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  • Atrapada

    M ngeles Villacija

    EDICIONES HADES

    Novela

  • M ngeles Villacija Perdiguero Ediciones Hades12004 Castelln de la [email protected] ISBN 978-84-943479-1-7Depsito Legal CS 6-2015 Modelo Portada Carmen Brea Reina Fotografa Portada Laura Sern GmezDiseo Portada Javier Blzquez Murillo

  • Atrapada

  • Captulo I

    Por qu todo es tan difcil?

  • Sabes lo que se siente al perder a todas las personas que son importantes para ti? Has pensado alguna vez en lo que pasara si te quedaras solo en un mundo tangrande que no sabras a dnde ir para mantenerte a salvo? Alguna vez has sentido cmo te ibas hundiendo en un abismo tan profundo que, al querer salir de l, ya eraimposible?

    Al principio no era consciente de las cosas tan maravillosas que poblaban mi mundo todos los das. Sin embargo, cuando quise darme cuenta, ya era demasiadotarde.

    Amigos, familia, una vida por delante Al principio yo era como vosotros. Crea que la buena suerte iba a durarme para siempre, que nada podra arrebatarmetodo cuanto posea. A pesar de ello, un da descubr que no haba nacido en este miserable y superficial mundo para pasar inadvertida Haba nacido para hacer algogrande, para dejar mi huella en l! Y, por muy duro y difcil que resultase para m, una cra de apenas 16 aos, quin era yo para romper los hilos del destino?

    Esta es mi historia.No es ni hermosa ni feliz, pero es lo que realmente sucedi. Quizs no acabe como todos esperan que lo haga. Si lo hiciese sera una gran mentira. Corra sobre los charcos de agua mientras miraba constantemente mi reloj. Las nubes negras del cielo creaban un matiz oscuro a pesar de que ya eran las ocho y

    media de la maana. Deba darme prisa. La clase saldra de excursin en quince minutos y no se molestara en esperarme. Cmo poda haber olvidado la autorizacin simi madre la haba firmado la noche anterior?

    Gir bruscamente a la izquierda.Cuando recorr unos diez metros ms, pude vislumbrarla entre aquel aguacero que caa sobre la ciudad. Mi casa era un pequeo chalet de dos plantas, con la pared

    de un tono rojizo claro y el techo de color caoba. La puerta estaba entreabierta, cosa que me sorprendi. No tendran que haberse ido ya mis padres? Pos la miradasobre mi hogar y, de repente, un extrao sentimiento de inquietud se apoder de m. Sin hacerle demasiado caso, termin de abrir la puerta y entr en el pasillo principal.

    La casa estaba en penumbra, lo que capt rpidamente mi atencin. Disminu la velocidad conforme caminaba hacia la mitad del pasillo, sintiendo de pronto unterrible presentimiento en el fondo de mi alma. Tem que pudiese haber ocurrido algo malo. Un sonido de detonacin sali del fondo del pasillo y, con el corazn en unpuo, me dirig velozmente hacia all para comprobar qu haba pasado.

    Lo que vi dentro de esa estancia jams podra olvidarlo Me detuve ante el umbral de la puerta de la cocina, aterrorizada. Di unos cortos pasos dejando caer al suelo la mochila que llevaba sobre los hombros. Mis manos

    comenzaron a temblar de impotencia y, al mismo tiempo, pens que aquello que estaba viendo en el suelo solo poda ser una cruel pesadilla antes de despertar.Junto a la encimera negra se hallaban sus cuerpos sin vida rodeados de un gigantesco charco de sangre. Sus brazos y piernas estaban colocados en un ngulo

    anormal, dando la sensacin de haber cado al suelo de una forma extraa. La cabeza de mi madre estaba atravesada por un orificio de bala entre ceja y ceja. En el caso demi padre, el proyectil le haba agujereado el abdomen. El sonido que haba escuchado antes de entrar haba sido la detonacin de un disparo?

    Me llev las manos a la boca al mismo tiempo que retroceda unos pasos. Lgrimas cristalinas comenzaron a correr por mis mejillas. Aquello no poda estarpasando. Aquellos no podan ser mis padres. Cmo demonios? Y quin? Las preguntas ni siquiera acertaban a formarse en mi mente.

    Entonces me percat de que no estaba sola en la cocina: un hombre, frente a la pared del fondo, estaba escribiendo algo con pintura de color carmes.Se volte para mirarme mientras se limpiaba las manos con un pauelo que acababa de sacar de sus pantalones. Quise salir corriendo. No obstante, algo me

    mantena sujeta al suelo: la sonrisa maliciosa con la que me observaba el desconocido haba conseguido dejarme paralizada. Luego se fue. Pas por mi lado sin siquieramirarme, sin ninguna intencin aparente de querer hacerme algo malo.

    Fue entonces cuando me percat de que, oculto en las penumbras que haba a mi derecha, haba otro hombre. Este era de raza negra, con el pelo negro a lo afro y untraje de chaqueta que pareca ser muy caro. Me mir con malicia.

    HolaEh, t. Recuerdas lo que te dije? le dijo su compaero con brusquedad volvindose desde la puerta. Largumonos.l asinti. Antes de irse, se volvi hacia m.Si le cuentas esto a alguien termin la frase pasndose un dedo por el cuello de forma amenazante.A continuacin, se fueron.Y yo les dej marchar, sin atreverme a seguirles con la mirada ni a exigirles que se quedasen para que me diesen explicaciones. Solo me importaba el hecho de que

    mis padres estaban muertos en la cocina sin ninguna posibilidad de levantarse para arroparme entre sus brazos una ltima vezUn fuerte portazo me avis de que se haban ido de la casa, pero en ese momento no me importaba demasiado.Al levantar la mirada me top de frente con el escrito que haba dejado aquel hombre en la pared. Estaba pintado con la propia sangre de mis padres, sin lugar a

    dudas.

    Nada es lo que parece ser.Y lo que parece ser algo, no es nada

    2 meses despus Una gran tormenta se inici de golpe. Estridentes truenos retumbaban por todo el bosque, dejndolo tan iluminado que no pareca existir ese gran manto de nubes

    negras que se cerna sobre todos los rboles del paisaje. El viento acompaaba a la tempestad, que haca bailar bruscamente los abetos que haba a mi alrededor.Comenc a temblar de fro, mas no me importaba caer enferma. Cerr los ojos esperando que todo acabase, deseando que fuese la ltima vez que tuviera que verme

    en una situacin parecida a esta. Y, de pronto, lleg a mi mente la imagen de dos cuerpos sin vida sobre el suelo una imagen que, pese a que ya haban pasado dosmeses, an perturbaba en mis pesadillas. Volv a mirar a mi oponente.

    Aquel hombre que me sonrea con inquietante maldad pareca rondar los cuarenta aos. Sus ojos eran de un tono plateado, y tena una morena cabellera recortada aestilo militar. Posea una piel bronceada, y unos msculos tan marcados que parecan haberle costado meses de gimnasio. Yo solo era una chica de diecisis aos, nopodra hacer nada contra alguien as. Eso era lo que en realidad me pona tan nerviosa.

    Ya era hora susurr observndome con detenimiento. Mira que eres escurridiza.Continu en silencio. Le fulmin con la mirada mientras comenzaba a invadirme una rabia que no haba sentido en mucho tiempo.No me preocupaba morir, a quin iba a importarle, de todas formas? Durante semanas estuve sola, por eso saba que no era el fin del mundo que una chica como

    yo desapareciese de la faz de la Tierra. Record con tristeza esa etapa en la que me haba visto obligada a esconderme como una vil rata. Meses de dolor evocando una yotra vez que, por ser la cobarde que haba sido, ese canalla segua en libertad. Jams podra dejar de sentirme tan culpable

    Apret los puos con furia contenida, recordando que uno de los desgraciados que me haban arruinado la vida estaba a pocos centmetros de m.Maldito asesinoNo digas cosas que ambos ya sabemos me interrumpi restndole importancia con un movimiento de mano. Por cierto, creo que ya va siendo hora de que

    comencemos con las presentaciones. Soy Sal. Disculpa mi grosera pero si dijese que es un placer, mentira.Ignor ese comentario. De todas formas, no era nada hiriente para m.Estaba completamente empapada a causa de la lluvia que caa sobre mi cabeza. Era una suerte que estuviese diluviando; al menos, poda ocultarle mis lgrimas.Me has dado grandes quebraderos de cabeza continu Sal con tono altivo. Despus de dos meses persiguindote, por fin podemos hablar cara a cara.

    Espero que esta vez no huyas y me pongas las cosas fciles. Bueno, ahora eso no importa. Qu tal si me acompaas a dar un pequeo paseo? Mi jefe tiene muchsimasganas de conocerte

  • Solt un pequeo suspiro.La primera vez que me lo haba encontrado despus de aquel suceso, me desvel que perteneca a una gran organizacin. Y, pese a que ya haba pasado un mes de

    aquello, todava segua sin comprender por qu me estaban persiguiendo.Acompaarte? Acaso crees que soy idiota? respond con desprecio. Dile a tu jefe que se olvide de m. No voy a ir a verle el careto.Esa respuesta no le gustar, Samantha murmur con sequedad, adquiriendo un tono amenazante y un gesto tenso.Abr los ojos con sorpresa. Era imposible que Sal supiese algo as. Estaba segura de que no se lo haba dicho en ningn momento. Entonces, cmo demonios lo

    haba descubierto?Cmo cmo sabes mi nombre?Uno hace bien los deberes coment llevndose la mano hacia el interior de su abrigo. Pens que esto acabara bien. Ya sabes, sin que tuviese que matarte

    apret los puos al mismo tiempo que retroceda unos pasos. Pero creo que no me dejas otra opcin.Entonces, sac del interior de su larga chaqueta negra de cuero una pistola y me apunt a la cabeza.Te gusta? susurr con malicia. Le tengo mucho cario y no le gusta que nadie me desobedezca.Me qued esttica. Primero observ con terror el rostro macabro de Sal, y luego desvi la mirada hacia el can que estaba suspendido en el aire a cinco

    centmetros de mis ojos. Me qued en blanco. Mis manos, al igual que mis piernas, empezaron a temblar de miedo.Agarr con fuerza las asas de la mochila de estilo militar que llevaba sobre los hombros. La carrera acababa de concluir. Ahora solo estbamos Sal, su pistola y

    yo que no tena ningn arma con la que poder defenderme.Por qu todo es tan difcil?, pens con amargura soltando lgrimas de desesperacin. Quera despertarme de una vez y descubrir que todo por lo que estaba

    pasando no era ms que un sueo o ms bien una pesadilla. Quera estar con mis padres, quera volver a ser la nia de diecisis aos que tena una vida normalaunque saba muy bien que eso era imposible. Sal se haba encargado de ello haca mucho tiempo.

    No poda dejar as las cosas, no quera que se saliese con la suya de nuevo. Pero no poda hacer nada para evitarlo. Sal ya me haba ganado la batalla.Y bien? pregunt Sal una vez ms. Vendrs conmigo, verdad?Mis ojos se detuvieron sobre los de Sal, que me observaba con cautela. No me interesaba eliminarle del mapa porque no quera convertirme en alguien de su

    mismo calibre. Me conformaba con infundirle tanto miedo en el cuerpo que saliese corriendo de aquel lugar olvidndose de m, y esta vez para siempre Para que novolviese a buscarme, para que me dejase vivir en paz de una vez.

    Ni en sueos murmur.Saba que iba a pagar muy cara mi osada, pero ya no me importaba demasiado. Antes de que pudiese reaccionar, algo atrajo sbitamente mi atencin.Sal dispar.

