Aviva 010

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  • 02 El predicador y la predicacin pbro. Abel Flores Ace vedo

    04 La predicacin contempornea pbro. juAn jess pre z gonz le z

    06 La predicacin, de la etimologa al orden litrgico

    pbro. guillermo rodrgue z herrer A

    08 Actitudes correctas del predicador pbro. sAlomn gArcA gil

    10 Predicacin persuasiva pbro. rubertoni lpe z pAl Acios

    12 Predicacin funcional o predicacin pentecostal

    pbro. FernAndo FigueroA gonz le z

    14 Un predicador sin santidad pbro. gus tAvo gArcA grimAldo

    06

    02 10

    12

    22

    26

    1416 La pertinencia en el sermn pbro. c Arlos Alberto z Ambr Ano mor Ales

    18 Vicios en la predicacin pentecostal pbro. jos m. sAucedo vAlenciAno

    21 Las tentaciones del predicador pbro. jul io csAr Andr Ade snche z

    22 La predicacin pentecostal pbro. isA montoyA c ArbA jAl

    24 Efectos de un lenguaje agresivo en la predicacin

    pbro. rodrigo Arrie tA mAyor Al

    26 Un mensaje que toca el corazn pbro. jos r Al gArcA oviedo

    28 Crnica del congreso pastoral hno. juAn jos contrer As esquivel

    nmero

    10enero

    dos mil catorce

    pbro. Abel Flores Acevedosuperintendente general

    pbro. marcelino gonzlez galvnsuperintendente Adjunto de la zona norte

    pbro. enrique gonzlez vzquezsuperintendente Adjunto de la zona centro

    pbro. jorge carlos canto hernndezsuperintendente Adjunto de la zona sur

    AvivA jornAdAs AsAmblestAs es una publicacin de la directiva general de el concilio nacional de las Asambleas de dios, A.r. se publica al trmino del trimestre correspondiente. publicacin fundada en abril de 1993. poca ii, Ao 3, nmero 10. el concilio nacional de las Asambleas de dios, A.r. nicols len 118, col. jardn balbuena, del. venustiano carranza, mxico, d.F., 15900. tiraje 7,400 ejemplares. distribucin gratuita. el contenido de todos los artculos de la edicin es responsabilidad de sus autores.

    www.asambleasdedios.mx

    pbro. juan j. prez gonzlezsecretario general

    pbro. guillermo rodrguez herreratesorero general

    excelgraf.com.mxArte y diseo editorial

    Directorio

  • 2. Use la emocin para motivar Las posibilidades de persuadir aumentan cuando el predi-

    cador despierta las emociones de los oyentes.La motivacin es la fuerza que acta en las personas

    para iniciar y dirigir el comportamiento. Las emociones que desea despertar dependern del tipo de sermn o argumen-tos que presente. Si el propsito es despertar la compasin por los perdidos, motivar a la iglesia a sentir inters en aque-llos que viven sin fe y esperanza, entonces el mensaje estar enfocado a ganar almas para el reino de los cielos.

    3. la personalidad y el compromiso del predicador

    Todo predicador debe aprender a controlar el nerviosismo. Se le puede llamar pnico escnico, timidez, miedo o an-siedad acerca de la interaccin con la comunicacin de las verdades divinas.

    Fsicamente el nerviosismo se manifiesta experimen-tando las palmas de las manos sudorosas, resequedad bu-cal y el uso de expresiones de relleno o muletillas.

    El predicador debe captar la atencin mediante una ilustracin interesante. Mantenga el inters y grabe el tema en la mente del oyente.

    elementos fsicos De la preDicacin1. la voz Su voz es el vehculo que comunica las palabras de su

    mensaje al pblico. Las caractersticas ms importantes de su voz son:a) El volumen: es la sonoridad. No es grato gritar y gri-

    tar. Los oyentes se incomodan cuando molestan sus odos.

    b) La velocidad: es la rapidez con que usted habla. Nor-malmente la mayora de la gente tiene la capacidad de pronunciar entre 130 y 180 palabras por minuto. No siempre se emplean todas. La velocidad, el hablar rpi-

    Sendas d e J u s t i c i a

    el predicAdor y la preDicacin

    2 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

    pbro. abel flores aceveDos u p e r i n t e n d e n t e g e n e r A l

    La predicacin tiene efectos poderosos en la vida de quienes escuchan el sermn.

    El escritor Warren W. Wirsebe dijo: Predicar la Palabra implica: Conocerla, trazarla correctamente y

    hacerla comprensible y aplicable a las vidas de las personas.definiciones por escritores de homiltica

    PaTTiSoN1. La predicacin es la comunicacin oral de las verdades

    divinas con el propsito de persuadir.BLackWood2.

    La predicacin es la verdad divina expresada verbalmente por una personalidad escogida, a fin de satisfacer necesi-dades humanas.BrookS3.

    La predicacin es la comunicacin de la verdad por un hombre a otros hombres.SiMPSoN4.

    Predicar no es slo entregar un mensaje, sino que es la entrega de un mensaje por un hombre que profesa haber sentido su poder y testifica de su veracidad a partir de su propia experiencia.

    Persuadir significa convencer para que alguien crea, haga o quiera cierta cosa.

    tres fuentes De persuasin1. la argUmentacin del sermn Usted tiene mayores posibilidades de persuadir a sus cre-

    yentes cuando en su sermn enfoca los problemas de la vida diaria, las bases sobre las cuales se pueden resolver los problemas y describir la forma de solucionar las difi-cultades mediante la intervencin divina o la efectividad de las promesas de dios.

    cuando el sermn es bblico, constructivo, directo, personal y persuasivo, los receptores del mensaje sern bendecidos.

  • Sendas d e J u s t i c i a

    3

    cuando eLsermn es bblico,

    constructivo, directo, personal y persuasivo, los receptores del mensaje sern bendecidos.

    e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

    do, despacio, hacer pausas, le da al ser-mn esttica verbal. Es ms agradable escuchar la predicacin con variantes de volumen y velocidad. Se cuenta con calidad en la expresin cuando se logra hablar con un tono claro.

    2. accin corporal Las acciones corporales complementan su

    voz. Las expresiones faciales, los gestos. Los movimientos, el aplomo y la postura son acciones que suman valor y calidad al sermn.

    Me es necesario sealar que todo pre-dicador pentecostal debe cuidar los excesos tanto en expresiones y movimientos cor-porales, a fin de llegar con el mensaje sin daar su propio sermn. cuidar los golpes en el plpito, gritar con demasiada fuerza cuando el sonido transmite claridad.a) La expresin facial: tiene que ver con

    los movimientos de los ojos y la boca. (Es agradable una sonrisa cordial, una mirada apreciativa).

    b) Los gestos: son los movimientos de

    las manos, de los brazos y de los de-dos. deje sus manos libres para que pueda hacer lo que le nace de manera natural.

    c) El movimiento: tiene que ver con la accin de todo su cuerpo. El movi-miento ayuda a resaltar una idea o para llamar la atencin sobre el aspec-to particular del sermn. Es inteligen-te evitar hacer movimientos despro-vistos, como mecerse, girar, apoyarse en un solo pie, y luego en otro, apo-yarse en el plpito con los codos, por ejemplo.

    d) El aplomo: tiene que ver con la sereni-dad en los modales del predicador. No hacer gestos que perturben la aten-cin del oyente. (Lamerse los labios, rascarse la nariz).

    Todo verdadero predicador cuida de ejer-cer su ministerio de manera eficaz. Vive lo suficientemente cerca de dios para recibir la iluminacin del Espritu Santo y transmite las verdades divinas con buena actitud y co-municacin efectiva.

  • 4pbro. juan jess prez gonzlezs e c r e t A r i o g e n e r A l

    En la predicacin del apstol Pedro en el da de Pentecosts, encontramos dos aspectos importantes:

    Su contenido: a) salvacin por medio del sacrificio de 1. Jesucristo, b) arrepentimiento de los pecados, y, c) el bautismo en agua como demostracin de la fe en cristo. El poder del Espritu Santo, hablando y capacitando 2. al predicador, pero simultneamente obrando en la conciencia y el nimo de la multitud all reunida.

    desde ese contexto considero que el mensaje de Pedro resulta relevante para nosotros, y del mismo derivamos las caractersticas que deben distinguir a la predicacin contempornea. Debe ser con autoriDaDEntonces Pedro, ponindose en pie con los once, alz la voz y les habl diciendo: Varones judos, y todos los que habitis en Jerusaln, esto os sea notorio, y od mis palabras.

    Por supuesto que no se trata de una autoridad humana, sino divina, porque de otra manera el predicador sera autoritario. Note la actitud de Pedro: ponindose en pie. Ya no es aquel hombre que niega a su Maestro; ahora se pone de pie y alza la voz para proclamar el nombre de Jess ante miles de personas de todas las naciones ah reunidas.

    y od mis palabras, exhorta a la multitud a escuchar el mensaje que est a punto de comenzar. No se intimida, no pide a otro que lo haga por l. No permite el desorden y bullicio de la gente, llama la atencin a la multitud con valor y conviccin a lo que enseguida va a decir. l es el primero que est convencido de la verdad e importancia de su mensaje, por eso con firmeza dice: od mis palabras. Pedro sabe que no se est presentando ante la multitud para impartir conocimientos acerca de dios, (como los maestros e intrpretes de la ley en su poca) sino de un mensaje vivo y poderoso, expresado con la autoridad divina de la palabra.

    lA predicAcin

    contemporneaY con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generacin. As que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se

    aadieron aquel da como tres mil personas (Hechos 2:40, 41).

    Los predicadores contemporneos, deben hablar la palabra con autoridad de dios, si quieren tener los mismos resultados que tuvieron los predicadores de la iglesia del libro de los Hechos.

    Debe ser bblicaMas esto es lo dicho por el profeta Joel.Es un mensaje bblico. Pedro citando a Joel dice que dios derramar su Espritu en los ltimos das. El derramamiento del Espritu Santo y las manifestaciones, dones y ministerios no pueden limitarse a un solo da; estas seales y prodigios acompaarn siempre a la iglesia, desde su nacimiento hasta su arrebatamiento glorioso, cuando cristo venga por ella.

    Todo el mensaje de Pedro est basado en el libro de Joel (2:28) y en los Salmos. La base de su sermn es la misma palabra de dios. Esto es lo que da poder y autoridad a su prdica, la Escritura.

    Todos los sermones de Pedro son bblicos. Lo vemos tambin citando la Palabra en el discurso que da en el prtico de Salomn, despus de la curacin del cojo.

    Y no slo Simn; la predicacin de los dems apstoles fue apegada a la Escritura. Tal es el caso de Pablo, Felipe con el eunuco etope, y Esteban con su mensaje el da de su martirio, entre otros.

