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8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
1/25
.-fo¿n"
I
%
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
2/25
siglo
veintiuno
editores,
sa
cEr¡o
oEt AGUA 2¿8, MEXICO20, D F
siglo
veintiuno_de spaña
editores,
sa
c/Pta¡a 5,
MAofto 33, €SPAXA
siglo
veintiuno
rgentina
ditores,
a
siglo
veintiuno
e colombia,
tda
Av.
30.
17-73 Pn¡ ER PISO. ¡OGOIA,
D.t.
COIOTAüA
traducción
del
inglés de
gabriel
iriarte
núñez
portada
de
feüpe valencia
primera
edición
en español,
abril de
1988
@
siglo
XXI editores
de colombia
ltda.
ISBN 958-606-016-0
preparación litográfica, impresión
y
encuadernación
tercer
mundo
editores
impreso
y
hecho
en colombia
printcd
and
made
in colombia
,,gl-Eg/gf
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
3/25
CAPITULO
I: HISTORIOGRAFIA LATI
MOVIMIENTO OBRERO
CAPITULO
2:
CHILE
Singularidad de la historia
chilena,4T;
ra
del salitre, 50; La vida
y
el trabajo e
ción obrera en el
norte,
76
;
cristalizació
ta,90; trayectoria de
la izquierda chilen
toria de Chile, 108
CAPITULO 3:
ARGENTINA
El enigma de
la historia
de
Argentina,
11
dor, 116
la
promesa
del desamollo econ
moülización obrera,
136;
el curso anóm
obreros de la carne
y
el ascensodel
pero
mo,224
CAPITULO
4. VENEZUELA
Historiografla de un pasado turbulento,
creación de un
proletariado petrolero,
26
un
pals,273;
fundación de un orden
liber
temporánea
de Venezuela,
319
CAPITULO
5:
COLOMBIA
Orlgenes de un sistema
polltico partidis
cat'etera,349
los
trabajadores
del caf
ro,367; la Violencia
y
la civilización ca
contemporánea de Colombia, 430
CAPITULO 6:
ACERCA DE LOS LIMITES
MESA DEL
ENFOQUE
t 7 l
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
4/25
Exportaciones
chilenas de nitrato
y
ob
nitrato, f880-f934
Inmigración
neta
a
la
Argentina,
1860
Producción
de
petróleo
crudo
en
Vene
en
la
industria
peürolera,
1922-77
Exportaciones
cafeteras de
Colombia
y
mercado
de Nueva
York. 187G1970
CUADROS
2.L.
Propiedad
de las
compañlas
producto
1878, 1895
y
1926
Indicadores
del crecimiento
económico
Valor
de
las
exportaciones
argentinas
años. 1900-1954
Superficiedetierra
dedicada
a
la
produ
Indice de
salarios reales
en Buenos Ai¡
Indice de obreros empleadosen la ciud
Porcentaje
estimado
de desempleo
ob
l9l4-30
Valor de
las
exportaciones
petroleras
d
Participación del ingreso
petrolero
en
de Venezuela, 19l?-63
Propiedades
cafeteras
clasificadas
segi
les
departamentos
productores
de café
Propiedades
cafeteras
clasificadas
segri
ca
y
Toüma, 1932
y
1939
Número y producción de fincas cafeter
Porcentaje
de
fincas
productoras
de
caf
tración
y
tamaño, 1955
Muertes
atribuidas
a
la
Violencia en
Col
ra, 1955,
segrln
departamento
Muertes
atribuidas
a
la Violencia
en
Co
to
Parcelas
abandonadas
a causa
de Ia
Vi
departarnento
GRAFICOS
3.1.
3.2.
3.3.
3.4.
3.5.
3.6.
4 .1 .
4.2.
5.1.
5.2.
5.3.
6.4.
o.o.
5.6.
o . I .
2.t.
3.1.
4 .1 .
5.1.
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
5/25
\
I
1;
\
I
\
t
t
\
mientos obreros de América
Latina:
marxistas en
algun
fascista
por
lo
menos
en uno,
y
überales, al
menos hasta
otros. Ambas deficiencias
tienen una
raíz común: el
no
a
su
profundidad,
las
implicaciones
sociales
provocadas
po
formas de
integración
de
l¡as
economías
latinoamerican
1880, al
proceso
de desarrollo del
sistema capitalista
entonces,
a maduración
de
las sociedades
ndustrializad
del Atlántico
Norte
generó
cuantiosos
recursos tecnológi
e imperativos socialesy políticos internos, que impulsar
ción
masiva del capital
europeo al
resto
del
mundo. En
las élites sociales supieron aprovechar
estas
circunstan
formar sus
propias
sociedades.
Una
a una,
las naciones
d
na fueron
especializándoseen
la
producción
de uno
o v
primarios
de
exportación.
Humanistas
y
antropólogos
latinoamericanos
de
la
años
treintas
fueron
los
primeros
estudiosos
que
advirtier
la importancia de esta transformación orientada por la e
embargo,
fueron
los
economistas
estructuralistas,
vincul
sión Económica
para
América Latina, CEPAL,
quienes
mayor
profundidad
sus
implicaciones
para
lo
que
ellos d
desarrollo
económico dependiente,
o reactivo,
de
la
regi
décadas
que
siguieron a
la
Segunda Guerra
Mundial, co
logias
sistemáticas
de
las economíasexportadoras
y,
de
cida, delinearon
las implicaciones
que
cada
una
de eüas
el desarrollo económiconacional de la periferia latinoam
tema capitalista
mundial. Entre tanto, otros científicos s
riadores latinoamericanos
analüaban
l¡as
dimensiones
so
y
culturales
provocadas
por
la
transformación
económi
[ 2 6 1
\
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
6/25
, .
virtieron
en
importantes
receptores
de
la inversión
extranjera
en
la
manufactura
en
los
países
subdesarrollados.
ncluso
a
medida
que
el
sector
manufacturero
de
estos
países
ba opacando
el sector
primario,
la
mayoría
de
los estudiosos
atinoamericanos
nsistía
en
que
los
trabaiado
res
del
sector
industrial
constituían
una
fuerza
insignificante
para
la
transformación
historica
de
la
región.
Alegaban
que
estos
trabaiadores
representaban
un
gxupo
privilegiado
en
los
mercados
nacionales
del
tra-
bajo. Sosteníanque los trabqiadores industriales,
vencedores
entre
un
exóedente
de
trabajadores
urbanos
que competían por un reducido nú-
mero de
empleos
generados,
dentro
de
la
industria
manufacturera,
por
una
expansión
muy
lenta
en capital
intensivo,
conformaban
una
aristo
cracia
óbt"ta,
conservadora
políticamente
y
conformista
en
lo social.
Tal
noción
fue
desarrollada
sistemáticamente
por
los
latinoamericanistas
durante
la década
de
los sesentas
(2) y
persistió
hasta
bien avanzada
a
década
de
los setentas.
Fue
confirmada
por
Ia mayor
parte
de
los contri-
buyentes
a una
importante
reseña
de
estudios
sobre
el
movimiento
labo
ral regionalpublicadaen f977 (3).
1, De
todos
los trabajos
publicados
por
estos
cientiñcos
sociales
humanistas,
el
ensayo
del
antro-
pólogo
cubano
fern¿ndo
Ortiz,
Contrapunto
cubano
del
tabaco
y
el azrícar,
Nueva
York,
1947,
pubñcado originalnente
en
1g40, es
el-más
importante.
