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Caleidoscopio No. 5

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Tema: VIAJES

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DIRECTORIO

Equipo Permanente

Jován Benítez | @Jovan_Benitez Alejandra Olguín | @aleOlguin Marianne E. Castillo | @maryludens Dome Nájera Alejandra Canchola | @canchola_ale Ricardo Rodríguez | @Ricardo_i93 Jonathan Linares | @jona_linares Adrián Gil | @adriangilh Alejandra Isla Bernardo Linares | @berlite_12 Abraham Arreola | @ArreolaAbraham

Colaboradores en esta edición:

Carlos Aguilar Larrañaga Lucía Leszinsky Alejandra Terán Tijerina María Laura Perozo Kin Hoshi Sandra Basaldúa Jesús Canela Arzola Carla María Durán María Fernanda García Figueroa

Portada: Nora Jiménez

Escríbenos: [email protected]

/Caleidoscopioqro

@caleidoscopioqr

@Caleidoscopioqro

www.caleidoscopioqro.com transmite las opiniones de sus colabora-dores y estas no reflejan precisamente los valores de la empresa.

Nº 5 Septiembre | Octubre 2014

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Columna

Música

Columna

Música

Columna

Literatura

Columna

Literatura

Columna

Literatura

Entrevista

Columna

Cine

Crónica

En esta edición quisimos que nuestros co-laboradores nos llevaran de viaje a través de las letras; la grata sorpresa fue ver que nuestro Caleidoscopio dio vueltas y llegó hasta Argentina, contando por primera vez, con relatos internacionales. El actor y viajero Alan Estrada también le dio vuelta al Calei-doscopio y nos contó sobre su proyecto Alan x El Mundo.Ahora es tu turno de darle una vuelta. Disfru-ta del viaje entre letras.

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Fotografía

Notas al Pie Alejandra Canchola

Fiona Apple María Fernanda García F.

Pebetero Ricardo Rodríguez

¿Hay Alguien Ahí? (Parte 1) Carlos Aguilar L.¿Hay Alguien Ahí? (Parte 2) Carlos Aguilar L.

Viandante Jonathan Linares

Un Viaje Alejandra Terán Tijerina

Viajar Es... Lucía Leszinsky

Cruce Nocturno 金 星 Kin Hoshi

Películas Para Un Naufragio Adrián Gil

El Viaje Que No He Tenido Sandra Guadalupe Basaldúa

Libros Y Otros Menesteres Alejandra Isla

Sobre Mares, Playas y Libertades María Laura Perozo

Bitácora de la Fuente Jesús Canela Arzola

Y Así, Pudieron Irse Carla María Durán Ugalde

Alan Estrada: Viajero Frecuente Jován Benítez

La Partida Bernardo Linares

Espada del Augurio Abraham Arreola

Lucy Marianne E. Castillo

Ballet de Kiev Marianne E. Castillo

Columna

Música

Columna

Música

Columna

Literatura

Columna

Literatura

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Literatura

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FOTOGRAFIA

Cada semana elegimos un tema en nuestra cuenta de Instagram. Aquí están nuestras favoritas del tema:

@sillymau @instapmma

@puntdemira @mpascua4

@delmarbrissa

Encuentra la galería completa con el hasthag #CaleidoscopioQro en Instagram.

Síguenos y participa con los temas semanales.

@CaleidoscopioQro

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NOTAS AL PIEpor: ALEJANDRA CANCHOLA @canchola_ale

Bajamos del tren en la estación que nos gusta, venía toda volada de an-dar de tu brazo, y es que te cuento, amor, que tus ojitos color miel me llevan a ti sin ataduras. Caminamos por algunas calles y en algún momento quise soltarme de tu mano y regresar, como si no te conociera de rato, como si no te hubiera confiado ya mi vida… sentí miedo.Y no supe por dónde entramos, pero vi un edificio con el escudo de la Universidad Nacional y dijiste al tiempo que le diste un beso a mi mejilla: “Es aquí”, era una cosa muy curiosa, su estilo churrigueresco me recordaba a una cantante ochentera y tu absurda comparación con un pinito de nav-idad. Entramos, pude ver unas pequeñas escaleras a los lados de la puerta principal y todo pintado, de lo que me parecieron, muchos colores. Corriste a media plaza y tomaste una fotografía, de esas donde se evidencia mi distracción.Entonces caminamos hacia la plaza del primer fraccionamiento moderno de la Ci-udad de México… y la reconocí… era igual a la del filme cincuentero, era esa la vereda llena de pétalos de rosas, donde los hom-bres no dejan ir a su muchachita. Tú nunca me has regalado flores, pero con el tiempo que me he perdido sin ti y el mismo que he ganado con otros, agradezco infinitamente tu sinceridad, esa que nadie me ha regal-ado y que aunque duela, ha sido lo más

COLUMNA

preciado de ti.Al final de esta vereda está el famoso quios-co de Santa María la Ribera, corrimos hacia él como dos locos, y es que sólo contigo puedo parecer lo que yo quiera: una loca, tu hermana, una escritora… tacha cualqui-er otra posibilidad, porque al final sólo soy tuya.Ese famoso quiosco de estilo mudéjar, es-tuvo donde ya sabes, me hiciste caminar muchísimo, donde tu sonrisa parecía sin-cera, ahí en la Alameda Central, y claro, la cambiaron de lugar para que hoy tuviera el pretexto de obligarte a echarme una mano, para dejar así, en una cajita, todos los nudos que siento en la garganta.Entramos al museo del Chopo y me dije a mí misma que la Universidad se apodera poco a poco de todos los mexicanos para no dejarnos caer en la tentación.Otra vez en terrenos de arte, otra vez en terrenos filosóficos, tus ojitos y yo.Hay cosas que ya está de más decir, cosas que todos hacen cuando van a los barri-os de la Ciudad de México: helado, que-sadillas, caminata, risas… De nuevo en la estación de trenes te abracé, y daría lo que fuera porque nunca te hubieras alejado de mí, porque nuestro paseo hubiera sido cierto, porque siempre hubieras sido tú, aunque no. Pero vendrá lo mejor y hoy sé que te tengo no sólo para los paseos, sino para una eternidad.

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FIONA APPLE: UN VIAJE MARAVILLOSO A LA MÚSICA.Por: María Fernanda García Figueroa. Querétaro, México.

Sin duda alguna, el verano es una de las estaciones más esperadas por todos; no sólo por las merecidas vacaciones, sino por los nuevos estrenos: cinematográficos, literarios, teatrales e incluso deportivos. Sin embargo, lo que realmente florece, y por mucho, es la música. Y nada más inspirador para descubrirla o reencontrarla que aquellos viajes a los que nos aventuramos.

Fiona Apple, es en esta ocasión, uno de los reencuentros musicales que podría ser para todos, ya que si no somos seguidores de algún género o al contrario preferimos uno en especial, ella podría ser es una excelente opción.

Para los que aún no tiene el placer de conocer a Fiona Apple McAfree Maggart; ella es una canta/autora norteamericana de 36 años que además de tener una familia de gran trayectoria artística, ella misma es arte, ya que ha tenido una vida con un toque trágico que se puede reflejar en sus canciones.A diferencia de otros artistas, Fiona no está casada con ningún género específico, convirtiéndola en una persona multifacética. Se le puede escuchar desde un género muy clásico como el jazz, hasta algo más actual como un rock alternativo, logrando permanecer en el gusto de sus fans.

Fiona Apple es una artista de gran opción que podría estar presente en todo viaje que realicemos, porque complementa un nuevo descubrimiento, no sólo de a dónde nos dirigimos, sino también de quienes somos.

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PEBETEROCOLUMNA

por: RICARDO RODRÍGUEZ @Ricardo_i93

Un Dinho muy Gallo.