    Por qu debe ser bblica la predicacin contempornea? He aqu algunas razones:

    Porque la Palabra de dios es la que convence de pecado al a) corazn del hombre.Porque la Palabra de dios no vuelve vaca, cumple el b) propsito del altsimo.Porque la Palabra de dios alimenta el alma del creyente. c) Porque la gran comisin dada por nuestro Seor Jesucristo d) consiste en predicar el evangelio a las personas y discipular a los creyentes por medio de su Palabra.

    A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

  • l a p r e d i c a c i n

    5e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

    Debe ser persuasiva Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generacin.

    Fue un sermn extenso porque abundaron las palabras que persuadan a la multitud sobre la necesidad de un arrepentimiento de sus pecados, de aceptar y reconocer al cristo crucificado y resucitado como nico salvador y redentor de la humanidad.

    La predicacin contempornea debe advertir a las personas del castigo eterno que enfrentan si no se arrepienten de sus pecados y reciben a Jesucristo como nico y eterno salvador. Los ministros deben tener cuidado de no caer en aquella predicacin que promueve y promete a las personas bienes y riquezas en esta tierra a cambio de aceptar a cristo. otros predican que la gente dejar de sufrir cualquier mal, con el solo hecho de aceptar su creencia o seguir su religin. El verdadero evangelio habla de beneficios eternos y ms valiosos que las glorias y placeres de la vida temporal; veamos lo que cristo dijo: No os hagis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orn corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orn corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan (Mateo 6:19, 20). cierto es que cuando una persona se convierte al evangelio su vida cambia en muchos aspectos, pero no ha de usarse la prosperidad como gancho o forma de manipulacin para ganar adeptos. debido a este tipo de predicacin que abunda en algunos medios, muchos creyentes no saben responder si son salvos cuando se le pregunta al respecto, porque no han tenido la salvacin. algunos jvenes han heredado de sus padres una tradicin religiosa, pero no han experimentado un encuentro personal con dios. Esto debido a que en algunos plpitos, lamentablemente se carece de una predicacin persuasiva, bblica y poderosa, que exhorte a las personas a dejar su conducta pecaminosa y se conviertan a dios y le sirvan con pureza y dignidad.

    Se necesita una predicacin que hable del arrepentimiento del pecado, del amor y el poder divinos para transformar la condicin del ser humano. La gente no se va a convertir de su mala conducta mientras los predicadores hablen de otras cosas.

    La predicacin de Pedro aparte de persuasiva fue directa: Pedro les dijo: Arrepentos y bautcese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdn de los pecados; y recibiris el don del Espritu Santo (Hechos 2:38).

    La predicacin del apstol lleg a donde dios quera que llegara, al corazn de cada persona que escuchaba el mensaje. El Seor habla directo al corazn, su palabra llega a lo ms profundo del ser y por eso transforma completamente.

    La exhortacin ms fuerte del sermn de ese da fue arrepentos. Es tiempo que en nuestras predicaciones se vuelva a or la palabra arrepentos. Predicadores, no teman, les aseguro que mucha gente de la iglesia vendr de nuevo al altar. adems, Pedro contina diciendo: Sed salvos de esta perversa generacin. Nadie puede ser salvo, si no se aleja de la corrupcin de la sociedad actual (Lucas 9:41; Filipenses 2:15).

    Debe ser impactanteAl or esto, se compungieron de corazn, y dijeron a Pedro y a los otros apstoles: Varones, hermanos, qu haremos?

    Pedro en su predicacin llev al clmax a la multitud. La gente estaba convencida del mensaje del apstol, ahora queran saber cul era el siguiente paso. El mensaje poderoso de la Palabra de dios haba surtido efecto, la cosecha estaba lista. Pedro supo aplicar y concluir su sermn diciendo a la gente arrepentos, y luego habla del bautismo en agua y del Espritu Santo. Es la culminacin de un mensaje pentecostal. La multitud vino a cristo por el llamado de Pedro. Se pudieron contar por miles aquel da en ese primer sermn predicado por un hombre lleno del poder del Espritu Santo.

    Estos fueron los resultados de la predicacin: As que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se aadieron aquel da como tres mil personas (2:41).

    conclusinLa predicacin contempornea tiene sus variantes en estilo, estructura y forma, pero el contenido es el mismo. El mensaje de salvacin, de perdn, de amor y redencin es eterno. El Espritu Santo respaldar la predicacin de la Palabra y a los siervos de dios que la predican. Que los expositores contemporneos tomen como modelo la predicacin del apstol, pues fue un mensaje efectivo. l y el resto de los apstoles transformaron el rumbo del mundo con el poderoso mensaje de la palabra de dios.

    El mensaje del ex pescador fue respaldado por el poder del Espritu Santo con prodigios y milagros. La predicacin contempornea debe ser bblica, persuasiva y poderosa para tener los resultados que dios quiere realizar hoy a travs de sus siervos.

    Finalizo con las palabras del apstol Pablo a Timoteo: Te encarezco delante de Dios y del Seor Jesucristo, que juzgar a los vivos y a los muertos en su manifestacin y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina (2 Timoteo 4:1, 2).

  • En el antiguo Testamento no se usa la pala-bra sino en Eclesiasts, como una traduccin de cohlet, que es el hombre de la qahal, de la asamblea, a la que convoca y habla en medio de ella. as que ms que un predicador en el sentido de la expresin neotestamentaria debe de ser el congregador, que es la traduc-cin etimolgica ms apegada. En forma si-milar est la expresin de isaas 61:1, me ha enviado a predicar; la mejor traduccin es a anunciar. El Maestro la toma para s y en el contexto del Nuevo Testamento ya es propia-mente a predicar (kerksai) (Lucas 4:19).

    La predicacin como tal se da en el con-texto del evangelio, pudiendo equipararse al oficio proftico veterotestamentario, en el que ambos, el profeta de entonces y el predicador de ahora, denuncian el pecado, llaman al arre-pentimiento y ensean el camino del cielo.

    as pues, la predicacin es tan evanglica como el Nuevo Testamento lo ensea en su orden litrgico de 1 Timoteo 4:13, donde el predicador examina detenidamente una por-cin de las Escrituras y la explica (anagnsei) pblicamente, para amonestar y alentar (pa-raklsei), y ensea (didaskala) a partir de esa reflexin.

    Predicar es publicar, es hacer patente y claro algo; es pronunciar un sermn, enten-diendo por sermn el discurso cristiano que se predica a los fieles para la enseanza de la buena doctrina. La estructura sermonaria da cabida al mensaje del predicador pero no lo debe ceir al grado de alterar la esencia de su mensaje. Es ms importante el mensaje que la estructura del sermn.

    En cambio la retrica es tan griega como demstenes, y se define como el arte del

    la preDicacin de lA etimologA

    Al orden litrgico

    pbro. guillermo roDrguez herrerat e s o r e r o g e n e r A l

    6

    predicar espublicar, es hacer

    patente y claro algo; es pronunciar

    un sermn, entendiendo por

    sermn el discurso cristiano que se

    predica a los fieles para la enseanza

    de la buena doctrina.

    A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

    La predicacin es una palabra que encuentra plenitud de

    expresin en el Nuevo Testamento. La tarea esencial de

    la iglesia no es la enseanza de rituales ni la memori-

    zacin pasiva de preceptos ni la observancia de intras-

    cendentes prcticas simblicas ni la sujecin rigorstica a las ense-

    anzas de un magisterio, sino que implica la activa integracin de

    personas de todas las identidades nacionales, de todos los estratos

    socioeconmicos y sin distincin de gnero, a la vida eclesial co-

    munitaria, mediante su profesin de fe, de lo cual la predicacin

    es la proclama que rene, que restaura, que convoca.

  • 7e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

    l a p r e d i c a c i n

    buen decir, de dar al lenguaje escrito o habla-do eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover. Es la sabidura de palabras; de este siglo; de este mundo; vanas palabre-ras. Mucha elocuencia, mucha apelacin al emocionalismo; mucho alboroto y poco del moverse de dios, escasa profundidad devo-cional.

    En ocasiones se ha hecho la traduccin con la palabra predicar aunque en algunas expresiones del koin no se consignen como tales. El diccionario expositivo de W. E. Vine explica lo siguiente.

    Kergmatos aparece, entre otros, en 1 corintios 1:21. Se usa como sustantivo y su denotacin es la sustancia o el mensaje de lo predicado y no la accin de la predicacin.

    Evangelidsmenoi es tal como aparece en Hechos 5:42 y otros pasajes. El significado es anunciando la buena nueva aunque se tradu-ce como predicar.

    Kersson es citado en Mateo 3:1, por ejemplo, y significa proclamar.

    Prokerksantos aparece en Hechos 13:24

    aplicado a Juan el Bautista. Pro significa an-tes porque l proclam la venida del Seor Jesucristo.

    En la propagacin del evangelio es esen-cial su proclamacin. Las ocupaciones ad-ministrativas (servir a las mesas) y de otra ndole son loables pero no deben de hacer desatender la labor esencial de la palabra de dios. Hechos 6:1-4 establece este orden de prioridades. Los ministros deben de ocupar-se prioritariamente en la oracin y en el ministerio de la palabra. de la oracin se deriva la autoridad para la enseanza y la pre-dicacin con el poder del Espritu Santo.

    Este trabajo de predicar y ensear es digno de doble honor (1 Timoteo 5:17), llevado a cabo a tiempo y fuera de tiem-po (2 Timoteo 4:2)... en todas partes (Mr. 16:20)... con esfuerzo (romanos 15:20), tra-bajo, fatiga, desvelos, ayunos y preocupacin por los hermanos (2 corintios 11:27, 28), pero, ante todo, de buena voluntad (Fili-penses 1:15). as, en su tiempo, se recibir galardn completo (2 Juan 8). amn.

    de La oracinse deriva la

    autoridad para la enseanza y la

    predicacin con el poder del espritu

    santo.

  • 8 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

    actituDes correctasdel predicAdor

    pbro. salomn garca gils u p e r i n t e n d e n t e d i s t r i t o s u r d e c h i h u A h u A

    Lo primero es lo primero. El predicador debe identi-ficar y vencer los cuatro enemigos emocionales que siempre le estarn persiguiendo y desafiando, estos son:

    Una preparacin superficial de sus notas o sermn.1. Una preparacin superficial en su vida devocional.2. Las crisis externas e internas en la vida del predicador.3. Un auditorio hostil. 4.

    el siervo de dios nunca debe tomar el plpito para pre-sentar el mensaje de dios con una actitud visceral.Todos los siervos de dios, mejor dicho, todos los predicadores, estamos rodeados de personas que no simpatizan ni comulgan con nosotros; todos hemos sido en alguna ocasin criticados justificadamente e injustificadamente, y en algn momento tarde o temprano nos damos cuenta; ah! algo que no debe-mos olvidar es que la crtica triangulada por terceras personas viene corregida y aumentada. No todos los predicadores esta-mos preparados para identificar y soportar la crtica, y lo ms serio y delicado es tomar el plpito con una actitud visceral y olvidar que es un lugar relevante, sagrado y consagrado para comunicar el mensaje del cielo que confronta, que bendice y que transforma, y utilizarlo para hacer declaraciones de des-quite a la persona de quien recibimos la crtica. Esto habla de falta de madurez, no bendice ni edifica, ms bien exhibe y denigra al predicador.

    el siervo de dios debe evitar el uso de la predicacin alegrica.La predicacin alegrica es el estilo innovador de muchos pre-dicadores en este siglo XXi. El peligro latente en esta forma de predicacin es la espiritualizacin de la Biblia. Nuestra base fundamental en la interpretacin de las Sagradas Escrituras, es el uso del mtodo gramtico histrico.

    la alegorizacin y espiritualizacin de la Biblia dete-riora la verdadera exgesis.Nota de c. H. Spurgeon, citando a adam clarke, quien de-

    clara: La predicacin alegrica vicia el gusto y encadena el en-tendimiento tanto del predicador como de los oyentes.

