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VII CONGRESO IGLOM “ENFRENTAR LA CRISIS Y CONSTRUIR ALTERNATIVAS DESDE EL GOBIERNO LOCAL“
Título:
Capital social y turismo sustentable: estrategias de gestión para el desarrollo local
Mesa de trabajo 3:
Nuevas formas de participación local y reconstrucción del tejido social
Ponentes:
Mtra. Olimpia Jiménez López
Profesora del Programa de Ciencia Política de la UAN y alumna del Doctorado de
Planeación Estratégica y Dirección de Tecnología de la UPAEP.
Dra. Judith Cavazos Arroyo,
Coordinadora del Programa Doctoral de Dirección y Mercadotecnia de la UAPEP
Resumen
La propuesta alternativa de desarrollo local, consiste en identificar las vocaciones
específicas de un espacio local concreto que permita nuevas formas de
participación y reconstrucción del tejido social. En algunas regiones de México, el
turismo sustentable podría ser considerado una estrategia de desarrollo, por ser
un instrumento de gran eficacia que aglutina las sinergias locales. Se propone
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vincular la participación del Gobierno en la implementación de políticas y
programas relacionados con el turismo sustentable así como la participación de
los individuos en la formulación de planes de acción comunitarios para propiciar
empleos, incrementar la calidad de vida local y sustentabilidad.
Palabras clave: Capital Social, Desarrollo Comunitario, Gestión Estratégica,
Turismo Sustentable y Marco Lógico
1. Introducción
La participación social es de suma importancia para el progreso de las
comunidades, y dentro de la búsqueda de estrategias de desarrollo local, se
considera relevante abordar el tema de las actitudes positivas del comportamiento
cívico, que van desde la creación y mantenimiento de espacios públicos, el pago
de impuestos que generen al bienestar general. El Banco Mundial considera que
para favorecer el desarrollo es necesario incluir cuatro formas básicas de capital
(Kliksberg, 1999: 87): el natural, constituido por la dotación de recursos naturales
con que cuenta un país; el construido, generado por el ser humano, que incluye
infraestructura, bienes de capital, capital financiero, comercial, etc.; el capital
humano, determinado por los grados de nutrición, salud y educación de la
población; y el capital social, descubrimiento reciente de las ciencias del
desarrollo.
El objetivo de este trabajo pretende considerar las bondades del uso de la
metodología del marco lógico basada y de la tipología del capital social
comunitario, para identificar el comportamiento de las comunidades y su
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capacidad de organización para la promoción de la participación de los individuos
en la formulación de planes de acción comunitarios a favor del desarrollo de
programas de turismo sustentable.
2. Revisión de la literatura
2.1 Capital Social y su importancia en el desarrollo comunitario
Cuando en una sociedad existen altos niveles de asociación, se indica que tiene la
capacidad de actuar en forma cooperativa, conformación de redes y sinergias,
esto podría ser considerado Capital Social (Kliksberg, 1999). A la fecha no se ha
consensado una definición exacta de Capital Social, pero Durston y López (2006),
elaboraron un recuadro con una serie de definiciones al respecto (Tabla 1).
Tabla 1. Definiciones de Capital Social
Autor Definición
Robert Putnam Por capital social entendemos aquí la confianza, las normas que regulan la convivencia, las redes de asociacionismo cívico, elementos que mejoran la eficiencia de la organización social promoviendo iniciativas tomadas de común acuerdo (traducido de Putnam, 1993).
James Coleman No es una entidad aislada, sino una variedad de entidades que tienen dos características en común: consisten en algún aspecto de la estructura social, y facilitan a los individuos que están dentro realizar ciertas acciones (traducido Coleman, 1990).
Pierre Bourdieu Es el agregado de los actuales o potenciales recursos que están relacionados con la posesión de una red perdurable de relaciones más o menos institucionalizadas de conocimiento y reconocimiento mutuo –en otras palabras, con la pertenencia a un grupo– que le brinda a cada uno de los miembros el respaldo del capital socialmente adquirido, una credencial que les permite acreditarse, en los diferentes sentidos de la palabra (traducido de Bourdieu, 1980).
Francis Fukuyama “Puede ser definido, simplemente, como un conjunto de valores o normas informales compartidas entre los miembros de un grupo, que permiten la cooperación entre los mismos” (Fukuyama, 1999).
Banco Mundial El capital social se refiere a las normas y redes que disponen de acción colectiva. En incremento de las evidencia muestra que la cohesión social –capital social– es crítica para el alivio de la pobreza y el desarrollo sostenible, humano y económico. (Disponible en www.bancomundial.org).
