Bioética y Dialéctica Sociohistórica. La Bioética en Iberoamérica

  • Upload
    zakhie

  • View
    214

  • Download
    0

Embed Size (px)

DESCRIPTION

bioética, ética, genética, biología, poder

Citation preview

  • 1

    La balsa de piedra, n 9, octubre-diciembre 2014, Especial: Sujeto y Comunidad en la

    Plataforma Iberoamericana. p. 6.

    ISSN: 2255-047X

    "Biotica y dialctica socio-histrica: la biotica en Iberoamrica"

    "Bioethics and socio-historical dialectics: bioethics in Iberoamerica"

    Agustn Lozano Vicente

    (Universidad de Oviedo -Espaa-; Universidad Nacional de Educacin a Distancia -ESpaa-;

    [email protected])

    Resumen: El presente trabajo asume que los diferentes sistemas bioticos no son ajenos a las

    morfologas histrico-culturales y las realidades sociales y polticas en que aparecen y sobre las

    cuales se asientan y desarrollan. El objetivo es sealar la posible paradoja a la que se enfrenta la

    Biotica iberoamericana desde su particular contexto histrico, cultural y poltico. La biotica

    realizada desde Iberoamrica ha asumido progresivamente la biotica sanitaria estndar,

    surgida para hacer frente a problemas caractersticos de la sociedad liberal occidental, con la

    finalidad de resolver problemas biosanitarios y sociales del continente iberoamericano, los

    cuales resultan poco homologables a los de las sociedades liberales. Al objeto de desarrollar y

    explicar esta idea, se hace una breve presentacin del desarrollo de la biotica contempornea

    tal y como fue recibida en el continente iberoamericano y se exponen las caractersticas de la

    biotica realizada en Iberoamrica como respuesta a la influencia de la biotica estndar. Todo

    ello constituye un episodio de la dialctica histrica, establecida al nivel de grupos sociales

  • 2

    organizados institucionalmente y de Estados, entre la plataforma iberoamericana frente a otras

    unidades socio-polticas.

    Palabras clave: Biotica, Iberoamrica, liberalismo, comunitarismo, dialctica de clases y de

    Estados.

    ___

    Abstract: The current work assumes that the different bioethical systems do not remain

    indifferent to the historical-cultural morphologies and the social and political realities in which

    they appear and on which they settle and develop. The objective is to point out the possible

    paradox that Ibero-American bioethics is facing as seen from its historical, cultural and political

    context. The bioethics made from Ibero-American has gradually taken on the standard health

    bioethics, which were created to face problems intrinsic to liberal western society, with the

    purpose of resolving bio-sanitary and social problems characteristic of Ibero-American, which

    ones are not comparable to those of liberal societies. In order to explain this idea, a short

    presentation of the development of contemporary bioethics is made as it was received on the

    Ibero-American continent and there are exposed the characteristics of the bioethics realized in

    Ibero-American as a response to the influence of the standard biotica in the continent. All of

    this constitutes an episode of the historical dialectic, established at the level of institutionally

    organized social groups and States, between the Ibero-American platform against other socio-

    political units

    Keywords: Bioethics, Ibero-American, liberalism, communitarianism, classess and States

    dialectics.

    I. Introduccin

    La biotica, como disciplina acadmica, ha logrado un gran desarrollo incluyendo en la

    actualidad un gran nmero de doctrinas y problemas. Las cuestiones contenidas bajo el rtulo

    "biotica", en sentido amplio, comprenden asuntos relacionados con la "biotica", pero tambin

    con la "biomoral" y la "biopoltica". Siendo esto as, los diferentes sistemas bioticos no son

    ajenos a las morfologas histrico-culturales y las realidades sociales y polticas en que aparecen

    y sobre las cuales se asientan y desarrollan (Bueno, 2001; Alvargonzlez, 2014).

    El presente trabajo tiene como principal objetivo sealar la posible paradoja a la que se enfrenta

    la Biotica iberoamericana desde su particular contexto histrico, cultural y poltico (Pessini, De

  • 3

    Paul de Barchifontaine y Lolas, 2007; Mora Snchez, 2010). Y lo que a este respecto se apunta,

    es que si bien, por un lado, la biotica en Iberoamrica ha asimilado, segn las peculiaridades

    sociales y culturales del continente, el desarrollo e implantacin de la biotica sanitaria

    estndar, por otro lado, la posible paradoja residira en pretender instrumentar medios

    bioticos, que surgieron para hacer frente a problemas biosanitarios y sociales propios de las

    sociedades liberales, con el objetivo ltimo de lograr "fines biosanitarios" caractersticos de la

    realidad iberoamericana y por lo tanto ajenos al contexto cultural que alumbr la biotica

    estndar.

    Al objeto de desarrollar y explicar esta idea, es necesario exponer, en primer lugar, el desarrollo

    de la biotica contempornea tal y como fue recibida en el continente iberoamericano. La

    biotica, tanto en su origen como en la actualidad, afronta una gran cantidad problemas, pero

    fueron los problemas surgidos en torno a la biotica sanitaria, relacionados fundamentalmente

    con la prctica clnica, los que tuvieron una influencia destacada en el continente

    iberoamericano a la hora de asimilar la nueva disciplina y configurar el debate sobre la Biotica

    iberoamericana (Pessini, De Paul de Barchifontaine y Lolas, 2007).

    A continuacin y teniendo esto presente, se sealan las caractersticas distintivas de la biotica

    realizada desde el mundo iberoamericano por contraposicin a la Biotica liberal estndar.

    Diversos autores sealan que el desarrollo de la biotica en Iberoamrica habra pasado por una

    recepcin inicial de la Biotica americana, un posterior periodo de asimilacin crtica durante

    los aos 80, para entrar en una fase de reconstruccin o recreacin, a partir de los aos 90, con

    una prctica segn caractersticas propias pero abierta a otras propuestas (Len, 2008; Mora

    Snchez, 2010; Rodrguez del Pozo y Mainetti, 2012).

    El contraste con la biotica desarrollada en las sociedades liberales, tuvo como resultado el

    debate, an inconcluso, sobre la existencia o no, desde el punto de vista gnoseolgico, de una

    Biotica iberoamericana con fundamentos y caractersticas distintivas (lvarez-Daz, 2012).

