Dada la índole de la obra, se comprende que este

asunto ha de tratarse en ella muy á la ligera. La tierra

vegetal necesita, segun dijimos, la presencia de cierta

cantidad de agua, y la influencia de la atmósfera, de la

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MEJORAMIENTOS, ABONUS Y ESTIMULANTES 339

luz y de otros agentes para corresponder á su objeto; dedonde se desprende que los suelos demasiado tenaces,b que se apelmazan y cubren de una capa dura y tenaz

se opone á la penetracion y circulacion entre sus

ulas de los indícados agentes, necesitan ciertas

^

+la,^ires que les den el grado de soltura necesaria, con

lo cual se consigue al propio tiempo, que las raíces

puedan extenderse y tomar del suelo aquellos elemen-tos que necesitan para su existencia.

Todas las labores que tienen por objeto comunicar álas tierras ese grado de soltura que reclama la vida de

]as plantas, pueden reducirse á la accion del arado, de

la zapa, rastrillo, azadon y de otros instrumentos aná-logos, en cuya descripcion no debemos entrar, ni tam-

poco en el modo de manejarlos, épocas más á propú-

sito para cada operacion etc., pues todo esto pertenece

á obras especiales. Lo único que el geólogo y químico

puede hacer en esta materia es indicar la naturaleza ycondiciones del suelo y subsuelo, y en su virtud, ciar

consejos sobre el modo de poner en práctica estas ope-

raciones, la especie de animales de que debe valerse el

agricultor, etc.; pero como todo esto puede variar al in-

finito, es imposíble dar reglas y.preceptos generales.La cuestion en la que la ciencia geológica auxilia-

da de la química y la fisiología vegetal puede real-

mente ilustrar y ser de consiguiente útil á la agricultu-

ra, es la del conocimiento de las sustancias que pueden

emplearse para mejorar las propiedades fisicas de la

tierra, por cuya razon, dejando aparte todo lo relativo

á labores, pasaremos á tratar de tan importante asunto.

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340 GBOLOGÍA AGRÍCOLA

Sustancias q^e se emplean como ^^aejoramientos.

A1 designar las condiciones que debe reunir una tier-ra vegetal para que se la pueda considerar como tipo,dijimos que una justa proporcion entre sus elementosconstítutívos, arena, cal, arcilla y mantillo, es Ia másindispensable. Cuando esto se realiza, la tierra reunela soltura necesaria para dejar penetrar las raíces delas plantas, así como los líquidos y gases que las hande nutrir; y al propio tiempo cierta tenacidad, sin 1acual las sustancias alimenticias desaparecerian con ra-pidez sin Ilenar su objeto, y los vegetales, faltos de unabase sólida, serían el jugtiete de los vientos. En unatierra así constituida, bastan las labores, los abonos yel agua para conseguir pingiies cosechas. Pero como en

la mayorfa de los casos predomina alguno de los ele-mentos, comunicando á la tierra b demasiada soltura ósobrada consistencia, y en muchos casos una caustici-dad perjudicial, el agricultor debe con conocimiento decausa aplicar á cada tierra aquellos materiales que con-vienen para restablecer el equilibrio, verdadero funda-mento de su fertilidad. A veces habrá que quitar en vezde añadir; pero de todos modos las sustancias que seemplean con este objeto reciben tambien el nombre demejoramientos. Su uso en muchos casos equivale á lapráctica de determinadas labores y al empleo de losmejores abonos y estimulantes.

Partiendo del principio de que los abonos, así orgá-nicos coma minerales, ejercen tan sólo una accíon pa-

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ES1'IMULANTF.S 34T

sajera, teniendo que renovarlos a menudo, y qlfe por

regla general sólo en las tierras bien constituidas se de-

jan sentir de lleno sus benéficos resultados, clazo es

^ que la ciencia viniendo en auxilio de la agricultura ha`^aconsejar lo que sea más eficaz y duradero, pues de

lo contrario, sucederia que obrando las generaciones

actuales á impulsos de sentimientos egoistas, acabarian

por esquilmar las tierras forzando el cultivo, sumiendo

en la miseria á los que hayan de sobrevenir. Los mejo-

ramientos llenan perfectamente la mision de hacer másfértiles á las tierras sin agotar su fertilidad; antes por

el contrario, dan á ésta el carácter de mayor perma-

nencia. Sin embargo, el agricultor debe calcular dete-

nidamente si los gastos que el uso de los mejoramientos

le impone, se hallan en relacion con el beneficío que deellos espera obtener.

Hechas estas indicaciones generales, que deben te-

nerse presentes, aunque, atendida la naturaleza de la

obra, nos sea imposible entrar en más ámplios detalles,

debemos decir que afortunadamente son muy pocas las

tierras que dejen de ser susceptibles de tales beneficios,

merced á la disposícion providencial de los diferentes

elementos que componen la parte exterior de la costra

sólida del globo. Para ello basta difundir estos conocí-

mientos entre los agricultores ilustrados del país y en-tre los propietarios de grandes posesiones, excitándoles

al propio tiempo á que abandonen añejas y perjudicia-les rutinas, y á que entren con paso seguro en las me-

joras de que la agricultura es hoy susceptible por la

aplicacion de las ciencias físico-naturales.

Sabido es de todo el mundo que el médico, ante todo,

procura averiguar la naturaleza del mal, las causas prú-

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34z GEOLOGfA AGRÍCOLA

ximas y remotas que lo han producido y el modo de

obrar del plan que propina; pues bien, el agricuitor

ilustrado debe conocer por el procedimiento ya indi-

cado las malas propiedades de sus tierras y la accion

que ejercen las sustanciás de que va á echar mano

mejorarlas; lo contrario sería un empirismo tan fa^

la medicina como á la agricultura, ó, por mejor dé^tri;á las plantas como á los enfermos. P^.ra convencerse de

ello, bastará sólo recordar que la misma sustancia que,

aplicada á una tierra, es un excelente mejoramiento,

se convierte en una especie de veneno cuando se em-plea en otra cuyas condiciones sean distintas.

Importa tambien conocer la naturaleza de las plantas

que se desea cultivar en una tierra dada, pues claro esque lo que para unas es muy bueno, para otras será tal

vez altamente perjudicial: la análisis de las tierras y de

las cenizas resolverá de plano estas cuestiones prévias.

Residiendo la fertilidad de la mayor parte de las tier-

ras en su propia naturaleza, se infiere que uno de los

medios más directos de aumentar su produccíon con-

siste en la mezçla de unas con otras, habiendo demos-

trado la experiencia que las tierras en cuya composicion

enfra como factor dominante uria roca b un terreno

son pobres; y por el contrario, aquellas que, como las

de la formacion diluvial y otras constan de muchos

materiales, son las más fértiles. Para cerciorarse de

esto, basta comparar las hermosas vegas de Granada,

Murcia y Valencia, con todo el orgullo y variedad de

su rica vegetacion, con las producciones, pox ejemplo,

de las montañas graníticas de Galicia, de la cordillera

Carpetana y Sierra Morena; aquellas, situadas en an-

chas llanuras, se hallan constituidas por los elementos

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MEJORAMIENTO5, ABONOS Y ESTIMULANTES 3^}3

geolbgicos más variados, mientras que en las últímasgeneralmente domina una sola roca, el granito, el gneisb las pizarras.

Tendiendo los mejoramientos á restablecer el equili-br''° perdído entre los elementos constitutivos de lastí"^Ctas vegetales, y siendo éstos la sílice, la cal y la ar-,^a, los más apropiados serán de una de estas tres es-pecies minerales ó de sustancias análogas.

Bajo el nombre de mejoramientos silíceos se com-prenden los cantos de cuarzo, los guijarros, chinas,arenas y las areníscas ó asperones machacados ó tritu-rados, los cuales, no combinándose con las tierras, niformando pasta con el agua, claro es que obran de unrnodo mecánico, interponiéndose entre las moléculas delos suelos demasiado fuertes y apelmazados, haciéndo-los más sueltos, y permitieudo de este modo el libreacceso al agua y al aire. A mas de esto, se consiguecon el uso de tales mejoramientos caientar las tier-ras frias; favorecer el desagiie y circulacion de los hu-mores en los terrenos impermeables, y en las tierrasmuy secas conservar la humedad dentro de ciertos li-m ites.

D. Simon de Rojas Clemente, en sus adiciones alHerrera, dice que la práctica de quitar las piedras ycantos de los suelos pedregosos y cascajosos es muybuena cuando son muy abundantes y grandes, puesaquellos impiden la benéfica accion del arado y azada;pero que conviene dejarlas en la heredad cuando no seencuentran en demasía, porque conservan mejor la fres-cura y humedad del terreno durante la estacion del calor.Y se tiene observado, añade, que los trigos y otros gra-nos en semejanteĉ terrenos están más llenos y dan rnás

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344 CEOLOGfA AGRÍCOLA

harina, y de superior calidad, que los que producen

otras especies de tierras, aunque sean más pingĉes.Para conseguir semejantes resultados, es indispensa-

ble que la mezcla de estos materiales con la tierra se

haga por medio de labores profundas, y de tal modqj^

que no se vayan al fondo las arenas. Deben emplearseigualmente estas sustancias muy ántes de la sementera.

Para usarlas, se mezclan primero con una capa poco

espesa del suelo, por medio del extirpador, y despuesselasincorpora poco á poco con las capas más pro-

fundas.

El Sr. Martin, en su obra titulada Coyso di Ecoaon:ia

rurale, dice que las arenas blancas, puras, de grano ás-

pero, anguloso y aspecto vítreo, no son tan buenas co-

mo las de tacto más suave, de distinto tamaño y lasque van mezcladas con otras sustancias. El mismo

añade, que conviene tomarlas de los valles, particular-

mente cuando se conoce la composiciou de sus lade-

ras; y cuando no, deben preferirse las de los rios, entre

las cuales se hallarán las más útiles, sobre todo si las

aguas recorren terrenos de naturaleza diferente.

Entre los mejoramientos siliceos son preferibles las

arenas de acarreo ó aluvion; las de mar, sobre todo,

cuando son en parte calizas, y los limos ó tarquines,pues en razon á la cantidad de materias vegetales y

animales, de arcilla fina muy ténue, y de carbonato de

cal que llevan entre sus moléculas, pueden considerar-

se como mejoramientos á la par que como ^abonos ex-

celentes. Cuando se eche mano de las arenas y gravas

de acarreo, no hay que olvidar el principio, emitido

ya, de que cuanto más variado sea el terreno de donde

proceden, tanto mejores son dichos materiales.

:

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MEJORAMIENTOS, AIIONOS Y ESTIMULANTES 3r}S

Los mejoramientos arcillosos (t) se reducen á la ar-

cilla; pero ésta puede emplearse en su estado natural, ó

bien cocida, siendo diferente su accion en cada uno de

estos casos.^ La arcilla, como mejoramiento, se emplea con noto-ria ventaja en las tierras arenosas y en las calizas so-

' brado ardientes y sueltas, cuyas malas condiciones cor-

rige. Pero como atendidas su gran tenacidad y avidez

por el agua, que ]lega hasta doblar su propio peso, suincorporaciorr al suelo es harto difícil si no se la pul-

veriza préviamente; y en su virtud se hace de todo pun-

to preciso aprovechar el verano despues de la siega para

que esté seca, con lo cual se logra tambien tenerla ya

preparada para recíbir las lluvias de Otoño.

Si se tiene la fortuna de que el subsuelo sea arcillo-

so, bastarán las labores profundas para conseguir todos

los beneficios de este mejoramiento.En cuanto á cantidad, es ímposible dar reglas fijas,

pues variará segun la naturaleza y condiciones del sue-

lo, su posicion, la índole de^ clíma, y mil otras circuns-

tancias que no es fácil prever ni indicar de un modo

general. En el S. de ?rancia echan hasta roo carreta-

das por• hectárea; en otros puntos la emplean en pro-

porcion de un hectGlitro por cada diez metros cuadra-

dos, esparciéndola en el suela lo mismo que los abonos.

Pero la arcilla no obra sólo mecánicamente, sino que

dotada de la propiedad de condensar y retener con fuer-

za entre sus moléculas las materias gaseosas, aire, amo-

(i) EI uso de esta sustancia como mejoramiento de las tierras remonta, por

lo ménos, á la época de los romanos, pues Columella cuenta que un tio suyo,

agrícultor iluatrado, empleaba ya la arcilla en las tierras arenosas, y que ora las

destinara al cultivo de la vid, ora nl de cereales, aiempre le dabao pingĉes co-.

sachas.

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346 G80LOG(A AGR(COLA

niaco, etc., ejerce sobre las tierras una influencia quí-mica muy notable, pues como en su composicion en-

tran la potasa, la sosa y otros elementos, segun la na-

turaleza de las rocas de cuya descomposicion procede,

representa un excelente abono mineral. ,^ ^ji,a pracuca ae ecnar ai sueto ^a arcnla cocsaa como;;

mejoramiento, es casi seguro que nació ó tuvo su o tgen en la de los hormigueros y en la no ménos genera-

lizada de quemar el rastrojo; importa, pues, decir alĉoacerca de estas dos operaciones agrícolas importantes.

Son los hormigueros 6 borrones, como los llaman en

Astfirias, montones ó pilas de plantas, secas por lo co-

mun, que se cubren de tierra y se queman despues depermanecer en el campo por algun tiempo,

La importancia y trascendencia de esta práctica agrí-cola, por fortuna muy generalizada en España, se de-

muestra con solo recordar los nombres de las celebri-dades inglesas, francesas y alemanas que han preconi-

zado su uso, demostrando tebrica y prácticamente las

inmensas ventajas que en la mayoría de los casos re-

porta la agricultura.

La accion que ejercen en el suelo es física y química;

por eI primer modo de obrar aumenta el peso específi-

co de la tierra, la facultad de absorber y retener el ca-

lor atmosférico, y la de hacerlo más asequible á la hu-

medad y á los gases del aire por virtud de la mayor sol-

tura que comunica á los suelos duros, tenaces y cot^1-pactos. Añadiendo á la tierra sales y otros principiosvolátiles, dotados de una poderosa accion nutritiva y

estitnulante, los hormigiteros obran químicamente.

Conviene, pues, en todos conceptos esta práctica, si-

quiera haya algunas tierras, tales como las arenosas y

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MEJpRAMIENT05, ABONOS Y ESTIMULANTES 347

aquellas que por sf son muy fértiles, á las cuales no sea

aplicable. ^Pero en contraposicion las hay que mejoran

extraordinariamente con los l^ormigueros, debiendo ci-

tar entre ellas las turbosas y pantanosas, las muy apel-

^ mazadas y compactas, las incultas si tienen mucho fon-

.,` dó las cretáceas, las que se preparan para plantaciones

^^^tiĉrestales, y las infestadas de malas yerbas, las cuales

desaparecen con la combustion.

Respecto á la manera de incorporar los productos de

esta práctica al suelo, en algunas comarcas inglesas sehace por medio del arado, así que se han obtenido las

cenizas: en otras se esparcen estas y se dejan durante

algun tielnpo expuestas á la accion de la atmósfera,

creyendo que toman de ésta alguna sustancia útil: en

Francia, por regla general, hacen con la ceniza monto-

nes y los dejan en el campo hasta momentos antes de

la siembra; pero el inglés Sr. Sinclais reprueba el pro-

cedimiento, pues dice, y no le falta razon para ello, que

las sustancias alcalinas arrastradas por las aguas, sólo

producirán sus benéficos resultados en el sitio ocupado

por los montones, pero á expensas de lo restante del

campo. La adicion de la cal en cantidad de unos ioo

hectólitros por hectárea, y la mezcla con las cenizas de

los hormigueros, incorporándolo todo en la tierra por

medio del arado, es práctica de algunos países, y q^^evarios autores recomiendan sobremanera. Sinclais acon-

seja esta mezcla, y que se haga la sementera asi qne se

hayan incorporado la cal y las cenizas con la tierra,

pues asegura que las propiedades cáusticas de las ceni-

zas es más enérgica cuanto ménos tiempo trascurre.

Pierre en su química agrícola resume en los siguien-

tes términos las múltiples ventajas de los hormigueros;

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348 GEOLOGiA ACRÍCOLA

r.' Destruyen por la accion del fuego, las plantasperjudiciales que se hallan en posesion del tarreno.

s.' Matan, ó por lo ménos ahuyentan, los insectosdañinos.

3.' Modifican favorablemente la composicion q^f-mica de las tierras, facilitando la descomposicion d^

ciertos elementos, y especialmente de los álcalis qúe

contienen las arcillas, aumentando la aptitud de estas

para la absorcion de los gases. De manera que los hor-

migueros secundan ta benéfica accion de los abonos

minerales, á los que en muchos casos pueden reem-plazar y con ventaja.

¢." Cuando las plantas que se queman son abun-

dantes y de diferentes especies, suministran una canti-

dad notable de cenízas, cuya ínfluencia en la vegetacion

depende de la cantidad de sulfatos, carbonatos, fosfatos

y otras sales que contien^n.s.` y Gltima. Disminuyen notablemente la consis-

tencia de las tierras fuertes, haciéndolas más sueltas y

esponjosas, siendo, de consiguiente, un excelente me-

joramiento análogo al de las arenas.

Para obtener, sin embargo, con los hormigueros to-drs estas ventajas, es preciso que la calcinacion no sea

demasiado avanzada, ni tampoco incompleta; cireuns-tancias que sólo la práctica puede enseñar. .

En algunos puntos del reino de Valencia se sirven de

los hormig^reros para preparar Ias tierras que se desti-

nan al cultivo de la vid, echando mano para ello de los

mismos sarmientos que se recogen en la poda; práctica

adoptada igualmente en Aragon y parte de Cataluña,

y que produce muy buenos resultados, por suministrar

á la planta ios elementos más adecuados á su natura-

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SfE)ORAM[EN"fOS, A80NOS Y ESTIMU4ANTES 3^9

leza. En la Plana de Castellon se aplican los hormi-

gueros para el cultivo del naranjo, y sus resultados

son tan satisfactorios, que habiendo cundido la noticia

de esta práctica, algunos propietarios de la ribera del,{^car, y en especial mi buen amigo Sr. Almiñana, de

^ueca, la ha adoptado con gran beneplácito suyo, y me-jór aún de aquell.os árboles, que la reciben muy bien,

valiéndose de gentes de Villareal para realizar la opera-

cion, quemando la palma seca de las hermosas palme-

ras de su precioso huerto; advirtiendo que tambien estl

planta recibe con ello notorio beneficio.Aunque en escala mucho menor, la quema del ras-

trojo ó de las malas yerbas del campo, determina aná-

logos y siempre buenos efectos. ^Quién ignora el abuso

que los pastores hacen de esta práctica tan útil, que-

mando el monte bajo para proporcionar á los ganados

ricos y abundantes pastos en la primavera? En las tier-

ras de arroz se quema casi toda la paja poco despues de

la siega, lo cual favorece mucho dicho cultivo.

