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LACUESTIONREGIONAL EN AMERICALATINA JOSE LUIS CORAGGIO ALBERTO FEDERICO SABATE OSCAR COLMAN EDITORES r----, EDUARDO P. ARCIIETTI JORGE BALAN SERGIO BARONI OSCAR E. COLMAN S. JOSE LUIS CORAGGIO ALBERTO FEDERICO SABATE RUBEN N. GAZzOLI JORGE ENRIQUE HARDOY MARCO NEGRON NEMESIO J. RODRIGUEZ ALEJANDRO ROFMAN VICENTE SANCHEZ HECTOR SEJENOVICH CARLOS SEMPAT ASSADOURlA.'l EDIDI A. SOUBIE y ANINO '--_.... J CESAR A. VAPNARSKY

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  • LACUESTIONREGIONAL ENAMERICALATINA

    JOSELUISCORAGGIO ALBERTO FEDERICO SABATE OSCAR COLMAN EDITORES

    r----, EDUARDO P. ARCIIETTI JORGE BALAN SERGIO BARONI OSCAR E. COLMAN S. JOSE LUIS CORAGGIO ALBERTO FEDERICO SABATE RUBEN N. GAZzOLI JORGE ENRIQUE HARDOY MARCO NEGRON NEMESIO J. RODRIGUEZ ALEJANDRO ROFMAN VICENTE SANCHEZ HECTOR SEJENOVICH CARLOS SEMPAT ASSADOURlA.'l EDIDI A. SOUBIE y ANINO

    '--_....J CESAR A. VAPNARSKY

  • IIED ciudadOBInternationallnstitute cent:ro de invest:lgaciones 000 for Environmental DevelopmentAmrica Latina.

    LA CUESTION REGIONAL EN AMERICA LATINA

    Editores: Jos Luis Coraggio, Alberto Federico Sabat y Osear Colman Primera Edicin: CIUDAD, 1989 Copyright: CIUDAD Quito, Ecuador, 1989

    Portada: CIUDAD. Ilustracin tomada de Revista HUMBOLDT 85/1985. Pieza de oro Quimbayas-Colombia.

    711.2 C7941

    Coraggio, Jos Luis; Federico Sabat, AIberta; Colman, Osear. Editores.

    La cuestin regional en Amrica Latina, Quito, Ediciones CIUDAD, 1989. 690 p.

    IPLANIFICACION REGIONAL/ /DESARROLLO REGIONAL! /POLITICA REGIONAL/ IAMERICA LATINA/

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    INDICE

    Indicc....................................................................................................................

    Presentacin 5

    Jos Luis Coraggio Los trminos de la cuestin regional en Amrica Latina. 9

    CAPITULO I ASPECTOS METODOLOGICOS

    Osear Colma" Espacio, naturaleza y sociedad en la problemtica regional latianoamcricana 45

    Jos Luis Coraggio Sobre la espacialidad social yel concepto de regin 67

    Hctor Sejenoviclt y Vicc"te Snchez Notas sobre naturaleza-sociedad y la cuestin regional en Amrica Latina 107

    Eduardo P. Archetti Anlisis regional y estructura agraria en Amrica Latina 153

    CAPITULO 11 DETERMINACIONES CONTEMPORANEAS y ANTECEDENTES

    HISTORICOS AlbcT10 Federico Sabat Determinaciones contemporneas y anlisis histrico de la cuestin regional cn Amrica Latina 187

    Nemcsio J. Rodrguez y Edith A. Soubi Yanino La problemtica indgena contempornea y la cuestin regional en Amrica Latina 241

  • Rubn N. Gazzo/iy CsarA. VaplJarsky La temtica del medio ambiente en Amrica Latina 317

    Alejandro Rofman Teora y prctica de la planificacin regional en Amrica Latina 351

    Jorge Enrique Hardoy La organizacin espacial durante el perodo precolombino 383

    CarlosSempat Assadounan La organizacin econmica espacial del sistema colonial .417

    Jorge Bal61J Una cuestin regional en la Argentina: burguesas provinciales y el mercado nacional en el desarrollo agroexportador .457

    CAPITULO III ANALISIS DE CUATRO PAISES

    Alberto Federico Sabat Notas sobre la cuestin regional en Bolivia .497

    Marco NegrolJ El desarrollo y las polticas regionales en Venezuela 541

    Sergio BaTOIJ; Cuba: 20 aos de experiencia de planificacin fsica 615

    Jos Litis Coraggio Posibilidades de un ordenamiento territorial para la transicin en Nicaragua 643

    CAPITULO IV CONCLUSIONES

    Conclusiones del Seminario 667

  • UNA CUESTION REGIONAL EN ARGENTINA: BURGUESIAS PROVINCIALES y EL MERCADO

    NACIONAL EN EL DESARROLLO AGROEXPORTADOR

    Jorge BaJn1

    INTRODUCCION

    La cuestin regional, al igual que sus parientes las cuestiones agraria y urbana, no es una sino muchas. Aqulla no goza, sin embargo, de las ventajas y desventajas que derivan stas de la asociacin con autores que las propusieron a partir de estudios histricos concretos'. Conviene precaverse, entonces, contra el supuesto de la unicidad del problema encerrado por el trmino. Las cuestiones regionales tienen en comn una dimensin espacial o territorial de las relaciones de conllicto entre grupos y clases sociales en sociedades nacionales cuando en esas relaciones los actores, sus intereses o lealtades estn espacial y estructuralmente diferenciados. La unidad apropiada en la que se plantean es la sociedad nacional; las relaciones con base territorial que encontramos en tribus o imperios, por ejemplo, pertenecen a una categora de problemas diferente. La aparicin histrica de sociedades nacionales, con el reacomodamiento de grupos sociales diferenciados dentro de una unidad territorial mayor, genera relaciones sociales espacialmente reguladas, aunque fuera en forma precaria, por la existencia de un estado independiente que pretende representar a la nacin e implementar en su nombre la unidad e identidad comn dentro del mbito territorial. Esas relaciones pueden, en algunas circunstancias, convertirse en el ncleo de una o varias "cuestiones regionales".

    La formacin de sociedades nacionales en Amrica Latina, a pesar de su diversidad, tuvo dos caractersticas comunes a todas. ellas que incidieron notoriamente en la emergencia de cuestiones regionales. La primera fue el origen colonial de los lmites territoriales administrativos; las naciones independien

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  • UNA CUESTlONREGIONAL ENARGENTINA

    tes que surgieron en Hispanoamrica lo hicieron siguiendo algunos de esos lmites coloniales ygeneralmente conservaron en su interior otras divisiones espacialespoltico-administrativas prcexstcmcs'', La inclusin efectiva dentro del nuevo orden nacional de grupos sociales identificados con estas divisiones fue un proceso lento que acarre a menudo guerras civiles prolongadas. La segunda fue la insercin neocolonial de estos pases en la economa capitalista mundial, que impuso al proceso de formacin de sociedades nacionales condiciones externas importantes, variables segn la forma en que tal insercin ocurri. Los conflictos regionales respondieron en alguna medida a los desequilibrios internos y transformaciones polticas estimulados por el crecimiento de la economa exportadora neocolonial4.

    El proceso de formacin de sociedades nacionales, la creciente unificacin poltica y econmica del espacio nacional, puede eventualmente llegar a un punto en que la dimensin espacial de las relaciones socio-polticas pierda mucha de su importancia como base para el surgimiento de conflictos. Las cuestiones regionales en sociedades nacionales maduras, donde las estructuras

    . productivas capitalistas han penetrado toda la economa, homogeneizndola, y donde existe ya un sistema poltico unificado que regula la vida poltica de toda la poblacin nacional, son poco salientes. Esto es especialmente cierto cuando no existen en su interior nacionalidades y etnias diversas con localizacin espacial evidente, al contrario de pases como Espaa, Blgica o Canad. Subsisten, naturalmente, desigualdades regionales pronunciadas, por ejemplo, en densidad demogrfica, ingreso per cpita o localizacin industrial. El espacio y su uso dan lugar a conflictos entre clases y grupos, pero rara vez se convierte en la base de identidad de los mismos, por la gran movilidad de factores que suponen la homogeneidad en la estructura productiva y la Unidad poltica. Las cuestiones regionales adquieren una naturaleza diferente de lo que son durante perodos formativos en los que la tensin entre procesos unificadores y centralizadores, por una parte, y procesos diferenciadores yautonomistas, por la otra, es grande''.

    En este trabajo discuto una cuestin regional en la Argentina en un perodo en que la unidad nacional pareca ya asegurada, despus de muchos aos de guerras y profundas divisiones internas, en el que se reestructuran las relaciones polticas y econmicas entre grupos sociales identificados con las respectivas provincias que, como unidades, juegan un papel importante dentro de la nueva nacin. Lo hago desde el punto de vista de las burguesas de dos provincias del interior en momentos en que el centro dinmico de la economa, el sector agroexportador, se localizaba lejos de ellas, en el litoral pampeano. Esas provincias se especializaron en la produccin para el mercado interno: Tucumn en el azcar y Mendoza en el vino. No pretendo generalizar a partir de

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    estos casos para otros pases que atravesaron por procesos semejantes y sera sin duda errneo extender el anlisis a perodos posteriores de la historia argentina. Las implicaciones del anlisis para provincias con una insercin econmica diferente sern objeto de especulacin en la seccin final del trabajo. Espero que el esquema analtico utilizado pueda serlo tambin en otros estudios concretos.

    La primera seccin del trabajo est dedicada a delinear los ejes fundamentales que dan sentido a la cuestin que analizamos en el perodo entre 1880 y 1930, aproximadamente: por una parte, la contradiccin entre las bases polticas del gobierno central y su soporte econmico; por otra, los conflictos inhcrentes al proceso de penetracin de instituciones polticas y econmicas centrales en el territorio nacional. Indicar las principales caractersticas de la economa y la poltica argentinas del perodo desde el punto de vista de las dos provincias del interior y los intereses de sus clases dominantes, sealando cules fueron los actores relevantes en las provincias centrales y sobre todo en Buenos Aires. Unos y otros, sin embargo, sufrieron cambios notorios durante esas dcadas que slo parcialmente pueden ser considerados en una presentacin de conjunto; el nfasis, inevitablemente, caer en las circunstancias iniciales. La segunda seccin discute el papel de las oligarquas provinciales en la implementacin de polticas que protegieron sus intereses durante las etapas formativas de los respectivos sectores industriales. Los aspectos ms relevantes fueron cuatro: la construccin ferroviaria, la poltica tarifaria, la

    . regulacin del mercado y el control de la produccin. Por ltimo, en las conclusiones se consideran las transformaciones del problema debidas al xito de la poltica proteccionista yel significado ms amplio de los dos casos estudiados para otras provincias y para la comprensin del proceso histrico de formacin de una sociedad nacional durante el perodo.

