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Disparitions forcées

Ayotzinapa : Disparitions forcées

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Disparitions forcées

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« I change myself, I change the world »

« Si je change, je change le monde »

Gloria Anzaldúa.

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FUE EL ESTADO

(OTRA VEZ)

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CE FUT L’ÉTAT

(ENCORE UNE FOIS)

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UNA INVITACIÓN A LEER LUCHAR:

La tensión entre la desaparición y el número. La desaparición es un proceso infinito,

el número afirma lo contrario

La palabra desaparecido arrastra el peso de un siglo americano, de una tradición casi genocida de los de arriba hacia los de abajo: desapareció del mapa, se borró su presen-cia. ¿Qué había antes? Una presencia. Para el poder, una vida desperdiciable. Ese es el mecanismo de la domina-ción/política.

Lo que desaparece dice la verdad en México.

La verdad es que en México hay un régimen de im-punidad política, de indiferencia ciudadana y de terror coti-diano que tiene que ver con la política partidista, el crimen organizado y las instituciones: una articulación que apunta hacia las vidas que son consideradas como desperdiciables y contra los movimientos críticos en lo social. La verdad es que la desaparición forzada es una costumbre del México con-temporáneo contra mujeres, empobrecidxs, luchadorxs, mi-grantxs, y un sin fin de identidades en tránsito. El silencio que envuelve este problema político les hace desaparecer pa-ra la sociedad mexicana.

¿Hasta ahora?

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UNE INVITATION À LIRE LUTTER :

La tension entre la disparition et les chiffres. La disparition est un processus infini,

les chiffres affirment le contraire.

Le mot « disparu » porte en lui le poids de tout un siècle américain, d'une tradition presque génocidaire imposée par le haut à ceux qui sont en bas : disparus de la carte, leur présence s'efface. Qu'y avait-il avant ? Une présence. Aux yeux du pouvoir ? Une vie sans valeur. Tel est le mécanisme de la domination / de la politique.

Ce qui disparaît au Mexique montre la vérité. La vérité, c’est qu’il existe au Mexique un régime d'impunité politique, d'indifférence citoyenne et de terreur quotidienne qui entretient un rapport étroit avec la politique des partis, le crime organisé et les institutions : une articula-tion qui prend pour cible les vies considérées comme sans valeur et les mouvements critiques sur le plan social. La véri-té, c’est que la disparition forcée est devenue une habitude du Mexique contemporain, contre les femmes, les pauvres, celles et ceux qui luttent, les migrant(e)s1, et un nombre infini de gens dont l’identité n’est pas définie. Le silence qui entoure ce problème politique les fait disparaître aux yeux de la socié-té mexicaine.

Jusqu'à maintenant ?

1 Dans la version espagnole apparaissent les mots empobrecidxs, luchadorxs et migrantxs : l’utilisation du « x » est un moyen typographique de ne pas spécifier de genre, mais c’est aussi une manière de symboliser la mort à l’aide de cette lettre qui peut aussi faire penser à une croix.

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Son 119 las mujeres desaparecidas en Puebla.

2,299 casos a nivel nacional entre 2012-2013, cifras "oficiales".

2mil 876 casos en el estado de México entre Diciembre 2013 y Febrero 2014; jóvenes secuestradas coinciden con

un mismo perfil.

70 mil migrantes centroamericanos han desaparecido - en Diciembre de 2013 - en su trayectoria por México rumbo a los

Estados Unidos, según el conteo que ha documentado los últimos 30 años la Caravana de Madres Centroamericanas.

La desaparición tiene memoria. Tiene verdad. Algo está pasando, pues. Cualac, Guerrero, "nunca había protestado", refiere una habitante del lugar. La verdad no se comunica, se contagia.

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On compte 119 femmes disparues à Puebla.

2 299 cas au niveau national entre 2012 et 2013, selon les chiffres « officiels ».

2 876 cas dans l’État de Mexico entre décembre 2013 et février

2014 ; les jeunes femmes kidnappées avaient le même profil.

70 000 migrants d'Amérique Centrale ont disparu en décembre 2013 durant leur migration entre le Mexique et les États-Unis,

selon le décompte établi ces 30 dernières années par la Caravana de Madres Centroamericanas (Caravane des Mères

d'Amérique Centrale). La disparition possède une mémoire. Elle possède une vérité. Eh bien, il se passe quelque chose. Cualac, Guerrero « n'avait jamais protesté », avance une habitante du coin. La vérité ne se communique pas, elle est contagieuse.

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Este es un libro abierto, en marcha, precario en el que pasan cosas. Un libro abierto, como la vida.

Apropiémoslo. Tomemos la palabra.

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Photo : « Je pense donc on me fait disparaître.

Les responsables : les trois niveaux de gouvernement »2. Voilà un livre ouvert, en marche3, précaire, dans lequel se

passent des choses. Un livre qui se veut ouvert, tout comme la vie est ouverte.

Approprions-nous le. Prenons la parole.

2 Les « trois niveaux » font référence à l'État fédéral, aux différents États fédérés et aux municipalités. 3 En espagnol, « un libro en marcha » : c’est un livre qui continue de s’écrire, ouvert à toute contribution, d'où le travail des maisons d'édition cartoneras qui vise à enrichir ce texte à chaque nouvelle édition.

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Carte des États du Mexique, réalisée par Eddo et diffusée sous licence CC-BY-SA 3.0 (Wikimedia Commons)

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AYOTZINAPA, HERIDA DE FUEGO El 26 de septiembre del 2014 la sociedad mexicana aprendió a contar a sus muertos. Antes nunca se les contaba, tal vez porque morir asesinado se hizo cosa de todos los días, o quizá porque el miedo petrificaba los corazones. La sabiduría popu-lar pregonaba que era mejor no saber. La certeza era una fuente de peligro. Los ancianos sentenciaban que había que dejar que los muertos enterraran a sus muertos. Se sospecha que hubo un millón de muertos durante la Revolución Mexi-cana (1910-20). Se cree que la Guerra Cristera (1926-29) pro-dujo más de 75 mil muertos. Se supone que 300 ciudadanos fueron asesinados en la matanza de Tlatelolco (1968). Se cifra en 3 000 el número de muertos y desaparecidos durante la Guerra Sucia (1964-1982). Se calcula que durante la narcogue-rra (2006-actualidad) 145 000 civiles han sido asesinados o desaparecidos. Sin embargo, se tiene la plena certeza de que el 26 de septiembre de 2014 seis personas fueron asesinadas en Iguala, Guerrero (una de ellas desollada) y 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fueron detenidos-desaparecidos por la policía municipal, en presunta colabora-ción con el cartel conocido coma Guerreros Unidos, y con la aquiescencia del 57° Batallón de Infantería del Ejército Mexi-cano. A decir verdad, algunos académicos, periodistas y defensores de derechos humanos ya habían empezado a contar a los muertos desde antes. Muertos descabezados, desmembrados, colgados, encajuelados, encobijados, enfosados, disueltos en ácido o simplemente abatidos a tiros. Quienes daban segui-miento al tema de las víctimas pensaban que la tragedia de Iguala pasaría tan inadvertida coma los 340 cuerpos hallados

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en fosas clandestinas en el estado de Durango en 2012, o mi-nimizada como otras tantas atrocidades en las que el Estado ha sido responsable por acción, aquiescencia u omisión. No obstante, Iguala tuvo una resonancia doméstica e internacio-nal sin precedentes en la historia mexicana. ¿Por qué en un país que chorrea sangre los 43 se convirtieron en el símbolo de la barbarie de la guerra contra las drogas? El horror empe-zó no con la masacre y la abducción masiva, sino con la cas-cada de versiones de los hechos que ofrecieron las autorida-des, que terminaron por desquiciar a la opinión pública. La incompetencia de las autoridades mexicanas, sin embargo, no basta para explicar las razones por las que millones de perso-nas se sintieron interpeladas por el caso Ayotzinapa. Las víc-timas eran de origen campesino, habitantes del estado más pobre y violento de la república mexicana, pero sobre todo, jóvenes y estudiantes. El promedio ronda los 20 años. Fueron victimados por ser activistas, pese a que no quebrantaran la ley, y eso reavivó la herida nunca sanada de la matanza estu-diantil de 1968. Una vez más jóvenes idealistas e inermes fue-ron despiadadamente atacados por la fuerza pública que de-bía protegerlos. Tlatelolco e Iguala son crímenes de Estado equiparables. El movimiento social por Ayotzinapa clama unánimemente "fue el Estado" porque la memoria histórica evidencia que sólo el Estado dispone de la maquinaria de terror para proce-sar estas atrocidades. Sí, el Estado mata, tortura, secuestra, desaparece y nunca pide perdón. Es ese mismo Estado que así como se llevó a los 43 y a otros miles más, también le ha des-aparecido a los mexicanos la alegría, la esperanza, la vida digna y el derecho a un futuro promisorio. Este libro muestra el clamor de una sociedad desgarrada y furiosa. Los 43 se han convertido en el símbolo de la inocencia asesinada. Los mexi-

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canos ya no confían en su gobierno ni en sus instituciones, y salen a las calles gritando: "nos han quitado tanto que nos quitaron el miedo". Su ira y el inmenso dolor de la herida de fuego que se abrió en Ayotzinapa no nos pueden ser indife-rentes.

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AYOTZINAPA, BLESSURE DE FEU Le 26 septembre 2014, la société mexicaine a appris à compter ses morts. Avant ce jour, les morts n’étaient jamais comptés, peut-être parce qu’être assassiné était une chose qui se pro-duisait tous les jours, ou peut-être parce que la peur pétrifiait le cœur des gens. La sagesse populaire disait que c’est mieux de ne pas savoir. La certitude était source de danger. Les an-ciens croyaient qu’il était nécessaire de laisser les morts en-terrer leurs morts. On présume qu’un million de personne périt durant la Révolution Mexicaine (1910-1920). On pense que la Guerre des Cristeros (1926-1929)4 causa la mort de plus de 75 000 personnes. On suppose que 300 citadins furent tués lors du massacre de Tlatelolco (1968)5. On chiffre à 3 000 le nombre de morts et de disparus durant la Guerre Sale (1964-1982)6. On estime que depuis le commencement de la « guerre de la drogue » (2006 à aujourd’hui)7 145 000 civils ont été assassinés ou ont disparu. Toutefois, nous savons avec certitude que le 26 septembre 2014 six personnes ont été tuées à Iguala, Guerrero (l’une d’elles a été retrouvée écor-chée), et 43 étudiants de l’École Normale Rurale d’Ayotzinapa8 ont été placés en détention et soumis à une

4 La Guerre des Cristeros trouve son origine dans le soulèvement de pay-sans mexicains catholiques contre un gouvernement anticatholique. 5 Ce massacre survint en octobre 1968 à Tlatelolco, un quartier de la ville de Mexico, quelques jours avant que soit donné le coup d’envoi des Jeux Olympiques d’été à Mexico. L’armée mexicaine réprima dans le sang un rassemblement étudiant, mettant fin à trois mois de contestations contre le gouvernement. 6 Expression qui désigne la répression d’État qui eut lieu durant ces années-là. 7 Aussi appelée narcoguerra en espagnol et drug war en anglais. 8 Les étudiants de l’École Normale d’Ayotzinapa ou « étudiants normalistes » étaient des élèves-enseignants.