Despues de estos detalles sólo resta decir que la ar-

cilla cocida y reducida á polvo se emplea tambien con

buen éxito en las tierras arcillosas y fuertes, lo mismo

que en ]as calizas muy consistentes; operacion que re-

comiendan mucho los agricultores ingleses, franceses y

alemanes, preconizando sus grandes ventajas; pe^o para

que la arcilla pueda reducirse á polvo fácilmente, es

preciso cocerla 6 quemarla cuando todavía conserva

algo de humedad, pues de lo contrario se convierte en

una especie de ladrillo duro que dificulta la opera-

cion.

En estos hechos se funda tambien el uso del ladrillo,

de las tajas y demas objetos de alfarería triturados en

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350 GEOLOGÍA AGRiCOLA

las tierras duras y apelmazadas á faIta y en pcrfectasustitucion del elemento arenoso.

Los mejoramientos calizos redúcense á la marga, ála cal, á los yesones y argamasas de los edificios, al

falhun b caliza conchífera y á algun otro. Su uso es pp^ydemas útil en los suelos privados 6 en los que escasea

la cal, y muy particularmente en las tierras frias, hú-

medas, compactas ó apelmazadas por el predominio dela arcilla y en los arenosos y detríticos.

El uso de la marga ó la práctica de margar laa tier-

ras, es tan antiguo, que ya hablan de ella Pedro Cre-

centino, Columella, Plinio y otros autores. En nuestra

península, aunque proscrita por el gran Herrera, tam-

bien data de mucho tiempo, gracias al celo con que los

ilustrados redactores del ^5emanario de Agricultura y

Artes^ divulgaron á últimos del pasado siglo la gran

utilidad de este mejoramiento; esfuerzos que se vieron

coronados del más brillante éxito, como lo atestigua,

entre ctras cosas, la carta de Alonso de Torres y Soto

de Astorga, publicada en el tomo IV de dicha obra, en

la que dicen que las margas se hal>ian convertido en

verdadero tesoro para las tierras de aquella comarca,

gracias á sus oportunas indicaciones.

La marga, segun el Sr. Desvaux, es una piedra que

cuando sale de la cantera, si es pura, se presenta de

color blanquecino, de aspécto casi cristalina y farinoso,

áun en el caso de constituir masas s6lidas, que es cuan-

clo se llama litomarga. Su tacto es áspero; la consis-

tencia pulverulenta ó pétrea: en el primer caso por la

líumedad se dilata mucho; en el segundo se esfolia y

pulveriza en un espacio de tiempo más b ménos breve:

cuando seca, se pega á los labios, atrae r,on fuerza la

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MEjORAMIENTOS, ABONOS 1 E$TIMULANTES 351

humedad, y si se la sumerje en el agua, produce un

chasquido 6 silbido análogo al de la cal viva al hidra-

tarse en la operacion llamada apagar la cal.

En cuanto á sus propiedades químicas, puede decir-

^^e,que es soluble con efervescencia en todos los ácidos,

y hasta en el vinagre comun; es infusible al soplete y

se endurece poco al fuego, convirtiéndose en cal viva.

La marga mejor es aquella que se esfolia y pulverizacon más prontitud; añadiendo Thuillieux, que la bon-

dad de esta piedra es tanto mayor, cuanto más moder-

nos son los terrenos en que se encuentra; y aunquc

Gasparin no participa de esta opinion, no deja de ser

un dato curioso y en mi concepto fundado.

Conócense tres variedades principales, que son: pri-

mera, marga arenisca; segilnda, marga arcillosa, y ter-

cera, marga pétrea ó caliza.

La marga arenosa ó arenisca, que es la que propia-

Inente se llama greda en castellano, consta de caliza y

arcilla en la proporcion prbximamente de una tercera

parte, y de arena que llega á formar los dos tercios

I-estantes. Es una piedra de color gris ó blanquecino,

friable, que se deslie con facilidad en el agua sin for-

mar masa con ella. Es la peor de todas las margas, y

sólo puede emplearse como mejoramiento en las tierras

fuertes, apelmazadas y húmedas, y tambien en las cre-

táceas.

La marga arcillosa es preferible á la anterior; su es-

tructura es compacta, poco fi-iable, y se deslie con más

dificultad en el agua, con la cual forma, sin embargo,pasta. Cuando esta variedad llega á contener hasta uu

tercio de carbonato de cal, es muy á propósito para

Inejorar los suelos arenosos y los demasiado secos,

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352 G$ULOG]A AGRÍCULA

obrando qu£micamente por el carbonato, y tambien de

un modo mecánico, comunicando cierta consistencia al

terreno. Cuando, por el contrario, es la arcilla la quepredomína, puede servir para los terrenos arenoso-ca-

lizos, si bien debe usarse con prudencia, pues la parte

caliza, si es sobrado abundante, llega á quemar las co-

sechas por su causticidad.

La verdadera y más útil es la marga caliza, que se

aplica con ventaja á las tierras arcillosas y á todas aque-

llas que, ó son sobrado húmedas, ó que gozan en el más

alto grado de la propiedad de retener el agua de lluvia.

En los suelos arenosos conviene poco, produciendo

efectos de corta duracion, especialmente si se la empleasola y sin el auxilio de los abonos.

De lo dicho se deduce la necesidad de distinguír bienla variedad de marga que se quiere emplear, pues su

aceion es diferente en cada una. Pero antes de dar á

conocer el modo sencillo de practicar este ensayo, es

menester recordar, que si bien las principales propieda-

des de la marga residen en el elemento calizo, no toda

la materia de esta naturaleza ejerce la misma influencia

eu las tierras. Con efecto, para que la parte de catiza

obre como mejoramiento, es condicion precisa que se

deshaga ó pulverice con facilidad, y como en muchas

margas este elemento se halla en forma de nbdulos ó

riñoues inatacables por la humedad, claro es que antes

de proceder á su ensayo conviene que por el lavado y

por decantaciones sucesivas, despues de dejar durante

una hora en el agua la marga que se estudia, se aprecie

]a proporcion entre el elemento calizo pulverulento y

el que no lo es; dato precioso é indispensable para apre-

ciar el valor relativo de este mejoramiento.

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MEJORADfIENTOS, ASONOS Y ESTIMULANTNS 353

Para saber la cantidad absoluta ó relativa de calizaque contiene la marga que examinamos, se toman ioo

gramos de piedra y se someten á la accion del fuego,

despues de pulverizada, con el fin de privarla de la hu-

medad. Despues se colocan en un frasco ioo gramos de

ácido clorhídrico, diluido en dos veces su peso de agua,

se pesa todo, hecha la deduccion del peso de la botella,

y se añaden 2o grarnos de marga desecada. Se intro-

duce ésta poco á poco en el frasco, agitando la mezclapara facilitar el desprendimiento del ácido carbónico, y

coficluida la efervescencia, se coloca el frasco en la ba-

lanza, y el peso que se añade para equilibrar los plati -

llos, representa el ácido carbónico desprendido. Este

dato es suficiente para apreciar el carbonato de cal que

contiene, pues como éste sobre ioo partes, se compone

de 43^71 de ácido y 56,zq de base, si suponemos, por

ejemplo, que el peso que se añadió fué de 5,4o gramos,

bastará hacer la siguiente proporcion para obtener el

dato que deseamos.

ioo x ,5,4043^7z : ioo :: 5,40 : x= = I2,35

43^71

que representa la cantidad de carbonato que contieneaquella. Lo restante hasta los 2o gramos, ó sea ^,65,

consta de arcilla ó de una mezcla de ésta y de arena,

cuya cantidad respectiva podrá apreciarse fácilmente

vertiendo el resíduo en una cápsula de vidrio ó porce-

lana, donde se deslíe en mucha agua; se deja reposar

durante cosa de un minuto, y se decanta con cuidado

sobre un filtro doble, á fin de que quede en el fondo

del recipiente la arena, la cual se lava repetidas veces,

se seca y se pesa cuando se halla perfectamente libre23

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354 GEOLOGiA AGRÍCOLA

de sustancias extrañas. En cuanto á la parte de arcilla

que queda sobre el filtro cuando el agua que gotea noacusa ya acidez aIguna, se seca caIcinándola al calorrojo y se pesa.

Conocida la proporcion para Ia cantidad 20, que seha tamado como ejemplo, con solo multiplicar los dife-

rentes términos por 5, se tendrá la relativa á ioo par-tes. De modo que si suponemos que los 7,65 del resí-

duo dan r,25 de arena y 6,¢o de arcilla, se formulará

de este modo la composicion de la marga.

ia gramos g5 de caliza X 5= 6i,q5 carbonato de cal.r . 25 de arena X 5= 6,z5 arena.6 . ¢o de arcilla X 5= 3z,oo arcilla.

2o gramos oo ioo,oo

Casi siempre se en ĉuentra en la marga alg^ de óxí-do de hierro, de carbonato de magnesia, de potasa y

de amoniaco; pero son tan cortas las cantidades que

bien pi^eden despreciarse. La única sustaneia que pu-

díera perjudicar si la proporcíon es considerable, es eIcarbonato de magnesia; pero hay un medio de averi-

guarlo, pues las aguas claras y trasparentes, cuando

proceden de calizas ó de margas puras, se pone^i blan-

cas y lechosas sí contíenen en proporcion la magnesia.

Sin ei^trar en detalles respecto á la época en que

debe ponerse en práctica este mejoramiento, al modo

de usarlo y demas datos que corresponden en rigor á

tratados especiales, nos limitaremos á indicar el crite-

rio que debe servir de norma para saber la cantidad

que debe echarse en un campo, ampliando de paso lo

que hemos dicho ya tocante á la accion que ejerce estasustancia sobre las tierras,

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MEJORAhitENTUS, ABONOS Y ESTIAIULA^TES 355 •

Segun Puvis, lo que dehe prometerse el agricultor

del uso de la marga es restablecer la proporcion con-veniente del elemento calizo en las tierras, y como éste

debe hallarse en la tierra en la proporcion, por lo mé-nos, de un 3 por ioo para que reuna las condiciones

más convenientes al desarrollo de las plantas, se des-

prende que aquellas que lo poseen en esta proporcion

no necesitan semejante mejoramiento.

En cuanto á los suelos que no lo contienen en la in-

dicada cantídad, la marga que les conviene se puede

deducir del resultado de su análisis y del de la tierra

en que se quiere emplear. A este dato hay que añadir

otros dos, á saber: i.°, el espesor del suelo, pues como

es fácil inferir, la cantidad de mejoramiento debe au-

mentar en razon directa de éste, con el fin de restable-

cer el equilibrio en toda su masa; y^.°, la proporcion

de cal que consumen anualmente las plantas que se

cultivan en dicho terreno. Este dato lo puede apreciarel agricultor por el análisis de las plantas ó por ensa-

yos de las tierras en las épocas en que se crea conve-

niente margarlas, lo cual, por otra parte, marcará tam-

bien el espacio de tiempo que ha de medíar entre una

y otra operacion. Girarclin hace notar, con mucha opor-

tunidad, que la aparicion de plantas que como los bre-

zos, las acederas y otras demuestran claramente haberse

agotado ya el elemento calizo del suelo, es un exce-

lente criterio que deberá tener presente el agricultor,

para saber cuándo y con qllé intervalos conviene repe-

tir la operacion de margar las tierras.

Para facilitar la aplicacion de todos estos datos

segun los casos y circunstancias, consúltese el cuadro

siguiente, copiado del que publicó Mr. Puvis.

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356 GEOLOGjA AGRÍCOLA

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MEJORAMIENTOS, AHONOS Y E5TIMULANTES 357

Estas cantidades medias deberán, sin embargo, va-riar, segun muchas circunstancias. Así, por ejemplo,

en un suelo arcilloso, si la marga ofrece tambien este

carácter, la proporcion ha de ser menor; lo mismo debe

hacerse en un terreno ligero ó arenoso, en el cual pue-

de bastar 8m•^•5 G 85 hectólitros por hectárea.

Tambien hay que advertir, segun Girardin, que los

nGmeros del cuadro anterior se refieren á margas pri-

vadas de los nódulos calizos inatacables por el aire y el

agua, es decir, á aquellas cuya masa toda es sttscepti-

ble de reducirse á polvo.

La marga obra mecánica y químicamente. En el pri-

mer caso comunica á las tierras arcillosas mayor solttt-

ra entre sus elementos, haciéndolas de consiguiente

más ligeras, fáciles de labrar, y permeables al aire y á

la humedad. Estos resultados son hijos de la accion delelemento calizo, y áun del arenoso que contiene en

ciertas variedades, y de la facilidad con que se desagre-

ga, debida á la retraccion diferente de la cal y de la ar-cilla. En este concepto el margar las tierras equivale

hasta cierto punto á las labores, 6 por lo ménos las se-

cunday determina el mismo efecto que las que llevan por

objeto dar soltura y liĉereza al terreno. Por el contra-

rio, á los terrenos arenosos y ligeros les da mayor con-

sistencia y trabazon, corrigiendo su demasiada permea-

bilidad, y su aptitud á calentarse y á desecarse. De lo

dicho se deduce tambien, que una misma especie de

marga no conviene á todas las tierras.

En cuanto á la accion química, por más que no sea

tan clara como la mecánica, no deja por eso de ser mé-

nos evidente, como lo acredita por una parte el vigor

que comunica á las plantas, y por otra el empobre-

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35g G60LOGIA AGRICOLA

cimiento de la tierra, cuando despues de margarla nose ha cuidado de renovar los abonos que secundan unas

veces y neutralizan otras los efectos de aquella. Estos

datos demuestran claramente que la marga no es unsimple mejoramiento mecánico, como han creido al-

gunos, sino que al propio tiempo es una especie deabono que ejerce una accion química en el suelo, y fisio-

lógica sobre las plantas.El primer resultado de la accion química de la mar-

ga es neutralizar la influencia sobrado enérgica y des-favorable de los ácidos que contiene el suelo, particu-

larmente si se hallan en exceso. Este efecto lo debeaquella á las materias calizas que contiene, las cuales,

obrando á la manera de la cal viva sobre los restos de

plantas y animales que se hallan en el suelo, activa su

descomposicion, reduciéndolos en un espacio breve de

tiempo á mantillo, Gnico que conviene á los vegetales.

Por otra parte, activa tambien la absorcion de los gases

atmosféricos, y aumenta de iin modo notable la accion

de los abonos vegetales y animales, circunstancias to-

das importantísimas para el cultivo.

Segun consta de las observaciones practicadas por el

Conde de Gasparin, cuando la marga ha permanecido

expuesta por algun tiempo á la accion del aire, cede alagua el bicarbonato de cal (sal soluble) y algo de nitra-

to de la misma base. Pasada por legía y abandonada á

la intemperie algunos meses en un estado convenientede humedad, suministra nuevas dosis de bicarbonato y

nitrato de cal. De donde es fácil inferir que la marga

suministra á la t^egetacion, por Ja parte caliza que con-tiene, las mencionadas sales, tan necesarias como Gtilesá la existencia de las plantas.

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tdEIORAMIENTOS, ABOIvOS Y ESTIMULANTES 359

La solubilidad del elemento calizo de la marga la de-

termina el ácido carbbnico de que casi siempre se hallaimpregnada la tierra vegetal, pues sabido es que cuan-

do por un exceso de éste el carbonato pasa á bicarbo-

nato, adquiere dicha propiedad.

Por último, la presencia en ella de restos fósiles y

de algun principio amoniacal, contribt^ye tambien á

aumentar los efectos de la accion química de esta sus-

tancia, que con razon puede considerarse como un dondel cielo y verdadero tesoro para la agricultura, en aque-

llas comarcas cuyas tierras por efecto de su propia

naturaleza, exigen su aplicacion.

Dejando para inás adelante la indicacion de los ter-

renos que de preferencia suelen contener la marga, por

el momento debe advertirse que casi siempre se en-

cuentra tan preciosa sustancia cerca de la superficie;

siendo por lo comun indicio cie su existencia á poca

profundidad el criarse en el suelo las gatuñas, las sal-vias, los espinos 6 zarzas, los melampiros, el trébol, el

llanten y otras plantas análogas.

El emplear la cal viva como mejoramiento de mu-

chas tierras es tambien muy antiguo y de excelentes re-

sultados, sobre todo ^uando escasea dicha sustancia ene] suelo y subsuelo, ó si abundan los ácidos, como acon-

tece en las turbosas, en las de brezo, y en otras análo-

gas; y por último, en las frias y húmedas por el pre-

dominio de la arcilla, cuyas malas cualidades tiende á

corregir.Yor desgracia esta práctica no se halla tan generali-

zada en nuestro país como fuera dé desear, y la mejor

prueba de ello es que la voz e^rcalnv no figura en el Dic-

cionario de la Academia en ),a acepcion de mejoramien-

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GEOLOGIA ACRiCOLA

to, y sí en otras varias. Sin embargo, en las provinciasVascongadas, en la vertiente occidental de los Pirineos

y sobre todo en AstGrias se valen de esta sustancia parabeneficiar las tierras, hasta tal punto, que casi todos

los propietarios en ciertas comarcas tienen un horno decal en sus fincas sin más objeto que éste. En Murcia,Granada y Valencia se valen de lo que en la primera

de dichas provincias llaman entarquinar, reducido á

conducir las aguas cargadas de cieno ó tarquin á los

campos con un objeto análogo, siquiera la práctica y el

modo de realizarla, así como sus efectos, sean algo dis-tintos.