    Spurgeon afirma: Es importante estar atento a la recomen-dacin de Wesley: Haced uso raras veces de la espiritualizacin, y alegorizad muy poco.

    adems enfatiza: Nunca permitas acomodar y adaptar un texto a lo que t crees que dice. Esto es un artificio propio de los hombres poco instruidos; una treta de los charlatanes, una manifestacin miserable de mal gusto y de imprudencia.

    c. H. Spurgeon sintetiza: Quiero honrar a los que merecen la honra por ser expertos en alegorizar, pero no puedo menos que disentir de esta opinin tan ilustrada, creyendo que es ms caprichosa que exacta, y ms aparente que verdadera.

    el siervo de dios debe ser un predicador exegtico; esto lo convertir en un hombre sabio, objetivo, de bendicin y lo har ms bblico. Quetrazabienlapalabradeverdad (rVa) Queusabienlapalabradeverdad (rVr60) Queinterpretarectamentelapalabradeverdad (NVi)

    exgesis: Es el estudio cuidadoso y sistemtico de las Sagra-das Escrituras con el fin de descubrir el significado original propuesto. cmo ser un predicador exegtico?Leer el texto con cuidado, tomando en cuenta los idiomas bblicos y trasfondos culturales de los diversos pueblos men-cionados en la Escritura. Hacer las preguntas apropiadas al texto; hay dos principios fundamentales que se deben aplicar a cada pasaje bblico, estos son los relacionados con el contex-to, y los relacionados con el contenido.

    contexto: Hay que tomar en cuenta el aspecto histrico y literario, es decir, hay que considerar la poca, la cultura del autor y lectores; esto incluye los factores topogrficos, geo-grficos, religiosos y polticos; la ocasin del libro, si es una carta o un salmo; el gnero literario, si es histrico, proftico o potico.

    contenido: Para cuidar el contenido lo elemental es te-

  • 9e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

    ner una buena traduccin de la Biblia y adems consultar y comparar diferentes traducciones.

    el predicador exegtico debe utilizar y consultar el mayor nmero de traducciones de la Biblia; siempre extremando precauciones y cuidando los excesos de cada una de ellas.Hay tres teoras fundamentales sobre la traduccin de la Biblia: Traduccinliteral Mantiene la distancia histrica intacta en todos los puntos. Traduccinlibre Trata de eliminar la distancia histrica en cuanto sea posi-

    ble. Una de estas traducciones es la Biblia en parfrasis. Traduccinequivalentedinmica Mantiene la distancia histrica en los aspectos y datos

    histricos; pero adapta el idioma, la gramtica y el estilo.

    el predicador exegtico debe aplicar las siguientes preguntasalpasajebblicoquedeseainterpretar: PorquseescribiestepasajeolibrodelaBiblia?

    Culeseranlascircunstanciasquevivanlosreceptores

    cuando se escribieron?

    Qusignificadotenanparaloslectoresaquienessees-cribieron?

    CulerasuconceptodeDios?

    El predicador exegtico es el que descubre y respeta el significado original propuesto. Es el que sabe que la Biblia debe interpretarse en su lenguaje usual y ordinario. Es el que acepta que la Biblia es su propio intrprete (isaas 28:10, 13), es decir, que solamente lo que dios dijo y dice en su Palabra es la verdad.

    Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, rengln tras rengln, lnea sobre lnea, un poquito all, otro poquito all (isaas 28:10).

    Noeslomismoexgesisqueeisgesisla eisgesis: Es poner las ideas propias en el pasaje bblico, esto hace que la Palabra diga algo diferente de lo que dios dijo en realidad, o sea, esta es la verdad del hombre.

    Finalmenterecomiendoquetengamoscuidadocon:La herencia teolgica. Las tradiciones eclesisticas. Los pre-juicios denominacionales. Normas culturales. Preocupacio-nes existenciales.

    l a p r e d i c a c i n

    no todos Lospredicadores

    estamos preparados

    para identificar y soportar la crtica,

    y lo ms serio y delicado es

    tomar el plpito con una actitud visceral y olvidar que es un lugar

    relevante, sagrado y consagrado

    para comunicar el mensaje del cielo.

  • 10 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

    preDicacinpersuAsivA

    pbro. rubertoni lpez palacioss u p e r i n t e n d e n t e d i s t r i t o c h i A p A s

    la preDicacin Lo que el diccionario de Teologa dice que es la predicacin: La predicacin es la proclamacin de la palabra de Dios a los hombres por los hombres por mandato de Dios. Es el medio or-denado para la transmisin de la palabra de Dios al mundo, y sirve tambin como un medio de gracia oficial para la edifica-cin de la iglesia de Cristo.

    la persuasin La persuasin es un cambio de actitud, accin o creencia en una persona por medio de la predicacin. Persuasin se relaciona con obedecer, tiene como propsito influir en las personas con el mensaje de la Palabra de dios. Es convencer con la predicacin y las verdades bblicas para las necesidades humanas; tratamos de decir: esto es lo que dios ha dicho y lo que quiere que hagamos.

    Predicacin y persuasin estn totalmente relacionadas y no se puede separar una de la otra. En toda predicacin debe haber una persuasin; Predicacin y persuasin es xi-to, pero predicacin sin persuasin es fracaso. Persuadir a travs de la predicacin no es nada fcil ya que la gente no quiere renunciar a lo que piensa y a lo que cree.

    La persuasin tiene que afectar la cabeza y el corazn. con la persuasin deben ocurrir cambios. La persuasin se puede medir en los cambios de nuestras actitudes en las creencias y acciones hacia dios, hacia otras personas y hacia nosotros mismos.

    Hay una gran urgencia en nuestros plpitos para entregar un mensaje que pueda satisfacer las necesidades de los oyen-tes. algunos ejemplos de persuasin en el antiguo y Nuevo

    Testamento: EnelAntiguoTestamento En 2 reyes 4:8 que le invitaba insistentemente a

    que comiese En Gnesis 19:3 mas l porfi con ellos mucho; Proverbios 25:15 y la lengua blanda quebranta los huesos; y en 1 de Samuel 24:7 As re-primi David a sus hombres con palabras

    EnelNuevoTestamento Mateo 27:20 los ancianos persuadieron a la mul-

    titud que pidiese a Barrabs Hechos 13:43 les persuadan a que perseverasen en la gracia de Dios; Hechos 18:4 y persuada a judos y a griegos; Hechos 19:8 y persuadiendo acerca del reino de Dios...

    la preDicacin persuasivay el espritu santoEl Espritu Santo inspir la Biblia y nos ilumina para enten-derla. Es el que da poder al predicador. El Espritu trae per-suasin a los oyentes, trae conviccin a la congregacin. El Espritu Santo es quien trae las palabras a nuestras mentes. y nos da fruto espiritual. La predicacin persuasiva comienza primero con la obra divina a travs del Espritu Santo.

    ejemplos De la preDicacin persuasivaEn la vida de Nicodemo la persuasin fue en un proceso.1. En Juan 3:1, 2, Nicodemo es persuadido pero no manifies-

    ta ese cambio.2. En Juan 7:45-52, Nicodemo es persuadido, y se le observa

    como un creyente secreto; pero ya defiende a Jess.3. En Juan 19: 38-40, Nicodemo es persuadido y ahora ma-

    El sermn persuasivo es un modelo efectivo para ocupar en nuestros plpitos alcanzando grandes resultados en la vida

    de nuestros congregantes.

  • 11e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

    nifiesta ese cambio de vida trayendo un compuesto de mi-rra y de loes para Jess.

    En el primer discurso de Pedro captulo 2 de Hechos.1. cul era el propsito del sermn? Persuadir a la multitud

    al arrepentimiento y a la conversin. 2. Qu hizo Pedro para persuadir a la multitud? Les pre-

    sent el cumplimiento proftico, se puso de pie, habl al-zando la voz, los confront, estableci conexin viendo a la multitud y bas su argumento en las Escrituras.

    3. cul fue su conclusin? Toc los sentimientos y us la confrontacin de la multitud.

    4. Logr Pedro persuadir a la multitud? S. Ellos dijeron qu haremos?

    5. cul fue el llamamiento que hizo Pedro? Llam a la gen-te a arrepentirse y a bautizarse para perdn de los pecados y recibir el Espritu Santo.

    6. cul fue el resultado de la predicacin persuasiva de Pe-dro? 5 mil personas se hicieron seguidores de Jess, re-

    cibieron la palabra, fueron bautizados, perseveron en la doctrina, en la comunin unos con otros, en el partimien-to del pan y en las oraciones.

    La predicacin persuasiva toca la mente, el corazn, los sentimientos, las emociones y el ser entero con el Espritu Santo para trasformar al oyente.

    conclusinLo que se debe tomar en cuenta para preparar un sermn persuasivo:1. conocer a dios ntimamente todos los das.2. conocer la Palabra de dios. 3. conocer al Espritu Santo. 4. conocernos a nosotros mismos.5. conocer nuestro mundo.6. Hacer su propio bosquejo.7. No acuda a comentarios, antes de hacer su bosquejo.8. Pase tiempo en oracin para cada sermn.

    l a p r e d i c a c i n

    La persuasintiene que afectar

    la cabeza y el corazn. con la

    persuasin deben ocurrir cambios. la persuasin se puede medir en los cambios de

    nuestras actitudes en las creencias y acciones hacia dios, hacia otras personas y hacia nosotros mismos.