Ios
übros
clÁsicos
de
los economistas
estructurales
latinoamericanos
son:
Celso
f\rrtado
en
lhe
Economic
llevelopment
of L¡ti¡
America, cambridge,
Inglaterra,
19?0,
y
osvaldo
sunkel,
con
la colaboración
de
Ped¡o
Paz'
El
eubde¡arrollo
y
la teoríalel
deearrollo,
México,
l9?1.
De
los otros
trabajos a
los
que
se
hace
referencia,
los de Fernando
Henrique
Cardoso
y
Enzo
Falleto,
Dependencia
y
deearrollo
en
América l,atina, (México, 19?9, pubücado originalmente en 1969, y de Tulio Halperin Donghi'
Historia
c{nt€nporónea
de
Améric¡
Latina,
Madrid,
l9?0,
son
los
mÁs
mportantes.
2. Ias
influyentes
formulaciones
de
esta
poeición
correeponden
a u
P$
de
übros
de
Claudio
Vé-
lez,
ObeLclee
to Change
in Latin
America,
lpndres,
1965,
y
lbe
Politice
of
Conformity
iD Lati¡
America,
Ipndres,
f96?,
y
a
las contribuciones
de
Henry
landsburger,
especialmente
"The
Labor
Eüte:
Is it Revolutionary?'
'
,
en
Ditee
in Latin
Americ¡,
editado
por
Seymour
Martin
r
'ip-
set
y
Aldo
Solari,
Lond¡es,
fSé2. Ios
trabajos de
Robert
Ale¡ander
consütuyen
la ercepción
a
la
."gL. D""d"
su
perspectiva überal
y
anüicomunista,
ingiste
permanentemente
en
Ia importan-
cia-del
movimi.oto
"iodi"d
en
los dessroüos
históricos
modernos
de
la región.
3. Rubén
Katzman
y
José
Luis
Reyna,
editores,
Fuerza
de
trabaio
y
movinieníoe
laboralee
en
I
I
I
I
I
t
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
7/25
se
con-
en
la
que
el
rio,
la
trabdado
para la
del
tra-
entre
\ür
aristo
Tlcial.
al
ftbnistas
pada
la
Scontri-
fs,labo
lt'
un
nú-
por
$l
L
I
t
t
\,
i
\
tos,
adoptaron
mecanismos
de austeri
principalmente
por
la
clase
rabajador
Esa solución,
que
también era
la m
tas nacionales, condujo
gradualmente
obrera
y
el Estado,
revitalizó la izqui
abiertos
tipicos de
los
principales
país
de
la
posguerra,
frustró
la
efectividad
Lejos de superar los problemas suscit
nuevas restricciones
muy
pronto
am
todo el
proceso
de expansión
económic
derrumbamiento
de
los sistemas
polít
presión
masiva del
movimiento obrero
últimamente
comprometieron
el impul
ma.
Este
proceso
ya
era discernible a
cuentas
y
sieuió su
curso durante
los s
tas en
las
sociedades
más
avanzadas
d
dosde los ochentas, amenazabacon af
ciones
an importantes
como México,
Por
ende,
la
clase
trabajadora
se e
centro
mismo
de
Ia
crisis del desarroll
Latina
en
la
posguerra.
Sin
embargo,
entre
los
estudiosos
sobre
l¡a
elativa
fa
to obrero
y
su
naturaleza conservador
traron sus esfuerzos
por
explicar
la
situ
en la clase trabajadora. Hubo destaca
Améric¡ Latin¡,
Mérico,
f9??.
Las ercelentes
co
Juan Ca¡los
Tone a
esta obra, conforman
lae exc
apuntan
hacia
las revaluaciones
que
siguem.
4.
EI
manuscrito inédito de Paul
W. Drake, "Joume
bor Movements Under
Authoritarian Regimes
in
constituye un
buen análisis
y
un
resumen de
la l
impücaciones
para
el
movimiento siüdical.
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
8/25
Las
causas del
desfase
entre
los desarrollos
históricos
y
la teoría d
las ciencias sociales
son
por
si
mismas dignas
de
investigación.
¿Refleja
ba
acaso
a sociología
de
las
ciencias
sociales
atinoamericanas
as condi
ciones
cadavezmás
represivas
que
se
presentaban
en el ámbito
de
I¡
investigaciones
en América Latina?
¿Las
prioridades
de
las entidade
que
financiaban
dichas
investigaciones?
¿O
el
peso y prestigio
de
lo
progxamas
nvestigativos
y
teóricos
que
se
producian
en
los
paises
in
dustrializados?
Parece
ser
que
la
última
hipótesis
ha sido
particul¡armente mportan
te.
Para una
generación
de
analistas
de
la
posguerra
en Occidente,
l
debilidad
e
irrelevancia
del
movimiento
sindical
resultaba una
suposi
ción
plausible.
Al
finalizar
la
guerra,
los movimientos
obreros
combati
vos
y
de
orientación
mamista
que
se
habían fortalecido
en
todo Occiden
te
durante
una década
y
media
de
crisis
en el
orden
mundial fueron
rápi
damente
contenidos.
País
por país,
los
sindicatos
fueron
transformado
en organizaciones
relativamente dóciles,
complacientes
y
burocráticas
integradasplenamente,bajo el ojo supervisory reguladordel Estado,
la vida
legal
y
politica
de
las
respectivas sociedades.
El
éxito de
la ofen
siva
general
del
capitaüsmo
contra
el
movimiento sindical
obedeció
e
gran
medida a
la
abierta
represión
ejercida contra
la izquierda, a
la
Mbil
manipulación del
nacionalismo a
medida
que
la rivaüdad entre
los
prin
5.
Guiüermo
O'Donnell,
Modernización
y
autoritariemo,
Berkeley,
1973.
6. Authorit¡¡ianism
ard Corpor¡tivi¡m
in
L¡ti¡
Aneric¡, James
Malloy, editor,
Pittsburgh,
19?
da una buena visión general de esta posición.
7.
Hobart
Spalding, Organized
lrbor
iD
Latin
America, Nueva
York,
1977.
f¡
obra de Spalding,
e
mejor
y
más
reciente estudio sobre
la historia del
moviniento
obrero de América
Iatina, difiere
fundamentalmente
del
enfoque de
eete
übro. Hace énfasis
en
la
forma como
los cambiante
vínculos
externos,
internacionales, afecdan
a
erperiencia
común de
los movimientos
obreros d
la región, al contrario
de
mi insistencia en el
significado de
la
¡li¡Ámica
interna de
las socieda
des
latinoamericanas
para
el movimiento
obrero. Se c€ntra
en
la cohesión
rel¡tiva de
las clase
dominantes
más
que
en
la erperiencia de
los obreros
para
explicar
las diferencias
de
los moü-
mientos
obreros de América
Latina.
Más
importante aún, subraya
la rclaüva
falta de
influencia
de
los obreros
en la
higtoria nacional, a
tiempo
que yo
añmo
su
irnportancia decisiva.
t
I
I
I
{
l
I
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
9/25
,
como en
Europa Occidental
y
algunos
países
de América La
tivo
de
la transformación socialista
y
se
plegó
a
la lógica
ca
revolución
permanente
de
las
fuerzas
productivas.
