Boletín informativo de la Editorial UniversitariaAño IV, No. 29 • Junio de 2015

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Director: Rubén Darío Paz Edición: Suny del Carmen Arrazola Néstor Ulloa Carlos Aguilar

El mes de junio es especial en el calendario cívico hondureño, dado que contempla un día dedicado

a la población estudiantil nacional. Los estudiantes, como dice la letra de una famosa canción del grupo venezolano Los Guaraguao, “son la levadura del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura, para la boca del pobre que come con amargura…”. Y es que son los estudiantes los llamados a efectuar los cam-bios que las actuales generaciones que dirigen las so-

ciedades, por una u otra razón no puedan operar. Ya lo había dejado claro Francisco Morazán

en su testamento, al considerar que la juven-tud es “la llamada a dar vida a este país”.

Página al viento celebra a los estudiantes universitarios este mes de junio, dedicando

su boletín a este sector poblacional del país, que hoy por hoy está siendo sometido a enor-

mes presiones sociales e institucionales, ante las cuales, con beligerancia, toleran-cia, ecuanimidad y respeto, podrá de-mostrar que son dignos de ser llamados

“juventud pensante” y que, sobre todo, son dignos depositarios del ideal morazánico en la lucha por una honduras con justicia social.

En este número presentamos una breve reflexión sobre el día del estudiante hondureño, así como una serie de respuestas dadas por algunos y algunas estudiantes, miembros de la co-munidad de Ciudad Universitaria, ante interrogantes sobre si-tuaciones de actualidad nacional. También un incisivo artículo sobre el estudiante y la vida pública, publicado en la página del Observatorio de la Universidad Colombiana, el cual, a pesar de las diferentes realidades, pareciera escrito para nuestras cir-cunstancias; y concluyendo con un pequeño extracto sobre la construcción de ciudad universitaria, del texto del ex rector Jor-ge Arturo Reina, celebrando los 50 años de su fundación.

En este número: Origen del Día del Estudiante / Carlos Adalid

Aguilar / 2

El estudiantado universitario opina acerca de.../ 3

Los estudiantes universitarios y la vida pública / 6

La Ciudad Universitaria / 7

Mes de la juventud pensante en Honduras

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Origen del Día del EstudianteLas palabras tienen el asombroso poten-cial de atar ideas abstractas y sentimien-tos volátiles en una pequeña sucesión de sonidos o letras. Particularmente la palabra “estudiante” está cargada de un significado que indudablemente incluye juventud. Lejos de entrar en fundamen-talismos respecto a edades, mi interés es resaltar que cualquiera que intente estu-diar debe tener un espíritu joven, y dejar a un lado preceptos rígidos para dar ca-bida a ideas nuevas.

Esta dialéctica de expandir la mente ante nuevos conocimientos tiene conmemo-raciones en diversos países. Ciertos fes-tejos realzan a personajes ilustres que en esfuerzos humanistas han brindado un aporte a la educación, otros son evoca-ciones de arduas luchas estudiantiles.

Para citar ejemplos: en Argentina se celebra que en 1888 llegaron a Buenos Aires los restos repatriados del prócer Domingo Faustino Sarmiento, respon-sable de la construcción de más de 800 escuelas. En Colombia, se conmemora la lucha estudiantil que levantó su voz en contra de la corrupción del gobierno, y la masacre que se dio cuando el ejérci-to abrió fuego en la manifestación. Algo similar sucedió en Nicaragua, en una manifestación estudiantil de la UNAN en contra de la dictadura de Somoza, hubo una represión brutal por parte de la Guardia Nacional de Nicaragua que provocó varias muertes. En México se conmemora la huelga de los estudiantes de la UNAM para exigir su autonomía, estos fueron agredidos dentro de la uni-versidad.

