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CAPILLA REAL Tras la toma de Granada en 1492 por parte de los Reyes Católicos, la ciudad pasó a convertirse en el símbolo de la conquista de la nueva Fe. La ciudad tenía que manifestar una imagen representativa del nuevo poder que había triunfado sobre los infieles. Una nueva imagen que se significa en una serie de edificios vinculados a la monarquía y a la nueva religión: monarquía católica y cristiandad. Los Reyes Católicos fueron conscientes de lo que Granada significaba para ellos: la culminación de su política tanto militar como civil y religiosa. Fue tal la importancia que adquirió la ciudad dentro de la monarquía, que los reyes añadieron de inmediato a sus títulos el de “Reyes de Granada”, y el fruto, la granada, pasó a formar parte del escudo de los soberanos. Por otra parte, el dominio de Los Reyes Católicos significa para la ciudad el final de la Edad Media y el comienzo de la Moderna como demuestra la factura renacentista de los nuevos edificios. Edificios cuya construcción y tipología obedece a las necesidades de la nueva sociedad: la Catedral, el Hospital Real, fundado en 1504 por los soberanos pero comenzado tardíamente en 1511 donde se repite el esquema de los de Toledo y Santiago, un cementerio musulmán a las afueras de la ciudad con rasgos renacentistas y mudéjares, además de una serie de iglesias y conventos o edificios institucionales como la Real Chancillería. La Capilla Real es la que concentra mayor simbolismo tanto religioso como real. Fue fundada el 13 de septiembre de 1504 por voluntad de los Reyes para que les sirviera como enterramiento. Esta construcción venía a convertirse en símbolo de la lucha contra el Islam, siguiendo la tradición de Entrada de los Reyes Católicos en la ciudad de Granada. Detalle del retablo mayor de la Capilla Real

Capilla realya

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Capilla Real de Granada

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CAPILLA REAL

Tras la toma de Granada en 1492 por parte de los Reyes Católicos, la ciudad pasó a convertirse en el símbolo de la conquista de la nueva Fe. La ciudad tenía que manifestar una imagen representativa del nuevo poder que había triunfado sobre los infieles. Una nueva imagen que se significa en una serie de edificios vinculados a la monarquía y a la nueva religión: monarquía católica y cristiandad.

Los Reyes Católicos fueron conscientes de lo que Granada significaba para ellos: la culminación de su política tanto militar como civil y religiosa. Fue tal la importancia que adquirió la ciudad dentro de la monarquía, que los reyes añadieron de inmediato a sus títulos el de “Reyes de Granada”, y el fruto, la granada, pasó a formar parte del escudo de los soberanos.

Por otra parte, el dominio de Los Reyes Católicos significa para la ciudad el final de la Edad Media y el comienzo de la Moderna como demuestra la factura renacentista de los nuevos edificios. Edificios cuya construcción y tipología obedece a las necesidades de la nueva sociedad: la Catedral, el Hospital Real, fundado en 1504 por los soberanos pero comenzado tardíamente en 1511 donde se repite el esquema de los de Toledo y Santiago, un cementerio musulmán a las afueras de la ciudad con rasgos renacentistas y mudéjares, además de una serie de iglesias y conventos o edificios institucionales como la Real Chancillería.

La Capilla Real es la que concentra mayor simbolismo tanto religioso como real. Fue fundada el 13 de septiembre de 1504 por voluntad de los Reyes para que les sirviera como enterramiento. Esta construcción venía a convertirse en símbolo de la lucha contra el Islam, siguiendo la tradición de anteriores Capillas como la de Sevilla donde esteba enterrado Fernando III y la de la Catedral de Córdoba con la sepultura de Alfonso XI. Los Reyes, en una Real Cédula para la erección de la capilla fechada el 13 de septiembre de 1504, así lo estipulan:

“Porque es cosa razonable a todo católico cristiano y cristiana, y mucho más a los reyes y príncipes -de quien los otros han de tomar ejemplo- que, además de hacer todo el bien que pudieren en su vidas, provean cómo, después de su fin, se digan por sus almas misas, sacrificios y otras oraciones, especialmente en las

