Byzantion Nea Hellás No. 24 (2005) 18522-55668-1-PB

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    Csar Garca A., El pobre de Ass una novela de Kazantzakis

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    Introduccin

    an Francisco de Ass ha sido una de las personalidades

    religiosas ms motivantes para los escritores; a l han dedicadopginas ilustres Chesterton, Leon Bloy, Papini, GabrielaMistral, Sabater, Rubn Daro, J. Jergensen y Kazantzakis, entre otros.

    Kazantzakis, dispuesto por pensamiento y temperamento a admirar aSan Francisco, se encontr por primera vez con l en Ass, en la primavera de1924; la visita pretenda ser corta, y se alarg por tres meses. La impresinque Ass y particularmente San Francisco, produjeron en su alma, seencuentra registrado en Carta al Greco, precisamente en el captulo tituladoItalia. En esta primera visita a Ass conoci a J. Jrgensen, autor de una

    vida del santo que subyug tanto al autor griego que despus traducir a suidioma (1951). Kazantzakis vuelve a Ass en 1926 para participar en elsptimo centenario de la muerte del Santo. Fruto de aquella visita es el relato"San Francisco", recogido ms tarde Viajando Italia - Egipto - Sina -

    Jerusaln - Chipre - Morea. El impacto de San Francisco en el autor griegofue tal, que pens incluso seguir las huellas del Santo all por la dcada del20.

    Tres aos ms tarde, en 1954, Kazantzakis dio comienzo a lapublicacin de su novelaEl pobre de Assen el diarioEleftherade Atenas.Un ao ms tarde, se encontr en Alsacia con Albert Schweitzer, a quiendedicar despus la obra. En 1956El pobre de Asses editado como libro enGrecia y se traduce en el mismo ao en Suecia, Dinamarca y Alemania.

    Al lado de las motivaciones sealadas, no debemos olvidar que SanFrancisco se le muestra a Kazantzakis como la contrapartida de la Italiafascista, de la que da cuenta en la obra citada Viajando. Leemos en estepequeo relato: " Esta tarde, cun lejana, cun extraordinaria, se meapareci aquella admirable leyenda. En la Italia fascista, en esta sociedad

    contempornea, carnvora, superarmada, en que unos se odian a otros;circula an San Francisco y es celebrado, coronado de flores, como una

    vctima para el sacrificio. Nos encontramos en la constelacin de los lobos.

    San Francisco es un pequeo cordero y nos gusta, precisamente porquesomos fieras"1.

    1 Kazantzakis, N.: Apuntes de Viaje. Textos inditos en espaol, seleccin, trad. y notasRoberto Quiroz P., Centro de Estudios Griegos Bizantinos y Neohelnicos, 1 ed. 1997,Santiago.

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    A) SOBRE LA FORMA

    I. Perspectivas del narrador

    San Francisco fue poeta y santo. Dos fuerzas que han hecho de l unpersonaje de atractiva originalidad. No deber extraarnos, por tanto, hayaconcitado la atencin de escritores tan famosos como los yasealados.Veamos su presencia en la obra de Kazantzakis.

    Nos hallamos ante una biografa novelada, contada desde laperspectiva del Hermano Len, cronistay memorialistade la vida del santo.En cuanto cronista, l sigui a San Francisco desde su conversin hasta sumuerte y cada noche, a la luz de la lmpara, yo anotaba escrupulosamentetodas tus palabras para que no se perdieran y tambin tus hechos (). Fueas como durante aos, sin poder decidirme, transportaba tus palabras,

    transcritas fielmente, una a una, a pellejos de animales, trozos de papel y de

    corteza.Cundo llegar el momento, me deca en que la vejez me tornarincapaz de correr por el mundo. Entonces me retirar a un convento para que

    Dios me d fuerzas, en la calma de mi celda, a fin de poner sobre el papel,

    como en la leyenda, tus palabras y tus obras. Para la salvacin del mundo, P.

    Francisco"2; y un da, ya anciano, el Hermano Len se convirti en

    memorialista, comenz a registrar aquellos hechos y consignar las palabras,no sin antes tener una inspiracin: Se le apareci San Francisco. El HermanoLen lo interpret como un mandato a escribir: Era un signo de Dios, unmensaje manifiesto: Francisco yerra por la tierra, sin fuego ni techo. Hazle

    una morada!3.Porque aqul que tiene historia, pero no tiene escritura de suhistoria, yerra de boca en boca por la tierra sin fuego ni techo. La palabra es lamorada de la historia de los hombres.

    El libro del Hermano Len es, as pues, la casa del Pobre de Ass.Aquella inspiracin aparicin concluy con un sueo en el que el

    Hermano Len vio un jardn y en l un rbol y en sus ramas muchas letras quecantaban como armoniosos pjaros y l era el rbol y las palabras para hablarde San Francisco 4. Al da siguiente fue a misa, comulg y de regreso: Al fintom la pluma, hice la seal de la cruz, y empec a escribir tus Hechos y tus

    2Pg. 689.3Pg. 690.4Pg. 690. La imagen se encuentra igualmente en Gonzalo de Berceo, autor del mismo siglo en

    el que vivi San Francisco, vaseMilagros de Nuestra Seora.Introduccin.

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    Gestos, P. Francisco. Que Dios me asista!5. Cuando la obra fue terminada,tambin San Francisco lleg a su celda para darle su aprobacin; as terminala obra:En el instante bendito en que escrib en mi celda estas ltimas

    palabras, sollozando por el recuerdo de mi maestro bienamado, un gorrin

    golpe el vidrio de mi ventana. Sus alas estaban mojadas, tena fro. Melevant para abrigarle. Y eras t Padre Francisco, que para venir a verme

    habas tomado la figura de un gorrin6.El Hermano Lennarrador de esta verdica y legendaria historia-, es,

    as pues, cronista y memorialista. Dos perspectivas de narrar usadas porKazantzakis para darnos esta su nueva obra. Elcronista, se divide, a su vez,en testimonial,en estos casos coloca entre comillas las palabras textuales del, del santo o de otras personas, (en estos casos, generalmente se quierentransmitir doctrinas o mandatos del Santo), en otros casos, la actitud narrativa

    es constatativa, pues no se acuerda con toda exactitud, pero quiere ser fiel a loque un da presenci, no slo fiel: aspira a reproducir los hechos y dilogos talcomo fueron hechos o dichos. El memorialista, es el narrador que escribedesde la altura de la ancianidad, y oscila entre un narrador legendario, elmodelo est tomado de la Vida de los santos o la Leyenda dorada, estabaleyendo la primera obra cuando recibi la inspiracin7; y un narrador dememoria verista. El narrador es explcito: a fin de poner sobre papel,como en la leyenda, tus palabras y tus obras8(y ms adelante: Seor, jurodecir la verdad; ayuda mi memoria. Ilumina mi espritu, Seor, no me dejespronunciar una palabra superflua () Tiemblo, pues suele ocurrirme que nopuedo distinguir entre la verdad y la mentira. Francisco se vierte en miespritu como el agua, cambia constantemente de rostro y ya no puedo

    encontrarlo9.

    Con esta sustancia de tcnica narrativa trabaja la obra Kazantzakis.Importa saber ahora cmo se entrelazan estructuralmente estos elementos,cul es el juego narrativo que hace atractiva literariamente la obra. Hay quedescubrir la combinacin sinfnica kazantkiana en El pobre de Ass. En

    buenas cuentas, las motivaciones y recursos que hace que el narrador inicie,modo musicale, una meloda testimonial, de constancia, legendaria overista, la silencie luego, salte a otra, encauce todas a la par, las haga crecerms tarde, desciendan en intensidad poco a poco y desaparezcan una u otra,

    5Pg. 690.6Pg. 10247Pg. 689.8Pg. 689.9Pg. 691.

