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El ministro cristiano y su responsabilidad

Base Bblica: 1 Pedro 5:1-4. Introduccin: Ser ministro al servicio de la obra del Seor Jesucristo no es tarea fcil ni compromiso a tomar con descuido. Ante Dios estamos llamados a responder por el desenvolvimiento, eficaz o negligente, que se haya tenido. En una sociedad como la nuestra en la que se observa un afn desmedido de ocupar posicin de reconocimiento al interior de la Iglesia, es importante revisa qu dicen las escrituras acerca de quienes desarrollan una labor en la congregacin.I.- La responsabilidad del ministro es representar al Seor Jesucristo (v. 1).

1.-El ministro cristiano tiene la responsabilidad de ejercer su ministerio entre la comunidad a la que fue asignado (v.1 a). 2.- El ministro cristiano es testigo de Jesucristo (v. 1 b.) 3.- El ministro cristiano es administrador de la enseanza que le ha sido encomendada (v. 1 c).II.- La responsabilidad del ministro es apacentar las ovejas del Seor Jesucristo (v. 2).

1.- El ministro cristiano debe velar con todo cuidado, esmero y consagracin por la congregacin a cargo (v. 2). 2.- El ministro cristiano est llamado a ejercer el ministerio por vocacin y no por conveniencia o presionado por la fuerza de las circunstancias (v. 2 b). 3.- El ministro cristiano est llamado a ejercer el ministerio sin que medie inters econmico (v. 2 c). 4.- El ministro cristiano est llamado a ejercer como quien deber dar cuenta ante el dueo de la obra (v. 2 d.)III.- La responsabilidad del ministro cristiano es predicar y vivenciar el Evangelio (vv. 3, 4).

1.- la autoridad del ministro cristiano no le autoriza para ser dictatorial o arbitrario amparndose en el nombre de Cristo (v. 3). 2.- La autoridad del ministro cristiano debe llevarle a reconocer que depende de una autoridad superior a l (v. 3). 3.- La autoridad del ministro cristiano se fortalece en la medida en que su predicacin est acompaada con una vida cristiana prctica (v. 3). 4.- El ministro cristiano ser premiado por el Pastor de pastores, Jesucristo, si ha sido fiel a su llamamiento (v. 4). Conclusin: Un ministro al servicio de la obra del Seor Jesucristo debe ejercer su labor con transparencia y responsabilidad. No olvidar que cuanto predica debe traducirse en hechos. El desenvolvimiento en la congregacin debe estar enmarcado por una vocacin real, comprometida, y no por un espritu de figuracin o tal vez con nimo de ocuparse laboralmente. Es diferente ser un profesional que se vuelve predicador y no un predicacin que vuelve su ministerio una profesin. Mientras que el primero renuncia a todo por servir a Cristo, el segundo busca ubicarse ministerialmente como una manera de tener trabajo. A propsito, cmo est su desenvolvimiento ministerial?

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Por qu estar alerta frente a los falsos profetas?

Base Bblica: 2 Pedro 2:1-5. Introduccin: Hace algunos das, al tratar de entablar con alguien una conversacin sobre la vida cristiana, me interrumpi abruptamente y dijo: "Yo de los cristianos evanglicos no quiero saber nada. Cada cual quiere tener la razn y asegura que solamente su denominacin es la verdadera." Comprendo su aprehensin. Hoy da han surgido tantas doctrinas, muchas de ellas sin fundamento bblico, que es apenas previsible que haya quienes prefieran seguir como estn. En un mbito as es imperativo volver a las Escrituras, a la senda antigua, y predicar el evangelio sin ningn tipo de tradicin humana. I.- Las Escrituras advierten sobre la obra de los falsos profetas (v. 1). 1.- Los falsos profetas introducirn doctrinas de error (v. 1 a.) a.- Doctrinas sin asidero Escritural. b.- Doctrinas con apariencia de piedad. 2.- Los falsos profetas negarn y/o restarn importancia y valor a la muerte sacrificial y redentora del Seor Jess en la cruz /v. 1 b). II.- Las Escrituras advierten que muchos creyentes sern extraviados del camino recto (v. 2 a). 1.- Las doctrinas de engao amenazan con arrastrar incluso a cristianos fieles (v. 2 a). 2.- Las doctrinas de engao buscan empaar la Salvacin que trajo al mundo la obra redentora del Seor Jess (v. 2 b). c). III.- Las Escrituras advierten que los falsos profetas y sus obras sern destruidos (v. 3 b). 1.- Con la obra y el nombre de Dios no se puede jugar (v. 3 b). 2.- Desde la antigedad ha cado juicio sobre toda enseanza de error y sus promotores (vv. 4, 5). Conclusin: Los falsos profetas y sus doctrinas de error se han multiplicado en todo el mundo. Acomodan citas bblicas a sus intereses personales, y en un gran porcentaje no les preocupan las almas que no han recibido al Seor Jesucristo como su nico y suficiente Salvador, sino el dinero que pueden obtener de ellas. Agrada esto a Dios? En absoluto. Por el contrario, quienes obran as caminan hacia la condenacin. Nuestro amado Seor no deja burlado su nombre. 3.- Las doctrinas de error buscarn satisfacer el ansia de ganancia de sus promotores (v. 2

Ps. Fernando Alexis Jimnez

Ttulo: Llamados a alcanzar nuevos niveles de crecimiento personal y espiritual Base Bblica: Hebreos 6.1-12 Introduccin: El propsito de Dios para nuestras vidas es que experimentemos crecimiento personal y espiritual. Es un proceso. Nuestro amoroso Padre celestial conoce las dificultades que hemos enfrentado, pero valora nuestra perseverancia. l nos ayuda en cada momento difcil que atravesamos. Es necesariuo ebaluar hasta qu punto hemos credo o reconocer si posiblementenos encontramos en un perodo de estancamiento que es el paso previo a un revs o cada espiritual.I. El cristiano debe avanzar a nuevos niveles de crecimiento personal y espiritual (vv. 1-3)

1. La vida cristiana es un proceso cuya meta final es la madurez (perfeccin) (v.1). 1.1. Es necesario conocer los primeros fundamentos, pero no quedarnos ah, sino avanzar (v. 1b, 2). 1.2. Dios espera que avancemos a nuevos niveles de crecimiento personal y espiritual. 2. En el proceso de crecimiento es esencial que perseveremos hasta alcanzar la madurez (Filipenses 3:12-14). Perfeccin (hebreo Tamana; griego, Katarizo Algo completo en todos los detalles). (Griego Telei Alcanzar una meta o propsito). 3. El cristiano tiene tres niveles de perfeccin: 3.1. Perfeccin posicional en Cristo (Hebreos 10.14) 3.2. Perfeccin progresiva, que vamos logrando paso a paso (Filipenses 3.15, 16; 2 Corintios 7.1) 3.3. Perfeccin plena: Cuerpo, alma y espritu al final de los tiempos (Mateo 13:43; 1 Corintios 15:42, 43)II. El cristiano debe permanecer en el proceso de crecimiento personal y espiritual (vv. 4-6)

1. Permanecer en Cristo nos permite superar dos peligros: estancamiento o volver atrs. 2. La cada espiritual est precedida del estancamiento espiritual Griego Afistemi Desercin, rebelin, abandono, retirada, separacin de aquello a lo que nos habamos acercado. 2.1. La cada espiritual puede ir acompaada: a. Rechazo de las enseanzas cristianas. b. Volver al pecado y la inmoralidad. 3. Al apartarnos de Dios, despus de haber conocido el Evangelio, menospreciamos la obra de Cristo (vv.4-6) 3.1. Pecar voluntariamente pisotea la obra redentora (Hebreos 10:26, 27) 3.2. Pecar voluntariamente lleva a juicio eterno (Hebreos 10:29-31)III. El cristiano debe ser tierra frtil para la obra de Cristo (vv.7, 8)

1. Si permitimos la obra de Cristo en nuestra vida, seremos como tierra frtil (v. 7) 2. Si no experimentamos crecimiento personal y espiritual, es porque no hemos dispuesto el corazn para Dios (v. 8)

IV. Dios conoce nuestro propsito de alcanzar nuevos niveles de crecimiento personal y espiritual

1. Dios valora nuestro propsito de caminar conforme a Su voluntad (vv.9, 10) 1.1. Propsito de creciumiento en la vida espiritual (Cf. Hebreos 10:32-39) 1.2. Propsito de crecimiento en la vida personal (Mateo 25:31-41) 2. En el proceso de crecimiento hacia la madurez, aplicamos la perseverancia (v. 11) 3. Si los hombres y mujeres de Dios que forjaron nuestra historia en Dios, pudieron; nosotros tambin podemos (v. 12) Conclusin: La nica manera para avanzar en el proceso de crecimiento personal y espiritual, que nos lleva a la madurez, se fundamenta en permanecer asidos de la mano de Jesucristo. Si no caminamos con l, podemos caer en un nivel de estancamiento o, definitivamente, avanzar hacia un retroceso, echando por la borda todo cuanto hemos alcanzado. Es tiempo de unacer un auto examen de cmo nos encontramos delante de Dios, y con Su ayuda, aplicar correctivos.

Ttulo: Dios vendr en tu ayuda en tiempos difciles. Base Bblica: Ester 1 Introduccin: Nuestra vida est en manos de Dios. l tiene planes maravillosos para nuestra existencia. Nada de cuanto nos ocurre es desconocido para l. En los tiempos de Ester y Mardoqueo, y a raz del Decreto rral de exterminio del oueblo judo, todo haca pensar que no quedaran con vida; sin embargo, Dios intervino poderosamente y los protegi. Rse es el Dios de poder en el que hemos credo. Si en su vida hay situaciones difciles y aparentemente sin solucin, descubrir que hay salida con ayuda de Dios-- para el callejn en el que se encuentra. I. Dios tiene un plan cuidadosamente trazado para sus hijos 1. El retiro de la reina Vasti, un incidente que abri las puertas a Ester, sierva de Dios (1:10-12). a. Dios prepar el camino a Ester b. Se abrieron puertas para el pueblo Judo 2. Como ocurri con Ester, Dios hace que sus hijos hallen gracia delante de los poderosos (2:8-10, 17) 3. Nada de lo que ocurre en los planes de Dios, es por accidente (2:11-23) II. Dios libra a sus hijos de los ataques y la oposicin 1. Es posible que los hijos de Dios enfrenten oposicin (3:1-6) a. Un poder detrs de Amn quera acabar con el pueblo judo (3.8, 9) b. El pueblo judo tena todo en contra (3:13-15) 2. Cuando todo est en contra del creyente, la nica salida es clamar a Dios (4:1-12) a. Dios utiliz la posicin de la reina Ester para interceder ante el rey (4:10, 119 b. No somos indispensables, Dios siempre abre las puertas (4:13, 149 III. Dios siempre interviene en el momento oportuno 1. Hay quienes viven encarcelados por el rencor (5:9) a. La crcel del rencor, roba espacio a la felicidad que Dios quiere para nosotros (5:10-13) b. La crcel del rencor lleva a pensar siempre en la venganza (5.149 2. Dios honra a sus hijos delante de sus enemigos (6:1-12) 3. Dios es quien har justicia por nosotros (7:1-10) Conclusin: Cuando enfrentamos circunstancias difciles, reconocemos nuestra insuficiencia y volvemos la mirada a Dios, l acta (Cf. Salmo 37:5). Basta que confiemos y creamos en l. No nos dejar solos, a nuestra ventura. l, nuestro amoroso Padre celestial, siempre viene en ayuda nuestra cuando se lo pedimos. Es hora de evaluar nuestra existencia y reconocer que slo dios puede obrar en medio de las circunstancias adversas. Est dispuesto a confiar y a creer en Dios? Su vida puede cambiar hoy.

