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Bourdieu, Pierre - Que significa hablar · 41 t ndidas a la vez como capacidad de produccion y capacidad toresen ~aci6ny de apreciacion 0, en otras palabras, como la capaci deapro~ienenlos

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Maquera: RAG

Reservados todos los derechos, De acuerdo a 10 dispuesro enel arr. 270 del Codigo Penal, podran ser casrigados con penas

de rnulta y privacion de libenad quienes reproduzcan 0 plagien,en to do a en parte, una obra literaria, artfstica a cientifica fijada

en cualquier tipo de soporte sin la precepriva autorizacion.

PIERRE BOURDIEU

GQUE SIGNIFICAHABLAR?

1.' edicion: 19852.' edicion: 19993.' edicion- 2001

© Ediciones Akal, S.A., 1999: 2001Sector Foresta, 1

28760 Tres CantosMadrid - Espana

Tel.: 91 8061996Fax: 91 804 40 28

ISBN: 84-7600-050-2Deposito legal: M-40.574-2001

Imprcso en Materprinr, S.L.Colmenar Viejo (Madrid)

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t ndidas a la vez como capacidad de produccion y capacidadtores en ~aci6n y de apreciacion 0, en otras palabras, como la capaci­de apro~ienen los diferentes agentes que actuan en el intercambio paradad que

r los criterios de apreciacion mas favorables a sus productos.irnpon:pacidad no se determina s610 desde el punto de vista lingtiisti­Bstacerto que la relacion entre las competencias linguisticas -queCO. ~to que capacidades de produccion socialmente clasificadas ca­en ~arizan unidades de produccion linguistica tambien socialmente cla­r~tc:das, y, en tanto que capacidades de apropiacion y de aprecia­s~ ,In definen mercados, asimismo socialmente clasificados- contri­~~y; a determinar la ley de formacion de precios que se impone paraun cambio particular. En cualquier caso, la relacion de fuerza lingiiis­tica no esta exclusivamente determinada por las fuerzas lingiiisticasen presencia. A traves de las lenguas habladas, los locutores que lashablan Ylos grupos definidos por la posesion de la correspondientecornpetencia, es toda la estructura social 10que esta presente en cadainteracci6n (y, asi, en el discurso). Esto es 10 que justamente ignorala descripci6n interaccionista que trata la interaccion como un impe­rio en un imperio, olvidando que la forma particular que reviste 10que ocurre entre dos personas -entre una patrona y su domestica,0, iratandose de una situacion colonial, entre un francofono 0 un ara­bofono 0 incluso, en una situacion post-colonial, entre dos miembrosde la nacion antiguamente colonizada, arabMono el uno, francofonoel otro- se debe a la relacion objetiva entre las lenguas 0 los corres­pondientes usos, es decir, a la relacion objetiva entre los grupos quehablan esas lenguas. Para mostrar hasta que punto ese esmero en vol­ver «a las cosas mismas» y cefiirse al maximo a «la realidad» que sue­le inspirar la intencion «microsociologica», puede conducir a la fugapura y simple de 10«real», algo que no se entrega a la intuicion inme­diata en cuanto que reside en estructuras transcendentes a la interac­cion de que estas estructuras informan, no hay mejor ejemplo que elde las estrategias de condescendencia. Asi, a proposito del alcalde dePau, que durante una ceremonia en honor de un poeta beames se di­rigio al publico en beames, un periodico en lengua francesa publica­do en Beam (provincia del sur de Francia) escribe: «Este detalle con­movio mucho a los asistentes» I. Para que tal asistencia compuesta

1 La celebraci6n ojicial del centenario del nacimiento de un poeta de lengua bear­nesa, Simin Palay, cuya obra completa, lengua aparte, aparece dominada, tanto enla forma como en los temas, por la literatura francesa, crea una situaci6n lingiiisticacompletamente ins6lita. No solamente los guardianes titulados del bearnes, sino tam­bien las propias autoridades administrativas transgreden la regia no escrita segun lacual el frances seria de rigor en todas las ocasiones oficiales, sobre todo en boca delos ojiciales. De ahi la observaci6n del periodista (que sin duda expresaba muy fiel­mente una impresi6n muy general): la intervenci6n mas senalada correspondi6 de to­das formas al prefecto de los Pirineos Atlanticos, M. Monfraix, que dirigiendose a laasistencia en un excelente bearnes (... ). M. Labarrere (alcalce de Po) respondi6 a Mlle.Damazou-Betbeder. presidente de 1aescuela, en un bearnes de calidad. Esta atenci6nafect6 mucho a la asistencia que aplaudi6 largamente (La Republique des Pyrenees.9 de septiembre de 1974).

CAPiTULO II

LA FORMACION DE PRECIOS Y -r, , .••. ,

BENEFICIOS LAPREVISION 1)«Qu' , ~izas por COstu b

que tOdo ho b . m re profesional "jo, la calma m re Importante adquier~ qUlZas en virtud de Imite al interl~~~~~e, sabiendo que dom~~:~~f se SOlicita suac~alllJ'tam bien para hac que se agite, se esfuerc a conversaci6n nse,a pesar de J er valer el canicter dey 10nase mal ' ~er.guien le os ~randes favoritos) J e.su cabeza (segun "10 q~12as

expoma al ' e senor d N e gneabsoluta Com . go, conservaba una' e, ,orpois, cUand ga,-y Sordo_ 0 sr se estuviera habland Jnmovlhdad de rOst 0 aI,

en Una gJYPtoteca» 0 ante algun busto r~ tan" . antlgUo

Marcel Proust· E b' n usca del .

ttempo perdido.Relacion de com . . .

da en Ia transcripcio Ull!Cac1On entre un emisorblecimiento de ,n yel desciframiento Yun receptor fundbi un codig d ,por con" , a-

~amb 10 lingiiistico es ta~b?' e un.a competencia g:~gUIe;te en el esta.Ca 0 en una cierj .I;n un Illtercambi . era ora, el inter

tor, provisto de un ~/e:ac1On.simbo1ica de f~:conomico que se lIev;merC~do), apto par er 0 capltal1ingiiistico rzas entre un produc_co. ~Icho con otras

ap~ocurar un cierto ben;d'ci~n cons?midor (0 un

s~m solo excepcional p abr~s, los discursos no m~t~nal 0 simb6li_clfra~os; son tambi ?Ien.te) slgnos destinados a son UllIcamente (010apreclados Ysignos ~~ s/gno~ de riqueza desti;e~cOmprendidos, des­ldos. Jndependientemen~:~r~dad destinados a ~ro; a.Jer valorados,os usos poeticos_ del e os usos literarios rei os Yobedeci-

~a,lengua funcione sololenguaje, en Ia vida ordin;~ especialmente deusqueda de Ia maximi co~o puro instrumento na es rnuy raro que

cepclonalmente es el f' zac1On. del rendimient .d~ comu.ll!cacion: lapuramente instrum III exc1uslvo de Ia Produ o. ~n ~rmatlvo solo ex­tr?~iccion con Ia b ,ental dellenguaje que im ~~Ion llllgiiistica Yel uso~01I~? Si esto es a~,squeda,. a menudo incont·lca suele entrar en con­lIngUIstica comunic~ ~de~as de la informaci~~ente, del beneficio sim­nera.(diferencial) de lllevIt~blemente una info decl~~ada, la practicaperclbido Yapreciad COmUll!car, es decir sob rma~1On sobre la ma­~ practicamente co;pp~r.referenciaal ~nive~~~l ~st:lo expresivo queslmbolica. e ItIVOS, cobra un valor e. os estilos teoric~

SOCIal Y una ef' .Icacla

CAPITAL. MERCADO Y PRECIO

Los discursos solo c bu.n mercado, caracteri 0 ran su valor (y su s .t~~:~ el valor del discu~~~od~~r uga ley particul~~~~% en re!~cion Con

ce concretamente ent 1en e de la relacion d f rmaclOn de pre-re as comp t. e uerzas q40 e enclas ling'" . Ue se es-

UIStIcas de los 1ocu-

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de gentes cuva lengua materna es el vearnes sient~:~~~e~etalle» ~l hecho de que un alcalde bearn~cs~~~rfn «conlllo,la cual iaelSePnrgecIsof que reconozca tacjtamente esa ley no elcarl,a