Particu
movimiento
obrero cedió
terreno
en
la
cuestión del control
zaciiln
del
trabajo
a cambio de una
mayor
participación
en
l
De
este modo, el
capital eliminó el obstáculo
principal y
m
para
su expansión
durante
el
período
de
la
posguerra.
D
movimientos obreros poderososy conflictivos que amenaz
nar
el
proceso
de acumulación capitalista. En efecto, el cap
al
sindicalismo en su socio. Los sindicatos se
unieron a
los
a
res
para
disciplinar a
los obreros
y
para
regular
y
reprimir l
industriales.
A cambio,
los
trabqjadores organizados
con
sindicatos
y
vieron incrementar sus
salarios
reales
y
benefi
les
9).
l¿
restauración
de
la hegemonia
cultural
überal
después de la
guerra
fue un
delconflicto, delcualsdieronvictoriososlospoderes capitalistas überales. Pe
través de las concesiones ñlogóñcas
y
sociales
que
ee
hicieron
a
lqs
fuerzas
po
cas engendradas durante la crisis mu¡dial. Y
que
Karl Polanyi identiñcó
en l
form¡tion,
1944.
I¡
mÁs importante
de
todas
fue el compromiso con el
movini
Io
cual se
habla más
adelante.
Al igual
que
las iniciativa¡ laborales,
las
contra
de
todas Ias insütuciones
sociales del Eetado capitalista de bienestar se
han h
y
su
futuro
es incierto.
Ias
perspectivas
de
la importancia
de este compromiso son desarrolladas
po
quien
destaca
que
una
"ideologia
de
la
productividad"
ha
sido
la
$ria
princi
intemacional
de
Estados
Unidos
para
restaurar el orden
capitalista en Euro
guena,
y
por
David Montgomery,
quien
an¡li"¿
la
importancira del control del
en las luchas de los trabajadores en la historia del movimiento obrero de Estad
les
Maier, "IVo Postwar Eras and Conditions for $abüty in Twenüieth-
Europe", en Americ¡n Hiotoricd R¿view, No. 86,
abril
1981,
pp.
327-52; Da
lüorlers' Conhol in Aneric¡,
Cambridge, Inglaüerra,
1979.
La
relación
del
organización del trabajo
y
la lógica
del desarrollo
capitalista
s6¡
¡n¡lizad¿s -
Harry Braverman, L¡bor ¡nd Monopoly Capital Nueva York, l9?4.
El concep
es
desa¡rollado
en el
sugesüvo
enlrayo
de Giovanni A¡righi, "The l¡bor Mo
tieth
Century Western Europe", en L¡bor i¡ the World Socid
Structure,
Inm¡¡
editor, Beverly Hills, 1983, con el ñn
de
erpücar la transformación
de
loe mov
er¡¡opeos.
8 .
9.
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
10/25
tía el
logro de
la segunda. Las
repercusiones económicas
nacidas del
compromiso
con
los movimientos sindicales
en
las
sociedades
desarrolla-
das
y
con altos
niveles salariales,
obligó al capital a trasladar
la
base
de
sus
operaciones de
producción
hacia
economías
de bdos
salarios en el
extrarf
ero
(10).
Los efectos de
ese
proceso,
que
en última
instancia dete-
rioró tanto el crecimiento
económico
como el
compromiso con
los
traba-
jadores
en
los
paises
desarrollados,
no
se
manifestaron durante
muchas
décadas.
Las
sociedadesdesarrolladas,
beneficiarias
de
los mecanismos
de acumulaciónde capital e intercambio desigual dentro del sistema in-
ternacional
(11)
v
capacesde desarrollar
industrias
productivas y
de
ser-
vicios
intensivas
en capital
y
de
tecnología altamente
sofisticada
en
una
división
mundial del
trabqio
ya
modificada,
experimentaron un
creci-
miento económico
mpresionante a
lo largo
de
los
años
sesentas. EI
cre-
cimiento
fue
particularmente
acelerado
en
las economías desaroll¡adas
de
Europa Occidental
y
en
algunas
parües
de
Asia
Oriental,
donde
los
salarios
eran
mucho
más
bqios
que
en Estados Unidos
y
espectacular
el
flujo de inversión norteamericana en la producción manufacturera. Sin
embargo,
ya
en
los
años setentas
los
efectos
estructurales del
masivo
desplazamiento
de
la inversión
productiva
en el sistema
mundial comen-
zaron a
revelarse en
los
países
desarrollados,
primero
en
la
principal
economía
capitalista
y
luego en
las restantes.
A
medida
que
la industria
manufacturera
se
trasladaba al
extranjero
y
las industrias
nacionale
perdían
su capacidad
de
modernización
y
se
tornaban
menos
competiti-
vas en el
mercado
internacional,
las
sociedades
desarrolladas
de Occi-
dente vieron caer las tasas de crecimiento económico,surgieron los
pre
blemas
crónicos
en
I¡asbal¡anzas
e
pagos y
aumentaron
el
desempleo
y
la inflación.
f0. Alejandm
Portes
y
John
Walton,
Labor, Clere
¡nd
the Inten¡tion¡I Sy¡tem,
Nueva York,
1981.
11. PaulBaran,LaecononJapolfticedelcrecinipnto,Mé¡ico,
1959;SamirAnin,t¡acumulacil¡
¡
esl,¡
mu¡di¡|, Mérico,
1974;
Arghiri
Enmanuel,
B
interc¡nbio deaigu¡|,
Méúco,
1972.
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
11/25
guerras
internacionales
de
gran
envergadura.
Aunque el
costo
de
jantes
iniciativas
no minó
seriamente
la
hegemonía
política
e ideol
del
capital en Estados
Unidos, cada
una agravó significativamen
problemas
económicos
derivados
del
traslado
de
Ia industria
prod
al
exterior.
Actualmente,
es
el legado
de
ese
proceso
económico
e
está
generando
os
problemas
sociales
y politicos
más
severos en
lo
ses
desarrollados de
Occidente. Por su
parte,
el movimiento
sindi
visto
disminuido
el
número
de
sus activistas
y
menguado
seriamepoder económicoy político. En años recientes, los terminos
del co
miso histórico
en la industria
básica
se
han roto
por
completo.
Aunq
movimiento
obrero
en su conjunto no ha reevaluado
aún el compr
de la
posguerra
con el capitalismo,
se
ha
sumado
a
una coalición
d
pos
sociales en
procura
de la
protección
industrial
y
de
políticas
q
centiven
la compra
de
productos
nacionales.
Obviamente,
dichas
cas representan
una amenaza anto
para
los mecanismos
de acumul
capitalista
en el sistema internacional
como
para
la
teoria überal
ventaja comparativa en el comercio mundial sobre la que descan
sistema.
No
obstante,
es
preciso
hacer
notar
que
los
problemas
que
aq
actualmente
a
los
paises
capitalistas desarrollados
surgieron muy l
mente.
Hoy en dia son
más
evidentes,
gracias
a
la mirada
retrosp
que
se ha aguzado
por
las
presiones
sociales
y
políticas
desencade
con el
colapso
del compromiso
entre
el
capital
y
el
trabajo,
y
el est
miento
general
de
la
economia
de
los
países
desarrollados. Durant
muy
dichosas
décadas,
a
viabilidad del
compromiso
con el
movim
obrero, su inevitabilidad, fue endosadapor la opinión pública y ac
con alborozo
por
las
principales
corrientes
teóricas
de las
ciencias
les.
