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VIII. El desarrollo de la cultura RuTH BENEDICT Tooos los libros con títulos tales como Progreso, o La historia de la civilización, o El crecimiento de Jos Estados U nidos, o Finanzas mo- dernas, o La guerra moderna son libros acerca de algún aspecto del des- arrollo cultural. Cuando hablamos de esos temas, son partes de esta gran historia, ya sea que hablemos acerca de la antigua Grecia o del. Iowa contemporáneo. Aun cuando leemos que los romanos destruyero1? a los griegos o que los godos destruyeron Roma, tomamos conoci- miento de un desarrollo cultural. La destrucción y el desarroJJo van juntos. Al crecer la cultura, también destruye, y al destruir aparecen · nuevos desarrollas.. La historia de la raza humana es un maravilloso relato del progreso. Los arqueólogos nos dicen que durante miles de años los fa- bricaron los mismos utensilios de pedernal golpeando unas piedras con otras, se abrigaron en cavernas y se cubrieron con pieles para darse calor. Solamente unas cuantas familias podían vivir en lugares cercanos entre sí, ya que hombre adulto t_enía que jes para obtener alimentos para su mu1er y sus hi1os. No podia smo aceptar los productos de la naturaleza ta.l y los en:ontraba; no tenía modo de incrementarlos. Transcumeron miles de anos para que sus descendientes descubrieran que las plantas podían plantarse, cui- darse y cosecharse o que era posible domesticar a. los ª?-imales. . La raza humana es única entre todas las especies ammales debido al progreso que ha logrado desde aquellos días hasta el Solamente el hombre ha enriquecido constantemente su modo de vida por medio de la invención y el complejo. El fabuloso / cre- cimiento de la cultura es su gran conqmsta, y nmgun otro mamifero ha alcanzado esta clase de progreso. Cuando examinamos el desarro- llo de la cultura en la historia humana, examinamos la base de la preeminencia del hombre Los miembros de la raza humana tienen derecho a ufanarse de una sola cosa: su inagotable capacidad para in- ventar y aprender. Su es co.mo. de ot_ros mamíferos, por medio de la imitación y la expenencia md1vidual, smo el resultado de la experiencia trasmitida a una generación actual por infinidad de ancestros que ya han muerto y desaparecido. El crecimiento de la cultura en la historia del hombre ha creado para ll:! raza humana un medio ambiente artificial muy distinto del que [ 246] DESARROLLO DE LA CULTURA 247 ofrece _la naturaleza. El hombre tomó las gramíneas silvestres y w hizo evolucionar para en trigo, cebada y maíz, que eran suficien- temente como para sostener sus grandes ciudades. Aun los pueblos prumtivos que no tenían escritura ni escuelas hicieron en las montañas para sembrar arrozales o trigales . y regarlos el en las regiones donde la lluvia no era suficiente. tribus han inventado herramientas y aprendido cómo fabncar y Han inventado complicadas trampas y nasas. con el fin de la obtención de sus alimentos. Han he- cho mus1cos para agradar a sus sentidos y ejercitado su han ampliado su mundo de contactos humanos y vistos para incluir también a espíritus y dioses a quieneS mvocan en busca de ayuda. Los COMIENZOS HUMANOS Esta larga de la creatividad del hombre en el desarrollo de cultura se miCia remotamente con la primera aparición de la espe- cie Para nosotros el hombre de la Edad de Piedra nos parece culturalmente porque hemos avanzado mucho desde sus Pero él el proceso distintivamente humano de hacer y trasI?ihrlas a sus descendientes por medio de la en- Para mediados la de Piedra, por ejemplo, había domesticado el fuego. Jamás qué sucedió para hacer que algunos hombres o _muieres hicieran uso doméstico por primera vez de esa fuerza destructiva y aterradora. ¿Cuáles fueron las circunstancias que. lo llevaron a hacer hervir el agua sobre el fuego? Difícilmente haber ;isto agua ?irviente en la naturaleza. ¿Y cómo descu- brieron que podian producir fuego a su antojo frotando dos trozos de made.ra? De cualqmer modo, por lo menos a mediados de la Edad de en Europa el hombre no solamente había aprendido estos conoc1m1entos; fo.rmaban ya parte de su cultura trasmitida. Aprendió modos de y conservar. el fuego y podía usarlo para calentarse tuviera fn? y para cocmar y preservar sus alimentos. Fue una mvención coml?le1a que anticipaba la continua carrera del hombre como un gran mventor. vez más importante fue la gradual itivención del lenguaje. I1:11phcaba este el ordenamiento de las cosas del medio ambiente en diferentes categorías o clases; suponía la creación de verbos para mos- trar cosas podían actuar o recibir la acción. Originalmente también requmó otra cosa: el largo y lento desarrollo de los músculos

Benedict, El Desarrollo de La Cultura, 1975

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  • VIII. El desarrollo de la cultura RuTH BENEDICT