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    sin que dejen de levantar siempre la construccin de tan singular personalidadcomo es San Francisco. Pareciera, por otra parte, que a la luz de lamultiplicidad de dilogos, la actitud narrativa es apelativa o dramtica; en estecaso, habr que descubrir el planteamiento, nudo y desenlace, como grandes

    unidades bsicas y de qu manera, dentro de ellas, juegan las diversasescenas. La tcnica cinematogrfica de mltiples planos sobrepuestos,fundidos o encadenados puede ayudar a resolver los saltos, elipsis yevocaciones, tan frecuentes.

    II. El problema de la estructura y de la unidad

    Dos preguntas necesarias Qu es aquello que da unidad a esta obrade estructura episdica, fragmentada o en zigzag, que procede mediante las

    tcnicas de la evocacin de los narradores, ms que respondiendo a un ordenlgico secuencial? Segunda interrogante Cules son los nexos ymotivaciones que permiten el enlace de esta discontinuidad de espacios?Respondamos la primera pregunta.

    La unidad enEl pobre de Assest dada por el propio personaje, SanFrancisco: l es el hilo conductor a lo largo de los 13 captulos y 72 episodiosque componen la novela; a derecha e izquierda de este eje de su personalidadestructurante, se entroncan los diversos espacios en clara funcin de ampliary enriquecer la vida del santo, son stos: La naturaleza, las fundaciones, elespacio familiar, Ass y sus gentes, los votos, el viaje a Roma, su propiocuerpo. Si prescindimos de estos espacios, la personalidad del hroe literariose nos constrie y reduce, se empobrece por lo monotemtica o reiterante. Lafrmula constructiva usada por Kazantzakis no es nueva, la encontramos enobras medievales, modernas y contemporneas como:El libro de buen amor,

    El Quijote, El Lazarillo de Tormes, La casa verde de Vargas LLosa, enInglaterra la novela de Graham GreeneEl poder y la gloria y en ChileHijo deladrn de Manuel Rojas; por cierto, toda aquella literatura del siglo XIX y

    parte del XX - Dostoiesvky y Galds no son una excepcin- que naci bajo elamparo del folletn o la novela llamada por entregas.Estos 13 captulos con sus 72 episodios estn sujetos, a su vez, a dos

    polos organizativos: El de su conversin, al principio, y su muerte, al final,unidos ambos por la lnea continuada y creciente de las cinco etapastradicionales de la aventura heroica formuladas por Campbell, y que son el ejede estructura. Explicitemos cada una de estas etapas:

    a) El cruce del umbral: captulos I y II. Tratan de San Franciscojuglar, su encuentro con Len, la enfermedad que lo vuelve nio, la

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    conciencia de dos caminos para seguir a Dios, la pereza de Len y la

    pobreza en Francisco, su conciencia de ser hijo de un monje y el nacimientoespiritual, fechado el 24 de noviembre de 1206.Cruz, as, el umbral.

    b) Las pruebas. Es la segunda etapa, captulos III, IV y V,

    corresponden a la etapa del abandono de la casa, la renuncia a sus padres, a suriqueza, la dedicacin a la construccin de la iglesia de San Damiano y, sobretodo, la obligacin de volver a Ass en condicin de monje mendigo, alldonde todos lo conocan, donde lo insultarn y reirn de l. No obstanteasume las pruebas; pero hay ms: Se desnuda de sus ropas an ricas, toma unhbito y besa a un leproso, sin que le produzca repugnancia. Es tentado, asmismo, de hambre; en un convento donde pide hospedaje, no slo esrechazado, l y el hermano Len son considerados bandidos y asesinos. Elmonje portero sali y los golpe con un palo. La respuesta de Francisco fue:Este es el gozo perfecto.Clara santa Clara- le presenta la tentacin de lacarne, Francisco tambin la vence. La ltima prueba fue de afectos, ve a supadre y a su madre y, pese a que el P. Silvestre y el propio Len no entiendenhaya una religin que separe a los hijos de los padres, Francisco sabedesprenderse tambin de ellos.

    c)El descenso al ms all: captulos VI y VII. Francisco, vencidaslas anteriores pruebas, se retira a una gruta: Tengo muchas cosas que

    preguntar a Dios...volveremos a vernos dentro de tres das, dice10. El

    hermano Len seala: Presenta que el combate sera terrible y que la vidade Francisco estaba en peligro11. Y he aqu la confesin a la seora Pica:Tu hijo asciende sin desfallecer, una a una, todas las etapas que lo llevan aDios12. Al cuarto da Francisco descubri otros nombres de Dios: Abismo,Insondable, Insaciable, Implacable, Insatisfecho. Van, entonces, l y elHermano Len, a la Porcincula, entran en la iglesia llena de suciedad, y leeen el Evangelio: No llevis ni bastn ni sandalias y Francisco bota lassandalias y el bastn. Escucha, adems, que hay que liberar el alma humanacomo si fuese el Santo Sepulcro y se dirige, entonces, a Ass a buscar otros

    seguidores. En este descenso al ms all, el obispo lo llama para reprenderle.Ests haciendo crecer a los pobres que mendigan: El Evangelio dice quequien no trabaja no coma; la pobreza absoluta es contraria a Dios. La pruebaes muy dura, pero Francisco bes la mano del obispo en seal de acatamiento

    10Pg. 774.11Pg .774.12Pg. 775.

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    y haber escuchado la voz de Dios: Celebra ahora en la Porcincula las bodascon la Hermana Pobreza, aceptando el consejo del Obispo: Todos loshermanos que tienen un oficio debern ejercerlo.Nuestras rutas son Pobreza,Obediencia, Castidad, Amor

    13 . Francisco, por la importancia que esto tiene,

    pide la pluma al Hermano Len y firma el precepto... Ahora se refugia enSubiaso y siente la inspiracin de ir a Roma para que su Regla sea aprobada.d) El Mago Amigo. Nos hallamos en el captulo VII. Francisco y

    Len refugiados bajo el prtico de la iglesia de San Juan de Letrn, reciben laReglasellada por el Papa, y timbrada con dos llaves, una del cielo y otra delinfierno. Gran alegra: Haban encontrado al Maestro amigo. En el trayectode regreso a Ass, son bien recibimos en un convento, y cuando llegan renena los monjes y Francisco les predica la Regla. Amigos son tambin estosmonjes y monjas ya constituidos en comunidad.

    e) El regreso a casa: ltimos captulos VIII al XII, un camino yahacia la hermana Muerte.

    Ahora bien, la estructura de una obra literaria, por la rigidez delmtodo, necesita algunas precisiones cualitativas. En el caso que nos ocupadebemos entender que la estructuracin lineal (Campbell) en el San Franciscode Kazantzakis, es slo un mero esquema abstracto, una estructura profunda ylejana cuyo diseo apenas se transparenta en la rica superficie del estilozigzagueante de la vida efusiva del Pobre de Ass. San Francisco es unsanto, no un mecano a lo que un fcil estructuralismo nos poda llevar; suvida se encuentra compulsada y en permanente desglose, por un platonismoque quema la materia con la pobreza absoluta, y un pensamiento bblico demisticismo naturalista kazantkiano, que aspira hasta meter los bueyes, eljumento y las gallinas en el cielo. San Francisco es alma ms que cuerpo,fuego ms que tronco, naturaleza divinizada que quiere meter en los cielos,locura de Dios ms que de hombre, una vida llena de aspiraciones msticasms que realizaciones que se agotan en estril pragmatismo; en trminos deplstica, el San Franciscode Kazantzakis es una obra ms colorista que de

    dibujo, pues la fuerza estructural de ste, apenas raya su figura, siempre envuelo sorpresivo donde quiera que sople el espritu de Dios. El San Franciscokazantzakiano es incontrolable y lo incontrolable nunca puede ser sometido afcil esquema de estructura. El santo acababa de conversar con el obispo deAss; despus de la despedida leemos: A dnde ir? En qudireccin?Dios est en todas partes y todos los caminos son sagrados14.