  • 12 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

    predicAcin FuncionAl o

    preDicacin pentecostal

    pbro. fernanDo figueroa gonzlezs u p e r i n t e n d e n t e d i s t r i t o c o A h u i l A

    cmo debe ser el mensaje y la predicacin contem-pornea? Es posible conciliar la tcnica, la teolo-ga y la palabra eterna para obtener buenos resulta-dos? Es evidente que cada predicador desarrolla su propio estilo y formato de predicacin de acuerdo a

    un bagaje homiltico que va acumulando con la experiencia as como el desarrollo paulatino de sus capacidades y talentos. El que esto escribe, reconoce que su predicacin est cimentada en los conocimientos primarios del libro La Escalera de la Pre-dicacin, luego vino El Sermn Eficaz, la siguiente parada obligada fue comunicacin por medio de la Predicacin, y entonces despus de 40 aos de ministerio se acumul una serie interminable de libros y comentarios acerca de la predica-cin, y que si no mal recuerdo el ltimo que nutri mi acervo fue el libro La predicacin: Puente entre dos Mundos. obvio los autores por espacio y espero no cause escozor intelectual.

    algunos factores estn influyendo decisivamente en el rumbo que est tomando la predicacin contempornea; por ejemplo la mediatizacin, la globalizacin y la postmodernidad. No es extrao encender el televisor y ver en la programacin al-gunos canales cristianos que transmiten predicacin tras predi-cacin. algunos precisan el corte conservador, otras ms atrevi-das tratan temas de moda, hasta las predicaciones teraputicas que buscan infundir nimo y atenuar el dolor humano por medio de presentaciones ldicas y estereotipadas. de manera entonces que la mayora de la predicacin actual, an aquella que se predica en los plpitos conservadores, tiene influencia de las grandes propuestas de homiltica funcional. Por qu funcional? Funcional es la palabra que mejor describe el fen-meno actual por el que atraviesa la predicacin, se refiere a las caractersticas y particularidades que concierne este modelo, y que en su esencia es posible descubrir y que est determinada por factores sociales, intelectuales y teolgicos de moda.

    No es extrao ver como la predicacin actual tiene una enorme influencia de los grandes temas de la vida como cen-trales o coyunturales. Es decir, la Biblia es presentada eminen-temente como la solucin a los problemas de la vida, las crisis existenciales y el hombre como epicentro. a simple vista esto no ofrece problema alguno, es verdad que la Biblia presenta las grandes soluciones a la existencia humana, pero a decir verdad, el mensaje bblico va mucho ms all que ofrecer respuestas a

    las crisis del hombre; la Escritura es la revelacin plena de dios al hombre, que incluye muchos temas fundamentales, y que no ataen necesariamente al bienestar de los seres humanos, pero que s deben ser predicados a plenitud. Por ejemplo: la creacin, la familia, la fe o la eternidad entre otros.

    Este aspecto de la predicacin funcional es interesante y no debe ser descuidado, pero tampoco debe sobrevaluarse. La pre-dicacin pentecostal por otro lado es la propuesta de redencin divina que si el hombre acepta, conlleva paz, gozo, tranquilidad y prosperidad divina, basadas no slo en el hecho del bienes-tar, sino del compromiso y la obediencia del hombre hacia su redentor. Sigamos predicando las buenas nuevas, las noticias que descienden del cielo donde dios promete aliviar el dolido corazn pero con un propsito y un formato: redimidos y res-taurados para servir.

    otro aspecto que sobresale de la homiltica funcional, es su excesivo nfasis ecolgico y restauracionista. Los cristianos somos gente comprometida con el cuidado de la creacin y sus derivados. debemos estar conscientes del uso correcto de los recursos naturales, incluso promoverlos. Unido a esto, la predi-cacin funcional trae a la palestra temas de ecologa humanista sobrevalorados; ven la creacin cada da mejor y en ptimas condiciones como resultado de nuevas formas de gobernar basado en principios bblicos. Suena interesante la propuesta, pero la Biblia dice otra cosa. El tenor bblico sustenta que la creacin est enferma, est en decadencia y por lo tanto nece-sita una transformacin que slo dios puede realizar.

    El aspecto de orden restauracionista se evidencia en el uso excesivo de los ttulos que se ostentan, para el caso los referi-dos por la Nueva reforma apostlica. Los predicadores res-tauracionistas usan, proponen y discuten estos temas en sus prdicas defendiendo con argumentos bblicos su postura y sus creencias. No es extrao ver la autoridad que pretenden tener al predicar en las grandes congregaciones o congresos, utilizando argumentos bblicos que en un acucioso anlisis y profundo estudio, no pasan la prueba de la solidez bblica. El nuevo formato de la predicacin funcional que viene avalada por los nuevos apstoles es una predicacin llena de autoridad humana que busca gobernar, incluso las naciones. cuando las vemos detenidamente, descubrimos que poco o nada tiene que ver con el modelo y contenido de la predicacin pentecostal que

  • 13e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

    presenta las grandes verdades bblicas sin alteracin ni mezclas humanas. La predicacin pentecostal no tiene como propsi-to la defensa de modelos de autoridad, ni la discusin estril de posiciones o jerarquas, sino del ministerio del Espritu que obra en tanto la palabra es predicada con pureza, esperando que sta haga efecto para producir vida eterna.

    Un aspecto ms que tiene la predicacin funcional es que est sobresaturada de misticismo. Parece que la autoridad de una predicacin en el orden de esta lnea de pensamiento, emana no de una vida devocional seria y profunda, sino de un encuentro o aproximacin mstica del exponente. En el afn de darle mayor autoridad al mensaje que se presenta, se usa y se abusa de expresiones de orden mstico para reclamar obedien-cia y sujecin como fin ltimo. al ms puro estilo de los profe-tas del antiguo Testamento, evocan frases como as dice , con la autoridad que me confiere o El Seor me dijo con el propsito de capturar la atencin y obediencia ciega de los creyentes. Quienes as actan y piensan nos proponen como absolutos los siguientes parmetros: slo el predicador oye la voz divina, slo el predicador discierne la voluntad divina, slo el predicador tiene acceso a la verdad divina.

    La predicacin pentecostal no necesita usar estas expre-siones sobradas de espiritualidad o misticismo, menos plan-teamientos radicales que denigran o hacen ver al oyente como frgil creatura que depende de la bondad del predicador para recibir el bien divino. Es interesante notar cmo presenta Pablo sus argumentos cuando diserta sobre una verdad divina, o el

    mismo Seor Jesucristo que haca de sus prdicas ricas con-versaciones con sus interlocutores, permitindoles exponer sus argumentos o razonamientos. Jess no era cerrado ni crtico, sus palabras llenas de consuelo animaban a los oyentes confiar en un dios que tiene los brazos abiertos, que recibe al penitente y lo llena de paz y consuelo.

    La predicacin funcional tiene muchas espinas y hay que tener cuidado con ellas. No nos vayamos con la corriente ni aceptemos sin discusin los nuevos planteamientos de la pre-dicacin moderna. Es cierto, funciona, pero eso no significa que sea la mejor. No estamos en contra de la superacin y de la contextualizacin del mensaje y sus oficios homilticos, eso es otra cuestin. Nuestra propuesta es el revalorar la predicacin sencilla pero eficaz, acuciosa y bien documentada. No compar-timos la idea de los argumentos forjados al vapor y los mensajes acartonados, incluso sofisticados. Nada de eso, los predicadores pentecostales han de ser hombres estudiosos e investigadores serios. El asunto es filtrar toda humana sabidura del mensaje bblico.

    Volvamos a la prdica sencilla y bblica, a la prdica que nutre y persuade. convencido estoy que lejos de lograr mejores metas con una predicacin funcional, si dependemos ms del Seor y nos preparamos lo mejor que podamos, tendremos xi-to y ptimos resultados, y lo mejor; gozaremos de la satisfaccin de saber que las sendas antiguas de la predicacin de la Biblia y el mensajero con uncin, siguen salvando las almas y dando gloria al eterno dios.

    l a p r e d i c a c i n

    eL mensajebblico va mucho

    ms all que ofrecer respuestas a las

    crisis del hombre; la escritura es la revelacin plena

    de dios al hombre, que incluye

    muchos temas fundamentales, y que no ataen

    necesariamente al bienestar de los seres humanos,

    pero que s deben ser predicados a

    plenitud.

  • 14 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

    un preDicaDorsin sAntidAd

    pbro. gustavo garca grimalDos u p e r i n t e n d e n t e d i s t r i t o c e n t r o

    dios es santo. Todos los siervos de dios sa-ben que uno de los principales atributos de dios es la santidad. Sin embargo, la imagen de un dios santo suele ser muy difusa en el corazn de muchos hijos de dios. El Nuevo

    Testamento emplea el trmino hagios, con el significado de consagracin, separacin o puestos aparte al servicio de dios (Lucas 2:23).

    obviamente, significa que l no tolera el pecado, que no tiene comunin con las tinieblas. La santidad de dios explica el hecho de que haya tenido que ofrecerse el Unignito de dios como ofrenda para expiar el pecado de los hombres.

    continuamente referimos que la santidad de dios exige una forma de caminar y de servicio en sus hijos, y de cmo la santidad del altsimo es resguardada por l mismo. adems de cmo dios se santifica en sus siervos.

    se les olviD que Dios es santoNadab y abi pertenecan a una clase especial de israelitas: ellos eran hijos de aarn, hermano de Moiss y sumo sacer-dote. El mismo da que aarn fue ungido, con toda la solem-nidad que as lo ameritaba, tambin lo fueron sus cuatro hijos: Eleazar, itamar, Nadab y abi.

    El oficio de ellos era escogido. aarn era el nico que poda entrar al lugar santsimo una vez al ao, en el da de la expiacin; en tanto, sus hijos, eran los nicos que podan ministrar en el lugar santo. Ellos ministraban al Seor en las santas tareas que se realizaban en el lugar ms santo de la tierra. Sin embargo, ellos no podan oficiar individualmente. No podan tomar la iniciativa por s mismos. Haban sido lla-mados a ayudar a su padre en el servicio a dios.

    Primero, no deban contaminarse por los muertos. Segundo, deban ser santos en su cuerpo y en su vestimenta. No deban hacerse tonsuras en su cabeza, ni cortar la punta de su barba. Tercero, deban ser santos en su matrimonio. Para el sumo sacerdote, las exigencias eran mayores.

    Un da Nadab y abi hicieron algo que rompi el orden en el santuario: ellos tomaron cada uno su incensario, pusieron

    en ellos fuego, sobre el fuego pusieron incienso y ofrecieron delante del Seor fuego extrao, que dios nunca les mand.

    Entonces ocurri algo trgico: fueron consumidos por el fuego del Seor. acto seguido, el Seor dijo: En los que a m se acercan me santificar, y en presencia de todo el pueblo ser glorificado (10:3).

    El Seor orden a aarn que no hiciera duelo por sus hi-jos. aunque aarn los amaba, y como padre legtimamente hubiera querido guardar luto, no poda hacerlo. La razn? El aceite de la uncin estaba sobre l. l no era una persona comn, l haba sido separado para dios. La santidad implica separacin.

    representanDo a Dios en santiDaDLos estudiosos de la Biblia coinciden en afirmar que Nadab y abi ofrecieron fuego extrao porque estaban borrachos. Mientras el pueblo poda beber vino y sidra, los sacerdotes de dios no podan hacerlo. Su funcin era delicada y deban estar perfectamente sobrios. Las instrucciones que dios ha-ba dado acerca del servicio en el tabernculo no admitan equivocacin.