    1. LAS CUESTIONES REGIONALES EN LA ARGENTINA AGROEX PORTADORA

    .a) El problema

    Las cuestiones regionales en la Argentina durante las ltimas dcadas del siglo pasado y primeras del presente tuvieron como ejes dos procesos diferenciados y sus interrelaciones: la consolidacin del estado y la de una economa capitalista dentro del territorio nacional. El primer proceso consisti en el fortaiecimiento de un autoridad central capaz de mantener el orden poltico y de integrar en l a la poblacin del pas. Su clave era la relacin entre el ejecutivo y las oligarquas provinciales. Es sobre stas que el gobierno nacional de

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    ba imponerse si quera mantener un orden poltico unificado en las provincias, pero de ellas dependa para establecer su legitimidad. Las oligarquas provinciales controlaban las elecciones que aseguraban la continuidad presidencial y la composicin del congreso con cuyo asentimiento deba gobernar el presidente. El uso abierto de la fuerza militar, tan comn en las dcadas anteriores a 1.880,se hizo menos necesario; aunque el gobierno central contaba con un ejrcito fiel y eficaz para garantizar su presencia efectiva en las provincias, su abuso pondra en peligro la legitimidad del gobierno tranformndolo en una dictadura militar. Para evitarla, el partido en el gobierno ("lasituacin") favoreca a sus aliados polticos, sectores de las oligarquas con las que existan intereses comunes, vnculos personales y familiares que reforzaban identidades polticas. A su vez, el apoyo del poder central resultaba decisivo para que dichos sectores se impusieran sobre otros sectores opositores y sobre la poblacin en general; en la medida en que lo hacan, podan responder al poder central con dos monedas importantes: el orden internoy losvotos. El abundante uso de la intervencn federal reemplaz al de la fuerza armada (con la cual, sin embargo, deba contar) cuando alguno de estos pagos no se haca efectiv06.

    El proceso de formacin de una economa nacional se bas en el fotalecimiento de instituciones econmicas capitalistas en todo el territorio nacional? La ampliacin de mercados de bienes, capitales y trabajo, facilitada por reformas institucionales y la unidad monetaria, pona en contacto creciente a sectores espacial y estructuralmente diferenciados de la economa que se modificaban internamente y en sus relaciones externas. Este proceso dependa de dos factores diversos: por Unaparte, los recursos necesarios provenan inevitablemente, en las condiciones argentinas de pobreza econmica y demogrfica, de la acumulacin generada en el sector externo ubicado en una rea reducida del pas que, aunque cambiante, tuvo su centro indisputado en Buenos Aires. Por otra parte, estos recursos deban ser en alguna medida apropiados por el estado para su canalizacin en la construccin de obras de infraestructra, en la creacin de obras de un sistema bancario y reformas institucionales que contribuyeran decisivamente a consolidar los mercados nacionales.

    Quizs la visin ms comn de los problemas regionales en este perodo ha considerado al Estado como representante poltico de los intereses econmicos localizados en Buenos Aires, utilizado para imponer dentro del territorio nacional un nuevo orden econmico, destruyendo autonomas regionales ysubordinndolas al control ejercido desde aquella cudad'', Esta, en la misma versin, nucleaba a sectores exportadores, ganaderos del litoral e importadores ligados desde la independencia al capital ingls, que imponiendo la integracin al mercado mundial, avanzaban sobre los mercados internos de las

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    provincias reemplazando la producci6n artesanal local con manufacturas importadas. Esta interpretaci6n ubica en forma paralela a los dos procesos de unificaci6n y centralizaci6n, el poltico y el econ6mico; supone que el centro poltico era el representante del centro econ6mico; y ve a la penetracin del estado, arrasando autonomas provinciales, en funcin de la expansi6n de los sectores agroexportadores ligados al capital internacional yal negocio de importacin para abastecer los mercados internos.

    Esta perspectiva de la problemtica regional me parece deficiente. Pienso que en la Argentina del perodo considerado las cuestiones regionales surgieron alrededor de contradicciones dentro del estado as como de conflictos inherentes a los procesos de unificaci6n econ6mica y poltica. Entre las primeras la principal fue planteada entre la dependencia econmica del estado nacional de la economa agroexportadora, localizada en las provincias pampeanas, ysus bases polticas, entre las que se encontraban en forma prominente las oligarquas provinciales del interior, que pesaban al menos tanto y a veces ms que las pampeanas. Los recursos del estado provenan principalmente de la aduana; sta pagaba la burocracia y al ejrcito, permita construir escuelas y caminos, ygarantizaba emprsticos externos para obras de infraestructura que servan para consolidar al poder central ya la economa capitalista9 Pero el fortalecimiento del estado estaba basado en la estabilidad poltica, el "orden" interno, que requera alianzas de la "situaci6n" en el gobierno nacional con oligarquas provinciales cuyas bases de poder local deban asegurarse, allegndoles los recursos de que dispona aquella. El apoyo del poder central era ms crucial para las provincias que necesitaban de protecci6n para que sus sectores econ6micos predominantes prosperaran y para aqullas que precisaban el empleo federal para generar los ingresos que la dbil economa local no poda proporcionar. Las oligarquas de las provincias pampeanas, especialmente Buenos Aires, dependan menos de dicho apoyo.

    Las contradicciones entre el proceso de fortalecimiento de la unidad poltica y el de la economa capitalista radicaban, entonces, en la diferencia entre el origen de los recursos econmicos y las bases polticas del estado nacional. Las cuestiones regionales tambin se planteaban por conllictos inherentes al avance mismo de los procesos unificadores, aunque stos fueron ms complejos de lo que a menudo se piensa. Es cierto que el fortalecimiento del estado nacional implicaba el debilitamiento de las autonomas provinciales, finalmente avasalladas, mientras que el crecimiento de los sectores ligados a la economa portea iba en desmedro de muchas actividades productivas de organizaci6n arcaica en algunas provincias del interior. Las situaciones de suma cero, sin embargo, no fueron predominantes. Las burguesas del interior, cuando existan, podan esperar un beneficio del crecimiento agrocxportador,

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  • UNA CUESTlON REGIONAL ENARGENTINA

    sobre todo cuando ste creaba mercado internos donde antes no existan. Las oligarquas provinciales, por otra parte, a menudo consolidaron su poder frente al poder privado de caudillos locales, slo CaD los recursos que directa o indirectamente gener la penetracin del estado nacional en las provincias respectivas, que hicieron posible el control armado sobre su territorio. Por lo menos hasta 1930,y en forma ms notoria a fines de siglo, las limitaciones a la autonoma provincial no impidieron que se abriera un amplio rango de decisiones locales que haca que la poltica provincial tuviera vida propia; adems las provincias contaron entonces con una participacin, aunque fuera limitada, en los asuntos de la nacin, que luego perderan.

    b. Las provincias y el desarrollo agroexportador

    La economa argentina giraba antes de 1880 alrededor del sector exportador pero ste adquiri a partir de esos aos proporciones inusiladaslO El crecimiento de las exportaciones ganaderas volc rpidamente el balance econmico y demogrfico en favor de las provincias costeras, que a mediados del siglo XIX contrastaban en su dinamismo con las del interior mediterrneo. Las provincias del interior no dejaron de verse afectadas por la expansin del sector exportador, que si por un lado se asociaba con la apertura de los mercados internos-a la competencia extranjera, por la otra abra con su dinamismo oportunidades nuevas. La forma en que se insertaron los sectores econmicos de la periferia argentina dentro de la economa nacional vari mucho. Algunos comenzaron a desaparecer tempranamente frente a la competencia de productos importados. Otros sectores, competidores menos eficientes de las exportaciones pampeanas, tambin sufrieron retrocesos; en algunos casos surgieron exportaciones nuevas, aunque tuvieron un papel marginal con respecto a las pampeanas y tendieron a destruir recursos no renovables en un plazo corto. Por ltimo, algunas producciones del interior con bases muyprimitivas se modernizaron ycrecieron rpidamente abasteciendo el mercado interno, especializndose en bienes que la regin pampeana no produca pero cuya demanda aumentaba con la poblacin y los ingresos. Entre stos se destacaron productos agroindustriales, especialmente los de clima tropical; los ejemplos ms conocidos fueron el azcar, el tabaco, la yerba mate, el vino yel algodn.

    El control oligrquico en las provincias, tanto en el interior como en el litoral, se afianz con la consolidacin de la autoridad del gobierno nacional, que entr en una nueva etapa en 1880.El desarme de los ejrcitos provinciales, sobre todo el de la provincia ms fuerte que sufri la derrota militar ese ao, le dio por primera vez independencia del poder armado de las provincias. La federalizacin de la ciudad de Buenos Aires ese ao fue un paso decisivo para

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    liberarse de la tutela de esa provincia.Desde esta posicinel gobierno nacional pudo ejercer su control sobre las situaciones provinciales, el apoyo de las cuales, sin embargo, le resultaba esencial. Aunque era un rgimen presidencialista y centralizado de gobierno, el sistema de elecciones indirectas, la no reeleccin presidencial y la existencia de un congreso con un Senado fuerte donde la representacin provincial era independiente de la poblacin de cada una, daban lugar a un sistemade alianzasentre sectores de las oligarquas provinciales. La renovacin presidencial cada seis aos y las ms frecuentes renovaciones de gobernadores centraban la atencin poltica. El presidente saliente, un Senado estable cuyo mandato en parte se prorrogaba a la nueva presidenciaylosgobernadores que dominaban losaparatos electorales tenan las voces principales en la primera. En las segundas el poder presidencial era grande, pero deba moderarse por las opinionesde los notables locales,entre quienes los representantes al Senado nacional servan de intermediarios con el presidente. El fraude y la baja participacin electoral aumentaban el peso poltico de las oligarquas provinciales. Aunque el abuso del poder de interyencinfederal daba al presidente unmecanismode control sobre ellas, finalmente el gobierno intervenido deba contar con sectores de estas clases. La debilidad de la estructura partidaria nacional reflejaba, entre otras cosas, el peso de las representaciones provinciales. Los partidos o faccionesse nucleaban alrededor de personas, tanto a nivel nacionalcomoprovincial, msque de ideologas; la extremada violencia de la lucha poltica a vecesocultaba la escasa oposicin ideolgicaentre partidos y la similitudde intereses econmicos entre las partes opuestasll .