En Honduras, cuya historia ha aglo-merado vertiginosas luchas e impoten-cias, que ciertamente no difieren de sus hermanos países latinoamericanos, el origen del día del estudiante no se en-

cuentra –curiosamente– en la conmemoración de una lucha estudiantil. Sino en el realce

de un personaje ilustre que contribuyó ampliamente a la educación del país. El 11 de septiembre, se declara el día del estudiante en Honduras, para con-memorar el nacimiento de José Trini-dad Reyes y Sevilla. Así se expone en el acuerdo gubernativo del 28 de mayo de 1922.

El padre Reyes en su vida ostentó el tí-tulo de Bachiller en Filosofía, Teología y Derecho Canónico por la Universidad de León en Nicaragua. Fue además diá-cono y presbítero. Es uno de los próceres de Honduras, y fue el fundador de la ins-titución educativa “La Sociedad d e l Genio Emprendedor y del Buen Gusto” que posteriormente se convirtió en la Uni-versidad Nacional Autónoma de Hon-duras.

Su aporte a la edu-cación es palpable en los días actuales. Reyes fue un hombre de letras, humanista y seguidor de las ideas de la ilustración. Escribió varias pastorelas en una época donde la producción teatral del país era nula, se conocen además cier-tos poemas y escritos varios. Organizó la primera bibliote-

ca de Honduras que llamó “Biblioteca de la Academia” También intervino en el funcionamiento de la primera imprenta del país que en 1829 fue traída a Hondu-ras por Francisco Morazán.

Existe una tendencia generalizada a con-siderar lo hondureño como deficiente. Ciertamente en la historia de este país muchos hombres y mujeres han demos-trado lo contrario. Las contribuciones de personajes como Reyes deben ser hon-radas con la búsqueda de la excelencia en cada aspecto, por parte de los ciuda-danos actuales. Es por ese gran aporte a la educación en Honduras que el día del estudiante se celebra el 11 de junio

para conmemorar el nacimiento de Reyes.

La búsqueda del cono-cimiento es una virtud altruista, humanista, y noble; significados am-plios que bien pueden ser atados a esta pe-queña palabra: “es-tudiante”.

Carlos Adalid Aguilar*

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El estudiantado universitarioopina acerca de...

Página al viento salió en busca de lo que piensan los y las universita-rias de algunos temas puntuales y de actualidad. Mientras descansa-ban en una banca o sobre el pasto, o bien mientras transitaban o con-versaban en “Hollywood”, abor-damos a algunos y algunas para conversar un momento. Ante la pregunta ¿cómo se ve el país desde la perspectiva de la juventud?, así respondieron:

Con mucha delincuencia, también mucho desempleo. La verdad que nuestro país está muy mal en estos momentos, gracias a la recesión económica y gracias a todo lo que políticamente ha estado pasando.

Andrea Cubas. Comercio internacional

El país se ve con una gran ola de co-rrupción y con una gran doble moral

al ver en marchas contra la corrup-ción a alguien que ha sido señalado por actos de corrupción, como es el caso del ex presidente Zelaya... Desde mi punto de vista estamos un poco desorientados en ese tema de corrupción y de democracia.

Miguel Ángel Figueroa.Ingeniería civil.

Pues yo siento que en muchos aspec-tos el país está demasiado mal. En corrupción, en educación, en eco-nomía, en seguridad… Creo que es-tamos en un tiempo muy malo para nuestro país.

Adriana Flores.Microbiología.

Yo creo que estamos mal, por el gobierno que está ahora. Tenemos mucha delincuencia, siempre el mal-trato para los ciudadanos, mucho

desempleo, falta de medicinas y de-ficiente atención en salud.

Franco Salazar Lagos.Lenguas extranjeras.

Está difícil, porque ahora uno no puede expresarse, manifestar sus opiniones. Uno como joven, está dispuesto a luchar contra la corrup-ción que hay en el país, pero no nos dejan, porque el problema son los grandes, los que están en el poder; y la mayoría de los medios de comuni-cación no informan al pueblo porque están de parte del gobierno.

