Cap 4 Norman Long

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  • 8/17/2019 Cap 4 Norman Long

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    C O L E C C I Ó N I N V E S T I G A C I O N E S

    SOCIOLOGIA DEL DESARROLLO: UNA PERSPECTIVA CENTRADA  

    EN EL ACTOR

     No r m a n  Lo n g

    presentación deGuillermo de la Peña

    EL COLEGIO

    DE SAN LUIS CIESAS

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    307.1412

    L245s Long, Norman.

    Sociología del desarrollo : una jmrspectiva centrada en el actor /

    Norman Long; presentación de Guillermo de la Peña; traducción

    del inglés: Horucia Fajardo, Magdalena Villarreal y Pastora Rodríguez.

    —México: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en

     Antropología Social : El Colegio de San Luis, 2007.504 p. ; 16 cm. —(Colección Investigaciones)

    Título original: Development sociology : actor perspectives.

    Incluye bibliografía. índice temático.

    ISBN 970-762-016-1 (COLSAN)

    ISBN 968-496-627-X (CIESAS)

    1. Desarrollo rural. 2. Desarrollo de la comunidad. 3. Cambio social.

    4. Desarrollo económico. 5. Sociología. 6. Globalización. I. t. II

    Peña, Guillermo de la, pres. III. Fajardo, Horaria, tr. IV. Villarreal,

    Magdalena, tr. V, Rodríguez, Pastora, tr. VI. Serie.

    Título de la obra original:

     Development Sociology: Actor Perspectives, Routledge, 2001

    Todos los derechos reservados: Traducción autorizada de la edición

    en lengua inglesa publicada por Routledge, editorial

    del Grupo Taylor & Francis. Londres/ Nueva York

    Traducción del inglés: Horacia Fajardo, Magdalena Villarreal

    y Pastora Rodríguez

    Diseño de portada; Pablo Labastida

    Primera edición en español: 2007

    © Norman Long 

    © Por la traducción: Horacia Fajardo,

    Magdalena Villarreal y Pastora Rodríguez

    © El Colegio de San Luis

    Parque de Macul 155

    Colinas del Parque

    San Luis Potosí, S.L.P., 78299

    © Centro de Investigaciones y Estudios Superiores

    en Antropología Social

    Hidalgo y Matamoros s/n

    Col. Tlalpan

    México, D.F., 14000

    ISBN 970-762-016-1 (COLSAN)

    ISBN 968-496-627-X (CIESAS)

    Impreso y hecho en México

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    In d i c e

     Presentación /Guillermo de la P e ñ a .......................   7

    Prefacio y reconocimientos............................................................... 15

    Introducción...................................................................................... 21

    Pa r t e  I

    T emas  t e ó r i c o s   y  m e t o d o l ó g i c o s

    Capítulo 1

    Una sociología del desarrollo orientada al actor............................ 33

    Capítulo 2

    La desmitificación de la intervención planeada

    y el Estado .................................................................................. 73

    Capítulo 3

    La construcción de un marco conceptual

    e interpretativo....................................................................... 107

    Capítulo 4

    Encuentros en la interfaz. Discontinuidades sociales

    y culturales en el desarrollo y el cambio............................... 149

    P a r t e   II

    Me r c a n t i l i z a c i ó n ,  v a l o r e s  s o c i a l e s   y  mic r o empr e sa s

    Capítulo 5

    Mercantilización y cuestiones de valor social ............................   185

    Capítulo 6

    Redes de deudas y compromisos: La trascendenciadel dinero y las divisas sociales en las cadenas

    mercantiles.............................................................................. 221

    Capítulo 7

    Redes, capital social y empresa familiar múltiple.

    De lo local a lo global.............................................................   253

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    Pa r t e  IIIIn t e r f a c es  d e  c o n o c imie n t o , po d e r   y  g l o ba jl iz a c ió nCapítulo 8

    Conocimiento, redes y poder........................................................   311

    Capítulo 9Dinámicas de las interfaces de conocimiento entre

    burócratas y campesinos......................................................... 349

    Capítulo 10

    Globalización y localismo. Recontextualización

    del cambio socia l....................................................................    391

     A pé n d ic eP ie d r a s  a n g u l a r e s  d e  u n a  pe r spe c t iv a  o r ie n t a d aa l   ACTOR .......................................................................................................... 441

    B ib l io g r a f ía ................................................................................... 447

     Ín d ic e  t e m á t ic o .............................................................................. 489

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    C a p í t u l o   4

    E n c u e n t r o s   e n   l a   i n t e r f a z . 

    D i s c o n t i n u i d a d e s   s o c i a l e s   y c u l t u r a l e s

    EN EL DESARROLLO Y EL CAMBIO

    En este capítulo me esforzaré por mostrar la utilidad de la idea de

    interfaz en el estudio de las prácticas organizadoras y los procesosde construcción de conocimiento/poder. Primero me concentro en la

    arena de la intervención para el desarrollo rural, usando datos reco

    gidos en México a finales de los 80 y principios de los 90.' Después

    expongo los resultados de un estudio sobre los niños de la calle en la

    ciudad de México que utiliza una perspectiva de interfaz para explo

    rar las dinámicas contradictorias de las intervenciones diseñadas para

    rescatarlos do la calle.