Viernes 5 de septiembre de 2014; un día que quedará grabado en la memoria de miles de aficionados al futbol en México, más aún en los queretanos. La espera habrá parecido eterna: Un día ente-ro a la expectativa de lo que nadie habría anticipado antes. La especulación sobre el arribo de un fenómeno al equipo de los Gallos había comenzado desde el jueves anterior, cuan-do se confirmó su visita a territorio nacion-al. -¡Ronaldinho está en México!-. El astro brasileño se paseaba por las calles de la capital muy bien a acompañado, por cier-to, antes de su participación dentro del México siglo XXI. A mediodía del jueves, se hablaba mucho sobre el interés de las Águilas por hacerse del delantero que seguía paseando por la ciudad con su etiqueta de agente libre on-deando por los aires. -¿Ronaldinho con los de Coapa?- Parecía algo muy posible, inc-luso se llegó a dar por hecho su permanen-cia en la capital. Sin embargo, al final del día se supo de otro posible destino para el brasileño: Querétaro.La cosa cayó totalmente de sorpresa. Los Gallos reconocían el interés y adelantaban las pláticas que, supuestamente, habían entablado con el jugador. Mientras la di-rectiva se negaba a actualizar los detalles sobre esas pláticas, las redes sociales hir-

vieron con un cambio en el perfil de Face-book de Ronaldinho; un fondo tricolor en la portada de la página. -¡Ronaldinho se queda en México!-Para entonces ya era viernes. Todo sonaba de maravilla para los gallos. Todo menos una cosa. Ya tenían ocupadas las cinco plazas de extranjeros que permite el regla-mento, por lo que, si pretendían traer a “Dinho” alguien tendría que ser “sacrifica-do”. Esa era la mala noticia. La buena, era que todavía contaban con un poco de tiempo para buscar acomodo a quien quiera que fuera elegido para ceder su lugar a Ronald-inho. Era, entonces, cuestión de tomar una decisión y moverse rápido.El elegido fue el uruguayo Diego Guastavi-no, quien se presentó en el estadio para ten-er una plática con la directiva. El uruguayo arribó al recinto y pasó frente a las cámaras sin ofrecer declaraciones. Salió más tarde bajo la misma tónica. Para muchos, ese fue el anuncio extraoficial de su salida. La mención oficial del fichaje bomba que-retano llegó entre sentimientos encontra-dos. Por un lado estaba Guastavino, que se despidió de la afición y de sus com-pañeros; deseó lo mejor al equipo sin ocul-tar su tristeza por salir de él. Por el otro el arribo confirmado de un fenómeno del fut-bol mundial: Ronaldinho. –¡Ronaldinho es de Querétaro!-.

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La grandiosa historia que con-struyó una de las bandas más icónicas del rock psicodélico y que más ha sido recor-dada es aquella de Pink, el protagonista del violento viaje por el muro que exploró el súper grupo londinense Pink Floyd al fi-nal de los años setenta −y que más tarde volvería a ser explorado en su álbum Final Cut, aunque quizá con un toque más oscu-ro y menos reconocido por la crítica.

La historia de The Wall explora la vida del multifacético Pink, una criatura que me-diante se da avance a la música, va evo-lucionando desde su nacimiento hasta su redención; sin embargo, también existen historias dentro del álbum que exponen los orígenes de Pink, y el destino que le habría de deparar el argumento: la primera guerra mundial, la muerte de su padre, la vida de su madre durante la ausencia del padre; y a partir del tercer o cuarto tema (el celebérri-mo Another Brick in The Wall), el inicio de la travesía personal del mismo.

Deteniéndonos un poco para retomar los primeros temas, encontramos que In The Flesh? nos expone a forma de ráfaga un retrato de la experiencia de su padre den-

tro de la milicia y su trágica muerte tras un bombardeo durante la primer gran guer-ra; razón por la que Pink nunca llegaría a conocerlo en persona. Su continuación: In The Thin Ice nos narra la historia paralela entre lo que ocurrió con su madre duran-te el tiempo que su padre es-tuvo sirviendo en la guerra y el nacimiento del chico. Más tarde una arrulladora versión de Another Brick in the Wall (parte 1) da presencia a lo que representaría para el jo-ven Pink la falta de una figu-ra paternal, la incertidumbre de identidad y el inicio de la locura; de ahí, que el álbum dé un salto salvaje a los in-olvidables y conservadores años de educación inglesa –que seguramente marcarían igualmente a los integrantes de la banda− y que atormen-tarían a Pink desde su niñez. Mother −versionada a una manera más instrumental en la película− nos presenta, ex-trañamente similar que en In The Thin Ice, la paralela crisis

MUSICA

¿HAY ALGUIEN AHÍ? (PARTE 1)Por: Carlos Aguilar Larrañaga@aguilarra91

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de la sobreprotección por parte de su madre y la celebración y fracaso de su primer matri-monio; hechos que acabarían por construir la primera parte de «ladrillos en el muro» que lo aislarían del mundo real.

Es posible notar repentinamente un cambio más agresivo en el argumento al escuchar piezas como Goodbye Blue Sky, Empty Spaces, Young Lust, One of My Turns y Don’t Leave Me Now, que exponen descarada-mente la inevitable caída de Pink en una espiral de desenfreno al abandonar a su es-posa −a pesar de desesperadamente necesi-tarla−, convertirse en una estrella de rock y comenzar su ávida afición al consumo de sus-tancias ilícitas.

Para concluir con la primer parte del disco nos topamos con dos temas fuertes que podrían, o no, darnos la impresión de ser el final de-finitivo a la trama: Another Brick in the Wall (parte 3) y Goodbye Cruel World. Y aunque de alguna manera lo son, no se convierten en definitivo en un cierre completo a la his-toria, sino sólo al del capítulo de realidad, en el que aún se demostraría que Pink pudiera tener una clase de conexión con el mundo exterior.

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MUSICA

¿HAY ALGUIEN AHÍ? (PARTE 2)Por: Carlos Aguilar Larrañaga@aguilarra91

Como en una especie de pesa-dilla surrealista reflejada al igual que en la novela de Lewis Carroll: Alicia a Través del Espejo, iniciamos el viaje a través de la se-gunda parte del muro. Con piezas apenas audibles como Hey You e Is There Anybody Out There?, Pink Floyd nos introduce a un mundo totalmente psicológico −y tal vez un tanto onírico− que experimenta nues-tro «desafortunado narrador» al mezclar la remembranza imaginaria de los años de la guerra, su pasado y una serie interminable de dibujos animados que se sobreponen unos con otros forjando un vínculo más es-trecho hacia la demencia y lo irreal.

Sería pretencioso intentar explicar mucho de lo que podemos apreciar musical y vi-sualmente durante este espacio de la his-toria ya que como la banda misma lo ha manifestado: «La historia que presentamos en The Wall, como en el resto de nuestros álbumes, explora muchas de nuestras es-peranzas, miedos y fantasías, sin seguir un patrón general, por lo tanto, no espe-ramos que al terminarlas todo encaje a la perfección”. Sin embargo, existe algo que sí podemos definir casi al final de una ex-plosiva y atronadora Comfortably Numb, y esto es un recorrido a través del cual Pink dice adiós a muchas de las figuras que lo atormentaron y fascinaron a través de su vida: su madre, profesores, padre, espo-

sa, etcétera; que regresan como fantasmas para hacerlo salir de la fantasía que este experimenta al inicio del segundo disco. Mientras Pink es, como nosotros, espect-ador de este desfile abstracto, y culmina la legendaria Comfortably Numb −acom-pañada de un solo de guitarra épico por David Gilmour−, se cae en una pausa musi-cal en la que solamente podemos apreciar a un personaje, aparentemente desconoci-do, que corre a través de un largo corre-dor, acompañado de un grupo de policías y enfermeros quienes golpean desespera-damente la puerta que lleva a la habitación de hotel donde se encuentra Pink al borde de la muerte. Una vez llegados a este pun-to es revelada la identidad de este perso-naje desconocido quien es en realidad el mánager de Pink, quien ordena que este sea sacado inmediatamente de allí y lleva-do a urgencias y más tarde a un hospital psiquiátrico.