Los estudiosos
reclamaban
Ia
"muerte
a
la
ideologia"
y proscr
la lucha
de clases
en sus teorías sobre
el desarrollo en el mundo m
no
(12) .
12. Ver
Cha¡les
Bergquist, Altcr¡¡tive
Approocbee
to
the
Problen of
Developnent:
A S
¡¡d Annot¡üed Bibüo$aphy,
Du¡ham,
f97E.
J.i*' E 9*¿-a' -
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
12/25
I
i
t,
t
I
I
ggerTa
en
los
países
más
importantes
de
la región.
Sin embargo, esta
ievaluación
no
ha conducido
aún
a una
revisión
teórica
de
las nociones
tradicionales
acerca
del
papel
que
desempeña
el
movimiento
obrero
en
la histc¡ria
del
siglo
XX
(f4).
Los
latinoamericanistas
hemos
desconocido
la
importancia
historica
del
movimiento
obrero,
en
Sran
parte
porque
la
hemos
buscado
en un
lugar equivocado.
Hemos
aplicado,
de
manera
acrítica,
enfoques
mar-
xistas
y
liberales
ortodoxos
a
la
historia
del
movimiento
obrero'
que
son
-ar upropiados para el desarrollo histórico de las sociedadescentrales
del
sistema
capitalista
mundial.
Hemos
aceptado
una
dicotomÍa
en
los
estudios
sobre
la
clase
trabajadora,
que
planteaba
una
serie
de
suposi-
ciones
radicalmente
distintas
acerca
del
comportamiento
social
y
las ac-
titudes
políticas
de
los obreros
rurales,
eonsiderados
comúnmente
eomo
"campésinos
tradicionales",
y
para
los obreros
industriales,
el
"proleta-
riado
moderno".
De
esta
¡nanera
se separaba
conceptualmente
y
se
ex-
cluía
a
los
trabajadores
rurales
del "movimiento
obrero";
los
trabqiade
res urbanos -artesanos y proletarios de la industria manufacturera- se
convirtieron
en
el
objeto de
la
historia del
sindicalismo.
Sin
embargo,
la
torpeza
de
dicha dicotomía
aplicada
a
los estudios
latinoamericanos
era
evidente
para
muchos.
¿Cómo
clasificar,
por
ejemplo,
a
los
trabajadores
de
los complejos
azucareros
urales
de
Cuba?
¿O
a
los
mineros
de
la sie-
rra del
Peru,
quienes
entraban
y
salían
de
la
agricultura
tradicional?
Solo
si
se áeja
de
lado
esta
dicotomia
conceptual
tan artificial
en el
enfoque
de
la historia
obrera
de
los
países
periféricos
y
se
remplace
por
una nuevacategorla de
análisis,
empezará
a
manifestarse
plenamente
el
13. Ibomas
E,
Skidmore,
"Workers
and
Soldierg:
Urba¡
I¡bor
Movementg
and
Elite f,esponses
inTrrentieth4entury
tatin
Am€rbs",
en
Virginia Bemha¡d
(ed.)
Elit¿¡,
Ma¡¡e¡
¡¡d
Moder'
niz¡Étron
n Lrti¡
Anc¡tc¡.
l860'l$m'
Austin'
l9?9.
f4. Hobaú
Spalding
(Véage
l¡ noüo
?l; Peter
Winn,
"Oral
lfistory
and
tbe factory
Study:
New
Approachea
to l¡bor History",
y
charles
Bergquist,
"wht
is
Beiag
Done? some
Becent
Sh¡dies
of
the
Urban
Worli¡g Cta¡s
and
Orga¡ized
f¿bor
in
l¡tin
A¡oerica",
en
l¡tin
Aneri'
c¡¡
Bce¡¡cü
B¿vicv,
Vol.
16,
No.
l,
1980;Vol.
14, No.
2,
1979;Vol'
16,
No'
2,
1981'
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
13/25
L
I
$
I
mientos obreros
nacionales
de
la región. A mediados de siglo,
antes
en
países
como Chile
y
México,
esa
trayectoria
ya
se
habi
cionalizado
dentro
de
los sindicatos
y partidos
del
movimiento
dentro
del
patrón
de
las relaciones
laborales sancionadas
por
el
En
la
mayoría
de
paises,
siendo Cuba una
notable excepción,
a
ria de
los movimientos
obreros
nacionales,
establecida a
med
siglo,
persiste
hasta
nuestros dlas. De ahí
que
el
destino
de
l
obreras de
la
primera
mitad de siglo
haya influido
profundame
patrón mediante el cual sus sucesores de la posguerra han af
vida
política
e
institucional de
Ios
diferentes
Estados
naciona
región.
Resulta
fácil demostrar
lia
validez
de estas aseveraciones
en
lógicos,
pero
aún
requiere ser confirmada
por
medio
de
estudio
cos detallados.
Los
economistas
estructurales
latinoamericano
traron ampliamente
Ia
enorme
importancia del
sector e:rportad
salud
económica
y
el desarrollo
capitalista
en
la
periferia
latino
na a partir de 1880.Dicho sector ofrecía las mejores oportunida
la
acumulación
de capital.
Determinaba
el volumen
de entrad
sas
y,
por
ende,
la
capacidad
de una
economíacualquiera
para
la imporüaciónde
bienes
manufacturados,
capital
y
tecnología.
ba,
directa
o indirectamente,
el
gn¡eso
de
los ingresos
tributario
namentales
y,
por
consiguiente,
su influencia
era decisiva
en
miento
y
el
poder
del
Estado.
Esta
importancia de
gran
magnitu
longó incluso
hasta el
período
de
industrialización en
gran
escal
por
algunos
países
de
América
Latina a
mediados del siglo
XX
veer divisas vitales, el sector exportador creaba condiciones
industrialización
por
sustitución
de
importaciones,
en
remplaz
industria de
bienes de capital.
Obviamente,
no
existían dos
economías
exportadoras
igual
cesidades
tecnológicas, de capital
y
de fuerza de
trabqio. Alg
mostraron ser
más vulnerables
que
otras
a
las fluctuaciones del
internacional. En algunas,
los medios
de
producción
eran de
p
extranjera,
altamente
concentrada;
en otras,
la
propiedad
era
n
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
14/25
zac n
de
la división
internacional
del
trabqio
entre
1930
y
1945.
Por
último,
mostraron
cómo
estas
diferencias
estructurales
continuaron
incidiendo
en
el éxito
de
la industrialización
nacional
dentro
del
marco de
la división
internacional
del
trabaio,
ya
modificada,
que
se
coru¡olidó
en
la
posgUe-
rra.
Resulta
claro
que
este
tipo de
análisis
histÓrico
estructural
puede
convertirse
fácihénte
en un
análisis
economista.
Al
estudiar
el desarre
llo económicoseparándolode las fuerzas humanas
que
tda
transforma-
ción
material
desencadena
clases
sociales,
deas, partidos políticos-,
los economistas
estructurales
latinoamericanos
no
solo
tendieron
a
sim-
plificar
en demasía
el
proceso,
sino
que
también,
en últimas,
fueron
in-
"upr"""
de
explicar
adecuadamente
el
problema
que
s9
habian
propues-
to
resolver:
por
qué
algUnas
sociedades
latinoamericanas
alcanzaron
más éxito
que
otras
en
el
logxo de
su desarrollo
económico
a
medida
que
el siglo
XX avanzaba
15).
