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1 Psicoterapia y Familia EDITORIAL El presente número abarca temas importantes en la terapia familiar; incluye trabajos de autores de México, Italia, Costa Rica y Estados Unidos. Están agrupados de la siguiente manera: dos trabajos fundamentalmente teóricos; tres relacionados con clínica; uno con investigación; y dos constituyen aportes varios. En la sección de TEORÍA y CLÍNICA, tenemos en primer lugar el trabajo de Pietro Barbetta y María Nichterlein: RE-APRENDER NUESTRO ALFABETO. Se analizan y conectan conceptos de Deleuze y de Bateson, lo que nos lleva a una interesante interrelación entre conocimiento, ciencia y práctica. Se analizan ideas de Deleuze sobre alcoholismo, conectándolas con las mas conocidas de Bateson. Si bien Deleuze es menos conocido en nuestro campo, como dicen los autores, sí ha tenido influencia en autores narrativos por sus esfuerzos para interrogar el concepto de multiplicidad. Dice, por ejemplo: “Nuestras vidas están atravesadas por múltiples líneas de subjetivación.” Para él la realidad es siempre múltiple, siempre sujeta a variaciones complejas. En segundo lugar, en esta sección tenemos el trabajo de Clara Garza-Hume y Francisco Avilés: MODELOS MATEMÁTICOS EN LAS RELACIONES DE PAREJA. Basado en un taller realizado en el congreso de la AMTF en Querétaro, en 2008, se presenta un modelo matemático, propuesto originalmente por J. Gottman, que se ha utilizado para estudiar relaciones de pareja. Lo utilizan los autores para investigar diversas fuentes de tensión en parejas mexicanas contem- poráneas. Analizan los cambios en la pareja a partir de segunda mitad del siglo XX, la ruptura del modelo tradicional complementario y el surgimiento de modelos que están en construcción. Agrupados como trabajos CLÍNICOS propiamente dichos, tenemos tres de autores de diferentes nacionaldades. De EEUU, Hillary Stephenson y Bradford Keeney: EXTERNALIZACIÓN EN LA TERAPIA NARRATIVA: UN RE- SURGIMIENTO MODERNISTA DEL EXORCISMO. Como bien dicen los autores, la técnica de la externalización se “inventó” en el caso, hoy ya justamente famoso, de Sneaky Poo. Implicó la cura de una condición tan dolorosa y vergonzosa como lo es la encopresis para los niños que la padecen. Se trataba de una técnica (no de un concepto teórico) utilizada por Michael White en su etapa de terapeuta infantil. Su creatividad era ya entonces semejante a la que conocimos y valoramos tanto en Bradford Keeney, cuando hace unos años nos visitó en México. Sin embargo, el concepto de externalización dejó de ser una técnica de la psicoterapia infantil, para convertirse, al decir de Karl Tomm, en el concepto Psicoterapia y Familia Año 2012, Vol 25, No 1: 1-3

Barbetta Psicoterapia y Familia

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1 Psicoterapia y Familia

EDITORIAL

El presente número abarca temas importantes en la terapia familiar; incluye trabajos de autores de México, Italia, Costa Rica y Estados Unidos. Están agrupados de la siguiente manera: dos trabajos fundamentalmente teóricos; tres relacionados con clínica; uno con investigación; y dos constituyen aportes varios. En la sección de TEORÍA y CLÍNICA, tenemos en primer lugar el trabajo de Pietro Barbetta y María Nichterlein: RE-APRENDER NUESTRO ALFABETO. Se analizan y conectan conceptos de Deleuze y de Bateson, lo que nos lleva a una interesante interrelación entre conocimiento, ciencia y práctica. Se analizan ideas de Deleuze sobre alcoholismo, conectándolas con las mas conocidas de Bateson. Si bien Deleuze es menos conocido en nuestro campo, como dicen los autores, sí ha tenido infl uencia en autores narrativos por sus esfuerzos para interrogar el concepto de multiplicidad. Dice, por ejemplo: “Nuestras vidas están atravesadas por múltiples líneas de subjetivación.” Para él la realidad es siempre múltiple, siempre sujeta a variaciones complejas. En segundo lugar, en esta sección tenemos el trabajo de Clara Garza-Hume y Francisco Avilés: MODELOS MATEMÁTICOS EN LAS RELACIONES DE PAREJA. Basado en un taller realizado en el congreso de la AMTF en Querétaro, en 2008, se presenta un modelo matemático, propuesto originalmente por J. Gottman, que se ha utilizado para estudiar relaciones de pareja. Lo utilizan los autores para investigar diversas fuentes de tensión en parejas mexicanas contem-poráneas. Analizan los cambios en la pareja a partir de segunda mitad del siglo XX, la ruptura del modelo tradicional complementario y el surgimiento de modelos que están en construcción. Agrupados como trabajos CLÍNICOS propiamente dichos, tenemos tres de autores de diferentes nacionaldades. De EEUU, Hillary Stephenson y Bradford Keeney: EXTERNALIZACIÓN EN LA TERAPIA NARRATIVA: UN RE-SURGIMIENTO MODERNISTA DEL EXORCISMO. Como bien dicen los autores, la técnica de la externalización se “inventó” en el caso, hoy ya justamente famoso, de Sneaky Poo. Implicó la cura de una condición tan dolorosa y vergonzosa como lo es la encopresis para los niños que la padecen. Se trataba de una técnica (no de un concepto teórico) utilizada por Michael White en su etapa de terapeuta infantil. Su creatividad era ya entonces semejante a la que conocimos y valoramos tanto en Bradford Keeney, cuando hace unos años nos visitó en México. Sin embargo, el concepto de externalización dejó de ser una técnica de la psicoterapia infantil, para convertirse, al decir de Karl Tomm, en el concepto

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teórico mas importante de la Narrativa. Desde mi perspectiva, es el concepto central de ese campo de la psicoterapia, equivalente al de inconciente en el psicoanálisis, o al de estructura, en la terapia familiar de Salvador Minuchin. La externalización, apoyada en el diseño de la Cinta de Moebius, que nos enseña que hablar de externo o de interno es siempre una elección en un campo relativo, alude a una intervención que, lejos de esclavizar como ocurre con tantas de inspiración religiosa, libera. Y, al decir de Michel Foucault, libera de los forzamientos del Poder Moderno. Esto dio lugar a lo que Michael White llamó, más adelante, política, así, con minúscula. Resulta un excelente concepto, a partir del cual se facilita el trabajo con víctimas. Éstas, lejos de estar en ánimo de bailar, por lamentables mecanismos bien estudiados, están muchas veces listas para adjudi- carse la responsabilidad de su propio sufrimiento. De Costa Rica, está el trabajo de Sylvia Sánchez Oller: UNA PAREJA QUE BAILA Y LA PSICOTERAPIA CON-MUEVE: CASO CLÍNICO. Sánchez Oller comienza planteando que la psicoterapia es un “espacio de privacidad lleno de emoción”, y que a través de la espontaneidad misma del paciente surge la creatividad del terapeuta. Y ahí plantea un polémico tema: ¿hasta qué punto conviene que el terapeuta comparta sus emociones con los pacientes, y de qué manera? Por ejemplo, cuando dice a modo de devolución: “Me sentí triste por ese momento tan doloroso que lamentablemente has tenido que vivir, si viste, se me salieron las lágrimas como parte del dolor que yo sentí...” O “me sentí aburrida...” Bien dice Matteo Selvini que un terapeuta que se mantenga emocionalmente distante no será nunca un buen terapeuta; la manera de trabajar con esa emotividad es lo que tantas veces está en cuestión. Y el tercer trabajo lo escribió una autora mexicana, Ana Lilia Trejo: PATRONES TRIGENERACIONALES DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: UNA MIRADA DESDE EL ENFOQUE DE MILAN. A partir de su análisis clínico, siguiendo los lineamientos del grupo de Milan, confi rma una vez más que la violencia familiar pasa de una generación a la siguiente, inevitablemente. Padres violentos, que no asumen y corrigen su violencia, sólo tienen dos expectativas racionales: que sus hij@s, al crecer, ejerzan violencia, o que busquen quien la ejerza con ell@s. En el área de INVESTIGACIÓN, un trabajo de Juana Camarena Arredondo y colegas de León, Guanajuato: FUNCIONAMIENTO FAMILIAR Y FACTORES DE RIESGO-PROTECCIÓN PSICOSOCIAL EN ESTUDIANTES. Utilizando un cuestionario validado por la OPS (1996), demuestran que en un grupo de estudiantes se presenta un adecuado funcionamiento familiar, así como bajos niveles de vulnerabilidad y altos escudos de protección psicosocial en los estudiantes encuestados. Sería interesante extender el estudio a quienes lleven un par de años de graduados, dada la grave situación de riesgo que sí afecta a la mayoría

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de los egresados de nuestras universidades. En la última sección, un par de trabajos vinculados a nuestra realidad psicosocial. El primero, de Ruth Tawil de Asse, ¿A QUÉ SE DEBEN LOS PROBLEMAS DE SUS HIJOS? LLAMADO A LOS PADRES. A partir de los primeros renglones, usa una expresión que nos acerca a grandes polémicas: “Nuestro mundo está lleno de violencia. Es más, nuestro mundo se creó con violencia”. Apoyándose en la teoría creacionista, o evolucionista, saldrán distintas líneas de investigación para entender y hacer algo en relación con este grave problema que Tawil nos plantea. El segundo, de Flora Aurón: SI TUS ANCESTROS HABLARAN, es un poético recordatorio de que en México, hoy, vivimos una situación política y moralmente insostenible.

Ignacio MaldonadoILEF

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CONSEJO MEXICANO DE TERAPIA FAMILIAR

RECERTIFICACIÓN

Dado el constante avance de los conocimientos en el campo de la Terapia Familiar, el CONSEJO MEXICANO DE TERAPIA FAMILIAR ha tomado la resolución de iniciar el proceso de la RECERTIFICACIÓN de sus especialistas certificados, con base en su participación activa en el proceso de educación continua.

1) La RECERTIFICACIÓN se llevará a cabo cada cinco años.2) Podrán aspirar a la RECERTIFICACIÓN aquellos especialistas

certificados por el Consejo que se mantengan activos en la práctica de la Terapia Familiar, ya sea en forma institucional y/o privada.

3) La RECERTIFICACIÓN se hará con base en el puntaje atribuido a diferentes actividades que pongan de manifiesto el interés sostenido del especialista ya certificado, en la actualización de sus conocimientos.

4) Los aspirantes a la RECERTIFICACIÓN deberán reunir un mínimo de 250 horas/crédito durante los últimos cinco años de su ejercicio profesional, de acuerdo con los puntajes señalados adelante.

5) El CONSEJO MEXICANO DE TERAPIA FAMILIAR entregará un diploma –constancia en el que estará estipulada la fecha de su expedición y la de su vencimiento (5 años).

El CONSEJO MEXICANO DE TERAPIA FAMILIAR hará llegar una solicitud a todos aquellos especialistas que tengan cinco o más años de haber obtenido la cer-tificación, para que se recertifiquen.

El especialista por recertificarse deberá llenar la solicitud correspondien-te con la información requerida y anexará, en el momento de entregar el for-mato, la copia de la ficha de depósito por la cantidad de $2,500.00 (DOS MIL QUINIENTOS PESOS) depositados en el Banco HSBC, en la cuenta No. 4004857199, Sucursal 0039, a nombre de Consejo Mexicano de Terapia Familiar.La documentación que acredite las actividades realizadas durante los últimos cinco años de su ejercicio profesional será revisada y conservada por el CONSEJO MEXICANO DE TERAPIA FAMILIAR durante el proceso de dictaminación. Una vez comunicado el dictamen se conservarán los documentos por 30 días más, durante los cuales el solic-itante podrá recuperarlos. Después de ese plazo los documentos podrán ser destruidos.

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RE-APRENDER NUESTRO ALFABETO: REFLEXIONES SISTÉMICAS UTILIZANDO EL PENSAMIENTO DE

DELEUZE Y BATESON*1

Pietro Barbetta**y Maria Nichterlein***

ResumenEn este artículo se analizan conceptos del proyecto filosófico de G. Deleuze y sus posibles aplicaciones en la terapia sistémica, conectando ideas de Deleuze con las de G. Bateson: una crítica afirmativa de la comprensión dominante de conocimiento, ciencia y práctica. Con el anti-psiquiatra Con el anti-psiquiatra CF. Guattari, Deleuze usó el término plateau – una referencia explícita a Bateson – para desarrollar una filosofía de vida y creatividad, con posibilidades heurísticas en nuestro campo, y expande las revelaciones de Bateson. También se propone una descripción general del proyecto de Deleuze y la posible integración de conceptos clave a la práctica sistémica, a través de la exploración clínica y concreta del alcoholismo. La conexión directa es con la letra B (“B de boisson [bebida]”), en el Abécédaire de Deleuze. Esto permite reflexionar sobre lo que reporta Deleuze sobre el alcoholismo, informado por la noción cibernética del yo de Bateson. También se hace una referencia a la noción de dispositivo de Foucault. Deleuze, Bateson, Foucault: no aún “los sospechosos de siempre”, y muy diferentes en sustancia y en estilo pero, sin embargo, compartiendo la misma botella.Palabras clave: Bateson, Deleuze, terapia, psicoanálisis, terapia sistémica

AbstractSome concepts that shape the philosophical project of G. Deleuze and their possible applications in the fi eld of systemic therapy are explored and Deleuzian ideas are connected to the more familiar ideas of G. Bateson. They are an affi rmative critique of the dominant understanding of knowledge, science and practice. In his work with the anti-psychiatrist F. Guattari, Deleuze used the term plateau – an explicit reference to Bateson – to develop an entire philosophy of life and creativity that has signifi cant heuristic possibilities in our fi eld and expands Bateson’s early insights. The paper proposes an overview of Deleuze’s project and a possible integration of some concepts into systemic practice, through the concrete clinical exploration of alcoholism. The direct connection is with the letter B (“B for boisson [drink]”) in Deleuze’s Abécédaire. This us to refl ect on Deleuze’s account of alcoholism, informed by Bateson’s notion of the cybernetics of self. Reference is also made to Foucault’s notion of dispositive. Deleuze, Bateson, Foucault: not yet “the usual suspects”, and very different in many ways, as to substance and style, but sharing the same bottle nevertheless.Key words: Bateson, Deleuze, therapy, psychoanalysis, systemic therapy__*Este artículo primero se publicó en inglés: (Re)Learning our Alphabet: Reflecting on Systemic Thought Using Deleuze and Bateson, en Human Systems: The Journal of Therapy, Consultation & Training. (21) 3: 399-419. Traducción al español: Mariana L. Ortiz Quezda. Correo de los autores:[email protected] y [email protected] iacom.it y [email protected] iacom.it** Centro Milanese d’Terapia de la Famiglia y Universita di Bergamo, Italia.*** AIM/CAMHS, Austin Hospital en Melbourne y University of New South Wales, Australia.

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El problema en el hombre no es ser esto o aquello, sino más bien el llegar a ser humano (convertirse en humano), desde un universal llegar a ser (convertirse en) animal: No entenderse como bestia, sino de deshacer la organización humana del cuerpo, para atravesar tal o cual zona de intensidad en el cuerpo, cada uno descubriendo las zonas que realmente

son suyas, y los grupos, las poblaciones, las especies que lo habitan(Deleuze, 1973)

Gilles Deleuze es un filósofo casi desconocido en el campo de la terapia familiar. Perteneció a la generación de la cual surgieron Jacques Derrida y Michel Foucault en el medio filosófico francés pero, a diferencia de ellos, no tuvo tiempo para viajar o asistir a conferencias. Se percibió a Deleuze – como a Gregory Bateson – como un pensador abstruso y al margen. Sin embargo, tal visión de él no es muy considerada ni respetuosa, porque él, más que muchos de esta generación (de mayo del ’68), hizo filosofía con mucha inocencia (Derrida, 2001, p.193) y, como un niño, estuvo profundamente comprometido con el optimismo y el poder (puissance)profundamente comprometido con el optimismo y el poder (puissance)profundamente comprometido con el optimismo y el poder ( esbozado en el proyecto revolucionario de la Ilustración (Foucault, 1984). 2

Entonces, ¿por qué Deleuze parece tener una presencia tan crítica en los tiempos actuales? Ésta es una pregunta importante, porque se dirige a una cuestión ética fundamental que surge de la lectura de Deleuze: ¿Cómo se podría vivir? La introducción de May a la obra de Deleuze (May, 2005, pp. 4-5) indica que ésta es una cuestión filosófica relevante en nuestro tiempo, por los efectos que han tenido pensadores como Nietzsche y Sartre en formar la mentalidad occidental.3

La conexión entre Deleuze y Guattari es importante. Félix Guattari fue un anti-psiquiatra renombrado, con (aunque fue entrenado con Jacques Lacan) una relación ambivalente con el psicoanálisis. Pensaba más positivamente con respecto a lo que ofrecía el campo emergente de la terapia familiar (Guattari, 1989).

Su primer libro colaborativo Anti-Edipo (Deleuze y Guattari, 1983) – el primero de dos volúmenes de Capitalismo y Esquizofrenia – fue muy influyente (Colebrook, 2002, p.xiii). En el prólogo, Foucault lo define: “el primer libro de ética en Francia, en mucho tiempo”, una “introducción a la vida no fascista” (Foucault, 1983, p.xiii). El libro, de estilo apasionado, ofrece una fuerte crítica Nietzscheana a las ideas marxistas y psicoanalíticas sostenidas por los círculos intelectuales franceses de la época. La crítica fue dirigida al inconsciente psicoanalítico: “No es teatro sino una fábrica que produce el delirio que llamamos realidad [...] una fuerza activa y productiva de deseo” (Foucault y Raulet, 1983, p.446). Su crítica también invoca la función vital e íntima que tenía el psicoanálisis de aquellos tiempos con la maquinaria capitalista, obligando a que la interpretación regrese a la familia,4 y los viajes expansivos y creativos de la máquina de deseos son capturados en un molde

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pre-establecido que corresponde al estado en el que vive el individuo.5Estas ideas en Anti-Edipo ya habían sido preformadas en la tesis doctoral

de Deleuze – Diferencia y repetición (Deleuze, 1994) – donde hizo una crítica al pensamiento representacional – lo que él llamó una imagen estática de pensamiento – y su manifestación: el sentido común. Realizó esta crítica cuestionando el predominio de identidad y afirmando que lo central en la vida no es la estabilidad de una imagen/pensamiento, sino diferencia y variación. Así, el pensamiento ya no es la representación de una realidad estable – de identidades y cantidades bien definidas – sino un encuentro activo y productivo con el exterior: un exterior experimentado como un problema en busca de una respuesta. El exterior se tiene que presentar como problema porque es fluido, fragmentado y esencialmente indeterminable. Por lo tanto, no importa la imagen que uno tiene del mundo, tarde o temprano se encuentra una diferencia, un límite a su aplicabilidad. El pensamiento, entonces, es un proceso complementario al exterior: una respuesta, una solución al problema de vivir. Y como el exterior al que se refiere, este pensamiento alternativo es igualmente fluido y fragmentado; en consecuencia su nombre: Nómada.

Deleuze distingue entre el pensamiento estático – parecido al estado – el cual permite gobernabilidad, y el pensamiento nómada, que está conectado íntimamente con la vida. Esto está más claro en su segundo volumen, Mil Mesetas (Deleuze y Guattari, 1987), publicado ocho años después de Anti-Edipo: un “proyecto muy diferente y mucho más complejo que Anti-Edipo” (Deleuze, 1984, p.239), quizá complementándolo como proyecto intelectual. En lugar de presentar una crítica, como en el libro anterior, propone un proyecto positivo; su aspecto más interesante quizá es su apertura estructural. Está compuesto de plateaux6 juguetones. Cada 6 juguetones. Cada 6 plateauarticula un campo entero de resonancias e intensidades que canalizan corrientes a diferentes formas de organizaciones y conjuntos. Hay un número infinito de plateaux potenciales que se pueden formar, siendo su única condición de existencia que “funcionen”. Esta noción de multiplicidades de plateaux existentes resuena con otro de sus conceptos, que es más popular en nuestro campo (Hoffman, 2008): el rhizome (Deleuze y Guattari, 1987, pp.3-25). El rhizome es un tipo de conocimiento descentralizado pero altamente contingente y contextual. El pensamiento nómada definido por Deleuze en su tesis se organiza a través de rhizomes, constantemente expandiéndose en maneras impredecibles pero muy complejas.

Preocupante/Problematizar la clínicaAntes de dirigirnos a la respuesta que dio Deleuze a la pregunta anterior – ¿cómo se podría vivir? – vemos más valor en referirnos a lo que no nos muestra como profesionistas en nuestro campo. Al fin y al cabo, parece que la pregunta de Deleuze no nos refiere ni a la familia ni al pensamiento como lo conocemos.

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pre-establecido que corresponde al estado en el que vive el individuo.5Estas ideas en Anti-Edipo ya habían sido preformadas en la tesis doctoral

de Deleuze – Diferencia y repetición (Deleuze, 1994) – donde hizo una crítica al pensamiento representacional – lo que él llamó una imagen estática de pensamiento – y su manifestación: el sentido común. Realizó esta crítica cuestionando el predominio de identidad y afirmando que lo central en la vida no es la estabilidad de una imagen/pensamiento, sino diferencia y variación. Así, el pensamiento ya no es la representación de una realidad estable – de identidades y cantidades bien definidas – sino un encuentro activo y productivo con el exterior: un exterior experimentado como un problema en busca de una respuesta. El exterior se tiene que presentar como problema porque es fluido, fragmentado y esencialmente indeterminable. Por lo tanto, no importa la imagen que uno tiene del mundo, tarde o temprano se encuentra una diferencia, un límite a su aplicabilidad. El pensamiento, entonces, es un proceso complementario al exterior: una respuesta, una solución al problema de vivir. Y como el exterior al que se refiere, este pensamiento alternativo es igualmente fluido y fragmentado; en consecuencia su nombre: Nómada.

Deleuze distingue entre el pensamiento estático – parecido al estado –, el cual permite gobernabilidad, y el pensamiento nómada, que está conectado íntimamente con la vida. Esto está más claro en su segundo volumen, Mil Mesetas (Deleuze y Guattari, 1987), publicado ocho años después de Anti-Edipo: un “proyecto muy diferente y mucho más complejo que Anti-Edipo” (Deleuze, 1984, p.239), quizá complementándolo como proyecto intelectual. En lugar de presentar una crítica, como en el libro anterior, propone un proyecto positivo; su aspecto más interesante quizá es su apertura estructural. Está compuesto de plateaux6 juguetones. Cada 6 juguetones. Cada 6 plateauarticula un campo entero de resonancias e intensidades que canalizan corrientes a diferentes formas de organizaciones y conjuntos. Hay un número infinito de plateaux potenciales que se pueden formar, siendo su única condición de existencia que “funcionen”. Esta noción de multiplicidades de plateaux existentes resuena con otro de sus conceptos, que es más popular en nuestro campo (Hoffman, 2008): el rhizome (Deleuze y Guattari, 1987, pp.3-25). El rhizome es un tipo de conocimiento descentralizado pero altamente contingente y contextual. El pensamiento nómada definido por Deleuze en su tesis se organiza a través de rhizomes, constantemente expandiéndose en maneras impredecibles pero muy complejas.

Preocupante/Problematizar la clínicaAntes de dirigirnos a la respuesta que dio Deleuze a la pregunta anterior – ¿cómo se podría vivir? – vemos más valor en referirnos a lo que no nos muestra como profesionistas en nuestro campo. Al fin y al cabo, parece que la pregunta de Deleuze no nos refiere ni a la familia ni al pensamiento como lo conocemos.

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En Anti-Edipo, así como en otros ensayos y entrevistas (Lapoujade, 2004; 2006), Deleuze y Guattari critican el modelo de familia del psicoanálisis – el triángulo edípico de mamá-papá-niño – porque es un gesto totalizador: critican su pretensión de que la familia es el origen de todo en la vida psicológica. Como ya lo indicamos, el psicoanálisis para Deleuze y Guattari no es una representación de la psique humana sino un reduccionismo del niño,7 a quien – creciendo – le interesa más entender cómo funciona el mundo exterior en toda su complejidad (consultar “Qué dicen los niños” [“What children say”] en Deleuze, 1997).

Con esto en mente, se puede argumentar que la cuestión Anti-Edipo es la siguiente: ¿Hay algo en la esfera de la vida que huya (la famosa línea de fuga) del Edipo psicoanalítico? O sin confrontar tanto: ¿Hay manera de que el psicoanálisis pueda trascender los peligros del “familiarismo”? Y, quizá una pregunta más directa y relevante para nosotros en este campo: ¿Es la terapia familiar una nueva ruta de escape de la edipización de todo? La respuesta ofrece una apertura interesante: la terapia familiar no ha sido capaz de contestar completamente a esta pregunta, porque de muchas maneras sigue ligada a la idea de que todo en la vida pasa en la familia: “familiarismo”, como lo llaman Deleuze y Guattari. Por lo tanto, todavía tenemos la necesidad de una línea de fuga para la terapia. Pero ¿qué es una línea de fuga?

Al igual que con los otros conceptos de Deleuze, no existe una definición simple y directa. Una respuesta puede indicar que, al considerar la expresión “línea de fuga”, tenemos que contemplar la idea de derivación en matemáticas8 y la variación en la repetición. Como ya se mencionó, para Deleuze la vida no es una línea recta con un mundo ordenado que se puede entender racionalmente por un individuo independiente. Aunque la vida social aparece como una línea recta y ordenada, la vida es una línea sinuosa e indefinible, como un vagabundeo de clases; no una línea recta, sino una línea que se pliega, pero que socialmente es tratada como una línea recta9. Tratar la vida como lineal es el resultado de una “manipulación” social; los efectos de vivir dentro de lo que Foucault define como Dispositives: una serie de elementos heterogéneos, socialmente coordinados, los cuales comprenden una multitud de líneas, incluyendo líneas de fuga.10 Tal definición contribuye a articular la tensión sutil y dinámica involucrada en la constitución de nuestras subjetividades, donde la subjetividad es inherentemente social e inevitablemente transitoria. Por eso, tales definiciones forzosamente terminan y cambian en nuestra continua relación con el mundo (como conjunto). Por lo tanto, vivir una vida significa que necesitamos estar abiertos a línea(s) de derivación, cuidando de no atorarnos.

Conectando con BatesonComo se ha indicado anteriormente, estamos atorados en el “familiarismo”. Quizá

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confirmando la fuerza intelectual de Bateson en este campo, podemos encontrar en su idea del Doble Vínculo algo que nos puede ayudar a avanzar. Hay muchas conexiones que atraviesan las obras de Bateson y Deleuze que nos ayudan a entender el poder del doble vínculo como línea de fuga. Éstas son:1. La noción de pensamiento como procesoEn nuestra opinión, Bateson no estaba interesado en la teoría sistémica sino en el pensamiento sistémico; es decir, no le interesaba definir contenidos específicos. Su atención se centró más bien en el proceso y el mecanismo que da cuenta de lo que observamos, también una prioridad para Deleuze (como anteriormente se indicó). Hay otra variación en este punto; tanto Bateson como Deleuze consideraban que el pensamiento no sólo está íntimamente conectado con el mundo – no es una actividad separada con base en el cerebro – sino que es fundamentalmente dinámico. El pensamiento no trata sobre realidades estáticas, sino sobre procesos evolutivos (para Bateson) o trayectorias nómadas (para Deleuze). 2. La centralidad de la diferenciaUn segundo punto en común entre Bateson y Deleuze es la importancia que los dos le atribuyen a la Diferencia. La sentencia batesoniana de “una diferencia que hace la diferencia” es famosa en el campo: cualquier diferencia hace otra diferencia, ves una diferencia y tal diferencia hace una diferencia en tu propia mente, creando un significado. Deleuze no está muy lejos de esta posición en sus propias investigaciones, que parecen haberse desarrollado alrededor de la misma época. Como ya se indicó, su tesis mayor fue un intento de posicionar la diferencia (en lugar de identidad y representación) en el centro de la investigación filosófica. 3. La actualización de las particularidadesDeleuze nos advierte sobre los peligros de las metáforas de identidad y la representación de manera similar a la de Bateson sobre el uso de las explicaciones físicas para describir el mundo de Creatura – el mundo de las diferencias (Bateson, 2002, p.7). El mundo no es un mundo estático donde seres estables luchan para expresar sus identidades. Muy similar a la noción batesoniana de una ecología evolutiva de la mente, el entendimiento del mundo de Deleuze es como una totalidad orgánica que se está actualizando constantemente cuando emergen particularidades únicas que cambian y difieren constantemente. Tomando de Spinoza (Deleuze, 1992) y de Nietzsche (Deleuze, 1986), entonces, para Deleuze, “lo que es” no tiene que ver identidades sino con la fuerza de la diferenciación. En consecuencia, no es el individuo quien es estable, sino la integridad de este mundo a través de sus infinitos y siempre cambiantes manifestaciones. En lugar de una personalidad estable, una representación más precisa de nuestra condición es la de una personalidad ambigua y fluida, la cual esta íntimamente conectada con sus circunstancias. En otras palabras, nuestra

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condición involucra una disposición para estar abierto a infinitas oportunidades para ser diferente. Es este potencial – más que una esencia estable – el que es de valor para nuestro trabajo como terapeutas y, por lo tanto, es importante no quedar atrapados en imágenes “ya hechas” que se presentan en la sesión sino deshacer estas imágenes en sus partículas que las construyen – las emociones, los comportamientos y sus contextos – para poder buscar combinaciones alternativas. En este contexto las palabras de Bateson – “El que quiere hacerle el bien a otro tiene que hacerlo en pequeños detalles” (las cursivas son nuestras, Bateson, 1966, p. 445, donde cita a William Blake) – tienen sentido. También, en este contexto, Bateson y Deleuze posicionan cuestiones prácticas – práctica, incluyendo la praxis clínica – como cuestiones de estilo.4. La noción de Plateaux.También existe una gran afinidad entre Deleuze y Bateson respecto a sus intereses y métodos de investigación. Por eso, es lógico afirmar que hay similitud entre la idea de ensamblaje de Deleuze y Guattari, las ideas de Foucault sobre el Dispositivo y la idea batesoniana de Sistema. Ni a Deleuze, ni a Foucault, ni a Bateson les interesó la constitución como tal de los sistemas.11 A Bateson, como a Deleuze, le intrigaba la observación y la descripción del funcionamiento de los sistemas, y encontrar sus líneas inmanentes de fuga.12 En un giro irónico, Deleuze escoge Plateaux directamente de la obra de Bateson (Deleuze y Guattari, 1987, pp. 21-22), quien utiliza este concepto para describir algunos de los fenómenos que estaba identificando en su investigación etnográfica; escribe: “algún tipo de plateau de intensidad continua se substituye por el clímax” (Bateson, 1949, p. 85). Deleuze y Guattari citarán esta declaración en Mil Mesetas (A Thousand Plateaux(A Thousand Plateaux( ), traduciendo la palabra clímax como orgasmo (Deleuze y Guattari, 1987, p. 22.) En la versión inglesa, la traducción añade “[sexual]” delante de clímax.13 La ironía es doble al recordarnos que, de hecho, la observación tuvo que ver con interacciones entre madre-hijo: un regreso al Edipo y al problema de la interpretación psicoanalítica.