    Tooos los libros con ttulos tales como Progreso, o La historia de la civilizacin, o El crecimiento de Jos Estados U nidos, o Finanzas mo-dernas, o La guerra moderna son libros acerca de algn aspecto del des-arrollo cultural. Cuando hablamos de esos temas, son partes de esta gran historia, ya sea que hablemos acerca de la antigua Grecia o del. Iowa contemporneo. Aun cuando leemos que los romanos destruyero1? a los griegos o que los godos destruyeron Roma, tomamos conoci-miento de un desarrollo cultural. La destruccin y el desarroJJo van juntos. Al crecer la cultura, tambin destruye, y al destruir aparecen nuevos desarrollas.. La historia de la raza humana es un maravilloso relato del progreso. Los arquelogos nos dicen que durante miles de aos los hombr~s fa-bricaron los mismos utensilios de pedernal golpeando unas piedras con otras, se abrigaron en cavernas y se cubrieron con pieles para darse calor. Solamente unas cuantas familias podan vivir en lugares cercanos entre s, ya que c~da hombre adulto t_ena que c~.zar animal~ sa~vajes para obtener alimentos para su mu1er y sus hi1os. No podia smo aceptar los productos de la naturaleza ta.l y co~o los en:ontraba; no tena modo de incrementarlos. Transcumeron miles de anos para que sus descendientes descubrieran que las plantas podan plantarse, cui-darse y cosecharse o que era posible domesticar a. los ?-imales. .

    La raza humana es nica entre todas las especies ammales debido al progreso que ha logrado desde aquellos das hasta el prese~te. Solamente el hombre ha enriquecido constantemente su modo de vida por medio de la invencin y el complejo. aprendi~aje; El fabuloso / cre-cimiento de la cultura es su gran conqmsta, y nmgun otro mamifero ha alcanzado esta clase de progreso. Cuando examinamos el desarro-llo de la cultura en la historia humana, examinamos la base de la preeminencia del hombre Los miembros de la raza humana tienen derecho a ufanarse de una sola cosa: su inagotable capacidad para in-ventar y aprender. Su aprend~zaje ~o es simplem~nte. co.mo. ~1 de ot_ros mamferos, por medio de la imitacin y la expenencia md1vidual, smo el resultado de la experiencia trasmitida a una generacin actual por infinidad de ancestros que ya han muerto y desaparecido.

    El crecimiento de la cultura en la historia del hombre ha creado para ll:! raza humana un medio ambiente artificial muy distinto del que

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    ofrece _la naturaleza. El hombre tom las gramneas silvestres y w hizo evolucionar para ~onvertirlas. en trigo, cebada y maz, que eran suficien-temente produ?ti~s como para sostener sus grandes ciudades. Aun los pueblos prumtivos que no tenan escritura ni escuelas hicieron

    terra~s en las montaas para sembrar arrozales o trigales . y regarlos canahza~do el ~~~ en las regiones donde la lluvia no era suficiente.

    ~s tribus p~mitivas han inventado herramientas y aprendido cmo fabncar cerm~ca y ce~t?s. Han inventado complicadas trampas y nasas. con el fin de f~~1htar la obtencin de sus alimentos. Han he-cho m~~mentos mus1cos para agradar a sus sentidos y ejercitado su ha~1hdad a~esanal, han ampliado su mundo de contactos humanos

    ~onoc1dos y vistos para incluir tambin a espritus y dioses a quieneS mvocan en busca de ayuda.

    Los COMIENZOS HUMANOS

    Esta larga hi~t~ri.a de la creatividad del hombre en el desarrollo de 1~ cultura se miCia remotamente con la primera aparicin de la espe-cie hu~ana. Para nosotros el hombre de la Edad de Piedra nos parece ~aupmmo culturalmente porque hemos avanzado mucho desde sus

    ~iemp~s. Pero l ini~i. el proceso distintivamente humano de hacer m~enc10nes y trasI?ihrlas a sus descendientes por medio de la en-senanz~. Para mediados d~ la E?~d de Piedra, por ejemplo, haba domesticado el fuego. ~adie .s~bra Jams qu sucedi para hacer que algunos hombres o _muieres hicieran uso domstico por primera vez de esa fuerza destructiva y aterradora. Cules fueron las circunstancias que. lo llevaron a hacer hervir el agua sobre el fuego? Difcilmente

    p~dieron haber ;isto agua ?irviente en la naturaleza. Y cmo descu-brieron que podian producir fuego a su antojo frotando dos trozos de made.ra? De cualqmer modo, por lo menos a mediados de la Edad de Pi~d~a en Europa el hombre no solamente haba aprendido estos conoc1m1entos; fo.rmaban ya parte de su cultura trasmitida. Aprendi modos de l?rodu~r y conservar. el fuego y poda usarlo para calentarse

    ~uand~ tuviera fn? y para cocmar y preservar sus alimentos. Fue una mvencin coml?le1a que anticipaba la continua carrera del hombre como un gran mventor.

    Ta~ vez ~un ms importante fue la gradual itivencin del lenguaje. I1:11phcaba este el ordenamiento de las cosas del medio ambiente en diferentes categoras o clases; supona la creacin de verbos para mos-trar ~mo es~s. cosas podan actuar o recibir la accin. Originalmente tambin requm otra cosa: el largo y lento desarrollo de los msculos

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    utilizados en la articulacin verbal. El hombre primitivo de la Edad de Piedra tena msculos linguales menos espeeializados y ciertamente este hecho era un impedimento para su habla. No podemos saber cundo el lenguaje humano se convirti por primera vez en un comple-jo conjunto de smbolos; seguramente fue un prolongado y lento pro-ceso. En nuestros das, sin embargo, no hay tribu primitiva, por pobre que sea en cultura material, que no tenga un lenguaje complicado y un vocabulario cuy:is palabras tengan matices adecuados de significado.