    El presente trabajo, realizado a partir de la revisin de publicaciones del quehacer biotico

    contemporneo e iberoamericano, pretende continuar este debate abierto sobre las

    caractersticas de la Biotica iberoamericana y ofrecer una razn de sus dificultades y desafos

    teniendo en cuenta su particularidad histrica, social y poltica.

    La finalidad es mostrar la contraposicin entre la biotica sanitaria estndar, tal y como se

    recibi en el continente, y la biotica realizada desde el mundo iberoamericano, al objeto de

    resaltar las principales diferencias y la incompatibilidad estructural existente entre ambas

    perspectivas bioticas como un episodio de la dialctica histrica, establecida al nivel de grupos

  • 4

    sociales organizados institucionalmente y de Estados, entre la plataforma iberoamericana frente

    a otras unidades socio-polticas (Armesilla, 2012).

    II. El desarrollo de la biotica contempornea

    Se expone el desarrollo de la biotica contempornea atendiendo a aquellos principios,

    corrientes tericas y problemas que terminaron por tener una influencia sino exclusiva s

    predominante en el continente y que fueron los que conformaron el debate sobre las

    caractersticas de una posible Biotica iberoamericana.

    Las grandes novedades y transformaciones que determinaron la constitucin e implantacin de

    la biotica como disciplina acadmica se presentan en varios frentes diferenciados: primero, el

    acentuado desarrollo demogrfico, que ha dado lugar a una poblacin humana estratificada en

    mundos muy desiguales y en conflicto permanente, con evidentes implicaciones sociales,

    polticas y ecolgicas; en segundo lugar, el espectacular desarrollo cientfico y tecnolgico,

    especialmente de la biologa, de la medicina y de las biotecnologas utilizadas en esos dos

    campos; en tercer lugar, se apuntara la tendencia de los pases ms desarrollados hacia una

    sociedad democrtica de libre mercado, en sentido capitalista, en la que se destaca la

    importancia de la autonoma del paciente como consumidor de servicios mdicos; y en cuarto

    lugar destacara la neutralizacin de la influencia social y poltica de la antropologa teolgica y

    sus cdigos ticos y morales asociados (Bueno, 2001; Alvargonzlez, 2014 ).

    La biotica, en la propuesta inicial V.R. Potter, se entiende como una reflexin global y de

    alcance transcendental, con el acento puesto en la supervivencia humana y orientada hacia la

    naturaleza. Sin embargo, en su implantacin como disciplina acadmica, fue frecuente entender

    que la constitucin de la biotica se produce como una segregacin interna de la tica, como

    tica aplicada a la vida orgnica y en concreto a la Medicina. Esto determin el protagonismo

    concedido a su vertiente biomdica, a que se haya concebido como una disciplina

    fundamentalmente clnica, una tica mdica profesional entendida como el estudio sistemtico

    de las dimensiones ticas en las ciencias de la salud, adoptando diversas metodologas y

    procedimientos de decisin (Bueno, 2001; Massini, 2003; Lukac, 2007a; Alvargonzlez, 2014).

    Los asuntos y problemas abordados por la nueva disciplina biotica concernan as de forma

    predominante a la relacin contractual del paciente-consumidor con el mdico (consentimiento

    informado, confidencialidad, respeto por la decisin autnoma) en el contexto de los nuevos

    problemas ocasionados por la medicina altamente tecnificada (eutanasia, suicidio asistido,

    aborto, tcnicas de reproduccin, clonacin, ensayos clnicos) de las sociedades

    biotecnolgicas (Alvargonzlez, 2009).

  • 5

    La biotica sanitaria estndar se configura, desde los Estados Unidos y Europa tras la Segunda

    Guerra Mundial, como respuesta a los cambios que las novedades apuntadas estaban

    produciendo en la prctica clnica tradicional de las sociedades tecnolgicamente avanzadas, en

    proceso de secularizacin y conformadas por una tica liberal individualista y utilitarista, que se

    proyectaba en la prctica del Derecho con una fuerte proteccin a la autonoma individual

    (Charlesworth, 1996; Massini, 2003; Lukac, 2007a).

    La nueva biotica mdica se caracteriza entonces por ciertas notas fundamentales: (a) Se trata

    de una concepcin tica de carcter principialista, es decir, centrada en principios normativos de

    carcter general; (b) la investigacin y los desarrollos acerca de estos principios se orientan

    principalmente a la bsqueda de mximas o normas para la accin que puedan ser aplicadas del

    mismo modo como se aplica una regla tcnica a un problema. As, es habitual afrontar las

    cuestiones ticas en trminos de dilemas o conflictos; (c) en esta concepcin tica de principios

    orientados a la solucin de problemas, se suele aceptar de modo acrtico, cannico y dogmtico

    la existencia de cuatro principios bioticos: de beneficencia, de autonoma, de justicia y de no

    maleficencia que proveeran, en principio, soluciones para todos los problemas que se plantean

    en el mbito de la biotica (Massini, 2003; Lukac, 2007a).

    Por otra parte, no se ha dejado de sealar la estrecha vinculacin ideolgica existente entre los

    principios de la biotica sanitaria estndar y los postulados de la economa capitalista de corte

    liberal (Huerga, 2011).

    En la formulacin de los principios bioticos influyeron conceptos de distintos autores y

    tradiciones filosficas. As, respecto del principio de autonoma, se destaca la influencia decisiva

    de la tica kantiana. La autonoma se entiende como la capacidad de cada sujeto no slo para

    escoger libremente sus propios cursos de accin a realizar, sino que, adems, el criterio

    axiolgico de correccin o incorreccin de esas acciones resulta establecido por el mismo sujeto.

    Se ha sealado que en la sociedad liberal, la autonoma individual constituye un valor absoluto,

    "es decir, intrnsecamente bueno a pesar de cualquier consecuencia que pudiera acarrear"

    (Charlesworth, 1996, p.8). Este principio, y a pesar de las crticas recibidas, es el que ha

    adquirido una especial relevancia en la biotica estndar (Massini, 2003).