F.1 uso de la cal se funda en las propiedades que, se-gun dijimos, la caracterizan, debiendo advertir no obs-

tante, que ni las cales que resultan de la coccion de las

calizas, ni éstas, que son las piedras qne por dicho pro-

cedimiento la suministran, son siempre iguales. Con

efecto, distinguen los hombres de ciencia cuatro espe-

cies 6 variedades de cal y de caliza, á saber: crasa, se-

ca, hidráulica y magnésica b magnesífera, cuya acciony modo de obrar en las tierras es muy distinto.

La primera de estas variedades es la que suministra

la cal pura b viva, la más cáustica y excelente como

mejoramiento, pues á esta propiedad se agrega la deaumentar considerablemente de volúmen cuando se

apaga ó hidrata, de donde resulta la accion que produ-

ce en la tierra de esponjarla separando sus moléculas.

La causticidad de esta cal es altamente beneficiosa por

cuanto aniquila y mata los gusanos y las malas yerbas,

activando por otra parte la descomposicion de los abo-nos orgánicos.

Por la accion que ejerce la lechada de cal sobre la

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANI'ES 3C)I

arcilla la hace soluble, poniendo en libertad la mayor

parte de los álcalis que contiene y que son esenciales á

la vida de las plantas. Descompone con más energía

que la.marga los restos orgánicos y los convierte en

breve tiempo en mantillo, poniéndolo en mejores con-

diciones para llenar su importatlte funcion. De aquí el

llamarse ardiente este mejoramiento, por cuanto con-

sume muy pronto los abonos orgánicos, fundándose enesto mismo la necesidad de mezclarlo con cierta can-

tidad de estiércoles antes de echarlo á la tierra. En

esta operacion, en el momento de hidratarse la cal, se

hace insoluble y persiste en la tierra en un estado de

gran tenuidad, desempeñando el mismo oficio que laparte caliza de la marga.

Supónese tambien que la cal se ampara del amonia-

co de los abonos formando carbonato de dicha base, elctlal, por ser soluble, sirve para el desarrollo de ]os ve-

getales, en cuyo concepto la cal viva pura debe consi-

derarse, no sólo como excelente mejoramiento, obrando

mecánica y químicamente sobre las tierras, y cambian-

do sus condiciones físicas, sino tambien, y hasta cierto

punto, como abono y materia estimulante de la vida delas plantas.

Las otras variedades de la cal obran tambien de un

modo análogo, si bien la seca ó árida en razon á la can-

tidad de arena que contiene y la arcillosa ó hidráulica

por la sílice y los álcalis que lleva determinan otrosefectos. La Gltima en especial conviene más á las plan-tas forrajeras, á las leguminosas y á la parte herhácea

de las gramíneas por la potasa y sílice que les suminis-tra. Estas dos especies consumen ó destruyen ménos

los abonos; de consiguiente no queman tanto las tier-

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3C^2 GEOLOGÍA AGItÍCGLA

ras, si bien, como es natural, las ventajas que propor-

ciona el encalado son menores que las de aquella.

La variedad magnesífera obra de un modo muy efi-

caz, y necesita como la primera el auxilio de los abo-

nos orgánicos, por cuanto los consume con rapidez; y

de aquí el que su empleo exija mucha prudencia, pues

de lo contrario, el terreno se esteriliza en vez de ferti-lizarse.

El abate Rozier dice á propósito del encalado, que

esta operacion no admite término medio en cuanto á

sus efectos, es decir, que ó es muy Gtil y de grandes

resultados, cuando los abonos y estiércoles son abun-

dantes, b muy perjudicial en terrenos pobres en sus-

tancias orgánicas y particularmente en tierras arenosasy secas. Sólo en las turhosas y de brezo, en los des-

montes recientes de bosques y en los terrenos pantano-

sos, la cal produce excelentes resultados, áun aplicada

en grandes cantidades.

La práctica de encalar exige, por lo visto, ciertascondiciones de parte de las tierras que conviene cono-

cer. La primera es que escasee en ellas el elemento ca-lizo; la segunda que sean ricas en mantillo, ó por lo

ménos que se las abone á menudo con estiércoles, y la

tercera que ofrezcan cierta dósis de humedad ó que

sean tierras algo frias. Esta circunstancia nos da razon

de ser tan comun esta práctica en las provineias Vas-.

congadas, en Astúrias y en otras regiones de la Penín-

sula, en donde reina mucho la humedad, mientras que

en otras sería tal vez perjudicial.

Indicado el modo de obrar de cada una de las espe-

cies b variedades de la cal viva y las condiciones que

para su aplicacion deben ofrecer las tierras, estamos ya

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 363

en el caso de proceder á la descripcion de los otros

mejoramíentos calizos, dejando para obras éspecialesde agronomía el indicar la cantidad que debe echarse

en cada caso particular, el modo de usarla, las precau-ciones que deben tomarse para evitar los funestos efec-

tos del encalado cuando no lo dirige una mano pruden-

te, etc., etc.A la geología agrícola, con efecto, sólo se le puede

exigir en rigor la indicacion de aquellas materias que

pueden emplearse como mejoramientos ó abonos mine-rales, segun las determinadas circunstancias que ofre-

cen las tierras, dar el modo de conocerlas y el terreno

donde el agricultor puede hallarlas.Los yesones y escombros de los edificios, de que en

general se hace tan poco aprecio, son á la vez un me-

joramiento superior á la cal mismay á la marga, segun

Girardin, y un abono excelente que obra estimulando

la vicla de las plantas. Tan útiles propiedades residen,

á no dudarlo, en la variada composicion de dichas sus-

tancias, en las cuales figuran el carbonato, el sulfato y

el nitrato de cal, el de magnesia y potasa; los cloruros

de cal, de magnesia, potasa y sosa, y por último, mu^chas materias orgánicas y sales solubles, las cuales ar^

rojan en los ensayos hechos el resultado siguiente:

Nitrato de potasa y cloruro potásico.. ... .... IoIdem cálcico y magnésico . . . ... . . . .... . . . .. qoSal comun . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15(^loruro cálcico y magnésico .... . . . ... . . . . .. $

Total ................. I00

La presencia de elementos tan varios como eficaces

en su modo de obrar en la vida de las plantas, de-

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36q GEOLOGfA AGRiCOLA

muestra claramente que los escombros de los edificios

sirven perfectamente de abonos minerales, coi^ la ven-

taja de Ilevar consigo sustancias que la naturaleza sólo

puede proporcionar en rocas 6 mejoramientos muy dis-tintos. De aquf el que sean útiles en extremo para to-das las tierras, y sobre todo, para aquellas que no an-

dan sobradas de caliza, contribuyendo á aumentar con-

siderablemente la mayor parte de las cosechas. Con-

viene, sin embargo, para servirse de él, que las tierrassean frescas y algo húmedas, pues de lo contrario, la

cal que contienen obra por su causticidad, como dijimos

en la especie anterior, y las sales solubles no pueden

disolverse. Con estas condiciones puede asegurarse que

este mejoramiento y abono á la vez, es de grande utili-

dad para toda clase de cultivo y muy particularmente

para el de los prados naturales y artificiales.

La presencia en los yesones de la ca.l que no llegb á

cambinarse con el ácido carbbnico, comunica á esta

materia propiedades análogas á las de la marga y de la

cal viva.

Yor último, la parte de yeso que se halla en muchos

escombros les comunica todas las propiedades estimu-lantes propias de este mejoramiento.

Su accion es ademas muy persistente y duradera,

circunstancia que, unida á su escaso costo, y á las uti-

lísimas propiedades que se acaban de indicar, hacen

que sea uno de los recursos más poderosos de la agri-

cultura.

El falun es un mejoramiento, y si se quiere tambien

un abono estimulante, por razon de la parte animal

que contiene, perteneciente al grupo de los calizos,

preferible, segun muchos agricultores^ á la cal y á la

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 365

marga misma. En Francia se hace gran uso de esta roca

importantísima, aplicándola á las tierras arcillosas, á

las cuales esponja haciéndolas más ligeras, y á las arci-lloso-calizas, si bien éstas no necesitan en general tan-

ta cantidad como aquellas. En unas y otras suele em-

plearse mezclándolo con una parte de abonos orgáni-

cos. En Inglaterra y Holanda se sirven de la roca

llamada crag , de naturaleza análoga, y superior, si

cabe, por sus propiedades al falun, por la mayor pro-

porcion de fosfatos que contiene: segun Young en mu-chos puntos del condado de Suffolk produce mejores

efectos que la marga.La accion de estos mejoramientos y abonos sobre la

tierra está en razon directa de la cantidad de huesos

fósiles, conchas, zoófitos y demas restos orgánicos que

contienen, y del inayor estado de trituracion; advir-

tiendo, por lo que pueda convenir, que los efectos del

falun y del crag son tan duraderos, que se observan en

el suelo durante muchos años.

A veces estas rocas se sobrecargan de arenas y pier-

den el carácter de mejoramientcs calizos; en este caso,

sin embargo, se aplican con ventaja á las tierras arci-

llosas.

Tambien se emplean como mejoramientos y abonos

orgánicos excelentes los fragmentos de conchas, erizos

de mar, zcófitos, etc., mezclados con arena, grava y

otros materiales térreos, y con algas y fucus en estado

de mayor b menor descomposicion, existentes en mu-

chas costas en las pequeñas bahías, en las ensenadas y

especialmente en las rias. La composicion de estos ma-

teriales necesariamente ha de variar, segun sea la na-

tuxalexa ^e la çosta y de los ba^íos c^e donde ^roceden;

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36Ó GEULOGÍA AGRÍCOLA

pero en todos existe un fondo de sustancias animalesy de sal de mar, que les comunican propiedades exce-lentes, especialmente para determinadas plantas.

En las costas de Bretaña y en la baja Normandíadistinguen estos mejoramientos, de que se sirven congran ventaja, con Ios nombres de mcurl 6 merl, treaz ótrcz, y tambien con el de tangne. La primera de estas

denominaciones se aplica á un depbsito de pequeñasmadréporas y concrecior^es calizas, mezcladas con con-chas y otros restos, que en razon al predominio del ele-mento calizo, la destinan con buen éxito á las tierrasarcilloso-silíceas, tan comunes en aquella parte de laFrancia. Tambien llaman á este mejoramiento arenamarina, arena vcrncicailar, fondo de coral, etc. El treaz ó trexes una arena basta, mezclada con gruesos restos deconchas y con rnariscos enteros, que se emplea paradar soltura á las tierras de huerta, obrando tambien porla matería caIiza y la parte orgánica que contiene.

La tangsce, palabra que puede traducirse en españolpor tanga, se Ilama igualmente ceniza de mar, en razon ásu estado más bién pulverulento que arenoso; hállase enla desembocadura de aquellos rios, cuyas aguas proce-clen de terrenos pizarrosos ó graníticc^s; y de aquí la na-turaleza arcílloso-sílícea que ofrece la tanga, efecto de ladescomposicion que todos los agentes exteriores ocasio-naron en dichas rocas. La naturaleza de este mejora-miento se halla sujeta á una porcion de circunstanciasdependientes de la localidad, de la agitacion ó quietudde las aguas en cuyo seno se forma, etc.; siquiera nófaltan nunca en ella la sílíce, la arcilla y la caliza. Laproporcion de estas materias varía, y de aquí el llamar-

se la tanga crasa cuando predomina la arcilla; ligera ya

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l1TEJORAMIP:NT05, ABONOS 1" ESTIhSULANTES 36^

viva cuando es, por el contrario, más rica en arena:

aquella se aplica de preferencia á las tierras vanas ó

sueltas que se encuentran cerca de las costas; las otras

son más Gtiles en los suelos arcillosos y apelmázados.

Unas y otras se emplean puras ó mezcladas con abo-

nos animales y vegetales, y con mantillo, en la propor-

cion de una cuarta parte de estos, y en cantidad de i2

á r5 carretadas por hectárea.

Tanto más oportuno era dar estas noticias, cuanto

que en varios puntos de la extensa costa que rodea á la

^ Península, deben indudablemente encontrarse materias

^ análogas á las citadas, que sería oportuno utilizar. En

Galicia, y particularmente en las cercanías de la Coru-

ña y en la ria de Betanzos, se sirven de lo que los ha-

bitantes llaman are^:as de may, que atendida la constitu-cion geológica de la comarca, deben ser muy análogas

á la verdadera tanga, logrando á beneficio de este me-

joramiento, excelentes cosechas de lino y de toda espe-

cie de verduras y legumbres.

La concha de las ostras, almejas, erizos y demas

mariscos, que tan frecuentemente se encuentran en las

costas, y en estado fósil formando baneos en muchos

puntos del territorio, pueden prestar el mismo servicio

que el falun y las otras sustancias que acabamos de

mencionar, pues machacadas y esparcidas convenien-

temente en los campos de tierras fuertes, frias y hGme-

das, facilitan la extension de las raíces y suministran

por su naturaleza al descocnponerse, materias salinas

y orgánicas muy convenientes á las plantas.

Aquí termina lo que nos habiamos propuesto indicar

respecto cle las sustancias que más comunmente puede

emplear el agricultor como mejoramientos. Procedias

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3E)R GEOLOGIA AGRiCpLA

ahora indicar e1 yacimiento de todas estas materias para

facilitar su empleo; pero como entre los abonos y esti-

mulantes los hay de carácter mineral, en cuyo concep-

to caen bajo el dominio geol8gico, daremos primero una

idea de los principales, y al final se dirá en qué terre-

nos y en cuáles localidades se encuentran unos y otros

de preferencia.

ARTÍCULO II.

ABONos.

Sin negar la accion química. de muchos mejoramien-

tos, hay que reconocér que áun actuando en este con-

cepto, más bien tiéndan á modificar favorablemente laspropiedades y condiciones físicas, que á dar alimer.to á

las plantas, mision propia de los abonos, acerca de los

cuales conviene que expongamos algunas consideracio-

nes generales para que pueda despues comprenderse

mejor la accion especial de cada uno de ellos.

La cuestion de los abonos es una de las más comple-

jas de la agricultura, supuesto que estriba en estos tres

términos que importa sobremanera no olvidar:

i.° Presencia en el suelo de un cuerpo análogo al

que se añade como abono, y al cual le quita toda su

utilidad.

s.° Composicion de la tierra por lo que pueda faci-

litar ó entorpecer las metamGrfosis que el abono debe

sufrir si ha de ser Gtil á la vegetacion.

Y 3.° Naturaleza de la planta á que se destina el

abono.

Fundados en estos tres principios podemos definir elr

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NEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 3 ĉ9

abono, diciendo que es la materia Gtil á la planta, y quefalta 6 escasea en la tierra.

Aunque partiendo de esta definicion, la idea de abo-no es relativa y en manera alguna absoluta, siendo im-

posible á priari dec]arar que esta b la otra sustancia loes; sin embargo , distfnguense en minerales y orgá-nicos, segun su procedencia, y en completos los que,cual el estiércol, convienen á todas las plantas y suelos,en sentir de algunos, por contener todos los elementosnecesarios, é incompletos los qae no llenan estos re-Auisitos. Dejando para obras especiales el dar reglas ypreceptos para emplearlos, séanos lícito pc^r ahora dis-currir acerca de una cuestion importante estrechamenterelacionada con tan vital asunto.

Háse discutido mucho respecto de la alimentacion delos vegetales, y áun hoy disputan hasta con encarniza-miento las opuestas escuelas; partidaria la una, siguien-

do al eminente Liebig, de lo que llaman alimentacion

mineral, y defendiendo la otra la denominada orgánica.

Ateniéndose estrictamente á la naturaleza de los ele-mentos constitutivos y fundamentales de las plantas, ásaber, oxígeno, hidrógeno, carbono, ázoe, azufre, po-tasio, fósforo, etc., siendo todos esencialmente quími-co• y cuerpos simples por añadidura, si el vegetal nocrea nada por sí, limitada como se halla su accion átrasformar lo mineral en orgánico, claro es que todaslas sustancias que han de servir para tan misteriosametamórfosis, en último resultado han de ser inorgáni-cas, en cuyo sentido tiene razon que le sobra la teoríade la alimentacion mineral. Pero si se advierte que mu-

‚has de las sustancias que por virtud de reacciones ydesdoblamientos suministran á la vegetacion dichos

24

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3^0 GEOLOGÍA AGRiCOLA

cuerpos simples, con los cuales las plantas dan orígenĉ los principios inmediatos, tales como las gomas, elalmidon, azúcar, la albGmina vegetal, las resinas, etc.,son esencialmente orgánicas, claro es que llevan venta-

ja los de la opuesta doctrina. En el fondo, sin embar-

go, no es esta la cuestion que se debate, pues todos

unánimemente reconocen la necesidad de los alimentos

minerales y de los orgánicos; pero Ios unos pretenden

que estos, siquiera sean complejas en su propia esencia,penetran tal cual son directamente en el organismo, ve-

rificándose en su interior y bajo la influencia de la vi-

da, todas las reaccíones químicas que dan por resulta-°

do la formacion de los principios inmediatos indicados,y todos los de análoga naturaleza; al paso que los de la

alimentacion mineral niegan el hecho, y aseguran que

las descomposiciónes se verifican al exterior, no pene-

trando en la planta sino los cuerpos elementales, y

cuando más los binarios. Ffindanse para ello en el he-

cho vulgar de que el estiércal, por ejemplo, no produ-

Ce sus buenos resultados en la tierra, mas que en el ca-

so de hallarse bien hecho ó fermentado, es decír, cuan-

do por los esmeros del agricultor en su preparacion, se

han realizado en su seno cuantas descomposiciones son

necesarias, para que pueda suministrar al ve,getal sus ele-

mentos componentes. Obsérvase, con efecto, que sí por

falta de cuidado ó por la premura del tiempo se lleva

al campo la basura intacta ó sin descomponer, los efec-

tos son nulos y hasta perjudiciales á veces, sobre todo

si los despojos vegetales de la cosecha anteríor no expe-

rimentaron antes la alteracion converiiente. Tambien es

cosa sabida, que si el primer año apenas se consigue

resultado alguno satisfactvrio de los estiércoles frescos

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 3^1

ó no fermentados, al año siguiente, cuando la descom-

posicion avanza algo más, las cosechas son mejores. De

cuyos hechos indiscutibles, sacan los partidarios de la

alimentacion mineral, la consecuencia, al parecer ló-

gica, de que no es la materia vegetal ó animal la quedirectamente favorece el desarrollo orgánico, pues deser así, cuanto más reciente é intacto fuera el estiércol,

habria de prodllcir mejores y más eficaces resultados,

contra lo que la práctica nos enseña. He aquí cómo ex-

plican los que siguen la escuela de Liebig este hecho:

las sustancias así minerales como orgánica.s del suelo,

se encuentran en estado, ó son en su mayor parte ínso-

lubles, en cuyo caso, no pudiendo penetrar por las rai-

cillas, son completamente inútiles para la alimentacion

de las plantas. Necesitan, pues, un cuerpo que se en-

cargue de hacerlas solubles, y este es el ácido carbónicoque suministra el estiércol cuando está bien formado,

en razon á que entonces el carUono se halla muy divi-dido y en condiciones de experimentar la combustion

lenta. Mientras el estiércol no llega á este estado, se

quema el hidrógeno que es más combustible, dando orí-gen á cantidades proporcionales de agua, pero no for-

mándose ácido carbónico en cantidad bastante hastaque el hidrógeno se consuma, falta á la tierra el disol-

vente necesario, y las plantas no adquieren el vigor que

sería de desear.