John Durston “Se entenderá por capital social el contenido de ciertas relaciones y
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estructuras sociales… las actitudes de confianza que se dan en combinación con conductas de reciprocidad y cooperación” (Durston, 2002).
Fuente: Durston y López: 108
De igual manera Durston y López (2006), sostienen que:
Quienes se han apoyado en los postulados teóricos del capital social, y han
utilizado este concepto como un instrumento para impulsar los programas de
desarrollo comunitario o de combate contra la pobreza, sostienen que presenta
dos dimensiones mediante las cuales los grupos o las comunidades pueden
alcanzar sus objetivos comunes:
i. la capacidad específica de movilización de determinados recursos por
parte de un grupo, y
ii. la disponibilidad de redes de relaciones sociales.
2.1.2 Dimensiones del capital social
Generalmente en los grupos de la sociedad civil es donde se origina el capital
social, sin embargo el Estado desempeña un papel fundamental en la
reorientación de los recursos y la adecuación de las reglas para que las entidades
no gubernamentales tengan acceso a los fondos federales y con el propósito de
evitar especulaciones ocasionadas por las diversas definiciones Camagni (2003),
plantea una clasificación inicial de las diferentes dimensiones del concepto capital
social, con el objetivo de poner en manifiesto los diferentes elementos que pueden
influir en el desarrollo local y también como verificar cómo y en qué condiciones
pueden ser objeto de actuación pública; sobre todo dentro del proceso de
5
planificación estratégica. Las dimensiones, o mejor dicho, las dicotomías
relevantes en este caso son:
La dicotomía micro-macro, que distingue los elementos que provocan
directamente una implicación de casi uno de los individuos con respeto a
los elementos “sociales” o de sistema. En la parte macro se encuentran las
instituciones y reglas del juego; código de conducta, valores y
representaciones. A Nivel micro están los elementos formales, redes
sociales, capacidad de asociación e integración, gestión mediante
estructuras organizadas y diversos procesos de interacción entre sujetos y
agentes.
La dicotomía entre dimensión formal e informal, distinguiendo aquellos
elementos que se concretan en objetos analizables (roles, normas,
estructuras sociales), reforzados por reglamentaciones y procedimientos,
de los elementos de carácter mayoritario “de contexto” o de atmósfera,
como valores representaciones, actitudes y códigos de comportamiento.
La influencia del capital social en el desarrollo local puede tener múltiples
canales o elementos, por ejemplo la eficiente gestión las instituciones y normas
vigentes en un determinado contexto en contra de las prácticas monopolistas
reducen los costos/plazos relacionados con la realización de contratos y
transacciones; a nivel micro las relaciones individuales están dirigidos a la
reducción de los costos de información, por ejemplo cuando se refiere a los
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posibles socios comerciales, a este nivel se acelera la transmisión de información
de las prácticas positivas (comerciales, tecnológicas y organizativas); tal y como
se muestra en la figura 1.
Figura 1. Las dimensiones del capital social y su papel
Fuente: Camagni, 2003: 46
El capital social va acompañado de otros elementos de naturaleza informal
como la confianza recíproca y la reputación, los cuales facilitan la participación
entre individuos; también contribuye a incrementar el compromiso y la actitud
participativa de los ciudadanos en las decisiones colectivas generando sinergias y
complementariedad; las funciones que desarrolla el capital social en la reducción
de incertidumbre en los procesos de innovación de los sujetos económicos
(Camagni, 2003).
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2.2 Tipología del capital social comunitario
En la formulación del paradigma del capital social que se concentran en sus
manifestaciones colectivas, se plantea que las relaciones estables de confianza y
cooperación pueden reducir los costos de decisión, producir bienes públicos y
facilitar la constitución de actores sociales o incluso de sociedades civiles
vigorosas; y además plantea que es (Durston, 1999):
I. que el capital social comunitario no es un recurso individual sino una forma
de institucionalidad social (del conjunto, en este caso de la comunidad
local); y
II. que los participantes del capital social comunitario (en forma explícita o
implícita) plantean el bien común como objetivo, aunque éste puede no
lograrse.
Por otra parte, y a diferencia de las instituciones formales de bien común
(cooperativas, por ejemplo) que existen “en el papel”, el capital social comunitario
está constituido por normas, prácticas y relaciones interpersonales existentes y
observables.