L]as
dificultades
que
los
economistas
estructurales
encontraron
aI
explicar el desarrollo económico de la Argentina mderna constituyen
ntta
prueUa
fehaciente
de
lo anterior.
Según
sus
análisis,
la economía
ugró*pottadora
de
ganado
y
cereales
que
surgió
en-Argentina
desde
fégO
fu}
extraordinariamente
propicia
para
el desarrollo
económico
na-
15. He
ercluido
de
esta
discusión
los influyentes
estudios
de
loe economistas
neomanistas
nor-
teamericanos
paul
Bara¡,
Tbe
Political
Econony
of Grwth,
Nueva
York,
196?,
y
And¡é
Gun-
der
Frank,
Capitalieio
y
eubde¡¡¡ollo
en
Amdrica
Lctina,
Méico,
19?8,
que
surgleron
por.la
misrna época qo"
"qo"ú*
de los economi.stasegtructu¡ales. Estos autores, con razón, insis-
tían en
ta ¿eUiti¿a¿
congÉnita
del
capitaliono
periférico e hicieton
contribucionee
fundamen-
tales a
la comprensión
de
los
mecanismos
a
través
de
los
cuales
el erc€dente
es eúrafdo
de
las
sociedades
pe-riféricas
y
canalizado
hacia el
centro
indugt¡ial
del
sisteDa
mundial.
Pero
en
su
pr.o"op""id"
pot
a"-órt"at
el
fracaso
del
degarrollo
capitalista
en Anérica
Latina
y
su
i¡sis-
L"cia
mec¿"¡ca
en
la
ineütabüdad
de
la
revolución
socialists,
demoetra¡on
8er
no meDos
eco-
oo-¡"t
t
y
detcrministaa
que
los
egfucturales.
Al
negar
las
oportunidades
de
¿.otroUo
a""t
o Aa
capiüüsDo
l¿tinoamericano,
loe
neomanigtas
fueton
ircapacee
de d8¡
cuenta
de
la complejida-d
y
diversidad
de
la historia
l¡tinoamericana,
de
tal
ma¡rera
que
sus
trabajos
son
de
poca
uülided
en
el estr¡dio
de
esas
sociedades'
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
15/25
,
nifestaron
a
mediados
de siglo. Tal como
verem
llo
de
Argentina solo está indirectamente relac
de
exporüación;es
una
crisis
que
debe
ser
comp
en
términos
de
un
movimiento
obrero
podero
estructura
que,
desde 1945,
ha
obstaculizado e
capitalismo argentino
y
ha obligado
a
los
grup
por
la
borda, una
y
otravez,los
principios
liberal
Aunque el estructuralismo
latinoamericano
inadecuadopara esclarecerel desarrollo econó
nistró herramientas
conceptuales fundamenta
combinarse con
las
premisas
marxistas
tradicio
desempeña
a
lucha
de clases en el cambio
hist
confrontación entre capital
y
trabqjo
en
la
era
m
tas
se convierten en un
poderoso
respaldo
par
desarrollo
económico
de América Latina, sino
moderna.
En primer lugar, los economistas estructural
la
abrumadora
importancia
de
los trabajadores
el conjunto de
la
clase
trabqiadora latinoamerica
pietarios
de
los medios
de
producción
en
el se
trab4iadores
poseían
un enortne
poder
económi
da entre
ambas
clases sociales constituye
un
te
I¡atinoamericana
e
principios
de siglo
y
tuvo
gra
de
cambio económico
y político que
se
fue crist
glo.
En segundo
ugar,
al señalar
las
variables
q
miento
económico,
os estructuralistas,
sin
not
de
factores
que
alentaban
o inhibían el
desarroll
cia
y
la organización
de
la
clase trab4jadora.
En
mo
se conjugaban una
variedad
de
factores.
La
l
las
condiciones climáticas
no
solo afectaron e
vinculos
sociales
y
culturales entre
los
trabdad
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
16/25
identificaron r p amente como enemigo de clase a un trust nternac e
nal
que
manipulaba
al
gobierno
a su antojo. La
intensidad del capital
y
la
sofisticación
tecnológica de
la
producción y
el
procesamiento
del
sector
exporüador
nfluyeron en
l¡a
organización de
los trabqiadores
y
ayudaron
a determinar el
tamaño, la
concentración,
la
calificación
y
el
nivel
sala-
rial
de
la
fuerza de
trabajo. En
Colombia,
por
ejemplo,
las módicas nece-
sidades de
capital
y
la
simplicidad de
las tecnicas
de
producción
emplea-
das en el cultivo
y
pr@esamiento
del café
les
permitió
hasta hace
poco
a
los pequeñosproductorescompetir exitosamente con los grandes capita-
listas
cafeteros
y
mantener
un
control significativo sobre
los medios
de
producción y
el
proceso
de
trabqio.
La
mayor o menor
dependencia
de
la
producción
exporüadora
y
los
salarios ante
los
ciclos de
temporada o las
fluctuaciones de
la
demanda
y
los
precios
internacionales no
solo afecta-
ba seriamente el bienestar
material
de
los obreros, sino
que
moldeaba
su
sentido de
justicia
y
la
racionalidad
de
las relaciones sociales
que
los
rodeaban. Tales condiciones, fueron
las
que
sentaron
las
bases
para
Ia
organización de
la
clase obrera cubana del
sector
azucarero.
Todas estas
variables afectaban la capacidad del capital para controlar y "discipü-
nar"
a
la
fuerza
de trab4jo, aprovechando a
los
desempleados
y
trabaja-
dores
marginales
dentro
y
fuera
del sector exporüador,durante
los
perío
dos de
militancia
sindical. Así,
resultaba fácil
para
la
administración
de
las
plantas
empacadorasde carne del
gran
Buenos Aires
remplaz¿¡
¿
les
obreros en
huelga,
puesto que
había oleadasde
inmierantes
y
trabajado-
res
subempleados
disponibles
para
ocupar
los empleos no calificados.
Por último,
la
composición
étnica
y
la nacionaüdad
de
los obreros
del
sector exportador afectaban sus esfuerzospor lograr la unidad interna
como clase
y
determinaban en
gran
medida
su
capacidad
para
conciliar
los
sentimientos
nacionalistas
y
patrióticos
con sus
percepciones
de cl¡ase
en el
marco
de una
lucha
colectiva
por
mejorar
sus vidas.
El
nacionalismo
también influyó considerablemente
en
la relación
que
mediaba
entre
los obreros
del sector
exportador
y
el
resto
de
los tra-
bajadores
y
otros
grupos
sociales. En aquellos
lugares
donde
la
produc-
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
17/25
roso.
Donde
las
condiciones estructurales se invertían, esto
es, don
producción
exportadora comprometia capital
nacional
y
fuerza de
tra
extranjera o
al
menos
étnicamente distinta, era
más
fácil inculcar
s
mientos
patrióticos
y
nacionalistas
en contra
de
los trabqjadores.
