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“Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”
(Lucas 14:33).
¿Cuándo será el momento exacto de deshacerse de
los bienes y otorgarlos a la obra misionera?
Para responder vamos a estudiar dos temas:
1º - inicio de la iglesia primitiva
2º - movimiento Millerita
I – DONACIONES DE LA IGLESIA
PRIMITIVA
“Así que no había entre ellos ningún necesitado,
porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y
traían el producto de lo vendido”.
Hechos 4:34
Esta recaudación no era algo aleatorio y sin dirección, pues la historia bíblica
muestra a los discípulos como organizadores de este proyecto, según Hechos 4:35 “y lo ponían a los pies de los
apóstoles; y se repartía a cada uno según su
necesidad”.
De acuerdo con Elena de White, “Esta generosidad de parte de los creyentes
era el resultado del derramamiento del
Espíritu. Los conversos al Evangelio eran ‘de un corazón y un alma’.
Los Hechos de los Apóstoles, pág. 70
“Este ejemplo del aborrecimiento de Dios
por la codicia, el fraude y la hipocresía, no fue dado como señal de
peligro solamente para la iglesia primitiva…
...sino para todas las generaciones futuras. Era codicia lo que Ananías y Safira habían acariciado primeramente. El deseo
de retener para sí mismos una parte de lo que habían prometido al
Señor, los llevó al fraude y la hipocresía”.
Hechos de los Apóstoles, pág. 62
II - DONACIONES EN EL
MOVIMIENTO MILLERITA
Se realizaba un campamento en Exeter, New Hampshire, en agosto
de 1844.En este campamento, mientras el marinero José Bates predicaba un
sermón sin nada nuevo, un caballero llamado Samuel Snow llegó al lugar. Su hermana, que
estaba en la platea esperando que él llegara, interrumpió
cortésmente al viejito Bates para presenta a su hermano y le dijo:
...“Hermano Bates, es muy tarde para estar gastando tiempo en esas verdades con las cuales
estamos familiarizados. El tiempo es corto. Usted tiene
siervos aquí con alimento para el tiempo específico. Que ellos
hablen, y que el pueblo pueda escucharlos”.
TL - História do Adventismo, pág. 29
Fue entonces, que Snow tomó el lugar en el púlpito y transmitió a
la expectante asamblea el resultado de sus estudios,
sugiriendo la fecha correcta para el término de las 2.300 tardes y
mañanas era el día 22 de octubre de 1844, cuando creían los
Milleritas que Jesús volvería a la tierra.
TL - História do Adventismo, págs. 29-34
“Grandes sumas eran donadas para que los
pobres pudieran saldar sus deudas, así como para la publicación de literatura
– hasta que los editores dijeron que no necesitaban
más, lo que hizo que muchos donantes en
potencia se retiraran con pesar”.
TL - História do Adventismo, pág. 33
En esta historia los creyentes trabajan de dos
formas: empleaban sus riquezas en la predicación del evangelio eterno, así también ayudaban a los
más carentes.
“Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que posee, no
puede ser mi discípulo.”.
Lucas 14:33
Algunos pueden pensar que hacían así porque
sabían el exacto momento del inminente retorno de Cristo. Pero el punto no era el retorno de Cristo,
sino el sentido de misión producido por el Espíritu
Santo que inundaba el corazón y la mente del
pueblo.
Las donaciones eran realizadas para que las literaturas alcanzaran el
mayor número de personas, la abnegación, causa de la
presencia del Espíritu Santo, impulsaba a los Milleritas a
ofrecer sus bienes, sus propiedades y utilizar el
dinero en la predicación del mensaje.
III – DONACIONES EN EL TIEMPO DEL
FIN
Con estos dos movimientos anteriores, el pueblo de Dios se movilizó
donando sus bienes. Podemos resumir que la
acción del Espíritu de Dios fue y será determinada en tales situaciones. Sin él, estos movimientos no
habrían alcanzado resultados satisfactorios.
¿Cuándo será el momento exacto de deshacernos de
los bienes en esta recta final de la historia de este
mundo?
