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Buck Morss VII c) El uso de anestésicos en cirugías médicas data, no accidentalmente, de este mismo período de experimentación manipulativa con los elementos del sistema sinestésico. “Los juegos de éter”, la versión decimonónica de la inhalación de pegamento, tenía lugar en fiestas, en las cuales se inhalaba “gas brillante” (óxido nitroso), que producía “sensaciones voluptuosas”, “impresiones visibles deslumbrantes”, “una sensación de extensión altamente placentera tangible en cada miembro”, “visiones fascinantes”, “un mundo de nuevas sensaciones”, un nuevo “universo compuesto de impresiones, ideas, placeres y dolor”. 1 No fue hasta mediados de siglo que se desarrollaron las implicancias prácticas para la cirugía. Sucedió en los Estados Unidos cuando, de manera independiente, estudiantes de medicina de Georgia y de Massachusetts participaron de estos “juegos”. Un cirujano de Georgia, Crawford W. Long, notó que aquellos que se lastimaban durante las celebraciones no sentían dolor. En una reunión en Massachusetts, estudiantes de medicina les dieron éter a ratas en dosis lo suficientemente altas como para inmovilizarlas y producirles una insensibilidad total. Crawford Long utilizó anestésicos exitosamente en varias operaciones en 1842. En 1844, un dentista de Hartford, Connecticut, llevó a cabo extracciones dentales con óxido nitroso. En 1846, en una atmósfera mucho más sobria y legítimamente que “los juegos de éter”, tuvo lugar la primera demostración pública del uso de la anestesia general en el Hospital General de Massachusetts, 2 desde donde este “descubrimiento maravilloso” 3 se diseminó rápidamente hacia Europa. 1 2 3

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Buck Morss – Cap VII

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Buck Morss VII c)

El uso de anestésicos en cirugías médicas data, no accidentalmente, de este mismo período de experimentación manipulativa con los elementos del sistema sinestésico. “Los juegos de éter”, la versión decimonónica de la inhalación de pegamento, tenía lugar en fiestas, en las cuales se inhalaba “gas brillante” (óxido nitroso), que producía “sensaciones voluptuosas”, “impresiones visibles deslumbrantes”, “una sensación de extensión altamente placentera tangible en cada miembro”, “visiones fascinantes”, “un mundo de nuevas sensaciones”, un nuevo “universo compuesto de impresiones, ideas, placeres y dolor”. 1 No fue hasta mediados de siglo que se desarrollaron las implicancias prácticas para la cirugía. Sucedió en los Estados Unidos cuando, de manera independiente, estudiantes de medicina de Georgia y de Massachusetts participaron de estos “juegos”. Un cirujano de Georgia, Crawford W. Long, notó que aquellos que se lastimaban durante las celebraciones no sentían dolor. En una reunión en Massachusetts, estudiantes de medicina les dieron éter a ratas en dosis lo suficientemente altas como para inmovilizarlas y producirles una insensibilidad total. Crawford Long utilizó anestésicos exitosamente en varias operaciones en 1842. En 1844, un dentista de Hartford, Connecticut, llevó a cabo extracciones dentales con óxido nitroso. En 1846, en una atmósfera mucho más sobria y legítimamente que “los juegos de éter”, tuvo lugar la primera demostración pública del uso de la anestesia general en el Hospital General de Massachusetts,2 desde donde este “descubrimiento maravilloso”3 se diseminó rápidamente hacia Europa.

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