t ella ell, ua rancesa se ' com 1 " a segti

~~~~~~sc~~ ~;~~~~: ~ b~s ~~,u~~~~~; ~fici~lle~"u£~c:s~~t~~~~l~:~ lo~entre las len neJlclarse de a re aClOn de fuerzas ,?n,do, si el fra gU?S qu; en la pnictica se enfrentan (inc1uso y o~jetIvamente esa re~~~'esta aus~nte) ~n el aC!O mismo de nega; si: ~e, to,las hablan S ron, es decir, la jerarqtJla entre esas lenguas b~llca_que la d'f' e~ejant~e.strategia es posible en todos aquell y qUlenesentre su 1 eren~la ObjetIVa entre las personas en presenci os casos enpor tOd~s~roPledad7ssociales) es 10 btlstante conocida y:/es de7ir,

y espectad;:: ~~r~~cr~arPo~,quienes estan presentes, com~~~~~~dala jerarquia (la' ,teraclOn) para que Ia negaci6n simbo'l' es

. que conslste por ei 1 e rca dernna acumular los be f.' ~ ejemp 0, n mostrarse «simple») pe

~e::F~~~~omP17tam,e~~e~~~~~:~~u~~~~;aj:;~~:u:~~ ei::ee~~~cura l~utilizar Ia r~~~i~~~hc~ el ~econocimiento concebido a l~ man~~aP~rpuede producir est~C;:-f~~i~l~a. Dedhecho, .el alclande de bearnes s61~calde de una gran ciud e con escenCla, en a medida en que altodos los titulos (es pro~d, con el aval de cIUdadano, POsee tambie~ci6n de pleno derecho e~or agreg~d~) q%e garantizan su participa_(nadie, y sobre todo ,en. a «supe~lOnd<J »,de, Ia lengua «superion>rrido Ia idea de alaba~l?gun penodlsta provI~clal, se Ie hubiera ocu-bearnes puesto ,a cahdad de su frances, como se hizo codefinici6n, ex-ofl~i~el es un lo~utor titular, patentado, hablandon ~~tor legitimo de la len' ~n t~n.ces «de calidad»), En boca de un lo~u­dad», alabado como~af egltIma ~o que se llama un «bearnes de cali-valor y resultaria 1' no te?dna nmgurr valor. No tendria nin 'situaci6n oficial h~~r dO demas, socio16gicamente imposible en ~~ncar que nunca h~bia a 0 por un campesino como el que, para eXPli~haber obtenido el rna pens~do en ser alcalde d~ su ciudad a pesar des~?ia hablan> (se sU~~~i~~~erf1e vo~os, decla (en frances) que «noCIOn completamente soc'ol' ~ e rances), en n~m~re de una defini-de pasada que 1 I ?glcade la competencla Imgiiistica V

as estrateglas db" d l' . emosvas, tanto en materia de 1 e su verSIOn ~ as jerarquias objeti-chas posibilidades de ser ;;g~~ ;omo en ll?ate

dn a de cultura, tiene mu­

das a quienes estan 10 b mien estrateglas e condescencia reserva_quias objetivas como astante seguros de SU posici6n en las jerarparezca que las igno para poder ~egar1as sin correr el riesgo de qu ­cias, Si un dia el be:r~~ 0 que SO? mcapaces de satisfacer sus eXigen~blarse en las ocasiones o~,(~ ~l cnoll?, en otrOS lugares) llegara a ha­tores de la lengua do ' ICla es, sena por un acto de fuerza de locumidad lingiiistica (al~~ante 10 bastan,te provistos de titulos de legiti~no puedan resultar s nos ante sus mterloctltores) como para Ue«a falta de otra cos~>~~echososde recurrir a Ja lengua estigmatiz~da

Las relaciones de fuerzas que aparecen en eJ mercado lingiiistico

p

s variaciones determinan las variaciones del precio que un mis­y CUX~curso puede recibir en diferentes mercados se manifiestan y rea­~o len cuanto que ciertos agentes no estan en condiciones de aplicarhZ~ productos lingiiistic~s ~~reci~os, por ellos mismos 0 po~ los de­a I, los criterios de apreciacion mas favorables para sus propios pro­m;:;os, Este efecto de imposicion de legitimidad es tanto mayor -yt leyes del mercado tanto mas favorable a los productos propuestosaSr los detentadores de la mayor competencia lingiiistica- cuanto con

pOas fuerza se imponga el uso de la lengua legitima. Es decir, cuanto~as oficial sea la situacion -y, por tanto, mas favorable a quienesestan mas 0 menos oficialmente acreditados para hablar- y cuantomas total sea el reconocimiento (aunque relativamente independientede su conocimiento de esta lengua) que los consumidores concedena la lengua Y a la competencia legitimas.

Dicho con otras palabras, el mercado es tanto mas oficial, es de­cir, practicamente de acuerdo con las normas de la lengua legitima,cuanto mas dominado esta por los dominantes, es decir, por los de­tentadores de la competencia Iegitima, autorizados a hablar con auto­ridad. La competencia lingiiistica no es una simple capacidad tecnicasino una capacidad estatutaria que suele venir acompafiada de unacapacidad tecnica, aunque s610sea porque esta capacidad tecnica de­pende de la asignaci6n estatutaria (enobleza obliga»), ala inversa de10 que se suele creer cornunmente, entendiendo la capacidad tecnicacomo el fundamento de la capacidad estatutaria. La competencia le­gitima es la capacidad estatutariamente reconocida a una persona auto­rizada, a una «autoridad», para emplear en las ocasiones oficiales lalengua legitima, es decir, oficial (formals, lengua autorizada que creaautoridad, palabra acreditada y digna de credito 0 Performativa, quepretende (con las mayores posibilidades de exito) producir efecto. Unavez definida asiesa competencia legitima que implica la eficacia reco­nocida a 10 performativo, se comprende que ciertas experiencias depsicologia social hayan podido establecer que la eficacia de un dis­curso, el poder de convicci6n que se Ie reconoce, depende de la pro­nunciacion (y secundariamente del vocabulario) de quien la pronun­cia, es decir, depende de la autoridad del locutor, a traves de ese indi­ce particularmente seguro de la competencia estatutaria. La evalua­ci6n practica de la relaci6n de fuerza simb61ica que determina los cri­terios de valoraci6n en vigor en un mercado determinado s610 tomaen cuenta las propiedades propiamente lingiiisticas del discurso en lamedida en que anuncian la autoridad y la competencia sociales de quie­nes las pronuncian, Lo mismo puede decirse de otras propiedades nolingiiisticas como la posici6n de la voz (la nasalizaci6n 0 la faringeli­zaci6n), disposoci6n duradera del aparato vocal que constituye unode los mas poderosos signos sociales, y de todas las cualidades masabiertamente sociales, como los titulos nobiliarios 0 escolares, el ves­tido y especialmente los uniformes y vestimenteas oficiales, los atri­butos institucionales, el ptilpito del sacerdote, el estrado del profe­sor, la tribuna y el micro del orador, que colocan allocutor legitimo

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II'!

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en ",pOSICIOn eminentetructura del es acio y ~structuran la intera "grupo dentro ~el c que imponen y, en fin la~wn. a traws de la ebT tSdi, la compete~~;:~i;lge~? t~ cabo e,l ;nte~~~::::i~omposicion del,I I a es de funcion IS rca dominante ' ,

tico capaz de impon~r en un mercado particul~lene tanta~, ma~ posi-a sus productos y de /a ley de formacion de ~o~o capital lingut.cu~nto mas oficial s p ncn,'" el correspondie p ecios '!'" favorabsde imponer por sf mi~a la situacion. Es decir ute beneflc~Q simbolicado de expresion dorni rna el reconocimiento d~ ~u~nt?,m~s capaz seamenos al nivel de mante.. convirtiendo la ~ egitimidad del mo­caH~a" ,«ignm,a;,:orncoacion) qne la ca::,:n~ntes faciitativas (.oficiales) y cuanto ~aco~o se dice de las ves/

n zanen reglas impe­

producciones lingtiis/ dispuestos se muestren]~e~tas ,en las comidasla coercion de la si IC~~ a conocer y recono as estmatarios de suspresion. Dicho de ~~::}on oficial, la legitimi~~d ~ margen mismo denan esas diferentes ~r,?a: cuanto mas e este modo de ex­mente concecidos aclondIClOnes en un me;c~~n mayor grado, se reu­f~ontan alii rna, peox~' productos lingiiistico," los valores practica-e~~, en la hipotesis d imos estaran al valor teoque realmente se con­CIOn en el sistema e un mercado unificado nco que se les atribui-~edlda que dismin~mpleto de 10' estilos lin' .'~. funcion de su posi­bio y el grado en qut el grade de oficialidal~"tOs: A la inversa azados, la ley de form es~.cambio esta dominado' a situacion de c';"·ble a I~s pmducto, dacwn deprecios tiende a poclocntores autod·la defmicion de Ia ref l~~ habitus lingtiisticos ;ac~rse menos favora­cado puede Sel- ob' aClOn de fuerza simb T ommados. Cierto quetos limites, puede Jeto de ?na negociaci6n 0 Ica constitutiva del mer­bre las condicio ser ma~~pulado por un y que,el mercado, en cier­plo, de las expr~~~~:sutlhz~cion del discu~:~~~dISCurSO que versa so­bra demasiado l'b que slrven para intr d' al es el caso por eJ' em-n I re 0 choc 0 UClr 0 ea esta expresion» ante (<<si me 10 pe ' xc~sar una paIa-bo», etc.) 0 las qu~ ~<~or respeto a usted» «rmlte», «Sl se me perdo­queza de que se ben:fi~~rzan, anunciand~loPe~p~! ~espeto que Ie de­«estamos en familia» la un mercado particul ICltamente, la fran­pulacion es tanto ' ' etc.). Pero es obvio lar (<<entre nosotros»d~~cencia, cuanto';;,":' ~<ande, como muest~~e a capacidad de mani:bIen que la unificaci':tnl~~ortante sea el caPi~:as est,rategias de con-para que los doml' d e mercado no es poseldo. Cierto tam

P

' d na os no nunca ta b ­nva a, entre famT puedan encontra n a soluta como

de fonnacion de p , ,~ees, otms meecados d ; en el espacio de la vidaen estos intercam~7~lOS ~ue se aplican a los emque. dependen las leyespmductos lingUistic; pr!~a~~s entre «p.,.tena~rcado, ma, oficiales"s «I egltlmos» se miden c~es» homogeneos, losn arreglo a criterios

2 Lo que se Ipara I ,ve c aramente Icaso as ocaSI<~nes privadas _ en e ~aso de las lenguas r .• para los mtercambios ent~~ ~;~~~. princil?almente enef~~~~'es cuy? uso se reserva44 ores socmlmente ho ' a famlhar- Y. en t dmogeneos (entre camp . 0 0esmos),

que ajustados a sus principios de produceion, tes liberan de la logi-ca 'necesariamente comparativa, de la dlstlncio

ny del valor. Dicbo

es

tO,

Ia leY oficial, asi mas provislonalmente snspendlda

que realm

ente

traIlSgredlda," sigue siendo valida Yse Impone a los domiaados

enel tOOmento en que salen de las provincias francas en el que el bablarfr

auco

cirCUIa

, comO 10 muestra et hecbo de que sea ella la que rtse

Ia produccion de sus"ortavoces en el momento

