Bucay Jorge - De La Autoestima Al Egoismo by Algra[1]

  • Upload
    ooliher

  • View
    258

  • Download
    0

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Terapeuta

Citation preview

De La Autoestima Al Egosmo

Jorge Bucay

De La Autoestima Al Egosmo

Jorge Bucay

NDICE

Prlogo

De la autoestima al egosmo.

Miedos.

Culpa.

PRLOGO DEL AUTOR

Me siento en mi computadora a escribir el prlogode este libro y slo me aparece la gratitud.Gracias a Perla, responsable de la idea de este libro, que pacientemente grab una y otra vez las charlas que contiene.

Gracias a Miguel Lambr, quien insisti y trabajpara hacer de esa idea una realidad.

Gracias a Karina Bonifatti, por ayudarme a convertir mis charlas en un texto escrito.

Gracias a los lectores, que amorosamente me animan con sus cartas y halagos a seguir publicando.

Gracias a cada uno de los asistentes a las charlas,por haber hecho posible que stas sucedieran.

Y por ltimo, como suele pasarme despus dehaber puesto en palabras mi emocin, aparece algoms. Aparecen mis ganas de hacerles un regalo...

Este cuento me lo cont hace algunos meses unamigo, al encontrarnos en un estacionamiento:

A una estacin de trenes llega, una tarde, una seoramuy elegante. En la ventanilla le informan que el tren est retrasado y que tardar aproximadamente una hora en llegar a la estacin. Un poco fastidiada, la seorava al puesto de peridicos y compra una revista, luegopasa por una tienda y compra un paquete de galletitasy una lata de refresco.

Preparada para la forzosa espera, se sienta en unode los largos bancos del andn. Mientras hojea la revista,un joven se sienta a su lado y comienza a leer un peridico. Imprevistamente la seora ve, por el rabillo del ojo,cmo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y despus desacar una comienza a comrsela despreocupadamente.

La mujer est indignada. No est dispuesta a sergrosera, pero tampoco a hacer de cuenta que nada hapasado; as que, con gesto ampuloso, toma el paquete ysaca una galletita que exhibe frente al joven y se la come mirndolo fijamente.

Por toda respuesta, el joven sonre... y toma otragalletita.

La seora gime un poco, toma una nueva galletitay, con ostensibles seales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho.

El dilogo de miradas y sonrisas contina entre galleta y galleta. La seora cada vez ms irritada, el muchacho cada vez ms divertido.

Finalmente, la seora se da cuenta de que en el paquete queda slo la ltima galletita. No podr ser tancaradura, piensa, y se queda como congelada mirandoalternativamente al joven y a las galletitas.

Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la ltima galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su sonrisa ms amorosa le ofrece media a la seora.

Gracias! dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.

De nada contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.

El tren llega.

Furiosa, la seora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagn ve al muchacho todavasentado en el banco del andn y piensa: Insolente.

Siente la boca reseca de ira.

Abre la cartera para sacar la lata de refresco y sesorprende al encontrar su paquete de galletitas... intacto!

Empec a trabajar en docencia pensando que deseaba compartir algunas galletitas con los dems.

Ahora, diez aos despus, me doy cuenta de queson ustedes los que, todo este tiempo, han estadocompartiendo las suyas conmigo.

Otra vez... Gracias.

DE LA AUTOESTIMA AL EGOISMO

PARTICIPANTES

muchacha sonrientejoven embarazada (sandra)flaco alto cabezn de la segunda filaseora con beb gordito (chavela)caballero con pipajoven calvo del fondoseora que toseseor de bigotitosseora con portafolios en la faldaseora con cara de abogada (sara)muchacha sexyhombre de aspecto pensativoestudiante de primera fila (carlos)ama de casaseor con cara de psicoanalistaseora que cuchicheaseora de voz montonaseor con aire de indiferente (jos)mujer que estuvo en otra charla (susana)miguel lambr (editor)Sala de conferencias en una librera. Sillas blancas de plstico. Gente haciendo cola afuera. Algunos se saludan, se reconocen.

Muy cerca, Jorge toma un caf con Miguel, su editor. Aviso de llamada. Jorge se enjuga la frente con un pauelo y sale a escena.

En el centro del espacio destinado para l, una silla giratoria azul; cerca, a la izquierda, una pequeamesa con una botella de plstico de agua mineral y vasos. A la derecha, el rota folios (indispensable).

Lleva saco, camisa color salmn e infaltables tirantes, esta vez grises. Cuando hace su ingreso, todava haygente terminando de acomodarse. Algunos, sentados hace rato, chistan. Otros aplauden.

J. B.: Llegar a un lugar donde hay gente que yo no conozco y tiene la bondad de decirme que me conocen, es para m una experiencia fantstica, absolutamente desbordante. Por eso, primero que nada, muchas gracias por estar aqu. Porque si yo tuvieraque elegir, jams usara un sbado en la maana para escuchar una charla de Bucay; as que les agradezco a ustedes haber hecho esta eleccin. Habitualmente, cuando me siento frente al pblico que se rene para escuchar las cosas queintento mostrar, elijo algn cuento que ilustre esasituacin. ste, que recuerdo hoy, es un cuentosuf. Los sufes se constituyeron en una corrientemstica que nosotros conocemos ms como lafilosofa de los derviches que utilizaba la parbola y el cuento para transmitir sabidura, comocasi todos los pueblos msticos de la historia.

El protagonista de las historias sufes es siempreel mismo, se llama Nasrudm y es un personajemuy particular. A veces es un viejo decrpito, aveces es un joven; otras, un sabio; otras, un torpe, un tonto. Tambin aparece como un hombreadinerado, o como un mendigo. Y siempre se llama Nasrudm. Que esos personajes tan distintostengan el mismo nombre quiz sirva para mostrarque nosotros somos, tambin, cada uno de esospersonajes. O, tal vez, que tenemos la capacidadde ser de diferentes maneras: a veces sabios, aveces tontos, a veces jvenes, a veces decrpitos.

Especficamente en esta historia, Nasrudm esun hombre que, por alguna razn que no se sabe, ha cosechado fama de ser lo que entre los sufes se denomina un iluminado, esto es, alguienque ha logrado un cierto conocimiento sobrecuestiones importantes y trascendentes para otros.

La fama que tiene Nasrudm es absolutamentefalsa. Porque l sabe que, en realidad, no sabenada; que todo lo que los dems suponen que lsabe es slo una creencia. Est convencido deque lo nico que l ha hecho es viajar y escuchar; pero que, con certeza, no tiene grandes cosas para decir. Y, sin embargo, cada vez que llegaa una ciudad o a un pueblo, la gente se rene para escuchar su palabra creyendo que tiene cosasimportantes que decir.

El cuento empieza cuando Nasrudm llega a un pequeo pueblo en algn lugar de Medio Oriente. Erala primera vez que estaba en ese pueblo y una multitudse haba reunido en un auditorio para escucharlo. Nasrudm, que en verdad no saba qu decir, porque l sabaque nada saba, se propuso improvisar algo. Entr muy seguro y se par frente a la gente. Abri las manos y dijo:

Supongo que si ustedes estn aqu, ya sabrn que es lo que yo tengo para decirles.La gente dijo:

No... Qu es lo que tienes para decirnos? No lo sabemos. Hblanos!

Nasrudm contest:

Si ustedes vinieron hasta aqu sin saber qu es loque yo vengo a decirles, entonces no estn preparados para escucharlo.

Dicho esto, se levant y se fue.

La gente se qued sorprendida. Todos haban venido esa maana para escucharlo y el hombre se iba simplemente dicindoles eso. Habra sido un fracaso total si no fuera porque uno de los presentes nunca falta uno mientras Nasrudm se alejaba, dijo en voz alta:

Qu inteligente!

Y como siempre sucede, cuando uno no entiende nada y otro dice qu inteligente! para no sentirse i un idiota uno repite: S, claro, qu inteligente! .Y entonces, todos empezaron a repetir:

Qu inteligente!

Qu inteligente!

Hasta que uno aadi:

S, qu inteligente, pero... qu breve.Y otro agreg:

Tiene la brevedad y la sntesis de los sabios. Porque tiene razn. Cmo nosotros vamos a venir ac sinsiquiera saber qu venimos a escuchar? Qu estpidoshemos sido. Hemos perdido una oportunidad maravillosa. Qu iluminacin, qu sabidura. Vamos a pedirle a este hombre que d una segunda conferencia.