Entre los diferentes tipos de capital social se encuentra el intergrupo y consiste
en las vinculaciones entre personas en grupos homogéneos, establecidas
principalmente sobre la base de criterios como clase, etnicidad, género u otras
características sociales, por ello cuando existe capital social intergrupos es posible
el cambio; según la propuesta de Flora y Butler (2003), es necesario definir de qué
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manera el capital social intergrupos y el intragrupo interaccionan en el plano local,
a fin de discernir el grado de acción colectiva que se produce en esas
comunidades y proponen una tabla de sencilla entrada cuádruple, poder predecir
los niveles de acción colectiva (véase la figura 2), en ella se puede debatir si el
capital social intergrupos y el intragrupo pueden reforzarse mutuamente: cuando
ambas partes son fuertes, el resultado es una acción comunitaria eficaz o una
infraestructura social empresarial. Las características de las redes que fortalecen
ese tipo de infraestructura (y contribuyen a generar capital social intergrupos)
comprenden (Flora y Butler 2003):
Horizontalidad: el aprendizaje lateral es esencial para las redes. Una
comunidad aprende mejor cuando aprende de otra. En el transcurso del
proceso de aprendizaje lateral se crea capital social, tanto en las
comunidades como entre ellas.
Verticalidad: es fundamental que las comunidades estén vinculadas a
organizaciones y recursos regionales, provinciales y nacionales. Sin
embargo, también es esencial que estos vínculos no se realicen por medio
de una sola vía. Los funcionarios electivos y los miembros de las
organizaciones deben participar en las reuniones regionales, provinciales y
nacionales de modo que no se pueda decir: “Lo que pasa es que no lo
permiten las reglas”. Es perfectamente posible que otros puntos de vista,
válidos en el marco de las reglas vigentes, permitan descubrir otras
alternativas.
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Flexibilidad: formar parte de una red no debe ser un compromiso definitivo.
La gente está dispuesta a participar cuando puede lograr algún cambio. La
participación aumenta y el desgaste disminuye cuando se pide a la gente
que participe en redes que tienen un período de vida finito. Se solicita a las
personas que participen principalmente en las cosas en que realmente
tienen interés, aunque es preciso tener cuidado de que la visión compartida
sea más amplia. La flexibilidad significa que más personas tienen la
posibilidad de convertirse en líderes.
Permeabilidad de los límites: se amplía la comunidad de intereses y la
comunidad territorial crece a medida que se forman asociaciones y
mecanismos de colaboración. Por otra parte, cuando se necesita algo
estrictamente local, los límites pueden estrecharse temporalmente. Es
esencial contar con redes permeables y flexibles para asegurar la
sostenibilidad de la comunidad.
Figura 2. Tipología del capital social comunitario
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a/ Capital social intergrupos y b/ Capital social intragrupos.
Fuente: Flora y Butler, 2003: 565
La tipología de capital social comunitario posibilitará conocer el
comportamiento de las comunidades cuando:
Capital social intergrupo bajo e intragrupo alto: la comunidad se resiste a
los cambios iniciados en el exterior, o los conflictos internos impiden los
esfuerzos de cambio en la comunidad.
Capital social intergrupo alto e intragrupo alto: Cambios iniciados
localmente impulsados por medio de metas definidas por la comunidad,
mediante eslabonamientos con recursos externos.
Capital social intragrupo bajo e intergrupo bajo: Los ricos resuelven los
problemas con recursos financieros, los pobres no tienen demasiadas
alternativas.
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Capital social intragrupo bajo e integrupo alto: cambios comunitarios
controlados por los “patrones” locales o externos o la elite que detenta el
poder.
Cuando capital social intergrupos e intragrupo son bajos, y no prevalece la
infraestructura social empresarial, predomina un individualismo extremo que se
refleja en la comunidad por la desorganización social. De igual manera cuando se
presenta que cuando capital social intergrupos es alto, pero el intragrupo es bajo,
se produce el clientelismo y las relaciones creadas en la comunidad y con el
exterior son predominantemente verticales, aunque existe la posibilidad de que la
comunidad puede organizarse contra lo externo o contra sí misma.
2.3 El turismo sustentable como estrategia de desarrollo local
El turismo es considerado como una estrategia de desarrollo, por ser un
instrumento a los que se le otorga mayor eficacia porque puede aglutinar las
sinergias locales, gracias a la transversalidad de sus beneficios hacia otros
sectores de la economía, hacia las infraestructuras y lo que es realmente
importante para la población de estos espacios, hacia el empleo (Millán, 2002).