    El hombre de la Edad de Piedra fue notable por su habilidad para hacer implementos de pedernal. Golpeando piedras quebradizas poda dar forma a utensilios y armas. En distintas regiones y periodos fa-bric diferentes utensilios. La forma de stos estaba tan estandarizada que los expertos pueden sealar el periodo y zona de procedencia de la mayora de las piezas trabajadas de pedernal que llegan a los modernos museos. Aunque la persistencia de sus formas a lo largo de muchos siglos nos recuerda el nido caracterstico que un petirrojo o un cuervo construyen inevitablemente, esta homogeneidad depende del aprendi-zaje y no del .instinto. La raza humana, desde aquella temprana poca, tena que trasmitir aun los aspectos ms bsicos de su industria en-seando a cada generacin lo que el hombre poda aprender por medio de la experiencia. Cuando aprenda, poda trasmitir la nueva tcnica.

    El hombre primitivo inici as el proceso de creacin de medios ambientes culturales hechos por el hombre. Debido a que nada queda de sus obras a excepcin de aquellas hechas con materiales no pere-cederos, no sabemos lo que haya inventado en el terreno de la organi-zacin social, las reglas de matrimonio o en la religin y el folklore. Pudo haber sido mucho; pudo haber sido sorprendentemente poco. Lo que sabemos es que con su manejo del fuego, lenguaje e imple-mentos de pedernal, el hombre adopt mtodos nicos de invencin y aprendizaje. Desde aquellos das hasta el presente, la humanidad ha seguido esta senda.

    OBSTCULOS PARA LA ADOPCIN DE NUEVOS RASGOS

    El crecimiento de la cultura no ha sido tan continuo y tan determi-nado, sin embargo, como solemos imaginar al hablar del progreso. Nuestras ideas del progreso son en s mismas invenciones culturales que retratan al inquieto hombre moderno vido de mejoras. En el mundo moderno, en una sola generacin adoptamos y aprendemos a manejar el automvil o el aeroplano, o el telfono, o la radio, o las tcnicas de produccin fabril en masa. No imploramos: "Oh Seor,

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    consrvanos tal y como fueron nuestros padres." Aun en los negocios o el arte, inventamos libremente, ron nues.tros ojos puestos en el futuro y no en el pasado. Llegamos hasta .a crear nuevas regiones y cultos por docenas. Es fcil, por lo tanto, imaginarnos cl progreso humano como si el hombre hubiera siempre abrazado una nueva idea o una nueva invencin y la hubiera adoptado cada vez que la viera.

    La historia est llena de ejemplos de descubrimientos aparente-mente simples que no se adoptaron aun cuando hubieron sido nota-blemente tiles en determinadas culturas. La necesidad no es necesaria-mente la madre de la invencin. En la mayor parte de Europa y Asia los hombres haban adoptado la rueda durante la Edad del Bronce. La usaban en carretas, como polea para levantar pesos y como torno de alfa-rero para. hacer vasijas de arcilla. Pero en ninguna civilizacin preco-lombina de las Amricas fue conocida excepto como juguete. Aun en el Per, donde se construyeron templos inmensos con bloques de piedra que pesaban hasta 10 toneladas, estos enormes pesos eran tmnsportados y colocados en los edificios sin que mediara el uso de la rueda.

    La invencin del cero es otro descubrimiento aparentemente simple que no hicieron los matemticos griegos clsicos o los ingenieros ro-manos. Solamente mediante el uso de algn smbolo para la nada puede usarse el smbolo 1 de tal modo que pueda tener el valor de l o de 10 o de 100 o de 1000. Hace tambin posible que se use un pequ~o nmero de smbolos para representar valores tan diferentes como 129 y 921. Sin esa invencin no es posible sumar o restar las cifras escribindolas unas sobre otras y la multiplicacin y divisin son todava ms difciles. Cuando los romanos trataban de dividir CCCLVIII por XXIV, la dificultad era inmensa. No fueron los egip-cios o los griegos o romanos quienes inventaron el cero, sino los indios mayas de Yucatn. Se sabe que para la poca del nacimiento de Cristo ellos ya tenan un signo para el cero y valores posicionales de los n~ meros. De modo independiente estas invenciones se hicieron en la India de cinco a siete siglos ms tarde. Solo gradualmente se adoptaron en la Europa medieval, donde se conoci como notacin arbiga porque fue introducida all por los rabes.

    No solamente la necesidad no es la inevitable madre de la inven-cin; tampoco es posible suponer que un pueblo adoptar invenciones nuevas o aceptar descubrimientos hechos por otros. La tcnica para fabricar el bronce fue establecida en Europa y Asia un par de miles de aos antes de que se trabajaran los minerales ferrosos, y aun des-pus de que se conocieron las tcnicas para forjar y templar el hierro, durante siglos el bronce conserv la preferencia. Su apariencia era ms bella, aunque no resultaba tan bueno para fabricar herramientas. Sin

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    embargo, el mineral de hierro abunda y no es difcil de extraer, y en pequeas forjas pri~itivas abiertas pueden fabricarse fcil~ente utensilios de hierro, como lo hacen en la actualidad las tribus africanas.