Deleuze y Guattari sugieren una línea de fuga para ver hasta dónde se puede explorar la vida fuera del Edipo; a esto le llaman Esquizoanálisis (Schizoanalysis). En muchos sentidos, es una línea similar a la que Bateson tomó cuando se distanció del movimiento estratégico para trazar una conexión entre locura y creatividad; surgió del famoso pleito entre Bateson y Jay Haley sobre el “poder” como constitutivo de la patología, y sobre el uso de poder terapéutico (Bateson, 1969, pp.462-3).

La vida como experimentación en plateaux. Vivir como un autor. Vivir como un autor. V¿Cómo se podría vivir? Es la pregunta que expusimos al inicio de este artículo y que tal vez ahora podemos empezar a abordar. Para Deleuze, la vida es una experimentación, un compromiso activo con el mundo en la constitución de

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un chaosmos a la manera de James Joyce: “un caos compuesto, ni previsto ni preconcebido” (Deleuze y Guattari, 1991, p. 204). La vida es un devenir ético – el artista no busca crear individuos sino individuaciones que están siempre en proceso de devenir. Éste es un concepto similar al de Heinz von Foerster cuando dice: “Human Becoming instead of Human Being” (Cecchin, Barbetta y Toffanetti, 2005; Barbetta y Toffanetti, 2006).

A esto se refieren Deleuze y Guattari con su concepto de devenir, que siempre se “deviene otro”, se está llegando a ser otro; no se enfatiza la expresión de “lo que somos” sino la creación a través del encuentro con el otro, con lo que podríamos devenir. Este proceso de experimentar con nuestra vida se evalúa a través de la habilidad de engendrar relaciones únicas – no conocidas antes – con el afuera, las cuales no sólo funcionan (tienen sentido) sino también eluden, evaden, formas establecidas de conocimiento. Y al igual que las ideas de Bateson, la individuación Y al igual que las ideas de Bateson, la individuación Yde la que habla Deleuze no puede pensarse si está separada de su ecología; y su devenir también es el devenir del ensamblaje, pues no hay un devenir del individuo que no implique un proceso igual del otro lado: el devenir de uno mismo está emparejado con el devenir del otro, de tal manera que una distinción entre estos dos procesos es altamente arbitraria. El self y el mundo son subproductos de la misma self y el mundo son subproductos de la misma selfmáquina deseante (Deleuze y Guattari, 1983, p. 2).

Para Deleuze, devenir es una individuación que no está centrada en el selfsino en el acontecimiento; constituye una “lógica de individuación impersonal en lugar de una individualización personal” (Rajchman, 2001, p. 8). Un devenir deleuzeano transciende a la persona y presenta una singularidad – un momento y una circunstancia – que está única e íntimamente asociada con un tiempo y un lugar en el afuera: una “ráfaga de viento” (Deleuze, 2001; 1995, p. 26).

Deleuze y Guattari (1983, p. 2) comentan que quizá una imagen más adecuada de la vida es la de un esquizofrénico que anda paseando – encontrándose con el exterior: continentes, razas y políticas – en lugar de la imagen de un neurótico acostado en el sillón del analista, completamente preocupado con una interioridad que no tiene otra referencia externa que su familia nuclear. En esto, nuevamente, Deleuze y Guattari están cerca de lo que dice Bateson y de su interés por entender la mente dentro de una ecología más grande que la del individuo; una ecología que continúa en serio peligro por la obsesión de cortar, enajenar y explotar. Como Deleuze, que aclara que su concepto de esquizofrenia es de una clase diferente a la presentación clínica – la que para ellos es un proceso esquizofrénico fallido14

– Bateson reconoció en el Doble Vinculo un molde que no sólo explica la patología, sino que también puede ser profundamente terapéutico (Bateson, 1997, en particular la parte III).

El devenir que Deleuze y Bateson requieren a través de sus teorías,

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obstinadamente afirma la vida sin ningún humanismo heroico. Tal vez su mejor ejemplificación está en una de las obras preferidas de literatura de Deleuze, Bartleby el escribano: Un cuento de Wall-Street por Herman Melville. El cuento termina con la exclamación algo exasperada del narrador de la historia, el abogado a quien empleó el escribano: “¡Ah, Bartleby! ¡Ah, humanidad!” (Melville, 1853, p.74).

Un abécédaire batesoniano: ¿Un feliz encuentro?En los últimos años de su vida, Deleuze fue filmado en un documental en el que fue entrevistado por Claire Parnet. Le pidieron que usara las letras del abecedario – en francés: abécédaire.15 Para él, fue una oportunidad de presentar sus ideas en un formato accesible. Nadie había pensado en entrevistar a Bateson de la manera en que Claire Parnet entrevistó a Deleuze. Sin embargo, Bateson fue capaz de acabar mucho de su proyecto gracias a Mary Catherine Bateson (Bateson y Bateson, 1987), Rodney Donaldson (Bateson, 1991), y, más recientemente, Nora Bateson, quien acaba de terminar un documental acerca de su padre (Bateson, 2010).

Escogimos empezar con la letra B del abécédaire de Deleuze, porque encontramos un tipo de voz única conectando la Cibernética del self (Bateson, 1971) con la palabra Boisson en el abécédaire de Deleuze (como referencia en inglés consultar a Stivale, 2000). Es como si las dos piezas vibraran en un plateau común de intensidad, sin jamás alcanzar el clímax. Un pensamiento vivo, algo a lo que siempre es posible agregarle nuevas perspectivas, como en el perspectivismode Nietzsche (Nietzsche, 1990). Además, nuestra elección de Boisson de entre las otras letras en su abécédaire no es casual, porque nos refiere a otro punto en común entre Bateson y Deleuze: su manera de considerar el alcoholismo como una vida enredada en una paradoja.

B como Bebida/Borrachera (inglés: Drink/Booze – francés: Boisson)Boisson)Boisson“B es algo particular… se refiere a ““B es algo particular… se refiere a ““ boisson” (bebida/borrachera). Bueno…, usted ha tomado y ahora ha dejado de hacerlo. Quiero saber qué significaba cuando tomaba. ¿Significaba placer? ¿Qué era?

Claire Parnet planteó esta pregunta: “Ha tomado mucho… ¿qué significaba cuando tomaba?” La pregunta está planteada a un filósofo, a una persona que crea conceptos; al mismo tiempo está planteada a un alcohólico, a una persona que tomaba mucho. Deleuze fue, por un periodo de su vida, un gran bebedor. En esta pregunta las dos cosas se enlazan: un filósofo alcohólico, un alcohólico filosófico.16

El alcohólico sabe que todo es cuestión de cantidad. No es que un bebedor no tenga una bebida favorita. Al contrario: cada bebedor tiene su propia preferencia cualitativa, una especie de elección. Sin embargo, para el alcohólico el

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problema tiene que ver con la cantidad y la repetición; la última es la repetición de la primera y viceversa. Y ¡qué importante es el penúltimo (pain-you’ll-with-matela primera y viceversa. Y ¡qué importante es el penúltimo (pain-you’ll-with-matela primera y viceversa. Y ¡qué importante es el penúltimo ( ) en esta lista! El dolor de quedarse con mi compañero: la botella, la simetría con la botella. Como filósofo, Deleuze crea un concepto, una síntesis de la experiencia anteriormente descrita. Crea la maravillosa declaración: “Un alcohólico nunca deja de cesar de beber, nunca cesa de extender la mano para alcanzar la última bebida.” Un concepto filosófico acerca del alcoholismo, la filosofía del alcoholismo: No hay suelo; estoy habitado por un abismo. El centro del abismo es el penúltimo vaso.

Bateson argumenta que no hay tal “self-making-man” (el hombre que se hace a sí mismo), el que alcanza el propósito consciente de dejar de beber. Desde Naven (Bateson, 1958), Bateson intentaba demostrar que ideas como el self y el ego eran una construcción cultural del mundo occidental. A partir de Naven, estaba convencido que en arché (al inicio) había logos: la palabra griega que viene del verbo legein, que, entre otras cosas significa “enlace”, “vínculo” o “conexión.” ¿Qué tiene que ver todo esto con la bebida/borrachera (boisson)? Si aceptamos la invitación de Deleuze-Guattari y nos deshacemos del triángulo edípico (madre-padre-hijo) como modelo universal, repensaremos cada fenómeno social como una consecuencia de contextos múltiples (Pearce, 2009), como perteneciente a un Dispositivo. No es que en otros mundos culturales la gente no beba; también han de sufrir las consecuencias físicas del consumo de alcohol, como la enfermedad de Korsakoff, el delirium tremens, la cirrosis hepática, y probablemente también morirán. A pesar de esto, esta dinámica no es necesariamente un drama social. Para que el beber sea un drama social, necesitamos el contexto cultural de atravesar la frontera que separa a un self exitoso de un desastre social. Por decirlo así, la frontera self exitoso de un desastre social. Por decirlo así, la frontera selfentre Estados Unidos/Puerto Rico. Por supuesto que no es una frontera geográfica; pero tiene un uso, como pronto veremos. En este sentido, la palabra frontera debe entenderse como una metáfora, como cuando hablamos de “borderline” (límite, frontera), palabra ampliamente usada – si no abusada – desde el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) hasta Joni Mitchell.17 Así, Puerto Rico puede considerarse como un país borderline (línea fronteriza) y Massachusetts como un país viejo, maligno y narcisista que se ha convertido en un país curativo/perfecto/académico, con fantasmas dando vueltas por doquier, como nos enseñó Nathaniel Hawthorne.18

Con este espíritu, vamos a presentarles una narrativa de una sesión familiar, observándola desde la posición de un antropólogo batesoniano/deleuzeano: Una familia Puertorriqueña que vive su vida en Massachusetts; una vida común y corriente que vive la vida en calidad de extraño.

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Un mes de Gracia (Una historia “clínica” y reflexiones) En el siguiente relato trabajaremos con diferentes niveles de discurso, y usaremos cursivas cada vez que hagamos referencia a palabras que no son “nuestras” (diferenciándolas de las cursivas utilizadas para indicar títulos de libros o de párrafos introductorios o frases que no pertenecen al castellano. Nota del traductor). Con esto, intentamos ponernos en una posición irónica hacia el Dispositivo. O sea, las cursivas significan que estamos usando el discurso de los Sistemas de Bienestar (Welfare System, en esta traducción llamado Seguro Social) con el fin de construir un tipo de Heteroglossy (Bakhtin, 1981).

Uno de nosotros (Pietro) recuerda una consulta en Massachusetts con una familia Puertorriqueña.19 La familia estaba recibiendo asistencia del Seguro Social por muchas razones. Julio (el nombre que le dimos al padre) era un alcohólico en remisión, y tenía (según su expediente clínico) un retraso cognitivo leve [¡sic!]. Gracia (el nombre que escogimos para la madre) era obesa y parapléjica (otra vez, según su expediente clínico; por suerte tenía suficiente inteligencia, por lo menos de acuerdo con los estándares de Massachusetts). La pareja tenía dos sobrinas adolescentes (Linda y Madalena) y un niño de cinco años (Pedro), viviendo con ellos. Una de sus sobrinas no estuvo allí con ellos porque desapareció estando embarazada. Pedro, el niño de cinco años a quien cuidaban, era hijo único de una mujer adicta al crack. Informaron que la mujer estaba apoyaba el cambio de una situación de tutela a una de adopción.

Como se puede ver en esta breve descripción, estaban reportando los problemas del Seguro Social con Pietro, y utilizaban el mismo lenguaje que el Seguro Social normalmente usa cuando valora este tipo de situaciones: grupos estandarizados que destruyen cualquier tipo de relación y donde está borrado cualquier tipo de particularidad referente al sujeto. Esos son los tipos de prácticasde subjetificación que se llevan a cabo en hospitales, cárceles, asilos y, quizá en su manifestación más terrorífica, en campos de concentración.

La primera parte de la conversación fue llevada a cabo por personas de origen puertorriqueño que estaban subjetivadas en Massachusetts, y hasta Pietro compartió esta subjetisación en este inicio. Pietro era un extraño allí, quizá más extraño que ellos. Él era profesionista, como la gente del Seguro Social, y sentía una ambigüedad dentro de sí mismo; el momento para extender una línea de fuga, pues aunque no había necesidad de movimiento, todos tenían algo en común que podría crear esta posibilidad: él tenía algo en común con el Seguro, a pesar de no usar su lenguaje clasificador, y ellos también tenían algo en común con el Seguro, ya que usaban su lenguaje, pensando quizá que era el lenguaje que él entendería.

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Líneas de fuga (lines of flight)En la terapia, la familia estaba hablando con Pietro de varias cuestiones:1. La posibilidad de transformar la tutela del niño en adopción. Pietro no tenía poder para hacer algo al respecto. Por su posición de extranjero, no podía integrarse al Instituto de Massachusetts de Subjetificación. Eso era la primera línea de fuga: “Si no puedo hacer nada acerca de su situación social, ¿por qué estamos aquí?” A partir de este punto, ellos podían haber considerado inútil esta conversación, algo irrelevante, pues no estaba relacionada con el “Seguro Social real”.20 Pero no lo abandonaron; fueron generosos con Pietro: le dieron la bienvenida. Y puesto que Pietro no les era útil, ni al sistema en el que estaban enredados, él no podía imponer nada, ni siquiera podía liberarlos. Así que crearon un espacio (in)útil para la libertad de expresión. 2. El bienestar de Madalena. En la segunda parte de la conversación, Gracia y Julio se mostraron preocupados por Madalena, la joven embarazada que se había ido. Fue la primera oportunidad para hablar sobre los elementos afectivos (deseantes) del diálogo. Fue una conversación difícil para Pietro, porque no entendía ni una palabra de español, y necesitaba un traductor, pero Linda – la hermana de Madalena – hablaba inglés con fluidez. Mientras Pedro – el niño de cinco años – dormía en una silla, Linda explicó que Madalena seguido se iba y luego regresaba a la casa, como si nada hubiera pasado, y estaba segura de que esta vez sería igual.

Pietro sintió que en esta parte del coloquio hubo un cambio: estaban hablando sobre cómo vivir la vida en términos deleuzeanos. Una hermana sabe cómo opera la otra; comparten algo, tienen algo en común. Linda entiende la manera de vivir de Madalena, sus relaciones con la gente, las decisiones que toma. Tal vez pueda considerarse que Madalena está secretamente en contacto con su hermana. Desde este punto de observación, inmediatamente todo se vuelve fascinante. Linda habla rápido, suena muy americana. A veces, a Pietro le cuesta seguirla aunque lo comprende todo. La percibe inteligente y sensata, con toda una vida por delante; podría llegar a ser artista, académica, científica. Pietro no puede dejar de pensar: “¡Que fantástica Wille zur Macht (voluntad de poder) ella está esparciendo!” 3. El tercer y más importante argumento fue la exigencia de Julio de regresar a Puerto Rico, a lo que Gracia se opuso con fuerza: “si regresamos, perdemos todos los beneficios que recibimos de Massachusetts, y ¡él empieza a tomar de nuevo! ¡Jamás haremos eso! Él es peligroso: ¡tratando de destruirse, nos arruina a todos!” He aquí el conflicto entre Gracia (que toma la parte de Massachusetts) y Julio (el Puertorriqueño); un conflicto que involucra las políticas del cuerpo y de la mente: el cuerpo de Gracia y la mente de Julio… y también el cuerpo de Julio y la mente de Gracia. En cierto sentido, podríamos ver a Julio como un cuerpo social formado por

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el Seguro Social de Massachusetts. Su manera de hablar – “– “– ¡Tengo cuarenta y siete años, trabajé toda una vida y me van a negar un vaso de ron!”, “Bueno me quedo aquí, me gusta el baseball y me consuela la nostalgia de mi casa”21 – era típica de un niño que hace rabietas que luego intenta reparar. Sus expresiones, su manera de sonreírle a Pietro, “el Doctor”, su manera de moverse y mirar a su alrededor; todos estos gestos parecían hechos para mantenerse por debajo de los límites de tolerancia del dispositivo del Seguro Social. Y su manera de sujetarse tenía éxito. Al parecer, sabía hasta qué límite podía expresar sus afectos y estados de ánimo. Pietro pensó que no tenía ningún retraso mental en Puerto Rico; llegó a ser retrasado mental en Massachusetts. Fue una mala-medida: estaba pagando el precio por ser aceptado en Massachusetts, una discriminación benévola (gentile (gentile ( ).

Pietro pensaba para sí mismo: muchos años antes, había estado allí en un periodo de estudios. En ese entonces, no hablaba un inglés decente y tampoco conocía mucho sobre el estilo de vida de allí. En otras palabras, tenía malos modales y, como Julio, se portaba inapropiadamente. Y mientras observaba a Julio, en un fluir de la (in)consciencia, seguía las conexiones a través de las cursivas – decente, malos modales, inapropiadamente –. De repente, sintió la disonancia que había sentido cuando estuvo allí en 1991: una persona que había vivido hasta ese momento en otro lugar, un extranjero que supuso que su manera de vivir la vida era correcta – y apropiada al entorno social – y que, de repente, se da cuenta que lo que daba por hecho – aun con una frase sencilla como “Conocí a una chica que estudia antropología” – ya no estaba a su disposición, pues los académicos a su alrededor – sus compañeros en su nuevo entorno – se reían en secreto porque la palabra “chica” no era apropiada, etcétera. En ese instante, Pietro sintió que compartía algo con Julio, porque él también – allá en 1991 – a veces sintió la misma actitud infantil de necesitar preguntarle a otros – en este caso a sus colegas – si se había portado apropiadamente haciendo tal o cual cosa. Al fin y al cabo, no eran tan diferentes: ambos eran extranjeros, y en el sentido más amplio de la palabra, latinos. Pero el Pietro infantil – a diferencia de Julio – era un estudiante listo y ansioso por aprender buenos modales.

Pietro, entonces, estaba en la buena posición de ser el consejero, mientras que Julio estaba en la mala posición de ser el retrasado mental. En esta posición Julio puede expresar su deseo de regresar a Puerto Rico sin que haya consecuencias, pues uno se puede imaginar al Sistema Social – el Dispositivo – comentando: “¿Conoces a este hombre...? Tiene un retraso mental; no sabe lo que dice y sus afirmaciones no tienen consecuencias. Podemos continuar financiando a la familia.” Después de más de una hora de conversación, Pietro decidió hablar con sus colegas en el equipo, que estaba compuesto de muchos latinos. Cristóbal Bonelli, terapeuta familiar y antropólogo de Chile, dijo algo que emocionó mucho a Pietro,

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probablemente de gran ayuda para la familia. Fue una especie de discurso delirante, una visión. Pongamos sus palabras a la manera de un poema:

Veo un túnel que conectay desconectados lugares

A la salida de un ladoveo un hospital

y eso es Massachusetts. Al otro lado veo un bar,

y eso es Puerto Rico.

Él se mantenía, como en un sueño, en el núcleo de todos los problemas que se iban esparciendo en la conversación. Además, durante el intervalo después de la sesión, una colega de Puerto Rico se acercó a Pietro para disculparse en nombre de la familia. Lo conmovió. Y sintió que había una especie de marca en el cuerpo de ella, una libra de carne [frase del Mercader de Venecia de Shakespeare. Nota de traducción] de mujer que venía de su pertenencia a la comunidad Puertorriqueña en Massachusetts. Pensó: “¿Y yo? ¿Qué me hubiera pasado a mí si hubiera seguido la consulta de otro colega con una familia italiana, digamos hace cincuenta años, hubiera tenido yo que disculparme? Probablemente. Entonces, ¿cómo responder para no reproducir estos mecanismos infinitos de subyugación? Uno podría decir: “Estaría orgulloso de pertenecer a un grupo de personas deleuzeanas, que son tan creativos que hacen contacto y se distancian de los Estados Unidos de una manera tan creativa y desterritorializada. Quizá sean traidores, pero no tramposos.”

Desterritorializaciones adicionalesMaría escuchó el caso de Pietro como lo hacemos muchos profesionales: como una reflexión y en medio de una conversación (de profesionales), como parte de la redacción de este artículo. María no podía dejar de apreciar su belleza – la belleza de un momento agraciado (Gracia) (¿de un mes? ... Julio) – y de preguntarse sobre las posibilidades infinitas que este acontecimiento nos ofrece, una vez que nos alejamos de la historia oficial – el caso clínico descrito por el sistema de expedientes, con definiciones clínicas de esta familia. Como en todas las industrias de servicios, el expediente representa más que un paciente, porque cada una de las definiciones suponen que alguien – los expertos – define al paciente, usando herramientas de evaluación y observación estandarizados. Como Pietro indicó anteriormente, es un dispositivo institucional muy efectivo – como diría Foucault – que asigna estatus y espacio a todas las partes. Las personas son reclutadas para estos roles

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con una docilidad espantosa. No sólo los clientes reciben los llamados beneficios sino también los profesionistas, cuyas prácticas les permiten obtener un salario (que en parte paga los beneficios). Todos actúan de buena fe, esperando que sus esfuerzos ayudarán en algo, sin sospechar que sus acciones no son tan inocentes e inseguras como lo desearían. La institución no está “allá afuera”, su participación, su docilidad... y la nuestra la actualizan.

Para Deleuze, difícilmente hay un poder de resistencia en el estado moderno más grande que el ilustrado en Bartleby, el escribano de Melville. Bartleby dice “Prefiero no hacerlo” (I prefer not to“Prefiero no hacerlo” (I prefer not to“Prefiero no hacerlo” ( ), y esta negativa abre el espacio para una respuesta que suspende las certezas y los guiones demasiado ensayados. Como terapeuta y miembro de este colectivo en busca de una salida creativa, ésta es una posición interesante. Porque si el plateau de Deleuze tiene algún poder es que, integrada a la definición constitutiva de cualquiera de estos dominios (territorios), hay una línea de fuga posible – o desterritorializaciones – que se abre a variaciones, a devenir otra historia, diferente a la de cuerpos dóciles que se construyen entre ellos/nosotros como médicos o pacientes en posiciones (anti)heroicas. Quizá es lo que quiso decir Humberto Maturana, hace muchos años, cuando comentó que tal vez más que preguntar qué quieren cambiar nuestros clientes deberíamos preguntar qué quieren mantener.

Sólo para abrirse más a tales posibilidades – pues Pietro ya había comentado sobre un sueño que atraviesa culturas y tiempos – María comentó que todavía nada se había dicho acerca de cómo esta familia de personas aparentemente desfiguradas puede funcionar a través del tiempo y el espacio y presentar una forma de vida que permite a un niño dormir (¿Podemos pensar en un gesto más inocente?).

Esto le recordó a María una familia que había visto hacía muchos años en Chile: los abuelos maternos y el nieto. El nieto se fue a vivir con sus abuelos después de que su madre empezó una nueva relación. Era un arreglo mejor para el niño y todas las partes estaban felices, hasta que la madre se enfermó y se mudó a la casa de los abuelos para que la cuidaran. Los abuelos sintieron que, por amor a su hija y a su nieto, ellos “tenían que distanciarse un poco para que la madre llegara a ser madre de su hijo.” Pero la madre se enojó y el niño fingió que ni madre ni hijo querían cambiar el arreglo. María les mencionó esto a los abuelos y el niño – quien no había querido hablar hasta ese momento – empezó a llorar. Le preguntó si su interpretación había sido correcta; él asintió con la cabeza. Y como Pietro, atrapado en una serie de recursiones reflexivas, ella pensó que mientras veía a esta familia leía El temor de los Ángeles (Angel Fear(Angel Fear( ) de Bateson (Bateson y Bateson, 1987); entonces recordó una frase escrita por Bateson que su hija – Nora – incluyó en su reciente sitio de internet: “los principales problemas del mundo son el resultado de la diferencia entre cómo funciona la naturaleza y la forma de pensar de las

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personas”. Casi treinta años después de haber visto a esta familia, el gesto del niño todavía tiene mucho sentido.

Pietro resuena con esto y comenta que en Se questo É Un Uomo de Primo Levi (Levi, 1947), hay una descripción de un prominente (palabra que usó Levi para describir a una persona que trataba de sobrevivir, usando cualquier recurso etológico): Henri. Henri aprendió rápido la forma de obtener la compasión de “tipo hijo” (“son ty“son ty“ pe”son type”son ty ); siempre pudo mantenerse por debajo del umbral de lo que los Nazis consideraban tolerable, y su fingir pronto llegó a ser lo que él creía. Henri puede considerarse el opuesto del “Prefiero no hacerlo” de Bartleby. Henri era traficante; obtenía mercancía del campo del sector inglés; se hacía amigo de todos de los que se podía aprovechar para sobrevivir. El alma de Julio contiene a ambos: Bartleby y Henri. Es decir: este caso no se puede entender a través de la narrativa de Edipo, al pensar en el triángulo de Julio con su madre y su padre, y de cómo estaba apegado/abandonado por su mamá, o de cómo su padre era autoritario/ausente de la familia, etcétera. Parece que pasó lo mismo en la sesión de María con el niño y sus abuelos. Esto tiene que ver con las fronteras culturales – no con las fronteras “reales”, pues sabemos que Puerto Rico es una isla (entre dos lugares y/o), como en el caso de la familia Chilena – con series de definiciones. Demos por hecho que Julio tenía una madre abandonadora y un padre alcohólico. Sucede a menudo en estos casos. ¿Importa esto mucho en una línea de observación deleuzeana? Si es así, la cuestión es: ¿Por qué Julio no es Charles Bukowski, Antonin Artaud o Marilyn Monroe? Ésta podría ser un cuestionamiento deleuzeano. Julio no puede vivir otra vida que la de retrasado mental en Massachusetts. Sólo tiene una oportunidad – regresar a Puerto Rico – pero ésta está atrancada (bar-red). El retraso mental es la línea de fuga que acepta, para no desperdiciar su vida recogiendo propinas en un bar de Massachusetts, a cambio de bebidas que no puede tomar.bar de Massachusetts, a cambio de bebidas que no puede tomar.bar

La referencia es el hospital, donde la familia vive ahora, no el bar atrancado. bar atrancado. barPero el hospital es el dispositivo que le da forma a la familia como es ahora. Para el hospital, quizá el alcoholismo es el problema más importante; no por el problema del alcoholismo sino porque – en el orden del discurso del Seguro Social – si Julio toma, ellos pierden todo. Así que el alcoholismo es el orden del discurso en el cual están enredados. A la vez, la abstinencia es la única manera para seguir viviendo en Massachusetts y, por supuesto, beber la única manera para regresar a Puerto Rico:tretium non datur – un sistema atorado –, decía Gianfranco Cecchin.

¿Pero, hay un truco en el hospital (no en los profesionistas enredados en el sistema)? Sí, porque al imponer la abstinencia como condición (una especie de línea muerta, sin fecha límite) para vivir en Massachusetts, el hospital (es decir, el Seguro Social) se comporta como institución humanitaria: los protege económicamente, cuidando obesidad, paraplejía, retraso mental, problemas sociales, lingüísticos y

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culturales, para que la familia se vea obligada a adoptar a Pedro como un Puertorriqueño de segunda generación en Massachusetts.

Gracia trata de cooperar. Ella sabe que tienen que sobrevivir, que la vida tiene que continuar. Pero tiene marcas en su cuerpo: está parapléjica y obesa. Pero permanece en la sesión como siempre, con su silla de ruedas y – supone Pietro – con – supone Pietro – con –sus 80 libras de exceso, sólo para quedarse atorada. Tal es la gracia de Gracia: Si tuviera el cuerpo de una bailarina y si estuviera bailando en algún bar en Puerto Rico, probablemente sería una des-gracia. No poder caminar y estar gorda son metonimias para su cuerpo que mantienen a Julio fuera de un bar y salvan sus vidas. Un mes de gracia, “la Montaña Gracia”, con un túnel, que no va “realmente” a Puerto Rico, pero que crea una línea de fuga para Linda y Madalena; ellas todavía pueden volar; tienen buenas alas todavía..

La única manera en que la institución puede arreglar este caso - lidiar con esta presentación de la vida – es definir por grupos: retrasado mental, alcohólico, obesa, parapléjica... Estas personas necesitadas se someten, contestan la interpelación, comportándose como si fueran estas definiciones, adaptándose y disponiéndose como cuerpos dóciles. No hay salida usando la realidad y la racionalidad: lo racional es real y lo real es racional (escribió Hegel): el doble vínculo del Estado Ético. El sueño de Cristóbal es una manera poética de describir el sistema, y para descarrilarlo de la realidad a lo imaginario ahora ellos pueden continuar fingiendo: como fingir ser bienvenidos en un hospital cómodo – Massachusetts. No nos dejemos – Massachusetts. No nos dejemos –engañar pensando que esto sólo les sucede a los latinos en Massachusetts. Sería un alivio si éste fuera el caso, por lo menos para algunos. Las dinámicas del Orden del Discurso, los regímenes y los dispositivos que transforman nuestros deseos y nuestros sueños en cuerpos dóciles no pertenecen a un lugar concreto, pertenecen a un estilo de vida que no respeta nuestra ecología de la mente.

Notas al final de la página 1 Artículo original en inglés: Queremos agradecer a John Morss por pulir nuestra gramática inglesa y ayudarnos en formar el estilo literario de este artículo. Deleuze nos advierte que debe separarse este proyecto revolucionario de revoluciones reales, que por consolidar un régimen totalitario acaban en la miseria. Foucault indica que el espiritu revolucionario que Deleuze invoca es más proximo a la definición de Ilustración de Kant.3 May clarifica que ya no es la pregunta de la filosofía antigua – ¿cómo se debe vivir?- sino que se transformó durante el periodo moderno en ¿cómo se debe actuar?4 Esto se realiza leyendo la actividad inconsciente, como los deseos perversos, los cuales fundamentalmente tienen que ver con mamás y papás; la psique edípica del psicoanálisis.5 Esto se conecta mucho a la idea de Foucault de la construcción de cuerpos dóciles y gobernables.6 Un concepto que tomaron de Bateson. Más adelante en el artículo, regresaremos a este punto.7 El mismo argumento también se utiliza para adultos.8 Un concepto que Deleuze seguramente tomó prestado de Bergson.9 Foucault argumentaría que esto se hace con el proposito de gobernabilidad y, como tal, no

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necesariamente se logra por completo. 10 Ésta es una definición singular. Para Deleuze, como individuos – especialmente en la sociedad globalizada en que vivimos – estamos constituidos como multitud, y como tal, co-existimos en una multitud de tales dispositivos.11 Puede entenderse esto sabiendo que muchos terapeutas en psicoanálisis y terapia familiar han adoptado el enfoque estructural funcionalista de Parsons a los sistemas, vs la opinión de Bateson.12 La inmanencia de sistemas es central para ambos pensadores: un respeto fundamental a la autonomía de los sistemas observados. Se puede argumentar que esto es un hilo que conecta a lo largo de la historia de ideas radicales que definieron la terapia familiar.13 Eso ha sido la razón por la que muchos estudiantes de Deleuze y Guattari, y de Bateson, han pensado que eran relaciones hetero-sexuales, comparando prácticas occidentales con orientales. 14 Con todos los elementos de un proceso esquizofrénico no funciona, colapsa en un montón.15 Mantenemos la palabra francesa porque es bien reconocida entre académicos anglosajones.16 Otra vez en un giro de ironía, Bateson también comenta que “los alcohólicos son filósofos en el sentido universal, que son guiados por principios altamente abstractos” (Bateson, 1971, p. 291).17 ¡Su canción tiene un uso mucho más rico e interesante en comparación con el DSM!18 A través de novelas como The Scarlet Letter y the House of the Seven Gables.19 La consulta se llevó a cabo en un programa organizado por Marcelo Pakman. No mencionamos ni el nombre del programa ni el periodo o los lugares involucrados para preservar la privacidad de la gente involucrada.20 Un buen ejemplo de los efectos totalizadores que tiene “lo real”. En éste lo “real”(realidad) no tiene distinción de lo “real” (realeza).