E
les
casos, cuyo ejemplo más extremo
es el de Argentina,
y
hasta
ci
punto
el
de
todas las
economías exportadoras de América
Latina d
el capital era
mayoritariamente
nacional, la
dicotomía entre clases
y
cionalidad presente en el sector exportador se invirtió al nivel an
del sistema
internacional;
y
la
posibilidad
de alianzas anticapitali
entre
los trabajadores
del sector exporüador
y
otros
gxupos
y
clase
ciales se
redqjo
apreciablemente. Dichas
aüanzas
se hacían
aún
improbables
si
la
economía de exportación fomentaba
directamen
desarrollo económiconacional.
Sin
embargo,
de
todas
estas características
estructurales, las ne
dades de capital
para
la
producción
exportadora eran las
que
prima
Allí donde las necesidadeseran altas, el capital extranjero resultab
vorecido sobre el
capital
nacional
en la lucha
por
el control
de
los
me
de
producción,
las relaciones
eapitalistas de
producción
tendian
a
pr
minar
sobre
las
precapitalistas
y
las
unidades
de
producción
conce
das
prevalecían por
lo
común sobre
las
dispersas. Por ende,
las
varia
estructurales
que
definen
las
economíasde exporüacióne influyen
e
capacidad
para promover
el
desarrollo económico tienden
a combin
en forma normativa.
Y dado
que
esas
mismas
variables
estructur
condicionan
la
organización
de
la
clase obrera
en el sector exporta
las alianzas de clase entre estos obreros y otros g¡upos, casi siempr
fluyen en el
desarrollo de
los
diferentes
movimientos
obreros
nacio
de
manera
predecible.
Así
pues,
condiciones estructurales
como
Ia
piedad
extranjera
y
la
producción
concentrada,
que
favorecen
el
des
llo
de una autonomia cultural obrera
y
de
organizaciones
sindicales
capitalistas entre
los
trabajadores
del sector exportador, tienden,
vez, a
inhibir
el desarrollo vigoroso
de
Ia
economía
nacional.
Y
el
fra
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
18/25
cual
el
potencial
para
un desarrollo
económico
vigoroso sea
inversamen-
te
proporcional
al
existente
para
la organización
sindical
y
la
fuerza
de
la
izquierda
marxista.
Las
economlas de
exportación,
cuyas
características
estructurales
las tornan
menos dóneas
para
estimular
el crecimiento
y
la
diversificación
económica
nacionales, se
encontraúan
a
la izquierda del
continuo;
a
la derecha
se situarlan
aquellas
que
tienden a
fomentar
el
desanollo
económico
nacional. Un
país,
cuya economia
de
exportación
lo
empde
hacia
la izquierda del
continuo, debería
presentar
también un
movimiento obrero anticapitalista e históricamente fuerte; pero el gue se
halle ala
derecha
tendrla un
movimiento
históricamente débil
e
ideolóÉ
camente
dependiente.
Dicho
de
otra
manera,
los
países
ubicados
por
su
economía
de
exportación
a
la izquierda del
continuo,
poseerán
una
iz-
quierda
política
fuerte
y
sus
posibilidades
de transformación
socialista
serán
más
grandes.
Este
crudo conjunto
de
relaciones
y
predicciones
parece
tener, en
efecto,
bastante
poder
explicativo.
Los
lectores familia-
rizados con
la historia de
los
principales
países
de América
Latina
reco-
nocerán que Cuba, Chile, Bolivia y Venezuela,
y quizá
México
(16),
se
encuentran
históricamente
a
la izquierda del
continuo,
mientras que
Argentina,
Uruguay,
Brasil
y
Colombia
se
hallan
a
la
derecha.
El anterior
ejercicio
es útil
como un
primer paso
del análisis.
Sin
embargo,
por
varias
razones oculta
tanto como
revela
acerca
de
los movi-
mientos obreros
de América
Latina
y
su
influencia
en el desarrollo
de sus
respectivos
países.
En
primer
lugar, a
pesar
de
que
las variables estruc-
turales
que
definen
las
economías
de
exportaciÓn
ienden a agxuparse,
dicho
agnrpamiento
no es absoluto
en
el
mundo
real.
Por
ejemplo,
la
propiedad extranjera y los altos requerimientos de capital y tecnologia,
factores
intenelacionados
que
obstaculizan
la
acumulación
de
capital
16. Eeta
interpretación
de
la historia
mexica¡¡
no es obyia,
mr¡cho
menoe aceptada
en
general,
pero
véase el eggostivo
enfoque soble
l8
lovoluci¡ln
Me¡ic¡na
de
Frangoia-)kvier
G¡erra,
i.I¿
Révoluüon
mé¡ic¡ine:
D'¡bord une
évolution
miniére?",
en A¡n¡le¡
E.S.C., No.
36,
sep.-oct.
l98l,
pp.
?8ffi1{. Vuelvo
a
tonar erte
punto
en
la
Co¡clusión.
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
19/25
t
I
nacional. La economía cafetera co om ana se aproxima ast
patrón.
En segundo
lugar,
una
economía
de
exporüación
puede
racterísticas especiales de
tan
abrumadora
imporüancia,
qu
cia
previsible
de
su impacto en el desarrollo
económico
y
el
obrero, aunque siempre latente,
se ve continuamente super
nomia
petrolera
venezoliana
lustra
bastante bien
lo
anterio
nos de
Ia mayoría
de
las variables mencionadas
antes, dicha
asemejabastante a la del salitre y el cobre de Chile. Sin emla
rencia
de
las
exportaciones
mineras
de Chile, cuya demanda
cio a
nivel internacional han fluctuado
intensamente
y
por
lo
declinado en el
trascurso
de
este siglo, el
precio
de
las ex
petroleras
de Venezuela aumentaron,
hasta hace
poco,
en
casi
geométrica.
Inicialmente,
el
movimiento
obrero venez
sarrolló
bajo
un
liderazgo mamista
y pronto
cimentó una am
antimperialista
con
otros
gnrpos
sociales. No
obstante, los
vieron truncados después de 1945,
y
nuevamente
a comienz
cada de los sesentas, por reformistas liberales que despu
apreciables concesiones
de
las
compañías
petroleras,
las
util
asegurar
y
preservar
el compromiso con el
movimiento
sin
implantar
significativas
reformas
sociales.
Finalmente, el
hecho
más importante radica en
gue
las
d
dependientes
derivadas de
la estructura de exporüación
-el
para
el desarrollo
económico, de
un
lado,
y
para
la organiza
y
el crecimiento de
la izquierda,
del
otro- interactúan
históri
formas tan complejase inesperadasque de hechopueden lle
tir
la
dirección de
la
conexión causal
inicial, transformando
independiente en
una
variable dependiente. La
sutil
y
co
trágica
ironía
de desarrollos
históricos tan
paradójicos
sol
apreciada
plenamente
dentro
del
marco
de un análisis
histó
do.
I
r
I
I
?
t
I
i
I
I
f
I
t,
i
{
t
1
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
20/25
sarrollos
anteriores
a
1930,
mienlras que os e ca os a rgen na,
verreruela
v
cotom¡ia
"rt*utr
el
período
que
va
hasta
mediados
de
si-
glo.
"--
Los
análisis
sobre
Colombia
y
Argentina
son
más
extensos
que
los de
chile
y
venezuela.
