Boletín del Noviciado

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“Ser su retrato Vivo”

Me ha enseñado a amar más a la Iglesia, a quererla,

cuidarla y entenderla

INTERNOVICIADO

Un novicio marista también tiene que educar la mirada y el

corazón. ¿O no?

Hno. Ernesto

Presentación

Saludos a tod@s. Después del boletín de febrero en el que contábamos un poco como habíamos comenzado a andar en este curso, abriendo las puertas de la comunidad y las nuestras propias, os presentamos el número 6, el se-gundo de este año, en el que hacemos un poco de resumen de lo que ha ido siendo este año para nosotros.

Ha sido un curso muy completo y, como es lógico, no hay ni espacio ni tiem-po para mostraros todo: los cursos de formación del internoviciado, las clases en casa, el trabajo de la comunidad en el barrio, las celebraciones de Iglesia en la Diócesis, los encuentros y visitas de hermanos y amigos, los momentos intensos de oración personal o celebraciones comunitarias, como la que tuvi-mos el pasado lunes 22 con el Hno. José Luis de Vicente y unos antiguos alum-nos muy comprometidos con su fe y su acción social.

Ahora es tiempo de pararse un poco, tomar consciencia de todo lo recibido y darle gracias a Dios. Darle gracias a Dios por tantas personas que nos ha pues-to en nuestro camino este año, darle gracias por el año de la vida religiosa, por el Año Montagne, por el XX aniversario de Nuevo Horizonte, por la comunidad cristiana del colegio de Sevilla, por Than y José Luis, nuestros postulantes...

Por todo esto damos gracias e intentamos evaluar algo que no supone un parón con lo que está por venir. Termina mi primer año de noviciado, pero en realidad no termina nada, sino que todo esto tiene continuidad, por delante queda el retiro del verano con los hermanos de la provincia y la experiencia apostólica en Lugo. Todo esto le sigue dando sentido a lo que aquí hacemos: tratar de formar a alguien en la vida religiosa marista, en todos sus aspectos, en todos sus tiempos, y allá donde esté.

Esperamos ansiadamente el inicio del próximo curso, con la intención de po-der seguir creciendo en interioridad y confianza en el Jesús de la Vida, ese al que pedimos que salga a tu encuentro durante estas vaciones.

Por todo esto gracias, gracias, Señor.

Un poco de todo

El fin de semana del 19 al 21 de junio nos vi-sitaron algunos compañeros de Pietro de la escuela de formadores de Salamanca. Los an-tiguos alumnos de la Gregoriana y el que fuera rector de la misma, el P. Franco Imoda, sj, nos hicieron el regalo de su presencia sencilla, re-flejo de la comunión de la Iglesia y todos sus carismas al servicio de lo que importa: las per-sonas.

Al principio del mes de junio, el Hno. Pietro y Alber-to, después del encuentro de fin de curso del Interno-viciado en Antequera, fueron a la Primera Profesión Religiosa de la Hna. Carmen Raya, de las Hnas. de la Presentación de María de Granada. Fue un día de en-cuentro y de celebrar las maravillas que Dios va ha-ciendo en nuestras vidas. Muchas felicidades Carmen, y que el Señor te siga bendiciendo allá por donde estés.

La Comunidad celebró la Pascua en diversos lugares. Alberto y el Hno. Ernesto estuvieron compartiendo con los jóvenes de la Europa Marista la Pascua Vocacional en Alcalá, un re-galo a nivel humano debido a la diversidad de personas y nacionalidades (Portugal, Líbano, España, Francia, Brasil...), allí conocimos al postulante Than. Mientras, Fernando la cele-braba junto a las fraternidades de Granada, en una Pascua rural en Campillo Arenas. Pietro es-tuvo celebrándola con su familia, en Italia.

La fiesta de San Marcelino, como ya es tradi-ción, la celebramos en casa junto a religiosos/as del Barrio y otros amigos. Fue un momen-to de seguir dando gracias a Dios por la vida del P. Champagnat y compartirlo con la Iglesia local, la Iglesia que formamos en nuestro en-torno.

