Ausloos, Henry - Iniciación a la caza fotografica

Embed Size (px)

Citation preview

  • LA CAZA FOTOGRFICA

    El espritu de la caza es tan viejo como la humanidad. Antes que agricultor y ganadero, el hombre cazaba para subsistir. Lue-go, desde los albores de la civiliza-cin, ha seguido haciendo uso de sus artes de caza con diversos fines: para comerciar, para divertirse o, simplemente, para matar... En todo momento le ha servido para demos-trarse a s mismo su dominio, su su-perioridad, su Inteligencia y destreza frente a los dems seres que pue-blan la faz de la Tierra. El resultado empezamos a sentirlo ya: especies diezmadas, algunas en trance de desaparecer, y un dese-quilibrio ecolgico que ensombrece el futuro de la humanidad. De ah que haya surgido con fuerza una nueva aficin: la caza fotogrfi-ca. Se trata de un deporte al alcance de todos y que ofrece idnticos ali-cientes que la caza tradicional: la emocin del acecho, la persecucin de la pieza, el contacto con la Natu-raleza y el empleo a fondo de toda nuestra capacidad para sorprender, dominar y cobrar la presa, bajo la forma, esta vez, de bellsimas imge-nes, llenas de expresin y de vida. El libro que ofrecemos a nuestros lectores ensea a cazar de esta nue-va manera. Y lo hace de una forma progresiva, empezando por lo ms fcil, con una cmara convencional y sin gravosos dispendios, para ir descubriendo poco a poco todos los trucos y ardides del cazador aveza-do y del fotgrafo experto, capaz de los ms atrevidos safaris en los parques nacionales y reservas, que tambin describe.

    EDICIONES DAIMON MANUEL TAMAYO

    Madrid - Barcelona DAIMON MEXICANA, S.A.

    Goethe, 12, Mxico, 5. D.F.

    INICIACIN A LA CAZA FOTOGRFICA

  • GOLECCION BIBLIOTECA PRACTICA DE FOTOGRAFA

    HENRY AUSLOOS

    INICIACIN A LA CAZA FOTOGRFICA

    EDICIONES DAIMON, MANUEL TAMAYO Madrid - Barcelona - Mxico

  • Ttulo de la obra original: LA CHASSE PHOTOGRAPHIQUE Les Nouvelles Editions Marabout, S. A., Verviers (Blgica)

    Traduccin del francs: DIORKI

    Cubierta: (foto Salmer)

    Fotografas: Cuando no figura el nombre de su autor, son de la agencia Press and Pictures de Bruselas (Blgica)

    Dibujos: Frangoise Hugues

    Realizacin, montaje, adaptacin y apndice: Equipo tcnico de la Divisin de Fotografa y Cine de Ediciones Daimon, Manuel Tamayo, bajo la direccin de E. MASCARO P.

    ISBN: 84-231-0891-0 Depsito legal: B. 20957-1980 Copyright 1979, por Les Nouvelles Editions Marabout, S. A., Verviers (Bl-

    gica), y por cesin de dicha firma para Espaa y pases de habla espaola, Copyright 1980, por Ediciones Daimon, Manuel Tamayo, Barcelona (Es-paa) y por Ediciones Daimon de Mxico, S. A. (Mxico D. F.).

    Reservados todos los derechos. Prohibida la reproduccin total o parcial de esta obra sin autorizacin escrita de los editores.

    Printed in Spain Impresin: GRAFOS, S. A. Arte sobre papel. P. Carlos I, 157. Barcelona-13

    sumario Introduccin 7

    1. EL EQUIPO

    El sistema 13 La cmara 13

    Tipo Instamatic. Las Pocket 110. Cmaras rflex de dos ob-jetivos. Cmaras de 24 X 36 mm con visor telemtrico. Cma-ras rflex de 24 X 36 mm. Cmaras rflex d e 6 X 6 y 6 X 7 c m de un solo objetivo. Cmaras rflex de 4,5 X 6 de un solo ob-jetivo.

    El objetivo 20 Objetivo normal. Gran angular. Teleobjetivos. Objetivos ma-cro. Otros sistemas.

    La pelcula 24 Los accesorios 28

    El flash. El motor. El trpode. La bolsa. El parasol. Los filtros. Otros accesorios. El fusil fotogrfico.

    2. TCNICAS DE CAMPO Sistemas bsicos de caza fotogrfica 41 El acecho 42 El seguimiento 50 Las trampas fotogrficas 56 ltimos consejos y recomendaciones 60 Declogo del fotgrafo de la naturaleza 63

    3. SOBRE EL TERRENO

    El biotopo 69 La vida en los pantanos 70 La franja costera 82 Bosques, campos y llanuras 90 La montaa viviente 97 Huertos, parques, sotos, jardines y montes 107

    5

  • Parqus, reservas y zoolgicos 112 La fotografa en el acuario 118

    4. RELACIN DE RESERVAS Y PARQUES NACIONALES Qu es un Parque Nacional 125 Espaa 128

    1) Parque Nacional de Doana. 2) Parque Nacional de las Ta-blas de Daimiel. 3) Parque Nacional de Ordesa.4) Parque Na-cional de Aiges Tortes y Lago San Mauricio. 5) Parque Nacio-nal de la montaa de Covadonga. 6) Parque Nacional de la Cal-dera de Taburiente. 7) Parque Nacional del Teide. 8) Parque Nacional de Timanfaya.

    Francia 146 Blgica 155 Suiza 159 Italia . 162 Portugal 164 Marruecos 165 Pases Bajos 166 Alemania 167 Dinamarca 173 Rumania 174 Hungra 175 Checoslovaquia 176 Polonia 177 Austria 179 Yugoslavia 179 Bulgaria 180 Gran Bretaa 180 Irlanda 184 Noruega 185 Suecia 186 Finlandia 187

    APNDICE Proyeccin y sonorizacin de diapositivas 189 Todo es empezar 194 ndice alfabtico 195

    6

    introduccin Por fin, en la era industrial y tecnolgica que vivimos, el hombre

    ha tomado conciencia de las cosas que puede perder para siempre. Poco a poco, la gente se va dando cuenta de que, incluso en el

    centro de sus propios pases, en los grandes ncleos urbanos, hay to-dava "islotes de supervivencia", lugares privilegiados al abrigo de casi todas las degradaciones que el hombre provoca y en los que an se puede respirar aire puro.

    En la primavera de 1978, el superpetrolero "Amoco Cadiz", a punto de naufragar frente a las costas bretonas, solt al mar sus 230.000 toneladas de hidrocarburos. La opinin pblica de Europa y de todo el mundo se conmovi y, aunque tarde, forz a las autori-dades a tomar las medidas necesarias para que nunca volviera a repe-tirse una catstrofe ecolgica y econmica de semejante envergadura. Este movimiento de la opinin pblica, nacido de modo espontneo, es el resultado de toda una serie de libros, pelculas de televisin, reportajes cinematogrficos, exposiciones y conferencias que en los ltimos aos se han dedicado al tema de la vida animal. El pblico busca cada vez ms este contacto ntimo con la naturaleza hace tanto tiempo perdido. Trata por todos los medios de gozar de la vida natu-ral y, sobre todo, de evadirse de su universo de hormign.

    Este retorno a los orgenes ha reavivado ciertos instintos ances-trales como la caza y la pesca llamadas "deportivas". Por desgracia, y como de costumbre, an no hemos comprendido que todo exceso es siempre perjudicial, y que estas actividades se ejercen en detrimento de una serie de especies animales que cada vez se estn haciendo ms raras, incluso en los reducidos espacios en que viven confinadas.

    7

  • Casos como el del Amoko Cdiz, por desgracia demasiado frecuen-tes, constituyen una verdadera catstrofe para el equilibrio ecolgico.

    Pero hay un medio de canalizar estos instintos demasiado primi-tivos que, sublimando el deseo de trofeos, permite gozar de la feli-cidad de la vida al aire libre. En efecto: los avances de la fotografa, tanto tcnicos como financieros, atraen cada ao a un nmero cada vez mayor de aficionados a la prctica de esta magnfica combinacin de caza y fotografa. Afortunadamente, ambas actividades no tienen ms en comn que el sustantivo "caza", denominacin que, por otra parte, rechazan cada vez ms grupos y asociaciones de personas inte-resadas en el tema, as como el hecho de practicarse en la naturaleza. Se trata, pues, de dos aficiones parecidas, pero sustancialmente dis-tintas: la caza, la de verdad, la de los fanticos del cartucho, persiste, intil y cruel, con el solo objetivo de matar, la otra se practica en solitario o en equipo, y nace de un profundo respeto por la natura-leza: es la observacin discreta y silenciosa del mundo animal. Obser-var es, ante todo, ver, y ver es fotografiar. Las emociones experimen-

    8

    tadas por el fotgrafo naturalista sern al menos tan intensas, si no ms, que las que experimentan los cazadores. Adems, tendr la ale-gra y la satisfaccin de no acabar con la vida de los animales, en beneficio de las generaciones venideras.

    Para esta caza no hay que esperar a que se levante la veda, ni es necesario (de momento) licencia alguna, aparte de que puede prac-ticarse en cualquier poca. Pero, eso s, las actividades del fotgrafo en la naturaleza debern regirse por un principio incuestionable: el respeto a la intimidad del ejemplar "codiciado" y la necesidad de no molestarlo para evitar el riesgo de que pierda a su prole: es decir, se trata de no comportarse como un intruso. Esta actividad no se practica exclusivamente en el silencio de las profundidades del bos-que, en los pantanos hirvientes de vidas extraas, a lo largo de los senderos escarpados de las montaas, en la sabana africana o a lo largo del litoral batido por los huracanes marinos, sino tambin mucho ms cerca de nosotros, en los jardines, en los parque pblicos, en los prados y campos, lo que pone esta actividad al alcance de todo el mundo. Para lograr resultados interesantes sern necesarios un mnimo de principios tcnicos y un mximo de tiempo y de cono-cimientos del medio. En efecto, para poder acercarse a la naturaleza ser necesario, ante todo, conocerla a fondo para fundirse con ella; logrado esto, la obtencin de buenas fotografas depender exclusi-vamente del tiempo que se le dedique y de la suerte.

    Esta actividad permitir, espero, aumentar la formacin y recu-perar el sabor perdido de la vida primitiva; permitir ver en la natu-raleza y, sobre todo, recuperar esa facultad actualmente reservada slo a los nios: el asombro.

    En cualquier lugar habr un ojo que os observa, que os espa y escruta vuestros pasos y vuestros gestos, intentando averiguar si vues-tras intenciones son pacficas o temibles.

    FRANCOIS MERLET

    9

  • 1

    el equipo el sistema la cmara

    el objetivo

  • EL "SISTEMA"

    No basta con poseer la mejor de las cmaras para ser un buen fotgrafo. La compra de un material perfeccionado y muy completo no es la condicin que garantiza el xito, sino un complemento im-portante.

    Los escaparates de las tiendas de fotografa encierran un material atrayente, refinado y costoso, que suele provocar la desesperacin y la confusin del aficionado. Lo ms importante es centrar la elec-cin en un sistema fiable y no en una cmara, cualesquiera que sean sus caractersticas. Entiendo por sistema el conjunto de accesorios necesarios, tiles y hasta intiles para este tipo de fotografas y que, a partir de un sencillo cuerpo de cmara slido y resistente, permite enfrentarse con cualquier situacin. En todo caso, para el principiante y el aficionado, la eleccin se reducir a dos puntos: presupuesto y, sobre todo, manejabilidad.