Parece robustecer esta opinion el ensayo repetido

varias veces, para determinar la cantidad de ácido car-

bónico contenido en la tierra abonada con estiércol

fresco y con otro. fermentado, resultando que mientras

en aquella no excedia de 4 metros cúbicos por hectá-

rea, en ésta llegaba á i8, y si la materia orgánica se re-

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37z GEOLOGfA AGRÍCQLA

ducia por completa á mantillo, elevábase hasta 54 me-

tros cúbicos.

Pero no se limitan los partidarios de esta teoría áexplicar el hecho por la solubílidad que el ácido car-

bónico del estiércol y mantillo comunica á las sustan-

cias minerales del suelo, sino que ]os más extremadosniegan que la materia orgánica sea indispensable para

ia nutrícíon vegetat, fundándose para demostrarlo, en

que si se toma una cierta cantidad de tiena y se so-

mete á una temperatura suficiente para destruir todo lo

orgánico, y se tiene cuidado de agregarle los princi-

píos nutritivos de la planta en estado soluble, como

sales de potasa, de sosa, de cal y de magnesia, de híer-

ro y de amoniaco y fosfatos y silicatos, tambien solu-

bles, los vegetales puestos en semejantes condiciones

dan abundantes ĉosechas. A cuya exageracion contesta

Boussingault con la siguiente ingeníosa ocurrencia: sicon efecto, sólo la parte mineral de los abonos es la que

sirve para el desarrollo de los vegetales, ciertamente

que no tienen perdon de Dios tos agricultores prácticos

haciendo tantos y tan repetídos sacrificios adquiriendo

abonos, manteniendo caballerías y costeando carrospara llevarlos al campo; todo esto es supérfluo; qué-

mense abonos, carras y hasta las caballerías mismas;

redúzcase todo á cenízas, y una simple carretilla bas-

tará para su trasporte. Y para probar que este métodono produciria los resultados que se apetecen, el insigne

agrónomo abonó un campo con las cenizas de soo kilos

de estiércol y otro de igual cabida con goo kilos de ba-

sura de cuadra, y sembrados ambos de ávena, el prime-

ro sólo dió cuatro granos por uno, al paso que el otroprodtijo catorce.

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ME]ORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 373

Pero continuemos ]a exposicion de la teoría mine-ral; para persuadirse de la carencia absoluta de ma-teria orgánica en la tierra en que se hizo el primer en-

sayo, colóquense, dice mi amigo el Sr. Utor, aquellas

mismas sales en un frasco con agua destilada como di-solvente, y se advertirá que las plantas viven lozanas

hasta producir treinta granos por uno, y que la mate-ria que se forma á expensas de la disolucion es tan con-

siderable, que comparada la que contie^le la semilla

con la de la planta toda, se halla en la propol•cion de unoá setecientos. No necesitando las plantas de ácido car-

bónico para disolver las materias nutritivas, puesto

que dichas sustancias estaban disueltas, todo el carbo-

no de aquellas procede del ácido carbónico atmosférico.

Parece, pues, demostrado, en sentir de los partida-

rios de la teoría mineral, que la materia orgánica no seasimila cjirectamente, siquiera sean importantes para

la vida de las plantas los productos de su descomposi-

cion, ácido carbónico y amoniaco, que se fijan en el

suelo hasta quedar saturado. El ácido carbónico, ade-

mas de suministrar el carbono á los vegetales, obra

como disolvente de los principios minerales, sin cuya

intervencion no es posible la vida, contribllyendo tam-

bien á la produccion de sustancias nitrogenadas en elsuelo. I-Ie aquí cómo se explica esta última y vital fun-

cion: la materia orgánica de la tierra más en contacto

con la atmósfera, experimenta una combustion lenta,

de la que resulta ácido carbónico y ácido nítrico, com-

binándose el oxígeno con el nitrógeno, ora procedan

de la tierra ó fijados por el resíduo carbonoso: dicho

ácido así formado en presencia del aire y de la hume-

dad, actúa sobre los productos nitrogenados del suelo

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374 GEOLOGIA AGRICOLA

y da orígen al nitrato amónico, siendo esta la razon deabundar siempre más el ázce y sus compuestos en la

capa superficial de la tierra. Tambien explica este pro-

cedimiento la formacion del nitro ó nitrato de potasa,

en aquellos puntos en qtte escasean las materias ani-

males; pero en donde sttbsisten restos de la descompo-sicion de las mateñas orgánicas, asunto de la mayor

trascendencía para la agricultura, pues dada la granimportancia de dicha sal, el propietario puede obte-

nerla fácilmente sin más que llevar al campo sílicatos

de potasa, con lo cual provocará la formacion del ni-

tro en las tierras provistas de resíduos carbonosos.

Si el suelo en vez de potasa contiene carbonato cál-

cico, la reaccion se verifica del mismo modo, pues el

carbónico provoca la formacion del ácido nítrico, dan-

do or^gen al nitrato cálcico, sal muy delicuescente y

que baja hasta el subsuelo, por carecer la tierra de la

propiedad de fijarla 6 retenerla entre sus molécuIas.

De todo Io cual se deduce, segun los partidarios de

esta doctxina, que cuanto más descompugsta se halla

la materia orgánica, tanto mayor es la cantidad de car-

bono que se produce, el cual, combínado con el oxíge-

no, forma ácido carbónico, aumentando, en razon di-

recta de ésta, el nitrato amónico que se desarxolla. Elagente, pues, más importante en todas estas recónditas

operaciones es el áeido carbónico, producto de Ia fer-

mentacion de las materias orgánicas, el cual, á más de

suministrar el carbono á las plantas, sirve de disol-

vente de la cal, la magnesia, los álçalis. fijos, el ácido

fosfórico y el sílícíco; provoca mientras se oxida la for-

macion del nitrato amónico, y por Gltimo, da orígen

al nitro, sustancia de primer 6rden, lo mismo por el

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MEJORAMIF.NTOS, ABONOS Y F.STIhIULANTES 3^5

nitrúgeno que por la potasa, que entra como base.

La mayor energía de los abonos animales la cxplica

la teoría diciendo que en ellos se forman en ménos

tiempo mayores cantidades de ácido carbónico, siendo

de consiguiente más rápida la múltiple accion que ejer-

ce sobre.los elementos minerales del suelo. Tambien

aseguran los de esta escuela que el guano no obra tan-

to por la gran proporcion de ázoe que contiene, de 8 áio por roo, sino más bien por el fosfato de cal que al-

canza hasta el 3o por ioo, por el r y 2 por ioo de mag-nesia, y por la potasa, siquiera ésta se halle en canti-

dades pequeñísimas: en los terrenos calizos se advier-

ten aGn más los excelentes efectos de esta sustancia,

porque acelera la descomposicion de la materia orgá-

nica, en cuyo caso el ácido carbbnico disuelve la sílice,

los fosfatos y demas principios nutritivos de las plan-

tas. Y para persuadirse de que el guano no obra por la

cantidad de amoníaco que contiene, se quema una can-

tidad determinada, teniendo cuidado de agregar des-

pues la proporcion de ázoe en forma de una sal amo-

niacal equivalente al amoniaco que se evaporb, obser-

vándose que apenas produce resultado alguno. Y es

que ni el fosfato que contiene el guano, ni las demas

sustancias nutritivas, pueden hacerse asimilables cuan-

do falta el disolvente por excelencia, el ácido carbóni-

co, al que alguno ha ]lamado con propiedad jugo gás-

trico de los vegetales. Insisten los de la doctrina mi-

neral en la insuficiencia del que existe en la atmósfera

para subvenir á las necesidades de las grandes cose-

chas, y que es indispensable el que lleva consigo el es-

tiércol, á manera de despensa, para que las plantas

contengan '/,Q de dicho ácido, segun opina el Sr . Abela.

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37Ó GEOLOGIA AGRiCOLA

Respecto del ázoe, aseguran que no debe preocuparse

el agricultor, pues que las plantas lo encuentran siempreen los estiércoles, y^lo que falta se lo proporcíona gra-

tuitamente y con exceso la naturaleza misma; pero no

sucede lo propio con los principios minerales que sepíerden con eI grano y que hay que restituir á la tierra,

si ésta ha de conservar indefinidamente su fertilidad.

No hay que olvidar, sin embargo, la necesidad deutilizar la paja y demas despojos vegetales en los que

reside el áZOe en gran copia; pero conviene tambien re-

mover mucho la tierra por medio de labores frecuentes

para que el estiércol y los restos orgánicos se descom-

pongan lo más pronto posible, y produzcan mucho áci-

do carbónico 6 disolvente de las sustancias minerales.

Tales son las opiniones de los que niegan la asimila- •

cion directa por parte de las plantas de la materia or-

gánica., siquiera hagan una excepcion en favor de las

parásítas y de las privadas de clorofila b de materia ver-

de, que como es sabido no son muchas.

Combaten las otros esta exageracion dicíendo, que

á las excepciones anteriores debe añadirse la de aque-

llos vegetales que crecen en terrenos muy ricós en

mantillo, razon por la cual han sido denominados porJ. Sachs humícodas, el cual á este próposito se expresaen los siguientes términos, como consecuencia legítima

de sus profundos estudios fisiológicos: «Se puede pen-

sar que las plantas no parásitas y de hojas verdes que

viven en un suelo muy rico, forman su materia com-

bustible, en parte absorbiendo materias orgánicas, en

parte descomponíendo el ácido carbónico: • tal fué tam-

bien la opinion de 5aussure, uno de los primeros que

abordaron tan importante cuantoydebatida cuestion.

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MEJORAMIENTOS, ABONOS X L+STIMULANTES ^37ĉ

Y hoy ménos que nunca, añade un distinguido Inge-

niero agrbnomo español (I), puede negarse la asimila-

cion de la materia orgánica por las plantas, en lo • mo-

mentos en que tan curiosas observaciones se hacen con

las plantas llamadas carnívoras, á l^s que se ]as alimen-

ta hasta con carne tostada. Hoy es sabido que aquellas

plantas que á principios de este siglo un_ jardinero de

Lóndres alimentaba con carne; esas plantas que crecenen la Carolina del Norte en los terrenos húmedos; esas

plantas que en los tratados de botánica se conocen con

el nombre vulgar de atrapamoscas, no sólo cogen los

insectos, sino que los obligan á permanecer encerrados

entre sus hojas, hasta gue Inueren y sufren una descom-

^posicion, verificándose entonces una verdadera absor-cion de las sustancias de aquellos para alimentarse de

ellas. Por otra parte, los experimentos practicados du-

rante más de veinte años en Rothamsted por los señores

Lawes y Gilbert, parecen haber resuelto la cuestion en

sentido contrario á la teoría exclusiva mineral. Con efec-to, dividido el mismo campo en tres porciones iguales,

destinadas al cultivo del trigo, la primera sin abono al-guno, la segunda con abonos minerales, y la tercera con

abonos minerales y sales de amoniaco, el resultado fué

decisivo, pues mientras el no abonado y el de las sus-

tancias minerales dieron 2.720 lihras y 2.67i, el que

llevaba sales amoniacales, casi produjo el doble 4.ogq..La teoría mineral fiIé preconizada cuando no se co-

nocia aún bien la composicion de la tierra de labor; re-

petidas análisis demostraroil despues que ésta contiene

en gran abundancia, no sólo materias nitrogenadas, sino

(t) D. Anlonio Botija, Profesor de la L"scuela central.-Conferencia del 23

de UCciemlrc de t677. ^

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3^H GEOLOGiA AGRÍCOLA

potasa y fosfatos, hasta tal punto, que en suelos de pri-

mera todas estas sustancias superan, y con mucho, á las

exigencias de la vegetacion, de donde podria deducirseser inútiles, lo misma los elementos de orígen orgánico

6 nitrogenados, que los de procedencia mineral, prin-

cipio que, por más que la ciencia, lbgicamente discur-

riendo, lo preconice, se halla en abierta contradiccioncon la gran maestra de la agricultura, ó sea con la ex-periencia de todos los dias.

El error en que semejante absurdo, por nadie hastaeI presente sostenido, estritia en no haber determinado

con precision un dato de la mayor importancia, á saber:

el estado soluble 6 insoluble de todas aquellas sustan-cias. Y aquí es donde precisamente encuentro la posi-

bilidad de conciliar ambas teorías, pues si los abonos

naturales que en tan gran copia contiene el suelo son

insolubles, será indispensable el empleo de materias

orgánicas, para que con su lenta descomposicion sumi-

nistren grandes cantidades del disolvente por excelen-cia llamado ácido carbónico, que comunica condiciones

de verdaderos alimentos de las piantas, á los que antes

eran, digamoslo así, inertes. Y por otra parte, si los fac-

tores minerales más importantes, como los fosfatos, Ia

potasa, la sílice, etc., abundan tanto en el suelo, sin negar

]a conveniancia de llevar al campo estos principios en

razon directa de las necesidades de laplanta, se despren-

de que no deben ser tan esencialmerite necesarios comola teoría mineral pretende. A más de esto, y de lo que

elocuentemente demuestra la práctica y la ekperiencia

diaria, siempre de gran peso eci asuntos agrícolas, la

teoría mineral b los que la extreman vienen oblíĉadosá demostrar, para que demos crédito á su doctrina, que

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MF.JORAMIENTOS, AAONOS Y ESTIMULANTAS 379

la exclusiva mision del estiércol, del guano y demas

abonos orgánicos, es formar ácido carbónico, y en ma-

nera alguna compuestos del mismo ácido con bases ni-

trogenadas, que siendo solubles por sí, pueden y con

efecto penetran en el organismo vegetal. Y quien dice

carbonatos, bien puede añadir nitratos, fosfatos, etc.;

los cuales, si bien en último resultado constan de ele-

mentos minerales, for•mando parte de los abonbs orgá-

nicos, pueden comprenderse en esta categoría.Resulta, pues, de todo lo que acaba de exponerse,

que cualquiera que sea la mision que á los abonos or-

gánicos se les confiera, no puede ménos de reconocerse

su grandísima importancia, ora actGen sólo para formar

ácido carbónico como disolvente de los principios Ini-

nerales que ellos llevan, ó de los contenidos en el sue-

loi ó bien originando otros compuestos, que siendo so-

lubles los absorben las raíces de las plantas y contribu-

yen á su desarrollo. Lejos de excluir esta doctrina la

decisiva influencia de las sustancias minerales que al-

gllnos comparan con el muelle de un reloj, las coloca

en lo referente á la alimentacion vegetal á la par, ó si

se quiere, hasta por encima de las orgánicas, siquiera

dé á éstas la participacion en dicho fenómeno qlle la

práctica y la ciencia de comun acuerdo les conceden.

Importa, empero , no olvidar los grandes sacrificios

que la adquisicion de los abonas qufmicos impone al

propietarío, quien sólo en casos muy contados puede

valerse de. ellos en sustitucion del estiércol de cuadra

y demas abonos orgánicos que puede procurarse á poca

costa; teniendo sobre todo en cuenta, que la base de to-

da explotacion agrícola debe ser la zootecnia, esto es,

agregar á las bestias de labor aquellas especies de ma-

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3H0 GF.OLOGfA AGRfCOLA

míferos y aves que mejor se adapten á las condiciones

de la localidad, pues sobre consumir todos los desper-

dicios vegetales, devuelven á la tierra en los excremen-

tos y orinas, la mayor parte de las sustancias que reci-

bieron de las plantas. Indudablemente éste es el sistema

más económico y del que pueden esperarse mejores

resultados, sin prescindir, por supuesto, de la cuestion,

un tanto demasiado olvidada, de los mejoramientos á

favor de los cuales, no sólo conseguirá la generacion

presente aumentar los productos de la tierra, sino que

la dejará preparada para las veníderas.

Por otra parte, los abonos químicos se van encare-

ciendu de dia en dia por la creciente escasez que se ad-

vierte, en especial de las sustancias azoadas, y no sería ^

discreto fiar la fertilidad del suelo á lo que tanto cuesta:-Y ahora, como síntesis de cuanto á alimentacion ve-

getal se refiere, he aquí lo que el distinguido profesor

Botija decia en su conferencia de z3 de Diciembrede i 877.

r.° Que los >^ son elementos indispesasables é igual-naeute i^nportantes ^ara Zas plantas, porque sin cualquierade ellos no darian productos (r).

2.° Que de estos i2 elementos, paya el agricultorsólo

fienen importaracia en los abonos el nitrógeno, fósfovo y^otri-sio, que son los que más comunmente faltan en las tier-ras cultivadas. '

3.° Que el nitrógeno es igualmente importante que

todos los demas para las plantas; pero que no tomando

éstas directa ni indirectamente de la atmósfera sino

(r ) lle estos el carhono, el oxígeno, el hidrógeno y el ázoe se Ilaman orgáni-

cos ú organogénicosi el fúsforo, el azufre, silíceo, el cloro, potasio, sódio, calcio,

magnesio, hierro y manganeso, inorgánicos ú mineralcs,

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 3óI

cantidades muy pequeñas, debe recogerlo y procurár-

selo por todos los mcdios posibles el agricultor, tanto

mas, cuanto que es el más ca.ro de los abonos comer-

ciales.q.° Que todos los elementos citados se encuentran

en el estiércol, siendo por lo tanto un abono completo

y la base de todos los demas que se emplean.5.° Que no produciéndose sino en raros casos todo

el estiércol necesario, el labrador debe recurrir á los

abonos no suple, sino complementarios.