    En el mundo moderno las tribus primitivas suelen continuar con la prctica de algunas viejas y laboriosas costumbres aun cuando han en-trado en contacto con algn otro pueblo primitivo que haya resuelto admirablemente ese mismo problema tcnico. Los chukchee, una tribu de pastores de renos de Siberia oriental, comerciaban con tribus esqui-males que construan chozas de nieve. Estas casas tienen forma he-misfrica y se construyen cortando con cuchillos bloques de nieve firme que se colocan en hileras sucesivas sesgadas hacia adentro hasta que el bloque final en la parte superior sella la cpula. Un solo hombre puede construir una para s mismo en media hora para usarla como refugio, y otras de mayor tamao e interconectadas se construyen como alojamientos de invierno habitables por periodos cortos. Pueden calentarse con lmparas de grasa y conservan el calor para sus habitantes durante los inviernos rticos. Sin embargo, los chukchee se apegaban a sus grandes tiendas de piel, dentro de las cuales levantaban otra tienda de piel de menor tamao para dormir. Todas las maanas era necesario sacudir la escarcha de las pieles, ya que se congela la hume-dad de la respiracin y la transpiracin, y si no se elimina esa escarcha agrietar las pieles. Este diario sacudir de la cubierta de la tienda era un trabajo fsico exhaustivo; adems, el gran bulto era de transporte pesado y estorboso y resultaba una tarea laboriosa eregir las tiendas en un nuevo sitio. Pero los chukchee nunca adoptaron la casa d.e nieve de los esquimales, sin importar los problemas que tuvieran en el clima rtico con sus tiendas de piel. .

    Pero esto tiene otra faceta. Los chukchee pastoreaban renos. Enri-quecan con la cra de estos animales y los uncan a sus trineos. Los esquimales, en cambio, no adoptaron el pastoreo de renos. En el norte del Continente americano, 4onde exista en gran nmero el carib de la tundra y aparentemente poda haber sido domesticado como lo fue el reno siberiano, no tuvo lugar ninguna domesticacin. Ni los esqui-males ni los indios americanos imitaron este rasgo, aun cuando muchas otras invenciones culturales llegaron a travs del estrecho de Bering.

    Incluso en la moderna civilizacin occidental, donde nos enorgu-llecemos de nuestra eficiencia, cada nacin excluye algunas de las invenciones existentes. Pudiera suponerse que en las grandes civilizacio-nes donde la contabilidad y la medicin son tan importantes como lo son en Europa y los Estados Unidos, todas las naciones adoptaran sistemas con unidades convenientes. El sistema mtrico, en el cual el ntegro se multiplica primeramente por 10, despus por 100 y 1 000,

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    puede aplicarse a mediciones de volumen, de longitud y de peso, y puede usarse para contar dinero. En Francia el sistema decimal. se usa para todo tipo de contabilidad y medicin. En los Estados Umdos lo usamos para contar dinero, pero no para medir volmenes, longitudes o pesos. En Inglaterra no se usa siquiera pa.ra contar din~ro y ni.nguna medida de longitud, peso o volumen se registra por medio del sistema mtrico.

    Por lo tanto el desarrollo de la cultura no tiene la historia que imaginara un ;stdiante de escritorio. No puede reconstruirse por me-dio de la lgica y la deduccin; A veces una cosa obvia y simple no fu~ descubierta o aceptada de ningn modo, pese a existir una gran necesi-dad lgica. En ocasiones, en las 'sociedades primitivas ms simples se han inventado cosas muy complicadas. Esto no es cierto nicamente en la tecnologa. Tambin se aplica a la organizacin social, a los sistemas legales, a la religin y a la filosofa popular. Par~ enten~~r el desarrollo de la cultura en todos estos aspectos, es necesano describir ms plenamente lo parciales que llegan a ser todos los hombres hac~a los medios ambientes artificiales especiales que han creado por medio de sus propios ordenamientos e invenciones culturales.

    Los hbitos de cualquier cultura se ajustan a los pueblos que han aprendido a usarlos como guantes bastante gastados. Este ajuste llega muy profundo, ya que sus ideas sobre lo b~eno y lo malo, su se~~cci?n de pasiones y deseos humanos, son parte mtegrante de la version . m-tegral de su cultura. Pueden reaccionar ante el modo de vida de ofras personas con una suprema falta de inters o por lo menos de compre?-sin. Entre los pueblos civilizados esto suele aparecer en su desprecio por "lo extranjero"; es fcil desarrollar. ceguera en lo que concierne a las atesoradas costumbres de otros pueblos. Entre los pueblos primi-tivos ha sido proverbial esta falta de inters por el "progreso" y con buena razn. Toda tribu primitiva tiene sus propios ordenamientos culturales elaborados que aseguran su supervivencia, ya sea tecnolgi-camente, o en sus formas de organizacin social, o por medio de cere-monias y ofrendas a los dioses. Aun cuando puedan codiciar algunas cosas que trae el hombre blanco, tal vez armas de fuego, tal vez cuen-tas, o bebidas alcohlicas o latas vacas con las que se pueden fabricar navajas, generalmente no contemplan la cultura del hombre blan.co como una solucin que sea "mejor" para los problemas de la vida que la que ellos tienen. Posiblemente no tengan inters cultural ni si-quiera en los dispositivos para ahorrar trabajo. Con frecuencia el valor que conceden al tiempo es extrema?~me~te bajo y l~ "pmdencia", tiene un valor mucho mayor que la efICiencia. Nuestro sistema cultural y el de ellos estn orientados alrededor de diferentes ideales.