    LA CMARA Los formatos empleados (tamao del negativo) van desde el 24

    X 36 mm hasta el 24 X 30 cm. Pero, por las razones ya enumera-das, los formatos 24 X 36 mm y 6 X 6 cm sern ampliamente sufi-cientes (son, adems, los ms frecuentemente utilizados por los pro-fesionales de la fotografa de la naturaleza, reservndose los mayores al trabajo en estudio). Quien desee practicar todos los aspectos de la caza fotogrfica y no tenga limitaciones econmicas, har bien en trabajar con varios formatos. En cualquier caso, no debe olvidarse

    13

  • que ms vale tener un sistema completo en un formato determinado que dos sistemas incompletos.

    Pasemos ahora a hacer una descripcin sumaria de las cmaras o tipos de cmaras ms conocidas.

    Tipo "Instamatic"

    Las hay de todos los precios y para todos los gustos. En general, se trata de cmaras muy automatizadas (sobre todo, las primeras apa-recidas en el mercado) y que no permiten tomas de acercamiento en la naturaleza ni, sobre todo, resultados capaces de soportar grandes ampliaciones.

    Las Pocket 110

    Muy adecuadas para fotografas de recuerdo y familiares, no sir-ven para fotografiar animales si no es en un zoo. No ocupan mucho sitio y son fciles de manejar. Sus precios cubren una extensa gama de posibilidades, segn sus perfeccionamientos (flash incorporado, objetivo zoom, visor rflex, e t c . ) .

    Cmaras rflex de dos objetivos

    Utilizan pelcula de los formatos 120 y 220 (con una superficie de negativo de 6 X 6 cm, lo que les da una capacidad de 12 o 20 fo-tografas por carga de pelcula) y llevan dos objetivos, uno de los cuales sirve para enfocar y encuadrar y el otro para impresionar la superficie sensible. Son cmaras cuya calidad guarda estrecha rela-cin con su precio, generalmente bastante elevado, aunque, por des-gracia, resultan muy voluminosas y pesadas. Los objetivos (fuera de las Mamiya, que disponen de dos pticas de 60 y 250 mm) van in-corporados al aparato y el enfoque rpido es prcticamente imposible.

    14

    Cmaras de 24 X 36 mm con visor telemtrico

    Se trata de cmaras slidas, bastante ligeras y que permiten un enfoque rpido y sencillo. Adems, algunos modelos son casi auto-mticos. Pero, por lo que a la caza fotogrfica se refiere, los resultados son a veces decepcionantes. Por una parte, los objetivos van casi todos incorporados y, por lo tanto, no son intercambiables; por otra, el visor est separado del objetivo, lo que plantea un problema en las tomas prximas o en macrofotografa, y ello pese al corrector de paralaje que muchas llevan incorporado.

    Cmaras rflex de 24 X 36 mm

    Desventajas: un negativo 4,16 veces menor que el de formato 6 x 6, aunque si se trabaja con una ptica de calidad permitir am-pliaciones de ms de 30 X 40 cm, lo que es suficiente en la mayora de los casos. En relacin con el obturador central, el de cortinilla que lleva montado este tipo de cmara permite velocidades ms ele-vadas, si bien puede darse tambin lugar a desajustes y errores en la exposicin. En cuanto a ventajas: todas, siempre que se haya elegido un buen sistema. Volveremos sobre ello ms adelante.

    Cmaras rflex d e 6 x 6 y 6 x 7 c m de un solo objetivo

    Este tipo de cmaras, empleado por aficionados ilustrados y afor-tunados, cuenta con el favor de numerosos profesionales. Su ventaja bsica radica en el visor rflex y en una superficie de negativo de cuatro a cinco veces superior a la del formato 24 X 36, por lo que soporta ampliaciones muy grandes. Las desventajas son: un precio ms o menos igual al triple de un sistema 24 X 36 de caractersticas anlogas, el peso, el bulto, el hecho de que los teles muy largos son muy escasos y muy caros y, en el caso del 6 X 6, el hecho de ser un formato cuadrado, lo que le hace perder parte de sus ventajas.

    15

  • Dos modelos de cmara rflex 6 x 6 y 6 x 7 cm de un solo objetivo. Arriba: posicin del espejo durante el enfoque.

    En cuanto a marcas, he aqu algunas: Hasselblad, cmara de 6 X 6 sueca muy afamada y cuyo precio, prohibitivo para el aficionado (y para los dems tambin), slo resulta asequible para algunos bolsillos, si bien hay que decir en su favor que se trata de uno de los sistemas ms completos y complejos que existen. La Kowa 6 x 6, cmara china de excelente relacin calidad/precio. La Mamiya RB 67 Pro S, cmara de 6 x 7 que tiene la particularidad de un respaldo giratorio que permite enmarcar en horizontal o en vertical sin necesidad de cambiar la posicin de la cmara. La Pentax 6 x 7, parecida en cuan-to aspecto a una 24 x 36 inflada y bastante pesada, pero con la ven-taja de disponer de ptica Takumar de 24 x 36 mm hasta 1000 mm.

    16

    Cmaras rflex de 4,5 x 6 cm de un solo objetivo

    Novedad que no lo es, pues se trata de un formato empleado hace algunos aos. Dos marcas se disputan el mercado: Mamiya y Bronica. Se trata de cmaras que se manejan casi tan fcilmente como una 24 x 36, pero que dan negativos unas tres veces mayores, con la ventaja sobre el 6 x 6 de tomar mayor cantidad de exposiciones sobre la misma carga de pelcula y de no necesitar el enmarcado rectangular al reproducir.

    Golondrinas comunes: alimentacin de una cria. Foto conseguida, me-diante la tcnica de seguimiento con un fusil fotogrf ico, en la linde de un campo.

    17

  • Si el presupuesto no os permite comprar varios formatos, no lo dudis: adoptad el 24 x 36 mm, que presenta bastantes ventajas: manejabilidad, poco peso, precio razonable, gran cantidad de pelculas entre las que elegir, importante capacidad de toma de fotografas (hasta 250 con un respaldo especial) y enormes posibilidades de adaptacin. Equipada de forma similar, una 24 x 36 pesar la mitad que una 6 x 6 o 6 x 7 cm.

    18

    Sin dudarlo un instante, os recomiendo una cmara rflex. La desventaja de este tipo de visor radica en el disparo, ya que el espejo se levanta una fraccin de segundo antes y hace ruido. Su superio-ridad radica en un enfoque y un encuadre exactos hasta el momento del disparo. Adems, casi todas las cmaras permiten el control di-recto de la profundidad de campo y llevan un obturador de cortinilla (de tela o de titanio) con una extensa gama de velocidades (desde varios segundos en cmaras electrnicas hasta 1/2000 de segundo) y, por supuesto, ms amplia que la de los obturadores centrales, que, en general, no van ms all de 1/500 de segundo.

    Para fotografiar temas relativamente inmviles y cercanos, como nidos, paisajes, flores, insectos, tomas al acecho, etc., una cmara de 6 X 6 o 6 X 7 da, sin duda, imgenes de calidad extraordinaria. Si vuestro presupuesto lo permite, adquirid dos cmaras; as podris llevar dos tipos de pelcula diferentes y, sobre todo, podris seguir trabajando en caso de una avera, circunstancia de la que ningn apa-rato est libre. Tambin hace posible tomar una fotografa mientras se carga la segunda cmara. No olvidis que sois vosotros quienes tenis que sorprender al animal (que reacciona de forma rapidsima y muy brusca) y no al revs.

    La cmara idnea para la caza fotogrfica no existe todava, y si alguien la fabricase sera muy cara. Es necesario elegir entre las nume-rosas marcas existentes; por desgracia, una ser muy ruidosa, otra tendr lo que ahora se llama un bonito diseo, pero unos accesorios que se enganchan a cualquier parte; las habr con hermosos croma-dos que, inevitablemente, atraern la vista de las aves, mucho ms potente que la de los hombres, y la harn en el campo tan visible como una mosca en un tazn de leche; las habr con un visor poco luminoso, empeorado por cualquier dispositivo colocado en su justo centro y que impedir proceder a un enfoque rpido y exacto. No olvidis, pues, todos estos pequeos detalles en el momento de la compra, detalles que, a la hora de la verdad, bien pueden dar al traste con vuestro trabajo.

    Si vais al extranjero, podris comprobar que una serie de cmaras adoptan nuevas denominaciones: no creis que se trata de modelos nuevos. As, la Minolta XM se convierte en Minolta XK, la SRT 303

    19

    Liebre parda sorprendida mientras come. Seguimiento con fusil foto-grfico (640 mm), a pleno sol de medioda.

  • se convierte en SRT 102, la XE en XE-1 o en X-7, la Asahi Pentax aparece como Honeywell-Pentax, y as sucesivamente.

    En cuanto a las marcas recomendables, vale decir que, a igualdad de precio, los grandes nombres apenas se diferencian, si bien unos ofrecen posibilidades diferentes, pero no superiores a las de otros. Por tanto, a vosotros corresponde la eleccin, segn vuestros gustos o deseos y... vuestro bolsillo.

    EL OBJETIVO

    Es la pieza esencial y la ms preciosa por lo que al xito tcnico de las fotografas se refiere. Consiste en un conjunto de lentes tratadas de tal forma que desven los rayos luminosos y los hagan converger sobre la pelcula.

    Al igual que en el caso de la cmara, el objetivo ideal para la caza fotogrfica no existe. Debera ser un zoom, que es un objetivo de focal variable y, adems, muy luminoso. Por desgracia, los zooms no suelen disponer de grandes aberturas y sus cualidades pticas, sobre todo en el caso de su focal ms larga, resultan bastante mediocres (digan lo que digan los anuncios) comparadas con las de un buen objetivo de una sola distancia focal. (En principio, tratad de utilizar un objetivo de igual marca que la cmara, aunque en ocasiones tam-bin las de otras marcas acreditadas pueden dar, asimismo, excelentes resultados.) La gran ventaja del zoom es su precio. En efecto, por un discreto coste suplementario se puede disponer de una gama de lon-gitudes focales que sustituye a varios objetivos fijos, los cuales por separado no slo resultarn ms caros, sino ms engorrosos de llevar encima.

    Si, para empezar, queris limitar vuestro equipo a un solo obje-tivo aunque sera estupendo que tuvierais por lo menos dos, probad primero con una focal de 135 a 200 mm (la longitud focal es la distancia que separa el punto nodal de la pelcula con el objetivo enfocado al infinito) con una abertura media de f/2 (por ejemplo, un Soligor 135 mm serie CD 1 : 2 o un Rokkor 1 : 1,8).

    No obstante, numerosas experiencias han demostrado que, a la

    20

    larga, el empleo de un 400 mm es casi imprescindible, si bien, por desgracia, se trata de una ptica poco luminosa.

    Hay cuatro grandes grupos de objetivos de focal fija: el objetivo normal, el teleobjetivo, el objetivo gran angular, el objetivo macro.

    Objetivo normal De 45 a 60 mm de longitud focal para una cmara de 24 X 36

    (el que viene montado de origen), tiene un ngulo de cobertura de

    Faisn en la linde de un bosque. Fotografa al acecho desde un refugio oculto (hide). Teleobjetivo de 400 mm a f/5,6.

    21

  • 55, casi igual al del ojo humano y, por consiguiente, da la misma perspectiva (quizs menos acusada). Se trata de pticas de valor limi-tado en el campo de la fotografa de la naturaleza.