6.° Que entre estos complementos los restós ani-Inales en primer término, y despues los vegetales, son

los mejores porque contienen todos los elementos de

s las plantas.

^.° Que puede considerarse como verdadera here-

gía agrícola asegurar ser errónea la opinion de muchos

autores respecto al buen resultado de los abonos ani-

males, toda vez que contienen escasa proporcion de sus-

tancias animales y producen el esquilmo de las tierras.

8.° Que á falta de restos orgánicos deben buscarse

las materias del reino mineral que contengan nitróge-

no, fósforo y potasa.

Y 9.° Que entre éstas, la fosforita, aplicada conve-

nientemente, es la que puede tener mayor interes para

nuestra agricultura bajo el punto de vista económico.

Como esclarecimiento complementario de cuanto

sobre cuestion tan vital llevamos dicho, reproducimos

á continuacion los siguientes cuadros tomados tambien

de la interesante conferencia antes citada:

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3b2 GEOLOGÍA AGRÍCOLA

Elementos de las plantas y de los abonos re^resentadospor sus símbolos quírnicos (r>.

H I O I C N 1'h S INa I CI ^ Fel Mn I Si

Eatos tres ele-mentos coustitu_yen por sí anlosde Bo á gs por toode la masa de lasplantas. Y ae en-cuentran entre síen la relacion de

t^9^9Solo los tres dife-rentemente com_binadus formantoda la aérie de loehidratos de carbo_no, de quo son ti-po la fécula, elazúcar, etc. '^-..^^ I

Estos cuatro elemen-tos, llamadoa orgánicos,constitu yea la parte com-bustible de la planta.Todos los demas quedanen las cenizas despues dela combustion.

Si unimos el azufre (S) á loscinco cuerpoa comprendidoa enesta llave, tenemos los seiselementos que constituyen lamateria protéica, ó sea toda laaérie de cuerpos, que como laalbúmina vegetal son nitroge-nados.^

Los cuatro e(emrntoscu,npre.ndidos bajo esta Ilaveson In:: príneipales agentes deJerlilidad tte los aGonos.

Estos elemeutos se hallansiempre en cantidad suficientecomo aecundarios ó acceso-rios en todos los ahonos.

(t) Véase el significado de los símbolos en el cuadro siguiente,

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1fEJOIZAMIENTOS^ ABONOS Y ESTIMULANTES 3g3

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384 GEOLOGIA AGRÍCOLA

Respecto al modo de emplear los abonos habremos

de limitarnos, dada la fndole de la obra, á decir en té-

sis general que para aprovechar mejor las materias or-gánicas conviene hacerlas sufrir como al estiércol una

descomposicion más ó ménos grande, segun su natura-

leza, con el objeto de presentarlos á los vegetales en elgrado mayor posible de division.

Expuestas ya estas consideraciones generales acercade los abonos, entremos resueltamente en la enumera-

cion de los más importantes, empezando por lus

Abonos or^ánicos.

Entre los procedentes del reino orgánico, á más del

mantillo, especie de abono natural, figuran todos los

productos de la descomposicion de las plantas mismas

y de los animales; pero como sería extralimitarnos de

nuestra mision el tratar de lleno de todas estas mate-

rias, nos limitaremos á dar una idea lo más completa

posible del guano, por formar parte de la composicíongeológica, indicando despues, pero muy sómeramente,

algunas otras ^ustancias que, si bien orgánicas, no en-tran en el cuadro de nuestros estudios.

El guano ó huano es una sustancia de color ceni-ciento ó gris claro, recien extrairlo del depósito, de un

tinte rojizo oscuro cuando es añejo; expuesto al aire

despide un olor amoniacal muy fuérte; el sabor es sa-

lado y picante, debido á la notable proporcioñ de amo-

niaco que contiene; con frecuencia lleva unas concre-

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 3g5

ciones blancas que se deshacen entre los dedos, com-

puestas de carbonato de amoniaco.

Este abono, que tantos beneficios dispensa á la agri-

cultura, consta de los exerementos de aves, mezclados

con esqueletos y cuerpos enteros de las mismas, y de

sustancias térreas y arenosas en mayor ó menor canti-

dad: y se encuentra en muchas islas del Sur América,

tales como las Chinchas, Galápagos, algunas de la Pa-

tagonia, otras de la costa de Labrador, y en las depen-

dencias del cabo de Buena Esperanza, en las de Icha-

boe, Angra pequeña, Malaca y otras.

EI guano forma, á modo de bancos de 3om á más de

espesor, lo cual puede dar una idea de su antigĉedad,

si se parte del cálculo hecho por algunos geólogos, de

que cubíerta en toda su extension por las aves la su-

perficie de dichas islas, se necesitarian 30o años para

formarse una capa de o,or m de grueso próximamente.

El guano debe, pues, considerarse como un gran de-

pósito de coprolitos, á sean excrementos fósiles de aves

diluviales ó del período ct^aternario, pero que, á la

manera de la turba, continGa todavía formándose.

Algunos le niegan esta antigiiedad, fundándose en

razones, en mi concepto de escasa importancia; pero

dejando aparte esta cuestion, pues interes^, poco al ob-

jeto que nos praponemos, hay que ver el or4gen de este

riquísimo abono en el incalculable número de aves

marinas, y en especial de las llamadas grca^:aos, de don-

de deriva el nombre que lleva la sustancia, que viven,

sobre todo en el Pacífico de la costa occidental del Sur

América, donde abundan tanto los peces en la zona

ocupada por la corriente fria que procede del cabo de

1=Iornos^ c^ue el insigne Ulloa decia que no encontraba25

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3S6 GEOLOG^A AGRiCOLA

palabras para expresar su cantidad; contribuye tambien

á formar las huaneras b guaneras, la circunstancia de no

llover apénas en aquella costa; notándose que el de

otros puntos es peor porque el agua arrastra los ele-

mentos solubles.

Háse calculado Ia cantídad existente en las islas deiPerú en 3^8 millones de quinkales métricos.

Humboldt trajo á Europa de las islas Chinchas el

primer ejemplar que, analizado por Fourcroy y Vau-

quelin dió el resultado siguiente: ácido úrico, en parte

saturado de amoniaco y cal; ácido oxálico combinadocon el amoniaco y la potasa; el fosfórico unido á las

mismas bases y á la cal; pequeñas porciones de sulfato

de potasa, cloruro potásico y clorhidrato de amoniaco,algo de sustancias grasas y arena margosa y ferrugínea.

I,os siguientes cuadros dan los resultados de análisis

químico-agrícolas practicadas despues: de ellas se de-

duce sin gran dificultad, que las cantidades de ázoe son

por todo extremo variables; y como quiera que esta es

una de las sustancias más importantes de estos abo-

nos, pueden en tal concepto clasificarse en tres gru-

pos; á saber, el primero el de las islas Chinchas, el más

rico en sustancias nitrogenadas, pero por desgracia

completamente agotado; el segundo lo representa el

guano de Bolivia y Chile, que contienen tres y hastaun 'cuatro por ciento; y por última, el guano fosfatado

procedente de las islas, donde las aguas de lluvia y del

mar han hecho desaparecer casi por completo el ázoe.

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M$JORAMIENTOS^ ABONOS Y ESTIMULANTES 3ó7

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GEOLOGIA AGRÍCOLA

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MEJORAMIENTOS^ ASONOS Y ESTIMULANTES 38g

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3g0 GEOLOGIA AGRICOLA

Boussingault ha obtenido en repetidos ensayos lassiguientes cantidades de nitrato potásico, sustancia que

aumenta mucho el valar del guano como abono:Guano del Perú ............. 4^7o grs. por kilog.

de Chincha.. . . . . . . . . . 3,80 -blanco ............... z^75de Chile . . . . . . . . . . . 6,00de islas Jervis . . . . . . . . 5>^de islas Baker . . . . . . . 3,00del golfo de Méjico... . . o,oide murciélagos, en unacaverna de los Pirineos 20,00

Siendo importante conocer la cantidad centesimal

de ázoe que contienen los diversos guanos, ponemos

á continuacion este otro cuadro:

^ PROC8D8NCfA.AiOe eD

xoo parte».AU70RIDADRB,

Angamos .. . . . . . .. . . . .. . . i7,z Nesbit.Chincha ................. 14,3 »Idem ............... ....Idem

14^oi Boussingault.

.................... 3,iPerú...... ........... 13,4 Id. y Payen.Idem guano blanco,........ i6,g Girardin.Pabellon de Pica.. ...... .. 6,o Nesbit.Perú (isla Lobos)......... ^,5 »Bolivia ............... .. 3r7 "Chile .................... 5>z »Idem ... ............... 3,3 Girardin.Patagonia. .... , 2,z »

islas Falkland.. ... . r,g Nesbit.California . . . . . 4,4 »

Islas Ichaboe..Africa^

4,0 ».,,Bahía Saldaña. ,' i,o Nesbit.

`Isla Baker.. . . . .O. Pacífico1 - Jervis.. ...,

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»Baral.

l - Galápagos,, 0,7 Boussingault.Antillas .. . . . . . . . . . . . . . . . . .Australia (b hí d h kS

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MEjORAMIENTOS, ASONOS Y ESTIMULANTES 391

Este es uno de los abonos dichos ardientes por cuan-

to su modo de obrar es muy enérgico, razon por la

cual su accion es pasagera; por consiguiente, conviene

usarlo con prudencia y renovarlo á menudo. Su in-

fluencia se funda principalmente en la gran cantidad

de ázoe, de sales amoniacales, de fosfatos y carbonatos

que contiene. El mejor modo de que sea duradera su

influencia, consiste en mezclarlo con yeso, pues éste

convierte las sales amoniacales en compuestos ménos

volátiles, impidiendo su evaporacion. En Inglaterra lo

mezclan con cuatro veces su volúmen de tierra buena

ó de mantillo, y tambien con ceniza comun ó de carbon

de piedra, y produce admirables resultados.

Queda dicho más arriba; como explica la teoría mi-

neral, la influencia que ejerce el ácido carbónico qtte se

forma en el guano, disolviendo los fosfatos y demas sus-

taneias inorgánicas que contine el mismo; pero sin ne-

gar el hecho, puede añadirse que contribuye eficazmen-

te á hacer solubles los fosfatos, el sulfato y el oxalato

de amoniaco, habiendo hecho el experimento de quitar

esta última sal por el lavado, haciéndola cristalizar

despues por evaporacion, en cuyo caso la cantidad de

ácido fosfórico disuelto á los veinticinco dias, equiva-

lia próximamente á 3 gramos de fosfato tribásico, mien-

tras que si se pone el guano sin lavar en contacto con

el agua, ésta se carga en igual espacio de tiempo de

una cantidad de ácido fosfárico que corresponde á 76

gramos de fosfato tribásico. Esto mismo lo confirma la

comparacion de los efectos en años secos y lluviosos,

observándose que una lluvia moderada despues de es-

parcir el guano es muy favorable por determinar la pe-

netracion en el suelo de los principios solul>les, y co-

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392 GEOLOGiA AGRÍCOLA

municar esta cualidad á los que no la tienen. Algunos

activan esta solubilidad del guano, añadiendo una cier-ta dósis de ácido sulfúrico, primero en la arena y luego

incorporándolo todo con el suelo abonado.

El guano conviene á todas las tierras, pero de un

modo especial á las húmedas, pues en las secas y en

las privadas de riego, quema las plantas 6 no se di-

suelven sus componentes. En los prados y en las tier-

ras de regadío producen muy buenos efectos. En laribera del Júcar se sirven del guano para el cultivo

del arroz y obtienen cosechas sorprendentes. No debe

olvidarse, sin embargo, el inmenso beneficio que aque-lla comarca recibió en la última grande inundacion.

En cuanto á la cantidad que deba emplearse es muy

variable, pero segun resulta de los númerosos experi-mentos y ensayos practicados en Inglaterra, en varios

suelos y en exposiciones diversas, la proporcion media

en tierras buenas, debe ser la siguiente;Para cereales, por hectárea. ....... 25o kilogramos.Para prados naturales y artificiales.. 375 gPara patatas, remolachas, nabos.. .. 3q5 .

Respecto á los abonos crgánicos que pudieran ]la-

marse supraterrestres, por no formar parte de la es-

tructura y composicion del globo, deben citarse todos

los productos animales y vegetales, los excrementos,

empezando por el humano, las orinas, los huesos, las

plumas, los peces secos, las algas que el mar arroja á

la costa, el estiércol calificado por algunos como abono

completo, y hasta las cenizas que resultan de la com-bustion de todas las partes del vegetal y de muchas de

los animales, se emplean con ventaja como abonos más

ó ménos excelentes por la cantidad de ázoe, de fósforo,

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MEJORAMIENTOS, AEONOS Y ESTIMULANTES 393

potasa, etc., que suministran al suelo, y por el inter-

medio de ésta á las plantas.

Dar reglas para la mejor preparacion de estas diver-

sas sustancias; índicar la cantidad que debe echarse en

cada caso particular, segun la calidad y composicion

de la tierra y la naturaleza de la planta á que se desti-

nan, todo esto, como es fácil comprender, corresponde

á tratados especiales.Desde que la agricultura ha realizado tantos y tan

admirables progresos, merced á la feliz aplicacion de

las ciencias naturales todas, el ramo de abonos na-

turales y áun más los artificiales ó del comercio, ha lle-

gado á adquirir un desarrollo extraordinario, y tambien

por desgracia sus falsificaciones, razon por la cual, si

por una parte prescindimos de ciertos detalles que el

agricultor encontrará en libros destinados á este exclu-

sivo ob}eto, nos creemos obligados por otra á dar una

idea del ensayo que puede practicarse para reconocer

el fraude y en especial la cantidad de sustancias nitro-

genadas que contiene.El primer procedimiento que para esto se empleaba

reducfase á la prueba de su combustibilidad, colocán-

dolo en una cápsula de platino ó porcelana y sometiéu-

dolo á una temperatura bastante alta para quemar toda

la parte orgánica, apreciándose el valor del abono por

la pérdida que experimentaba. Hoy, desechado este

método por demasiado falaz y susceptible de muchos

errores, se pone en práctica e] siguiente. Con el fin de

tener la composicion media de una gran masa, se toman

ióo kilogramos bien mezclados; despues se revuelven

bien y se divide en zo porciones de io kilogramos; una

de estas porciones alícuotas se pt^lveriza y se tamiza con

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394 GEOL,OGIA AGRfCOLA

esmero, resultando ejemplares, de los cuales se toman

io, 5 ó a gramos, con la casi seguridad de qne en ellos

se halla representada la composicion media de la masa

toda. Hecho esto, se seca uno de los últimos ejemplares,

que no importa sea todo lo pequeño posible, colocán-

dolo en un tubo cerrado á la lámpara por uno de susextremos, y sumergiéndolo en un baño de aceite que

acuse de rao° ó i3o°, puesto en comunicacion con otro

tubo lleno de cloruro de calcio, que se pesa de antema-no, y se dirige á la campana de la máquina neumática.

Hecho el vacío y auxiliado del calor, toda el aguadel ejemplar se evapora y es absorbida por el cloro;

cuando cesan los vapores continuando á funcionar la

máquina, se pesan con cuidado el ejemplar de ensayo

y el tubo del cloruro, lo cual dará la cantidad de agua

que se quema en un tubo de combustion, mezclándolacon el óxido de cobre, con lo que el carbono de la ma-

teria se convierte en ácido carbónico, combinándosecou el oxígeno del óxido.

El hidrógeno se apodera de parte del oxígeno y for-

ma agua; el ácido carbónico se dirige hácia un tubo de

bolas lleno de una disolucion de potasa cáustica, la cual

se satura. En cuanto al agua, en parte se condensa en

las bolas del tubo, siendo absorbido el resto por el clo-

ruro de calcio que llena otro tubo, colocado en la ex-

tremidad del de Liebig, que así se llama tambien el de

bolas, en cuya extremidad se adapta otro encon^ado

que termina en unas campanas llenas de mercurio. El

nitrógeno qiie es insoluble en el agua y que no puede

tampoeo combinarse con la potasa, se seca sobre el clo-

ruro, y acaba por marchar hácia las campanas gradua-

das que indican con exactitud su volúmen. Para evitar

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MEJORAbfIF.NTOS, ASONOS Y ESTIMULANTF.S 395

toda causa de error, se añade al tubo de combustion una

pequeña capa de cobre metálico, para que absorba el

oxigeno á medida que se desarrolla, en vez de combi-

narse con el nitrógeno formando un óxido gaseoso.Para poner término á esta materia, de suyo trascen-

dental para la agricultura, he aquí la relacion del equi-valente de los abonos suministrados por diferentes sus-

tancias, siendo conveniente saber que una hectárea de

tierra necesita Io.ooo kilogramos de estiércol de cua-dra, que se supone lleva la dosis de 4 por I.ooo de ni-

trógeno, tomándose este dato como unidad.

Sustancias que suministran el abono,Nitrógenopor i.ooopartes.

Equivalentes.

Estiércol de cuadra, . . . . . . . . . . .Guisantes..,,,...Mijo. .........Lentejas.........

Papa de.., Avena...........Cebada..........Centeno . . . . . . . . .Trigo... .......

Hojas y ta-(Remolacha.......llos de . , , , j Patatas. . . . : : : : : :

l Zanahorias .Yerbas de prados, gramSneas.. . .

I lojas de oto- ^ Alamo .^ ^^^ño de. . . . . ^Brezo . . . ^ . ......

Orujo de uvas .................Vinazas.... ..............Urujo ó cas-^ Lino .............

' ca de . . . . SColza.. . . . . . . . . .' lManí . . . .. . .... . .

Aserradur a s ^ ^lcacia. . . . . . . . . . .de. . . . . . . Fncina . . . . . . . . . .