Entonces fueron a ver a Nasrudm. La gente habaquedado tan asombrada con lo que haba pasado en laprimera reunin, que algunos haban empezado a decirque el conocimiento de l era demasiado para reunirloen una sola conferencia.

Nasrudm dijo:

No, es justo al revs, estn equivocados. Mi conocimiento apenas alcanza para una conferencia. Jamspodra dar dos.

La gente dijo:

Qu humilde!

Y cuanto ms insista Nasrudm en que no tena nada para decir, ms insista la gente en que queran escucharlo otra vez. Finalmente, despus de mucho empeo,Nasrudm accedi a dar una segunda conferencia.

Al da siguiente, el supuesto iluminado regres allugar de reunin, donde haba ms gente an, pues todossaban del xito de la conferencia del da anterior. Nasrudm se par frente al pblico e insisti en su tcnica:

Supongo que ustedes ya sabrn qu he venido adecirles.

La gente estaba avisada para cuidarse de no ofender al maestro con la infantil respuesta de la anteriorconferencia; as que todos dijeron:

S, claro, por supuesto que lo sabemos. Por esohemos venido.

Nasrudm baj la cabeza y aadi:

Bueno, si todos ya saben qu es lo que vengo adecirles, yo no veo la necesidad de repetir.

Se levant y se volvi a ir.

La gente se qued estupefacta; porque aunque ahora haban dicho otra cosa, el resultado haba sido exactamente el mismo. Hasta que alguien, otro alguien, grit:

Brillante!

Y cuando todos oyeron que alguien haba dichobrillante!, el resto comenz a decir:

S, claro, ste es el complemento de la sabidurade la conferencia de ayer!

Qu maravilloso!

Qu espectacular!

Qu sensacional, qu brbaro!Hasta que alguien dijo:

S, pero... mucha brevedad.

Es cierto se quej otro.

Capacidad de sntesis justific un tercero.Y enseguida se oy:

Queremos ms, queremos escucharlo ms. Queremos que este hombre nos d ms de su sabidura!

Entonces, una delegacin de los notables fue a vera Nasrudm para pedirle que diera una tercera y definitiva conferencia.

Nasrudm dijo que no, que de ninguna manera; que l no tena conocimientos para dar tres conferencias y que, adems, ya tena que regresar a su ciudad.

La gente le implor, le suplic, le pidi una y otravez; por sus ancestros, por su progenie, por todos lossantos, por lo que fuera. Aquella persistencia lo persuadi y, finalmente, Nasrudm acept temblando dar la tercera y definitiva conferencia.

Por tercera vez se par frente al pblico, que yaeran multitudes, y les dijo:

Supongo que ustedes ya sabrn qu he venido yoa decirles.

Esta vez, la gente se haba puesto de acuerdo: sloel intendente del poblado contestara. El hombre de primera fila dijo:

Algunos s y otros no.

En ese momento, un largo silencio estremeci alauditorio. Todos, incluso los jvenes, siguieron a Nasrudm con la mirada.

Entonces, el maestro respondi:

En ese caso, los que saben... cuntenles a los queno saben. Se levant y se fue.

PBLICO EN GENERAL: (RSAS.)

J. B.: Me acuerdo de esta historia por dos o tres razones importantes. La primera, porque yo seguramente no s lo que algunos de ustedes creen ques. La segunda, porque aquel Jorge Bucay que algunos de ustedes conocen a travs de mis libros,es una sntesis de las pocas cosas que he cosechado de otros, y que escrib solamente en aquellos mejores momentos de mi vida, que, de hecho,son los nicos momentos en los cuales yo puedoescribir. Porque yo no soy un escritor, as que,para escribir, necesito estar en uno de esos momentos. Y la tercera razn por la cual me acuerdo de este cuento, es porque el tema que vamosa tratar hoy seguramente comprende aspectosque algunos conocen y otros no.

Se trata, entonces, de cosas que algunos lescontarn a otros. Vamos a ver si podemos, entretodos, armar esta charla. Porque esto es una charla, no es una conferencia. Las conferencias sonmuy aburridas para mi gusto y tienen dos problemas. El primero es que el pblico se duerme y elconferenciante se siente muy defraudado de queesto ocurra; y el segundo problema es que seduerme el conferenciante, lo cual, en general, termina con la conferencia.

PBLICO EN GENERAL: (RSAS.)

J. B.: Como vamos a necesitar de todos aqu, si ustedes me ven cabecear y dormirme, hganme unapregunta rpidamente para que me despierte ysepa que algo no est sucediendo bien. Sobre todo, necesito que ustedes participen, que colaboren con lo que va sucediendo.

Cuando pensamos cmo se ha dado la historiadel conocimiento humano, advertimos que encualquier rea ocurre ms o menos lo mismo. Vamos a demostrarlo con un ejemplo, para que ustedes entiendan qu quiero decir. (Dibuja en elrota folios.)

J. B.: Cuntos cuadrados hay ac?

muchacha sonriente: Diecisis.

Jorge anota 16 al lado de la cuadrcula.

PBLICO EN GENERAL: (Silencio.)J. B. (Repite.): Cuntos cuadrados hay ac?

parte de pblico: Diecisis... diecisis... diecisis.

Joven embarazada: Ms. Muchos ms.

J. B.: Muchos ms?

Joven embarazada: Diecisiete.Jorge anota 17 debajo del 16.

Flaco alto cabezn: Ms de diecisiete.

Seora con beb gordito: Veintiuno.

Jorge anota 21 debajo del 17.

Caballero con pipa: No, cuatro.

pblico en general: (Superposicin de voces.)J. B.: Cuntos? Diecisis ya sabemos. Pero alguien vio ms de diecisis.

flaco alto cabezn; Veinticuatro.

Jorge anota.

calvo del fondo: Veinticinco.

Jorge anota.

SEORA QUE TOSE: Treinta.

Jorge anota 30 en nmeros grandes.

J. B.: Fjense qu ha pasado, a ver si podemos darnoscuenta de esto tan importante que ha sucedidoaqu. Este movimiento que se ha producido conlas respuestas de ustedes es la clave del crecimiento humano, un devenir en el cual se definetoda la historia de la humanidad. Porque desdeque el hombre se ha vuelto pensante, alguien dibuj algo o vio algo no importa qu y determin claramente que lo que haba all eran, porejemplo, diecisis cuadrados, que es lo que hay.Porque hay diecisis, los podemos contar.

Hasta que alguien, cualquiera, vio diecisiete.Alguien observ uno de los que estn aquque haba algo ms de lo que se vea aparentemente. Y, sin duda, lo que esa persona vio esque, adems de los diecisis cuadrados pequeos, haba un cuadrado grande, de diferente tamao pero tan visible como los otros diecisis. Y, cuando ese alguien dijo diecisiete, otro pens: Si el cuadrado grande que contiene a los ms pequeos se suma como uno ms, entonces quieredecir que se pueden contar otros cuadrados dediferente tamao. Y entonces se dio cuenta deque no slo los diecisis cuadrados formaban unnuevo cuadrado sino que, adems, cada cuatrocuadrados pequeos la figura volva a repetirse.Y entonces ese alguien dijo: veintiuno. Pero eseque dijo veintiuno lo hizo porque otro haba dicho diecisiete. El que dijo No, cuatro demostr algo muy importante, y es que lo emotivo noconsiste slo en ver ms, sino en ver, en ver algodiferente y animarse, porque hay que animarse adecir: No, cuatro en voz alta.

Esto es muy interesante, porque despus alguien vio veinticuatro. Y cmo vio los veinticuatro? A los primeros diecisis sum los cuatro cuadrados formados cada cuatro pequeos en losngulos del cuadrado mayor, y probablementeagreg luego los formados cada tres. Y es interesante que haya visto veinticuatro, sobre todo porque se olvid del grandote.

Es decir, el que vio veinticuatro no vio lo quehaba visto el que observ diecisiete. Y cuandodijo: Veinticuatro, alguien advirti: Veinticinco. se que dijo veinticinco junt lo que el anterior haba descubierto ms lo que l haba descubierto, y de pronto entonces vio veinticinco. Yas, hasta que alguien vio treinta, que es la cantidad de cuadrados que hay. Pues sumando losveinticinco observados hasta all ms los cuatro cuadrados laterales no ya los que estn sobrelos ngulos y el del centro, llegamos a esa cantidad.