    Captulo IIUn lugar donde esconderse

    La bala impact contra mi piel.Choqu contra el rbol que haba detrs de m y resbal por el tronco hasta quedar sentada sobre su raz. Cerr los ojos mientras me llevaba la mano hacia el brazo

    derecho, presionando sobre el rasguo a la vez que senta la sangre caliente fluir por la herida.Era evidente que no haba pretendido matarme.Esto no es un juego amenaz Sal con voz desafiante adquiriendo una mueca de disgusto. El jefe va a ser indulgente contigo, as que deja de complicar las

    cosas si quieres seguir viva. No hagas tonteras me advirti mientras me coga por el brazo derecho con fuerza. Luego me incorpor con brusquedad y se guard elarma dentro de su abrigo.

    Le observ con tristeza, pero finalmente comenc a caminar a su lado sin quejarme. Por ms que quisiese no poda hacer nada. Era demasiado dbil como parapoder escapar con vida de semejante lo

    Resopl con consternacin.Aunque me llevasen a su guarida y amenazasen con matarme, jams conseguiran nada de m sobre todo porque yo no tena ni idea de qu era lo que buscaban.

    Para qu si no hubiese malgastado dos meses intentando descubrir cul era el objetivo de la organizacin?Qu vais a hacerme?No vamos a matarte coment con una falsa sonrisa de amabilidad. Ya sabes que tenemos mucho inters en hablar contigo.Hice una mueca desdeosa. No saba qu poda querer de m gente como aquella, y eso me inquietaba. Dado que no poda hacer nada, intent sacarle algo de

    informacin.No tienes ni idea, verdad? Ni siquiera sabes qu es lo que tu maldito jefe est buscandoY t s? pregunt apartando una rama para poder pasar.Me qued completamente muda.De modo que era eso. Su organizacin estaba buscando algo. Pero por qu haban matado a mis padres? Y qu queran de m?Puesto que no tena ninguna respuesta convincente que darle, opt por improvisar.Por supuesto.Nos detuvimos a la vez.Le mir con fingida indiferencia. Haba conseguido lo que quera: su atencin. Despus de unos instantes de vacilacin, me dijo:Mientes.Pude apreciar el tono dubitativo en su voz.Tal vez s o tal vez no.Sal me mir fijamente unos segundos ms, y luego prosigui:Dnde lo has escondido? pregunt agarrndome con fuerza por el rasguo.Entrecerr los ojos de dolor comprobando que Sal se haba movido un par de centmetros, colocndose justo donde yo quera.Le observ unos segundos. Aquello que acababa de preguntarme solo aada otra preocupacin a mi mente: acaso su banda pensaba que yo tena lo que ellos

  • queran?De verdad crees que te lo voy a decir, idiota? susurr apartando su manaza de un golpe mientras alzaba mi pierna derecha. Sabes? Todo hombre tiene un

    punto dbil Sonre con malicia al ver que el rostro de Sal se tornaba de un color blanco como la nieve. Segundos despus, se retorca en el suelo gimiendo de dolor mientras se

    agarraba la entrepierna con ambas manos. Re un breve instante y luego sal corriendo sin tiempo que perder. Sal no tardara en levantarse y venir a por m. Debadarme prisa y encontrar un lugar en el que poder esconderme al menos hasta que anocheciese, y para eso todava faltaba un rato.

    Comenc a correr entre las races y las lianas buscando un lugar en el que poder refugiarme. Esconderme tras un rbol no mereca la pena. Dnde poda ocultarme?El sonido de pasos acelerados a mi espalda hizo que me pusiese en estado de alerta. Mir al frente y segu corriendo ignorando el dolor que senta en el brazo.

    La mochila se qued enganchada de una de las ramas. Maldije por lo bajo. Me detuve rpidamente para intentar desengancharla, presa del pnico. Dentro tena unpar de conjuntos para cambiarme, un abrigo y una sbana para dormir. Fue el tiempo suficiente como para que Sal me diera alcance y me mirara a los ojos con seriedad.Mir la mochila por ltima vez, la dej all y sal corriendo de nuevo.

    Cuando apenas haba recorrido unos metros, una rama que haba al lado de mi cabeza estall por los aires seguida de un potente sonido. Observ, boquiabierta, queuna bala se haba quedado incrustada en una roca que haba un poco ms adelante. Me agach en un intento de esquivarlas mientras corra, pero pasaban a escasoscentmetros de m. No poda seguir as, tena que perderle de vista Cmo demonios iba a escapar de un loco asesino que no paraba de dispararme?

    Me apoy contra el tronco de un rbol, exhausta, a la vez que vea a Sal pasar al otro lado del camino. Me tap la boca con la mano en un intento de controlar elcansancio para que no me delatara. Luego me asom por uno de los lados del tronco: estaba parado a dos metros, rascndose la cabeza con su arma y mirando a sualrededor. Volv a esconderme, esta vez dejndome caer sobre una raz.

    Crack!La raz cedi bajo el peso de mi cuerpo y delat mi posicin. Escuch una risita jovial y, con una mueca de terror, comenc a correr de nuevo. Gru molesta al

    tiempo que pensaba a toda mquina en un plan con el que poder dejarle atrs. Pero correr para salvar mi vida y escuchar disparos a mi espalda haca que me resultaraimposible concentrarme en otra cosa que no fuese huir.

    Y, de pronto, algo me lanz contra el suelo. Cerr los ojos al sentir el ramalazo de dolor en mi brazo herido.Una mano surgi de la nada en mi direccin con la intencin de ayudar a levantarme. Alc la mirada, atnita y desconcertada. Un chico de unos diecisiete o

    dieciocho aos me miraba con preocupacin. Su chndal sudado y los cascos en sus orejas me hicieron suponer que estaba haciendo footing. Quin rayos se iba aentrenar solo a un bosque con este mal tiempo?

    Enmudec por la sorpresa. Esto no pintaba nada bien. Si Sal lo vea, no dudara en matarleTodo sucedi en unos segundos.Sal derrap y se detuvo a pocos centmetros de nosotros. Despus, plido y perplejo, observ el panorama que tena delante. Un gran trueno retumb en el

    bosque, iluminando el rostro indeciso de Sal y el desconcierto de aquel chico. Me levant con torpeza alternando la mirada entre ellos: aquello iba a acabar muy mal.Me percat demasiado tarde de que el chico haba visto el arma.Sal levant la pistola muy despacio.Se me descompuso el rostro de miedo cuando el muchacho cay al suelo con ojos de sorpresa y un orificio en el corazn. La mente se me bloque unos instantes

    mientras me volva para observar el rostro de Sal, que me apunt de nuevo con su arma.Eres eres un eres un maldito bastardo! No haba hecho nada malo! Por qu has tenido que matarlo?Sal tard un minuto en responder.Tmatelo como un aviso. Quizs ahora no tengas que pensrtelo tanto para venir conmigo. Adems, es el pago por lo de antes mascull con un gesto de dolor

    . Y ahora, si no quieres correr su misma suerte, camina.No me mov ni un milmetro.Mir a Sal con furia mientras me quitaba las gotas de agua con un violento movimiento. Sin pensrmelo, me lanc al suelo para coger una gigantesca piedra que

    haba en el sendero. Sal abri la boca, inmvil por la sorpresa, pero era demasiado tarde para l: ya la haba lanzado contra su cabeza.Con un duro golpe, cay al suelo con una lnea de sangre en la cabeza y con los ojos en blanco. Se haba desmayado.Me qued paralizada observando el cuerpo del chico que haba muerto delante de m. Pens en arrebatarle el arma a Sal y acabar de una maldita vez con todo aquel

    asunto; no obstante, cambi rpidamente de idea. Me daba miedo convertirme en alguien como l. De modo que me content con lanzarla muy lejos de all, entre laespesura del bosque. Con suerte, la polica la encontrara.

    Sin tiempo que perder, ech un ltimo vistazo a Sal y sal corriendo de all para separarme lo mximo posible de l antes de que despertase.Corr en silencio unos quince minutos hasta que di con la salida al pueblo. Aunque ya haba dejado de llover, una dbil niebla rodeaba todas las casas. Las copas de

    los rboles tambin haban dejado de mecerse y el fro empezaba a disiparse paulatinamente. Los pueblos del norte de Espaa eran hermosos, pero a veces podan serun poco tenebrosos. Por otra parte, comenzaba a verse una fina lnea anaranjada sobre el horizonte. Me asombr enseguida. Ya estaba anocheciendo?

    Contempl el paisaje mientras mi mente segua trabajando a toda velocidad sopesando las opciones. Deba avisar a la polica de que ese mal nacido estaba en elbosque intentando llevarme con su jefe y que haba matado a un chico? Estaba claro que esa sera la solucin para acabar de una vez con todo mi sufrimiento, con todosmis problemas. Pero, al mismo tiempo, tena miedo. Saba que se enfadara muchsimo si se enteraba de que haba hablado con las autoridades y yo no quera morir.

    Mientras me adentraba en el pueblo, senta cmo la inquietud de mi estmago se iba haciendo cada vez ms molesta.Qu iba a hacer ahora? Seguir caminando hasta que finalizasen las casas del pueblo? Mi nico hogar desde que haba llegado all haba sido, muy a mi pesar, un

    trozo de csped entre unos arbustos del bosque que acababa de dejar atrs. Por lo que, como pens con tristeza, haba vuelto a perder mi casa una vez ms. Adems,claro, de todas mis pertenencias. Tan solo esperaba que la polica no fuese capaz de relacionarme con ellas.

    Pero ahora tena otras prioridades.Sal saba dnde me esconda. No podra quedarme en el pueblo durante mucho ms tiempo. Quizs lo ms conveniente sera que me largase a otro sitio. Alc la

    mirada para observar el precioso atardecer que se desarrollaba ante m.Desvi los ojos con rapidez hacia el suelo. Aquel pobre chico Esa era otra buena razn por la que deba marcharme lo ms pronto posible. Ahora que Sal haba

    asesinado en el pueblo, la polica no tardara en levantar una investigacin. Y, teniendo en cuenta que yo estaba siendo perseguida por un peligroso criminal, no meconvena demasiado que me vinculasen con l. Sobre todo porque Sal todava andaba suelto por el bosque y no tardara en volver a por m

    Me detuve en una de las calles. Ya no podra volver al bosque porque se haba vuelto demasiado peligroso para m. Tampoco poda quedarme en el pueblo porqueeso solo conseguira que ms gente inocente muriese por mi culpa.

    Dnde podra ir? En los alrededores de aquel pueblo haba kilmetros y kilmetros de explanada, cultivos y bosques: el lugar idneo para que Sal me matase sinque nadie se enterase. Sin embargo, nunca me haba planteado la idea de que algn da tuviera que partir hacia un nuevo destino. Otra vez. Ms que nada porque meseparaban al menos cuatro das de camino hacia cualquier lugar con civilizacin. Era demasiado peligroso coger un camino tan costoso estando cansada.

    Entonces descubr un pequeo escondrijo que me servira para pasar al menos esa noche. Era una callejuela olvidada en la cual, al final del camino sin salida, habaun agujero. Pero antes de eso tena un pequeo problema que resolver. Nunca haba tenido dificultades para encontrar comida.

    El bosque me haba proporcionado todo cuanto haba necesitado hasta ahora. De dnde sacara mi cena?Mir alrededor, y entonces descubr una pequea tienda de comestibles al final de la calle principal. Tras comprobar que todo estaba desierto, me encamin hacia

    all con paso lento. Si el Mercedes plateado que haba junto a la puerta era de los dueos, no hara ningn mal quitndoles un poco de comida. De todas formas, en elcaso de que no fuese as, no poda perder el tiempo con esas cosas. Necesitaba coger fuerzas para el da siguiente.