La cámara sigue al grupo de agentes que arrastran a Pink, que cuelga de sus hom-bros, hasta el interior de una limusina, donde este experimenta una alucinante transformación en la que se ve convertido en un general nazi de la Segunda Guerra Mundial que dicta órdenes a un grupo de soldados dentro de una habitación y que, al mismo tiempo, podemos interpretar

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como su ingreso a la institución mental.

Hay una escena clave dentro de la película con la cual podríamos dar interpretación al misterioso final que se presenta en las últi-mas tres canciones del álbum: un grupo de personas en la calle que, sin estar necesar-iamente ligados a la vida de Pink, asaltan tiendas, queman autos, atacan a la policía y crean un caos inexplicable que hasta la úl-tima estrofa de Outside the Wall vuel-ven a presentarse; pero antes, habría que contemplar atentamente la yuxta-posición de imágenes y sonidos que The Wall nos presenta en el lapso en el que se suceden Waiting For The Worms, Stop y The Trial: un joven Pink escapa confun-dido a través del desierto, hasta topar con un viejo edificio que simula estar abando-nado. Al recorrerlo minuciosamente, éste llega a una habitación donde un hombre en bata blanca lo espera encorvado y de espaldas en un rincón. El chico se aprox-ima para tomarlo del hombro, y cuando éste gira, el chico sale corriendo

de la habitación, aterrado, pues cae en la cuenta de que

se trata de él mismo después del colapso nervioso que sufre en la habitación de hotel antes de ser llevado al hospital. A partir de aquí, se suscita una aparente lucha inter-na entre Pink y el muro en la que podemos observar cómo se lleva a cabo a través de un jurado (todo esto a forma de dibujos animados,

por supuesto), donde participan su madre, su maestro

del instituto, su ex

esposa y un juez. También podemos apreciar que existe un coro de voces que provienen de lugares desconocidos y que apelan para la liberación de Pink y la de-strucción del muro. Eventualmente, todos los personajes dentro del jurado presentan sus puntos de vista pero el eco de voces que defienden a Pink son más potentes que éstos y el muro es derrumbado, dejan-dolo ser absorbido por un enorme halo de oscuridad.

La toma corta violentamente y sin expli-caciones, y un plano general enfoca a un grupo de niños recogiendo y jugando con pedazos de ladrillos de un muro destruido en algún lugar de Inglaterra. Finalmente, la voz de Roger Waters casi nos susur-ra: «Completamente solos, o en parejas, aquellos que realmente te aman caminarán contigo fuera del muro. Algunos de ellos tomados de las manos y otros formando grupos. Los atormentados y los artistas se mantendrán en pie, y aún cuando te lo hayan dado todo verás a algunos manten-erse y a otros caer, pues al final no es nada fácil. El corazón continúa su latido a través

de un enorme y demencial muro de ladrillos.» |10

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VIANDANTEpor: JONATHAN LINARES @jona_linares

COLUMNA

Soy un feminista.

Soy un feminista. No veo incongru-encia alguna en ello, aunque muchos de mis congéneres se verán prontos a señalarla. Tam-poco soy feminista de hace cuatro días, cuan-do se volvió viral el discurso de Emma Watson dentro del panel de la organización HeForShe ––“Él por ella”, para quien le sirva la traduc-ción––, más bien llevo años declarándome como tal. De hecho, he descubierto a lo largo de mi vida que soy más feminista que muchas de las mujeres que conozco. Esto me alarma.Vamos por partes. En primer lugar, voy a des-cartar a lo que más bien llamaría resentimien-to social femenino ––o femichairismo––, ese discurso radical que tacha como enemigo a todo hombre, por su sola condición de tal, que pretende políticas públicas que ahondan en las diferencias, produciendo discriminación, y que anula cualquier participación masculina en el tema. El feminismo real no pretende la exclusión del hombre, ni su menosprecio; es un movimiento de reivindicación del rol de la mujer en la sociedad, y su objetivo último es la equidad de género. No se trata de echar cul-pas, se trata de señalar problemas y proponer soluciones. No se trata de limitaciones, sino de libertades. No se trata de privilegios, se trata de derechos.

México es un país profundamente marcado por la discriminación. Somos racistas, elitistas, homofóbicos y hasta malinchistas. No podía faltarnos ser también machistas. Dicho sea de paso, no somos los peores. Definitivamente hay países donde las mujeres lo llevan mucho

peor; pero como bien decimos acá, “mal de muchos…”. El hecho es que somos un país en donde es peor vista una esposa desleal, que un marido violento; donde las niñas crecen pen-sando en el día de su boda, en vez del de su graduación; donde una mujer que es violada, encima se le acusa de provocar la violación.

Como lo veo, el machismo tiene dos bases. La primera de ellas, y la más obvia, somos los propios hombres. Vivimos en una sociedad que nos otorga libertades morales y jurídicas que a las mujeres limita. Nos es más fácil enseñar a las niñas a no salir y a vestir recatado, que a los niños a respetarlas ––la agresión sexual puede ir desde una mirada lasciva––.

La segunda base del machismo ––la más preocupante–– es la mujer, y es que aquél for-ma parte tan intrínseca de nuestra sociedad, que las propias mujeres lo defienden, sean con-scientes de ello, o no. Cada vez que una mujer llama “puta” a otra por ejercer su sexualidad libremente, cada vez que se pone gafas oscu-ras para ocultar las marcas oscuras que dejó su pareja a puños, cada vez que consiente que su patrón la acose “de broma”, esa mujer no sólo está permitiendo el machismo, sino que lo está promoviendo.

No sé exactamente en qué momento decidí que era feminista, pero sé que no soy el único y que nos queda un largo camino por recorrer. Sé que paso a paso nos acercamos a un mun-do más justo y más equitativo, pero para llegar, hace falta que todos ––y todas–– contribuyan. Al final del día, toda mujer debe conocer cuál es su lugar: Exacta y precisamente donde le venga en gana.

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UN VIAJE Por: Alejandra Terán Tijerina. Querétaro, México. @alejatijerina Ilustración: Brenda P. Ibarra.

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UN VIAJE Por: Alejandra Terán Tijerina. Querétaro, México. @alejatijerina Ilustración: Brenda P. Ibarra.

“Mamma mia, Che bella è la vita quando viaggi, Alessandra!”, me decía diariamente ese hombre de estatura baja y cabellos blancos, mien-

tras se asomaba el Sol y el infinito por mi ventana.

En ese momento, yo no sabía que era el hombre que lo sabía todo, que pretendía enseñarme que en el mar puedes descubrir un reflejo distin-to al que siempre habías visto.

Porque, cuando mirábamos el atardecer en el ponte 5 de la nave más bella del mundo, me explicaba el motivo de navegar: “Viajar es llegar tan lejos como tus ojos quieran ver, porque existen más horizontes de los que pueden percibir en este momento, la clave está en llegar a los que quieras, no sólo a los que alcanzas a mi-rar.”

Sin darme cuenta, realicé un pacto; un pacto sellado con una son-risa,

prometí hacer de mi vida un viaje y de un viaje mi vida.

Es así que sigo los consejos de mis maestros, me marcho de casa, me vuelvo mundana, poeta, cantante, aventura, me visto de loca y emp-

iezo a andar, tomando de la mano a la sorpresa. Aprendo del fuerte, del navegante, a saberme sola, pero nunca sentirlo; sin embargo, lo más

importante es aprender a regresar a casa.

Tú aún no vuelves, amigo mío, pero siempre te espero. No olvido a ese hom-bre de cabellos blancos que me enseñó tanto, porque cuando uno sacude el

cajón de los recuerdos, son los recuerdos los que terminan sacudiéndolo a uno.

Dedicado a Fulvio Capelli.

LITERATURA

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-Viajar te abre la cabeza, Tincho -enunció su hermano con un tono que a Martín le sonó más a exhortación que a una mera opinión. -No tiene precio.

-Pero claro que para Martín no tenía precio. Al fin y al cabo, ¿Qué era viajar?