La humanidad funciona as. Para que la humanidad llegue a progresar hace falta que, antes queotros, a contrapelo de los otros, en contra inclusode la opinin de los otros, haya alguien que diga: Yo veo ms o Yo veo menos. No importa si est equivocado o no.

En una oportunidad similar a sta, le pregunt aalguien que vea diecisiete cmo los vea, y entonces esa persona muy graciosa, por cierto medijo: Diecisis ah y t, diecisiete. Y, sin embargo, esos diecisiete dispararon que el resto siguiera viendo veinte, veintiuno, veinticuatro, veinticinco, veintisis, treinta. Fantstica historia la del conocimiento humano.

Lo que vamos a hacer hoy entre todos es versi podemos lograr que, a partir de algunas cosasque yo dibuje y diga, ustedes vayan diciendo diecisiete o veinte, veintiuno, etctera, para versi podemos llegar a los treinta. Esto es, intentaremos reproducir este mecanismo que se ha dado respecto de la grfica pero en relacin al temaque hoy nos convoca, que es el camino que va de la autoestima al egosmo.

En principio, sera interesante decir que cuando hablamos de autoestima o de egosmo estamos hablando de dos palabras abstractas. Y comoyo no puedo desprenderme de mi vocacin docente, me gustara empezar por definir cada unade ellas.

Les voy a pedir a ustedes que me ayuden. Qusignifica o qu es la autoestima? Qu quiere decir esta palabra? Seguro que la han escuchadomuchas veces, pues es una palabra muy utilizadaltimamente.

Joven embarazada: Valorarse uno mismo.

Muchacha sonriente: Quererse.

Flaco alto cabezn: Cmo uno se ve.

Seor de bigotitos: Aceptarse.

Calvo del fondo: Hacerse respetar.

Seora que tose: Hacer buenas elecciones.

Seora con portafolios en la falda: Superarse.

J. B.: Muy bien! Linda palabra superarse.

Caballero con pipa: Perdonarse.

Seora con cara de abogada: Crecer.

J. B.: Hay algo que falte aqu en esta definicin?

Muchacha sexy: Jugarse, concretar el deseo.

Hombre de aspecto pensativo: Reconocer la propia capacidad.

J. B.: Hay ms? No. Muy bien. La verdad es que seguramente esto es as, esto es la autoestima porquela palabra se compone de auto y estima. Ahorabien, estimar, qu quiere decir este verbo? Notiene que ver con el afecto como lo usamos vulgarmente, porque cuando uno dice estimado, dequ habla?

Joven embarazada: De afecto.

J. B.: De acuerdo. Pero en este terreno no importa laacepcin afectiva de la palabra; aqu el verbo estimar est relacionado con el valor. Se usa despus relacionado con lo afectivo, como bien dices t, por extensin. Y est muy bien, porque se entiende que si t quieres, valoras. Por eso se dice te estimo como sinnimo de te quiero.

Pero, en este contexto, estimacin significa valoracin. Por qu? Porque estimacin viene demedir, y medir se vincula a la idea de darle a lascosas el valor que tienen. Cuando uno habla dealgo estimativamente dice que ms o menos tienetal dimensin, tal medida, tal estructura, tal valor.

Pues bien, si estima es valoracin, el prefijoauto, qu es?

Seor de bigotitos: Uno mismo.

J. B.: Muy bien. Como su nombre lo indica, entonces,autoestima significa la capacidad de evaluarse o.valorarse a s mismo. En consecuencia, que alguien alcance un buen nivel de autoestima significa que se valora adecuadamente.

Sin embargo, hay que aclarar lo siguiente: noes autoestima pensar que yo soy alto, rubio y deojos azules. Eso es un delirio. No es tener la autoestima alta pensar que yo soy lo que no soy. Laautoestima consiste en saber que soy lo que verdaderamente soy. Y digo esto porque en la actualidad es comn malinterpretar el concepto de autoestima sustituyndolo por la hipocresa de decirlea un idiota que es un genio. Y no es as.

En verdad, la autoestima alta de un idiota debera expresarse afirmando: S, soy un idiota, yqu?, por qu todo el mundo tiene que ser inteligente? Por qu algunos no podemos ser idiotas?Qu, los idiotas no tenemos derecho a vivir, acaso?. Supongamos que yo soy un idiota, y qu silo soy? Es ms, en muchos aspectos de mi vida soy un idiota. Y cul es el problema de que seaas? Tengo que ser siempre prolijito, eficiente,eficaz? Siempre tengo que tener la respuesta correcta, adecuada, y hacer lo que se debe hacer?Pues no, en algunos aspectos de mi vida soy unidiota. Y la verdad es que no me molesta serlo. Esto es tener la autoestima puesta en el lugar; saber,que hay aspectos en los que tengo ciertas capacidades y otros en los que no las tengo. Y dondeno tengo mis capacidades, saben qu tengo? Misincapacidades, o mejor dicho, mis discapacidades. Las mas y las de todos. Porque, nos guste ono, de alguna forma y en alguna medida todossomos discapacitados.

Seora con beb gordito: Hay que aprender...

J. B.: Y entonces me dice la seora hay queaprender. Puede ser, pero a veces; otras veces no.Y qu pasa si no quiero aprender? Por qu tendra yo que aprender? Para que el resto de lagente no tenga que padecer mis incapacidades?Yo no tengo ganas de hacer esto por los dems.

Seora con beb gordito: Pero uno tiene que aprender, porque cuando uno aprende se siente mejor.

J. B.: Muy bien, cuando uno se confronta con algunasde sus incapacidades se siente mejor aprendiendo. Es muy lindo lo que dices, cmo te llamas?

Seora con beb gordito: Chabela.

J. B.; Qu interesante lo que dice Chabela! Porqueaqu es donde comienza el problema de la autoestima. Es decir, con la idea de que sera mejor queyo no fuera como realmente soy. En otras palabras: qu bueno sera que yo tuviera capacidades donde tengo incapacidades, que yo supiera loque no s. En definitiva, qu bueno sera que yome pareciera ms a lo que los dems esperanque yo sea. Empieza a dolerme el tema de la autoestima cuando lo veo desde ah... Qu lugartienen los otros!

Lo que yo digo, Chabela, es que a m me parece maravilloso, si yo de verdad quiero rellenareste hueco de mi incapacidad capacitndome,hacerlo. Pero que esto sea porque yo lo quiero hacer, no a partir del reclamo de los dems. Por eso,cuidado con que la autoestima dependa de loque yo s o no s, cuidado con hacer pasar la valoracin de m mismo por las capacidades que sesupone que debo tener.

Es correcto que uno quiera seguir creciendo,tener ganas de saber ms, tener el deseo de cubrir las propias incapacidades con conocimiento,crecimiento y desarrollo. Pero no hay que perderde vista la trampa sutil, no tan constructiva, quetrasunta detrs de esta concepcin: un circuitoque empieza con nuestra idea del deber ser.Todos tenemos un Yo ideal. Para m, el Jorgeque yo debera ser es el Jorge prolijo, ordenado,flaco, inteligente. Para ti (sealando a Chabela) opara ti (sealando a la Seora con portafolios enla falda) el que tus padres o tos o maestros te dijeron que deberas ser. Otro sentir que deberaser el tipo que su religin le seal que sera correcto que fuera. En fin, un Yo ideal (escribe en elrota folios), un yo sublime. Pero s tambin quehay un Yo real (escribe), un Jorge real, no el que debera ser, sino el que soy. Este concepto es generador de conflicto. Me fastidia tomar conciencia del dficit, que es el resultado de restarle alYo ideal el Yo real. Cuanto ms voluminoso es elresultado de esa comparacin, ms conflictiva esla conciencia del dficit. Sea como fuere, esa con ciencia empuja en m una decisin: la decisin decambiar.

YO IDEAL

COMPARACION

YO REAL

Para sostener esta decisin cuento con mi autoexigencia, que me recordar todo el tiempo quelo que cuesta, vale. Y entonces me esfuerzo porcambiar; por ser como se debe.

Tarde o temprano me doy cuenta de que pormucho que me esmere, no consigo ser el Jorgeideal. Tomo conciencia de que no puedo ser como debera. Y entonces me frustro. Me siento unfracasado.