    Al entrar observ con satisfaccin que, adems de frutas variadas, haba comida en lata como albndigas, croquetas, callos guisados Suspir con un rugido debarriga, muerta de hambre. Cunto haca que no coma un buen plato de potaje? De repente, mis ojos se encontraron con la sonrisa de la dependienta, que aguardaba mi

  • pedido. Qu iba a hacer? Esa mujer estaba demasiado pendiente de m como para poder coger algo y salir corriendoMe sent mal.Yo no era una ladrona. De modo que negu con la cabeza a modo de disculpa y di media vuelta para encaminarme hacia el lugar que antes haba escogido como

    posible escondrijo. Me agarr la barriga haciendo un gesto de dolor. Tena muchsima hambre, pero con suerte encontrara algn manzano en el camino que tomase al dasiguiente. Nadie se mora por estar un da sin comer.

    Me despert al da siguiente con la sensacin de no haber dormido nada en toda la noche. Me restregu los ojos mientras echaba un rpido vistazo a la zona,

    fijndome por primera vez en el sitio en el que me encontraba. Era una especie de cueva con piedras, arena y deshechos por todas partes. Me sobresalt cuando sentalgo hmedo y rasposo sobre el dorso de mi mano derecha, pero solo era una cra de gato blanca. Sonre con felicidad cuando comenc a acariciarla, y entoncesaparecieron dos gatos ms: otra cra y la que con toda probabilidad era la madre.

    Me arrastr hacia la salida.Comprob con alegra que ese da, por ahora, iba a estar soleado. Hice una mueca al estirarme a las afueras de mi escondite. Haba vuelto a soar con lo mismo:

    sangre por todas partes, dos cuerpos sin vida y, por supuesto, el mensaje de la pared. Cundo iba a dejar de soar con lo mismo? Estaba harta de levantarme por lasmaanas siempre con el mismo recuerdo Como si no pensara bastante en eso durante el da.

    Gem de dolor llevando mi mano izquierda a la herida de bala. Me dirig sin tiempo que perder hacia una fuente de agua que haba visto a unos metros de la tiendade comestibles de la noche anterior. Me llev cinco minutos llegar al lugar que andaba buscando. Sin muchos miramientos, me quit la sudadera y romp la camiseta porla manga en una tira y accion la fuente. Lanc un suspiro de alivio cuando sent el agua fra sobre la herida, limpindola y quitando la sangre reseca. La contempl unossegundos, cerciorndome de que haba dejado de sangrar.

    Luego mir por las inmediaciones. Hice una mueca de disgusto al recordar que haba dejado mi mochila en el bosque con toda mi ropa. Pero, ahora que Sal habadado conmigo, no poda ir a buscarla.

    Decid descansar un rato en el parque que haba enfrente, que tena un aspecto hermoso y acogedor. No quera irme todava. Y tampoco tena ganas de regresar a laoscuridad de mi escondite, donde tendra demasiado tiempo para poder pensar y recordar cosas que quera olvidar Se estaba mejor tumbada al aire libre.

    Me adentr en el parque traspasando la valla abierta. Era un parque repleto de naturaleza por todas partes donde uno poda sentirse a gusto y tranquilo. Lo nicoantinatural que se vea era el camino, de un blanco y duro mrmol.

    Me dirig sin demora hacia un banco que haba a unos metros de la entrada, colocado a la sombra de un abeto y rodeado por capullos de amapolas. Me tumb en lmientras daba un hondo suspiro de placer. Luego cerr los ojos.

    Ese lugar era el paraso. Haba sido una verdadera lstima que Sal hubiese dado conmigo, ya que tendra que dejarlo para siempre, y me gustaba tantsimo esesitio sus cristalinos arroyos rodeando el pueblo, su hermoso bosque de las afueras, las gigantescas praderas Y, por supuesto, sus preciosos parques. Sus parquescon flores an sin salir y sus hermosos rboles.

    Captulo IIIPrisioneros

    Abri un poco los ojos e intent distinguir algo entre la oscuridad, pero fue imposible. No poda ver absolutamente nada. Ni siquiera era capaz de comprobar siestaba sola o acompaada. Lo nico real en esos momentos era el dolor que senta en sus muecas, que estaban suspendidas a diez centmetros de su cabeza rodeadaspor un fro y duro metal. Sus pies tambin deban de tener grilletes, porque perdi el equilibrio al intentar incorporarse.

    Qu lugar era ese? Por qu estaba atada entre las tinieblas de esa instancia?Entonces se abri una puerta al fondo de la habitacin, dejando pasar una luz artificial lo bastante potente para iluminar un poco ese lugar. Dio un pequeo

    sobresalto tras mirar a su alrededor.Estaba en lo ms parecido a una mazmorra medieval que haba visto en su vida. El suelo, como ya haba supuesto, era de piedra. Comprob que estaba atada en

    una gigantesca habitacin vaca que tena las paredes repletas de grilletes.Dirigi su mirada hacia la izquierda como en un acto reflejo. No estaba sola. Haba dos chicos ms: un cro de unos nueve o diez aos atado junto a ella, con el

    cabello corto de color castao y con unos ojos de color celeste; y otra chica de entre quince y diecisis aos al otro lado del nio, de cabello negro muy largo y de ojosmarrones oscuros. Ambos tenan algunos moratones en sus brazos, al contrario que ella.

    El pequeo la mir con los ojos anegados en lgrimas y con una expresin de profunda tristeza.El hombre que haba abierto la puerta lleg hasta ellos. No pareca estar en una buena formacin fsica. Les mir con sus malvolos ojos marrones, del mismo color

    que su cortsimo pelo, mostrando una sonrisa despiadada. Vesta una ropa sencilla pero elegante de color verde, y tena una piel tan plida que haca un extraocontraste ante tanta combinacin de colores en su cuerpo.

    Anda, estis despiertos. Ya era hora.Quin eres? Y dnde estamos? pregunt la chica morena con voz temblorosa.Soy Marcos respondi arrodillndose ante ellos. Pero no os preocupis por este lugar, mis compaeros y yo os vamos a tratar como a reyesDicho esto, sac de su bolsillo trasero una pequea cajita negra rectangular. La coloc delante de ellos y la abri. No entendieron absolutamente nada. Dentro de la

    caja haba un pequeo frasco de cristal, que a su vez tena un lquido transparente en su interior.Volvi a meter la mano y, esta vez, cogi una jeringuilla que haba pasado inadvertida para ellos. Sin que nadie dijese nada durante su trabajo, Marcos la meti en el

    frasco de cristal y lo rellen con el liquidito que haba en el interior del frasco. Tragaron saliva, muy asustados. Estaban seguros de que no era agua.Bueno, creo que ha llegado la hora de charlar mascull de pronto con brusquedad. Esto es un veneno muy potente que puede mataros en cuestin de

    segundos. Lo ms interesante es que desaparece cualquier rastro del cuerpo minutos despus as que ms vale que nos llevemos bien.Se miraron entre s, confirmando sus peores temores. Veneno? No entendan nada, qu poda querer un hombre como aquel de esos tres nios?Qu quieres de nosotros? pregunt la de diecinueve aos, Susana.Marcos sonri con desdn un instante.Vuestros padres son arquelogos muy famosos en todo el mundo, como ya deberais saber los chicos se miraron entre s. Pues bien Todos ellos han

    desaparecido de repente sin dejar ningn rastro. Estoy seguro de que unos padres no se van dejando a sus hijos desamparados y sin informacin sobre su paradero, noes as?

  • Marcos detuvo su explicacin para observar el rostro de sus presos.Los tres haban adquirido una mirada de incomprensin y de desconcierto. Sus padres? Estaba buscando a sus padres? Las preguntas se amontonaban en su

    mente, pero no era capaz de encontrar ninguna respuesta. Por qu buscaba precisamente a sus padres con la cantidad que arquelogos que haba en el mundo? Podrahaber sido simple casualidad? Y lo peor de todo, a qu se dedicaba su supuesta organizacin?

    Era la primera vez que Susana tena conocimiento de que ese hombre estaba buscando a sus padres Pero, le interesaba usar el veneno, realmente? Una vezinyectado, perdera el enlace para llegar hasta ellos. No tena ningn sentido matarles ahora.

    Si he entendido bien el asunto dijo Susana mirando a Marcos, la cosa es que, para que no nos mates, tenemos que decirte dnde estn nuestros padres. Meequivoco?

    Marcos asinti complacido.En efecto, lo has entendido perfectamente se acerc un poco a ella. Y bien?Hubo un prolongado silencioAhora viene cuando me decs dnde estn.Susana desvi la mirada hacia los otros dos, deseando que hubiesen llegado a la misma conclusin que ella. El chico, Alan, observaba a Marcos con miedo en su

    rostro, pero sus ojos mostraban inseguridad. Eso demostraba que tambin lo haba comprendido. Entonces dirigi la vista hacia la otra muchacha, Ana. Susana comenza ponerse nerviosa.

    Ana haba bajado la vista hacia el suelo con tristeza. No, no poda ser Dese abrir la boca y gritarle que se callase, pero Marcos, al ver sus intenciones, se la taprpidamente con un trapo blanco que sac del interior de su chaqueta. Hizo lo mismo con Alan y se volvi hacia la chica.

    Abri la boca mientras levantaba la mirada hacia Marcos.Si te digo dnde estn tanto a ellos como a m nos dejaris vivir y nos dejaris en paz?Por supuesto, mi nia dijo con ternura. Se sent a su lado. Nada tiene por qu acabar mal. No queremos haceros dao a ninguno de vosotros Solo tienes

    que decirnos dnde se esconden tus padres, y te prometo que no volveris a saber nada de nosotros.Queremos? Nosotros? Es que no ests solo en esto?, pens Susana.Ana volvi a dudar.Vamos, pequea. Si me dices dnde se esconden, te dejar marchar y volvers a verles dijo intentando sonar convincente.Lo prometes?Marcos esboz una amplia sonrisa socarrona y sarcstica, pero Ana no se fij en ese pequeo detalle. Se limit a escuchar su respuesta.Claro. S, te lo prometo.Susana baj la cabeza con un hondo suspiro dndose por vencida.Estaba segura de que, cuando saliese de la habitacin con Marcos, iba a matarla. Cmo haba podido creerle? Estn aguard unos segundos, y luego concluy en un sitio en el que a ti no te importa.Susana abri los ojos. La mir con rapidez.Su rostro mostraba una valenta que dejaban bien atrs la mscara de pena que le haba mostrado a Marcos. Alan tambin la mir. Pero se contrajeron de miedo ante

    la mirada de furia que l haba ido adquiriendo conforme pasaba el tiempo.Si hubiesen podido retroceder, lo habran hecho, y quizs hubiese sido lo ms sensato.Marcos mir a Ana temblando de ira. Susana se enorgulleci de ella, observando que su rostro no mostraba temor. Segua manifestando una seguridad y un coraje

    nunca vistos en una situacin como esa.Marcos apret la jeringuilla entre sus manos, y los dos chicos temieron lo que podra suceder a continuacinCreste de verdad que te lo iba a decir? susurr Ana con asco. En cuanto te lo hubiese dicho me hubieses matado, y luego habras ido a buscarles y les

    habras matado a ellos. Puede que sea pequea, pero no soy imbcil.Marcos abri la boca y la volvi a cerrar. Luego dej entrever media sonrisa.De modo que no eres una nia pequea, eh? coment con voz temblorosa. Est bien Pues entonces divirtmonos con juegos de mayores.Susana alz su cuerpo con fuerza en un acto desesperado y, con cierto esfuerzo, sus manos lograron alcanzar la mordaza que le impeda hablar. Alan pos una

    mirada triste sobre Susana, y luego ambos desviaron sus ojos hacia los de Marcos.Y entonces supieron que no podran hacer nada. Levant la jeringuilla mientras Ana la observaba.Susana abri los ojos entendiendo lo que iba a hacer y comenz a negar con la cabeza, aterrada. Pero nadie pudo evitar que Marcos clavase la aguja en el brazo de

    Ana, que cerr los ojos brevemente de dolor mirando a su opresor con dureza.Luego la sac y la limpi con una mueca altiva para despus guardarla en la cajita negra.Casi al segundo siguiente, Ana hizo una profunda mueca de dolor a la vez que se encoga sobre s misma, gritando a todo pulmn. Su cuerpo comenz a sufrir

    convulsiones mientras no cesaba en su agona; e, instantes despus, todo par.Ana se dej caer sobre el suelo, con los ojos completamente abiertos y de un color blanco intenso. Por su boca corra una lnea blanca de saliva que acababa en sus

    hombros. Su rostro mostraba un dolor insoportable, como si hubiese pasado un verdadero calvario antes de morirSusana se qued mirndola con ojos como platos. Por el contrario, Alan apart la vista de ella como si hubiese recibido un calambrazo. No quera ver el cuerpo a su

    lado, inerte y sin vida.Haba ocurrido todo tan rpidoPensad bien lo que vais a decir coment Marcos.Se levant y le quit los grilletes a Ana. Luego habl de nuevo:porque el prximo en morir podrais ser alguno de vosotros.Dicho esto, alz en volandas el cadver, lo pas por sus hombros y se dirigi hacia la salida. Susana los observ con furia cuando escuch, antes de que cerrara la

    puerta, una breve carcajada divertida.