Ttulo: Sometiendo nuestros planes en manos de Dios Base Bblica: Salmo 37:3-5 Introduccin: Todos los seres humanos concebimos planes. Algunos se orientan a la victoria, otros al fracaso. Cul es la razn? Si estamos o no en la voluntad de Dios. Es necesario que revisemos si todas nuestras iniciativas estn conforme a lo que Dios dispone. Si estamos caminando conforme a Su eterno propsito, sin duda tendremos lo que le pidamos. De ah que es esencial asumir en nuestras vidas tres principios: amar a Dios, escucharle y llevar a la prctica sus principios y preceptos para nosotros. I. El fundamento para que se cumplan nuestros planes: vivir conforme a la voluntad de Dios (v. 3). 1. La decisin de recibir bendiciones o maldiciones es de cada uno de nosotros (Deuteronomio 30:19, 20). Es necesario: a. Amar a Dios. b. Escuchar su voz. c. Poner en prctica lo que Dios ensea. 2. Dios demanda de nosotros: Confiar en l y hacer el bien (v. 3) II. Dios ha prometido concedernos lo que necesitamos y le pedimos (v. 4) 1. Deleitarnos en Dios es reconocer el pecado, pedir perdn y experimentar el cambio (Isaas 58:13, 14) 2. Si andamos conforme a la voluntad de Dios, l nos dar no solo lo que anhelamos sino lo que necesitamos (v. 4) IIII. Nuestros planes en manos de Dios sern prosperados (v. 5) Dios reclama de sus hijos: 1. Encomendar nuestros planes a Dios (Cf. Proverbios 16.3) 2. Confiar en Dios (Cf. Salmo 62:8) 3. Dejar que Dios obre conforme a Su voluntad (v. 5). Conclusin: Dios desea lo mejor para nosotros; sin embargo, mucho de cuanto pedimos, no se materializa debido a que procuramos para nosotros, satisfacer nuestros deseos y no movernos como debe seren el centro mismo de la voluntad de Dios. No podemos dejar de lado un hecho: Dios ha prometido concedernos lo que necesitamos. En l tendremos siempre grandes bendiciones. Por ese motivo, es necesario que le encomendemos nuestros planes, confiemos en Su voluntad y le permitamos que obre.

Ttulo: Es hora de emprender el camino al cambio y al crecimiento Base Bblica: Filipenses 2:12-18 Introduccin Un anhelo latente en todo ser humano es el cambio personal y espiritual. Conjugar en si mismos esa evolucin permanente y sostenida hacia el hombre o la mujer que Dios ha querido que seamos an antes de la fundacin del mundo. Dos grandes impedimentos para lograrlo han sido: primero, desconocer el principio de la autoridad superiortanto divina como humanay la importancia de sujetarnos, y segundo, la responsabilidad que tenemos con la salvacin. La transformacin personal y espiritual es posible porque, de un lado, Dios quiere que demos pasos firmes en esa direccin, y de otro, porque es l quien nos ayuda a lograrlo. I.- Cambiamos y crecemos cuando nos sujetamos a la autoridad (v. 12 a). 1.- Es necesario reconocer que hay una autoridad superior (v. 12 a). a.- La autoridad divina: Dios b.- La autoridad humana: en los diferentes espacios en los que nos desenvolvemos. 2.- La sujecin a la autoridad significa conocer, asumir y cumplir pautas y principios (v. 12 a). II.- Cambiamos y crecemos cuando nos abrimos al obrar de Dios (vv. 12 b-13). 1.- Debemos asumir nuestra responsabilidad en el caminar con Dios (v. 12 b). "... ocupaos en vuestra salvacin con temor y temblor..." a.- Dios perdon nuestros pecados por la obra del Seor Jess en la cruz; nos corresponde caminar con l. b.- La salvacin no es un asunto trivial. Debemos conservarnos en ella porque define nuestro futuro. c.- No podemos pretender que por salvos por siempre salvos nos da licencia para hacer lo que queramos. 2.- Dios desea que aprendamos el proceso de cambio y crecimiento personal y espiritual (v. 13). 3.- Dios nos ayuda a avanzar exitosamente en el proceso de cambio crecimiento personal y espiritual (v. 13). III.- Cambiamos y crecemos cuando asumimos el compromiso de perseverar (vv.14-18). 1.- El cambio y el crecimiento son dos elementos que se conjugan en un proceso. 2.- No debemos dar cabida a la murmuracin (quejas) y las disensiones porque entorpecen el proceso de cambio personal y espiritual (vv.14, 15 a.) 3.- Como cristianos estamos llamados a dar testimonio de vida (v. 15). 4.- Como cristianos estamos llamados a ser luz del mundo (v. 15). Conclusin Disponernos al cambio es el primer y ms importante paso en el proceso hacia el crecimiento personal y espiritual. Lograrlo es posible si nos sujetamos a la autoridad superior,

y cuando nos afirmamos en la fuerza que proviene de Dios y no en la nuestra, para avanzar en el proceso de cambio y crecimiento tanto espiritual como personal, podemos lograrlo. Hay un aspecto de singular significacin con nuestra salvacin, y es la necesidad de permanecer firmes,. No podemos pretender que tras haber sido perdonados nuestros pecados por la obra redentora del Seor Jess en la cruz (Hebreos 9:24-26), podemos seguir viviendo a nuestra manera y an as creer que tenemos el favor de Dios, cohonestando la decisin deliberada de seguir viviendo perdidamente (Hebreos 10:26, 27).

Ttulo: Se fiel a Dios, y sus preceptos

Base Escritural: Nmeros 20: 1-13 Introduccin: Histricamente los indgenas americanos se caracterizaron por la fidelidad a principios de vida. A su manera, tenan pautas que regan su vida social y religiosa. Si bien es cierto adoraban dioses y fetiches, su principal caracterstica era su literalismo en la aplicacin de las pautas que tenan definidas como sagradas. Hoy da los cristianos, aunque viven sinnmero en Amrica, difieren de sus antepasados. Conocen al Dios verdadero, pero no son fieles a los preceptos bblicos. Los cristianos corremos el peligro de perder credibilidad e identidad justamente por nuestra infidelidad. I. Disposicin para alabar a Dios en cualquier circunstancia (vv.2-5) 1. Valorar que Dios ha estado con nosotros siempre (vv. 2, 3) 2. Confiar en Dios, El sabe lo que hace (v. 4) 3. Debemos arrancar toda raz de ingratitud (v. 5) a. Para con Dios b. Para con nuestra familia c. Para con nuestro prjimo II. Todo problema debe ser llevado a la presencia de Dios (vv. 6-8) 1. Guardarnos las dificultades nos desestabiliza: a. Emocionalmente b. Espiritualmente c. Fsicamente 2. A Dios debemos llevar todas nuestras cargas (v. 6 a)Enero 05. 2010 Mateo 11:28 "Venid a m todos los que estis trabajados y cargados, y yo os har descansar" 3. En Dios encontramos refugio y descanso (v. 6 a) "... y se postraron sobre sus rostros" 4. Si invocamos su poder, Dios responde (v. 6 b) "... y la gloria de Jehov apareci sobre ellos" III. Si obedecemos fielmente a Dios, obtendremos resultados 1. Los mandatos de Dios son especficos (v. 8) ... No hay lugar para la relatividad 2. La fidelidad a sus mandatos debe ser total (vv. 9-11) ...Moiss aplic "variantes" al mandato 3. A Dios le agrada la fidelidad a toda prueba (vv.12, 13) Conclusin:

Los cristianos estamos llamados a recobrar la identidad, viviendo conforme a los preceptos que traza Dios en la Biblia. Que se nos identifique no por nuestra forma de hablar o andar con un ejemplar de las Escrituras bajo el brazo, sino por vivir a Jesucristo.

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Expulse a Satans de su territorio

Base Bblica: Efesios 6:12; Mateo 6:10; Ezequiel 4:1-3 Introduccin: Los cristianos estamos llamados a batallar contra las fuerzas del mal, y ms que eso: a obtener la victoria. En ese proceso, una herramienta eficaz la constituye la cartografa espiritual. Sirve como punto de apoyo para hacer ms eficaz la tarea de evangelizacin. Adicionalmente, nos permite identificar las dimensiones fsica y espiritual del mundo en el que nos movemos, para que sea real y no "como parece ser". Ya en el Antiguo Testamento hay registros primarios de la cartografa espiritual (Ezequiel 4:1-3). Est probado por la arqueologa. Luego desde ese perodo de la antigedad, 1.500 a.C. ya se conoca de la eficacia de la cartografa. I. La cartografa espiritual: herramienta eficaz para recuperar territorios que nos rob Satans 1. La cartografa espiritual es una herramienta valiosa en la guerra espiritual a nivel estratgico (Efesios 6:12) 1.1. Permite identificar principados y potestades que ejercen influencia sobre regiones y sus habitantes. a. El trmino "cartografa espiritual" comenz a acuarse en la dcada de los noventa. b. Tiene fundamentos bblicos y teolgicos. c. Es guiada por el Espritu Santo. d. Torna ms eficaz la oracin proftica. 1.2. Sirve como punto de apoyo para hacer ms eficaz la tarea de evangelizacin. 1.3. La cartografa identifica las dimensiones fsica y espiritual del mundo en el que nos movemos, para que sea real y no "como parece ser". 2. Con la cartografa espiritual contribuimos al plan divino que procura el establecimiento del Reino de Dios entre nosotros (Mateo 6:10) 2.1. Hay una estrecha relacin entre la disposicin de un pueblo en oracin, y el gobierno de Dios. a. Si se hace la voluntad de Dios en la tierra, los perdidos se salvan. b. Si se hace la voluntad de Dios en la tierra, hay bendiciones, los enfermos reciben sanidad, hay justicia y disminuyen los ndices de violencia. 2.2. Los objetivos de la oracin proftica ofensiva contra las fuerzas del enemigo se torna ms eficaz. a. Desarrollamos la capacidad de escuchar a Dios. b. Tenemos mayor comprensin de la batalla que estamos librando. 3. En el Antiguo Testamento hay registros primarios de la cartografa espiritual (Ezequiel 4:1-3) El diseo se hizo en el ao 1.500 a.C. en tablillas de arcilla. 3.1. Una comprobacin radica en los hallazgos que hicieron arquelogos, de la ciudad de Nipur, antigua Sumeria. 3.2. La ciudad de Nipur tena un espritu territorial al que llamaban Enlil o dios del aire.

3.3. Al igual que en Nipur, en La Plata (Argentina) las calles no fueron diseadas en el sentido norte-sur, sino en diagonales, coincidiendo con los smbolos de la francmasonera. a. Con la cartografa espiritual se ponen al descubierto tcnicas, estrategias y armas de nuestro enemigo espiritual. b. Se puede golpear ms eficazmente a las estructuras y fortalezas de maldad. c. Al frente de guerra espiritual son llamados los fuertes y valientes, no los temerosos (Deuteronomio 20:8) c.1. Cuando se ponen al descubierto las estrategias del enemigo, es ms fcil avanzar en planes de evangelizacin. c.2. Ponemos freno a las agresivas acciones de engao y dominacin territorial de nuestro adversario espiritual (Apocalipsis 12.12) II. Es hora de dar la batalla, al poner en evidencia las estrategias, tcnicas y armas del adversario espiritual. 1. La iglesia de Jesucristo en todo el mundo est llamada a desenmascarar las obras del diablo. 1.1. La cartografa espiritual permite identificar lo que permanece oculto y pasa inadvertido. 1.2. Las fortalezas espirituales de maldad quedan al descubierto (Cf. Daniel 10:19-24) 1.3. Se conoce ms acerca de cul es la naturaleza del adversario (Ezequiel 29:12-19) 2. Es necesario realizar un diagnstico para determinar el grado de dominio que ejercen las fuerzas de maldad en un territorio. 2.1. Es evidente que en ciertos momentos, cruzamos fronteras invisibles cuando entramos en territorios dominados por la maldad. 2.2. Fenmenos por encima de lo natural y previsible en un pas, una regin o una ciudad, evidencian que hay dominio territorial por parte del enemigo. 3. Cmo se evidencia que hay una fortaleza ejerciendo dominio en un territorio? 3.1. Cuando hay abierto dominio de la maldad sobre circunstancias y la voluntad de las personas. 3.2. Cuando hay un abierto rechazo al evangelio. 3.3. Cuando se transmite el dominio territorial de maldad, de generacin en generacin, a travs de ceremonias y festividades que mezclan lo religioso con lo pagano. III. La cartografa espiritual ayuda a desarrollar una guerra espiritual ofensiva 1. La guerra espiritual debe ser ofensiva, y no circunscribirse al plano defensivo. 1.1. Es necesario reconocer que hay dos dimensiones: la material (visible) y la espiritual (invisible)2 Corintios 4:18. a. Comprender esta realidad evita que experimentemos desnimo (versculo 16) b. La batalla espiritual nos permite tener xito en el mbito fsico. c. Cuando reconocer la naturaleza de la batalla que libramos y en qu dimensiones se produce, es ms fcil romper las cadenas de opresin del enemigo sobre las almas que perecen.