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disparition forcée par la police municipale, avec l’aide pré-sumée du cartel connu sous le nom de Guerreros Unidos et avec l’approbation du 57e Bataillon d’Infanterie de l’armée mexicaine. À vrai dire, quelques universitaires, journalistes et défenseurs des droits de l’homme avaient déjà commencé à compter, avant cette date, les morts causées par la « guerre de la drogue ». Des morts décapités, démembrés, pendus, enfermés dans des coffres de voitures, recouverts d’une couverture, emmurés, dissous dans de l’acide ou tout simplement abattus. Ceux qui se soucient du nombre de victimes pensaient que la tragédie d’Iguala passerait aussi inaperçue que les 340 corps découverts dans des fosses clandestines dans l’État de Duran-go en 2012, ou bien qu’elle serait minimisée comme tant d’autres atrocités dont l’État a été rendu responsable par ses actes, par approbation ou par omission. Cependant, Iguala a eu un retentissement sans précédent dans l’histoire mexi-caine. Pourquoi, dans un pays couvert de sang, les 43 étu-diants sont-ils devenus un symbole de la barbarie de la « guerre contre la drogue » ? Le sentiment d’horreur n’est pas né avec le massacre et les enlèvements de masse, mais avec la cascade de versions des faits qu’offraient les autorités et qui ont fini par bouleverser l’opinion publique. Cependant, l’incompétence des autorités mexicaines ne suffit pas à expli-quer les raisons pour lesquelles des millions de personnes se sont senties interpellées par le cas d’Ayotzinapa. Les victimes étaient d’origine paysanne, habitants de l’État le plus pauvre et le plus violent de la République mexicaine, mais elles étaient avant tout des jeunes et des étudiants. La moyenne d’âge des victimes était d’environ 20 ans. Elles ont été tuées parce qu’elles étaient des activistes, bien qu’elles n’aient pas enfreint la loi, et ce fait a ravivé la blessure jamais refermée

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du massacre de 1968 perpétré à l’encontre des étudiants. Une fois de plus, de jeunes idéalistes non-armés ont été impitoya-blement attaqués par la force publique, celle-là même qui au-rait dû les protéger. Tlatelolco et Iguala sont des crimes d’État comparables. Le mouvement social en faveur d’Ayotzinapa clame unani-mement « ce fut l’État », parce que la mémoire historique prouve que seul l’État a la capacité de mettre en œuvre un tel mécanisme de terreur pour commettre ces atrocités. Oui, l’État tue, torture, séquestre, fait disparaître et jamais ne de-mande pardon. C’est ce même État qui, de la même manière qu’il a pris « les 43 » et des milliers d’autres, a aussi enlevé aux Mexicains la joie, l’espérance, une vie digne et le droit à un avenir prometteur. Ce livre se fait l’écho du cri d’une so-ciété déchirée et furieuse. « Les 43 » sont devenus le symbole de l’innocence assassinée. Les Mexicains n’ont plus confiance en leur gouvernement ni en leurs institutions, et ils sortent dans la rue pour crier : « ils nous ont tant enlevé qu’ils nous ont aussi enlevé la peur ». La colère et l’immense douleur causée par la blessure de feu d’Ayotzinapa ne peuvent pas nous laisser indifférents.

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I Con la voz entrecortada, Marcos explicó que la noche del 26 de Septiembre salieron entre 60 y 70 alumnos a Iguala para realizar actividades de boteo porque llegaría un contingente muy grande, previo a los preparativos del 2 de octubre. Expli-có que después de botear retuvieron tres autobuses que utili-zarían como transporte. “Nos trasladamos a la empresa donde retuvimos tres autobuses, en esos autobuses nosotros hablamos con los choferes, y ellos también aceptaron venirse para acá, les explicamos el motivo y les dijimos que los necesitábamos.” A la salida de Iguala se percató que eran seguidos por patru-llas de la policía municipal. “Yo viajaba en el tercer autobús y les decía ¿saben que ahí vie-nen las patrullas? Nos comunicábamos por celular y les decía que estuvieran al tanto nada más. Llegando al bulevar, al auto-bús que iba hasta adelante se le cerró una patrulla y otras más se quedaron atrás.” “El compañero Aldo fue uno de los primeros que se bajaron, entonces las patrullas sin decir nada simplemente empezaron a rafaguear arriba, a todos los vidrios […]. A Aldo fue al primero que le dieron un balazo porque estaba abajo. “Nosotros que estábamos en el último autobús, no sabíamos qué pasaba, y después de ahí cuando empezaron los primeros bala-zos como al minuto fue cuando comenzaron a tirarnos a noso-tros, en la parte de atrás, en la parte de adelante, y lo único que yo hice y mis compañeros fue tirarnos abajo.” “Caían los vidrios, ahí nos arrastrábamos, estoy cortado de la parte del codo. A un compañero mío fue cuando le dieron el ba-lazo en la mano y él fue el primero que se bajó.

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“Los policías nos bajaron, nos empezaron a golpear, ahí nos tuvieron. Yo veía a mis compañeros de primero y de segundo y les decía que no se rajaran, que no se agüitaran, pero ellos esta-ban muy asustados”. “En el primer autobús empezaron a llevarse casi a todos, esos fueron casi a los primeros que comenzaron a subir a las patru-llas. Llegaron más patrullas, pero esas nada más fueron a lle-várselos. “Nosotros que estábamos hasta atrás, con mi otro compañero, vimos cómo los levantaron, los subieron allá a los chavos y ellos, mis compañeros, ensangrentados y golpeados, unos iban llorando de miedo, de impotencia.” “Uno de mis compañeros se quedó viendo al policía y el policía cortó cartucho. ¿Qué me ves hijo de tu chingada madre? Ahori-ta te va a llevar la chingada. Y le cortó cartucho y le apunto a la cara”. Otro policía le dijo: “ya deja al morro, ya lo chinga-mos, ya no le hagas más. ¡Te va a llevar la chingada a ti y a tu familia! Entonces mi compañero nada más agacho la cabeza.” El joven explicó que a él y a otros compañeros no se los lleva-ron porque ya no cabían en las patrullas. “En las patrullas ya no cabían mis compañeros, entonces nosotros nos juntamos un poco. Ya estaba llegando un poco de gente, estaban viendo. En-tonces los policías a nosotros ya no nos subieron”. Eran aproximadamente entre las 8:30 y 9:00 de la noche, cuando comenzaron a comunicarse con sus compañeros de lo que había pasado y a las 9:30 empezaron a llegar maestros de la CETEG (Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Edu-cación de Guerrero) algunos reporteros y ciudadanos que pasaban por ahí y finalmente sus compañeros. Eran entre las

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11:00 y 11:30 de la noche cuando “los maestros de la CETEG comenzaron a tomar fotos y algunos reporteros que ya se ha-bían presentado”. Marcos calcula que eran aproximadamente las 12:30 de la noche cuando de repente empezamos a escu-char detonaciones de armas de fuego. “Primero fue hacia el aire después fueron contra nosotros. Mi compañero me dijo, yo vi cuando se venía acercando una camioneta blanca, grande, pero venía despacito, y dijo ‘yo pensé, que ya había visto el lu-gar de los hechos, que por eso venía bajando’ pero no, a los 30 metros de donde estábamos nosotros se bajó un cabrón, un indi-viduo y empezó a tirar mientras el otro corría y todavía se hin-có y fue cuando empezó a tirar contra nosotros.” En esa segunda balacera contra los estudiantes de Ayotzinapa resultó herido Édgar, un estudiante de tercer grado, origina-rio de Oaxaca, quién aún permanece internado en un hospital de Iguala. “A uno de mis compañeros que ya había llegado de apoyo le dieron un balazo en la boca, le deshicieron todos los dientes de arriba, el labio se lo tumbó el balazo… Ahí es donde perdieron la vida otros dos compañeros”. Narró la impotencia que sentían porque nadie los quería au-xiliar, y cargando ya a su amigo herido llegaron a lo que les dijeron era un hospital, pero sólo había dos señoras. “Nuestro compañero Édgar se estaba desangrando y nos decía que nos apuráramos, nosotros le decíamos ‘aguanta carnal, aguanta no podemos salir ahorita’. Teníamos miedo de que veíamos que afuera pasaban camionetas sospechosas y de verdad que sí se sentía una tensión.” Marcos recuerda que eran casi las tres de la mañana a esa hora, un compañero de primer grado se comunicó con otros

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compañeros quienes le dijeron que estaban en la procuradu-ría y que no estaban detenidos y están resguardados por poli-cías. “Nosotros no queríamos salir y nos dijeron que donde está-bamos. Que un señor de Derechos Humanos iba a ir por noso-tros acompañados con policías ministeriales. Ellos los van a traer, salgan.” La madrugada del 27 de septiembre fueron recibidos 17 pa-cientes en el Hospital General de Iguala, Guerrero, de ellos ocho eran normalistas de Ayotzinapa, quienes fueron agredi-dos por policías municipales.

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I

D'une voix entrecoupée, Marcos explique que dans la nuit du 26 septembre environ 60 à 70 élèves sont partis à Iguala pour récolter des fonds9, car un grand groupe de personnes allait arriver avant les préparatifs du 2 octobre10. Il explique qu'après avoir réuni l’argent nécessaire, ils ont affrété trois bus qu'ils allaient utiliser comme transport. « Nous nous sommes rendus à la compagnie d’autocars où nous avons arrêté trois bus ; dans ces bus nous avons parlé aux chauffeurs et eux aussi ont accepté de venir avec nous, nous leur avons expliqué la raison et leur avons dit que nous avions besoin d'eux. » A la sortie d'Iguala, ils se sont aperçus qu'ils étaient suivis par une patrouille de la police municipale. « J’étais dans le troisième bus et je leur ai dit : "vous savez que les patrouilles arrivent, là ?" Nous communiquions par télé-phone et j’ai dit [à ceux qui étaient dans les autres bus] de se tenir informés, rien de plus. En arrivant sur le boulevard, le bus qui était à l'avant s'est fait coincé par une patrouille et d'autres encore se sont arrêtées à l'arrière. » « Notre camarade11 Aldo a été l'un des premiers à descendre du bus, alors, sans prévenir, les policiers ont tout bonnement com-mencé à tirer des rafales sur toutes les vitres […]. Parce qu'il était descendu, Aldo a été le premier à recevoir une balle. »

9 « Actividades de boteo » dans le texte original, c’est-à-dire récolter des

fonds à l’aide de boîtes de dons. 10 Les fonds récoltés devaient permettre de rejoindre Mexico pour prendre

part à une commémoration de l’anniversaire du massacre d’étudiants à Tlatelolco qui survint le 2 octobre 1968.

11 Compañero en espagnol.

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« Nous qui étions dans le dernier bus, nous ne savions pas ce qui se passait, et après ça, lorsque les premiers tirs ont retenti, ça n’a été que l’affaire d’une minute avant qu’ils ne commencent à nous tirer dessus, par derrière, par devant, et la seule chose que mes camarades et moi avons fait a été de nous jeter au sol. » « Les vitres volaient en éclats, nous nous sommes traînés, je me suis coupé au coude. C'est là qu’un collègue à moi s’est pris une balle dans la main et il a été le premier à descendre. » « Les policiers nous ont fait descendre et ont commencé à nous frapper, ils nous ont gardés là. J’ai vu mes camarades du pre-mier et du deuxième bus et je leur ai dit de ne pas s’enfuir, de rester calmes, mais ils avaient très peur. » « Ils ont commencé à embarquer presque tous ceux qui étaient dans le premier bus. Ils ont été les premiers à monter à bord des patrouilles. D'autres patrouilles sont arrivées, mais elles sont seulement venues pour les embarquer. » « Nous qui étions à l'arrière, avec mon autre camarade, nous avons vu comment ils les ont levés, comment ils ont embarqué les jeunes, et eux, mes camarades, ils étaient en sang et roués de coups, certains pleuraient de peur, d'impuissance. » « Un de mes camarades est resté là à regarder un policier et le policier a chargé son arme. "Qu'est-ce que tu regardes fils de pute12? Maintenant t’es dans la merde." Il a chargé son arme et il l’a pointée sur son visage. Un autre policier lui a dit : "Allez, arrête de te la jouer, on l'a déjà fait chier celui-ci, laisse-le tran-quille." "Tu vas voir, toi et ta famille vous êtes dans la merde." Alors mon camarade a simplement baissé la tête. » 12 L’expression en espagnol est hijo de tu chingada madre. Au Mexique,

c’est un mot qui possède de nombreuses significations. Dans ce contexte de violence, il peut être traduit par l’insulte « fils de pute ». Octavio Paz a analysé et commenté ce terme dans le Labyrinthe de la solitude (1950).

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Le jeune homme explique que lui et ses autres camarades n'ont pas été emmenés parce qu’il n'y avait plus de place dans les véhicules de police. « Mes camarades ne pouvaient plus rentrer dans les véhicules, alors nous nous sommes rassemblés. Un peu de monde commençait à se montrer et ils regardaient. Alors les policiers ne nous ont pas embarqués. » Il était entre 20h30 et 21h lorsqu'ils ont commencé à échanger avec leurs camarades sur ce qui s'était passé. Et à 21h30 sont arrivés des professeurs de la CETEG (Coordination d’État des Travailleurs de l’Éducation de Guerrero13), des journalistes, des citoyens qui passaient par là, et finalement leurs cama-rades. Il était entre 23h et 23h30 lorsque « les professeurs de la CETEG et quelques journalistes qui s'étaient présentés ont commencé à prendre des photos ». Marcos estime qu'il était approximativement 00h30 lorsque, soudainement, ils ont commencé à entendre des tirs d'armes à feu. « D'abord les coups ont été tirés en l'air puis contre nous. Mon camarade m'a dit : "Moi j'ai vu une camionnette blanche s'approcher, elle était grande, mais elle arrivait doucement", et il a dit : "je pensais qu’ils avaient déjà vu la scène du crime et que c’était pour ça qu’ils se dirigeaient vers nous", mais non, à 30 mètres de là où nous étions, un connard est descendu, un type, et il a commencé à tirer alors que l'autre courait, il est même tombé à genou, et c'est alors qu'il a commencé à nous tirer dessus. »14

13 La CETEG, ou Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero en espagnol, forme l’aile radicale du syndicat national des enseignants. 14 Plusieurs témoins ont affirmé que ce soir-là les forces de police étaient appuyées par un groupe « d’hommes armés non-identifiés », des narcotrafiquants dont deux ont été interpellés et ont reconnu avoir assassiné 17 étudiants. Ils étaient affiliés au cartel des Guerreros Unidos.