    13Pg. 813.14Pg. 745.

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    III. Los enlaces estructurantes

    Una estructura episdica tan entrecortada como la que hemos

    estado observando, necesariamente ha de reclamar, para configurar unaunidad textual, de ciertos enlaces, soldaduras o empujes narrativos. Hagamosun pequeo recuento de ellas:

    1) Marca de evocacino perspectiva del Memorialista. Nos hallamosante aquellos elementos narrativos que tienen la capacidad de evocar oproyectar hechos que, correspondiendo a un pasado o a un futuro, el narradorMemorialista sabe traerlos a un presente y hacerlos funcionar con graneficacia. Cada proyeccin o evocacin tiene su propio color, as:

    a) Evocacin reflexiva-narrativa: Podra adivinar yo,entonces, cuando lo encontr en Ass el destino de ese muchacho que cantababajo las ventanas a su amada?Me tom de la mano15.

    b) Evocacin narrativa: La reflexin sobre un hecho lleva, aveces, al narrador a terminar de completarlo con algo ya contado: Conductatan extraa en un rico comerciante y en un docto jurisconsulto no dej de

    conmover a los habitantes de Ass. Esa misma noche16 . La frmula serepite en los captulos y pginas: VI.814 y VI.798: Pero Elas, el temible

    tiburn, no cay en las redes sino algn tiempo despus.c) Episodios separados por un breve parntesis invocativo del

    Memorialista: Tu gracia Seor es grande, Seor, y rica. Tiene ojosinnumerables, como la cola del pavo real. Tu gracia envuelve el mundo. Seextiende y llena de luz a los ms humildes. As muy pocos das haban

    pasado17.

    d) Evocacin reflexiva-moral: Se dice que si cae una gota demiel en alguna parte todas las abejas la huelen en el aire y acuden para

    gustarla. As las almas, que olieron la gota de miel que era el alma deFrancisco, acudieron a la Porcincula 18.

    e) Reflexin nostlgica: Inclinado sobre este pergamino hoyrecuerdo19; no quiero recordar esa poca20.

    15Pg. 694.16Pg. 788.17Pg. 793.18Pg. 796.19Pg. 842.20Pg. 864.

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    f) Reflexin- especulativa. (San Francisco ha sufrido unalevitacin) Yo no saba qu pensar. La seal que esperaba de Dios era sa,

    Francisco subiendo al cielo? La lengua del Seor es abundosa, esa visin

    poda ser una respuestaCuando entr en mi choza21

    2.Frmulas de interr upcin de la secuencia temporal

    Kazantzakis ensaya cinco formulas distintas mediante las cualesquiebra la secuencia temporal. Se trata de cinco elipsis que le permiten salirde la compulsin encerradora del presente y flexibilizar as la narracinenriquecindola con un ritmo que se torna gil, variado, nervioso a veces,siempre cambiante y novedoso. He aqu los ejemplos:

    a) Episodios subordinados por el adverbio mientras:Mientras me paseaba por el Paraso, montado en el len22. Mientrasnos dirigamos23. Mientras caminbamos sucedi 24.

    b) Enlace de episodios distintos mediante la frmula al dasiguiente: Hemos encontrado 12 usos de esta modalidad; he aqu loscaptulos y las pginas: (II.718; III.726; VI. 798; VI. 801; VI. 808; VI.820;VII. 852; VIII.888; IX.906; XII.984; XII. 990; XIII. 1016).

    c) El nmero tres como factor de enlace es usado en cuatroocasiones : Pasaron tres das25. Durante tres das vagabunde26Pasaron los tres das 27. Tres das despus 28.

    d) Salto indeterminado en el tiempo, introducido por la frmula:varios das despus (cuatro situaciones): No s cuantos das y semanaspasaron29. Das despus 30. Durante cuatro das seguramente31.Los das pasaban32.

    e) Las marcas estacionales como introduccin a episodios

    21Pg. 956.22Pg. 697.23

    Pg. 750.24Pg. 760.25Pg. 715.26Pg. 744.27Pg. 776.28Pg. 850.29Pg. 729.30Pg. 792.31Pg. 916.32Pg. 979.

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    distintos y lejanos en el tiempo ( seis episodios): El sol apareci, ya no llovims33. El verano pas34. Lleg el invierno35. Las lunas sesucedan. Pas la primavera, despus el verano36.Empez la estacin delas lluvias37. Septiembre otoal acab38.

    f) Fundido cinematogrfico: Es conocida la influencia que latcnica cinematogrfica ha ejercido sobre la literatura contempornea; hanteorizado sobre ello Arnold Hauser y Claude-Edmonde Magny, uno en

    Historia social de la literatura y el arte ( Madrid, Guadarrama, 1976) y laotra en Lage du roman americain ( Pars. Editions du Seuil, 1947). Elfundido nos permite ver, respetando la continuidad bsica de la narracin,escenas yuxtapuestas que concurren a informar con ms riqueza aquello queestamos viendo o se nos est diciendo. Hemos registrado diez enlacesepisdicos con esta tcnica; he aqu captulos y pginas: (IV.741; V.789;

    VI.810; VII.833; VII.845; VIII. 872; VIII.883; IX.911; IX.918; IX. 929).g) El fundido encadenado, tcnica consistente en el

    encadenamiento de episodios distintos, enlazados, mediante ciertas afinidadesexternas. Esta tcnica supone tres momentos: a) lento ocultamiento de laimagen que se est observando; b) afinidades superpuestas entre la imagen enocultamiento y la nueva imagen que empieza a aparecer c) nueva imagen. Heaqu los ejemplos extrados de la novela en estudio:

    -1) interior de iglesia2) se ve un verdor por el estrecho tragaluz3)nuevo episodio en el jardn 39.

    -1) regreso a Ass 2) la ciudad brillaba a lo lejos bajo el sol 3)nuevo episodio en Ass 40.

    -1) acuerdan ir a la iglesia2) se dirigen hacia la puerta 3) Bernardollama a la puerta (nuevo episodio)41.

    -1) camino hacia Roma2 alegra por ir a la Ciudad Santa3 aparecela ciudad 42.

    -1) enfermedad de San Francisco 2) Len sale a buscar pan 3)

    33

    Pg. 769.34Pg. 866.35Pg. 868.36Pg. 1963.37Pg. 976.38Pg. 1021.39Pg. 722.40Pg. 780.41Pg. 784.42Pg. 821.

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    enfermedad en otra etapa43.-1) avisan que San Francisco llegar a San Damiano 2) viaje 3)

    llegada44.-1) situacin en una choza2) deciden ir a or misa en la Porcincula

    3) episodio en la Porcincula45

    .-1) lluvia2) salen3) todo est empapado46.Otras tcnicas concurrentes a dar unidad y variedad a la novela, nos

    han parecido menos relevantes cuantitativa y cualitativamente.