    Los principios de beneficencia y no maleficencia, tal y como los aborda la biotica

    contempornea, estaran influidos, por dos corrientes filosficas subyacentes: por un lado el

    escepticismo. Su principal exponente sera T. Engelhardt: en el mundo pluralista democrtico,

    la reflexin biotica debe ser minimalista y permisiva porque no hay bienes en s, ni existe un

    consenso social determinado sobre un conjunto de valores o moralidad pblica que deba ser

    salvaguardada por ley, esto es, no existe un acuerdo sobre una jerarqua de valores que podra

    sustituir a la autonoma del individuo como referencia principal. Se impone as una tica de

  • 6

    mnimos en la esfera pblica, respetuosa con la autonoma y pluralismo tico, frente a una

    tica de mximos que quedara confinada en el recinto de la moralidad personal. Por otro

    lado, tenemos la corriente filosfica del utilitarismo, que tiene su origen en Inglaterra, en la

    persona de Jeremy Bentham y es continuada por su discpulo James Mill y el hijo de ste John

    Stuart Mill. Por ltimo, tendramos el principio de justicia, entendido como la obligacin de

    igualdad en los tratamientos y, respecto al Estado, la distribucin equitativa de los servicios de

    salud en la comunidad. El fundamento de este principio remite a las obras de Rawls y Nozick,

    filsofos liberales de formacin analtica que tienen sus races en el utilitarismo y el

    contractualismo (Charlesworth, 1996; Massini, 2003; Lukac, 2007a).

    Estas concepciones filosficas y teoras ticas de referencia, aunque distintas en la

    fundamentacin de los principios, coinciden a la hora de derivar reglas y procedimientos de

    decisin a partir de ellos. Sin embargo, se seala que estos principios bioticos no son absolutos

    sino prima facie. La idea de principios intermedios prima facie proviene del filsofo W.D. Ross

    y se refiere a que se trata de una gua normativa de carcter abstracto y general porque los

    principios establecen condiciones de obligatoriedad y permisibilidad, nos ayudan a discernir si

    la accin es correcta o incorrecta pero admiten excepciones justificadas cada vez que su

    aplicacin conduzca a resultados intuitivamente problemticos (Massini, 2003; Lukac, 2007a).

    Otra lnea de pensamiento de gran influencia, sobre todo en la gnesis de los comits de biotica

    en Hospitales y Servicios de Salud, es la tica del discurso. Pensadores como Apel y Habermas

    consideran que cuando existe una pluralidad de visiones, los problemas se deben resolver

    mediante una tica del discurso. La norma tica bsica del discurso argumentativo exige que el

    discurso, en tanto que praxis moral, fundamente la validez de normas concretas de accin a

    travs del consenso, en el sentido de tener en cuenta y admitir la mediacin de los intereses

    manifestados por todos los afectados (Massini, 2003; Lukac, 2007a).

    Por otra parte, se ha sealado que la diversidad de origen de las propuestas plasmadas en la

    biotica de los principios plantea diversos problemas. Es difcil conciliar una tica deontologista

    de tipo kantiano, con una biotica como la utilitarista, que remite continuamente como

    fundamento a las consecuencias de la accin moral. Esta situacin ha dado origen a debates y

    discusiones sobre la prioridad de unos principios bioticos sobre otros o a la posibilidad de

    buscar una fundamentacin de los principios en un sistema previo de referencia que posibilite

    su jerarquizacin individual (Charlesworth, 1996; Massini, 2003; Lukac, 2007a).

    Hay que sealar, sin embargo, que en los pases liberales tambin se desarrollaron otros

    modelos bioticos alternativos, como los basados en la tica de la Virtud, la tica del Cuidado, el

    Procedimiento Narrativo, ms enraizados en la tradicin mdica clsica. Pero estos enfoques no

  • 7

    tuvieron suficiente influencia en el desarrollo de la biotica, tal y como se recibi en el

    continente iberoamericano (Mora Snchez, 2010).

    III. La biotica desde Iberoamrica

    La biotica en Iberoamrica habra pasado por varias etapas: de una recepcin inicial de la

    Biotica americana, no sin recelos o rechazos, a un periodo de asimilacin crtica durante los

    aos 80, para entrar, a partir de los aos 90, en una fase de reconstruccin o recreacin, con

    una prctica original pero sin rechazo al dilogo y aprendizaje de otras propuestas (Pessini, De

    Paul de Barchifontaine y Lolas, 2007; Len, 2008; Rodrguez del Pozo y Mainetti, 2012).

    La realidad iberoamericana, en el momento de recibir la nueva disciplina biotica, presentara

    las siguientes caractersticas distintivas:

    En primer lugar, habra que sealar el amplio poder temporal de la Iglesia Catlica, que ha

    dominado la tica mdica y ha influido en la mayora de las instituciones pblicas y cvicas de

    Iberoamrica y, hasta entrados los aos ochenta, casi de hecho ha monopolizado el desarrollo de

    la biotica. As mismo, se seala el papel tradicionalista de las asociaciones mdicas. Esta

    situacin explicara el recelo inicial ante la nueva disciplina biotica que llegaba de los pases

    anglosajones (Rodrguez del Pozo y Mainetti, 2012).

    En segundo lugar, en Iberoamrica, antes incluso de la difusin y penetracin de los modelos

    anglosajones o liberales en el mbito biomdico, exista un fuerte desarrollo de las humanidades

    mdicas, propiciado por la escuela espaola y la filosofa europea. Se apunta a la gran influencia

    del paradigma mdico antropolgico y humanista de Pedro Lan Entralgo. Para Lan, el

    positivismo mdico y el desarrollo tecnolgico produjeron una transformacin en la relacin

    mdico-paciente, despersonalizndola, amputando su dimensin interpersonal y

    comprometiendo el carcter tico de la praxis mdica. Basndose en las corrientes filosficas y

    antropolgicas europeas, como la Fenomenologa, el Existencialismo, la Hermenutica, la

    Filosofa Relacional y la tica Comunicativa, Lan conceba una relacin mdico-paciente

    modelada alrededor de una amistad asimtrica en la que el mdico virtuoso cultivara una forma

    de relacin tica y teraputicamente directiva. Si este modelo de relacin teraputica seala el

    cambio del modelo paternalista al modelo amistoso, afirma tambin la primaca de la

    relacin interpersonal frente al modelo de derechos contractuales entre mdico y paciente. Se

    defiende as que el magisterio de Lan estableci algunas de las bases ms firmes para la Biotica

    espaola e iberoamericana (Pessini, De Paul de Barchifontaine y Lolas, 2007; Mora Snchez,

    2010; Rodrguez del Pozo y Mainetti, 2012).