d. El pecado del gnero humano lleva a su degradacin y abre las puertas al enemigo (Romanos 1:18-32) 1.2. Desde el mundo espiritual de maldad, Satans ciega a las personas para que no crean el Evangelio. 2. Satans se aprovecha de la ceguera espiritual del gnero humano. 2.1. Conduce al hombre a la idolatra (Jeremas 2:27) a. El adversario se glorifica cuando le idolatran (xodo 20.3, 4) b. La maldad ciega y domina al hombre (Cf. Jeremas 3.1) c. Producto del pecado y la idolatra que generan impacto en el mbito espiritual, la tierra resulta contaminada (Jeremas 3:9) 2.2. La cultura de los pueblos ha sido corrompida por Satans y se convierte en instrumento para afianzar las fortalezas territoriales de maldad. a. Nuestra meta es bloquear las obras de Satans, mostrar la gloria de Dios y no condenar o bloquear la cultura. b. Es importante vigilar qu tipo de informacin recibimos, as est amparada por la cultura. 2.3. A travs de la cartografa espiritual identificamos espritus y potestades territoriales. a. Diagnosticamos influencia y daos causados a una comunidad. b. Dirigimos la batalla de una manera ms eficaz (2 Corintios 10:4, 5) 3. El dominio territorial de maldad tiene dos herramientas para su expansin: 3.1. Mediante la proclamacin masiva de filosofas con trasfondo ocultista. 3.2. A travs de prcticas y/o actividades que seducen la carne: bajas pasiones, lujuria, drogas, deportes extremos que ponen en peligro a sus practicantes y ritos ocultistas, entre otros. Conclusin: A pesar de la andanada contra la cartografa espiritual, que en muchos crculos cristianos se desestima, resulta real y eficaz cuando se busca en su fundamento bblico, y se procede a atacar de frente a las huestes espirituales de maldad. En esencial, aprendemos que la guerra espiritual debe tener un carcter ofensivo, y no circunscribirse al plano defensivo. Esta batalla se libra en dos dimensiones: la material (visible) y la espiritual (invisible)2 Corintios 4:18. Si comprendemos la naturaleza de la guerra en la que nos encontramos inmersos, podemos ser ms eficaces en los ataques. Es importantsimo que nos mantengamos alerta ya que Satans ciega a las personas para que no crean el Evangelio.

Ttulo: Respondiendo al llamado de Dios

Base Bblicas: Mateo 20:1-16; Lucas 12:42-46; Hechos 1:6-8. Introduccin:

Wilmar ingres al Seminario Bblico convencido de que servira al Seor, donde quiera que fuera; Jorge hizo lo mismo, con la diferencia de que tena en su mente la imagen de un pastor exitoso. Wilmar fue asignado a un suburbio del oriente en Santiago de Cali. No haba templo sino una vetusta edificacin de guadua y lmina con escaos de madera. No era lo que esperaba, pero sigui luchando porque en su mente tena claro que si Dios le haba llamado, l le concedera la victoria. Jorge renunci al pastorado tres semanas despus. No pudo soportar la precariedad econmica y concluy con frases contundentes: "Esto no es para mi". Archiv su ttulo de licenciado en teologa y hoy vende electrodomsticos en el centro de la ciudad. El llamamiento pastoral, su costo y la importancia de permanecer fieles. Tres de los aspectos que abordaremos a continuacin. Es de suma importancia considerar que el servicio en la obra de Dios es un apostolado que implica sacrificio, convencimiento y perseverancia. Dios valora nuestro trabajo. No cuenta quien haga mucho, sino que lo haga con fidelidad y a conciencia. I.- En la obra del Seor cuenta quien asume el llamamiento (Mateo 20:1-16). 1.- Algunos se preocupan ms por ser los primeros y por tener figuracin, que por valorar a conciencia su llamamiento (vv.2-5). a.- Delante de Dios es de igual valor quien tiene un doctorado en teologa, como aqul que sirve en el ministerio cristiano desde el rincn ms distante de Latinoamrica. b.- Delante de Dios es de igual valor el servicio religioso en una iglesia grande como el de una pequea congregacin. 2.- Dios valora a cada uno de los ministros cristianos que sirven en Su obra (vv.6, 7). - Si piensas que has hecho poco, pero lo has hecho con fidelidad a Dios, nimo el Seor conoce y valora tu esfuerzo. - Dios tiene un premio para quienes trabajan en su obra. S fiel y esfurzate (vv.8-10). 3.- Es previsible que se levanten crticas, envidias y oposicin entre los ministros cristianos, pero una actitud as no glorifica a Dios ni tampoco a Su obra (vv.11-15). 4.- Quien es consciente de haber sigo escogido por Dios para servir en Su obra, permanece fiel (v. 16). II.- En la obra del Seor cuenta quien permanece fiel al llamado (Lucas 12:42-46). 1.- La fidelidad al llamamiento es una disposicin del corazn y del alma que Dios espera de sus ministros (vv.42, 43). a.- Cul es tu disposicin y fidelidad ante el ministerio cristiano al que fuiste llamado por Dios? b.- Has identificado los factores que te han conducido al estancamiento espiritual y/0 a contemplar la posibilidad de renunciar al ministerio cristiano? 2.- Quien es fiel en lo poco, ser fiel en lo mucho (v. 44). 3.- Si nuestra mirada no permanece fija en el Seor Jesucristo, corremos el peligro de caer en el conformismo o quiz, el de experimentar un revs espiritual (vv. 45, 46). III.- En la obra del Seor cuenta quien asume el reto para desarrollar una gran misin (Hechos 1:6-8).

1.- Dios tiene en su propsito divino, alcanzar el mundo con las Buenas Nuevas (Hechos 1:68). a.- La proclamacin del evangelio no tiene fronteras. b.- Nunca ser suficiente el esfuerzo que hagamos por alcanzar las naciones con el evangelio de Jesucristo. c.- Siempre existe algn territorio que sea necesario alcanzar para el reino de Dios. 2.- Dios utiliza instrumentos humanos para llevar a cabo Su propsito de alcanzar el mundo con las Buenas Nuevas (Hechos 9:3-5). a.- El trato de Dios con Saulo fue distinto que con los dems discpulos. Dios trata con cada uno de manera especial (vv.3, 4). b.- Es necesario tener un encuentro personal con el Seor Jess de manera permanente (v. 5). 3.- Dios espera que quienes reciben el llamamiento de servirle en Su obra, asuman el reto (Hechos 9:6; 10-19). a.- Una pregunta clave: "Seor, qu quieres que yo haga?"(v. 6). - Es necesario que haya aceptacin al llamamiento de Dios. - Es necesario que haya disposicin para servir en la obra de Dios. b.- La misin de Pablo implicaba una cuota de sacrificio (v. 6). c.- En el Plan de Dios, Pablo era un instrumento escogido (v. 15 a). d.- La misin de Pablo era llevar el evangelio a los gentiles, reyes e israelitas (v. 15 b). Conclusin: En la obra del Seor, nadie es menos. Imagine por un instante el momento en el que todos los ministros, de todas las lenguas, naciones y denominaciones, nos reunamos con el Seor Jesucristo. Cul cree usted que ser su ubicacin en la mesa donde tengamos esa gran y esplendorosa cena? Es probable que para algunos sea difcil asimilarlo; tal vez para usted no y, gloria a Dios por eso! Porque todos somos iguales delante del Seor. Somos instrumentos en manos de Aqul que nos llam, y nuestra mayor preocupacin debe ser la de que al trmino de nuestras vidaspodamos ir a la presencia del Seor Jesucristo con la tranquilidad del deber cumplido (2 Timoteo 4:7, 8).

Ttulo: Es hora de levantarnos y evangelizar

Base Bblicas: Marcos 16:14-18; 1 Corintios 12:27; Hechos 19:8-10 Introduccin:

Con frecuencia encuentro ministros cristianos entusiasmados porque han encontrado un nuevo mtodo para acrecentar la membresa de su congregacin. "En tal o cual denominacin ha sido eficaz, y creo que aqu tambin", dicen. Poco tiempo despus, cuando nos encontramos de nuevo, veo sus rostros expectantes. "Ahora s encontr el mtodo que andaba buscando", argumentan. Es un crculo que se repite una y otra vez. Olvidan que el mejor mtodo es la evangelizacin, y que las dos variables de evangelizacin que hallamos en el Nuevo Testamento, son la evangelizacin masiva y la evangelizacin personalizada. No se trata de un invento humano. Es una estrategia que el propio Seor Jesucristo puso en prctica y que, adems, prob era eficaz. Un secreto para las iglesias crecientes? Salen de las cuatro paredes del templo. Buscan las almas, donde se encuentran. Evangelizan, discipulan, afianzan en la fe a los creyentes?. Cabe una pregunta antes de adentrarnos en el siguiente tema: Qu lugar ocupa la evangelizacin dentro de las estrategias de su congregacin? I.- La evangelizacin juega un papel fundamental en la expansin de la iglesia (Marcos 16:14-18). 1.- El compromiso de la iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, estriba en movilizarse para ganar almas para el reino de Dios. - Cul ha sido tu grado de compromiso como ministro cristiano en la predicacin del evangelio?. - Has desplazado la evangelizacin del lugar preponderante que debe ocupar en las actividades de la iglesia. 2.- Dios se hizo hombre en Jesucristo para traernos la Salvacin. Fue la materializacin del propsito divino unido a la accin. Debemos llevar a la prctica el deseo de alcanzar el mundo con las Buenas Nuevas de Salvacin (Juan 1:14; 2 Corintios 5:19). 3.- La labor de evangelizacin no se realiza en el interior del templo. Es una actividad extramuros, es decir, fuera del templo. Genera fundamento doctrinal y asegura sostenibilidad en la comunidad de creyentes. La evangelizacin propiamente dicha es la que se cumple fuera de las cuatro paredes del templo. 4.- Cul es el plan de Dios para salvar al mundo? La evangelizacin (1 Corintios 1:20, 21). II.- El ministro cristiano es el instrumento a travs del cual Dios extiende el Evangelio (1 Corintios 12:27). 1.- Un ministro de Cristo no pierde tiempo en su tarea de evangelizacin (Hechos 19:8-10). 2.- El apstol Pablo utilizaba dos medios esenciales para la evangelizacin: la primera, exposicin pblica del evangelio, y la segunda, exposicin personalizada del evangelio (Hechos 20:19-22). Son los dos sistemas que

encontramos en el libro de los Hechos de los Apstoles, que arrojaron satisfactorios resultados. Sin duda, igual ocurrir hoy (Hechos 5:42). 3.- El llamamiento ms grande de todo cristiano es el de ganar almas para Cristo. 4.- El mayor peligro para la evangelizacin estriba en que estamos volcados a los medios tecnolgicos que tenemos a mano y hemos dejado de lado el mtodo tradicional. a.- Afuera hay muchas escenarios para anunciar a Cristo Jess: las viviendas, los parques, lo estacionamientos de buses, las centrales de transportes etc. b.- Las multitudes de hombres y mujeres que se pierden, no han entrado en el templo y, por supuesto, no tienen inters en entrar en l. Hay que alcanzarlos con el evangelio. - Ha meditado en helecho de que cada creyente de su congregacin debera alcanzar con el evangelio, mnimo a una persona cada da. En el ao, por cada creyente que evangelice, alcanzaramos 365 almas. III.- Siete razones por las cuales debemos reavivar el evangelismo masivo y personalizado. 1.- Porque Jesucristo evangeliz. 2.- Porque cada da crece el nmero de personas sin Cristo. La mies es mucha. 3.- Porque los obreros son pocos. 4.- Porque Jesucristo nos comision para que evangelicemos. 5.- Porque debemos evangelizar hasta que Jesucristo regrese por Su iglesia. 6.- Porque sobre nosotros pesa la sangre de quienes se pierden porque no les predicamos el evangelio. 7.- Porque evangelizar arroja satisfactorios resultados para la iglesia. Conclusin: Una iglesia que asume su compromiso evangelizador y misionero, tiene como lder a pastores que han comprendido la importancia de ganar almas. Y este proceso, de alcanzar hombres y mujeres con el evangelio, necesariamente implica que debemos experimentar personalmente crecimiento espiritual. De qu manera? Asidos de la mano del Seor Jesucristo, en el estudio de la Palabra y en oracin. No podemos perder ni siquiera un instante. El segundo que usted invierte pensando en si ser conveniente o no evangelizar, decenas de personas han muerto en el mundo.