    El vino y la sidra nos hablan del placer. otros podan be-ber vino y sidra, pero ellos no, la gente que sirve al Seor est bajo un rgimen especial, para poder distinguir entre lo santo y lo profano, entre lo inmundo y lo limpio. Ninguno puede representar bien a dios si no se santifica a s mismo. Nadie puede expresar la voluntad de dios si mantiene una vida li-cenciosa. cuanto mayor es el privilegio en el servicio, mayor es la responsabilidad. debemos aprender a separarnos de lo inmundo y profano.

    Dios no pasa DesapercibiDo la santiDaDdios se santifica por medio del juicio. Nadab y abi fueron objeto del juicio inmediato de dios, que se expres en la muerte de ellos. otras veces el altsimo se santifica mediante la disciplina de sus siervos. Sea mediante el juicio y la muerte, sea mediante la disciplina, el nombre de dios queda limpio del pecado de sus siervos, y es as santificado.

  • 15e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

    cmo podra cometerse un pecado secreto, sin que ven-ga la disciplina? Poda dios consentir en cubrir un pecado slo porque ocurri en lo ntimo? dios ama la verdad y la santidad tambin all (Salmos 51:6).

    infringienDo la santiDaD De DiosUzas fue uno de los grandes reyes de israel y uno de los ms prsperos, y en algunas ocasiaones sabio en consejo. Pero en los ltimos das de su largo reinado de 52 aos contrajo una enfermedad que sufri hasta su muerte: la lepra. Uzas lleg a hacerse muy famoso y, habiendo sido ayudado maravillosa-mente por dios, lleg a hacerse poderoso. Ms cuando ya era fuerte, su corazn se enalteci para su ruina; se en-orgulleci tanto que cay en la rebelda contra Jehov su Dios, entrando en el templo de Jehov para quemar incienso en el altar del incienso (2 crnicas 26:16).

    Los sacerdotes no lograron disuadirlo, porque no acept el sabio consejo, se encendi en ira. Entonces, la mano del Seor vino sobre l en juicio y brot inmediatamente la lepra en su frente, por lo que tuvieron que sacarlo apresuradamente del santuario.

    Uzas fue leproso hasta su muerte. Severo dios? impla-cable? El pecado contra el santuario ofende la santidad de dios en los que a l se acercan.

    Ningn hombre debe servir a dios si infringe sus normas,

    por muy grande que sea. Si lo hace, no dude que recibir la sancin que corresponde al pecado.

    conclusin Hay mucho servicio realizado delante de dios con la fuer-za de una mente muy despierta, de una voluntad muy frrea o de unos afectos muy vehementes. No sirven delante de l los recursos de la carne y de la sangre, tampoco los muchos dones naturales, si excluimos los recursos divinos. La santi-dad a dios es lo que nos llevar a darle lo mejor de nuestro servicio.

    a menos que nuestro ministerio sea aceptable a dios, se enfrenta con la muerte. No la muerte fsica, como en el caso de Nadab, abi, pero s la muerte espiritual, en un servicio incapaz de impartir la vida de dios. El rey Uzas se arrog lo que dios haba otorgado slo a los sacerdotes. as que dios respondi inmediatamente con la lepra.

    Que dios nos abra los ojos para ver cun abominable es servirle con la fuerza del hombre, con aquello que procede de la antigua creacin, por muy buen aspecto que luzca! L-brenos el Seor de ministrarle cuando l no nos ha llamado a hacerlo; y lbrenos el Seor, si es que somos llamados, de hacerlo con la energa natural!

    Que dios tenga misericordia de nosotros, y se agrade de nuestro servicio!

    l a p r e d i c a c i n

    La santidadde dios explica

    el hecho de que haya tenido que ofrecerse el

    unignito de dios como ofrenda para expiar el pecado de

    los hombres.

  • 16 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

    la pertinenciaen el sermn

    pbro. carlos alberto zambrano moraless u p e r i n t e n d e n t e d i s t r i t o F r o n t e r i z o d e t A m A u l i p A s

    seguramente ms de una vez hemos escuchado a un orador pronunciar un discurso en el cual no enten-demos absolutamente nada de lo que est dicien-do. Entre las posibles causas se encuentra el des-conocimiento del tema, el uso de un vocabulario

    inapropiado, desinters en las necesidades de la gente o la falta de preparacin del discurso. La verdad es que esto causa aver-sin a este tipo de disertaciones. En nuestros plpitos muchas veces pasa lo mismo. cada predicador del evangelio necesita considerar la gran responsabilidad que tiene de cuidar que su sermn sea pertinente y oportuno para cada ocasin.

    La palabra pertinencia se entiende como: la accin adecua-da para el momento y las circunstancias. Sermn es el discurso cristiano u oracin evanglica que se predica ante los fieles para la enseanza de la buena doctrina. El concepto completo de la pertinencia en el sermn lo entenderamos como: El discurso cristiano adecuado para el momento y las circunstancias, pre-dicado a los fieles para la enseanza de la sana doctrina bblica cristocntrica.

    En este sentido el apstol Pablo aconseja al joven Timoteo en su segunda carta en el captulo 4 lo siguiente: Te encarez-co delante de Dios y del Seor Jesucristo, que juzgar a los vivos y a los muertos en su manifestacin y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Esta es una advertencia, ms que una invitacin a la predicacin. La Nueva Versin internacional usa la palabra te encargo en lugar de te encarezco, adems que pone como testigos a dios y a Jesucristo mismo. Lo que sor-prende a nuestro argumento aqu presentado es que el apstol dice que lo haga a tiempo y fuera de tiempo, lo que a primera vista parecera incongruente, puesto que nos indicara la falta de pertinencia. Lo que sabe Pablo y nosotros debemos estar convencidos de ello es que le ordena predicar la palabra, esta, como es de dios, siempre tocar todos lo aspectos esenciales del ser humano y ya que los problemas y necesidades de la hu-

    manidad han sido los mismos a lo largo de la historia, entonces concluimos que la Palabra de dios siempre es pertinente. a este respecto la carta a los Hebreos nos dice: Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y ms cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo ms profundo del alma y del espritu, hasta la mdula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazn (Hebreos 4:12 NVi).

    Enunciar a continuacin tres aspectos importantes que todo predicador debe considerar al preparar un discurso sacro para que este sea pertinente:

    estuDio serio y responsableDe las escriturasEl saber que la Palabra de dios es poderosa para transformar la vida del ser humano no es ninguna excusa para que el sermn carezca de preparacin, sea ordenado y debidamente enfocado a las necesidades de nuestros oyentes. Mientras la Escritura es pertinente, la tarea del predicador es ordenar esas verdades de tal manera que el auditorio se identifique con ellas para que as pueda aplicarla sin dificultad a su vida.

    En 2 Timoteo 2:15, Pablo aconseja al joven Timoteo: Pro-cura con diligencia presentarte a Dios aprobado y cita qu acciones son necesarias para alcanzar este cometido: como obrero que no tiene de qu avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad, evita vanas plticas, huye de las pasiones, desecha cuestiones necias, y algunas ms. La que nos ocupa en este momento es la de usar bien la pala-bra de verdad. La NVi dice: que interpreta rectamente la palabra de verdad. de aqu inferimos que: la interpre-tacin no se da de manera automtica, requiere preparacin, tiempo de estudio, meditacin y oracin constante, y sobre todo la iluminacin del Espritu Santo.

    El estudio y buena interpretacin de la Palabra, aunado a una exposicin coherente y contextualizada dar como resulta-do una palabra fresca, entendible y acorde con las necesidades

  • 17e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

    de la gente. En otras palabras, ser adecuada para el momento y las circunstancias. Pertinente!

    percepcin De las necesiDaDesDe los oyentesEs de tomar en cuenta, el ejemplo de nuestro Seor Jesucristo, quien siempre atendi las necesidades de quienes lo escucha-ban. al enfermo san, al hambriento aliment, del sediento saci la sed. an ms, sus palabras eran escuchadas porque hablaba con autoridad. El sermn de la montaa registrado por Mateo es uno de los mayores discursos en el cual Jess habla de temas de actualidad para la ocasin y tambin para nuestros das. Jess enseaba de cosas que estaban en la boca de todos, con palabras que el ms educado y hasta el ms simple oyente poda entender. Qu decir de sus parbolas, que a fin de ser sinceros, tena que explicar a sus discpulos ms allegados, sin embargo, utilizaba ilustraciones que la gente conoca, las cuales se adecuaban perfectamente a su vida cotidiana.

    conteniDos claros y persuasivosQu discurso por elocuente que este sea, puede afectar lo pro-fundo del corazn del ser humano, en todos los mbitos de la vida? Todava ms complejo an, cmo el mensaje de cristo

    crucificado puede lograr cambios significativos en la vida de los oyentes? Pablo escribiendo a los corintios en su primera carta les dice: El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios (1 corin-tios 1:18 NVi).

    Nuestros tiempos no son distintos a los del apstol de los gentiles. Hoy al igual que en el primer siglo, lo que determina el xito o el fracaso de nuestra predicacin es nuestro contenido, es lo que predicamos, es el mensaje que transmitimos y sobre todo, cmo lo transmitimos. Para muchos, el mensaje de la cruz sigue siendo locura, pero slo la exposicin clara y persuasiva de la Palabra de dios disertada con entendimiento puede oca-sionar un verdadero cambio en nuestros oyentes.

    conclusin cada predicador del evangelio debe saber que para presentar con efectividad un sermn es imprescindible el estudio serio y cabal de las Sagradas Escrituras, desarrollar la capacidad de percepcin de las necesidades de sus oyentes y sobre todo, nun-ca dejar de predicar a Cristo y a este crucificado. Que la Palabra de dios llegue al corazn, en otras palabras que nuestro sermn sea pertinente.

    l a p r e d i c a c i n

    interpretarla biblia no se da de manera automtica,

    requiere preparacin,

    tiempo de estudio, meditacin y

    oracin constante, y sobre todo la iluminacin del espritu santo.

  • 18 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

    viciosen lA predicAcin pentecostAl

    pbro. jos m. sauceDo valencianod i r e c t o r d e l d e p A r t A m e n t o n A c i o n A l d e e d u c A c i n c r i s t i A n A

    el etimologistaUn predicador citaba a Evis carballosa para explicar un pasa-je de apocalipsis, en el cual dice en espaol: Pero no daes el vino ni el aceite. Su explicacin exegtica rezaba: El ver-bo daar (adikeiseis) es el aoristo subjuntivo, voz activa de adiko, que significa hacer dao, lesionar. dicho verbo va precedido de la partcula negativa mei (no). En honor a la verdad, no se requiere ser tan analtico para saber que nada aadi la explicacin etimolgica y gramatical al sentido del mensaje tal y como est en el texto castellano. Es una ofensa para la inteligencia del oyente pasearlo por el koin para de-cirle que no daes, significa no hacer dao.

    el acaDmicootro expositor de la Palabra dictaba ctedra sobre el Padre-nuestro y en cada parte de su discurso citaba a los grandes expertos. Nunca mencion nombres de sus fuentes, pero en cada frase su explicacin era precedida con una alusin a los especialistas. Por ejemplo:

    Santificado sea tu nombre: La mayora de los especia-listas en los idiomas originales coinciden en que esta frase implica adoracin.