en que estos estlin co­locados en "tuacion oHciaL Asi, pues, nada autoriza a considerar co­roo «verd

adera»lengua popular el uso que circula en ese islote de li-

beflad doude obtlene licencia (palabra tipica de los diccionarios) puesto

que soest. entre iguales Yno hay por que entonces «vigilarse». Tam­bien es ver

dadque la competencia popul"', cua

ndoafronta un mer­

ca

do

oHcial como el que representa _salvo control expreso-,

Ia si­tuaci

onde investig

acion,resulta aniquilada. EI hechO de Ia legitimi­

dad Imguistica reside precisamente en que 10' dominados

son vlrtual­mente jUstlHcables segUnla ley oHcial, loduso si se pasa

ntoda su vi·

da, como elladron del que bablar Weber, fuera de su control e inclu­so cnan

do,en situacio

noficial, son condenados aIsllencio 0 a ese dis­

curso

descompuesto

que suele registrar, muy a menudo, la encuesta

lingiiistica.Lo que quiere

decir que las produccioues det mismos habituS lin-gulstico varian seg

unet mercado y que toda observacion lingUistica

reglstra

un discurso

que es producto de la retacion entre una compe­tencia Iingillsti

cay ese mercado particular que es la situacio

nde en­

cuesta, mercado de un muY alto grado de tension ya que las leYes defonnaci

onde precio

sque 10 rigen se asemejan a las del mercad

oesco­

lar. TOOa busqneda de v.,.iables capaces de explicar las v.,.iaci

ones

asi reglstradas tiende a olvidar al proplo erecto de la sitnacion

de en­cuesta, variable escondida que consti",ye sin dudael origen del pesodifeeencial de las difeeentes variables. Asi, quien

esqueriendo romper

con las abstracciones

de la lingUistica se esfuerzan en establecer esta­disticamente los factOres sociales dela competen

cialinguistica (medi­

da con tal 0 cual Indice fonologicO, lexicologico 0 ,intactico)

se que­dan a mitad de camino, olvidan, en efecto, que los difer

ente'factores

medidos eo una situacion de mercado particular, la qne crea la en­cuesta, en una situacion de mercado particular, la que crea la encues­ta, en una situacion diferente, podrian recibir pesos retativo

smuY di­

ferentes; Yque se trata, pues, de determlnar como v.,.lan

tos peso,explicativos de los diferentes factores determinantes de la compete

cia cuando se bacen varia r sistematicamente las situaciones de merca­do \10 que supoudria sin duda la puesta en marcba de un verdadero

plan de experimentacion).

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' ..'\0..

"

Etudes de Lingiiisti-. ., -7'

4 Ver B de Cornulier «La noci6n de auto-interpretacIOn,. 1982que appliq~e, 19, 1975, PP» 52-82. . . rMinuit, 1982, P. .

5 F. Recanati, Les ennonces performatifs, Pans, Ed. D.6 F. Recanati, op. cit., P. 195.

• .., rado en enco~-

. de la orden. Cierto que los hn~~l~t~s se h~n.apresu 10 performatl­no n las vacilaciones de la definicion austlmana de ~ustin les ha­rrar ~~ pretexto para hacer desaparece~ ~I ~roblen,ta qU~~te lingiiisticav~, lanteado y para volver a una defl~lc~one.stnctaIJI 05 performati­bla ~ ora el heche del mercado: al dlstmgUlr entre Ique represen-que 19n .fi t slO

I 'Cl'tOS necesariamente auteveri ican es, pue 'vos en el sen-vos exp1, .' , 1 f mati .n si mismo la realtzacion del act?, y os per or. un acto dife-t~~oemas amplio de enunciados que SlTven ~an~ reahZ~nte, al distin­n te al simple hecho de decir algo -0, mas slmpleJlllarar la sesi6nren I' .. , ti rno deC d. entre un acto propiamente mguis lCO .co .,~ por hecho e~~~~rta, Y un acto extralingiiistico co~o abrir la sesicar el analisis dedeclararla abierta- se creen con autoridad para recus\OS enunciados

Icondiciones sociales del funcIOnamlento de

U f'erformativos. . solo se re lerenp Las condiciones de felicidad de q~e Austm h~bla sesi6n hay queal acto extralingiiistico; en efecto, solo para abn~ la

llcon indepen-

t habilitado Y cualquiera puede declararla abler! ~ 4. l.Es precise~se~~ia de que su declaraci6n tenga 0 no te~ga efectOllsiste en un de­tanto ingenio para descubrir que cuando m; hacer c~vando ha~ta .~?Scir, yo hago necesariamen~e1.0 q~e yo digo? '. Pe.~? l~ !lYextr~lmgUls­ultimas consecuencias la dlstmcIOn entre la hngUlstl~!l (especlalmentetica en la que aquella pretende fu~~ar su autonomi ( el absurdo querespecto a la sociologia), la pragmaUca dem~est~a p.~(1 que s610 pue-los actos que Austin d:scribe son actos de mstltucl~ida, est~~ acep­den ser sancionados soclalm~nte c~ando, en alguna m I:1rir la seSlOn haytados por todo el orden social. «Si, en efecto, para a osici6n de supe­que estar «habilitado» no hay necesidad de estar en ~en a su capitan.rioridad para ordenar: el soldado puede dar u~a or etos» s. Mas au~Ocurre, simplemente que esa orde.n no te~,dra efe aue estar aut?n­«para pretender legitimamente abrir la seSIOn, ha~. pero cualqUlerazado por la instituci6n Y no todo el mundo 10 esta- mo es la orden,tiene autoridad para realizar un acto de palab.ra c~n acto tal» 6. Lade manera que cualquiera puede pretender reahzar pstituyen los per­construcci6n de estos «perforrnativos puros» que cOrecer a contr~rioformativos explicitos tiene por efecto h~cer des~p~tes, que imphcansensu los presupuestos de los perf?rmatlvos c.orn~?" : desde un puntola referencia a sus condiciones soclales ~e reahzaclO~cir cualquier cosade vista estrictamente lingiiistico, cualqUlera'p~ede d 'barra las letrinas.y el simple soldado puede o~denar ~ su,c~pltan que de hecho adoptaPero, desde un punto de vista SOCIOlogIC?,. el que~ felicidad, es cla­Austin cuando se interroga sobre las condIcIOnes. d~ quiere s610 puedero que no todo el mundo puede afirmar todo. 0, Sl S ocurre en el casohacerlo corriendo unos determinados riesgo s, comO

p

La cuestion de los enunciados performativos se aclara en el rno­mento en que estos se contemplan como un caso particular de los efec­tos de dorninacion sirnbolica que tiene lugar en todo intercambio lin­guistico. La relaci6n de fuerzas lingiiistica no se define nunca exclusi­vamente por la relacion entre las competencias lingiiisticas en presen­cia. Y el peso de los diferentes agentes depende de su capital simboli­co, es decir, del reconocimiento, institucionalizado 0 no, que obtienede un grupo: la imposici6n sirnbolica -esa especie de eficacia magicaque pretende ejercer no ya la orden 0 la consigna, sino tambien el dis­curso ritual, la simple cornunicacion, la amenaza 0 el insulto- s610puede funcionar en tanto en cuanto se reunan condiciones sociales ab­solutamente exteriores a la logica propiamente linguistica del discur­so. Para que el lenguaje de importancia del filosofo se reciba comoeste lenguaje pide ser recibido es preciso que se reunan las condicio­nes sociales propias para que este en condiciones de obtener que sele conceda la importancia que el se concede. De la misma forma, lainstauracion de un intercambio ritual como el que la misa implica,entre otras cosas, que aparezcan reunidas todas las condiciones so­ciales necesarias para asegurar la producci6n de los emisores y de losreceptores conformes con ella, es decir, avenidos entre si; por eso, laeficacia simbolica dellenguaje religioso se ve amenazada en el mo­mento en que dejan de funcionar el conjunto de los mecanismos ca­paces de asegurar la reproducci6n de la relaci6n de reconocimientoque funda su autoridad. Algo que puededecirse tambien de cualquierrelaci6n de imposici6n simb6lica, incluso la que implica el uso del len­guaje legitimo. Un lenguaje que, en tanto que tal, encierra la preten­sion de ser escuchado, e incluso creido y obedecido, y que s610 puedeejercer su especifica eficacia en tanto que pueda contar con la efica­cia de todos los mecanismos, anteriormente analizados, que aseguranla reproducci6n de la lengua dominante y el reconocimiento de su Ie­gitimidad. Observemos de pasada que el principio del beneficio de dis­tinci6n que procura todo uso de la lengua legitima -aunque uno delos componentes, y no de los menores, de ese beneficio haya que bus­carlo en el hecho de parecer unicamente fundado en las cualidadesde la persona- reside en el conjunto del universo social y de las rela­ciones de dominaci6n que Ie confiere su estructura.

La investigaci6n austiniana sobre los enunciados performativos so­10 puede concluirse en los limites de la linguistica. La eficacia magicade esos actos de institucion es inseparable de la existencia de una ins­tituci6n que defina las condiciones (en materia de agente, de lugar 0de momento, etc.) que deben reunirse para que la magia de las pala­bras pueda actuar. Como indican los ejemplos analizados por Aus­tin, esas «condiciones de felicidad» son condiciones sociales y quienquiera proceder con gozo al bautismo de un navio 0 de una personadebe de estar habilitado para hacerlo de la misma manera que, paraordenar, hay que tener una autoridad reconocida sobre el destinata-

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EL CAPITAL SIMB6LICO: UN PODER RECONOClDO

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del insulto. Cualquiera puede gritar en la plaza publica: «decreto lamovilizacion general». Como, al faltar la autoridad requerida, «estaspalabras n~ puede.n ser ~cto, no son mas que palabras; se reducen au.n cIamo~ m~ne, infantil 0 demente 7». El ejercicio logico que con­siste en disociar el acto de palabra de las condiciones de su efectua­ci?n pone d~ manifiesto, por los absurdos que esta abstraccion per­~Ite concebir, que el enunciado performativo como acto de institu­c.lon .s?lo puede eXis~ir socio-logicamente con independencia de la ins­tltuclO.n que Ie.conflere su razon de ser y que, si a pesar de todo seprodujera, s.oclalmente estaria desprovisto de sentido 8. Puesto queun orden 0 incluso una consigna, solo puede ser a favor del ordende las cosas y puesto que su realizacion depende de todas las relacio­nes de orden que definen el orden social, como he dicho antes, habriaque e~t~r loco para concebir y preferir una orden cuyas condicionesde fel.lcldad no se cumplan, Las condiciones de felicidad anticipadascontnbuyen a deterrninar el enunciado y permiten pensarlo y vivirlocomo razonable 0 realista. Solo un imposible soldado (0 un lingiiista«puro») ~)Uede concebir.como posible el dar una orden a su capitan.El enunciado perforrnativo encierra «una pretension exhibida en po­seer tal 0, cual poder» 9, pretension mas 0 menos reconocida, y, portanto, mas 0 menos sancionada socialmente. Esta pretension de ac­tuar sobre el mun,do social a !raves de las palabras, es decir, mdgica­mente, resulta mas 0 menos msensato 0 razonable segun este mas 0