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    Algunas culturas primitivas no han sid capaces de acomodarse al contacto con el hombre blanco .. Cuando entraron en contacto con la civilizacin moderna, todo su modo de vida se desplom como un castillo de naipes. Los indios de los Estados Unidos en su mayora ~e han convertido simplemente en hombres sin un pas cultural. Son mcapaces de localizar en el modo de vida del hombre blanco alguna cosa q~e concuerde suficientemente con su vieja cultura. Cuando lleg por pnmera vez el hombre blanco, las tribus de las planicies tuvieron un breve surgimiento cultural cuando incorporaron el caballo a su modo de vida, y los indios de la costa n@roeste tuvieron un verdadero renacimiento en el arte del tallado en madera cuando disfrutaron de h~rramienta~ de m~tal. Pero un contacto ms ntimo dej al descu-bierto el abismo existente entre los valores del indio y el hombre blan-co. Las culturas indias no podran sobrevivir a. la interferencia del hombre blanco con sus guerras tnbales y los rebaos de bfalos y Ja pesca de salmn de las que dependan. El contacto con las extraas

    costu~bres blancas .de trabajar por salarios y pagar por la tierra y u_iane1ar empresas pnvadas destruy sus antiguos ordenamientos .sociales sm que su lugar fue.ra ocupado por algo inteligible. Por su parte, el hombre blanco fue mcapaz, igualmente, de ver los valores culturales que apreciaban los in?ios .Y que se quebrantaban y perdan para siempre. Cada lado pennanec1a ciego a los ideales culturales que para el otro eran las cosas ms reales del universo.

    En todos los casos semejantes de contacto entre la civilizacin occi-dental y otras. cul~uras,. el ho~bre blanco generalmente est seguro de que es de mtehgenc1a supenor porque posee los cuchillos, las ar-mas de fuego, los cigarrillos y las sartenes de metal que no tienen los pueblos ms simples. Juzga que si los otros no fueran estpidos, tendraq es~ cosas junt? con los conocimiento~ aritmticos, la. lectura y la es-cntura. En realidad, pruebas y observaciones cuidadosas han demostrado que el asunto no es tan simple. Ni la inteligencia ni los sentidos de los pueblos primitivos son necesariamente inferiores, aun cuando su modo de vida sea muy frugal. En la civilizacin occidental somos herederos de invenciones procedentes de toda la faz de la tierra. Todo lo que tene-mos y conocemos son elementos de nuestra herencia social. Simple-mente pertenecemos a ello por accidente de nacimiento. Es muy im-probable que cualquiera de nosotros haya inventado un solo proceso. Dei mismo modo, el indio americano era un heredero de su cultura. Era bastante ms posible que en la complej civilizacin occidental l hubiera tenido individualmente una oportunidad de hacer alguna contribucin a los modos tribales o que hubiera tenido posibilidad de tomar el liderazgo en algunas actividades importantes para su pue-

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    blo. Su modo de vida le satisfaca porque resolva los problemas hu manos en las maneras que se le haba enseado a entender. No haba cruzado por su mente desear las cosas que d~ban los europeos. Usaba . su cerebro en un conjunto diferente de actividades con las que con-geniaba ms. . ..

    Nadie ha desarrollado jams una escala objetiva de valores de acuer-do a la cual todos los diferentes objetivos culturales puedan graduarse como mejores o peores. La civilizacin ~ccidental, por eje~plo, es~ organizada para extender su poder ampliamente sobre .la. tierra. Sm embargo, puede confirmarse el caso del valor de un ob1etivo cultural que no tenga que ver con la conquista o el dominio econmico .. Todo pueblo aprecia ms los impulsos y emociones a los cuales est .acostum-brado, y generalmente condena a los pueblos que carecen de ell~s. Tienen razn en apreciar su propio modo de vida, pero su desprecio por otras culturas suele basarse en malas interpretaciones.

    DESARROLLO INTERNO DE LA CULTURA

    Debido a que todos los pueblos defienden su propio modo de vida, es fcil entender que una manera por med!o de la. cual las culturas. se enriquecen y se hacen ms complejas ha sido mediante la elaboracin y multiplicacin de sus propias y ms apreciadas costumbres. Llevan sus costumbres favoritas ms y ms all. Los simples hbitos podan convertirse en grandes ceremonias tribales. Los potlatches de los indios de la costa noroeste de los Estados Unidos eran ceremonias de ese tipo, en las cuales los jefes trataban de humillar a otros jefes dndoles tantas mantas y otros artculos que aqullos seran incapaces de hacer la retribucin correspondiente. Esas tribus consideraban como tema principal de su vida cultural la situacin existente entre acreedor y deudor, y elaboraron sus ceremonias alrededor de este tema hasta .. que sus potlatches se convirtieron en sistemas de intrincada comple11dad cultural.

    En otras tribus las costumbres ms apreciadas eran la atencin hos-pitalaria de los dioses. En el pueblo zui del suroeste de los Estados Unidos se pensaba que los espritus eran felices cuando se les daba oportunidad de venir al mundo de los vivos para danzar. Por lo tanto los hombres se ponan mscaras de espritus para representarlos. Estos indios tambin hacan "danzar" al maz, para hacerlo feliz, y celebra-ban complicados ritos de bienvenida para el cuerpo del venado muerto despus de la cacera. Saludaban y honraban aun pequeas ramas de pino que cortaban para sus ceremonias. Ya que tenan que ser honrados

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    el sol, y los espritus de la lluvia, y los espritus de los animales, y los espritus de los enemigos, y los espritus curativos, los zu tenan una abrumadora masa de ceremoniales destinados a este fin. Tanto en la costa noroeste como entre los pueblos del sudoeste, el proceso local de desarrollo cultural ha sido, igual que en otras partes del mundo, una especie de industrioso hilado de un capullo cada vez ms complejo. Pero los hilos de este capullo no dejan de ser hbitos viejos, escogidos y simples, aun cuando se les haya dado la forma de observancias tan complejas. Se les estima por su congenialidad.