Por ello se considera primordial que la comunidad antes de participar en la
actividad turística dimensione los impactos tanto positivos y/o negativos (Ascanio,
2004: 155):
Una vez que toma conciencia de sus derechos y deberes; logra consolidar
su autoestima y su propia identidad (la comunidad), entonces los grupos
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familiares pueden, de una manera integral participar en el ritual que supone
las relaciones interpersonales, con todos los visitantes temporales, sin
temor de que sea vulnerado su hábitat en un sentido integral. Sin este
primer paso, cualquier intento de una comunidad frágil que participe en los
“paquetes turísticos”, podría más bien ser objeto de un simple juego
comercial que los atropelle.
De igual manera se sugiere que los programas deben ser hechos a la
medida de las necesidades comunales y no solo pensar en las necesidades del
visitante temporal; se debe pensar que “la comunidad receptora tiene la razón”, lo
anterior sin demeritar las necesidades del mercado porque si no las visitas
temporales no tendrían sentido; es decir el cliente siempre tiene la razón cuando
actúa con un código de ética y la comunidad receptora la tiene cuando acepta los
criterios relacionados con la calidad de los servicios y la preservación de su
entorno y valores (Ascanio, 2004).
Se propone impulsar el progreso en zonas desfavorecidas en cualquier
ámbito geográfico, porque implica un planteamiento integrado y multisectorial que
conjugue el desarrollo y el funcionamiento de las actividades turísticas con la
correspondiente atención a la protección y el uso adecuado del entorno natural y
social de las zonas anfitrionas, sin embargo esto puede complicarse cuando se
trata de espacios frágiles como los rurales (Millán, 2002: 235):
El turismo es un factor desencadenante de la reactivación económica de las
zonas rurales, pero para conseguir que sus acciones perduren en el tiempo
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en el espacio debe huir de la búsqueda de beneficio rápida y
desordenadamente y abogar por formar profesionales y cuadros que
puedan asumir las exigencias de una oferta turística de calidad, tanto en el
plano individual como en el colectivo.
Así como es prioritaria la participación del Gobierno en la implementación
de políticas y programas relacionados con el turismo sustentable, de igual manera
es necesaria participación de los individuos en la formulación de planes de acción
comunitarios a favor del turismo que propicien la creación del empleo, así como
incrementar la calidad de vida de los pobladores y la preservación del medio
ambiente rural.
2.4 La Metodología para la Elaboración de Estrategias de Desarrollo Local
Con el fin de orientar y capacitar a los grupos de trabajo de gestión
estratégica del desarrollo local, Silva (2003), desarrolló la “Metodología para la
elaboración de estrategias de desarrollo local” para el Instituto Latinoamericano y
del Caribe de Planificación Económica y Social [ILPES]; tomando como base el
Método del Marco Lógico, el documento ha sido una guía para el diseño de
lineamientos estratégicos de desarrollo, aplicados a un territorio en particular con
el concepto pedagógico de “aprender haciendo” se ha logrado la elaboración del
perfil del plan estratégico de desarrollo local.
La Metodología del Marco Lógico [MML], es considerada una herramienta
flexible para el desarrollo participativo y fue desarrollado en 1970 y desde
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entonces ha sido utilizado por la División para la asistencia externa del
Departamento de Estado de los Estados Unidos [USAID] y otras instituciones
internacionales y gobiernos nacionales en la planificación, implementación y
evaluación de proyectos de desarrollo (Steen Forun ANKERHUS, s/f). Facilita el
proceso de conceptualización, diseño, ejecución y evaluación de proyectos (ver
figura 3); su énfasis está centrado en la orientación por objetivos, la orientación
hacia grupos beneficiarios y la facilitación de la participación y la comunicación
entre las partes interesadas; es decir, contempla el análisis del problema, análisis
de los involucrados, jerarquía de objetivos y selección de una estrategia de
implementación óptima (Ortegón, Pacheco y Prieto, 2005).
Figura 3. Marco lógico y ciclo de vida del proyecto
Fuente: Ortegón, Pacheco y Prieto, 2005: 14
2.4.1 La Metodología del Marco Lógico
Marco Lógico
Diseño
Ejecución
Evaluación
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El método del marco lógico surgió como respuesta a tres problemas comunes
a los proyectos, 1) como es la falta de precisión y la poca relación de los objetivos
con las actividades, 2) la falta de éxito por la indefinición del alcance de
responsabilidad del responsable del proyecto y 3) la falta de visión de éxito. El
MML encara estos problemas, y provee además una cantidad de ventajas sobre
enfoques menos estructurados (Ortegón et al., 2005: 14-15):
Aporta una terminología uniforme que facilita la comunicación y que sirve
para reducir ambigüedades;
Aporta un formato para llegar a acuerdos precisos acerca de los objetivos,
metas y riesgos del proyecto que comparten los diferentes actores
relacionados con el proyecto;
Suministra un temario analítico común que pueden utilizar los involucrados,
los consultores y el equipo de proyecto para elaborar tanto el proyecto
como el informe de proyecto, como también para la interpretación de éste;
Enfoca el trabajo técnico en los aspectos críticos y puede acortar
documentos de proyecto en forma considerable;
Suministra información para organizar y preparar en forma lógica el plan de
ejecución del proyecto;
Suministra información necesaria para la ejecución, monitoreo y evaluación
del proyecto; y
Proporciona una estructura para expresar, en un solo cuadro, la información
más importante sobre un proyecto.