De all en adelante, el resultado es previsible: la autoexigencia, sumada al esfuerzo en vanoms la continua frustracin del fracaso, terminanpor agotar mi deseo, mi energa y mi voluntad dehacer. Esta situacin en psiquiatra se conoce como depresin.Y uno de los sntomas de estas depresiones esla brutal cada de la autoestima.

Como es esperable, la cada de la autoestimatermina deteriorando la imagen que tengo de mmismo, con lo cual...

YO IDEAL

YO REAL

Con lo cual, deca, aumenta an ms la distancia que hay entre el Yo ideal y el Yo real. Esto produce ms conciencia de dficit, ms autoexigencia, ms esfuerzo, etctera, etctera. Esto es uncrculo vicioso, un callejn sin salida, un mecanismo neurtico por excelencia.

Un humorista argentino que escribe con el seudnimo de Landr, editaba en Buenos Aires unafamosa revista, despus prohibida por la dictadura, que se llamaba Ta Vicenta. Yo recuerdo queen la portada de la revista apareca como epgrafe alguna frase, siempre brillante. Y me acuerdode todo esto ahora, porque nos vamos a valer deuno de esos epgrafes para salir de esta trampa.Deca Landr en Ta Vicenta: Cuando se encuentre en un callejn sin salida, no sea idiota, salgapor donde entr.

PBLICO EN GENERAL: (RSAS.)J. B.: Y dado que ste es un callejn sin salida, yo lespregunto: por dnde entr? Qu es lo primeroque anot en el rota folios?

estudiante de primera fila: El Yo ideal.

J. B.: El Yo ideal. Muy bien. Y qu es este Yo ideal?

estudiante de primera fila: Mi idea de cmo debera ser yo.

flaco alto cabezn: El resultado de mi educacin.

muchacha sonriente: Lo que la sociedad quiere que yo sea.

J. B.: Muy bien! Todo eso. Por lo tanto, si quiero escapar de este callejn, y lo ms probable es queest apurado por salirme de este crculo, lo quedebo hacer es deshacerme de la idea de un Yo ideal (Jorge cambia de marcador y en negro tacha con vehemencia Yo ideal.). Fjense lo quesucede. Si cancelo la idea de que debo ser de unamanera determinada, el Yo ideal se desvanece.Slo queda el Yo real, esto es: el que soy. Si nohay con qu comparar, no hay conciencia de dficit (Jorge sigue tachando), no hay necesidad deautoexigencia ni de esfuerzo. Sin estos dos mecanismos de auto-tortura, la autoestima florece. Esto,por supuesto, mejora la imagen que tengo de mmismo y, en consecuencia, me pone en las mejores condiciones para que salga el ms iluminadode mis Yo interiores, el que realmente me acompaar en mi camino de desarrollo personal.

chvela: Qu hacemos con la gente que nos dice todo el da cmo deberamos ser?

J. B.: El problema no es qu hacemos con esas personas, sino con nosotros.

chvela (Preocupada.): S, claro, pero con respecto aellos, qu hacemos?

J. B.: Dejarlos ser. Ellos tienen todo el derecho de sercomo son: pesados, autoritarios, repetitivos, perfeccionistas y hasta paranoicos. Y uno tiene, porsupuesto, el derecho de escucharlos, tolerarlos, desobedecerlos, ignorarlos, echarlos o abandonarlos.

ama de casa: Qu pasa cuando pones esos lmites yno los entienden?

J. B.: Supongo que los pones de nuevo.

ama de casa: Y si todava no los entienden?

J. B.: Los explicas de otra manera, o pides ayuda a alguien que pueda hacer comprender lo que t noests pudiendo explicar.

ama de casa: Admite que hay veces que de todas maneras no te aceptan los lmites.

J. B.: Si despus de haber sido clara, de haberlo explicado, de haberte tomado tiempo, de haber agotadolos recursos de ayuda externa y de haber tenido lapaciencia suficiente para respetar el tiempo delotro, aqul sigue violando tus espacios, slo tequeda regalarle simblicamente un paquete dechocolares m&m. l va a entender.

ama de casa: A entender qu?

J. B.: Entender el mensaje de M&M.

ama de casa: No entiendo. Cul es el mensaje?

J. B.: Ma... Murete!

Pblico en general: (Carcajadas.)

Seora con cara de abogada: La autoestima, seaprende?

J. B.: Cmo te llamas?

seora CON CARA DE ABOGADA: Sara.

J. B.: Sara, no te olvides de esa pregunta. Primero quiero terminar con la definicin y despus pasamos al tema de cmo se construye la autoestima. Por eso,por favor, acurdame de volver sobre eso, es muy importante.

Veamos. La autoestima es, etimolgicamente,considerarse a s mismo alguien valioso; porque recuerden que estimar significa evaluar, ms all delo que se supone que uno debera ser o debera noser; esto es, reconocer el valor que uno tiene.

Voy a anotar aqu, en forma vertical, la palabraValor. (Va hacia el rota folios y escribe.)

La palabra valor, que vamos a usar como registro, tiene la virtud de dar una serie de pautasacerca de la autoestima. Nos dice que es importante que yo me considere valioso, ms all delas cosas que me falta aprender, ms all de misincapacidades, independientemente de lo que miesposa dice que quisiera de m, de lo que misamigos pretenden de m, de lo que la sociedaden la que vivo necesita de m, ms all de lo quea algn otro le gustara que yo fuera, o de lo quele convendra que hubiera sido. (Se adelanta hacia el pblico.) En fin, ms all y ms ac de todoesto, que cada uno sepa que es un ser humano,un individuo y una persona valiosa, sea comosea, le falte lo que le falte, sepa lo que sepa ytenga la incapacidad o la discapacidad que tenga.Cada uno va a tener que darse cuenta, tarde otemprano, de cunto vale.

Ahora bien. Ser valioso para quin...? Slopara uno mismo? Y ms all de uno mismo, quvalor podramos tener nosotros, mediocres habitantes del planeta, perdidos entre miles de millones de seres como uno?

Quiero recordar aquello que tan espectacularmente deca la madre Teresa de Calcuta. Cadavez que alguien le deca: Hay tanta miseria en elmundo, madre Teresa, que lo que usted haceaqu, con la cantidad de gente que viene al centro de asistencia, no soluciona nada, esta tarea noes significativa, ella responda: Todo lo que yohago es una gota en el ocano, as de pequeoes lo que podemos hacer, y sin embargo, si yo nolo hiciera, al ocano le faltara una gota.

Desde esta perspectiva, todo lo que nosotrossomos, el valor que cada uno de nosotros tiene,en el universo en el que vivimos, es una gota en elocano. Pero si cada uno de nosotros no fueraeso que es, a este ocano le faltara una gota.

El valor que tenemos por el solo hecho de serquienes somos es el tipo de valor que debemostener en cuenta. Es decir, lo importante es reconocer que uno es valioso por el hecho concretode ser quien es. Slo si me siento valioso por sercomo soy, puedo aceptarme, puedo ser autntico, puedo ser verdadero. (Vuelve sobre sus pasosy escribe.)

La letra V de la palabra valor servir a partir de hoy para hacernos recordar que para ser valioso hay que empezar por ser verdadero. Ser autnticamente quien soy. Es la idea del concepto deauto-aceptacin. Aceptarse es uno de los desafosde la salud, y significa: no pelearme conmigo mismo por ser como soy, no estar enojado por noser como los otros quieren que yo sea, no castigarme por no ser como a los dems les gustara.Y de paso, ms de una vez, no ser como los otrosesperan que uno sea es lo mejor que podra estarpasando. Porque que al otro no le gusto as noes una buena razn para trabajar una modificacin interna.

Les sugiero que no piensen esto en relacin alproceso educativo. Cuando nosotros educamos aotros, por ejemplo cuando somos padres, durante mucho tiempo y hasta que ese hijo se convierteen adulto, vamos marcndole el camino, dicindole cmo sera bueno que l fuera, es decir, vamos haciendo un sealamiento. Pero cmo vamosa educar a nuestros hijos sin metas, sin desafos,sin ensearles el esfuerzo? Sera muy difcil. Quiz se pueda si nos damos tiempo. Porque partedel proceso educativo transita por la decisin queuno toma por otros; muchas veces la tarea de formar consiste en sostener ciertas metas y objetivosno naturales y hasta, por qu no, ensear a postergar el placer.