    Sin embargo, las transformaciones sociales que acompaaron la institucionalizacin acadmica

    de la nueva disciplina biotica, suponan un gran nmero de dilemas ticos para los que la

  • 8

    antropologa mdica clsica no tena respuestas asumibles. En este contexto, Iberoamrica

    incorpor el nuevo paradigma biotico de origen y predominio angloamericano, moderado por

    corrientes europeas. La recepcin se produjo, despus de veinte aos de desarrollo de la biotica

    en Estados Unidos y en Europa, en un continente que salvo aisladas excepciones no mostraba

    antecedentes acadmicos, normativos o institucionales en este campo. "El discurso acadmico y

    pblico de la disciplina se institucionaliz en la regin siguiendo el modelo americano" (Pessini,

    De Paul de Barchifontaine y Lolas, 2007: 39). Y es que las ideas de la biotica, tal y como la

    concibi V. R. Potter, fueron relativamente desconocidas en los inicios en la regin, donde se

    hizo sentir la influencia de la biotica biomdica con un claro predominio del enfoque

    principialista (Rodrguez Yunta, 2009; Mora Snchez, 2010).

    Los comits de tica, los procedimientos de consentimiento informado y la legislacin de

    problemas biomdicos, prosperaron en el continente. El proceso fue alimentado por la creacin

    de institutos acadmicos y programas dedicados a la disciplina biotica en distintos pases. En

    este nuevo proceso tambin cobraron importancia autores espaoles, en concreto, el mtodo

    principialista jerarquizado de Diego Gracia. As, algunos autores consideran a Diego Gracia

    como el filsofo ms importante en la biotica realizada desde el mundo iberoamericano

    (Rodrguez Yunta, 2009; lvarez-Daz, 2012).

    La recepcin y consolidacin de la biotica sanitaria estndar en Iberoamrica se realiza

    entonces en este contexto humanista-antropolgico de tradicin medico-filosfica, ms los

    aportes de quienes desde la nueva disciplina biotica se ocupaban de las humanidades mdicas

    tratando de extender los derechos humanos y del paciente al campo biomdico. El paciente

    conseguira as proteccin especfica a travs del acceso a la atencin sanitaria y por tener sus

    derechos como paciente especficamente salvaguardados. Segn Rodrguez del Pozo y Mainetti

    (2012), la tradicin mdico-antropolgica y la de los derechos humanos se complementan una a

    la otra. La primera brinda los fundamentos morales mientras que la segunda estimula una

    respuesta ms prctica y busca la reglamentacin de la moralidad por medios legales.

    Tambin, como caracterstica distintiva, se seala que la reflexin biotica en Iberoamrica

    siempre tuvo presente la compleja situacin poltica y social del continente, existiendo as

    prctica unanimidad en denunciar las propuestas de una "biotica enclaustrada" en mbitos

    acadmicos y que abordaba temas homologables a los que se estaban debatiendo en los EE.UU.

    o Europa: "Si se pretende seguir el ritmo de las elucubraciones y el tono de las discusiones, tanto

    de los EEUU como la de Europa, la biotica latinoamericana ser un repetir problemas y

    soluciones ajenas a esa realidad" (Silvero, 2003: 22).

    Los pases iberoamericanos se caracterizan por grandes desigualdades sociales y econmicas y

    esto se traduce en grandes diferencias en el acceso y cuidado de la salud. Se incide as en la

  • 9

    necesidad de transitar desde una biotica centrada casi exclusivamente en los aspectos

    especficos de la tica clnica aplicada a una biotica de carcter social, que no se limite a ser una

    tica profesional sino una tica general, interesada tanto por las dimensiones personales como

    por las institucionales y globales:

    El objetivo de las actuales instituciones de salud es vigilar y promover el compromiso de

    respeto a los derechos de los pacientes, pero muchos de los problemas tico-clnicos, no

    provienen directamente de la relacin profesional de la salud-paciente, sino de otros tres

    factores importantes: los determinantes sociales de la salud y especialmente la pobreza-, los

    problemas institucionales, y los problemas ticos planteados por las polticas y sistemas de

    salud (Len, 2012: 5).

    En definitiva, se aspira a una biotica ms global, a nivel "macro" (poltica, social, ecolgica)

    frente a una biotica micro (restringida al mbito clnico). Los cuatro principios de la biotica

    se deberan ubicar en un contexto ms amplio de consideraciones que abarquen tanto derechos

    individuales como econmicos, sociales y culturales. El principialismo comienza a ser

    redimensionado y se propone que para responder a los problemas y urgencias de la regin otros

    principios alternativos asuman el papel central que el principio de autonoma tiene en la

    biotica estndar: justicia, accesibilidad, participacin, equidad y calidad. Los autores que

    lucharon por instaurar la biotica en Iberoamrica no carecieron de sensibilidad social y eran

    conscientes de que no podan plantear una reflexin biotica que fuera simple reflejo de la

    biotica sanitaria de los pases occidentales. Pero tampoco podan renunciar al desarrollo de la

    nueva disciplina en expansin y que pretenda, o al menos intentaba, acortar las distancias entre

    las humanidades y las ciencias, entre el paternalismo de la tradicional prctica mdica y una

    basada en la autonoma y los derechos del paciente (Pessini, De Paul de Barchifontaine y Lolas,

    2007; Rodrguez Yunta, 2009; Mora Snchez, 2010).

    Pero dando un paso ms all, algunos autores sealan que un movimiento de "biotica poltica"

    ha hecho su aparicin en la biotica regional (Pessini, 2008; Peralta, 2009; Rodrguez del Pozo y

    Mainetti, 2012; lvarez-Daz, 2012).