    B). SOBRE EL SENTIDO

    Existe una filosofa en Kazantzakis? Existe una teologa en el autorgriego? Digamos ms Tiene Kazantzakis una asctica y hasta una mstica,

    como parecieran sugerir sus dos obras Asctica yEl pobre de Ass? Resolverestos problemas en un terico del pensamiento, resulta ser siempre difcil;mucho ms difcil resulta cuando se trata de un poeta como Kazantzakis o deun novelista como Unamuno o un maestro del ensayo como es Ortega. Ellenguaje simblico, la frecuente metfora y siempre el decir connotativo, vanhacia la verdad, no como la flecha que se dirige recta al blanco, sino por loscaminos indirectos que hacia su objetivo dibuja la parbola del proyectil delcan. La ambigedad es el alimento de toda palabra humana, msparticularmente si es poeta. Lo saba muy bien Kazantzakis cuando, en unafn, tal vez, de disculpa por las heterodoxias que podra cometer en un libro,

    El pobre de Ass,que esencialmente estaba llamado a ser mstico, expresa porboca del narrador Hermano Len: Muchas veces tom la pluma para

    escribir, pero renunciaba lleno de temor. S, y que Dios me perdone: lasletras del alfabeto me aterrorizaban. Son genios malos, astutos, impdicos,

    prfidos. Cuando se abre la escribana para librarlos, huyen desatados,

    indomables. Se animan, se unen, se separan, se alinean a su antojo sobre elpapel, negro, con sus colas y sus cuerpos. Y es intil llamarlos al orden y

    suplicarles; todo lo hacen segn les place. As, en su enloquecida zarabanda,destacan socarronamente lo que queramos ocultar y, al revs, se niegan a

    expresar lo que en lo ms hondo de nuestro corazn, lucha por salir y hablar

    43Pg. 898.44Pg. 900.45Pg. 914.46Pg. 687.

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    a los hombres47. Esto explica la inagotable bibliografa sobre el temafilosfico-religioso en Kazantzakis y su, tal vez esencial, ambigedad.

    1. El pobre de Assen el pensamiento de Kazanzakis

    a) La libertad o cmo ser ms

    El gran principio o eje gobernador de todo el pensamiento deKazanzakis es la libertad; libertad que ha de ser entendida en el escritor griegocomo un desembarazo o soltura del hombre de todo aquello que le impide serhombre. En la hondura de la naturaleza, particularmente en la del hombre, hayun principio imperioso que la llama a un deber ser, a una trascendencia,que no podr ser entendido sin ruptura o rebelin. La libertad se gana siempre

    en la guerra. Le preguntaron un da al rosal qu haca en los glidos inviernosy en los quemantes veranos para dar siempre bellas rosaslo leemos en Cartaal Greco- l contesto tengo una sola idea, pienso en la rosa. El hombre y elmundo estn sin hacer, pero la voz secreta de una idea nos pide ayudarlo a ser.Alguien, un da, entusiasmado por la fama de santidad de Francisco, procur

    buscarlo para conocerle: Buscas al hijo de Bernardone? Le dijo Francisco,

    y aadi: Tambin yo, hermano, lo busco. Hace aos que lo busco48. Todoel mundo se encuentra en un permanente Gnesis.

    Expresiones de esta salvacin fueron para el autor griego: en lapoltica, Creta, luchadora ejemplar por su libertad contra los turcos; en lossocial, Rusia, planteadora de una igualdad econmica comn para lospueblos; en la ciencia,Prometeo, pues cmo podra ser ms el hombre sin elfuego?; en las religiones, Buda, Cristo, San Francisco, libertados de su propiocuerpo, de las atracciones legtimas del mundo, particularmente de laatenazadora riqueza.

    b) Por qu reinventar al hombre

    La civilizacin occidental, piensa Kazanzakis, fracas por un excesode materialismo. El culto a la materia, al propio cuerpo- expresado en eldesmedido estudio de las ciencias fsicas, la economa, la produccin y elcomercio, la preferencial bsqueda de la calidad de vida, del placerfue laatadura ms encadenante del deber ser, del desarrollo del espritu o la

    trascendencia. El Dios ha muerto de Nietzsche -Kazanzakis hizo su tesis

    47Pg. 688.48Pg. 964.

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    doctoral sobre Nietzche49 no es negar a Dios, es denunciar que lo hemosmatado para levantar otros dioses. El Dios ha muerto es ms que eldesaparecimiento de Dios, es la muerte occidental a toda creencia . Hay quereinventar, en consecuencia, al hombre, crear al superhombre del espritu,

    mirarse, sobre todo, en los que en el pasado fueron modelos de almassuperiores, dice Kazanzakis: Scrates, Buda, Cristo, Odiseo, don Quijote,Santa Teresa, San Francisco, Lenin, Zorba. Seamos los nuevos cruzados ypartamos todos juntos para liberar el Santo SepulcroQu Santo Sepulcro?El alma humana, ella es el verdadero Santo Sepulcro

    50. Nosotros somos los

    caracoles, hermano Len. Dentro de nosotros estn las alas y la espada y si

    queremos entrar en el Paraso, tenemos que dar el salto51. En otro lugarhabla del gusano que somos dentro del caparazn de la materia del cuerpo yque hay que romper para ser mariposas. Entonces descubr el Gran Secreto.

    No hay cuerpo, hermano Len. Slo existe el alma52Para ir a Dios? Dios esel silencio de Dios, El no ha muerto, pero es un abismo insondable, por ahorase revela como el deseo de pedir que seamos ms. Como observamos, se trataen Kazanzakis de una santidad laica, centrada en los esfuerzos personales.

    c) Bsqueda atormentada de la verdad

    En este eje central del pensamiento de Kazantzakis, la bsqueda de laverdad autentificadora, no se da sin tormento. Algo de humano y divino estengendrado en el ser humano y gime la naturaleza humana con dolores de

    parto por dar a luz al ser liberado.Al hombre no se le encuentra en unabsqueda serena, reflexiva, sino atormentada. Las cuestiones de la vida seencuentran vitalmente. Kazantzakis es un sediento de lo divino y la sed se

    padece antes de ser saciada. Dice el santo: El alma humana es un lamentoque sube al cielo53, y al final de su vida, Francisco ha hecho muchas cosas,apetecera un descanso, sin embargo, escucha una voz: no es bastante. Yreplica: No hay camino ms fcil para los humanos? A lo que se le

    responde: No, no lo hay54

    .

    49La tesis doctoral de Kazantzakis, defendida a los 25 aos, fueLa filosofa delDerecho y del Estado en Federico Nietzsche.

    50Pg. 780.51Pg. 764.52Pg. 716.53Pg. 738.54Pg. 752.

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    Pero el tormento no significa lamento. San Francisco canta una y otravez, danza, toca instrumentos an en los momentos ms lacerantes; y por qu

    cantas le preguntaron un da- Para no perder el camino hacia Dios,respondi55. En otra ocasin pide que se baile: Bailar, vamos a un

    casamiento, no te ras. La Sierva de Dios se casa - Qu sierva de Dios? Elalma. Se une con su Gran Amante. - Dios, hermano Francisco?- Y contesto:Dios56. La nica llama inmortal es el canto valeroso del hombre, leemosen la Odisea; tal vez por esto, considera Kazanzakis que la suprema obraliteraria es la tragedia griega, pues es un morir cantando. El mundo puedederribarse, pero hay que danzar siempre como Zorbas. La obsesin de laeternidad sobrepasa al hombre, ansioso de ser libre como Dios.

    d) Apora entre lo vital y racional

    Cuando se trata de cosas de la vida, nada es fcil y muchas vecesoscuro, porque somos sujetos y objetos de la reflexin. En los personajes deKazantzakis, intensamente vitales, hay una frecuente pugna entre lo racional eirracional, un equilibrio inestable que no nos permite definir claramente lo quecada personaje quiere en un momento determinado. La contradiccin es unelemento inherente a Kazantzakis y que se explica por la propia bsqueda desus hroes. Un buscador no ha de definirse por las equivocaciones en la ruta,ojal no las tenga, sino por la seguridad en la meta que persigue y lospresupuestos tericas que le animan. As pues, la pragmtica o los medios nole interesan mucho a Kazantzakis, si stos son llevados a cabo por Lenin,Cristo, Buda, Coln, San Francisco, el Quijote, Ulises, Zorbas, realizados porpersonajes reales o ficticios, que partan de un materialismo, como Lenin, oque bajen del cielo como Cristo, lo que le importa es que la curva, laparbola vital de la apetencia salvadora y liberadora humana, no sedeshaga en ellos.