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Au cours de cette deuxième fusillade visant les étudiants d'Ayotzinapa, Edgar, un étudiant de troisième année15, origi-naire de Oaxaca, a été blessé ; il est toujours hospitalisé à Iguala. « Ils ont tiré sur la bouche d'un de mes camarades qui était venu apporter son aide, ils lui ont explosé toutes les dents supérieures et le tir a emporté ses lèvres... C'est là que deux autres camarades ont perdu la vie. » Il raconte l'impuissance qu'il a ressentie alors, car personne n'a voulu leur venir en aide, et c'est en portant leur ami bles-sé qu’ils sont arrivés à ce qu'on leur avait indiqué comme étant un hôpital, mais il n'y avait que deux femmes à l’intérieur. « Notre camarade Edgar perdait tout son sang et insistait pour qu'on se dépêche, et nous on lui disait : "tiens bon mon pote, on ne peut pas sortir maintenant". On avait peur, car on voyait passer à l'extérieur des camionnettes suspectes et vraiment on sentait une réelle tension. » Marcos se souvient qu'il était presque trois heures du matin à ce moment-là. Un camarade de première année a pris contact avec d'autres camarades qui lui ont dit qu'ils se trouvaient dans le bureau du procureur général16 et qu'ils n'étaient pas en détention et qu'ils étaient sous la protection de la police. « Nous, nous ne voulions pas sortir et ils nous demandèrent où est-ce que nous étions. Car un représentant des Droits de l'Homme allait venir nous chercher accompagné de policiers ministériels. "Ils vont vous ramener, sortez". »

15 Un estudiante de tercer grado correspond à un étudiant inscrit en troisième année de l’Ecole Normale Rurale. 16 Procuraduría en espagnol.

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Au petit matin du 27 septembre, 17 patients ont été reçus à l'Hôpital Général d'Iguala, Guerrero. Parmi eux, huit étaient des étudiants normalistes17 d'Ayotzinapa qui avaient été agressés par des policiers municipaux.

17 Il s’agit d’étudiants de l’Ecole Normale d’Ayotzinapa qui se destinaient au métier d'enseignant.

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II La Escuela Normal Rural de Ayotzinapa es sinónimo de re-beldía. Semillero de luchadores sociales como Genaro Váz-quez o Lucio Cabañas, ha sido y sigue siendo centro de for-mación de gente y de conciencia. Fundada por el maestro Raúl Isidro Burgos, ha albergado y dado formación durante décadas a hijos de campesinos procedentes de las zonas más pobres del estado de Guerrero, en el suroeste de México. Por sus aulas han pasado generaciones de estudiantes que han visto la posibilidad de acceder a una profesión digna como maestros rurales y de tener un papel importante en el desa-rrollo de sus comunidades. Las Escuelas Normales Rurales fueron un elemento esencial en los proyectos de reforma educativa auspiciados por los gobiernos del México posrevolucionario. Creadas para com-batir la ignorancia y la miseria, se convirtieron en una he-rramienta de transformación social y cultural. Durante los años 40 el impulso original se vería frenado y desde entonces pasarían a un segundo plano para la Secreta-ría de Educación Pública (SEP). Las normales se convirtieron en escenario de confrontación y de resistencia, de defensa de la educación pública como un derecho popular, un derecho de los más pobres. Como respuesta al movimiento estudiantil de 1968, 17 escuelas serían clausuradas y los estudiantes fueron perseguidos y criminalizados. Desde finales del siglo XX y principios del XXI los sucesivos gobiernos neoliberales han intensificado su lucha por hacer desaparecer estos centros educativos en un intento por mer-

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cantilizar la educación, encontrando en estos espacios algu-nos de los principales focos de resistencia. La falta de inver-sión o las reformas curriculares han sido contestadas por una juventud movilizada que se ha negado a obedecer. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional compartió y reconoció du-rante la Otra Campaña -en 2006- la lucha de estas escuelas normales, precisamente desde Ayotzinapa. En el caso que nos ocupa, las huelgas, los bloqueos viales y las manifestaciones en la capital guerrerense -Chilpancingo- son parte del reper-torio habitual de lucha en el que se han apoyado los norma-listas para hacer valer sus demandas frente al abandono insti-tucional de uno de los Estados más pobres de la República Mexicana y con mayor represión institucional. Los enfrenta-mientos con las autoridades se han convertido, sin embargo, en la cara más visible de un conflicto que se ha saldado con un balance trágico. El 30 de noviembre de 2007, la Policía Federal Preventiva desalojó de forma violenta a decenas de estudiantes cuando bloqueaban la autopista del Sol en dirección a Chilpancingo, registrándose hechos de represión que Abel Barrera, coordi-nador del Centro de Defensa de los Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, calificó de abuso policial. Cuatro años después, el 12 de diciembre de 2011, en la misma carretera, durante un bloqueo, se registrarían disparos de la policía fe-deral y estatal así como de agentes ministeriales. El tiroteo duró unos veinte minutos y acabaría con la muerte por dispa-ros de los estudiantes Jorge Alexis Herrera y Gabriel Echeve-rría. Un año después, en una multitudinaria marcha, los fami-liares de las víctimas seguían exigiendo responsabilidades, destacando los nulos progresos en las investigaciones por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado. La

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masacre del pasado 26 de septiembre en Iguala es el último episodio de lo que muchos ya no tienen reparos en calificar de crimen de Estado. La última muestra de la simbiosis exis-tente entre el régimen político neoliberal y el crimen organi-zado. Una geografía del dolor que es una realidad centroame-ricana, focalizada en México. La muerte, procedente de una compleja y rica tradición en México, se ha banalizado en objeto de consumo de una eco-nomía que la filósofa transfeminista Sayak Valencia denomi-na “capitalismo gore”. El poder político traducido, ya no en administración de la vida, sino en gestión de la muerte. El poder mezclado entre la política de una casta caciquil, la po-tencia del crimen organizado y la objetualización de las vidas que se denominan como “desperdiciables” y a las que no se les permite desplegarse. Los y las normalistas son vidas in-cómodas porque están organizadas en contra de esta econo-mía de raíces internacionales donde matar es lo capital. Vidas marcadas para desaparecer, violencia cotidiana que se revela por episodios de un dolor de intensidad máxima. La desaparición tiene memoria, la poesía lo sabe, la vida lo sabe, los movimientos lo saben, la memoria -los nombres- importan para no seguir esta senda del capitalismo que con-vierte la muerte en algo normal en estas zonas -empobrecidas, como en la región rural de Guerrero- que son denominadas como aptas para el sacrificio de todo tipo.

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II L’École Normale Rurale d’Ayotzinapa rime avec rébellion. Vivier de militants sociaux comme Genaro Vásquez ou Lucio Cabañas, elle a été et sera encore un centre de formation des personnes et des consciences. Fondée par l’instituteur Raúl Isidro Burgos, elle a accueilli et formé durant des décennies des fils de paysans originaires des zones les plus pauvres de l’État de Guerrero, dans le Sud-Est du Mexique. Ses classes ont vu passer des générations d’étudiants qui ont eu la possi-bilité d’accéder à une profession digne, celle d’instituteur ru-ral, et de jouer un rôle important dans le développement de leurs communautés. Les Écoles Normales Rurales ont été un élément essentiel des projets de réforme éducative soutenus par les gouvernements du Mexique postrévolutionnaire. Créées à l’origine pour combattre l’ignorance et la misère, elles sont devenues un outil de transformation sociale et culturelle. Durant les années 1940, leur développement a été freiné et depuis le Secrétariat à l’Éducation Publique18 les a fait passer au second plan. Les Écoles Normales sont alors devenues le théâtre de confrontations et de résistances, des lieux de dé-fense de l’éducation publique comme droit populaire, comme droit des plus pauvres. En réponse au mouvement étudiant de 1968, 17 écoles ont été fermées et les étudiants ont été persé-cutés et incriminés. Depuis la fin du XXe siècle et le début du XXIe, les gouver-

18 Le Secretaría de Educación Pública est l’équivalent au Mexique du Ministère de l’Éducation Nationale français.

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nements néolibéraux qui se sont succédés ont intensifié leurs efforts pour faire disparaître ces centres éducatifs, avec pour projet de mercantiliser l’éducation, voyant dans ces espaces certains des principaux foyers de résistance. Le manque de moyens et les réformes des programmes ont été contestés par une jeunesse mobilisée qui a refusé d’obéir. En 2006, durant l’Autre Campagne19, l’Armée Zapatiste de Libération Natio-nale20 a reconnu et relayé le combat de ces écoles normales, précisément depuis Ayotzinapa. Dans le cas qui nous occupe, les grèves, les blocus et les manifestations qui ont eu lieu dans la capitale du Guerrero, Chilpancingo, font partie du répertoire habituel des actions de lutte qu’utilisent les étu-diants normalistes pour faire entendre leurs demandes face à l’abandon institutionnel d’un des États les plus pauvres de la République mexicaine, au sein duquel la répression de l’État est la plus importante. Les affrontements avec les autorités sont toutefois devenus la face la plus visible d’un conflit qui se solde par un bilan tragique. Le 30 novembre 2007, la Police Fédérale Préventive a délogé avec violence des dizaines d’étudiants alors qu’ils bloquaient l’autoroute du soleil en direction de Chilpancingo, des faits de répression qu’Abel Barrera, coordinateur du Centre de

19 L’Autre Campagne, ou Otra Campaña en espagnol, est une initiative lancée en 2006 par l’Armée Zapatiste de Libération Nationale pour remettre la participation populaire au cœur des décisions politiques et refonder la société sur des valeurs d’équité et de démocratie, ainsi que dans une perspective altermondialiste. 20 L’EZLN, pour Ejército Zapatista de Liberación Nacional, est un mouvement insurrectionnel politico-militaire basé dans l’État du Chiapas, dans le Sud du Mexique. Il affirme représenter les populations indigènes et les minorités en général. Le nom du groupe vient d’Emiliano Zapata, un révolutionnaire mexicain, présenté comme « héros des paysans », qui fut assassiné en 1919.

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Défense des Droits de l’Homme de la Montagne de Tlachinol-lan, a qualifiés d’abus policiers. Quatre ans après, le 12 dé-cembre 2011, sur la même autoroute, durant un blocus, des coups de feu tirés par la police fédérale, la police d’État et des agents ministériels ont été rapportés. La fusillade a duré envi-ron 20 minutes, causant la mort des étudiants Jorge Alexis Herrera et Gabriel Echeverría, tués par balle. Un an après, au cours d’une manifestation de masse, les familles des victimes continuaient à exiger des prises de responsabilité, soulignant les progrès dérisoires de l’enquête menée par le Parquet Gé-néral de Justice de l’État. Le massacre du 26 septembre der-nier, perpétré à Iguala, est le dernier épisode de ce que beau-coup qualifient sans détours de crime d’État. C’est la dernière preuve en date de la symbiose qui existe entre le régime néo-libéral et le crime organisé. Cette géographie de la douleur est une réalité de l’Amérique centrale ayant le Mexique pour centre de gravité. La mort, issue d’une tradition complexe et riche au Mexique, s’est banalisée tel un objet de consommation au sein d’une économie que la philosophe transféministe Sayak Valencia qualifie de « capitalisme gore ». Le pouvoir politique ne se traduit non plus par une administration de la vie, mais par une gestion de la mort. Le pouvoir mêle politique d’une caste de caciques21, puissance du crime organisé et chosification de la vie qui est considérée comme « jetable » et on ne lui per-met pas de s’épanouir. Les étudiant(e)s normalistes sont des vies qui dérangent, car ils se sont organisés contre cette éco-nomie qui possède des racines internationales et pour la-

21 Cacique désigne en Espagne et en Amérique latine un notable qui exerce son influence sur la vie politique. Le terme est utilisé dans un sens péjoratif. Il est synonyme de « tyran ».