Jefry Hernández.Ingeniería eléctrica

Algunos fueron un poco más allá de sólo señalar lo que, según sus apreciaciones está mal, y proponen formas de cómo

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la juventud puede ayudar a cam-biar para bien la realidad de nues-tro país:

Debemos motivarnos a estudiar más y reforzar lo que son las escuelas, para que la educación sea integral desde preescolar hasta educación superior, para poder tener un mejor país.

Andrea Cubas.Comercio internacional

Los jóvenes debemos poner todo de nuestra parte, nuestro conocimiento. Nosotros somos el motor que va a impulsar el país en el futuro, enton-ces, lo que nos queda es llenarnos de conocimientos para no cometer en el futuro los errores que se están come-

tiendo ahorita.Miguel Ángel Figueroa.

Ingeniería civil.

Preguntamos a las personas entre-vistadas acerca de cómo perciben la educación superior en el país. Las respuestas de quienes accedie-ron a abordar el tema fueron las siguientes:

Yo creo que anda bien la educación superior, lo digo por mi experiencia acá en la UNAH, porque yo he teni-do muy buenos maestros que saben dar sus clases. Yo creo que anda muy bien.

Franco Salazar Lagos.Lenguas extranjeras.

Yo creo que avanza la educación superior, pues los alumnos estamos obligados a estudiar más para mejo-rar nuestro índice académico.

Adriana Flores.Microbiología.

No podíamos conversar con los y las estudiantes sin consultarles cuál es su percepción acerca de un tema que ha levantado polémica en el ambiente universitario: las nuevas normas académicas a im-plementar en la Universidad Na-cional Autónoma de Honduras. Las opiniones pueden ser tan di-versas, como lo es el estudiantado. Aquí sus apreciaciones: Hasta este momento y en relación a las pocas que conozco, que son las que normalmente difunden, estoy en total desacuerdo debido a la ca-rrera que estudio; ya que en mi área de estudio nos afecta muchísimo lo de las unidades valorativas, porque tenemos que llevar clases que tienen bastantes unidades valorativas y eso nos perjudica, porque nos limita en cuanto al número de asignaturas que

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podemos llevar. Yo sé que las autori-dades pretenden con esto, quizá exi-girnos un poco más a los estudiantes, como en el aspecto del índice acadé-mico de permanencia que lo fijan en un 70% y eso está bien, que se nos exija excelencia, pero no debemos verlo sólo para el grupo que se dedi-ca sólo a estudiar, pero qué pasa con las personas que también trabajan durante el día y vienen en la noche a estudiar; a ellos se les dificulta mu-cho más. En general, creo que estas nuevas normas académicas afectan al estudiante.

Jimmy Orlando Zúniga. Odontolo-gía.

Con lo de las nuevas normas aca-démicas que han puesto, como las unidades valorativas y el índice aca-démico, me parece que es una buena medida, porque se trata de elevar a niveles internacionales los estánda-res de la universidad. Varias perso-nas se oponen, pero porque no miran el punto de esfuerzo que les están imprimiendo, para mejorar la educa-ción que se da en la UNAH.

Miguel Ángel Figueroa. Ingeniería civil.

Yo creo que en algunos aspectos es-tas normas están bien, porque hay muchos que desperdician cupos que otros podrían utilizar; pero en otros aspectos están mal, porque de una u otra manera pagamos todos por unos pocos que no hacen lo que deberían hacer.

Adriana Flores. Microbiología.

Me parece que por una parte están bien, pues hay mucha gente que sólo viene a pasear a la universidad, pero hay otros que nos dedicamos más a nuestros estudios y creo que deben darnos más oportunidades, no res-tringir el acceso a la educación en una universidad pública, donde no-

sotros queremos cumplir nuestros sueños.

Franco Salazar Lagos. Lenguas extranjeras.