    Gran angular

    Se emplea en condiciones especiales o particulares: paisajes, bio-topos, suelos diversos, etc. Su longitud focal usual vara entre 15 y 35 mm con un ngulo de cobertura comprendido entre 110 y 63. Hay grandes angulares con focales inferiores a 8 mm y ngulos a veces superiores a 180, conocidos por su efecto como "ojos de pez", pero cuya aplicacin prctica se sale del propsito de este libro. Un con-sejo: no tomis nunca primersimos planos con objetivos gran angu-lares, porque la deformacin de las partes ms cercanas a la cmara ser muy notable y, salvo que sea precisamente esto que se persiga, el resultado final es poco satisfactorio.

    Fusil Novoflex de 400 mm de distancia focal, adaptado a una cmara Nikon, para la fotografa de animales en plena accin (foto Xavier Palaus).

    22

    Teleobjetivos

    Son condicin indispensable para el xito en la fotografa de la naturaleza. Sus focales varan entre 100 y 2000 mm. Pero tampoco, ni siquiera a los ms grandes, se les puede pedir milagros. Se distin-guen de los dems objetivos por un aumento muy importante, que-dando reducido el ngulo de cobertura a un valor comprendido entre 30 y 2, con una profundidad de campo muy pequea. Provocan un efecto de aplanamiento, en general poco importante, ya que suele tratarse de sujetos aislados. Hemos de tener en cuenta que la esta-cin del ao puede disminuir o aumentar las distancias de trabajo: en invierno, por ejemplo, cuando hay heladas persistentes, los anima-les, necesitados de alimento, se descubren y vienen a merodear mucho ms cerca del hombre.

    Objetivos macro

    Se trata de sistemas pticos especialmente estudiados para la toma a corta distancia. Tienen un tiraje doble que les permite, sin acceso-rios ni deformaciones, reproducir el motivo a una relacin 1 : 1 . Sus focales varan entre 50 y 105 mm, y a veces ms en el caso de ciertos zooms. Dan una nitidez notable en los primeros planos, pero su pre-cio suele ser elevado.

    Otros sistemas

    Cabe citar tambin los objetivos de espejo y, muy recientemente, de espejo doble. Su uso es bastante restringido, salvo en fotografa astronmica. Muy cortos y relativamente ligeros, estos objetivos de gran dimetro son de abertura fija, que oscila entre f/8 y f / l l , lo que les impide variar la profundidad de campo y, si la luminosidad es muy elevada incluso a las velocidades ms altas, hacen necesario el empleo de filtros grises de densidad neutra.

    Por ltimo, es necesario hablar de los duplicadores y los triplica-

    23

  • dores de focal, que se intercalan entre el cuerpo de la cmara y el objetivo. Su calidad suele ser mediocre, en ocasiones al menos, y, en cualquier caso, determinan una prdida notable de luminosidad que equivale a dos o tres diafragmas. Pero, sobre todo, duplican o tri-plican las aberraciones de los objetivos. Sin embargo, no dejan de ser un sistema econmico de aumentar la potencia de un objetivo, sobre todo si se posee uno slo y no se pretende vender ni publicar las fotografas.

    Por ltimo, sea cual fuere el tipo y la marca del objetivo elegido, es necesario buscar siempre la mxima definicin, sobre todo a gran-des aberturas. Esa definicin es necesaria porque a menudo la gran distancia de toma, las vibraciones de la atmsfera, la poca luz del in-terior de un bosque, los movimientos de algunos animales y hasta los del fotgrafo, la falta o el exceso de sensibilidad de ciertas emulsio-nes, constituyen otros tantos factores que pueden disminuir el rendi-miento de la ptica. No olvidis que sta es la pieza ms importante del equipo independientemente de la marca de la cmara.

    LA PELCULA

    Estis ya listos para salir de caza: poseis una excelente cmara y un buen teleobjetivo y slo queda por decidir qu pelcula vamos a cargar. No es, desde luego, una cuestin balad. La eleccin entre blanco y negro y color es, ms que nada, una cuestin de gusto. En el caso de fotografas de animales en las que el color no desempee un papel muy importante en cuanto a identificacin (la avoceta, por ejemplo) est justificado el empleo de una pelcula en blanco y negro, que permite al aficionado ampliar, encuadrar un negativo y, en gene-ral, prolongar en el laboratorio las alegras experimentadas sobre el terreno. A igualdad de resultados, el precio de una pelcula en color es bastante ms elevado. Hay tambin incondicionales del blanco y negro que no ven ms que en blanco y negro y que, por ello, recha-zan el color. No obstante, el color, por su fidelidad y su calor, da vida a cualquier fotografa. En caso de duda, utilizad siempre una pelcula en color (si la luminosidad lo permite), ya que a partir de ella podris

    24

    Imagen tpica para blanco y negro: una avoceta. Fotografa al acecho, con tele de 400 mm.

    hacer ampliaciones tanto en color como en blanco y negro, mientras que lo contrario no es, naturalmente, posible.

    Las pelculas en color que, a partir de un negativo, permiten la obtencin de ampliaciones sobre papel suelen caracterizarse por la terminacin -color de su nombre comercial (Anscocolor, Kodacolor, Fujicolor, etc.). Las pelculas inversibles destinadas a obtener foto-grafas sobre soporte transparente para su proyeccin en una pantalla, pero que tambin permiten las ampliaciones en papel, suelen terminar en -chrome (Ektachrome, Anscochrome, Kodachrome, etc.). Se fabri-can en tres tipos: uno para luz de da y dos para luz artificial. La eleccin de uno u otro depende del empleo en interior o en exterior. Todo tipo de luz se caracteriza por la llamada temperatura de color, expresada en grados Kelvin (K); la luz del da se acerca a los 6000 K,

    25

  • Macho monts o cabra hispnica, fotografiado en la Reserva de Ca-zorla. Se utiliz un fusil Novoflex con objetivo tele de 400 mm, a f/8 y 1/25 de segundo (foto Xavier Palaus).

    26

    mientras que la emitida por las lmparas de incandescencia (a excep-cin del flash) oscila en torno a los 3200 K. Estas normas son muy importantes, y el no respetarlas supone la aparicin de dominantes azules o amarillentas, que pueden corregirse mediante filtros ade-cuados.

    Todas estas pelculas pueden clasificarse en tres grandes grupos en funcin de su sensibilidad (clasificacin valiosa y muy importante en la fotografa de animales):

    Las pelculas de baja sensibilidad, de 10 a 25 ASA o de 11 a 15 DIN, permiten, por la poca visibilidad de su grano, la obtencin de amplia-ciones muy grandes con un mximo de detalle. Son tambin pelculas empleadas con preferencia a otras en macrofotografa y en duplica-cin (as, la Kodak Photominography Color de 16 ASA, pelcula de muy alta definicin y contraste elevado). Las hay para blanco y negro y en pelcula inversible para diapositivas.

    Pelculas de sensibilidad media: de 50 a 125 ASA o 18 a 22 DIN. Son las pelculas ms empleadas por todos los aficionados; tambin son las ms fciles de encontrar en el comercio, y van bien para todos los usos. El grano, todava poco visible, permite buenas ampliaciones.

    Las pelculas muy sensibles, de 160 a 800 ASA o de 23 a 30 DIN, y an ms, son muy utilizadas en la toma de motivos en movimiento. Valiosas cuando es necesario conformarse con las condiciones del mo-mento: bosques sombros, lluvia, niebla, crepsculos, animales en constante movimiento, etc. Son materiales clave si se quieren lograr buenos resultados. Contrapartida: un importante aumento del tamao del grano y una prdida imperceptible de nitidez, si bien esto carece de importancia cuando se compara con el dinamismo de una fotogra-fa y con la seguridad de los resultados, salvo si se pretenden vender los documentos obtenidos; en efecto, ni los editores ni las agencias aceptan, salvo excepciones, materiales que no sean de muy elevada calidad.

    Acabo de hablar de ASA y DIN, pero recordis lo que se es-

    27

  • conde tras estas siglas? En las cajas de las pelculas, los fabricantes indican un ndice de sensibilidad o rapidez. Actualmente, los dos sis-temas ms universalmente adoptados son los de la American Stan-dard Association (ASA) y los de la Deutsche Industrie Normen (DIN). A continuacin doy una tabla de equivalencias:

    ASA DIN SCHEINER ASA DIN SCHEINER 10 11 21 320 26 36 12 12 22 400 27 37 16 13 23 500 28 38 20 14 24 640 29 39 25 15 25 800 30 40 32 16 26 1000 31 41 40 17 27 1250 32 42 50 18 28 1600 33 43 64 19 29 2000 34 44 80 20 30 2500 35 45

    100 21 31 3200 36 46 125 22 32 4000 37 47 160 23 33 5200 38 48 200 24 34 6400 39 49 250 25 35 8000 40 50

    Un ltimo consejo: si vuestra cmara carece de exposmetro, adquirid un buen fotmetro independiente, ya que el gasto no ser nunca comparable al aumento de belleza e inters de las fotogra-fas; no olvidis que las recomendaciones que figuran en los folletos de las pelculas son siempre empricas y, en el caso del color, la lati-tud del material no tolera errores superiores a un diafragma, margen de seguridad muy reducido.

    LOS ACCESORIOS

    El flash

    Es un instrumento de iluminacin que emite un destello breve e intenso. Hay dos tipos: los de ignicin (lmparas cambiables) y el

    28

    Jirafa en semilibertad, en el Etosha National Park, frica del Sudeste. Cmara de 35 mm, objetivo Nikor de 300 mm, a f/8 y 1/250 de segundo (foto Xavier Palaus).

    29

  • flash electrnico. Para animales casi inmviles, el primero, cuyas lm-paras de magnesio proporcionan un destello de una duracin com-prendida entre 1/100 y 1/500 de segundo, suele ser suficiente. Cuan-do se trata de "congelar" el movimiento o cuando se va a usar mucho, el flash electrnico es incuestionablemente superior. En plena natu-raleza, el nmero gua que acompaa al aparato (relacin distancia/ diafragma) no es representativo porque no se da la reflexin normal que se produce en el interior de una habitacin. Ello exige, normal-mente, un aumento de la exposicin del orden de uno o dos dia-fragmas.

    Atencin: el flash, incluso durante el da, irrita o asusta a algunas aves. Los bhos, mochuelos y lechuzas no manifiestan ninguna reac-cin, al igual que las golondrinas, salvo si el destello se produce cerca en el caso de stas. Los zorzales, mirlos y estorninos levantan el vuelo inmediatamente. Los paros se molestan hasta el extremo de no volver jams a buscar el alimento a los sitios habituales, ni siquiera en in-

    Bho chico. Trampa fotogrfica disparada a distancia por el operador desde un refugio. Iluminacin por flash.

    vierno. En tiempo oscuro o en oscuridad completa, todos los animales reaccionan ante el flash de forma imprevisible. Incluso en los zoos, los responsables han comprendido el peligro que ello supone y, antes que arriesgarse a perder algn animal, han prohibido su empleo en ciertos lugares.

    En la naturaleza hay veces (las trampas fotogrficas, por ejemplo) en que es imposible actuar de otra manera, pero no olvidis que un naturalista que se precie preferir siempre renunciar a una fotogra-fa que arriesgarse a poner en peligro la vida de un animal, sea cual fuere.

    El motor

    Es un accesorio til para la toma de animales en movimiento o para doblar rpidamente las exposiciones sin moverse. El motor tiene, no obstante, dos considerables inconvenientes: es bastante ruidoso y gasta mucha pelcula. Tambin sale caro. Para el aficionado no es, desde luego, indispensable.