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quelle tuer est primordial. Ils sont des vies destinées à dispa-raître, faisant l’objet d’une violence quotidienne qui se révèle épisodiquement dans une douleur intense. La disparition possède une mémoire. La poésie le sait, la vie le sait, les mouvements sociaux le savent. Les noms ont de l’importance, afin d’éviter d’emprunter ce chemin du capita-lisme qui fait de la mort quelque chose d’ordinaire dans ces régions profondément appauvries – telle la région rurale de Guerrero –, et qui sont cataloguées comme étant enclines à réaliser tout type de sacrifices.

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III Una narcomanta de dos metros de largo fue encontrada en la madrugada del 16 de octubre. Apareció en la barda posterior de la escuela secundaria número tres en Iguala, Guerrero, a menos de un kilómetro del 27 batallón de infantería. En ella, en un mensaje escrito con letra de molde en pintura roja y negra, El Choky solicita justicia al presidente Peña Nieto. De paso, denuncia, con nombres, apellidos y seudónimos, a los responsables del asesinato y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. El Choky fue señalado en días pasados por el fiscal general del estado, Iñaky Blanco, como jefe de sicarios de Guerreros Unidos, y responsable de ordenar la matanza y desaparición de los jóvenes el pasado 26 de septiembre, tras el ataque con-tra ellos de policías y sicarios. La lista de los asociados al gru-po delincuencial delatados en la manta es larga: ocho alcal-des, directores de Seguridad Pública, el delegado de la Secre-taría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y distintos personajes. Según el denunciante, éstas son las gentes que el gobierno deja andar libres y cometiendo tanto delito contra la población. Finalmente aclara: “No toda la culpa la tengo yo. Firma: Atte: Choky”. El clima delincuencial denunciado por el narcomensaje no es exclusivo de Iguala y de siete alcaldías de la Tierra Caliente. El tipo de relación entre el edil José Luis Abarca, su policía local y el crimen organizado, puesto al descubierto con la ma-sacre del pasado 26 de septiembre, está presente en muchos municipios de Guerrero. Se trata de una relación que involu-cra también a importantes políticos locales, legisladores esta-

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tales y federales, dirigentes partidarios, jefes de la policía y mandos militares. Es por ello que podemos caracterizar al régimen político existente en la entidad como un narcoesta-do. Denuncias como la del Choky corren de boca en boca entre los guerrerenses. Empresarios, dirigentes sociales y periodis-tas han documentado este nexo. Parte de la prensa local y la nacional los ha publicado. En algunos casos, como en Iguala con el asesinato de los tres dirigentes de la Unión Popular, incluso se han presentado acusaciones formales ante las auto-ridades correspondientes. Todo ha sido en balde. Quienes han alertado sobre la extensión y profundidad de la narcopolítica en la entidad han sido eliminados y amenazados. Cuando el empresario Pioquinto Damián Huato, líder de la Canaco en Chilpancigo, acusó a Mario Moreno, alcalde de la ciudad, de tener vínculos con el grupo delincuencial Los Rojos, fue víc-tima de un atentado en el que murió su nuera y quedó herido su hijo. Invariablemente los políticos señalados han negado las acu-saciones y las han explicado como resultado de rencillas polí-ticas, que ellos no son responsables del comportamiento de sus familiares o amigos. Han dicho que las autoridades deben investigarlos y que están en la mejor disposición de aclarar las cosas. Pero nada se ha hecho. El pacto de impunidad que blinda a la clase política ha actuado entrado una y otra vez. Según el obispo Raúl Vera, quien estuvo al frente de la dióce-sis de Ciudad Altamirano entre 1988 y 1995, la impunidad es la característica más lacerante de Guerrero y su desafío más importante. Su extensión y persistencia –señala– alienta el

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crimen y la violación de los derechos humanos y la dignidad. Pero la violencia no es sólo asunto de disputas entre grupos político-delincuenciales por centros de producción, rutas y plazas. Es también resultado de la decisión de los poderes fác-ticos de deshacerse de líderes sociales opositores y de la pro-tección que desde el poder se les brinda a quienes los liquidan o desaparecen. Las víctimas de desaparición forzada y de ejecuciones extra-judiciales durante el gobierno de Ángel Aguirre son múlti-ples. La relación de asesinados y detenidos-desaparecidos durante su administración es enorme. Entre otros muchos, forman parte de ella los ecologistas Eva Alarcón Ortiz y Marcial Bautista Valle. Los normalistas Jorge Alexis Herrera y Gabriel Echeverría. Los dirigentes de la Liga Agraria Revolucionaria del Sur Emiliano Zapata, Raymundo Velázquez y Samuel Vargas. La ambientalista Juventina Villa y a su hijo Reynaldo Santana. El síndico de Iguala, Justino Carbajal. Los integrantes de la Unión Popular Arturo Her-nández, Rafael Banderas y Ángel Román. Rocío Mesino, que estaba al frente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur. Los campesinos Juan Lucena y José Luis Sotelo, promo-tores de una autodefensa en Atoyac. Los organizadores cam-pesinos José Luis Olivares Enríquez y Ana Lilia Gatica Rómu-lo. La narcopolítica no es asunto exclusivo del viejo PRI. Inte-grantes de varias corrientes en el PRD han sido señalados como parte de ella. De manera reiterada, el miembro de Nue-va Izquierda y presidente del Congreso estatal, Bernardo Or-tega, ha sido señalado como jefe del grupo Los Ardillos. Su

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padre estuvo preso por el asesinato de dos agentes del AFI y fue ejecutado al salir libre. Servando Gómez, La Tuta, reveló en un video que Crescencio Reyes Torres, hermano de Carlos, líder del sol azteca en la entidad y parte del Grupo Guerrero, dirigido por David Jímenez, es uno de los principales dueños de laboratorios pa-ra la fabricación de drogas sintéticas, aliado del cártel Jalisco Nueva Generación. Al mismo gobernador Aguirre se le ha relacionado reitera-damente con el cártel Independiente de Acapulco. De su líder Víctor Aguirre se dice que es primo del mandatario. Por su-puesto, tanto el gobernador como el resto de los acusados han rechazado enfáticamente cualquier nexo con grupos delin-cuenciales. Pese a la multitud de denuncias contra ediles y funcionarios en la entidad, los arrestos han sido escasos. Feliciano Álvarez Mesino, alcalde de Cuetzala del Progreso, fue detenido por secuestro y delincuencia organizada. Él se reivindicaba como parte del Grupo Guerrero. El oficial mayor de Chilapa, el priísta Vicente Jiménez Aranda, fue apresado por secuestro. El asesinato y desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa ha destapado la cloaca de la narcopolítica guerre-rense. Falta ver si la pueden volver a tapar.

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III Une narcomanta22 de deux mètres de long a été découverte au petit matin du 16 octobre. Elle est apparue sur le grillage ar-rière de l’établissement d’enseignement secondaire numéro 3 d’Iguala, Guerrero, à moins d’un kilomètre du 27e Bataillon d’Infanterie. Sur celle-ci, dans un message écrit à la peinture noire et rouge, El Choky sollicite la justice du président Peña Nieto. Par la même occasion, il dénonce, citant des prénoms, des noms et des pseudonymes, les responsables de l’assassinat et de la disparition des étudiants normalistes d’Ayotzinapa. Quelques jours auparavant, El Choky avait été dénoncé par le procureur général de l’État de Guerrero, Iñaky Blanco, comme étant le chef des sicarios23 du cartel des Guerreros Unidos. Il était également accusé d’être le commanditaire de la tuerie et de la disparition des jeunes, le 26 septembre der-nier, après l’attaque menée à leur encontre par des policiers et des sicarios. La liste des personnes associées au groupe criminel et dénoncées sur la bannière est longue : huit maires, des directeurs de la Sécurité Publique24, le délégué au Ministère du Développement Agraire, Territorial et Urbain et diverses autres personnalités. Selon le dénonciateur, il s’agit des personnes que le gouvernement laisse libres de leurs mouvements et auxquelles il permet de commettre des crimes

22 Narcomanta signifie « narco-bannière ». Il s’agit d’une bannière placée là par les cartels de narcotrafiquants. Nous choisissons de calquer l’espagnol qui utilise des termes spécifiques pour parler du narcotrafic. 23 Substantif signifiant « tueurs à gage ». 24 C’est notamment la police fédérale qui fait partie du SSP (Secretaría de Seguridad Pública), organisme rattaché à l’Administration Publique Fédérale devant « maintenir l’ordre et la paix publiques ».

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contre la population. Pour finir, il précise : « la faute ne re-vient pas qu’à moi ». Il signe : « Cordialement : Choky ». Le climat de criminalité dénoncé par le narco-message ne concerne pas uniquement Iguala et les sept mairies de la ré-gion de la Tierra Caliente25. Le type de relation qu’entretiennent le maire d’Iguala, José Luis Abarca, et sa police locale avec le crime organisé – relation qui a été révé-lée par le massacre du 26 septembre – concerne de nom-breuses municipalités de Guerrero. Sont également impliqués d’importantes personnalités politiques locales, des législa-teurs étatiques et fédéraux, des dirigeants de partis, des chefs de la police et de l’armée. Voilà pourquoi nous pouvons qua-lifier ce régime politique de narco-État. Les dénonciations comme celles d’El Choky se transmettent de bouche à oreille entre les habitants de l’État de Gerrero. Des chefs d’entreprise, des leaders sociaux et des journalistes ont documenté ce lien. Une partie de la presse locale et na-tionale les a publiées. Dans certains cas, des accusations for-melles ont même été portées devant les autorités concernées, comme ça a été le cas à Iguala après l’assassinat de trois diri-geants de l’Union Populaire26. Elles ont toutes été vaines. Ceux qui ont alerté l’opinion sur l’étendue et la profondeur de la « narco-politique » au sein de l’État ont été éliminés ou menacés. Quand le chef d’entreprise Pioquinto Damián Hua-to, président local de la Chambre Nationale de Commerce à

25 La région de la Tierra Caliente (« Terre Chaude ») chevauche une partie des États de Michoacan, Guerrero et le District Fédéral. Elle comprend sept municipalités dans le Guerrero : Arcelia, San Miguel Totolapan, Ajuchitlán del Progreso, Tlapehuala, Coyuca de Catalán, Zirándaro, Cutzamala del Pinzón, Pungarabato, Tlalchapa. 26 L’Unión Popular est une formation politique de gauche.

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Chilpancingo27, a accusé Mario Moreno, maire de la ville, d’entretenir des liens avec le groupe criminel Los Rojos, il fut victime d’un attentat dans lequel sa belle-fille trouva la mort et son fils fut blessé. Les personnalités politiques pointées du doigt ont toutes in-variablement nié les accusations, prétextant que celles-ci étaient le résultat de querelles politiques et qu’elles n’étaient pas responsables de la conduite de leur famille et de leurs amis. Elles ont affirmé que les autorités devaient enquêter sur elles et qu’elles étaient disposées à faire toute la lumière sur cette affaire. Mais rien n’a été fait. Le pacte d’impunité qui sert de bouclier à la classe politique a encore été activé et il les a encore protégés. Selon l’évêque Raúl Vera, qui a dirigé le diocèse de Ciudad Altamirano entre 1988 et 1995, l’impunité est la caractéristique la plus prégnante de l’État de Guerrero et son défi le plus important. Son étendue et sa persistance, signale-t-il, encouragent le crime et la violation des droits de l’homme et de la dignité. Mais la violence n’est pas seulement une affaire de querelles entre des groupes politico-criminels pour le contrôle de centres de productions, de routes ou de zones. Elle est aussi le résultat de décisions prises par des pouvoirs de fait28 qui se débarrassent des leaders sociaux de l’opposition, et égale-ment le résultat de la protection que le pouvoir concède à ceux qui les liquident ou les font disparaître.

27 Canaco ou Cámara Nacional de Comercio en espagnol. 28 Poder fáctico (poderes fácticos au pluriel) ou « pouvoir de fait » désigne en espagnol un pouvoir s’exerçant en marge de l’appareil d’État et usant de sa capacité de pression pour influencer le pouvoir politique en place, celui légitimé par les urnes. Cf. Cavero, José. 1990. Los Poderes Fácticos en la Democracia. Madrid : Espasa Crónica.