Bilbiografía- Bakhtin, M.(1981). The Dialogic Imagination. Austin: University of Texas Press.- Barbetta, P. (2003). Cultura, familia, persona. Psicoterapia y Familia. 16 (1): 33-44.- Barbetta, P. y M. Pakman (2006). “Anorexia Hysterica”: La identidad y la cualidad equivocal de la comunicación. Psicoterapia y Familia. 19 (1): 12-24.- Barbetta, P. y D. Toffanetti (2006). Divenire Umano: Von Foerster E Lanalisi Del Discorso Clinico. Roma: Meltemi.- Bateson, G. (1949). Bali: The value system of a steady state. En Steps to an Ecology Of Mind. Frogmore: Paladin.- Bateson, G. (1958). Naven: A Surveyy of the Problems Suggested by a Composite Picture of the Culture of a New Guinea Tribe Drawn from Three Points of View. Stanford: Stanford U. Press. - Bateson, G. (1966). From Versailles to Cybernetics. En Steps. Frogmore: Paladin.- Bateson, G. (1969). Pathologies of epistemology. En Steps. Frogmore: Paladin.- Bateson, G. (1971). The cybernetics of “self”: A theory of alcoholism. Psychiatry, 34, 1-18.- Bateson, G. (1977). The birth of a matrix. Our double bind and epistemology. En A Sacred Unity: Further Steps To An Ecology Of Mind. N.Y.: Cornelia & Michael Bessie Book.- Bateson, G. (1991). A Sacred Unity: Further Steps to an Ecology Of Mind. N.Y.: Cornelia & Michael Bessie Book.- Bateson, G. (2002). Mind And Nature: A Necessary Unity, Cresskill, N. J.: Hampton Press Inc. - Bateson, G. y M.C. Bateson (1987). Angels Fear: Towards an Epistemology of the Sacred, N.Y.: Macmillan.- Bateson , N. (2010). An Ecology of mind: A Daughter’s Portrait of Gregory Bateson [Online], available: Http: //Www.Anecologyofmind.Com/Index.Html [Accessed 9/1 2011].- Cecchin, G., Barbetta, P. y Toffanetti, D. (2005). Who was von Forester, anyway? Kybernetes. 34,

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24Año 2012, Vol 25, No 1

MODELOS MATEMÁTICOS EN LAS RELACIONES DE PAREJA

Clara E. Garza-Hume* y Francisco Avilés-Gutiérrez**

ResumenEl presente trabajo está basado en un taller realizado durante el X congreso de la Asociación Mexicana de Terapia Familiar (AMTF), en Querétaro, en noviembre del 2008. En este taller se analizaron algunos aspectos relacionados con el aumento en la tasa de divorcios en México. Se presentó un modelo matemático que se ha utilizado para estudiar relaciones de pareja y se discutieron algunas fuentes de tensión en las parejas mexicanas contemporáneas. Se concluye con algunas recomendaciones para el trabajo clínico.Palabras clave: modelos matemáticos, relaciones de pareja, estresares

AbstractThis paper is based on a workshop that took place during the Xth Congreso of the Mexican Association of Family Therapy (AMTF) in Querétaro, in November 2008. In this workshop we analyzed aspects related to the increase in divorce rates in Mexico. We presented a mathematical model that has been used to study marital relations and discussed sources of tension in Mexican contemporary couples. Some suggestions for therapy are given.Key words: mathematical models, couple relations, stressors

Es una realidad estadística que el número de separaciones y divorcios se ha incrementado considerablemente en las últimas décadas en el mundo occidental. México no es la excepción. Las causas de este fenómeno son de naturalezas diversas y exigen enfoques multidisciplinarios para su comprensión. El presente trabajo está basado en el taller “Las matemáticas del Matrimonio” que se llevó a cabo durante el X Congreso de la Asociación Mexicana de Terapia Familiar AMTF, Querétaro, 15 de noviembre del 2008. En el taller se presentó el modelo matemático de Gottman-Murray para el estudio de las relaciones de pareja y se analizaron las fuentes de tensión en las parejas mexicanas contemporáneas de acuerdo a la experiencia clínica de los terapeutas familiares participantes.

_____________________________* Se agradece la colaboración de Ramiro Chávez en la figura 3 y de Claudia Fájer por sus comentarios y recomendaciones al manuscrito.** Doctora. Matemáticas y Mecánica, Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS), UNAM. *** Doctor en Psicología. Maestro en Terapia Familiar y supervisor. UAM-X, IFAC, Presidente de la AMTF 2005-2006 y 2012-2013. [email protected]

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Planteamiento del problema y objetivosEl estudio de las relaciones de pareja utilizando modelos matemáticos es relativamente reciente. Uno de los grupos pioneros en esta dirección fue el encabezado por los doctores John Gottman, terapeuta de parejas y James Murray, matemático. En 1992 comenzaron un estudio en el estado de Washington, EUA, con 700 parejas de recién casados. Se colocaba a cada pareja en un cuarto y se les pedía que discutieran un tema conflictivo de la relación. Sin la presencia de nadie más, discutían durante 15 minutos. Esta conversación se videogrababa y posteriormente se analizaban tanto las expresiones faciales y corporales como las palabras para asignar una calificación a cada turno al habla, con base en los conceptos de negatividad y positividad definidos por los autores. Este procedimiento se utilizó para clasificar a los sujetos en parejas de bajo riesgo y parejas de alto riesgo y para pronosticar ya sea divorcio o infelicidad dentro del matrimonio. Sorprendentemente el pronóstico de divorcio fue acertado en un 94% de los casos (Murray, 2004).

Para tratar de entender este resultado desde otro punto de vista, el Dr. Gottman consultó al Dr. D. Murray, un reconocido matemático, quien desarrolló, con base en modelos establecidos en biomatemáticas, un modelo para analizar las interacciones de las parejas. Los resultados de esta colaboración fueron publicados en el libro The Mathematics of Marriage. Dynamic Nonlinear Models (Gottman, Murray, Swanson, Tyson y Swanson, 2005). A partir de esta obra, nos surgió el interés de presentar las ideas básicas de este modelo y discutir su aplicabilidad clínica en el contexto mexicano. Para avanzar en esta dirección nos propusimos desarrollar el taller arriba mencionado.

Un objetivo fue generar una discusión en un grupo de terapeutas familiares sobre los modelos de relaciones de pareja que encontraban cotidianamente en su práctica clínica y sobre la posibilidad de utilizar modelos matemáticos para el análisis y comprensión de algunos aspectos de las dinámicas de pareja. Un objetivo complementario fue discutir acerca de las tendencias del cambio cultural, cómo este cambio afecta los valores y las expectativas de las parejas y posteriormente generar recomendaciones para el trabajo clínico. Para guiar esta discusión se plantearon las siguientes preguntas:

¿Cuáles son los principales estresores que influyen en la generación de conflictos?¿Qué variables intervienen hoy en día para generar satisfacción y estabilidad en el

matrimonio? ¿Cuáles son las principales expectativas de las parejas con respecto a su relación? ¿Cuál es la influencia de la familia extensa? ¿Cuál es el papel de las creencias religiosas? ¿Qué efecto tiene en las parejas una mayor flexibilidad sexual?

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¿Cómo pueden los terapeutas ayudar a crear contextos que generen estabilidad y satisfacción? A continuación presentamos brevemente el modelo de Gottman-Murray y posteriormente resumiremos los resultados del taller.

Modelo MatemáticoEn el experimento original de Gottman arriba mencionado se asignaba una calificación a cada turno al habla de la esposa y el esposo en una conversación sobre un tema de conflicto; por ejemplo, a una manifestación de cariño se le asignaba un valor de +4, al lloriqueo un valor de -1, al desagrado un -3 y al desprecio un -4. La calificación era la positividad menos la negatividad (o la razón entre positividad y negatividad). A esta calificación acumulada a lo largo de la conversación se le llama Variable de Gottman-Levenson (Gottman et al, 2005)

A partir del análisis de los resultados se construía una gráfica tipo ``Dow Jones’’. Resultó sorprendente el poder predictivo de esa variable y se decidió construir un modelo matemático para comprender el fenómeno. La ventaja de los modelos matemáticos, a diferencia de los estudios estadísticos, es que permiten entender los mecanismos subyacentes y los parámetros fundamentales del fenómeno en cuestión.

Figura 1. Gráficas de una conversación de una pareja típica de bajo riesgo y una de alto riesgo.

Hay una larga historia de modelación en biología. En particular, en el

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contexto de poblaciones animales que interactúan, están los modelos de dinámica de poblaciones (Lotka-Volterra) en los cuales el tamaño de una población en cada momento está en función de la otra. (Véase [M]). Murray propuso un modelo similar para el contexto de las relaciones de pareja que se describe a continuación. La herramienta usual para la modelación de los cambios es el Cálculo y las Ecuaciones Diferenciales ó en diferencias.

Si denotamos por y los puntajes de comportamiento de la esposa y el esposo, respectivamente en el turno

los puntajes de comportamiento de la esposa , entonces los puntajes al tiempo

siguiente dependen de los puntajes de ambos en la interacción inmediata anterior. Matemáticamente la sucesión de puntajes está dada por un par alternante de ecuaciones en diferencias que se escriben de la siguiente forma:

,

donde y determinan la manera en que los nuevos puntajes dependen de los puntajes anteriores; esa manera depende de cada pareja, no es algo que se sepa a priori. Por lo tanto la forma de las funciones debe determinarse experimentalmente, a partir de las gráficas de la interacción. La asimetría en los índices se debe a que se está suponiendo, sin pérdida de generalidad, que la esposa habla primero. Para

poder determinar

se está suponiendo, sin pérdida de generalidad, que la esposa habla primero. Para

y se hacen ciertas hipótesis. Se supone que el puntaje de una persona es la suma de dos componentes: (1) la influencia interpersonal, a la que se llama “comportamiento influenciado” y (2) la dinámica individual de cada persona, a la que se llama “comportamiento no influenciado”.

Supusieron que el comportamiento no influenciado tiene la forma

Supusieron que el comportamiento no influenciado tiene la forma

,para la esposa y el esposo respectivamente, donde representan la inercia

emocional de cada uno. Si se denota por

para la esposa y el esposo respectivamente, donde

a la influencia del estado de la persona A al tiempo emocional de cada uno. Si se denota po

sobre la persona B entonces la afirmación de que el estado al turno la persona A al tiempo

es la suma de la influencia interpersonal y la dinámica individual se traduce en la siguiente expresión matemática:se traduce en la siguiente expresión matemática:

Las funciones de influencia se determinan suponiendo la forma general que

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deben tener con base en la experiencia con parejas y determinando los parámetros libres a partir de los experimentos. Es importante señalar que este enfoque es diferente al enfoque estadístico. ( Véase GM cap. 9). Como primera aproximación se usaron dos formas básicas para la función de influencia, una con dos pendientes y una constante por tramos:

Figura 2. Dos posibles tipos de funciones de influencia.

Teniendo la forma de las funciones de influencia se pueden estimar los parámetros necesarios y resolver las ecuaciones. Las soluciones suelen representarse en lo que se conoce como plano fase que en este caso sería la gráfica del estado de un cónyuge contra el estado del otro. Uno de los aspectos importantes es analizar los puntos de equilibrio, que son aquellos que no cambian con el tiempo. La figura (3) muestra un ejemplo de plano fase.

En las Figuras 3 que vemos a continuación, en el lado izquierdo se muestra en qué regiones del plano fase están contentos o tristes la esposa y el esposo. En el lado derecho se muestra un ejemplo de plano fase con un punto de equilibrio en la zona donde ambos cónyuges están “felices.” Los puntos representan el estado de la pareja conforme avanza el tiempo y van “fluyendo” en la dirección que marcan las flechas, que a su vez está determinada por las ecuaciones.

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Figura 3.

El análisis de las soluciones al sistema (Figuras 3) sugirió varios puntos:- En los matrimonios de alto riesgo lo que se observa es una incompatibilidad en las funciones de influencia, es decir, en la forma de discutir.- En matrimonios de bajo riesgo la influencia hace más positivos a los puntos de equilibrio, en matrimonios de alto riesgo los hace más negativos.- En matrimonios de alto riesgo la inercia, es decir la tendencia al no cambio, es mayor.- Cuando hay más de un punto de equilibrio en la relación, la condición inicial determina en cuál de ellos termina la discusión por lo cual es crucial empezar positivamente para poder terminar positivamente.

Sin embargo, podría repararse una interacción que ha empezado mal.

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-Surge una posible interpretación sobre los cambio de primer y segundo orden: en los de primer orden la pareja sólo se aleja del punto de equilibrio pero tarde o temprano tiene que regresar a él; en los cambios de segundo orden se cambian las funciones de influencia, por lo tanto también las posiciones de los puntos de equilibrio y este es el tipo de cambio deseable en un proceso terapéutico. -Otro punto importante es que el tener un modelo matemático permite hacer predicciones acerca del comportamiento del sistema en condiciones diferentes a aquellas en las que se midió, permitiendo proponer intervenciones terapéuticas en las parejas para generar cambios positivos.

A partir del modelo, Gottman y Murray diseñaron experimentos específicos que llevaron a las siguientes recomendaciones para las parejas que quieran mejorar su relación:

• Empezar las discusiones con suavidad.• Usar frases tipo “yo”; que cada quien hable por sí mismo. • Controlar las emociones , las actitudes negativas y en particular la violencia

verbal y física.• Eliminar el desprecio y la burla hacia el otro.• Conectarse emocionalmente en forma positiva. • Incrementar los aspectos positivos y gratificantes de cada uno y de la

relación. No basta con disminuir la negatividad. Los divorcios tempranos suelen asociarse más con la negatividad, mientras que los tardíos (16-20 años ó más) se asocian más con la falta de positividad.

• No ignorar los mensajes, necesidades y reclamos de la pareja. • Analizar con más profundidad el significado simbólico de los temas que

generan discusión.

Aportaciones del taller y discusiónDespués de la presentación dimos paso a una discusión con base en las preguntas iniciales. El tema central giró en torno a la identificación de las fuentes de tensión (estresores) que refirieron los terapeutas presentes en el taller, que trabajan con parejas mexicanas contemporáneas. Algunas de las fuentes generadoras de conflicto que se mencionaron fueron el dinero, el manejo del poder y la autoridad, los juegos de roles, las dinámicas de competencia y colaboración; la disponibilidad y administración del tiempo, la distribución de tareas y responsabilidades; el individualismo, el consumismo, el inmediatismo; la influencia de terceros (que pueden ser los hijos, la familia extensa, los amigos, los hobbies, las mascotas, las dependencias al juego, a las drogas-alcohol y otras). Los participantes más jóvenes mencionaron también los conflictos asociados a la vida sexual de las parejas, otras relaciones afectivas con

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o sin sexo o relaciones sexuales extramaritales con o sin afecto. Contrariamente a nuestras expectativas, el tema de la religión no apareció ni como generador ni como inhibidor de tensión. Cuando las parejas buscan ayuda profesional lo hacen por una sensación de insatisfacción y conflicto a veces generalizados y a veces focalizados que no logran resolver por sí mismas. Consideramos que los aspectos generadores de estrés en la dinámica relacional de las parejas contemporáneas tienen que ver, entre otras cosas, con los valores personales y del medio sociocultural en el que se vive. Los valores que se tienen determinan tanto las prioridades como las expectativas de las personas y esto puede darse de manera conciente y explícita, conciente e implícita o en forma inconciente (Sager, 1994). Una falta de claridad en cuanto a prioridades y expectativas así como la falta de modelos definidos de identificación y la diversidad de posibilidades para las mujeres y hombres de hoy puede generar tensión y conflicto en las interacciones.

Por todo esto consideramos que el trabajo clínico y terapéutico incluyera las siguientes recomendaciones:

1. Determinar cuáles aspectos del conflicto son contextuales, cuáles son personales y cuáles son relacionales. En este proceso es importante tomar en cuenta la etapa del ciclo vital en que se encuentran cada uno y la relación de pareja.

2. Tomar conciencia de las expectativas, necesidades y deseos personales así como del proyecto de vida individual y metas a corto, mediano y largo plazo. Estar consciente del costo personal y para la pareja que representaría la realización de este proyecto.

3. Aprender a comunicar en forma clara y directa, propositiva y constructiva así como a escuchar activa y respetuosamente.

4. Conocer las expectativas, necesidades y deseos así como el proyecto de vida y metas a corto, mediano y largo plazo de la pareja.

5. Valorar si las expectativas de ambos son viables dentro del contexto. En caso contrario analizar si se puede cambiar el contexto o si será necesario ajustar las expectativas de ambos para hacerlas viables.

6. Desarrollar habilidades de negociación para co-construir soluciones ganar-ganar y “quid pro quo”, disminuir las fuentes de tensión, negociar acuerdos, definir compromisos y tareas y trabajar en forma colaborativa.

7. Aprender a regular conjuntamente el nivel de negatividad y agresión que se deriva de las diferencias de opinión. Incrementar la tolerancia y aprender a manejar las situaciones de no cambio (que podrían ser numerosas).

8. Cultivar el bienestar, tanto individual como relacional a través del intercambio abundante y cotidiano de expresiones emocionales de bienestar,

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reconocimiento y apoyo mutuos y limitar la expresión de afectos de malestar en la medida de lo posible.

9. Reevaluar periódicamente el cumplimiento de los acuerdos, los resultados obtenidos y verificar si se han alcanzado niveles aceptables de estabilidad y satisfacción.

10. Si no se puede llegar a niveles aceptables de estabilidad y satisfacción, valorar otras opciones, tales como una buena separación, que también tendrá que definirse, negociarse y construirse.

Independientemente de cuál sea la fuente de conflicto, es indispensable poder comunicar y negociar, dentro y fuera de un proceso terapéutico. Hay parejas que lo hacen naturalmente, otras que pueden aprenderlo; pero siguiendo a Gottman, hay otras para las cuales será mucho más difícil, dado que tienen estilos incompatibles de interacción por lo cual les resulta muy complicado pasar del punto número 6, lo que acarrea un incremento en la frustración y disminuye las expectativas de cambio. Queda por responder la pregunta de si los estilos de interacción son modificables a partir del ejercicio de la voluntad y se pueden aprender o están determinados en mayor medida por el temperamento de las personas y no son modificables.

ConclusionesLos cambios acelerados en los roles de género, las expectativas y los esquemas de relación de pareja a partir de la segunda mitad del siglo XX trajeron como consecuencia una ruptura del modelo de relación tradicional complementario para dar lugar a modelos que están todavía en construcción.

En los últimos años se ha complicado aún más el panorama como resultado de los vertiginosos cambios tecnológicos en las comunicaciones y la aparición de nuevos universos virtuales. A nuestro juicio estos cambios han generado bienestar y satisfacción en algunos temas como logros individuales, más tiempo para uno mismo, más oportunidades de crecimiento intelectual y desarrollo de habilidades profesionales para ambos en la pareja, mayor autonomía económica, mayor autonomía para tomar decisiones, entre otros. No obstante en otros temas se ha generado confusión dado que cada pareja debe construir sus propias reglas de interacción a partir de sus valoraciones, expectativas explícitas e implícitas y su contexto sociocultural lo cual implica un mayor nivel de responsabilidad y autodeterminación en la medida en que la sociedad, la religión y la familia extensa no ejercen ya el nivel de influencia que ejercían hace apenas unos años para mantener a las parejas unidas. No es claro aún si el aumento en el número de separaciones y divorcios se debe a que hay mayor insatisfacción e inestabilidad o a que hay otras opciones de convivencia más flexibles y que muchas de las

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necesidades individuales se pueden satisfacer en ausencia de una pareja y un estilo de convivencia formalmente definido.

Algunos de los dilemas que deberán resolverse en el futuro próximo son: el equilibrio entre las necesidades individuales y el compromiso con la pareja y la familia, la distribución de tareas y responsabilidades, la atención y educación de los hijos, el significado de compartir, enamorarse y amar, de comprometerse, el significado de fidelidad, lealtad, solidaridad, necesidad, equidad, prioridad, autoridad, ejercicio del poder, colaboración, responsabilidad, derechos y obligaciones por nombrar sólo algunos.

Cabe señalar que se pretende formar individuos funcionales cuando estamos inmersos en una sociedad disfuncional que sólo garantiza el bienestar para una minoría de la población de todas las edades. Además, la vida en pareja enfrenta grandes contradicciones: por un lado se busca la satisfacción y la permanencia en la pareja cuando las valoraciones sociales tienden a enfocarse más en el éxito y el desarrollo individual. Finalmente, hay que tener claro que las relaciones de pareja así como todos los fenómenos físicos tienden a aumentar la entropía a menos que se haga algo para evitarlo. Consideramos que toda relación está destinada a la desintegración a menos que se hagan esfuerzos colaborativos y cotidianos para evitarlo; esto bien podría ser una definición operativa del amor.

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EXTERNALIZACIÓN EN LA TERAPIA NARRATIVA:UN RE-SURGIMIENTO MODERNISTA DEL EXORCISMO

Hillary Stephenson* y Bradford Keeney**

ResumenSe compara la técnica de “externalización” de la terapia narrativa con el exorcismo medieval, donde se ve la causa del sufrimiento como algo maléfico que necesita extraerse de la persona, al atacarlo y vencerlo. Por lo tanto, a las campañas tipo cruzada de la externalización se le opone una forma alternativa de relacionarse con los problemas, cuya raíz yace en la sabiduría sistémica. Al proponer un posible avance para los terapeutas narrativos, se escribe una carta terapéutica a los problemas que ha castigado la terapia narrativa; y se les pide su perdón y su colaboración futura. Finalmente, a los problemas se les permite hablar con la terapia narrativa, pidiéndole que permita más libertad interaccional y participación, para así poder regresar a la sabiduría relacional y al know-how interaccional terapéutico.Palabras clave: externalización, terapia narrativa, exorcismo, sabiduría sistémica

AbstractNarrative therapy’s technique of “externalization” is compared to medieval exorcism, where the cause of suffering is regarded as something evil that needs to be called out of a person, attacked, and vanquished. An alternative way of relating to problems, rooted to systemic wisdom, is contrasted with the crusade-like campaigns of externalization. Addressing a possible breakthrough for narrative therapists, a therapeutic letter is written to the problems that narrative therapy has chastised, asking for their forgiveness and future collaboration. Finally, problems are given an opportunity to speak to narrative therapy, asking them to allow more interactional freedom and participation in cases in service of a return to relational wisdom and therapeutic interactional know-how.Key words: externalization, narrative therapy, exorcism, systemic wisdom

El chiste, a la Foucault, es cómo ir en contra de las formas de dominaciónSin re-introducir los peores efectos de las prácticas de empoderamiento.

Aquí es donde este libro falla (Las vidas de los terapeutas narrativoses donde este libro falla (Las vidas de los terapeutas narrativoses donde este libro falla ( )…Las vidas de los terapeutas narrativos)…Las vidas de los terapeutas narrativosMe temo que puedo oler el incienso de la Iglesia nueva que busca conversos

No terapeutas que piensan libremente, y que buscan la salvación, no la sabiduría…ía…í

Stagoll, 1998, p. 67._____

*Ph.D. Co-Directora de Circulus, Universidad de Louisiana.** Ph.D. Co-Director de Circulus, Universidad de Louisiana. Pionero de la terapia creativa, profesor universitario, cibernético social, antropólogo de la tradición de curanderos, analista de la conversación. Honorary Senior Research Fellow del Rock Art Institute de la Universidad de Witwatersrand, Johannesburg, Sud Africa. Correo: [email protected]ón de este artículo: Rosemary Eustace Jenkins

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La terapia narrativa ha promovido una relación no-colaborativa con los llamados “problemas” o “síntomas”; ha establecido un dualismo que lleva a culpar y a atacar un problema que ha sido reificado, un “Problema-como-otro” (problem-as-otherun problema que ha sido reificado, un “Problema-como-otro” (problem-as-otherun problema que ha sido reificado, un “Problema-como-otro” ( ). Esta orientación es el eco de un recuerdo del pasado medieval que ha sido olvidado – el ritual católico del exorcismo, donde se le pide al demonio interno que salga del cuerpo de la víctima; se le regaña y se le ordena que se vaya y que nunca regrese. Nos preguntamos si la terapia narrativa, al prometer un cambio significativo de “sistema” a “interpretación”, y al utilizar técnicas prescritas y un moralismo simplista, no es un ejemplo de la facilidad con la que el terapeuta y el cliente(s) se pierdan en el juego interminable de “uno no puede no interpretar”, donde las sesiones concluyen en una extracción y un exilio. Marek Tamm (2003), en su ensayo “Santos y Demonios: Ritos de exorcismo en la Europa Medieval”, afirma: “Al practicar el exorcismo, un santo también se involucra en la lucha contra Satanás” (p. 22). Consideremos, pues, un paralelo contemporáneo: Al practicar la externalización, el terapeuta narrativo se involucra en la lucha contra la opresión social. Para ambos, exorcista y terapeuta narrativo, el individuo no tiene culpa alguna. En parte, el demonio interior surge debido a la agencia del mal, que es más poderosa. Aquí, la terapia es más que una profesión que se limita a trabajar con los problemas, es una cruzada socio-cultural empeñada en “librar (a los clientes) del peso opresivo de las grandes narrativas culturales dominantes” (Doan, 1998, p. 379). Y se descalifica a quien no apoya esta cruzada (Crago y Crago, 2000; Doan, en Flaskas, Stagoll, Larner, Hart, Doan, Wingarten, Loth, Hayward y Pocock, 2000). Tamm (2000) señala: “el exorcismo es, ante todo, una especie de terapia verbal” (p. 13). A las palabras del demonio se les llamaba “palabras dialógicas”, e inspiraban al exorcista a preguntarle al demonio que quién era, de dónde venía, por qué había entrado en la víctima humana... (Brown, 1981, p.109; Grässlin, 1991, pp. 9 y 10; Boulhol, 1994, pp. 274-276). Así pues, un exorcismo, al igual que una terapia narrativa, tiene lugar enteramente dentro del lenguaje. Michel de Certeau (1979) dice: “el lenguaje es tanto el arma como el campo de batalla” (p.64). Y para los terapeutas narrativos, los significados lingüísticos contienen tanto problemas como la capacidad de respuesta a la terapia. El Rituale Romanum (Ritual Romano(Ritual Romano( ) se publicó en 1614; Narrative Means to Therapeutic Ends, de M. White y D. Epston, lo fue en 1990. Poco ha cambiado en la forma de hacer un exorcismo, como puede verse en la carta que un terapeuta narrativo le escribió al síntoma (demonio) de la anorexia nervosa, carta que luego le enseñó a su cliente como parte de su terapia: … me desperté a medianoche… mi mente hervía con una rabia furibunda contra la anorexia. ía con una rabia furibunda contra la anorexia. íPensé, “é, “é ¡Anorexia, tú otra vez! Así que disimuladamente te has metido en la vida de otra inocente

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más, haciás, haciá éndote pasar por su amiga, justo cuando está atravesando por grandes cambios… ¡Vampiro! ¿No has obtenido lo suficiente? ¿No estás satisfecha con la cantidad de jás satisfecha con la cantidad de já óvenes que has depredado, primero robándoles su grasa, luego su carne, luego su fuerza… su vida misma?” Si no fueras tan viciosa y maléfica, seréfica, seré ía para morirse de risa… Pero, ía para morirse de risa… Pero, í ¿sabes qué, anorexia?, no lo vamos a tolerar (Maisel, Epston y Borden, 2004, p. 160).

Los exorcistas del tiempo de las Cruzadas, al afirmar enfáticamente que liberaban a las personas de la opresión del pecado y que buscaban el bien mayor con gran devoción, únicamente demostraron cuán peligroso es apegarse demasiado a una interpretación que traduce el significado de las historias que nos contamos como si fuese un campo entre el bien y el mal. Cuando esto se degenera políticamente, y se convierte en una causa moral de liberación, promulga y alimenta al monstruo con quien se cree estar luchando. Por eso podríamos preguntar. Cuando Maisel et al (2004) alientan a los terapeutas a que le expresen a sus clientes su “indignación moral” ante problemas aparecidos en las sesiones, ¿no se asemeja esto al fundamentalismo de los cruzados? Al sonar como el llamado de la trompeta de la Inquisición Española, Maisel et al (ver la portada de su libro) “muestran la forma en que se pueden sacar a la luz tácticas de la anorexia/bulimia y sus mentiras, la forma en que se puede romper su encanto y desafiar su tiranía” (p.158).

Por ahora, nuestra intención no es explorar cómo un movimiento de reforma editorial es iatrogénico, ni cómo la hegemonía de la interpretación promueve la paradoja del habla pura sin un caminar corporalizado, ni cómo las batallas dualistas en contra de “otros reificados” perpetúa personalidades autoritarias e interlocutores sujetos a cultos. Estos temas, también importantísimos, van más allá del alcance de este ensayo crítico. Lo que nos ocupa es la reaparición del exorcismo disfrazado de externalización, una técnica que promueve una escuela de terapia. En gran parte, la historia de la psicoterapia es un juego de caza del culpable, donde los debates se organizan a través del villano que se va a poner en evidencia. Por lo tanto, el (la) terapeuta intenta resolver, conquistar o exorcizar el problema por malo, loco o enfermo. Pero el tratamiento es el mismo, aunque cambie la metáfora y la interpretación, sea que se busque luchar en contra de una educación mediocre, un trastorno bioquímico, una psicopatología, un trauma infantil, una opresión cultural, historias saturadas de problemas, demonios o posesión de espíritus. Es decir, se lucha contra el mal, como en una especie de inquisición medieval. Algunas tradiciones culturales con una larga historia de hacer exorcismos tienen un enfoque radicalmente distinto al enfoque de la terapia narrativa y del Ritual romano, en lo que respecta el encuentro con el “otro” problemático. Por ejemplo, algunos curanderos (sanadores) tradicionales Zulu, los sangomas, evitan los dualismos: el blanco/negro (either/or); han aprendido que si atacan al presunto demoníaco probablemente se esconderá o, lo que es peor, regresará de una manera

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todavía más amenazante (Keeney, 2001). Al igual que un terapeuta interaccionaly estratégico, tácitamente consideran que el encuentro simétrico equivale a un patrón que mantiene el problema y que lleva a una escalada.

Pero no se necesita llamar vampiro o demonio o cualquier otra variable del mal encarnado al problema, o gritarle hasta llegar al paroxismo para que deje de poseer, dominar o victimizar; existe una alterantiva. La sabiduría sistémica y cibernética que hace años disolvió esta ilusión, y que la terapia narrativa sobre lo “internalizado” y lo “externalizado” no ha tomado en cuenta. Paradójicamente, externalizar el problema mantiene la visión del mundo que tan saturada está de problemas y que algunos terapeutas narrativos intentan desvanecer (White y Epston, 1990). Sucede lo mismo cuando se capitaliza la palabra “problema” (Epston, 2011, p.2) como si fuera un monstruo que nos acecha. Al celebrar la victoria del cliente sobre sus problemas, paradójicamente se alimentan los paradigmas culturales sedientos de guerra – precisamente algo que los terapeutas narrativos dicen querer eliminar, insinuando que son los únicos en poder hacerlo, ya que tienen conciencia de ello. Sin embargo, en la terapia, la diferencia que hace una diferencia liberadora es cuando cesa la caza del culpable. En este escenario, toda comunicación, incluyendo la definida como problemática, desempeña un rol vital en el drama. El (la) terapeuta se alía con el problema – o el síntoma – y entiende que apunta hacia el crecimiento, el cambio, la transformación. El terapeuta ayuda a que la gente se mueva con espontaneidad, impredeciblemente, sin seguir lineamientos rígidos o maniobras técnicas limitadas; le resta importancia a causas subyacentes y a interpretaciones; no libra batallas acérrimas en contra de una parte de la experiencia humana.