Durante cuatro años, he par-ticipado de las actividades y los cursos de formación que para postulantes y novicios han or-ganizado los formadores del Internoviciado del Sur. Para mí esta experiencia ha sido un gran regalo, un enriquecerte con la vida de fe de cada con-

“Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de ministe-rios, pero el Señor es el mismo. Hay diversidad de actividades pero uno mismo es el Dios que activa todas las cosas en todos. Porque a uno el Espíritu lo capacita para hablar con sabiduría, mientras a otro el mismo Espíritu le otorga un profundo conocimiento. Este mismo Espíritu concede a uno el don de la fe, a otro el carisma de curar enfermedades, a otro el poder de realizar milagros, a otro el hablar en nombre de Dios, a otro el distinguir entre espíritus falsos y verdaderos, a otro el hablar en lenguaje misterioso, y a otro, en fin, el don de interpretar ese lenguaje. Todo esto lo hace el mismo y único Espíritu, que

reparte a cada uno sus dones como él quiere”. (1Cor 12, 4-11)

Enriquecer la vida con la feMª Ángeles abre su corazón y nos regala su experiencia en el Internoviciado durante estos cuatro años. A partir del año que viene las Hnas. de la Consolación trasladan su noviciado a Valencia. Que si-

gan derrochando vida por los cuatro costados donde la vida les lleve.

“Pero sobre todo ha sido un crecer juntos en

la fe y en la comunión”

gregación, cono-cer sus carismas, sus obras, su apos-tolado… Pero so-bre todo ha sido un crecer juntos en la fe y en la co-munión.

En este tiempo, he escucha-do que hay quien tiene miedo a participar de la formación conjunta con otras congrega-ciones, porque conocer otros carismas pueda cuestionar al novicio/a. No sucede así, y si así fuera, lo único que nos mueve es la vida de Dios en nosotros para otros. “Todo lo hace el

mismo y único Espíritu”.

En este tiempo de formación conjunta, han surgido gran-des amistades, hemos vividos momentos difíciles en nuestra vocación, nos hemos acom-pañado, hemos colaborado y asistido a profesiones, hemos

reído, hemos cantado, juga-do, hemos soña-do juntos. Pero sobre todo, y por encima de todo, hemos

aprendido a amar más y mejor, según el modo de Jesús.

Para mí compartir tanta vida me ha enseñado a amar más a la Iglesia, a quererla, a cuidarla y a entenderla. Me ha ayudado a conocer y amar más la vida consagrada, porque casi todos cuando entramos tenemos una visión sesgada de ella. Me ha ayudado a abrir mis ojos y

“(...)me ha enseñado a amar más a la Iglesia, a quererla, a cuidarla

y a enten-derla”

reconocer la amplitud y cer-canía del Reino. Y finalmen-te, también me ha ayudado a amar más mi carisma y a con-firmarme en él, consciente de que somos solo una pe-queña parte de un todo que unidos somos solo Uno.

Hay quien dice que el futuro de la vida r e l i g i o s a está en la intercongregacionalidad, y puede que así sea; esto su-pondría una riqueza mayor de lo que nosotros sería-mos capaces de imaginar. Un revulsivo que nos lleve a la unidad en el Amor, al ser un solo cuerpo donde Cristo es la única cabeza.

Mª Ángeles González Luna. Novicia de las Hermanas de Nª. Sª. de la Consolación

Galería Fotográfica

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Un solo cuerpo y un solo Reino, por ello solo podemos vivir en unidad el Amor, siguiendo el mandamiento nuevo que Jesús nos dejó: “Amaos los unos a los otros. Como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros. Por el amor que os tengáis los unos a los otros reconocerán todos que sois discípulos míos”

(Jn 13, 34-35).Noviciado Ntra. Sra. de la Consolación. (Mª Ángeles la 2ª por la izq.)

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Visita al Noviciado

Al final de curso vamos visitando las dis-tintas comunidades que conforman el in-ternoviciado para conocer nuestras fami-lias más de cerca. Os dejamos una imagen de la visita a nuestra casa, donde presen-tamos un poco de Historia del Instituto, un rato de oración en torno a Champag-nat y terminamos compartiendo la mesa.

Encuentro de Novicios

Aunque parezca mentira, también tenemos muchos momentos de formación. Os dejamos esta instantánea de uno de los grupos de re-flexión del curso que nos dio el P. Ricardo de Luis (OP) sobre la experiencia de Dios. Recibi-mos algunas claves para adentrarnos un poco más en este mundo del crecimiento personal.

“Ser su retrato vivo”Dentro de la formación que recibimos en el noviciado, la Historia de la que nos hacemos herederos y el Espíritu que tratamos de vivir cobran una relevancia especial. Así, tanto la vida

del fundador, como la de los primeros hermanitos o el espíritu de sencillez y familia que se respiraba en L’Hermitage son objeto de estudio, pero sobre todo de oración y acercamiento personal.