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
- De cierto os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos”
Mateo 19:23
La Biblia no condena al rico porque es rico; no declara que la
adquisición de riqueza es pecado. En ningún momento el
Maestro se está oponiendo a los ricos o incluso negándoles la
salvación.Incluso porque la riqueza es un
don de Dios.
“Es Dios quien da a los hombres el poder de conseguir riquezas”.
Mi vida Hoy, MM 1952, pág. 119
El amor al dinero es lo que la Palabra de Dios declara que es la raíz de todos los
males.
1 Timoteo 6:10
“En el tiempo de angustia, de nada les valdrán a los santos las casas
ni las tierras… y en aquel entonces no podrán deshacerse de sus bienes para hacer progresar la
causa de la verdad presente. Me fue mostrado que la voluntad de Dios es que, antes que venga el
tiempo de angustia, los santos se libren de cuanto los estorbe…”
Primeros Escritos, pág. 56
“Hay hombres y mujeres pobres que me escriben
pidiendo consejo en cuanto a si deben vender sus
casas y dar el dinero a la causa… Quiero decir a los
tales: ‘Tal vez no debáis vender vuestras casitas
ahora mismo;
...pero id a Dios por vuestra cuenta; el Señor oirá ciertamente vuestras fervientes oraciones por sabiduría para conocer
vuestro deber”.
Testimonios para la Iglesia, vol. 5, pág. 686
Así como fue en la época de la iglesia primitiva, nuestro único mayor
anhelo debe ser buscar al Señor y ser ungido por su
Espíritu. Sólo con ese poder de lo alto,
tendremos la claridad para tomar decisiones
correctas en los tiempos adecuados.
Creemos que Dios ha usado la estructura de la
Iglesia para hacer su voluntad en todo el mundo
y a cada miembro le corresponde hacer su
parte en la fidelidad de los diezmos y las ofrendas.
Al que administra los recursos del Señor le
corresponde ser fiel en la distribución
compartida de los recursos, a fin de que en todo el mundo el
Reino de Dios avance sin interrupción.
IV – DISTRIBUCIÓN DE LOS RECURSOS
DEL SEÑOR
1 – Ofrendas
20% van al campo mundial (ofrendas misioneras);
20% van al campo local;
60% de las diferentes ofrendas (Escuela Sabática, Culto Divino, Cumpleaños, Gratitud, 13º sábado, etc.) que son entregadas, se quedan en la iglesia local para atender sus necesidades
2 – Diezmos:
Campo Local: 100 % va para el campo local
De esta cantidad: 10% para la Unión;1,5% para el SALT (profesores de Teología);3% para profesores de Biblia y Capellanes;1% para Colportaje (evangelismo);1% para la Red Nuevo Tiempo;Saldo: para mantención del ministerio
activo, evangelismo y pastores jubilados.
Unión:
Del 100% que la Unión recibe, envía el 10% para a División.
División:
Del total recibido de las Uniones, la División envía el 2% a la Asociación General.
Aclaración:
La División Norte Americana (Estados Unidos y Canadá) que recibe un volumen mayor de diezmos, envía el 8% a la Asociación General.
Entonces el 2% (todas las divisiones del mundo) + 8% de la DNA forman en presupuesto de la Asociación General.
De esos recursos recibidos, la Asociación General usa el 19% para su presupuesto anual, y envía el 81% para las Divisiones en forma de subvención. Obs.: La DNA no recibe esta subvención.
Este es el principio que nuestra Iglesia usa en la
distribución de los recursos.
Oremos para que el Señor actúe según su voluntad y
sin impedimentos en el proceso.
Debemos confiar en aquellos que el Espíritu
Santo escogió para velar por esos recursos. Debemos participar
seguros de que estamos haciendo lo mejor para el
Señor y su obra.
Debemos creer que todos los ajustes para el buen desarrollo de la obra, el mismo Señor los hará,
pues la Iglesia es de él. Miembros y dirigentes son
sólo mayordomos bendecidos.
La palabra final será siempre del Señor.