    Los canuteros, intermediarios en la interfaz. Un distrito de riego 

     en el occidente de /V léxico

    El sistema de riego Autlán-El Grullo (con nueve mil hectáreas de exten

    sión), que se localiza en el oeste de Jalisco, se construyó en los años50 como parte del esfuerzo del gobierno mexicano por promover el

    crecimiento rápido de la producción agrícola, sobre todo de la caña

    de azúcar y los cultivos hortícolas para exportación. El funcionamien

    to del sistema de irrigación involucraba la cooperación activa de una

    extensa gama de personas (agricultores, ingenieros, personal de mante

    nimiento de los canales y “ canaleros” ) con intereses distintos y contra

    dictorios. Al principio, la oficina local de la Secretaría de Agriculturay Recursos Hidráulicos (SARI!) era la responsable formal del funcio

    namiento del sistema, incluyendo, por supuesto, el trabajo de los ca-

    1 La exposición que sigue se enfoca en los estudios de Pieter van der Zaag (1992),

     Alberto Arce (1993), Magdalena Villarreal (1994) y Monique Nuijten (1998), y se apo

    ya en gran medida en sus argumentos.

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    naleros. Después, en 1989, una asociación de usuarios del agua adqui

    rió la responsabilidad del mantenimiento del canal, y con el tiempo

    tuvo un papel más activo en la distribución del líquido. Estos cambios

    presagiaron la introducción de un cambio en la política nacional dirigido a entregar estas tareas opcracionales a los grupos de usuarios

    locales.

    Cuando Pieter van dcr Zaag realizó su trabajo de campo (1987-

    89), encontró que la distribución del agua había evolucionado a un

    patrón complejo que no se gobernaba simplemente por las reglas y pro

    cedimientos de la oficina del distrito de la S ARH, sino que éste depen

    día sobre todo de las improvisaciones que los canaleros debían haceren su interacción con los propietarios de las parcelas. Puesto que éstos

    tenían la libertad de escoger el tipo de cultivo (caña de azúcar, maíz o

    verduras) y establecer las fechas de siembra, etcétera, los agricultores

    tenían que acordar y cooperar con los canaleros, quienes calendariza-

    ban la distribución de agua a sus parcelas. Esto implicaba que el tra

    bajo de los canaleros involucrara una serie de negociaciones delicadas,

     juiciosas y a menudo molestas. El esquema de irrigación empicaba aseis canaleros, cada uno con un área de mil quinientas hectáreas (pie

    abarcaban 300 parcelas de riego y aproximadamente 250 usuarios.

    Cada canalero controlaba las compuertas en unos 30-40 kilómetros de

    canales; y en los casos en que había otro bloque de distribución aguas

    abajo, había que asegurar que quedara suficiente líquido para que su

    colega cumpliera las demandas de su bloque. Esto agregaba un pro

    blema potencial, ya que quienes manejaban los bloques aguas abajoestaban prestos a acusar a sus colegas responsables de las compuertas

    aguas arriba de malversar el agua destinada para ellos. Eos canaleros

    trazaban sus cálculos (mentalmente, no en el papel) para asegurar la

    distribución de agua, traduciendo y hasta cierto grado recscribicndo

    el plan de irrigación anual diseñado por los ingenieros del distrito. De

    esta manera, la calendarización de la distribución del agua se negocia

    ba y renegociaba con los grupos de usuarios conforme progresaba latemporada de riego.

     Al tiempo que resolvían los problemas relativos a la organización

    del canal y las parcelas, los canaleros también debían de mantener

    buenas relaciones con el ingeniero jefe del sistema de irrigación y los

    ayudantes de éste instalados en un pueblo cercano, con quienes se co

    municaban todos los días. /VI ser trabajadores que dan la cara a los

    ISO

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    usuarios, los canaleros eran responsables de la traducción de las pau

    las técnicas y de las órdenes administrativas de sus jefes inmediatos,

    las que ellos adaptaban para resolver las diversas necesidades, cons

    tricciones y presiones generadas en los ámbitos de los agricultores,

    parcelas y bloques. Y, en algunos casos, ellos se alineaban a grupos

    específicos de agricultores y eran voceros de los puntos de vista y pre

    ferencias de los agricultores vis à vis la política de irrigación y la posi

    ción tomada por los ingenieros. Los canaleros estaban situados en los

    puntos de intersección en el manejo del sistema de irrigación.

     La intersección de los nutridos de vida de los canaleros 

     y los agricultores

    Un canalcro trabaja unas 60 horas por semana, recorre en moto

    cicleta entre 50 y 80 kilómetros para revisar el funcionamiento del

    riego y la asignación de turnos, comprobando y ajustando compuer

    tas, hablando con los agricultores, sus jornaleros o sus medicros. Ladistribución del agua se realiza de manera que cubra las necesidades

    del cultivo, las demandas individuales para los turnos de riego y las

    opciones disponibles dentro de la infraestructura del canal. Algunas

    veces un oficial que registra las presiones hidráulicas y deficiencias en

    la red de canales acompaña al canalcro. Los requerimientos de agua

    varían considerablemente, ya que los cultivos hortícolas la necesitan

    cada siete a quince días, el maíz cada dos a tres semanas, la caña deazúcar cada tres a cuatro semanas, y las tierras arenosas con frecuen

    cia requieren más agua que las arcillosas.