    El pan nuestro de cada da, dnoslo hoy: Los exper-tos en anlisis bblico sealan que aqu cabe orar por todas nuestras necesidades personales, pues el pan es simblico para la necesidad humana.

    Perdnanos nuestras deudas. Todos los telogos reco-nocidos concuerdan en que deudas aqu se refiere a pecados.

    Es impresionante la capacidad que tienen algunos de convertir un mensaje sencillo y claro en uno rebuscado. de pronto una explicacin agradable de cinco minutos la ha-cemos una tediosa de 10 por querer exhibir una academia superior. Es cierto que en ocasiones la exposicin de la se-mntica textual de los idiomas bblicos aporta, enriquece e ilustra, pero debiramos ser ms selectivos para asegurar-nos que la nota no resulte en una redundancia innecesaria. La predicacin se trata de comunicar la verdad divina en el idioma del pueblo que la recibe, de la forma ms sencilla y comprensible, con el fin de que el reino de dios gane terre-no en la persona y la comunidad. Nunca se trata de que el predicador luzca su nivel acadmico o teolgico, ni de que el receptor se d cuenta de su ignorancia, ms bien es cuestin de que la verdad de dios llegue del emisor al receptor sin obstculos.

    abundan los predicadores excelentes en nuestras iglesias. Nues-tros institutos bblicos producen homiletas de buen nivel, capa-ces de exponer un sermn edificante en las iglesias en las que pastorean o ministran por invitacin. Gracias a dios por los hombres y las mujeres que toman con seriedad la exposicin de la Palabra. Sin em-bargo, de pronto nos encontramos con algunos predicadores que se car-gan sus vicios y los exhiben en el plpito cada vez que los escuchamos. Los ejemplos que presentamos en esta ocasin son botones que sirven de muestra. cualquier parecido con la coincidencia es mera realidad.

  • 19e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

    el gritnEscuch a un evangelista predicar un mensaje lleno de fervor, saturado de fuerza y prolongado como la carretera 57. La voz del orador gritaba a todo lo que poda su garganta desde el ini-cio hasta el fin. Las bocinas eran potentes as que el volumen impactaba. Nunca baj la intensidad, como arranc, culmin. igual declaraba con voz tronante frases como aquella maana llova, que la sangre de Cristo tiene poder. Pens: quisiera la mitad de la voz que tiene este colega. Pero escuch a Fernan-do Figueroa comentar: Necesita bajar la voz y elevar el argu-mento. Es que no faltan los predicadores que piensan que la penetracin de su mensaje en el corazn de los oyentes radica

    en el tono y el volumen del hablante. Es increble que haya quienes crean que la uncin se manifiesta y fluye de acuerdo a la intensidad de la expresin. La verdad es que no resulta tan grato escuchar un mensaje a puro grito y regao. La modula-cin de la voz tambin aporta al buen discurso, los cambios en el tono y la intensidad de las expresiones deben acomodarse a la consistencia de lo que se va a expresar. El mensaje incluir explicaciones que se pueden dar en tono normal, aplicaciones que se harn en voz fuerte y frases de entonacin interrogante o de admiracin que requerirn modulacin distinta. claro que se ha de respetar el estilo de cada uno, pero lo ideal es que la personalidad del orador se refleje en su predicacin.

    l a p r e d i c a c i n

    ahora abundanlos predicadores

    cuyo sistema de ministracin

    depende del nimo que manifieste

    la gente durante su exposicin.

    consideran que la predicacin

    efectiva depende del buen ambiente en la congregacin

    y demandan la colaboracin

    del pblico a lo largo del sermn.

    quieren que el pueblo confirme sus declaraciones

    con alabanzas, aplausos y

    expresiones de jbilo.

  • 20 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

    el porristaahora abundan los predicadores cuyo sistema de ministracin depende del nimo que manifieste la gente durante su expo-sicin. consideran que la predicacin efectiva depende del buen ambiente en la congregacin y demandan la colabora-cin del pblico a lo largo del sermn. Quieren que el pueblo confirme sus declaraciones con alabanzas, aplausos y expre-siones de jbilo. Entonces desde que toman el lugar comien-za la promocin, y a cada rato interrumpen su discurso para asegurarse de que no baje la adrenalina: cuntos alaban al Seor? alguien puede alabar ms fuerte? Quin se atreve a gritar con todas sus fuerzas aleluya? Un grito de jbilo! No se le ocurra a la iglesia callar un momento, porque el ministro le diagnostica muerte espiritual, falta de gratitud para dios, inconciencia de la presencia divina, y un largo etctera. El predicador entra en crisis porque piensa que su mensaje no impacta y experimenta una sensacin de que es ineficaz si no hay algaraba de por medio.

    El problema es que muchas veces las porras ocupan una gran parte del tiempo del mensaje. Luego si no le responden como quiere abandona la estructura del sermn y se lanza contra la pasividad de la gente. Luego un momento instruc-tivo y precioso como el de la exposicin de la Palabra, que es para nutrir la fe, se torna en uno en que prevalece la animosi-dad sin esencia ni consistencia.

    el sensacionalistaHay predicadores que permanentemente andan en busca de frases apantalladoras para lucir en sus ministraciones. algu-nos son creativos y tienen gracia, por lo que caen bien a la hora de exponerlas; otros no tanto. El dramatismo es parte de su mensaje y en ocasiones pueden llegar al extremo del sensa-cionalismo y hasta puede sonar grosera su expresin. a veces los pastores tiemblan por la preocupacin de que un predi-cador se extralimite cuando anuncia: No me importa que el pastor no me vuelva a invitar por lo que voy a decir, pero yo voy a cumplir con lo que me dicta el Espritu Santo. Entra en crisis el pastor y se pone alerta para analizar lo que viene. Piensa el predicador que con eso le da carcter y autoridad a su compromiso con la verdad, pero en realidad falta al respeto a quien lo invit o le permiti ocupar el plpito. Lo ideal siem-pre es honrar la figura pastoral ante la congregacin. algunos utilizan un mtodo veterotestamentario con frases como: si no pasa esto o aquello no hay profeta de Jehov en este lugar.

    el msticoNo pocos utilizan frases como las siguientes: En este momen-to no hablo yo, sino el Espritu Santo a travs de m. Antes de

    predicar le dije al Seor: No quiero que hable mi carne, sino que t me des exactamente lo que debo predicar. Hay algunos que dicen que el Espritu los inspira, les da el pasaje bblico y les dice todo lo que deben expresar. algunos hacen ademanes y movimientos que hasta parece que oyen a dios que les habla directamente, y ellos responden: S Seor, s. Luego miran a la congregacin y continan su discurso. Una vez le ped a un ministro que orara por m, y me dijo: Esprate maana que est tras el plpito y que est bajo la uncin. conciben la uncin como un poder que va y viene cuando ministran, baja y sube cuando es necesario. Sienten que el xito de su mi-nisterio es que la gente perciba que ellos tienen una relacin superestrecha con cristo y hacen todo lo posible por que se note su espiritualidad.

    el egocntricoEs el predicador que hace girar el sermn en torno a su perso-na. Toma el texto bblico como un trampoln que lo catapulta hacia su bagaje de experiencias personales. La gente escucha sus aventuras ministeriales, sus hazaas en la misin, sus tra-gedias en el camino y sus logros en el servicio. Habla de dios, de Jesucristo y del Espritu Santo, pero slo para comentar cmo lo ha usado el Seor y las manifestaciones de su gloria en la vida del siervo. Los verbos de su mensaje preferente-mente se conjugan en la primera persona del singular. El yo inicia el sermn y lo culmina; el m y el me, brotan espont-nea y abundantemente a cada rato durante su mensaje. Es el modelo de resistencia, el ejemplo de santidad, la encarnacin de la fidelidad, el dechado del sacrificio. aunque siempre al final culmina su sermn con una alabanza para el que tuvo el acierto de llamarlo, escogerlo y ungirlo a l.

    debemos ser cuidadosos con la forma en que utilizamos el plpito. La predicacin tiene que ver antes que nada con la persona y la obra de Jesucristo. Las virtudes divinas, sus bondades y perfecciones deben ser alabadas en nuestra ex-posicin. El apego a la Escritura, interpretada correctamente de acuerdo a su contexto ser lo que determine en qu nivel nuestra predicacin es palabra de dios. Tenemos que ser ms intencionales en procurar que el Espritu Santo rija y dirija nuestro ministerio de la palabra. Si un pastor o lder nos da el privilegio de compartir en su congregacin, siempre lo hemos de honrar y le hemos de agradecer la bendicin. Procuremos tambin dar el mejor trato a la congregacin que nos escucha. Evitemos las actitudes y los desplantes sensacionalistas, no regaemos a los oyentes. No utilicemos el tiempo del men-saje para katarsis propia. Que nuestros sermones glorifiquen a dios, edifiquen a la iglesia y conduzcan a las personas a cristo.

    l a p r e d i c a c i n

  • 21e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

    las tentacionesdel predicAdor

    pbro. julio csar anDraDe snchezs u p e r i n t e n d e n t e d i s t r i t o o c c i d e n t e

    en el Edn la serpiente sembr en adn y Eva la ambicin del poder, su decisin de autoexaltacin, de ser como Dios pervirti su inteligencia y desfigur su personalidad y en este

    estado altamente vulnerable qued a la deriva, atrapado en el impetuoso oleaje del mal.

    desde entonces una de las tentaciones que ha hecho abdicar a los siervos de dios es el poder, el que con una buena dosis de orgullo y egosmo se ha enseoreado del ser humano y est pertrechado a las orillas de los caminos para morder el calcaar a los caminantes de la segunda milla.

    El rey Sal incub este txico virus, este deseo embria-gante y seductor de ser grande y en su oxidada prisin de obsesin paranoica de poder, resolvi quitarle la vida a david, porque lo vea como un potencial enemigo para su reinado. Pero usted lo sabe, el cetro era demasiado pesado para su mano, y la corona de rey le quedaba grande.

    El poder es un artstico camuflaje que confunde ambicin con visin, a la avaricia le llama fe, a la manipulacin le llama orden; y a la ventaja, favor divino.

    Puede una persona que, de la noche a la maana, se con-vierte en ministro de absoluto honor, digerir un cambio tan radical? Y sin maduraciones ni transiciones es puesto en un coto de poder, ahora como un siervo de influencia y autori-dad en su geografa de dominio, su iglesia, es esto sano? Nuestro esquema mental puede a tiempo hacer el anlisis y la estructura correcta al cambio e informacin recibida? No ser esto la causa de adulterios, robos a la denominacin y ahora los desertores, los apstoles de redes?

    observar ahora la tentacin de un hombre que tena ms fuerza que cerebro, ms agilidad que santidad, ms incon-gruencia que sentido comn, hablo de Sansn y su tentacin: la mujer. Pero para referirme a esta hermosa creacin de dios, cito a Napolen, que en una de sus cartas escribi: Despierto lleno de pensamientos sobre ti, tu retrato y la intoxicada tar-de que pasamos ayer han dejado mis sentidos en la agitacin.