    Esta corriente se opone a la biotica sanitaria de origen norteamericano y propone una biotica

    "dura" e "intervencionista", con una actitud militante acerca de la necesidad de llevar la doctrina

    de los derechos humanos ms all de la autodeterminacin del paciente, para propagarse como

    una demanda comunitaria por el derecho universal a la asistencia sanitaria, los derechos

    sociales y ambientales. Bajo esta orientacin, la biotica se convierte en un movimiento de

    reforma social ms que en una disciplina ceida a la salud y a la atencin mdica. Esta

    perspectiva se configura como una biotica de compromiso social, con sentido crtico, centrada

    en la fundamentacin de los reclamos de justicia en la distribucin de los recursos y

  • 10

    oportunidades a los sectores marginados, que constituyen la mayora de la sociedad. Los

    partidarios de esta lnea de pensamiento, fuertemente influida por Volnei Garrafa y otros

    integrantes de la Red Latinoamericana y del Caribe de Biotica, sostienen que la tica clsica, y

    por tanto la biotica, basada en el respeto al individuo y el aliento a la libertad individual, son

    meros encubrimientos ideolgicos para perpetuar prcticas depredadoras hacia el continente

    iberoamericano. Se afirma rotundamente que el discurso biotico, cuando invierte el lugar

    fundante de los derechos humanos para poner en su lugar principios prima facie, se convierte

    en mero discurso ideolgico que aspira a imponer una falsa interpretacin de la realidad moral

    ajena al respeto integral de los derechos humanos. Para ello se propone el anlisis poltico de los

    conflictos morales (Tealdi, 2004; Peralta, 2009; Mora Snchez, 2010).

    Esta corriente ha recibido duras crticas, acusada de cometer el error de reducir el campo de la

    biotica a otro que no es tal (poltica, sociologa, etc.) y de correr el riesgo de convertirse en la

    mera proclamacin de ideales morales y aspiraciones polticas, legtimas, pero ajenas a una

    fundamentacin rigurosa, desde el punto de vista gnoseolgico, de la biotica. Dicho de otro

    modo, para muchos autores, esta perspectiva representa un salto epistmico que va ms all de

    las cuestiones estrictamente bioticas (Pessini, De Paul de Barchifontaine y Lolas, 2007; Len,

    2008; lvarez-Daz, 2012; Rodrguez del Pozo y Mainetti, 2012).

    As, podemos sintetizar las caractersticas de la Biotica iberoamericana que se mantienen hoy

    en da aunque con matices: un destacado carcter terico vinculado a la reflexin filosfica y

    antropolgica de corte humanista; una biotica global, pues pretende abarcar un amplio

    conjunto de problemas (sociales, econmicos, medioambientales) no ceido a los problemas

    originados en la praxis clnica; un activismo poltico-social sobre diversas realidades (ecologa,

    pueblos indgenas, desigualdad en el acceso a los recursos sanitarios, pobreza y marginacin);

    la recreacin de la biotica segn tradiciones intelectuales, sociales y morales tpicas de la

    regin. En este sentido, se seala el contraste entre la sociedad altamente biotecnificada y la

    tica liberal y la sociedad iberoamericana, caracterizada por un menor desarrollo tecnolgico,

    una fuerte presencia de la religin catlica tanto en el mbito pblico como privado y una tica

    basada en valores comunitarios con aspectos poco enfatizados por el pensamiento anglosajn,

    como la importancia del rol de la familia en la salud (Rodrguez Yunta, 2009; Peralta, 2009;

    Mora Snchez, 2010).

    En el continente tambin hay que destacar la relevancia de la Biotica personalista, que toma a

    la dignidad de la persona, caracterizada por la integralidad de lo fsico, psicolgico, espiritual,

    relacional y social, como valor supremo y como fundamento tico. La Biotica personalista,

    basada en concepciones filosficas europeas que sirvieron de fundamento para establecer los

    principios ticos bsicos relativos a la dignidad de la persona, constituira una alternativa a la

    Biotica liberal (Peralta, 2009; Rodrguez Yunta, 2009; Len, 2011).

  • 11

    As la diferencia esencial que se establece entre el principialismo americano y la Biotica

    europea residira en la interpretacin del concepto de persona, que no slo es vista desde la

    ptica minimalista de la autonoma, sino tambin desde la integridad, la dignidad y la

    vulnerabilidad. Las exigencias ticas que se derivan de este modelo comprenden las acciones y

    consecuencias en funcin de las relaciones que se dan entre las personas, lo que confieren el

    poder para elegir moralmente entre lo correcto y lo bueno, de forma que las acciones estn

    orientadas a esos fines de rectitud moral. La influencia de la Biotica personalista se habra

    dejado sentir en Iberoamrica a travs de autores espaoles y sus seguidores en el continente y

    porque en algunas de sus variantes ha sido asumida por la Iglesia Catlica (Lukac, 2007b).

    El desarrollo de la biotica en el continente Iberoamericano, en contraste con la corriente

    principal de biotica mdica de raz liberal, tuvo como resultado el debate, an inconcluso, sobre

    la existencia o no, desde el punto de vista gnoseolgico, de una Biotica iberoamericana con sus

    fundamentos y caractersticas distintivas (lvarez-Daz, 2012).

    Y a este respecto hay que resear que entre los diferentes autores iberoamericanos no existe

    unanimidad a la hora de pronunciarse. Se ha sealado que la peculiaridad del pensamiento

    biotico iberoamericano ha sido ms intuida que empricamente estudiada y que todava falta

    que sea formulada con rigor, dadas las carencias a la hora de proponer una biotica con

    fundamentacin, tendencias, temas y problemas propios. As, se afirma que se encuentra lejos

    de constituir un sistema terico unificado o una sola perspectiva coherente (Pessini, De Paul de

    Barchifontaine y Lolas, 2007; Peralta, 2009; lvarez-Daz, 2012; Rodrguez del Pozo y Mainetti,

    2012).

    Aunque se apunta que existe una propuesta terica bien estructurada de "tica de la liberacin",

    su posible relacin con la biotica no es an del todo clara (lvarez-Daz, 2012).

    Algunas conclusiones parecen imponerse: "que la biotica latinoamericana comprende

    diversas tonalidades, y que todava busca articular su propia identidad a medida que emerge de

    sus races norteamericanas despus de un largo proceso de recepcin, asimilacin y recreacin"

    (Rodrguez del Pozo y Mainetti, 2012: 203).

    En definitiva, mientras algunos autores pretenden construir una Biotica iberoamericana, para

    otros tal biotica ya existe, y en cambio otros consideran que solamente se tratara de adoptar

    una "perspectiva iberoamericana" en dentro de la biotica general. Los puntos de vista sobre la

    cuestin se multiplican y consiguen, cada uno, sus seguidores (Mora Snchez, 2010; lvarez-

    Daz, 2012).