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Les victimes de disparitions forcées et d’exécutions extrajudi-ciaires perpétrées sous le gouvernement d’Ángel Aguirre29 sont multiples. Le nombre de personnes assassinées et de dé-tenus-disparus sous son administration est énorme. En font partie, parmi beaucoup d’autres, les écologistes Eva Alarcón Ortiz et Marcial Bautista Valle ; les étudiants norma-listes Jorge Alexis Herrera et Gabriel Echeverría ; les diri-geants de la Ligue Agraire Révolutionnaire du Sud d’Emiliano Zapata, Raymundo Velázquez et Samuel Vargas ; l’environnementaliste Juventina Villa et son fils Reynaldo Santana ; un responsable administratif de la ville d’Iguala, Justino Carbajal ; des membres de l’Union Populaire, Arturo Hernández, Rafael Banderas et Angel Román ; Rocío Mesino, qui était à la tête de l’Organisation Paysanne de la Sierra del Sur ; les paysans Juan Lucena et José Luis Sotelo, promoteurs d’autodéfense à Atoyac ; et les organisateurs paysans José Luis Olivares et Ana Lilia Gatica Rómulo. La narco-politique ne concerne pas uniquement le vieux Parti Révolutionnaire Institutionnel30. Des membres de divers cou-rants au sein du Parti de la Révolution Démocratique31 ont été identifiés comme faisant partie de celle-ci. A plusieurs reprises, Bernardo Ortega, membre de la Nouvelle Gauche

29 Il fut gouverneur de l’État de Guerrero du 1er avril 2011 au 25 octobre 2014. 30 Le PRI est membre de l’Internationale socialiste. C’est le parti du président Enrique Peña Nieto. 31 Le PRD est né d’une scission du PRI en 1989. Politiquement à gauche, il est également membre de l’Internationale socialiste et il est l’un des trois principaux partis politiques du Mexique (les deux autres étant le PRI et le Parti Action Nationale).

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(Nueva Izquierda) et président du Congrès de l’État de Guer-rero, a été pointé du doigt comme étant le chef du groupe criminel Los Ardillos. Son père a été emprisonné pour l’assassinat de deux agents de l’Agence Fédérale d’Investigation32 et exécuté lors de sa libération. Le baron de la drogue Servando Gómez, surnommé La Tuta, a révélé dans une vidéo que Crescencio Reyes Torres, frère de Carlos, le leader du cartel Sol Azteca dans la région et membre du Grupo Guerrero, dirigé par David Jímenez, est l’un des principaux propriétaires des laboratoires utilisés pour la fabrication de drogues synthétiques. Il est aussi un allié du cartel Jalisco Nueva Generación. Même le gouverneur Aguirre a entretenu des liens réitérés avec le cartel Independiente de Acapulco. On dit de son lea-der, Víctor Aguirre, qu’il serait cousin du gouverneur. Bien évidemment, aussi bien le gouverneur que les autres accusés ont refusé catégoriquement de reconnaître un quelconque lien avec des groupes criminels. Malgré une multitude de plaintes à l’encontre de maires et de fonctionnaires de la région, rares ont été les mises en déten-tion. Feliciano Álvarez Mesino, maire de Cuetzala del Progre-so, a été arrêté pour enlèvement et crime organisé. Il se re-vendiquait de Grupo Guerrero. Le secrétaire général33 de Chi-lapa, Vicente Jiménez Aranda, membre du PRI, a été arrêté pour enlèvement.

32 Il s’agit d’une police spéciale d’investigation qui dépend du gouvernement fédéral. 33 Oficial mayor en espagnol.

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L’assassinat et la disparation forcée des étudiants normalistes d’Ayotzinapa ont dévoilé les méandres de la narco-politique de Guerrero. Il reste à savoir s’ils parviendront à remettre le voile dessus.

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IV … Tierra de contrastes sociales marcados por la barbarie caci-quil y por un Ejército federal posicionado dentro de los terri-torios de los pueblos indígenas para guerrear contra los po-bres y dejar crecer en los centros turísticos el negocio del narcotráfico. El minifundismo amapolero es la justificación de la militarización que desde la época de la guerra sucia se implantó en las escarpadas sierras y montañas de Guerrero, que sirvió para la posteridad como modelo de guerra contra-insurgente que nos ha desangrado y nos ha colocado como una de las entidades más violentas, donde la vida tiene un precio ínfimo. La lucha por la tierra y la defensa del bosque ha ubicado a los pueblos indígenas y campesinos como sujetos bajo sospecha: los campesinos ecologistas, como Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, fueron torturados por el Ejército y encarcelados por atreverse a defender el bosque. El fondo del asunto fue aten-tar contra la red de la economía criminal que domina la Sierra de Petatlán. A Felipe Arreaga Sánchez se le fabricó el delito de homicidio por asumir el compromiso de denunciar a los caciques talamontes y por desairar su poder con la organiza-ción independiente de los campesinos. A pulso, han logrado demostrar en el plano internacional las razones profundas que inspiran su lucha y evidenciar la perversidad de un sis-tema de procuración de justicia que criminaliza la defensa de la ecología. … obras que son ahora la causa de un movimiento de resis-tencia que ha emergido del Guerrero profundo para defender la tierra con todo lo que está al alcance de sus manos. Irres-

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ponsablemente el gobierno estatal se ha hecho cómplice de un proyecto pensado desde la lógica capitalista y lo ha acu-ñado como un modelo que vendrá a redimir a los pobres al transformarlos en parias dentro de sus propios territorios. Se trata de un proceso de extinción del campesinado que pre-tende ponerlos de rodillas y someterlos a los dictados del ca-pital. Lo único que han provocado es despertar al Guerrero Bronco, al movimiento campesino que desde la época revolu-cionaria ha sabido defender sus tierras con el honor y la dig-nidad de los hombres y mujeres que saben bailar al son que el gobierno les toque.

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IV ... Le Mexique, terre de contrastes sociaux, marquée par la barbarie tyrannique et par une armée fédérale qui occupe les territoires des peuples indigènes pour mener une guerre contre les pauvres et laisser se développer dans les centres touristiques le commerce du narcotrafic. Les petites exploita-tions de pavot à opium servent à justifier la militarisation qui, depuis l’époque de la Guerre Sale34, s’est implantée dans les sierras et montagnes escarpées de Guerrero. C’est un endroit qui a donné à la postérité un modèle de guerre contre-insurrectionnelle, guerre qui a saigné à blanc les habitants et qui a fait de Guerrero l’une des régions les plus violentes du pays, où le prix de la vie est infime. La lutte pour la terre et la défense des forêts a fait des peuples indigènes et des paysans des sujets suspects. Les paysans éco-logistes, comme Rodolfo Montiel et Teodor Cabrera, ont été torturés par l’armée et emprisonnés pour avoir osé défendre la forêt. Le vrai problème venait de leur volonté de porter atteinte aux réseaux de l’économie criminelle qui dominent la Sierra de Petatlán. Felipe Arreaga Sánchez a été accusé à tort d’homicide pour avoir dénoncé les caciques et bûcherons il-légaux et pour avoir miné leur pouvoir avec l’organisation indépendante des paysans. A la force du poignet, ils ont réus-si à démontrer sur le plan international les causes profondes qui inspirent leur lutte et à percer à jour la perversité d’un système judiciaire qui criminalise la défense de l’environnement.

34 Dans les années 1980.

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… Ce sont des réalisations qui sont aujourd’hui à l’origine d’un mouvement de résistance qui a émergé du Guerrero pro-fond pour défendre la terre avec tout ce qui est à portée de main. D’une manière irresponsable, le gouvernement de l’État de Guerrero s’est fait complice d’un projet pensé en des termes capitalistes et il l’a érigé en modèle qui espère rache-ter les pauvres en les transformant en parias sur leur propre territoire. Il s’agit d’un processus d’extinction visant la pay-sannerie et qui prétend la mettre à genou et la soumettre au dictat du capitalisme. La seule chose qu’ils ont réussi à faire est de réveiller le Guerrero Bronco, un mouvement paysan qui, depuis l’époque révolutionnaire, a su défendre ses terres avec l’honneur et la dignité des hommes et femmes qui savent danser quelle que soit la partition que le gouvernement leur joue.

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TÉMOIGNAGES Les messages qui suivent sont extraits du livre « cartonero » Memorias de Ayotzinapa, 22 octobre, défilé sur l’avenue Paseo de la Reforma, Mexico, Journée mondiale d’action pour les Disparus d’Ayotzinapa. Le pays est en crise. Il est inadmissible que l’État commette ce genre de crimes et que nous restions les bras croisés. Il faut faire entendre notre voix, non seulement pour ce crime, mais aussi pour toutes les injustices que subit au quotidien notre pays.

DMRM, FFyL [Faculté de Philosophie et de Lettres], UNAM [Université Nationale Autonome du Mexique]

Qu’est-ce que nous faisons, nous les jeunes, pour qu’on nous fasse disparaître ? FFyL, UNAM

Nous sommes en train de sombrer. Ce ne sont pas seulement les 43 normalistes, ce sont aussi toutes les personnes disparues, violées, assassinées. C’en est assez de la peur, nous devons agir.

UAM [Université Autonome Métropolitaine] – I CSH [Iztapalapa – Etudiant en licence d’administration]

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Un jeune sans visage, 43 disparus, un pays en flammes et des milliers de cœurs en sang. UNAM, étudiant en master d’histoire

Le Mexique traverse une terrible crise en ce moment. Les étudiants, les Mexicains en général, ont le devoir de lutter. Nous devons nous souvenir de qui nous sommes. Pas de repli, pas de soumission, jamais ! NGL, FFyL, UNAM

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Les étincelles qui ont réveillé notre société sont déterminantes pour créer un travail de base pour nous renforcer dans les luttes étudiante et humaniste. Ximena

FAD [Faculté d’Art et de Design], UNAM

A bas la criminalisation des protestations paysannes au Paraguay !

Résistance culturelle ! Révolution, résistance et rébellion, par le bas et à gauche, l’École d’Anthropologie et d’Histoire !

ENAH [École Nationale d’Anthropologie et d’Histoire]

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Disparus ! #NousSommesTxusAyotzinapa35.

35 Le mot ToDxS est utilisé en espagnol : la lettre « x » qui apparaît dans todxs, au lieu de todos au masculin et todas au féminin, peut aussi être vue comme une croix. C’est un moyen typographique de ne pas spécifier de genre en général, mais c’est aussi une manière de symboliser la mort, l’absence des disparu(e)s, sans distinction de genre et de lieu : derrière les 43 disparitions d’Ayotzinapa se cachent des milliers d’autres disparus qui ne reviendront pas.

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NousSommesTxusAyotzinapa ! Parce que la lutte est celle du peuple tout entier, les étudiants, les travailleurs, les artistes. Courage, jusqu’à ce que nous obtenions justice ! Famille Buenfil Gayoo Manifestation, 22 oct. 14

Parce que nous ne pouvons pas tolérer davantage de morts, de disparus, de prisonniers politiques.

Justice pour Ayotzinapa.

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Toujours vers la poésie !36 Nous vaincrons ! Longue vie aux étudiants ! Les poètes ne sont pas des marginaux. Lauri García Dueñas Espacio Cartonero

On en a ras-le-bol de l’impunité. Le POS Parti Ouvrier Socialiste revendique le Socialisme comme projet de vie pour le Mexique. Vivants ils les ont enlevés, vivants nous les voulons !

36 ¡Hasta la poesía siempre! est une référence au slogan d’Ernesto Guevara : ¡Hasta la victoria siempre! (« toujours vers la victoire »).

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Je voudrais protester contre l’illusion que nous formons en tant que société, mais je ne peux pas car je fais partie de cette illusion. Aujourd’hui, seule, je proteste contre la disparition et l’enlèvement de certaines personnes. Au moins, je ne fais pas partie de ce génocide. Moy

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Car j’éprouve de la rage, Car nous ne pouvons pas savoir où ils sont…

Justice pour Ayotzinapa Université Ibéro-Américaine

Nous sommes les H.I.J.O.S. (Fils et Filles pour l’Identité et la Justice, contre l’Oubli et le Silence) des luttes de l’Amérique Latine. Nos disparus, nos absents sont les mêmes. Nous les voulons vivants ! Procès et châtiment. Construisons un pays, une grande nation.

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Personne ne disparaît si son nom demeure.

Nous vous soutenons depuis le front du peuple, résistance organisée. Expulsés de nos lieux de travail, nous soutenons les étudiants normalistes. Des routes publiques pour la construction de centres commerciaux ? Tepito

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Les travailleurs du SME en résistance [Syndicat National des Mécaniciens et Electriciens]

16,599 Nous nous unissons avec nos frères de sang dans cette peine, nous savons et connaissons la douleur et le chagrin de la perte que ces 43 familles d’Ayotzinapan37 endurent.

16,599 plus 43 = Dignité et Justice

Ça suffit… les injustices.

« Mexique libre »

37 Ayotzinapa est écrit ici avec « n » : il ne s’agit pas d’une faute, mais de l’orthographe classique du mot, tel qu’il était écrit en nahuatl classique (nahuatl littéraire de l’époque de la Conquête espagnole).

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Les lettres qui suivent ont été collectées par les étudiants de l’École de Lettres et de Philosophie de l’Université Nationale Autonome du Mexique durant la troisième semaine d’octobre 2014.

