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7/30/2019 Boletín #4_12 Encuentro con la Música.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/boletin-412-encuentro-con-la-musicapdf 1/2
por:
Norka H. de CastilloEs maestra normalista y tiene
una Maestría en Música por laUniversidad Andrews.
Actualmente se desempeña comoDirectora General del
Conservatorio de Música de laUniversidad de Montemorelos,
en Montemorelos, N.L.
nnn
Nos hicieron llegar tres preguntas en torno a la alegría en lamúsica de alabanza. La primera: ¿Por qué no se canta música que
inspira mayor alegría?; la segunda es una declaración, y dice:
“deberíamos tener cantos más alegres… el pueblo de Dios cantaba
cosas alegres a Dios, y no cantos de funeral” (aunque en una de las
Lecciones de Escuela Sabática se nos enseñaba que a veces nos
tocará alabar a Dios aún en medio de la tristeza); y la tercera: ¿Por
qué la música dentro de la iglesia debe ser toda con un mismo ritmo
y no se utiliza mayor alegría?
La música es un lenguaje en sí misma y cuando se la usa
para acompañar a una buena poesía, se convierte en un canto. Un
buen canto, como forma de alabanza, es poderoso: “Tiene poder
para subyugar naturalezas rudas e incultas; para avivar el
pensamiento y despertar simpatía; para promover la armonía de
acción y desvanecer la melancolía y los presentimientos quedestruyen el valor y debilitan el esfuerzo”. (La Educación, capítulo
“Poesía y Canto, pág. 163)
La música está cargada de emociones; puede ser alegre o
triste, dulce o agresiva, puede ser espiritual, sentimental o explosiva.
Los diferentes elementos musicales (melodía, ritmo, armonía,
tempo), deben combinarse artísticamente para lograr que un canto
denote cualquiera de estas emociones. El tempo o aire, explicado
zDesarrollo z
B O L E T Í N # 4 / 1 2
con la
7/30/2019 Boletín #4_12 Encuentro con la Música.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/boletin-412-encuentro-con-la-musicapdf 2/2
Boletín #4/12 “Encuentro con la Música”
de una manera sencilla, es la rapidez o lentitud con la que es ejecutada una obra musical. Cuando éste no
está especificado, como en el caso de los himnos, el texto lo dicta de manera muy adecuada. Por ejemplo,
la mayoría de los himnos que tenemos en nuestro himnario invitan a la alabanza, hablan de gratitud, de
victoria, de entrega, sumisión o relatan momentos de vivencia espiritual; debemos entonarlos con alegría
ya que Dios, a través de su trato hacia nosotros y la forma en que se nos revela, nos da sobrados motivos
de gozo. Será, entonces, la alegría genuina del corazón la que se traducirá en una alabanza gozosa.
A veces me parece que decimos que buscamos alegría en la música religiosa cuando lo que
probablemente buscamos en realidad es que tenga alguna semejanza con la música secular. ¿No será
que nos hemos acostumbrado tanto a escuchar géneros seculares que hemos desarrollado un gustoespecial por ellos?
Yo les invito a que nos demos un tiempo, hoy, para analizar nuestro himnario y tratar de
familiarizarnos con la gran riqueza musical (melódica, rítmica, armónica y literaria) que tenemos en él.
Hace unos años nos visitaba periódicamente un respetado maestro jubilado de la Universidad Veracruzana
de Jalapa, que estaba ayudándonos a elevar el nivel de desarrollo auditivo y lectura musical de nuestros
alumnos. Nos insistió mucho en que le regaláramos un himnario y en repetidas ocasiones me habló de la
gran riqueza musical que teníamos los adventistas en él.
Creo que volvemos a lo que decíamos en nuestra primera plática: aunque fuimos creados para vivir
en completa armonía con la Santa Ley de Dios, con la entrada del pecado nuestros gustos se pervirtieron
dejándonos desde entonces en total armonía con el mundo (Génesis 8:21) y alejados de Dios. En lugar de
tratar de alinear la música de la iglesia a nuestros gustos, lo que debemos procurar, si es que en realidad
queremos agradar a Dios, es que Él transforme nuestros gustos musicales para que estén en armonía
con la música que a Él le agrada (Ezequiel 36: 26,27). Si dejamos que nuestros gustos no santificados
rijan la selección que hacemos de la música que ofrecemos a Dios, seguramente ofreceremos lo que apela
a nuestra naturaleza carnal no santificada (Romanos 8: 5-8), por lo que no agradaremos a Dios. Querido
joven o hermano, ¿puedes decir con sinceridad que el oír o ejecutar la música cristiana contemporánea ha
ido acrecentando cada vez más en ti, el anhelo por la presencia continua de Dios en tu vida? Contesta para
ti mismo, y ora. El Señor te invita a no conformarte a las prácticas de este mundo (Romanos 12:2), pero
para ello, necesitarás que el Espíritu Santo lleve a cabo el milagro de una transformación completa en
todos los aspectos de tu vida. No olvides que sólo la música que procede de Dios, te conducirá a Dios.