    El debate permanece abierto:

  • 12

    Con todo lo revisado parece adecuado proponer que la expresin Biotica latinoamericana

    no est suficientemente justificada ni fundamentada y debera ser sustituida por Biotica en

    Latinoamrica. No puede irse hacia una Biotica para Amrica Latina y el Caribe; la

    Biotica es eso: Biotica. Hay que hacer, parafraseando a Zea, Biotica sin ms. Al hacer

    Biotica, lo latinoamericano vendr por aadidura (lvarez-Daz, 2012: 25-26).

    IV. El problema de la Biotica iberoamericana

    La exposicin precedente tiene como objetivo presentar las dificultades y desafos de la Biotica

    iberoamericana a la hora de asimilar y recrear en el continente el desarrollo e implantacin de la

    biotica contempornea.

    En la biotica contempornea, existiran desde su origen, y en la actualidad, cuestiones y

    problemas de tipo antrpico o de biotica humana (los de la biotica clnica sobre todo, pero

    tambin problemas relacionados con la biomoral o biopoltica), de tipo ambiental (como la

    propuesta de V. R. Potter y el ecologismo) y de biotica animal. Por lo que respecta a la biotica

    antrpica o humana y desde las coordenadas del materialismo filosfico, los sujetos humanos

    que figuran como trminos del campo biotico (en sentido amplio), se nos presentan tanto a

    escala universal y distributiva, esto es, como sujetos que caen bajo la consideracin de la

    tica, como a escala atributiva, esto es, como sujetos enclasados en las normas morales,

    culturales y polticas particulares de los distintos grupos humanos. Siendo esto as, las

    cuestiones y problemas relativos a la biotica antrpica o humana, con sus normas atributivas

    (biomorales y biopolticas), entretejidas y en numerosas ocasiones en conflicto con las normas

    (bio)ticas, tendran que ver con las morfologas histricas, religiosas, culturales, sociales y

    polticas, no pudiendo constituir la biotica una disciplina exenta respecto a dichas morfologas

    (Bueno, 2001; Alvargonzlez, 2014).

    Las controversias y problemas en el quehacer biotico iberoamericano, al asimilar la biotica

    sanitaria estndar, se mueven principalmente al nivel de la biotica humana, implicando as

    tanto problemas y cuestiones (bio)ticas (en sentido restringido), como problemas de orden

    moral y poltico, es decir, a escala atributiva (biomoral y biopoltica). Y es aqu donde se ponen

    de manifiesto y contrastan las caractersticas histricas y sociales de las sociedades liberales

    occidentales que determinaron la constitucin de la disciplina biotica, con las peculiaridades

    sociales, histricas y polticas del continente iberoamericano, as como sus valores ticos,

    morales.

    Al objeto de exponer y desarrollar la idea de la paradoja que enfrenta la implantacin de la

    biotica en los pases iberoamericanos, recurrimos al trabajo del profesor Fuentes Ortega (2002)

  • 13

    a propsito de la recepcin de la disciplina de la psicolgica en el mbito iberoamericano, pues

    creemos que guarda interesantes analogas con la recepcin de la disciplina biotica.

    El profesor Fuentes Ortega apunta a las condiciones histrico-antropolgicas especficas de la

    formacin del campo de la psicologa como disciplina autnoma. Y lo que se propone es que

    dichas condiciones estn especialmente ligadas a la morfologa histrico-cultural de los pases

    protestantes que desarrollaron el capitalismo moderno. En concreto, la segunda Reforma

    Protestante iniciada por Calvino se tradujo en una forma de vida proporcionalmente ms

    individualizada y por lo tanto un mayor incremento de normas sociales enfrentadas y originadas

    en ese proceso. Esta tica alcanzar su mxima expresin a partir de mediados del siglo XX

    cuando la economa de consumo comience a poner en crisis la austeridad y la rigidez de

    costumbres propias del calvinismo:

    transformando el comportamiento individualizado en comportamiento ya estrictamente

    individualista y multiplicndose exponencialmente los enfrentamientos normativos o

    sociales a la par que se destruye el tejido social. Y ser este tipo de cultura, la que

    precisamente vaya compitiendo de manera progresiva con el catolicismo todava existente en

    Espaa y en Hispanoamrica (Fuentes Ortega, 2002: 15).

    En este contexto socio-cultural individualista, es donde la institucin de la psicologa clnica

    pretendera ser una forma de resolucin sustitutiva, a escala personal, de conflictos inter-

    normativos generados en ltima instancia a escala socio-poltica, ya que la intervencin

    psicolgica y sus tratamientos se alimentan precisamente de la destruccin de las relaciones

    comunitarias previas y fruto de ello, de los conflictos inter e intra-personales que van

    apareciendo.

    Por otra parte, el profesor Fuentes Ortega sostiene que la peculiaridad de la sociedad

    iberoamericana residira en la impronta de un "catolicismo civil" que se caracteriza por formas

    de vida tradicionales, consideradas dichas formas de vida en el mbito de la vida comunitaria

    o de la sociedad de conocidos dentro del conjunto social (en el mbito por tanto de la familia,

    el barrio, la parroquia, los amigos, la villa...) y caracterizadas por el "apoyo mutuo" entre las

    diversas posiciones o lugares sociales, de suerte que ningn individuo inserto en cualesquiera de

    estas posiciones pueda quedar socialmente desatendido o desvalido. Dicho apoyo mutuo no

    excluye, sino que incluye, las asimetras, y por tanto la jerarqua y la autoridad de diversos

    grupos e individuos sobre otros, segn su posicin social. Este contexto cultural implica ciertas

    caractersticas muy acusadas relativas a lo que suele llamarse mentalidad colectiva (sentido

    del honor, de pertenencia grupal, fraternidad) frente a las formas individualizadas del ethos

    protestante, liberal y en ltimo trmino capitalista.

  • 14

    En este sentido, advierte Fuentes Ortega que no puede ser casual, sino sintomtico, el retraso y

    la ms endeble institucionalizacin de la Psicologa iberoamericana con respecto a la

    angloamericana, pues este hecho sociolgico debe entenderse a partir de la persistencia y

    resistencia de las formas de vida comunitarias del catolicismo civil hispanoamericano. Se

    comprende entonces que la implantacin institucional de la psicologa en el mbito

    iberoamericano presuponga, por motivos sociohistricos y polticos, la destruccin (sin duda,

    ms lenta y resistente) de las relaciones comunitarias tradicionales de apoyo mutuo y de los

    procesos sustitutivos que acompaan a dicha destruccin. Ello no quiere decir que esta

    Psicologa iberoamericana no fuera a mostrar sus rasgos propios, unos rasgos que de alguna

    manera expresarn y reproducirn la resistencia a desaparecer de aquellas relaciones

    tradicionales comunitarias.