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Mexico 21 oct. 2014

Magdaleno Rubén Lauro Villegas : Je ne sais pas si les choses qu’on raconte sur le jour de ta disparition sont vraies. Certains de tes camarades qui ont survécu aux tirs et qui ont réussi à s’échapper ont posté sur Internet quelques vidéos où eux-mêmes racontent ce qui s’est passé, et en réalité ça n’a pas d’importance si les choses se sont déroulées comme ils le racontent ou d’une autre manière, parce que finalement toi et tes camarades êtes toujours absents. Quelles horribles circonstances m’ont fait connaître ton nom et voir ta photo ! Je te demande pardon, camarade. Je sais que moi et la société en général aurions pu éviter cette situation. Nous sommes tous responsables de ce qui t’arrive à toi et aux je ne sais combien d’autres milliers de disparus dans le pays. Malheureusement, nous sommes tombés dans le jeu de la peur et nous nous rendons compte de la situation trop tard. Je me sens responsable, et pire encore je me sens désespérée, je ne sais pas quoi faire pour changer l’horrible situation de notre pays, qui a fait de toi une victime directe. Je te demande pardon, camarade ! J’ai fait entendre ma voix trop tard. Si cela sert à quelque chose, soit certain que nous ne tolérerons aucun autre disparu. Sincèrement, Andrea Sandoval Etudiante à l’UNAM

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Camarade normaliste Jesús, Cette lettre est pour ta mère, ton père, tes sœurs et tes frères. Ce n’est pas pour leur dire qu’ils ne sont pas seuls, car j’espère que la chaleur de la lutte que nous avons entamée ici à Mexico D.F. est déjà parvenue jusqu’à eux, sous forme d’une étreinte sans fin, qui n’est pas une étreinte de pitié ni de tristesse, mais plutôt de force et de vie. J’ai la joie de leur raconter qu’ici, à Mexico, beaucoup de camarades combattent, et à chaque pas, chaque larme et chaque cri nous demandons justice. Non seulement nous ne t’oublions pas, mais en plus nous te donnons plus de vie. Nous sommes loin d’être morts si nous ne cessons jamais de lutter. Et Jesús, où qu’il soit, est en vie pour toujours. Nous, ses frères et sœurs, n’avons d’autre choix que de continuer à lutter. Q.

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Mexico, 22 oct. 2014 Camarades, Merci de nous avoir appris à nous indigner, à agir, à lutter contre un État assassin. Nous n’allons pas vous laisser seuls, car votre combat est le nôtre. Vous êtes l’étincelle qui allume la flamme de l’union sociale, celle qui ne s’éteindra pas jusqu’à ce que nous vous trouvions. Elle ne s’éteindra pas jusqu’à ce que nous obtenions justice. Simplement merci !

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21 octobre 2014 Felipe Arnulfo Rosa, comme ça, avec ton nom complet, pour que ce soit clair, pour qu’on écoute haut et fort tout ton être et toute ton absence. Tu dois savoir que tu n’es pas le seul, il y en a 42 autres qui manquent à l’appel depuis le 26 septembre. Il en manque bien d’autres, des hommes et des femmes, depuis bien longtemps. Je ne sais pas exactement dans quelle partie de moi tu te trouves, je te sens dans mes pleurs et dans chaque larme qui coule, tu es dans ma gorge, dans mon estomac, dans chaque goutte de sueur. Tu habites tous les sentiments, de désolation, de rage, toi ainsi que tous tes frères et sœurs. Lorsque je dis « tu n’es pas mort », c’est que tu n’es pas mort, camarade. Je le dis sérieusement, même quand tu as cessé d’être lié à ton corps. Tu es présent dans l’air, dans l’environnement et toute la Terre, dans chaque cri et chaque pensée mobilisées pour trouver la façon de mettre fin à toute cette cruauté, de l’échanger contre de l’amour et faire que celui-ci soit ce qui nous unit et combat la tristesse, la peur et la rage. On ne peut pas continuer comme ça. Nous sommes là, morts et en vie. La distance entre nous est bien plus étroite qu’on pourrait le penser.

Tout l’amour, toute la résistance, toujours. Tu n’as pas disparu, ton nom le prouve et chaque fois qu’il est prononcé, il t’illumine.

Ta camarade, Alejandra

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22 oct. 2014 Je m’appelle Barbara et je suis étudiante comme eux, et la façon dont le gouvernement a pris toutes ces mesures radicales me blesse. Je suis une femme, j’ai 17 ans, et je combats pour que plus jamais de tels événements ne se reproduisent. Je les soutiendrai jusqu’à la fin comme je le pourrai. Et ça, je ne le laisserai pas passer.

J’aimerais penser que dans des situations comme celles-ci, les mots ont plus de poids que les lamentations et les deuils. Que les mots demeurent l’une des rares ressources inépuisables que nous pouvons librement dépenser et utiliser, que les mots peuvent détoner et faire exploser ce que l’on a essayé de réduire au silence. Je voudrais vous dire et vous rappeler que vous n’êtes pas seuls, que votre lutte est la nôtre, que votre rage est la nôtre.

« Les mots, même blessés, ne peuvent pas mourir ».

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Mauricio Ortega Valerio, Cette lettre est pour toi et tes 42 camarades. Tu es âgé de trois ans de moins que moi et tu aurais pu être mon frère, mon ami, mon voisin, etc. Mais même si je ne t’ai pas connu, cela ne m’empêche pas de ressentir de la colère, de l’indignation, de la tristesse, après ce qui t’est arrivé, ce qui vous est arrivé. Quarante-trois camarades que nous ne parvenons pas à localiser, en espérant qu’ils soient vivants. Cependant, le pire ne peut être écarté. Mauricio ! Tu dois résister, toi et tous ceux avec qui tu te trouves. Vous devez résister, écouter comment tout le monde élève la voix, pas seulement le pays, mais aussi le monde, pour demander et exiger qu’on vous ramène chez vous, où vos familles et vos amis vous attendent avec impatience !! Et le peuple entier espère que l’on ne vous retrouvera pas six pieds sous terre. Combats, combats, combats ! Ne cesse jamais de combattre !

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V “El asesinato y desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa ha destapado la cloaca de la narcopolítica guerre-rense y de todo el país”, lo que estamos viendo es la clara re-presentación de una narcopolítica articulada en los tres nive-les de gobierno, de la cuál todo mundo quiere salvarse pero todo mundo tiene las manos embarradas. ¿Por qué se han tardado en presentar evidencias? ¿Por qué no aparecen los desaparecidos? ¿A quién le sirve que no aparezcan? ¿Qué otros casos esconden? ¿Qué cabezas de políticos van a caer como resultado de esta estrategia? ¿Para qué? La violencia y el uso calculado de la fuerza por parte del Es-tado contra sus propios ciudadanos es parte de la estrategia, lo de Ayotzinapa está premeditado y atiende a grupos que tienen bandera verde para cualquier acto criminal con el permiso del gobierno. Tal vez como dice Carlos Fazio, esto atiende a cubrir asesinatos extrajudiciales con otro crimen y es que “desde 2006 las fuerzas armadas han venido extermi-nando enemigos en el marco de un Estado de excepción perma-nente de facto. Los hechos de Iguala confirman la regla: fue un crimen de Estado. La Secretaría de la Defensa Nacional mintió en el caso Tlatlaya; todas las autoridades pueden estar mintien-do ahora”.

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V « L’assassinat et la disparition forcée des normalistes d’Ayotzinapa a révélé au grand jour l’immondice de la narco-politique de l’État de Guerrero et de tout le pays ». Ce que nous voyons est l’expression claire d’une narco-politique infiltrée dans les trois niveaux de gouvernement38, de laquelle tout le monde veut se préserver alors que tout le monde a les mains sales. Pourquoi ont-ils tant tardé à présenter ces preuves ? Pourquoi les disparus ne réapparaissent-ils pas ? A qui pro-fite le fait qu’ils ne réapparaissent pas ? Quelles autres af-faires dissimulent-ils ? Quelles têtes d’hommes politiques vont tomber en conséquence de cette stratégie ? Pourquoi ? La violence et un usage calculé de la force par l’État contre ses propres citoyens font partie de la stratégie. Ce qui s’est passé à Ayotzinapa était prémédité et est le fait de groupes qui reçoivent le feu vert pour perpétrer des actes criminels avec le consentement du gouvernement. Peut-être que, comme l’écrit le journaliste Carlos Fazio, tout cela vise à cou-vrir des assassinats extrajudiciaires avec un autre crime, car « depuis 2006, les forces armées ont exterminé des ennemis dans le cadre de ce qui est, de facto, un état d’exception permanent. Les faits d’Iguala confirment la règle : ce fut un crime d’État. Le Secrétariat de la Défense Nationale a menti sur le cas de Tlatlaya39 ; toutes les autorités peuvent maintenant mentir ».

38 Pour rappel, les « trois niveaux » de gouvernement font référence à l'État fédéral, aux différents États fédérés et aux municipalités. 39 Le 30 juin 2014, l’armée mexicaine a attaqué et tué 22 personnes à Tlatlaya (État de Mexico), au nom de la lutte contre les cartels. Plusieurs militaires ont été arrêtés pour manquement au devoir, après avoir tué de sang-froid 21 suspects non-armés.

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EPÍLOGO (Y UN ECO) Yo no soy Ayotzinapa. Lamento romper abruptamente sus románticos #hashtag, pero es necesario dejar en claro desde donde hablo. No soy Ayotzinapa porque no soy pobre, no soy indígena ni campesina y tampoco soy hombre. Sé dónde es-toy parada, sé que soy una estudiante mestiza, pasante de una carrera burguesa, de una universidad privada y diagnosticada como mujer al nacer con todas las implicaciones culturales, políticas y sociales que eso conlleva. Yo no soy Ayotzinapa porque no soy una estudiante incomo-da de una normal rural, no soy símbolo de rebeldía social ni de resistencia indígena. No soy Ayotzinapa porque mañana no vendrá la policía a sacarme de mi trabajo para entregarme a un grupo de sicarios al servicio del narco-Estado para que me desaparezcan. No soy Ayotzinapa porque si mañana me secuestran, me violan y me asesinan a la salida del trabajo no habrá multitudes marchando para exigir justicia. Yo no soy ellos, porque toda violencia y conflicto está atravesada por la clase, por la raza y por el género, con todas las opresiones y privilegios que eso implica, y es indispensable el análisis des-de ahí para no caer en romanticismos. Yo soy la indígena asesinada en un crimen racista. Yo soy la mujer violada y desmembrada a la salida de la maquila. Yo soy la estudiante secuestrada por las redes de trata. Yo soy la mujer golpeada hasta la muerte por un hijo sano del patriar-cado. Pero nosotras no somos Ayotzinapa. ¿Y por eso uste-des no nos lloran? Cuando nosotras somos las desaparecidas, las asesinadas, las

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violentadas. ¿Por qué nos convertimos en ELLAS, nuestras,… pero nunca en todxs? Nosotras somos LAS muertas de Juárez, LAS desaparecidas del estado de México, NUESTRAS niñas. ¿Por qué? México es un país inseguro. Es uno de los sitos más peligro-sos para ser periodista, mujer y luchar por los derechos hu-manos, y también es un país que está en guerra contra las normales rurales. Las normales rurales enfrentan desde hace añosuna guerra sucia que pretende desaparecerlas por ser un icono de resistencia, por abogar por una formación socialista y popular, pero sobre todo porque forman educadores bilin-gües que llevan educación a comunidades indígenas; a un Gobierno neoliberal al servicio del imperialismo no le con-viene que sus poblaciones racializadas y empobrecidas tenga acceso a una formación socialista, bilingüe y popular porque la rebeldía es contagiosa y México no necesita más indígenas y campesines alzades, necesita mano de obra barata para Shell. Me solidarizó con Ayotzi porque he aprendido a escuchar les otres, porque ya no necesito visibilizar a otras personas como parte de mi familia o círculo cercano para indignarme. Por-que no necesito pensar que me puede pasar a mí para que me de rabia. Pero sobre todo porque para mí, el tema de Ayot-zinapa sí puede ser leído desde el feminismo. ¿Por qué? Por-que es evidente que para el sistema patriarcal los normalistas fueron castigados por ser contrarios al estereotipo de progre-so y desarrollo es decir el hombre blanco, heterosexual y bur-gués. Ellos eran empobrecidos, racializados y con ideales so-cialistas, carne de cañón, no humanos, no hombres, esclavos.