menos fundada en la objetividad de ese mundo social 10: asi, el insul­to (<<tu no eres mas que un profesor») que, por no ser autorizado,puede volverse contra s~ propio autor, y el nombramiento oficial (<<yole nomb.ro profesor»), investido con toda la autoridad del grupo y ca­paz de ~nstltUir una identidad legltirna, -es decir, universalmentereconoclda:-, pueden oponerse como dos actos de nominacion magi­c.amuy desigualrnente garantizados socialmente. Ellimite hacia el quetiende el. enunciado perforrnativo es el acto juridico que, cuando espronunciado por quien esta habilitado para ella en forma 11, es de-

~ E. Benveni~te,.:~robleme~ de linguistiquegenerate, Paris, Gallimard, 1966, P. 273.Entre los linguistas, ~laJn Berre~donner es seguramente quien mejor reconoce

el nexo entr.e 10 perforrnativo y 10 SOCial, 010 que el Ilarna «Ia institucion», es decir,«la existencia de .un poder n?rmativo que somete a los individuos a ciertas practicas,so «pena. de san~lO~es»: «aSI pues, la sustitucion de un decir por un hacer solo puedeser practicable Slexrste.en otra parte alguna garantia de que la enunciacion-Ersat; seraen cualquier cas~ seguida de un efecto» A. Berrendonner, Elements de pragmatiqueImg~lStlque, Pans, Ed. de.Minuit, 1981, p. 95).17-54~' Ducrot, «Illocutorio y performativo» Linguistique et semiotogie, 4, 1977, pp.

10 Insu!to, be?dicion, maldicion, todos los actos de norninacion son, propiamentehablando, profecias que pretenden producir su propia verificacion: en tanto que encie­rre .~na pretension mas 0 menos fundada socialmente a ejercer un acto magico de insti­tucion capaz de crear una nueva realidad, el enunciado performativo realiza en el pre­sente de las palabras un efecto futuro.

II «Los actos de ~utoridad son en primer lugar y siempre enunciaciones preferi­das por aquellos a qUienes pertenece el derecho de enunciarIos» (E. Benveniste, ibid.).

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. or un agente que actua en nomb.re, de todo el grupo, puede susti-CI~, PI hacer por un decir al que seguira un efecto: el juez puede con-tUl r e . . t d

t rse con decir «yo le condeno» porque existe un conjun 0 e agen-ten a . " d . L bu'nstituciones que garantizan la ejecucion e su sentencia. a us-res ~~ del principio propiamente linguistico de la «fuerza» ilocucio­que. del discurso es sustituida por la biisqueda propiamente sociolo-nana . d .

. de las condiciones en que un agente singular pue e aparecer in-gica d .. .ndo y con el su palabra, de una fuerza tal. El verda ero pnncipio

yes I , . id l mi . d 1d la magia de los enunciados performativos rest e en e mlsten?, e;inisterio, es decir, el ministerio de la delegacion. Una delegaclO~ arraves de la cual un agente singular, rey, sacerdote, portavoz, ~ec~beun mandato para hablar y a~tuar en nombre del ~r~po, con~tltUido

, en el y por e112• mas precisamente, en las condiciones sociales deaSI' d . I .,la institucion del ministerio que encarna al man atano egttimo, me-diun entre el grupo y el mismo, en tanto que agente capaz de actuarpor las palabras sobre el mundo social. Lo que lleva a cabo, entre otrasformas, proporcionandole signos e insigni~s destinados ~ record~r queno actua personalmente en su nombre rn con su propia autondad.

No hay poder simbolico sin una simbolica del poder. Los atributos sim­bolicos-como se muestra c1aramenteen el caso paradigrnatico del sk~ptorny las sanciones contra la utiIiza~i?n.ileg.~1 de uniforme -son una ~~n.lfesta­cion publica y, por eso, una oficializacion del contrato de delegacion: el ar­mino y la toga declaran que al juez 0 al medico se les reconoce eI derech?a declararse con fundamento juez 0 medico; que su impostura -en el sent.l­do de pretension afirmada en las apariencias- es legitima. La competenc~a

propiamente Iingiiistica -e1 latin de los medicos de antano 0 la elocuenc~ade los portavoces- es tambien una de las manifestaciones de la competen~la

en el sentido de derecho a la palabra y al poder por la palabra. Cualquieraspecto dellenguaje autorizado, de su retorica, su sintaxis, su lexico e inch.~­so su pronunciacion, no tiene otra razon de ser que la de r.ecordar la auton­dad de su autor y la confianza que exige: en este caso el estilo es un .element~del aparato, en el sentido de Pascal, con arreglo ~l cual el lenguaje tendnacomo objetivo producir e imponer la representacion de su propia Importa~­

cia contribuyendo asi a asegurar su prop~a credibilidad 13: En parte, la efi­cacia simbolica del discurso de autondad depende siempre de la com­petencia lingtiistica de quien 10 dice. Maxime, .evi~ente~ente,cuantola autoridad del locutor no esta claramente institucionalizada. De don-

. 12 «Las dos palabras -ministerium y mysterium- er.an practicam~nte intercam­biables desde el cristianismo primitivo y en la Edad Media se con~undlan constan~e­mente». (ver E. H. Kantorowicz, «Mysteries of State, an Absolutist Concept and ItSLate Mediaeval Origins», The Harvard Theological Review, XLVIII, n.? I, 1955, pp.65-91). .

13 Los dos sentidos de la competencia coinciden si se observa que, de la rmsma ma­nera, aunque, segun Percy Ems Schramn, la coron.a del rey medievaldesigna a la vezla cosa misma y el conjunto de los derechos constitutivos de la dlglll?a~ re~! (comoen la expresion <<los bienes de la corona»), asi tambien la comp~tencla hngUiStIC~ esUnatributo simb6lico de la autoridad que desgina un estatuto soclalmente reconocldoC?mo conjunto de derechos, empezando por el derecho a la palabra, y la correspon­dlente capacidad tecnica.

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Parece como si en cada situaci6n particular, la norma lingiiistica (la leyde formaci6n de precios) fuera impuesta por el poseedor de la competenciamas semejantea la competencia legitima, es decir, por ellocutor dominanteen la interacci6n,Yelloen forma tanto masrigurosacuanto mayor seael gra­do de oficialidaddel intercambio(enpublico, en un lugaroficial, etc.); como

tOdas

las otras formas de autocensura; concesiones que se concedey un universo social por el hecho de hacerse aceptable para el,a Como los signos lingiiisticos son tarnbien bienes condenados a re-'bir un precio, poderes propios para asegurar un credito (variable se­c~n las leyes del ~er~ado en que aparecen eotocados). ~a p~~ducci6nTIngiiistica se ve mevltablemente afectada por la antlclpaclOn de lassanci

onesdel mercado: todas las expresiones verbales, tratese de las

frases intercambiadas entre dos amigos, del discurso de un portavozautorizado 0 de un informe cientifico, Bevan la marca de sus condi­ciones de recepci6n. Asi, deben parcialmente sus propiedades (inclu­so al nivel de la gramatica) al hecho de que, basandose en una antici­paci6n practica de las leyes del mercado considerado, sus autores ­generalmente sin saberlo ni quererlo expresamente- se esfuerzan enmaximizar el beneficio simb6lico que pueden conseguir de practicasinseparablemente destinadas a la comunicaci6n y expuestas a lavaloraci6n 15. Lo que quiere decir que el mercado fija el precio de unproducto lingiiistico cuya naturaleza, y , por tanto, su valor objetivo,se determinaran parte por la anticipaci6n pnictica de ese precio; asi,la relaci6n practica con el mercado (facilidad, timidez, rigor, inco­modidad, silencio. etc.) que contribuye a fundar la sanci6n del pro­pio mercado, justifica aparentemente esa sanci6n de la que parcial-

mente es producto.Tratandose de producci6n simb6lica, la coercion que el mercado

ejerce mediante la anticipaci6n de las posibilidades de beneficio re­viste naturalmente la forma de una censura anticipada, de una auto­censura, que no solo determina la manera de hablar, la elecci6n dellenguaje -el c6digo switching de las situaciones de bilingiiismo- 0

del «nivel» del lenguaje, sino tambien 10 que podra 0 no podra

decirse 16.

IS Esto significa que la comprensi6n cabal de un discurso culto (por ejemplo, untexto literario) supone en primer lugar el conocimiento de las condiciones sociales deproducci6n de la competencia social (y no solamente lingiiistica) de los productores,que en cada una de sus producciones comprometen la totalidad de sus propiedades (lasque definen su posici6n en la estructura social y tam bien en la estructura del campode producci6n especializada) y, en segundo lugar, el conocimiento de las condicionesde la implantaci6n de esta competencia, de las leyes especificas del mercado considera­do que, en el caso particular, coinciden con el propio campo de producci6n (ya quela caracteristica fundamental de la producci6n culta reside en el hecho de que tiene porclientela al conjunto de los demas productores, es decir, los competidores.

16 Dado que el trabajo de representaci6n Yformalizaci6n constituye la condici6nsine qua non del acceso a la existencia de la intenci6n expresia, la propia intenci6n decaptar un contenido en estado brute, que subsistiria, invariable, a traves de diferentes

formalizaciones, esta desprovista de sentido.,