Martín había nacido en Victorica, una pequeña localidad ubicada al noroeste de La Pampa y conocida como la puer-ta del lejano oeste pampeano. Allí se había criado junto a

sus tres hermanos y a su padre. A Martín le gustaba vivir en Victorica. Para él, su pueblo lo tenía todo: amistades a la hora de la siesta, entretenimiento en la plaza prin-cipal, travesías por lugares inhóspitos pero repletos de tradición, y un presente con sombras del pasado que a él lo reconfortaban, le daban la tranquilidad de saber de dónde había venido. Sin embargo, a los dieciséis años, y gracias al enunciado de su hermano, Martín había comen-

zado a preguntarse qué había más allá del viejo territorio donde anidaba. Había oído hablar de un viejo continente que estaba muy lejos, pero que al parecer valía la pena visitar. Y en la última fiesta provincial, mientras compartía una gaseosa con dos de sus compañeros de escuela, había oído a Juanita, la nieta del dueño del vivero, confiarle a una de sus amigas que se moría por visitar un museo de París que tenía un nombre que él ni siquiera podría pronunciar.

Con el correr de las semanas y luego de ojear unas cuantas enciclopedias de esas que juntaban polvo en la última repisa del mueble de comedor de la casa de su abuelo, Martín decidió que él también quería conocer ese otro continente. Le tomó tan sólo unos minutos recordar que su padre guardaba la ropa de invierno en una vieja valija de cuero marrón y correr hasta su casa para poner manos a la obra. Recolectó las pocas prendas nuevas que tenía y las guardó minucio-samente en el fondo oscuro de esa caja de cuero viejo y ajado que lo acompañaría en este viaje. Tres pares de medias, dos camisetas, un par de zapatillas y el monedero de lata que contenía los ahorros de los últimos tres años. Tenía ya la valija preparada, y las ganas y el dinero para conver-tirse en uno de los tantos que salen al mundo, cuando se dio cuenta de que aún le faltaba algo: saber exactamente para qué viajaba. Decidió entonces posponer su viaje y, sin necesariamente compartir sus planes, dar una vuelta por el pueblo con el fin de recolectar información y así, cuad-erno y lápiz en mano, salió en busca de respuestas.

VIAJAR ES...Por: Lucía LeszinskyBuenos Aires, Argentina@atintasuelta

LITERATURA

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Caminó las dos cuadras que separaban su casa del almacén de Don Fermín, un vecino oriundo del viejo continente que había llegado al país con apenas quince años y por decisión pro-pia. Según Don Fermín, viajar daba confianza. Para él, proponerse un viaje era ponerse a prueba y aumentar la confianza que uno tiene en sí mismo. Martín escribió entonces en su cuaderno: “viajar = confianza”.

De la casa de Don Fermin, Martín caminó unos pocos metros hasta el almacén de Pocha, una anciana que en su adolescencia había recorrido el mundo como cantante de folclore. Pocha no tardó en responder a la pregunta de Martín con la dulzura que la caracterizaba: “Viajar te ayuda a crecer como persona”. Martín entonces escribió en su cuaderno: “viajar = crecimiento”. Besó a Pocha en la frente y corrió a la casa de su tío que quedaba tan sólo cruzando la plaza.

Su tío Pedro había vuelto recientemente de un viaje a Centroamérica. Como hermano del padre de Martín, y muchas veces padre suplente del adolescente, la pregunta de su sobrino lo inquietó. ¿Qué se traía entre manos el mocoso? Sin embargo, para no demostrarle al muchacho su preocupación y correr el riesgo de espantarlo, le respondió rápidamente: “viajar te empuja a apreciar lo que tienes”. Un tanto confundido y frustrado por recibir tantas respuestas poco pro-fundas, Martín tomó el lápiz y escribió: “viajar = valoración”. Esta sería la última nota que tomaría. Luego de varias horas de recorrer el pueblo, de actuar con despreocupación para no despertar sospechas, de transpirar las últimas gotas del día, volvió a su casa arrastrando los pies a cada paso, levantando polvo el las calles ya vacías de Victorica.

Ya en su cuarto, tiró el cuaderno y el lápiz sobre la mesa de noche, y se dejó caer boca abajo sobre la cama. Con los ojos cerrados y luego de un largo y profundo suspiro, pensó:

-Viajar es...

Pero aún no lo comprendía. ¿Confianza? ¿Crecimiento? ¿Valoración? Él quería simple-mente viajar. Deseaba dar un vistazo fuera de Victorica, más allá de las llanuras pampeanas. Sentía la necesidad de colgarse la valija al hombro y caminar entre los demás. Quería ver qué tenía ese otro mundo que no tuviese su pueblo y qué había en su pueblo que no pudiese encontrar en otro lugar. Y pensándose solo entre una multitud desconocida, entre lenguas que ignoraba, en escenarios incógnitos, lo entendió:

-Viajar es lo que no se comprende.

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Cruce Nocturno Por: 金 星 Kin Hoshi

Cuando paguen, me iré de viajecruzaré el espeso bosque de tu pelo.

El azul de tu mirada, me pierdo en el cielocomienza la tierra a acomodarse, el bosque

queda deshecho, revuelto…los volcanes agitan todo el terreno,

ruge la tierra con airado desenfreno.Pierdo el equilibrio entre tanto zarandeo

abre ese movimiento, una gruta en el suelo. Penetro la fisura, continúa el movimiento

no me di cuenta que crucé el país de la maravillas.Alicia corre, alcanza al blanco conejo

y la gruta se cierra, dejo la gruta corriendo.viaje más turbulento, en mi vida he tenido.

que recorrer tu cama, de noche sin alumbramiento.

LITERATURA

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PELICULAS PARA UN NAUFRAGIO

por: ADRIÁN GIL @adriangilh

COLUMNA

GUTEN TAG, RAMÓN

“Lo esencial es invisible a la vis-ta” (Antoine de Saint-Exupéry)… y eso es-encial debería sobreponerse a los mal en-tendidos que surgen en la comunicación, aunque hablemos el mismo lenguaje mu-chas veces no nos entendemos. De mane-ra simple, comunicarse es un ejercicio en-tre un Emisor y un Receptor en el que se dice y escucha un mensaje; de una forma más elaborada, hay sentimientos involu-crados, que hacen de todo ese proceso algo simple o complicado para establecer, por ejemplo, una amistad.Ruth y Ramón, los protagonistas de esta película, no tienen la misma edad, son de distintos países, hablan diferentes idio-mas y son de clases sociales opuestas; si lo piensan por un momento y se ponen en los zapatos de alguno de ellos sería una experiencia angustiante siquiera decir “Ayúdame”. Y a reserva de ello, en el de-sarrollo de esta amistad entre ellos nos demostrarán que siempre será más fácil decir y entender un “Gracias” y, en oca-siones, eso es todo lo necesario.Ramón se las ingenia para hacer entend-er ese llamado de auxilio, llevado más por ese instinto de supervivencia que por el

de convivencia, y es que es en los peores momentos cuando sale lo mejor de cada persona cuando hay fe. Misma de la que no conocía su fuerza hasta que la puso a prueba en varias ocasiones en el trascurso de la historia.Dicho llamado cae en oídos de Ruth, y no por sorpresa ni suerte, destino le llamarán algunos. Porque ella será el Ángel de la Guarda que ayudará a Ramón siempre, sin importar el idioma y los prejuicios hacía Ramón, sin importar los temas de las char-las en la cena y ya al final, sin importar la distancia.En fin, la película trata muchos temas si se le observa cuidadosamente pero el prin-cipal es recordar que en estos tiempos difíciles hay cosas que rescatar, que la empatía no debe ser solo cosa de libros o folletos sobre valores, hay que procurar practicarla constantemente. Del mismo modo, la amistad siempre será un oasis al cruzar desiertos, entre amistades hay una especie de lenguaje invisible que nos hace vulnerable al cariño y a ser sensible al dolor de esa persona a quien llamamos “amigo”, no tiene que expresarlo con pa-labras para que el otro lo sepa, y de esta misma forma tampoco hace falta una pal-abra para mejorar las cosas, solo la pres-encia de esa persona.

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Tú eres el viaje que no he tenido,el que siempre invento,el que siempre espero, una balsa de infinita incertidumbresobre el mar ofuscado.