  • Captulo IV

    Un paseo por el bosque

    Me despert de un brinco. Luego me incorpor y mir a mi alrededor. Cunto tiempo me haba quedado dormida? Me restregu los ojos.Me levant y empec a caminar, sumergida en mis pensamientos. Decid volver a la cueva para descansar un rato ms antes de irme ya que, segn acababa de ver,

    estaba agotada.Las calles ya no estaban tan solitarias como antes. Ahora se vea a varios nios pequeos entrando en el parque con sus padres, dispuestos a una tarde de jugueteo.

    Sonre con aoranza recordando mi ltimo da de instituto, en el que se supona que bamos a ir de excursin a las montaas y a la sierra.Met las manos en los bolsillos de mi sudadera, abatida, y entonces observ con asombro que haba un par de euros tirados en el suelo, a pocos metros de m. Corr

    velozmente hacia ellos para cogerlos, y luego sonre feliz mientras me diriga a la tienda del da anterior para comer algo. No me importaba no tener provisiones para elviaje, ahora solo me importaba comer algo.

    Me detuve frente al establecimiento. Recorr con la vista rpidamente el escaparate lleno de comida mientras la dependienta me observaba con un rostro amable.Mis ojos se desviaron hacia un panel de bocadillos que tena colgado a la derecha del ventanal. La boca se me hizo agua rpidamente ante las fotografas: tenan una pintaabsolutamente deliciosa y vi con alegra que ninguno costaba ms de dos euros, justo el dinero con el que contaba.

    Me fij en el ltimo de la lista: una baguette de ensalada de pollo con tomate, queso, aceitunas, maz y mayonesa. Costaba un euro y medio. Sonre maravilladamientras le haca el pedido a la mujer, que asinti y se volvi hacia el armario que tena a su izquierda. Sac un panecillo grande y se puso manos a la obra mientras yodaba media vuelta para apoyarme en el escaparate.

    Todava no tena pensado lo que iba a hacer cuando me marchase, pero saba que no poda parar ms de una noche en el mismo lugar. De todas formas, lo mejorsera viajar de noche y descansar de da. Sal podra pensar que me sentira ms segura viajando a la luz del sol para que el resto del mundo se diera cuenta si me hacaalgo aunque estaba ms que claro que eso dejara de ser un problema en el instante en el que pusiese un pie fuera de ese pueblo.

    Iba a volverme para ver cmo iba mi bocadillo cuando vi pasar un coche patrulla a toda pastilla. Las palabras que resonaron en el walkie-talkie consiguieron captarmi atencin:

    el bosque lo ms rpido que puedan. El sospechoso va armado. Repito: el sospechoso va armado.Es increble lo que ha ocurrido en el bosque, verdad? dijo de pronto la mujer con voz preocupada.Me volv hacia ella. Al parecer se haba dado cuenta de que me haba quedado mirando el coche patrulla que acababa de pasar. La mir con una sonrisa forzada.S, es sorprendente aprovech la oportunidad para sacar un poco de informacin. Se sabe ya quin ha muerto?Claro respondi con la mirada perdida entre sus pensamientos. Era un buen muchacho, nunca se meta con nadie. No lo conoc personalmente, ni siquiera a

    sus padres. Solo s que se llamaba Juan.Cundo lo han encontrado?Un poco ms tarde de las dos, hace ms o menos una hora contest tras mirar su reloj.Asent pensativa observando cmo la mujer se ocupaba de sacar mi almuerzo del horno. Contempl durante unos segundos cmo colocaba los ingredientes sobre la

    baguette.Qu rpido ha corrido la voz, verdad? Hace poco tiempo que se ha encontrado y ya se sabe.Querida, el bosque es muy frecuentado por todo tipo de personas. Y crees que el que lo encontr se callara algo as? Las noticias vuelan en los pueblos

    pequeos.Asent, admitiendo que tena razn. Entonces me atrev a preguntar:Se sabe ya algo del asesino? Hombre, mujer?No han dicho nada, y dudo que lo hagan respondi mientras me tenda la comida. Algo ms, joven detective?Le di las gracias mientras pona en su mano el dinero a cambio del bocadillo envuelto en papel plateado. Luego cog el cambio y me volv con rapidez, buscando con

    la mirada un sitio cercano en el que poder sentarme para comrmelo.Era sorprendente lo poco que haban tardado en encontrar el cuerpo de aquel chico. Di un pequeo suspiro. Pues claro que haban tardado poco, era un pueblo

    demasiado pequeo como para que alguien desapareciese ms de medio da sin que nadie se preguntase adnde haba idoIba a comenzar a caminar cuando pas de nuevo otro coche patrulla, esta vez con las luces encendidas y con direccin hacia el bosque. Segu mi camino,

    observando al vehculo desaparecer al doblar la ltima esquina.Para cuando haba decidido sentarme en uno de los bancos de la acera, ya haba nios y nias recorriendo las calles, seguramente volviendo del colegio. Se me haba

    ido todo el sueo de golpe. Abr el envoltorio de plata y comenc a engullir rpidamente mi comida. Esperara al menos un par de horas y luego emprendera el caminohacia otro lugar recndito y difcil de localizar. Cogera hacia el norte, ya que era donde predominaban los pueblos como en el que me encontraba, y me quedara unalarga temporada all o al menos lo intentara.

    Qu poda hacer para pasar la tarde? Lo ms probable era que Sal me estuviese buscando. No se arriesgara a merodear por el bosque. Por lo tanto, quedarme al

    descubierto era muy peligroso. Observ el lugar por donde haban desaparecido los coches patrulla, pensativa. Y si aprovechaba la ocasin para fisgonear un poco enlas indagaciones que estaban llevando a cabo sobre el caso? Quizs podra intentar descubrir algo nuevo sobre Sal, algo que no haba averiguado an Incluso podrarecuperar mi mochila antes de que la polica la encontrase.

    Solo dud un segundo ms.Tir el papel de plata en la papelera ms cercana, di media vuelta y corr calle abajo para dirigirme hacia donde haba muerto aquel chico la noche anterior. En el

    hipottico caso de que Sal siguiese all, correra muchsimo menos riesgo que el da anterior porque el lugar estara plagado de policas. Eso iba a darme bastante piepara intentar averiguar algo ms sobre Juan, algo ms aparte de su nombre.

    Me detuve en la entrada del bosque con el corazn en un puo.Pese a que ese da no era tan malo como el anterior, el bosque segua mostrando su grandeza e imperiosidad con su tenebroso paisaje. El camino principal de tierra

    estaba inundado de piedras amarillentas, de lianas verdosas y de algunos conejos que pasaban correteando al otro lado del sendero. A cada lado del camino haba unaconsiderable cantidad de abetos gigantescos que eran dignos de una buena y ttrica pelcula de terror. Lo nico hermoso que se poda apreciar era el baile con el que semecan sus picos al son del viento: pareca algo mgico e irreal.

    Durante unos segundos permanec all, inmvil, mirando al interior con los ojos fijos en el camino y en los rboles que lo rodeaban. Pero luego comenc a correr porla ruta de tierra intentando recordar dnde le haba disparado. No es que desconociera el terreno, ya que tras haber pasado unas pocas semanas viviendo en l me loconoca mejor que el pueblo. Sin embargo, con las prisas de que me segua un loco asesino y de que este haba matado a ese tal Juan delante de m, no recordabademasiado bien por dnde haba huido para escapar de l.

    Lo nico que poda hacer era dirigirme hacia el lugar en el que me lo haba encontrado de improviso, y luego intentar reconstruir el camino que haba seguido paraescapar de l. No haba tiempo que perder, de modo que me adentr rpidamente entre la maleza que haba a la izquierda del camino sintiendo un hormigueo molesto enmi estmago. No quera encontrarme con Sal Tan solo el hecho de imaginrmelo de nuevo frente a m con su asquerosa arma me produjo un desagradable escalofroen la espalda.

    Camin con desenvoltura entre la espesura, intentando avanzar entre todos aquellos rboles. Ni siquiera haba una pequea porcin de tierra arenosa; todo eracsped, races y piedras. El lugar estaba completamente desierto por el momento, tanto de personas como de animales. Ni siquiera se escuchaba el piar lejano de los

  • pajarillos sobre las ramas, ni el walkie-talkie de los investigadores policiales El bosque estaba poblado de un aura sombra que le daba un aspecto misterioso.No saba por qu quera saber ms cosas de Juan. Haba sido un chico que haba estado en el lugar equivocado en el momento menos oportuno. Pero senta que,

    muy en el fondo de mi alma, se lo deba. Le deba el que l estuviese muerto y yo viva; el no haberle ayudado; el haber dejado que todo esto ocurriera.No habra pasado nada de esto si no me hubiese quedado bloqueada durante esos precisos segundos.Pero pas.Me qued paralizada cuando me encontr con Sal y Juan en el mismo terreno y no supe estar a la altura de las circunstancias. Si ahora estaba muerto solo era por

    mi culpa, al igual que tambin haba sido culpa ma el que ahora Sal y su compaero estuviesen en libertadApret los puos de dolor a la vez que senta lgrimas correr por mis mejillas. Pero no me molest en secarlas. No poda permitir que muriesen ms personas por

    mi culpa. Nadie se pondra de nuevo entre Sal y yo, de eso iba a encargarme en persona.Unos diez minutos ms tarde, reconoc el lugar en el que me encontr con Sal. Me detuve mirando a mi alrededor, y luego intent recordar por dnde me haba

    llevado ese mal nacido. Mis ojos se posaron en el noroeste al reconocer una raz alta y maltrecha, e instintivamente comenc a caminar de nuevo hacia esa direccin.Mis piernas actuaban sin que mi mente les ordenase hacerlo, como si fuese un robot que se mova por orden de un chip. Pero seguramente sera mejor as, ya que al

    menos estaba demostrando no carecer de reflejos en una situacin peligrosa.Volv a sumergirme en mis pensamientos. No poda dejar de pensar en que Sal solo era un enviado, un vasallo sin importancia. Cuando me deshiciese de l,

    seguramente vendra otro, y luego otro, y quizs otro ms y as sucesivamente hasta que consiguiese vengarme, hasta que me matasen o hasta que encontrasen lo quebuscaban de m.