    El trpode

    Resulta totalmente imprescindible y, por ello, debe elegirse con el mayor cuidado. Los de madera son preferibles, con mucho, a cual-quier otro tipo, aunque casi nunca puedan encontrarse en los comer-cios de artculos fotogrficos. Es el tipo de soporte empleado por los topgrafos y los astrnomos aficionados: slido, estable, flexible, no hace ruido, como los metlicos, cuando se le golpea y no emite re-flejos, siempre que las rtulas y dems partes metlicas estn tratadas con una pintura mate. Tened en cuenta que el trpode tiene que re-sistir el agua, el cieno, el sol, la sal marina, etc. En cualquier caso, llevad siempre tambin un trpode pequeo, plegable, ligero y de no ms de veinte centmetros de altura, que no ser caro ni incmodo de llevar y permite resolver con soltura situaciones difciles: poca luz, velocidad de obturacin lenta, etc.

    31

  • Fotografa de acecho en un pantano. El trpode de madera tiene la ventaja de ser muy estable y no oxidarse.

    La bolsa

    Para proteger el material contra los golpes, la humedad, el polvo y la arena hay varias soluciones: la maleta hecha al efecto, que, ade-ms de ser voluminosa y llamativa, presenta el inconveniente, por ser negra, de absorber y acumular el calor ambiente, lo que puede resultar muy nocivo para la conservacin de las pelculas y hasta de los obje-tivos. Personalmente, para ir de viaje, prefiero un maletn impermea-ble, forrado interiormente de gomaspuma y, sobre el terreno, una mochila o una bolsa de campaa.

    32

    El parasol

    Frecuentemente montado de origen, salvo en los grandes angu-lares y en los zooms pequeos, este accesorio es muy interesante, pues permite eliminar los rayos de luz parsita que penetran en el objetivo. Son negros y con un tratamiento mate, construidos en un material rgido o flexible, acoplndose estos ltimos siempre a rosca.

    Los filtros

    En la fotografa en blanco y negro, los filtros coloreados (rojo, verde, anaranjado, etc.) son muy importantes, pues permiten aumentar los contrastes, dar realce al cielo, a los claros del bosque, etc. Algu-nos filtros, como el UV y el Skylight, se emplean con pelculas en color y sirven para compensar el exceso de azul debido a la presencia de rayos UV en alta montaa o junto al mar.

    Otros accesorios

    Citaremos una serie de accesorios sumamente tiles: el disparador de cable, que se emplea, sobre todo, a velocidades bajas y que re-duce al mnimo las vibraciones de la cmara. La ojera del visor, fa-bricada en goma, que se acopla al ocular y resulta muy til para las personas que lleven gafas; adems, impide la entrada de luz parsita por el ocular al sistema de medida. Las tapas o capuchones para el objetivo, casi siempre suministradas con stos al comprarlos y que impiden que el elemento frontal se raye o se estropee. Los respaldos para 50 y hasta 800 exposiciones, que slo se emplean con cmara provistas de motor.

    Para proteger las pelculas en los aeropuertos contra los rayos X existen unas pequeas bolsas con lminas de plomo estratificado por las dos caras y una materia plstica de gran elasticidad tratada con sulfato de bario, en cada una de las cuales caben de diez a veinte

    33

  • pelculas de 24 X 36. El mismo material se vende en hojas para fo-rrrar las maletas y bolsas del equipo.

    Un accesorio indispensable sobre el terreno y que apenas estorba son unos buenos prismticos de 8 X 30 o de 8 X 40, que pesan poco y pueden emplearse sin soporte.

    El fusil fotogrfico

    Utilizado principalmente para seguir la presa en sus rpidos des-plazamientos, permite prescindir del trpode cuando se emplean focales largas. Resulta mucho ms fcil de manejar que el conjunto cmara-

    Seguimiento en montaa. La utilizacin del fusil fotogrfico Novoflex 600 es posible gracias a la intensa luz ambiente.

    Cmara de 24 x 36 mm, objetivo de 400 mm con fuelle, empuadura de enfoque rpido y culata adaptable.

    objetivo-trpode, permitiendo sorprender al animal en sus actividades naturales y acortar la distancia que estos seres, vidos de libertad, pondrn entre ellos y el "cazador" de imgenes... El conjunto est formado por tres, cuatro o cinco elementos, segn el grado de per-feccin exigido y el presupuesto de que se disponga:

    Una culata de madera, plstico o metal modalidad esta ltima muy en boga actualmente, fcil de encontrar en las tiendas de foto-grafa. Constituye el elemento bsico del equipo; su manejo es sen-cillo y se adapta a cada persona. Debe ir provista de un sistema de disparo tipo gatillo y ha de estar lo mejor equilibrada posible; una cmara de 24 X 36 mm, tipo rflex. Las razones para esta eleccin se han expuesto ya al comienzo de este captulo; un teleobjetivo de 300 a 600 mm. Si es ms largo, ser imposible utilizarlo sin trpode. El ngulo de cobertura disminuye muy rpida-mente a partir de aqu, haciendo imposible localizar a un animal en movimiento; tambin la luminosidad se reduce notablemente (la velo-cidad mxima de obturacin con estas focales es de 1/200 y 1/250

    35

  • segundo); otro factor a tener en cuenta es la vibracin causada por las rachas de aire, que hacen imposible utilizar un tele ms potente; un sistema de enfoque rpido, deslizante a ser posible; es un ac-cesorio de gran utilidad. En el mercado hay varios modelos intere-santes, como el Novoflex (uno de los mejores, aunque tambin bas-tante caro); en el ltimo lugar pondra el motor que, aunque muy prctico y til, no es indispensable para el aficionado. Sus ventajas no son despreciables: armado automtico del obturador sin necesidad de separar el ojo del visor, cadencia de toma variable (hasta cinco por segundo) y posibilidad de descomponer un movimiento en varias ins-

    Aguja colinegra en pleno vuelo. El diafragma se abri un punto ms de lo que indicaba el fotmetro, para que el ave no quedase reducida a una simple silueta.

    36

    Cmara Hasselblad de 6 x 6 cm, con motor y teleobjetivo de 500 mm. Obsrvese que al no poder utilizar un trpode desde el interior del coche, se ha empleado un cojn para apoyar el largo y pesado objetivo y evitar as cualquier vibracin (foto Xavier Palaus).

    tantneas para elegir posteriormente la mejor (un salto, un vuelo, una carrera, etc.).

    Bien: tenemos ya el mejor material posible, lo cual es el primer paso hacia el xito. Ahora nos falta lo ms importante: conocer las tcnicas de campo y, sobre todo, el medio en el que vamos a movernos.

    37

  • 2

    tcnicas de campo sistemas bsicos

    el acecho el seguimiento

    las trampas ltimos consejos

    declogo

  • SISTEMAS BSICOS DE CAZA FOTOGRFICA La fotografa de animales en la naturaleza se hace segn dos

    grandes tcnicas bsicas:

    El acecho: Cuando es posible, este procedimiento, que exige mucha paciencia, da los mejores resultados, ya que permite obtener docu-mentos con un mximo de detalle y una nitidez superior gracias al empleo de cmaras de formato grande y de pelculas menos sen-sibles.

    El seguimiento: Es un mtodo que da documentos de calidad gene-ralmente inferior, si bien la prdida de nitidez y definicin queda am-pliamente compensada por el aumento en vitalidad de la imagen. En general, se emplean pelculas ms sensibles.

    Hay un tercer mtodo, utilizado sobre todo por los profesionales, que a veces da resultados excepcionales: es el de las trampas foto-grficas disparadas por el propio animal (mediante clulas fotoelctri-cas) o a distancia mediante un mando manual o por radio. No obs-tante, es totalmente impersonal y el nico placer experimentado por el fotgrafo ser, quiz, el de haber obtenido un documento extra-ordinario. Es obvio que para sorprender la llegada de un mochuelo a un campanario o el vuelo de un murcilago por la noche es la mejor solucin, si no la nica. Pero es un procedimiento raramente empleado por el aficionado y que debe evitarse, ya que abusando de l se corre el peligro de quedarse en la mera bsqueda del documento, en detri-mento del gozo de la vida natural.

    41

  • Aparte de las trampas fotogrficas (a evitar en la medida de lo posible), las otras dos tcnicas, distintas pero complementarias, son igualmente excitantes y satisfactorias; ambas exigen mucho tiempo y esa mezcla sutil de emociones diversas propia de las actividades pacientes en personas nerviosas, y viceversa. Poco a poco aprenderis a esperar o a provocar los acontecimientos.

    EL ACECHO

    Un refugio ms o menos bien camuflado, sea natural o artificial, es lo mejor para trabajar con xito en la naturaleza una vez determi-nado su ptimo emplazamiento (lo que no siempre es fcil). Este emplazamiento requiere, para su localizacin, un buen conocimiento del terreno y una atenta observacin de la forma de vida y costum-bres de los animales.

    Lugares de eleccin suelen ser las lagunas y charcas, las zonas de paso de determinados mamferos, los matorrales donde numerosas especies se alimentan o descansan, los nidos, etc. En principio, nada hay de objetable al hecho de escudriar, mediante hbiles artimaas, estos recnditos rincones donde palpita la vida de un mundo oculto y desconocido. Pero, cuidado!, no atentis jams contra la integridad, la seguridad y el desarrollo biolgico de estos seres cuyos secretos vais a descubrir. Millares de nidadas se han perdido en estos ltimos aos por la torpe accin de muchos fotgrafos aficionados y de algunos profesionales que, guiados por un desmedido afn de lucro sensacionalista, por captar "lo nunca visto" o, simplemente, por igno-rancia, han destruido el hbitat natural de una especie determinada. Pensad que si un ave elige para construir su nido un lugar oculto y sombreado es para poner a sus polluelos al abrigo del sol y de los depredadores. Si desbrozis el acceso, si cortis el caizal "para tener ms luz", podis estar seguros de que vuestra espera ser intil: los padres no regresarn al nido, y slo habris sembrado a vuestro paso la desolacin y la muerte.

    Procurad no cometer estos errores y evitad, sobre todo tratndose de especies poco numerosas, fotografiar a las aves en su propio nido.

    42

    Un instante antes de disparar la cmara, esta cierva descubri el es-condite del fotgrafo, situado cerca de un punto de alimentacin (fo-rraje o bloque de sal). Novoflex 400 mm.

    43

  • Operador camuflado bajo una red de color verde, integrada al paisaje. Acecho con 400 mm.

    En el momento de instalarse para el acecho es necesario tener en cuenta la direccin y la intensidad de la luz. El refugio o atalaya de observacin puede formarse con elementos tomados del propio paisaje (rboles, ramas, maleza, etc.), si bien esta solucin se va re-chazando cada vez ms, y en algunos lugares incluso est prohibida porque provoca, a largo plazo, la posible degradacin del biotopo. Las ramas de un rbol constituyen a veces un buen escondrijo, aunque ms bien algo inestable e incmodo. Segn sea un animal ms o menos desconfiado o arisco, el acecho puede consistir desde la sencilla obser-vacin y espera tumbado al borde de un camino, en la linde de un bosque o adosado a un seto hasta el empleo de una tienda, pasando por la red de camuflaje. En el caso de usar tienda, ha de ser de un color neutro: amarillento junto a las dunas costeras, pardo en el campo y una mezcla de marrn y verde a la orilla de los estanques y pan-tanos. El color es importante para los animales, pero tambin hay que

    44

    pensar en las gentes del campo que, intrigadas, pueden estropear con su inoportuna visita horas y aun das de paciente espera. Hay gran cantidad de tiendas adaptadas o adaptables a las necesidades del momento (pueden comprarse o incluso confeccionarse con sbanas o mantas viejas, tela de saco o lona). Es necesario prever aberturas de ventilacin para los das de fuerte calor, y tambin una buena pro-teccin frente a un eventual cambio de tiempo, el viento, la lluvia, etc. Las dimensiones varan, pero siempre sern una transaccin entre la deseable comodidad del fotgrafo y el riesgo de ser detectado por el animal que se acecha.