    Pero todos sus personajes son iguales? Como gran deseo de

    liberacin del hombre, s; no en los medios, muchos de los cualesdesengaaron hasta al propio Kazantzakis, bastara leer su Carta al Greco.Elpobre de Ass es su ltima obra, tenemos derecho a afirmar que en ella elautor desecha ideologas materialistas (Lenin) y nihilistas (Buda),experimentadas por l, y que en otro tiempo le llevaron a un desengao, sinque por ello se libere el autor de otras contradicciones ideolgicas, antes bien,

    55Pg. 748.56Pg. 737.

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    pareciera que la contradiccin, segn Kazanzakis, es inherente a laesencialidad humana, porque leemos en Ascesis,su libro terico: Siento enmi corazn todas las inquietudes y todas las antinomias, todas las alegras y

    todos los dolores de la vida. Y me esfuerzo por someterlos a un ritmo superior

    al de mi espritu y ms implacable que el de mi corazn: al ritmo de laascensin del Universo57. Inquietudes y antinomias que llegaron al autorgriego por va cultural: Luchan en su cabeza lo griego y lo hebreo, lo griegoque le incita a poner lmites, racionalidad, claridad en el mundo, ydesprendimiento platnico de la materia, con la herencia hebrea que le dice:El cuerpo es bueno, pues Dios se encarn y llama a la resurreccin corporal,un da habr un cielo nuevo y una tierra nueva y los misterios de Diosson insondables.San Francisco es en Kazanzakis el campo feraz para hacerpresente esta dualidad irreductible. He aqu un pequeo glosario de irresueltas

    antinomias con el referente al nmero de la pgina en la edicin quemanejamos. Dice San Francisco: En el fondo del ms indigno de loshombres dormita un servidor de Diospero a veces tenemos variasvoluntades a un mismo tiempo. Me pregunto cmo podemos reconocer la de

    Dios- Porque es la ms dura (750); el hombre es de una insolencia sinlmites, pero Dios lo hizo as. Lo dese tal como es, insolente y dscolo(996). El hombre verdadero es el que supera los lmites de lo humano(772). Los equilibrios no existen en los hroes de Kazanzakis, hroes siempreen exceso tras la superacin de ellos mismos: En un afn de desprendimientode todo, llega a decir un da San Francisco, Dios mo, dame la fuerza derenunciar un da a la esperanza de vertey slo rectifica lo dicho ante unaobservacin del hermano Len (820), hermano que reflexiona a vecestemblaba ante la idea de que mi maestro pudiera perder la razn (820). Unda le dice el obispo: La virtud misma debe tener mesura, si no, cae en laarrogancia. Francisco le contesta: Es el hombre quien observa mesura, Dios

    est ms all de la mesura y yo me dirijo a l, reverendsimo padre (.744).Y Francisco cae, a veces, en la hereja, cosa que no inquieta a Kazantzakis,

    pues, como se dijo, lo nico que le importa es la gran fe en la liberacin delhombre, ser fiel a la voz interior que llama al ser humano a trascenderse. Acomplementar, manifestar y ayudar con su ejemplo esta fe, llegaron para elautor griego, muchos personajes de la historia, divinos y humanos, reales oficticios, que partieron del cielo o del suelo. Los medios para llevar a cabo esagran fe liberadora, no merece rigurosa cautela para Kazanzakis, de aqu otrafuente de contradicciones. Los personajes de Kazanzakis, desde un punto de

    57Ascesis. Salvatores Dei

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    rigurosa doctrina, no pueden ser defendidos, por los medios que usan o lasafirmaciones que hacen. Hace decir a San Francisco: el amor y el odio, la

    luz y las tinieblas, como el bien y el mal, marchan juntos camino del Cielo (841); y ante la belleza de un jardn: As debe ser el Paraso, hermano Len.

    No hay que pedir ms. Es bastante para el alma humana, y an demasiado(846). En otra ocasin: Creis hermanos que el Paraso es otra cosa queesta tierra purificada y virtuosa?(923). Por cierto, en un extremo de amorfranciscano, reiteradas veces afirma que Lucifer algn da estar tambin enlos cielos, pues no puede haber felicidad celeste plena si alguien estcondenado (687,841, 904,905,976). No menos cuestionable es la afirmacin:Quin sabe, si Dios no es justamente la busca de Dios (701), aunque de

    inmediato diga qu demonio habla por mi boca? Una ambigedadsemejante se nos presenta cuando ve al rey Balduino, muerto despus de laconquista de Jerusaln, y del que dice: Eso es lo que podemos llamar unalma. Ese es Dios. Ese es un hombre de verdad (762). Sobre el mismoconcepto de Dios, confunde a veces su Ser Personal y Trascendente con lainmanencia de la infinita insatisfaccin que existe en el corazn del hombre:Hasta ahora se han empleado muchos nombres para glorificar a Dios. Yo he

    descubierto otros. Lo llamar: Abismo, Insondable, Insaciable, Implacable,

    Infatigable, Insatisfechoel que nunca a dicho: Basta (776).Y no menosexceso en estas palabras: Si te amo, Dios mo, porque el infierno meatemoriza, preciptame en el Infierno. Pero si te quiero por Ti, slo por Ti,entonces, abre los brazos y recbeme (790) o estas otras: El ms

    resplandeciente rostro de la Esperanza es el de Dios. El ms resplandecientede los rostros de la Desesperacin, es tambin Dios (810). Doctrinas einstituciones no tienen importancia para el autor griego, antes bien, sonataduras no liberadoras de la gran ansia que existe en el ser humano.

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    e) El sufrimiento clave para vivir autnticamente.