    Adis, mujer, tormento, dicha, esperanza y alma de mi vida, que amo, que temo, que me inspira sen-timientos tiernos y movimientos impetuosos tan volcnicos como el trueno. Dulce e incomparable Josefina.

    Puedes imaginar cmo se encontraba la men-te de Napolen; como la mente de cualquier ser humano que puede quedar atrapado por el tergal y la seda de una mujer. La mente es un lugar de trincheras y emboscadas, ah serpentea el inhe-

    rente dolo de la lascivia que envuelve, abruma y ahoga y da a luz a la tentacin sexual, que se convierte en un sometimiento atrado, que tiene una fuerza tal de arrastre que puede romper algunos fuertes anclajes de conviccin, infectando la moral y destituyendo a la pureza.

    debemos de cuidar nuestra mente, estableciendo cdigos de conducta:

    1. No hagas provisin en tu mente Vestos del Seor Je-sucristo y no proveis para los deseos de la carne. Evita ser tan caballero, no lleves a su casa a las viudas jvenes, no vayas tan noche para ver qu se les ofrece, no te preocupes aunque haga mucho fro; ellas tienen con que taparse.

    2. No te ubiques en el sitio incorrecto tomar el hom-bre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan, andar el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen? No seas un buen samaritano, no aconsejes a las mujeres que tie-nen problemas conyugales en un restaurante, y a solas, y mu-cho menos profundices en cuestiones que no necesitas saber.

    3. No disfraces las tentaciones, eres un superespiritual y ests preocupado por una mujer que no ha llegado a la iglesia, pero que t sabes muy bien que ella anda muy mal, y desde luego vas a ir slo, no sea que le brinque un espritu y le entre a tu esposa, y t la quieres cuidar.

    concluyo estas dos tentaciones: el poder y el deseo sexual, no deben ser subestimados, porque han sido aguijn y sepulcro para muchos incautos.

    Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazn, por-que de l mana la vida.

  • la preDicacinpentecostAl

    1 corintios 2:4, 5

    pbro. isa montoya carbajalm i n i s t r o d e l d i s t r i t o c e n t r A l

    conforme los tiempos avanzan, los cambios no se hacen esperar, el gobierno cambia, el tra-bajo de administracin cambia, las costumbres cambian, las familias cambian, las finanzas cambian, los programas cambian, con el tiem-

    po todo lo tradicional cambia y tenemos que reconocer que tambin la iglesia y su estructura en los diferentes renglones sufren cambios. Y dentro de estos cambios eclesiales encon-tramos el rengln de la predicacin del evangelio. Hoy tene-mos ministros muy bien preparados que cuentan con variados recursos audiovisuales. Pero cmo olvidar la predicacin de nuestros pioneros y ministros de la primera y segunda gene-racin, que mal saban leer y slo unos pocos conocan la ho-miltica; algunos con gran dificultad saban hacer bosquejos, pero eso s, la mayora fueron hombres y mujeres, pobres y sen-cillos, de mucha oracin y llenos del Espritu Santo, que cada vez que tomaban el plpito para predicar lo hacan ungidos por el Espritu Santo. Y dios los respaldaba con conversiones y sanidades y algunas otras seales que los acompaaban.

    Se lee en la biografa del rev. rodolfo c. orozco, que cuando lleg a establecer la obra de dios en Monterrey, l no saba predicar ni leer; cuando juntaba los primeros grupos de gente, solamente se pona en pie delante de ellos y comenzaba a hablar en lenguas y orar por los enfermos, esa era su predi-cacin pero la gente sanaba y se converta.

    Se ha metido mucho en nuestros plpitos lo radical, mo-derno y liberal y lo que antes era una gran predicacin llena del Espritu Santo, algunas veces se han cambiado por un simple discurso o conferencia secular religiosa.

    Definicin De la preDicacin pentecostalLa definimos como la comunicacin verbal del evangelio de Jesucristo y las verdades escritas en su Palabra, bajo la uncin y poder del Espritu Santo, acompaada de seales, prodigios y maravillas.

    Para que sea una predicacin pentecostal. El predicador

    tiene que estar bautizado con el Espritu Santo que es el que unge y da poder y autoridad al ministro que predica. Un pre-dicador sin el bautismo del Espritu Santo no ser ms que un comunicador o conferencista que expone un mensaje bblico claro y ordenado sobre las verdades del evangelio, pero caren-te de uncin y poder. Seguramente que en el tiempo presente tenemos grandes predicadores, muy preparados y con mucha oratoria, muy emotivos, muy versados en el discurso pblico, pero eso no sustituye la uncin del Espritu Santo.

    ejemplos bblicosEn la Biblia resaltan dos grandes predicadores Pedro y Pablo, acerca de Pedro leemos que fue llamado por Jesucristo para que fuera su discpulo (Mateo 4:18, 19). l estaba orando con los 120 en el aposento alto. cuando lleg el da del Pentecos-ts fue lleno del Espritu Santo. Jug un papel histrico para abrir la puerta del evangelio a los judos aquel da y despus a los gentiles en casa de cornelio.

    inmediatamente comenz su ministerio en el aposento alto en donde despus del derramamiento del Espritu Santo, Pedro predic su primer sermn bien ungido con el poder de dios y 3 mil personas creyeron en Jess.

    Pedro fue un gran predicador pentecostal, lleno del Es-pritu Santo y acompandole las seales y milagros en su ministerio. Fue un hombre de mucha oracin. En el captulo 3 del libro de los Hechos nos dice que suba al templo a orar, en el captulo 4 dice que estuvo con la iglesia en una reunin de oracin. En el captulo 8 estuvo en Samaria y or para que recibieran el Espritu Santo. Tenemos tambin el ejemplo del apstol Pablo, quien fue convertido en el camino a damasco, (Hechos 9), y poco despus fue lleno del Espritu Santo cuan-do ananas or por l y le impuso las manos para que recibiera la vista. Pocos das despus, comenz a predicar en damasco, luego en Jerusaln, en antioqua y despus se fue a establecer iglesias en sus viajes misioneros al asia y Europa.

    Estos dos apstoles se destacan por su fervor y uncin del Espritu Santo al estregar el mensaje de Jesucristo.

    22 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

  • del apstol Pedro se dice que era un hombre sin letras y del vulgo, pero se maravillaban de su predica y reconocan que haba estado con Jess; Hechos 4:10-13. Y acerca del apstol Pablo al escribir a la iglesia de corinto dice: cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Jesucristo, no fue con excelencia de palabras o de sabidura, ni mi predicacin fue con palabras persuasivas de huma-na sabidura, sino con demostracin del Espritu y de poder (1 corintios 2:1-4).

    marcas para iDentificar al preDicaDor pentecostal

    debe ser un predicador convertido, nacido de nuevo (Juan 1. 3:3).debe estar integrado en el cuerpo de cristo, la iglesia 2. (romanos 12:4, 5).Bautizado en el Espritu Santo, hablando en otras lenguas 3. (Hechos 2:4).Que tenga buen testimonio, consagrado, santificado (1 4. Timoteo 3:7).con un llamamiento bien definido al ministerio (2 Tesa-5. lonicenses 1:11).Que sea un predicador de oracin y mucha uncin del Es-6. pritu Santo, de autoridad y poder.Que sea activo y de mucho valor para predicar a cristo.7. Que desarrolle los dones del Espritu Santo en su minis-8. terio y sea acompaado de seales, milagros y conversio-nes.Que predique la Palabra de dios y no filosofas humanas 9. (2 Timoteo 4:1, 2).Que proyecte a Jesucristo como el tema central de su 10. mensaje.

    en qu consiste la preDicacin pentecostal

    En que se predique un evangelio completo (Glatas 1:6-8; 1. romanos 1:16).

    Muerte y resurreccin de cristo, salvacin, santificacin, bautismo en el Espritu Santo, segunda venida de cristo; que se predique todo el cdigo de doctrinas bblicas.Que se predique en el poder del Espritu Santo (Hechos 2. 4:31; 1 corintios 2:4, 5).

    Uncin, dones, fruto, manifestaciones del Espritu, fuego.Predicacin acompaada de seales, prodigios y milagros 3. (Hechos 4:30; 5:12).

    orar por los enfermos, sacar fuera demonios, liberacin, que tenga resultados su predicacin.Predicacin bblica, que hable de Jess y su obra expiato-4. ria, la sanidad divina, evangelismo, la piedra angular.Que se predique santidad, consagracin, separacin del 5. pecado (romanos 12:1; Hebreos 12:14). Vida cristiana madura, crecimiento espiritual.Que se predique un evangelio de esperanza (1 Pedro 6. 1:3-5), el regreso del Seor Jesucristo, el rapto de la igle-sia, vida eterna con cristo, cielos nuevos y tierra nueva.Que se predique un evangelio de unidad e integracin 7. (Hechos 2:43-49), un cuerpo, una familia, una iglesia. Somos uno en cristo!

    conclusindependamos siempre del poder del Espritu Santo cada vez que prediquemos.

    Que el fuego del Espritu se mantenga ardiendo en nues-tro corazn todos los das, y no olvidemos que somos predica-dores pentecostales. No perdamos este legado.

    l a p r e d i c a c i n

    hoy tenemosministros muy

    bien preparados que cuentan con variados recursos

    audiovisuales. pero cmo olvidar la predicacin de

    nuestros pioneros y ministros de la

    primera y segunda generacin.