Según mi parecer, las nuevas normas académicas dañan más a unas carre-ras que a otras, por ejemplo la carre-ra que yo estudio es súper difícil en el sentido de que los contenidos, las evaluaciones y la forma de evaluar son más difíciles que en otras áreas. La verdad, creo que los cambios que se están dando en la UNAH son más

maquillaje que otra cosa. Mire el edificio nuevo que están construyen-do para las oficinas administrativas, cada dependencia administrativa en estos momentos tiene su oficina, lo que necesitamos son aulas de clase y pupitres, eso es lo que necesitamos, porque las que hay no son suficien-tes y la mayoría están dañadas.

Jefry Hernández. Ingeniería eléctrica

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La condición de estudiante existe desde tiempos perdidos en la memo-ria. Sócrates la exaltó con su ejerci-cio y con el sacrificio en acatamiento a las normas, pero con defensa histó-rica y recia. El estudiante ha sido la mejor oportunidad de las sociedades para perdurar y renovarse. El porve-nir mejor estará en las facilidades que se tengan de comprender y conocer a partir de los niños y los jóvenes. En el estudiante se congregan los tres tiempos: el pasado, el presente y el futuro. En su sentir y ambición todo cabe, como exploración de riesgo, como seducción de aventura, como posibilidad de jugársela con roman-ticismo. El estudiante viene de lejos y no debe ser atajado por mares ni montañas. Con su entusiasmo aspira a superar cualquier obstáculo.

El estudiante es receptivo y rebelde. Sus causas se cruzan de la noche a la mañana, y en diálogo establece círcu-los, amistades con nexos de ilusión. Las calles son ocasión de proeza, para poner a prueba la fortaleza de su estirpe. Emprende los caminos, y sin problema se desvía o regresa, con alma enseñoreada. La sumisión no es patrimonio innato del estudiante, sal-vo cuando situaciones impositivas, absurdas, lo someten por la fuerza, pero aun así reacciona, resiste.

El estudiante universitario es su con-dición mayor, más ambicionada. Por las aulas y los campus, el universi-tario esparce su espíritu, compara observaciones, se forma criterios y empuja la vida sin reservas. La ge-

nerosidad lo acompaña, lo que lo hace a la vez frágil

frente a caudillismos no deseables. Pero siempre el estudiante está en el fondo de su alma con la transparen-cia que le facilita recomponer cami-nos, emprender otras jornadas, acen-tuar paso, o reposar en medio de la más agitada reflexión. La inteligen-cia la tiene a flor de piel, dispuesta a modelarla en las condiciones va-riopintas del medio y de la época. Está en sintonía con los avances tec-nológicos y se asoma al mundo en cualquier instante para conocer la dimensión de la incertidumbre.

Hoy los estudiantes universitarios avivan nuevas llamas, con recla-mo de justicia para todos, por una universidad pública de alto nivel, comprometida con las realidades de nuestro tiempo, soportada por los re-cursos del Estado, policlasista, ajena a la onda del mercantilismo, absor-bente y destructivo, que se ha apode-rado de algún sistema interno de re-muneración, insostenible y perverso. Y hay que oírlos con atención y res-peto. Cuando las situaciones sobre-

pasan ciertos límites, los estudian-tes van a las calles, conmueven las instituciones y a la sociedad, y hasta derrocan tiranías, como aconteció en Colombia en los años 50, y en otros países y otras épocas. No se ha olvi-dado el gran impacto del movimien-to estudiantil del 68 que prendió mo-tores en París y se regó como chispa por el mundo desarrollado, en eco de las lecciones de Jules Michelet, im-partidas unas y censuradas otras, en el Collège de France a mediados del XIX, reunidas con el seductor nom-bre de El estudiante.

El estudiante es una fuerza de enor-me potencial en inteligencia, con capacidad de romper ataduras y li-berar espacios para ensanchar hori-zontes de vida compartida. Lo que no hay que hacer es reprimir esa fuerza, sino canalizarla por las vías de la participación en términos de la no violencia y hacia la construcción colectiva. La comunicación con él debe orientarse a forjar entendimien-tos y maneras mejores para garanti-zar la formación, con perseverancia, de la niñez y la juventud, a tono con su capacidad de creación y rebeldía, sin que el Estado escatime esfuerzos o eluda responsabilidades.