    Esta tcnica exige del operador una enorme paciencia porque, aparte de observar con los prismticos, todo lo que puede hacer es esperar, ya que cualquier otra accin que emprenda entraa el riesgo de echar a perder una buena ocasin. Debe renunciarse a fumar y hasta a darse un corto paseo, pues el olor del tabaco o el menor ruido provocara la fuga del animal.

    Una vez instalado el refugio de acecho de acuerdo con las cir-

    Tienda de lona para el acecho. Un manguito acoplado al objetivo disi-mula el movimiento de las manos.

    45

  • Arriba: armazn metlica para la tienda de la figura anterior. Abajo: instalacin de la tienda y del fotgrafo para el acecho, entre unos jun-cos. Es preciso que el color de la tela se integre lo ms posible a su entorno.

    46

    Joven corzo visiblemente intrigado por una

    presencia inslita que ventea en el aire.

    cunstancias, el fotgrafo deber plantar su trpode ms firme y pre-parar el material para evitar toda duda o vacilacin en el momento de encuadrar. Para no verse obligado a salir de la tienda ha de llevar cuerdas, imperdibles y cosas por el estilo, al objeto de poder repararla

    47

  • El dbil ruido del motor de la cmara llama la atencin de los jefes de la manada, que no tardar en emprender veloz huida.

    desde el interior si una rfaga de aire ms fuerte de lo previsto la deteriora, ya que nada asustar tanto a un animal como el ruido de una lona agitada por el viento y que oculta cualquier peligro desco-nocido. No os olvidis de llevar tambin una botella de agua y algo de comida y, sobre todo, lo ms importante: pelcula en cantidad suficiente.

    Un buen truco para entrar en el refugio consiste en hacerse acom-paar por dos o tres amigos y penetrar en l todos juntos. Al cabo de unos minutos, nuestros acompaantes saldrn de nuevo y se irn por donde llegaron. Indudablemente, los animales no saben contar, pero estn, en cambio, muy atentos a las idas y venidas. Normalmente, quedarn bastante convencidos de que se han marchado todos, mien-tras el fotgrafo, feliz y contento, permanece tranquilamente sentado en su oculto observatorio. Claro que, a veces, la prctica se aparta de la teora y el animal no recupera tan pronto la confianza perdida. Puede ocurrir que, tras dos o tres horas de espera que se juzgan intil-

    48

    mente perdidas, nos acosen insidiosamente los calambres y la duda. El escondite nos parece ya menos holgado que al principio y los mos-quitos que revolotean por todas partes no nos traen precisamente un consuelo. Pero repentinamente, cuando el abandono pareca ya pr-ximo, cuando bamos a tirar la toalla, el animal se acerca, cruza rpi-damente ante el escondite, se detiene a observar el negro y reluciente agujero que le mira y, tras una leve duda, avanza de nuevo y se en-trega a sus ocupaciones normales. En este momento, el fotgrafo, con la tensin acumulada durante su larga espera agarrado al disparador, debe resistir a la tentacin de ametrallar a su modelo a toda prisa; en efecto, el animal siempre est inquieto y, cuando vuelve a su terri-torio, mucho ms todava. El menor ruido en este momento le har desaparecer durante el resto del da. Esperad, pues, unos segundos (que no representan mucho despus de tantas horas) y trabajad con calma.

    Para practicar el acecho con las mayores probabilidades de xito

    49

  • es necesario estar dispuesto a sacrificar bastante tiempo, cosa que, en general, le falta al aficionado, pero que, sin duda, es el mejor de los ingredientes. Recordad estos dos consejos: cuanto ms tiempo se lleva en el refugio, tanto ms fcilmente es uno aceptado y se convierte en parte integrante del paisaje. No os acerquis a los nidos y aprended a gozar la alegra de haber respetado la vida.

    EL SEGUIMIENTO

    Es el procedimiento ms natural y ms estimulante, pero tambin el ms difcil. Las incursiones coronadas por el xito se alternan con otras en que el fotgrafo regresa agotado y con las manos vacas, aunque nunca sin haber descifrado alguna pgina ms del libro de la naturaleza. Es el aspecto ms deportivo y vitalista de la caza foto-grfica.

    50

    En esta tcnica es preciso descifrar hasta el ms pequeo indicio. Es un tipo de actividad que desarrolla el espritu de observacin, la agudeza visual y reduce las humanas pretensiones a su justo punto, en un medio que hace tiempo abandon para embarcarse en su actual carrera tras el progreso. El fotgrafo experimenta el placer de las largas marchas por campos y llanuras, el vrtigo de los acantilados y las simas; busca sin cesar los animales por las landas y los bosques, a lo largo de la playa y por las dunas, entre opresivos cenagales y en las ms altas cumbres de la tierra.

    Tcnica de observacin, prudencia y atencin fuerzan al fotgrafo a comprender de nuevo la naturaleza, a ver y descifrar sus signos y, sobre todo, a valorar el silencio. Debemos reencontrar los gestos segu-ros del hombre primitivo del que, felizmente, surgen ciertos rasgos al contacto con la naturaleza.

    El primer gran principio es la discrecin: en ningn caso hay que pasearse por el campo como un dominguero o como un conquistador.

    bice alpino en la montaa. Seguimiento con fusil fotogrfico.

    En este caso, la nieve contribuye a amortiguar

    los ruidos.

    Cierva y cervatos en la Reserva de Lugar Nuevo (Andjar). Fusil foto-grfico Novoflex, con objetivo de 400 mm. Exposicin de 1/250 de seg., a f/11 (foto Xavier Palaus).

  • Pensad que de momento sois, por lo menos, un intruso, y hasta un potencial enemigo, y que a vuestra llegada se os observa, se os calibra, se os escucha y se os seala. Quien pretenda ir con prisa no lograr nada. Es necesario detenerse con frecuencia a escuchar y a observar. Poco a poco sentiris renacer en vuestro interior al animal que todos llevamos oculto, reaccionaris de la misma forma a los indicios de una presencia prxima o lejana, atento a los ruidos y movimientos furtivos, a los gritos, a las llamadas y... al silencio.

    La vestimenta tiene una importancia considerable. La primera cualidad que precisa el fotgrafo de la naturaleza, como ya se ha dicho, es discrecin: telas ligeras y slidas, colores ocres, verdes o pardos y todo ir bien. Tanto la chaqueta como el pantaln han de ir provistos de grandes bolsillos, cuatro por lo menos, debiendo que-dar la ropa holgada pero no flotante. En cuanto al calzado, segn la

    bices calentndose al sol invernal. Seguimiento con un tele de 200 mm. Exposicin de 1/125 seg., a f/8.

    52

    estacin y el biotopo, habr que llevar botas, zapatos fuertes o un calzado ms deportivo y flexible. Una red de camuflaje ligera y un par de guantes completarn el equipo (no olvidis que la cabeza y las manos se mueven mucho y constituyen puntos de atencin fcilmente detectables).

    Hay dos tipos de acecho: uno de ellos, planeado con mucha ante-lacin, es el que sigue los rastros de huellas y dems indicios del ani-mal buscado; el otro, ms aventurado y sin objetivo definido, permite gozar de la alegra de lo ocasional: el corzo que cruza el camino, la liebre sorprendida que abandona la madriguera, el vuelo de un chor-

    La veloz fuga de la liebre no ha sorprendido

    al operador. Fusil fotogrfico Novoflex

    400, f/5,6 a 1/125.

  • lito y su canto de queja mientras sobrevuela las landas, el ataque de un azor que persigue a una perdiz ante nuestros ojos.

    Son necesarios, si no obligatorios, buenos reflejos y rapidez, aun-que lo ms importante sigue siendo el conocimiento del terreno y de las costumbres de la fauna que lo puebla. Tambin es necesario tener

    54

    en cuenta que el viento no siempre sopla en la misma direccin y que una cabeza que se levanta con rapidez o una oreja tendida hacia nosotros son sinnimos de huida. Recordad que reptar entre la ma-leza nada tiene que ver con una carrera atltica, sino bien al con-trario, algo que debe hacerse con calma y cuidadosa reflexin. En el momento del encuentro, el fotgrafo y el animal estarn todava separados por una gran distancia, y la utilizacin de un tele de 400 mm, por ejemplo, ser algo bsico (vase Fusil fotogrfico) que ir bien en el 85 % de los casos. Elegida de antemano la velocidad de obtu-racin, el diafragma y el enfoque han de graduarse en el mismo ins-tante en que aparezca el animal. Entonces, el motor permitir regis-trar secuencias imposibles de obtener si hemos de armar el obturador

    nsar comn. Fusil fotogrfico de 400 mm y pelcula de 200 ASA para compensar la falta de luminosidad y el rpido aleteo del animal.

    55

    Zarapito real. El enfoque se ha realizado con la mxima precisin. Cmara de 24 x 36 mm, objetivo Novoflex de 400 mm; f/8 a 1/125, con pelcula de 125 ASA.

  • Las tiernas caricias de una pareja de mochuelos, sorprendidas por el indiscreto fusil fotogrfico del cazador de imgenes.

    a mano. Una segunda cmara con otra pelcula y una focal ms corta (de 85 a 200 m) nos ser de gran utilidad para captar pequeos ani-males, primeros planos, flores, hongos, huellas, etc.

    Caminad siempre tranquilos y relajados y, sobre todo, no olvidis llevar pelcula en abundancia; sera lamentable que por ahorrar algo de peso os encontrrais sin material mientras contemplis escenas abso-lutamente irrepetibles.

    56

    No esperis xitos fciles en las primeras salidas. A los mamferos los veris de lejos y pocas veces. Las aves resultarn demasiado peque-as en el negativo. Tened en cuenta que un tele, por potente que sea, no es una panacea capaz de anular todas las distancias. Confiad en vuestros conocimientos y posibilidades, en vuestra paciencia y en la prctica adquirida si queris llegar a ser buenos fotgrafos.

    LAS TRAMPAS FOTOGRFICAS Esta tcnica, que resuelve de forma bastante artificial el acerca-

    miento a un animal y permite obtener resultados sorprendentes, la utilizan con xito algunos profesionales. Puede ser til tambin al afi-cionado que no disponga de mucho tiempo o no posea un teleobjetivo de suficiente longitud focal. Sin embargo, opinamos que, en estas cir-

    Esquema de instalacin de una trampa fotogrfica. La cmara y las dos unidades de flash son disparadas a distancia por el operador camuflado.

    57

  • Dos sistemas de fijacin de la cmara al tronco de un rbol, mediante tornillos con rtula. Se utiliza en las trampas fotogrficas, y la cmara se acciona a distancia mediante un cable flexible o un disparador magntico.

    cunstancias, nada o poco tiene que ver con la verdadera caza foto-grfica, siendo ms bien una solucin impersonal que demuestra la falta de perseverancia y de curiosidad por parte de quien la aplica. Slo en casos excepcionales est justificada, como es el caso de ani-males peligrosos o sumamente desconfiados, de las rapaces nocturnas o de los murcilagos, por ejemplo, que difcilmente pueden fotogra-fiarse mediante las tcnicas tradicionales de acecho o aproximacin.