Así pues, el terapeuta que no cree en las cruzadas no le es leal a un reino terapéutico y supone que no existe un enemigo en la vida de su cliente. Por el contrario, respeta todo lo que se presenta y, paradójicamente, puede ser que se responsabilice aún más y sea un mejor agente de cambio, al mismo tiempo que tiene la suficiente humildad para no saber cómo lograrlo. Colabora, así, con el misterio de la existencia humana en lugar de hacerlo a través de la narrativa, la explicación o la comprensión de su cliente. Esto siempre es reduccionista; no abarca la circularidad más compleja de la experiencia humana y del cambio. Por otro lado, cabe señalar: mientras el cruzado sabe exactamente lo que hay que hacer en cualquier situación, nuestro terapeuta le impone a su cliente su teoría de liberación, le guste o no.

Cualquier forma de exorcismo, entonces, sea la tortura medieval o el combate interpretativo, no respeta la complejidad relacional; parece ignorar la tradición de sabiduría – que incluye a todas las grandes religiones del mundo que nos advierten sobre la escalada dualista y la confrontación simétrica. Por eso, este tipo de terapia se aleja de la red interactiva, cuando: [1] utiliza la culpabilización– sean moléculas

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cerebrales, comportamiento, familia u opresión cultural; 2) crea un número limitado de técnicas o formas de entender el mundo que aplica a toda situación clínica; [3] solidifica una narrativa totalizadora o una gran explicación (que paradójicamente puede incluir una polémica en contra de los discursos privilegiados). Estas tres condiciones terminan por construir una terapia parcial o totalmente aislada del contexto más abarcativo.

Re-examinemos y recordemos la historia del aislacionismo en la terapia narrativa. Por ejemplo, Stagoll, al criticar a Michael White, acota que aunque su libro “intenta abordar lo ético y lo político, cae peligrosamente en el olvido y el desmembramiento, al insistir estridentemente en separar la terapia narrativa de la cultura psicoterapéutica de donde surgió…” (en Flaskas et al, 2000, p.124.) La “política exclusiva de la terapia narrativa” incluye el hecho de que White rehusó dialogar con los colegas de su propio país (Larner, en Flaskas et al, 2000, p. 142).

Stagoll se lamentó: “¿Por qué no le responde a los terapeutas australianos? ¿Por qué no puede dialogar” (p.124.) Quizás, el recuento fantaseado que hace de las ideas de Bateson – que no se asemeja en nada a la cibernética (White y Epston, 1990, pp. 2-3) – o las creencias re-imaginadas de los terapeutas sistémicos que el medio de la narrativa trivializa, o el cachondeo generalizado con todo movimiento políticamente correcto que no ha logrado alcanzar la meta congruentemente, terminan en un aislacionismo que bloquea posibilidades correctivas. A final de cuentas, la terapia narrativa acaba siendo el ejemplo perfecto de cómo una visión del mundo que “todo lo interpreta” no ve que hay que interactuar con los que piensan y actúan de manera diferente. Demuestra cómo la ambición-por-salvar-al-mundo, el saber cuestionable y las técnicas de memorización adquieren una verbosidad que pide a gritos ser editada, pues está empaquetada decontextualizadamente y, ciega, presume ser significativamente original, en palabras y en obras.

A veces, los terapeutas, incluyendo los que se dedican en cuerpo y alma al arte de contar historias, también requieren de una cura. Podríamos argumentar que una prueba útil por la que debe pasar toda terapia es aplicársela tanto al terapeuta como al cliente. En el caso del terapeuta narrativo-exorcista, ¿por qué no prescribirle una dosis de su propia medicina? Podría parecerse en algo a esta carta basada en sus propias palabras:

Me desperté a medianoche… mi mente hervía con una rabia furibunda contra la terapia ía con una rabia furibunda contra la terapia ínarrativa. Pensé: “¡Otra vez, tú, terapia narrativa! Así que disimuladamente te has metido en la vida de un clínico inocente mínico inocente mí ás, haciás, haciá éndote pasar por su amiga cuando está atravesando por grandes cambios…! Vampiro, terapia narrativa, ¿no has chupado lo suficiente? ¿No estás satisfecha con la ás satisfecha con la ágran cantidad de clínicos que has depredado, primero robínicos que has depredado, primero robí ándoles sus posibilidades creativas, luego su imaginación, su ingenio…, su vida terapéutica misma? Si no fueras tan viciosa y maléfica seréfica seré ía ía ípara morirse de risa… Pero, ¿sabes qué, terapia narrativa? No lo vamos a tolerar.

Cualquier terapeuta o crítico cultural, al ver cómo la terapia narrativa

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tiende a perpetuar dualismos, exorcismos y cruzadas culturales, estaría tentando a mandarle un mensaje así. Sin embargo, como cualquier ataque a un problema externalizado, sólo estimularía un breve moratorium de plática externalizante sobre el problema, promoviendo a la vez una visión que mantiene justamente los supuestos de los que surge más de lo mismo…Consideremos, pues, una carta más colaborativa y estratégica: El Vusamazulu Credo Mutwa, de los zulu sangoma y sanusi (Keeney, 2001), explica que un sanador jamás le grita a un fantasma que se aparece en el kraal familiar; propiciaría que el fantasma insistiese en quedarse. kraal familiar; propiciaría que el fantasma insistiese en quedarse. kraalPor el contrario, hay que establecer una relación amistosa con el fantasma, explorar cuidadosamente cómo podría ser más feliz en otro lugar. He aquí una carta dirigida a los problemas y los síntomas que algunos de nuestros colegas han ofendido:

Queridos Problemas y Síntomas:íntomas:íA nombre de la comunidad de sanadores (curanderos) y terapeutas, queremos disculparnos A nombre de la comunidad de sanadores (curanderos) y terapeutas, queremos disculparnos A nombre de la comunidad d

por la falta de respeto de los llamados terapeutas narrativos. No nos unimos a sus calificativos. Nos da mucha pena que hayan sido el objeto de una demonización, de que se les haya llamado vampiros – entre otros nombres que nos da vergüenza repetir. Estos terapeutas están mal orientados, como muchos de sus ancestros que fueron a las cruzadas para salvar al mundo de porciones de la experiencia humana que ellos decidieron eran maléficas. éficas. é Esperemos que se acuerden de todos los sanadores y terapeutas que los han respetado. Reconocemos que cada parte de la ecología – incluyendo la enfermedad y la muerte misma – forma ía – incluyendo la enfermedad y la muerte misma – forma íparte de la totalidad sagrada. Esto no significa que algunas veces no tengamos que luchar para vivir. Pero queremos decirles que ustedes son parte de nosotros mismos y que no estamos aquí para destruirlos, sino para entender que nos traen un regalo, una enseñanza, un recurso. Les prometemos aceptar afablemente esta ofrenda para que puedan seguir su camino. Recuerden, por favor, queridos problemas, que en los primeros tiempos de la terapia sistémica se les reconocía como una parte necesaria del todo. Siguiendo a Whitaker (Keeney, 1983), ía como una parte necesaria del todo. Siguiendo a Whitaker (Keeney, 1983), ílos honrábamos como un “motor de crecimiento”, “co-terapeutas” que nos invitaban a jugar. Aceptábamos su liderazgo, sin desilusionarnos jamás ás á con los sorprendentes viajes que surgían de ían de íimproviso – a menudo sin interpretación o comprensión alguna. Aceptábamos su comunicación metafómetafómetaf rica, entendiéndola como una forma en que un sistema puede expresarse, como una señal en el camino que nos aconseja dóel camino que nos aconseja dóel camino que nos aconseja d nde hemos de interactuar.

Ningún pensador sistémico cabal piensa literalmente que un sistema necesita un problema, como lo proponen White y Epston (1990, p. 3). Los hábitos que se convierten en círculos viciosos írculos viciosos í– cuando se establecen – se movilizan sin razón aparente, salvo que disparan una señal que actúacomo un switch que inicia un acto coreografiado. Y sin importar cómo se originan, una vez que crean el hábito, tocan, sin necesitar el mandato de ritmos o razones. Tienden a ser un acto organizado circularmente más que un cuento que hay que editar. ás que un cuento que hay que editar. á

Pretender que el problema existe porque el discurso y los significados problemáticos mantienen su presencia implica caer en un truismo que no avanza en nada a la hermenéutica y la pragmática terapéuticas. Hace poco, invitamos a David Epston a que observara una sesión en video de Don Jackson y que hiciera comentarios sobre ella. Nos respondió que necesitaba varios meses para volver a leer a Jackson y entender sus ideas con el fin de hacer comentarios pertinentes sobre alguna de sus sesiones (un email a David Epston via Marcela Polanco, septiembre, 2011). Su respuesta revela una carencia en la terapia narrativa: no enfatiza ni la observación ni la improvisación interactiva. Sin embargo, los pioneros de la terapia familiar a menudo se observa-

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ban mutuamente al trabajar; buscaban detallar la danza interaccional; no se regodeaban con el análisis teórico. En cambio, hoy en dírico. En cambio, hoy en dírico. En cambio, hoy en d a, los terapeutas narrativos interpretan. Se puede predecir, ía, los terapeutas narrativos interpretan. Se puede predecir, íentonces, que un terapeuta narrativo va a estar menos atento a la danza que surge dentro de la inte-racción y sugerirá que se comprenda más la situaciás la situaciá ón antes de llevar algo al acto (performance). Captar la circularidad interaccional de la cibernética es muy difítica es muy difítica es muy dif cil; es como terminar ícil; es como terminar íuna conversación con un roshi zen sin recibir un golpe en la cabeza. Tenemos que entender que el terapeuta narrativo no ha dado el salto que lo plante en la interactividad improvisacional. Se regresó a la forma convencional de percibir el mundo: para actuar primero necesitas saber. Stagoll (1998) lo dice así: la terapia narrativa tan solo emprendió la retirada ante el difí(1998) lo dice así: la terapia narrativa tan solo emprendió la retirada ante el difí(1998) lo dice así: la terapia narrativa tan solo emprendió la retirada ante el dif cil reto de ser un ícil reto de ser un íterapeuta familiar interaccional. Toma mucho tiempo aprender a ver la interacción, y más tiempo ás tiempo áaún improvisar una vez que se llega a estar en el interior mismo del movimiento interaccional. Pero la terapia narrativa enfatiza que hay que trabajar con la interpretación y el relato, y prescribe maneras rutinarias que le dan sentido a problemas y soluciones. Así, clientes y terapeutas siguen atrapados í, clientes y terapeutas siguen atrapados íen una visión del mundo donde el observador independiente busca la sanación (cura) a travn del mundo donde el observador independiente busca la sanación (cura) a travn del mundo donde el observador independiente busca la sanación (cura és de és de éuna computación más correcta y liberadora de la realidad externa. Éste es el juego terapás correcta y liberadora de la realidad externa. Éste es el juego terapá éutico más ás áantiguo, el que nos remonta a Viena. Sóantiguo, el que nos remonta a Viena. Sóantiguo, el que nos remonta a Viena. S lo que ahora el “trauma cultural” (colonialismo, opresión patriarcal, etcétera) reemplaza al trauma infantil. Y una misión arqueológica descubrirá los hechos e iluminará la interpretación sagrada que, se supone, libera a la gente. Desgraciadamente, subrayar la interpretación tiene un costo muy alto: típicamente lleva ípicamente lleva ía la caza del culpable. En la terapia, la explicación ubica la causa del problema (nota: cualquier reificación de un relato o de una explicación revela inmediatamente una epistemología que no es ni ía que no es ni ícircular ni ecosistémica). Aquí es donde entra el exorcismo: hay que sacrificarse para que triunfe una y otra vez la obra narrativa que ensalza la moral. Queremos que todos los problemas del mundo sepan esto: algunos nos liberamos del enojo, la culpa y el ataque cuando las ideas sistémicas – sin importar qué tan limitadas eran en ese entonces – nos guiaron hacia una complejidad mayor de la organización contextual y transcontextual. Hay que perdonarle a esta generación post-sistémica el que haya perdido sus raíces, haciendo una íces, haciendo una íregresión a campos de batalla cubiertos de interpretaciones reduccionistas. Sepan, por favor, que estamos conscientes de la bastardización de las ideas sistémicas y comunicacionales hecha por los nuevos exorcistas. Por un lado, hay un rechazo abierto a la epistemología cibernía ciberní ética de Gregory Bateson; por el otro, esquivamente se pretende que Bateson inspiró la definición de la terapia como “todo sobre la interpretación” (White y Epston, 1990, p. 2). ¿Se vale que nos atrevamos a preguntar si esta usurpación de Bateson corresponde a la confusión de un propagandista, y que simplemente tiene que ver con citar a una figura de autoridad como un medio narrativo con el fin de alcanzar legitimidad en pos de fines políticos? íticos? í Por ejemplo, cuando Bateson utilizó la distinción de Korzybski, el mapa no es el territorio, jamás insinuás insinuá ó que toda comunicación es una interpretación o una regresión infinita de mapas (White y Epston, 1990, pp. 2-3). Bateson (1972) siempre mantuvo la tensión entre lo “observable” (observables)(observables)( y lo “fundamental” (fundamentals). Lo observable es una transformación de lo que tradicionalmente se conoce como “datos”; lo fundamental es una metáfora de la “teoráfora de la “teorá ía formal”. ía formal”. í Él pensaba que los “principios dormitivos” no son ni lo uno ni lo otro, sino abstracciones cocinadas a medias que promueven falacias en el pensamiento, algo que él observaba en todas las escuelas de terapia, especialmente aquéllas que enfatizaban la interpretación. La contribución de Bateson al campo de la terapia es primordial tanto por su lúcida observación del comportamiento como por sus merodeos teóricos. Por eso les pedimos, queridos problemas, que reconsideren colaborar con los terapeutas que no buscan secuestrarlos o externalizarlos hasta que se olviden completamente de ustedes. Les

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pedimos que reestablezcan las líneas de comunicaciíneas de comunicacií ón, que trabajemos conjuntamente y que nos volvamos a tener confianza. Cuando se destruye o no se respeta una parte de la ecología, se ve ía, se ve íamenazada toda su interactividad, lo que nos lleva a una mono-cultura terapéutica homogénea. Gracias por darnos la oportunidad de comunicarnos con ustedes una vez más. ás. á

Pero la próxima, mejor bailemos. Es más divertido jugar que interpretar. Por favor, sepan ás divertido jugar que interpretar. Por favor, sepan áque si un terapeuta sonríe, canta y hasta se ríe, canta y hasta se rí íe y canta, probablemente no seríe y canta, probablemente no serí á él (ella) quien quiera destruirlos. Es la pose exagerada con finta de humildad la que nos remonta a los antiguos agentes de la Inquisición… Nos reiremos juntos, entonces, la próxima vez que traten de exorcizarlos. Digan que igan que iprefieren jugar con un terapeuta que tenga un buen sentido del humor, más creatividad y más ás creatividad y más ácapacidad de asombro… Si así lo desean, con gusto escribiremos una carta en su nombre, pidiendo que se deje de dicotomizar. Es innecesario. Diremos lo que ustedes nos enseñaron hace mucho tiempo: que ustedes son los maestros que nos dan una cachetada para recordarnos que no podemos crear un relato que dé cuenta de la complejidad. ¿Qué tal si componemos una comedia musical sobre la forma tan absurda de actuar que tienen los terapeutas narrativos, como regresándose a la época medieval? Imagínense un coro de bailarines haciendo su show, mientras que un equipo terapínense un coro de bailarines haciendo su show, mientras que un equipo terapí éutico exorciza un problema externalizado. O un regreso de la compañía de Monty Python que canta una ñía de Monty Python que canta una ñívez más: “¡Nadie espera el regreso de la Santa Inquisición!”, junto con su canción sobre hacer que la tortura sea “peor al gritar mucho”. Esperamos verlos nuevamente en un terreno más amistoso – el campo de juegos de la vida, ás amistoso – el campo de juegos de la vida, áése que no necesita ser contado, ni interpretado, ni comprendido, ni moralizado monstruosamente. Sinceramente, Terapeutas que quieren jugar

William Faulkner escribió: “Cuando viví en Nueva Orleáns, todos hablaban de Freud, pero yo nunca lo he leído.” Tampoco lo leyó Shakespeare. Dudo que Melville lo haya hecho, y estoy seguro de que Moby Dick nunca lo hizo” (entrevista con Jean Stein van den Heuvel en el Paris Review, primavera de 1956). Inspirado por esta cita, en un momento, uno de lo que esto escribe, Keeney, dio cursos doctorales sobre terapia familiar sin utilizar texto alguno; sólo se leían novelas, cuentos y poemas – de Gary Znyder a Joanne Greenberg, Fyodor Dostoevsky, Leon Tolstoi, Walker Percy, Eudora Welty, James Joyce y William Faulkner, entre otros. No hubo conferencias que interpretaban estas lecturas. En clase, se permitía que casi todo surgiera, incluyendo las estrategias que tanto confunden al mundo terapéutico. Las cosas se hacían como si todos estuvieran dentro de una novela.

El rechazo de la literatura a hervir la vida a una sola narrativa o a aplanarla permite que emita radiaciones verdaderamente polifónicas y contradictorias, radiaciones que no conducen fácilmente a interpretaciones. Esto no impide que se sigan dando interpretaciones y narraciones que las reducen a uno que otro gran significado trivial, y a que aparezcan protocolos simplistas que llevan a una acción moral correctiva y propositiva. El llamado de Susan Sontag (1961) a ir en contra de la interpretación es un

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antídoto a la adicción de los terapeutas interpretativos incapaces de controlar su compulsión a probar que todo drama humano tiene una trama subyacente que ellos se responsabilizan por sacar a la luz. Necesitamos recuperar experiencias que no estén ahorcadas por comentarios interminables que vienen del exterior. Gabriel García Márquez siempre se molesta cuando alguien trata de encontrarle un sentido subyacente a su obra; hace lo imposible para frustrar los esfuerzos de su lector por encontrar significados. Señala:

La mayoría de los cría de los crí íticos no se dan cuenta de que una novela como íticos no se dan cuenta de que una novela como í Cien años de soledad es en parte una broma; está llena de señales personales a amigos cercanos; creen que tienen un derecho predestinado para pontificar y se abocan a decodificar mi libro, arriesgándose a quedar como unos tontos (García Márquez y Apuleyo Mendoza, 1983, p.72).

La alternativa a la interpretación es la vida. La vida no es un cuento, como lo espera el terapeuta narrativo que escribe una carta. La vida respira dentro de la experiencia misma, incluyendo la narrativa, y está en el juego de todos los participantes, un juego que no destierra a ningún demonio o fantasma o evocador de misterios. Tendríamos que buscar estar menos constreñidos por la camisa de fuerza en la que nos meten las interpretaciones interminables; intentar que todo participante tenga la libertad de actuar y de sorprender al otro y sorprenderse, aun cuando dé un paso en falso saliéndose de sus hábitos tan predecibles, conscientes o inconscientes. Por lo menos, que por obtener un relato mejor narremos e interpretemos menos.

Mejor bailar que explicar. Hay más vida en una risa que en una trama. La música comunica lo que no logran las palabras de una canción. Hay que brincar con ritmo en lugar de verse paralizado ante la falsa elección entre internalizar y externalizar. Hay que honrar la tontería, la falta de sentido, lo que no se entiende. Es la semilla que le dará sentido al mañana. Comerse un relato para que el melón hable. Jugar con los dioses en lugar de quedar esclavizado por “ory” (o: ofensivo; r: realidad; y: yarn-cuento) de la teoría. No hay necesidad de hablar o de escribir a menos que sea sin tener razón alguna. No hay necesidad de tomar tan en serio las narrativas y las interpretaciones terapéuticas; sólo contribuyen a solidificar la terapia en lugar de crear una solidaridad participativa. Hagamos una purga de toda teoría y modelos de terapia y permitamos que se conviertan en una obra de arte. Ya hemos sufrido más de cien años de soledad narrativa. Como nos recuerda García Márquez: “Ustedes los críticos son los que no entienden, porque buscan lo que está ahí, y no hay nada…” (Márquez, 2011). Ya es hora de regresar a la magia no interpretada.

Sontag (1961) nos recuerda nuevamente: “la experiencia más temprana del arte tiene que haber sido mágica; el arte era un instrumento del ritual – por ejemplo, las pinturas en las cuevas de Lascaux, Altamira, Niaux, La Pasiega”(p. 3).

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Más tarde, los filósofos griegos inventaron la teoría del arte, proponiendo que el arte era un mapa, o sea, una imitación de la realidad. Esto nos dejó con mapas de mapas, envolturas en capas que nos distancian de nuestra experiencia. Lo mismo sucede cuando se exalta la terapia como interpretación narrativa. ¿Dónde queda el espacio para la experiencia? Sontag apunta que necesitamos olvidar la hermenéutica y adentrarnos en la erótica del arte. Necesitamos, pues, una erótica del arte de la terapia que permita que surja la experiencia sin que el narrador la estrangule y la sofoque. En su ensayo “Contra la Narratividad”, Galen Strawson (2004) lanza un reto a la pretensión popular de que construimos y vivimos una narrativa – a la idea de que la vida es un relato. La narración no es necesariamente una parte importante de nuestra vida, dice, y lo demuestra al evaluar su propio sentido del selfself:self

Como todo ser humano, tengo un pasado; y sé perfectamente que tengo un pasado. Tengo un caudal respetable de conocimiento concreto sobre él y, como dicen los filósofos, también recuerdo experiencias pasadas que vienen “de mi interior”. Sin embargo, no poseo en absoluto el sentido de que mi vida es una narrativa, ya sea con alguna forma o sin ella. En absoluto. Y mi pasado tampoco me interesa tanto. Ni mi futuro (p. 433).

El Duque de Shaftesbury dice esto mismo pero de diferente manera:Los metafíLos metafíLos metaf sicos… afirman que si la memoria desaparece se pierde el ísicos… afirman que si la memoria desaparece se pierde el í self. [Pero] ¿qué

importa la memoria? importa la memoria? importa l ¿Qué tengo yo que ver con ella? Mientras sea yo [subrayado por el autor], soy lo que debo ser, ¿qué más me importa? Así pues, si pierdo un ás me importa? Así pues, si pierdo un á self cada hora, y soy veinte selves sucesivamente, o nuevos selves, “me importa poco: siempre y cuando no pierda mi capacidad de opinar [o sea, mi visiopinar [o sea, mi visiopinar ón general, mi carácter, mi identidad moral]. Si cargo esto conmigo, todo está bien… – El ahora; el ahora. Recuerden esto: en esto está todo (en Strawson, 2004, p. 438).

Esto tiene una resonancia con el aquí y ahora de los que hacen terapia breve interaccional. Ellos no niegan la historia, simplemente no le dan importancia interpretativa y narrativa. Lo que importa de la historia está presente en el presente. Maturana lo llama la cibernética del tiempo-cero (Keeney, 2009). Repetimos, no es fácil aprender a participar en un presente no interpretado. Nuestro incesante hábito de interpretar desea cazar toda experiencia y comérsela. No nos debe sorprender, entonces, que los terapeutas narrativos crean que los problemas necesitan continuamente una dieta saturada de significados. Ellos nos proporcionan esta interpretación, y lo hacen para que su ideología permanezca viva. Sucedió lo mismo con la Inquisición. Cuando uno cree que el demonio está allá afuera, actúa para probarlo. Y el intérprete sigue exorcizando a los demonios que percibe. Así mantiene la solidez de su entendimiento.

Sin embargo, los terapeutas que improvisan se hacen preguntas sobre lo que hacen – incluyendo el acto de interpretar – para que surja una experiencia. Cambian su conducta con el fin de plantar semillas que darán lugar a otra realidad. Los

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terapeutas familiares estructurales de la vieja escuela hacían que los adultos que formaban parte de la vida de un niño calificado como problemático lo observan detrás del espejo, mientras que el terapeuta estructural intentaba precipitar un comportamiento competente. Sin discutir siquiera un solo significado, la acción llevaba a un cambio en el entendimiento: “actúa diferente para interpretar de diferente manera.” Invitemos, pues, a un terapeuta narrativo a que tenga mayor libertad de acción; alentémoslo a ser más flexible en sus interpretaciones, a que no le dé tanta importancia a una puntuación contextual específica.

Strawson (2004) argumenta: “entre más recuerdas, más vuelves a relatar y más te narras a ti mismo; por lo tanto, más riesgo corres de alejarte de un auto- conocimiento más preciso, de la verdad de tu ser”. Y lo que es peor. Cuando constantemente, “con gran gusto y de forma novelesca”, le relatas “tu experiencia cotidiana a los demás,” te alejas “cada vez más de la verdad” (p.447). Y llega a la conclusión: “la psicoterapia no tiene que ser una narrativa o un proyecto narrativo” (p. 448), porque tienden a falsificar las verdades más importantes de nuestro vivir. “Vivimos”, observa el gran escritor de cuentos cortos, V.S. Pritchett (1979), “más allá de cualquier cuento que escenifiquemos al azar” (p. 47). Ya sea que privilegiemos o no alguna narrativa, esto desconcierta menos que la violencia que se perpetúa cuando intentamos someter una experiencia humana a una purga. La terapia narrativa, cuya externalización de los problemas es tan conocida, ha recurrido a la versión modernista del exorcismo para borrar partes de la experiencia humana que justifican sus cuentos heroicos donde lo recto utiliza el poder para luchar en contra de alguna plaga desconcertante. Ha llegado la hora de que la narratividad confronte la complejidad, la incertidumbre, la interactividad; y quizás más importante aún, que juegue – no con mapas interpretativos sino con territorios donde pueda tener una existencia creativa. La terapia narrativa, en su mayoría, es la historia de terapeutas perdidos que buscan sentirse vivos creyendo en una gran cruzada, ésa que culpa a otra historia por oprimir y empobrecer a muchos. Sin embargo, sólo ha conseguido repetir el fracaso de las terapias interpretativas psicodinámicas. Es más, su campaña que consta de externalizar problemas contribuye al desmembramiento dualista del mundo de la experiencia, algo que no evoca sabiduría – ni transformaciones significativas. Sólo sirve para forjar propaganda teórica en lugar de arte – el extraordinario arte del cambio terapéutico. En ella no encontramos la revolución que nos libera de la tiranía de la narrativa griega. Y ha llegado la hora de actuar para entender que la interpretación es un círculo vicioso de auto-engaño, no un lugar de liberación del self. Ha llegado la hora de terminar con la colonización del relato sobre la experiencia. Para finalizar, permitámosles la última palabra a los problemas, a los síntomas y al sufrimiento.

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Queridos terapeutas que quieren jugar: Gracias por hacer contacto con nosotros. Siempre hemos estado al tanto de sus preocupa-ciones. Es un placer poder conversar con ustedes. Ahora podemos confesarles algo que nos ha tomado años decir: nosotros somos los que creamos la terapia narrativa. Creímos que la terapia ímos que la terapia ísistémica estaba deslizándose hacia más y más y má ás posturas interpretativas, en lugar de llevar a cabo un ás posturas interpretativas, en lugar de llevar a cabo un áacto (performance) de improvisación. Y nos preguntamos cómo detener esta tendencia mortífera.ífera.í Entonces, uno de nuestros jefes mayores propuso que encontráramos a profesionales ambiciosos que anhelaran vehementemente tener su propio modelo de terapia y su reino de devotos. Así que escogimos a varios terapeutas de todas partes del mundo y los inoculamos con el virus de la narratividad. Sabíamos que inmediatamente iniciaríamos que inmediatamente iniciarí ían una cruzada sagrada de narrativismo ían una cruzada sagrada de narrativismo íque podría enloquecer a la profesión, a medida que cientos de alumnos ingenuos se enfilarían ían íofreciendo su sangre para la fiesta de un vampiro interpretativo. Todos deberíamos cooperar con la puesta en acto de un problema, que incluye el momento tan breve en el escenario popular que ha tenido la terapia narrativa, para que actúe hasta reducirse al absurdo y termine en el silencio. Cuando la torre inclinada se sigue haciendo cada vez más alta ás alta áse desmorona. Nosotros esperábamos que ustedes dijeran “Basta” y que defendieran la libertad terapéutica que no se limita a una sola interpretación, aun cuando pretenda ser polifópolifópolif nica. De serlo, estaría cambiando de forma constantemente, contradiciéndose, erradicándose, convirtiéndose en una forma distinta cada vez, hasta liberarse completamente de toda forma. Agradezcámosle, pues, a la terapia narrativa que haya sido el cordero del sacrificio. Ofreció su vida para mostrar qué tan fátan fátan f cilmente seduce el embaucador, el contador de cuentos. Como lo propone el mito de los Kalahari – nómadas sudafricanos –, el embaucador (Trickster)surge durante la segunda creación, cuando se inventa el lenguaje. En la primera creación no existía ía íla enfermedad ni la muerte, todo estaba en constante transformación (de una forma a otra). Pero el acto de nombrar detuvo al mundo; y todo empezó a enfermarse y a morir, a torcerse cada vez que las palabras o los relatos o las narrativas adquirían el ían el í poder (Keeney, 2010). Y como lo sugiere nuestra cultura viviente más antigua, la ás antigua, la á única forma de salir del paso es reírnos de cada interpretaciírnos de cada interpretacií ón, burlarnos de cada narración – lo que se conoce como “insultar a la carne” (Keeney, 2010, p.85). Cambien la historia cada vez que la cuenten, sin darle importancia al (Keeney, 2010, p.85). Cambien la historia cada vez que la cuenten, sin darle importancia al (Keeney, 2010, p.85). Cactuar la vida, sean terapeutas, clientes, letrados o antiguos cazadores de la edad de piedra. Que las palabras y las historias se transformen constantemente, sin permitirle a nadie que las posea a perpetuidad. Esperemos que se vuelvan tan resbaladizas que no puedan solidificarse.

Pero aún con esto no basta. Hacer malabarismos con la relatividad narrativa es otra forma de jugar con las palabras que nos atrapa en una reificación interminable de creación de significados. El maestro zen pone sus ojos en blanco cuando escucha algo que tiene que ver con dichos, narraciones, interpretaciones, conocimiento. Lo que necesita decirse sobre el no decir no puede decirse, pero puede evocarse al exclamar lo que no es, simplemente apuntando con el dedo para que se actúe de manera distinta.