    La posicinde las burguesas provinciales dentro del sistema poltico de dominacinoligrquica permiti a algunasexpresar 'por canales intcrnos a ste . las demandas en favorde sus intereses, que en lneasgenerales fueron apoyadas desde elgobierno nacional.Sinembargo, ste tabin deba confrontar demandas opuestas que lograban articularse a veces dentro del sistema de dominacinoligrquicaya vecesparalelo a l. En primer lugar, cualquier polticaproteccionistadurante el perodo chocaba conla oposicinde laburguesa terrateniente pampeana, la clase de poderosos propietarios de tierras y ganados cuyos intereses estaban orientados al mercado externo donde colocaban cueros, lanas,sebo, charqui, ganado en pie yposteriormente carnes12. Era tpicamente opuesta a cualquier restriccin al comercio que pusiese en peligrolas exportaciones,amenazadaspor posiblesrepresalias de pasescompradores de susproductos.Tampoco veaconsimpata al crecimientodel aparato estatal a nivel nacional.Hasta 1880, elgobiernode la provinciade Buenos Aires haba tomado el lugar que el gobierno nacional, con menos recursos, quera para s en rcas clavesde la economa;el banco de la provincia,as co

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    mo sus ferrocarriles, haban apoyado la expansin ganadera sin mayor necesidad de depender directamente del gobierno nacional.

    En segundo lugar, conviene considerar por separado a la burguesa financiera y comercial portea, aunque ella estaba muy entrecruzada con los terratenientes pampeanosl3. En buena medida esta clase era intermediaria entre los capitales extranjeros, a los que a menudo representaba, y los gobiernos nacional y provinciales, as como las burguesas terratenientes. Los grandes emprstitos pblicos y los pocos crditos privados otorgados por la banca europea eran gestionados con la mediacin de agentes financieros porteos. Su base de accin inicial fue el comercio de importacin y exportacin, en el que primaba la comunidad de inmigrantes ingleses, franceses y otros europeos en Buenos Aires, que se insert cmodamente en la alta sociedad portea. Luego aparecieron sucursales de bancos europeos yotros fundados por dichas comunidades, adems de los agentes de las grandes casas financistas internacionales, ya mencionadas. Este sector financiero y comercial fue diversificndose y amplindose durante las ltimas dcadas del siglo pasado hasta 1930, adquiriendo un carcter ms nacional, sin dejar de actuar de intermediario con el capital extranjero, captando ahorros locales. Tom tambin un papel empresario en el sector exportador, financiando cosechas y vendiendo maquinarias, invirtiendo en los sectores de transporte ferroviario, energa y servicios pblicos, y tambin en la industria orientada al mercado interno. La caracterstica unificadora de estas actividades heterogneas resida en la concentracin de capital, para lo que contaba con el acceso al crdito externo, que tenda a invcrtirse en actividades donde haba cIaras economas de escala o posibilidades de monopolizacin del mercado. Como los otros sectores que consideramos, esta burguesa era ms heterognea y presentaba mayores rupturas internas de lo que pareciera a menudo, en parte debido a la competencia de distintos capitales externos y su vinculacin con la indus. . 14tria europea y nortcamencana .

    En tercer lugar, la produccin cerealera, que comenz a crecer tambin en funcin de mercados externos desde 1880y fue tomando una porcin mayor de las exportaciones argentinas, dio lugar a una amplia clase de arrendatarios, colonos y propietarios medios. Esta clase media rural era afectada, como los ganaderos pampeanos, por los precios internacionales y la tasa de cambio: pero tambin sufra ms que stos por la variacin en los precios internos15. Estos determinaban el poder adquisitivo de los salarios que pagaban y el de sus propios ingresos. El sector agrcola nuevo era un importante mercado para la produccin nacional, mientras que el ganadero tena un papel secundario. Ganaderos y agricultores vean un peligro en cualquier proteccionismo que

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    pona en jaque a los mercados externos, pero los ltimos cargaban en forma ms rotunda con las consecuencias del mismo sobre los precios internos.

    Un cuarto grupo comparta la posicin de los agricultores dentro del mercado consumidor: las crecientes clases medias y trabajadoras urbanas. El alto porcentaje de productos importados en su canasta de consumo haca que la poltica de tarifas altas o la expansin monetaria que afectaba negativamente la tasa de cambio resultaran en encarecimientos visibles del costo de vida. De poca importancia hasta 1890, estos grupos emergieron rpidamente en la vida poltica, a pesar de su papel subordinado dentro del rgimen oligrquico, subordinacin acentuada por carecer en su mayora de la ciudadana argentina. Al igual que los productores agrcolas, las clases consumidoras urbanas se concentraban en el litoral, en Buenos Aires, Rosario ymultitud de centros menores donde rpidamente fueron generando cambios visibles en la estructura social y, con mayor lentitud, en el panorama poltico16 .

    Por ltimo, la naciente burguesa industrial fue un quinto grupo que, desde las ciudades del litoral, estuvo involucrado en decisiones con respecto a los sectores azucarero y vitivincola. No se trataba de los intereses industriales de la burguesa comercial yfinanciera, que como dijimos crecieron durante el perodo, sino de una clase de industriales pequeos y medianos orientados tambin al mercado interno. Algunos, los propietarios de la llamada industria urbana del vino y los fabricantes de licores, se encontraron en competencia con los productores provinciales; dado que utilizaban el azcar o el alcohol de caa como materia prima importante, se opusieron en forma vocal contra la poltica de mantencin de precios altos para dichos productos. Todos, adems, vean afectados sus intereses por la disminucin del salario real provocada por polticas que encarecan productos de la canasta de consumo bsica, como el azcar y el vino. Al igual que los sectores medios y obreros urbanos, esta clase tuvo un papel creciente, aunque todava subordinado, en el panorama poltico de los grandes centros urbanos.

    2. LA POLlTICA ECONOMICA y LAS OLlGARQUlAS PROVINCIALES

    En esta seccin del trabajo discutir en forma resumida aspectos de la poltica econmica del perodo entre 1870 y 1914, aproximadamente, con el objeto de mostrar cul fue el papel que le cupo a las oligarquas provinciales dentro de las medidas que afectaron ms directamente los intereses econmicos de sus respectivas regiones. Las burguesas del vino y el azcar, los grandes propietarios de bodegas y vias, ingenios y plantaciones de caa, surgan de las clases dominantes que llamamos a menudo oligarquas, es decir, clases pro

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    pictarias de intereses locales diversificados que monopolizaban el poder poltico en las provincias. Cuando me refiero a las oligarquas provincialesaado una dimensin poltica que est ausente del concepto de burguesa; las oligarquas eran dichas clases que, por su control sobre la poltica provincial, participaban de la nacional dentro de los arreglos de notables. Estas cristalizaban en agrupaciones polticaspoco formales, como la llamadaLiga de Gobernadores que oper desde ladcada de 1870ycon la que cont el roquismo en el poderi en el congreso, donde los representantes provincialesconvalidaban la poltica del gobierno central como junta del partido de la "situacin" y los arreglos trasuntaban en redes de relaciones informalesde carcter multifuncional (poltico, econmico y social) que unan a miembros de las oligarquas provinciales. .

    Convienehacer algunasprecisionessobre la operacin del rgimenoligrquico provincialdurante el perodo. Este rgimensurgi como tal slo con el fin de las luchas civiles yel rgimende caudillosen los aos 70.La transicin, naturalmente, fue gradual; las provinciasadoptaron constitucionescon las que, al menos formalmente, rigieron la vida poltica dentro de un sistema de participacin restringida a las clases propietarias. La sucesin de autoridades comenz a ser regular y aunque las posiciones quedasen dentro de un ncleo estrecho de familias locales las apariencias constitucionales eran cumplidas; el fraude y la violencia electoral reemplazaron la tan frecuente lucha armada e invasionesinterprovinciales. Las rivalidades intra-oligrquicaseran marcadas pero la confrontacin poco usual; el gobierno nacional contaba con una fuerza superior para imponer el orden en apoyo del gobierno provincial (pero tambin para favorecer su derrocamiento si era polticamente necesario). Las facciones y partidos polticos,generalmente de vida corta y centrados alrededor de personalidades, tenanexpresinabierta en las legislaturasprovinciales y en la prensa escrita. Algunas divisiones dentro de la oligarqua respondan todavaa diferenciasgeneradas alrededor de lasbanderas federal y unitaria, pero las ms importantes cristalizabanalrededor de la poltica nacional del momento y sobre todo de la sucesin presidencial.

    Desde que la produccin azucarera y vitivincola comenzaron a tener importancia, las figuras polticas importantes fueron dueos de ingenios o plantaciones, vias y bodegas, como antes haban estado involucrados en los principales sectores de la economa local. El crecimiento econmico, sin embargo, trajo una mayordiferenciacinsocial,dentro yfuera de lossectores del azcar yel vino,en la burguesa.Las rupturas dentro de ella, sobre todo en los momentosde crisis, llevarona enfrentamientos abiertos. Estos se entrecruzaban con conflictosintraoligrquicos, pero en ningunade la s dos provincias tendieron a formarse partidos estables que representaran a diversossectores

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    de la burguesa. Asimismo, el crecimiento de la economa permiti una amo pliacin de los aparatos del gobierno provincial y del rango de decisiones relevantes para los intereses de la burguesa, con lo que la fraccin en el gobierno tuvo mayor capacidad de recompensar a sus aliados y seguidores17. Polticos del partido gobernante, as como de la oposici6n, buscaban tambin defender sus intereses personales y los de sus amigos mediante los contactos en el gobierno nacional, y ambos por igual podan usar los mismos canales e influencias para conseguir medidas favorables para el sector como un todo o para el subsector con el cual estaban ms identificados (por ejemplo, agrcola o industrial). Una caracterstica del rgimen oligrquico era, precisamente, la escasa diferenciacin entre las esferas pblicas y privadas y las relaciones multifuncionales entre miembros de la oligarqua. Esta caracterstica era ms marcada a nivel local que nacional, pero operaba en ambos y fue el factor esencial que dio fluidez, como veremos de inmediato, a las demandas de las burguesas provinciales frente al gobierno nacional.

    a) El gobierno nacional y los ferrocarriles, 1870-1890

    El acceso al mercado del litoral dependa del abaratamiento del costo del transporte. Los fletes desde Tucumn y Mendoza al litoral eran muy superiores que los que pagaban los vinos y azcares introducidos por el puerto desde Europa. Por esto conviene que veamos la poltica seguida con respecto a la construccin de los ferrocarriles que unieron a dichas provincias con los mercados nuevos.