Esto
no
refleja
principalmente
consideraciones
de-
mográficas,
"orqr"
Argentina
y
boiombia,
cuyas
poblaciones respecti-
'aJen
lg83
eran
de
aproximadamente
28
millones
de
habitant€s,
son
-ár
o
menos
dos
veces-más
grandes
que
Chile,
con
12
millones,
y
Vene-
,""fu, con lG millones. La piofundidad en el tratamiento refleja
primor-
áiur*""t"
el
estado
de
la
üteratura
existente
sobre
los
cuatro
países' La
historia
sindical
de
Ñgentina
y
Colombia
poca
atención
e
ha
prestado
al
sector
de
la clase
obreia
qrr"
ré
destaca
en
este
estudio:
los
trabajadores
de
la
producción
y
las
plantas
de
procesamiento
del
sector
exporüador'
Más
aún,
Ia
historiogruhu
g""""1áe
Argentina
y
Colombi¿
ha eludido
la
iÁp.tt"""ia
de
los
oir".o,
d"l
sector
exportador
en
la.evolución
del
mo-
vimiento
obrero
y
la
historia
nacional.
Por
el
contrario,
en
los estudios
históricos
chilenos,
y
recientemente
en
los venezolanos,
se
ha
prestado
una corrsiderableaténciOna los trabajadores del sector exportador y -se
ha
reconoci¿o
"*pfia-ente
su
influentia
en
el
curso
de
la
vida
nacional'
AI
centrar
mi
investigación
en
los
cuatro
países'
agrupándolos
por
pur"ju"
para
darles
un
tráhmiento
comparativo
y
secuencial,
he
tratado
á"
it
rrt*t
el
poder
y
el alcance
de
la
estructura
interpretativa
esbozada
en
este
capítulo
intróductorio.
En
aspectos
mportantes,
Chile
y
Argenti-
,rr re apoiiman
a
tipos
pol¡ares
dentio
del
contexto
latinoamericano'
Esto
es
válido
tanto
ett
ló
qué
respecta
a
las
estructuras
de
exportación'
como'
hastahace
poco,
a hLvolución
política
del
siglo
XX.
El
Chile,
cuya
eco-
"á"riu "*poitudora
de salitre y cobre ha pertenecido al capital extranje-
ro,
el
movimiento
sindical
evolucionó
bajo
la dirigencia
y
la
ideología
márxistas.
La
izquierda
pasó
a
ser
Ia
más
poderosa
de
América
Latina'
Por
el
contrario,
en
Argentina,
cuya
economía
aSroexportadora
ha
perte-
,recido
al
capital
áomé-stico,
el
movimiento
sindical
tomó
una
dirección
corporativista,
tanto
en
los
niveles
directivos
como
en
la ideología,
y
la
d¿bil
izquierda
fue
eclipsada
por
el
nacionalismo
popular
y
derecNsta
de
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
21/25
parte
por
razones diferentes,
a un atolladero
social y político que fu
"resuelto",
aI
menos
temporalmente,
mediante
la imposición de
regí
menes
militares auto¡itarios,
la represión
del
movimiento
sindical
y
I
adopción
de
politicas
económicas
iberales
neoclásicas.
Existe un
fuert
elemento
de
convergencia
en
estos desarrollos.
Tal
y
como Guillerm
O'Donell
(1?) y
otros
lo han
demostrado,
os
países
más
Srandes
y
des
rrollados de América
Latina
han venido
enfrentando
desde
los
años
cin
cuentas
y
sesentasuna
serie de
problemas
económicos
y políticos
comu
nes, generadospor el agotamiento de la etapa "fácil" de la industriaü
zacibnpor
sustitución
de
imporüaciones.
Sin
embargo,
el
énfasis en
lo
mecanismos de
convergencia
contemporánea
no
debe
ocultar
el
legad
de una
continua
divergencia
histórica. Dicha
divergencia
ayuda
a
expü
car
las enormes.diferencias
en
cuanto a
éxito
y
funcionamiento
de
lo
regimenes autoritarios
en ambos
países y
ha influido decisivamente
e
el curso
de
sus transformaciones
actuales.
Las
economías
de
exporüación
de
Venezuela
y
Colombia
divergen
e
la misma dirección
que
}as de Chile
y
Argentina,
pero
cada una
revist
caracteústicasespecialesque atemperan y complican su influencia en e
movimiento
sindical
y
en
la
evoluciÓn
económica
y
politica.
Por
lo tanto
en un
continuo
definido
por
|a estructura
de
exporüación
y
por
la
evolu
ción
politica
del
siglo
XX, Chile
y
Argentina
tienden
hacia los
polos,
e
tanto
que
Venezuela
y
Colombia
se encuentran
más
hacia el centro, aun
que
en
lados
opuestos.
La economía
petrolera
venezolana,
de
propieda
extranjera,
ha experimentado
un crecimiento
estable,
contrariamente
otras economías
de
exportación
minera, especialmente
la
de Chile,
desdesus comienzos,en las primeras décadasde este siglo, ha
generad
ingresos c davez
urayores al
gobierno.
La
economía
cafetera
de Colom
bia, de
propiedad
nacional,
ha
presentado,
a üferencia
de
las otras
ec
nomías
agroexportadoras
latinoamericanas,
incluida
la de Argentina
1?. Véase Mi¡derniz¡cih
y
¡utoritrri¡no,
citado en
la
¡ota número 6.
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
22/25
. ,
minaron
de
esra
-;;;;;;"aiua*
áet
risl,o
en
ambos
países tuvieron
profundas
i-pticaJoi"t
putu
el
futuro'
En
ambos
países
desembocaron
en
movimie"tr,
;;;;;-org."iruao"
"ott
reivindicaciones
primordial-
mente
económicas,
sin
los
compronusos
poüticos dg
izquierda
o de
dere-
cha
de
Ios
movimiJ"ár
"i"¿i"ates
de
C-hile
y
Argentina'
La
debilidad
de
la
izquierdu
"r,
u.,to,
p"i,"",
más
extremada
en
Colombia
que
en
Vene-
zuela,
ha
contrib"iJá
-f,i"¿"-entalmente
al
mantenimiento
de
regíme-
,r""
Uf"tufes
desarrollistas
relativamente
amplios
en
la
posg'e''a'
Los
marxistas
ya
habrán
notado
que
al
igporar
en
glal
medida
al
pre
Ierariado
industriil];;ñ;i.u¿i"io"ut
para
el anáüsis
de
la
historira
del
movimiento
oúleiá
tuii"o.-ericano,
só
m"
podria
acusar
de
haber
arrojado
de
la
bañera
al
bebé
unto
con
"i
uguu'
A
lo
largo
de
la discusión
sobre
Ia estructura
de
exportación
poco he
mencionado
Lacaracteústica
quizámás imporü;tt Ñ" distingue una economía
de
exportaciÓn
de
otra,
a
saber,
f"
"*irt""iia
o
no dé
relaciones
capitaüstas de producción
totalmente
desarrolladas
y
la existencia
o
no
de
trabajadores
asalariados
libres.
y
lo
he
hecho
no
porque
considere
que
este
aspecto
carece^de
importanciu,
,irro
páiqfoá
""riu
destacar
un
-punto
de
peso
que
con
fre-
cuencia
es
obviadJ;;;
1u
Éirto¡u
sindical
latinoamericana
de
tendencia
mandsta
ortodoxa.