Alberto Vizcaya, Novicio

Hoy trato de acercaros un poco la figura de un verdadero hermanito de María, del Hno. Francisco, el sucesor de Marcelino. El texto se basa en una biografía redactada por el Hno. Pierre Zind y recogida en la obra Nuestros primeros hermanos.

I. Una mañana en La Vallá

Cuando el padre Champagnat visitó la casa de Maisonnettes donde vivía la familia Rivat, el joven Gabriel estaba nervioso al saber el motivo de la visita: ha sido admitido a reali-zar la primera comunión. Y es que el espíritu mariano y su fe fuerte viene ya de familia: su madre, al nacer le había consagrado a Ntra. Sra. De Valfleury. Así, sin renunciar a la fe que le habían trasmitido, recoge en su diario:

“Entregado por mi madre a María, a los pies del altar de la capilla de Nuestra Señora del Rosario, en la iglesia de La Valla, dejé el mun-do, el miércoles 6 de mayo de 1818”

Y es que esto significaba mucho más para él de lo que nos pueda parecer, ya que des-pués de recibir a Jesús fue confiado a Mar-celino por manos de su madre, entrando a formar parte del proyecto que el joven coadjutor había comenzado. Su madre lo re-cogía así:

“Tome este niño, haga de él lo que quiera: pertenece a la Santísima Virgen a quien se lo he entregado y consagrado muchas veces.”

II. Un nuevo discípulo...

Situémonos en el año 1839, en la casa de L´Hemitage. Queda menos de un año para que Champagnat deje a los hermanos y se estaban haciendo las elecciones de su su-cesor y el retiro anual. Todo el bosque está dormido y una luz irrumpe en la oscuridad de la noche: el Hno. Francisco está en vela.

Vuelve la vista a aquel día en que su madre lo llevó con Marcelino, recuerda su entrada en el noviciado, su etapa por los colegios: de cocinero, de maestro, los momentos en los que tenía que alzarse para parecer un poco más alto en la clase... Recuerda con gran en-tusiasmo el día de su profesión perpetua y la fuerza que tenía a sus dieciocho años...

Se ve que el día de hoy está todavía por asi-milar, ochenta y siete hermanos han elegido al Hno. Francisco como el sucesor de Marceli-no a sus treinta y un años. Él se pregunta ¿Qué podré hacer? Tendré que combi-nar en todo momento la firmeza con la dulzura, la severidad con la clemencia. Tendré que animar, fortalecer, advertir, reprender, co-rregir... ¡Oh qué grandes son estas obligaciones y qué difíciles...!

“No os dejéis llevar nunca por la tristeza ni por el aburrimientotratad de manteneros siempre alegres, contentos, risueños

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“Ser su retrato vivo”Dentro de la formación que recibimos en el noviciado, la Historia de la que nos hacemos herederos y el Espíritu que tratamos de vivir cobran una relevancia especial. Así, tanto la vida

del fundador, como la de los primeros hermanitos o el espíritu de sencillez y familia que se respiraba en L’Hermitage son objeto de estudio, pero sobre todo de oración y acercamiento personal.

Alberto Vizcaya, Novicio

III Un Superior General

Durante la época en que el hermano fue Superior el Instituto creció enormemente. Además se llevaron a cabo numerosas ges-tiones que hicieron progresar la congrega-ción sin perder el carisma de Marcelino. En-tre estas acciones encontramos la unión con los Hnos. de St-Paul-Trois-Châteaux y con los hermanos de Viviers.

Quizá el hecho más re-levante sea que, cum-

pliéndose lo que dijo el P. Champagnat, el go-bierno francés aprobó legalmente el Institu-to, el primero de su rango en ser recono-

cido desde 1789, reco-nociendo también su ca-

rácter religioso.

El que fuera un joven cam-pesino en La Vallá, había

sido recibido por minis-tros, presidentes

e incluso por el Papa...

A d e -m á s u n a n u e v a c a s a g e n e -

ral empezaba ya a construirse en Saint-Ge-nis-Laval.

La alegría que le había acompañado duran-te toda su vida seguía patente entre los jó-venes postulantes que ingresaban en el Ins-tituto, sobre todo porque el último capítulo general le había librado de todas las preocu-paciones de la administración general.

IV <<¿Tendré veinte años para arreglarlo?>>

Eso se preguntó el hermano cuando dejó el generalato. Y es que después del servicio prestado dio una última lección de humildad y vida oculta. Su mayor pasión era ahora cuidar a los enfermos, a quienes compren-día bien, pues la enfermedad nunca le dejó tranquilo.