Pero cuando hemos crecido suficientementecomo para considerarnos adultos, entonces tenemos que asumir la responsabilidad de aceptarque somos quienes somos, exactamente como somos. Cuidado! Una cosa es pensar estos temas con relacin a los nios y otra muy distinta conrelacin a los adultos. Cuando hablo de ser verdaderos no me refiero a los nios, no me refieroa educacin; estoy hablando de los adultos. Nohay nada de malo en aceptar que la educacin no es democrtica. As hemos actuado con nuestros hijos y as nuestros padres actuaron con nosotros. Pero el peligro es que se nos filtre por allel mandato de que hay que ser de una determinada manera para ser valioso. Esto es lo que hayque desterrar del pensamiento. No hay que serde ninguna manera determinada para ser valioso.Para serlo verdaderamente, lo primero es ser exacta y exclusivamente como soy.Y si vamos a cambiar, como bien deca Chvela, vamos a hacerlo a partir de nuestra decisin,porque nosotros decidimos que queremos mejorar,pero no creyendo que ahora no valemos nada yque despus vamos a valer, que es inaceptable queseamos as o que tenemos el deber de ser de otramanera. Durante la intervencin de Chvela mechocaron un poco las palabras tengo que (tengoque capacitarme, tengo que aprender, etctera.)

Para afinar esta idea un poco ms, hay algoque me gusta decir en esta ocasin, y es que notengo que nada. Que en todo caso, si es mi deseo, entonces s, y entonces ser mi idea. Porqu ser mi idea? Porque cuando la autoestimaest funcionando, yo me s verdadero, me acepto a m mismo y me s libre.

Qu quiere decir libre? Uno podra hablar todo un da sobre esta significacin. Pero, en este caso, referido a la autoestima, la libertad de lacual hablamos est vinculada a una palabrita muyinteresante que es autonoma.

(Mientras escribe, el silencio es completo.)

autnomo evoca el concepto de libertad. Eneste caso no exactamente la libertad de accin. Sianalizamos la etimologa de la palabra, como hicimos al principio, vamos a ver que este trminoviene de ese mismo prefijo auto y de nomo, queno viene de nombre ni de nmina; significa norma. De esta manera, autnomo es aquel que escapaz de fijar sus propias normas, aquel que decide por s mismo qu es bueno y qu es malopara s.

Para ser ms especfico, alguien que no andapreguntndole al mundo: Hice esto, est bien?Hice aquello, est mal?. Autnomo es alguienque ha renunciado a vivir su vida haciendo en cuesta permanente. Veo todos los das a los que dan un paseto por el campo contndole a unalista de sus amigos sus desventuras conyugales yles preguntan despus si se tienen que separar ono... Me imagino el regreso a casa: Veintiochoque s, doce que no, me separo. Ridculo!

Autnomo es entonces quien sea capaz deestructurar sus normas de acuerdo a su propia moral y a sus propios criterios. Y una vez ms,no olviden que estoy hablando de adultos.

Ahora bien. La letra L nos habla de lmites.

(Anota.)

Y eleg la palabra limitante porque esta palabra tiene, por lo menos, dos significados. El primero, vinculado a la idea de establecer claramente un territorio, un sector, una frontera quedelimita una zona privada. El segundo significado, relacionado con la concepcin de vecindadque hace que estos lmites sean necesarios. Ser limitante es sentirse respetable. Qu quiere deciresto? Darse a uno mismo un lugar y establecer desde all el respeto de los dems.

Debo establecer los lmites del espacio queocupo. Debo defender que hay lugares reales (micuarto, mi estudio, mi cajn del escritorio, mi correspondencia, mis bolsillos) y lugares virtuales(mi vida, mi historia, mis emociones, mi relacincon mi familia, mi ideologa, mis proyectos, mife) que me pertenecen con exclusividad. Son mis espacios. Y hay algunas cosas que el otro podrahacer respecto a ellos: dar su opinin, preguntar,disentir, cuestionar y hasta actuar en oposicin; pero es mi responsabilidad hacerle saber que slo podr meterse en estos espacios, cuando yo loautorice, hasta donde yo quiera y de la maneraen que yo lo permita, porque por eso los llamomis espacios.

muchacha sexy: A m me parece que esto es vlidopara las relaciones comunes, pero no para la gente que amamos.

J. B.: Sin embargo no es as. Saber poner lmites es algo que adquiere importancia especficamente conlas personas que ms queremos. Sobre todo conesas personas que amamos. Porque la gente con laque no me involucro demasiado en general ni piensa en invadirme. Los que pueden llegar a invadirme son aquellos que estn ms cerca, los queme quieren mucho. Ellos son, sin duda, los que podran caer en el error de invadirme, a veces sindarse cuenta de que lo estn haciendo, otras creyendo que es por mi bien.

muchacha sexy: Yo no entiendo. Entonces, segn t,cuando mi novio, que est interesado en ayudarme, me da su consejo sin esperar que yo se lo pida, yo debera gritarle: Mira, mtete en lo tuyo,porque nadie te pidi tu opinin!.

J. B.: Ests partiendo aqu de un ramillete de prejuiciosinteresante. Por un lado, no hace falta ser agresivo para poner un lmite. No es necesario gritarni enojarse. Es ms, se puede ser muy amoroso,corts incluso, decir por ejemplo: Gracias, te agradezco tu intencin pero la verdad es que no quiero hablar sobre esto por ahora. Por otro lado, cuando aclaras interesado en ayudarme parece que insinuaras que, con buena intencin, aqullos de nuestro corazn podran caminar por nuestras vidas como si fuera un pasillo. Nada de eso.

Las personas que oponen lmites brutales, es porque no saben poner lmites amorosos. Aguantan, aguantan y aguantan...hasta que un da, no aguantan ms y entonces se enojan, estallan y quieren romper con todo. Con esa actitud no se consigue establecer lmites, slo se consigue demostrar que no se sabe ponerlos, pero tampoco se est dispuesto a renunciar a ellos.

El que a la hora de poner lmites lo hace gritando es porque no cree verdaderamente que tenga derecho a establecerlos. Y la creer que no tiene ese derecho, los grita, para ver si puede de alguna manera convencer al otro de lo que l mismo no est convencido.

Como ven, todo esto se relaciona con el auto-respeto y a partir de all con la capacidad de imponer respeto en los vnculos con la gente (mirando a la muchacha sexy), especialmente con los que ms nos quieren. No hay nada ms cercano al amor que el respeto mutuo a los espacios privados.

La palabra siguiente empieza con la letra O, y no precisar bien su sentido puede ser motivo de conflicto. Porque, mal interpretada, es una palabra que puede llevar una carga negativa; sin embargo, bien interpretada es una palabra fuertey poderosa. Hablo de la palabra orgullo.

Para que mi autoestima est preservada, hacefalta que yo me sienta orgulloso de ser quiensoy, que me sienta verdaderamente contento yconforme conmigo. (Escribe sin parar de hablar.)

Dicho de otra manera, autoestima implica sercapaz de tamaa aceptacin de m mismo que noslo acepte yo mis virtudes y mis defectos, sinoque, adems, pueda sentirme orgulloso de stosy de aqullos.

Repito, ser consciente de las propias incapacidades no basta, yo hablo de sentirse orgulloso detenerlas, de alegrarse de ser la sumatoria y combinacin de las capacidades e incapacidades decada uno.

Cuando empiezo mi camino de crecimientopersonal, de lo primero que me doy cuenta esde que todo aquello de lo que carezco, y todoeso que me sobra, todo, conforma la persona quesoy; y, por lo tanto, si estoy contento de ser, siestoy satisfecho conmigo, terminar orgulloso deser el que soy.

Jorge se dirige al rota folios con paso lento perodecidido y escribe la ltima palabra.

Y por ltimo, la R, la letra que nos conectacon el recibir. Porque parte de la autoestima significa saberse tan digno de recibir, como para permitirse aceptar de la vida lo que sta nos concede. Autoestima significa asumirse merecedorpleno de todo lo bueno que nos sucede; aceptarde buen grado los regalos, los halagos, las caricias, la presencia y, sobre todo, el reconocimiento de quienes nos rodean.