    Las culturas tienden a desarrollarse de este modo, y es posible por lo tanto entender las diferentes lneas a lo largo de las cuales, por ejemplo han evolucionado las civilizaciones orientales de China y la India en contraste con las civilizaciones occidentales. A menos que uno se acostumbre a esas maneras, suelen parecer superfluas las elabo-raciones de otras culturas. Pero la historia del desarrollo de la cultura est llena de superfluidades a las que miembros de una tribu o nacin han dedicado profundo apego y lealtad

    DESARROLLO DE LA CULTURA A TRAVS DE LA DIFUSIN

    Adems de esta clase de elaboracin interna de los rasgos preferidos, las culturas se han desarrollado poderosamente tomando prestadas tcnicas e ideas de otras culturas. Este prstamo recibe el nombre tc-nico de difusin de los rasgos culturales.

    La misma civilizacin occidental est basada en invenciones que han sido tomadas como prstamo de todas partes del mundo. Muchas de ellas se deben a pueblos de cultura sencilla que no comparten las tradiciones occidentales. El alfabeto fue inventado por pueblos sem-ticos en el rea situada al norte del Mar Rojo y llevado a Grecia y Roma por los fenicios. A lo largo de los siglos se extendi por Europa y a la India. El papel, as como la plvora, son antiguos inventos chi-nos. El arco verdadero con su piedra clave fue un gran invento arqui-tectnico originado en Babilonia treinta siglos antes de Cristo; pero la arquitectura griega no lo us. Los grandes templos y monumentos del Per y Amrica Central se construyeron sin conocimiento del arco. Sin embargo, gradualmente el invento babilnico fue adoptado en la antigua Etruria y en Roma y se convirti en un elemento bsico de las catedrales gticas. Convertido en cpula se usa en los moder-nos edificios pblicos.

    El hombre ha enrique~ido constantemente la variedad de sus alimen-tos introduciendo granos y frutas que fueron domesticados original-

    DESARROLLO DE LA CULTURA 255

    mente en el lado opuesto del globo. El caf fue cultivado originalmen-te en Abisinia, pero ahora lo asociamos particularmente con Brasil y Java. Las pata.tas son tubrculos que fueron sembrados y cosechados por primera vez por los indios suramericanos, entre los que los ind-genas de Bolivia cultivaban 240 variedades de esa raz. Pero en Norte-amrica acostumbramos llamar "irlandesas" a las patatas blancas. En nuestros das las bananas nos llegan de Amrica Central, pero las varie-dades silvestres se cultivaron primeramente en el sur de Asia, y los pueblos polinesios las llevaron a travs de reas inmensas del Pacfico antes de que los navegantes europeos hicieran sus viajes de descubri-miento. La banana del Nuevo Mundo es poscolombina; fue tomada prestada del Viejo Mundo. El maz, un cultivo indgena americano, es actualmente el alimento bsico de muchas tribus primitivas de Africa, y el tabaco, tambin originario de Amrica, ha sido adoptado en todas partes del mundo.

    La difusin de rasgos culturales de un pueblo a otro ha enriquecido cdhstantemente los modos de vida humana. Toda pequea tribu debe a sus vecinos inventos diversos que estos ltimos a su vez han tomado prestados de sitios ms remotos y los cuales ellos mismos han modifi-cado despus de copiarlos y tal vez mejorarlos. .

    fAS

  • 256 DESAlilROLLO DE LA CULTURA

    vieran una industria de este tipo y se preocupamn en fabricar los obje-tos con rapidez. As, la rueda se convirti en parte de artes bastante diferentes al difundirse por el mundo.

    Al pasar de una regin a otra se dan nuevos significados a los rasgos prestados. Esto es tan conspicuo en rasgos de organizacin social, orde-namiento poltico y prcticas religiosas como lo es en rasgos de cultura material. Una. ceremonia religiosa, por ejemplo, puede ser compartida por todas las tribus en una gran rea. Todas pueden erigir la misma clase de casa o recinto en terreno sagrado, usar los mismos tipos de tortura o comunicacin en trance o de orden de marcha, y usar las mismas insignias para los funcionarios y el mismo tipo de oraciones. Todas estas caractersticas pueden haberse extendido de tribu en tribu en aquella rea. Sin embargo, a pesar de todos estos rasgos difundidos, una ceremonia tan ampliamente extendida como la Danza del Sol de los indios de las planicies ha sido reformada en las diferentes tribus. En una tribu toda la ceremonia es montada por alguien que ha tenido una visin del dios del Trueno y desea honrar al espritu que lo ha visitado; en otra es ofrecida por un hombre que se propone vengar la muerte de un pariente en la guerra; en otra es un modo de agrade-cer el haber escapado a un peligro o enfermedad; en otra es una ceremonia para la iniciacin de sacerdotes o chamanes. Estos diferentes significados de la ceremonia, por supuesto, llevan a cambios en los ritos en s y eventualmente en una tribu toda la ceremonia llega a tener su propio carcter especial, que no comparte con ninguna otra tribu.