Entrada de los Reyes Católicos en la ciudad de Granada. Detalle del retablo mayor de la Capilla Real de Granada. (Fuente

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capillas donde fueren sepultados por que Nuestro Señor haya misericordia y piedad de sus almas y les perdone sus pecados. Por ende, nos, considerando y deseando ésto, acordamos elegir y señalar iglesia y capilla donde, cuando la voluntad de Nuestro Señor Dios fuere de llevarnos de esta presente vida, sean nuestros cuerpos sepultados; en la cual se digan las misas, sacrificios, aniversarios y otros oficios divinos y

oraciones. Primeramente mandamos que, en la Iglesia Catedral de Nuestra Señora Santa María de la O de la ciudad de Granada, se haga una honrada capilla. Y ha estar en la dicha nuestra capilla el Sacramento de la dicha Iglesia Mayor delante del cual han de arder perpetuamente para siempre jamás día y noche un cirio de cera y dos lámparas de aceite.”

Las obras comenzaron en 1505, un año después de morir la Reina, y culminaron en 1517, al año siguiente de fallecer Fernando. La construcción se realizó en estilo Gótico pero con influencias renacentistas, estilo preferido por los Reyes. Se atribuye a Enrique Egas. Al tiempo que se llevaban a cabo la obras, una institución de la Capilla Real, con doce capellanes y un Capellán Mayor, recibían el legado que los Reyes habían destinado a su capilla: pinturas, libros, reliquias, tapices, textiles, y otro tipo de artes decorativas. El interior se completaba con una profunda iconografía centrada en Jesucristo que se adecuaba al fuerte espíritu religioso de Dª Isabel. Su nieto, el emperador Carlos I y V de Alemania, sería el encargado de perpetuar la obra, de continuar con los proyectos de sus abuelos en Granada y de potenciar esta institución.

La simbología religiosa e histórica queda recogida en los sepulcros y en el retablo. La Capilla Real fue concebida como panteón real, un suntuoso mausoleo esculpido para albergar a Dª Isabel y D. Fernando, al que luego se sumaron los de los reyes Dª Juana I y D. Felipe I. El sepulcro de los Reyes Católicos fue terminado en 1517 por obra del artista florentino

Domenico Fancelli, artista florentino e introductor de la tipología del mausoleo renacentista.

El conjunto tiene forma de doble pirámide truncada, la primera más alta y corpulenta y la segunda acostada y remetida respecto a la anterior. Sobre la meseta superior están los Reyes acompañados por dos leones a los pies. Don Fernando refleja sus rasgos puesto que Fancelli lo conoció personalmente. Es un sepulcro de los llamados ataludados, por la especial

disposición de sus paredes de forma inclinada. En el cuerpo inferior cuatro grifos defienden las esquinas y sirven de separación visual y temática de los cuatro paneles que ocupan los

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laterales. Estos paneles están centrados por grandes tondos con pasajes que vienen a fundir motivos de la vida de Cristo con otros de identificación política: El Bautismo de Cristo, La Resurrección, San Jorge y Santiago Matamoros. A sus lados se sitúan las esculturas sedentes de los doce Apóstoles, que de forma original parecen emerger del mármol con el que se funden en la base para quedar exentos hacia los hombros.

El talud superior ofrece otro discurso más complejo y variado en su desarrollo temático. En las esquinas esta vez se disponen los cuatro Doctores de la Iglesia Occidental: San Agustín, San Jerónimo, San Ambrosio y San Gregorio y entre ellos se disponen, en los laterales arrimados a los costados de los Reyes, los escudos reales sostenidos por ángeles. Entre los angelitos y putti se disponen distintas alegorías y figuras que parecen anecdóticas pero que el historiador Miguel Ángel León ha sabido descifrar e identificar como una “honda reflexión sobre la vida del cristiano”: tritones, el Ave Fénix y el Pelícano, un caballo alado, la calavera con dos serpientes arrolladas, y las figuras de Adán y Eva en actitudes de reposo que poco parecen dolerse de la expulsión del Paraíso. Una cartela sostenida por dos ángeles reza: “Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, marido y esposa

unánimes, llamados los Católicos, están encerrados en este túmulo de mármol.” El mármol traido de Carrara es de gran pureza. Es el material preferido durante el Renacimiento por ser el utilizado ya en Grecia Y Roma en los sepulcros.