Tampoco hay que olvidar que esta-mos cerca de un milenio de haber sido establecida en Bolonia la ins-titución universitaria, por los estu-diantes en asocio con los docentes. Y ellos siguen siendo su inocultable razón de ser. ¡Sean los estudiantes re-conocidos, apoyados y exaltados!

Los estudiantes universitariosy la vida pública*

* Tomado de www.universidad.edu.co

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La Ciudad Universitaria

* Catedrático y ex rector de la UNAH.

Jorge Arturo Reina Idiáquez *

Fue siempre un sueño de los univer-sitarios latinoamericanos, tener su Ciudad Universitaria. Así sucedió también en Honduras. Así sucedió también en Honduras.

Algunos la concebían como una “República Universitaria”, con cuasi soberanía y extra territorialidad. Era algo así como la quimera de crear un mundo universitario aparte del mundo real. Se concebía con resi-dencias para estudiantes, profesores y empleados.

Los que así imaginaban la Ciudad Universitaria estaban delirando con la “Ciudad de Dios” o con los “Fa-lansterios” de los socialistas utópi-cos. Era una idea ilusoriamente her-mosa, pero realmente exorbitada.

EN contraposición a los que llama-ríamos utópicos, estaban los que afirmaban que las ciudades univer-sitarias “eran una invención del im-perialismo norteamericano”, para apartar a los universitarios de su mundo real y para alienarlos, sus-trayéndolos de su propia realidad y construyéndoles un mini mundo artificial cercado, en el que no vie-ran el dramatismo de los problemas económicos y sociales de su propio pueblo.

La historia demuestra que no es la ubicación física de los jóvenes, en su proceso formativo, la causa fun-damental de la actitud contestataria de los estudiantes. Es la utilización del poder del Estado para mantener

la injusticia, o dicho con mayor pro-piedad, [es] un statu quo que requie-re cambios sociales, negatorio de los derechos humanos, lo que determina la indignación de los jóvenes de to-dos los países del mundo.

Después de muchos avatares admi-nistrativos y legales, transcurridos entre los años 1958 y 1965, se selec-cionaron y compraron los terrenos donde hoy luce la Ciudad Universi-taria, a un precio de cuarenta y cinco centavos por vara cuadrada, durante la administración del rector Hernán Corrales Padilla.

La Ciudad Universitaria entró en su fase final de planificación y financia-miento para los dos primeros edifi-cios, habiéndose recibido los planos del arquitecto el 19 de diciembre de 1964; pero su construcción no dio inicio sino hasta el 30 de junio de 1965, siendo rector el arquitecto Ar-turo Quesada, fijándose como meta la construcción de cinco bloques de edificios destinados a Estudios Ge-nerales.

Cuando llegó la hora de comenzar a trasladarse a los nuevos edificios de la Ciudad Universitaria, las cosas no fueron tan simples como pudiera parecer ahora. La construcción delos primeros edificios para el CUEG su-frió ciertos retrasos que impidieron que a la hora de ocuparlos, estuvie-ran todos los detalles terminados.

Una vista aérea de Ciudad Universitaria durante la construcción de la biblioteca central de la UNAH.

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La Universidad Nacional Autónoma de Honduras y la

Editorial Universitaria en el uso de sus facultades

legales, por este medio noti�can a los participantes e

interesados en concursar por el Premio Centroameri-

cano y del Caribe de Novela “Roberto Castillo”, que los

plazos de la convocatoria, se prolongan de la manera

siguiente:

La entrega de los trabajos inéditos cierra el día 31 de

agosto; el fallo del jurado se dará a conocer el día 22

de noviembre y la premiación se llevará a cabo el 17

de diciembre, todos del presente año 2015.

Tegucigalpa, 27 de mayo 2015

Rubén Darío Paz

Director-Editorial Universitaria

COMUNICADO