Para salirse del pantano interpretativo hay que bailar, cantar, reír, permitir que el corazír, permitir que el corazí ón nos guíe. La mente de la terapia debe rendirse ante el corazíe. La mente de la terapia debe rendirse ante el corazí ón de la terapia; que la inspiración y el amor la templen, no la construcción del poder a travamor la templen, no la construcción del poder a travamor la templen, no la construcción d és de la mente. Los Kalahari dicen: alejés de la mente. Los Kalahari dicen: alejé émonos de la primera estación del poder, la que metafó que metafó que metaf rica y somáticamente reside en el vientre. Allí, todos creen que no existe nada más que la lucha por el poder. Y confrontan el abuso del poder con el poder ás que la lucha por el poder. Y confrontan el abuso del poder con el poder áde corregir, para luego reificar una interpretación del poder que los dejará atorados dentro de la manera de actuar que ésta les prescribe; así mantienen viva la visión que han elegido. Nosotros, los problemas y el sufrimiento con los que ustedes han hecho contacto, no somos lo que aparentamos. Somos los embaucadores sagrados y poseemos la sabiduría que no puede transmi-

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tirse a través de las palabras. y posee Lo que vamos a decir ahora no debe contenerse dentro de és de las palabras. y posee Lo que vamos a decir ahora no debe contenerse dentro de éun círculo hermenírculo hermení éutico; son los suspiros de tradiciones de sabiduría cuyas voces pocas veces se ía cuyas voces pocas veces se íescuchan en la terapia – sea la que fuere. Y lo vamos a decir sabiendo que pocos van a escuchar. Pero debe decirse; lo escucharan aquellos que estén esperando ser liberados. Un terapeuta debe ser algo más que un intás que un intá érprete o un improvisador; debe despertar su corazón de sanador-curandero. Los profesionistas de la salud mental aseguran de boca para afuera que le dan prioridad a la diversidad cultural, pero rara vez se adentran en otras culturas y averiguan cómo se ha llevado a cabo la cura durante miles de años. Hasta los terapeutas entrenados en la universidad pertenecientes a culturas que no son europeas rara vez honran sus propias tradiciones culturales. Regresan a su país con el modelo europeo de interpretaciís con el modelo europeo de interpretacií ón que prescribe cómo deben liberarse de la opresión. Usan los instrumentos del opresor que los ha colonizado. Éstos incluyen la construcción continua del “otro” reificado – sea problema o persona – que está separado de ellos y de la totalidad más abarcativa, un grito de batalla moralista en contra de características ás abarcativa, un grito de batalla moralista en contra de características áindeseables que alimentada la ideología de la salvaciía de la salvacií ón y la interminable categorización del mundo en dicotomías. ías. í ¿Qué hacer ante esta ideología de supremacía de supremací ía expresada por los terapeutas narrativos ía expresada por los terapeutas narrativos íque se oponen a la opresión? ¿Reír? ¿Llorar? Aparentemente, creen que su cruz es curar al mundo, dándole su visión narrativa. Esto nos mistifica. Nos confunde escuchar cómo algunos terapeutas narrativos dan a entender que estar “en el frente”, o sea, atacando a la anorexia/bulimia apoya el llamado feminista a la liberación de la mujer que está en contra de narrativas patriarcales dañinas (Maisel y colaboradores, 2004, p.7). ¡Si son las feministas las que sostienen que el énfasis en ¡Si son las feministas las que sostienen que el énfasis en ¡Si son l la dominación, la violencia y la guerra como una solución viable a los problemas es producto de paradigmas patriarcales! Así pues, nuevamente, el feminismo, como la cibernética de Bateson y la historia de la terapia familiar sistémica, está puesto de cabeza para servir a los que encabezan a la terapia narrativa.

Sin embargo, sugerir que los países no europeos regresen a sus tradiciones de sanación es demasiado simplista. Y romántico. Nosotros, los problemas, también somos parte de una epistemología ía ícircular. Y, como problemas, tenemos que aceptar el crédito – aunque sea parcial – por inspirar la molestia de Bateson hacia las ciencias sociales que lo llevó, en parte, a utilizar la teoría de los ía de los ítipos lógicos. Quería que viésemos los errores lógicos en los que incurrimos al confundir órdenes de diferencia. Si viviese, posiblemente le recordaría a los terapeutas que la cultura, el gía a los terapeutas que la cultura, el gí énero, la teoría ía ípostcolonial, la feminista y la de liberación, son de un diferente tipo lógico que la epistemología. ía. íEsta última marca distinciones constante y recursivamente, dentro de un contexto siempre “nuevo” y actual. Les ofrecemos, pues, una probadita de una orientación no discriminatoria: Todos los seres humanos – independientemente de las categorías que les encanta construir basadas en el lenguaje, ías que les encanta construir basadas en el lenguaje, íel color de la piel, la historia pasada, la ubicación geográfica – pueden tener una epistemologáfica – pueden tener una epistemologá ía ía ílineal y reductiva y sentir apego por un conocimiento fundamentalista. Nosotros estamos quí para que se den cuenta de que existe el baile ecológico y recursivo del ser, y puede estar tan vivo en un pueblito en Bali como en un consultorio en Nueva York.

Históricamente hablando, el síntoma de la encopresis íntoma de la encopresis í inspiró, en parte, el nacimiento de la terapia narrativa. Michael White (1984) alentó a los niños a que externalizaran su problema de ensuciar su ropa con sus heces al llamarlo “Sneaky Poo” (Popo socarrón). Así, se alienta al niño a que se enoje con Sneaky Poo, a quien le encanta jugar a las escondidas. La meta terapéutica es que el niño sea más socarrás socarrá ón que Sneaky Poo, un caso rutinario en el consultorio de un terapeuta estratégico. égico. é Sin embargo, al reificar esta maniobra y convertirla en una técnica llamada “externalización”, se eliminó la habilidad natural del terapeuta a improvisar, al igual que se eliminó la defecación espontánea. Si se hubiera considerado a Sneaky Poo como un maestro sabio en

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lugar de un demonio, se podría haber aprendido una lección de espontaneidad, y el costo de “hacer popó” a destiempo hubiera podido terminar en algo más interesante. Eás interesante. Eá l llamado al dualismo, al combate, al exorcismo del terapeuta narrativo no se parece en nada al llamado del terapeuta sabio, pues éste busca una interacciéste busca una interaccié ón juguetona que improvisa nuestra puesta en acto dentro de sistemas complejos.

Una vez, un monje zen le preguntó a Ummon: “¿Qué es el Buda?” Y Ummon le respondió: “Es un palo de excremento seco” (Yamada, 2004, p.102). En algunas ocasiones, esto se traduce como “algo con el cual te limpias el culo”. Y con el mismo respeto que se le dio al Buda, preguntamos: “¿Qué es la terapia narrativa?” Si ponen atención, quizás escuchen la respuesta de Ummon: “Es ás escuchen la respuesta de Ummon: “Es áSneaky Poo”. Es socarrona y le gusta esconder sus propósitos. Hace que los terapeutas sean tan predecibles como un niño que ya ha aprendido a controlar sus esfío que ya ha aprendido a controlar sus esfío que ya ha aprendido a controlar sus esf nteres. Pero lo ha aprendido a ínteres. Pero lo ha aprendido a ícosta de su creatividad, su libertad y su juego interaccional. Y aunque no queremos deshacernos de nuestro control de esfínuestro control de esfínuestro control de esf nteres, representa un desastre para el arte de la terapia.ínteres, representa un desastre para el arte de la terapia.í

Nosotros, la voz del sufrimiento – los problemas que llegamos a su consultorio y los hacemos sentirse, a ustedes y a sus clientes –, nosotros queremos contarles lo que las tradiciones ancestrales de sanación tienen que decirle a todos los sanadores-curanderos y a todos los terapeutas del mundo. Sin embargo, necesitamos cantar nuestras palabras, pues son algo más que poesás que poesá ía; son ía; son íuna invitación a que escuchen, no con su mente sino con los algoritmos de su corazón.

Salgan de la primera estaciSalgan de la primera estaciS ón del poder y suban a la estación más alta del amor. Para ás alta del amor. Para álograrlo, canten y bailen en lugar de interpretar. No se trata de un entretenimiento social trivial. Este canto requiere que se sientan vivos, que su cuerpo tiemble de goce. Esta música contiene el éxtasis que transforma el éxtasis que transforma el é poder en amor. Aquí empieza la cura. Es el camino al que apuntan casi todas las tradiciones antiguas de sanación, la razón por la cual se espera que el sanador-curandero tenga una canción y no un diploma; porque sin una canción no puede practicar su arte.

La letra de la canción, es decir, su narrativa, debe detenerse para que la música se pueda tocar. Y cuando el ritmo atrape su cuerpo y la melodtocar. Y cuando el ritmo atrape su cuerpo y la melodtocar í. Y cuando el ritmo atrape su cuerpo y la melodí. Y cuando el ritmo atrape su cuerpo y la melod a despierte su alma, entonces, y sía despierte su alma, entonces, y sí ólo entonces, reaparecerá la letra. La letra cantada tiene alma y sentimiento, lo que los Kalahari llaman asumir el sentimiento de poder curar (Keeney, 2010, p. 268). En este nuevo lugar, la terapia encuentra su corazón, lista para reivindicar a la palabra. Esta vez, sin embargo, la palabra alimenta la música que lleva a la interacción que cura; donde la narrativa no oprime, donde el terapeuta se convierte en curandero, el instrumento de los dioses cambiantes de una complejidad inconocible. En este cabaret, ópera y teatro de la transformaciópera y teatro de la transformació ón, la terapia no tiene modelos, ni teorías, ni tías, ni tí écnicas que se han convertido en rutina.

¿Qué queda? El juego de la improvisación que libera los corazones para que puedan abrazar y amar, haciendo que desaparezca el sufrimiento cotidiano. ¿Que no lo entienden? No hay nada que entender. Hay que vivirlo. Hay que sentirlo. Una y otra vez tenemos que dejar atrás la ás la áseducción del poder y penetrar de lleno en corazón mismo de la cura. De lo contrario, posar como cruzados sociales nos conveierte en vampiros interpretativos cuyos exorcismos políticos le chupan íticos le chupan íla sangre a la vida, perpetuando así las cruzadas de la narrativa que está muerta en vida.

Grandes líderes como Martin Luther King Jr. sabíderes como Martin Luther King Jr. sabí ían que la ían que la í única forma de escapar al sufrimiento y a la opresión era a través del amor. No el tipo de amor que sés del amor. No el tipo de amor que sé ólo aparece cuando se satisfacen ciertas condiciones, sino el amor más abarcativo que surge cuando ás abarcativo que surge cuando á se reconoce la circularidad en la ecología de las relaciones. Llía de las relaciones. Llí áa de las relaciones. Lláa de las relaciones. Ll menlo un amor ecosistémico, el abrazo auténtico de Gaia que atesora tanto el excremento como el néctar de las flores, el león gruñón, el cachorro mimoso.

Externalizar, batallar, conquistar a un “otro” - sea persona, problema o sistema de leyes - quizás ofrezca un descanso temporal. Pero no hace que las personas se acerquen al corazón de la

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sanación, que es el que ofrece las lecciones más duraderas sobre el arte de amar, de amar al otro y ás duraderas sobre el arte de amar, de amar al otro y áa uno mismo, tanto en las altas como en las bajas de la vida.

Nosotros, los problemas, queremos cantar en lugar de gritarles a los terapeutas narrativos: “No es personal. Pero aunque hoy nos ahuyenten al llamarnos demonios o vampiros, en algún momento regresaremos… y nos escucharán. ¿O qué? ¿Quieren una cruzada terapéutica que marcha de batalla en batalla? ¿No prefieren aprender a enamorarse de la vida, de la vida entera? Como problemas, traemos el corazón del sufrimiento que es inseparable del corazón de la cura. ¿Por qué es inevitable que formemos parte de su vida y que, a su vez, es justamente lo que los acerca al corazón curativo del amor? No lo sabemos. Pero, a todos aquellos que nos aman con la fuerza necesaria para mantenernos en el lugar que nos corresponde, gracias; somos los bajos indispensables que responden a sus altos, la noche obscura que anuncia la aurora, la nota desafinada que les recuerda cuidar de sus instrumentos musicales.

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RAYMUNDO MACÍAS AVILÉS recibió, el 9 de abril del 2012, el

Premio Nacional de Salud Mental Ramón de la Fuente.Es un necesario reconocimiento a una vida de esfuerzo,

trabajo y logros en beneficio de un sinnúmero de familias en nuestro país.

El Dr. Macías es el fundador de la Terapia Familiaren México, maestro de cuarenta generaciones de

terapeutas familiares y goza de un reconocido prestigionacional e internacional.

Es justo reconocer a quien ha aportado tanto.¡Enhorabuena querido maestro!

IFAC, AMTF y PSICOTERAPIA y FAMILIA

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UNA PAREJA QUE BAILA Y LA PSICOTERAPIA CON-MUEVE: CASO CLÍNICO

Sylvia Sánchez Oller

ResumenLa psicoterapia es un espacio de privacidad y lleno de emotividad. Esta emoción la trae el paciente y es transmitida a un psicoterapeuta a quien le deposita la confianza y la “fantasía” de que le va a ayudar a encontrar soluciones a lo que le agobia. En este espacio existe un tiempo, lleno de pasado, que se vive en el presente y que se proyecta en un porvenir. A traves de la espontaneidad misma del paciente, surge la creatividad del terapeuta, que se atreve a construir un espacio metafórico, que puede ser el juego, la poesía o el baile y lograr conmover los más profundos afectos.Palabras claves: Psicoterapia, sentimientos,espontaneidad, creatividad, juego, poesía, música, baile, abuso, agresión, violencia

AbstractPsychotherapy is a private space and full of emotion. This emotion is brough by the patient and is transmitted to a psychotherapist who would deposit trust and “fantasy” that will help him/her/them to find solutions about overwhelms. In this space there is a time full of past, which lives in the present and projected in future. Through spontaneity of the same patient, there is the therapist ́s creativity, who dares to build a metaphorical space that can be play, poetry or dance and to move to achieve the deepest affectionsKey Words: Psychotherapy, feelings, spontaneity, creativity, play, poetry, music, dance, abuse, aggression, violence

Como psicoterapeuta cada vez me cautiva más y más la espontaneidad que se vive en el espacio terapéutico y la forma de informar acerca de los sentimientos íntimos que transmiten los pacientes, y lo que cabe preguntarse como persona-terapeuta: - ¿Esta historia me recuerda a algún pasaje de mi propia familia? - ¿Esta pareja me recuerda a la pareja de mis padres? - ¿Esta pareja me refleja a mi propia pareja? Y es que cada familia nos habla de nuestra propia familia. Por eso es fácil reconocer el discurso... De alguna manera, la única verdad que importa es la que

_______Doctora en Psicología. Profesora de la Escuela de Psicología (Universidad de Costa Rica). Máster en Terapia Familiar y en Psicopatología Infanto-Juvenil (Universidad Autónoma de Barcelona, España).. 207 Sandpiper Court, Hotspur Street, Tynemouth. North Shields. NE30 4EW. Inglaterra. Tel. 00441914292989 e.mail: [email protected]

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descubrimos solos. La hora de terapia representa un pequeño capítulo del drama familiar: no todo está dicho, pero se ha depositado lo dicho, para que nosotros como psicoterapeutas retomemos esa palabra: ¿para qué se expone?, ¿por qué en este momento y no en otro?, ¿delante de quién?, ¿después de qué se ha dicho?... la hora de terapia es un pequeño cosmo de la vida del paciente. Los sentimientos del terapeuta hacia el paciente también son transmitidos... y hay una intencionalidad de la palabra del terapeuta cuando habla, es con una razón terapéutica: ¿para qué lo pregunta?, ¿por qué en este momento y no en otro?, ¿delante de quién?, ¿después de qué se ha dicho?... la palabra terapéutica es estratégica: tiene un sentido y una dirección. También yo como terapeuta puedo definir mis sentimientos durante ese encuentro en la devolución de la sesión:− Me sentí contenta de que lograras hablar con tu madre y que ella te recibiera de esa manera de apertura.... ¡es un gran comienzo!− Me sentí triste por ese momento tan doloroso que lamentablemente has tenido que vivir, si viste, se me salieron las lágrimas como parte del dolor que yo sentí ante lo que me explicabas de tu sufrimiento.− Me sentí aburrida de que me contarás una vez más ese episodio de la oficina, y pienso que también ese episodio te tiene muy cansado a vos y a tu esposa, puede ser que me equivoque, pero pareciera como que el trabajo absorbe otros capítulos en tu vida. Y así lo resume Matteo Selvini: “Sin embargo, un terapeuta inteligente e intuitivo, pero que se mantiene emocionalmente distante, no será casi nunca un buen terapeuta, y decepcionará a quien intente confiar en él” (pág. 7). De manera que escuchar es un proceso creativo, fuente de esperanza para ese alguien de que conseguirá comprensión, en el cual mostrar interés en aquello que nos comunica el paciente y reelaborar de una forma diferente lo que nos quiere transmitir, ofrece un sentido más armonioso de lo que le ocurre y a la vez, se siente contenido en su angustia. La hora terapéutica transcurre y el reloj marca el tiempo... ¡Opa!... Como terapeuta no me percaté en qué momento pasaron ya 54 minutos... Y admito que la psicoterapia es una vida de servicio: es estar con el otro y para el otro; es estar juntos para hablar de lo importante que es su vida, su historia, su familia, su pareja, su perro de peluche... es su tiempo. Luigi Boscolo y Paolo Bertrando, en Los tiempos del tiempo (1996), afirman que el pasado, el presente y el futuro conforman un anillo autorreflexivo, donde el presente determina la descripción que se le dé al pasado que se hace en un presente. Entonces, los tiempos del paciente no son los tiempos del terapeuta.

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La psicoterapia se convierte en un espacio de encuentro en el aquí y ahora, el el que, como experiencia de vida, se eligen las palabras para ser depositadas en el psicoterapeuta, quien se hace cargo de darles dirección hacia posibles soluciones, ofreciendo una dosis de esperanza. Esto se logra a través de la creación de intensidad, connotaciones positivas del síntoma y de los logros alcanzados, reencuadre de los protagonistas del evento, positivismo mediante la reformulación de aquellas vivencias de maltrato que han llevado al paciente a este encuentro con la psicoterapia. Se requiere técnica para aprender a tocar el piano, pero a la larga, si uno quiere hacer música, debe trascender la técnica aprendida y confiar en la propia espontaneidad (2002, p. 53), afirma Irvin Yalom, en espontaneidad (2002, p. 53), afirma Irvin Yalom, en espontaneidad ( El don de la terapia (2002), con esa sabiduría que los años les da a los terapeutas. Cuando la psicoterapia da para poesía, para cantar, para bailar... (¿es que no lo han echo sus pacientes?) me parece un acto de profunda expresión natural humana.

Caso clínicoAna y Jorge son una pareja que había pasado más de ocho años en una separación de cuerpos bajo el mismo techo. Jorge llegó a terapia individual, posesionado en su rol de víctima en una relación de violencia doméstica: totalmente sucumbido en su dolor, atemorizado de que Ana supiera de que estaba recibiendo terapia individual. Pasaron cuatro sesiones de convencimiento, para que transformaran la terapia individual en terapia de pareja. Esto se había convertido para mí en un reto terapéutico; la terapia de pareja sería de difícil manejo, debido a la “desventaja” que se había construido en el proceso de trabajar con un solo miembro de la pareja. En un artículo sobre “alianza terapéutica” Corbella y Botella (2003) afirman que este constructo se da tanto por las variables del terapeuta (independientemente de la escuela terapéutica a la que pertenezca) como por la postura del paciente, y que el desarrollo del proceso terapéutico rige la importancia atribuida a la alianza terapéutica. Ponen, así, de manifiesto la relevancia de la dimensión relacional entre terapeuta y paciente, en cuanto a que puede facilitar o dificultar la relación, el entendimiento y la compatibilidad. Tapia Villanueva, Bernales, Campos, Erazo, Fuentes y Sánchez, en “La primera entrevista en terapia de pareja (2001), aseguran:

Los terapeutas debemos centrarnos en el proceso. Entendemos por proceso una clase de interacción de un nivel recursivo superior que da cuenta de cómo se organizan las pautas de relación, con sus respectivos contenidos repletos de atribuciones y significados, las emociones correspondientes y como este devenir cursa en una determinada temporalidad. Así proceso y contenido no se oponen sino que pertenecen a niveles lógicos diferentes. Esto es, el proceso contiene al contenido y al emocionar (p. 57).

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De manera que seguir trabajando en sesión individual se hubiera convertido en un isomorfismo desplegado hacia el proceso psicoterapéutico que poco favor hubiera hecho.

Y Ana llegó sola a la quinta sesión. Me pareció una mujer encantadora, simpática y seductora. Se ubicó en el papel de mujer dura y reclamando el vacío existencial que había desde el nacimiento de su último hijo, nueve años atrás. Le planteé que todo lo que se había hecho en esos años conllevaba a una relación deteriorada como en la que estaban; que incluso el intento de psicoterapia que ambos habían llevado años atrás - ambos desertandodo en una segunda sesión - les había confirmado el diagnóstico de “Violencia Doméstica”, y cada uno había tomado su rol muy en serio. Por lo tanto, le propuse hacer psicoterapia breve y con ello el fundamento principal que sostiene la teoría: poner en práctica cosas que siempre habían soñado y nunca habían hecho como pareja. ¡Vaya sorpresa! A la próxima sesión, Ana y Jorge se presentaron a la sesión, por primera vez juntos sentados ante mi consultorio. Les dije:− Esto es un desafío también. Tendremos que hacer cosas diferentes en este espacio. Ellos hablaron de sus quejas y resentimientos, de las ofensas recibidas cada uno para con el otro; se acusaron mutuamente del maltrato, no sólo entre ellos, sino para con sus hijos también... Y despúes de media hora, les dije:− ¿Qué es lo diferente que han hecho en la última media hora? ¿Qué es lo diferente que hicieron esta semana? Se quedaron en silencio por un rato y ella aclamó:− Nos hemos matriculado en clases de baile... Hoy será nuestra primera lección después de la terapia.− Pues quiero un anticipo de esa clase... ¿Podrían? Él se levantó de su silla, extendió su brazo y le dijo, con gesto caballeroso:− Bailemos: “Lo que el viento se llevó”... Y en una danza suave y en silencio, los dos cuerpos se movieron en un son, con la calidez de dos almas que se encuentran; bailaron despacio, lentamente y en armonía, como si no se conocieran y quisiesen acoplarse al otro... Era conmovedor. − ¿Qué será lo que se lleva el viento? pregunté.− Tanto dolor, tanta tristeza, no podemos seguir viviendo así... afirmó Jorge con la voz entrecortada.− ¡Dile que ella no se merece tanto dolor...! le dije a Jorge, apoyando mi mano en su hombro, y él repitió la frase:− ¡No te mereces tanto dolor, Ana! Ella lo abrazó fuertemente, mientras bailaban al son de la música silenciada.

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Le pedí a ella que le dijera lo mismo, y ella replicó:− ¡No te mereces tanto dolor, Jorge! Y Jorge lloró como un niño. Sacó su pañuelo y volvieron a la danza, abrazados... Y le pregunté a Jorge:− ¿Qué percibes del cuerpo de Ana?− Está sudando... me está abrazando... la siento cálida, contestó.− ¿Qué percibes del cuerpo de Jorge? Le pregunté a Ana.− Siento el palpitar de su corazón, contestó. − Pues sigan en esa calidez y escuchando el corazón, comenté. Y así pasaron tal vez uno o dos minutos, y antes de que se cansaran de su baile les aseguré:− Esto no ha terminado, aun falta la parte de Ana... Reafirmando la posición conyugal le pregunté a Ana:− ¿Qué canción elegirás para esta danza inicial?− Aquella canción de los años 70 ́s, de Palito Ortega, que decía: “Perdón si te hice daño, perdón si te ofendí...”− “No quiero que te vayas, quédate junto a mí. Verás que todo pasa mañana otra vez. Yo te diré soñando... Te quiero. Te quiero amor. Te quiero, te quiero más que ayer...”,que ayer...”,que ayer...” Jorge prosiguió cantando al oído de Ana.

¡Buah! ¡Qué hermosa sesión! ¡Qué encuentro de personas! Aproveché para hacer término de la sesión. En la devolución le dije a la pareja que la sesión había tenido dos espacios: uno de quejas y otro de encuentro; que me sentía como terapeuta conmovida por los dos espacios, porque en el primero permitía entrever lo importante que es en una pareja “no guardar facturas por años” y poder hablarse de lo que no gusta en el momento, y por el dolor que cada uno había podido expresar, el daño que había recibido y el respeto que el otro le había dado a ese espacio para escucharle; y la segunda parte, porque me había parecido la ternura más profunda de la danza sin música, simplemente el movimiento, escuchar el corazón y el calor humano que había cada uno ofrecido para al otro. De nuevo hago referencia al artículo de Yalom: Cuando la psicoterapia se convierte poesía... Quizá pudo ser...: Cuando la psicoterapia se convierte juego, como con el caso de una niña que trae a terapia su muñeco de peluche y la sesión se estructura con ese objeto metafórico que cobra vida para la pequeña. Así, esta terapia de pareja pudo haberse llamado “Cuando la psicoterapia se convierte baile.”, de igual manera conmovió los afectos. Entonces, leyendo una entrevista que le hicieron recientemente a Joan Manuel Serrat, un hombre que combina el arte de la música y la poesía, el periodista le pregunta:

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- ¿Qué es conmover?Responde el cantautor:- Conmover es un acto en el que hay comunión; un acto de echar pa ́fuera un montón de cosas que uno mantiene en su interior y compartirlas con los demás. (La(La(Nación, p. 4). Por mi parte, termino afirmando: Conmover es enternecer.

Referencias Bibliográficas- Boscolo, L. y P. Bertrando (1996). Los tiempos del tiempo: una nueva perspectiva para la consulta y la terapia sistémica. Barcelona: Paidós. - Corbella, S. y L. Botella. (2003). La alianza terapéutica: historia, investigación y evaluación. Murcia: Anales de Psicología, vol. 19, no 2 (diciembre), 205-221. La Nación (21 de febrero del 2011). Serrat: Prefiero pasar miedo a pasar vergüenza. P. 4-5A- Sánchez Oller, S. (2000). Un caso clínico: Cuando la terapia de pareja se convierte poesía. Revista Costarricense de Psicología, 31. - Selvini, M. (2008) Doce Dimensiones para Orientar la Diagnosis Sistémica. Revista REDES, Segunda época, Volumen I, no 20 (diciembre).- Tapia Villanueva, L.; S. Bernales, S. Campos, R. Erazo, X. Fuentes y S. Sánchez. S. (2001). La primera entrevista en Terapia de Pareja. Revista de Familias y Terapias, Año 10, no 16, julio y noviembre. Páginas. 54-61.- Yalom, Irvin D. (2002). El don de la Terapia. Buenos Aires: Emecé.

Documentación y Estudios de Mujeres, A.C. (DEMAC) yy

Católicas por el Derecho de Decidir, A.C. invitan a la presentación del libro

EL CASO DEL PAPACasa LAMM

22 de marzo 2012

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PATRONES TRIGENERACIONALES DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: UNA MIRADA DESDE EL ENFOQUE DE

MILÁN

Ana Lilia Trejo Arteaga*

ResumenMediante el modelo de Milán, que siempre está en constante evolución, se otorgó tratamiento en 10 sesiones a una familia con violencia intrafamiliar constituida por madre, padre, hijo e hija adolescentes. Se establecieron dos hipótesis circulares: 1) si la hija se siente abandonada por los padres buscará la manera de llamar su atención y/o de buscar un vínculo que no encuentra en casa; y 2) si el padre no encuentra en la madre la dote afectiva que espera reaccionará con violencia, repitiendo lo que vivió en su familia de origen. Se comprobaron ambas hipótesis. El trabajo terapéutico enfatizó la transmisión intergeneracional de la violencia y la carencia, las pautas trigeneracionales, el sufrimiento de los padres en la familia de origen y la elección de pareja, siguiendo ciertas técnicas, como un intento de neutralidad, connotación positiva, cuestionamiento circular y separación entre los subsistemas. El resultado fue que la madre decidió irse de casa, llevándose a su hija para que ambas se protegieran de la violencia. Algunos patrones trigeneracionales fueron: violencia, incesto, parentalización de los hijos. Se propone identificar algunos indicadores que permitan prevenir la repetición de patrones que transmiten la violencia.Palabras clave: Milán, patrones, violencia, intrafamiliar, transmisión integeneracional

AbstractA treatment of 10 sessions was given to a family with family violence using the Milan model, which is constantly evolving. The family consisted of mother, father, a son and a teenage daughter. Two circulars hypotheses were established: 1) if the daughter feels abandoned by her parents, then she’ll try to get their attention and/or she’ll seek a bond that she can’t find at home; and 2) if the father doesn’t find in the mother the love that he desires, then he will react with violence, repeating what he lived in his family of origin. Both hypotheses were proved. The therapeutic work emphasized the transmission of violence and lack of affection through the generations, trigenerational patterns, the parents´ suffering in their family of origin, the choice of a partner, and certain techniques such as neutrality, positive connotation, circular questioning and separating the subsystems, were used. The result was that the mother left home, taking her daughter with her so that both would be protected from violence. Some trigenerational patterns were: violence, incest, children that take on the parents´ responsibilities. Some indicators were identified that might prevent the repetition of patterns that transmit violence are suggested. Key words: Milan, patterns, violence in the family, generational transmission

“Cuando me enojo y grito mi familia se asusta y reaccionan como –ratitas asustadas-”

César Fabián______________________________________* Maestra en psicología. Residencia en terapia familiar (UNAM). Da atención familiar en el CRIT Hidalgo. Correo: [email protected]

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IntroducciónSegún las investigaciones hechas por la American Psychological Association (1993, en Corsi, 2003), cuando existe violencia en la familia de origen, la probabilidad de que un niño se involucre en comportamientos abusivos o violentos también aumenta cuando se convierte en adulto. El caso clínico que se describe a continuación - que está incluido en el Reporte de Experiencia Profesional de la autora que fue presentado para defender el grado de Maestra en Psicología (Trejo, 2008) - muestra este proceso en una familia con un patrón trigeneracional de violencia.

Se llevó a cabo, pues, un tratamiento familiar de acuerdo a ciertos lineamientos del Modelo de Milán (Selvini-Palazzoli, Boscolo, Cecchin y Prata, 1980, 1988; Selvini, Cirillo, Selvini y Sorrentino, 1999), un modelo que ha ido evolucionando con el tiempo. Éste se considera adecuado para identificar patrones trigeneracionales de violencia y afrontar el sufrimiento de los padres en su familia de origen, lo que sentó las bases para generar la empatía necesaria para resolver, de alguna manera, los problemas de violencia en esta familia nuclear.

La familia consta de padre, madre y dos hijos adolescentes (los nombres han sido cambiados para proteger la privacía de la familia). El padre, César Fabián, tiene 42 años y es médico veterinario. La madre, Fátima, tiene 43 años y tiene la licenciatura en trabajo social, pero no ejerce su profesión. La pareja se casó hace 19 años y han procreado dos hijos: César Abraham, de 18 años, quien estudia el último semestre del bachillerato, y Fátima Marisol, de 16 años, quien cursa el tercer semestre del bachillerato. La familia trabaja en una veterinaria donde el padre se encarga de las cirugías mientras su hijo le ayuda; la madre se desempeña cortando el pelo a las mascotas, mientras la hija está a cargo del acuario.

La familia asistió a consulta porque, en 2006, cuando Fátima, la madre, estaba en Oaxaca con sus padres, Fernando, el primo de Marisol, abusó sexualmente de ella. Sin embargo, pronto se observó que había un problema de violencia intrafamiliar, razón por la que la pareja había tenido cuatro separaciones durante las cuales Fátima se iba a Oaxaca con sus padres. El tratamiento terminó en la décima sesión cuando ella decidió separarse de su pareja, llevándose a su hija consigo.