4^017^9^,8

I O, I

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z^3I^74.95,0

5^58^55^3

II,7

5t317^418, 3St3

52,049^z83^3

5^4

Io,ooo ks.2,zz35,IZ83,g6o

14,z8^r

17^390z3^5z98,1608,000^,z7z,¢, ryoo

7^5472^%%%^^434z,zgoz,185

7^4650^769o,^i13o,46z13,^go^,400

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396 GEOLOGÍA AGRfCOLA

Sustauciu que aumiuistran el aboao.Nitrbgeuopor i.ooopartee.

Equivaleutes.

Excrementos Vaca .. . . . . . . . . . 3>2 I2,5oo ks.^sólidos de.. Caballo.......... 5+5 7+270

Vaca. . . . . . . . . . . . 4+ I 9t 75 0Excrementos Caballo.........

Cerdo,,.........7,46,3

5+4006,240

mixtos de.. Carnero.......... II,I 3,600Cabra..... .... 2I,6 I,85o

Guano normal ..... . .. .. .. .. .. 49+7 °+804Palomina.... . .. ....... 83,0 0,480Cama de gusano de seda.. ...... 32,go I,215

Ustras... .. ...........

'

3,2 I2,5oo

Cenizas de.. ^Leñaa Ii,S462

83.. ........Carnes secas ............ .... 130,4

.0,306

Bacalao salado.. . ....... 6q,o 0,597Idem prensado y lavado........ 168,6 0,23^

'Seca soluble...... I2I,8 0,328

Sangre..... Líquida.......... 27,I I,474Cua^adayprensada 45,I o,886Insoluble, seca.... 148,7 o,26g

Plumas........ .............. 153^4 0,260Pelo de buey... . . . . . . ... 13^,8 o,2goDesperdicios 6 trapos de lana.. . 1^g,8 0,222Raspaduras de cuerno.......... 143,6 0,278

^HÚmedos........Huesos 53,I o,574.....Grasos........... 62,I o,643

Negro de refinerías del azúcar... Io,6 3,770Idem animal ................. Io,g 3,66g

^ 2•a

Abonos minerales,

A1 frente de este grilpo de abonos debe, sin género

ninguno de duda, colocarse la fosforita ó fosfato de cal

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 397

sin distincion para nuestro objeto, entre la térrea, fibro-

sa, compacta, concrecionada ó testácea, y la variedad

cristalizada dicha apatita, cuyas diferencias de estruc-tura y formas interesarán en gran manera al mineralo-

gista, pero no al que en todas ellas encuentra los mis-

mos elementos de fertilidad para las tierras. Tambienes indiferente al agricultor la cuestion del yacimientu

de esta sustancia, y, sin elnbargo, para el geólogo ha

sido y continúa siendo objeto predilecto de observacio-

nes y estudios experimentales, de los cuales deduce

lwy, con bastante probabilidad de acierto, que lo mis-

mo la célebre apatita ó esparraguina de Jumilla, ar-mando en beltísimos cristales en roca volcánica asocia-

da al hierro especular, que la de Belmez, formando

parte de depósitos diluviales y las de Logrosan y Cáce-

res empotradas en grietas del terreno silúrico, todas de-

ben su existencia á la accion de aguas minero-termales

en confirmacion de la moderna teoría hidrotermal idea-

da por el insigne Lecoq.Pero sin negar la importancia de todas estas disqui-

siciones de minerogenesia terrestre, lo que en el caso

presente ofrece mayor interes, es saber cuál fué el orí-gen del empleo de esta sustancia como abono, y en qué

se funda su reconocida significacion.

Las análisis practicadas á principios del siglo por

Teodoro Saussure, dieron por resultado reconocer que

los fosfatos se encuentran en todos los vegetales, ex-

presando en los siguientes términos sus convicciones

aĉerca de la funcion que dicha sustancia desempeña en

los organismos: bEl fosfato de cal apenas forma los

cinco centésimos del peso total de los animales, y á pe-

sar de esto, uadie duda de c^ue dicha sustancia sea esen-

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GEOLOGiA AGRICOLA

cial en la constitucion de los huesos; el mismo com-

puesto he hallado en las cenizas de los vegetales anali-

zados, y la verdad, no encuentro razon alguna para

asegurar que, sin su presencia, puedan aquellos existir.Pero á pesar de tan terminante declaracion, hubo de

trascurrir bastante tiempo antes de persuadirse que la

verdadera razon de la utilidad de los huesos como abo-no, estriba en el fosfato ó fosfatos que contienen. De

inodo que el en^pleo directo de las fosforitas y apatitas

tuvo su precedente en el de los huesos primero, y liie-

go en el del negro animal, resultado de la incineracion

de estos empleados antes para decolorar los azúcares y

jarabes. Conviene, pues, que digamos algo acerca de

dichos abonos antes de abordar de lleno lo referente al

fosfato nativo.

Asegura Federico Ebner en los análes de Roville,que un labrador de Sallingen llamado Kropp, fué el

primero que reemplazó en Alemania los abonos comu-

nes por los huesos machacados; no obstante lo cual,

ta,rdó mucho en generalizarse tan excelente práctica en

su país; no así en Inglaterra, donde desde el momento

en que fueron conocidos sus buenos efectos, generali-

zóse tan pronto, que se levantaron grandes fábricas

para triturar los huesos en Hull (condado de York) á

cuyo primer establecimiento pronto se agregaron otros,

que recibian de todas partes cantidades enormes de

huesos, que allí se pulverizaban para la agricultura. En

Francia, hasta por los años de i8a5 y 26, no se abrie-

ron fábricas con este objeto; y sín embargo, en una

inontada en Alsacia el propietario no se limitaba á tri-

turar los huesos, sino que ideó una mezcla excelente,

añadiendo al polvo de los huesos un io por ioo de sa-

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MEJORAMIENTOS, AAONOS Y ESTIMULANTES 3g^

litre, para evitar, segun él decia, su fermentacion: sa-

bido es que Boussingault demostró despues experimen-

talmente, que la asociacion del nitrato potásico con el

fosfato de cal constituye uno de los mejores abonos co-

nocidos.

Descubierta la singular propiedad que tiene el polvo

negro que resulta de la combustion de los huesos de

blanquear la melaza del azúcar, empezó á emplearse en

las fábricas de refino con dicho objeto; pero habiendo

observado el insigne químico Payen los buenos resulta-

dos del empleo de esta sustancia como abono, y hechomuchos ensayos en la Ilanura de C,renelle, en Paris mis-

Ino, pronto se generalizó esta práctica, aprovechando lo

que antes se perdia en las indicadas fábricas. En Nan-

tes se hicieron ya ensayos de este abono en i8aa, y

desde entonces adquirió una importancia tal este ramode comercio, que hasta de los Estados-Unidos se im-

portaba^n en aquel puerto cantidades fabulosas de ne-gro animal.

Faltaba, empero, explicar la razon de los excelentes

efectos producidos por los huesos y por sus cenizas;

pero esto r_o era fácil conseguir mientras la análisis

química no se hallara más perfeccionada que lo estaba

á la sazon, pues el mismo Payen atribuia estos efectos

á la accion de la gelatina, y en manera alguna á los fos-

fatos, de los cuales Fawter decia que podia prescin-dirse en razon á su propía insolubilidad.

El hallazgo en las cenizas de ciertas semillas de una

re^spetable cantidad de fósforo, indicado primero por

Pot y más tarde por Margraff, Vauquelin y T. Saussu-

re, contribuyó á que el insigne Liebig, creador de la

teoría mineral, resolviera el problema, despejando la

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GEOLOGÍA AGRÍCOLA

incógnita de los fosfatos. Sin embargo, hay que hacer

justicia ai ilustre duque de Richemond, pues fiié quien

demostró prácticamente en sus tierras en i$4.3, que no

era nila gelatina nilas sustancias grasas,sino elfosfatode cal de los huesos el verdadero abono, determinando

la influencia respectiva de la base y del ácido, en cuyo

Gltimo residen por excelencia todas las propiedades

fertilizantes, especialmente para las cereales. Conocidosque fueron los brillantes resultados obtenidos por el

insígne agrícultor y noble inglés, principiaron á explo-

tarse con objeto de hacer ensayos los coprolitos, las

concreciones de fosfato y los huesos fósiles del crag en

Inglaterra y del falun, y depósitos análogos en Fran-

cia. Berthier indicó ya en i8r8 el hallazgo de los nódu-

los de fosfato en Vissant y en el cabo de la Heve cerca

del Havre, y en i8z2 el célebre Buckland anunciaba la

presencia de numerosos restos fósiles en el condado de

York, muy ricos en fosfato. Pero estos y muchos otros

datos análogos fueron casi del todo estériles, hasta los

curiosos y decisivos ensayos del duque de Richemond,

desde cuya época se desarrolló un tal afan en buscar y

descubrir criaderos de dícha sustaneia, que sería harto

difícil relatar las pesquisas é indagaciones hechas, y las

que aún hoy se están llevando á cabo con este fin.

En z8¢8, el Sr. Paine indicó, que en las fincas que

poseia en Farnham (Inglaterra), habia ensayado los nó-

dulos de fosfato que se encuentran en el horizonte de

la arenisca verde del terreno cretáceo en vez de los

huesos, y que el resultado fué muy satisfactorio, con-

tribuyendo este hecho á aumentar el interes de seme-

jantes sustancias hasta el punto de montar fábricas

donde se preparaban todqs los restos fósiles, como los

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MF_JORAMlENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES `}OI

coprolitos, concreciones de fosfato, etc. Sin embargo,

muchos años antes eran ya conocidos los famosos cria-

deros de Logrosan en Extremadura, siquiera idolor

causa el declararlo! pasara desapercibida su importan-

cia, hasta que poderosas sociedades extranjeras empe-

zaron á sacar del país la fosforita, de la cual aún hoy

no se hace aquí la aplicacion que debiera. Postexior-mente, esto es, hace pocos años, descubriéronse nue-

vos y abundantes criaderos en Cáceres y en Belmez,

Peñarroya y otros puntos; pero, no obstante, los inte-

resantes estudios hechos por Peñuelas y Naranjo en los

de Badajoz y por Egozcue y Mallada respecto de los deCáceres, aún permanecen indiferentes nuestros agricul-

tores, en cuanto á la utilizacion de esta incalculable

riqueza. Y esto es tanto más de lamentar, cuanto que

los Sres. Utor y Saez Montoya organizaron años atrás

en Madrid mismo, y hoy en Haro, una grandiosa fábri-

ca de abonos químicos, cuya base es ]a fosforita, pues

no basta echarla en el campo para esperar de su em-

pleo los resultados apetecidos, ya que siendo la materia

insoluble por sí, se hace preciso quitarle esta mala cua-

lidad y agregarle otras sustancias que favorezcan su

eficaz accion.

No ha ocurrido lo mismo en Francia, á pesar de ser

más pobre en este concepto, pues si bien desde que los

Sre^. Molon y Thurneyssen indicaron los primeros

criaderos de fosforita, hánse descubierto muchos otros,

sobre todo en el departamento de Tarn y Garona, en

manera alguna pueden compararse con los nuestros;

sin embargo, allí el fosfato se emplea en el territorio

mismo, al paso que aquí dejamos estériles nuestros

campos, y los propietarios se resisten á servirse de es-26

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.^U'l GEOLUGfA AGRfCOLA

tos abonos hábilmente preparados por mis amigos Saez

y Utor, mientras los extranjeros se llevan, no solo las

fosforitas, síno hasta los huesos recientes y los semi-

fósiles de Castilla, de donde se han exportado para Bur-

deos sobre todo, desde hace unos cuantos años, algunos

millones de quintales.Son tan curiosos los datos que acerca de este in-

menso depósito de huesos recogí en i867, visitand^oMelgar de Abajo, Paredes, Carrion y otras localidades

no ménos ricas, que no resisto á dar, siquiera sea una

idea, de los rasgos generales que lo distinguen. En lasprovincias de Avila, Valladolid, Palencia, Leon y Za-

mora, á poca profundidad del suelo, debajo del sub-

suelo y formando parte del diluvium, se encuentra un

número prodigioso de huesos de buey, ciervo, jabalí y

vtros mamíferos, ĉon pocos humanos, que analizados

por el Sr. Saez, parece que hasta un 2o por zoo de

fosfato han perdido, siendo reemplazado por la sílice.

Junto con los huesos que se exportaron en gran escalaen aquellos años de escasez, aparecen objetos curiosos,

tales como cuchillos de pedernal, hachas pulimentadas,

cerámica tosca, adornos en bronce, etc., todo lo cual

excita grandemente el interes, así del geólogo como del

anticuario.

En el terreno terciario existen tambien en Castilla

muchos huesos fósiles de mastodontes, de los cuales se

descubrió en i866 uno en Carrion de los Condes, y

hace pocos dias otro en Roales (provincia de Zamora).

Ahora bien, para que todos sepan la riqueza que per-

demos, en el siguiente cuadro se expresa su valor por

las cantidades de ácido fosfórico y de fosfato que con-

tienen los huesas y sus variados productos.

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MEJORAMIENTOS^ ABONOS Y ES'IIMULANTSS 403

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.^.0.^ GEOLOGIA AGRÍCOLA

Los nódulos varfan de un punto á otro respecto de

la riqueza en fosfato, siquiera sea bastante análoga laque ofrecen los de una misma localidad. He aquí el re-sultado del análisis practicado en unas concreciones de

Lila por Mr. Rívot:

Agua y ácido carbónico .. . . . . . . . . . . . .. . 30,0

Arcilla ........ ..................... I,5Cal ................................. 50,0

t^cido fosfórico... .................... i^,qÓxido de hierro . .. . .... . . .. ........ . vestigios

Pérdida ............................. 0,8

ioo,oo

Lo cual corresponde á

Fosfato de cal ........................ 38,7

Carbonato cálcico . . .. ... . ... . . . . ..... 52+3Arcilla .............................. i^5Óxido de hierro ...................... vestigios

Agua y pérdida ....................... 7^5

ioo,oo

Para apreciar debidamente el valor de nuestras fos-foritas y apatitas, basta saber que la de Logrosan,. ana-

lizada por Daubenyjy Widrington, da hasta 8i,5 por ioo

de fosfato, y la apatita del So al 85 por ioo^ al paso quela mayor parte de los minerales franceses no contie-

nen más allá de1óo al 63 por ioo, como sucede con los

nódulos de Mogneville, departamento de la Meusa: otro

tanto puede decirse de los fosfatos ingleses y alemanes.

Los abonos fosfatados, sean huesos, negro animal,

nódulos ó minerales nativos, pueden emplearse direc-

tamente y mejor y más comunmente despues de darles

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES ^}05

el grado de atenuacion y de solubilidad conveniente.En el primer caso, obtiénense buenos resultados en los

desmontes y roturaciones recientes, á favor de 1a accíon

que ejerce el ácido carbónico de la tierra, haciendo so-

luble el fosfato, segun demostraron Dumas, Lassaigne,

Pelouze (hijo) y Dusart, habiendo probado estos dos

últimos que dicho ácido, á más de disolver el fosfato,

le quita al tribásico gelatinoso una parte de la base,formando carbonato de cal y fosfato bibásico cie la mis-

ma base que se deposita por evaporacion en copos

blancos cristalinos, ligeramente soluble en el agua des-tilada, y áun más si se halla impregnada de ácido car-

bónico. La accion de éste es nula á la presion ordina-

ria cuando obra sobre los nbdulos; pero si se pulveriza

y se deja el polvo durante algunos meses expuesto á la

intemperie, adquiere una gran solubilidad en el agua

de Seltz, siendo aún mayor si al carbónico se agrega

algo del ácido acético, como se observa sobre todo en

la tierra de brezo. La sobreoxidacion del hierro que

suelen contener los fosfatos, explica bastante bien la

accion que ejerce la atmbsfera cuando permanece en

polvo durante algun tiempo sometido á su influencia.

Pero como el fosfato de hierro es insoluble en los áci-

dos débiles, hay que recordar que el carbbnico disuel-

ve el carbonato de cal, cuya accion sobre el fosfato dehierro es muy enérgica. Compruébase esto colocando

en una botella llena de gaseosa carbonato de cal y fos-

fato de hierro, pues al poco tiempo se observa una no-

table cantidad de ácido fosfbrico en disolucion. Preci-

samente es ésta una de las excelencias del encalado de

las tierras.

Muchos agricultores intercalan el polvo de los nódu-

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qo6 GEOLOGÍA AGRÍCOLA

los 6 de la fosforita entre el estiércol en capas, y obtie-

nen excelentes resultados, por cuanto es sabido que elcarbonato de amoniaco, obra sobre los fosfatos como el

carbonato de cal.

La avena y el alforfon entre otras son, al parecer, las

plantas que mejor reciben semejante abono, el cual

proporciona á veces dos y tres buenas cosechas de ce-

reales en desmontes recientes de bosque ó de retamas,sin necesidad de basura, b estiércol de cuadra; em-

pléase el polvo de los nódulos, en cantidad de Soo á60o kilogramos por hectárea.

Nie ha pare^ido oportuno hacer estas indicacionespor la reconocida utilidad que puede tener en nuestro

país, donde si hasta e1 presente se mira el asunto con

punible indiferencia, es de esperar que se vaya corri-

giendo, sobre todo cuando los resultados demuestren

sus incontestables 'ventajas. Es verdad que no se han

encontrado por ahora en España esos nódulos que sue-

len caracterizar el terreno cretáceo, eI tercíario y Ia for-

inacion diluvial del cuaternario; pero afortunadamentela fosforita y apatita abundan en nuestro territorio más

yue en otro país cualquiera de Europa.

A pesar de los buenos efectos de los fosfatos emplea-

dos directamente, hoy casi ninguno adopta esta prácti-

ca, sino que merced á las sabias prescripciones de Lie-

big, se sirven de tan excelente abono soluble por el

ácido sulfúrico, ó por otros medios que se adoptan en

fábricas especiales, á las que el propietario tiene queacudir, vista la dificultad de hacer por sí mismo estas

complicadas manipulaciones; y por otra parte si de-

sea conocer su procedimiento, puede consultar cual-

quier tratado de química agrícola.