El compromiso eclesial es que reavivemos la evangelizacin masiva y personalizada. Los resultados saltarn a la vista. Es necesario ir a las almas que se pierden fuera de las cuatro paredes del templo.

Ttulo: Movindose en el poder de Dios.

Base Bblica: 2 Reyes 4:1-7 Introduccin:

A quien recurrimos cuando atravesamos por algn problema o necesitad y requerimos de un milagro? Es probable que luchemos en nuestras fuerzas en procura de soluciones y slo nos damos por vencidos cuando llegamos al lmite de nuestras fuerzas. Las Escrituras nos ensean que debemos confiar plenamente en el Seor y recurrir a l. Cuando lo hacemos, reconociendo que en nuestras capacidades resulta imposible hacer algo, se libera el poder de Dios y ocurren los milagros. I. A dios recurrimos cuando necesitamos un milagro (v. 19) 1. Generalmente buscamos resolver los problemas en nuestras fuerzas. a. Agotamos todas las posibilidades b. Llegamos al lmite de nuestras fuerzas 2. El ser cristianos no nos exime de enfrentar dificultades a. Satans busca poner tropiezo al cristiano b. Como cristianos podemos confiar y refugiarnos en Dios 3. Dios es la nica solucin para nuestros problemas, cualesquiera que sean (v.) II. Los milagros de Dios se producen cuando activamos nuestra fe (vv.2-4) 1. En manos de Dios, lo poco nuestro es mucho en manos de Dios (v. 2) a. Dios tiene una salida. b. A veces nosotroscomo la viudadimensionamos los problemas: b.1. Consideramos que no hay solucin. b.2. Consideramos que llegamos al lmite de las fuerzas 2. El obrar de Dios no tiene lmites (v. 3) a. Dios nos muestra la salida b. Dios obra de manera que rompen con nuestra lgica humana 3. Fe es actuar (v. 4) III. Cuando nos movemos en la dimensin del poder de Dios, los milagros ocurren (vv.5-7) 1. Cuando aplicamos nuestra lgica, levantamos una barrera delante de Dios (v. 5) a. Simplemente confiamos en el poder de Dios b. Cuando nuestra confianza es slida, damos de fe. 2. El poder de Dios es ilimitado, pero llega hasta donde nos alcance la fe (v. 6) a. Hubo provisin de muchas vasijas b. Cesaron las vasijas y ces el aceite 3. Dios tiene su propio tiempo y su propia manera de obrar (v. 7) a. Dios no obra conforme a nuestra voluntad b. A Su manera, Dios resuelve nuestros problemas en el momento oportuno.

Conclusin: Resulta interesante reflexionar en el hecho de que lo poco nuestro es mucho en manos de Dios. l tiene su propio tiempo y maneras de obrar. Basta con que dejemos de racionalizar la ocurrencia de los milagros con nuestra lgica. Si lo hacemos, levantamos una enorme barrera que impide el mover de Dios. Hoy aprendemos que fe es actuar. I lo hacemos nos movemos en la dimensin del poder de Dios.

Ttulo: Librando nuestra vida y familia de toda contaminacin

Base Bblica: Josu 7:1-13

Introduccin: Cuando pecamos, contaminamos nuestra vida y afectamos a otras personas. Incluso, el anatema contamina la tierra. Hasta tanto no asumamos la determinacin de romper con el pecado, tendremos dificultades para ejercer plenamente nuestra autoridad en Jesucristo. Es fundamental que rompamos toda atadura a la maldad, renunciemos a nuestro comportamiento pecaminoso y caminemos en fidelidad y santidad de la mano del amado Salvador. El mensaje de hoy nos permitir comprender todo lo que implica abrir puertas al enemigo mediante la contaminacin personal y de la tierra, producto del pecado. I. El pecado en nuestra vida y hogar traen contaminacin (Josu 7:1-13) 1. Guardar contaminacin trae derrota (v. 1) 1.1. Echa por tierra el cumplimiento de las promesas (vv.2, 3) a. Hai formaba parte de los territorios que les entregado Dios (Gnesis 12:7-9) b. Hai era una ciudad pequea aunque fortificada. 1.2. Satans toma ventaja del pecado oculto y del anatema (v. 4) 2. Guardar contaminacin provoca temor y desnimo (v. 5) 2.1. Es necesario volvernos a Dios para que nos revele qu est ocurriendo (vv. 6, 7) 2.2. Intercedemos por nuestra vida, la del hogar y otras personas (vv. 8, 9) 3. La contaminacin produce: 3.1. Robo, codicia, mentira y engao (vv. 10, 11) 3.2. Derrota frente al enemigo (v. 12) 3.3. Opresin del enemigo (v. 12) 3.4. Distanciamiento de Dios (v. 12) 4.1. Dios nos pide verticalidad rompiendo con el pecado (v. 12) 4.2. Hasta tanto rompamos con el pecado, perderemos autoridad en la batalla contra el enemigo (v. 13) II. El pecado trae contaminacin sobre la tierra 1. No solo nos contaminamos sino que el pecado, trae contaminacin a la tierra (Levtico 11:44; 18:24,25,27-28; Nmeros 35:34; Deuteronomio 24:3, 4; jeremas 2:7; Ezequiel 22:4; 33:26, 36:17, 18) 2. Hay serias evidencias de las consecuencias que desata nuestro pecado y la contaminacin en el hogar, que abren puertas al enemigo: 2.1. Crisis econmica 2.2. Enfermedades continuas, crnicas e incurables. 2.3. Insomnio, pesadillas, asedio satnico a travs de los sueos. 2.4. Fantasmas o apariciones demonacas y movimientos inexplicables de objetos. 2.5. Olores nauseabundos inexplicables.

3.1. Objetos relacionados con cultos orientales: dioses hindes, dragones, serpientes, buda, estatuas de Mara virgen, rosarios y mscaras de tribus. 3.2. Objetos como vitelas de santos, tablas Ouija, pelculas de terror, libros o pelculas inmorales. 3.3. Msica o vdeos con mensajes obscenos. 3.4. Literatura u objetos de la Nueva Era. 3.5. Objetos, fotos, recuerdos y cartas relacionadas con relaciones ilcitas pasadas o presentes. III. Es imperativo que cerremos toda puerta al enemigo, limpiando nuestra vida y hogar 2. Dios reclama de nosotros que evitemos toda clase de mal (1 tesalonicenses 5:21, 22) 2.1. Aplicar discernimiento para evaluar qu genera contaminacin (Hechos 19:18-20) 2.2. Deshacernos de todo lo que produce contaminacin (Deuteronomio 7:22-26) 3. Mantenernos limpios y tambin nuestro hogar, de todo pecado (Juan 8:11 b; 2 Pedro 2:19 b, 20) Conclusin: Es necesario que rompamos ahora con toda relacin que pudiramos tener Copn el pecado, que le abre las puertas al enemigo. Lo hacemos en el poder y la autoridad de Jesucristo. Esta disposicin incluye evaluar qu hay en nuestra vida y familia que pudiera traer contaminacin, con el fin de deshacernos de todo objeto o prctica contaminante. Recuerde siempre que tenemos asegurada la victoria en Jesucristo.

Ttulo: Poniendo al descubierto a Satans para resistirle eficazmente

Base Bblica: Efesios 6:10-12 Introduccin: Libramos una lucha constante contra un mundo espiritual de maldad. En muchas ocasiones nos enfocamos en estrategias para el crecimiento financiero, el afianzamiento del movimiento proftico y apostlico, la aplicacin de principios para el crecimiento de la iglesia y sinnmero de temas, que sin dejar de ser importantes, no dejan de lado un aspecto fundamental: la guerra espiritual. Olvidamos por ejemplo que ay espritus de maldad que atacan al individuo especialmente asediando su mente, corazn y boca. Por este motivo, el cristiano no puede asumir una actitud pasiva porque Satans no desmaya en su propsito de generarnos conflictos en todos los mbitos de nuestra vida. La batalla debe ser constante, resistiendo en el poder de Jesucristo, quien no solo venci a las fuerzas del mal sino que adems nos dio la autoridad para vencer. I. Libramos la batalla contra Satans y su muy bien estructurada jerarqua demonaca. 1. A travs de gobernadores, principados y potestades, Satans ejecuta sus maquinaciones. 2. A travs de los gobernadores, el enemigo afecta la voluntad, opinin y acciones de otros. 2.1. Desde el Edn cuando influy en Adn y Eva, Satans ha engaado y motivado elecciones y acciones equivocadas en las personas. a. Influye en los pensamientos. b. Influye en las circunstancias. 2.2. Satans aprovecha las grietas en los muros para manipular, asediar, oprimir y ejercer influencia. 2.3. Se ven afectadas las instituciones, la familia y las relaciones interpersonales. Cmo vulnera Satans los muros? a. A travs de un liderazgo sin Dios. No se ejerce autoridad. a.1. Es necesario orar por las autoridades (1 Timoteo 2:1, 2) a.2. No respetar a las autoridades, ayuda en los planes de Satans. b. A travs de la negligencia al no ejercer apropiadamente el liderazgo. c. A travs de la rebelda (1 Samuel 15:23 a) 2.4. Estamos llamados a hacer vallado mediante oracin intercesora (Ezequiel 22.30; 13:4, 5) 3. A travs de principados nuestro adversario Satans ejerce dominio territorial. 3.1. El ejrcito de Satans tiene un plan especfico para cada pas, regin, ciudad o barrio. a. La cartografa espiritual reviste singular importancia. b. No podemos ni debemos ignorar las particularidades de cada territorio. 3.2. Satans se pone alerta cuando reclamamos territorios en oracin.

a. Satans tiene una estrategia para cada grupo humano. b. Es esencial que asumamos un plan estratgico de intercesin por regiones y grupos humanos. 4. A travs de las potestades o fortalezas opera por medio de pecados que gobiernan sobre las personas. 4.1. Cuando practicamos pecado deliberadamente abrimos puertas al adversario. a. Debemos evitar la influencia que ejerce en nuestro entorno. b. Orar especficamente contra las potestades. c. resistir la potestad que quiere ejercer dominio. d. En el nombre de Jesucristo echamos fuera demonios (Marcos 16.17) 5. A travs de los mundos espirituales de maldad, que generan fortalezas de mentira e impiden que se propague la maldad (Efesios 6:12) 5.1. El enemigo ciega el entendimiento de los incrdulos (2 Corintios 4:4) 5.2. Mediante doctrinas de engao Satans mantiene en las redes y bajo ataduras al mundo (1 Timoteo 4.1) II. El cristiano debe ejercer autoridad como soldado de Jesucristo 1. Mediante la obra del Seor Jess en la cruz, tenemos autoridad sobre toda fuerza de maldad (Colosenses 2.15) 1.1. Jesucristo tiene ahora las llaves de la muerte y el Hades (Apocalipsis 1.189 1.2. Jesucristo le quit al diablo la autoridad que le confera el pecado del hombre (Juan 3.8) a. Por la obra del Seor Jess los cautivos tienen ahora libertad (Luchas 4:18, 19) b. Hay oportunidad para los esclavos de Satans (Hechos 10:38) b.1. Ahora el cristiano tiene el compromiso de ministrar liberacin (Marcos 16:17, 18) b.2. Hemos sido librados del dominio de las tinieblas y estamos ahora en el reino de Jesucristo (Colosenses 1:13, 14) b.2.1. Cada quien decide: Se queda en el reino de la maldad o acepta su condicin en Cristo para entrar en el reino de Jesucristo. b.2.2. Mayor es el que est en nosotros que el que est en el mundo. b.2.3. La Biblia ensea que debemos resistir al diablo (Santiago 4:7; 1 Pedro 5:9). 1.3. Es imperativo que ejerzamos la autoridad que nos dio cristo (Lucas 10.19) a. Si no reprendemos al diablo ni lo hacemos retroceder, no se ir. b. No podemos marginarnos de la batalla que enfrentamos. 2. Hay cinco formas mediante las cuales, segn la Biblia, debemos ejercer autoridad: 2.1. Ministrar liberacin en el nombre del Seor Jess (Marcos 16.17)