    La naturaleza intrincada y demandante de las prácticas de manejo

    de agua produce conocimiento específico arraigado en la localidad, lo

    que a su vez proporciona a los canaleros cierto grado de autoridad y

    algo de libertad en la toma de decisiones. No sólo necesitan libertad de

    acción para hacer su trabajo adecuada o correctamente, sino tambiénla utilizan para beneficio propio. Favorecen a sus amigos agricultores

    y riegan sus propias parcelas (que generalmente trabajan como medie-

    ros) con más frecuencia de lo que se permite formalmente. Así los ca

    naleros y los agricultores se introducen en el mundo de vida del otro y

    a menudo comparten las mismas experiencias; algunos comparten los

    mismos orígenes de las familias campesinas del área. Este fue el caso

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    sobre todo de los ejidatarios a pequeña escala.2Trabajar con los agri

    cultores menores es, como dijo un canalero: “ casi como trabajo social

    [...] Tienes que estar allí, en el campo, porque siempre encontrarás

    abí a los usuarios del agua, aunque sea para hacerte una pregunta.

     A mí me puede parecer una pregunta tonta, pero para ellos es muy

    importante. Por ejemplo, ¿has visto a alguien que pueda comprar mi

    maíz?, o cualquier otra. Para ellos, tú eres su tablita de salvación, un

    momento de distracción, y también esto te sirve bien” (Van der Zaag,

    1992: 88) .

    Con los agricultores más prósperos y con mayores requerimientos

    de agua se desarrollaban relaciones diferentes. Un agricultor rico e in

    fluyente tenía parcelas en tres zonas diferentes, y se comunicaba por

    radio con los tres canuteros responsables. Estos siempre respondían a

    sus órdenes, ya que, como ellos explicaron, no querían que su jefe les

    diera después instrucciones idénticas. Otro agricultor tenía lazos estre

    chos con un empleado del Banco Rural que conseguía crédito barato

    para los canaleros y seguro agrícola para sus cultivos. A cambio, este

    agricultor esperaba favores relacionados con los turnos de riego. Otro

    ejemplo es el de un productor de tomate a gran escala que rentaba in

    mensas extensiones de tierra. En este caso, el canalero casi nunca se

    encontraba con el agricultor; en cambio, tenía que tratar con regulari

    dad con sus administradores del campo. Pero cuando el productor

    de tomate necesitaba agua con urgencia, se comunicaba de un modo

    directo con el ingeniero jefe, quien entonces enviaba instrucciones al

    canalero.

     Las interacciones entre canaleros e ingenieros

    Todas las tardes, los canaleros se encuentran con los ingenieros en la

    oficina del distrito de riego. En la reunión también están presentes

    los dos oficiales encargados de medir el agua y el supervisor de riego.

    ¡Normalmente esta reunión es encabezada por el jefe del departamentooperativo o por su asistente. En estas reuniones la atmósfera es rela

     jada. Por lo general, los conflictos entre los canaleros y los ingenieros

    2Es decir, campesinos con acceso a la tierra ejidal.

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    se esconden. Antes de la reunión, los canaleros se protegen bajo las

    ramas del gran árbol que está al frente de la oficina del distrito de

    riego. Bromean y chismorrean. Parece que éste es el momento del día

    cuando pueden liberar las tensiones de un día de trabajo duro en elcampo, Es la única ocasión que están entre iguales y pueden compartir

    experiencias.

    En la reunión de oficina se evalúan las descargas de agua que flu

    yen en cada zona, y cada canalero tiene la oportunidad de pedir un

    cambio en la cantidad de agua o de exponer algún problema que se

    haya encontrado. Después, cada tercer día tienen que escribir un

    informe en que se enlistan las parcelas que han terminado su turno

    de riego. Muy de vez en cuando los conflictos salen a la luz en estas

    reuniones, ya que los canaleros prefieren salvaguardar su arena de

    operaciones y preservar en la medida de lo posible su autonomía para

    resolver los problemas.

    También se presentan reportes detallados del ingenio azucarero

    acerca de las parcelas de caña de azúcar que han pedido suspender el

    riego. Esta lista es difícil de descifrar porque el ingenio no usa núme

    ros de parcelas para identificar las áreas afectadas, sino que tiene su

    propia lista de propietarios o usuarios de las parcelas, expresada en

    figuras de seis dígitos. Los ingenieros de oficina no comprenden esta

    información porque, ellos trabajan con números de parcelas. Esto se

    complica más porque el ingenio trabaja con áreas de producción de

    caña de azúcar, y no con el total del área de la parcela. Sólo los ca

    naleros pueden traducir estos datos. La velocidad a que lo hacen es

    asombrosa. Así, son los canaleros quienes llegan a ser el eslabón eficaz

    entre el ingenio y la administración del distrito de riego.

    Por otra parte, el personal del ingenio es incapaz de dar fuerza

    a sus demandas para suspender la irrigación. Tienen que confiar en

    el canalero que lleva la orden a los agricultores afectados, quienes, a

    su vez, por norma la cuestionan o aplazan, ya que un turno extra de

    riego antes de la cosecha aumenta el peso bruto de la caña y el pago

    por ésta. Aunque los canaleros llevan a cabo las órdenes del ingenio, a

    menudo expresan un poco de amargura cuando, al final del año, oyen

    rumores de que el ingenio está donando sacos de azúcar a lodo el per

    sonal que trabaja ahí, pero ninguno es para ellos.