    Hay dos posibilidades: la primera es aqulla en que el fotgrafo, oculto a distancia tras un escondite natural (un rbol, un arbusto, un muro) o en un refugio artificial, utiliza un disparador neumtico, prctico, barato y silencioso, aunque limitado por la longitud del cable (quince metros a lo sumo) y que acta con un ligero retraso, o se sirve de un mando dirigido por radio, bastante ms caro y que permite actuar a gran distancia.

    La segunda solucin, en la que el fotgrafo no interviene para nada, es el empleo de un disparador electromagntico. ste, de nuevo, se presenta en dos formas: un haz de luz infrarroja que corta el camino

    58

    Trampa fotogrfica disparada por el operador. Flash a 45 respecto al objetivo de 200 mm, preenfocado a la madriguera de la que sale el zorro.

    habitual de la presa; cuando el animal lo intercepta, se dispara la cmara. No hay ningn retraso, pero el encuadre no siempre ser el mejor. Otra posibilidad es una trampa accionada por la presin o el desplazamiento de un cable que hace de obstculo.

    En este tipo de fotografa es preferible utilizar una cmara con motor que permita al operador quedarse a cierta distancia y oculto, sin necesidad de ir continuamente a pasar la pelcula, con el peligro de asustar una y otra vez a la presa. El material consistir en una

    59

  • cmara motorizada, una ptica situada entre 35 y 135 mm, uno o dos buenos flashes, una pinza o un trpode y un saco viejo o una red de camuflaje para disimular el conjunto.

    LTIMOS CONSEJOS Y RECOMENDACIONES Aprended, ante todo, a derrochar pelcula. Los errores son nume-rosos y, por lo tanto, es preferible lograr una imagen dotada de vida que una serie de "retratos" tan estereotipados como aburridos. Y las fotografas ms dinmicas suponen el empleo de gran cantidad de pe-lcula; as que, una vez ms, no os importe derrochar.

    Saltamontes. Objetivo Micronikkor 55, a 1/250 de seg., diafragma f/5,6, con flash (foto Xavier Palaus).

    Mirlo comn, fotografiado a menos de tres metros de distancia. Obje-tivo 400 mm, con fuelle.

    En invierno, la ausencia de hojas en los rboles permite llegar suficiente luz del sol al sotobosque y a las espesuras donde en verano se ocultaban con tanta facilidad los corzos jvenes.

    Tras una nevada, los animales dejan huellas fciles de seguir, al tiempo que amortiguan el ruido de los pasos. Pero si est helada su-perficialmente, no persigis a los grandes mamferos que, en su afn

    61

  • Zorro al acecho en la entrada de su madriguera. Nikkor 105 mm, 1/125 a f/2,8 (foto Xavier Palaus).

    de huir, se hundirn en la nieve, rompiendo la capa helada, cortante como el cristal, con grave peligro de herirse las patas y tendones.

    Durante el montaje de un refugio o una trampa fotogrfica tomad la precaucin de colocar una lata de conservas pintada de negro en el lugar que ha de ocupar el teleobjetivo para habituar a los animales a ese extrao objeto que les apunta.

    Los refugios construidos con sbanas se estropean en seguida, y es necesario cambiarlos varias veces al ao.

    Aprended, sobre todo, a camuflar el refugio lo mejor posible, arri-mndolo a un rbol, a un arbusto, a un talud, a unas rocas o a lo que sea. Los refugios en campo abierto son los ms difciles de construir; no dudis en modificar el terreno para ganar altura. Si la tela del escondite es ligera, pensad que las sombras chinescas que la luz pro-

    62

    yectar en sus paredes harn huir inmediatamente a todo ser vivo que se acerque.

    No olvidis que un animal sorprendido puede tener reacciones im-previstas; por otra parte, ciertos terrenos pueden ser peligrosos des-pus de una fuerte lluvia, por ejemplo. En la medida de lo posible, estudiadlo a fondo antes de poneros a trabajar.

    Una fotografa sencilla (un estornino o un paro carbonero) es, con frecuencia, mucho ms difcil de hacer que un documento ex-cepcional o raro, que slo depende de la suerte.

    Esforzaos en adquirir un buen conocimiento del medio, del lugar, del biotopo, del gnero de animal que estis buscando. Recordad que son numerosos los incidentes que pueden malograr una aventura de este tipo. Elegid el material preciso en consecuencia.

    DECLOGO DEL FOTGRAFO EN LA NATURALEZA1

    1. El respeto a la vida es prioritario en todo lugar y en cualquier momento. Dominad vuestra pasin: ms vale perder una ocasin que causar daos. Sed conscientes de vuestra responsabilidad.

    2. Respetad las reservas. Estn destinadas a salvaguardar la natura-leza y no a satisfacer vuestro placer y ambicin. Tomad contacto con los guardas responsables, informadles de vuestras intenciones, solicitad las autorizaciones necesarias y observad las prohibiciones y normas vigentes. Tened ms cuidado que nunca con la flora y la fauna.

    3. Respetad la propiedad. Las intromisiones, molestias y daos re-dundarn en vuestro perjuicio y en el de quienes os acompaen. No pisis los cultivos ni las gramneas, no rompis las ramas ni dejis

    1 (Reproducido en parte del boletn suizo "La proteccin de la naturaleza", 7-75.)

    63

  • abiertos los corrales del ganado y, sobre todo, no asustis a los ani-males.

    4. Sed discretos. Aprended a pasar inadvertidos, a desplazaros en silencio, a observar desde un escondite. No corris, ni gritis, ni im-pongis vuestra presencia. Y recordad que los papeles o los restos de comidas por el suelo deslucen la naturaleza y que los cristales son peligrosos. No hagis fuego y, si es posible, absteneos de fumar; es frecuente que las imprudencias causen incendios devastadores.

    5. Sed muy prudentes con los nidos de aves. Podis provocar su aban-dono o su destruccin por una insistencia sin sentido. No hagis foto-grafas a las aves en su nido y de ninguna manera perturbis la nidifi-cacin de las rapaces. No penetris en las colonias de aves, ya que ello constituira una perturbacin demasiado grave: los polluelos dejaran los nidos y caeran en manos de los depredadores, los huevos se en-friaran y el resultado ser la muerte de numerosas cras. Si precisis fotografiar una colonia de aves, trabajad desde muy lejos y con un buen teleobjetivo; y, en cualquier caso, haced que os asesore un ex-perto en la materia.

    6. No obliguis a los pjaros a levantar el vuelo. As, los nsares, patos y limcolas necesitan de lugares tranquilos, cada vez ms escasos. Des-alojados y acosados, encontrarn dificultades en hallar nuevos refugios, sobre todo en poca de caza. Pensad tambin que al provocar su huida privis a otros aficionados sus observaciones.

    7. No asustis a los animales. Observad desde lejos a los mamferos silvestres, para elegir el punto de toma, y caminad lentamente y en si-lencio, evitando movimientos bruscos. Los animales tienen derecho a alimentarse y a descansar en paz; provocar la sorpresa y la huida, perseguir y acosar son tcticas indignas y brutales que les hacen teme-rosos y alteran sus costumbres. No inquietis a las hembras preadas o cortejadas. Evitad a toda costa tocar a un recin nacido: dejadle donde est, sin pisotear los alrededores, y retiraos lo antes posible. Haced lo mismo si os hallis con un animal herido, capaz de reaccionar

    64

    Ratilla agreste. Cmara de 24 x 36 mm SLR, con objetivo Micronikkor 55 mm, 1/60 de seg. a f/5,6 (foto Xavier Palaus).

    de forma imprevisible y peligrosa, y no hagis nada especial: limitaos a advertir al guarda de lo que ocurre. Y no llevis un perro con vosotros bajo ningn pretexto.

    8. No busquis nuevas sensaciones a cualquier precio. Las especies raras estn siempre en peligro y tienen derecho a especiales precauciones, sobre todo en las pocas de reproduccin. Si tenis la suerte de dar con una especie rara de la flora o la fauna, no se lo digis sino a un especialista digno de confianza: con frecuencia, el exceso de inters o la indiscrecin han sido causa de destrucciones irremediables.

    65

  • 9. Sed correctos. Resistid la tentacin de espiar y seguir a otros cole-gas o de perturbar su trabajo, respetando su derecho de prioridad. No olvidis que quien paga al final las rivalidades es la naturaleza.

    10. No dudis en intervenir contra cualquier infraccin a estas reglas. Denunciad los abusos y fechoras y corregid las torpezas con cortesa. De vuestra actitud y ejemplo depende tambin el "buen uso" que los dems hagan de la naturaleza.

    66

    3

    sobre el terreno el biotopo

    vida en los pantanos la franja costera

    bosques, campos y llanuras la montaa viviente

    huertos, parques, . . .montes parques, reservas y zoolgicos

    la fotografa en el acuario

  • EL BIOTOPO

    En la escuela de la naturaleza, el don de observacin se convierte muy pronto en un reflejo instantneo. Si, a pesar de los conocimientos propios, se tiene dificultad para identificar a un animal o a una planta, ser preciso consultar alguna gua especializada. Despus de todo, re-conocer un animal es slo cuestin de memoria visual o auditiva; lo ms importante es saber dnde, cundo y cmo vive.

    Este conocimiento del medio es condicin bsica para el xito en la caza fotogrfica. Es evidente que un naturalista no ira buscando avocetas en la espesura del bosque ni tejones por las dunas del litoral, pero esto no siempre es tan evidente para un profano; de ah el inters fundamental que tiene el conocimiento del medio o biotopo, es decir, del espacio vital donde se renen los factores biolgicos fundamentales para la existencia de un conjunto de organismos.

    En funcin del biotopo, el animal que se busca, el material y los problemas sern de una u otra clase. Rpidamente aprenderis que cada animal establece entre l y el hombre una distancia de seguridad caracterstica, que vara con los lugares y las estaciones, y que algunos signos imperceptibles para el principiante (aleteos, ciertos gritos, una cabeza que se destaca, unas orejas inmviles, etc.) significan que se ha traspasado el lmite de seguridad y la fuga es inminente. Aprenderis tambin a desconfiar de las maniobras de ciertos animales cuando se les sigue en terreno descubierto o semidescubierto. En efecto, los hay que simulan pacer y, cuando menos se espera, vuelven rpidamente la cabeza. No os acerquis, salvo que estn comiendo realmente.

    Un ltimo consejo antes de adentrarnos en un biotopo: ocultaos lo

    69

  • mejor posible, evitando permanecer aislados en terreno descubierto, y deteneos con frecuencia al abrigo de los rboles o de cualquier otro escondite natural.

    LA VIDA EN LOS PANTANOS

    Inevitablemente, el fotgrafo de la naturaleza se siente atrado, antes o despus, por los pantanos. Son una fuente inagotable de vidas extraordinarias. La avifauna es numerosa y variada. Pueden observarse con facilidad insectos, reptiles y anfibios diversos. Son entornos que merecen ms proteccin que ningn otro y, para ello, lo mejor es el respeto profundo y la ayuda en cuanto est a nuestro alcance a las diversas asociaciones para la defensa de la naturaleza.

    Salvo las especies tpicas de terrenos pantanosos, son numerosos los pjaros que slo frecuentan este lugar en primavera, durante el perodo de reproduccin, y pasan los inviernos en la costa o en el Sur.