En mi libro Cuentos para pensar escribo unafrase una de las tres verdades, digo yo queest apoyada en un viejo cuento:

Dicen que haba una vez un rey que quera pasar ala historia por haber acercado a todos la posibilidad de iluminarse.

Decidi entonces invitar a su palacio a los ms importantes sabios, cientficos y msticos del mundo. Cuan do todos estuvieron all, les pidi que trabajaran juntospara escribir en un libro todo lo que saban del mundo y que ellos consideraran fundamental para transmitirlo a las futuras generaciones. Les pidi especialmente quedescartaran todo lo nimio y conservaran slo lo msimportante.

Durante meses, los sabios trabajaron incansablemente, hasta que, casi al ao de aquella primera reunin, buscaron al rey para entregarle la obra solicitada.

Era una coleccin de 140 tomos de 500 pginas cada uno, donde figuraba segn los sabios todo loque era importante saber en el mundo.

El rey dijo:

No, no. Esta coleccin es muy importante, perono se puede trasladar. Es demasiado extensa. Nadie llegara a leerlo todo. Necesitamos abreviar. Por favor, sigan trabajando; saquen de estos conceptos los menosimportantes y dejen slo los principales.

Un ao ms les llev a los notables resumir y achicar lo escrito. Le presentaron entonces al rey un solovolumen de 2,000 pginas y crptico lenguaje.

No dijo el rey otra vez; la sabidura tiene que Tquedar al alcance de cualquiera, no slo de los iniciados.Por favor, trabajen todava un poco ms; saquen lo superfluo, resuman lo escrito, simplifiquen y anen las ideas.

Dos aos tuvo an que esperar el rey para obtenersu resultado. Un da, los notables lo citaron. Estabantodos con cara de satisfechos.

Aqu est dijo el ms anciano; ste es el resumen de todo lo que es imprescindible saber. Y le entregaron al rey slo una hoja de papel. Enella haba una sola frase:

No hay alimento gratis.

De este cuento extraigo yo mi idea de que nadaque sea bueno es gratis, y digo ms, aseguro queel pago es por adelantado. As que debers aprender a aceptar como alimento todo lo nutritivo queel afuera te brinde sabiendo que todo eso te pertenece, porque, aunque no sepas cmo, te lo ganaste.

En suma, tener una buena autoestima definida en relacin a la palabra valor, cuyas letras hanido sirviendo como iniciales de otros conceptos significa ser verdaderamente quien soy, autnomo, capaz de poner lmites, orgulloso de serquien soy y, por ltimo, absolutamente abierto arecibir del universo lo que me he ganado. (Mientras dice esto, termina de escribir.)

J. B. (Mirando al pblico, como buscando.): Creo que Sara tiene una pregunta pendiente, verdad?

sara: S. La autoestima se construye desde que uno es pequeo y se convierte en adulto. Cuando uno es pequeo depende de otros y recibe mensajes.J. B.: Est bien. Entonces?

sara: Nada ms, eso.

J. B.: Ya no era una pregunta, entonces; era parte de la charla. Y est muy bien, porque es exactamente como dice Sara. Es un planteamiento al que adhiero totalmente. Porque lo que ella dicees: la autoestima se forma a partir de la relacincon los otros. En esta zona se podra regresar alplanteamiento original de Sara, a la inquietud, ala pregunta, y decir, por ejemplo: Muy bien, maravilloso, pero... cmo se aprende?, cmo se hace para aprender esto que usted dice que es tanimportante, doctorcito?.

La mejor manera es haber tenido la suerte detener padres que enseen esto. Y aqu el factorque ms influye es el azar. Pese a que hay quienes dicen que uno elige ser el hijo de los padresque tiene, yo no creo que sea as; para m es azaroso, son los padres que nos tocaron, ms iluminados, menos iluminados, peores, mejores, mstarados, menos tarados, no importa, y tenemosque aprender a vivir con ellos. Seguramente, cada uno de nosotros tiene mucho para aprenderde cualquier padre que le haya tocado, aunquems no sea qu no hay que hacer. Como le digosiempre a mi hijo: T tienes mucho para aprender de m, si no te gusta como soy aunque seaaprende cmo hacer para no llegar a ser comoyo. Esto tambin es parte del aprendizaje.

Lo que dice Sara, que la autoestima se aprendede los padres, se podra parafrasear as: si yo herecibido valoracin del afuera, si mis padres meconsideraban valioso, me aceptaban como era,me daban cierta autonoma, respetaban mi privacidad; si estaban orgullosos de m y me hacansentir reconocido, sin que me quedara endeudado o culpable cuando me daban algo (vamos recorriendo el esquema de la palabra valor), entonces es ms fcil para m darme cuenta de quesoy valioso.

Y es cierto, el primer lugar desde donde es posible aprender autoestima es el de haber pasadopor la experiencia de ser valioso, aceptado, autnomo, respetado, orgulloso y reconocido porotros. Pero esto no significa que sea el nico lugar donde aprender.

ama de casa: Hay una edad en la que ya no se puedecambiar...

J. B. (Enojado.): Quin dice eso...? (La Ama de casaguarda silencio y se hace la disimulada... Jorge lamira, sonre, y enfatiza.) Yo! Yo digo eso. No teachiques. Hay cosas que a cierta edad ya no sepueden cambiar. A mi juicio, una vez que se salede la adolescencia y se llega a la adultez, la estructura de la personalidad no se cambia nuncams. Pero qudate tranquila, la mitad de los terapeutas del mundo dicen que s, que se cambia.As que, para todos los que prefieren o necesitanpensar que s se cambia: malas noticias, estn enla conferencia equivocada!

chvela: Es que de poder cambiar depende a veces lafelicidad...

J. B.: Es toda una cuestin lo que ests diciendo.Aunque cientos de miles de terapeutas opinan locontrario, mi opinin, repito, es que una vez cristalizada la estructura de personalidad, aproximadamente entre los veintids y veinticinco aos ennuestra cultura, sta queda establecida. Ahora bien, qu quiere decir esto?, que si yo soy un vagovoy a seguir sindolo por el resto de mi vida? No,porque ser vago no es parte de una estructura, esslo una manera de actuar lo que uno es, y estasmaneras s se pueden cambiar infinitamente, todas ellas. Porque estas maneras de ser en el mundo son finalmente hbitos, y los hbitos son aprendidos y se pueden cambiar adquiriendo otroshbitos ms sanos, ms pertinentes o ms adecuados a mi tipo de vida. Se pueden cambiar loshbitos, aunque sin duda es muy difcil. Para dar nos cuenta de esta dificultad, acompenme ahora a una exploracin sencilla que va a durar treinta segundos.

Por favor, junten sus dos manos entrecruzandolos dedos entre s, de forma que cada dedo deuna mano quede entre los dedos de la otra. (Jorgetambin entrecruza sus manos en posicin de rezar.) Fjense que hay uno de los pulgares quequeda por encima del otro. Intercalando uno con uno, siempre hay uno que queda sobre el otro.Algunos de ustedes tienen por encima el pulgarderecho y otros el pulgar izquierdo. Lo ven...?(La gente murmura, se muestra las manos, sesonre.)Bien. Levanten ahora las manos los que tienenpor encima el izquierdo. (Entusiasmados, todosobedecen.)Muy bien, ms o menos la mitad, como tieneque ser.

Esta diferencia no significa nada (irnico); losque tenemos el derecho arriba somos un poquito ms inteligentes que los dems, pero muy poquito, no hay que preocuparse...

PBLICO EN GENERAL: (RSAS.)J. B.: Mantnganlos cruzados unos instantes ms, por favor. Muy bien. Ahora descrcenlos y, cuando digatres, vuelvan rpidamente a cruzarlos pero al revs; es decir, intercalen los dedos uno y uno intentando que sea el otro pulgar el que quede arriba.Atencin. Uno, dos, tres... (Jorge tambin lo hace yal intentarlo sus dedos se traban entre s.)

pblico en general: (Carcajadas.)

J. B.: Se dan cuenta de lo que pasa? Es casi imposible,un trabajo difcil! Por qu? Porque el modo enque cada uno cruza los dedos es un hbito. Nohay ninguna razn que explique por qu unos cruzan de una manera y otros de otra; no es anatmico, no es sintomtico, es solamente un hbito.