Técnicas utilizadas del Modelo de Milán con algunos ejemplos:- Connotación positiva: Para re-enmarcar la problemática familiar sin tener que culpar a nadie (Selvini Palazzoli y colaboradores, 1980), se connotó positivamente a la familia por haber asistido a terapia para tratar de resolver el problema e interesarse en mejorar su comunicación, y se distribuyó el síntoma.- Cuestionamiento circular: Con el fin de llevar a cabo una investigación sistémica de los cambios y diferencias en las relaciones familiares que recursivamente apoyan la disfuncionalidad en la familia (Selvini Palazzoli y colaboradores, 1980), se le

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preguntó a cada miembro de la familia su opinión acerca de lo que los otros decían. Por ejemplo, qué opinaba César Fabián acerca de la relación entre Fátima y su familia; cómo observaba César Abraham que reaccionaban su hermana y su madre ante los gritos de su padre; qué opinaba Marisol de que su papá golpeara a su mamá (cuando asistieron ambas solamente); cómo observaba Fátima que reac-cionaban sus hijos ante las agresiones de su esposo...- Preguntas a futuro: Cuando Fátima decidió irse de su casa, se le pidió que imaginara que ya lo había hecho y que visualizara qué tendría que ser diferente (en comparación con otras ocasiones en que se había ido a Oaxaca) para que pudiera protegerse mejor y proteger a su hija, y qué tendría que hacer para que su esposo no la convenciera de regresar con él, para no ceder ante sus amenazas de suicidio e, incluso, para trabajar en Oaxaca.- Separación entre el subsistema parental/conyugal del subsistema fraterno: No es una técnica específica, pero el Modelo de Milán plantea la separación de subsistemas; en primer lugar, para quitarle la responsabilidad a los hijos de la problemática entre los padres y, en segundo lugar, para favorecer la solidaridad en la fratría. Por eso, en esta familia en ocasiones se trabajó con la pareja, en otras, con Marisol a solas o con Fátima y Marisol o con César Fabián o Fátima a solas. Esto permitió trazar un límite entre el subsistema parental y el fraterno, ya que Fátima parecía formar parte de este último. Cuando se trabajó con Fátima y con Marisol fue importante que la primera percibiera su propio sufrimiento en su relación de pareja y en su familia de origen; así podría valorar la gravedad de la situación y, posteriormente, ser un modelo más asertivo y menos deprimente, especialmente para su hija. Los espacios que se tuvieron con César Fabián lograron que éste reconociera tanto la violencia sufrida en su familia de origen, como la que ejercía hacia su esposa e hijos. El trabajo con la pareja mostró cómo desde el noviazgo Fátima permitió que César Fabián la juzgara, y él mismo admitió “tener el poder y manejar a su familia”.

Una vez trazados los límites entre subsistemas se exploró lo siguiente:- Pautas trigeneracionales: La repetición de eventos. Cómo la violencia se repite de generación en generación - no nadamás César Fabián había sufrido violencia de su padre, y había visto violencia en sus abuelos, sino que ahora la ejercía sobre su mujer y su hija. Y el abuso sexual - “lo que pasó” entre Fernando y Marisol - también había sucedido anteriormente entre primos en la familia de César Fabían. - Sufrimiento de los padres en la familia de origen: En una sesión familiar, se le preguntó a César Fabián cómo le había afectado la violencia que vivió en su familia de origen, permitiendo así que la familia completa fuera testigo del sufrimiento vivido (el modelo de Milán plantea que el padre/madre, en este caso César Fabián, no podrá reconocer el sufrimiento del hijo hasta que sea capaz de reconocer su propio sufrimiento). Luego se les preguntó a Fátima, Marisol y César Abraham si

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alguna vez habían notado que detrás de la ira de César Fabián estaba la necesidad de que se preocuparan por su salud, que sentía carecer de interés y cariño por él. Se investigó también la historia de Fátima en su familia de origen, encontrándose que tanto en su familia de origen como en la actual era depositaria de humillaciones. - Elección de pareja: Se encontró que, al casarse, las expectativas de César Fabián eran encontrar apoyo económico y sentimental, y comprensión, que se anticiparan a sus sentimientos. Fátima esperaba que César Fabián la respetara y que cooperara en los quehaceres de la casa. El manejo de la violencia fue el siguiente:- Estrategias para controlar la violencia: Se buscó que César Fabián utilizara las estrategias que le habían funcionado para controlar su violencia (por ejemplo, el “tiempo fuera”).- Empatía: Se utilizó la historia personal de César Fabián como herramienta para buscar su empatía por lo que sienten su esposa e hijos ante su violencia. - Poner a salvo a los receptores de la violencia: Se le preguntó a Marisol que qué opinaría si su madre se fuera de nuevo y si se iría con ella. Para reforzar su rol materno, se le preguntó a Fátima si se llevaría a sus hijos con ella a Oaxaca. - Redes de apoyo: Se les preguntó a Fátima y a su hija acerca de sus redes de apoyo para una posible emergencia, y se les pidió que los anotaran en una agenda.- Manejo de sentimientos: Se le preguntó a César Fabián acerca de cómo se sentía cuando su familia “no le hace caso”, y se le pidió que escribiera lo que sentía cuando estaba enojado.- Consecuencias de la violencia: Se trabajó cómo la violencia de César Fabián generaba reacciones en su familia (temblor, parálisis, enojo, olvidos, etcétera.), para enfatizar cómo su ira no le permitía ver lo que sentían los demás.- Leyes: Se dio información concreta, haciendo explícito que hay leyes que defienden a las personas que sufren violencia, y que lo que estaba sucediendo era muy grave, por lo que se consideraba importante ayudar a todos los miembros de la familia a que acabaran con la violencia. Se le proporcionó a Fátima el número telefónico de una institución que la podía ayudar proporcionándole refugio en lo que encontraba la manera de irse a Oaxaca. Se le sugirió que buscara asesoría legal para estar preparada también en este ámbito.

Descripción de las etapas del procesoI. Motivo de consulta: La familia refirió en la preconsulta que Marisol había tenido relaciones sexuales con su primo. Ya en la terapia, Marisol dijo que su primo la acariciaba sin su consentimiento. Pronto se descubrió que también había violencia intrafamiliar, la cual fue necesario abordar.II. Diagnóstico familiar: Antes de empezar el trabajo con la familia se hizo una

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evaluación que incluyó las categorías siguientes:A. Hipótesis circular: Si la hija se siente abandonada por los padres, entonces

buscará una manera de llamar su atención y/o de buscar un vínculo que no encuentra en casa. Cuando se encontró que la familia era un caso de violencia intrafamiliar, se planteó la siguiente hipótesis circular: Si César Fabián no encuentra en Fátima la dote afectiva que espera reaccionará con violencia, repitiendo lo que vivió en su familia de origen (patrones trigeneracionales de violencia intrafamiliar).

B. Definición del problema (naturaleza de la disfunción): Rigidez-flexibilidad: Se observó rigidez en los roles de pareja, pues César Fabián era el que siempre tomaba las decisiones conyugales y familiares; ejercía una jerarquía superior como esposo y como padre. También había rigidez en la jerarquía según los rolesde género, ya que Marisol y Fátima se encargaban de labores con menor status en la veterinaria. Por otro lado, había rigidez en cuanto a “lo sucedido” entre Fernando, el primo, y Marisol, pues se tenía una idea generalizada de que habían tenido relaciones sexuales cuando, en realidad, Fernando abusó sexualmente de Marisol. Paciente identificado: al inicio, Marisol era la paciente identificada. Sin embargo, en la primera sesión se distribuyó el síntoma, y la pareja refirió que ellos ya tenían problemas. Alianzas y coaliciones: padre e hijo tenían una coalición en contra de Marisol, pues el segundo se encargó de informarle a su padre acerca de los mensajes (vía celular) que Fernando le enviaba a Marisol. Asimismo, César Abraham le había dicho a su hermana que “eres buena para la cama” y le demostró su enojo por “lo ocurrido” entre Fernando y ella, asustándola al conducir bruscamente. Reglas: una regla fue que no podía haber relaciones sexuales entre miembros de la familia (un rasgo sano). Otra regla fue que cuando César Fabián hablaba se le debía contestar, aunque la familia se atemorizaba ante sus gritos y en lugar de contestar se quedaban callados.

C. Función de la conducta problemática en el sistema (pautas y conducta): De acuerdo a la hipótesis, si la hija se siente abandonada por los padres, entonces buscará una manera de llamar su atención y/o de buscar un vínculo que no encuentra en casa. Se piensa, entonces, que la función de la conducta problemática es que lo que sucedió entre Marisol y su primo “unió” a la familia (connotación positiva), ya que sucedió cuando Fátima se encontraba en Oaxaca y ahora la pareja estaba unida para atender los problemas de su hija. En cuanto a César Abraham, había quedado encubierto con “la conducta de su hermana”, por lo que sus padres no le habían dado importancia a sus calificaciones escolares.

D. Hipótesis de la familia acerca de por qué ocurre el problema: César Fabián cree que lo que pasó entre Marisol y Fernando fue por “rebeldía” de ella.

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Menciona el antecedente de que su hermano Antonio (padre de Fernando) tuvo relaciones sexuales con una prima. A pesar de que Fátima y César Fabián refirieron que su sobrino abusó de su hija, César Fabián aseguraba que la culpa era de Fátima, por haber estado en Oaxaca. Finalmente, Marisol consideraba que lo que pasó fue algo “muy malo”.

E. Hipótesis del impacto del problema en la estructura de la familia: Si la familia supone que Marisol tuvo “relaciones sexuales” con Fernando, Mamá permanecerá en casa y se reforzará la alianza entre padre e hijo.

F. Hipótesis del impacto del problema en el proceso de la familia: Si Marisol tiene “relaciones sexuales” con Fernando, esto funcionará como detonador para que se exacerben las problemáticas tanto de pareja como familiares.

Evolución del problema, ¿cómo se conformó? Los problemas de pareja ya existían antes de lo ocurrido con Marisol. Fátima reportó que su esposo la golpeó desde que estaba embarazada de su hijo. Por esta razón se había ido a Oaxaca con sus padres en repetidas ocasiones. César Fabián tambiénejercía violencia verbal hacia todos. Tanto Fátima como sus hijos vivían una situación de miedo ante su violencia, lo que hacía que se paralizaran, que se les “olvidaran” las cosas - algo de lo que siempre se quejaba César Fabián. Fátima reportó que cuando su esposo gritaba, le empezaba a latir muy rápido el corazón, mientras que a Marisol le dolía la cabeza y César Abraham prefería evadir la situación.

Historia de las relaciones de la familia: César Fabián destacó que entre sus padres siempre había habido gritos y que la situación no había cambiado. Su padre los golpeaba y él se sentía como “ratón asustado”, aunque intervenía para defender a su madre. Su familia lo responsabilizó desde los 14 años; él era quien se encargaba de conducir el automóvil y de vigilar que su hermano Antonio no consumiera alcohol en exceso. A su vez, Fátima también sufrió violencia en su familia de origen, pues su mamá, al igual que ahora lo hace su esposo, la agredía verbalmente; fue educada para pedirle permiso a su padre y ahora lo hacía con su esposo.

Logros de la terapia:Se comprobaron ambas hipótesis circulares: a) al una niña sentirse la hija abandonada por sus padres, busca un vínculo que no encuentra en casa; Fátima lo hace al igual que Marisol; y b) al no encontrar César Fabián la dote afectiva que espera de Fátima, reacciona con violencia, repitiendo lo que vivió en su familia de origen (siguiendo un patrón de violencia intrafamiliar). Al trabajar la transmisión intergeneracional de la carencia y observar la

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relación entre violencia y carencia, se vio que la violencia de César Fabían tenía que ver con sus vivencias infantiles, al sentirse como un “ratón asustado” ante un padre golpeador. Al trabajar Fátima su dependencia en su relación de pareja, reconoció que ésta era un patrón que se repetía, al igual que su aceptación de las agresiones que recibía. Y ambos reconocieron que las expectativas (dote afectiva) que tenían cuando se casaron no habían sido cubiertas en su relación de pareja.

El concepto de neutralidad - que el equipo de Milán destacó especialmente cuando empezaba a desarrollar su modelo (Selvini-Palazzoli, Boscolo, Cecchin y Prata, 1980) - desempeño un papel importante en el tratamiento de esta familia. Por lo tanto, se establecieron alianzas con todos y se dio un espacio para que cada uno se expresara. Además, la terapeuta y el equipo se situaron también en posición de equicercanía (Selvini, Cirillo, Selvini y Sorrentino, 1999). Por ejemplo, cuando Fátima trató, en sesión individual, su situación ante la violencia de su esposo, como ella era la principal receptora, se hizo una alianza con ella para reforzar su posición de responsabilidad como madre y explorar su decisión de irse a Oaxaca, tomando en cuenta las instituciones en las que podía apoyarse.

Asimismo, se aclaró “lo sucedido” entre Marisol y su primo, subrayando que no tuvieron relaciones sexuales, y que él la tocaba sin que ella estuviera de acuerdo (lo que se definió como abuso sexual). Se pudo comprobar la hipótesis que se tenía al principio del tratamiento: Marisol, al sentirse la hija abandonada por sus padres, buscó un vínculo que no encontraba en casa, el cual halló en Fernando, su “refugio”, según sus propias palabras, antes de que la acariciara sin su consentimiento. Evidentemente, la falta de intimidad en la familia perturbó la comunicación y desprotegió a Marisol.

Algunos de los patrones trigeneracionales que se repetían fueron: la violencia (César Fabían es golpado por su padre y él, a su vez, golpea a su mujer), el abuso sexual incestuoso (Antonio, el hermano de César Fabián, con su prima y Fernando con Marisol, que también era su prima), la parentalización de los hijos (César Fabián tiene que vigilar a su hermano y César Abraham a su hermana), el pedir permiso a alguien que se considera una autoridad (Fátima lo hace en su familia y lo repite de nuevo con su esposo); esto contribuye a hacerla depositaria de humillaciones - a las que se somete, tanto en su familia de origen como en la actual.

Otro logro fue que los padres reconocieran el sufrimiento vivido en sus familias de origen frente a los hijos - aunque esto no tuvo un gran efecto en la disminución de la violencia; Fátima tuvo que irse de casa para que esto ocurriera. Uno de los logros más importantes fue que César Fabián reconoció que se le dificultaba controlar su ira, lo cual permitió que asumiera la responsabilidad de su violencia y no la depositara en su familia - aunque no tuvo tiempo de asimilarla y

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aprender a ejercerla. Como lo muestra el modelo de Milán, César Fabián tenía necesidades infantiles no satisfechas y esperaba que Fátima le proporcionara apoyo - tanto económico como sentimental - y comprensión, y que se anticipara a sus sentimientos. Aceptó que buscó en Fátima lo que no tuvo en su familia de origen y que, al no obtenerlo, su ira se desencadenaba en violencia física. Lo anterior ayudó a confirmar la hipótesis respecto a la violencia: al no encontrar César Fabián la dote afectiva que esperaba de Fátima reaccionó con violencia, repitiendo lo que vivió en su familia de origen. Respecto a Fátima, ella reconoció que cuando se casó con César Fabián deseaba respeto y cooperación - no los tuvo en su familia de origen y tampoco los encontró en su esposo.

Fue muy importante señalar que las reacciones de Fátima, Marisol y César Abraham eran de miedo; tenían en común el sentirse paralizados y “olvidar” las cosas, pues reaccionaban como “ratitas asustadas”, justamente lo que sucedía con César Fabián cuando su papá lo golpeaba; él fue también un “ratón asustado”. Es así como se repite el patrón trigeneracional de violencia. Sin embargo, César Fabián, en su situación actual, pasó de ser el “asustado” al que “asusta”. Lamentablemente, César Abraham bien podría repetir el patrón de violencia, al igual que en la actualidad mostraba una identificación machista de género al ser intrusivo en la intimidad de Marisol (revisaba su celular) y de su madre (tomaba el dinero que ella tenía para irse a Oaxaca).

Para la octava sesión, la violencia había disminuido, pero César Fabián aún no controlaba del todo su ira; seguían los gritos y los golpes, aunque en menor grado. Sin embargo, parecía haberse comprometido, si no con su familia sí consigo mismo, queriendo evitar el estrés que sentía cuando se desataba su ira. Por su lado, Marisol opinaba que su mamá sí mostraba cambios aunque su papá argumentara lo contrario. Y Fátima reportó que su hijo estaba estudiando más y que ella, por su parte, había estado más alerta en cuanto a la violencia. Éste fue el cambio más significativo; hizo posible que tomara la decisión de decirle “no” a la violencia y a salirse de casa, poniéndose ella y su hija a salvo, recuperando así su autoestima - o costruyéndola por vez primera - colocándose en una posición más asertiva.

Análisis de resultados y conclusionesEsta familia fue un caso grave de violencia. En ella existía una fuerte coalición entre el padre y el hijo contra la madre y la hermana, y los estereotipos de género estaban muy marcados. Era urgente el control de ira por parte de César Fabián. Sin embargo, en lo que esto sucedía, quizá, fue útil que Fátima, y sus hijos, César Abraham y Marisol, buscaran redes de apoyo. Mientras Fátima decidía separarse o no de César Fabián, fue necesario empoderarla para que pudiera defenderse de alguna manera. Para esto, se utilizó la posición de equicercanía de la terapeuta y

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el equipo. Así, Fátima logró tomar consciencia de la gravedad de la violencia que sufría y de adquirir herramientas para estar alerta. Pudo, entonces, reconocer que encontraría personas que podrían ayudarla y que, fi nalmente, podría hacer un plan y llevarlo a cabo, poniéndose ella y su hija a salvo, recuperando su autoestima y asertividad. Cabe señalar que para poder hablar de patrones trigeneracionales de vio-lencia necesariamente se tiene que hacer referencia al maltrato que tanto César Fabián como Fátima vivieron en su familia de origen. Esto es lo que condujo a analizar y trabajar este caso de acuerdo al Modelo de Milán. También vale la pena señalar que en esta familia hubo una transmisión in-tergeneracional de la carencia, donde la violencia del padre, César Fabián, estaba relacionada con su historia en su familia de origen. En su familia de origen él se comportaba y se sentía como un “ratón asustado” ante un padre que los golpeaba. Fátima, por su parte, también sufrió violencia en su familia de origen, historia que, en la actualidad, repetía con su esposo. Así pues, en esta pareja, la conyugalidad fue elegida de acuerdo a los patrones de carencia sufridos en las familias de origen de cada uno. Debido a lo anterior, la atención fue defi ciente hacia sus hijos, ya que los padres estaban enfocados en mutuas reclamaciones de pareja. En esta familia se presentaba, asimismo, un ciclo repetitivo del abuso (Ciril-lo y Di Blasio, 1988 en Cirillo y Di Blasio, 1989). Respecto a las cuatro etapas de la familia que maltrata (sólo violencia física), propuestas por Cirillo y Di Blasio, se tiene que la familia se encontraba en la tercera, denominada “la coalición activa del hijo”; en la cual César Abraham se había inclinado hacia su padre, lo que lo hacía dirigir su hostilidad hacia Fátima, llegando en una ocasión a tomar el dinero que ella tenía ahorrado para irse a Oaxaca. Su hostilidad también se dirigía hacia su her-mana, por ejemplo, cuando le hacía comentarios como: “sólo sirves para la cama”, lo cual denota una coalición con el padre. Lo que hizo que la familia se situara en esta etapa fue que, una vez, César Abraham se rebeló contra su padre y se fue a Oaxaca con su madre y su hermana, y grande fue su desilusión cuando su madre “lo hizo quedar mal” con su padre, pues ella y su padre se reconciliaron. Él se sintió traicionado y de allí en adelante decidió entrar en coalición con su padre en contra de su madre Respecto a lo anterior, se puede ver cómo César Fabián instigaba a su hijo: hacía parecer que lo prefería al “confi ar” en él para que vigilara que su mamá no escapara y que cuidara de su hermana. Esta instigación es parte del embrollo, pues la aparente preferencia de César Fabián por su hijo era en realidad un instrumento para molestar tanto a Fátima como a Marisol. De acuerdo a Cirillo y Di Blasio (1988, en Cirillo y Di Blasio, 1989), el progenitor que maltrata tiene temor a la pérdida y al abandono, algo muy notable en César Fabián, pues cuando su esposa

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se marchaba a Oaxaca él iba a pedirle que regresara. Vemos pues, que las reacciones de César Fabián se debían, por un lado, a la violencia sufrida en su familia de origen y, por otro, a la percepción confusa que tenía de que sus hijos estaban en coalición contra él y de sentir el miedo de un posible abandono. El juego que presenta esta familia, según Cirillo y Di Blasio (1989) es el del “abogado defensor”: el confl icto violento que tenían César Fabián y Fátima invi-taba a sus hijos a participar en la defensa. Primero, ambos hijos participaron; luego Marisol se estableció como la defensora de su mamá al intervenir cuando su padre quería golpearla. Es cuando la agresividad de César Fabián se transfi rió también a ella, por percibirla como aliada de su esposa (y en su momento, también hacia César Abraham, cuando éste se fue a Oaxaca con su madre). Vemos pues que, en esta familia, la fi gura femenina estaba devaluada, sometida y sin apoyo. La madre estaba disminuida en la jerarquía parental y “Mari-sol estaba ahí y Fernando se aprovechó de ella”. Clarmente, existían coaliciones en-tre los hombres para el control de las mujeres. Las modalidades machistas de César Abraham eran similares a las de su papá. Además, estaba parentalizado. Cuando su madre se iba a Oaxaca huyendo de las peleas con su padre, él se quedaba encargado de “cuidar” a su hermana - el patrón se repite, pues su padre también cuidaba de su hermano cuando iba a fi estas - y hasta se entrometía en la intimidad de su hermana al revisar su celular. Una hipótesis sobre este comportamiento sería que le traía benefi cios con su padre (era aprobado) o con su madre (demostraba autoridad). Por ejemplo, obtuvo autoridad sobre su hermana al sustituir a su madre cuando ésta se fue a Oaxaca. Y lo único que le correspondía era ser hijo y hermano. Sin embargo, es probable que César Abraham también controlara a su hermana para controlar sus propias inse-guridades y afi rmarse a sí mismo, o quizá porque esto funcionaba como distractor; así sus padres no tomaban en cuenta sus califi caciones escolares. Pero, además de desviar la atención de sus padres, Marisol le servía a César Abraham para ser reconocido como el controlador y el vigilante. Cabe señalar que la escuela de Milán plantea que cuando los hijos asumen un rol parental les cuesta afi rmarse en el exterior. Por lo tanto, hubiera sido intere-sante ahondar en los vínculos de César Abraham; saber cómo se relacionaba con su pares, si tenía amigos, novia y con qué difi cultad se aproximaba a las mujeres (*Ver nota al pie de página). Es evidente que en esta familia existía una repetición de patrones. Un patrón que se repite se observa en lo que pasó entre Marisol y Fernando: el hermano mayor de César Fabián (Antonio, padre de Fernando) tuvo relaciones sexuales con una prima - que puede considerarse una relación incestuosa que Mari-sol y Fernando repiten, aunque entre ellos no hubo consenso, por lo que se defi nió

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como abuso sexual. Otro es la violencia parecida a la que César Fabián vivió en su familia de origen, cuando su padre lo golpeaba a él y presenciaba cómo golpeaba a su mamá o a sus hermanos. Luego, él hizo lo mismo con su familia, y de “ratoncito asustado” pasó a ser el que “asusta”. Otro patrón que se repite es la parentalización del rol masculino. César Fabián refi rió que en casa tuvo que hacerse responsable desde los 14 años, porque su madre le pedía que cuidara a Antonio, su hermano; además, estaba encargado de manejar el coche de la casa. Esta parentalización se repite con César Abraham, al ser el encargado de vigilar a su hermana. Por otro lado, César Fabián sufría de necesidades infantiles no satisfechas. En consecuencia, esperaba que Fátima le proporcionara apoyo económico y senti-mental y comprensión, que se anticipara a sus sentimientos. Pudo aceptar que buscó en Fátima lo que no tuvo en su familia de origen y, al no obtenerlo, desencadenaba su ira con un golpe. Esto ayudó a confi rmar la hipótesis sobre la violencia: al no encontrar César Fabián la dote afectiva que esperaba de Fátima, reaccionó con vio-lencia, repitiendo lo que vivió en su familia de origen. Otro patrón que se repite tiene que ver con Fátima y su dependencia; creía tener que pedir permiso. En su familia de origen estaba acostumbrada a hacerlo, así que lo repitió con César Fabián, su esposo. Era incapaz de reaccionar ante sus golpes e insultos. Esto provenía de su familia de origen, en donde era la depositaria de humillaciones. Además, fue testigo de los confl ictos entre sus padres, confl ictos debidos al alcoholismo de éste; nuevamente, otro patrón que se repite. César Fabián también bebía (al igual que su padre). Cabe pensar que, de alguna manera, posiblemente César Fabián se sintiera confi rmado por la actitud dependiente de Fátima. Comentó que su esposa se dejaba “manejar” y que eso le había dado poder para tomar decisiones. Sin embargo, esto creó una incongruencia en la jerarquía, ya que Fátima fi guraba más en el subsistema fraterno que en el parental y/o conyugal. Con respecto a las relaciones de apego, todo parecía indicar que el hijo tenía un apego mayor hacia el padre, y el padre también parecía más enfocado en su hijo. Por otro lado, es difícil pensar que Marisol pudo haber formado un vínculo fuerte hacia su madre, ya que ésta se iba constantemente a Oaxaca y la dejaba con su padre y hermano. Esto hace probable que Marisol tuviese un apego de tipo C; o sea, poco apego hacia ninguno de sus padres. ¿Sería esto lo que la llevó a decir que su primo era su “refugio”? Confi rmaría la hipótesis del principio: al sentirse hija abandonada buscó un vínculo que no encontraba en casa. Al establecer una alianza con César Fabián, pudo disminuir su violencia. Sin embargo, cuando en la novena sesión, Fátima decidió irse a Oaxaca, su esposo ya no quiso asistir a esa sesión: “para castigarla”. Se respaldó su decisión y se

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le habló de sus derechos, pero ya no fue posible hacer mayor alianza con él. Sin em-bargo, lo signifi cativo fue que al irse a Oaxaca y llevarse a Marisol con ella Fátima tomó la decisión de protegerse a sí misma y de proteger a su hija, iniciando así un nuevo patrón. Para concluir, como lo denota este caso, además de intentar entender qué es lo que hace que la familia funcione, como lo propone el Modelo de Milán, para prevenir que la violencia se perpetúe de generación en generación es necesario buscar la interrupción de patrones disfuncionales y, en su defecto, la identifi cación a tiempo de indicadores que transmiten estos patrones.

Nota al fi nal de la página(*) ¿Qué sucedió con César Abraham cuando su madre se fue con Marisol a Oaxaca y lo dejó con su padre? ¿Cómo se relacionaron él y su padre? ¿Regresaría él también a Oaxaca? Le servirá en el futuro la acción de su madre para aprender nuevos patrones de relación con las mujeres? Éstas son preguntas importantes que quedan por investigar.

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FUNCIONAMIENTO FAMILIAR Y FACTORES DE RIESGO-PROTECCIÓN PSICOSOCIAL EN ESTUDIANTES DE 17 A 19

AÑOS DE LICENCIATURA EN LA UNIVA LEÓN

Juana Camarena Arredondo, Ma. Elena Fuentes Martínez, Laura Leticia Luna Bernal, José Antonio Luna Villaseñor, Héctor Eduardo Reyes Valadéz, José Luis

Rodríguez Villalpando y Ma. del Carmen Villanueva Reyes1

Resumen La presente investigación tuvo como objetivo conocer el funcionamiento familiar y los factores de riesgo-protección psicosocial en estudiantes de licenciatura de la UNIVA León. En el estudio participaron 91 estudiantes de 17 a 19 años, seleccionados a través de un censo no probabilístico con sujetos voluntarios. El instrumento utilizado fue el cuestionario “Cómo es tu familia” (formato para hijos de 10 a 19 años) validado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 1996). Los resultados encontrados muestran un adecuado funcionamiento familiar, así como bajos niveles de vulnerabilidad y altos escudos de protección psicosocial en los estudiantes encuestados. Palabras clave: funcionamiento familiar, estudiantes, factor de riesgo-protección psicosocial

AbstractThe object of this investigation was to find out about the family functioning and the psychosocial risk-protection factors that students had here in the UNIVA of León University. 91 students participated in this study, ranging from 17 to 19 years of age and selected through a non probabilistic census which relied on volunteers. The instrument used was the questionnaire CóCóC mo es tu familia, “What is your family like” (format targeted to offspring aged from 10 to 19), validated by the Organización Panamericana de la Salud (OPS) (Panamerican Health Organization, 1996). The results show an adequate family functioning, low levels of vulnerability and high shields of psychosocial protection in the students surveyed.Key words: family functioning, students, psychosocial protection risk factor

Introducción El papel de la psicología social se incrementó notablemente desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002) definió la salud como el estado absoluto de bienestar físico, mental y social. A partir de ese momento, la investigación sobre la prevención de la salud se centró en las posibles interacciones implicadas en el proceso de enfermedad en el que los factores psicosociales, necesariamente, tienen

________________________1 Docentes del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad del Valle de Atemajac, plantel León. Juan Alonso de Torres 3538, Lomas del Campestre, León de Los Aldama, Guanajuato - 01 477 788 7500. [email protected] [email protected]

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un papel importante. Al entender la salud como un fenómeno social interactivo, el contexto familiar, los valores asociados de una cultura particular o grupo socioeconómico, la socialización y la influencia del grupo se convierten en elementos centrales de los estilos de vida saludables. Partiendo de lo anterior la presente investigación sostiene que es posible prevenir las conductas de riesgo en los estudiantes universitarios a partir del conocimiento del funcionamiento de las familias de origen. Como un acercamiento a este tema se presenta información sobre el concepto de familia, funcionamiento familiar, vulnerabilidad actual de las familias ante las situaciones de crisis y los diferentes modelos de ajuste y adaptación familiar, así como factores de riesgo-protección psicosocial que los estudiantes universitarios utilizan como una forma de afrontamiento en su vida cotidiana.

En nuestra Universidad, los profesores han observado conductas de riesgo en los estudiantes, asociadas a problemas de aprendizaje, tales como bajo rendimiento escolar, ausentismo y deserción entre otras que impactan sus procesos de enseñanza aprendizaje. Estos fenómenos motivaron a un equipo de investigadores de esta universidad a indagar sobre el funcionamiento de las familias de los estudiantes universitarios, así como los factores de riesgo – protección que se manifiestan en su repertorio conductual.

En la mayoría de las investigaciones encontradas, se observó que las familias presentaban un alto nivel de riesgo psicosocial lo que provoca una disfuncionalidad alta en estos adolescentes (Santander, 2008; Castro y Llanes, 2007; Ramírez, 2007; Jadue, Galindo y Navarro, 2005; Muñoz-Rivas y Graña López, 2001).Marco conceptualLa presente investigación toma como referencia para el análisis de los datos la teoría estructural de Minuchin (1983, 1999), el funcionamiento familiar de Olavarrieta (1976, citado en Ramírez, 2007), el ciclo vital de la familia de Estrada Inda (1997), así como los teóricos de la temática de riesgo - protección tales como Castro y Llanes (2009) y Suárez (1993, citado en Fiorentino, 2008). En atención a los autores anteriores, la familia es una estructura, es un sistema u organismo vivo que tiene un proceso evolutivo.