    No lograba siquiera imaginar qu era lo que crean que yo les ocultaba.Por qu pensaban que yo tena ese algo? Se lo habran dicho mis padres antes de morir? No, sabran que me expondran al peligro, ellos jams haran algo asEntonces, por qu?Por qu esa sospecha de que era yo la que tena lo que andaban buscando? Para tomarse tantas molestias, deba de ser algo realmente importante, o algo que les iba

    a ofrecer muchsimos millones de euros cuando lo vendiesen O quizs ambas cosas. Ladrones de arte? No, mis padres no guardaban nada valioso.Observ a mi alrededor.En ese lugar le haba dado la patada a Sal y haba salido corriendo. Pero, hacia dnde?Fij mis ojos en un arbusto que haba a la derecha de donde me encontraba, reconociendo en l las ramas que haban hecho que casi me cayese contra el suelo.

    Camin con lentitud hacia l sin olvidar que dentro de poco llegara al rbol en el que me haba escondido, y con l encontrara el lugar en el que me haba chocado contraJuan antes de que Sal le disparase

    Comprob, con gran decepcin y pesar, que mi mochila no estaba en el sitio donde la haba dejado tras engancharme en aquella maldita rama. Y no recordaba habervisto a Sal con ella antes dejarlo inconsciente y largarme al pueblo. La habra cogido despus de perderme de vista o la habran encontrado ya los policas? Encualquiera de los casos, lo iba a descubrir tan pronto como localizase la investigacin.

    Ya no haba tanta maleza como antes. Por eso Sal haba dado conmigo tan pronto, porque no haba tenido dificultades para verme Suspir con consternacin. Sihubiese cogido otro camino, no me habra topado con Juan, y tampoco Sal hubiese podido alcanzarme

    Entonces les o.

    Captulo V

    Entre la espada y la pared

    Escuch voces. Aminor la marcha casi de inmediato, intentando hacer el menor ruido posible. Apart cuidadosamente las hojas de un arbusto y me asom al otro

    lado con cautela: mi idea de acercarme para ver qu haban descubierto flaque durante unos segundos.Un total de al menos cinco o seis agentes caminaban por el permetro, que estaba rodeado por una larga cinta amarilla de la polica. Junto al cuerpo, unos metros

    ms adelante, haba cuatro oficiales frente a un hombre que pareca ser mdico.Borde lentamente la cinta y me dirig hacia unos arbustos que haba cerca del cadver. Ese sera un buen lugar para ocultarme y escuchar a hurtadillas. Me

    introduje en l con cuidado mientras el que iba vestido de mdico se despeda de los policas.El informe de la autopsia estar listo maana a primera hora. Me agach entre las ramas y escuch con atencin.De acuerdo. Muchas gracias, Jorge.Los cuatro agentes se arrodillaron junto al cuerpo. Fue entonces cuando me fij en el fallecido por primera vez. No pude ver con claridad su rostro, pero pareca

    que sus ojos, abiertos de par en par, eran oscuros. Tena la piel bronceada y una cortsima capa castaa de pelo sobre su cabeza. Sus piernas eran lisas y musculosas.Seguramente corra a menudo por el bosque.

    Prest atencin a esos hombres cuando comenzaron a hablar.Pobre chico, menudo balazo se ha llevado dijo uno de ellos, el de cabello corto, negro y piel bronceada. El juez vendr dentro de una hora para levantar el

    cadver, y los de la cientfica ya han estado aqu, as que tenemos hasta entonces. Creo que deberamos hacer un resumen de lo que tenemos hasta ahora para ver sisacamos algo en claro.

    Todo esto es muy raro, Mario dijo el de su lado, con un cabello rojizo de punta y unas gafas ovaladas. Qu podra ganar alguien matndole?Mario, el que pareca el jefe de todos ellos, se acerc an ms hacia el muerto. Lade la cabeza, observndole con atencin.Segn Jorge, no lleva mucho tiempo muerto. Ayer tarde, de madrugada como mucho examin detenidamente el cuerpo. Qu nos deja eso?Su compaero Lolo, con unos ojos hundidos y los hombros encorvados, suspir mientras observaba cada centmetro del fallecido. El resto de los agentes tambin

    estudiaron el cadver.No obstante, antes de que pudiesen decir nada, un oficial vestido de uniforme se acerc a ellos. Lo reconocieron como Fernndez, el novato.Ya he hablado con sus padres sac un pequeo bloc de notas y ley. Desde hace un ao aproximadamente, Juan sala a hacer footing todos los das desde

    las 20:00 hasta las 21:00 horas. Al parecer era un chico muy deportista. Que ellos sepan, su hijo era un solitario. De modo que, en principio, no poda llevarse mal connadie.

  • Eso esclarece la hora de la muerte. Gracias, Fernndez.l salud y se retir. Se volvieron de nuevo hacia Juan.Juan sale a correr. Luego, alguien le dispara en el corazn resumi Mario rascndose la barbilla. Si confiamos en que realmente no tena muchos enemigos,

    resulta evidente que no ha sido un ajuste de cuentas. Adems, haba creado una rutina. Su asesino podra haberle estado vigilando con anterioridad. Aun as, por qumataran a un chico de pueblo?

    A lo mejor fue un psicpata que no tena razn alguna brome uno de ellos.No lo creo replic Mario pensativo. Tiene que haber algo ms. Habis hablado con los de balstica?El perito se fue un rato antes de que llegsemos nosotros, pero uno de los policas del permetro me ha resumido el informe. Dice que lo tendremos cuando

    lleguemos a la oficina. El arma del crimen fue una MP5, un subfusil de calibre 9 mm. El disparo fue efectuado a larga distancia y por una mano experta, a unos cincuentametros.

    Abr los ojos, sorprendida.Una MP5? Cmo que una MP5? Y cmo que a cincuenta metros? Sal tena una pistola y estaba a dos metros de Juan. Eso quera decir que Sal no haba

    apretado el gatillo? Entonces, quin lo haba hecho? Y por qu? Tal vez un compaero suyo que le guardaba las espaldas? Aun as, Sal estaba mejor posicionadopara matarlo

    No entenda absolutamente nada.Pero todo eso, a su vez, nos plantea un dilema continu el agente. En el pueblo no hay tiendas de armas. Y, aunque las hubiera, ese tipo de armas no se

    venden a los civiles a no ser que sean de airsoft: o nuestro asesino es de fuera, o alguien la pidi de contrabando.Mario no respondi a eso. Seguramente pensaba que Lolo tena toda la razn. Mir a su alrededor.Supongo que el fotgrafo ya ha estado aqu, no?S, estuvo antes que los de la cientfica. Pero creo que dijo que despus iba a volver para terminar respondi Ivn.Y se puede saber por qu demonios no me habis informado antes de eso? Cundo se supone que va a venir?En una media hora, creo. Estaba liado con otro caso. Sabes que nuestra comisara cuenta con pocos efectivos coment Lolo con una sonrisa irnica. Les observ con atencin. Por un momento pens en salir de mi escondite para decirles absolutamente todo lo que saba, pero rpidamente desech esa idea. Deba

    olvidarme de mezclar a la polica en aquel asunto, no poda avisarles de lo que estaba pasando. Tena que obligarme a recordar que todo esto era entre la organizacin yyo. Si no le cont nada a la polica la maana que mataron a mis padres, no iba a hacerlo precisamente ahora.

    Apart aquel asunto de mi cabeza y volv a centrarme en la investigacin.No hay pelos, ni uas rotas, ni rastro de pintauas, ni una mota de polvo. Nada de nada dijo Ivn mirando a sus compaeros. No vamos a sacar nada en

    claro hasta que nos enven el informe de la autopsia. Aqu no hay nada ms que hacer, salvo esperar al fotgrafo en el caso de que quieras hablar con l.Mario asinti y se incorpor. Lolo, el agente con el que mejor se llevaba de la unidad, le puso una mano en el hombro. To, escchame. Este es el primer caso que te asignan con agentes a tu cargo desde que te ascendieron despus de ese incidente. As que vamos a hacerlo bien,

    vale? S que quieres demostrar que ya ests mejor, pero no tengas ninguna prisa.Mario no le respondi. Despus de unos minutos, su mente pareci regresar del sitio al que se haba ido a vagar.Esperaremos al fotgrafo y empez.No tendremos que perder demasiado tiempo. No es ese que acaba de llegar? pregunt Pablo, que cumpla el estereotipo de un nativo alemn.Un hombre de unos treinta aos se acerc a ellos con una cmara colgando de su cuello. Su amplia sonrisa a modo de saludo dej visibles sus perfectos y alineados

    dientes. No obstante, su alargada nariz aguilea y su barba de dos semanas estropeaban ese detalle.Mario le estrech la mano.Buenos das, Miguel. Qu te queda por hacer aqu?Solo me dio tiempo a fotografiar el cadver y parte de los alrededores cuando me llamaron de la central.Est bien. Ya sabes lo que quiero: fotografa todo lo que haya quedado al alcance del asesino, adems del cuerpo y de cualquier zona por la que pudiera haber

    escapado. Rastros de sangre, colillas, ramas rotas todo lo que puedas.Entendido, jefe.Quiero tener las fotos maana por la maana. No sabemos si el asesino va a actuar de nuevo. Y vosotros, vamos a rastrear la escena una ltima vez. Quizs a los

    de la cientfica se les haya pasado algo por alto.Mario, Lolo, Ivn y Pablo se alejaron de l y caminaron entre las ramas mientras sus ojos miraban todo cuanto haba alrededor. Me relaj un poco al ver que se

    adentraban en la parte opuesta a la que yo me hallaba oculta. Entonces Ivn ahog un grito mientras se acuclillaba sobre la tierra que estaba pisando, exactamente en elmismo lugar en el que Sal se haba detenido para disparar y matar a Juan. O, al menos, donde Sal se haba detenido cuando otra persona haba disparado a Juan.

    Esper con impaciencia.Mario, ven a ver esto exigi. El nombrado no tard en ir junto a l, intrigado. Huellas de zapato. Por qu no las hemos visto antes?Podran ser de cualquiera, Ivn replic Mario, adquiriendo de pronto la profesionalidad de un jefe de investigacin que no haba mostrado hasta entonces.

    Este bosque es muy transitado por los del pueblo. No podemos guiarnos por las huellas, no nos llevara a ninguna parte. No ves cuntas hay alrededor? Tendramosque ir una a una para ver de quin es cada huella e investigar a todo el que haya estado en el bosque ayer por la noche. Una locura, no te parece?

    Medit esa opcin y acab por darle la razn a Mario. Si seguan ese mtodo, seguramente tendran que investigar a todas las personas del pueblo. Eso les llevarasemanas.

    De pronto empec a escuchar pasos y susurros a mi espalda. Me agazap en el arbusto procurando hacer el menor ruido posible. Aguant la respiracin cuandoIvn pas a un centmetro de mi escondite, pero por suerte pas de largo. Suspir aliviada mientras me volva, pero entonces me sorprendi el flash de una cmaraenfrente de m. Me tap la boca para ahogar el grito que iba a soltar.

    Miguel estaba trabajando cerca de esos arbustos. Destap mi boca y me llev la mano al corazn, respirando costosamente. Entre la foto y los que registrabantodo, haban conseguido darme un susto de muerte.

    Respirando acompasadamente para intentar calmarme, observ de nuevo a los policas. Se haban vuelto a reunir junto al cadver. Pareca que haba terminado todo,porque de pronto todos comenzaron a alejarse del lugar charlando entre ellos. El resto de los oficiales que estaban por el permetro no se movieron. Seguramente se ibana quedar para vigilar mientras llegaba el juez de turno.