Vamos a hacer un ejercicio ms todava. Crcense de brazos, por favor. (Muchos lo hacen inmediatamente. Otros, que se han quedado conversando sobre la experiencia anterior, miran alos primeros y terminan copindolos. Jorge los espera. Cuando todos estn de brazos cruzados, lo miran expectantes...)

Fjense que hay un brazo que queda por en cima del otro, en algunos casos el derecho y enotros el izquierdo. (La gente se mira los brazos yse compara con el de al lado.)Muy bien. Crcenlos ahora al revs.

pblico en general: (Carcajadas.)

J. B.; Y para colmo, cuando uno consigue cruzarse alrevs, dice: qu incmodo! Y entonces mira al vecino y se pregunta: cmo puede ser que ste sesienta cmodo cruzndose as? Hbito, puro hbito. Y vaya que es difcil cambiar los hbitos.

Porque si es difcil cambiar el hbito de cmocruzar los brazos, imagnense lo difcil que puedellegar a ser cambiar costumbres como la hora enque me bao, qu tipo de comida me gusta, lavestimenta, la manera de hablar, la manera de caminar, las cosas que digo, las que quiero, las quepretendo...

Sin embargo, difcil no es imposible. Estos hbitos que son maneras de comportarse en la vida afortunadamente se pueden cambiar siempre,por lo menos hasta un minuto antes de morirse.Lo cual no implica que lo que se pueda cambiarsea la estructura de personalidad, como bien deca Chvela.

Pero es esto importante? No, porque despusde todo, la estructura de personalidad es un diagnstico, un nombre difcil escrito en un papel. Lo que a m debera importarme no es saber si voya conseguir dejar de ser un melanclico con defensas histricas, sino saber si voy a poder modificar por supuesto, si est en mi deseo hacerlo mi conducta o mi actuacin con los otros, omi manera de ser en el mundo.

Y ste es el cambio significativo. Porque cuando dos personas se encuentran, la influencia mutua sucede desde sus maneras de ser, no desdesu estructura.

seor con cara de psicoanalista (Descalificador.): Am me parece que es un juego de palabras.

J. B, (Repitiendo.}. A ti te parece que es un juego de palabras... Bueno... (irnico) a m tambin.

PBLICO EN GENERAL: (RSAS.)J. B.: Sin embargo, prefiero este juego de palabras alotro juego, al juego de confundirlo todo y creerque soy el resultado de algo que me pas en miinfancia y que no puedo modificar. (Vehementeahora.) Prefiero mi juego al juego de pensarmedominado por la estructura inconsciente quecontrola mis acciones sin mi participacin, y queme deja en manos de quienes dicen saber ms de m que yo.

pblico en general: (Expresiones de asombro.)

J. B.: Entonces, cuidado con estos juegos. Pensar que esta inalterabilidad de la estructura de personalidad me impide cambiar es, en muchos casos,slo una excusa. Me refiero a aquellos que dicen:

Y qu, yo nac as...; me refiero a los otros, queesgrimen sus infancias lgubres de padres siniestros; hablo de todos los que encuentran en esaconfusin un argumento ms para justificar susconductas miserables con el afuera.

Es probable que muchos de nosotros no hayamos recibido de nuestros padres suficiente valoracin, aceptacin, autonoma, respeto, orgullo oreconocimiento. Hay que considerar que, muchasveces, los padres estn ocupados en cosas importantes. Esto no es una irona, estn ocupados, porejemplo, en buscar dinero para darnos de comer,y por este motivo descuidan algunos de aquellosaspectos. Esto es entendible, aunque muchas veces no nos alcance con la comprensin. Pero entonces no nos dieron ese reconocimiento, estamos perdidos? Si la autoestima depende, enprincipio, del cuidado y de la valoracin de nuestros padres, parecera que, si ellos nos descuidaron en ese sentido, realmente estamos perdidos.Pero no, no lo estamos y ahora contesto lapregunta original de Chvela, porque si uno noha recibido ese mensaje, puede aprenderlo msadelante.

De manera que aquel aprendizaje que no sehizo en la infancia, puede y debe realizarse despus. Es ms, no hay ningn problema en que assea. Eso s, voy a tener que ser yo el que busquelos lugares dnde encontrarme valioso, aceptado,autnomo, respetado, orgulloso y reconocido, para poder adquirir, a partir de all, la concienciade mi propio valor.

seora que cuchichea: Si uno ha vivido en un entorno familiar en el cual no recibe nada de esto, ysigue luego viviendo en ese ambiente, es muyduro.

J. B.: S, claro que es muy duro. Ojal podamos darlea la gente cada vez ms espacios donde puedaencontrar compensacin de estas cosas que no encuentran su entorno habitual. Los grupos de autogestin o de autoayuda sirven mucho en estesentido; son una manera de realimentar estos sentimientos, de recibir del grupo lo que puede noestarse recibiendo o no haberse recibido nuncadesde el entorno familiar.

Un grupo de reflexin, un grupo de autoayuda, un grupo de lectores de libros, de observadores de pjaros o de alpinistas, en fin, cualquiergrupo de pertenencia, si es un grupo, funcionacomo un gran aportador de valoracin, de aceptacin, de autonoma, de respeto, de lmites en elmejor sentido: el de aquello que nos une y nosdiferencia del resto del mundo. Un grupo nos nutre de sensacin de orgullo compartido, de respeto y reconocimiento mutuo. Por esta razn la familia es tan importante, porque la familia funcionacomo un grupo de pertenencia. Porque la familiaes un grupo.

hombre de aspecto pensativo: Pero eso era antes, ahora la familia como grupo se ha perdido.

J. B.: Nosotros pertenecemos a esa generacin dondelos padres nos decan: Cllate mocoso. Claro, esto ha cambiado. Le digo a mi hijo: Cllate mocoso y probablemente me responda: Cllate t, viejo. Los que pertenecemos a la generacin quehoy tiene entre treinta y cinco y sesenta aos, hemos funcionado como una bisagra interesante eneste sentido. Les hemos enseado a nuestros hijos algo que nuestros padres no nos ensearon,que es la capacidad de rebelda. Nosotros se la enseamos, por qu nos sorprendemos ahora cuan do no nos hacen caso? Nosotros les enseamosque en verdad tenan que rebelarse. Por supuesto,no nos dimos cuenta de que se iban a rebelar tambin contra nosotros. Pero es una suerte: eso eslo que los va a salvar. Aunque tambin terminesalvndolos de nosotros.

En todas las cosas que no pudimos evitar de nuestros padres porque nos costaba ms rebelarnos nuestros hijos se van a rebelar. Nuestrasmiserias no van a pasar tanto a nuestros hijos como pasaron en la generacin anterior o en dosgeneraciones atrs. Es decir, mi padre padeci siniestramente las cosas que mi abuelo le haca,porque no tena ninguna posibilidad de rebelarse. Mi padre empez a ensearme a m esta posibilidad. Y hoy yo se la enseo a mis hijos. Esas como esto se transmite. Y es lo que va a salvara mis hijos de m, afortunadamente.

Es obvio que cuando uno viene de un entornofamiliar no valorativo, le es ms difcil. Porque la familia es como un trampoln que se prepara paraque cuando el nio llegue a la adultez, salte ycaiga bien, en una buena zambullida maravillosa, esttica, espectacular, exitosa y seguraen lapileta de su vida, que es en la que va a vivir. Estoes la familia. Si los soportes de este trampoln son tan flojos, el salto es siniestro. Y si el trampoln serompe o est deteriorado, el muchacho se puederomper la cabeza. sta es la importancia determinante de la estructura familiar.

No obstante, hay dos mecanismos por los cuales se ensea la autoestima a los hijos. Uno, elclsico, que nuestros padres nos hayan sabido ypodido aportar aquella atencin y cuidados queenumeramos a partir de la palabra valor. Y el otro,ms sutil pero tan determinante como el primero,el modelo a imitar que los padres muestran a sus hijos.

La autoestima por imitacin se aprende viendo la autoestima que mis padres tienen por s mismos (y con esto, Sara, le agrego lo que le faltabaa tu razonamiento o, mejor dicho, lo que no dijiste, porque seguro que lo sabes). Es decir, mispadres pueden darme todo lo que enumeramos.Hasta ahora, pero si ellos no se sienten valiosos,si no se aceptan verdaderamente, si no se sientenlibres, si no son capaces de ponernos lmites, sino estn orgullosos de ser quienes son, ni son capaces de recibir lo bueno de la vida, si ellos, enfin, no tienen un buen caudal de autoestima, entonces yo no aprendo nada.