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y BSTIMULANTES 407

Por la parte de fosfato de cal que contienen los resí-

duos de las legías de las cenizas de la leña, que segun

Bobierre, llega hasta el io y el rz por ioo á más delos

carbonatos de cal y de otras sales de naturaleza alcali-

na, se emplean con buen éxito como abono. Otro de los

abonos minerales que conviene conocer es la potasa,siquiera no deba emplearse pura, sino combinada, for-

mando diversas sales. Los resultados, por cierto no to-

dos felices, segun la especial índole del cultivo ó de lasplantas á que se aplica, de numerosos ensayos hechos

en la granja-modelo de Grignon, por su director el in-signe químico Deherain, y en el departamento del N. por

Corellwinder son los siguientes, segun se lee en la

química agrícola del primero, obra por tantos concep-

tos recomendable.

i.° Los trece ensayos hechos en Grignon con sales

de potasa en i866 y 6^ en terrenas destinados para re-

molacha fueron desventajosos.2.° De los mismos experimentos hechos con las mis-

mas sustancias para el cultivo de patatas, sólo dos se

realizaron sin pérdidas.Y 3.° De doce ensayos en dos tierras diferentes des-

tinadas á trigo, diez produjeron verdaderos beneficios.

Estos resultados son tanto más notables, cuanto que

precisamente el empleo de la potasa ha sido favorable

á la planta, en cuyas cenizas solo se encuentran en pe-

queñas cantidades de esta sustancia, al paso que ha si-

do punto ménos que inútil en las remolachas y patatas

muy ricas en potasa. Quizás se explique este hecho con-

tradictorio, y á primela vista incon^prensible, por la

trasforlnacion de la potasa en fosfato de la misma ba-

se, necesaria, como es sabido, para la formacion de las

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q.OH GF.OLOGIA AGR^COLA

materias albuminoidéas que se concentran con el trigo,al paso que puesta sobre los tubérculos y las raíces, lapotasa no Ilena otra funcion sino la de saturar los áci-dos vegetales que se producen en sus tejidos, sin im-portancia real para el desarrollo de la planta. Fundadoen este y otros hechos inexplicablesf hasta cierto pun-to, por ígnorar el estado y las combinaciones á que dano^igen las sustancias minerales en el tejido de las plan-

tas, se atreve á asegurar Deherain, que no puede dedu-cirse de la composicion de las cenizas de una planta, lanaturaleza de los abonos que más le convienen; propo-sicion que, si bien se halla en desacuerdo con las ideasgeneralmente admitidas, resulta de los ensayos hechospor el mismo con las sales de potasa y de otros llevados

á feliz término por Lawes y Gilbert en Inglaterra, y delos experimentos hechos en Francia por Isidoro Pierrerelativos al desarrollo del trigo, de los cuales resulta,que á pesar de la abundancia de sílice que existe en lascenizas de esta planta, no parece que sea muy necesa-rio darle silicatos para que prospere,

Concluye Deherain el párrafo que destina á desarro-llar este asunto con las siguientes frases: ecalcinar unaplanta, analizar las cenizas y afirmar á priori que todoslos elementos de dichas cenizas ofrecen igual impor-tancia, evidentemente es sentar una conclusion sinprneba alguna; solo repetidos ensayos directos de cul-tivo en una tierra determinada pueden dar á conocercuáles son las sustancias que realmente tienen una im-portancia capital.

No todos los preparados de potasa ofrecen el mismointeres considerados como abono; entre ellos el mejor,especialmente para el trigo y demas cereales, es el más

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y E51'IMULANTES 409

complejo y el que contiene mayor proparcion de sal

comun; de modo que casi pudiera asegurarse que el clo-

ruro de sódico asociado al sulfato de potasa, b en otros

términos, el cloruro de potasio que se forma durante la

disolucion del abono potásico, en el caso de no preexis-

tir en el suelo, ejerce en la vegetacion un efecto más

favorable, que el sulfato doble de potasa y de magnesia

y que el sulfato puro de potasa.Sobre estos datos se han establecido varias industrias,

que tienen por objeto preparar abonos potásicos artifi-

ciales compuestos de la manera siguiente:

ABONO VORSTER.

Sulfato de potasa. ... .... r8 á 2o por roo.Idem de magnesia. .. .. ... r5 á 2o id, id.Cloruro de sodio. ........ so á 55 id. id.

ABONO DE STASSFURT.

Sulfato de potasa.. ....... r8 á 22 por roo.Idem de magnesia. .. ..... i4 á r8 id. id.Idem de cal . . . . . . . . . . . . . 2o á 2q. id, id.Cloruro de sodio. .... .... r2 á i8 id. id.

El de Stassfurt parece ser el que dió en los experi-

mentos de Grignon mejores resultados.

La potasa se encuentra en todas las cenizas, y hasta

en los abonos orgánicos comunes, tales como el estiér-

col de cuadra, de manera que no hay que preocuparsemucho en rigor de la necesidad de esta sustancia, quo

por otra parte la naturaleza procura en cantidad no de9-

preciable por medio de la descomposicion de todas las

rocas feldespáticas.

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4to GEOLOGÍA AGRÍCOLA

La cal, que se extrae de los carbonatos por la com-

bustion, es otro de los buenos abonos de naturaleza mi-

neral que pueden emplearse con buen éxito; pero como

al tratar de esta sustancia como mejoramiento, ya re-

señamos las principales condicianes que la distinguen,excusamos repetirlas en gracia á la brevedad.

La sosa tambien debe considerarse como abono, peroraras veces se usa sola, sino asociada á otras sustancias

formando sales, y mejor abn, el sódio combinado con

el cloro formando el cloruro sódico ó la sal comun.

Pero los hombres prácticos no andan acordes tocante

al especial modo de obrar de este abono, pues alternati-

vamente se ha preconizado y se ha proscrito su empleo.

Sabido es que en lo antiguo se sembraba de sal el sue-

lo de una ciudad maldita, con lo cual se queria signi-

ficar que era acreedora á la más absoluta esterilidad;pero desde principios del actual siglo se empezó á re-

cornendar este abono, sobre todo, para ciertas y deter-

minadas plantas que lo reciben perfectamente.

Por de pronto, en nuestro país es proverUial, segun

acredita la experiencia, en Elche y en todos aquellos

puntos donde las aguas son algo saladas y salitrosas,

. la gran prosperidad que adquiere la palmera, ese árbol

]lamado por Lineo el príncipe del reino vegetal, cuyo

crecimiento era antes tan lento, pero que hoy se acele-

ra casi á voluntad, Ilenando de agua salada los hoyos

donde se planta, y regándola á menudo con aguas sa-

lobres y que Ileven, entre otras sustancias, sulfata de

rnagnesia. A favor de este procedimiento la palmera

da fruto á los tres años de sacarla del vivero y crece

como los demas árboles, y quizas más de prisa que elolivo. ^ste y el granado tambien reciben con gusto

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIT4LSLANTE5 q I I

las aguas salobres y los frutos, en especial del último

son por todo extremo exquisitos; y si no, díganlo las

riquísimas granadas de Elche, cuya fama es ya hoy

universal. Sin embargo, cuando la sal se emplea disuel-

ta en las aguas 6 mezclada con otras sustancias y en

cantidad algo considerable, paraliza y hasta destruye

por completo la vegetacion y la vida, no sólo de Jas ĉe-

reales y leguminosas, sino hasta de la vid, como se ob-

serva en España en todos aquellos puntos ocupados por

las arcillas irisadas del trias, segun acontece en mu-

chos pueblos de la provincia de Alicante, y por las del

terreno tercíarío, segun puede verse en varios puntosde la Mancha, en la cuenca del Jarama, etc., donde ]a

flora ofrece un carácter especial.

Pero si sobrevienen benéficas lluvias, y sobre todo,

si el cloruro se descompone por la accion del mantillo,

suele producir en los años siguientes buenos resulta-

dos. Tambien es observacion constante que cortas can-

tidades de cloruro esparcidas en tierras buenas produ-

cen efectos favorables y muy sensibles, siquiera de cor-

ta duracion; al paso que si el suelo es pobre, su accion,

ó es nula por ccmpleto, ó suele ser perjudicial. Peligot

fué el primero que atribuyó estos saludables efectos á

la propiedad que tienen Ios cloruros en general y el só-

dico en particular, de disolver cantidades bastante

grandes de fosfato de caJ; y quizas se funde en esta ac-

cion la buena práctica de añadir algo de sal al guano,

en uso muy generalizado en Inglaterra. A1 mismo se

debe la idea de que si la sal favorece el desarrollo de

las plantas oleaglnosas, como la colza, por ejemplo, y

bien puede añadirse tambien el maní ó cacahuet, su in-

tervencion se justificaria por la gran cantidad de fos-

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412 GSOLOGfA AGRfCOLA

fatos térn;os que dichos granos contienen, siquiera es-

casee mucho la sosa.

Hay que tener tambien en cuenta para el empleo dela sal como abono, y tal vez como estimulante de la

vida vegetal, las condiciones del clima, ocasionando

peores efectos en las regiones meridionales por xazon

de. su temperamento seco, que en las del Norte, dondehay más frescura en el suelo y en la atmbsfera.

El Sr. Boblique emplea la sal comun para dar á los

nbdulos de fosfato cálcico la solubilidad conveniente;

método que encuentra preferible al uso de ácidos fuer-

tes, tanto por ser ménos dispendioso, cuanto por los

malos efectos que estos producen en aquellos terrenos,

que no contienen álcalis en bastante cantidad para neu-

tralizar su enérgica accion, En su sentir, esta práctica,

cuyos detalles daremos en seguida, determina la solu-

bilidad de la sílice, sustancia tan importante en este

estado para las cereales, que no teme asegurar que has-

ta el empleo de los fosfatos es punto ménos que inútil,

si el suelo no la contiene asimilable y en cantidad su-

ficiente, contra el parecer d¢ otros agrónomos.

Para obtener estos saludables efectos, princípía Bo-

blique por pulverizar los nódulos de fosfato ó la fosfo-

rita, que para el caso viene á ser lo mismo, y los mez-

cla con la mitad de su peso de sal, prefiriendo por su

baratura la que ha servido para la salazon del bacalao,

sardinas ó cueros; se pulveriza tambien la sal y se so-

mete la mezcla á una temperatura algo inferior al rojo

cereza, y bajo la accion de una corriente de vapor de

agua, teniendo cuidado de añadir sílice en cantidad su-

ficiente, si los nódulos ó la fosforita no la contienensegun sa desea.

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ME]ORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 413

La sílice en presencia del vapor acuoso ataca al clo-

ruro y forma silicato de sosa y ácido clorhídrico, el

cual se apodera de dos equivalentes de cal para dar orí-

gen al cloruro cálcico y al fosfato ácido de la propia

base, y á las veces tambien aI fosfato sódico en canti-dad considerable. Esta última sal puede ser tambien

efecto de la desGOmposicion del fosfato ferroso, pues el

hierro suele encontrarse en estado de bxido férrico cris-talizado en hojuelas, segun se observa igualmente cal-

cinando el sulfato ferroso y el cloruro sódico.

La misma operacion suministra silicatos y fosfatos

anhidros y sin exceso de ácido, los euales pueden ce-

der á las plantas y con notoria facilidad la sílice, el áci-

do fosfórico y muchos álcalis. Véase, pues, cuán infun-

dada era la opinion de los antiguos respecto á la este-

rilidad qne determina la sal: lo que importa es saberla

emplear con tíno y discrecíon en cortas dósis, y aso-

ciándola con otras sustancias que moderen su energía.

Respecto de las sustancias amoniacales, importantes

por la cantidad de ázoe que suministran á las plantas

en estado de carbonato, única sal que puede penetrar y

servir al desarrollo de los tejidos vegetales, ora se eche

d irectamente mano de él, ora resulte de la reaccion del

ácido carbónico de las tierras sobre las otras sales, po-

co ó nada tenemos que decir, no por ser en rigor deldominio de la geología.

La importancia de estas sustancias estriba en la can-

tídad de ázoe que suministran, aumentando por otra

parte la fuerza absorbente y asimilatríz de las plantas,

respecto del ázoe de la atmósfera, y facilitando tam-

bien la absorcion que las raíces ejercen sobre las bases

minerales del suelo, Pero para que estas sustancias pro-

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GEOLOG{A AGR{COLA

duzcan el primero de estos efectos, se necesitan dos

condiciones, á saber: z.° Que el suelo contenga princi-pios calizos. Y z° Que no sea muy húmeda ni la tier-

ra ni la estacion, pues con el agua se aumenta la eva-

poracion, y desaparecen con facilidad los elementos

amoniacales. Conviene ademas alternar el uso de estas

materias con abonos ricos en potasa, cal, magnesia,

sílice y fosfatos, con el objeto de restituir al suelo di-chos elementos que hacen desaparecer las combinacio-

nes y reacciones de aquellos.

Las mismas consideraciones que acabamos de expo-

ner en el párrafo anterior nos harán ser muy breves en

la descripeion de estos abonos.La accion de los nitratos, segun ha demostrado

Kuhlmann, es muy análoga á la de las sustancias amo-

niacales, y si á esto se añade el que la mayor parte dela influencia de los yesones y escombros sobre la ve-

getacion se debe principalmente á estas materias, ex-

cusamos repeticiones inútiles.Dejando muchos detalles referentes á la import3nte

cuestion de los abonos, así orgánicos como minerales

para obras de agricultura y de química agrícola, cum-

ple á nuestro propósito manifestar, que no obstante lareconocida importancia de los llamados abonos quími-

cos, sería por lo ménos temerario fiar el sistema de

cultivo que se adopte al empleo absoluto de estos pro-ductos de la industria moderna, pues dígase lo que se

quiera en contrario, es imposible prescindir del estiér-

col de cuadra, por ser completo y el más barato de los

orgánicos, del guano, de los fosfatos, y de muchos otros

cuyo ^iodo de obrar c^ueda indiGadQ,

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1IEJORA:v1IENTOS, ABO.10S Y ESTI^SULANTES .}15

ARTiCULO IT 1,

ESTIMULANTES.

Como su mismo nombre clarame nte lo indica, los

estimulantes son agentes ó sustancias que se emplean

en agricultura con el fin de acelerar la vida de las plan-

tas, ejerciendo una benéfica influencia en sus tejidos

hasta el punto de activar sus funciones todas; de consi-

guiente, y siquiera la distincion entre mejoramientos,

abonos y estimulantes sea harto difícil con frecuel^cia

de establecer, conviene no confundir la mision especial

que á cada uno de estos tres grupos le esta confiada.

Empléase en horticultura como estimulante la ac-

cion del calor, bien sea concentrando la del sol por

medio de campanas de cristal ó vidrio, de estufas, ó

por la exposicion al Mediodía en la práctica de la es-

paldera, ora se aumente la temperatura, merced á la

fermentacion de la basura en lo que se llama cama

caliente, y tambien por medio del agua caliente; en

este último caso la naturaleza da espontáneamente uno

de los mejores y más baratos estimulantes en los cen-

tros balnearios donde la temperatura del agua, supe-

rior á la del medio ambiente, produce en la vegetacionsorprendentes resultados, segun ya queda dicho.

En agricultura, sin embargo, no es difícil compren-

der que semejantes medios son impracticables, á no ser

q'ue la situacion y la exposicion del campo y el temple

natural de la localidad determinen sin intcrvencion al-

guna del hombre dichos efectos. A falta, pues, del

agente calor, pueden emplearse Gomo estimulantes

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4i6 GEOLOGIA AGRÍCOLA

ciertas y determinadas sustancias que con frecuencia

obran á la vez como abonos y hasta como mejoramien-

tos. El yeso, cal, las cenizas, algunas sales, el cloruro

de cal, y otras muchas.La aplicacion del yeso como abono estimulante de la

vegetacion se debe al señor de Mayer, el eual dió á co-

nocer á la socíedad de Berna (Suiza)en iq65, el resul-

tado de los experimentos hechos por él en Kupfersel,

en el canton de Argovia. La accion de este agente es

tan eficaz para determinadas plantas, que con razon

debe mirarse al Dr. Mayer como un bienhechor de la

humanidad. Tschiffeli en Suiza y Schubart en Alema-

nia, siguieron tan buen ejemplo, generalizándose muy

pronto el uso de esta sustancia. El célebre Franklin se

valió de un medio muy ingenioso para introducirlo enlos Estados-Unidos, cual fué trazar con yeso en un

campo de mielga, cerca de Washington, é inmediato á

una carretera muy frecuentada, la siguiente inscrip-

cion: este ca^npo está e^tyesado, pues habiendo adquirido

la planta un desarrollo mucho mayor en los puntos ocu-

pados por el yeso que en el resto del campo, no sólo

pudo notarse de un modo claro y distinto la diferencia

de lozanía, sino que esta misma explicaba la causa á

que era debida.Los resultados de este experimento fueron coronados

del éxito más brillante, generalizándose la práctica tan-

to y tan pronto que, escaseando el yeso en aquellas re-

giones, Ilegaron á importarlo hasta de París y de otros

puntos de Europa.

5in discutir el modo de obrar de esta sustancia, tan-

to por ser más propío de un tratado de química agríco-

la, cuanto por hallarse bastante o5cura su accion, no

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MEJORAMIEN^OS, ABONOS Y ESTIb1ULA^ITES 41^

satisfaciendo del todo las teorías é hipótesis inventadas

por los ilustres Liebig, Boussingault y Davy, veamoslas condiciones que ^, de reunir una tierra para apli-

carle este abono, y lat^ plantas á cuyo cultivo conviene

ó puede ser útiL

El yeso s^ usa crudo 6 cocido; en el último caso pri-vado del agua que contenia, se presenta en estado pul-

verulento más á propósito para producir sus efectos.Sin embargo, sus propiedades no varian por esto, y áun

suele ser preferible usarlo crudo, por economía.

Las dos condiciones mejores en las tierras para ha-

cer uso de esta sustancia son una temperatura algo ele-

vada, y cierto grado de humedad: las liuvias abundan-tes le perjudican tanto como la sequía. Los terrenos en

que conviene más el enyesado son los arcillosos, loscalizos, arenosos, y los del diluvio, particularmente

cuando predomina el lehm; en los de aluvion ó de acar-

reo modernos, parece que no prueba tanto. De todos

modos, hay que tener presente que el yeso no produce

sus efectos en terrenos pobres, y que tampoco puede

reemplazar á los abono ĉ orgánicos, como equivocada-mente pretenden algunos. Por el contrario, esta sustan-

cia necesita la intervencion de aquellos, sin los cualessu accion es escasa 6 nula; priñcipío en que se funda

la práctica que siguen muchos agricultores, de mezclar-

la con estiércoles ó con mantillo.