    Finaliza el autor su reflexin sealando:

    hasta qu punto la Psicologa hispanoamericana no se ver envuelta en la paradoja o

    incluso en la apora, de intentar instrumentar medios psicolgicos al objeto de realizar

    fines no psicolgicos: o sea, y precisamente, una muestra ms de la que seguramente

    constituye la paradoja ms caracterstica y profunda de la tradicin jesuita. (Fuentes

    Ortega, 2002: 19).

    La cuestin que se plantea es si la sociedad iberoamericana no se encontr en una situacin

    anloga respecto a la adopcin e implantacin de la disciplina biotica. As habra sido percibido

    de diversos modos por los autores iberoamericanos y esta sera la situacin de fondo, tanto de

    carcter sociohistrico como acadmico, aunque ambos planos dados a distinta escala y ritmo

    de desarrollo, que anima el debate sobre las caractersticas propias que deberan identificar a la

    Biotica iberoamericana.

    En efecto, las sociedades iberoamericanas una vez inmersas en el mbito sociohistrico del

    capitalismo liberal, pero con un desarrollo inferior y perifrico, precisamente por el predominio

    anglosajn, europeo, y quizs ahora asitico, asistiran, en el campo biomdico, junto a los

    problemas histricos y estructurales de carcter socio-econmicos y atraso tecnolgico, a la

    progresiva destruccin o marginacin de la tradicin antropolgico-humanista y su sustitucin

    por la nueva disciplina biotica, en su vertiente biomdica. Sin embargo, en el continente

    iberoamericano, la implantacin de esta forma de entender la biotica no dejara de buscar su

    peculiaridad y temas propios, que de alguna manera expresan y reproducen la necesidad de

    abordar sus problemas biosanitarios particulares a travs de sus valores ticos y morales. Los

    problemas sanitarios del continente iberoamericano, como hemos visto, resultan ser poco

    homologables a las cuestiones dominantes en la biotica clnica de los pases capitalistas

    occidentales. As mismo, se destaca la resistencia a desaparecer de aquellas relaciones que

  • 15

    vinculaba valores profesionales basados en la responsabilidad y beneficencia del mdico para

    con sus pacientes, frente a la nueva biotica que subraya la importancia de la autonoma del

    paciente-consumidor y que sustituye el enfoque tradicional de la dignidad de la persona y la

    importancia de la familia en todos los problemas concernientes a la salud de sus miembros, por

    una preocupacin por la calidad de vida del paciente-consumidor de corte utilitarista y

    pragmtico.

    Y aqu residira el ncleo de la apora de la Biotica iberoamericana: cuanto ms profundice en

    la disciplina biotica en su vertiente biomdica estndar, menos iberoamericana ser, en el

    sentido de la preservacin de unas forma de vida y valores comunitarios, una tradicin mdico

    humanista y enfrentar unos problemas biosanitarios (de naturaleza tica, moral y poltica, como

    venimos diciendo) caractersticos, ya que la biomedicina estndar presupone, en su desarrollo

    histrico, precisamente la marginacin de lo que sera la peculiaridad y realidad biosanitaria del

    mundo iberoamericano as como de sus valores. Por otra parte, cuanto ms se quiera resaltar la

    originalidad iberoamericana en biotica, existe la inclinacin a incurrir, como han puesto de

    manifiesto numerosos autores, en propuestas bienintencionadas pero que no pasan de

    pintorescos anti-ismos y verbalismo planfletario biotico, que corren el riesgo de convertirse en

    mera proclamacin de ideales morales, sin sustancia intelectual (Pessini, De Paul de

    Barchifontaine y Lolas, 2007; Len, 2008).

    A nuestro juicio, estas propuestas bioticas, denominadas como biotica dura,

    comprometida o poltica, s habran percibido claramente la peculiar dinmica y

    morfologa socio-histrica y poltica que anima el desarrollo de la biotica estndar y su impacto

    en el mundo iberoamericano, aunque el presente trabajo no se pronuncia sobre la acusacin de

    falta rigor acadmico que algunos autores han sealado en estas propuestas bioticas.

    Las propuestas en materia biotica desde el mbito iberoamericano han de estar presididas por

    el mximo rigor en su fundamentacin gnoseolgica, superando, como se ha dicho, el aprecio

    mrbido por una "marginalidad tercermundista" o "resabios de tozudo alternativismo" (Lolas,

    2008: 160). Incluso no hay porque descartar a priori la pretensin de lograr que autores del

    mbito anglosajn se interesen por la produccin biotica realizada desde los pases

    iberoamericanos, en lengua espaola o portuguesa. Dicho de otro modo, lo que se ha

    denominado, hacer "biotica sin ms" (Rodrguez del Pozo y Mainetti, 2012).

    La cuestin que se plantea entonces es si esta opcin no supone quedarse en una situacin

    intermedia, reclamando una biotica rigurosa, aun bajo una perspectiva iberoamericana, como

    ancdota perifrica de la corriente principal dominada por la biotica estndar, esto es, tratando

    de habilitar "medios bioticos", que presuponen los problemas biosanitarios propios de las

    sociedades liberales y su contexto sociohistrico, con el objetivo ltimo de lograr fines

  • 16

    biosanitarios caractersticos de la realidad iberoamericana y sus valores ticos y morales ajenos

    al contexto cultural que alumbr la biotica estndar.

    V. Conclusiones

    El presente trabajo no tiene por objeto pronunciarse sobre la existencia de una Biotica

    iberoamericana. Su contribucin a este debate consiste en ofrecer una explicacin razonada de

    las dificultades y retos que enfrenta la biotica realizada desde el continente iberoamericano

    ante la asimilacin y desarrollo de la biomedicina estndar desarrollada en los pases

    capitalistas. Si han sido las transformaciones sociales y tecnolgicas las que han determinado el

    desarrollo de la biotica como disciplina acadmica y esto ha sucedido de manera fundamental

    en las sociedades capitalistas desarrolladas, desde sus valores polticos, ticos y morales

    individualistas y utilitaristas, la viabilidad de una Biotica Iberoamericana no dejara de estar

    ligada a la capacidad del mundo iberoamericano para protagonizar esas transformaciones

    sociales y (bio)tecnolgicas desde sus propios valores polticos, ticos y morales. Pero esta

    cuestin ya no es estrictamente biotica, sino socio-poltica, y tendra que ver con la potencia

    de una comunidad iberoamericana de naciones para configurar el mundo entorno, en

    dialctica con otras plataformas socio-polticas.