    La primera lnea que penetr6 en el interior del pas, uniendo al puerto del Rosario con la principal ciudad mediterrnea Crdoba, fue completada en 1866. Fue una lnea privada, pero el gobierno nacional otorg garantas y tierras, subvencionando considerablemente su construccin y suscribiendo parte de las acciones; la lnea cruzaba reas bajo peligro de ataques indios, faltas de recursos y mano de obra local para su construccin, ligando a dos ciudades entre las cuales exista hasta entonces un trfico comercial limitado. El riesgo era demasiado alto para que los capitales extranjeros o nacionales decidieran la inversin sin fuerte apoyo gubernamental. Desde un principio la vinculacin ferroviaria con el interior se justific por la unidad poltica tanto como por la integracin econmica18.La misma motivacin llev a extenderla hacia el norte, uniendo a Crdoba con Tucumn, y hacia el oeste, en direccin a San Luis primero y de allf a Mendoza y San Juan. El estado nacional actu como empresario en estos dos casos, aunque recurriendo a emprstitos externos y compaias constructoras extranjeras; tampoco haban en estos casos capitales privados interesados en la inversin directa, dado el escaso inters econmico del comercio con las provincias servidas por las nuevas lneas. La construc

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  • VNA. CVES770N REGIONALEN ARGEN17NA.

    ci6n en los primeros aos de la dcada del 70 y sobre todo desde que Avellaneda asumi la presidencia en 1874fue objeto de numerosas crticas. El presunto favoritismo por su provincia natal, Tucumn, lo impulsaba segn ellas a continuar la tarea de construccin a pesar de la crisis econmica por la que atravesaba el pas. Lo cierto es que los amigos y familiares que haban apoyado all su candidatura recibiran el beneficio ms inmediato; pero el ferrocarril Andino tambin avanzaba sin que una relacin tan directa pudiera establecerse.

    Quizs las condiciones polticas de esos aos fuesen, al menos en la decisin gubernamental de continuar los trabajos durante los aos de crisis econ6mica, ms relevantes que el clculo del beneficio econmico pblico o privado. Por una parte el apoyo provincial haba sido crucial para ganar las elecciones. Por la otra, las revoluciones hechas por los derrotados, precisamente en Tucumn y Mendoza, pusieron una vez ms en evidencia la necesidad de fortalecer la posicin militar del gobierno nacional en las provincias en apoyo de las facciones polticas favorables. El ferrocarril tena, entonces, no s610un significado poltico en el favoritismo a los intereses econmicos de los aliados, sino tambin en el ms crudo del apoyo armado que servira para consolidar la dominacin oligrquica, todava tambaleante.

    .El estado nacional administr por algn tiempo directamente las dos lneas, el Central Norte y el Andino. Poco despus que comenzara a funcionar el primero, en 1877,la lnea se ampli6 considerablemente, siguiendo el mismo modelo de uso de prstamos externos y compaias privadas de construccin pero propiedad y administracin estatal. El crecimiento de la industria azucarera le asegur el volumen de la carga transportada y lo hizo rentable. La administracin estatal permiti su uso poltico, en la distribucin de empleos y vagones escasos para favorecer a amigos y tambin como medio de controlar la situacin militar19 . Aparte de intereses de facciones, el estado poda responder tambin a intereses de la burguesa toda, cuando miembros de sta solici

    o taban, por ejemplo, que fueran rebajados los fletes, De hecho, estos fueron menores en las lneas estatales que en las privadas. Algo semejante ocurri con el Andino cuando se inaugur en 1885 el ramal a Mendoza.

    La relevancia del papel poltico de la administraci6n estatal no impidi que las lneas fueran enajenadas poco despus a capitales extranjeros. En 1886 los intereses britnicos comenzaron a ejercer fuertes presiones para obtener control sobre ellos: ambas haban probado su rentabilidad y eran extensiones naturales de lneas dominadas por compaas que podran obtener ventajas obvias de la concentracin del sistema ferroviario. El gobierno de Jurez Celman, que enfrentaba una deuda externa creciente y era especialmente sensible a los intereses extranjeros ysus socios nacionales, encontr justificadas sus

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    inclinaciones naturales en contra de la propiedad estatal20 . Las oligarquas provinciales presentaron una oposicin mnima, quizs sin preveer cunto podran perjudicarse econmica o polticamente de la transferencia a intereses privados extranjeros, pero tambin porque la coyuntura poltica las encontraba en situaciones desfavorables, enfrentadas con el presidente21 . En aos posteriores los fletes ferroviarios se transformaron en un tema de queja habitual de los industriales provincianos. Adems, los gobiernos provinciales encontraran que estaban ms alejados de los favores del ferrocarril, al que slo el gobiernocentral tena posibilidad de presionar directamente, Quitndoles as una fuente de autonoma local.

    Capitales ingleses se interesaron en las economas azucarera y vitivincola a travs de sus inversiones en compaas ferroviarias. Al poco tiempo de adquirir los ferrocarriles otorgaban un prstamo importante a la primera refinera de azcar, en Rosario, en la primera operacin importante con una empresa industrial. Posteriormente participaron en la financiacin de dichas actividades a travs de sucursales bancarias yeventualmente mediante inversiones limitadas en la produccin directa22 . Pero lo importante fue siempre, desde el punto de vista del capital ingls, la inversin ferroviaria, que lo convirti en forma indirecta en socio interesado en las industrias provinciales, de cuya salud dependan las ganancias de importantes lneas frreas. Otros capitales europeos tuvieron un papel ms complejo en la financiacin de la agricultura y la industria provinciales, sin que la inversin en ferrocarriles fuera tan importante.

    Esta breve resea del papel jugado por el estado en la construccin ferroviaria muestra los cambios ocurridos en su relacin con las oligarquas provinciales, por una parte, y de ambas con el capital extra-regional, por la otra. En una primera fase, el gobierno nacional con base en las oligarquas de las provincias llev adelante la construccin ferroviaria al norte y al oeste, como medio para consolidar su poder en el interior, apoyando a los sectores oligrquicos favorables con ella; el ferrocarril les permita incrementar su poder militar y asegurar una posicin ms firme dentro de la economa nacional. Las oligarquas presionaron para obtenerlo pero no participaron en la construccin o administracin, la que qued en manos del estado nacional convirtindose en un vnculo importante en la relacin entre oligarquas y estado. Los capitales extra-regionales participaron como Iinancistas de la operacin o como empresarios en su construccin. En la segunda fase, al privatizarse las lneas a Tucumn y Mendoza, los intereses provinciales se vieron asociados indirectamente con las compaias inglesas que compraron los ferrocarriles: stas comenzaron a interesarse en las industrias regionales con las que contaban para asegurar la carga transportada. Esta primera inversin fue seguida de una expansin de

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    los contactos financieros-entre capitales ingleses y las industrias regionales, aunque aquellos tuvieron siempre una participaci6n minoritaria en las mismas. La privatizaci6n de los ferrocarriles, por otra parte, quit6 un rea de poder provincial, ya que las oligarquas tuvieron menores posibilidades de influir en sus decisiones o utilizarlo para sus fines.

    b) La tarifa aduanera en la dcada de 188023

    La tarifa aduanera fue la principal medida proteccionista que tom6 el estado nacional durante la dcada de 1880. Las sucesivas alzas entre 1875 y 1890 afectaron ms a algunos artculos que a otros, no s610por la magnitud relativa del impuesto a la importaci6n o la forma de aplicarlo sino tambin por su relacin con la coyuntura del mercado internacional y la produccin nacional. La tarifa fue crucial para permitir que la industria tucumana superase los mercados regionales limitados y comenzara a abastecer el mercado nacional, proceso que culmin con la primera crisis de superproduccin de 1895. En el caso del vino, en cambio, la importancia relativa del aumento de la tarifa fue mucho menor en la dcada de 1880, ya que la escasez mundial incida sobre los precios y la calidad del vino importado cuando la produccin cuyana todava no estaba an en condiciones de substituirlo efectivamente.

    En la segunda mitad del siglo XIX el consumo per cpita de azcar creci6 mucho en Europa24 La gran transformaci6n del mercado internacional de azcar ocurri con el aumento de la producei6n, sobre todo de la remolacha azucareca en el viejo continente. La innovaci6n tecnolgica industrial abarat los costos y generaliz el uso del azcar refinada, artculo menos perecedero y preferido desde entonces entre los grupos de ingresos ms altos. La baja mundial de precios alter6 la organizaci6n del mercado, que en esas dcadas experiment6 los efectos de medidas proteccionistas y estmulos a la exportacin.

    Desde la dcada de 1880 la produccin europea de azcar de remolacha igual a la de caa y los estmulos aplicados lograron que aquella duplicase el volumen de sta en la dcada siguiente, a pesar que tambin aument el rea cultivada con caa. El abaratamiento del transporte martimo y los menores costos de produccin permitieron a los productores europeos invadir el mercado internacional, especialmente el de azcar refinada.

    En la Argentina la demanda creca a un ritmo inusitado; es conocido el aumento asombroso de la poblaci6n en las dcadas de 1870 y 1880, pero raras veces se aprecia el alto poder adquisitivo de la nueva poblaci6n. Los salarios rurales y urbanos eran elevados en el litoral y la poblacin inmigrante que all

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    se instalaba reclamaba artculos que, como el azcar, se haban integrado recientemente a la dieta popular europea. La tarifa aduanera se convirti en el mecanismo esencial que los productores provinciales solicitaron del gobierno nacional, no para impedir la entrada del producto importado, que no podan sustituir en su totalidad con la capacidad instalada, sino para mantener altos los precios internos a pesar de la baja internacional y garantizar la rentabilidad de las inversiones que realizaban.

    Los debates parlamentarios de 1875,en los que triunf la tesis proteccionista favorecida por las presiones del dficit fiscal, resultaron en la aplicaci6n desde 1876de una tarifa ms alta en la mayora de los artculos de consumo25 El azcar comenz6 a pagar el 25 por ciento sobre el valor; pero en poco tiempo frente a la baja de precios internacionales surgieron presiones para aumentarla. Desde que Roca asumi6 la presidencia en 1880, polticos e industriales tucumanos insistieron en ese problema esencial para los intereses provinciales. El poder ejecutivo solicit6 y obtuvo del congreso sucesivas alzas en la ley de aduanas para 1883 y 1885; la primera fij6 una tarifa de 5 centavos por kilo, independiente del tipo de azcar, y la segunda la subi6 a 7 centavos. El nuevo gravamen superaba ampliamente el porcentaje anterior, sobre todo en los tipos ms baratos con los que competa el producto tucumano. Los aumentos fueron presentados, sin embargo, con fines puramente fiscales, ya que los intentos de promover polticas proteccionistas chocaban con la oposicin cerrada de crculos que las atacaban por razones ideol6gicas o por temores a una guerra de tarifas que pudiera afectar las exportaciones argentinas.