    Las pruebas son inherentes al ser humano. Horacio Walpole, polticoy escritor ingls, deca que la vida es una tragedia para los que sienten y una

    comedia para los que piensan. El San Francisco de Kazanzakis pertenece a larara especie de los que slo sientenLa raz del sufrimiento en los personajes de Kazanzakis, se encuentra

    en la irresolucin de las contradicciones en su tendencia hacia la sntesis, y enla fuerza descendente del cuerpo hacia lo mltiple o descomposicin. La vidaes una tendencia a armonizar las disonancias, como se ha dicho, losantagonismos que forman la trama humana: Poner orden en la anarqua, dar

    un rostro al caos leemos en Ascesis.(Salvatores). Tal vez ni siquiera hayaque pensar en lo griego frente a lo hebreo vital y salvador, sino en la doble

    categora nietzschiana de lo apolneo y dionisaco. San Francisco corta lacabeza con la daga de la pobreza a lo apolneo al principio de determinacin,la racionalidad, el smbolo de la claridad y la luz que da concreciones a todaslas fuerzas desatadas y msticas de lo dionisaco- como Dionisios cort lacabeza de Penteo enLas Bacantesde Eurpides. Duda absoluta y certidumbreabsoluta estn clavadas en el alma de los personajes de Kazantzakis, haciendosaltar el dolor como acompaante de todo el que quiera ascender a la cumbre.Una cierta dialctica construye los personajes de Kazantzakis que, cuandollegan a cierto reposo, inician nuevamente la incertidumbre. San Francisco,dibuja esta lnea ascendente, como quiere Campbell, pero con una variante,cada etapa en San Francisco se constituye como un crculo doloroso que secierra y se abre nuevamente insatisfecho a un quiero ms; dolor, que noslo San Francisco, todos los personajes del autor griego soportanestoicamente. He aqu nuevamente un pequeo glosario: Cuando se cree enDios ya no hay madera, ni dolor, ni consuelo, hay milagro (997). Sabaque cuando Dios se apodera de un hombre, lo arrastra inexorablemente decima en cima, hasta destrozarlo en mil pedazos (718). El hombre debe

    decir siempre no a las cosas agradables, desembarazndose de ellas podrdecir el gran S. Dios ha creado las cosas buenas para probar nuestro valor(768). El mayor mrito del cristiano militante no consiste en la virtud, sino en

    el combate que libra para trasmutar en virtud su impudor, su cobarda, suincredulidad, su malicia (687). T combatiste la carne, la amaste con tuslgrimas con tu sangre, y al cabo de una larga y terrible batalla en que fueinexorablemente vencida, la hiciste esprituEs el camino nico, no hayotro(687).

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    f) Anticonformista e inencasillable

    Lo deca su mujer en su libroEl Disidente, Kazantzakis no adhiere aningn sistema, su intencin es acercarse al problema humano directamente,

    sin intermediarios. Es Kazantzakis un irracionalista tanto como un antifideistay aqu se encuentra otra fuente del dramatismo de sus personajes, porque sifuese racionalista, la filosofa conforma al ser humano al darle unsentido; y situviese fe, toda contradiccin tendra la marca de estar viviendo, como Job,

    los tiempos de la paciencia de Dios. Kazantzakis desampara al ser humano,lo deja a la deriva, muri la fe, muri la razn, y proclama un viva la vida!,pero la vida por s sola es angustiosa existencia, al tratar de resolver susintrnsecas contradicciones. Es alabable su postura, pues desnuda al serhumano para que se replantee como Descartes qu somos, de dnde venimos,

    hacia dnde vamos. Partir de la nada. Confiar en el hombre y sus grandesmarcas humanas y divinas. Pero slo como punto de partida o dudametodolgica, no como postulado permanente esencial de sus personajes. Elantirracio-fideismo kazantzakiano deja a los seres humanos a merced de suvida, y esta es, ciertamente, un grito de inmortalidad, pero dado en medio desus condiciones precarias. Inconformidad con la fe, inconformidad con larazn, inconformidad de los personajes de Kazanzakis incluso con la cumbreque han alcanzado, pues el alma siempre pide un ms.San Francisco estaconcebido desde esta texitura de dramtico inconformismo: Le escuchamosdecir: El alma es un lamento que sube al cielo (378).El hombre es de unainsolencia sin lmites, pero Dios lo hizo as (996). El hombre verdadero esel que supera los lmites del ser humano (772). El alma humana y la tierrano son sino una misma cosa. Estn las dos sedientas y esperan que el cielo seentreabra para saciar su sed (919). Si fuera Dios, permitira a los bueyesentrar en el Paraso con los santosPuedes imaginarte un Paraso sinasnos, sin bueyes, sin pjaros? Los ngeles y los santos no bastan (720).Somos la oveja perdida y buscamos a Cristo en todas partes. No es Cristo

    quien nos busca, anciano. Nosotros lo buscamos a El (759). Este sentidoascensional tiene una gran confianza en el evolucionismo, sin razn y sin fepuede el hombre ascender ser ms, llegar de la biognesis a lacristognesis, para usar trminos de Teilhard du Chardin. Ratificaba esto sumujer, cuando escriba: Hay algo terrible en el alma humana, una lanza de

    fuego y de luz que traspasa la inmensa pesadez de la materia y de lastinieblas

    58.

    58Pg. Eleni Kazantzakis.Le Dissident.Pars, Plon, 1968, pg. 263.

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    g) El Cielo, Dios

    El combate no la victoria es el valor para Kazanzakis; pero resulta queel resultado del combate es incierto. Dios y el Cielo no estn bien definidos en

    el autor griego, tampoco en San Francisco: Venimos de un abismo oscuro;terminamos en un abismo oscuro. Al espacio entre esos dos abismos lollamamos Vida, son las primeras palabras de la Asctica. El de dnde y elhacia dnde, no son lo ms importante de San Francisco, sino la vida afanosa,hacer, hacer, hacer, sufrir, sufrir, sufrir, cantar, cantar, cantar; y ese progresotermina en la muerte, en un absurdo?. Dios est ovillado en cada clula del

    cuerpo... es una chispa que vive en el hombre y salta de generacin en

    generacin (Asctica, Salvatores Dei). Dios es llamado el Invisible, elInsondable, Gran Soplo. Dios hizo el mundo pero se lo entreg al hombre

    para completarlo, Dios y el hombre luchan por manifestarlo. Dios y elhombre juntos hacen grandes cosas

    59. Tal vez, no niegue a Dios, lo queintenta es no hacer depender al hombre de un ser superior; quiere valorar alhombre, quiere a un hombre adulto, crecido y estoico ante la adversidad.Kazantzakis, en este sentido, lo hemos manifestado: se opone a todo sistema ya toda institucin dogmtica, teolgica. Dios es inefable y no cabe enfrmulas racionales e instituciones humanas, piensa el escritor griego. En estalnea el autor griego, nos parece un hombre de una profunda religiosidad, perono un hombre religioso. No quiere pequeas certidumbres: Combatimos sincertidumbre y nuestra virtud, al no estar segura de una recompensa, adquiereuna extremada nobleza (El jardn de las rocas). El hombre es un asociadode Dios? Dios es inmanente al hombre? Como en los temas anteriores,veamos como se expresa al respecto San Francisco: Un canto muy dulce, el

    perfume del benju, y en una cestilla, pan, olivas y vinoel Paraso no es otracosa. Porque yo, y que Dios me perdone, no comprendo ni jota de esosespritus, esas almas sin cuerpo de que hablan los telogos. Si cae una migajade pan, me inclino, la recojo y la beso, porque s con certeza que esa migaja

    representa un pedazo del Paraso60

    . El hermano Len, ya anciano, escribealgo que le expres a San Francisco y ste no neg: En el hombre slo existeel corazn humano y l es el que crea de la nada, el hombre, el agua y la

    alegra. El es el que crea el Paraso. Cristo dijo que el reino de los Cielosest dentro de nosotros61. Creis hermanos que el Paraso es otra cosaque

    59La ltima tentacin de Cristo. Obras Selectas. Ed. Planeta, pg. 290.60Pg. 696.61Pg. 843.