    Este mundo fascinante no carece de peligros. El hundimiento en el fango acecha a cada paso, y no creis que exagero, porque todos los aos se dan numerosos accidentes de este tipo. Salvo que se co-

    Polluela chica sorprendida al acecho con un potente fusil fotogrfico Novoflex de 600 mm de distancia focal.

    70

    Una garceta captada por seguimiento, o aproximacin, con un 200 mm, entre los caaverales de La Camargue.

    nozca perfectamente el terreno, conviene ir siempre acompaados y que alguien sepa de antemano qu zonas vamos a recorrer.

    La tcnica principal en las marismas es el acecho, ya sea a pie, con botas de pocero, o sirvindose de un buen refugio. La mayor alegra que proporciona este biotopo es la posibilidad de observar numerosas especies, aunque a costa de algunos inconvenientes: los olores que emiten los vegetales y animales en descomposicin son, por lo menos, molestos; el calor en una tienda, tras un par de horas de observacin, es insoportable; los mosquitos se aprovechan del forastero: un montn de carne blanda, indefensa y ms o menos inmvil durante horas, que les depara festines pantagrulicos e inesperados.

    El paso por los caaverales se har siempre con la mayor discre-cin posible (en Suiza, por ejemplo, son muchos los caaverales a los que est prohibido el acceso). Evitad dejar a vuestro paso un ancho rastro de caas tronchadas y aplastadas, que los animales perciben desde gran distancia.

    71

  • Hembra de nade real tomada con un teleobjetivo de 400 mm y pelcula de 400 ASA. Obsrvese el cuidadoso enfoque selectivo sobre el sujeto principal.

    72

    La tienda se disimula con caas muertas, atadas o entrecruzadas, pero nunca con tallos rotos o recin cortados. Asegurad firmemente los vientos de vuestra tienda y, si es posible, colocad, adems, unos tacos de madera o de metal ligero bajo los montantes para evitar el hundi-miento lento y progresivo del refugio. Una tabla ligera no ser intil si el fotgrafo no quiere encontrarse hundido hasta las rodillas o hasta las caderas tras una maana de observacin. Por la misma razn, el material, siempre que se pueda, se colgar de un montante transversal. Tras utilizarlo, limpiad bien el trpode (es una de las razones para dar preferencia a uno de madera sobre los de metal), porque la corrosin lo amenaza. Impregnaos la cara y los brazos con un producto repe-lente de mosquitos, salvo si, como buen naturalista, consideris que estos animalillos tienen derecho de vez en cuando a un buen trago de sangre fresca. La comida y la bebida deben llevarse en una bolsa hermtica para no atraer a huspedes indeseables.

    Adems del trpode y las pelculas, el material incluir una cmara con un tele de 400 mm y, si es posible, un anillo o un fuelle de ex-tensin (tipo Novoflex), ya que este objetivo tiene el enfoque mnimo a 7 metros, distancia que puede reducirse a dos con el prolongador.

    Cmara de 24 x 36 mm, con objetivo macro de

    100 mm y pelcula de 64 ASA. Flash y

    pantalla reflectora.

  • Bho real en cautividad. Objetivo normal de 50 mm (Nikkor), con flash, a f/8, 1/60 de segundo (foto Xavier Palaus)

    Habr que llevar una segunda cmara con un 200 mm y otro tipo de pelcula (en blanco y negro, por ejemplo). Para ello, y si el presu-puesto lo permite, puede emplear el formato 6 x 6 o 6 x 7. La lumi-nosidad es, en general, grande, y una pelcula en color de 64 ASA per-mitir obtener buenos resultados.

    Hasta hace poco y todava hoy, numerosos aficionados y pro-fesionales consideraban que la mejor poca para trabajar era la prima-vera, durante la nidificacin. Claro que ignoraban los efectos secun-darios de su comportamiento: polluelos que huyen del nido y perecen bajo los dientes o el pico de un depredador o bajo los rayos del sol, abandono de las nidadas, huevos enfriados o rotos, etc. Hoy es imper-donable ignorar estas consecuencias y escandaloso no actuar en con-secuencia. Se han destruido demasiadas colonias y hay demasiadas es-pecies camino de la extincin como para permitirse penetrar en los caaverales y las colonias durante la nidificacin. Es fcil criticar a los autnticos cazadores por las numerosas tropelas que cometen, pero con

    74

    frecuencia se olvida a los fotgrafos que, al trabajar en primavera, son los causantes de idntica mortandad. Por su comportamiento, destruyen la vida en su mismo origen. Felizmente, hay cada vez ms reservas en las que est absolutamente prohibida la entrada durante la poca de nidificacin. Cuando realmente sea preciso fotografiar nidos habitados habr que esperar al mes de junio, poca en que todava estarn pre-sentes la mayor parte de las especies, pero en que habr ya pasado el punto culminante de la nidificacin, pudindose entonces observar, sin excesivo peligro, polluelos de todas las edades.

    Las aves ms conocidas, como la polla de agua, que nidifica tanto en las orillas de las charcas como de los lagos con abundante vegeta-cin, aunque nunca en el litoral marino, son a menudo las ms difciles de fotografiar. Esta especie, muy comn, es tambin muy asustadiza y a la menor alarma se esconde en los caaverales o en el refugio vege-tal ms prximo. Hacia el Sur, en Espaa, en Cerdea y hasta en Sicilia, tendris la oportunidad de ver al calamn comn, dos veces ms grande que la polla de agua y mucho ms hermoso. Si veis alguna vez un calamn en el sur de Francia, lo que ser raro, se tratar con segu-ridad de un ejemplar huido de alguna pajarera.

    De comportamiento ms sociable, las fochas recuerdan mucho a las pollas de agua. Husped extraordinariamente arisco, el rascn ha-bita los marjales y las orillas de los lagos y lagunas de vegetacin tan espesa que el hombre no puede atravesarlos. Muy arisco y poco so-ciable, no sale ms que durante el crepsculo y por la noche pueden orse sus gritos, semejantes a los gruidos de un cerdo. En primavera, al atardecer, un ruido que recuerda extraamente a una sirena de niebla se eleva entre los carrizales: es un avetorillo, maestro en el arte del disimulo. En cuanto se acerca cualquier ruido sospechoso estira el pico hacia el cielo y queda admirablemente camuflado gracias a su plumaje pardusco rayado de negro: parece una caa ms entre las otras. Por ello, se pasar al lado de esta ave sin darse cuenta.

    La avifauna de estos ambientes es numerosa: agachadizas, de vuelo desigual; patos ruidosos o silenciosos de todas las especies, somorgujos que se sumergen en el agua durante mucho tiempo para reaparecer mucho ms lejos, garcetas diversas, graciosos archibebes, gaviotas, fu-mareles, pardillos, etc.

    75

  • Sapo comn. Cmara 24 X 36 mm,

    con objetivo macro 100 mm. Iluminacin

    por flash.

    Culebra de collar. Tcnica de seguimiento, con un 200 mm. Enfoque selectivo a la cabeza.

    Pero no son las aves los nicos seres que habitan las marismas. Si frecuentis sus orillas llevad, adems del teleobjetivo, un objetivo macro y un gran angular. Este ltimo os permitir fotografiar el paisaje, el biotopo, Jos caaverales, una puesta de sol o los efectos de luz entre los juncos. El macro os permitir acercaros a una fauna diferente (y

    76

    tambin a la flora). Algunos insectos se dejan fotografiar fcilmente, a poca distancia, y, con un poco de suerte y paciencia podris obtener buenos documentos de libbulas y mariposas.

    Las ranas se encuentran por doquier, pero son muy asustadizas. En la poca de apareamiento, no es raro encontrar autnticos racimos de sapos. He aqu un breve calendario destinado al aficionado a la ma-crofotografa.

    La primavera es, para numerosos batracios (ranas, sapos), el pe-rodo de apareamiento y puesta. En algunos pantanos podris tener quiz la suerte de observar la ceremonia nupcial de los tritones. No obstante, para poder fotografiarlos bien no hay ms solucin que el acuario. Es tambin la gran poca de las metamorfosis de las larvas de liblula y del retorno masivo de los mosquitos. El verano permite encontrar adultos, pero tambin renacuajos de ranas verdes. Cuando empieza el esto, los renacuajos de las ranas rojas se metamorfosean

    Perdiz comn. Fusil fotogrfico Novoflex con tele de 400 mm. Exposicin de 1/125 de segundo a f/11 (foto Xavier Palaus).

  • en adultos. Las tpulas, que recuerdan a grandes mosquitos, dejan a uno acercarse hasta pocos centmetros. Al final de la primavera habrn empezado a aparearse los caballitos del diablo y lo seguirn haciendo durante todo el verano, adoptando la pareja, en muchas especies, la forma de un corazn durante esta actividad. El otoo permite encon-trar ranas en los sitios ms inesperados, adems de numerosos ditiscos e hidroflidos.

    Hallaris tambin algunos reptiles como las culebras, en su mayor parte inofensivas para el hombre a pesar de su aspecto poco agradable. La de Montpeller, por ejemplo, muy comn en las regiones ridas de la cuenca mediterrnea, alcanza hasta los dos metros de longitud; tiene una profunda depresin entre los ojos y una coloracin pardoverdosa con dos hileras de puntos oscuros; es venenosa para los pequeos ma-mferos, a los que ataca con saa, pero no para el hombre, ya que sus garfios venenosos se alojan al fondo de la garganta y no en la boca. La mordedura de una culebra es siempre el resultado de un descuido o de imprudencia por nuestra parte; son animales tiles a la agricultura por la gran cantidad d alimaas que destruyen. As pues,

    Porrn comn en el lago Leman. Captado desde un refugio instalado en la orilla, con un objetivo de 400 mm.

    78

    Garza real. La tcnica de acecho permite buscar un tipo de compo-sicin que armonice con el biotopo.

    bien merecen algo ms de atencin y, desde luego, un poco menos de miedo.

    Ms de un botnico aficionado o experto se quedar asombrado por las maravillas que se descubren en los pantanos: orqudeas diver-sas y hasta plantas carnvoras (como la drosera) que capturan insectos gracias a una secrecin pegajosa y a continuacin los digieren.

    En Europa quedan todava algunos grandes pantanos o regiones palustres que deben conservarse a toda costa.

    En Espaa, el clebre Coto de Doana, salvado en los aos sesenta, puede enorgullecerse de encerrar la ms bella reserva en su gnero de toda Europa. El lince y el guila imperial an sobreviven en pequeo nmero. En primavera, los alcornoques que rodean el palacio retumban con el estrpito discordante producido por miradas de garzas reales,

    79

  • garcillas bueyeras y las clebres garcetas comunes, acompaadas por numerosas esptulas.

    Doana es una reserva constituida por una fauna de marisma y tam-bin por la propia de las costas arenosas, dunas, lagos salados y mato-rrales. Estas inmensas extensiones pantanosas estn formadas por el delta del Guadalquivir en su desembocadura al golfo de Cdiz.

    En Francia, la Reserva Natural de la Camargue, en Bouches-du-Rhne, merece justa fama, tanto por sus marismas como por sus fla-mencos rosas y las aves mediterrneas o marinas. La Sologne es cono-cida desde hace muchos aos y, cada primavera, miles de fotgrafos naturalistas la asaltan en todos los sentidos. Las marismas de Poitevin, les Dombes, el parque de Brire en Loire-Atlantique, las Landas de Gascua, el golfo de Morbihan, formado por tremedales y marismas saladas que albergan a una importante colonia de charranes, la Pointe

    No todo han de ser fotos de animales: a veces resulta tambin intere-sante captar el ambiente, como el de esta brumosa maana de otoo en Las Fagnes.