2.2. Fundamentndonos en la palabra de Dios (Efesios 6.17) 2.3. Movernos en el poder del Espritu Santo (Hechos 1:8; Mateo 12:28) 2.4. Cubrirnos con la sangre del Seor Jesucristo (Apocalipsis 12.11) 2.5. Por medio de nuestro testimonio (Apocalipsis 12:119 3. Hay cinco reas en las que Satans nos ataca (2 Corintios 12.10) 3.1. Capitaliza nuestras debilidades. 3.2. Propicia afrentas en contra nuestra. 3.3. Genera necesidades, especialmente de carcter material. 3.4. Articula persecuciones en contra nuestra. 3.5. Propicia que enfrentemos perodos de angustia. III. Cmo hacemos guerra espiritual? 1. El cristiano debe librar la batalla contra Satans. 1.1. La oracin del creyente puede mucho (Santiago 5:16) 1.2. Mediante rechazar el pecado que abre puertas al enemigo (Efesios 4:27) 1.3. Como lo hicieron Josu e Israel, recobrar territorios para el Seor (Josu 6:120) 1.4. Dependencia de Dios (Salmo 34:19) quien nos libra (proverbios 3:5, 6) 2. El cristiano debe prepararse para dar la batalla: 2.1. Orar siempre (1 Tesalonicenses 5:17) 2.2. Prepararnos para el ayuno (Isaas 58:6) Conclusin: El poder de Jesucristo es el que nos permite vencer. l ya venci a Satans; nos corresponde a nosotros someternos a Dios, resistir al diablo y l huir de nosotros como ensean las Escrituras (Santiago 4.7). Si ignoramos las maquinaciones de nuestro adversario espiritual, toma ventaja. Es un lujo que no podemos permitirnos, ni ahora ni nunca. Sobre esa base, es menester orar y mantenernos alerta para no dar ninguna oportunidad al diablo y a sus huestes. Recuerde siempre: Satans est vencido y nos corresponde apropiarnos y ejercer la autoridad que recibimos del Seor Jesucristo. En l somos ms que vencedores. Ps. Fernando A. Jimnez

Ttulo: Produciendo transformacin en el mundo espiritual, desde la dimensin fsica

Base Bblica: Josu 6:1-26 Inicio: Como cristianos debemos estar preparados para las batalles espirituales (Cf. Efesios 6:10-14). Una clara ilustracin la encontramos en la toma de Jeric por parte de Josu y el pueblo de Israel. Desde la dimensin fsica se impact el mundo espiritual y se produjeron transformaciones: los muros cayeron y pudieron entrar en la ciudad; fue por el poder y mover de Dios, porque en sus fuerzas jams lo hubieran podido lograr. Como soldados de Jesucristo lideramos la guerra contra las fuerzas del enemigo. En la autoridad de Cristo tenemos asegurada la victoria. I. Las batallas espirituales las libramos en el poder de Dios (vv. 1-5) 1. No importa la dimensin de la batalla que debemos librar (v. 1) 1.1. Jeric era una ciudad fortificada y estructuralmente inexpugnable (v. 1 a) 1.2. Los habitantes de Jeric estaban prevenidos ante la presencia de los isrelitas (v. 1 b) a. Aunque Satans est vencido, nos hace creer que tiene dominio y que es invencible. a.1. El poder de Satans fue destruido por la muerte redentora del Seor jess (Hebreos 2.14) a.2. El Seor Jesucristo despoj con su sacrificio redentor en la cruz, a las fuerzas de maldad (Col. 2:14, 15). 2. Dios nos concede el poder para recobrar personas y territorios sobre los que tiene dominio Satans (v. 2) 2.1. En Dios no improvisamos la batalla. Dios tiene todo planeado y especfico en sus instrucciones (vv.3-5) 2.2. En la batalla contra Jeric iban en orden de batalla: a. Los hombres de guerra (v. 3) b. Los sacerdotes (v. 4) c. El Arca de Dios (v. 4) 2.3. En la toma de Jeric se dieron caractersticas especiales: a. Marchaban alrededor de la ciudad. Una toma espiritual (v. 3) b. La toma se hizo inicialmente rodeando la ciudad. Posesionndose del territorio enemigo (v. 4) c. El pueblo de Israel deba atender las instrucciones especficas en el tiempo perfecto de Dios (v. 5) II. Como soldados de Jesucristo lideramos la batalla espiritual (vv. 6-19) 1. Como soldados de Jesucristo encabezamos la batalla espiritual (vv. 6, 7) 1.1. Es importante movernos bajo las instrucciones del Seor (vv. 8, 9) 1.2. No obramos en nuestras fuerzas sino en el poder de Dios (vv. 10-14) a. No gritaron, simplemente marcharon en silencio (v. 10 )

b. Rodearon la ciudad movindose en el poder de Dios (vv.11-14) 2. Como soldados de Jesucristo libramos la batalla de carcter ofensivo en el poder de Dios (v. 15) 2.1. Lo imposible se hace posible en Dios (v. 16) 2.2. Dios los instruy sobre la importancia de no conservar nada relacionado con el enemigo (vv.17-19) III. En el poder de Dios derribamos muros y despojamos el territorio de Satans (vv.20-26) 1. En el poder de Dios cae todo dominio de Satans sobre las personas y los territorios (v. 20) 1.1. Nada del enemigo debe quedar con nosotros: recuerdos, amuletos, cartas, pactos realizados con el ocultismo etc. (vv.21-24) 1.2. Slo se salvaron aquellos que dispuso Dios (vv.22, 23, 25) 2. Cortamos con todo dominio de Satans. Es definitivo (v. 26) 2.1. No podemos volver atrs. 2.2. Debemos permanecer firmes y fieles en Dios. Conclusin: La toma de Jeric fue la expresin del poder de Dios movindose a travs del pueblo de Israel. Los muros cayeron por el poder del Seor. En esencia fue una batalla espiritual en la que resultaron victoriosos porque mantenan una dependencia absoluta de Dios. Cuando luchamos en las fuerzas del Seor y no en las nuestras, resultamos vencedores. No hay obstculos cuando, en la voluntad de Dios y de acuerdo con sus instrucciones, actuamos. En Jesucristo, como ensea el apstol Pablo, somos ms que vencedores.

Ttulo: Preparndonos para la batalla en la guerra espiritual.

Base Bblica: Apocalipsis 19:19-21 Inicio: El ocultismo ha tomado una fuerza inusitada en nuestra sociedad. Podemos leer en los diarios europeos que hay ms brujos registrados ante el gobierno de Alemania que ministros evanglicos, en un pas que fue cuna de la reforma protestante. En Francia, por su parte, las estadsticas revelan que las personas enfermas consultan ms a los brujos que a los mdicos. En Mxico se han descubierto fosas comunes de hombres, mujeres y nios sacrificados por los carteles de la mafia para recibir proteccin de Satans. Y, qu decir de Miami? Est invadida de brujos y santeros procedentes del Caribe. Incluso anuncian sus servicios en publicaciones de amplia circulacin nacional. El hecho de que el ocultismo haya tomado tanta fuerza y que los cristianos seamos blancos permanentes de la difamacin, crticas y persecucin de Satans y sus seguidoresuna sociedad bajo pecado que a lo amo dice bueno--, obliga el que nos preparemos para la batalla en la Guerra Espiritual que se libra en los aires, y de la cual somos partcipes. Cul es nuestra actitud frente a los ataques de las huestes de maldad? Es un interrogante al que debemos responder hoy I. Como soldados de Jesucristo debemos prepararnos para la batalla. 1. Estamos en la antesala del escenario final en el que se producirn batallas a nivel fsico y espiritual (Apocalipsis 19:19-21) 1.1. Satans no desmaya en su propsito de hacer contra el pueblo de Dios. 1.2. La iglesia debe asumir su papel protagnico como ejrcito de Dios. 2. Dios est llamando a la iglesia a prepararse para la batalla (Joel 3.91-4) 2.1. Es tiempo de movilizarse (v. 9) 2.2. Es tiempo de fortalecernos en Dios (v.10) 2.3. Es tiempo de asumir una posicin ofensiva y no resignarnos a la actitud defensiva que hemos asumido hasta el momento (vv.11-19) 2.4. Es tiempo de despertar y no seguir durmiendo (v. 149 3. Usted y yo somos quienes damos la batalla; no podemos esperar que otros lo hagan (Salmo 94:16) II. Como soldados de Jesucristo debemos liderar la batalla 1. Como soldados del ejrcito de Jesucristo debemos tener discernimiento y alertar a la iglesia (Habacuc 2.2, 3) 1.1. Discernir los tiempos que vivimos 1.2. El campo de batalla en que libramos la lucha 1.3. La estrecha relacin entre la Guerra Espiritual y el evangelismo 2. Como los jefes de escuadrones de la tribu de Isacar, debemos (Cf. 1 Crnicas 12): 2.1. Conocer los tiempos 2.2. Saber qu hacer 2.3. Saber liderar la guerra espiritual III. Como soldados de Jesucristo luchamos en los tres niveles de Gurra Espiritual

1. Nos preparamos entres niveles de accin: 1.1. Intercesin para romper yugos y traer sanidad y liberacin. 1.2. Intercesin por el liderazgo cristiano y la iglesia 1.3. Intercesin en la batalla contra el enemigo espiritual y por el evangelismo. 2. Guerra a nivel fsico (terrenal) 2.1. El enemigo ataca con fortalezas que se aprovechan de la debilidad de la persona (Mateo 10:1; Lucas 10:17; Hechos 8:7) 2.2. Es necesario derribar las fortalezas 3. Guerra a nivel del ocultismo (dimensin espiritual) 3.1. Obra mediante la brujera, satanismo, vud, espiritismo, santera, macumba, necro,mancia, astrologa y mdiums, entre otros. 3.2. El ocultismo es aceptado por la sociedad (hechos 16:16-24) a. Desata persecucin contra el pueblo cristiano b. Busca destruir ministerios e iglesias 4. Guerra Espiritual a nivel estratgico (cartografa espiritual) 4.1. Identificando dominios territoriales 4.2. Recobrando para Cristo terrenos (nacin, regin, ciudad) Conclusin: Resulta extrao pero es real, que Satans ha logrado infiltrar esferas de poder, porque sabe que de esta manera puede ejercer influencia en un pas o una regin. Recuerda usted el escndalo que se desat cuando se inform que Nancy Reagan consultaba un reconocido brujo en Washington antes de tomar decisiones de tanta trascendencia como relaciones con otros pases. Y el caso de Juan Domingo Pern, el mandatario argentino que nombr entre sus ministros a Jos Lpez Rega, conocido como "el brujo". En ese perodo el pas entr en un perodo que fue histrico, por su proyeccin negativa en lo econmico y social. Tras la muerte de Pern, su esposa Eva de Pern tuvo como consejero de primera lnea al brujo Rega, lo que trajo maldicin y destruccin al pas. Y qu decir de las autoridades que en casos especficos, han contratado mdiums en Norteamrica para adelantar investigaciones policiacas? Frente a toda esta realidad, los cristianos debemos prepararnos para la Guerra Espiritual, en nuestra condicin de soldados del ejrcito de Dios. Oracin, bsqueda del Seor y fidelidad a Sus mandatos, son tres elementos que deben primar en nuestra vida, como fundamento de victoria. Est dispuesto a asumir su compromiso?