Yo aprendo la autoestima no slo por ser es timado, sino porque quien me estima se estima,se sabe valioso. Es decir, para que alguien puedavalorarse, es necesario que sienta no slo que elotro lo valora sino, adems, que ese otro se valora a s mismo. De qu me sirve ser valioso para alguien que no se siente valioso?

Por eso, lo mejor que yo puedo hacer para ensearle a mi hijo la autoestima es estimarme. Como setenta y cinco por ciento de nuestra comunicacin es no verbal, nuestros hijos aprendenms de lo que nos ven hacer que de lo que nos escuchan decir.

En ocasiones, cuando me refiero a este tema, suelo contar un cuento que, si bien es muy duromotivo por el cual a veces lo omito, ilustrade modo elocuente la idea de lo influyente quees en nuestra vida la relacin con los padres.

Hace mucho tiempo, en un pequeo pueblo dealgn lugar de Oriente, viva un seor con cuatrohijos, el menor de los cuales tena, en el momento de esta historia, alrededor de treinta aos. Para ese entonces,sus hermanos contaban con treinta y cinco, treinta ysiete y cuarenta aos. El padre tena algo ms de sesenta, pero como en esa poca el promedio de vida rondaba los cuarenta aos, era prcticamente un anciano y,por lo tanto, tena todos los problemas propios de lasenectud. Su cabeza, su cuerpo, sus esfnteres, su capacidad para valerse por s mismo, nada de esto funciona ya bien en el viejo.

Un da, el hijo ms joven se cas y se fue de la casa.Se gener entonces un gran problema: el padre se que dara solo. La madre haba muerto a raz del ltimo parto y los otros hermanos ya estaban casados. En consecuencia, no haba nadie que pudiera hacerse cargo deeste viejo, con el agravante de que no eran pocas enlas que hubiera asilos ni dinero para pagarle a alguienque se ocupara de cuidarlo.

Los hijos empezaron a sentir que, pese al amor que letenan, el padre era una complicacin. No era posibleque ninguno de ellos se llevara al padre a vivir a su casapara hacerse cargo de l. As es que los hijos tenan verdaderamente un serio problema.

El cuento comienza con los hijos reunidos conversando acerca de cul ser el futuro del padre. En un momento dado, se les ocurre que se podran turnar. Peropronto advierten que esa solucin no va a ser suficientey, adems, que significa un gran costo para sus vidas. Yentonces, casi sin darse cuenta, empiezan a pensar quelo mejor que les puede pasar es que el padre se muera.

Pese al dolor que implicaba para ellos ese reconocimiento, pronto advirtieron que no podan slo esperarque esto sucediera, porque el padre poda llegar a vivirmuchos aos ms en aquella situacin. Pensaron, tambin, que ninguno de ellos podra soportar esa demora.Y entonces, misteriosamente, a uno de ellos se le ocurrique, quiz, lo nico que habra que hacer era esperar quellegara el invierno. Quiz el invierno terminara con l. Yfue as como imaginaron que si entraban en el bosquecon su padre, y el padre se perda, el fro y los lobos haran el resto...

Lloraron por esto, pero asumieron que tenan que hacer algo por el resto de sus vidas. Y decidieron turnarsepara cuidar al padre, pero slo hasta la llegada del invierno.

Despus de la primera nevada, que fue especialmente intensa, los cuatro hermanos se reunieron en la casa.Le dijeron al padre:

Ven, pap, vstete que vamos a salir.

Salir? Con la nieve? pregunt el padre sin comprender. Pero los hijos respondieron:

S, s, s, vamos.

El padre saba que su cabeza no estaba funcionandobien ltimamente, as que decidi acatar con sumisinlo que sus hijos le decan.

Lo vistieron, casi irnicamente lo abrigaron mucho, yse fueron los cinco rumbo al bosque.

Una vez all, comenzaron a buscar un lugar para abandonarlo y desaparecer rpidamente. Se introdujeron enel bosque, cada vez ms profundo, hasta que en un momento dado llegaron a un claro. De pronto, el padre dijo:

Es ac.

Qu? preguntaron asombrados los hijos.

Es ac repiti el anciano.

Supuestamente, el padre no tena la lucidez suficiente para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Porotro lado, ellos se haban cuidado muy bien de no decir lo. A qu se referira el padre?

Ac, ac, ste es el lugar insisti.Entonces, los hijos le preguntaron:

Qu lugar? Pap... Qu lugar?Y el padre respondi:

ste es el lugar donde, hace veinticinco aos, abandon a mi pap.

sta es la historia de la educacin, para bien ypara mal. Porque vamos a hacer con nuestros padres lo que ellos nos ensearon que se hace conlos padres. Del mismo modo, nuestros hijos vana hacer con nosotros lo que nosotros hicimos connuestros padres.

Si hemos trasladado la capacidad amorosa deamar a nuestros padres, cuidarlos y sostenerlos,hemos estado enseando a nuestros hijos esa capacidad, hemos trasladado ese aprendizaje. Si cadavez que llego a mi casa digo: Cundo ser la hora de que mi padre se muera y vivo abandonndolo en el bosque, algn da mi hijo va a pensarlo mismo. En consecuencia, si vivo diciendo dem: que trabajo en lo que no me gusta, que la vi da es desastrosa, que no valgo nada, que estoyenojado; si vivo faltndome el respeto a m mismo, no sintindome orgulloso, sintindome esclavo de la vida que llevo y tengo una autoestimamuy baja, cmo puedo pretender que mi hijo sesienta valioso, si es el hijo de uno que no vale?

En suma, la mejor manera de ayudar a mi hijoa que tenga su autoestima preservada es, primero, dndole ese valor, ofrecindole la posibilidadde adquirir aquellas capacidades que enumeramos; y segundo, pero no menos importante, sintindome valioso yo. Slo si uno se siente valiosopuede transmitirle a un hijo lo que significa sentirse valioso.

Pero si esto no ha sucedido, si yo no he tenidola suerte de nacer en un espacio donde mi madrey mi padre pudieran sentirse valiosos y valorar me, qu hago? En ese caso, habr que buscar enel afuera personas y grupos que sean capaces decubrir esas carencias. Pero atencin, van a tener.que ser personas y grupos capaces de dar y recibir amor, que estn orgullosos de ser quienes sony que se animen a ser protagonistas cada uno desu propia vida.

Esto es, para m, la autoestima. Y como comprendern, esta idea de lo que significa la autoestima es fuerte, trascendente, y est ntimamenterelacionada con el concepto de salud mental.Pero fjense, tambin, que en la lista que fuimoshaciendo a partir de la palabra valor, en ningnlado est la palabra quererse. Y ahora vamos aver por qu.

La idea de crecimiento y superacin, que ustedes bien expresaron, tiene que ver con la consecuencia de todas estas nociones que hemos sealado. Pues si yo realmente me valoro, me acepto,me respeto, me siento orgulloso de m mismo y reconocido, inevitablemente las cosas que haga vana redundar en crecimiento personal y, sin duda,voy a querer superarme; pero no a causa de sentirme inservible, sino como resultado de sentirmebien; sentirme bien sin descartar la idea de quepuedo ser mejor. Porque superarse quiere decir:

hoy estoy bien y maana voy a estar mejor, yno: hoy estoy mal y maana voy a estar bien. Estoes muy importante; superarse no debera implicar nunca desaprobacin hacia uno en el presente.Hay alguna pregunta sobre autoestima?

seora de voz montona: La palabra orgulloso, noes entrar en un defecto?

J. B.: Depende de cmo lo mires. Por eso yo deca queera un concepto complicado. Pero te cuento: laverdad es que yo me siento bastante orgulloso deser como soy.

seora de voz montona: Eso no es soberbia?

J. B.: Soberbia? Sabes qu sera soberbia? Creerme que por ser como soy, por sentirme orgulloso de m,soy ms que t.

seora de voz montona: Pero el orgullo es lo contrario a la humildad.

J. B.: No. Ahora vas a ver que no es as. Dame un minuto.

flaco alto cabezn: El tema es el lmite a la sobreestimacin. Porque la autoestima puede tener un escaln superior, que es la sobreestimacin, la cu