    El ejecutivo jug6 un papel definitorio en la aprobacin de las leyes de aduana durante la presidencia de Roca; el gobierno nacional dependa casi exclusivamente de estos ingresos para cubrir los gastos involucrados en una poltica expansiva de inversiones directas ygarantas al capital privado, as como los que implicaban el fortalecimiento del aparato burocrtico y militar imprescindible para afianzar el poder central en las provincias y hacer efectivos los compromisos electorales contrados por Roca. El gobierno se preocupaba tambin por el aumento ms rpido de las importaciones que de las exportaciones; stas demoraban en responder a las inversiones que, en trminos inmediatos, implicaban muchas compras en el extranjero y una fuerza de trabajo inmigrante que demandaba artfculos importados. En 1885 el gobierno se vio forzado a eliminar la convertibilidad de la moneda y al ao siguiente debi6 acudir a un emprstito externo para salvar al Banco Nacional, pieza importante de la poltica econ6mica expansionista que haba sobreextendido sus crditos pblicos y privados.

    La burguesa lucumana apel exclusivamente a conexiones personales directas para hacer oir sus demandas frente al ejecutivo; polticos y empresarios

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    azucareros, amigos de Roca yotros personajes importantes en el gabinete o el congreso, utilizaban su posicin en redes de relaciones personales para comunicar la urgencia que el problema tena para la provincia. Diputados y senadores nacionales eran, naturalmente, embajadores de estos intereses en Buenos Aires, combinando fcilmente un papel oficial con la bsqueda de favores concretos para familiares y amigos polticos. La poltica tarifaria tuvo de cuaJquier forma una oposicin leve esos aos que tampoco form grupos de presin organizados. La Sociedad Rural, que expresaba los intereses ganaderos pampeanos, no particip activamente en el debate, aunque los diputados de provincias exportadoras expresaron temores a una reaccin negativa de pases que, como el Brasil, exportaban azcar y compraban productos pecuarios argentinos. Sin duda la eliminacin o reduccin de gravmenes a la exporta'cinganadera en la misma ley de aduanas, apacigu a dichos intereses. Tampoco hubo, aparentemente, una oposicin abierta de los principales pases exportadores europeos, Alemania y Francia, aunque el mercado argentino tena importancia. Por una parte, las exportaciones de azcar refinada seguan intactas, ya que la tarifa las encareca proporcionalmente menos y no exista todava produccin nacional para reemplazarlas. Por la otra, los mismos pases haban utilizado y seguan aplicando polticas proteccionistas a sus industrias azucareras. Pero ms que nada, quizs, vean en el progreso de la industria azucarera argentina un cambio favorable, ya que los transformaba en exportadores de maquinaria industrial; los franceses dominaron rpidamente el mercado tucumano de equipamiento para la produccin azucarera, mientras que los alemanes hacan lo propio con las destileras de alcohol, importante subproducto de la caa. Estos fueron artculos importantes de la agresiva poltica de expansin en exportaciones industriales seguida. por dichos pases.

    Cuando Jurez Celman asumi la presidencia en 1886 los tucumanos temieron un vuelco en contra suyo en la poltica del gobierno. El presidente haba sostenido posiciones anti-proteccionistas en los aos anteriores, que mantendra en su presidencia, salvo cuando chocaron con realidades polticas contundentes. El partido en el gobierno tucumano desde 1884 haba apoyado a otro candidato a la presidencia, quizs porque ste era ms favorable a una poltica proteccionista; este error signific que el nuevo presidente tuviera mala disposicin para apoyar medidas que fortalecieran a sus enemigos polticos en la provincia. En las discusiones sbre la ley de aduanas en 1886 el presidente hizo clara su oposicin a una proteccin mayor al sector azucarero; en cambio, pidi la aprobacin del congreso para otorgar una garanta a la primera refinera que se construira en Rosario. Esta empresa, dirigida por un capitalista porteo de gran influencia en asuntos financieros en el gobierno nacional, tuvo un papel muy significativ

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    mico,por ser una empresa grande ymoderna que monopolizla refinacin de azcar por una dcada. Pero sobre todo porque la empresa incluya diversos

    aliados poderosos: algunos industriales tucumanos se asociaron con los porteos en la suscripcin del capital inicial;adems la compaa ampli sus recursos colocando un emprstito en Londres y, para contar con la tecnologa msmoderna, import maquinaria y tcnicos de Alemania. Ubicada en Rosario, el azcar cruda que compraba atravesaba el pas en ferrocarriles ingleses. Esta combinacin de intereses era polticamente invencible.Al ao siguiente de otorgarle la garanta, el congreso vot elevar la tarifa de importacin de azcar refinada a 9 centavos desde 1888, conservando la tarifa anterior para el azcar 'cruda; esta medida fue ahora defendida, naturalmente, como necesaria para asegurar las ganancias de la empresa que pronto comenzara a funcionar y evitarle gastos al gobierno que las haba garantizado, lo que efectivamente sucedi en la dcada siguiente an en aos de crisis para el sector azucarer027

    La tarifa fue esencial para asegurar precios internos altos durante la dcada de 1880, mantenidos tambin desde mediados de la mismapor la devaluacin del papel moneda que encareca las importaciones. La poltica azucarera en lasdcadas siguientesvera la aparicin de sindicatosempresarios ygrupos de presin que expresaron los intereses industriales por mecanismos formales y en una labor poltica organizada, a pesar que dentro del sector se formaron a menudo grupos opuestos, tanto a nivelprovincialcomo nacional. Pero en los aos 80 todava se canalizaron informalmente, desde Tucumn y Buenos Aires, presiones que fueron en direccin semejante y no encontraron una oposicin frontal por parte de otros grupos y clases sociales.

    e) La regulacin del mercado de vinos de 1890 a 1904

    Los aumentos de la tarifa tuvieron un significadosecundario para la industria vitivincola durante los aos 70y80.El constante aumento del precio internacional del vino mantena los precios internos altos y remunerativos para los productores provinciales. Para conquistar una parte mayor del mercado, sin embargo, stos deban hacer frente a cambios importantes en la industria yexpandir el rea cultivada, mejorando la calidad del producto. En las dcadas siguientes los vitivinicultores mendocinos lucharon para conseguir el apoyo del gobierno nacional frente a otros sectores competidores en el mercado interno, lo que lograron mediante diversosmecanismoslegalesde regulacin de la produccin y comercializacindel vino28

    En el plano internacional, el mismofenmeno que haca subir los precios del vino tambin incida en un deterioro de su calidad: la crisis francesa de la d

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    cada de 1880. El vino que llegaba a la Argentina en los aos 80 era ms caro que antes y de calidad dudosa y variable. La demanda interna creca ms que la del azcar, ya que el vino era parte tradicional de la dieta en los pases de emigracin y su consumo muy acentuado en la poblacin rural, especialmente masculina y adulta, que predominaba segn nuestras estadsticas inmigratorias. La demanda de la poblacin estable creca estacionalmente con la inmigraci golondrina, casi exclusivamente compuesta por hombres que venan a trabajar en las cosechas cerealeras. La Argentina se convirti en las ltimas dcadas del siglo en uno de los principales importadores netos mundiales de vino a pesar de su poblacin reducida, comprando tanto como Inglaterra o Estados Unidos29. El vino era una de las principales categoras, por su valor, en las estadsticas de importacin argentina y el impuesto que gravaba su entrada constitua ~n ingreso muy importante para el gobierno nacional30 Algunos miembros de la oligarqua mendocina tuvieron clara conciencia de la oportunidad que ofreca esta coyuntura para la industria provincial. El gobierno rnendocimo tom a principio de la dcada del 80 diversas medidas para favorecer la plantacin de vias, exonerndolas de impuestos provinciales, mejorando el sistema de riego y ampliando el crdito oficial a la produccin, adems de favorecer la radicacin de inmigrantes europeos en la provincia para resolver la escasez de mano de obra agrcola. Algunas de estas polticas precisaban del apoyo del gobierno nacional, que mostr desde comienzos de la dcada gran receptividad a las demandas provinciales. La caja de resonancia en la que incidan dichas demandas dentro del gobierno nacional fue en los aos 80 el Departamento Nacional de Agricultura, por cuyo intermedio la provincia logr un apoyo tcnico importante para renovar la agricultura viatera. Su director estaba familiarizado con sus problemas y conoca bien a los polticos provinciales, lo que le permiti en muchas ocasiones ser vocero de los intereses provinciales frente al gobierno nacional 31.Algo semejante ocurra con el Banco Nacional, cuya sucursal mendocina favoreci la expansin viatera32. La inauguracin del ferrocarril trajo al presidente Roca y sus ministros a Mendoza, donde una gran exposicin mostr los avances de la produccin vitivincola en la que los gobiernos nacional y provincial tenan las esperanzas puestas. Roca conoca la provincia bien; su gobernador, antiguo colega de armas, era pieza importante de la liga que lo haba llevado al poder. El candidato favorecido para la sucesin mendocina que lo recibi oficialmente a su llegada como presidente de la exposicin, haba sido compaero de estudios suyo en la escuela secundaria {tambin lo haban sido los directores de Agricultura y del Banco Nacional)33. Dos aos despus, cuando Roca haba terminado su perodo presidencial y parta en viaje a Europa, el gobernador mendocino le encarg el trmite para conseguir un emprstito para mejorar el sistema de riego y fundar un banco provincial34

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    La coyuntura del mercado internacional de vinos fue favorable no slo para la burguesa mendocina sino tambin para los industriales del litoral. En Buenos Aires yRosario apareci en la dcada de 1880una industria nueva para suplementar o reemplazar al producto importado; sta era semejante a la que se instalaba en los centros urbanos franceses para aumentar la oferta de vino barato frente a la escasez del producto natural. El rentable negocio del vino atraa nuevos competidores y se volva a fines de la dcada muy complejo, tanto que los actores involucrados no siempre tenan una idea clara de cmo funcionaba o qu efectos tendra la legislacin que el gobierno nacional comenzaba a introducir para regularlo; los propios legisladores y sus asesores tcnicos tambin mostraron bastante confusin al respecto. Es importante entender dentro de este panorama los puntos de convergencia y oposicin de intereses desde el punto de vista de la burguesa mendocina, para indicar los objetivos que sigui y las formas en que se organiz la defensa de intereses provinciales.