Ttulo: El propsito de Dios al tratar con nuestras vidas

Base Bblica: Deuteronomio 8:1-20 Introduccin: Cuando atravesamos perodos de prueba, generalmente nos enfocamos en lo adverso de las circunstancias y desestimamos el hecho de que las pruebasen el plan de Diostienen un propsito: prepararnos para las bendiciones. El asunto est en cul es la actitud que asumimos en los perodos crticos. Si cambia nuestra perspectiva alrededor de las pruebas, comprendemos que constituyen la antesala a las a las bendiciones. Deuteronomio 8 nos permite comprender el propsito que tiene Dios con las pruebas y de qu manera, podemos aprender y beneficiarnos, cada vez que se nos presenten. I. Las pruebas en el plan de Dios estn ligadas a las bendiciones 1. Las bendiciones de Dios generalmente tienen un condicionamiento, relativo a nuestra fidelidad y perseverancia (vv. 1, 6) 1.1. Ser fieles a Dios es fundamental 1.2. Vivir, multiplicarse y tomar posesin de la tierra prometida. Ser esforzados y valientes. 2. Las pruebas revelan lo que hay en nuestro corazn y nos preparan para las bendiciones (v. 2 b) 2.1. En medio de las pruebas, Dios nos provee (v. 3 b) 2.2. Las bendiciones de Dios sobrepasan nuestras expectativas (vv. 7- 9) 3. La infidelidad a Dios nos roba las bendiciones (vv. 19, 20) II. Dios tiene un propsito en medio de las pruebas que nos sobrevienen 1. Las pruebas en Dios tienen un propsito (vv. 2 a, 3 b) 1.1. Atravesar el desierto 1.2. Doblegar el orgullo 1.3. Perodos de escasez 2. En medio de las pruebas, est Dios acompandonos (v. 4) 2.1. Dios marcha junto a nosotros 2.2. Dios nos protege 3. En medio de las pruebas, Dios nos disciplina (v. 5) III. Las bendiciones no pueden llevarnos a olvidar el propsito que tuvo Dios con las pruebas 1. No podemos dejar de agradecer a Dios por su provisin (v. 10) 1.1. Reconocer a Dios en todos nuestros caminos 8v. 11 a) 1.2. Seguir fieles a sus mandamientos (v. 11 b) 2. No podemos olvidar que la provisin viene de Dios (vv. 12-14) 2.1. Fue Dios quien nos gui en medio de las pruebas (v. 15) 2.2. Fue dios quien nos provey en medio del desierto (v. 169 a. Es por el amor de Dios que somos bendecidos (v. 179

b. Es por el poder de Dios que somos bendecidos (v. 18) Conclusin: Dios nos bendice abundantemente. Por su infinito poder y amor, recibimos provisin, no solo en medio de las pruebas sino cuando hemos atravesado exitosamente los desiertos. No obstante, cuando hayamos sido abundantemente bendecidos, no podemos olvidar quin fue el que lo hizo: nuestro amoroso Padre celestial. A l debemos agradecerle y guardarle fidelidad en todo momento de nuestra vida. Si nos apartamos, la infidelidad a dios nos robar las bendiciones. Pregntese: Cul es mi actitud frente a las pruebas? Encuentro bendiciones en los perodos difciles?

Ttulo: Cmo vencer en las grandes batallas por nuestra alma? Introduccin :

Los cristianos somos ms que vencedores. Fuimos concebidos por Dios para ser triunfadores. No obstante el pecado lleva al hombre a un estado de postracin que le impide avanzar. Sin embargo cuando reconocen y reciben a Jesucristo en sus corazones como su nico y suficiente Salvador, todo cambia. Podemos ejercer autoridades y ser totalmente libres. Adems, ayudar a otros para que vivan esa libertad que nuestro amado Seor nos ofrece. 1. Cmo debemos prepararnos para la confrontacin espiritual? (Mateo 6:5-15) Hay tres elementos esenciales para la confrontacin espiritual: a.- La oracin (Mateo 5:6). b.- El ayuno. c.- Estudio de la Palabra para ampliar nuestro conocimiento del mundo espiritual. La confrontacin del mundo espiritual de maldad obliga que desarrollemos: perseverancia, decisin, ejercer la autoridad de Cristo en y a travs de nuestras vidas. Estar metidos con Dios es un aspecto fundamental en el proceso de liberacin (Hebreos 10:19-21) No podemos desligarnos jams de la dimensin espiritual en la que entramos en intimidad con Dios (Cf. Salmo 18:1-3). En la vida del Seor Jess encontramos un ejemplo de oracin (Mateo 1:35). Pasaba largo tiempo en la presencia del Padre celestial (Marcos 6:45). A travs de esa intimidad, se desarrolla un principio clave, que es escuchar con la intervencin del Espritu Santo, quien nos seala qu hacer en cada caso (Hechos 16:6). Cuando oramos, nos sometemos a Dios (Santiago 4:1-4; 2 Corintios 10). A travs de la oracin, no solamente encontramos fortaleza sino que materializamos la voluntad de Dios para el gnero humano, convirtindonos en Sus instrumentos (Cf. Isaas 45:11; Salmo 2:8). 2. Una guerra en la que somos vencedores 2.1.- Los cristianos debemos tener claro que libramos una guerra espiritual, en la cual Satans ya fue vencido por la obra de Dios a travs de Su Hijo Jess en la cruz (Colosenses 2:15). a.- La guerra espiritual es la confrontacin del cristiano a los poderes espirituales, bajo la autoridad de Jesucristo el Seor. (Efesios 6:12) b.- La guerra espiritual es un medio por el cual la Iglesia recupera el terreno ganado por Satans. c.- La guerra espiritual permite que caiga la venda que le impide a las personas aceptar el Evangelio transformador de Jesucristo (2 Corintios 4:3, 4). 2.2.- El creyente no puede eludir su compromiso de confrontar el mundo espiritual de maldad (Jeremas 1:10). a.- La guerra espiritual permite rescatar a las personas de las guerras de satans. Es en las personas y no en satans que se debe centrar nuestra lucha. b.- La guerra espiritual nos permite desbaratar los planes de satans en el mundo (Juan 10:10). 2.3.- El destino final de satans ser la destruccin eterna (Apocalipsis 20:10).

3. Dnde se libran las grandes batallas por nuestra alma? 3.1.- La mente es un campo de batalla sobre el cual quiere tener dominio satans.

a.- Satans puede disfrazar su accionar envindonos pensamientos en los que confundamos la carne con la voz de Dios (2 Corintios 11:14, 15). b.- Un cristiano, si no es fiel y permanece asido de la mano de Jesucristo, puede fluctuar espiritualmente y estar: hoy animado y maana depresivo. 3.2.- El la mente del cristiano nuestro adversario espiritual puede sembrar pensamientos de derrota, que Dios les deja solos o que jams lograrn crecer espiritualmente o como personas. - Si estamos apercibidos de las estratagemas de satans, no nos dejaremos sorprender fcilmente. 4. Una batalla constante Los seres humanos estamos expuestos a una constante batalla con el mundo de maldad, que categorizamos as: 4.1.- Ataques en la mente 4.2.- Ataques a travs del ocultismo 4.3.- Ataques en la esfera espiritual

5.- Ataques en la mente Es necesario establecer que satans se posesiona de la mente de quienes no tienen a Jesucristo en su corazn pero cuando se trata de los creyentes, y sobre la base de que el Espritu Santo mona en su ser, nuestro adversario espiritual asedia con pensamientos, encaminados a la tentacin o a propiciar el estancamiento espiritual. Tipos de ataques: 5.1.- Enajenacin.- Es la ms comn, fuerte y peligrosa. El enemigo queda controlado por el poder diablico. De esta manera mente, voluntad y cuerpo quedan a merced de los espritus (Lucas 8:27) 5.2.- Posesin.- La diferencia respecto al primer estado, es que los espritus tienen un control parcial del individuo. Por esta razn la persona flucta entre tener dominio de su voluntad, y los raptos en los que acta sin saber por qu razn, de determinada manera. (Marcos 9:17, 18). 5.3.- Opresin.- La palabra que mejor describe este estado mental es opresin. Desde fuera, los agentes de satans oprimen bien sea el rea espiritual, mental o la parte fsica de su vctima. Por este motivo quien enfrenta la situacin puede experimentar desnimo, cansancio excesivo, asumir una actitud negativa ante todo, o rechazar toda intervencin espiritual. Se producen bloqueos mentales, dificultad para concentrarse, o bien, diversas enfermedades, para muchas dfe las cuales no hay explicacin cientfica (Lucas 6:18). 5.4.- Tentacin.- El enemigo ejerce influencia, mediante diversas circunstancias, encaminada a que la persona experimente una cada espiritual. Otra manifestacin son los pensamientos de perversidad, de negativismo, lujuria. (Lucas 4:13). 5.5.- Fortalezas espirituales.- Cuando alguien que no tiene a Cristo en su corazn, es dominado por satans, el enemigo genera patrones de conducta contrarias a su voluntad. Incluso pueden tener un revestimiento de supuesta espiritualidad, tal como vemos en la religiosidad, el fanatismo, el humanismo, la violencia, los temores o el atesmo, entre otros (Jeremas 9:14).

6.- Ataques a travs del ocultismo Su principal manifestacin es el ocultismo. Hay distintas maneras: maldiciones, conjuros, encantamientos, hechizos, magia, riegos. Quienes se ven inmersos en este mundo, son fundamentalmente personas vidas de poder y experiencias sobrenaturales (Hechos 19:18, 19). Quienes ejercen tal dominio son brujos, magos, hechiceros, espiritistas, adivinos, parasiclogos, quienes vuelven a las personas su objetivo final con la maldad, bien porque directamente quieren destruirles o han sido pagados para realizar algn trabajo. En muchos casos utilizan ofrendas como alimentos, granos o animales muertos, principalmente gallinas y chivos. Hay seudo movimientos y religiones estrechamente ligados al ocultismo. Por ejemplo la Masonera y la Nueva Era (con sus variables). 1. Adoracin (Reconocer a Dios por lo que l es y por sus atributos). 2. Pedir al Espritu Santo revelacin. 3. Romper todos los trabajos realizados por los umbandista, hechiceros, sacerdotes de la nueva era, curanderos, espiritistas, parapsiclogos, etc., sobre los pastores, lderes, miembros de su iglesia y sobre su ciudad. ESTRATEGIAS DE CONFRONTACION 4. Deshacer todo tipo de maldiciones, sobre los pastores, lderes, miembros de su iglesia y sobre su ciudad. 5. Atar a los espritus guas que operan a travs de ellos. 6. Pedir a Dios que el Espritu Santo, toque las vidas que habitan en su ciudad para que tengan un encuentro con Jess. 7. Pedir a Dios cobertura de acuerdo a Efesios 6. 8. Adorar a Dios en gratitud por la liberacin de estas manifestaciones. 7.- Ataques en la esfera espiritual Para desarrollar sus planes de maldad, el diablo tiene un bien organizado esquema, con jerarqua militar, a travs de la cual ejecuta sus acciones desde la dimensin espiritual hacia la dimensin material. A continuacin describimos cul es el esquema que utiliza: (Efesios 6:12 ss) 7.1.- Satans: Aunque fue creado por Dios, se revelo y fue echado fuera. Se le personifica con la serpiente antigua (Apocalipsis 21), ladrn (Juan 10:10), prncipe de las tinieblas, demonio, lucifer o diablo. 7.2.- Gobernadores de las tinieblas: La Biblia los identifica como tronos o dominios. Generalmente gobiernan grandes territorios, como pases, provincias o ciudades. Ejercen una poderosa influencia entre quienes algn grado de poder. 7.3.- Principados o potestades de las tinieblas: Estn sujetos a los gobernadores de las tinieblas. Ejercen poder demoniaco en su condicin de prncipes territoriales. Afectan territorios y personas.