    Otro problema cuya solución se deja a los canaleros es la obstruc

    ción por el cieno en los extremos de las secciones del sistema de cana-

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    les. Para sacar el cieno por lo general se requiere el extractor hidráu

    lico del distrito, que muy a menudo está descompuesto. Así, al final, es

    el canalero y los usuarios quienes tienen que improvisar una solución.

    En una ocasión, un canalero que se quejó de esto en la reunión con losingenieros recibió el consejo de sus compañeros de que ¡no se preocu

    para si el agua se derramaba y estropeaba el canal!, simplemente no

    era su responsabilidad.

    Mientras que el ingeniero se sienta en una oficina del primer piso

    vigilando la arena, el personal del campo debe ensuciarse las botas y

    enfrentar las vicisitudes diarias de los problemas del manejo de agua.

    Hay una enorme abismo entre los ingenieros y el personal de campo,no sólo en aspectos culturales o de niveles educativos, sino también

    en aspectos prácticos y cognitivos; para abreviar, hay una marcada

    discontinuidad entre lo que el ingeniero3observa c interpreta de las

    cosas y lo que observa e interpreta el canalero. Quienes están en la

    parte más baja de la jerarquía enfrentan una mayor variedad y com

    plejidad, mientras que los ingenieros bregan con diseños abstractos

    basados en supuestos simplificados y datos incompletos. Todos los díaslos ingenieros ponen al día el gráfico en la pared que traza la relación

    entre los volúmenes esperados y reales de agua de riego liberada de la

    presa. Con base en esta gráfica, el ingeniero jefe idea las estrategias

    apropiadas y da instrucciones a los canaieros para actuar en conso

    nancia. De esta manera él cumple con su obligación formal que, a final

    de cuentas, se reduce a hacer uso apropiado del agua guardada en la

    presa. El sabe que sus superiores en Guadalajara no se quejarán siesto luce satisfactorio.

    Todo esto lo hace sin tener que dejar su oficina, donde reúne la

    información, la resume y genera los documentos requeridos por sus

    superiores. Una vez que ha interpretado todos los datos a su disposi

    ción, pondera si son necesarios los nuevos procedimientos, instruye al

    personal y moviliza a las personas en el campo, y todo esto sin apenas

    moverse más allá de los confines de la oficina del distrito de riego.

    3 La mayoría de ingenieros y canaieros, aunque no exclusivamente, son hom

    bres. Por tal razón uso “ el ingeniero” o “ el canalero” cuando me refiero a ellos en

    singular.

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     Manejo estratégico ante el descontento del agricultor

    Un día de marzo de 1988, Van der Zaag visitó los campos de un canal

    lateral, donde él sabía que había problemas con la irrigación debido ala limitada capacidad del canal entrante. Miguel, el canalero, le había

    dicho que estaba harto de la situación porque no podía responder las

    demandas de los usuarios. Van der Zaag explica:

    Me encuentro con Miguel. Nos detenemos y charlamos. Noto que

    parece cansado. Inmediatamente empieza a contarme todas las

    discusiones que ha tenido con los agricultores de este canal. Comprendo que funciono como un tipo de caja de resonancia para él:

    ventila su frustración. Dice que él había esperado estos problemas

    y que hace dos años le había dicho a su superior que debía presio

    nar a la sección de mantenimiento para que construyera un nuevo

    conduelo de entrada con un diámetro de 24 pulgadas. Pero no se

    hizo nada. Y, cuando al principio de esta temporada de riego se

    plantaron 50 hectáreas más de caña de azúcar a lo largo de este canal, él se enojó con el ingeniero, y le dijo que no sería responsable

    de los problemas que esto causaría. Miguel concluyó: ahora soy yo

    quien está enfrentando los problemas... Nosotros somos como to

    reros: peleamos con los toros, y los jefes están en el estrado gritan

    do “ olé, ole” (paráfrasis) (Van der Zaag, grabaciones, 1992: 91).

    Miguel siguió explicando que esa mañana se había encontrado condos usuarios del extremo del canal que lo acusaron de negarles in-

    tcncionalmente el agua de riego. Me dijo que él había intentado ex

    plicarles la situación; que debido a la estrechez del conducto de la

    entrada no podía pasar más agua al canal. “ Pero ellos no me creyeron

    —suspiró— porque habían visto que el canal lateral río arriba estaba

    completamente Heno de agua.” Ellos pensaron que Miguel estaba fa

    voreciendo a otros usuarios. “ Intenté explicarles que el canal lateralen verdad estaba lleno de agua, porque el nivel se había fijado alto

    con el fin de alimentar un sublatcral, pero que toda esa agua era ‘agua

    muerta’ , que sólo estaba guardándose en el canal.” Pero no pudo con

    vencerlos hasta que los llevó al lugar a abrir la acequia que estaba

    deteniendo el agua. Sólo salió una escasa corriente de agua, y al final

    se convencieron.

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    Este incidente, como las situaciones vis à vis el ingenio y los inge

    nieros, subraya el hecho de que el canalero debe manejar un cuerpo

    complejo de conocimiento social local, así como una comprensión téc

    nica práctica de los mecanismos del sistema de riego y las peculiaridades de su área operacional. El necesita ser capaz de recurrir a, y

    comunicar este conocimiento en las varias interfaces.