Unas veces me haces volar sin alasy otras muchas me hundes en tinieblas, unas veces me levantas y otras muchas me dejas caer en decepción.

Y yo quiero remar sobre el tiempo agrietado,quiero batir contigo las olas de la tormenta,quiero llegar a ti para ir contigo a todas parteseres mi principio, mi fin, mi realidad y mi quimera.

Eres el viaje imaginario que cura todas enfermedades,que sana los dolores, todos los que me acechan,eres las palabras que me elevan sobre las nubesy eres el charco en que se reflejan mis ansiedades.

Con mi anhelo he recorrido cada laberinto de tu piely he naufragado en las honduras de tu alma,conozco cada territorio al que temes y enfrentas,y el paraíso en que descansan tus ilusiones.

En el albor observo el esplendor de tu miradaque se asombra en la lucha de cada jornada, en las palmas de tus manos he dibujado un mapa donde se encuentra cada tesoro y las victorias del destino.

Y aunque te amo, te he dejado toda la libertad del mundo para que elijas si quieres recorrercada estrella del universo al lado mío,si quieres descubrir cada sendero de la vida revolucionariao si le pones un hasta aquí a esta Historia.

Por: Sandra Guadalupe Basaldúa PérezQuerétaro, México

El Viaje Que No He TenidoLITERATURA

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LIBROS Y OTROS MENESTERESpor: ALEJANDRA ISLA

COLUMNA

VIAJES

¿Cuales son mejores? ¿Los pla-neados? ¿Los de aventura? ¿Los lujosos? ¿Los austeros?. Hay de varios tipos: Ecológico, Todo inclu-ido, de mochilazo, con reservación, un via-je largo o puede ser corto, en el Hotel Ca-marena o en uno de Gran Turismo, ¿Que más da? es lo de menos, lo importante es cambiar de aires, conocer nuevos lugares, nuevos paisajes y salir de la rutina.Las opciones son muchas, Nueva York, At-enas, Dubai, Agra, Paris, Estocolmo, Las Vegas, Estambul, Shangai, lugares donde el hombre ha construido edificios majes-tuosos, ha desbordado su imaginación haciendo gala de inteligencia, precisión, arte.Todo eso no lo cambio por una puesta de sol, una cascada, un crepúsculo, la auro-ra boreal, una playa con sus palmeras, un paisaje de arboles de maple, un bosque, un campo con flores, además, todo esto me remite a sus aromas, la frescura de la madera, el perfume de las flores, la brisa del mar, el rocío y frescura del aire, el olor a tierra húmeda.Creo que el ser humano no ha alcanza-do en nivel de arquitectura que tiene la madre naturaleza.Es tan contrastante, pero en cuestión de

viajes hay para todos los gustos, y hablan-do de gustos, ¿Qué hay de la comida? Los sabores son tan diferentes, además las costumbres, la raza de sus habitantes. Parte del viaje es la preparación del eq-uipaje, desde ese momento comienza la aventura. Cuando colocas la ropa y lo que para ti sea importante. Puedes ser desde un desodorante y un cepillo de dientes, hasta un equipaje de 8 kilos.Puedes salir de casa pensando en volver, o puedes salir mentalizado en jamás regre-sar. Tal vez a un viaje de negocios al que no estás muy conforme de ir, o puedes es-tar cumpliendo tu tan anhelado sueño de conocer el lugar que tanto deseabas.Pero los viajes no son solo físicos, también existen los viajes astrales o desdoblamien-tos, lo mas parecido a esto son los sueños. Otro tipo de viaje que no podemos de-jar experimentar es un viaje interior, solo necesitas cerrar tus ojos, y zambullirte al torrente sanguíneo, donde la respiración y tus pulmones juegan una sincronía fas-cinante y es muy reconfortante, es un re-manso de paz, donde se siente un fuego interno que te grita, ¡estás vivo! y es ge-nial.

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Sobre mares, playas y

libertades

Fotografía: María Laura PerozoMar Del Plata, Provincia de Buenos Aires.

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Sobre mares, playas y

libertades

Mis ganas profundas por recorrer el mundo, se mantienen desde la primera vez que vi el mar, cuando sentí el viento en la cara, el sol y los ocasos, la playa. La playa me trae los mejores recuerdos infantiles, familiares, de tran-sición, de unión, de sencillez, de olvido y al mismo tiempo de conexión, con la naturaleza y conmigo misma.

Cuando era niña, me molestaba el esfuerzo que tenía que hacer para sacarme la arena de los pies, cuando crecí y sentí el mar nuevamente, me sentí bendecida de esa arena que me tocaba, y no quise sacármela, me hizo feliz sentirla, mis pies ahí, en contacto total con el mundo, con la madre tierra.

El mar, que he presenciado en distintos lugares, siempre con su olor a libertad, vaya donde vaya, no me recuerda más que inmensidad, me inyecta fuerza y a la vez sensibi-lidad, me hace recordar que no estoy sola. Mis viajes a la playa, aunque escasos, fueron eternos momentos, que aún recuerdo con exactitud, todas las sensaciones, el deseo de no querer ver nada más, sin importar el color del agua, ni de la arena; en las arenas más oscuras y en las aguas más claras, me he sentido del mismo modo: libre.

La playa, un lugar de infinitos recuerdos, un terreno de pureza y reflexión, siempre he dejado ahí algo de mi ser, y de regreso, me he ido con lo mejor de él. El mar que ves desde los aviones, que te hace amarlo sin tan siquiera haberlo tocado, el que miras desde alturas extremas y te sigue pareciendo hermoso con todas sus variantes; en cada tierra que he cruzado, en cada playa que he pisado, en cada mar que he podido oler, mi alma se ha sentido igual de plena, no tengo más que agradecer. Esos viajes a la playa que fueron y son una cuna de recuerdos y sanación.

Por: María Laura PerozoBuenos Aires, Argentina.

Instagram: @sillymauE-Mail: [email protected]

LITERATURA

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Bitácora de la FuentePor: Jesús Canela ArzolaQuerétaro, México

Al maestro Mario Benedetti…“Por si las moscas”

Llegaron a la plaza central y se dispusieron a tomar asiento en las sillas plegables que se habían dispuesto para la ocasión. El niño aquel estaba convencido de que se abur-riría de lo lindo con el concierto de jazz que estaba a punto de comenzar, no era fanático del sax ni mucho menos, pero no le habían dado la opción de quedarse en casa. Escuchó con atención las primeras notas de los músicos y con una mueca surrealista le pidió a su padre que le diera permiso de sentarse a la orilla de la fuente, el hombre asintió con los ojos cerrados mientras su alma mascaba con devoción los compases de la melodía.

Ya acomodado en su objetivo, el chiquillo inició por esca-near a sus compañeros alrededor de la masa de cantera que contenía el agua verdosa y las hojas secas de los árboles vecinos. Se asomó con precaución al interior y vio que había suficiente espacio para convertir uno de los vo-lantes de las tiendas departamentales, en un curi-oso barquito. Hizo los pliegues necesarios y echó al agua su bergantín de celulosa, sopló para darle vida e imaginó que Neptuno haría algo parecido con las naves en el océano.

Pasaron unos minutos y el infante pudo percatarse de que en el fondo de la fuente estaba una pelota de pa-pel, de la cual parecían emerger unos gemidos apenas perceptibles; el niño creyó que era la música de la plaza la que creaba ese sonido, pero al poner más atención ya no le quedó duda de que debajo del agua, envuelto en aquella

LITERATURA

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hoja, alguien lloraba desconsoladamente. Se arremangó la sudadera y con esfuerzo tomó la bola mojada del fondo del mar, la desenvolvió y cayó en la cuenta de que aquello era un mapamundi en donde, sen-tada en la esquina inferior derecha, la Rosa de los vientos chillaba a moco tendido totalmente fuera de sí.