Un día el hermano no bajó a la oración de antes del almuerzo. Lo encontraron de rodi-llas a los pies de la cama, víctima de apople-jía. En efecto, le quedaban casi veinte años de vida para seguir enseñando a los forman-dos y amando a los hermanos y a su madre María.

En 1840, cuando murió el Fun-dador, el Instituto contaba con 48 escuelas y 280 Hermanos.

En 1860, cuando el venerado H. Francisco presentó la dimisión, tenía 379 casas y alrededor de

2000 Hermanos

Un noviciado en salidaEl Hno. Ernesto nos presenta en estas líneas algo que está muy presente en la vida del noviciado, “La Casa de Todos”. ¿No sabes lo que es? Pues lee lo que nos cuenta el hermano, algo que va muy en consonancia con la

misión marista y con el encuentro con Montagne.

Hno. Ernesto Tendero, Maestro de Novicios

El Papa Francisco y nuestros superiores mayores no cesan de decirnos que la Iglesia, que los maristas, que cada unos de los segui-dores de Jesús debemos ir a las fronteras, salir de nuestros círculos de seguridad para acercarnos a nuestros hermanos que lo es-tán pasando peor, a quienes no saben que Dios quiere para ellos una vida más plena.

Nuestro noviciado de Sevilla está situado en un barrio popular donde se vive la pre-cariedad de forma visible. No podíamos ce-rrar los ojos a lo que nos encontrábamos por la calle: personas buscando alimentos o algo que aprovechar en los contenedores de basura; un mercadillo diario, a la puerta de casa, intentando vender frutas y verdu-

ras de Dios sabe dónde, o juguetes, objetos de todo tipo y ropa de segunda, tercera o cuarta mano…; mujeres angustiadas miran-do el monedero para ver si les llegaba para pagar lo poco que acababan de adquirir en la tienda; niños deambulando por la calles toda la tarde; mujeres pidiendo en la calle o en Cáritas y hombres sin trabajo agarra-dos a una litrona de cerveza todo el día…

Las hermnitas de la Asunción, los misione-ros del Verbo Divino de la parroquia, y los her-manos maristas del noviciado nos pusimos al habla para ver qué podíamos hacer ante esta situación. Lo que no podíamos hacer era se-guir indiferentes ante lo que clamaba al cielo y sucedía a la puerta de nuestras comunidades.

Un novicio marista también tiene que educar la mirada y el corazón. ¿O no?

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Hace cinco años decidimos crear una aso-ciación, La Casa de Todos, que ayudase a la gente a salir de esta situación. No queríamos algo asistencial, darles comida o dinero para parchear situaciones momentáneas pero que no solucionaran nada. Lo que hemos establecido con las personas que acuden a nosotros es un compromiso de formarse para salir de la situación y para que sus hi-jos estén atendidos. A cambio se les ofrece comida para el día u otro tipo de ayudas.

Mediante una subvención del Ayunta-miento y otras entidades, hemos conse-guido tener de lunes a viernes un cate-ring social en el que se preparan comidas para unas ciento setenta personas. Éstas se comprometen a aprender a cocinar, vi-niendo por turnos a la cocina, a hacer cur-sos de salud y nutrición, aprovechamien-to de la economía familiar, resolución de conflictos, talleres de costura, bús-queda de empleo, relajación, intercultu-ralidad, cursos de español, inglés y para obtener el graduado en secundaria…

Un numeroso grupo de voluntarios y vo-luntarias, muchos de ellos muy cualificados, imparten estos talleres, sobre todo a las madres, les prestan asesoramiento psicoló-gico y jurídico y, por las tardes, ofrecen re-fuerzo escolar y educación en valores a sus niños. Es otro de los compromisos que ad-quieren al hacer la entrevista con las traba-jadoras sociales y psicóloga de la asociación.

Ahí estamos nosotros. Con todo esto tra-tamos de mirar el mundo a través de los ojos de los niños pobres y obrar en consecuencia. Todo a su tiempo y con su ritmo, dentro de lo que es propio de un noviciado. Pero todo im-pregnando todo. No podemos vivir mundos paralelos. Un novicio marista también tiene que educar la mirada y el corazón. ¿O no?

Ahí estamos nosotros. Con todo esto tratamos de mirar el mundo a través de los ojos de los niños pobres y obrar en consecuencia

Un novicio marista también tiene que educar la mirada y el corazón. ¿O no?

maris

tas¡Feliz verano!

Nos vemos en septiembre

Noviciado Marista de Sevilla

#serhermanomarista