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La metodología para la elaboración de estrategias de desarrollo local,
pretende que los participantes trabajen en la elaboración del plan de desarrollo
acorde a la realidad de un espacio local concreto, en la cual las autoridades
permiten la participación de estudiantes, técnicos y la población misma, al igual
tienen la misma oportunidad de revisar conceptos, desarrollar criterios y aplicar
técnicas e instrumentos; propone organizar grupos y la realización de talleres en
las siguientes áreas temáticas (Silva, 2003: 8):
Desarrollo económico local y fomento productivo
Ordenamiento territorial y desarrollo de infraestructuras
Desarrollo social y capital humano
Desarrollo institucional, articulación de actores y participación
Las posibilidades del desarrollo local residen en la factibilidad de explotación
del potencial endógeno de un determinado espacio territorial, la cuestión clave a
trabajar es la detección, utilización y activación del mismo, con un conjunto de
posibles agentes de cambio locales que se propongan alcanzar determinados
objetivos de desarrollo, como por ejemplo creación de empresas y empleos,
innovación tecnológicas redes de cooperación, formación de recursos humanos y
desarrollo social entre otros (Silva, 2003).
En la figura 4 se muestra la elaboración de una estrategia de desarrollo local.
El potencial del desarrollo local agrupa los recursos físicos, humanos, económicos,
financieros, tecnológicos, socioculturales y en el capital social, este último es
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considerado como la nueva forma de entender y aspirar a procesos de desarrollo
local exitosos y lo señala como el grado de confianza existente entre los actores
sociales de una colectividad, las normas de comportamiento cívico practicadas, y
los niveles de asociación que las caracteriza; son los elementos que brindan la
evidencia de la riqueza y fortaleza del tejido social interno de una sociedad y las
diferencias entre territorios exitosos o no exitosos (Silva, 2003).
Figura 4. Estrategias de desarrollo y programa de inversión
Fuente: Silva 2003, p. 9
18
El ILPES propone agentes promotores de cambio y que los conceptos de
espacio, territorio y región pasen a ser adjetivos y no substantivos, solo
instrumentos y no fines para los procesos de desarrollo, en esta proposición, se
postula que la construcción de un nuevo orden social en el que los territorios como
actores sociales importan, es una tarea que requiere de un saber que sea
universal, pero que se ancle profundamente en un lugar (Lira 2003).
3. Conclusiones
El marco lógico es una excelente herramienta para el desarrollo local
comunitario porque, es el gran generador de capital social que el progreso local
necesita para fomentar la participación de los individuos del grupo beneficiado en
las iniciativas particulares de cada región, ya que depende de cada uno de ellos la
identificación del problema de carácter social y sus posibles alternativas de
solución, además de esta manera dar respuesta a sus necesidades e interés
reales.
Sin embargo, la participación comunitaria requiere de un gran compromiso
para la elaboración de planes estratégicos y definición de objetivos de los sectores
clave en la economía local. Como en el caso de las comunidades que tienen
vocación turística es necesario conocer el potencial local y económico, aparte de
poder identificar las eventualidades que se puedan presentar en un momento
determinado.
Por otra parte, las iniciativas de capital social comunitario promueven la
asociación de los interesados en acciones de beneficio colectivo al largo plazo, ya
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que al diversificar las actividades económicas e incrementar los ingresos locales,
se busca mejorar la percepción de la preservación del patrimonio cultural y natural
para la sustentabilidad al largo plazo, además de generar nuevas formas de
participación y cohesión social.
Bibliografía
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> Consultado el 12 de junio de 2011.
20
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<http://www.fondominkachorlavi.org/php/doc/documentos/capitalsocialr.pdf#pag
e=145 > Consultado el 19 de junio de 2011.
Kliksberg, B. (1999). Capital social y cultura, claves esenciales del desarrollo.
Revista de la Cepal. 69, pp. 85-102, en
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