    23e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

  • efectos De un lenguajeAgresivo en lA predicAcin

    Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepis como debis responder a cada uno (colosenses 4:6).

    pbro. roDrigo arrieta mayorals u p e r i n t e n d e n t e d i s t r i t o b A j o

    en treinta aos de predicar la palabra de dios estoy convencido que el sermn es en parte la expre-sin de nuestro temperamento y carcter, pues al escribir nuestros sermones le comunicamos a la iglesia lo que el Seor dice en su Palabra. Por su-

    puesto al hacerlo, tenemos que recibir lo que entendemos como la revelacin de las verdades divinas que quiere que su pueblo sepa, y en esos momentos de preparacin intervenimos noso-tros sintiendo y creyendo lo que la iglesia necesita hacer para que agrade a dios y seguir sus mandamientos. Nuestro tempe-ramento y carcter tiene mucho que ver en lo que predicamos, pues sera mentira decir, yo predico lo que l me da y dejar a un lado la responsabilidad de cmo sentimos, hablamos y expo-nemos el sermn. Nuestra forma ms eficaz de comunicarnos es por medio del lenguaje, este habla de nuestra capacidad y madurez para edificar o afectar negativamente a las personas en sus ideales de vida cristiana y su ideal de ir al cielo.

    el lenguaje habla Del temperamentoy carcterPodemos ver a los predicadores de la Biblia y de la iglesia, que comunicaron la Palabra de dios en su singular temperamento y carcter al declarar los propsitos de la voluntad de dios en su mensaje. Unos se manifestaron con fuerza y misericordia, otros lo hicieron comunicando el dolor y llanto por el pueblo perdido, y otros predicaron con juicio y esperanza. Ninguno de ellos dej de sentir y apasionarse por ayudar a las almas para que entendieran la voluntad de dios. Tambin es cierto que ninguno us lenguaje ofensivo y mutilador que no permitiera a la razn y sentimientos de los perdidos sentirse con la necesi-dad de recibir el perdn y salvacin. Entendemos entonces que nuestro temperamento y carcter podra provocar en nosotros no entender la voluntad de dios para su pueblo, pues nuestro temperamento y carcter mal usados nos hacen decir nuestras razones y no los caminos de dios. Tambin la falta de prepara-cin en el conocimiento de la vida pastoral, ministerial y espiri-tual nos puede llevar a un abuso de nuestro mensaje, sin lograr

    el propsito de la predicacin, el cual es que todos conozcan a dios sin ofensa alguna.

    los efectos De un lenguaje agresivoLa conducta verbal agresiva se distingue por la forma imperati-va e inapropiada con que el predicador defiende sus derechos y trata de imponer a la fuerza sus puntos de vista, sentimientos e ideas de manera directa o indirecta. La agresin verbal directa se expresa mediante una gama de vulneraciones de los derechos de los oyentes, que va desde la fina irona hasta la injuria grave; desde las insinuaciones maliciosas hasta la calumnia y la humi-llacin. La agresividad se abre como un gran abanico de formas que abarca desde los insultos hasta la agresin a la dignidad.

    al abrir el abanico encontramos al menos las siguientes for-mas comunes de agresin verbal: insinuacin maliciosa, irona, burla, sarcasmo, agravio, denuesto, mofa, ridiculizacin, afren-ta, menosprecio, humillacin, escarnio, insulto, ofensa, injuria, calumnia, difamacin, ultraje, etc.

    cuando estas formas nocivas y, sin embargo cotidianas, se instalan en el mbito de la predicacin podemos convertir a nues-tro auditorio en un campo de batalla, o al menos, en un ambiente hostil para escuchar la voluntad de dios. Esto que has odo y visto de m, ensalo a hombres dignos y obedientes. El apstol Pablo le recomienda a Timoteo que ensee a los hombres a comunicar el mensaje de salvacin con paciencia, misericordia y amor, de esta manera oirn y se convertirn.

    recurrimos tal vez a un mensaje agresivo porque olvidamos que slo fuimos llamados para predicar la salvacin y no para querer conquistar los corazones y voluntad del ser humano, dios es el nico que puede convencer los corazones. Por falta de una predicacin ungida y espiritual nos vemos tentados a usar un lenguaje condenatorio, temerario y violento que provoca en los oyentes incomodidad, disgusto y bloquea su atencin. Es necesa-rio que prediquemos con un lenguaje contextualizado, prctico, amable y con buena dosis de amor como lo han hecho los que nos precedieron. Que no escuchemos: ya va a comenzar a regaar y a lanzar sus pedradas! Para eso? mejor no hubiera venido.

    24 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

  • un lenguaje sin contexto es violenciaHoy contamos con tantas herramientas y recursos para ser pre-dicadores elocuentes y eficaces al comunicar nuestros sermones, nadie es culpable que como oradores tengamos un lenguaje con veinte palabras y diez sinnimos o que seamos muy pasivos en usar el lenguaje figurado, que con su riqueza nos permite comu-nicar los principios y verdades bblicas con tanta belleza que la gente quede enamorada al decirle que dios le ama y Jess es su Salvador. Nadie puede ayudar al predicador a lograr tal eficacia si l no tiene la disciplina de superarse y equiparse con la estruc-tura de un mensajero y su mensaje. La preparacin para tener un lenguaje contextualizado es por conocer la Biblia, la tecnologa y su doctrina, sin olvidar las reglas de la buena oratoria. La predica-cin requiere de una preparacin anticipada conociendo a quin y por qu vamos a predicarles, si el bosquejo no esta meditado se convierte en violencia y la Palabra de dios no se har carne en los corazones, la gente quiere or respuestas a sus necesidades, de fa-milia, econmicos, espirituales y de eternidad. dios no cumplir su propsito en nuestra predicacin descontextualizada.

    la trascenDencia De la palabra bblicaLa Biblia tiene pasajes y casos que se refieren a lo que dios dijo e hizo cumpliendo sus promesas. La palabra hablada por el Todopoderoso y creda por los profetas, reyes y lderes, hizo que su vida fuera exitosa y de bendicin para el pueblo de dios. Hicieron pactos y por la Palabra trascendieron y conquistaron reinos y cumplieron los planes del altsimo. No tendramos ne-cesidad de recurrir a nuestras capacidades humanas y finitas si

    tomamos en cuenta que la Biblia, en su lenguaje escrito, tiene el poder para convencer a los pecadores, cunto ms a los hijos de dios! Toda la Escritura es inspirada por Dios, y til para ensear, para redargir, para corregir, para instruir en justicia (2 Timoteo 3:16). La ley de Jehov es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehov es fiel, que hace sabio al sencillo (Salmos 19:7). creyendo en el poder de la Palabra escrita no tenemos ningn riesgo de caer en el uso de un lenguaje agresivo al predicar y ensear el camino de salvacin. Nuestra trascendencia ser una realidad cuando vivamos lo que somos.

    conclusindetrs del principio y el acto de predicar yace la doctrina a) de dios, una conviccin de su Ser, su accin y propsito. La clase de dios en quien creemos determina la clase de sermn que predicamos.La doctrina de las Escrituras nos conduce natural e inevi-b) tablemente a dios el cual sigue hablando a todos los hom-bres.La iglesia es creacin de dios, creada mediante su Pala-c) bra, por la cual cristo la sustenta, gobierna y da vida.El pastor tiene la tarea de alimentar y ensear a la iglesia d) en distintos contextos.El predicador cristiano tiene lmites establecidos. No es un e) hombre enteramente libre al entrar al plpito. dios le ha puesto lmites que no puede traspasar en su predicacin, pues l es el que se encarga de convencer a la iglesia.

    l a p r e d i c a c i n

    La conductaverbal agresiva se distingue por la

    forma imperativa e inapropiada con que el predicador

    defiende sus derechos y trata de imponer a la fuerza sus puntos de vista,

    sentimientos e ideas de manera

    directa o indirecta.

    25e n e r o 2 0 1 4 , A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s

  • un mensaje quetocA el corAzn

    Al or esto, se compungieron de corazn, y dijeron a Pedro y a los apstoles: varones her-manos, qu haremos para ser salvos? (Hechos 2:37).

    pbro. jos ral garca ovieDos u p e r i n t e n d e n t e d i s t r i t o n o r e s t e

    cuando Esteban predic (Hechos 6:8-10) la reaccin de quie-nes lo escucharon fue diferente, al grado que: se enfurecan en sus corazones y crujan sus dientes (7:54). El mensaje que llega al corazn siempre producir efectos diferentes e impredecibles.

    En cualquiera de los casos, nuestra predicacin debe ser la solucin inmediata a la necesidad de la gente que se siente sin esperanza y agobiada por el dolor, a fin de proyectarlos a la bsqueda de los valores eternos. Es fundamental que el predicador sea ungido con el poder del Espritu Santo para que llegue al corazn.

    En la vida del apstol Pablo encontramos grandes ense-anzas. El distintivo de su mensaje era una prdica clara, precisa y determinante; con el firme propsito de que ste llegara al corazn. como siervo de dios nos deja elementos importantes que nos sirven de ejemplo para que nuestro men-saje llegue tambin al corazn. En Hechos 20:18, 19, 23, 24 encontramos algunos de ellos.

    la transparencia1. . Vosotros sabis como me he com-portado entre vosotros todo el tiempo (v. 18). Para que el mensaje llegue al corazn y trascienda es necesaria nues-tra trasparencia, es decir, que nada empae la predicacin del evangelio. Nuestra vida privada como creyentes y como ministros est ligada a la vida pblica. Tenemos que ser muy cuidadosos para no afectar el crecimiento de la iglesia.

    la humildad2. . Sirviendo al Seor con toda humil-dad (v. 19). Si queremos que la gente sea receptiva al mensaje, necesitamos ser humildes. El Seor Jess dijo: aprended de m que soy manso y humilde de cora-zn. Muchas veces actuamos como si furamos dueos de la obra y nos infectamos del virus de la soberbia. con frecuencia olvidamos que lo que somos y tenemos se lo debemos slo a nuestro dios. El apstol Pablo dijo: soy lo que soy por la gracia de Dios. No olvidemos que la sencillez y la humildad son el marco de la verdadera grandeza. El quebrantamiento3. . y con muchas lgrimas (v. 19). El apstol Pablo nos exhorta a ser sensibles a las necesidades de los dems y a la presencia de dios. No podemos servirle con los mismos objetivos que hay en el mundo. Es tiempo de servir, pero con un corazn que-brantado para que el mensaje del evangelio llegue al cora-zn de la gente. las pruebas4. . y pruebas que me han venido (v. 19). Son inevitables en el ministerio. El apstol Pablo nos dice que en la vida del creyente, no importa el nivel que ten-gamos, pasaremos por diferentes pruebas, rechazos, in-sultos, amenazas, tentaciones, enfermedades, prdidas de seres queridos, etc. pero nada nos debe hacer claudicar. Tenemos que ser moldeados por dios para poder ser ins-

    el apstol Pedro fue quien predic este sermn en el fuego del primer avivamiento pentecostal. El mensaje fue tan ungido y lleno de contenido teolgico que quienes lo oyeron fueron conmovidos a buscar ms informacin y preguntaron: Qu tenemos que hacer para ser salvos?

    26 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e s t A s , e n e r o 2 0 1 4

  • trumentos de su gloria a fin llevar un mensaje que toque el corazn de aquellos que lo necesitan. la guianza del espritu santo5. . Salvo que el Espri-tu Santo por todas las ciudades me da testimonio... (v. 23). Si realmente queremos que el mensaje toque el co-razn de la gente para que se conviertan al Seor Jesucris-to, es muy importante ser guiados por el Espritu Santo. como predicadores esto es esencial. Es bueno tener talen-tos, carisma, conocimiento, preparacin teolgica pero es mucho mejor depender de los recursos divinos.

    el sacrificio6. . Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para m mismo (v. 24). Pablo pens que la vida no tena valor a menos que se usara en la obra de dios. El costo de seguir a cristo implica sacrifi-cio, pues tendremos oposiciones, amenazas, daos fsicos e incluso el rechazo de nuestra familia. Pero sabemos que el trabajo en el Seor no es vano.

    No perdamos la oportunidad de anunciar el mensaje glorioso de salvacin. Ese mensaje que llegue al corazn!

    l a p r e d i c a c i n

    en La vidadel apstol pablo

    encontramos grandes

    enseanzas. el distintivo de

    su mensaje era una prdica

    clara, precisa y determinante; con el firme propsito

    de que ste llegara al corazn.