La ciencia de un discurso ue u .forma en 9ue existe, en la medida e umcament,e puede 'existir, y en lacorrecto smo tambien y sobre tod n que.nf solo sea gramaticalmenteescuchado, crefdo y por tanto efic'o socia mente aceptable, es decirlas relaciones de producci6n y d I~nte e~ ~n determinado estado d;las leyes de formaci6n de precio; cIfCUlaCIO?, .debera tener en cuentad.erado 0, dicho con otras palabr~scaractenstIcasdel mercado consi­~lOn.~~ s?ciales de la aceptabilidad ( ,las leyes que definen las condi­~?~UIStICaS de la sramaticalidad): ~~e ~folgloban las leyes propiamente

iciones de recepcion forman . ec ivarnente, las esperadas con-y la anticipaci6n de las sancio~:~t~ ~e las condicion~s de produccionnar la produccion del discurso E e m~r~ado. contribuye a determi­q~~ ~er con un calculo conscie~t sta antictpacion, que no tiene nadagUISt~~O que, en tanto que rodue, es consecue.ncla de un habitus lin­relaclO~ con las leyes de UIfciert~~e~e una p.nmordial y prolongadaun s~~tldo. de la aceptabilidad val cado, tiende a funcionar comoduccion linguisticas y de la~ d or probabl~s de sus propias pro­mer~ados 14. Es este sentido de la e los. ~emas en los diferentesd.e ca~~lo racional orientado haci:~ePtabl.hd.ad,.y. no ninguna forma~lm~Or~?S, 10 que, al incitar a que s~ ~~lmlzacIO~ de los beneficios

e e iscurso en la produccion det . e en cuenta el valor proba-, ermma a su vez las corr .ecciones

LA ANTICIPACION DE BENEFICIOS

de se sigue que el ejercicio de un od . ,.do de un trabajo sobre laformaP er simbolico aparece acorn a-en el caso de los poetas de las q.ue, como puede verse c1ara£ na,atestiguar el dominio del oradosocledades arcaicas, esta destinaJnt

e

grupo (logica que volvernos a e;c~n~ otorgalrle el,reconocimienm ~ alsulto que busca en la puj a . .rar en a retonca popular d I .elas formulas rituales la r~al~~i~~omsta 't la deformaci6n reglaJa 13-reidores de su parte»). expresiva que permita «poner a lo~

. Asi, de la misma manera ue 'crones de ac~ptabilidad y, a ~av~~~:n~fse de constativ.os las condi-curso se defmen en la relaci , e as, la forma misma del di. d IOn con el m d' IS-CI.~ os performativos, las condicion erc~ . 0, tratandose de enun,bien en relacion con las posibilidad

es de/eh~ldad se determinan tam­n:t~rcado. Por consiguiente frente es 0 recidas por un determinado~~n de undorden propiame~te ling~f~~~~s ~asbfo~mas de autonomiza-

q~e to a palabra se produce ar ,e e e quedar bien senta-su existencia y sus propiedad P, a Y pO,r.el mercado al que debes mas especificas. e

1~ L~ que equivale a dar d .los hngiilstas introd un ver adero sentido a la noci6n dmaticalidad» sin ex~cen ad v~ces .para librarse de la abstracci6 ~<;aceptabilidad» que

raer e el runguna consecuencia. n e concepto de «gra-

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si el ;fect.o de la censura ejercido sobre el locutor dominado y la necesidadque este uene de adoptar el modo de expresion legitimo (el frances en el casodel que ?abla «patois») 0 de esforzarse hacia el se experimentaran en formatanto mas aguda, cuanto mayor sea la distanciaentre los capitales -mientrasqu~ es.t? ~oerci6~ desapareceria entre los poseedores de un capital simbolicoy .I~ng~~stlco equivalente, por ejemplo entre campesinos. Las situaciones debilinguismo perrrnten observar en forma casi experimental las variaciones dela lengua empleada en funci6n de la relacion entre los interlocutores (y desus I~strumen~os .?e ~xpresi6n) en I~ estructura de la distribucion del capitalpropiamente linguistico y de otros tipos de capital. Asi, en una serie de inte­rac~lOnes observadas.en 1963 en una ciudad del Bearn, la misma persona (una~uJer . de edad habitante de un caserio) que se dirige en un «frances­dialectizado» a una joven ~omercian~e del burgo procedente de otro gran burgode Bearn (por 10 tanto mas «urbanizada» y que pudiera desconocer 0 fingirdesconocer el bearnes), instantes despues habla en esa lengua a una mujerdel b~.rgo pero procedente de un ca~erio y mas 0 menos de su edad, a conti­nuacion ~n un fran~es muy «corregido» a un pequefio funcionario y, en fin,en bearnes a un peon cammero del burgo, originario de un caserio y mas 0

me~os de ~u eda.d. Co~o se ve, el entrevistador, en tanto que habitante dela clUd~d «mstr~ldo~), solo'pued~ registrar en sus entrevistas 0 un frances muycorregido 0 el silencio. Y Sl la utilizacion del bearnes es capaz indudablemen­te ~e aliviar la tension del mercado, 10 quiera el 0 no, sigue siendo una estra­tegia de condescendencia propia para crear una situacion no menos artificialque la relacion inicial.

El conocimiento y reconocimiento practices de las reyes inmanen­tes de un mercado y de las sanciones en que esas leyes se manifiestandeterminan las mo~ificaciones estrategicas del discurso, tratese del es:fuerzo por «corregir una pronunciacion devaluada» en presencia derepresentantes de la pronunciacion legitima -normalmente suelen sercorn:~cio~:s qu: ti.enden a valorizar la produccion lingiiistica por unarnovilizacion mas mtensa de los recursos disponibles- 0 a la inver­sa, de la tende~cia a recurrir a una sintaxis menos compleja, a ese ti­po de frases mas cortas observadas por los sociologos en los adultoscuand~ se di~ige~ a nifios. En algun modo, los discursos son siempreeufemismos mspuados. en la preocupacion por el «bien decir», porel «hablar como es debido» como si se tratara de fabricar productosd~ acuerdo con las e~igencias de un determinado mercado, dejorma­clOnes.de compromtso, resultado de una transaccion entre el interesexpresivo (10que hay que decir) y la censura inherente a las particula­:es relaciones de produccion lingiiistica -tnitese de la estructura de~nteraccion lingiiistica 0 de la estructura de un campo especializado­11?puesta a un locutor dotado de una cierta competencia social es de­c~r, de un poder simbolico mas 0 menos importante sobre esas rela­crones de fuerzas sirnbolicas I7.

17 S de asi cl ifie pue e aSIc aSI lcar.como eu~e?1ismos todos los tipos de doble sentido, parti-cuI,armentefrecuentes en el discurso religioso, que permiten dirigir la censura nombrando10l~ombrable en forma tal que no se Ie nombra (ver, mas adelante, en la tercera partecapitulo I, censura y forrnalizacion), y todas las formas tambien de la ironia que, ne-

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Asi, las variaciones de lajorma del discurso, y mas concretamen­te el grado en que esa forma aparece controlada, vigilada 0 refinada,dependen, por una parte, de la tension objetiva del mercado, es de­cir, del grado de oficialidad de la situacion y -en el caso de unainteraccion- de la amplitud de la distancia social (en la estructurade la distribucion del capitallingiiistico y de las demas especies de ca­pital) entre el emisor y el receptor, 0 sus grupos de pertenencia; y,por otra, de la «sensibilidad» del locutor a esta tension y a la censuraque implica, y de la aptitud, estrechamente vinculada a ese locutor,para responder a un alto grado de tension con una expresion fuerte­mente controlada, y, por tanto, fuertemente eufemistica. En otras pa­labras: la forma y contenido del discurso dependen de la relacion en­tre un habitus (el mismo producto de las sanciones de un mercadoa un nivel determinadc de tension) y un mercado definido por un ni­vel de tension mas 0 menos elevado, definido, pues, por el grado derigor de las sanciones que inflinge a quienes carecen de esa «correc­cion» y de la «forrnalizacion» que implica el uso oficial (formal). Asi,por ejernplo, dificilmente podrian comprenderse las variaciones esti­listicas si no es relacionandolas con las variaciones de la tension delmercado. Bally 18 ofrece una buena muestra de esas variaciones conesta serie de expresiones aparentemente intercambiables, puesto quetodas se orientan hacia el mismo resultado practice: «[Venga!»,«[Quiere venir!», «i,No quiere usted venir?», «i,Vendni usted, no?»,«[Digame que vendra!», «i,Y si viniera usted?», «[Deberia usted ve­nir! », <<jVenga aqui! », «Aqui» y a las cuales podrian aiiadirse «i,Vie­ne usted?», «j«Vendra usted!», «jHaga el favor de venir!» «Conce­dame el honor de venir. .. », «Sea amable, venga .... , «[Le ruego quevenga!», «jVenga se 10 ruego!», «Espero que venga usted ... », «Cuentocon usted», y asi hasta el infinito. Estas formulas, teoricamente equi­valentes, no 10 son: en la practica, cada una de ellas, cuando se em­plea expresamente, realiza la forma optima del compromiso entre laintencion expresiva -en este caso la insistencia, que puede aparecercomo una intrusion abusiva 0 como una inadmisible presion- y lacensura inherente a una relacion social mas 0 menos disimetrica, sa­cando al maximo partido de los recursos disponibles, esten estos yaobjetivados y codificados, como en las formulas de educacion, 0 10

esten solo virtualmente. Es toda la insistencia que «uno puede permi­tirse», a condicion de «guardar las forrnas». Alli donde el «conceda­me el honor de venin> convenga, sustituira al «jdebe usted venir!»,excesivamente desenvuelto, y al «i,Quiere usted venir?» realmente«grosero». En el formalismo social, como en el formalismo magico,en cada caso solo hay una formula que «actua». Y toda la labor de

gando 10enunciado por el modo de enunciacion, producen casi un efecto de doble sen­tido -y con doble juego-, que permite escapar a las sanciones de un campo (respecto

Ia la intencion defensiva de la ironia, puede verse A. Berrendonner, Elements de prag­matique linguistique, Paris, Ed. de Minuit, 1981, sobre todo pp. 238-239).

, 18 C. H. Bally, Le langage et /a vie, Ginebra, Droz, 1965, p. 21.