7.4.- Potestades de maldad: Se les conoce como fortalezas. Alientan los deseos de maldad de las personas. Adems de los territorios, afectan las familias, propiciando su destruccin y/o resquebrajamiento. Propician la rebelda o divisin en el hogar. Tambin afectan a las iglesias. 7.5.- Huestes de maldad: Se les conoce igualmente como ejrcitos de maldad. Su principal meta es asaltar y atacar a las comunidades, torpedeando la extensin del Evangelio. 7.6.- Espritus malignos o demonios: Constituyen el ejrcito de guerreros de maldad al servicio de la estructura jerrquica de maldad. Ejecutan las rdenes del diablo. Y a su vez, dentro de la organizacin, tienen determinadas jerarquas. No obstante lo anterior, Dios tiene ngeles que nos guardan y protegen (Salmos 34 y 91). 7.7.- Hombres y mujeres que sirven al diablo: Son aquellos que voluntariamente se han entregado a la maldad. Obran conforme a los dictados de satans. Un ejemplo lo representan las reuniones de brujos, hechiceros, masones, practicantes del vud, la macumba y otros ritos en los que el centro de la adoracin es el adversario. Los demonios se convierten para ellos en espritus guas. 8. Cmo ejercemos autoridad espiritual? 8.1.- Nuestra autoridad proviene del Seor Jesucristo que mora en nuestro corazn. El Seor Jesucristo y las Escrituras nos ensean que debemos ejercer autoridad espiritual (Lucas 9:1,2,6; 10:19; Mateo 28:18-20; Romanos 16:20; Santiago 4:7; 1 Pedro 5:8, 9; Efesios 6:10-18). 8.2.- Hay por lo menos dos condiciones para ejercer autoridad espiritual:

a.- Fe, la cual debe estar fundamentada en Jesucristo (Mateo 16:16, 18, 19. b.- Unidad, tanto de convicciones de fe como propsitos (Mateo 18:19). 8.3.- Cmo se manifiesta nuestra autoridad espiritual?

a- Conociendo la voluntad de Dios y obrando bajo Su poder (Mateo 16:19). b.- Ministrando con poder (Mateo 12:28). 8.4.- Cuatro elementos que levantan impedimentos a nuestra autoridad en Cristo: a.- Falta de fe (Mateo 17:19-21) b.- Incredulidad colectiva (Mateo 6:4-6) c.- Persistir en el pecado (Glatas 4:9; Juan 8:34, 35). d.- Las maquinaciones del adversario (2 Corintios 2:11). 8.5.- Manifestaciones poderosas de la autoridad que otorga Dios?

a.- Moiss dividi el mar rojo (xodo 14:15), b.- Elas dividi el agua en el ro Jordn (2 Reyes 2:7, 8) c.- Eliseo or porque fuera cegado el enemigo (2 Reyes 6:17, 18) d.- Pablo declar la muerte de Ananas y Safira (Hechos 5). e.- Los creyentes recibieron la promesa del Espritu Santo (Hechos 1:8). f.- Testimonio de vida cristiana (Romanos 15:18, 19),

Conclusin: Los cristianos libramos una batalla constante, de la que debemos ser concientes para poder vencer. Ignorar que Satans est desatando problemas y generando obstculos a nuestro paso, no servir de nada. La solucin est en ejercer autoridad en Jesucristo. Reconocer que fuimos creados por Dios, salvados por la obra redentora de su amado Hijo Jess y que, libres, debemos continuar as. Adems, que en nuestra condicin de creyentes podemos contribuir para que otras personas disfruten de esa libertad.

Ttulo: Una vida transformada, caracterstica de un cristiano. Base Escritural: 2 Crnicas 34:1-8 Introduccin:

Sudn enfrenta una persecucin religiosa sin precedentes. Decenas de cristianos, catlicos y protestantes, han muerto en los ltimos diez aos. Pero en medio de la adversidad, algo que caracteriza a estos mrtires de la modernidad es su testimonio de vida. Se les reconoce, ms que por andar con una Biblia bajo el brazo o un smbolo religioso, por su comportamiento digno, signado por el amor fraterno y la transparencia en sus actuaciones. 1. El hombre de Dios se caracteriza por marcar la diferencia a. El rey Josas marc la diferencia por su rectitud ante Dios (v. 2 a) b. El rey Josas rompi los esquemas de la familia y la sociedad (v. 2b) ... Los hijos no necesariamente debe reproducir lo que vieron en su hogar. Es una decisin personal proseguir esa cadena generacional. 2. El hombre de Dios se caracteriza por limpiar toda mancha de pecado a. Dios quiere obrar. Es necesario que haya disposicin personal. b. Dios es quien nos fortalece para cambiar (v. 3) "... comenz a buscar a Dios" c. Dios quiere que limpiemos todo lo que nos mancha espiritualmente (vv. 3 b, c 7) ... Derrib los dolos (v. 3 c) ... Rompi todo nexo con el pecado: amistades, lugares que frecuentaba etc. (vv. 4 b, 5) ... Limpi todo lugar en el que se desenvolva (vv. 6, 7). ... En el hogar, en el trabajo, en la universidad... 3. El hombre de Dios mantiene una vida de rectitud para ejercer un ministerio eficaz. a. Si no hay limpieza en nuestra existencia, el ministerio y vida cristiana sern ineficaces b. Una vez limpia nuestra vida, se podr restaurar el ministerio (v.8) Conclusin: Los cristianos estamos llamados a aplicar en su existencia, principios y valores que marcan la diferencia en una sociedad donde priman los anti valores. El rey Josas fue vivo ejemplo de esa disposicin, a cambiar y a alcanzar el crecimiento personal y espiritual, aplicando en su vida slidos principios. Cambiar no es posible en nuestras fuerzas sino en el poder de Dios.

Ttulo: Usted decide el final de su historia Base Bblica: Jueces 16:38 Introduccin:

Dios nos cre a usted y a m con un propsito maravilloso desde antes de la fundacin del mundo. Sus pensamientos respecto de nosotros son los mejores y procuran nuestro bienestar en todo momento. l tiene trazado un plan para cada uno. Qu determina el que su perfecta voluntad no se cumpla? Las decisiones que tomamos, generalmente bajo nuestro criterio y guiados por el emocionalismo, que levantan una barrera a todo cuanto Dios tiene trazado a nuestro favor. Es hora de hacer un alto en el camino y reorganizar nuestros caminos en consonancia con su perfecta voluntad. Nuestra vida dar un vuelco sorprendente. Hoy es el da para reemprender una existencia renovada, de la mano de Dios! I. Desde antes de la creacin del mundo, Dios tiene un propsito con nosotros 1. Dios escogi a Sansn desde antes que naciera (Cf. Jueces 13:1-5) 1.1. Dios tiene una misin para toda persona (v. 1) a. Los filisteos dominaban sobre Israel. b. Sansn naci a pesar de que todo estaba en contra (v. 2) 1.2. Dios tiene maravillosos planes para todos (vv. 3-5) a. Est poniendo tropiezos a los planes de Dios? b. Est dispuesto a dejarse tratar por Dios? 2. dios se manifiesta en la vida de todos nosotros, como lo hizo con Sansn (Jueces 13:24, 25 2.1. Dios tiene su tiempo para cumplir sus propsitos y planes en nuestra vida (vv.24, 25) 2.1. El Espritu de Dios reposa entre quienes estn dispuestos para l (v. 25) II. Obrar en nuestras fuerzas pone tropiezo al mover de Dios 1. Entorpecemos los planes de Dios cuando tomamos decisiones equivocadas (Jueces 14:1-4) 1.1. Sansn dej que gobernara la emocin y no la razn (v. 1) 1.2. Afirmarse en sus caprichos llev a Sansn a desestimar los consejos de sus padres (vv. 2, 3) 4) 2.1. Necesitamos dejar a Dios que obre en nosotros conforme l quiera (vv . 19, 20) 2.2. Una garanta de fracaso es obrar en nuestras fuerzas, no en las de Dios III. El mundo participa de todas las cosas, pero nosotros no participamos en las cosas del mundo 1. Estar en el lugar equivocado nos expone al peligro (Jueces 16:1-3) 1.1. El joven cristiano no puede dejarse arrastrar por las pasiones (v. 1) 1.2. No podemos jugar con la santidad porque corremos peligro (vv.2, 3) 2. Un problema de Sansn era dejarse arrastrar por las emociones en el momento de tomar decisiones (Jueces 16:4) 2.1. La maldad saca ventaja de nuestra insensatez (v. 5) 2.2. Es necesario fortalecernos en Dios a. No podemos abrir puertas para el que mal saque ventaja 2. Las decisiones debemos consultarlas con Dios para saber si estamos en Su voluntad (v.

b. El enemigo es hbil y sutil para engaarnos (vv.7-20) 3. El enemigo no descansar hasta procurar nuestra destruccin (vv. 21, 22) IV. Es hora de volvernos a Dios para que cumpla sus planes en nosotros 1. En el poder de Dios se rompe toda atadura (Jueces 16:23-25) 1.1. Un creyente comprometido est en la mira del enemigo (v. 23) 1.2. El enemigo quiere vernos en vergenza (vv.24, 259 2. Si desde lo ms profundo del fracaso nos volvemos a Dios, l nos rescatar (vv. 26-31) 2.1. Es necesario reconocer los errores y volver la mirada a Dios (v.28) 2.2. Con decisiones acertadas, el final de la historia de Sansn habra sido diferente (v. 31) Conclusin: La decisin de proseguir la ruta del fracaso no es ms que nuestra. Dios quiere lo mejor para nosotros, pero debemos movernos en el centro mismo de Su voluntad, y permitirle que obre y gue nuestros pasos. La historia de Sansn habra sido diferente en caso de haber ordenado su caminar de acuerdo con el plan de Dios. No obstante, tom sus propias decisiones, desacertadas la mayora de ellas, y se encamin a un fin de derrota. Cul quiere que sea el final de su historia? Recuerde: puede ser a Su manera o a la manera de Dios.

Ttulo: Quieres caminar en victoria con Cristo? Base Bblica: Hebreos 11:39, 40; 12:1-3 Introduccin:

Caminar hacia la meta final que es la eternidad con Dios es posible cuando damos pasos firmes y sostenidos, asidos de la mano del Seor Jesucristo. Avanzar no se logra dependiendo de la fortaleza personal sino afianzados de la fortaleza divina. Es probable que las circunstancias adversas desprendan temores, inquietud e incertidumbre; sin embargo estamos llamados a seguir caminando en fidelidad a Dios. Nos anima la esperanza de que nuestro amado Padre cumplir aquello que nos ha prometido y que es: en el presente muchas bendiciones, y maana: la vida eterna. I.- Caminando hacia la eternidad con Dios (11:39, 40). 1.- Nuestro trnsito terrenal con Dios amerita que tengamos fe (v. 39).

2.- Puede que no veamos ahora la materializacin de las promesas divinas, pero debemos seguir caminando firmes (v. 39). 3.- Como los hombres de fe que describe la Biblia, estamos llamados a guardar la esperanza, confiando en la veracidad de las promesas de Dios (v. 40). II.- Es posible dar pasos hacia la victoria con ayuda del Seor Jess (12:1) 1.- Con ayuda del Seor Jess podemos despojarnos del temor, las dudas y la incertidumbre que nos impiden avanzar (v. 1 a). 2.- Con ayuda del Seor Jess podemos vencer la tentacin que inclina nuestra naturaleza al pecado (v. 1 b). 3.- Con la ayuda del Seor Jess podemos avanzar en el camino de fe con perseverancia (v. 1 c). III.- El secreto de avanzar hacia la victoria es poner nuestra mirada en el Seor Jess (vv.2, 3). 1.- Nuestra mirada no puede estar puesta en las circunstancias, sino en la sagrada meta (v. 2). b). 3). Conclusin: Los cristianos estamos llamados a caminar en victoria con la ayuda del Seor Jesucristo. l nos gua, ayuda y fortalece para seguir adelante, por encima de las circunstancias. Cuando llega el desnimo, l nos anima; si nos asalta la incertidumbre, nos llena de seguridad, y si el cansancio toca a nuestra puerta, l nos fortalece. Usted puede dar pasos firmes hacia la victoria caminando de la mano del Seor Jesucristo! 2.- El Seor Jess es Quien nos fortalece con la fe necesaria para vencer (v. 2

"puestos los ojos en Jess, el autor y consumador de la fe". 3.- El Seor Jess es quien nos anima cuando llegan los momentos difciles (v.