Esto es, un grupo natural que en el curso del tiempo ha elaborado pautas de interacción que constituyen la estructura familiar, que a su vez rige el funcionamiento de sus miembros y cursa un ciclo vital; por su parte, Olavarrieta señala que el funcionamiento familiar hace referencia a las interacciones como a las funciones básicas y universales que se desarrollan al interior de la familia, es importante mencionar que los estilos de funcionamiento familiar van a determinar las formas en que cada familia enfrenta los eventos vitales que pueden surgir al interior de la misma. En este sentido, Castro y Llanes (2007, 2009) apuntan que los factores de riesgo determinan la vulnerabilidad de los adolescentes al interior de los estilos de

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cada familia; por otro lado, es necesario mencionar que los factores de protección fomentan el crecimiento, la prevención y un adecuado funcionamiento familiar.Metodología El presente estudio es de tipo descriptivo y transversal, donde el principal objetivo es conocer el funcionamiento familiar y su relación con los factores de riesgo-protección en estudiantes universitarios. Participantes: Los participantes fueron 91 estudiantes de 17 a 19 años de las diferentes licenciaturas de la UNIVA León. La muestra estuvo compuesta por estudiantes de ambos sexos y seleccionados a partir de un censo inicial de sujetos voluntarios. Instrumento: Se utilizó el cuestionario ¿Cómo es tu familia? (formato para hijos de 10 a 19 años), validado por la Organización Panamericana de la Salud (W.K. Kellogg Foundation, 1996). Este instrumento evalúa la adaptabilidad y vulnerabilidad familiar; los cuestionarios están diseñados para ser respondidos en forma auto-administrada individual. Los factores que evalúa el cuestionario son: Factor A (tipo de relaciones), Factor B (estilo de afrontamiento de problemas), Factor C (fuentes de apoyo del adolescente), Factor D (valores), Factor E (satisfacción), Factor F (acumulación de tensiones), Factor G (problemas de salud y comportamiento) y Factor H (recursos de la familia).Procedimiento:El primer paso fue solicitar autorización para la investigación a la Dirección de la Universidad, así como a los jefes de carrera para facilitar la recolección de los datos. Se llevó a cabo un censo inicial no probabilístico con sujetos voluntarios, convocando a los estudiantes en el auditorio de la universidad, para la aplicación colectiva del instrumento, bajo la observación de los investigadores. Después de la aplicación se llevó a cabo el análisis estadístico de los datos.

Análisis de resultados Factor A (Tipos de relaciones): Los resultados obtenidos muestran que las rutinas familiares permiten valorar la estructura y organización familiar; así como su estabilidad y seguridad; en general loa hábitos familiares son percibidos por los estudiantes como aspectos de un clima de cohesión y estabilidad que estimula entre los miembros de la familia sentimientos de certidumbre y seguridad propiciando el crecimiento saludable de los mismos,Factor B (estilo de afrontamiento de problemas). Para este factor hacen referencia a la confianza que tienen en sus familias ya que cuentan con los recursos necesarios para afrontar situaciones problemáticas, ya que estas son definidas por ellos como manejables y con alternativas optimistas y es probable que por ello no busquen

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ayuda para la solución de dificultades que se presentan en su familia.Factor C (Fuentes de apoyo del adolescente): En lo que se refiere a este factor se pone de manifiesto que las mayores fuentes de apoyo son sus padres, seguido de amigos, señalando que sus padres son capaces de apoyarles en momentos difíciles de sus vidas.Factor D (valores): El perfil de valores de las familias de los sujetos estudiados muestran una concesión mayor a la realización en el trabajo elegido, así como tener una familia unida, la honestidad y rectitud. Los valores de poder, dinero y sexo, fueron los ponderados en un nivel mas bajo.Factor E (satisfacción): se puede afirmar que este factor, es una variable fortalecida en los sujetos estudiados ya que es un factor de protección ante situaciones de riesgo sumamente importantes, probablemente este factor es un recurso adaptativo ante situaciones difíciles o vulnerables.Factor F (acumulación de tensiones): en este apartado los sujetos encuestados muestran respuestas que se consideran adaptativas para el afrontamiento de acontecimientos relacionados con la acumulación de tensiones, esto es, las familias muestran buena capacidad para el manejo de tensiones aun ante factores estresantes, representando un factor de protección psicosocial fundamental.Factor G (problemas de salud y comportamiento): un alto porcentaje de adolescentes de estas familias buscan o reciben tratamiento psicológico o emocional, lo que promueve oportunidad para solucionar problemas que se presentan, por lo que se percibe que existe un equilibrio entre esfuerzos, recursos y necesidades en las familias de estos adolescentes, siendo éste un factor protector psicosocial.

Discusión y conclusionesUn aspecto valioso de las familias de estos adolescentes es el alto nivel de cohesión entre los componentes de la misma, de participación de los hijos en los problemas familiares y la confianza para solicitar apoyo cuando se necesita. Esto constituye un factor de protección, pues habla de un fuerte vínculo emocional y ligamiento afectivo de los hijos con padres y hermanos (González, 2001).

El factor de comunicación entre padres e hijos es un poderoso elemento en la evolución de la familia pues, como refieren Loayssa y colaboradores (Citado en Gónzález de Parnalete, 2002), permite que los miembros compartan necesidades y preferencias. En el caso de los estudiantes que nos ocupan, se percibe una alta comunicación y confianza con la madre, pero no así con el padre, situación que indica un grado moderado de apertura y confianza y de satisfacción en la interacción de padres e hijos. Esta condición en la comunicación con el padre no es privativo sólo de la población analizada, sino es una constante en las familias mexicanas, como se confirma en los resultados de la Encuesta Nacional de Juventud (Instituto

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de Salud Pública, 2005).Un hallazgo más en la investigación es que aun cuando estas familias, desde

la percepción de los hijos adolescentes, tienen confianza en encontrar ellas solas las soluciones a los problemas, no buscan apoyo social cuando se encuentran en situaciones de crisis, condición que los pone en situación vulnerable a los cambios del contexto pues, entre mayor búsqueda de fuentes de apoyo (servicios comunitarios, otros familiares, amigos, profesionales de la salud, etc.) existan en el adolescente y su familia, se tendrá un más alto nivel de eficacia para enfrentar las situaciones de estrés, lo que contribuirá a dedicar más tiempo a aspectos comunicacionales entre los miembros de la familia (González, 2001).

Otro resultado importante en la percepción de los universitarios encuestados, es el hecho de considerar a la familia como la principal fuente de apoyo ante situaciones de necesidad o estrés, condición que coincide ampliamente con los resultados de la Encuesta Nacional de Juventud (Instituto Nacional de Salud Pública, 2005), que señala que los jóvenes cuando se encuentran en situación de crisis, acuden en especial a la familia, seguida de otras fuentes, como son los amigos y, con menos importancia, otros familiares u otro adulto.

En relación al apartado de valores, se encontró que un elemento que constituye un factor de protección para los estudiantes UNIVA entre 17 y 19 años es la valoración que le dan tanto al nivel de estudios como a realizarse en un trabajo u ocupación, pues esto los mueve a buscar permanentemente estrategias para su desarrollo profesional y disminuir así la posibilidad de caer en situaciones de riesgo. Estos resultados van vinculados a la idea cada vez más arraigada en los jóvenes de que escalar en los más altos niveles educativos asegura una estabilidad económica y facilita el acceso a un mejor trabajo. En este mismo rubro se encontró que los valores de poder, dinero y sexo fueron los menos significativos para la población estudiada.

Otro rasgo de baja vulnerabilidad en estos adolescentes y sus familias, que por lo tanto augura una respuesta eficaz en el afrontamiento de sus problemas, es el alto nivel de satisfacción que muestran ante diferentes aspectos de la vida, como son: consigo mismo, con la familia, los amigos, el barrio, su situación económica, el rendimiento escolar y el trabajo u ocupación principal. Esto habla de un nivel adecuado de autoestima como factor de protección (Jadue, Galindo y Navarro, 2005).

Un valioso hallazgo es el alto nivel de felicidad que refieren los estudiantes experimentar, comparándose con los demás pares, lo cual habla de un recurso de protección. Este ambiente familiar ha capacitado al adolescente para establecer prioridades, educarse en la prevención y modificar conductas de riesgo, para acercarse así al Marco de Desarrollo Saludable que se espera de ellos (González,

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2001). Los hallazgos encontrados en cuanto a síntomas y problemas permiten

identificar, desde la percepción de los estudiantes universitarios, altos indicadores de adaptación y bajos niveles de vulnerabilidad ante las crisis, lo que se manifiesta en una ausencia de problemas de salud y comportamientos de alto riesgo.

En los indicadores en que se encontró alto riesgo en las familias, es importante señalar las adicciones al tabaco y al alcohol, las que a largo plazo pueden incrementar la vulnerabilidad de los estudiantes. En específico, los estudiantes reportaron la importancia de cuidar la preocupación que éstos tienen con respecto a su aspecto físico, resultados que coinciden con los que arroja la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Instituto Nacional de Salud Pública, 2006) así como con los de la Encuesta Nacional de Juventud (Secretaría de Educación Pública, 2005), en la cual el 55% de los jóvenes definen a la apariencia y la moda como algo que conceptualiza el “ser joven”. Otro factor detectado con altos porcentajes es el ejercicio activo de la sexualidad, que debe ser cuidado para evitar problemas de salud como enfermedades de transmisión sexual o de embarazos no planeados.

Estos resultados se consideran valiosos para entender más ampliamente al adolescente en el ambiente escolar, e incluir la percepción de ellos mismos y su contexto sociofamiliar en los programas de desarrollo académico o de apoyo estudiantil para promover los recursos para el aprendizaje, e identificar alumnos en situaciones de riesgo y brindar una intervención temprana, ya que pertenecer a una familia integrada facilita la conclusión satisfactoria de estudios superiores.

De todo lo anterior, cabe señalar que fue significativo los hallazgos encontrados mostrando una población con altos escudos de protección desde sus familias, lo que habla de estructuras con un adecuado funcionamiento y recursos económicos, sociales, educativos y valorales que conforman una población con bajos niveles de vulnerabilidad y adecuados recursos de protección psicosocial individual y familiar.

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¿A QUÉ SE DEBEN LOS PROBLEMAS DE SUS HIJOS?LLAMADO A LOS PADRES

Ruth Tawil de Asse*

ResumenNuestro siglo XXI está lleno de violencia. En México, los noticieros nos inundan con relatos de robos, secuestros, asesinatos. Y las familias se quejan mucho de los problemas con sus hijos. Algunos dicen que siempre ha sido así. La intención de este trabajo no es, sin embargo, lidiar con estar paradojas sino ver qué pequeña diferencia podemos hacer en este mundo que nos ha tocado vivir. La terapia familiar, que se inauguró a mediados del siglo XX – y que ha ido evolucionando con el tiempo – puede ser una solución. Así pues, se presentan algunas preguntas y sugerencias que pueden ser de utilidad para los padres de familia que asisten a consulta quejándose de los problemas que tienen con sus hijos, basadas en la teoría sistémica (modelo de Milán) y estructural (Salvador Minuchin). Se espera que puedan ayudar a repensar la situación para ver qué es lo que se puede controlar y, por lo tanto, resolver, y qué no. Si se acepta el reto, puede ser que las familias logren desarrollar una habilidad de respuesta, responsabilidad, que las ayudará a resolver las dificultades de la vida sin convertirlas en un problema. Palabras clave: padres, hijos, dificultades, problemas, terapia familiar

AbstractThe foundations of the family therapy that has evolved from the cybernetic epistemology of Gregory Bateson, be they systemic (the Milan Model) or structural (Salvador Minuchin), can be useful to parents who are having problems with their children. Thus, the purpose of this article is to pose a few questions that parents can ask themselves in order to help them re-think, thus making it possible for the difficulties of life that every family has to face to remain simply difficulties, instead of becoming a problem.Key words: parents, children, difficulties, problems, family therapy

La salud de la relación con tu hijoserá modelo y premisa para todas las

relaciones futuras de él. David Hawkins

Estamos viviendo en un siglo XXI lleno de violencia. En nuestra ciudad de México, y en todo el país, los periódicos y noticieros nos inundan con relatos de robos, secuestros, asesinatos… No hay familia que no haya escuchado la triste historia de algún familiar que haya sufrido algún percance, o la haya sufrido en carne propia.

_____________________* Terapeuta familiar (UDLA de México). Miembro de la Asociación Mexicana de Terapia Familiar.

A.C. AMTF. Miembro de Asociación Menorah, México, D.F.

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Esto es lo que nos toca escuchar a los terapeutas familiares la mayor parte del tiempo: historias tristes que vienen de todas partes, desde lo biológico, lo psicológico o lo social.

Nuestro mundo, lleno de violencia, se creó con violencia. Desde el principio se sacó orden del caos. Y si bien la violencia es un fenómeno que ha sido estudiado a profundidad, nada lo ha podido detener. Las estadísticas lo demuestran.

Esta exposición intenta acercarse a los padres de familia que tienen “problemas” con sus hijos, presentando una serie de preguntas y sugerencias que puedan ayudarlos a distinguir entre dificultades y problemas. “Problemas” es una palabra que los padres a menudo traen a consulta para explicar lo que está sucediendo en la familia. Sin embargo, una cosa son las dificultades de la vida y otra los problemas de la vida; las dificultades las tenemos todos, los problemas muchas veces los vamos construyendo por medio de nuestra interacción, y aparecen a diferentes niveles: el biológico, el psicológico y el social, hasta el cósmico. Y todos estos niveles están interconectados.

Ésta es justamente la perspectiva sistémica en la que se basa, por ejemplo, el modelo de Milán (Selvini-Palazzoli, Boscolo, Cecchin y Prata, 1978) y el modelo estructural sistémico (Minuchin, 1974), perspectiva que se desprende principalmente de la epistemología de Gregory Bateson (1972) y de la Teoría General de los Sistemas, de Ludwig von Bertalanffy (1976); establece que todos somos parte de una totalidad - un sistema - interconectada e interactuante. Y estos sistemas, modelos si se quiere, como los individuos que los crean, van cambiando con el tiempo - y con la práctica - cada uno sufriendo un “trance de crecimiento”, al decir de Octavio Paz. Y cada sistema forma parte de un sistema mayor y, a la vez, está organizado en subsistemas, donde cada integrante contribuye a la interacción y a la definición de roles.

Salvador Minuchin señala que la familia es un factor muy importante en este proceso de contrucción y de transformación. Y la familia está formada por individuos. Pero el individuo no vive en un vacío; vive dentro de un contexto, y ambos se determinan mutuamente por medio de la interacción. Y vemos que los cambios en la estructura familiar cambian el comportamiento y los procesos internos de cada miembro (subsistema) del sistema familiar. Y al aparecer el terapeuta se forma un nuevo sistema: el sistema terapéutico (1976, p. 9).

Luigi Boscolo (2008) comenta que los años ochentas fueron difíciles e importantes para la terapia sistémica; difíciles pero afortunados. Muchos se dedicaron a la terapia sistémica con entusiasmo; otros la criticaron. Fue el caso de las feministas; criticaron la idea de circularidad que parecía justificar la violencia y el abuso especialmente hacia las mujeres y a los niños, al sostener que los miembros de una familia - o de una sociedad - son interdependientes. Y lo son. Pero unos

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son más responsables que otros de lo que sucede en la interacción. Así, Paul Dell (1989), siguiendo a Bateson, en “La violencia y la visión sistémica: El problema del poder”, subraya lo difícil que es hablar de violencia sistémicamente, porque es un concepto lineal, no circular. Argumenta que la violencia y el poder pertenecen al ámbito de la experiencia humana y que, por lo tanto, de ninguna manera puede la teoría sistémica invalidarlas.

Así pues, el grupo de Milán puntualizó que los sistemas se crean y se organizan alrededor del comportamiento y de los significados, y que el proceso terapéutico se lleva a cabo por medio del lenguaje, por medio del comportamiento y por medio de la conexión - la relación -, intentando reinventar una nueva realidad con objetos que no sean tan terribles. Como puntualiza Gianfranco Cecchin: “Primero aceptas a la familia tal y como es... después empiezas lentamente a introducir cambios: en el lenguaje, en la historia, en los significados, en las puntuaciones... Si logras venderles tu significado nuevo, entonces cambiará su acción... (Eustace, “Entrevista con Cecchin”, 1988, p. 50-55). Ésta sería una forma de disminuir la acción violenta: la destrucción y la auto-destrucción, en individuos, en familias, en sociedades.

Más recientemente, Coscenza, Gálvez, Pollak y Pompili (2006) señalaron que el grupo de Milán intentó “transferir la epistemología cibernética de Gregory Bateson a la práctica clínica, de pensar en forma sistémica para actuar en modo sistémico (p. 6). Pero van más allá. Con base en el pensamiento de Juan Luis Linares y José Antonio Marina, favorecen una posición más activa del alumno en entrenamiento, para responder a un imperativo ético preciso: trabajar por un mundo que pueda gustar más, lo que implica, entonces, recuperar las premisas epistemológicas y con una co-construcción de significados, darle sentido a la diferencia (p. 16). Vemos así que el modelo sistémico, o si se quiere, la perspectiva sistémica, sufre una transformación más al encontrar el marco sistémico su lugar dentro y a través del diálogo (Resendiz sobre Paolo Bertrando, 2009).

Pero nadie mejor que Luigi Boscolo y Gianfranco Cecchin para describir la parte permanente de su enfoque: que las conversaciones terapéuticas son todas únicas y singulares, aunque sí, parte de un sistema mayor. Y “en este proceso, no hay una sola intervención que sea importante; lo que importa es la acumulación de información a medida que los diferentes puntos de vista, a diferentes niveles, son analizados y contrastados…” (Boscolo, Cecchin, Hoffman y Penn, 1987: xi), sin olvidar los haceres y quehaceres de cada individuo en el sistema terapéutico - padres-hijos-terapeuta. Porque no hay una verdad absoluta, objetiva y científica. El ser humano es demasiado complejo para eso. A propósito del poder y del control, Cecchin, Lane y Ray (1993, 1995) hablan sobre el interesante tema de cómo los terapeutas pueden evitar ser su instrumento, y critican el modelo intervencionista. ¿Cómo relacionarse de una manera respeutosa

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y colaborativa? se preguntan. Y proponen: una postura de irreverencia. Porque no existen certidumbres, sólo prejuicios, de los que tenemos que tomar conciencia; verlos a la cara, con miedo o sin él. ¡Cuántas veces no evitamos compartir lo que pensamos - nuestros prejuicios -, ya que pueden amenazar la armonía de nuestras relaciones más íntimas. Aunque... nada las esconde, traspasan las apariencias y se reflejan más en nuestros actos que en nuestras palabras. Todos nos influimos mutuamente. Y nos podemos ayudar o nos podemos dañar. Por eso, hay que pugnar por tener conciencia y responsabilidad, sin caer en las relaciones de poder, pues pueden llevarnos al exerminio, dentro y fuera de la familia.

Y aunque no existe la verdad absoluta, sí existe la verdad, la realidad de la violencia. Y esto nos atañe a todos, a los terapeutas familiares, a la familia: padres, hijos, familia extensa, comunidad, en lo que nos viene del pasado, en lo que nos ubica en el presente y lo que esperamos para el futuro (Tawil de Asse, 1998). Sí, la violencia se encuentra también en la familia. Sánchez Regifo y Escobar Serrano (2008) señalan que el concepto de la violencia, a nivel teórico, ha sido estudiada por diversos autores; algunos destacan lo biológico, lo genético, lo innato, o los conflictos y el poder, mientras otros privilegian los conflictos de poder, o la dignidad humana, o lo simbólico, lo pulsional, lo intrasubjetivo, la herencia, el vínculo, el género, los aspectos cognitivos... Sin embargo, no puede uno quedarse en lo teórico. Hay que pasar a la práctica desde una postura inclusiva que relaciona lo biológico, lo psicológico y lo social.

Con respecto a la práctica y una postura inclusiva, Rosario Busquets y sus ocho colaboradoras (2008) presentan el relato posmoderno de una experiencia colaborativa que ha creado un espacio de diálogo donde se abren nuevas posibilidades escuchando y escuchándose. Ellas se adentran en la multiplicidad de voces que da cuenta de los diferentes componentes - biológicos y culturales - que presionan a las mujeres - y hombres - a hacerse violencia. Noemí Díaz y colaboradores (2007) analizan los laberintos de violencia en la pareja, y señalan que la violencia contra la mujer tiene sus orígenes en el sistema patriarcal, agregando que de ahí se desarrollan diferentes tipos de relación: la paralela - que corresponde a la colaborativa -, la simétrica y la complementaria. Estas últimas las describió Paul Watzlawick.

En el estado de Yucatán, Álvarez Cuevas y Vanega (2008) describen el trabajo del CAIMEDE (Centro Integral del Menor en Desamparo), que se encarga de acoger temporal o indefinidamente a niños quienes ingresan a la institución por abandono, omisión de cuidados y/o maltrato de sus padres, quienes viven una situación transitoria que los obliga a desprenderse temporalmente de sus hijos…” (p. 28).

Eguiluz, Córdova y Rosales (2009) van más allá y presentan datos concretos: “el INEGI señala que el suicidio durante los últimos diez años ha aumentado… y

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que (en 2008) el 23% de ellos se encuentra entre los 15 y los 24 años de edad… lo que demuestra que el 44% de los suicidios ocurridos en México corresponden a personas jóvenes (p.82). Agregan estos autores que ciertos estudios sobre el riesgo del suicidio, como los de Kessler, Borges y Walters, en 2002, muestran que “pertenecer al sexo femenino, ser joven entre 15 y 24 años de edad, haber tenido un problema reciente (con la familia o en la escuela), mantenerse aislado del grupo social, tener una baja tolerancia a la frustración, consumir alcohol o droga, son factores importantes” (p. 84). Esto es preocupante.

En las escuelas, es de conocimiento común que los maestros están cada vez más preocupados por el comportamiento de sus alumnos, porque observan que muchos de ellos buscan el camino fácil – que puede ser muy peligroso –, con pocos alicientes para estudiar, apegados como están al continuo chat en sus celulares y en su Blackberry, pues la prioridad es “pasarla bien” con los amigos. Y los padres encuentran cada vez más difícil ponerles límites a sus hijos, quienes muchas veces dicen estar confundidos con respecto a las jerarquías. ¿Qué ser? ¿Padre o amigo de los hijos?

Cuando la conducta de un hijo es agresiva, desafiante, provocadora de conflictos, alborotadora en la escuela o en la casa, y su rendimiento escolar es bajo pero, además, roba, miente, hace que la situación sea ingobernable, ¿qué hacen los padres? ¿Se preguntan por qué estará sucediendo esto? ¿No es acaso su obligación investigarlo?

Como ya se mencionó, desde hace ya medio siglo, la terapia familiar ha incidido de una forma importante en el trabajo con los hijos, especialmente debido a que comprende a la familia como un sistema, donde hay una influencia mutua entre los miembros, dada a través de sus interacciones. Así pues, la patología – que en realidad implica el estudio del sufrimiento, de pathos, que en griego significa sufrimiento humano normal de una persona, el sufrimiento existencial – ya no puede ser vista como algo individual sino como algo que está más allá del individuo. Qué importante es, entonces, observar cómo se organiza la sociedad, la familia y el individuo, y cómo se comunica.

Los motivos de estos sentimientos y estas conductas pueden ser múltiples; podemos entender los problemas de los hijos como síntomas que reflejan algo más profundo que está ocurriendo en sus vidas. Clemes y Bean (1994) afirmaron que hay dos causas principales para que los hijos se “conviertan” en un problema. Una causa es los errores de los padres. Una segunda es el mal funcionamiento de los sistemas sociales y educativos en los que viven. Para ellos, la conducta problemática de los jóvenes es una respuesta a la manera en que los trata su medio ambiente en general. Pero hay una tercera causa. Como terapeuta familiar, en base a mi experiencia clínica, creo que esta causa - que tiene algo que ver con la primera - está

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relacionada con la deficiente salud mental y emocional de los padres, y ésta, a su vez, surge de la deficiente “salud mental y emocional” del medio ambiente y de las “enfermedades” ecológicas que está sufriendo nuestro planeta. Márquez (2009) habla de “la amenazante economía global, el acelerado cambio tecnológico y la vertiginosa transformación psico-cultural vigente” (p. 57). La lista de situaciones problemáticas que viven los niños y jóvenes es larga; desde vivir en un ambiente hostil dentro del hogar y tener que escuchar discusiones, quejas y pleitos entre los padres que son el producto de una mala relación dentro del matrimonio o un mal divorcio, hasta cuando hay que mudarse de casa o de país, o las rivalidades entre hermanos que a veces se torna estrepitosa. Puede ser también que los padres sean padres ausentes o padres que simplemente muestran poco interés en sus hijos, ocupados con su propia vida social y profesional, sin reparar en su incapacidad de brindar el apoyo emocional y espiritual que necesitan sus hijos. Esta actitud negligente e inmadura puede ser inconsciente o debida a la ignorancia – sin contar que el tren de vida tan acelerado que se vive en la urbe lleva al estrés y a la fatiga que impide ver la pequeña dificultad que se está convirtiendo en un problema. Hoy en día, si el lector me lo permite, muchos consideramos que esta actitud, con la información existente sobre el tema, es ya inaceptable. Pero así somos los humanos. Sin embargo, de alguna manera los padres necesitan entender que son – somos – los primeros responsables de mucho de lo que les sucede a los hijos. Es cierto. No existen escuelas que nos enseñen a ser padres y la mayoría nos casamos sin saber la enorme responsabilidad que conlleva formar una familia. Rosa Barocio, en su libro Disciplina con amor (2004), atinadamente señala que educar es una tarea Disciplina con amor (2004), atinadamente señala que educar es una tarea Disciplina con amorcompleja, ya que, por un lado, es evidente que ya no funciona ser autoritarios como lo fueron nuestros padres y maestros; sin embargo, por otro lado, la permisividad trae consecuencias muy graves. Es más, muchos estamos convencidos de que la permisividad es sinónimo de abandono. De acuerdo a Salvador Minuchin (1974), la estructura de la familia se organiza alrededor de secuencias predecibles de interacción. Esto involucra una serie de reglas, cubiertas o encubiertas, que gobiernan las interacciones familiares. Y estas reglas, a su vez, están regidas por límites universales e idiosincrásicos desde donde surgen ciertas funciones recíprocas o complementarias. Además, está la historia particular de cada familia. Sin embargo, esta estructura no es fácil de discernir. Por eso es que es importante observar la secuencia, y ver cuál es nueva y cuál pertenece a su transmisión de generación en generación. Si tomamos en cuenta que la familia es un sistema, podemos ver a los hijos como un subsistema que se encuentra en una jerarquía inferior que la de los padres – hasta que los hijos empiezan a pensar lo contrario… Aunque a veces, el mayor problema es que no se sabe dónde empieza un subsistema y donde termina,

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porque los subsistemas están indiferenciados. O sea, no hay límites. No hay diferenciación. Y esto es un problema grave. Se vuelve sublime en el amor, cuando nos dicen que dos personas se vuelven una sola carne… Y después de la luna de miel – si no antes –, esto también se convierte en un problema. Minuchin piensa que los problemas – el desorden y los trastornos – empiezan cuando los límites entre los subsistemas, o sea, en este caso entre los padres e hijos, se vuelven rígidos. La inflexibilidad no ayuda a la adaptación apropiada a los retos de la vida; tampoco ayuda la flexibilidad exagerada. De modo que la difícil tarea de ser padres consiste en buscar el equilibrio entre los límites adecuados y el interés y el amor a los hijos. ¿Cómo somos padres?Es necesario reflexionar sobre esta pregunta: ¿Soy padre o madre por verdadera convicción y deseo consciente? ¿Sucedió por inercia? O fue para cumplir las expectativas de la familia y de la sociedad? Si respondemos con honestidad a los siguientes cuestionamientos, podremos darnos cuenta de qué manera nos relacionamos con nuestros hijos:- ¿Cómo es para mi hijo vivir con nosotros? - ¿Qué le proporciona el ambiente familiar? ¿Aceptación? ¿Protección? ¿Es escuchado? ¿Es tomado en cuenta? ¿Se siente querido?-¿Qué tanto conozco a mi hijo? ¿Cuáles son sus gustos, anhelos, temores, frustraciones?-¿Según yo, qué atributos positivos y negativos tiene? ¿Cuáles son sus talentos? ¿Deporte? ¿Estudios? ¿Música? ¿Arte? ¿Ciencias? ¿Relaciones públicas? ¿Es extrovertido o introvertido? ¿Cómo se desenvuelve con los amigos? ¿Es líder o le gusta obedecer?- ¿Si nos pusiéramos en su lugar, qué diría él/ella de nosotros? - ¿Conocemos cuáles son los recursos, las fuerzas, de nuestra familia?

Una idea central de este ensayo es que un recurso importante para la salud de padres e hijos es el horizonte de vida que se tiene. En cualquier crisis, los que tienen menos visión son los que menos salen de ella. Y, ¿de dónde proviene esta visión? Los biólogos nos dirían que de la cabeza. Los terapeutas familiares tendemos a pensar más metafóricamente. Por lo tanto, es posible que estos horizontes vengan de la “cabeza” de la familia, de los abuelos, de los padres. Y por supuesto, de ese sistema mayor que es la ideología que nos envuelve… Podemos extendernos mucho en esta definición, pero para propósitos prácticos, podíamos decir que el horizonte de vida que tiene cada familia depende de su cabeza: los co-líderes padre y madre. Por lo tanto, cabe la pregunta, ¿cómo funcionamos como padres? ¿Somos buenos líderes?

Al empezar a abrirnos a lo humano en cada uno de nosotros y en el grupo

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al que pertenecemos, nos vamos dando cuenta que no hay una raya que separe perfectamente lo sano y lo enfermo, lo funcional y lo disfuncional. Muchos de los factores que causan trastornos en la familia entre padres e hijos, que ya mencioné al principio, pueden darse en familias “perfectamente normales”. Sin embargo, todo depende cómo se vean estos factores, qué significado les damos. Y hay tres variables interdependientes que maximizan la capacidad de la familia para trascender estos problemas. 1.- Su capacidad para ver que la hostilidad del medio que los rodea es proporcional a su respuesta a la amenaza. 2.- La riqueza del repertorio familiar para responder a esta amenaza. Y 3.- la capacidad de la familia para producir un líder, o sea, alguien que se defina como tal y que no ceda ante la angustia de la situación (Friedman, en Karpel, 1986: 67).

Todas estas preguntas – y muchas más – son necesarias para facilitar el descubrimiento de nuestros recursos y fuerzas. Hay que seguir la tradición de observar e investigar (Montalvo, en Karpel, 1986: 114). Los padres, en realidad, no conocemos a nuestros hijos porque no los observamos con atención, como individuos y como parte de una familia. Habría que hacerlo en una diversidad de situaciones, y no sólo en lo que están haciendo mal. Por lo tanto, también caben las preguntas:-¿Cómo abordamos sus problemas? ¿Nos enojamos impulsivamente y los castigamos? ¿O analizamos el problema y las consecuencias de éste? Hay padres que afirman haber intentado, por todos los medios, modificar la conducta de su hijo, pero no perciben que es la manera en que lo han intentado lo que no ha funcionado. O sea, como lo explica Paul Watzlawick: “la solución es el problema”.