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la cortesia se.encamin~ ~ apro~imarse10mas posible a la formula per­fe~t~ que se impondria inmediatamente si se tuviera un perfecto do­rmrno de ~a situacion del mercado. La forma, y la informacion quela f?rm~, mfor~a, condensan y simbolizan toda la estructura de larea,bzacI~n social a la que deben su existencia y su eficiencia (Ia famo­sa lllo~u!~onary force): 10que se llama tacto consiste en el arte de captarla pOSICIOn rel~tIva del ~mIsor y del receptor en la jerarquia de las di­fere~te~ especies de capital, pero tambien del sexo y de la edad, y delos bmIte~ I,nscntos. en esta rel~cion. Limites que, si lIega el caso, setrans~redIran, gracias al trabajo de eufemizacion. Eufernizacion queno existe en lo~ ~asos de «Aqui», «Venga» 0 «Venga aqui», mientrasque la atenuacion ~e la coercion aparece mas senalada en el «Haga­me el. ~avor de vernr» .. La f~rma empleada para neutralizar la «inco­r~e~clOm> puede ser bien la interrogacion simple (<<;,Quiere usted ve­mr. ») 0 la r~forzada por la negacion (<<;,No quiere usted venir?») quereconoc~ al.mterI.ocutor la posibilidad de la negativa, 0 bien un~ for­mula de mSlstencI~ que se niega declarando la posibilidad de negativay el ~~Ior recon.ocldo a la aceptacion y que puede revestir una formafamI,bar, apropiada entre iguales (oSe amable venga»), «almibarada»(xl-lagame el. favor de v7nin» e. incluso obsequiosa (eConcedame eIhonor d7~e~Ir»). 0: en fin, una interrogacion metalingiiistica respectoa .Ia legitimidad rrnsma ~el asunto (<<;,Puedo pedirle que venga?»«l,Puedo perrninrrne pedirle que venga?»).

L? que el sent.ido social descubre en una forma que constituye unaespecie de exp~esIo~ ,simbolica que todos los rasgos sociologicos per­tme~t~s de la ~ItuaclOn del mercado, es tambien 10 que orienta la pro­dU:~lOn d71 discurso, es decir, el conjunto de caracteristicas de la re­lacion SOCIal e?tre ~os in~erIocutoresy las capacidades expresivas queeI locuto.r pudiera inverur en el trabajo de eufemizacion. La interde­p.endencIa entre la forma Iingiiistica y la estructura de la relacion so­cial en la ~ual. y por la cual esa forma se produce aparece c1aramenteen las oscilaciones entre el usted y el til. Estas se producen ac~ando la estr~ctura objetiva de la relacion entre los 10cutoresV(;~;ejemplo, l~ ?esIgualdad de edad y de status social) entra en conflictoco.n. la. antiguedad, y la continuidad, por tanto con la intimidad y fa­~Ilbandad de la inte.r?ccion: parece entonces como si el nuevo ajuste

e modo de 7xpresIOn con la relacion social se buscara a traves delapsus espontaneos 0 calculados y de progresivos deslizamientos uesuelen c0.n~IUlr por una especie de contrato Iingiiistico destinado a ~s­taurar ofIclaIm7nte .e! nuevo orden expresivo: «;,Y si nos tutearamos?».Per.o la subordinacion de la forma del discurso a la forma de relacionsoc~~1,en I~ 9ue ese discurso se emplea estaIIa en las situaciones deco/~slOn ~stlltstica, es decir, cuando el locutor se enfrenta con un audi­to no socialmente muy heterogeneo. 0, tarnbien, en el caso de dos in­terl~~utore~ ta,n alejados social y culturalmente que los modos de ex­presion socIOlogI~amenteexclusivos de que se sirven, modos que nor­malmen!e se r7ahzan, mediante un ajuste mas 0 menos conscienteen espacios sociales separados, no pueden producirse simultaneamente,

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Lo que orienta la produccion linguistica, no es eI grado de tensiondel mercado -0, mas concretamente, eI grado de oficialidad que Iecaracteriza- definido en abstracto por un locutor, sino la relacionentre un grado de tension obietiva «media» y un habitus linguisticotambien caracterizado por un grado particular de «sensibilidad» a latension del mercado; 0, 10 que viene a ser 10 mismo, la anticipacionde beneficios, que dificilmente puede lIamarse subjetiva, puesto quees producto de la confluencia entre una objetividad, las posibilidadesmedias, Y una objetividad incorporada, la disposicion a apreciar maso menos estrictamente esas posibilidades 19. La anticipaci6n de lassanciones anunciadas es un sentido practice, casi corporal, de la ver­dad de la relacion objetiva entre una determinada competencia lin­giiistica y social y un determinado mercado a traves del cual se realizaesa relacion y que puede ir desde la certeza de la sancion positiva, quefunda la certitudo sui, la seguridad, hasta la certeza de la sancion ne­gativa, que condena a la division y al silencio, pasando por todas lasforrnas de la inseguridad Y timidez:

EL HABITUS LINOiHSTICO Y LA HEXIS CORPORAL

La definicion de la aceptabilidad no hay que buscaria en la situa­cion sino en la relaci6n entre un mercado y un habitus, q4e es tam­bien el producto de toda la historia de la relacion con mercados. Enefecto, el habitus esta vinculado al mercado tanto por sus condicio­nes de adquisicion como por sus condiciones de utilizacion. No seaprende a hablar escuchando un cierto habla, sino tambien hablan­do, y por tanto presentando un habla determinada en un mercado de­terminado. Es decir, mediante intercambios dentro de una familia queocupa una posicion particular en eI espacio social y propone asi a lamimesis practica de los nuevos miembros modelos y sancione smaso menos alejados del usa legitimo 20. Sabemos ya el valor que reci­ben en otros mercados (como en eI de la Escuela) los productos ofre­cidos, con toda la autoridad aferente, en el mercado originario. Asiel sistema de refuerzos 0 de desmentidos sucesivos constituye para cada

19 Esta anticipaci6n se basa en manifestaciones visibles tales como la actitud delinterlocutor su mimica atenta 0 indiferente, altiva 0 solicita, la animaci6n de la vozy del gesto ~ los signos de desaprobaci6n. Diferentes experiencias de p~icologia soci~1han mostrado que la velocidad y la cantidad de palabras, el vocabulano, la compleji­dad de la sintaxis, etc., varian segun la actitud del experimentador, es decir, segun lasestrategias de refuerzo selectivo que implante.

20 EI aprendizaje de la lengua se realiza a traves de la familiarizaci6n con perso-nas que desempefian papeles totales entre los cuales la dimensi6n lingiiistica es s610un aspecto, que nunca parece aislado como tal: 10 que seguramente da ese poder deevocacion practica a ciertas palabras es el hecho de que, vinculadas a una postura cor­poral a una atmosfera afectiva resucitan toda una versi6n del mundo, todo un mun­do; ytambien el apego afectivo ala «lengua materna», cuyas palabras, giros yexpre­siones parece como si encerraran un «excedente de sentido».

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~no ..~e .nosotros una especie de sentido del valor social de los usIinguisticos y de la relacion entre los diferentes usos y los dif osmercados, sentido que organiza todas las percepciones posterI.erentdeslos prod t I' ..... iores e. uc os mgursticos, 10que tiende a asegurarle una gran t biIidad, (Ya e~ sa?ido que, en terrninos generales, los efectos ~~ ~ 1­

n.~eva expenencia puede ejercer sobre el habitus dependen deql Inac~on ?e «co.mpatibilidad» practica entre esta experiencia y I a re a­nenc.I~S ya mtegradas en ese habitus en forma de esquemas~ expo,duc~lOn y de apreclaclon y que, en el proceso de reinterpreta .~ pro­lectiva resul~ant~ d~ esta dialectica, la eficacia informadora ~~o~o~e­nuev~ expe~Iencla tiende contmuamente a disminuir.) Este tid ad~ la inversion» lingiiistica regula el grado de coercion que ~~~n: 0~llla~o campo impone en la produccion del discurso obli a de er­sIle~clO 0 a un lenguaje hipertrofiado a unos y dejando a fosno~~1las hberta~es de un lenguaje garantizado. Lo que quiere deci IScompet.e~cla, que.se adquiere por la practica, implica inseparabre~Ue~t:el d~mIlll.o practico de un uso de la lengua y el dominio nracuco delas situaciones en las que ese uso de la lengua es socialmente a tb~e. EI.s;ntido del valor de los p!opios productos lingiiisticos ~e~:;dlII~ens~on fundamental del sentido del lugar ocupado en el e .social: mdudablemente la relacion originaria con los diferenteSpaclOcados I " de las sanci s mer-. y a expenencia e las sanciones impartidas a las propiaduc.clOnes con~tituyen, juntamente con la experiencia del preci~ ~~~~cedido a.l propio cuerpo, una de las mediaciones a traves de las c Ise constItuye esa especie de sentido personal del propio valor ua .e~que regula la relacion practica con los diferentes mercados (ti~f::~desenvoltura, etc.) y, mas generalmente, toda la manera de com 'tarse en el mundo social. por-

Si to~os los locutores son ala vez productores y consumido dsus propias producciones linguisticas, no todos estan en condic!es eya 10 hemos vIStO, de aplicar a sus prop~os productores los esq~~~e:~con arreglo a los cuales los han producido. La infortunada rela "que ~os pequefios burgueses mantienen con sus propios product CIOnpartIcularmente con su pronunciacion, juzgada por ellos co os~yFostrado Labov, con particular severidad) se debe al div~rcio~o t aos e~queI?~s .de produccion y losesquemas de apreciaci6n: en al ~~:

medld.a dIVldld?s en si misrnos, los pequefios burgueses son a I; vezlos m~s «conscienress, de la verdad objetiva de sus productos (lse defm.e en la hipotesls cuIta del mercado perfectamente unifi~ad~)y los mas encarlllzados en impugnarla, en negarla en desmentirl~us esf1!~rzos. Asi debe juzgarse su sensibilidad e~pecialmente v~v~o;a tension del mercado y por eso a la correccionf ... ti. . .. " ngUls Ica -

correcclOn para SI mismo y para los otros 21 -que les empuja a la hi-

21 Difere~tes ~xperiencias de psicologia social han mostrado que los e uefgue.sels son.mas habiles que los rniernbros de las cIases populares para des~uf, . nlos blur­socra segun la pronunciacion. fir a case