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    esta tierra purificada y virtuosa?62. Quin sabe, si Dios no es justamente labusca de Dios

    63.

    h) Los caminos

    Segn el libro Asctica los pasos de todo hroe han de ser: LAPREPARACIN- LA MARCHA - LA VISION - LA ACCION - ELSILENCIO, esquema que puede ser validado por el de Campbell. En quconsisten esencialmente cada uno de estos pasos?

    a)La preparacin: Dominando la carne y la materia se escuchala chispa prisionera. Corresponde a los captulos I y II o Cruce delumbral oNacimiento.

    b) La marcha: El hombre percibe que la esencia de nuestro

    Dios es la lucha, la marcha mstic. Lucha y marcha que tendrn su expresinen las Pruebas,especficamente en la renuncia a sus padres, el beso a unleproso y la danza de la vergenza en Ass, donde todos lo conocan.

    c) La visin: Se percibe la fuerza ascendente de la naturaleza dela materia a la planta, de la planta al animal, del animal al hombre, del hombrea Dios. La grandes preguntas del ms all son resueltas en el ms ac. Es la

    Etapa del descensopara escuchar el orculo: captulos V, VI y VII.d) La accin: El hombre consciente de esta vocacin entra en

    accin nuestro deber humano profundo no es analizar el ritmo de la marchade Dios, sino el de ajustar sobre El, el de nuestra vida precaria. Funda su

    comunidad y la de las Claras y su Regla es aprobada por el Santo Padre, ElGran Amigo en trminos de Campbell. Corresponde al captulo VII.

    e) El silencioes el regreso a casa, a la muerte, aunque hayque morir cada da: Muere cada da. Nace cada da. Niega lo que poseescada da. Lo esencial no es ser libre, sino luchar por la libertad (Asctica).Los captulos VIII al XIII dan cuenta de esta etapa.

    i) Cristo modelo

    Porque es en l donde la naturaleza humana pugna por anularse parahacerse slo naturaleza divina. Kazantzakis, no obstante la afirmacin de estadoble naturaleza de Cristo (Carta al Greco),a la hora de trasladar el modelo aFrancisco de Ass, lo superior del hombre no es la unin con Dios o la

    62Pg. 923.63Pg. 701.

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    divinizacin del alma, la libertad del alma es la meta: Entonces descubr elGran Secreto. No hay cuerpo, hermano Len. Slo existe el alma64,afirmacin que reitera en somos los nuevos cruzados y partamos todos juntos

    para liberar el Santo SepulcroQu Santo Sepulcro? El alma humana, ella

    es el verdadero Santo Sepulcro65

    . La flojedad dogmtica en Kazanzakis esmanifiesta. Cristo, no obstante, es el modelo perfecto, aunque haya dudas siCristo se constituye como modelo perfecto por haberse entregado a loespiritual, a su alma, hasta la muerte y muerte de Cruz. Segn el autor griego,la lucha entre la carne y el espritu se super en El y se hizo ejemplo. Nomenos confuso se nos hace el autor cuando dice: Todo hombre es un hombre

    - Dios, carne y espritu66.

    Se ha afirmado que Kazantzakis, filosficamente, es un sincretista,que toma distintos elementos de diversas religiones para hacer una religin

    del hombre. Es cierto: Toma elementos de renuncia o ascticos de Buda; lanocin de un ms allde Odiseo; el sentir a Dios desde dentro del alma, deCristo, as como el ofrecimiento de su vida en la cruz como mximadestruccin del cuerpo para que el alma quede plenamente libre; de Lenin elintento de cortar las alas al capitalismo materialista y la creencia en un futurodonde nadie se sienta aprisionado por las necesidades del cuerpo; de Colnlalocura divina y el estoicismo al no ser reconocida su obra; del Quijote suidealismo; de Santa Teresa la inquietud y el camino San Francisco,despus de Cristo, es quien asumi este destino divinal en forma mscompleta. Su modelo directo no es ni Buda, ni Lenin, ni Odiseo, ni el Quijote,ni Coln, Cristo es su gran modelo, pues triunf del encanto de lo humano, dela tentacin de la gula, de la soberbia, triunfo de su carne y prosigui suascensin hasta el Glgota, subi a la Cruz y triunf de s mismo; ni siquiera

    64Pg. 717.65Pg. 780.66La ltima tentacin de Cristo, Op. cit., pg. 10. Las dudas, tal vez malas

    interpretaciones de sta obra, es lo que motiv su condena por las autoridades, tantode la iglesia ortodoxa, a la que perteneca Kazantzakis, como de la iglesia catlica.Decimos "malas interpretaciones", pues el propio Kazantzakis quiso fijar los lmitesde su intencin, y que no es seguir el Evangelio, sino como mero referente: "Estelibro no es una biografa; sino una confesin del hombre que combate. Al escribirlocumpl un deber. El deber de un hombre que ha luchado mucho, que se ha sentido

    atormentado en su vida y que esperado mucho". Tras la condena, envi a lasautoridades censoras las palabras de Tertuliano: Ad tuum. Domine, tribunal apello"("Seor apelo a tu tribunal"). La respuesta fue evidente: "Sancta, tractanda sunt

    sancta"("Las cosas santas han de ser tratadas, santamente o con respeto").

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    la ltima tentacin, que dur un instante, le hizo retroceder. Cristo venci latentacin y la muerte, y despus de ello, ya nada debe ser temido por elhombre67.

    El Cristo de Kazantakis, no obstante su fidelidad al Evangelio, deja

    una estela de dudas que pasan al mismo San Francisco: Ambigedad sobre elcielo, si est incubado en la tierra o es una trascendencia; la gracia de lallamada por Dios a la salvacin, que se confunde con voces inmanentistas detrascendencia; la excesiva valoracin de la muerte como etapa final.Cotejemos algunas de estas contradicciones doctrinales y que es lo que lellev a la censura de su iglesia ortodoxa y de la catlica.

    j) Nueve contradicciones doctrinales en el San Francisco deKazanzakis

    Nuevamente vamos a insistir en un pequeo glosario, dando cuenta dela pgina:

    1) Sobre la ayuda de la gracia: Yo lo espero todo de l (728) ydice, a su vez: Nosotros lo buscamos a El (759).

    2) Sobre la existencia personal y trascendente de Dios: Pero site quiero por Ti, slo por Ti, entonces abre los brazos y recbeme (790) y,

    por otra parte: Quin sabe, si Dios no es justamente la busca de Dios (701),aunque San Francisco diga despus qu demonio habla por mi boca?.

    3) Sobre la existencia del cielo:En el Paraso no se come ni sebebe. Slo hay espritus (862), y leemos en otra parte: El hombre es el quecrea el paraso, Cristo dijo que el reino de Dios est dentro de nosotros (843).

    4) Sobre el cuerpo como don de Dios que permiti que Cristo seencarnase, resucitase y estar con nosotros el da de la resurreccin de losmuertos: Tu combatiste la carne, la amaste con tus lgrimas, con tu sangre yal cabo de una larga y terrible batalla en que fue inexorablemente vencida, la

    hiciste esprituEs el camino nico, no hay otro(687), doctrina que niega aldecir: y entonces descubr el Gran Secreto. No hay cuerpo, hermano Len.Slo existe el alma (717). Nosotros hemos venido para transformar lacarne en espritu (825).

    5) Sobre el valor de las virtudes: Obtener una victoria, siquiera

    en la etapa ms baja del amor, es abrir el camino que lleva al cielo (687); y,por otra parte: El mayor mrito del cristiano militante no consiste en su

    67La ltima tentacin de Cristo,Op. cit.,12.

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    virtud, sino en el combate que libra para trasmutar en virtud su impudor, su

    incredulidad, su malicia (687).6) El anti-institucionalismo: Reconoce a la Iglesia como

    institucin ya que viaja a Roma para que el papa le apruebe la Regla y a su

    vez dice Dios est ms all de toda mesura y yo me dirijo hacia El,reverendsimo padre (744).