    Otra dimensión que estructura el abastecimiento de agua son los

    intereses de los canaleros y de sus superiores. No es raro que los ca-

    naleros reciban regalos de los usuarios de agua como una muestra de

    gratitud por sus servicios, probablemente con la esperanza de recibir

    favores a cambio. Una pequeña porción de la cosecha de un agricultor, un saco de fertilizante, un neumático para su motocicleta, una

    botella de licor, o algún regalo en Navidad son adiciones útiles a su

    sueldo. A veces toman prestados a los jornaleros agrícolas de un agri

    cultor para ayudarse en su parcela. O pueden recibir un préstamo

    de dinero en efectivo libre de interés.'1Es más, no es desconocido que

    los canaleros estimulan con eficacia la V alitud” de los agricultores

    al crear (innecesaria) “ escasez de agua” en su zona. Los agricultores

    ricos (con más de 20 hectáreas de tierra de riego) que nunca dan re

    galos son calificados de codos (avaros). El canalero os cauto al recibir

    regalos (sobre todo dinero), e intentará guardarlo en secreto. Aquí

    hay un límite crítico de cuánto y hasta dónde otorgar favores a ciertos

    usuarios de agua, sobre todo si con ello se perjudica los sustentos de

    otros agricultores. Por supuesto, existe la posibilidad de que éstos se

    quejen con el ingeniero jefe.

    Cultura y práctica de grupo

    El “ grupo de canaleros” , como se denominan a sí mismos, está forma

    do por los seis canaleros, dos encargados de las mediciones, normal

    mente ex canaleros, y el supervisor (también un ex canalero), quien

    asimismo sustituye a algún canalero en caso de enfermedad. El grupo

    como tal es muy visible cuando se reúne fuera de la oficina del distri

    to de riego todas las tardes. El resto del personal del distrito (unas

    ’ Para el tiempo

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    ochenta personas) lo reconoce como un grupo “ cerrado” que despliega

    solidaridad cuando presiona para la obtención de mayores sueldos o

    mejores condiciones. De vez en cuando, los ingenieros del distrito invi

    tan a los canaleros a las reuniones sociales, y pueden ser invitados poréstos a la celebración anual del “cierre de la compuerta” de la presa,

    que inarca el final de la temporada de riego.

    Siempre que es necesario alcanzar un consenso amplio y practicar

    algunas estrategias comunes, los canaleros se reúnen como grupo. Sus

    contactos y discusiones regulares los animan a compartir experiencias,

    conocimiento y soluciones, y les facilita el desarrollo de comprensiones

    y prioridades culturales compartidas. Todos tienen la experiencia deuna situación de trabajo similar que requiere la aplicación creativa

    de las numerosas reglas de los mecanismos y el manejo de información

    social y técnica. Por supuesto, el conocimiento local también es tras

    mitido de las generaciones más antiguas a las nuevas, y algo de él tam

    bién puede llegar a los nuevos canaleros que ingresan en el esquema.

    Cuando se designa un canalero nuevo (siempre, un hombre), éste

    será iniciado en el trabajo por uno de los canaleros antiguos, del queesperará lo acompañe durante un mes por lo menos. De esta mane

    ra, el recién llegado adquiere conocimiento del funcionamiento de las

    muchas reglas empírico-técnicas (por ejemplo, al bajar en diez roscas

    el tornillo de un obturador de una compuerta particular se reduce la

    descarga de agua a 200 litros por segundo). Recibe consejos de cómo

    tratar con agricultores e ingenieros, y aprende la necesidad de soli

    daridad y cautela cuando se acusa a uno de su grupo de negligenciao corrupción. Una recomendación que con frecuencia se da es “ si no

    quieres problemas, nunca aceptes dinero de los usuarios de agua. Un

    presente menos riesgoso sería algo en especie, como los neumáticos

    para la motocicleta”

    Comentarios conclusivos

    Como otros trabajadores de la línea frontal de fuego, los canaleros

    se enfrentan a una infraestructura técnica, una realidad institucional

    enmarca sus actividades y responsabilidades, pero aún más crucial

    es su compromiso con las constantes dinámicas sociales del sistema

    de irrigación. Respecto al aspecto institucional, el caso del canalero

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    muestra cómo el personal de campo ubicado en la parte baja de la je

    rarquía desempeña un papel importante en la determinación y la dis

    tribución del agua. Los canaleros emergen como los actores clave que

    hacen funcionar el sistema. El jefe del departamento de operación di

    ría que ellos sólo “ distribuyen el agua, y nosotros hacemos el resto” ,

    pero los canaleros sostienen que ellos son “ los que mueven todo” .

     Aunque sería exagerada la sugerencia de que los canaleros son

    la única fuerza impulsora en este esquema, es válido decir que los

    ingenieros en sus oficinas sólo tienen una visión limitada de lo que

    en realidad pasa en el campo. Esto da a los canaleros el espacio para

    crear sus campos autónomos de acción. Aunque ha habido varias re

    organizaciones administrativas en el distrito durante los últimos diez

    años, incluyendo la delegación de más responsabilidades a los agricul

    tores mismos, estos cambios han tenido poca influencia en la manera

    en que los canaleros hacen su trabajo. Los ingenieros, los agricultores

    y el personal del campo expresan (pie los canaleros han sido el único

    factor constante en el distrito.