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ercorreccion, su inseguridad que Ilega al paroxismo en las ocasiones~ficiales creando <~incorrecciones»por hipercorreccion 0, en fin lasangustiadas audacias de la forzada desenvoltura. Como puede verse,10 que se expresa a traves del habitus Iinguistico, es todo el habitusde clase al que el pertenece, es decir, de hecho, la posicion que se ocu­pa, sincronica .y diacroni~~ment.e en.Ia estruct~r~ social. Como ~.e­mos visto, la hipercorreccion se inscribe en la logica de la pretensionque induce a los pequefios burgueses a intentar apropiarse anticipa­damente, a costa de una permanente tension, las propiedades de losdominantes. La intensidad particular de la inseguridad y de la ansie­dad en materia lingiiistica (como en materia de cosmetica 0 de esteti­ca) entre las mujeres de la pequefia burguesia hay que comprenderlatam bien dentro de la misma logica: condenadas por la division delrrabajo entre los sexos a esperar el ascenso social de sus capacidadesde produccion y de consumo simbolicos, estas mujeres tienden aunmas a invertir en la adquisicion de competencias legitimas. Es logicoque las practicas Iingiiisticas de la pequefia burguesia impresionarana quienes, como labov, las observaban en los mercados particularmentetensos que crea la situacion de encuesta: situados en el punta maximode la tension subjetiva, por su particular sensibilidad a la tension ob­jetiva -efecto de una separacion especialmente neta entre el recono­cimiento y el conocimiento-, los pequefios burgueses se diferenciande los miembros de las c1asespopulares que, como no estan en condi­ciones de imponer las Iibertades del habla llana, reservadas para suusa interno, no tienen otros recurso que las formas descompuestasde un lenguaje copiado 0 la huida en la abstencion y eI silencio; pero,asimismo, se diferencian tambien de los miembros de la calse domi­nante cuyo habitus linguistico -sobre todo cuando han surgido deesta c1ase- es la norma realizada, y que pueden manifestar una ab­soluta seguridad asociada a la perfecta conciencia de los principiosde apreciacion y los principios de produccion 22.

En este caso, como en el caso opuesto del habla popular en eImer­cado popular, se produce una coincidencia total entre la necesidad delmercado y las disposiciones del habitus: la ley del mercado no necesi­ta imponerse a traves de la coercion 0 de una censura externa puestoque se realiza a traves de una relacion con eI mercado que constituyesu forma incorporada. Cuando las estructuras objetivas con que seenfrenta coinciden con aquellas de que es producto, el habitus sobre-

22 Habria que profundizar mas estos analisis, por una parte, examinando mas com­pletamente esas propiedades de los pequenos burgueses pertinentes cuanto se trata decomprender disposiciones linguisticas, propiedades como su trayectoria (ascendente 0

descendente) que, al darles experiencias de medios diferentes,e les incIina, sobre todocuando estan obligados a cumplir una funcion de intermediarios entre las cIases, a unaforma de conciencia casi sociologica; y, por otra, examinando las variaciones de esaspropiedades segun variables secundarias tales como la posicion en el esapcio de las cIa­ses medias y su trayectoria anterior (ver La distincion, 3. a parte, capitulo 6). Asimis­mo habria que distinguir, en el interior de la clase dominante, diferentes relaciones conel lenguaje.

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pas a las exigencias objetivas del campo. Tal es el fundamento de Iforma mas frecuente y mejor disimulada de la censura la que cons' ate en colocar en P?sici~~es que implican el derecho a la ~alabra a age~:tes dotados d~ dl.SposlcIOnes expresivas censuradas «de antemanopu~st? ~ue coinciden con las exigencias inscritas en esas posicion:>'Principio d~ tod~~ los rasgos d.i~tintivos del modo de expresion dom~~nante, la distension de la tension es la expresion de una relacion cel mercado que solo se adquiere en la frecuentacion precoz y consta~~te de me~cados cara~~enzados, hasta en las ocasiones corrientes, porun ~lto myel de tension y por una atencion constantemente sostenidahacia la fo~ma y las formas que definen la estilizacion de la vida. Ciertoque a medida que las pers?nas se elevan en la jerarquia social, el gra­d.~ de c~nsura y, correlativamente, de formalizacion y de eufemiza­cI?n .se mcre~~nta constantemente, y esto no solo en las ocasionespubhcas u oficiales (como es el caso de las clases populares y sobtodo en la I?e~uefia burguesia, que llevan a cabo una neta oposicionentr710 c~tl?Iano y 10 extra-cotidiano), sino en las rutinas de la exis­tenc!a cotidiana. Lo que puede apreciarse no solo en la manera devestIrs~ 0 de comer sino.tambi~nen la manera de hablar, que tiendea eXcl,Ulr toda espontaneidad, hbertad 0 licencia, algo que esas perso­nas solo se conceden cuando estan «entre ellas». Esto es 10 que indi­rectamente sefia~a Labov cuando observa que esa conducta consistente7n preguntar abl~rtam~nte,en casa de los amigos, el precio de un ob­jeto (<<Hey, that s a ruce rug. What did it cost?» - Que bonita al­f~mbra i,Cuanto te ha ~ostado?), algo que seria aceptable en los me­dIOS popular;s (donde ,m~l~so podria aparecer como un cumplido),en la burguesia se «susutuma» 0 revestiria una forma atenuada (<<MayI ask you what that rug cost?» - i,Puedo preguntarte cuanto te hacostado esta alfombra?) 23. Sucede que, cuanto mayor es el grado decensura, mayor ~~ tambien la exigencia permanente del mas alto gra­do de e~femlzacIOn, del constante esfuerzo por «las formas». Esfuer­zo relacionado co.n el hecho de que el dominio practice de los instru­rnentos de .~ufemlzacion objetivamente exigidos en los mercados demayor.tensIOn, como 10 son la escuela 0 el mercado mundano aumenta~ medida que se eleva ~a jerarquia social, es decir, a medida que semcrem~nta ~a frecuenc~a de las ocasiones sociales donde se planteanesas eXIge~clas y a I?edlda, pues, que se va adquiriendo practicarnen­te los medios de satisfacerlas, Asi, el uso burgues se caracteriza segun

23 C ', ontranam~n~e a 10que dice Lakoff, la forma puramente gramatical de la ate-nuacl?~ puede rec~blr todo un conjunto de sustitutos, como ~Iementos de un ritualS~~bOhco. Cualquiera que haya dirigido una entrevista sabe que una pregunta «diff­CI » s~prefa~a d~ antema~o y que el medio mas segura de «hacerla pasar» no consisteen, ro ear a e circunloquios Y, ~tenuaciones verbales -10 que, por el contrario, ten­~na por efecto, atraer la a~enclOn sobre ella-, sino crear un clima de complicidad Y

ar a,Ia e?~revlsta, a traves de brornas, sonrisas y gestos, en suma a traves de todauna sl,mbohca cuya forma puramente Iingiiistica es s610 un elemento, un tono globalque ejerza un efecto eufonzante y eufemizante,

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Lako ff, por la utilizacion de 10 que llama hedges, tales como sort of,retty much, rather, speaking, technically, regular, par excellence,

Ptc

y' segun Labov, por el recurso intensivo a filler phrases, locucio­~e~ de relleno como such a thing as, something like that,

articularly 24. No basta. con decir, como hace Lab~v, preocupado~or rehabilitar el lenguaje popular hasta el punto de invertir simple­mente la tabla de valores, que esas locuciones son responsables de lapalabreria (verbosity) y de la inflacion verbal del discurso burgues.superfluas Yociosas desde el punto de vista de una estricta economiade la comunicacion, cumplen una importante funcion en la determi­nacion del valor de una manera de comunicar: aparte de que su pro­pia superabundancia e inutilidad atestiguan la amplitud de los recur­sos disponibles Yla desinteresada relacion con esos recursos, funcio­nan como elementos de un metalenguaje prdctico, como marchamosde la distancia neutralizante que constituye una de las caracteristicasde la relacion burguesa con la lengua y con el mundo social: dado quetienen por efecto, segun Lakoff «elevar los valores intermedios Yre­baiar los valores extremos» y, segun Labov «evitar cualquier error 0

exageraci6n», tales locuciones constituyen una afirmaci6n de la ca­pacidad de mantener distancias respecto a las propias palabras -lospropios intereses, par tanto- y, por eso mismo, respecto a todos aque­lIos que, al no saber mantener esas distancias, se dejan llevar por suspalabras, abandonandose a si mismos sin retencion ni censura a lapulsion expresiva. Semejante modo de expresion, producido por y paratratos que exigen la «neutralidad axiologica», Y no solamente en eluso dellenguaje, se ajusta tambien de antemano a esa otra forma deneutralizacion y de distanciamiento de la realidad (y de las otras cla­ses inmersas en ella) que es la estilizacion de la vida, esa formaliza­cion de practicas que privilegia en todo la manera, el estilo, la formaen detrimento de la funcion; y resulta apropiado tambien para todoslos mercados oficiales y ritos sociales donde la necesidad de formali­zar y de introducir formas que define al lenguaje oficial (formal) seimpone con absoluto rigor, en detrimento de la funcion comunicati­va que puede resultar anulada siempre que funcione la logica perfor-mativa de la dominacion simbolica.

No es casual que la distincion burguesa ponga en su relaci6n conellenguaje la misma intenci6n que anima su relacion con el cuerpo.El sentido de la aceptabilidad que orienta las practicas lingulsticas seinscribe en 10 mas profundo de las disposiciones corporales: es to doel cuerpo 10 que responde con su postura pero tambien por sus reac­ciones internas 0, mas espeficicamente, articulatorias, a la tension deltrato. Ellenguaje es una tecnica corporal y la competencia propia­mente lingiiistica, y muy especialmnete fonologica, es una dimension

24 G. Lakoff, Interview with Herman Parrett (Universidad de California, Mimeooct. 1973, p, 38); W. Labov, Language in the Inner City, Filadelfia, University of Penn-sYlvania Press, p. 219.