    Rode los arbustos con sumo cuidado y luego, cuando estuve segura de que nadie poda verme, sal de nuevo al sendero.Volv la vista y me qued observando alrededor para repasar en mi mente todo lo que esos agentes haban dicho. De pronto record que era peligroso estar all sola,

    por lo que decid volver a mi escondite lo ms pronto posibleEntre una cosa y otra, prefera esperar al da siguiente para marcharme. Saba que haba estado todo el tiempo de un sitio para otro porque quera retrasar mi

    marcha todo cuanto pudiera, pero no haba podido evitarlo. Adems, as podra contemplar el anochecer del pueblo una vez ms.

    Al da siguiente me despert absolutamente renovada. Me qued tendida dentro de la cueva, con los ojos abiertos y sin pensar en nada. Me centr en disfrutar de laluz cegadora que entraba por el hueco de la cueva.

    Me puse de rodillas para salir, y entonces comprob que el rasguo del disparo casi haba desaparecido.Comenc a caminar por la callejuela, y en pocos segundos sal a la calle principal que cruzaba de punta a punta todo el pueblo. Suspir un poco triste, lista para

    emprender el camino hacia un lugar diferente y empezar de nuevo. No vala la pena quedarme para seguir la investigacin, estaba completamente segura de que no iban adescubrir quin era el asesino, a pesar de que estaba muy intrigada por ese detalle.

  • Me met las manos en los bolsillos y comenc a andar a paso ligero hacia las afueras. Observ que las calles estaban repletas de madres haciendo la compra y deadolescentes charlando animadamente, algunos de ellos cogidos de la mano.

    Eso hizo que me preguntase a qu da estbamos. Ver a esos chicos me hizo suponer que deba de ser fin de semana ya que, de lo contrario, tendran que estar en elinstituto. Aunque quizs haba dormido mucho tiempo de ms y ya era por la tarde. O, posiblemente, considerando el tiempo que haba pasado desde que me march decasa, haban dado las vacaciones de Navidad.

    Por primera vez desde que me levant, me fij en que las farolas estaban plagadas de copias de un cartel grande y blanco con la imagen de un chico. Me detuve concuriosidad. Sera la imagen de Juan? No tena sentido. Nunca haba escuchado que, despus de un asesinato, la polica colgase informacin sobre la vctima. De modoque, an un poco indecisa, me acerqu a una de las pancartas.

    S, era un chico.Pero no reconoc en l al muchacho al que haban matado: este era prcticamente de mi edad, con el pelo hasta los hombros de color zanahoria y liso. Sus ojos,

    grandes, redondos y verdes, hacan un contraste extrao con el color de su llamativo pelo. Aunque era una fotografa, se poda apreciar sus muchas pecas sobre lasmejillas y la nariz.

    Le con inters el pie de pgina: Robert Mohn Prez, 17 aos. Desaparecido el 14/12/2013. Si poseen informacin sobre su paradero o lo han visto, llamen a lapolica.

    De modo que un chico de diecisiete aos haba desaparecido en el pueblo. Frunc las cejas pensando que era muy extrao que hubiese ocurrido justo cuando Salapareca, aunque seguramente solo haba sido casualidad o, al menos, eso esperaba. Solo me buscaba a m, y ese chico no tena absolutamente nada que ver conmigo;quizs se haba escapado o se haba perdido en el bosque.

    Observ que, tal y como haba pensado, faltaba poco para la Navidad. Pero deba ser fin de semana, porque todava era pronto para las vacaciones.Entonces me percat de que haba algo dentro de mi bolsillo y, desconcertada, saqu la mano derecha para comprobar qu era. Haba un pequeo papel blanco

    doblado en el interior de mi pantaln negro. Una nota?Lo abr lentamente comenzando a temblar. Es que haba pasado algo por alto?

    Hola, querida Samantha Qu tal ests? Seguro que ya sabes quin soy, verdad? Siento hablar as, pero estabas tan profundamente dormida que me dio mucha pena despertarte. Sabes?

    Tengo una propuesta que hacerte, y estoy convencido de que te va a interesar bastante.Recuerdas a Adela? Entonces ya sabes lo que quiero de ti, cierto? Tienes cuatro meses ni ms ni menos. De lo contrario, sabes lo que le ocurrir. Yo que t me

    lo pensara, y muchsimo. Ya hablaremos. Por unos segundos no supe cmo reaccionar.Rele una y otra vez la carta. Mis piernas comenzaron a temblar. Me dej caer sobre la pared que tena detrs para reponerme antes de pensar o hacer nada. El

    pecho se me encogi de dolor, y unas lgrimas de rabia y pena comenzaban a inundar mi rostro.Adela. Tenan a Adela con ellos. Y ahora qu tena que hacer? Deba entregarme para que la dejasen en paz? Estaba segura de que era una trampa Pero

    tampoco poda dejarla con esos asesinos. Tena que actuar, tena que intentar hacer algo, pero qu hacer cuando tu enemigo es prcticamente invisible? Qu hacercuando desconoces la localizacin de tu adversario y sabes que la nica forma de hablar con ellos es dejarte capturar o incluso permitir que te maten?

    Sola jams conseguira encontrar su base, eso ya lo tena claro. Sola nunca iba a conseguir liberar a Adela, sola jams podra conseguir que aquella organizacin medejase en paz Necesitaba ayuda. Pero no poda fiarme de nadie. Y si confiaba en la persona equivocada y resultaba ser de los suyos? Adems, nadie deba saber loque me estaba pasando. Esa gentuza poda recurrir a trucos tan rastreros como este para someterme.

    Y, para colmo, Sal haba entrado en mi escondite y me haba dejado esa nota en mi pantaln sin que me hubiese dado cuenta. Haba sido una verdadera suerte queno hubiese aprovechado para hacerme algo.

    Comenc a sollozar presa de una gran angustia. Alguien que me importaba estaba en peligro y no poda hacer absolutamente nada para ayudarla. Salvo rendirme,algo que no servira para nada. Si me entregaba, moriramos las dos. Si no me entregaba, moriramos las dos. Estaba entre la espada y la pared.

    Me sequ las lgrimas con rabia, aunque fue en vano. Siempre volvan a salir. Ya no poda ni con mi almaNo puedo ms. Me tienen agarrada de pies y manos, estoy perdida Lo mejor es entregarme y acabar con esta tontera de una vez. Es lo que tendra que haber

    hecho hace muchsimo tiempo. Jams he podido hacer nada contra ellos Esto ha sido una autntica prdida de tiempo solloc con abatimiento.Nunca digas eso replic una voz dura y enfurecida, asustndome.

    Captulo VIDan

    Me incorpor con brusquedad. Esperaba encontrarme con Sal. Quizs por eso me decepcion un poco cuando, en su lugar, me top con el rostro alegre de unchico de unos diecinueve o veinte aos. Su melena, corta y alisada por encima de los ojos, era de color azabache; y sus ojos, grandes y redondos, azul cielo. Pos lamirada sobre las abundantes cicatrices que tena en los nudillos, y luego lo mir directamente a l.

    Nos contemplamos el uno al otro con suma atencin. Ni siquiera me haba dado cuenta de que se haba acercado a m Estaba perdiendo la capacidad de detectar aalguien cuando se me aproximaba, y eso era realmente peligroso. Seguramente habra sentido curiosidad al verme llorar.

    Maldije por lo bajo. Tena que quitarme la mana de hablar sola, siempre me traa problemas.Qu? pregunt con voz temblorosa mientras el chico se colocaba a diez centmetros de m.Has dicho que ha sido una autntica prdida de tiempo explic, imitando mi voz a la perfeccin. Y yo te he respondido: Nunca digas eso. Todo lo que

    hacemos sirve para algo, menos para hacernos perder el tiempo. Daniel dijo de pronto, extendiendo su fuerte mano derecha hacia m. Se la estrech, vacilante. Perodime Dan o te rebano el cuello.

    Me qued atnita ante esas palabras. Quizs se me not, porque sonri antes de decir:Solo bromeaba. Pero en serio, llmame Dan.Parpade sorprendida. Era demasiado amable y alegre, incluso con personas desconocidas como yo. Jams me haba encontrado a alguien como l: era una mezcla

    de alegra, despreocupacin e hiperactividad. Me empez a caer bien en el momento en el que me solt aquel rollo.Samantha. Pero no me digas Sam o te rebano el cuello aad para seguir su broma. Nunca me ha gustado, parece de chico. Por cierto, solo por curiosidad

    dije de pronto mirndole con atencin. Eres de los que siempre estn buscando peleas? Porque no me gustan las personas conflictivas.Se qued perplejo ante mi pregunta. Le seal sus nudillos.Ah! Te refieres a Bueno, es que la pared es mi saco de boxeo favorito respondi con un ademn de mano, restndole importancia al asunto.Dan me estudi con la mirada.Tras unos segundos de vacilacin, me atrev a preguntar:Cuando me interrumpiste parecas molesto. Puedo preguntar el porqu?Bueno, digamos que la vida son tres das y que no merece la pena pasrselos deprimido por algo que hayas hecho mal, no crees?Le observ con estupefaccin, pero decid no comentar nada ms.

  • Un sentimiento de felicidad me embarg durante unos segundos. Ya no tena que darme tanta prisa en irme de aquel pueblo porque, como Sal me haba dicho,durante cuatro meses iban a dejarme en paz. Eso quera decir que poda relajarme un poco.

    Pero no me los tomara de vacaciones. En lugar de perderle la pista, que era lo que tena que hacer, iba a aprovechar ese tiempo lo mximo posible para seguir lainvestigacin policial muy de cerca.

    Me di cuenta demasiado tarde de que Dan se me haba quedado mirando mientras meditaba.Sabes? Tienes pinta de ser la tpica chica que va a hacer alguna tontera coment con curiosidad.Me mord el labio inferior. Se habra dado cuenta de que pretenda cometer un acto suicida y quera impedrmelo? Y qu vas a hacer exactamente para evitarlo? ret en tono bromista, pero queriendo comprobar lo que estara dispuesto a hacer para detenerme.Me mir de forma angelical.Si es algo parecido a un robo, avisar a la polica contest con alegra. Si es un asesinato, impedrtelo por todos los medios. Pero, como seguramente no es

    ni lo uno ni lo otro, ya que no pareces ni una ladrona ni una asesina simplemente te pedir que me dejes formar parte de tu locura. Este pueblucho es demasiadoaburrido, me daras algo que hacer.

    Le mir con atencin en silencio intentando descubrir si me estaba tomando el pelo. Me sorprend cuando descubr que hablaba totalmente en serio. Es quepensaba que iba a tirarme desde un puente?

    De cualquier modo, me encog de hombros recordando que nadie deba conocer mi secreto.No voy a hacer nada.No importa. Eso de que me aburra iba totalmente en serio.Me gir automticamente.Camin a buen paso en el sentido opuesto al que l lo haba estado haciendo antes al mismo tiempo que me guardaba la carta en el bolsillo. Era consciente de que

    estaba dejando pasar una oportunidad de oro. Dan era la nica persona con la que haba hablado hasta ahora y posiblemente la nica que podra ayudarme en unfuturo Pero no poda mezclarle en todo esto. No sabiendo que, si lo haca, seguramente no tardara mucho en morir, como Juan lo haba hecho el otro da.