El pequeño tritón le sobó el lomo a doña Rosa para reconfortarla y ésta volvió su rostro desconcertado hacia el observador, para luego trepar ambos al barquito de papel y marcar rumbo con dirección a…En el Norte tienen como tótem la muerte y los caballos del apocalipsis bailan en rededor de una hoguera perene, mientras aguardan pacien-temente a que el país más poderoso del mundo les autorice vía e-mail el inicio de la tercera guerra.

En Oriente meditan, estimulan sus chacras con fibra óptica y suplican mirando hacia la Meca que sus dioses definan su postura geopolítica. Sodoma y Gomorra hacen fiesta en el muro de las lamentaciones.En Occidente la santa virgen de la razón recoge su manto para evitar dar a luz otro hijo malogrado, la loba desgarra sus tetas secas para no volver a amamantar utopías y los filósofos consultan el oráculo para tener noticias sobre el devenir.

En el Sur la Pacha mama da coca por sustento, la esperanza desespera de esperar, la Cruz cósmica es una constelación inalcanzable y el Ché es la marca registrada con más ganancias en lo que va del siglo. Se nos mueren los héroes.

Termina la vuelta al mundo y Doña Rosa se vuelve histérica, todos sus puntitos cardinales se le desangran porque la globalización le ha causado problemas de personalidad, ya no sabe quién es quién en el globo terráqueo y espera fervientemente que su compañero de viaje le procure auxilio. El niño saca de entre sus ropas un flamante celular con GPS y tiernamente se lo pone en las manos a la confundida flo-recita cartesiana.Peor no pudo ser la reacción de la Rosa de los vientos: apenas de-sembarcó el pequeño en las playas de cantera de la fuente, la flor se arrancó los pétalos y prendió fuego a la nave hasta quedar hecha cenizas. El tritoncito, impresionado, salió corriendo en la búsqueda de sus padres que seguían rumiando las notas del sax, en el concierto de la plaza central.

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Y Así, Pudieron Irse.Por: Carla María Durán UgaldeQuerétaro, México

Si comíamos en El Farolito esa noche nos tardaríamos tres días más en darnos cuenta de que nos teníamos que ir. Entonces estábamos frente a la puerta, oliendo sus aromas; el pescado frito, los bocolitos de barbacoa. Olíamos pero no mirábamos el lugar. Sen-tados alrededor de una fuente, llenándonos la nariz con lo que con-ocíamos tan bien.

Mi hermano tenía un ojo triste y el otro animado; uno a la espera de los días por venir, otro a la espera de la nostalgia que le quedaría. Ninguno de los dos ojos tenía señal de haber dormido bien. -Hoy cenamos en El Farolito.- Se levantó y entró. Era muy tarde, ya casi no quedaba gente. Don Andrés y su bastón limpiaban las últimas mesas. -¡Borrego!- Exclamó al ver a mi hermano y le acarició el cabello tos-camente -Pensé que ya se habían ido.-

-¿Cómo sin antes pasar a cenar aquí Don Andrés?- Se rio mi hermano sentándose a una mesa con más sillas de las que íbamos a necesitar.

-Todavía queda un poco de caldo de camarón. Ahoritita se las sirvo chamacos.- Y Don Andrés desapareció detrás de la puerta de la co-cina.

El Farolito abría hasta tarde y podías encontrarte con medio pueblo ahí. Servían comida de la gente y para la gente, no sazonaban de otra manera. Daba el mejor sentido de estar en casa.

-Borrego, ¿y si nos quedamos? ¿Y si le hacemos la lucha? Güey, capaz y si…-Escarabajo, no mames. Llevamos cuatro meses. Con vender el comedor nos alcanzó para un mes. Las camas ya las vendimos. Ya nos deshicimos del resto de las cosas que nos quedaban, ya tenemos lana para irnos.-

LITERATURA

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-¿Pero cómo vamos a vivir sin comer en casa, chingao? No vas a extrañar los platos de ostiones? El hogar está en donde te sabe. Yo no voy a poder.--Bájale a tu drama, güey. Claro que puedes. Este no es el último lugar del mundo donde se come bien.-

Pero no era solo la comida, era la humedad, correr por la arena suelta, pescar en las escolleras. Las veces que nuestros padres nos llevaron al kiosco a comer palomitas, tirarte a chapotear en la laguna sin saber nadar. Pero sí, El Farolito tenía los sabores que nos habían criado. No me quería ir. No quería saber cómo se co-cinaban mariscos en el centro. Para pescados la costa. Mi costa.

Llegaron los platos de caldo. No escuché lo que se decían Don Andrés y mi hermano. Me llené los pulmones de la esencia de la comida. Me cayó dulce y pesado. Cuando mamá cocinaba mariscos el olor se quedaba en su ropa por muchos días. Los ca-marones flotaban en el caldo. Papá los acomodaba en hieleras para llevárselos a vender. Comencé a comer. Me supo a agua. Se enfrío muy rápido.

Don Andrés se fue de la mesa. Nos quedamos solos el Borrego y yo, cuchareando al caldo. Dejé de comer. Borrego sorbió un poco más y después paró. Nos miramos. -¿Y si ya nos vamos?- Le dije mientras me levantaba. Salimos del Farolito. Me sentí aban-donado. Salimos de la costa al insípido mundo que no conocía-mos. Nuestros propios sabores nos habían desterrado.

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ALAN ESTRADAENTREVISTA

VIAJERO FRECUENTEPor: Jován Benítez@Jovan_Benitez

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Los viajes transforman vidas, son esos pedazos de placer que muy pocos se atreven a probar, y quienes lo hacen termi-nan enamorados de las carreteras, de las nubes, del pasar de las olas y sobre todo de la experiencia de recorrer historias en una maleta.

Alan Estrada es, sin lugar a duda, uno de los actores más queridos por el público mexicano, y es que el carisma y sencillez son pieza clave de su trabajo.

Durante la entrevista que concedió a Calei-doscopio, vía telefónica, la cual cabe men-cionar que se logró por Twitter, pude de-scubrir que los viajes transforman y dejan huella importante a cada kilometro recor-rido.

Alan, ¿de dónde surge la idea de tomar la cámara y grabar tus viajes?

Nunca fui muy viajero, digo… salía de viaje con la familia a la playa, pero nada más, de-scubrí los viajes ya un poco grande. A los 24 años emprendí un mochilazo a la India con una de mis mejores amigas, y a partir de ese momento decidí recorrer el mundo. En este viaje grababa testimoniales y des-de entonces siempre grabé mis viajes, pero nunca pensé en subirlos a YouTube. Y hace 4 años decidí compartirlos.

Y ahora vemos que ya tienes patroci-nadores que te acompañan en tus viajes, ¿no?

La verdad tenemos el apoyo de patroci-nadores, porque sin ellos sería imposible hacerlo. La gente cree que soy millonario, pero estos viajes no serían posibles sin el apoyo de estos patrocinadores. Sin lugar a duda es uno de los videoblogs mas caros de hacer porque tienes que viajar mucho.

¿Cómo combinas tu trabajo de actor con estos viajes?

No te voy a mentir, es complicado… pero todo se puede. Tengo la fortuna de tener un productor que me apoya, me da chance; y trato de viajar de lunes a jueves. No des-canso, me la paso o viajando o en el teatro.

¿Qué es lo que no te puede faltar en la maleta?

Pues el pasaporte y el dinero, trato de in-vestigar un poco del clima para no cargar de mas, y ahora mi equipo crece: llevo dos cámaras y sus accesorios. Yo feliz de que me ayudaran pero ¡Yo hago todo!

¿Qué es lo mas dificil a lo que te enfrentas en tus viajes?

A mis prejuicios, porque viajando solo de-scubres ese instinto de supervivencia; con toda la tecnología pensamos que todo se da en paquetes de plástico, y eso es lo principal: darme cuenta que sí se puede viajar completamente solo. Es impresion-ante ese institno.

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¿Cómo es que tu público convive con Alan x El mundo?

Yo tengo una relacion muy cercana, trato de separar Alan x El Mundo de Alan Estra-da. Tengo una conversacion con los viaje-ros y trato de ayudarlos en lo que pueda, trato de ayudarlos con base a mi experien-cia. Mi intención es inspirarlos.