    En cualquier caso, se continan las recomendaciones expuestas por diversos autores, que

    invitan a continuar profundizando en el quehacer biotico iberoamericano a fin de evitar

    reduccionismos pero tambin para contrarrestar temores y prejuicios sobre la disciplina

    biotica.

    Bibliografa:

    LVAREZ-DAZ, J.A. (2012) Biotica latinoamericana o biotica en Latinoamrica? Revista

    Latinoamericana de Biotica, 12 (1) pp, 10-27. Disponible en:

    [Acceso el 30 de junio de 2014]

    ALVARGONZLEZ, D. (2009) La clonacin, la anticoncepcin y el aborto en la sociedad

    biotecnolgica. Oviedo: Pentalfa. Disponible en:

    [Acceso el 30 de junio de 2014]

    ___________. (2014) Biotica: problemas y doctrinas [Comunicacin personal] 19 de mayo

    de 2014. Disponible en: [Acceso el 30 de junio de

    2014]

  • 17

    ARMESILLA, S. (2012) Las plataformas continentales una divisin geopoltica del Mundo desde

    las coordenadas del materialismo filosfico de Gustavo Bueno. La balsa de piedra [Internet]

    septiembre-diciembre, 1, p. 1. Disponible en: [Acceso el 30 de junio de 2014]

    Bueno, G. (2001) Qu es la Biotica? Oviedo: Pentalfa.

    CHARLESWORTH, M. (1996) La biotica en una sociedad liberal. Cambridge, New York:

    Cambridge University Press.

    FUENTES ORTEGA, J.B. (2002) La (posible) paradoja de la intervencin psicolgica en el

    contexto de la cultura catlica hispanoamericana. Papeles del Psiclogo, 83, pp. 10-20.

    Disponible en:< http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77808302 > [Acceso el 30 de junio de

    2014]

    HUERGA, P. (2011) Manifiesto de la biotica laica O manifiesto de la biotica neoliberal? EN

    La otra cara del Guernica. Artculos en torno al Materialismo Filosfico. Gijn: Zahor, pp. 31-

    55.

    LEN, F.J. (2008) La biotica latinoamericana en sus textos. Santiago de Chile: Universidad de

    Chile.

    ________. (2011) Biotica: la promocin de la dignidad de la persona en el mbito biomdico.

    Madrid: Palabra.

    _________. (2012) Prlogo. Biotica institucional y social en Latinoamrica. EN: F. J. Len.

    coord. Biotica y sociedad en Latinoamrica. Santiago de Chile: Fundacin Interamericana

    Ciencia y Vida, pp. 5-6. Disponible en:

    [Acceso el 30 de junio de 2014]

    LOLAS, F. (2008) Consideraciones sobre la biotica en Latinoamrica. EN: C. Campbell y J.A.

    lvarez. coods. Biotica en perspectiva. Ciudad Jurez, Mxico: Universidad Autnoma de

    Ciudad Jurez, pp. 157-173.

    LUKAC, M.L. (2007a) Fundamentos filosficos de la biotica contempornea. Academia

    Nacional de Ciencias Morales y Polticas [Internet]. Disponible en

    [Acceso el 30 de junio de 2014]

  • 18

    _________. (2007b) Seudo-principios bioticos y personalismo ontolgico. Academia

    Nacional de Ciencias Morales y Polticas [Internet]. Disponible en

    [Acceso el 30 de junio de 2014]

    MASSINI C, I. (2003) Existe un principio tico de autonoma? Consideraciones a partir de la

    biotica contempornea. Anuario de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Corua, 8,

    pp. 487-504. Disponible en:

    [Acceso el 30 de junio de 2014]

    MORA SNCHEZ, A. (2010) Perspectiva de la Biotica en Amrica. Revista Humanidades

    Mdicas, 10 (1). Disponible en: [Acceso el 30 de junio de 2014]

    PERALTA, A. (2009) Perspectivas para una Biotica latinoamericana. Realidad: Revista de

    Ciencias Sociales y Humanidades, 119, pp. 105-113. Disponible en:

    [Acceso el 30 de junio de 2014]

    PESSINI, L. (2008) Biotica na Amrica Latina: algunas quesotes desafiantes para o presente e

    futuro. Bioethikos, 2 (1), pp. 42-49. Disponible en: [Acceso el 30 de junio de 2014]

    PESSINI L., DE PAUL DE BARCHIFONTAINE, C. y LOLAS, F. coords. (2007) Perspectivas de

    la Biotica en Iberoamrica. Santiago de Chile: Organizacin Panamericana de la Salud.

    Disponible en: < http://actabioethica.cl/docs/perspectivas.pdf> [Acceso el 30 de junio de 2014]

    RODRGUEZ DEL POZO, P. y MAINETTI, J. A. (2012) Biotica sin ms: pasado, presente y

    futuro de una biotica latinoamericana. EN: F. J. Len. coord. Biotica y sociedad en

    Latinoamrica. Santiago de Chile: Fundacin Interamericana Ciencia y Vida, pp. 202-211.

    Disponible en:

    [Acceso el 30 de junio de 2014]

    RODRGUEZ YUNTA, E. (2009) Temas para una biotica latinoamericana. Acta Bioethica, 15

    (1), pp. 87-93. Disponible en: [Acceso el 30 de junio de 2014]

  • 19

    SILVERO, J. M. (2003) Derechos humanos, biotica y pobreza en Latinoamrica. El Catoblepas

    [Internet] 1 de Febrero, 12, p. 22. Disponible en

    [Acceso el 30 de junio de 2014]

    TEALDI, J.C. (2004) La biotica latinoamericana ante un nuevo orden moral? EN: M.L.

    Pfeiffer. ed. Biotica Estrategia de dominacin para Amrica Latina? Mar del Plata, Argentina:

    Surez, pp. 43-58.