    No quera ser tan egosta.Saba que necesitaba a alguien para desenmascararlo todo, pero tendra que hacerlo sola. De ese modo, no correra el riesgo de que otra persona se involucrase en

    todo esto. Adems, primero tena que ver si era de confianza o, por casualidad pero de forma improbable, estaba con la organizacin.Sola no podran chantajearme con otra persona como ya lo estaban haciendo. Sola no podran contra m, porque estaba segura de que el tener un compaero sera

    mi perdicin. Antes o despus se daran cuenta de que Dan y yo ramos amigos, y entonces ese chico no tardara mucho en estar colgado en todas las farolas del pueblo,exactamente igual que Robert Mohn.

    Adems, y si pensaba que me lo estaba inventando todo? Y si crea que solo quera llamar la atencin? No quera que me tomase por una chiflada.Gru con disgusto al descubrir que Dan corra para colocarse de nuevo a mi lado. Al girarme y ver su cara sonriente, no pude ms que hundir mi rostro en las

    tinieblas mientras intentaba que captase la indirecta de que no quera compaa. Desafortunadamente, las indirectas no eran su especialidad. Lo nico que se me ocurrifue lanzarle una indirecta bien directa:

    Oye Dan, no te lo tomes mal, pero no me gusta que me sigan.En serio? se sorprendi l mirndome a los ojos cuando me detuve para encararle. Por qu no le dices lo mismo a ese to de all?Me volv para mirar hacia el lugar al que sealaba Dan.El mundo se me vino encima. Sal me espiaba tan mal escondido tras un rbol que me llegu a preguntar si realmente quera que no le viese. Tendra que haber

    imaginado que las palabras vamos a dejarte en paz no iban a llevarse a cabo. Sobre todo porque vi en la lejana que, entre sus manos, portaba su asquerosa pistolaSeguramente querra comprobar si estara dispuesta a darlo todo por Adela, y eso solo lo conseguira con un poco de presin.

    Me gir y comenc a caminar de nuevo, con Dan detrs de m como instantes antes.No tienes nada mejor que hacer que seguirme?S, la verdad es que s: discutir con mi padre, jugar a la Play, contemplar el cielo pero prefiero quedarme a ver cmo ese to intenta espiarte esper unos

    segundos, y luego aadi Djame decirte que es un psimo detective.Le mir con curiosidad. Luego solt una pequea carcajada admitiendo que tena toda la razn del mundo. Muchas veces se haba currado muchsimo ms sus

    espionajes. Tanto era as que no le descubra hasta bastante tiempo despus. De qu demonios iba todo eso? Acaso quera hablar conmigo para ver si estaba dispuestaa entregarme?

    Estaba en un gran dilema.De repente, Dan me cogi de un brazo y empez a correr sin preguntarme antes siquiera qu era lo que aquel hombre quera de m. Pude ver que Sal se asombrada

    ante este hecho, pero curiosamente no nos sigui. Se qued escondido tras el rbol como si todo eso fuese una batalla perdida. Sent una fuerte gratitud hacia Dan, queen esos momentos torca hacia la izquierda para adentrarse en otra calle.

    No nos detuvimos hasta que estuvo completamente seguro de haberle perdido de vista. Habamos llegado al colegio. Jade apoyndome sobre mis costadosmientras Dan se sentaba en el suelo arenoso que haba en un pequeito descampado de tierra junto a las casas. Me sent a su lado en aquello que pareca ser la acera y lesonre. Quizs fuese un loco de la adrenalina, porque todo indicaba que quera algo de aventura.

    De dnde demonios has salido? pregunt medio en broma respirando con dificultad. No eres de esos chicos normales y corrientes que prefieren un juegogore de Play

    No encontrars nada corriente en m. Si es eso lo que buscas, ya puedes buscarte a otro amigo respondi de un modo tan sincero que incluso me sorprendi.Estuvimos un rato en silencio, observando a la gente pasear por el otro lado de la acera. No estaba nada incmoda. Era realmente extrao, pero Dan me daba una

    confianza que crea perdida; era como si hubiese sido mi amigo toda la vida. Era lo que realmente haba estado esperando desde que haba comenzado ese viaje ensolitario: un amigo de confianza que no preguntase nada, que simplemente se contentase con ayudarme sin pedir nada a cambio.

    Oye dijo Dan mirndome fijamente Por qu ese to te persigue? Qu le has hecho?Sent un fogonazo de ira ante esas palabras. Que qu le haba hecho para que me siguiese? Yo?! Baj la cabeza aguantando la furia que flua en mi interior

    luchando por salir al exterior y explotar. Dan quizs lo not, ya que se alej un poco de m y me mir de forma tensa.Siento si te he ofendid comenz Dan prudentemente.Yo no le dej continuar.Yo yo no le he hecho absolutamente nada a ese desgraciado las palabras se trababan en mi boca antes de salir. Yo yo jams le he hecho absolutamente

    nada para que para queVi que Dan me observaba con rostro preocupado y cauteloso. Comprend demasiado tarde que quizs haba soltado demasiada informacin que podra haberle

    asustado.Gir la cabeza cerrando los ojos mientras apretaba los puos. Todava me carcoma por dentro la sensacin de que nada de eso habra pasado si no hubiese sido por

    m Senta que ese da de lluvia tendra que haber hecho algo ms que quedarme a mirar los cuerpos inertes de mis padres.Lo siento repiti Dan. Pareca sincero.No, lo siento yo. No no quera ponerme as esper unos segundos, y luego aad: Por qu me has ayudado? No s, no me conocas y acudiste a

    consolarme; sigues sin conocerme de nada y haces que pierda de vista a ese hombre. Por qu lo haces? Y si yo fuese una una una psicpata desequilibrada que seha escapado de un manicomio?

    Dan se ri mientras yo desviaba la vista al horizonte. La verdad era que ese chico me caa realmente bienLo eres? me call ante su pregunta, pero Dan neg con la cabeza. No, no lo creo. Solo pareces una incomprendida que ha sufrido mucho.

  • Me qued unos instantes callada, asimilando el impacto de sus palabras. Tanto se me notaba?No, no lo soy admit finalmente. Soy algo mucho peorUna madre adolescente? sugiri con voz aterrada.Me re ante su broma, y luego Dan se uni a m. No poda comprender por qu me resultaba tan difcil mantenerme serena Desvi la mirada hacia el cielo una vez

    ms para observar que las nubes blanquecinas haban taponado momentneamente el sol que luca sobre nuestras cabezas.Creo que debera irme solt de improviso. Saba que Sal aparecera pronto, y era mejor estar sola cuando eso ocurriese. Debo hacer algo.Me incorpor con rapidez y emprend el camino hacia el lugar en el que acababa de ver a Sal. Tena que aclarar las cosas con l antes de que fuese demasiado tarde

    para Adela Sin embargo, antes de haber avanzado mucho, Dan habl.Un momento me cort el paso con su musculoso brazo. Te aconsejo que esperes un rato, vale? Parece que ese hombre no tiene ninguna intencin de

    dejarte en paz. Quin es?Haba dado en el blanco: esa era la pregunta clave a la que no poda responder. No bastaba con un hola y largarse? No, ahora quera saber quin era, y despus

    seguramente querra que le dijera qu quera de m. De todas formas, tena que tranquilizarme. l no tena la culpa de nada.No puedo decrtelo. Son cosas mas susurr. Lo siento.Bueno, pues entonces que te vaya bien cuando te saque la pistola otra vez y te vuele la cabeza me dijo con sarcasmo.Le observ con intriga y curiosidad, sorprendida ante sus palabras. Haba logrado ver el arma?Alz la mano a modo de despedida y se march, dejndome completamente sola. Ech a andar velozmente tras l. No coment nada cuando me coloqu de nuevo a

    su lado.No poda decirle a nadie lo que estaba pasando, no poda involucrar a ms personas en este asunto Me preocupaba mucho que Sal acelerase la hora de mi

    ejecucin por haberme ido de la lengua. Solo deseaba que todo acabase de una vez para poder irme a algn lugar en el que poder descansar el resto de mi vida; pero, conmi suerte, eso nunca iba a suceder. Seguramente me acribillaran a tiros un da de estos sin que nadie se diese cuenta, y entonces nunca iban a saber lo que esa genteestaba planeando.

    Escchame dije por fin. Ese hombre no tienes ni idea de lo peligroso que puede llegar a ser.Guau!, ya me estaba preocupando. Eso de tener una pistola en los pantalones no es de lo peor que te puedes encontrar por ah, no? respondi con marcada

    irona.Agach la cabeza. Entonces le detuve con una mano y l me mir. Abr y cerr varias veces la boca, pero no poda decrselo. Dan pareci leer mis pensamientos, ya

    que se zaf de mi mano y sigui caminando, en esta ocasin con las manos en los bolsillos.Le segu sin saber qu ms decirle. En apenas unos segundos, haba pasado de caerme realmente muy bien a estar tan enfadado conmigo que no me diriga la

    palabra. No poda perder ms tiempo. Sal podra atacar en cualquier momento. Y, de todas formas, por qu me preocupaba tanto lo que pensase de m si apenas loacababa de conocer? No era amigo mo, y tampoco era buena idea que lo fuese

    Escchame repet. S que no es justo que no te diga nada, sobretodo porque me has ayudado hace un rato, pero te aseguro que es lo mejor. Si te locontase dej la frase en el aire, angustiada. Luego continu: No puedo decirte nada, pero confa en m. Es mejor que no seamos amigos.

    Si te preocupa mi seguridad, olvdalo. Soy duro de roer, y tengo enchufe replic. Esboc una sonrisa, feliz por que hubiese vuelto a sus bromas. Al ver micara, aadi: Deberas preocuparte ms por l que por lo que yo deba o no deba saber. Antes tenas razn: esto es una prdida de tiempo pero nicamente si estssola.

    Me qued callada unos instantes. Entonces, Dan avanz unos pasos y me mir fijamente a los ojos.No s qu est pasando, pero tiene pinta de ser algo peligroso. No has pensado en que si ests acompaada ser ms difcil que te intente hacer dao?Eso no es cierto solloc con voz ahogada. Apret los puos con rabia. No puedo, es demasiado peligrosoDan se qued callado ante mis palabras.Crea que haba olvidado completamente la desaparicin de mi amiga, pero no pareca ser as. Ella siempre haba sido una persona muy animada, y siempre haba

    estado dispuesta a darlo todo para desenmascarar a esa organizacin delictiva. Hasta que un da desapareci. Jams me perdonara por aquello Estaba segura de quemis enemigos se haban encargado de quitarla de en medio por haberme ayudado.

    Y Sal me lo haba confirmado en la carta.Mientras ests conmigo no te va a pasar absolutamente nada. Te lo prometo dijo con una amplia sonrisa. Pero necesito saber toda la verdad para poder

    ayudarte. Toda enfatiz.Le mir a los ojos, confundida.Por qu tanto empeo en ayudar a una desconocida?No dijo nada durante unos segundos. Entonces, puso una sonrisa traviesa:Ya te lo he dicho: me aburro.

    Captulo VII

    Un pequeo descuido

    No consegua sacarse de la cabeza el cuerpo sin vida de aquella chica. Al parecer iban totalmente en serio, y eso la preo-cup: por qu demonios estaban buscando

    a sus padres? Lo que ms la angustiaba era no saber qu era ese lugar. El hecho de que se pareciese a una mazmorra medieval no le daba muchas pistas, la verdad.Castillos haba miles en el mundo, y mazmorras millones ms.

    Escuch a su lado el llanto incesante de Alan.Susana mir al techo. No saba qu hacer. No saba cmo salir de all, ni como avisar a la polica, ni cmo descubrir dnde estaban. Y ahora solo estaban ellos dos.

    Y l era solo un nio para ponerse a pensar en algo que no fuese en el miedo que senta.El lquido transparente pareca muy peligroso. Un veneno que no deja rastro? Esa gente haba pensado en todo. Si los mataban y la polica los encontraba, nada

    podra llevarles a pensar que los haba envenenado ni siquiera un anlisis. No habra nada que encontrar. Y entonces, qu? Se saldran con la suya? Seguiranmatando a gente sin que nadie hiciese nada para impedirlo?