Alan, platícanos de tu experiencia en hos-tales...

Los hostales son una opción increible, y para mi siendo un viajero solitario es lo mejor. Compartes la habitación, pero es la mejor manera de hacer amigos. Los hos-tales no son para todo el mundo, pero en los videos trato de mostrarles los dos ex-tremos: hoteles de lujo y hostales.

¿Qué te falta, que necesitas en este proyecto?

Me gustaria que mas gente lo viera, me siento el Canal Once del internet, me gus-taría que se conociera más. El internet es democrático y lo complicado es que te de-scubran.

¿Qué prefieres: avión, tren, barco o metro?

Tren, me facinan los trenes… te invitan a la reflexión y ves el paisaje pasar, ¡Me encan-tan los trenes!

Alan, de qué tamaño es el mundo?

¡Uy! el mundo es tan grande o pequeño como tú lo quieras ver, si lo pones en el contexto de la galaxia, somos un granito

de arena en un desierto, y si lo pones en la prespectiva personal… el mundo es tu cabeza, entonces, el mundo esta para recorrelo y vivirlo.

Poco mas de 20 minutos fueron los que Alan compartió conmigo, al final de la entrevista quedé impresionado del trabajo que él desempeña: del es-cenario a los aeropuertos y de regreso. Un actor joven que comparte con su público algo más que el guión teatral, él comparte su vida a través de sus vid-eos.

“MI INTENCIÓN ES INSPIRARLOS”

www.alanxelmundo.com

YouTube: alanxelmundo

Twitter: @alanxelmundo

Instagram: @alanxelmundo

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LA PARTIDA por: BERNARDO LINARES @berlite12

COLUMNA

SU PARTIDA

Siento como el aire frío que anuncia la llegada del otoño -ese que usan como escusa los amantes para ir por la calle abrazados- se escurre por la pequeña fractura del vidrio roto de aquel-la ventana delimitada por un marco bar-roco de madera apolillada. Se puede ver a través de ella un árbol que, luchando contra el viento para no perder las pocas hojas amarillentas que aún le quedan, sostiene en una de sus ramas un pequeño petirrojo: sonriente y libre. El olor de la mañana es tan peculiar, una combinación homogénea entre tierra húmeda que proviene del jardín y el perfume que de-sprende la cafetera vieja de la cocina al hacer ese café amargo y quemado -mejor que nada-. Recuerdo que hace tiempo, cada mañana mientras mi madre des-pertaba a mis hermanos, mi padre prepa-raba el café que llenaba la casa de un olor muy parecido al de hoy; realmente añoro esos días. El cansancio de las noches anteri-ores cada vez es más notable; los ojos en-rojecidos y pesados, olor a tabaco y ropa

sucia; un temblor continuo en las manos que no me permite ni tomar la pluma Montblanc Meisterstück que alguna vez heredé. Los dedos adoloridos por tanto tecleo en la maquina Remington que solo produce miles de papeles tirados y arru-gados por el suelo de la sala. La gente hablando a lo lejos y los niños riéndose mientras corren entre los callejones; y aquel petirrojo aún observando la enormi-dad de su libertad: recuerdo que ese día igual hubo uno, parado y observando. Ese día donde el tema principal fue su partida.

Recuerdo que solo se escuchó, en-tre todo ese silencio majestuoso, un sus-piro honesto y profundo que salió desde el interior de su alma confusa y perdida de la realidad. De esos que, de una forma tan natural, pueden expresar más que mil palabras. Y al final de aquel suspiro se pro-nunciaron las palabras que ninguna per-sona debería escuchar jamás: adiós.

Soñarla, lo único que puedo hacer, así de sencillo.

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ESPADA DEL AUGURIO por: ABRAHAM ARREOLA @ArreolaAbraham

Miscelánea

Viajemos ahora hasta nuestras calles queretanas.A cada “tiendita” le corresponde una gen-eración, pues la atiende un dueño con una necesidad.El ciclo de la vida no varía mucho en una tienda, pero suele demostrar un lado interesante de los mexicanos: nos confiamos muy pronto.1.- Una persona necesita dinero, tiene el espa-cio y el tiempo; se empeña y logra conseguir un préstamo para comprar lo necesario, entonces consigue todos los insumos, los más impor-tantes: papitas y refrescos. 2.- La competencia es dura, pero la necesidad es más. Es una de tantas tiendas en la colonia, pero es la nueva y el vendedor luce sus me-jores sonrisas para captar clientes. El producto es fresco. Todo es perfecto.3.- Los consumidores hablan en esas platicas mientras van por “el mandado” de cómo los han tratado los vendedores y la noticia de este nuevo vendedor hace eco. Pero no se puede dejar de lado el raciocinio más obvio de la comunidad: “aprovecha, ahorita son buenos porque acaban de abrir”.4.- La mejor época del vendedor. Todos quie-ren comprar en su miscelánea. Si era una tien-da pequeña, entonces ofrece una gama más amplia de productos, y ya era grande aún, los trabajos de remodelación son notorios. Según la necesidad del vendedor, esta racha puede

durar mínimo un mes, o máximo… la vida es-tudiantil de los hijos.Y entonces se apagan. Los vendedores saben “canjear” sus productos por monedas, pero en realidad no saben vender: no han creado ese personaje que les permita sonreír a todo aquel que entre en la tienda: sobre todo a esos pa-tanes que se sienten de la alta sociedad.Las tiendas cierran, algunas experimentan cam-bios de giro para “salvar algo”, pero es irrevers-ible. Está quemada, no sólo la tienda, sino los que viven ahí, cualquier negocio que intenten fracasará. Deberán esperar un tiempoEste es un vicio común, la estabilidad económi-ca le hace al vendedor disminuir su competi-tividad.¿Qué pasaría si este “defecto” se volviera una oportunidad?Lo que hizo una cadena de tiendas de autos-ervicio fue: vender sus franquicia a forma de título, o sea que no tendrá como propiedad el terreno ni el equipo, sólo tendrá la responsabil-idad y las ganancias… así el dueño estará aten-diendo su negocio entre todas las sucursales de la ciudad sin problema alguno. Si mentalmente no está listo para trabajar, la gente sólo tendrá que esperar a que cambien de lugar y vengan nuevos vendedores al lugar, de esta forma la tienda sólo habrá registrado una temporada baja, misma que afectara a los titulares de esa “franquicia”.Para que al final, cuando aquel vendedor se haya fastidiado o saciado su necesidad, la fran-quicia pueda ser vendida al siguiente aspirante “al mejor vendedor del mundo”.Y el ciclo vuelve a empezar. Sociología aplicada, ¿qué cosas, no?

COLUMNA

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CINE

Si uno está ya familiarizado con el estilo del director Besson, la idea la femme fatal envuelta en un contexto entre lo real y lo ficticio era, de hecho, lo más emocio-nante de su nuevo filme que a mi parecer es una de las mejores propuestas de este género en lo que lleva el 2014. Entre tan-ta emoción por replicar una y otra y otra y otra vez el estilo narrativo y contextual de Los Juegos del Hambre, comenzaba a pensar que volvíamos a una nueva época al estilo Crepúsculo.

“La persona promedio utiliza sólo el 10% de su capacidad

mental. ¿Qué es lo que podrá hacer ella con un 100%?”

El título LUCY es nuestra protagonista, una joven que es secuestrada por una mafia en Taiwán para transportar un nuevo paquete de droga llamado CPH4, insertado dentro de su cuerpo. Comienza así a desencade-narse una serie de eventos mientras, poco a poco, la tímida Lucy (Scarlett Johansson) da un salto de la evolución a la revolución cerebral.

A pesar de que disfruté de Malavita (2013), LUCY es lo que podría llamarse una ex-celente combinación de los puntos fuertes de Luc Besson que nos remonta a sus más clásicos éxitos, tanto en la selección de un excelente reparto que equilibra las habilidades de Scarlett Johansson y Mor-gan Freeman frente a la pantalla. Después, tenemos una de imagen en una excelencia de 360°, desde impecable resolución y una tremenda ambientación, producto de una iluminación bien planificada. ¿Y para sum-ergirnos en ese mundo fantástico de Lucy? Los efectos especiales precisos.