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Mucha mayor simbología es la que nos encontramos en el Retablo Mayor de la Capilla, realizado por el francés Felipe Bigarny entre 1520 y 1522. La unidad territorial viene representada por la iconografía referente a los Reyes Católicos; la unidad religiosa, por su parte, está representada por las escenas la vida de Cristo. Es de estilo renacentista por su disposición ordenada de su arquitectura, la presencia de desnudos y el tratamiento de las figuras de naturalismo idealizado. En el

retablo de la Capilla Real de Granada, la estructura Estructura: se compone de sotabanco, banco, dos cuerpos con cinco calles y un ático que presenta tres frontispicios de vuelta redonda y está rematado en el centro por frontón triangular con una cruz. El conjunto se articula con gran regularidad por medio de columnas abalaustradas con capiteles corintios, y cornisamentos decorados con elementos clásicos y grutescos dorados sobre fondo blanco.

Iconografía: Los relieves del sotobanco representan los acontecimientos históricos de la conquista de Granada: ejército cristiano, rendición de Boabdil y bautismo de moriscos. En el Banco: el Bautismo de Cristo, Adoración de Magos, San Juan Evangelista. Primer cuerpo: ocupando el lugar más importante y a mayor escala: Los santos Juanes, patronos de los Reyes, su martirio (Degollación del Bautista y cocción en aceite hirviendo del Evangelista. En el segundo cuerpo: la Crucifixión con Virgen María y S. Juan (Calvario), Subida al Calvario y llanto por Cristo muerto. Calles laterales: San Pedro, San Pablo, los cuatro evangelista y los cuatro padres de la Iglesia 8S. Gregorio, S. Ambrosio, S.Jerónimo y S. Agustín). En el ático: la Virgen y S. Gabriel (Anunciación). En la parte superior: la Paloma y Dios Padre (La Trinidad)

Custodiando el retablo se encuentran dos esculturas de bulto redondo que representan a los reyes en actitud orante, atribuidas a Diego de Siloé, que hacen un rezo perpetuo por el triunfo de la Fe.

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En resumen, se dispone un gran retablo que preside la Capilla y en el que se hace todo un despliegue iconográfico que muestra tanto la conquista de la nueva Fe sobre el Islam como la religiosidad y la unidad política establecida por los Reyes Católicos durante su mandato.

En definitiva, la Capilla Real de Granada viene a reflejarnos como arte y poder siempre fueron de la mano en la Edad Moderna. Ya fuera encargo de la Monarquía, de la nobleza o de la Iglesia, las obras artísticas y arquitectónicas se convirtieron en un instrumento que mostraba

la perpetuidad de lo real y la eternidad de lo religioso.

Sepulcro de Doña Juana y Don Felipe I

En la celebración de su derecho a gobernar, Felipe por los esfuerzos realizados y beber agua fría, cayó enfermo muriendo el 25 de septiembre de 1505. Se abre entonces la polémica sobre la sucesión de los reinos de España. Por un lado Fernando de Aragón concibe ciertas dudas sobre la sucesión de su reino a Carlos, formadas por las malas relaciones con la corte de Borgoña de su yerno Felipe y el carácter foráneo del propio Carlos. Y por otro, la insistencia de Juana para defender los derechos de su primogénito.

En esta coyuntura se plantea también en qué lugar deben descansar los restos de Felipe. Mientras que Fernando quiere enterrarlo lo más al norte posible, Juana prefiere Granada, donde se encuentran ya los restos de Isabel. De esta forma se reforzaría la candidatura de Carlos, reconociéndose la continuidad entre Isabel y Felipe. Desde esta óptica podemos

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entender mejor la macabra procesión que tiene lugar, como una campaña publicitaria para que el pueblo conociese y admirase el cortejo del difunto rey. El cuerpo se deposita primero en el panteón real de la Cartuja de Miraflores, pero habiéndose declarado la peste en Burgos, se traslada a Torquemada y de ahí a Hornillos, Tortoles, Arcos y finalmente al monasterio de Santa Clara en Tordesillas, donde por orden de Fernando se quedara el cuerpo. Si bien son conocidos los celos de la reina y que en la procesión, se sabe, que no había mujeres, otras historias son de escasa credibilidad o atribuidas a personajes afines a Fernando.