    7) Un irracionalismo: A veces temblaba ante la idea de que mimaestro pudiera perder razn, dice el hermano Len (820); muestra de esteirracionalismo y, en consecuencia, anulacin de su ejemplaridad es cuando sele enciende el hbito e impide que apaguen las llamas, pues la hermana

    llama que quiere devorar su cuerpo (938); la afirmacin: creemos en la

    Pobreza, en la Ignorancia (828) o la contradiccin el ms resplandecienterostro de la Esperanza es el de Dios. El ms resplandeciente de los rostros de

    la Desesperacin es tambin Dios (810).8) Lucifer algn da ser perdonado, por el que hay que rezar:

    Un da un glorioso arcngel Lucifer ir a situarse a la diestra de Dios(687)

    9) La divinizacin de la Pobreza hasta renunciar al propio Dios:Dios mo, dame la fuerza de renunciar un da a la esperanza de verte(820), aunque despus atene la afirmacin con: Es una bestia herida la que

    habla por m (820).Papadakis disculpa a Kazantzakis diciendo: "No era un telogo, sino

    un hombre de letras. No se le debe juzgar con criterios absolutamente

    dogmticos (Constantino Papadakis Principios metafsicos y morales en laobra de Nikos Kazantzakis, en Revista Le Regard Cretois, N13, 1996,24(Ginebra). Si esto es as. Kazanzakis sera slo objeto de estudios estticos,jams ticos, teolgicos, filosficos o morales, pero he aqu otra preguntaintent el autor griego hacer slo literatura? Qu habra que decir, entonces,de sus libros tericos Asctica y Carta al Greco? Pensamos ms bien queKazantzakis percibi a San Francisco como ese fuego que no permite, antes

    bien rechaza opresiones institucionales, fuego que avanza indisciplinado,que en ocasiones se apaga a s mismo, se autoniega, se contradice, parecieraque renuncia a ser fuego, pero que nunca dejar de dar llamas y al final cadavez ms grandiosas, que a todos alcanza, alcanz tambin a Kazanzakis. Slodesde este punto de vista es posible resolver las aparentes contradiccionesinstitucionales y dogmticas del San Francisco de Kazanzakis. La obradel autor griego no es de rigor sistemtico, ningn mstico lo ha sido; SanFrancisco en este caso fue primero disciplina y despus santidad, a la inversa,porque vivi sin medidas ni ataduras su fe, la cumpli sin que se advierta.

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    Como deca el gran Azorn del estilo: El mejor estilo es el que no se nota,hay tambin estilos formales de santidad que no se notan, el de San Franciscoes uno de ellos. Problematicemos ahora otro ngulo, su filosofa.

    Kazantzakis oscila entre un neoplatonismo religioso y un vitalismo

    nietzschiano, bergsoniano y schopenhaueriano. La contradiccin esmanifiesta, el par de conceptos son irreductibles: El neoplatonismo aspira a lasuperacin del yo, Plotino en un exceso de supresin del ego no quera niescribir, otros lo impulsaron a ello. La ideologa de Nietzsche aspira, sinembargo, al Superhombre. Cmo lograr conciliar ambas posturas, el YO yel NO-YO? Kazantzakis se desgarra al tratar de poner en conciliacin loirreconciliable. El misticismo neoplatnico interviene en el objeto a fin dereducirlo al Uno, en la Ascticaleemos, sin embargo: El Uno no existe. Sino existe el Uno, el Ser, toda metafsica est clausurada. Cuando todo sevuelve dnamis, potencia, vitalismo, aspiracin elan vital deBergson-, cuando cada uno de sus libros poema, prosa, drama otraduccin- es el resultado de un esfuerzo, siempre en mximo volumen no

    slo por expresarse sino, adems, por captar todo lo que yace ms all de s( Y. Jatzini), cuando la vida es para Kazanzakis un para, funcin sin

    objeto, y no existe una cristalizacin en el ser, entonces, no hay metafsica.

    Jatzini est en lo cierto: Kazanzakis extiende con brazo fuerte y mano

    poderosa un enorme arco, sin poder controlar la trayectoria de la flecha, nisiquiera ver l mismo el blanco. Otro gran crtico, el descubridor de Seferis,Karandonis se refiere a tal actitud en estos otros conceptos: de vez en

    cuando, Kazanzakis nos hace pensar que nunca crey en Dios, ni en el diablo,ni en el espritu puro, ni en el LOGOS, ni en la tierra, ni en la materia, ni en

    el barro, pues su fe no lleg completamente a ninguna de esas cosas, inclusosu falta de fe tampoco es absoluta; entre fe y no fe cultiv su nihilismo, unnihilismo no absoluto68. Kazantzakis, en consecuencia, no es filsofo, juega

    68 Karandoni, en Personalidades. Atenas, Edit.Papadima, pg.21, 1977. Sobre su

    divagante nihilismo, estas otras palabras de Karandoni: Kazanzakis prefiri unacondescendencia en las ideas y tuvo que arreglrselas entre el ser y el no ser; entrela vida y la idea de que la vida no existe, que es una ilusin, un sueo dentro de otrosueo. Prefiri escribir obras que lo nico que dicen continuamente es que la vida

    es una nada. La vida como pasin intil (Sartre), como sueo (Caldern), comoilusin (Unamuno), como un programa de posibilidades (Heidegger) seencuentra ya en estos grandes filsofos, pero Kazanzakis no es ninguno de ellos:Los personajes del autor griego creen soberbiamente en la vida, slo al final se lestorna todo vaciedad, no siendo sus biografas el testimonio de undesmoronamiento a lo Edipo, porque esto sera tambin otra cosa. El epitafio que

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    con las ideas filosficas. Un da pregunt a Borges, fue en una reuninsolemne en la Casa Central de la Universidad de Chile, en su obra hay

    filosofa? La contestacin borgiana es vlida para el autor griego: Yo nos si hay filosofa contest Borges- pero si la hay, tanto mejor. Juego

    literario, esto es Borges, esto es Kazantzakis, sin que pretendamosaproximarlos en el valor literario, que este es otro problema. Lo seal Ortegaen La deshumanizacin del arte: El arte nuevo es entre otras cosas

    ludismo El propio Kazantzakis, en un momento de amargura disimulada,lanz la misma confesin, recogida por Yanni Jatzini: No prestes atencin alo que digo o a lo que hago. Estoy jugando. Mi nica justicia terrible- essta: Juego y me lleno de sangre

    69.En conclusin, cuando la ciencia, la reflexin filosfica se hace

    experienciay el yo de Kazantzakis muestra una poderosa experiencia- ya se

    perdi la filosofa, al perder distanciamiento, al involucrarse. La creencia dehacer literatura, de hacer mstica, de hacer en definitiva- sabidura, es lamuerte de la literatura, la mstica y la sabidura, pues son dones, y los donesno se buscan ni se piden, se dan. Kazantzakis quera demasiado y resultuna obra inferior a su persona, llena de una atea y ardiente religiosidad

    (Karandoni). Pocas cosas nos desalientan ms, al tratar de salvar aKazantzakis para el pensamiento que estas palabras suyas en la Odisea: No

    soy puro, no soy fuerte, ni amo, tengo miedo, estoy lleno de barro y vergenzay lucho en vano con plumas variadas, con gritos, con engaos, con viajes.

    Kazanzakis dej para su tumba revela la misma idea, la de un gigante irrenunciableque al final se encontr con la boca oscura de la noche. Hubisemos deseado enfavor de su filosofa, una trayectoria de sus personajes guiados por la angustia delfinis primus in intentione et ultimus in executione.

    69 Yannis Jatzinis. El problema Kazantzakis, pg. 83. Textos griegos. Jatzini es,junto a Karantonis, el crtico ms destacado de la Generacin del 30.

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