Sin embargo, entiendo que no todos esta-mos familiarizados con el estilo de este

LUCY. I FEEL EVERYTHINGPor: Marianne E. Castillo@MaryLudens

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director francés, que quizás El Quinto Ele-mento (1997) o El Profesional (1994) no se nos presente como referencia, pero contin-uo sorprendiéndome de las críticas mixtas que he encontrado y escuchado respecto a este filme, donde “demasiado fantasio-so” es el veredicto en base, ni siquiera a la película en su totalidad, sino por el final, evidentemente demasiado extremista, que presenta.

Quizás una de mis escenas favoritas de todo el filme es en la particular donde Lucy dice la frase “siento todo”; punto clave que da un hilo coherente, y con esa sen-sibilidad humana que muchos no pudieron identificar por el final, a las posteriores fac-etas en las que sucumbe el personaje que, entre más evoluciona, menos es lo que era.

En mi perspectiva, aunque en efecto para disfrutar en su totalidad la historia no es necesario analizar con ojo objetivo cada mínimo detalle (estamos hablando después de todo de un género de ficción), la con-notación filosófica es lo que enriquece más que lo que se pueda mostrar en pantalla.

¿Y por qué sorprende tanto la trasfor-mación final de Lucy, una vez alcanzado un dominio cerebral del 100%?

La supresión de la esencia humana de Lucy, así como su transformación física parecen ser caminos lógicos de la tan enfatizada evolución revolucionaria de la que el profe-sor Norman (Freeman) nos guía a entender conforme la historia avanza. ¿Qué sentido habría tenido que Lucy se mantuviera tal cual inicia si ha evolucionado en el sentido biológico de la palabra?

Quizás su transformación física parezca re-pugnante y sin sentido alguno. Y aunque, claro, no tengo voz para afirmar que era la mejor representación, si el personaje había revolucionado a la misma evolución (la había superado en sus estándares natu-rales), un cambio físico era de igual forma, algo lógico, tan así como nuestra propia evolución como hombres.

Y una vez que se ha comprendido todo lo que se ha de poder comprender en el Uni-verso, Lucy así se convierte parte del mis-mo.

Un excelente filme tanto en contenido como en construcción visual y actoral que, si buscas más allá de la típica noción hol-lywoodense –pero sin dejar la velocidad propia Hollywood-, podría muy bien sor-prenderte.

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EL BALLET DE KIEV

Por: Por Marianne E. Castillo Querétaro, México @MaryLudens

No sé mucho de ballet. Sé un poco de te-atro y, quiero pensar, puedo hacer un buen debate en literatura y cinematografía, ¿pero ballet? Sin embargo,

algo que me fascina de Ca-leidoscopio es que tiende a llevarme más allá de mi zona de confort y El Ballet de Kiev no fue la excep-ción.

Y curioso, porque mientras esperaba paciente en mi asiento a que dieran las 9:00 pm; hora programada para

el inicio de la presentación del pasado 08 de octubre del bien prestigiado Ballet Nacional de Ucrania aquí en la ciudad de Querétaro, pensaba en esos curiosos giros de la vida, ya que si bien no conozco los tecni-cismos propios de crítica del ballet, siempre he tenido una enorme fascinación por esta exageradamente deli-cada forma artística.

La recepción se consignó a las 8:30 de la noche y muy puntuales, estacionamiento y auditorio comenzaban a llenarse poco a poco. Mien-

tras tanto, buscaba deses-perada la entrada de pren-sa, de la que nadie parecía tener conocimiento, primer indicio de una falta de orga-nización. Por suerte y gra-cias a la ayuda de ese tipo de personas que aunque no saben aún así ayudan, por fin encontré la dichosa y bien escondida entrada. Me encontré así, a eso de las ocho con cuarenta, sen-tada entre otros medios como en un pabellón médi-co no muy segura del sigui-ente paso. Creo que todos nos sentíamos así, mirando el reloj conforme la hora de inicio se acercaba.

CarmenFotografía: Marianne E. Castillo

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Fue bastante curioso que cuando nos pasaron con una puntualidad para en-vidiar, al mismo tiempo descubría que no existía un programa de las pre-sentaciones de la noche y fue más sencillo que una amable señora frente a mí me diera un pequeño tour de lo que vería ahí arriba del escenario, a un sencillo –pero sumamente impor-tante- programa de mano. Caray, ya ni en las obras es-colares.

Admito fue triste voltear y ver el auditorio con una gran cantidad de asientos vacíos, y sobre todo para algo tan bonito como lo es

el ballet. Sin embargo, de no ser por Caleidoscopio, jamás me habría entera-do de que se presentaba el Ballet de Kiev aquí en Querétaro. Considerando mis percances anteriores y que al parecer el programa había sido sustituido por improvisados anuncios en-tre intermedios, culpaba a esto una evidente falta de difusión.

Resalto que iba prepara-da y, de menos, tenía idea que los actos estarían divi-didos en tres representa-ciones: Carmen, Las Sílfides y Sherezada, y fue en ese mismo orden que la audien-cia queretana vio abrirse el gran telón rojo al ritmo de

Bizet con la aparición de la gitana CARMEN y el sonido armónico de La Habanera.

Sencillo pero con la elegan-cia propia del ballet clásico, descubrí el final trágico de esta historia en una bellísi-ma ambientación de col-ores rojos y sombras, ad-mirando más de lo que me habría podido imaginar, el vestuario Escamillo, torero e igual amante de Carmen, papel masculino de mi par-ticular preferencia a lo lar-go de los tres actos por la habilidad de quien lo haya personificado –desgracia-damente más información perdida en el inexistente programa- en movimiento y en actuación.

Las SílfidesFotografía: Marianne E. Castillo

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Acaba así, con un sabor agridulce y una tremenda ronda de aplausos, el primero de mencionados tres actos en un pequeño descanso de diez minutos con ese tan in-formal anuncio a micrófono abierto y el telón vuelve a abrirse puntual. Realmente una curiosa organización.

Mi cámara no estaba preparada para con-gelar los primeros minutos de LES SYLPHI-DES y, por el silencio que reinó entre to-dos los presentes, aseguro que la palabra hermoso queda corto para lo que después descubrí que se trataba tan sólo de una pieza de ballet sin trama, de un grupo de sílfides –propiamente espíritus del aire- bailando en un claro y siendo un poeta úni-co testigo de su danza romántica de vesti-dos blancos y delicadeza femenina.

A decir verdad, no habría imaginado que esa pieza sería mi favorita. Quizás porque sólo había oído de Carmen, pero ese se-gundo acto transpiraba ballet clásico. De ese que, muy en el fondo, me habría gus-tado practicar y que, a cambio, admiro en películas y documentales.

Los aplausos fueron mucho más estruen-dosos al desvanecerse en el aire la música de Chopin y yo me creí capaz de conmov-erme. Si bien la organización parecía em-peorar poco a poco, El Ballet de Kiev tenía bien puestas sus metas y nos había ganado antes del acto final.

Seré sincera que cuando volvió a abrirse el telón por tercera vez, me sentí com-pletamente perdida con la trama de SHEREZADA. Mea culpa, claro está, y no la comprendí cuando finalizó. Por supues-to que todo cobró sentido al entender que Sherezada fue la famosa narradora de los cuentos de “Las mil y una noches”. La presentación de El Ballet de Kiev fue algo así como la perfecta combinación de trama, danza y escenografía, esta última presente en Sherezada con una variedad de vestuarios llenos de vida. Y cuando el último aplauso fue dedicado y el telón se cerró para no abrirse más, concluí mi plena satisfacción.

Como ven, una muy sencilla crítica de los ojos de un espectador, a todas sus anchas, amateur en el mundo del ballet, pero que le es imposible negar la excelente obra que trajo para los mexicanos El Ballet Nacional de Ucrania.Sherezada

Fotografía: Marianne E. Castillo

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