    Algunos importadores porteos eran tambin compradores de vino cuyano, sobre todo desde que el producto europeo se encareci; especialmente los importadores de vino italiano solan cortarlo con vinos mendocinos con bastante xito. Otros, sobre todo introductores de vino espaol de alto contenido alcohlico, aparentemente utilizaban otros productos para aumentar el volumen y disminuir el precio. Los primeros eran parcialmente competidores de la industria mendocina y parcialmente socios encargados de la comercializacin, sobre todo hasta fines de siglo ya que ninguna bodega mendocina venda todava sus vinos directamente en el mercado consumidor. Todos ellos, adems, se confrontaban con un grupo nuevo de productores de vinos de pasas y vinos artificiales, que no traan vino ni lo compraban al interior. Algunas casas porteas, sin embargo, probablemente vendan y manipulaban todos estos vinos diferentes, nacionales e importados. En la defensa de intereses opuestos a los mendocinos, hubo tres grupos que contaron en distintos momentos. Primero, las cmaras de importadores, agrupadas por nacionalidad y apoyadas desde los consulados respectivos: francs, italiano y espaol35 Segundo, los industriales urbanos, fabricantes de vinos de pasas y artificiales, que a menudo eran tambin licoristas y se agruparon dentro de la Unin Industrial Argentina. Y tercero los comerciantes de vino, mayoristas y minoristas, agrupados en las ligas de almaceneros. En los tres casos haba un predominio de inmigrantes espaoles e italianos.

    Aunque la demanda de vino era alta, el aumento de su precio provocaba fcilmente su desviacin hacia sustitutos, dentro de la misma lnea (otros vinos) o fuera (alcohol, cerveza). El objetivo de los productores cuyanos no poda ser, entonces, el de obtener aumentos en los precios sino el de asegurarse que

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    los de sus competidores fueran ms altos que los suyos y estos razonablemente bajos. Otro objetivo complementario fue el de eliminar la competencia desleal, es decir, la de productores de vino que no usaban uva natural, sino pasas de uva o qumicos, con costos muy inferiores. La legislacin de impuestos internos y n menor medida la de aduanas fue utilizada para lograr dichos objetivos hasta 1904; la ley de vinos, aprobada ese ao en reemplazo de otra que rega desde 1893, sirvi para erradicar la competencia de vinos artificiales. El proceso no es fcil de seguir ya que las medidas adoptadas por el gobierno nacional sufrieron marchas y contramarchas, porque su impacto en el corto plazo no era ciertoysobre todo porque la burguesa mendocina no actu en forma coherente y precisa durante el perodo sino que mostr fracturas internas importantes, originadas tanto en la competencia entre productores provinciales como en las divisiones polticas que sufra la oligarqua36

    En 1890el presidente Pellegrini propuso diversas medidas para confrontar la crisis fiscal y financiera que se agravaba con la disminucin de las importaciones; entre ellas sobresali la leyde impuestos internos que, votada anualmente, se constituy en una fuente sustancial de ingresos. La propuesta inicial inclua impuestos al consumo interno de vinos Yazcar, junto con el alcohol, la cerveza, el tabaco y los naipes, pero fue rechazada. El vino natural de hecho slo pag un impuesto interno entre 1898 y 1903; otros vinos, sin embargo, comenzaron a pagarlo antes y sufrieron un gravamen ms alto que el vino natural durante dichos aos. Los representantes mendocinos en el congreso cumplieron un papel esencial para lograr esta situacin favorable, influyendo a travs de la elaboracin de la ley de presupuesto en la cmara de diputados. De igual forma lograron sancionar leyes de aduana que mantuvieron la tarifa del vino natural al mismo nivel (a pesar de presiones para reducirla) mientras que la aplicada a las pasas de uva, importadas para fabricar vino, subi notoriamente en 1891. El debate sobre esta ltima tarifa trajo la primera confrontacin entre los intereses de la burguesa provincial, defendidas desde el congreso y por el Departamento de Agricultura, y los de la burruesa industrial portea, cuyo portavoz fue la Unin Industrial Argentina3 . El xito legislativo ms importante del perodo fue la aprobacin de la ley de vinos de 1904,que prohibi la fabricacin de vinos artificiales yde pasas, anteriormente tolerada aunque desde 1893 se exiga que los productos respectivos llevasen un rtulo indicativo para diferenciarlos del vino natural.

    A fines de siglo la burguesa provincial comenz a organizar grupos de presin diferenciados del estado; en 1895 se cre la primera asociacin de productores, bajo el amparo del gobierno provincial que lo otorg un subsidio. En 1904se fund otra organizacin, ya a nivel nacional (incluyendo a productores mendocinos y sanjuaninos), en la que figuraban en pepeles directivos di

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    putados y senadores nacionales de las provincias productoras; ella tendra un papel muy importante como grupo de presin en distintas reas de la poltica nacional yprovincial. Aunque no reciba subsidios, la vinculacin con el sistema oligrquico era obvia todava y su papel slo poda ser secundario en relacin a los contactos directos en el gobierno que tena la burguesa mendocina mediante la representacin provincial en el congreso y las amistades personales38 El intrincado tejido de burguesa y oligarqua fue esencial para influir en la poltica econmica nacional, pero tambin complic muchas veces el proceso de defensa de intereses provinciales. Por ejemplo las rivalidades polticas, nacionales y provinciales, hicieron que la aprobacin de la ley de vinos de 1904 se complicase innecesariamente: el proyecto elaborado por un diputado mendocino se opuso en largos debates a otro, apoyado por un senador de la misma provincia y su acrrimo enemigo en el momento, debiendo postergarse la decisin un ao a pesar que las diferencias eran mnimas39 .

    La burguesa mendocina sigui contando en las dcadas de 1890 y 1900 con los contactos polticos que le daba su participacin en el sistema oligrquico y que le haba permitido en los aos 80 un acceso directo al gobierno nacional eficiente para obtener sus objetivos ms inmediatos. La formalizacin de asociaciones de inters que exiga la complejidad creciente de la sociedad argentina (para contrabalancear, por ejemplo, a cmaras de importadores y asociaciones de industriales porteos) y la burocratizacin del aparato estatal no haban logrado destruir la eficacia de un sistema de relaciones personales. Estas unan con vnculos polticos, familiares y econmicos a industriales vitivincolas, representantes en el congreso y miembros del gabinete y de la elite administrativa ypoltica nacionales. Los industriales e importadores porteos, por lo contrario, no participaban en estas redes. Por una parte, el peso de los inmigran les recientes excludos de la poltica era muy grande como para hacerlo; por la otra, los policos porteos que s participaban de ella, aunque a veces canalizasen las demandas de aqullos, difcilmente pudieran considerarlas comoprioritarias40. El cambio visible en la sociedad yeconoma entre 1880 y principios de siglo no impeda que las vinculaciones intra-oligrquicas continuasen operando como principal mecanismo poltico en las decisiones del estado nacional, ni que las disputas intra-oligrquicas se reflejasen en ellas. La regulacin del mercado en favor de la industria provincial en el perodo mencionado permiti su crecimiento y transformacin, que trajeron cambios notorios en la burguesa del vino. En primer lugar, el negocio del vino se reorganiz rpidamente con el surgimiento de bodegas exportadoras en Meadoza, grandes compradores locales del vino producido por multitud de bodegas menores; la creacin de un mercado de vino de traslado, como se lo conoce hasta hoy en da, alter las reglas de juego de la economa vitivincola. En se

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    gundo lugar, las principales bodegas mendocinas comenzaron a distribuir sus productos en las grandes ciudades, abriendo sucursales all y a menudo trasladando sus oficinas administrativas a Buenos Aires. Muchos industriales del vino, junto con otros miembros de la oligarqua provincial, comenzaron un rpido proceso de porteizacin que los converta en miembros de la burguesa nacional, ms que provincial. Por ltimo, el contingente de inmigrantes europeos que ahora llegaban en forma masiva a Mendoza alter la composicin-de todas las clases en dicha provincia, como lo haba hecho en el litoral, incluyendo a la burguesa. Aunque su inclusin poltica fue lenta, la burguesa inmigrante en ascenso econmico y social comenz a operar de inmediato como factor pasivo pero de peso creciente en una sociedad de cambi041

    d) La regulacin de la produccin y la monopolizacin provincial

    El crecimiento de las economas provinciales permiti encarar polticas en una gama amplia de problemas en los que los gobiernos podan actuar por sobre los intereses opuestos de diversos sectores de la burguesa y fuera del control directo del gobierno nacional. Ac discutir brevemente un rea particularmente relevante que encararon los dos gobiernos provinciales cuando las dos industrias maduraron al punto de suplir casi totalmente las necesidades del mercado interno: la regulacin de la produccin.

    En 1895 Argentina dej de importar azcar; por algunos aos tuvo un excedente que presionaba negativamente sobre los precios internos. De all en adelante la industria azucarera tendi a oscilar entre ciclos de superproduccin y otros de escasez, oscilaciones a veces violentas acompaadas por alzas y bajas de magnitud en el precio. Tucumn tuvo, hasta 1920, el virtual monopolio, ya que produca el 80% del total nacional42 Desde los primeros aos de la dcada de 1890 hubo sectores que propugnaron una poltica de limitacin de la produccin para mantener los precios, pero los mltiples intentos fueron relativamente fallidos, logrando slo efectos de corto plazo. Una situacin semejante present el mercado de vinos desde 1902, cuando el descenso de los precios internos reflej en gran medida la creciente produccin mendocina que, sin capacidad fsica y financiera para ser retenida, fue volcada a un mercado deprimido. Otras crisis aparecieron en 1914 y 1929 cuando la presin de excedentes y la concentracin de la produccin en una provincia llev a implementar polticas para canalizarlos fuera del mercado y limitar el rea cultivada. En estos casos le cupo al gobierno provincial tomar la iniciativa; slo despus de 1930 elestado nacional cre organismos para regular las industrias azucarera y vitivincola, aunque en aqulla exista el precedente importante del laudo Alvear de 1928.

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    La poltica de defensa de precios basada en la limitacin de la producci6n o la destrucci6n de excedentesimplicabados problemasdiferentes, el primero interno a lossectores productivosyel segundoentre lasprovinciasproductoras y las consumidoras. Una poltica de limitaci6n del rea cultivada o cosechada enfrentaba a agricultorese industrialesy,entre stos, a empresarios con distinto peso en el mercado y diversosgrados de integraci6nvertical. Los interesesdelvinoydel azcarmostraron,apenas surgierontentativasde esta naturaleza, grandes divisiones internas que no se perciban pblicamente. Las tentativasde unificaral sector se basaban en el poder del gobierno provincial, dado el fracaso de las organizaciones gremialesy las limitacionesque enfrentaban los sectores ms concentrados en las dos industrias para imponer sus condicionesa losotros productores.En Tucumnelgobierno provinciallegis16 limitaciones a la produccin en 1902, mientras que en Mendoza las autoridades provinciales favorecieron la formaci6nde una cooperativasemi-estatal que regulaseel mercadode uvaen 1903; ambosmodelosfueron reformulados y puestos a prueba nuevamenteen sucesivas crisis43Estlegislaci6n, sin embargo, no poda prosperar sin un alto grado de consenso.En los hechos llev a un agravamiento de los conflictos polticos en las provincias debido a que los gobiernos provinciales no pudieron acallar las sospechas, probablemente fundadas,que el arreglo dispuesto favoreca a algunos sectores sobre otros.