    80

    d'Arcay, reserva mixta de aves de mar y marisma, y muchos sitios ms, constituyen otros tantos lugares a elegir (salvo, a ser posible, en el perodo de nidificacin) por cualquier aficionado a las regiones pan-tanosas.

    En Suiza, las orillas de algunos lagos, como el de Leman, el de Neuchatel, etc., constituyen otras tantas zonas pantanosas rigurosamente protegidas. Para entrar libremente es necesario informarse sobre las au-torizaciones necesarias. Satisface comprobar que los suizos son, efecti-vamente, muy disciplinados y respetuosos para con sus reservas.

    En Rumania, el delta del Danubio constituye una reserva de una superficie y una riqueza excepcionales. Una vez all, por algunos leis, cualquier pescador os llevar a su barca a recorrer los pequeos meandros entre los caaverales, lejos del canal de San Jorge y de las grandes embarcaciones, lo que os permitir descubrir una naturaleza libre y rica que merece el nombre de salvaje.

    En Italia, igual que el Rdano en Francia, el Danubio en Rumania y el Guadalquivir en Espaa, el Po forma tambin un gran delta, muy rico en especies animales.

    En Blgica, una regin como la de Las Fagnes es justamente clebre, aunque hay que desconfiar porque las turberas son muy numerosas y de vez en cuando algn imprudente se pierde en ellas. Numerosas re-servas jalonan el pas: Blankaart, Zegge, Maten, Claire-Fontaine, Go-ze, el valle del Dyle, etc.; en general estn administradas por las Re-servas Naturales y Ornitolgicas de Blgica. La World Wildlife Fund aporta su ayuda para la adquisicin de nuevos terrenos merecedores de proteccin, tanto en Blgica como en otros pases. En ste, la ma-yor parte de las reservas estn rigurosamente protegidas y antes de adentrarse en ellas es imperativo haber solicitado todas las autoriza-ciones pertinentes.

    Todos los pases poseen pequeas o grandes zonas pantanosas en las que es posible encontrar una fauna y una flora ricas y variadas.

    81

  • LA FRANJA COSTERA

    Aparte de los peces y moluscos, la costa es el reino de las aves. La extremada variedad de la avifauna litoral se debe a los importantes recursos alimentarios y a la estrechez de la franja costera. Algunas aves se alimentan en las playas, otras van al borde del agua para atrapar sin mojarse demasiado pequeos animales lanzados por la marea y las olas. Otros, como los ostreros, comen crustceos y moluscos gracias a su pico largo y muy robusto. Los hay que se alimentan en el mar, bien nadando bajo el agua para perseguir a pequeos animales, bien dejndose caer en zambullida. Por ltimo, los ms aprovechados, como las gaviotas, poseen un rgimen muy eclctico y llegan incluso a ser comensales del hombre.

    En estos lugares, el fotgrafo gozar de magnficas ventajas: la luminosidad, siempre alta en cualquier estacin, le permitir el empleo de teleobjetivos muy potentes (hasta de 1600 y 2000 mm) y pelculas de baja sensibilidad que dan menos grano y mayor definicin. La variedad y el nmero de especies animales, sobre todo aves, que fre-cuentan las playas, acantilados y estuarios es siempre importante en cualquier poca (hibernacin, migraciones, paradas de reposo, nidifica-cin, etc.). La marea, a veces peligrosa cuando sube, es muy codiciada por los fotgrafos cuando baja. En efecto, durante el reflujo descubre numerosos invertebrados y moluscos que sern un regalo para nume-rosas aves en busca de alimento fcil de recoger.

    En las escolleras podr observar numerosas gaviotas, vuelvepie-dras, correlimos, etc. A lo largo de las playas, los charranes (tambin llamados golondrinas de mar por su larga cola ahorquillada), vaga-bundos e incansables, hacen los arabescos ms increbles sobre el agua. Con frecuencia, tras un impresionante descenso en picado, se zam-bullen por completo para capturar alguna presa viva. La gaviota, sa-queadora de las orillas marinas, se alimenta sobre todo de moluscos diversos y de cadveres varados. No obstante, no duda en atacar a pequeos mamferos, aves heridas o migradoras fatigadas. Azote de las aves acuticas, roba los nidos que encierran huevos o polluelos. Bas-tante vengativa, no tendr inconveniente en lanzarse sobre el fotgrafo si considera que se ha acercado ms de la cuenta o simplemente si no

    82

    Un tema de eleccin: las migraciones. Seguimiento con un 200 mm.

    Gaviotas agrestes. Fusil Novoflex 640 mm, a f/8 y 1/250 (foto Xavier Palaus).

  • El avin zapador slo se posa en el nido. Foto al acecho, con objetivo de 400 mm y pelcula de 125 ASA.

    le resulta agradable (los nicos recursos son marcharse o tumbarse bajo el trpode en espera de que el atacante se vaya).

    Pueden emplearse, segn convenga, las dos grandes tcnicas de campo. El seguimiento permitir fotografiar numerosas aves en vuelo. Un consejo: sea cual sea el exposmetro que utilicis, abrid un par de diafragmas o al menos uno si no queris conformaros con una silueta negra contra al cielo azul. Un filtro amarillo o anaranjado (slo uti-lizable con pelcula en blanco y negro!) acentuar el contraste con las nubes.

    En los malecones son numerosas las aves a las que uno puede acercarse a menos de cuatro o cinco metros (y hasta a poco ms de dos) sin problemas.

    Los acantilados, como los de Bretaa, por ejemplo, son clebres por la gran cantidad de colonias de aves que albergan. Hace apenas un ao, en Bretaa, haba miles de gaviotas tridctilas, hermosos jrai-

    84

    lecillos comunes (que an hacen las delicias de numerosos irlandeses), pequeos pinginos, diversos araos, cormoranes, moudos, etc. La concentracin era tal que ni siquiera era a veces necesario recurrir al acecho. Actualmente, tras el naufragio del "Amoco Cadiz" a comien-zos del perodo de nidificacin, las colonias estn diezmadas y es intil "perseguir" a los supervivientes que, ante todo, necesitan calma y tranquilidad para quiz algn da reconstruir las antiguas colonias.

    A lo largo de los estuarios no hay prcticamente sino un solo m-todo bueno de obtener documentos: el acecho.

    No obstante, la franja costera no presenta slo ventajas. Todo lo contrario. La tienda de acecho ser difcilmente camuflable, porque quedar con frecuencia aislada de cualquier clase de rboles o taludes. No dudis en cavar un foso para disminuir su altura. El viento estar presente de forma casi continua con su cortejo de problemas: la tienda que se deteriora, los pjaros que se asustan por los ruidos, el silbido

    Arao. Seguimiento en los acantilados.

    Exposicin de 1/250 a f/8.

    85

  • El pan atrae indefectiblemente a las gaviotas. Fusil fotogrfico Novoflex de 400 mm; f/5,6 a 1/250 de segundo.

    Fotografa al acecho de un frailecillo que vuelve de pescar. Cmara 24 x 36 mm, con teleobjetivo de 400 mm a f/5,6.

    86

    constante, la arena, el polvo. La arena, junto con el agua, constituye el principal enemigo de nuestro equipo; se desliza poco a poco en las pticas, los cuerpos, los motores, las pelculas (que se rayarn si no se protegen bien), etc. Pensad que una limpieza a fondo de los aparatos os puede costar bastante dinero.

    A lo largo de los malecones, los rompeolas y en el mar, el agua y hasta el aire salobre destruyen lenta pero inexorablemente todas las partes elctricas del equipo (la clula, el motor, los diodos, la memoria electrnica, el flash, etc.). En las tiendas de fotografa hallaris unas pequeas bolsas estancas hasta los diez metros de profundidad, adap-tables a todas las marcas. Para el aficionado, que no tiene por qu emplear necesariamente una de estas bolsas, el procedimiento ms se-guro de proteger el material contra la lluvia y la bruma (salvo si se cae al agua) siguen siendo una bolsa de plstico corriente, abierta por los dos lados y sujeta con gomas plsticas. Si, por desgracia, se cae la cmara al agua, lo primero que debe hacerse, una vez recuperada, es lavarla a fondo con agua dulce y despus llevarla a un servicio de reparaciones para que procedan a una limpieza y un engrase total.

    Y un pequeo truco: con frecuencia, desde los apartamentos cons-truidos a lo largo de la costa y de cara al mar tendris ocasin de observar las acrobacias de las gaviotas para atrapar las migas de pan que les echan algunos veraneantes; vendrn hasta las ventanas en oleadas de diez, veinte o cincuenta, y con un poco de paciencia, de destreza y buenos reflejos podris lograr excelentes fotografas.

    Espaa, rodeada por los Pirineos y el Atlntico por el Norte, Portu-gal por el Oeste y el Mediterrneo por Levante y el Sur, se ha con-vertido sobre todo en un pas turstico en que la construccin de com-plejos hoteleros prima sobre la creacin de reservas. Incluso al Sur, el clebre Coto de Doana ha sufrido los efectos del "progreso" en forma de contaminacin. Gibraltar acoge a la nica colonia de simios de Europa, siendo un punto de migracin importante. No es raro ver cmo llegan de frica centenares de cigeas sin mover las alas, sim-plemente deslizndose en el aire. Con frecuencia esperan muchos das antes de que las condiciones atmosfricas y las corrientes de convec-

    87

  • Juegos acuticos de los tarros. Cmara rflex 24 x 36 mm, con un tele objetivo de 300 mm.

    cin les permitan elevarse a la suficiente altura antes de su largo viaje a Europa.

    En Francia son numerosas las reservas costeras, adems de variadas. Bretaa, con sus acantilados, sus playas, las Sept-Iles y el cabo Frhel en Ctes-du-Nord, el cabo Sizun, el Parque Natural de la Armrica (donde de vez en cuando se ve a la foca gris), las islas Glnan en Finisterre, con Belle-Ile en Morbihan, alberga una avifauna extraor-dinariamente rica: gaviotas tridctilas, gaviotas reidoras, gaviotas ar-gnteas, chovas piquirrojas, agujas, zarapitos, frailecillos comunes, al-catraces, petreles, araos, pinginos, cormoranes, etc.

    Cap Gris-Nez, ms al Norte, es, desde hace tiempo, conocido por los ornitlogos como un importante lugar de paso de migradoras (hay instalada y bien establecida una colonia de eiders).

    Bastante ms al Sur, y siguiendo en el Atlntico, la baha de Arca-chon en Gironde no encierra slo ostras: las aves marinas y migrado-ras son numerosas.

    88

    El Midi y el Mediterrneo permiten observar una fauna y una flora ligeramente diferentes. El Parque Nacional de Port-Cross posee, l slo, cuatro biotopos florales terrestres distintos. La fauna marina es de una gran riqueza. Los entomlogos y herpetlogos se encontrarn a sus anchas, porque los insectos, culebras y batracios son numerosos.

    La Reserva Natural de la Camargue es justamente conocida y no necesita de ningn comentario.

    En Crcega, el guila pescadora se mantiene con tantas dificultades en algunos lugares que prefiero no hacer ms comentarios.

    En Blgica, las reservas costeras son poco numerosas; no obstante, hay una en Zwin que bien merece una visita. Un parque de observa-cin con pajareras cerradas, semicerradas e incluso abiertas permite a los visitantes familiarizarse con una fauna que no