    Este remodelado de los rasgos prestados ocurre del mismo modo en la organizacin social y el folklore, as como en cualquier, otro campo de la vida. Un buen ejemplo es el variado significado de las prcticas de canibalismo. El canibalismo no ocurre en todas partes del mundo, pero donde aparece ha tenido los significados ms contras-tantes. En algunas tribus. fue usado como un medio de asegurar el nacimiento de hijos; solamente eran comidos nios de corta edad y nicamente participaban los miembros inmediatos de una familia; des-pus de esto crean que nacera nuevamente un hijo en la familia. En otras tribus, solamente eran ingeridos los corazones de los enemigos valerosos; se haca para aumentar el valor de quienes los coman. A veces el canibalismo era un disfrute goloso de buena comida; a veces una prueba de que un hombre poda enfrentarse a cualquier cosa en el mundo despus de atreverse a deglutir una porcin de carne humana. Cada tribu y cada regin ha tomado este aspecto de la con-ducta y lo ha usado a su manera especial.

    Ocurre lo mismo con las ceremonias de la adolescencia, los sistemas de parentesco y las instituciones de la realeza. La gente toma pres-

    DESARROLLO DE LA CULTURA 257

    tado, y una vez que han adoptado el rasgo,, ste ya se ha convertido en algo diferente de la cosa que tomaron prestada. Por tanto: ol proceso de difusin no solamente ha pennitido que pueblos de toco el mun do compartan las creaciones e inventos de otros tambin ha aumentado la rica variedad de las culturas humanas. ~

    EVOLUCIN

    La historia del ~ombre desde la Edad de Piedra hasta el presente es un relato maravilloso del desarrollo cultural. La herencia social del hombre se ha enriquecido con innumerables artes e invenciones. A pesar de periodos terribles de destruccin y devastacin, la raza humana se ha .c~ns~r?ido un medio ambiente cultural que es capaz de una riqueza casi mfm1ta.

    Aunque una gran parte de la historia de cualquier cultura dada se _dtbe .al accidente, puede reconstruirse un proceso evolutivo. El des-arrollo. de la cultura no ha sido accidental. Ciertas invenciones primi-tivas, ya se trate de herramientas, de instituciones o de ideas han sido ne~e~apas antes de que tuvieran lugar otras invenciones. En' las tribus pnm1~1vas, no s~rge~ cortes que admi~istren la justicia sino hasta que hay cierta orgamzacin en el estado tnbal. Los reinos no aparecen sino hasta q~e se han hecho. ciertas invenciones polticas que implican las relaciones mutuas de muchas comunidades vecinas. Los ejrcitos de

    P!?~ al servicio. de los j~fes h~n requerido una previa y elaborada divisin ~el t~bao y la existencia de un poder centralizado.

    Es ~0~1ble Ilustrar, ~decuadamente la evolucin en dos campos, el tecnolo~ico y el pobhco. En la tecnologa, el hombre moderno ha constrmdo sobre los no planeados descubrimientos de la raza humana qu~. se i~iciaron con utensi!ios de pedernal fabricados por el hombre y la uhbzac1n del fuego y mas tarde con la invencin de la agricultura y el p~storeo_. El h01!1bre moderno, sin embargo, no ha dejado al azar sus mvenciones. Fmalmente, con el desarrollo moderno del conoci-

    mien~o cientfico, el hombre ha llegado a un punto en el que inventa cons~ienteme_nte. Esto es, se plantea a s mismo un problema que desea soluc10nar e mtenta toda clase de experimentos y combinaciones hasta que lo resuelve. Prueba una y otra vez hasta asegurarse de que funcio-na su solucin.

    Estam~s, t.an acostumbrados a esta clase de resolucin de problemas que es dific.Il damos cuenta de que la mayora de los avances cultu-r~les han sido descub_r~ientos fortuitos ms que invenciones cons-cientes. Estos descubmmentos, hechos sin el beneficio de una meta

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    previamente imaginada, fueron, por lo tanto, estrictamente hablando, accidentales. An Cn nuestros das a veces encontramos tribus primi-tivas en regiones donde no hay agricultura, pero las cuales arrojan su basura eerca de sus casas hasta que brotan las semillas en el suelo enriquecido de este modo. Ellos no han planeado fertilizar estas par-celas y plantar. semillas a corta distancia de sus hogares. Cuando ven lo que ha ocurrido no meditan acerca de su descrubrimiento y se dedican a plantar nuevas parcelas. Pero recogen y utilizan las semillas y ver-duras que han nacido en sus basureros. Accidentalmente han tropezado con una experiencia que pudiera dar origen al desarrollo de las prc-ticas agrcolas, probablemente un hecho semejante al ocurrido en la Edad de la Piedra Nueva cuando por primera vez la raza humana empez sistemticamente a explotar fas posibilidades de cultivar y sembrar la tierra con un propsito definido.