En cuanto á las plantas á cuyo cultivo conviene so-

bremanera el uso del yeso, las principales son la miel-

ga, el pipirigallo, el trébol, la algarroba, los guisantes,

y tambien el tabaco, las berzas, la colza, el cáñamo, el

lino y el trigo moruno. Su influencia es casi nula en los

cereales; y áun creen algunos que sucede lo propio en

27

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¢r8 GEOLOGIA AGNÍCOLA

K

los prados naturales, en donde predominan las gramí-neas. .

La naturaleza y el modo de ob^ltr de las cenizas es

tan variado, como las materias.^le cuya combustion

proceden. Las principales son la^ de plantas, las de

turba, de carbon de piedra, las llamadas i ^propiamen-

te piritosas, las de fucus ú ovas, etc.; nosotros, empe-

ro, sólo trataremos de aquellas que entren en el cuadrode la ciencia geológica.

Las cenizas de turba por sí, y mejor aún, mezcladascon otras sustancias, produceu grandes efectos, sobre

todo para el cultivo del trébol, de los prados artificia-

les, del lino, del lúpulo y de otras muchas plantas. La

accion de estas cenizas no debe considerarse sólo como

un poderoso estimulante por la sosa, potasa, cal, yeso,

sal comun, sulfato de potasa, etc., que contienen, sino

tambien como excelente mejoramiento para las tier-

ras fuertes, por la cal y sílice que entran en notable

cantidad en su composicion. En Bélgíca, Holanda,

Norte de Francia, y muy especialmente en Inglaterra,

se hace de estas sustancias un uso muy comun y pro-vechoso.

En Holanda emplean la turba que ha per•manecido

mucho tiempo en el agua del mar ó en lagunas salo-

bres, siendo mucho más eficaces sus cenizas por la par-te de cal que contienen.

Atendidas las propiedades enérgicas de las sustancias

que entran en su composicion, es preciso emplearlas en

terrenos algo húmedos, y deben llevarse al campo enprimavera.

Mezclada la turba con la marga conchífera, é incíne-radas ambas al propio tiempo, suministran un exce-

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 419

lente abono. Asociadas las cenizas á la cal ó al estiér-

col, tambien producep muy buenos efectos.

Aunque privadas,^ĉsi por comgleto de sustancias al-

calinas y solubles, qile tanta importancia dan á las an-

teriores, las cenizas "de la hulla constituyen tambien

un btren abono y mejoramiento, sobre todo para tier-

ras frias, húmedas y arcillosas, empleándose igualmen-te para dar color á las tierras yesosas y á las albarizas,

para aumentar en ellas la propiedad absorbente del

calor, y por la cantidad, siquiera no muy grande, de

ázoe que llevan en su seno. Como abono se emplean

principalmente en tierras destinadas á pastos, y tam-bien para el cultivo de la patata, del centeno y del tréboI.

En muchos puntos se sirven de sustancias impro-

piamente dichas cenizas, pues el estado pulverulento

que ofrecen es más bien efecto de la descomposicion

del lignito, y particularmente de las vaI•iedades ricas

en pirita de hierro; su color- es negro, y se llaman tam-

bien piritosas por la abundancia de este compuesto.

La virtud de este abono consiste en que, ademas de

las materias orgánicas, contiene mucho carbonato de

cal, arcilla, sílice, más ó ménos gelatinosa, piritas, óxi-

dos y sulfatos de hierro y alúmina. Por el mal olor que

despiden y las propiedades cáusticas, matan á los in-

sectos y ahuyentan á los ratones de los campos. En

general se destinan á las tierras calizas, y son muy úti-

les en aquellas que se han margado ó encalado con fre-

cuencia.

^ Estas cenizas activan el clesarrollo de las yerbas en

los prados naturales ó artificiales, y en los campos de

mielga, y son excelentes para el cultivo de la remola-

cha, para el trigo y para un gran número de plantas.

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.}20 GEOLOGÍA AGRÍCOLA_ iq

ARTÍCULO ^V.

TERRENOS EN QUE SF. HALLANi ^OS MEJORAMIENTOS,

LOS ABONOS Y LOS ESTIMULANTES.

rAunque en rigor las indicaciones hechas al ñnal de

la descripcion de cada roca, al mencionar sus aplica-ciones, y tos materiales Gtiles de los terrenos, pudieran

en rigor bastar á nuestro objeto; sin embargo, con el

fin de reunir en un solo artículo el catálogo de las sus-tancias que en cada período geológico púede encontrar

el agricultor para satisfacer las necesidades de sus tier-

ras, pasaremos revista á cada uno de los terrenos, enpárrafos separados.

^ I •^

Terrenos modernos.

En los terrenos modernos hallará el agricultor, entrelas sustancias que puede emplear como mejoramien-

tos, la cal excelente de la toba caliza ó travertino, lasarenas, gravas, chinas calizas ó silíceas, en el curso de

los rios, en su desembocadura, en los alfaques y en to-

dos los depósitos de acarreo; las arcillas y demas pro-ductos de la descomposicion reciente de las rocas cris-

talizadas y volcánicas que ocupan la superficie, y suje-

tas de consiguiente á la accion de los agentes exte-riores.

Entre los abonos estimulantes, los terrenos, ó mejor,

las formaciones recientes, le suministran el guano, la

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1L1EjORA^fIENTO$, ABONOS Y ESTIMULANTES 421

turba el yeso y la sal comun que se encuentran en los

azufrales y áun en log volcanes activos; la sosa y la po-

tasa, la sílice, la at^m^.na y otros agentes muy activos,

existentes en los detritus de las rocas graníticas y vol-

cánicas. La tanga, el merl y los demas rnateriales ricosen principios animales que se encuentran en las riasy en las costas.

Entre los materiales útiles de estos terrenos recientes

debo hacer mencion de las cantidades fabulosas de

huesos de mamíferos semifósiles, que se encuentran se-

gun se dijo, en toda Castilla la Vieja en una extension

que no bajará de 3o á q.o leguas cuadradas, especial-

mente en las provincias de Palencia, Leon, Valladolidy Ávila, gran parte de los cuales se exportaron años

atras para las fábricas de azúcar de Burdeos (i).

^ 2•^

Teryenos cuaternarios.

En el terreno cuaternario se hallan las mismas sus-

tancias que en los anteriores, y á más el lhem ó cieno

diluvial. Los depósitos de los glaciares antiguos, y los

canchales pueden suministrar buenos mejoramientos

por su procedencia, en general, de rocas ricas en sus-

tancias alcalinas. La descomposicion de los basaltos,traquitas y otros productos volcánicos contemporáneos

de la época diluvial, proporciona muchos materiales

como arcillas, arenas, gravas, cenizas volcánicas, etc.,

de que el agricultor se servirá con ventaja para abonar

!:) Los que deseen más detalles acerca de este criadero tan curioso, pueSep

lser mi obra Ordgeu y nntigiirdad del ho^ribre. Madrid, r89z.

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4z2 GEOLOGIA AGRICOLA

y mej orar sus campos. Los depó ĉítos de huesos y cíenoque, junto con excrementog de ave^ y murciélagos, se

encuentran en las cavernas y brr^ch,p^s huesosas, consti-tuyen excelentes abonos.

Respecto á las condiciones agrícolas de este terreno,

creemos haber dicho lo suficiente. Baste recordar que

las regiones en que abunda el lhem ó cíeno diluvial

pueden reputarse como privilegiadas bajo el punto devista agrícola.

^ 3•^

Terrenos terciarios.

Estos terrenos ofrecen en cada uno de sus tres pisos,

subapenino, falGnico y numulítico, gran número de sus-

tancias útíles á la agricultuta.

Las rocas, compuestas en su mayor parte de restos

de conchas y zoofitos, de huesos y excrementos fósiles,

que tanto abundan en los tres tramos, y notablemente

en el superior y medío, bajo la denominacion de falun,

crag, etc., en estado de mayor ó menor desagregacion,

sirven al propio tiempo de mejoramiento por la parte

de arenas silíceas y de caliza incoherente que contie-

nen, y de abono por la parte animal, por los fosfatos,

etcétera, que tanto abundan en ellas. Todavía se halla

en la parte superior de estos terrenos algo de turba, y

ademas en él empieza á manifestarse y adquiere gran

desarrollo en el piso inferíor otro combustible, el lig-

nito, que, en especial cuando abunda en piritas, da

por resultado de su descomposicion un abono de muy

buena calidad. Las margas, las arcillas, las calizas y

los productos volcánicos, traquíticos y basálticos, el

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MEJORAMIENTOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 423

peperino, las tobas, etc., que con tanta profusion se en-cuentran en estos te^renos, sirveu de excelentes mejo-

ramientos.;.El yesc^^y la sal comun y la de mina que

tanta importancia int^istrial dan á los terrenos tercia-

rios, es sabido que se emplean como abonos sumamen-

te enérgicos y eficaces, y como estimulantes.

F;n cuanto á las condiciones agrícolas de estos tene-

nos, dice con mucha oportunidad el Sr. Boubé que son

los más importantes, ya que tal vez la mitad de las pro-

ducciones ó de las subsistencias proceden de tierras ve-

getales en suelos terciarios. En confirmacion de ello,

estos terrenos representan las regiones más fértiles y

habitadas, en razon á ser sus materiales el resultado de

grandes aluviones, que obrando sobre rocas ígneas y de

sedimento, de épocas muy diversas, han determinadola mezcla de sustancias muy variadas, de naturaleza

cuarzosa, feldespática, micácea, caliza, magnésica, tál-

cica, yesosa, fosfórica, ferruginosa, etc., condicion en

que estriba la mayor fertilidad de un terreno.

En algunos puntos, sin embargo, por circunstancias

especiales esta mezcla no se ha verificado, resultando

formaciones de areniscas, de calizas, 6 de cualquiera

otra naturaleza, cuya homogenidad se da á conocer por

la aridez y malas cualidades de dichas tierras.

§ 4,^

Terrenos secundarios.

De los tres terrenos que en su conjunto representan

la época llamada secundaria, el superior, llamado cre-

táceo, suministra á la agricultura como mejoramientos

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424 GEOLOGIA AGRÍCOLA

y abonos la creta, que segun Boubé es la mejor de to-

das las margas; mucha marga y calizas arcillosas que

la pueden reemplazar; pizarras né^ras arcillosas ó de

base de marga algo bituminos^, correspondientes en

parte á lo que los suizos llaman fli ĉch, que en muchos

puntos, y en especial en las provincias Vascoi^gadas, sedestinan para margar las tierras con buen éxito; algu-

nos yesos, y particularmente la caliza pura, que sumi-

nistra una cal crasa de superior calidad. Las calizas yarenas verdes son muy abundantes y excelentes como

mejoramiento, por la parte de silicato de hierro quecontienen. La descomposicion de las rocas eruptivas

ofíticas, la dolomia y el yeso que las acompañan con

frecuencia, son una de las riquezas agrícolas de este ter-

reno. Por último, el fosfato de cal, aunque casi siem-

pre combinado con el de hierro, que se presenta en for-

ma de nódulos entre los estratos de la creta, á la ma-nera que lo verifica el pedernal, en muchos puntos sirve

de abono excelente.

Las condiciones agrícolas del terreno cretáceo sou

tan varias como los materiales de que consta. En ge-

neral, en los puntos en que predomina el piso weáldico,

del gault ó de la arenisca verde, se nota una rica vege-tacion; mientras que en aquellos en que solo existe la

creta es árida y estéril, á no hallarse cubierta de algu-

na buena capa de terreno diluvial 6 de acarreo.

En cuanto el terreno jurásico no ofrece sino las sus-

tancias comunes indicadas ya en los anteriores, como

la caliza en grandes y espesos bancos, las arcillas muy

abundantes y algun depósito de combustible cuyas ce-

nizas pueden utilizarse como mejoramiento.

Las condiciones agrícolas de este terreno tampoco

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MEJORAMIENTOS, AHONOS Y ESTIMULANTES 425

son las más ĉ propósito para el cultivo, pues el predo-

minio de gruesos b^,ncos de calizas compactas y de ar-„cillas, determinan'tie as más 6 ménos impermeables,

descansando sobre su^suelos ó rocas subyacentes de-

masiado duras, y á veces tambien impermeables. Estas

condiciones, sin embargo, suelen dar excelentes tierras

para prados, como se observa en la provincia de Teruel,

en las de Valencia, Cuenca, Castellon, etc.

En aquelIos puntos en que el terreno se halla acci-

dentado, como sucede en el Jura y en los valles estre-

chos en doi^de se acumulan ó depositan materiales de

naturaleza diversa,la vegetacion suele ser vigorosa.

El terreno del Trias, base del perfodo secundario,

compuesto de los tres órdenes de capas indicados en su

descripcion, ofrece como sustancias dominantes y que

pueden emplearse como mejoramiento y abono la cali-

za del Muschelkallk, excelente cuando se presenta en

descomposicion por el gran número de fósiles que con-

tiene y por la buena cal que suministra; las margas y

arcillas del Keuper, y las arenas, resultado de ]a des-

composícion de las areníscas del piso inferior; como

abonos y estimulantes pueden servir la sal y el yeso.

Las dioritas que casi siempre acompañan en España al

triásico suministran en su descomposicion abonos de

primer órden, pero muy poco conocidos.

En general la vegetacion de este terreno es pobre; y

por la abundancia de los depósitos da sal y de fuentes

, saladas y del yeso, su vegetacion participa del carácter

de plantas halófilas que en él predominan. Sin embar-

go, en aquellos puntos en que existen los tres horizon-

tes indicados las tierras suelen ser excelentes,

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4z6 GSOLOGÍA AGRÍCOLA

3 5.°^

Tcrrcnos ;brimaric^s.

El per'iodo primario se divide generalmente en'cua-

tro terrenos y son el pérmico, carbonífero, devónico y

silúrico. En el primero se encuentran pocas sustancias

Gtiles a la agricultura, si exceptuamos las arenas, laspizarras arcillosas cuando se presentan descompuestas,

y las calizas magnesíferas que tambien suelen ser co-

munes. La vegetacion es tambien igualmente pobre,

por cuanto en general los elementos se presentan aisla-

dos y ocupando grandes extensiones de terreno; razonpor la cual, el único y casi exclusivo cultivo á que se

prestan es al de los bosques de pinos b encinas. Las nu-

merosas dislocaciones que ofrece este terreno, hacen,sin embargo, que con frecuencia se presenten á]a su-

perficie sustancias con las que pueden corregirse susmalas cualidades.

El terreno carbonífero suministra la hulla cuyas ce-

nizas se emplean como abono; las pizarras arcillosas y

bituminosas que tambien pueden destinarse al mejora-

miento de muchas tierras; la caliza que bajo el nombre

de carbonífera b de montaña ocupa la base es un exce-

lente abono. Ademas, en este terreno se encuentran

una porcion de rocas eruptivas, particularmente pórfi-

dos feldespáticos, cuyos detritus pueden emplearse

como mejoramiento. '

Por Gltimo, los terrenos silGrico y devónico, com-

puestos en su mayor parte de pizarras, arcillosas, are-

niscas, conglomerados, cuarcitas y calizas, suminis-

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MEJORAMIEN'TOS, ABONOS Y ESTIMULANTES 427

tran todos estos elementos, y el carácter de su vegeta-

cion varía con el de los materiales que los componen.

En ellos abundan extraordinariamente las rocas erup-

tívas, entre las cuales figuran en primera línea el gra=

nito y los pórfidos; su descomposicion suministra are-

nas y arcillas cargadas de principios alcalinos cuya

influencia en la vegetacion es bien notoria.

Las relacíones de estos filtimos términos de la série

de los terrenos de sedimentos son tales, que difícil-

mente pueden separarse, sobre todo considerados bajo

el punto de vista de sus aplicaciones á la agricultura.

^ 6.°

Teyrenos gvaníticos y ^iorĉídicos.

Los terrenos porfídico y granítico, en razon á la na-turaleza variada de sus elementos, y á Ia facilidad con

que se descomponen, sumínistran una porcion de pro-

ductos á la agricultura como niejoramientos y abonos

excelentes. En ei primer caso se hallan las arenas, las

gravas y las arcillas, y en el segundo los carbonatos de

sosa y de potasa, la sílice y la alúmina, elementos pre-

ciosos para el cultivo.Las condiciones físicas de este terreno, la consisten-

cia de las rocas subyacentes, generalmente de la misma

•omposicion, comunican un carácter particular á las

plantas que en él se cultivan, que en general son de

prados; tambien se prestan para bosques, sin que se

distingan por una gran fertilidad.

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.}2ó G80LOGiA AGRÍCOLA

Terrenos volcánicos.

Los materiales que las formaciones traquftica, ba-

sáltica y lávica suministran á la agricultura y el carác-

ter que comunican á la vegetacion, los hemos indicado

al trazar la historia de aqueIlos terrenos de sedimento,

de cuya constitucion son contemporáneos ó posteriores.

P;sto, y los detalles que se expusieron en la descrip-cion de las tierras volcánicas en la clasificacion del

Sr. Gras, nos dispensan de entrar en mayores detalles.

La exhuberante vegetacion que en todos los centros vol-

cánicos se advierte, no sólo justifica las buenas condi-

ciones de este terreno para el cultivo, sino las muchas

sustancias que en ellos encuentra el agricultor.

En algunas provincias los labradores practican una

operacion que equivale al empleo de los mejores abo-nos, tal es, por ejemplo, la que en Murcia llaman en-

tarquinar, reducida á llevar á los campos las aguas su-

cias de las acequias procedentes de las avenidas del

Segura; lo propio hacen los de Valencia y los de las

riberas del Jalon (Zaragoza), quienes dan el nombre de

correnteay á la operacion y coyrentías á las tierras que

con e1la se benefician hasta el punto de decuplar su

valor. Para ello disponen los bancales en planos incli-

nados contra la corriente, saliendo el agua clara por

boquetes abiertos en la parte superior. La inundacion

produce idénticos efectos, siquiera en mayor escala, en

aquellos puntos donde la corriente extendiéndose pier-

de gran parte de su fuerza de acarreo.,

.