Los
marxistas
latinoamericanos,
muchos
de
ellos
activistas
sindicales
ypolíticosafiliadosalospartidoscomunistas,hanescritomuchos,yal-
gunos de los -"¡oi"r.óiudios sobre la historia del movimiento obrero'
A
diferencia
de
sus
colegas
del
mundo
académico,
estos
activistas
mili-
tantes
jamás p"rJi"-tt Je
vista
la
relevancia
del
conflicto
de
clases
y
la
importancia
histórica
del
movimiento
obrero.
Más
aún,
y
de
nuevo
a
di-
ferencia
de
sus
""flg"t
académicos,
muchos
de
ellos
reconocieron
ntui-
tivamente
fu
i-pá.tI"cia
que
tienen
los
trabaiadoresdel
sector
exporta-
dor
para
"t ",rrrfiáI-*Ññi""to
obrero
y
el
desarrollo
histórico
de
sus
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
23/25
marx sta en a organ zac n e ,
movimientos
obróros
nacionales
y
en
su
influencia
sobre
el
curso
de
la
historia
nacional.
Ello
ha obedecido
er¡,parüe
a
la
carencia
de un
enfoque
comparativo
en
sus
trabaios,
una
especie
de
tara
ocupacional
en
la
que
incurren
los
organizadores
y
activistas,
que
dependen
de
conceptos
ana-
líticos
desarrollad6¡
por
otros
y,
en
esüe
caso'
por
individuos
qienos
a
su
ptopiur
sociedades.
Los
activistas
trabaiaban
con
la
noción
simplista
del
'*uoi"-o
ortodoxo
de
que
el
capitalismo
engendra
un
proletariado
gue'
bajo la dirección del partido comunista, adquiere Sradualmente la con
ciéncia
necesaria
pata
d.tto"ar
a
sus
opresores
capitalistas
y
asi
estable-
cer un
orden
socialista.
Cuando
dichos
desarollos
parecían
ger
confir-
-uao"
por
el curso
de
la
historia
nacional,
como
en
el
caso
de Chile,
lo
marxistas
ortodoxos
se
felicitaban,
satisfechos
y
sin
asomo
de
sentid
crítico.
cuando
los acontecimientos
no se adecuaban
a
dichas
prediccie
nes, como
en
Argentina,
los
mamistas
tendlan
a
atribuir
el fracaso
a
l
tactica
y
a
la diriiencia,
a
las conspiraciones
de
la clase
dominante
o a
l
ióot"ti"iu
de h
óhse
obteta.
No
exist'e
ningún
otro
tipo de
actitud
posi
ble si el aspecto principal para determinar la trayectoria de los movi-
mientos
obieros
dó
Am¿¡ca
Latina
es
la existencia
de
relaciones
capita
listas
de
producción.
Sin
embargo,
de
hecho
tales
relaciones
se
han de
sarroiladó
más
en
Argentina
que
en Chile
a
lo largo
de
este
siglo.
Como
veremos,
páÉiculsrrnente en
el
caso
de Colombia,
las relacio
nes sociales
de
producción
en una
economía
de
exportación
son funda
mentales
para
eianÉüisis
de
la historia
del
movimiento
obrero
y
del
pape
desempeiado
por
la izquierda
en
América
I¿tina.
No
obstante,
dada
l
existericiadel t-rabqioasalariado ibre, son las diferencias en la estructu
ra
de
exportación
las
que
mejor
explican
la extraordinaria
disparidad
d
18. I¡g
trsbqios
de
Elfas
l,8ferüe,
vtd¡ de
u¡
comunbt¡,
santi¡8o'
1961; Joeó
Peter,
Hl¡tori¡
Lr"U."
¿"
oUn"-"
de
b cure,
Buenos
Ai¡es,
194?; Joeé
Peter,
Cbfufo.s
prolota¡i¡l'
Bueno
^li""r,
fS68,
y
Xodolfo
Quintero,
La
cultura
del
peü,d|leo,
h'
9:,
19f6' son
ejemplo
relevrntes
áé
e*os
bistoriadore¡
sindicales'
En
capttuloe
gubsiSrrientea
son
tratodoo
máe e
detalle.
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
24/25
e-¿ti"u
Latina
del siglo XX. Al situar al mov m ento o rero en e cen ro
del
análisis
histórico,
el
estudio
suscita
interrogantes
conceptuales
y
metodológicos
importantes
para
Ia interpretación
49
la
historia
moderna
de
otras
"ociedades,
ncluso
las del
mundo
desarrollado'
La construcción
de
modelos
abstractos
del
tipo
que
se
ha
planteado
en
este
capitulo
puede
arudar
a
orientar
la
investigación
y
a
proveer
a
los historiadores
de
elementos
que
les
permitan
seleccionar
casos
de
estudio
apropiados
para
los análisis
comparativos.
sin
embargo,
la cons-
trucción áe modelospor si sola resulta ser un ejercicio puramente mecá-
nico, abstraido
artificialmente
de
la vida
Y,
Por
ende,
incapaz
de
alcanzar
y
conmover
a
su
temática
humana.
Con
razbnlos
historiadores
se
impacientan
ante
modelos
como
éstos
porque,
más
que
la
mayoría
de los
científicos
sociales,
aprenden
por
medio del
entrenamiento
y
la experiencia
a
apreciar
la compleiidad
y
el
desorden
de
la
realidad
y
el cambio
sociales.
Los
científicos
sociales
aprenden
a
cortar
la vida
social
en
porciones
fáciles
de
manejar.y
a
espe-
ciiicar
de
la manera
más
precisa
cómo
varios
factores
se
combinan
para
influir en ella por medio áe patrones construidos. Por el contrgrio, Ios
historiadores
comparten
más
plenamente la convicción
de
que
tales
frag-
mentos
no
pueden
ser
comprendidos
por
sepafado.
1
diferencia
es'
por
supuesto,
una
cuestión
de
Sirado,
pero
conduce
a
tradiciones
metodolÓgi-
".,
bi"n
distintas.
Los
historiadores
han desarrollado
métodos
de
análi-
sis
y
modalidades
de
exposición
que,
aunque
imperfectos,
deberian
ser
entóndidos
como
respuestas
a
la magnitud
de
la
labor
comprensiva
que
se,,han
mpuesto.
Los
historiadores
tratan
de
mantener
la experiencia
humaná cóncreta como centro de sus análisis, compromiso
que
expüca
,.,
."uá."rrcia
por
las fuentes
primarias
en
los estudios
monográficosy su
confianza
en el
método
historiográfico
para
realizar
trabajos
interpretati-
*.
g"rr"rules.
Tal
método,
usado
extensivamente
en
este
estudio
com-
p.ratirro,
toma
como
punto
de
partida
no las exiSlencias
imétricas
abso-
iutat d" un
modelo,
en
ptocuta
de
confirmarlas
con
datos
históricos,
sino
más bien
el dominio
crílico
del
conjunto
de
la literatura
histórica,
escrita
sobre
un
lugar
y
un
tiempo
dados.
Los
historiadores
intentan
escribir
de
8/17/2019 bergquist_2015-10-08-903
25/25
car, en
términos accesiblesa todos, estos aspectoshistoriográficos, muy
diferentes
entre sí,
por
medio de énfasis
común en
la experiencia
huma-
na
de
los trabajadores del
sector exportador.