    Losgobiernos provinciales recurrieron a la legislacinimpositiva con el objeto de regular la oferta y limitar la producci6n futura; eran impuestos a la salida de productos fuera de la provinciapara obligar a todos los productores a someterse a un control comny tambin para financiarmonopoliosestatales que compraran toda la producci6nyregularan su salida a losmercados consumidores.La legislaci6n fue juzgada inconstitucional por la Corte Suprema, en juicios levantados por empresarios disconformes44 El fracaso, a pesar de ello, fue relativo: coyunturalmente las medidas permitieron sostener los precios,yaque las leyesfueron aplicadashasta tanto declaradas inconstitucionales. Ms a largo plazo, esta legislaci6n promovi6 en Mendoza la transformaci6n de la estructura productiva interna, con el crecimiento de grandes bodegasexportadoras que compraban losvinosde otras menores; en los aos siguientes las tres mayoresregularon el mercado y tendieron a fijar precios de venta. En Tucumn el resultado fue diferente debido a que la demanda creca ms lentamente y a la competencia en aumento de la produccin de otras provincias.

    Los intentos de utilizar el monopolioprovincial para sostener los precios internos agravaron los conflictosyamanifiestos entre provincias productoras y consumidoras,que en realidad significaban la oposicinentre oligarquasprovinciales ylasclases mediasyobreras de lossectores rural yurbano en laspro

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    vincias del litoral pampeano. Estos pagaban precios altos por dos artculos de consumo bsicos desde haca dos dcadas; pero slo desde principios de siglo comenzaron a tener alguna representacin poltica y hallaron apoyo en las burguesas del litoral. Algunos sectores de stas tenan un inters directo en el problema, sea porque el precio de los artculos de consumo afectaba el poder adquisitivo de los salarios que deban pagar, presionndolos hacia arriba, o porque tales artculos eran insumos importantes en sus industrias, como lo era el azcar para muchas fbricas de productos alimenticios que surgan entonces en Buenos Aires.

    La legislacin proteccionista, sobre todo a la industria azucarera, enfrent a partir de entonces la oposicin abierta de estas clases que se hicieron oir invariablemente en el congres045 El radicalismo y la minora socialista por la capital desde 1904 fueron contrarios a dicha legislacin; la divisin de los votos en la cmara de diputados estuvo dada por cortes ms geogrficos que partidarios: los representantes de las provincias pampeanas tendan a formar un bloque, mientras que los del interior formaban otro, en los asuntos concernientes a la tarifa azucarera o los impuestos internos46 La confrontacin se hizo ms aguda cuando las provincias del interior monopolizaron la oferta interna e intentaron a travs de esta situacin favorable mantener altos los precios.

    Los intereses del vino y el azcar entraron en colisin tambin a nivel interprovincial, cuando algunas provincias comenzaron a aplicar impuestos al consumo de artculos que no producan, imitando a los impuestos aplicados por las provincias productoras. En el caso del vino, dada su fcil sustitutibilidad, los impuestos perjudicaban notoriamente a estas ltimas y en los dos casos significaban una transferencia de ingresos hacia aqullas. Esta era otra indicacin de que, consolidado el proceso de sustitucin de importaciones en un sector en que difcilmente podra continuarse hacia otras ramas, la oposicin entre provincias pareca hacerse ms radical. Sin embargo, sta pareca ser ms aguda de lo que era en realidad, ya que las industrias del vino y del azcar incluan entonces capitales extra-regionales que haban sido los ms interesados en regular la produccin y mantener los precios altos. Bajo estas condiciones externas, agregadas a los conflictos y rivalidades internas a las dos provincias, result imposible proseguir una lnea sostenida de defensa basada en la monopolizacin de un producto.

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    3. CONCLUSIONES

    En este trabajo intent mostrar los lineamientos de una cuestin regional en la Argentina durante el perodo formativo de la sociedad yel estado nacionales, cuando acabado el largo trecho de guerras civiles se reestructuraron las relaciones entre las regiones del pas. Lo hice desde el punto de vista de dos provincias del interior que hallaron un papel complementario dentro del proceso econmico liderado por el sector externo en las provincias pampeanas. El foco del anlisis se centr en el papel jugado por las burguesas de aquellas provincias en la implementacin de polticas econmicas que, a travs de la proteccin de sus productos en el mercado interno, resultaron en un rpido desarrollo de las economas regionales que ellas dirigan. La tesis sostenida es que dicho papel fue importante por la conjuncin de tres elementos interrelacionados. Primero, la insercin de las burguesas del vino y el azcar en las oligarquas provinciales, cuyo poder result consolidado dentro del nuevo orden poltico que cristaliz en 1880, le dio fcil acceso al poder nacional y provincia]; segundo, hubo receptividad dentro del aparato estatal para demandas que provenan de oligarquas provinciales que constituan su principal base de poder ycon las que estaban unidas por redes de relaciones muyestrechas, sociales y econmicas; adems porque a menudo dichas demandas eran congruentes con otros objetivos; y tercero, la vinculacin de los intereses de aqueDasburguesas con los de otras clases ygrupos extra-regionales fue en muchos casos de alianza o al menos de no interferencia; las oposiciones y con Ilictos de importancia se dieron s610 con sectores de la burguesa industrial portea de origen inmigrante y con las clases medias y populares en las provincias pampeanas, polticamente dbiles hasta los primeros aos de este siglo. Estas condiciones polticas y sociales hicieron posible la consolidacin inicial de las industrias provinciales y compusieron una peculiar triangulacin de la cuestin regional entre oligarquas provinciales, el Estado nacional y otras clases sociales. Ellas iran cambiando como consecuencia del mismo proceso histrico al que haban dado lugar y recompondran el esquema de dicha relacin triangular.

    El xito de la poltica impulsada por las burguesas provinciales y apoyada desde el aparato del estado nacional llev a un crecimiento acelerado que transform la estructura productiva de los sectores e introdujo cambios sustanciales en las sociedades regionales. Las industrias azucarera yvitivincola,aunque siguieron localizadas en las provincias del interior, paulatinamente dejaron de estar identificadas con las burguesas locales por ms que stas continuasen como principales empresarias de los sectores. Los capitales extra-regionales tomaron rpidamente inters en ellas a travs de inversiones en el ferrocarril

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    que transportaba sus productos,la comercializaci6n,la provisinde maquinaria, la financiaci6n de la producci6n e inversiones directas aunque stas ltimas fueron limitadas.El aumento en la escala productiva tambin implicque an las empresas que continuaron siendo de propiedad de capitales provinciales trasladasen sus oficinas y el control a la ciudad de Buenos Aires, cambios que se profundizaron con el tiempo y le hicieron perder en gran medida su identificaci6n regional:

    Las transformaciones econ6micas, entonces, fueron "nacionalizando" las industrias a pesar de la localizacin provincial't7. La poltica de defensa sectorial fue con ello desligndose del ncleo provincial del sistema oligrquico. Mientras, la sociedad provincialmismase transformaba: los cambios sustanciales que las industrias azucarera y vitincola introdujeron en Mendoza yTucumn se vieron reflejados en la aparici6n y fortalecimiento de clases nuevas yen un deterioro creciente del control ejercido por una clase propietaria multifactica,Obviamente stos fueron parte de transformaciones que ocurran a nivelnacional,pero en lasprovinciasdel interior de economa menos dinmica el control oligrquicoperdur muchoms.En ellas las clases dirigentes localescontinuaron monopolizandoel poder basadas en suvnculocon el estado nacional,del que dependieron cada vezmspara la distribucin de beneficios entre la clientela poltica local.

    Las provincias del interior con mayor dinamismo, en cambio, ofrecieron un panorama polticocada vezmscomplejoque deba incorporar de alguna forma a los nuevosgrupos soeiales48 .

    La crisis del estado oligrquico, planteada por cambios polticos y sociales a nivelnacional, alter6 las reglas del juego para la defensa de intereses sectoriales y provinciales.Estos no pudieron expresarse ms por la vade redes informales y multifuncionales ni apelar slo al peso poltico de las oligarquas provinciales. La contrapartida fueel peso creciente de las clasesmedias ymasas populares, an en perodos de participacin poltica restringida, cuyaconcentracin en las ciudades del litoral rest6 posibilidades de maniobra a las oligarquas. En otras palabras, la formaci6n de una estructura de clases a nivelnacional, por msque permanecieran yse agravaran fuertes desequilibrios regionales y la diferenciaci6n espacial en la distribucin de sectores econmieos, afect tanto a lasclasespropietarias como asalariadas y transform los lineamientos de la cuestin regional que nos ocup aqu. En aos posteriores a los discutidos en este trabajo, aproximadamente desde la segunda dcada de este siglo,las industrias azucarera yvitivincola continuaron generando debates polticos alrededor de ellas, sobre todo en los perodos de crisis, mientras el estado nacional tomaba un papel creciente pero a menudo ineficazen su regulacin. Los trminos del debate, sin embargo, ya eran otros. Ahora las ba

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    ses del estado nacional no se encontraban tan slidamente como antes en las oligarquas provinciales y el problema de las industrias regionales, cuando se plante, dej de ser slo el de la defensa de intereses burgueses locales. Cabe preguntarse, por ltimo, qu implicaciones tiene el anlisis de dos casos exitosos de integracin en la divisin del trabajo nter-regional para otras provincias menos favorecidas. No son inmediatas ni sencillos, porque no contamos con buenos estudios sobre el conjunto de provincias del interior pero sabemos lo suficiente como para pensar que constituyeron una categora heterognea. Sin embargo, vale la pena aventurar algunas hiptesis ya que ellas seran relevantes tambin para una mejor comprensin de los casos exitosos mismos, obligndonos a explicitar el por qu crucial de su posicin ventajosa dentro del panorama interior. Se trat en efecto, de una excepcionalidad explicable por el peso poltico relativo de las oligarquas provinciales de Thcumn yMendoza en comparacin con otras? Tal conclusin podra desprenderse quizs de una lectura superficial de los argumentos presentados en las pginas anteriores. Nada nos hace pensar, sin embargo que ese fuera el caso de Mendoza, aunque en muchas ocasiones se ha sugerido que s haya sido el de Tucumn: la presencia continuada de figuras polticas prominentes en la escena poltica nacional nacidas en dicha provincia ha servido para fundamentarlo. Pero la comparacin entre las dos provincias nos hace pensar que no fueron favoritismos peculiarmente marcados por dicha presencia, sino ms bien la participacin en el sistema oligrquico que beneficiara a cualquier provincia de alguna importancia49.