    La competencia técnica de! canelero se relaciona de un modo direc

    to con

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    convergencia persiste porque los canaleros, y quizá aun los ingenieros

    y otros que son conscientes de la complejidad del terreno y es con

    veniente para sus intereses pretender que cumplen burocráticamente

    con el modelo ideal que les presentan. El caso muestra que el personal

    de campo del nivel más bajo son más que simples empleados subordi

    nados del gobierno u otras agencias. Ellos también son ejecutores que

    transforman estratégicamente las amplias guías de acción a formas es

    pecíficas de práctica. En algunos casos, incluso pueden actuar para

    organizar y estimular a los agricultores a unir fuerzas y tomar inicia

    tivas contra la autoridad gobernante.

     La reformulación de la intervención para el desarrollo desde dentro

    Los siguientes ejemplos, obtenidos de la misma región del occidente

    de México, se enfocan más en los procesos de construcción de conoci-

    miento/poder,

     Promoción y transformación de las empresas de mujeres: 

     el entretejido de dominios e identidades

    El primer ejemplo es el de grupo de mujeres que vivo en un ejido5cerca

    de El Grullo, un pequeño pueblo localizado en los márgenes del distri

    to de riego arriba descrito. Siguiendo la iniciativa de la Secretaría de

     Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), a finales de los 80 de pro

    mover proyectos de mujeres que animarían a las mujeres campesinas

    a involucrarse en la producción orientada al mercado, este grupo optó

    por organizarse en un negocio de apicultura. La ayuda del gobierno

    consistió en proporcionarles crédito para adquirir la tecnología y otros

    insumos necesarios, asesoría técnica y la oportunidad de obtener una

    parcela para colocar las colmenas y una bodega donde extraer la miel

    y celebrar las reuniones. El grupo original se formó con unas dieciséis

    mujeres, la mayoría de las cuales ya estaban relacionadas por lazos de

    parentesco, de afinidad y de amistad.

    ■'’ Una entidad sociolegal dedicada a la administración de la tierra, propiedad del

    Estado mexicano, y otras propiedades colectivas.

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    El desafío central del estudio fue analizar las interfaces sociales

    generadas por este tipo de intervención (Villarreal, 1994) enfocándose

    en los espacios sociopolíticos abiertos por la interacción entre las mu

     jeres y los diferentes grupos sociales dentro del pueblo y entre las

    mujeres mismas. Tales espacios se caracterizaron por la creación de

    nuevas identidades y relaciones, en las que se generaron discontinui

    dades de poder basadas en formulaciones de intereses y valores pre

    existentes y nuevos. En el corazón de este proceso estaba el problema

    de “ subordinación” que, como el título del libro indica, Wielding and 

    Yielding (Ejerciendo y claudicando), conlleva un entendimiento deta

    llado de las manifestaciones cotidianas del poder, en que el ejercicio

    de éste presupone al mismo tiempo claudicar ante él. Así, en lugar de

    simplemente suponer la existencia de relaciones de dominación/subor-

    dinación basadas en costumbres culturales y acceso diferencial a los

    recursos críticos (materiales, sociales e ideológicos), Villarreal se em

    peña en explorar los procesos continuos por los cuales las relaciones

    de poder emergen de la interacción de elementos de acatamiento,

    conformidad y sumisión, así como de resistencia, desafío y oposición.

    Como argumenta (1994:263): “ la subordinación [...] implica tanto una

    acción impuesta desde ‘ fuera’ como una condición autoinfligida” . Este

    entretejido de procesos forma los modos en que las mujeres se com

    prometen con el proyecto y sus resultados, sobre lodo cuando se re

    laciona con los problemas de género.

    El proyecto de las apiculturas ofreció un punto metodológico de

    entrada para estudiar los encuentros entre las mujeres beneficiarías

    y varias autoridades estatales o del pueblo, así como para enfocar la

    pregunta más general de cómo se tejieron los intereses estratégicos y

    las identidades cambiantes de las mujeres, y aun también desafiar el

    código de valores y prácticas prevalecientes tie dominación del varón

    en los mundos de la familia y del ejido.

    En tanto que el proyecto en sí fue diseñado desde su origen para

    promover la actividad agroindustrial de las mujeres, las miembros

    del grupo desarrollaron concepciones propias del significado y valor del

    proyecto para ellas. Aunque como grupo se adhirieron a la idea de

    solidaridad tic grupo y beneficios compartidos, tic modo individual

    diferían en sus autodefiniciones como apicultoras. Algunas asumieron

    con rapidez la etiqueta de la mujer campesina empresaria, y deseaban

    aumentar al máximo sus ingresos económicos; otras vieron su partiei-

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    pación sólo como un complemento al ingreso familiar y, por lo tanto,

    estaban menos comprometidas con la industrialización del producto

    para los mercados externos. Otras más lo vieron como una valiosa

    actividad recreativa que les daba un descanso de los quehaceres y elaburrimiento de las actividades domésticas. La mayoría tendía a al

    ternar entre una representación y otra cuando lo veían pertinente.