Ttulo: El padre espiritual cuida de sus hijos Base Bblica: Filipenses 1:1-11 Introduccin

Con frecuencia limitamos nuestra responsabilidad a predicar el evangelio, desconociendo que si bien el hecho de que alguien acepte a cristo en su corazn es un paso de gran significacin, debe ir acompaado de un segundo paso: el acompaamiento para que el nuevo creyente alcance crecimiento espiritual y personal. Usted y yo somos padres espirituales de los nuevos creyentes y no podemos ser ajenos a tal responsabilidad. Pablo y Timoteo, autores de la carta a los creyentes de Filipos, tena claro su compromiso, de ah que oraban por los filipenses (vv.3-6). Otro aspecto de particular importancia radica en que, si estamos abiertos al obrar de Dios, l concluir el proceso que inici en nosotros. I.- El padre espiritual intercede por sus hijos (vv.3-5). 1.- El padre espiritual se acuerda de sus hijos (v. 3). 2.- El padre espiritual tiene presentes a sus hijos en las oraciones (vv.3, 4). 3.- El padre espiritual pide por el crecimiento espiritual de sus hijos (v. 5 a). II.- El padre espiritual anima el crecimiento de sus hijos (v. 6). 1.- El padre espiritual estimula la fe de sus hijos (v. 6). 2.- El padre espiritual revela a sus hijos el proceso de transformacin de Dios en cada ser (v. 6). "...el que comenz en vosotros la buena obra, la perfeccionar..." 3.- El padre espiritual comparte a sus hijos cules son sus convicciones de fe (v. 6). III.- El padre espiritual no descuida la responsabilidad que tiene con sus hijos (vv.7-11). 1.- El padre espiritual no descuidabajo ninguna circunstanciaa sus hijos (v. 7). 2.- El padre espiritual manifiesta con sus pensamientos y sus hechos, un amor genuino por sus hijos (v. 8). 3.- El padre espiritual clama por el crecimiento de la vida cristiana de sus hijos (v. 9). 4.- El padre espiritual clama por que sus hijos guarden la fidelidad a Cristo Jess (vv.10, 11). Conclusin: Pablo y Timoteo, autores de la carta a los Filipenses, en su condicin de padres espirituales asumieron el compromiso de interceder por quienes haban aceptado a Cristo como Seor y Salvador. Clamaban por su crecimiento espiritual an en medio de las persecuciones de que eran blancos; seguan en intercesin permanente. Los creyentes de filipos se constituyeron en "hijos espirituales" que reciban el adecuado cuidado.

Ttulo: El Dicono, un ministro al servicio de Dios y de la iglesia Base Bblica: 1 Timoteo 3:8-13 Introduccin:

Esteban jams imagin el cambio que tendra su vida. Pero lleg. Sin proponrselo, fue escogido como uno de los siete diconos de su congregacin. La tarea primordial era atender el servicio a los necesitados. Sin embargo Dios le abri las puertas, ensanch su ministerio y le dio la oportunidad de constituirse en uno de los mayores propagadores del evangelio en su poca. Un dicono fue adems la semilla que desencaden el crecimiento de la iglesia cristiana del primer siglo... (Se pueden leer con antelacin los captulos 6 y 7 del libro de Los Hechos). 1. Histricamente ha habido Diconos y Diaconizas (Romanos 16:1). Se han caracterizado: a. Por sus santidad (v.2) b. Por su vocacin de ayuda (v.2). 2. Ser dicono: la antesala al ministerio cristiano (Filipenses 1:1). 3. Las condiciones para ejercer el diaconado "El que sirve" (Base Escritural: 1 Timoteo 3:8-13) a. Honestidad (v.8) b. Transparencia (v.8) c. Afincados en la sana doctrina (v.9) d. Cumplir el proceso de formacin y crecimiento espiritual (v.10) e. Irreprensibles (v.10). f. Equilibrados (v. 11) g. Ordenados en su vida familiar (v. 12) Conclusin: En las congregaciones Dios est llamando hombres y mujeres dispuestos a servirle. Diconos conscientes que servir a Dios es uno de los mayores privilegios a los que podemos acceder. Personas con una autntica vocacin de servicios, que no esperen reconocimiento y sean infatigables en la tarea de sembrar la semilla del mensaje transformador de Jesucristo. Usted puede ser la persona que el Seor est llamando hoy.

Ttulo: Los siete principios del cristiano consagrado Base Bblica: Deuteronomio 7:6-11

Introduccin. Caminar con Dios parte de una decisin personal que asume el compromiso de cambiar y asume el proceso de crecimiento personal y espiritual. El pasaje que estudiaremos hoy en el libro de Deuteronomio presenta siete principios sencillos y prcticos, que al asimilarnos al vivenciar a Cristo, nos permiten experimentar mayor desarrollo como cristianos. No es en nuestras fuerzas como avanzamos sino con la ayuda y el poder de Dios. No podemos olvidar que fuimos concebidos para vencer por encima de las circunstancias, cualesquiera que sean. 1. Principio de la pertenencia (vv.6 a; 9-11) a. Todo nuestro ser: alma cuerpo y espritu, le pertenecen a Dios (v. 6 a) b. Dios exige fidelidad en Sus caminos (vv.9-11) c. Los principios bblicos son fuente de vida (vv. 10, 11) 2. Principio de la eleccin (vv. 6b, 7) a. Por nosotros muri el Hijo de Dios (v. 6 b, 7) b. Dios espera que seamos un pueblo muy especial c. Dios nos redimi aunque no lo merecamos (v. 7) 3. Principio del amor de Dios (v. 8) a. Tenemos que abrir nuestra mente y corazn al obrar de Dios (v. 8) b. El amor de Dios nos produce gozo y seguridad. c. Por el amor que nos tiene, Dios es como un guardian (v. 8 b) 4. El principio de la Bendicin (vv. 12, 139) a. Condicin: ser fieles a Dios si queremos ser bendecidos (v. 12) b. Dios quiere darnos lo mejor (vv. 13, 14) c. Las bendiciones de Dios se manifiestan en tres dimensiones de nuestra vida: c.1. Espiritual c.2. Fsica, con salud permanente (v. 14) c.3. Econmica 5. Principio de la victoria a. Dios no nos llam a ser un pueblo derrotado (v. 16) b. Dios nos da la fuerza para vencer (v. 16 b) 6. Principio de la confianza en Su poder (vv. 17-19) a. Si somos fieles, veremos milagros y portentos (vv.17-19) b. La victoria la ganamos con el poder y la fuerza de Dios 7. Principio de la santidad (vv. 25, 26) a. Dios no concibe que nos contaminemos con el mundo (v. 25) b. El mundo nos trae maldicin si permitimos que nos contamine (vv. 25, 26) Conclusin:

Decidirnos por Dios, recibir su amor y vivenciarlo en todo cuanto hacemos, reconocer que de l provienen las bendiciones y confiar que Su poder nos ayuda, y avanzar en victoria, son algunos de los principios que nos permiten crecer en las dimensiones personal y espiritual que tanto anhelamos. Es fundamental que cimentemos nuestras vidas en las pautas que nos ensean las Escrituras.

Ttulo: Venciendo el dominio de Satans sobre la mente y el cuerpo Base Bblica: Efesios 4:17-32

Introduccin Satans gobierna este mundo. Lo hace gracias al pecado del ser humano, que le concede derecho legal para posesionarse de una persona o de ejercer influencia en ella. Uno de los centros vitales hacia los que dirige su atencin es la mente. l sabe que dominando la mente y los pensamientos, dominar el cuerpo entero. Es esencial que aprendamos a identificar y derribar todas las obras del mundo de las tinieblas. I. URGE CUIDAR LA MENTE, OBJETIVO DE SATANAS PARA DOMINAR EL CUERPO (Efesios 4:17-32). 1. Es necesario renovar los principios y valores sobre los que fuimos edificados. 1.1. En el viejo esquema de pensamiento, Satans estableci fortalezas (Efesios 4:17) 1.2. Abrimos puertas de nuevo al enemigo cuando pensamos como el mundo. 1.3. Si pensamos con las pautas del mundo le concedemos derecho legal al enemigo para ejercer influencia (Efesios 4:18) a. Cuando el enemigo domina, distancia a la persona de su relacin con Dios. b. La persona enajenada por el Adversario no alcanza ni a dimensionar ni a disfrutar la vida plena que ofrece Dios. c. Por el pecado, el corazn se torna insensible y la conciencia se cauteriza (Efesios 4:18, 19) 2. Es fundamental que determinemos vivir conforme a Cristo (Efesios 4:22) 2.1. Las actitudes (disposicin) de nuestra mente, debe cambiar (v. 23) a. Determinamos desechar los pensamientos de maldad. b. Determinamos vivir conforme al nuevo hombre en Cristo (v. 24) 2.2. Cambiamos nuestros pensamientos, y transformamos nuestras actitudes (Efesios 4:25-32) 2.3. Se deben modificar nuestros: a. Pensamientos b. Actitudes c. Reacciones 3. El apstol Pablo enfatiz que no demos lugar al diablo (Efesios 4.27) 4. Debemos pedirle a Dios que nos revele qu hay dentro de nuestra mente que no hayamos rendido a Cristo (Jeremas 17:9; Cf. Eclesiasts 9:3). II. EL PODER DEL ESPIRITU SANTO DERRIBA TODA FORTALEZA DE LA MENTE 1. Permitirle a Satans que establezca fortalezas en la mente, permitir que se aviven las obras de la carne (Glatas 5:17-21) 1.1. El propsito de Satans es impedir que las personas conozcan la verdad (Efesios 2:1, 2) a. Satans es el prncipe de este mundo (Juan 12:31; 14:30; 16:11)

b. Prncipe Del griego ARCHON, que traduce "Un gobernante con dominio obre.." o Tambin: "Alguien que tiene bajo esclavitud" c. Dios de este siglo (2 Corintios 4.3, 4). Siglo proviene del Griego AION, que traduce: "Pensamiento dominante" 2. Como cristianos nos movemos en el Espritu de Dios y no en la carne (Glatas 5:16) 2.1. Por la obra del Seor Jess podemos vencer las inclinaciones de la naturaleza pecaminosa (Romanos 8:11, 12) 2.2. Permitirle al Espritu obrar en nosotros, nos da el poder para hacer morir las obras de la carne (Romanos 8:13) III. LIBRAMOS LA BATALLA PARA EXTENDER EL REINO DE DIOS EN UN MUNDO DE TINIEBLAS (Hechos 26:12-18) 1. El Guerrero Espiritual Est llamado a desenmascarar el mundo de las tinieblas (Hechos 26:12-18) 1.1. Tenemos el compromiso de levantarnos y actuar (v. 16) a. Ejercemos como ministros b. Ejercemos como testigos 1.2. Vendr oposicin, an de quienes estn cerca, pero Dios nos acompaar (v. 17) 2. El Guerrero Espiritual libra una batalla frontal y directa contra el mundo de las tinieblas (v. 18) 2.1. Abrir los ojos a los cautivos (Cf. 2 Corintios 4:3, 4) 2.2. Libertar a quienes estn bajo el dominio de Satans 2.3. Mostrar e camino a la libertad a quienes estn demonizados 2.4. Ensear sobre el perdn de pecados que recibimos de Dios al arrepentirnos y la nueva herencia como hijos de Dios. 3. El Guerrero Espiritual libra la batalla en oracin y ejerciendo autoridad en Cristo (2 Corintios 10:3-5) Conclusin: Los cristianos estamos llamados a derribar toda fortaleza de maldad, fruto de las puertas que hayamos abierto al enemigo, y con las cuales pretende dominar todo el cuerpo. Nuestra batalla no la libramos en las fuerzas o capacidad propias, sino en el poder de Jesucristo bajo el convencimiento de que nuestras armas son de carcter espiritual (2 Corintios 10:35). Todo parte de la decisin, individual y no externa, de renunciar a toda obra de las tinieblas y permitir que Jesucristo reine en nuestro ser.

Ttulo: El rechazo: origen, consecuencia y libertad en Cristo. Base Bblica: Mateo 4:24; Lucas 8:2, 3 Introduccin:

Jams se alcanza a imaginar alguien el tremendo dao que causa en una persona expresarle trminos ofensivos que se convierten en fortalezas de rechazo. Las consecuencias pueden ser inmediatas o futuras. El dolor, la impotencia, la sensacin de desasosiego, son entre otras, las caractersticas que se evidencian en alguien que ha sido golpeado por el rechazo, pero hacia futuro, el resentimiento y hasta el odio pueden llegar a convertirse en tremendas fortalezas. Dios quiere obrar una sanidad total en cada persona, no solo en el mbito fsico sino tambin emocional: por ese motivo es necesario someternos a l, y permitirle que trate con todas las reas de nuestra existencia. I. El rechazo: un impedimento para el crecimiento personal y espiritual 1. Cuando experimentamos rechazo y no perdonamos a quien nos ha causado dao, en el pasado o en el presente, abrimos puertas para la contaminacin espiritual. 1.1. El rechazo provoca odio, rencor, resentimiento e ira, entre otras emociones negativas. a. Estas emociones negativas son altamente destructivas y contaminan cuerpo, alma y espritu. b. El rechazo es la negacin del amor. b.1. El amor es indispensable para un mundo interior sano. b.2. El primero en darnos su amor fue Dios (Juan 3:16; 1 Juan 4:16, 19; Romanos 5.8) b.3. Satans no puede o