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Sin embargo como feminazi enferma de rabia no puedo dejar de apuntar que también veo los privilegios de género. Para la sociedad no son leídos del mismo modo que para el sistema patriarcal, para la sociedad patriarcal son hombres, valientes, héroes y entrañables. El sistema patriarcal los desaparece y la sociedad patriarcal los convierte en figuras románticas representantes del colec-tivo, sujetos de lucha universal y por tanto causa de indigna-ción de multitudes. La máquina feminicida alimentada por los Gobiernos neoliberales y el sistema heteropatriarcal capitalis-ta desaparece, viola y asesina todos los días miles de mujeres y jamás he visto que seamos encabezado de periódicos, ni razón de marchas o quema de edificios. A nosotras nos venden, nos violan y nos matan todos los días, de a poco a poco. También somos terrorismo y crímenes de Estado. Nosotras también somos pobres, racializadas, es-tudiantes y símbolo de rebeldía porque ser mujer y sobrevivir en México es un acto de resistencia y no he mirado al socia-lismo exigiendo la presentación con vida de las desapareci-das. Sin feminismos no hay socialismo, el capitalismo no cae-rá sino cae el patriarcado primero. No he visto al EZLN mar-chando para exigir que paren los asesinatos de mujeres; sin feminismos no hay otro mundo posible, ni un mundo donde quepan muchos mundos. Nosotras no somos Ayotzinapa. No-sotras somos Juárez, Estado de México, Chiapas y Guanajua-to. No todos somos Ayotzi. Ayotzinapa son ellos. Yo no soy Ayotzinapa. Nosotras no somos Ayotzinapa y no creo que sea necesario universalizar desde nuestra lógica inclusiva para

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compartir la rabia y el clamor de justicia. Sin embargo ¿qué es necesario para que ustedes se sumen a nuestra causa?

ECO Cuando escribí “Nosotras no somos Ayotzinapa” lo hice como una reflexión personal sobre cómo las “mujeres”, las indíge-nas, las campesinas, las empobrecidas; LAS mujeres como grupo que vive y lucha en un cuerpo sexuado y etiquetado por el sistema colonial sexo/género como “mujer” son/somos un asunto de segunda categoría, un tema de mujeres, daños colaterales, hechos aislados, normalización de la barbarie y cómo sus muertes, nuestras/sus muertes, no causan moviliza-ciones masivas como las que provocan los compañeros, los indígenas, los campesinos, los estudiantes. Pero NUNCA co-mo un llamado a minimizar el terrorismo de Estado o apagar la rabia por los normalistas desaparecidos. Tengo esperanza al pensar que la rabia alcanzará, pero tam-bién tengo conciencia sobre la realidad de las movilizaciones sociales y sé que si hay una marcha en mi ciudad para buscar a Cristal Acevedo irán las mismas de siempre, pero que si se convoca por Ayotzinapa marcharan cientos, incluidas las mismas de siempre. De momento esa es la realidad y desde ahí hablo, y desde ahí pregunto: ¿Qué pasaría si en lugar de LOS normalistas de Guerrero hubieran sido LAS normalistas de Aguascalientes? ¿Habría la misma movilización? … es un texto visceral que quiere poner sobre la mesa el de-bate. ¿A quién incluye ese TODOS SOMOS? ¿Por qué siento que en su #TodosSomosAyotzinapa no me están menciona-do? ¿Por qué cuando las muertas somos LAS no somos TO-

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DOS y nos convertimos en ELLAS? Nosotras acompañamos sus luchas pero, ¿qué tenemos que hacer para que ustedes acompañen las nuestras? Y creo que cuando se lee sin el pre-juicio se entiende, dado a que el texto se convirtió en viral y ha sido publicado en dos medios indígenas, poniendo sobre la mesa la reflexión; es decir, cumpliendo con su objetivo. Inicio el texto hablando desde el privilegio, enuncio mis privi-legios para reconocerlos y para dejar en claro que yo no soy Ayotzinapa no porque NO me duelan los normalistas, NO porque no les lloré y los quiera de regreso, sino porque mis privilegios me ponen en una situación de ventaja con respec-to a ellos. Sin embargo señalo que no necesito compartir sus opresiones para sentir empatía y rabia. Desde la lógica de mirar al otre y escuchar al subalterne, uno mi voz para exigir que regresen vivos porque vivos se los llevaron, aunque vivos estarán, estén como estén, porque quienes mueren luchando no los mata ni la muerte. Creo que así como buscamos los puntos de diferencias podemos buscar los puntos de cone-xión. Es importante poner sobre la mesa no sólo las diferen-cias en opresiones sino también los puntos de coincidencia a la hora de las resistencias y luchas, desde ahí me enuncio como ELLAS.

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ÉPILOGUE (ET UN ÉCHO) Je ne suis pas Ayotzinapa. Je regrette de faire voler en éclats vos romantiques #hashtags d’une manière si abrupte, mais il est nécessaire de clarifier mon point de vue. Je ne suis pas Ayotzinapa parce que je ne suis pas pauvre. Je ne suis ni in-digène, ni paysanne et je ne suis pas non plus un homme. Je sais où je me situe, je sais que je suis une étudiante métisse, une stagiaire suivant un cursus bourgeois dans une université privée et j’ai été diagnostiquée « femme » à ma naissance, avec toutes les implications culturelles, politiques et sociales que cela a. Je ne suis pas Ayotzinapa, car je ne suis pas une étudiante qui dérange, inscrite à une École Normale Rurale, je ne suis pas un symbole de la rébellion sociale, ni de la résistance indi-gène. Je ne suis pas Ayotzinapa, car demain la police ne vien-dra pas m’enlever sur mon lieu de travail pour me livrer à un groupe de sicarios au service du narco-État qui me fera dispa-raître. Je ne suis pas Ayotzinapa, car si demain on me sé-questre, on me viole, on m’assassine à la sortie de mon tra-vail, la foule ne marchera pas pour demander justice. Je ne suis pas eux, parce que toute violence, tout conflit est associé à une classe sociale, une appartenance ethnique et un genre, avec l’oppression et les privilèges que cela implique. Et une analyse qui part de ce principe est indispensable pour ne pas tomber dans le romantisme. Je suis la femme indigène tuée dans un crime raciste. Je suis la femme qui est violée et démembrée sur la route au sortir de l’usine. Je suis l’étudiante séquestrée, enlevée par les réseaux de trafic d’êtres humains. Je suis la femme rouée de coups

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jusqu’à la mort par un fils en bonne santé du patriarcat. Mais nous, nous ne sommes pas Ayotzinapa. Et c’est pour cette raison que vous ne nous pleurez pas ? Lorsque nous sommes les disparues, les assassinées, les abusées, pourquoi est-ce qu’on fait de nous un « ELLES » mais jamais un « txus »40. Nous sommes les mortEs de Juárez, les disparuEs du Mexique, nos FILLES41. Pourquoi ? Le Mexique est un pays dangereux. C’est l’un des pays les plus dangereux qui soit pour être journaliste, femme ou mili-tant des droits de l’homme, et c’est aussi un pays qui est en guerre contre les Écoles Normales. Celles-ci sont confrontées depuis des années à une guerre sale qui cherche à les faire disparaître, parce qu’elles sont des icônes de la résistance, parce qu’elles plaident en faveur d’une formation socialiste et populaire, mais surtout parce qu’elles forment des éducateurs bilingues qui apportent une éducation aux communautés in-digènes. Il ne sied guère à un gouvernement néolibéral au service de l’impérialisme que ses populations racialisées et appauvries aient accès à une formation socialiste, bilingue et populaire, car la rébellion est contagieuse et le Mexique n’a pas besoin que davantage d’indigènes et de paysans se soulè-vent, il a uniquement besoin d’une force de travail bon mar-ché pour Shell.

40 A propos de cette orthographe du mot « tous » (todxs en espagnol), voir la note n°35. 41 Les mots et lettres en gras marquent le genre féminin et sont mis en valeur dans le texte d’origine, comme autant de slogans pour évoquer les nombreuses femmes qui disparaissent et sont assassinées à Juárez, ville située au nord de l'État de Chihuahua au Mexique et marquée par la violence faite envers les femmes.

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Je suis solidaire avec Ayotzi car j’ai appris à écouter les autres, car je n’ai plus besoin de voir les autres comme des membres de ma famille ou de mon cercle de proches pour m’indigner. Car je n’ai plus besoin de penser que cela pour-rait m’arriver pour éprouver de la rage. Mais surtout car pour moi le thème d’Ayotzinapa peut aussi être lu du point de vue du féminisme. Pourquoi ? Parce qu’il est évident que les étu-diants normalistes ont été punis par le système patriarcal pour s’être écartés du stéréotype du progrès et du dévelop-pement, c’est-à-dire celui de l’homme blanc hétérosexuel et bourgeois. Eux, ils étaient pauvres, racialisés et avec des idées socialistes. Ils étaient de la chair à canon, pas des humains, pas des hommes, mais des esclaves. Cependant, étant une feminazi42 folle de rage, je ne peux m’empêcher de souligner le fait que je vois aussi des privilèges de genre. Les étudiants normalistes ne sont pas considérés de la même façon par la société patriarcale que par le système patriarcal43. Pour la société patriarcale, il s’agit d’hommes courageux, de héros, d’êtres à qui l’on tient. Le système patriarcal les fait disparaître et la société patriar-cale les transforme en figures romantiques qui représentent le collectif, des sujets de lutte universelle et de ce fait cause l’indignation des foules. La machine féminicide, alimentée par les gouvernements néolibéraux et le système hétéropa-triarcal capitaliste, fait disparaître, viole et assassine tous les

42 Mot composé de « féminisme » et « nazisme » apparu dans les années 1990 pour désigner d’une manière péjorative les positions extrémistes de militantes féministes. Le terme est utilisé par leurs détracteurs. 43 L’auteur de cet article distingue ici la société qui a une organisation de type patriarcal et le système patriarcal qui use de violence et dont l’État est une émanation.

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jours des milliers de femmes et je ne nous ai jamais vues faire la une des journaux, ni être la raison de manifestations ou d’incendies de bâtiments44. Nous, on nous vend, on nous viole et on nous tue tous les jours, petit à petit. Nous sommes aussi victimes du terrorisme et des crimes d’État. Nous sommes aussi des pauvres, des étudiantes racialisées et un symbole de rébellion parce qu’être une femme au Mexique et survivre est un acte de résistance et je n’ai jamais vu le socia-lisme exiger qu’on lui rende en vie les femmes qui ont dispa-ru. Sans féminisme il n’y a pas de socialisme. Le capitalisme ne tombera pas si le patriarcat ne tombe pas d’abord. Je n’ai pas vu l’EZLN45 marcher pour exiger que les assassinats de femmes cessent. Sans féminisme il n’y a pas d’autre monde possible, ni de monde dans lequel beaucoup d’autres mondes trouveraient leur place. Nous, les femmes, nous ne sommes pas Ayotzinapa. Nous, nous sommes Juárez, les États de Mexico, du Chiapas et de Guanajuato. Nous ne sommes pas tous Ayotzi. Ayotzinapa c’est eux. Je ne suis pas Ayotzinapa. Nous, les femmes, nous ne sommes pas Ayozinapa et je ne pense pas qu’il faille universaliser, usant de notre logique inclusive, pour partager la même rage et ré-clamer justice. Néanmoins, qu’est-il nécessaire de faire pour que vous vous joigniez à notre cause ? ÉCHO Lorsque j’ai écrit « Nous, les femmes, nous ne sommes pas

44 C’est-à-dire des actions violentes pour protester. 45 L’EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) est un mouvement dont le nom signifie Armée Zapatiste de Libération Nationale. Voir la note n°20 pour plus d’explications.