    Con el tiempo, tras una serie de contiendas con funcionarios y

    técnicos estatales sobre el financiamiento, capacitación y opciones

    tecnológicas, y tras varias escaramuzas con autoridades pueblerinas,

    con sus maridos, familiares y grupos sociales opuestos a que se les

    concediera tierra y que participaran en la toma de decisiones locales,terminó fortaleciéndose la resolución del grupo para lograr algún tipo

    de éxito en sus esfuerzos. Poco a poco aprendieron a manejarse con

    forasteros y a contrarrestar o silenciar acciones que minaran sus po

    siciones. Esto se logró en diferentes grados, tanto de modo individual

    como en grupo. Para los estándares generales, sus ganancias podrían

     juzgarse exiguas, pero pudieron crear un espacio para maniobrar y

    aprendieron a encontrar su camino y extraer beneficios de las autoridades del ejido y municipales, aun cuando esto significara subordinar

    se a las normas culturales locales, cuando menos en la retórica. Como

    mujeres, a menudo tenían que claudicar ante la autoridad masculina,

    pero al hacerlo idearon métodos para apuntalar su identidad recién

    encontrada como un grupo con intereses específicos. Esto se logró so

    bre todo mediante el involucramiento de la autoridad masculina para

    hablar por ellas. No todas las dieciséis mujeres pudieron permane

    cer del lodo comprometidas con la empresa, y algunas dejaron de ser

    miembros, o fueron arrastradas por sus circunstancias familiares

    para priorizar otras actividades y relaciones,

     Villarreal traza la historia y la dinámica cambiante del proyecto

    y las vicisitudes de sustento de las diferentes mujeres y sus familias;

    así destaca el cruce de los dominios particulares de la vida social en

    la reproducción y reconfiguración de las asimetrías y solidaridades

    sociales. Usando el concepto de dominio social, Villarreal (1994: 264;

    véase también 58-63) enfatiza que:

    [las] actividades dentro de los dominios involucran una hetero

    geneidad de relaciones [...] y entrelazan relaciones de poder que

    recurren a marcos normativos diversos. En dominios específicos

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    se negocian y definen las “ reglas del juego” , y se fija [al menos de

    manera provisional] el reconocimiento de las autoridades, las rela

    ciones con las instituciones, con otros lugareños y con el ambiente.

    La interacción dentro de un dominio conlleva distintas prácticas

    organizativas, [y] los criterios con los cuales evaluar e influir en

    las conductas de otros y las maneras de afianzar los recursos.

    El proyecto de las apicultoras constituyó un dominio de interac

    ción, organizado alrededor de ciertas prácticas y valores entrelazados.

    Las identidades adoptadas por las mujeres en las diferentes fases y

    contextos del proyecto no fueron simplemente autogeneradas; se forja

    ron en interacción con una gama de expectativas sociales, imágenes de

     jerarquía y fronteras de la acción social derivadas de otros dominios

    de la experiencia social, en particular de los acomodos de sus unidades

    familiares, de sus posiciones sociales en el pueblo y su conocimiento

    de los asuntos de éste y del ejido, así como de sus conexiones con el

    mundo “ exterior” a través de la experiencia de la vida del pueblo, las

    relaciones del mercado y la migración. Por lo tanto, los límites que

    las mujeres pusieron a sus tareas y ambiciones, así como las luchasque estaban dispuestas a emprender — de manera individual o colec

    tiva— por la defensa de su espacio frente a las autoridades estatales

    o del ejido estaban conformados por una red diversa de relaciones y

    percepciones trazadas por un amplio rango de experiencia social. Esto

    hizo del proyecto una mezcla de autoimágenes, intereses y objetivos

    con frecuencia divergentes. En una fase posterior de la empresa, el

    gobierno y otras agencias externas, viendo el grado de su éxito y conproyectos propios en mente, intentaron conducir el proyecto hacia la

    creación de una pequeña industria bien establecida, en la que produ

     jeran miel con etiqueta propia para la venta en un mercado más am

    plio. Pero esta transición a la producción industrial exigía un compro

    miso más consistente y más abrumador que el que ellas podían asumir

    como grupo, y optaron por permanecer como pequeñas productoras.

    Las experiencias críticas y las oportunidades de aprendizaje paraestas mujeres tuvieron lugar sobre todo mediante sus encuentros de

    interfaz y sus tratos con otros dominios tanto dentro como más allá del

    pueblo. Aprendieron a utilizar y manipular los discursos apropiados

    en los diferentes dominios “ autoritativos” y asumieron nuevas identi

    dades, como mujeres de empresa, como mujeres campesinas en busca

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    del acceso a los recursos del ejido, como esposas y madres de nuevo

    estilo y como miembros de un grupo social de reciente concreción con

    algo de influencia.

    En pocas palabras, quizá el resultado más sobresaliente de esteproyecto gubernamental fue la manera en que las mujeres pudieron

    apropiárselo y forjarlo para responder a sus concepciones de los cam

    bios ya en curso en su estatus de mujeres. Al hacerlo, adquirieron

    nuevas formas de conocimiento, habilidades, redes y prácticas organi

    zadoras en que podrían construirse las nuevas identidades. Estos cam

    bios proveyeron una plataforma para un debate más amplio en que

    mujeres y hombres buscaban realinear y reconceptuar sus relaciones

    en el contexto de dimensiones cambiantes de poder y autoridad.

    Un técnico intenta tender un puente entre el gobierno y los modos 

    de sustento y conocimiento campesinos6

    El segundo ejemplo (Arce y Long, 1987, 1992) se refiere a los dilemas

    de Roberto, un técnico (trabajador de extensión agrícola) que intenta

    tender un puente entre los intereses y las orientaciones culturales de

    los productores campesinos y un programa agrícola gubernamental.