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de la hexis corporal donde se expresan toda la relacion del mundo so­cial y toda la relacion socialmente instruida con el mundo. Todo per­mite suponer que, a traves de 10 que Pierre Guiraud llama el «estiloarticulatorio», el esquema corporal caracteristico de una clase deter­mina el sistema de los rasgos fonol6gicos caracteristicos de una pro­nunciaci6n de clase: la posici6n articulatoria mas frecuente es un ele­mento de un estilo global de las utilizaciones de la boca (en el hablar,pero tambien en el comer, el beber, el reir, etc.), por tanto de la hexiscorporal, que implica una informacion sistematica de todo el aspectofonol6gico del discurso. Este «estilo articulatorio», estilo de vida cor­poreizado, como toda hexis corporal, constituye los rasgos fonologi­cos, a menudo estudiados aisladamente relacionando cada uno de elloscon su equivalente en otras pronunciaciones de clase, en una totali­dad indivisible que debe ser aprehendida como tal.

Asi, en el caso de las clases populares, participa de manera evi­dente en una relaci6n con el cuerpo dominada por el rechazo de los«rnelindres» 0 «rernilgos» (es decir, de la estilizacion y de la forrnali­zaci6n) y por la valorizaci6n de la virilidad, dimensi6n de una dispo­sicion mas general para apreciar 10 que es «natural»: y Labov segura­mente tiene raz6n en explicar la resistencia de los locutores masculi­nos de Nueva York a asumir la imposici6n de la lengua legitima co­mo consecuencia de que estes asocian la idea de virilidad con su ma­nera de hablar 0, mas aun, de utilizar la boca y la garganta hablando.Seguramente no es casual que el uso popular resuma la oposici6n en­tre la relaci6n burguesa y la relaci6n popular con la lengua en la opo­sicion, sexualmente sobredeterminada, entre la boca mas bien cerra­da, fruncida, es decir, tensa y censurada, y por eso femenina, yel mo­rro, amplia y francamente abierto, «hendido», es decir, distendidoy libre, y por eso masculino 25. La visi6n, mas bien popular, de lasdisposiciones burguesas 0, en su forma caricaturesca, pequefioburgue­sas, identifica en las posturas fisicas de tension y contencion (cbocafruncida», «labios fruncidos», «apretados», «sin mover los labios»)los indices corporales de disposiciones muy generales respecto a losotros y respecto al mundo (y particularmente, tratandose de la boca,respecto a los alimentos) como la altivez y el desden (ctorcer la bo­ca»), Por el contrario, el «morro» -0 la «jeta», 0 eI «hocico»- seasocia con las disposiciones viriles que, segun el ideal popular, se ba­san en la tranquila certeza de la fuerza que excluye las censuras, esdecir, las prudencias y disimulos tanto como los «remilgos», y quepermite mostrarse «natural» (el «morro» pertenece al mundo de lanaturaleza), actuar sin «remilgos», «no tener pelos en la lengua» 0,

simplemente, «ponerse de morros»; designa la aptinid verbal identi­ficada con la fuerza puramente sonora del discurso, por tanto con la

25 Casi no es necesario recordar que la censura primordial, la que atane a las co­sas sexuales -y mas generalmente corporales-, se impone con especial rigor a las mu­jeres (0, buen ejemplo del efecto de mercado, en presencia de las mujeres).

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vozY con la violencia fisica que vehicula, especialmente en la injuria(<<romper los morros», «un pufietazo en los morros»). Asi, a travesde tales terminos, concebidos como «asiento» de la persona (<<buenajeta» 0 «mala jeta»), como su cat egoria esencial, y a la vez como lu­gar privilegiado de ~u afi.rmacion~ se alude al inte~lo~utar en el prin­cipio mismo de su identidad social y de su propia Imagen.

Por una parte, ellenguaje domesticado, censura naturalizada, queproscrib~ las palabras «gruesas», los c~iste.s.«groseros» y los acentos«ordinanos», va a la par con la dornesticacion del cuerpo que excluyecualquier manifestacion excesiva de los apetitos 0 de los sentimientos(tanto los gritos como las lagrimas 0 las gesticulaciones) y que le so­mete a todo tipo de disciplinas y de censuras con objeto de desnatura­lizarlo; por otra, la «relajacion de la tension articulatoria» (que segu­ramente no es tanto un efecto de «despreocupacion» 27 como expre­si6n de un rechazo a «pasarse», 0 a conformarse demasiado estricta­mente con los puntos mas estrictamente exigidos por el codigo domi­nante, aun a costa de otro esfuerzo), se asocia al rechazo de las cen­suras impuestas por el decoro, sobre todo las censuras sobre partestabu del cuerpo, y al hablar llano, cuyas audacias son menos inocen­tes de 10 que pudiera parecer toda vez que, al rebajar la humildad ala comun naturaleza -vientre, culo y sexo, tripas, manduca ymierda- tiende a poner patas arriba el mundo social. En efecto, talcomo la describe Bakhtine, la fiesta popular y sobre todo la crisis re­volucionaria, par la expresion verbal que favorecen, recuerdan la pre­sion y represi6n que el orden ordinario impone -esencialmente so­bre los dominados- a traves de las coerciones y controles aparente­mente insignificantes de la «buena educacion». Buena educacion que,par medio de variaciones estilisticas de las maneras de hablar (las for­mulas de cortesia) 0 de las maneras corporales en funcion del gradede tension objetiva del mercado, impone el reconocimiento de las je­rarquias entre las clases, sexos y edades.

Es comprensible que desde el punta de vista de las clases domina­das la adopcion del estilo dominante aparezca como una negacion dela identidad social y de la identidad sexual, un repudio de los valoresviriles constitutivos de la pertenencia de clase; de ahi que las mujerespuedan identificarse con la cultura dominante sin aislarse tan radical­mente de su clase como los hombres. Para estos, adoptar el estilo do-

27 La relacion intuitivamente percibida entre el «estilo articulatorio» y elestilo devida, relacion que convierte el «acento» en un tan poderoso indicio de la posicion so­cial, impone a los raros analistas que se han dignado examinarla, como Pierre Gui­raud, juicios de valor sin equivocos: «este "acento" en zapatillas, apatico y marchi­to»; «el acento "golfo" es el del tipo que escupe las palabras por el extrema de la bocaentre la colilla y la comisura de los labios»; «esta consistencia blanda, borrosa y, ensus formas mas bajas, deformada e innoble», (P. Guiraud, Le francais populaire, Pa­ris, PUF, 1965, pp. 111-116),Como todas las manifestaciones del habitus, historia con­vertida en naturaleza, la pronunciacion y, mas generalmente, la relacion con el lengua­ie, para la percepcion corriente constituyen revelaciones, de la persona e.n s':l.ver~~dnatural: el racismo de clase encuentra en las propiedades incorporadasla justificacionpor excelencia de la propension a naturalizar las diferencias sociales.

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minante, y en particular un rasgo tan caracteristico como la pronun­ciacion legitima, es en alguna medida renegar doblemente de su virili­dad, puesto que el hecho mismo de la adquisicion exige docilidad, dis­posicion impuesta a la mujer por la division sexual del trabajo (y porla division del trabajo sexual), y puesto que esa docilidad inclina adisposiciones percibidas tambien como afeminadas.

Llamando la atencion sobre los rasgos articulatorios que, comola apertura, la sonoridad y el ritmo expresan perfectamente en su 10­gica las disposiciones profundas del habitus y, mas concretamente,del hexis corporal, la sociolingiiistica espontanea muestra que una fo­nologia diferencial deberia tener siempre presente los rasgos articula­torios caracteristicos de la clase 0 de la fraccion de clase de que setrate, tanto en su seleccion como en su interpretacion, en relacion ala vez con los otros sistemas con referencia a los cuales otros rasgoscobran su valor distintivo, por tanto su valor social, y con la unidadoriginariamente sintetica de la hexis corporal de donde nacen y porla que representan la expresion etica 0 estetica de la necesidad inscritaen una condicion social.

El linguista ejercitado en una percepcion anormalmente aguda ­particularmente al nivel fonoI6gico-, puede percibir diferencias alii dondela gente corriente no las ve. Ademas, obligado a referirse, por las necesidadesde la medida estadistica, a criterios discretos, tiende a una percepcion analiti­ca rnuy diferente en su logica a aquella que, en la existencia corriente, fundalos juicios clasificatorios y la delimitacion de grupos homogeneos: a parte deque los rasgos linguisticos no aparecen nunca claramente autonomizados conrelacion al conjunto de las propiedades sociales del locutor (hexis corporal,fisonomia, cosmetica, vestido, etc.), los rasgos fonologicos (lexicos u otros)no son nunca independientes con relacion a los demas niveles del lenguajey el juicio que clasifica un lenguaje como «popular» 0 una persona como «vul­gar», como toda predicacion practica, se apoya en conjuntos de indices queno afloran en tanto que tales a la conciencia, incluso en el caso de aquellosesteorotipos que tienen un peso mas importante.

A traves sobre todo de la disciplinas y de las censuras corporalesy lingiiisticas que suelen implicar una regIa temporal, los grupos in­culcan esas virtudes que constituyen la forma transfigurada de su ne­cesidad e incorporan las elecciones constitutivas de una relacion conel mundo economico y social en forma de constantes montajes par­cialmente sustraidos al control de la conciencia y de la voluntad 28.

De ahi, la estrecha correspondencia entre las utilizaciones del cuerpo,de la lengua y seguramente tambien del tiempo.

Verano 1980

28 No se trata, pues, de una casualidad que un sistema escolar, como el de la Es­cuela republicana concebido durante la Revolucion y realizado durante la Tercera Re­publica, cuya intencion es modelar completamente los habitus de las clases populares,se organice alrededor de la inculcaci6n de una relaci6n con ellenguaje (con la aboli­cion de las lenguas regionales, etc.), de una relacion con el cuerpo (disciplinas de higie­ne, de consumo -sobriedad-, etc.) y una relacion con el tiempo (calculo ­economico->, ahorro, etc.),

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II

LBNGUAJE Y PODER SIMBOLleO

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