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Ayotzinapa », je l’ai fait comme une réflexion personnelle à propos de la manière dont « les femmes » – les indigènes, les paysannes, les pauvres, LES femmes en tant que groupe qui vit et lutte dans un corps sexué et étiqueté par le système co-lonial sexe/genre comme « femme » –, sont ou la manière dont nous sommes un sujet de seconde importance, un sujet de femmes, des dommages collatéraux, des faits isolés qui contribuent à la normalisation de la barbarie, et à propos de la manière dont ces morts, leurs/nos morts, n’entraînent pas de mobilisations massives comme celles provoquées par les camarades, les indigènes, les paysans, les étudiants. Mais JAMAIS comme un appel à minimiser le terrorisme d’État ou éteindre la rage causée par la disparition des normalistes. J’ai de l’espoir en pensant que la rage sera suffisante, mais j’ai aussi conscience de la réalité des mobilisations sociales et je sais que s’il y a une marche dans ma ville pour chercher Cristal Acevedo, ce sont toujours les mêmes femmes qui y participeront, mais si on organise une marche pour Ayot-zinapa, des centaines de personnes marcheront, y compris ces mêmes femmes qui viennent toujours. Pour le moment, voici la réalité et c’est de là que je parle, c’est de là que je de-mande : que se serait-il passé s’il ne s’était pas agi des étu-diants normalistes de Guerrero, mais des étudiantEs norma-listes d’Aguascalientes ? La mobilisation aurait-elle été la même ? … C’est un texte viscéral qui veut mettre ce débat à l’ordre du jour. Qu’inclut ce NOUS SOMMES TOUS ? Pourquoi est-ce que j’ai l’impression que dans votre #NousSommesTou-sAyotzinapa vous ne me mentionnez pas ? Pourquoi quand il s’agit de mortEs, nous ne sommes pas TOUS et nous deve-

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nons ELLES ? Nous accompagnons vos luttes, mais que de-vons-nous faire pour que vous accompagniez les nôtres ? Et je pense que lorsqu’on le lit sans préjugé on le comprend, étant donné que ce texte est devenu viral et a été publié dans deux médias indigènes, mettant à l’ordre du jour cette ré-flexion, en d’autres termes accomplissant son objectif. Je commence ce texte en évoquant le privilège. J’énonce mes privilèges pour les reconnaître et faire comprendre que je ne suis pas Ayotzinapa non pas parce que les normalistes ne me causent (causeraient) pas de peine, non pas parce que je ne les ai (aurais) pas pleuré et ne veux (voudrais) pas qu’ils re-viennent, mais parce que mes privilèges me donnent une si-tuation avantageuse par rapport à eux46. Cependant, j’aimerais signaler que je n’ai pas besoin de partager leurs oppressions pour éprouver de l’empathie et de l’indignation. En partant d’une logique qui consiste à prendre en compte l’autre et écouter celui qui est subalterne, j’unis ma voix aux vôtres pour exiger qu’ils reviennent vivants, car vivants ils les ont enlevés, même si vivants ils demeureront, où qu’ils se trouvent, car ceux qui meurent au combat ne sont tués par personne, pas même la mort. Je crois que de la même manière que nous cherchons des différences, nous pouvons trouver des similitudes. Il est important de mettre à l’ordre du jour non seulement les différences dans les oppressions mais aussi les points de convergence, à l’heure où nous résistons et combattons. A partir de là, je me prononce en tant qu’ELLES.

46 L’auteur explique qu’au Mexique ne pas être « indigène » et être un homme constitue en quelque sorte un privilège, alors que le fait d’être une femme ou d’être « indigène » signifie que l’on a peu de valeur.

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« Les disparitions forcées possèdent une mémoire, la poésie le sait, la vie le sait, les mouvements sociaux le savent. Les noms ont de l’importance afin d’éviter d’emprunter ce chemin du capitalisme qui fait de la mort quelque chose d’ordinaire dans ces régions profondément appauvries – telle la région rurale de Guerrero –, et qui sont cataloguées par l’État comme étant enclines à réaliser tout type de sacrifices ».

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Les noms des 43 étudiants disparus, pour ne pas les oublier et lutter contre le silence : Abel García Hernández Abelardo Vázquez Peniten Adán Abrajan de la Cruz Alexander Mora Venancio Antonio Santana Maestro Benjamín Ascencio Bautista Bernardo Flores Alcaraz Carlos Iván Ramírez Villarreal Carlos Lorenzo Hernández Muñoz César Manuel González Hernández Christian Alfonso Rodríguez Telumbre Christian Tomas Colon Garnica Cutberto Ortiz Ramos Dorian González Parral Emiliano Alen Gaspar de la Cruz. Everardo Rodríguez Bello Felipe Arnulfo Rosas Giovanni Galindes Guerrero Israel Caballero Sánchez Israel Jacinto Lugardo Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa Jonas Trujillo González Jorge Álvarez Nava Jorge Aníbal Cruz Mendoza Jorge Antonio Tizapa Legideño Jorge Luis González Parral José Ángel Campos Cantor José Ángel Navarrete González José Eduardo Bartolo Tlatempa

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José Luis Luna Torres Jhosivani Guerrero de la Cruz Julio César López Patolzin Leonel Castro Abarca Luis Ángel Abarca Carrillo Luis Ángel Francisco Arzola Magdaleno Rubén Lauro Villegas Marcial Pablo Baranda Marco Antonio Gómez Molina Martín Getsemany Sánchez García Mauricio Ortega Valerio Miguel Ángel Hernández Martínez Miguel Ángel Mendoza Zacarías Saúl Bruno García

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Nota de Pensaré a la edición bilingüe (español-inglés) Hace apenas unos meses, casi neonatas las Pensaré Cartone-ras, hablábamos con un amigo de la frase que ahora atraviesa nuestro manifiesto: texto global, tapa local. Este amigo, Julio, es un vínculo local cargado de intensidad al que la historia del presente lo ha llevado a Brasil. Allí están construyendo una cartonera en portugués, y vinculándonos a través de aquello contactos cercanos. La traducción de este libro sobre la marcha al inglés por parte del colectivo de la Universidad de Wisconsin en Madison es maravillosa, pero ojalá nunca se hubiera hecho este libro, sería mejor si el dolor y la rabia que recogen estos textos nunca hubieran tenido razón de ser. Ayotzinapa es una vergüenza más del capitalismo homicida en las tierras heridas de México. Nuestra intención como co-lectivo, nunca coma editorial como tal, es precisamente tejer esa red de vínculos a partir de contactos cercanos como los que dan sentido a este artefacto textual. Ayotzinapa ahora también nos atraviesa, como la frase que ya hace meses parte nuestro manifiesto, ya no estamos lejos de Ayotzinapa por muchos kilómetros y etiquetas que nos separen. Las cartone-ras, cargadas en su sentido político, son una herramienta que puede difundir la información pero necesita –como la vida– de las, la escucha, los ojos y el corazón para circular y estar vivos.

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Note de Pensaré à l’édition bilingue (espagnol-anglais) Il y a quelques mois seulement, alors que Pensaré Cartoneras venait de naître, nous discutions avec un ami de la phrase qui aujourd’hui traverse notre manifeste : texte global, couver-ture locale. Cet ami, Julio, est un lien local plein de vivacité que l’histoire du présent a conduit au Brésil. Là-bas, ils sont en train de bâtir une cartonera en portugais et, de ce fait, en-tretiennent avec nous des liens étroits. La traduction en an-glais de ce livre en marche, réalisée par le collectif de l’université de Wisconsin-Madison, est merveilleuse, mais si seulement elle n’avait jamais été faite ! Ni ce livre non plus. Il aurait été préférable que la douleur et la colère que ces textes recueillent n’aient jamais de raisons d’exister. Ayotzinapa est une honte de plus commise par le capitalisme meurtrier sur les terres blessées du Mexique. Notre intention en tant que collectif, et jamais comme maison d’édition en tant que telle, est précisément de tisser un réseau de liens à partir de con-tacts proches comme ceux qui donnent du sens à cet artefact textuel. A présent Ayotzinapa nous traverse aussi, de même que la phrase qui, quelques mois auparavant, a émané de notre manifeste. Nous ne sommes plus éloignés d’Ayotzinapa, malgré tous les kilomètres et toutes les éti-quettes qui nous séparent. Les cartoneras, chargées de leur sens politique, sont un outil qui peut diffuser l’information mais qui nécessite – tout comme la vie – des mains, des oreilles, des yeux et des cœurs pour circuler et être vivant.

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Libros sobre la marcha

Hay una guerra en marcha contra nosotrxs.

Este es el primero de una serie de “Libros Sobre la Marcha”, textos que pasan. Porque algo tiene que pasar para que nos pase algo.

La idea es volver a poner el oído en las voces que

cuentan con nosotras para la historia, porque son y somos parte de la lucha. Reventar la distancia entre comunicadora, actriz, compañera. Espejarnos en los otros. La idea es tejer una red entre los de abajo con un formato de margen que llamamos cartonero, sin pasar por las mediaciones que nos proponen los de arriba. Creando de la edición un movimiento social, potenciando la edición como un género literario que tiene el collage, el tejido de red de símbolos y la curaduría de información sus herramientas principales. Todo material sirve, es reciclable. Queremos instituir documentos propios acompañando una insurrección, expandiéndola.

Este libro es Octubre 2014, de los Méxicos que

compartimos. No hay número de ejemplares, ni derechos reservados, circulación coronaria para curarnos el corazón. Es edición pirata. Es edición en marcha.

// PensaréCartoneras \\

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Livres en marche

Il y a une guerre en marche contre nxus.

Cet ouvrage est le premier d’une série de « Livres en Marche », des textes qui marchent, car quelque chose doit se produire pour que nous fassions advenir quelque chose.

L’idée est de prêter à nouveau oreille aux voix qui comptent sur nous pour l’histoire, car elles font et nous faisons partie de la lutte. Faire exploser la distance entre émettrice, actrice et camarade. Nous refléter dans les autres. L’idée est de tisser un réseau entre ceux qui sont en bas, dans un format marginal que nous appelons cartonero, sans passer par les médiations que ceux d’en haut nous proposent. Créant à partir de l’édition un mouvement social, faisant de l’édition un genre littéraire qui a recourt au collage, tissant un réseau de symboles, et faisant de l’information l’un de ses outils principaux. Nous voulons instituer des documents appropriés pour accompagner une insurrection que nous voulons répandre.

Ce livre représente le mois d’octobre 2014 des Mexiques que nous partageons. Il n’y a pas de nombres d’exemplaire, ni de droits réservés. Une circulation sincère pour soigner nos cœurs. C’est une édition pirate. C’est une édition en marche.

// PensaréCartoneras \\

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Note de Kartocéros Éditions à la présente édition bilingue (espagnol-français).

09.01.2016 Il y a très exactement deux mois Paloma Celis-Carbajal de l’université de Madison-Wisconsin est arrivée à Clermont-Ferrand avec, dans ses bagages, ce livre en édition bilingue (espagnol et anglais). En venant partager ce projet, qui est d’abord né chez Pensaré Cartoneras, à Valencia (Espagne), et l’exposition réalisée à Madison en mémoire des 43 disparus et des milliers d’autres que l’on ne nomme pas ici, elle a éveillé en nous cette sorte de devoir qui émane des cartoneras et qui consiste à faire « beaucoup plus que des livres ». Mucho más que libros. La traduction de ce recueil de témoignages pour les lecteurs francophones ouvrira, nous l’espérons, de nouvelles voies pour garder en mémoire ces 43 noms, ainsi que prendre conscience de tous les problèmes sociaux, culturels et politiques que ces événements ont mis en lumière. Nous nous engageons, avec ce travail militant, à lutter contre le silence. Tant que cette œuvre marchera, la mémoire de ces étudiants brillera…

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DOCUMENTATION lahaine.org, desinformémonos, pueblos en camino, La Jordana, Facebook, Twitter, email, organizandolarabia.tumblr.com, excelsior, photos prises in situ, RexisteMX, stylo et crayon sur un livre cartonero, Diagonal, graduate workshop PUEG, photos prises avec un téléphone portable, pintas-pintadas-grafiti, Asamblea et étudiants de la FFyL, SME, H.i.j.o.s. México, frente lucha de los pueblos, UNAM, Guerrero Bronco, más131, Ni vivos ni muertos (documentaire), contralínea, Centro de DDHH de la Montaña Tlachinollan. Antonio Guerra pour la couverture du livre original, Pete Bouchard. Traduction et édition du livre bilingue espagnol-anglais par Axolote. Corrections et relectures par les généreuses personnes et employés de l’Université de Rockford, Ill et les documentalistes de l’Université de Wisconsin-Madison. Cartonera créée avec l’aide supplémentaire de Kutsemba Cartão. La présente édition a pu voir le jour grâce au partage des documents par Pensaré Cartoneras. Traduction collective Kartocéros Éditions, Clermont-Ferrand.

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Les textes de ce livre ont été rédigés par un collectif durant la Journée Mondiale d’Action en faveur des Disparus d’Ayotzinapa, le 22 octobre 2014 à Mexico. Édition originale par PensaréCartoneras : pensarecartoneras.wordpress.com Traduction & édition bilingue espagnol-français par Kartocéros Éditions, travail collectif réalisé en mars 2016. Ce livre de la collection Karton des Amériques a été imprimé dans la Kartocave sur du papier recyclé, puis fabriqué à la main dans des ateliers participatifs de Kartocéros Éditions. La couverture est réalisée avec du carton collecté dans les rues de Clermont-Ferrand. Nous remercions chaleureusement Paloma Celis Carbajal, l’Université de Wisconsin-Madison et PensaréCartoneras pour leur aimable collaboration. 2ème édition à 50 exemplaires ISBN : 979-10-95294-05-4

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