    Como técnico, Roberto trabajaba en línea de fuego del SAM (Sistema

    de Alimentación Mexicano, 1980-1986), iniciativa nacional que pre

    tendía promover la producción de granos básicos, sobre todo maíz,

    para los mercados nacionales. Se esperaba que él estableciera lazos es

    trechos con sus clientes, pero formalmente debía rendir cuentas a sus

    superiores y cumplir con ciertos procedimientos administrativos en la

    aplicación del programa. Dada su posición pivote, estaba bien situado

    para adquirir mucha experiencia en el manejo de las demandas de los

    sistemas administrativos y las de sus clientes campesinos.

     Al igual que otros compañeros técnicos, que Roberto se encon

    trara involucrado en estos dos mundos sociales contrastantes y a me

    nudo conflictivos, le generaba un cuerpo de conocimiento basado en

    la experiencia personal, a través del cual ideaba sus estrategias de

    intervención, tanto en las arenas del pueblo como en las oficinas admi-

    * Este es un resumen breve del ease. En el capítulo 9 de este libro se encuentra

    el caso completo.

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    nistrativas. Aunque podría suponerse que tales estrategias serían muy

    idiosincrásicas — ya que estaban basadas en una cronología de expe

    riencias de un individuo particular— , de hecho se formaban de las

    posibilidades para maniobrar y los discursos ya existentes en las dos

    arenas y por las dinámicas de los sitios institucionales en donde los ac

    tores interactuaban. El caso muestra cómo los diferentes actores de

    sarrollaron comprensiones cotidianas propias o modelos de acción

    que se originaron y adquirieron potencia y legitimación a través de la

    interacción de puntos de vista opuestos y formas contrastantes de or

    ganización. También muestra cómo ios técnicos no pueden escapar de

    estas influencias y restricciones sólo intentando ignorar su existencia,

    y que si intentan hacerlo se arriesgan a perder su legitimidad profesio

    nal a los ojos de los campesinos y los burócratas.

    La historia empieza con el nombramiento de Roberto para desem

    peñarse en un distrito de temporal remoto de Zapopan, localizado al

    noroeste de Guadalajara. El área se dedica sobre todo a la producción

    de ganado, que se complementa con la agricultura y las actividades

    mineras independientes de ópalo en pequeña escala, realizadas por

    los campesinos locales. En el pasado, el lugar tenía renombre por stis

    bandidos que incursionaban en las minas de Zacatecas para obtener

    oro. Hoy el área conserva la imagen de estar asociada con actividades

    ilegales, debido a la producción de marihuana y ganado para la venta

    en una red de mercados ilegales. La llegada del SAM fue diseñada para

    estimular la modernización de la agricultura mediante la introducción

    de un paquete tecnológico para el cultivo de maíz híbrido e insumos

    en fertilizantes e insecticidas. Junto a esto había una unidad de trac-

    toreado d

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    las redes de los trabajadores migratorios. Al intentar hacer nn sondeomás profundo de estos asuntos y, al mismo tiempo, establecer lazos deamistad y confianza, Roberto hizo una crítica franca de sus colegas del

    SAM y del gobierno. El admitió que muchos oficiales del SÀM actuabanirresponsablemente porque no entregaban la carga de fertilizante a losagricultores que luego explicaban en términos de derrame en el camino, o exigían 20 por ciento de los subsidios y préstamos obtenidos. Laparadoja, decía, era que los agricultores ofrecían comidas y bebidasa estos mismos oficiales, o les regalaban parte de los productos localescomo un premio a sus esfuerzos. En su turno, los campesinos explica

    ron cómo ellos había engañado a los funcionarios del Estado con información inexacta o mentiras descaradas: por ejemplo, un año, cuandoperdieron 50 por ciento de su cosecha de maíz, exigieron la exencióncompleta del reembolso de sus préstamos agrícolas.

    Este intercambio de información sobre la negligencia llevó a la conclusión de que el engaño y contraengaño eran endémicos en las relaciones entre los funcionarios y la gente local, y por ello daban lugar a unagran desconfianza mutua en sus vidas cotidianas. También proporcionó una plataforma desde la cual Roberto, en su consulta con los agricultores locales, podría identificar nuevas estrategias potenciales para eldesarrollo local. Dada la importancia central del ganado, la escasez debuen pasto y de forraje, y la necesidad de incrementar el maíz en losmercados nacionales, una posibilidad obvia era la adquisición de unaembaladora para cortar y preparar pastura mejorada y forraje parael ganado. Esto, como efecto indirecto, quizá persuadiría a los agricultores de comerciar su maíz por los canales gubernamentales. Unasegunda idea era hacer huertos para la producción de varias frutas. Ambas ideas en un principio fueron presentadas por personas localesprominentes, y con rapidez fueron retomadas por Roberto, quien insistió en que ellos tendrían que gestionar para ganar la voluntad de lapoblación local y entregar a su jefe una lista de firmas en apoyo deestos nuevos proyectos; si tenían éxito, el crédito gubernamental llegaría. La obtención de las firmas llevó tiempo, mucho regateo y variostragos de tequila. Pero, al final, Roberto se puso en camino llevandoconsigo los documentos del proyecto y las firmas, para buscar la aprobación de sus superiores.

     A esas alturas, Roberto irradiaba optimismo. Por fin había identificado una estrategia alternativa de desarrollo local, con suficiente