    Los problemas eran otros: qu polticas favorables podran demandar las respectivas oligarquas provinciales del gobierno nacional, con qu posibles efectos sobre las economas regionales y con qu probabilidad de xito. Esta ltima era afectada por la congruencia entre los intereses provincialesy las necesidades percibidas por el gobierno nacional (aumentar la recaudacin o disminuir la deuda externa, por ejemplo) y por la oposicin presentada por otros grupos polticamente relevantes. La ventaja comparativa de tucumanos y mendocinos radic, en resumen, en el nucleamiento temprano de los intereses provinciales en sectores con posibilidades grandes de ampliacin; en la receptividad del gobierno central a menudo explicable por ser compatibles sus necesidades con las medidas solicitadas; y en la debilidad de la oposicin. Otras provincias no tenan posibilidades semejantes, por carecer de recursos apropiados, porque estos se prestaban a una insercin mucho ms parcial o marginal de sus economas o, en algunos casos, por la mayor distancia o el desfasaje temporal en su integracin a la economa nacional. Esto no quiere decir que hayan escaseado favores que pedir o les hayan sido sistemticamente negados; la ampliacin del gasto pblico federal y su manipulacin local, por ejemplo, fue un

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    beneficio buscado por casi todas. Pero estos y otros favoritismos poco hacan por dinamizar las economas regionales yen la misma medida por incrementar los recursos independientes de los gobiernos provinciales, eventualmente restndoles autonoma del gobierno central.

    NOTAS

    1 Agradezco los comentarios crticos de los participantes en el Seminario, especialmente de Jos C. Chiaramonte y Carlos Sempat Assadourian, as como de mis colegas en el CEDES, en particular, Osear Oszlak. Este artculo est basado en un trabajo de investigacin realizado gracias al apoyo financiero del PISPAL y del Social Science Research Council. Fue escrito mientras disfrutaba de una beca de la Fundacin Guggenheim.

    2 Las dos cuestiones tienen una genealoga principalmente marxista; la cuestin agraria fue discutida especialmente en conexin con la revolucin rusa y est asociada con el libro de Kautsky, mientras que la urbana se asocia con los anlisis recientes sobre el consumo y la reproduccin de la fuerza de trabajo, especialmente en los trabajos de Castells. No recuerdo que la expresin "la cuestin regional" haya sido utilizada antes de este seminario, pero tiene algunas reminiscencias con la cuestin nacional, otra temtica de principios de siglo.

    3 La diferencia entre la Amrica espaola y la portuguesa fue importante a este respecto. Brasil mantuvo la identidad territorial y experiment menores conflictos interregionales que los que asolaron a la mayora de los pases hispanoamericanos en el siglo XIX, al amparo de la unidad imperial; este tema, muy comn en la historiografa brasilea, ha recibido menos atencin en la de habla castellana (Baln, 1974).

    4 El problema ha sido sealado a un nivel muy general por Cardoso y Faletto (1969) en su anlisis de las situaciones de dependencia.

    S Esta perspectiva sobre los cambios en la problemtica poltica yeconmica de las relaciones entre regiones me fue sugerida por el trabajo del CEBRAP (1976).

    6 Vase el trabajo clsicosobre la intervencin federal en la Argentina (Sommariva, 1929).

    7 En realidad-el caso argentino es muy atpico en el continente por la rapidez del proceso de integracin de la economa capitalista, debido a la de- .

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    bilidad de las estructuras anteriores con una escasa base demogrfica y al avance arrollador de la economa exportadora.

    8 Con matices, esta posicin ha sido sostenida por el llamado revisionismo histrico argentino, aunque la sntesis presentada no hace justicia a sus mejores exponentes. Una versin ms sofisticada pero asimilable fue presentada por Rofman y Romero (1973). Gimnez Zapiola (1975) discute el caso tucumano tambin adoptando una posicin crtica frente a las tesis revisionistas. .

    9 El tema de la base rentstica del estado nacional es ms complejo de lo que resulta en esta presentacin. Haba razones polticas pero tambin tcnicas en la preferencia por recursos aduaneros, y el problema fue discutido en detalle alrededor del texto constitucional por su autor (Alberdi, 1964).

    10 El desarrollo de la economa argentina durante este perodo es discutido en forma resumida por Gallo y Corts Conde (1972).

    11 Sobre la poltica del perodo 1880-1916, vase el excelente ensayo de Ga-' 110 (1975), Ysobre todo por su anlisis de las relaciones entre el ejecutivo nacional y las provincias, el libro de Natalio Botana (1977).

    12 El trabajo clsico sobre la burguesa terrateniente es el de Oddonc (1956); en cuanto al debate sobre la proteccin a la industria en el caso de la lana, vase el trabajo de Chiaramonte (1971).

    13 A pesar dc su importancia, la historia de estos sectores est todava por ser escrita. Sabemos muy poco sobre las grandes casas acopiadoras de cereal, los banqueros y financistas; probablemente la investigacin detallada encuentre que existan competencias y conflictos marcados entre diversos sub-sectores, vinculados con capitales de diferentes orgenes.

    14 El crecimiento de la industria argentina y el de las importaciones industriales, entre las cuales las inglesas parecan ceder terreno a las alemanas, norteamericanas y francesas, fue descrito en forma detallada a fines de siglo por un diplomtico britnico: vase WorthingLon (1899).

    15 La estructura social de la regin cerealera fue analizada por Scobie (1968), mientras que el libro reciente de Gallo toma las primeras expresiones polticas de los colonos santafecinos y el impacto de los precios internos sobre ellos(1976).

    16 El mejor trabajo reciente sobre los cambios en las clases urbanas y su relacin con las transformaciones polticas y el ascenso del radicalismo es el de David Rock (1975).

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    17 El aumento de los recursos provinciales fue analizado en otro trabajo nuestro (Baln y Lpez, 19n).

    18 Vase el interesante trabajo de Manzanal (1976) a este respecto. Vase tambin el importante trabajo reciente de Goodwin (1977), quien argumenta que el Central Argentino fue un caso de construccin anterior a la demanda y seala algunas motivaciones polticas claras.

    19 La administracin del ferrocarril permiti, por ejemplo, el envo de hombres armados para provocar (o detener) la revolucin provincial. Los votos de peones del ferrocarril eran tambin un arma importante. El control sobre el ferrocarril era, entonces, un recurso importante del partido situacionista a nivel nacional y de los sectores aliados en la oligarqua provincial.

    20 Sobre el gobierno Jurez Celman y la venta de los ferrocarriles, vase Sommi (1957). El caso del Andino es ms complejo dado que la transferencia de la extensin a Mendoza estaba prevista en el contrato original. Ver al respecto Fleming (1976).

    21 El gobierno tucumano haba favorecido a Bernardo de Yrigoyen por sobre Jurez Celman en las elecciones de 1886, mientras que el mendocino fue el primero en confrontar al presidente por su candidatura para la sucesin, lo que le cost el cargo al gobernador de Mendoza.

    22 Sobre la participacin del capital ingls en la vitivinicultura mendocina y su relacin con la expansin ferroviaria de principios de siglo, vase el informe del cnsul britnico, W. Mackie (1914).

    23 Esta seccin se bas en parte en los datos ofrecidos por D. Guy (1978). Agradezco a 'su autora el permiso para utilizar su manuscrito antes de la publicacin.

    24 Vase Deerr (1949). 25 Sobre los debates y las tendencias proteccionistas, vase Chiaramonte

    (1971). 26 Sobre la influencia de Ernesto Tornquist y la Refinera Argentina vase

    Guy (1977). 27 La defensa del sector azucarero, una vez establecida la capacidad indus

    trial, poda basarse en una situacin de hecho; por ello es importante analizar la tarifa en los comienzos de la sustitucin de importaciones ms que en el sostenimiento de la rentabilidad del sector.

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    28 El mercado internacional de vinos, mucho ms restringido que el de azcar, no ha sido estudiado en profundidad salvo desde el punto de vista francs. Una buena descripcin de la poca puede encontrarse en Semp (1898).

    29 De las exportaciones francesas, la Argentina representaba en la dcada de 1880entre ellO y el 20 por ciento, segn el ao, un mercado semejante al alemn o al ingls; en las dcadas siguientes creci sobre todo la importacin de Espaa e Italia. Vase Semp, obra citada.

    30 Cabe subrayar la dependencia del estado nacional de impuestos a la importacin de artculos de consumo directo y su contrapartida, la carga tributaria leve que tenan los sectores propietarios y de ingresos altos en general; Vzquez Presedo (1974) presenta un resumen de las estadsticas argentinas de importacin.

    31 Vase, por ejemplo, su pedido de apoyo al gobierno nacional para la industria vitivincola, en el Boletn del Departamento (Victorica, 1882).

    32 La principal figura en la expansin viatera mendocina de la dcada de 1880 fue T. Benegas, por mucho tiempo gerente del Banco Nacional, primero de la sucursal rosarina y luego en Mendoza, donde haba contribuido a fundar el primer banco provincial; el presidente del Banco Nacional, W. Pacheco, era un viejo amigo de aqul.

    33 Todos ellos estudiaron en la escuela fundada por Urquiza en Concepcin del Uruguay en la dcada del 50, donde acudieron numerosos jvenes de las oligarquas provinciales que luego formaran parte del roquismo.

    34 Vase la interesante carta de Roca a Benegas en la que le cuenta cmo, acompaado de otro poltico mendocino de primera importancia, haba podido verificar en Burdeos los manejos que se haca con los vinos de exportacin, expresando su certeza que la produccin mendocina, ayudada por las obras de riego y el bancoproyectados con aquel emprstito, eliminara el vino importado del mercado argentino; Roca a Benegas, 1887.

    35 La competencia entre los exportadores europeos y las cmaras de importadores en Buenos Aires era grande y presionaban en direcciones encontradas en el congreso, sobre todo cuando se debata la forma de aplicacin de la tarifa o las restricciones al vino importado, ya que el vino espaol, de mayor tenor alcohlico, pagaba un impuesto ms alto y ocasionalmente corra el riesgo de ser el{c1udo por ello de