Sugerencias que podrían contribuir a mejorar los problemas de los hijos. - Que encuentren los padres el tiempo necesario para sentarse a analizar los problemas de sus hijos y planear qué hacer.-Crear un clima propicio de convivencia familiar en el que reine la comunicación, la comprensión, el interés y el amor, evitando tenerle temor a las confrontaciones. Como dice el glifo chino: crisis es peligro y oportunidad.-Establecer reglas claras pero flexibles dentro del hogar, siendo la primera regla que haya un común acuerdo entre los padres de ser firmes – firmes pero no tiránicos – al aplicarlas, dejando un amplio espacio para discutirlas con los hijos, claro, dependiendo de la edad. El orden y el establecimiento de ciertos límites proporciona seguridad a los niños, y también a los adolescentes.-Ejercer la autoridad sin abuso. Hay una gran diferencia entre ser firme y ser cruel, insensible o perjudicial “en nombre de la disciplina”.

Para que los hijos desarrollen una sana auto-estima, para que sean respetuosos y responsables – consigo mismos y con los demás –, necesitan sentir seguridad,

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estabilidad y sentido de pertenencia. De allí la importancia de que los padres estén conscientes de que la empresa de educar a un hijo es un reto que requiere de mucha responsabilidad, constancia, esfuerzo, y hasta sacrificio – y amor, mucho amor.

Referencias biliográficas- Busquets, R., F. Chataj, C. Chávez, A. Cortés, E. Fernández, M.E. Ibarzábal, S. London, N. Rentería y D. Schuster (2008). La experiencia de un grupo de trabajo utilizando el enfoque colaborativo con personas con trastornos de alimentación. Psicoterapia y Familia. (21) 1: 19-32. -Álvarez Cuevas, S. y S. Vanega (2008). Abordaje sistémico en adaptación familiar en familias de acogida y adoptivas. Psicoterapia y Familia. 21 (2): 28-38.- Apolloni, T. y M.T. Pedrocco-Biancardi (2008). El abuso sexual y la perspectiva sistémica: Conversando con Luigi Boscolo. Psicoterapia y Familia. 21 (2): 74-90.- Barocio, R. (2004). Disciplina con amor: Cómo poner límites sin ahogarse en la culpa. México: Pax.- Bateson, G. (1972). Steps to an Ecology of Mind. Nueva York: Basic Books.- Boscolo, L., G. Cecchin, L. Hoffman y P. Penn (1987). Milan Systemic Family Therapy. Nueva York: Basic Books. - Cecchin, G., G. Lane y W. Ray (1993). De la estrategia a la no-intervención: Hacia la irreverencia en la práctica sistémica. Psicoterapia y Familia. (6) 2: 7-15.- Cecchin, G. G. Lane y W. Ray (1995). Influencia, efecto y sistemas emergentes. Psicoterapia y Familia.(8) 1: 15-22- Clemes, Ph. y E.M. Bean (1994). Cómo disciplinar a los niños sin sentirse culpable. México: Edit.Diana. - Coscenza, A., F. Gálvez, J. Pollak y M. Pompili (2006). Milán-Barcelona: Ida y vuelta. Dos modelos en contraste. Psicoterapia y Familia. 19 (2): 3-17.- Dell, P. F. (1989). Violence and the Systemic View: The Problem of Power. Family Process. (28) 1: 1-14.- Díaz M., N., G. Rodríguez O., R. Flores Á. y G. RubioA. (2008). Laberintos de violencia en la pareja. Análisis de un caso. Psicoterapia y FamiliaPsicoterapia y FamiliaPsicoterapia y F , (21) 2: 39-55.- Eustace, R. (1988). Entrevista con Gianfranco Cecchin. Psicoterapia y Familia. Psicoterapia y Familia. Psicoterapia y F (1) 2: 49-56.- Eustace, R. (1992). La sociedd del futuro. Un reto para el psicólogo. Psicoterapia y Familia. Psicoterapia y Familia. Psicoterapia y F (5) 1: 8-14.- Eguiluz, L.L., M. Córdova y J.C. Rosales (2009). El pensamiento del suicidio en los jóvenes. Un estudio cualitativo que vincula la investigación y el tratamiento. Psicoterapia y Familia. 22 (2): 80-90.- Friedman, E.H. (1986). Resources for healing and survival in families. En Family Resources: The Hidden Partner in Family Therapy. M.A. Karpel, Editor. Nueva York: Guiford Press. Páginas 65-92.- Hawkins, D. (2009). Receta para construir la autoimagen de su hijo. México: Edit.Panorama.- Kessler, R.C., G. Borges y F. Walters (2002). Prevalence of and risk factors for lifetime suicide attempts in the Nacional Comorbidity Survey. Arch. Gen. Psychiatry. 617-625.- Maldonado, I. (1988). La expresión mexicana “ni modo” y el concepto chino Wu Wei. Psicoterapia y Familia, (1) 1: 25-28.- Márquez, E. (2009). La familia y su trascendencia en el comportamiento escolar, laboral y social. Psicoterapia y Familia. 22 (1): 65-63.- Minuchin, S. (1974). Families and Family Therapy. Cambridge: Harvard University Press.

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87 Psicoterapia y Familia

- Montalvo, B. (1986). Obstacles and facilitators. En Family Resources: The Hidden Partner in Family Therapy. M.A. Karpel, Editor. Nueva York: Guilford Press. Páginas 93-115. - Nichols, M. (1984). Family Therapy. Nueva York: Gardner Press Inc.- Pérez-Alarcón, J. (2000). El papel de la terapia familiar en el tratamiento del adolescente. La terapia familiar en México, hoy. R. Jiménez, P. Barrientos, D. Juárez y M. Centeno (compiladores). Tlaxcala: Universidad Autónoma de Tlaxcala-AMTF: 55-72 - Reséndiz, G. (2009). “El terapeuta dialógico. Diálogo y terapia sistémica” de Paolo Bertrando. Psicoterapia y Familia. 22 (2): 91-93.- Rosemberg, F. y E. Troya (2007). La familia de pertenencia, ¿es patológica?. Psicoterapia y Familia. 20 (2): 27-39.- Sánchez Rengifo, L.M. y M.C. Escobar Serrano (2008). Violencia familiar: Un secreto a voces. Complejidad e intervención. Psicoterapia y Familia. 21 (1): 33-51.- Selvini-Palazzoli, M., L. Boscolo, G. Cecchin y G. Prata (1978). Paradox and Counterparadox. A New Model in the Therapy of the Family in Schizophrenic Transaction. New York: Jason Aronson. - Tawil, R. (1998). Un estudio comparativo de la relación familiar de dos generaciones de una comunidad judeo-cristiana. Psicoterapia y Familia. Psicoterapia y Familia. Psicoterapia y F (11) 2: 33-39.- von Bertalanffy. L. (1976). Teoría General de Sistemas. México: FCE.

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88Año 2012, Vol 25, No 1

SI TUS ANCESTROS HABLARAN…

Flora Aurón*

A propósito del asesinato del hijo de Javier Sicilia

ASESINO, PERSONA, MARIONETA O ANIMAL¿Cómo has elegido que te llamen? ¿Cómo has decidido posicionarte en éste mundo?¿Qué has decidido hacer con tu dignidad?¿Cómo has decidido que quede arrasada?

Seguro animal no has decidido ser, pues como bien decía el poeta: las fieras matan porque tienen hambre, el hombre mata sin saber por qué. Manipular y ser manipulado, ejercer el dominio, el poder, y someter se han convertido en el pan nuestro de cada día. ¿Qué has decidido que otros hagan con tu dignidad y voluntad? ¿Qué has generado a tu alrededor? ¿Regar dolor, ser despiadado, será la única alternativa que tienes en la vida? ¿Destrucción como forma de vida?

¿Será que generar terror, horror, hagan que más y más personas queden a merced de la desesperación y la desesperanza?

¿Será que el esparcir dolor por doquier sea una forma de controlar a través del miedo y garantice, así, que más y más personas opten por recurrir a la droga como anestésico, para intentar sobrevivir en este panorama del mundo que se ha estado generando? ¿Acaso esto garantizará que miles de millones de dólares llenen las arcas, cuentas y bolsillos de muchos? ¿Aunque el costo “sólo sea” que su alma, mente y espíritu se paupericen exponencialmente?

¿Será ésta la forma que tienen de honrar o castigar a sus progenitores y sus ancestros? Si éstos estuviesen mirando, atisbando desde el más allá, ¿estarían contentos, regocijados de orgullo por tanto asesinato y tanta intoxicación de droga que has logrado? ¿Por los intentos de marchitar las vidas y los espíritus de los semejantes? ¿Sentirán vergüenza? ¿O te dirigirían acaso unas palabras para que decidas intentar recuperar tu dignidad y la de tus ancestros que ha quedado arrasada y denigrada? ¿Te invitarían a pensar qué decides dejar de herencia a tus descen-

_____________________________* Doctora en psicología. Psicoanalista de grupo. Terapeuta Familiar (ILEF). Docente y supervisora. Email: [email protected]

Psicoterapia y FamiliaAño 2012, Vol 25, No 1: 88-89

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89 Psicoterapia y Familia

descendientes? ¿Sangre, dolor, dignidad, respeto o esperanza??? ¿Te dirían que el que siembra vientos cosecha tempestades? ¿O acaso te dirían que estas acciones van contra un orden de la naturaleza, que van en contra la ética, la moral, lo espiritual y la conciencia?

Te invitarían a pensar, quizás, en cómo has permitido que la ilusión de poder o la fuerza del resentimiento degraden tu dignidad a tales extremos, haciendo de ti una marioneta que, si bien está lujosamente ataviada, se encuentra simplemente desprovista de vida. O tal vez iluminarían tu mente, diciéndote que cuando nos dedicamos a anestesiar la mente de los otros seguramente es porque buena parte de la nuestra mente ha sido anestesiada y nos ha hecho perder de vista que hay otras partes iluminadas, que pueden florecer dentro nuestro y hacer florecer a nuestro alrededor.

¿Será que podemos elegir ser dignos de consideración con nosotros mismos y nuestros semejantes, con nuestro mundo y nuestro ambiente? ¿Será que podemos elegir heredar un mundo distinto?

ASESINO, PERSONA, MARIONETA O ANIMAL:¿Cómo has elegido que te llamen?

¿Cómo has decidido posicionarte en este mundo?

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90Año 2012, Vol 25, No 1

TOMANDO NOTA

Esto es lo que dice Nicholas Carr en su interesante libro The Shallows: What the Internet is doing to our Brains... libro que merece la pena leerse - una luz de alarme en el actual debate sobre el poder y el peligro de la tecnología... Elocuente. Esencial. Provocativo.

REJ

Mi libro habla de cómo el Internet forma y deforma nuestra vida social e intelectual. Otros tmabién tienen esta preocupación: You are not a Gadget de Janet Lanier, sobre cómo las redes sociales minan nuestra creatividad; Hamlet’s Blackberry, sobre cómo el ruido constante de los dispositivos digitales ahogan los placeres más callados de la vida; y otros títulos - Overconnected y The Net Delusion - y Alone Together de Sherry Turkle, investi-gan la inquietante posibilidad de cómo justa-mente las tecnologías que buscan unirnos nos desvinculan... O sea, hay grandes críticas a la Red que vienen de personas serias y profesio-nales. ¿Que son los smartphones sino riendas que nos atan a ellos? Sin embargo, hay que aceptarlos, sigue el auge del Internet. Lo que importa, pues, es estar atentos a lo nos ben-efi cia al igual que a lo que nos daña. Y que de las corrientes culturales poderosas surgen justamentes otros movimientos igualmente poderosos que se les oponen...

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91 Psicoterapia y Familia

ESQUELAS

PSICOTERAPIA Y FAMILIA y la AMTF le ofrecen sus más sentidas condolencias a nuestra colega y amiga, la Dra.

EMMA ESPEJEL ACOpor la pérdida de su sobrina:

LAURA ELENA CARRILLO ESPEJELMéxico, D.F., octubre 2011

PSICOTERAPIA Y FAMILIA y la AMTF extienden su más sincero pésame a nuestra compañera, la Dra.

MARÍA DEL PILAR MARTÍNEZpor el sensible fallecimiento de su señora madre:

MARÍA DE JESÚS NAVARRO GÓMEZy de su señor padre:

MELECIO MARTÍNEZ INFANTEMéxico, D.F. 2 y 11 de octubre 2011

PSICOTERAPIA Y FAMILIA e ILEF le dan su más sincero pésame anuestra compañera y colaboradoraADRIANA SEGOVIA URBANO

por la pérdida de su madreALICIA URBANO FLORES

14 de noviembre 2011

PSICOTERAPIA Y FAMILIA e ILEF se unen a la pena de nuestra amiga y colaboradora

LILIAN NURKOpor la pérdida de su padre

ABRAHAM NURKOfallecido el 7 de diciembre de 2011

PSICOTERAPIA Y FAMILIA, la AMTF e ILEF se unen a la pena de nuestra colabodora y amiga, la Dra.

OFELIA DESATNIK MNIECHIMSKY por la sensible pérdida de su señor padreMIGUEL DESATNIK BRANTMAN

México, D.F., 22 de diciembre 2011

México, D.F., octubre 2011

México, D.F. 2 y 11 de octubre 2011

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92Año 2012, Vol 25, No 1

PSICOTERAPIA Y FAMILIA e ILEFSe unen a la pena de nuestra compañera,

amiga y colaboradoraGUADALUPE ARRIAGA DIEZ

y de su familiaPor la pérdida de su madre, doña

MARÍA GUADALUPE DIEZ COSSIO Fallecida el 30 de marzo de 2012.

PSICOTERAPIA Y FAMILIA e ILEFSe unen a la pena de nuestra compañera,

amiga y colaboradoraADRIANA MÉNDEZ ACOSTA

y de su familiaPor la pérdida de su madre, doña

DELIA ACOSTAFallecida el 2 de abril de 2012.

PSICOTERAPIA Y FAMILIA, AMTF e IFACLe extienden su más sentido pésame a la

FAMILIA FERNÁNDEZPor el fallecimiento de nuestro colaborador

ARTURO FERNÁNDEZ BONFILMéxico, D.F. abril de 2012

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93 Psicoterapia y Familia

ANUNCIOS

CENTRO DE TERAPIA FAMILIAR Y DE PAREJA invita:- al DIPLOMADO INTERNACIONAL EN TERAPIA BREVE Y FAMILIAR

con Peter Fraenkel:La paleta terapéutica: Un enfoque interrogativo en terapia de pareja.

16 y 17 XII 2011. Tels. 01 222 232 66 34 / 296 68 96 www.cefap.com- al SEGUNDO CONGRESO INTERNACIONAL

con Giorgio Nardone, Mateo Selvini y Paolo Bertrando:Terapia Breve y Familiar: Buscando los caminos de la integración

29-31 III 2012. http://www.cefap.com/congreso2012.html- y, junto con la AMTF, a:

Terapia de Pareja de la Modernidad a la Posmodernidad Terapia de Pareja de la Modernidad a la Posmodernidad Terapia de Pareja de la Modernidad a la Posmodernidad con Paolo Bertrando de la Escuela de Milán

27 III 2012, en el Colegio de Ingenieros Civiles de México. Tel.: 5658-0146.Cel.: 04455-2967-5553. Correo electrónico: [email protected]

INSTITUTO KANANKIL y el TAOS ISTITUTE invitan:Prácticas colaborativas más allá de las fronteras culturales

20-23 III 2012, Mérida, Yucatán. http://www.kanankil.org/esp

20th WORLD FAMILY THERAPY CONGRESS21 - 24 de marzo 2012

Sheraton Wall Centre, Vancouver, Canada. http://www.ifta-congress.org/

Maurizio Andolfi , de la Accademia di Psicoterapia della Famiglia invita al SEGUNDO FESTIVAL INTERNACIONAL DE TERAPIA FAMILIAR

Niños y adolescentes al margen. Dilemas culturales para las profesiones de ayuda

en Roma, 7, 8, 9 de junio, 2012. www.accademiapsico.it http://www.accademiapsico.it/web/festival%202012%20programma%20inglese.

pdf 00161 Roma - V. G.A. Guattani, 15. Tel. 06 44 233 273/44 233 030

GRUPO CAMPOS ELÍSEOS invita:Una experiencia de supervisión polifónicacon Harlene Anderson, Ph.D.: 25 v 2012

www.grupocamposeliseos.com

Maurizio Andolfi , de la Accademia di Psicoterapia della Famiglia invita

http://www.accademiapsico.it/web/festival%202012%20programma%20inglese.

GRUPO CAMPOS ELÍSEOS

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94Año 2012, Vol 25, No 1

El EVANSTON FAMILY THERAPY CENTER y GRUPO CAMPOS ELÍSEOS invitan a Terapias Narrativas y Colaborativas

Con Jill Freedman y Gene Combs9 y 10 III 2011. www.grupocamposeliseos.com

ILEF invita a los talleres de educación continua:- Milán: Evolución y transformación del modelo en 40 años

Coordinador: Gerardo Reséndiz. Inicia 25 XII 2011- El duelo. Una experiencia universal.

Imparte: Esther Althaus y el equipo CECFAM. 28 de enero de 2012. - Algunas refl exiones sobre intertextualidad

Imparte: Marta Lamas. 10 II 2012- Taller internacional con Jessica Benjamin. 24 y 25 II 2012

- Descúbrete a través de tu genogramaCoordinadoras: Esther Althaus y Sara Salzman. 2 y 3 III 2012

Des-sensibilización y reprocesamiento con estímulo bilateral terapéuticoImparte: Luciana Weissmann. 28 III 2012.

Informes: [email protected] Tel. 56 59 05 04; 55 54 56 11

IFAC invita a los talleres de educación continua. - De lo clásico a lo contemporáneo en terapia familiar

Coordinador: Ana Laura Treviño. 22 X 2011.- El psicodrama y la terapia familiar. Acción para una reacción.

Imparte: Alejandra Esquivel. 14 I 2012 - Neurociencias y psicoterapia

Coordinador: Jorge Miguel Ibarra Puig. 11 II 2012Curso-Taller de investigación

Imparte: Emma Espejel. 3 III 2012- Terapia médico familiar

Imparte: Terry Weisz Fidel. 17 III 2012http://amtf.com.mx/mailman/listinfo/lista_amtf.com.mx

CAIPSI se complace en invitarlos a su curso taller: CAIPSI se complace en invitarlos a su curso taller: CAIPSI El arte de preguntar. 25 XI y 9 XII 2011. http://www.wix.com/patycadena/caipsi Tel. 52 116958

El Taller Internacional de Prácticas Narrativas Imparte: Maggie CareyPuebla, Hotel Villas Arqueológicas, San Andrés, Cholula.

25 y 26 XI 2011. [email protected] Tel. 01 (951) 514 03 25

IFAC invita a los talleres de educación continua.

25 y 26 XI 2011. [email protected] Tel. 01 (951) 514 03 25

Page 95: Barbetta Psicoterapia y Familia

95 Psicoterapia y Familia

INSTITUTO PERSONAS: Especialidad en Psicoterapia de Pareja y Familia

a partir del 27 II 2012. [email protected]

IFAC:MAESTRÍA EN TERAPIA FAMILIAR

Inicia sábado 11 y lunes 13 II 2012.Informes: Tel. 5550-05-46 y/o 5550-47-57 Web: www.ifac.edu.mx

Correo: [email protected] [email protected]

CENTRO ERICKSONIANO DE MÉXICO: Diplomado y maestría en hipnósis.

Av. Colonia del Valle 618, México, D.F. y Cuernavaca.Tels.: 9500-6262, 8500-6767.

[email protected] www.hipnosis.com.mx

CAIPSI: Diplomado en Terapia Breve

Informes: Amatlán 51-A. Col. Condesa. México, D.F. Tel.: 52 11 69 58correo: [email protected]

CLIMA:Diplomado en terapéutica del síndrome de Asperger

Informes: (55) 5611 8541, 5615 0615 [email protected]

El INSTITUTO MEXICANO DE PSICOANÁLISIS informa: Maestría en Psicoanálisis

Odontología # 9 Col. Copilco Universidad. Tel.: 5658-9822 o al 5659-3524.e-mail: [email protected] site: www.impac.org.mx

IFAC:

CENTRO ERICKSONIANO DE MÉXICO

CAIPSI:

El INSTITUTO MEXICANO DE PSICOANÁLISIS informa:

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96Año 2012, Vol 25, No 1

Margarita E. Araujo y Medicina del dolor y cuidados paliativosinvitan al Simposio precongreso de dolor preoperatorio

7 y 8 XI 2011. Centro Médico ABC. Tel. 5271-3733

CENTRO DE SALUD Y BIENESTAR CASCADA invita a:Vivir es transformarse, para personas con enfermedades crónico-degenerativas.

- La oxidación con dióxido de clorina (C102). Con: Dr. Luis R. Fernández: 22 II 2012

- Efectos sociales en pacientes con enfermedad crónica. Con: Dr. Alejandro Águilar. 29 II 2012

- Relajación y visualización guiadaImparte: Maestra Irma Gallegos. 7 III 2012

Informes: 56-58-90-60; 56 59 63 01; 56 59 82 09.

Sylvia London y Marifer Benabib, GRUPO CAMPOS ELÍSEOS,coordinadoras del “Proyecto de bullying-convivencia escolar”, invitan al taller:

Refl exiones y aplicaciones prácticas. Imparte: Nora Rodríguez. 24 II 2012 Tel. 5280-1795 [email protected]

KALAMAS invita: La prisión de los apegos y la liberación espiritual

25 II 2012. TIJUANA, B.C. en Casa DakiniKalamas.org [email protected] Casa Bodhi: [email protected]

MONTAÑA DESPIERTA: Espacio para la meditación inspirada en el ZenRetiro Zen con Burai Rick Spencer. 9-11 III de 2012

Juárez 103 interior A. (entre Azueta y Betancourt). Xalapa, Veracruz.Informes: 52/01-228-8183069. [email protected] http://www.mdzen.com

LA MONTAÑA te invita al Taller para Especialistas: Divorcio sin destrucción Imparte: Dra. Elana Katz del Instituto Ackerman de la Familia de Nueva York

25 III 2012. Informes al 56168552 55505118

Tai Chi Familia Yang. Retiro Anual en Méxicocon el Gran Maestro Yang Jun

26-29 IV 2012. www.Taichi.org.mx

para personas con enfermedades crónico-degenerativas.

Sylvia London y Marifer Benabib, GRUPO CAMPOS ELÍSEOScoordinadoras del “Proyecto de bullying-convivencia escolar”, invitan al taller:

KALAMAS invita:

MONTAÑA DESPIERTA: Espacio para la meditación inspirada en el Zen

LA MONTAÑA Imparte: Dra. del Instituto Ackerman de la Familia de Nueva York

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97 Psicoterapia y Familia

CONSEJO MEXICANO DE TERAPIA FAMILIAR (CON CAMBIO DE DIRECTIVOS) NUEVO ANUNCIO (del vol 24-2)

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98Año 2012, Vol 25, No 1

IFAC

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99 Psicoterapia y Familia

ILEF

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100Año 2012, Vol 25, No 1

DIPLOMDO EN TERAPIA MÉDICA FAMILIAR

La Asociación Mexicana de Terapia Médica Familiar en convenio con el Hospital Ángeles Lomas, organiza la Cuarta Generación de un curso

vanguardista de postgrado en esta nueva disciplina en Terapia Médica Familiar, cuyo enfoque terapéutico es basado en un modelo sistémico, psicodinamico,

biopsicosocial, colaborativo y espiritual.

Dirigido a terapeutas familiares, terapeutas de pareja, psicoterapeutas, psicólogos, psiquiatras, médicos, fisioterapeutas, enfermeras y otros profesionales que trabajen en el campo de la salud.

Profesores invitados: 1. Médicos Colaboradores del Hospital Ángeles Lomas.2. Médicos especialistas del Sector Salud Publica3. Terapeutas Medico familiares de otros países.4. Terapeutas Familiares.4. Docentes expertos en temas relacionados a la Terapia Médica familiar.5. Terapeutas Médico Familiares egresados del Diplomado en TMF. 6. Docentes especializados en Medicina Complementaría.7. Sistema de Enfermería del Hospital Ángeles Lomas.

Inauguración: martes 7 de septiembre del 2010. Duración: 22 encuentros. Sede: Auditorio Olegario Vázquez Raña. Hospital Ángeles de Interlomas. Informes: Unidad de Terapia Médica Familiar. Hospital Ángeles Lomas 52465000 ext. 5121 [email protected] Coordinadora y supervisora: TMF. Terry Weisz FidelAsistente de la coordinación: TMF. Mauricio Aguilar

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PERSONAS

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102Año 2012, Vol 25, No 1

INSTRUCCIONES PARA EL AUTOR

Psicoterapia y Familia es el órgano oficial de comunicación de la Asociación Mexicana de Terapia Familiar, A.C. (AMTF). Sus objetivos son: desarrollar los campos del conocimiento y la comunicación en terapia familiar y abarcar los diferentes sistemas que influyen en ella: la cultura, la sociedad, la familia, la pareja y el individuo.

NORMAS PARA LA ACEPTACIÓN DE MANUSCRITOSSe aceptan trabajos originales sobre terapia familiar y áreas afines en los campos de la salud mental y las ciencias sociales. Los manuscritos serán recibidos en el entendido de que no han sido enviados simultáneamente a otro medio de publicación, sea revista, libro o equivalente.

SECCIONESTEORÍA: procesos sociales y/o culturales, familiares, de pareja, individuales y teoría de la técnica.CLÍNICA: análisis de casos y procesos terapéuticos.INVESTIGACIÓN: teórica, cuantitativa, cualitativa, o ambas, y desarrollo de instrumentos; sobre procesos sociales y/o culturales, familiares, de pareja e individuales, incluida la persona del terapeuta, estudios de campo y estudios clínicos.ENTRENAMIENTO: procesos de enseñanza-aprendizaje.DIÁLOGOS: entre terapeutas, con otras disciplinas y aportaciones de estudiantes o comentarios sobre artículos anteriores.RESEÑA DE LIBROS: escritos en español u otro idioma.APORTES MULTIDISCIPLINARIOS: relacionados a nuestro campo de interés.

ESTRUCTURA DE LOS MANUSCRITOSTeoría, clínica, investigación y entrenamiento: extensión máxima de 25 cuartillas (equivalentes a 7500 palabras o 35000 caracteres), incluida la bibliografía 7500 palabras o 35000 caracteres), incluida la bibliografía 7500 palabras o 35000 caracteres), incluida la bibliograf a.Resumen inicial en español e inglés de 100 palabras máximo cada uno.Palabras clave (key words) que describan conceptos centrales del texto. Máximo cinco.Contenido: planteamiento del problema y objetivos, introducción, marco conceptual, metodología y/o procedimientos generales, análisis de resultados o discusión y conclusiones. La bibliografín y conclusiones. La bibliografín y conclusiones. La bibliograf a, al final y en orden alfabético, de acuerdo al Manual de estilo de publicaciones de la American Psychological Association, adaptado al español por la Editorial Manual Moderno (1988).Diálogos: extensión máxima de dos cuartillas (equivalente a 600 palabras o 2800 caracteres).- Cada manuscrito se revisa a ciegas por 3 asesores del Consejo Editorial; es aceptado o rechazado.- Si se envía por correo ordinario, favor de enviar cuatro copias en papel blanco bond a doble espacio, con márgenes de 3.5 cm., renglones de 60 caracteres y páginas de 25 renglones.- El autor conservará el original. Sólo una copia deberá incluir los datos completos de los autores, con sus grados académicos y referencias institucionales, y cómo desean aparecer en la revista, los cuales se marcarán en una nota al pie de la primera página a partir de un asterisco (*) que aparece antes del nombre de los autores. Favor de anexar la dirección, teléfono, fax y correo electrónico.- Si es posible, incluir una copia completa en disquette HD, formato de Word (doc).- Para la redacción de manuscritos, la revista se basa en el Manual arriba mencionado. Los trabajos deberán ser escritos de manera clara y concisa, con una gramática y ortografítica y ortografítica y ortograf a adecuadas, con un mínimo de jerga coloquial y los términos en idioma diferente al texto en cursivas. Sólo las deficiencias con respecto a lo anterior serán corregidas, puesto que la redacción, el estilo y el contenido del

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artículo son exclusiva responsabilidad del autor (autores). - La tipografí- La tipografí- La tipograf a deberá ser Standard, o sea, Times New Roman de 12 puntos. Standard, o sea, Times New Roman de 12 puntos. Standard- La confidencialidad del paciente (pacientes) deberá ser protegida en el reporte de casos. - El resultado de la revisión de los manuscritos se enviará por correo electrónico, y será inapelable.- El autor (autores) tendrá quince días para hacer las correcciones necesarias.- Una vez aceptado el artículo para su publicación, se procederá a formatearlo siguiendo el estilo de la revista, y pasará a ser copyright de copyright de copyright Psicoterapia y Familia.

BIBLIOGRAFÍALa bibliografíLa bibliografíLa bibliograf a es responsabilidad de los autores, a ser redactada en orden alfabético al final del artículo, de acuerdo al Manual, y cotejada con las fuentes originales.Referencias en el texto- Trabajo por un solo autor: apellido y fecha de publicación. Ej.: Rogers (1994) comparó los…- Trabajo por autores múltiples: apellidos y fecha de publicación en la primera cita. Ej.: Wasserstein, Rosen, Zapulla y Gerstman (1994); en la siguientes: Wasserstein et al. Si son más de cinco autores citar sólo al primero; el resto aparecerá en la bibliografíen la bibliografíen la bibliograf a. Si son sólo dos, citarlos siempre a ambos.- Cuando se cita a un autor dentro del texto, se escribe entre paréntesis el apellido del autor (autores) y el año de publicación. Ej.: (Rogers, 1994). Si la cita es textual, al final de ésta se pone el número de la página(s). Ej.: (Rogers, 1994, pp 3-7).Formas generales para la lista bibliográficaIncluir los apellidos completos y las iniciales de todos los autores, además de los nombres y referencias completas de revistas, libros y artículos citados. Incluir los números de las páginas de los artículos citados.Ejemplos- Wasserstein, A.A., P. Rosen, J.P. Zapulla y M. Gerstman (1994). Aprendiendo a escribir artículos. Psicoterapia y Familia. (1) 1, 13-61.- Rogers, M. y M. Foucault (2000). El crimen y la familia. España: Paidós.- Para citas de publicaciones electrónicas, favor de utilizar la norma del International Standard ISO 690-2. International Organization for Standarization. Ottawa, Canadá.

NOTASLa nota debe estar señalizada con el número apropiado, colocado en la parte superior derecha de la última letra de la palabra a la que se refiere el texto. La lista de notas, con sus números correspondientes, deberá ser incluida al final del texto, antes de la bibliografíser incluida al final del texto, antes de la bibliografíser incluida al final del texto, antes de la bibliograf a.ENCABEZADOSPsicoterapia y Familia emplea un formato de encabezados cortos. Dentro del texto pueden existir tres niveles de encabezados; los principales escritos en negritas.TABLAS E ILUSTRACIONESLas ilustraciones sólo pueden ser sombreadas; no hay color en el formato de la revista. Incluir sólo las necesarias para la comprensión del texto.

ENVÍO DE MANUSCRITOS: [email protected]; correo electrónico de cualquier miembro consultor de la revista o IFAC: tel. (52) 5550-05-46, Fax: (52) 5550- 47-57: ILEF: tel. 55 54 56 11. AMTF: (55) 56 58 01 46, [email protected]