    La gran curva ascendente del avance tecnolgico de que puede ufa-narse el hombre es, por lo tanto, una evolucin del descubrimiento no planeado a la invencin planeada. El hombre ha aprendido a fijarse una meta especfica para despus comprobar una y otra vez los expe-rimentos que establece para llegar a alcanzar ese objetivo. Un buen ejemplo de este cambio spn los mtodos para curar las enfermedades. Durante la mayor parte de la historia de la raza humana, los hombres han aceptado con fe sus prcticas curativas tradicionales. Para tratar los males de los ojos algunos pueblos buscan plantas que tengan un "ojo" en sus frutos o sus flores; "lo semejante", dicen ellos, "es curado por su semejante". Algunas de estas plantas realmente han resultado benficas, pero otras, segn sabemos por los anlisis clnicos, pueden llegar a causar ceguera.. A pesar de todo se usaba la peligrosa planta. Algunas tribus tienen un "curalotodo" para los padecimientos huma-nos ms diversos. Puede ser el "horneadol', que significa colocar a la persona enferma sobre una cama de piedras calientes enterradas y mantenerla caliente durante das o semanas. Esto resultaba adecuado para ciertas molestias y dolores, pero tambin lo usaban para curar huesos rotos, sin intentar arreglarlos de otro modo. El ayuno o las sangras pudieran ser su curalotodo, aunque ninguno de estos dos mto-dos fuera indicado para la tuberculosis, por ejemplo. Sin embargo, esos pueblos no llevaban a cabo experimentos y continuaban usando un mismo mtodo curativo para todo. En la prctica de la medicina cier-tamente hemos avanzado mucho.

    El progreso tecnolgico del hombre ha requerido decenas de siglos para llegar a la idea del planeamiento y comprobacin cientficos. El hombre ha dado su ltimo gran paso hacia adelante cuando se ha pre-guntado, "Qu es lo que deseo?'', y ha comprobado a continuacin

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    sus resultados para ver si ha alcaniado su objetivo. De :este modo ha descubierto que mediante la. planeacin padfu desentraar lo :qtte prei, viamente era tleSconocid .. e '

    Una segunda gran evolucin en la cultura humana es la creciente habilidad del hombre para vivir en unin de n gran nmero de sus semejantes. En los tiempos primitivos y en las sociedades ms simples, solamente podan organizarse algunos pocos centenares de gentes para formar una comunidad, o si acaso algunos miles en ocasiones especiales. El hombre ha tenido que realizar inventos en la organizacin social y en la distnbuci6n de bienes y en el terreno poltico antes de que fuera posible la existencia de grandes Estados organizados. Al lograr el hombre un nmero creciente de estas invenciones, le fue posible vivir en gran-des comunidades e imponer la ley y el orden sobre reas cada vez

    ,., ms considerables. El comercio y la vida ceremonial unan a la gente en forma apacible y circulaban las ideas. Los hombres reciban un estmulo para pensar, construir y crear.

    El desarrollo de comunidades humanas de mayor tamao es, a pesar de toda la destruccin que a menudo estos grupos han representado para otros, uno de los principales motivos del progreso humano. Ha cambiado la topografa humana del mundo moderno. En los tiempos primitivos una pequea comunidad de unos cuantos cientos de almas poda ser el nico "endogrupo" aceptado por esa gente; el resto seran "exogrupos". Un endogrupo es un agregado de gente con lealtades, derechos y obligaciones en comn. Los exogrupos son todas las dems comunidades. El endogrupo primitivo poda ser una comunidad eco nmicamente autosuficiente dentro de la cual cada persona era necesa ria para el sustento y bienestar de la tribu. Los miembros del exogrupo eran molestias o enemigos definidos. En todas partes esas tribus tenan sistemas de tica para regular sus tratos con los miembros del endo-grupo, y otro muy diferente y a menudo opuesto para las personas del exogrupo. El robo, por ejemplo, con frecuencia era desconocido dentro del endogrupo, pero constitua una virtud robar al exogrupo. La ge nerosidad solfa ser considerada como un rasgo enaltecedor si se practi caba dentro de la tribu, pero no se haca extensiva a los miembros del exogrupo.

    Son demasiado obvias para comentarse las ventajas de ampliar el endogrupo hasta incluir a millones de personas que pueden prosperar con la seguridad mutua, el comercio recproco d bienes materiales y el intercambio de ideas. La humanidad ha avanzado mucho en esta clase de progreso. Podemos proyectar hacia el futuro esta curva ascendente y reconocer que algn da la humanidad organizar al mundo entero de tal modo que pueda lograrse un beneficio mximo en seguridad,

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    comercio e intercambio de ideas. Todava no lo hemos logrado. Con-servamos el viejo contraste primitivo entre las ticas de endogrupo y exogrupo, en nuestra distincin entre matar a un hombre del pas propio, lo que es un asesinato punible y matar a un enemigo en la guerra, lo que consideramos un deber por cuyo cumplimiento honramos al soldado que ha tenido xito. Mantenemos tambin . el contraste primitivo en nuestra suspicacia acerca de otras naciones soberanas, del mismo modo que ellas mantienen la suya con respecto a nosotros. Establecemos mecanismos de ley y orden dentro de cada nacin, pero esencialmente existe todava la vieja anarqua que se ha traducido en las relaciones mutuas de los exogrupos. En este mundo que se ha hecho tan pequefio gracias a los modernos inventos tecnolgicos en el co-mercio, las finanzas, los armamentos, las comunicaciones y los trans-portes, es igualmente necesaria en nuestros das la organizacin de la comunidad mundial para un seguro enriquecimiento de la vida humana, como lo fue en los tiempos primitivos la organizacin de una docena de pequeos exogrupos esparcidos a poca distancia unos de otros a lo largo del curso de un ro.