    Alan interrumpi su llanto a la vez que intentaba hundirse en la pared. Susana lo comprendi todo cuando mir al frente. Marcos haba vuelto.Y no estaba solo. Algo se arrastraba por el suelo, una sombra negra a la que Marcos le daba la mano. Susana intent descubrir qu era, pero no pudo hasta que su

    enemigo lo at junto a Alan.Era un chico.Susana observ cmo Marcos se daba la vuelta y desapareca por la puerta. Intercambi una mirada desconcertada con Alan antes de volverse para estudiar al

    recin llegado con mayor atencin.Pareca tener unos diecisis o diecisiete aos, ms o menos. Tena el pelo hasta los hombros de un hermoso color rojizo anaranjado. Su cara estaba llena de pecas,

    pero eso no le haca parecer feo. Sus rasgos faciales estaban muy marcados.Susana intent acercarse a l para despertarle, pero estaba demasiado lejos.Alanl asinti.Se inclin como pudo sobre el chico inconsciente. Levant el pie izquierdo y empez a zarandearlo con cuidado. Sin embargo, el recin llegado pareca sumido en el

  • ms profundo sueo y no quera despertar. Alan mir a Susana, que asinti. Alan levant todo lo que pudo su pie y lo estrell sobre su estmago sin compasin. Noqueran despertarlo as, pero quizs una mente ms podra ayudarles a escapar de all.

    Tal y como esperaban, el chico se encogi sobre s mismo mientras gema de dolor e intentaba incorporarse pero, al estar atado a la pared, esto ltimo eraimposible. Abri los ojos de golpe, adoptando un gesto de profundo terror y desorientacin.

    Susana lo observ con paciencia. No era nada agradable despertarse sumido en la ms completa oscuridad, atado a unos grilletes y en compaa de dosdesconocidos.

    Por eso le sonri amigablemente cuando sus ojos se encontraron.Qu cojones? Dnde estoy? Cmo he llegado aqu? Quines sois vosotros? Por qu?Haces demasiadas preguntas le interrumpi Susana. Estamos exactamente igual que t, sabes?Observ el rostro confuso de Susana y luego lo desvi al asustadizo Alan. Tras un hondo suspiro, trat de calmarse y mir a su alrededor.Dnde estamos?No lo s respondi Susana acomodndose en la pared. Nos despertamos aqu, como t. Soy Susana, y este es Alan. Quin eres t?Observ con tristeza el rostro de Alan, que volva a estar anegado en lgrimas. Luego desvi la mirada a Susana, y entonces respondi:Robert.No te ofendas, pero si te soy sincera preferira no haberte conocido, o al menos haberlo hecho en otras circunstancias resopl Susana con una sonrisa tensa.Robert se encogi de hombros, ya que estaba completamente de acuerdo.Por qu nos han trado aqu? murmur.Le mir unos segundos, pensativa.Todos los que estaban all haban coincidido en una cosa, as que seguramente le ocurrira tambin a l.Robert, en qu trabajan tus padres? pregunt Susana con curiosidad reprimida.Mi madre trabaja en una pequea agencia de viajes, y mi padre es profesor de historia. Por qu?Susana se qued callada. No eran arquelogos? Eso descartaba su teora: simplemente haba sido una mera casualidad. Pero eso segua sin explicar por qu queran

    a sus padres. Susana lo mir unos segundos antes de responder.Nosotros estamos aqu porque estn buscando a nuestros padres. Quieren que les digamos dnde se escondenAquello le resultaba cada vez ms extrao; no obstante, no poda hacer nada para huir de ellos ni para sacarles informacin de momento.

    * * *Los das pasaron volando.Antes de que pudiese darme cuenta, ya haban transcurrido siete semanas desde que recib la carta. Diciembre dej paso a enero y febrero con una rapidez

    pasmosa.A pesar de que ya era 4 de febrero, todava no me haba puesto a cumplir con mis obligaciones. Me senta tan bien en compaa de Dan que no atenda a nada ms

    que a su amistad, y eso no estaba bien. Cuando estaba con l consegua olvidarme por completo de todos los problemas que me acometan desde septiembre, tanto deque me persegua una organizacin criminal como de que tenan a Adela. Pero solo era cuestin de tiempo. Tema que esa gente pudiese matar a mi amiga si no acceda aacompaarles a conocer a su jefe. Cmo iba a solucionar todo aquel lo?

    No me atrev a contarle toda la verdad. Me limit a explicarle que ese to me persegua desde septiembre, y que como consecuencia haba tenido que escaparme decasa para que no les pasase nada a mis padres. No me vea capaz de explicarle que Sal y su compaero los haban asesinado, ni el hecho de que yo estaba delantecuando Juan haba muerto. Me daba miedo que me echase ambas cosas en cara, que me dijese que tendra que haberlo evitado ya que en cierto modo debera haberlohecho.

    Tampoco tuve el valor suficiente de decirle que una organizacin me persegua y que haban capturado a Adela. Ese segua siendo mi problema, no el suyo.

    Una de las cosas buenas que haba tenido el hecho de conocer a Dan era que ya no pasaba hambre. Segua viviendo en mi cuevita para no darle muchos problemas,pero cada noche y cada medioda vena a verme con un buen trozo de bocata o con un tupperware lleno de comida.

    No quise aceptar su oferta de dormir en su habitacin como polizn. Ya estaba haciendo bastante por m como para darme encima un techo donde pasar la noche.Sus padres lo mataran si descubran que una prfuga estaba escondindose en la habitacin de su hijo, ponindolos tanto a l como a su familia en peligro. Puede queSal me hubiese prometido cuatro meses de tregua, pero no confiaba en l. Ms que nada porque el mismo da en que me envi la carta haba estado siguindome. Porsuerte, an quedaban dos largos meses y medio

    Dan me haba sugerido que me metiese en el instituto. Sera una buena forma de alejar bastante a Sal al estar continuamente rodeada de gente. Y lo haba intentado,pero el curso estaba ya demasiado avanzado y no admitan a nadie, por lo que ese plan se fue al traste en el mismo instante en el que lo haba propuesto. Haba queadmitir que haba sido una magnfica idea, ya que el colegio estaba repleto de nios y de adultos que conseguiran mantener a raya a Sal. Era una verdadera lstima queno hubiese podido llevarlo a cabo.

    Pero, de todas formas, no haba nada que temer por el momento. Sal conoca mi escondite. Si despus de todo ese tiempo no me haba matado, no lo hara todava.Eso eran buenas noticias.

    Alc la vista para observar el conjunto de rboles que se abra paso delante de m mientras una sonrisa surcaba mis labios. Ese bosque era bello siempre y cuando

    no hubiese asesinos a sueldo persiguindome en l.Camin en silencio por el sendero a la par que haca una mueca, recordando la conversacin que Dan haba mantenido conmigo el da anterior.Por qu no llamas a la polica? Podrn mantenerte a salvo. Ya sabes, proteccin de testigos, o algo as haba sugerido al entrar en la cueva.Apart una rama para poder pasar.Ir a la polica? De qu habran servido entonces todos esos meses huyendo de ellos para que no me hiciesen dao si iba a echarlo despus todo por la borda?

    No Cuanto menos supiese la polica de esto, mucho mejor para m.Me detuve a mitad del sendero y observ a mi alrededor. Haba traspasado considerablemente los lmites que Dan me haba prohibido cruzar para mantenerme a

    salvo. Se supona que no deba alejarme del pueblo ms de diez metros, y ahora mismo me encontraba a una distancia mnima de dos kilmetros. Me fij en cada detalleque me rodeaba antes de dar media vuelta y emprender el camino hacia mi escondrijo.

    Lo nico que poda hacer era esperar a que Dan regresase del instituto. No me gustaba nada separarme de l por las maanas. Me pona nerviosa estar sola y elhecho de que pudiese venir a por m sin que nadie se enterase. Mov la cabeza con frenes, apartando esa idea de mi mente con brusquedad.

    Qu haces aqu? No sabes que un asesino anda suelto?Busqu el origen de esa voz, sobresaltada por la sorpresa, hasta encontrarme con un hombre unos centmetros ms grande que yo con rostro cansado.Tena el cabello castao y corto y unos pequeos ojos marrones. Su cara era un poco aniada, pero lo solucionaba una perilla de dos das y una barbilla

    prominente.Mi sorpresa fue mayor al reconocer a aquel hombre como el jefe de investigacin que llevaba el caso del asesinato de Juan. Era Mario.No deberas estar en el colegio? pas un brazo por mis hombros y me oblig a caminar a su lado.Desvi la mirada.No estoy en el instituto.Cuntos aos tienes?Eso, agente, es algo a lo que no estoy obligada a responder contest con voz seca. Saba que no tena razn y que poda meterme en un buen lo, pero ahora

  • mismo eso era el menor de mis problemas.Ensame tu D.N.I. orden con brusquedad.Pues resulta que, con el ajetreo de la mudanza, lo he perdido y tengo que hacrmelo de nuevo.Me observ unos instantes, pero no dijo nada al respecto. Tampoco dijo nada ante el hecho de estar tan sucia que mi ropa pareca negra en vez de celeste.

    Simplemente me acompa por el camino de tierra, asegurndose quizs de que no me pasase nada en mi regreso al pueblo.Por un segundo estuve tentada de preguntarle acerca del asesinato, pero me contuve mordindome la lengua. No quera parecer demasiado ansiosa por obtener

    informacin sobre el caso. Adems, al ser el jefe de investigacin seguramente no podra hablar demasiado al respecto, por lo que lo nico que conseguira sera queMario me siguiese bien de cerca.

    Suspir deseando que, por una vez, tuviese la suerte de conocer a alguien de la polica. Eso podra solucionarme ms de un problema, pero no era as Nos detuvimos al llegar a las afueras del bosque. El pueblo estaba a unos escasos treinta metros de distancia.Vamos, te acompaar a tu casa dijo.Me zaf de la mano que me instaba a seguir caminando. Me mir con enfado, pero a m me daba absolutamente igual. No pensaba cederNo soy ninguna cra, sabe? Puedo regresar sola, no me voy a perder respond con ms valor del que posea.He dicho que te acompao repuso Mario de mala manera.Durante unos minutos solo se escuch el canto de los pjaros.Nos miramos a los ojos, retndonos el uno al otro en una pelea silenciosa.Seguro que tienes mejores cosas que hacer que acompaar a una adolescente de vuelta al pueblo Haras mejor tu trabajo buscando al asesino de Juan, Mario.El hombre me observ con desconcierto.Cmo sabes mi nombre?Apart la mirada de sus penetrantes ojos. Era una completa descuidada. Debera haberle hecho caso a Dan en lo referente a no alejarme demasiado del pueblo, pero

    ya no tena remedio. Haba metido la pata hasta el fondo, y ahora tena que acarrear con las consecuencias yo solita.Volv a mirar a Mario. El polica denotaba bastante impaciencia.S muchas cosas que t desconoces le respond encogindome de hombros. Comenc a caminar hacia el pueblo y, en un acto reflejo, aad: Pierdes el

    tiempo. Sal ya no est en el bosque.

    Captulo VIII

    Enchufe

    Me detuvo con brusquedad. Fue entonces cuando supe que acababa de cometer un gigantesco error. Me llev las manos a la boca mientras negaba con la cabeza

    dando cortos pasos hacia atrs, aterrada. Quise alejarme de l para que olvidase lo que acababa de decir, pero saba que sera completamente intil.Mario se haba quedado esttico y plido. Me mir con la bo