Finalmente el 15 de diciembre de 1525, por orden del emperador Carlos V, los restos mortales de Felipe I, rey de España, son depositados en la cripta de la Capilla real de Granada. Medio siglo después, el 27 de febrero de 1572, por orden de Felipe II son depositados los restos de la reina Doña Juana, 17 años después de su muerte.

La elección de Granada como panteón real de los Reyes Católicos responde a las mismas razones que influyeron a algunos de los reyes anteriores: asegurar el territorio conquistado y demostrar al resto de los reinos cristianos de su poder frente a los musulmanes.

El 21 de diciembre de 1518 Antonio de Fonseca, contador mayor de Castilla, encarga un mausoleo para Felipe y Juana similar al existente a Domenico Fancelli. Parece que Fonseca es el responsable de la iconografía. A la muerte de Fancelli, el encargo pasa, por orden del

Emperador, a Bartolomé Ordóñez. Escultor renacentista introduce alguna modificación de diseño en el nuevo sepulcro, no en el programa iconográfico. El escultor no pudo ver terminada su obra, fallece un año después de haber firmado los contratos. En su testamento encomienda a Pietro de Carona la terminación de los trabajos.

La elaboración de la obra: 1º hacer uno a escala 1:1 en barro, para pasarla a yeso, y desde este modelo

y mediante puntos, a mármol. El desbastado general de las piezas requeriría, después de los cortes generales con la sierra, la utilización de grandes cinceles, punteros y graditas o trepanadores. Finalmente se utilizan cinceles y se pule con polvo de pulimentar una vez montado en su lugar.

Todo el conjunto, incluyendo el mausoleo de los Reyes Católicos, aparece cercado por una pequeña reja de hierro de forja, dorada y policromada, rematándose la reja y las columnas del dosel con unos jarrones de cobre, posiblemente modernos.El conjunto labrado en mármol consta, de diferentes piezas superpuestas sobre un núcleo de piedra de mampostería. Fueron montadas utilizando en las uniones horizontales una fina argamasa de cal y arena y grapas de hierro de forja, y las piezas pequeñas o de detalles mediante finos vástagos de hierro.

En 2004 con motivo del aniversario de la muerte de la reina Isabel la Católica el Instituto del Patrimonio español se hizo cargo de la restauración de la Capilla Real de Granada.

El sepulcro de Don Felipe y Doña Juana

Ocupan los frentes de cada tablero un amplio tondo de relieve con los temas de El Nacimiento, La Epifanía, La Oración en el Huerto y El Descendimiento, acompañados a los

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lados por representaciones de Virtudes y de las Artes Liberales, dentro de hornacinas. Así, Miguel Ángel León identifica como virtudes a las tres teologales, Fe, Esperanza y Caridad, que junto a la Fortaleza ocupan el lado del rey, mientras que Prudencia, Justicia, Templanza y, quizá, Paciencia, el de la reina; en la cabecera se identifican la Filosofía y la Aritmética, y a los pies la Gramática y la Lógica.

El segundo cuerpo, que soporta la urna mortuoria, arranca muy inclinado, aumentando el dramatismo y el efecto plástico de la urna que soporta. Sobre las esquinas aparecen cuatro figuras: los Santos Juanes, Bautista y Evangelista, en el lado de la reina, y San Andrés y San Miguel en el del rey. Como fondo se sitúan escenas de sus vidas La urna que remata el sepulcro se levanta sobre unas esfinges en sus costados y sus paredes se decoran con máscaras, guirnaldas vegetales y blasones. Sobre la tapa aparecen acostados, como de costumbre, los cuerpos de Felipe y Juana. El rey, copiando la figura de su suegro, viste armadura y capa, con el collar de la orden del Toison tan querida por su hijo Carlos V, lleva la cabeza coronada y porta la espada en la mano; mientras que la reina viste traje cortesano de amplias mangas y sostiene el cetro entre las manos.